“Las mayores salían del colegio a mitad de mañana para llevar la

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“Las mayores salían del colegio a mitad de mañana para
llevar la comida a los hombres”
La Guerra Civil, la llegada de la luz al pueblo o la construcción del lavadero son algunos de los
acontecimientos que cambiaron la vida de las mujeres de Cercedilla. Elena Sainz, del
Departamento de Comunicación, recogió las vivencias de todo un siglo para publicar
“Cuéntanoslo”, un libro cargado de historia y sentimientos.
Para tener una vida completa hay que escribir un libro, plantar un árbol y montar en
globo. La primera ya la has cumplido, ¿no es así?
(Risas). Pues aunque no te lo creas he hecho las tres cosas. Me encanta plantar los árboles de
Navidad naturales en el campo cuando se han terminado las fiestas. También monté en globo
hace unos años, invitada por un Centro Comercial muy cercano al Campus de La Berzosa; y en
2006 escribí un libro sobre la vida de las mujeres en Cercedilla, un pueblo de la sierra de
Madrid. “Cuéntanoslo” es el título.
¿Fue difícil dirigir el libro?
Las satisfacciones superaron a las complicaciones. Disfruté mucho leyendo los documentos
que me proporcionaron en la Asociación de Mujeres Siete Picos de Cercedilla. Eran las
transcripciones de unos encuentros convocados desde la asociación en los años anteriores a
que concluyera el siglo XX. El primer encuentro lo protagonizaron cuatro mujeres de entre 90 y
70 años; el segundo, mujeres de entre 70 y 50; el tercero fueron mujeres de 50 a 30 y el último,
jóvenes entre 30 y 18 años. El objetivo era conocer la vida de un pueblo durante un siglo desde
la visión de las mujeres que viven en él.
¿De qué habla “Cuéntanoslo”?
De vivencias. De cómo les marcó la Guerra Civil, primer capítulo del libro; de la construcción
del lavadero en el pueblo o la llegada de la luz a las calles y a las casas, dos acontecimientos
que cambiaron la vida de las mujeres. También de los estudios, del trabajo, del amor… ah, y
del turismo. Cercedilla en 1929 tenía 9 hoteles y era un lugar de veraneo de gente importante.
Me contaron que allí veraneaba y esquiaba el alcalde de Barcelona.
¿Por qué te interesaste por las mujeres de Cercedilla?
Fue por casualidad. Llegué a Cercedilla a entrevistar a la presidenta de la Asociación de
Mujeres Siete Picos cuando trabajaba en un periódico de la sierra y le gustó como redactaba.
Entonces me invitó a que escribiera un libro con los documentos que habían transcrito después
de grabar los cuatro encuentros de mujeres años antes del 2000.
¿Qué tienen en común todas ellas?
Que son mujeres y parrás –así se llaman las naturales de Cercedilla– pero las mayores han
pasado más penurias que las jóvenes de ahora, aunque en el capítulo dedicado a “Cercedilla
hoy”, aun reconocen que les “queda mucho por conseguir”.
¿Su historia podría asemejarse con la vida de otras mujeres de cualquier parte del
mundo? ¿Y qué hay de la tuya?
No sé si de todo el mundo, pero sí a la de las mujeres de otros pueblos españoles. Ir a lavar al
río era algo habitual en otros tiempos… no tan lejanos.
Mi vida no ha tenido nada que ver con la de estas mujeres, aunque ha sido un tanto movida…
Supongo que lo da la profesión de periodista. Cuando terminé mis estudios en la Universidad
Complutense soñaba con trabajar en la radio y me fui a Valladolid. Tras unos meses de disc
jockey en 40 Principales trabajé en diferentes radios nacionales y acabé en Calahorra (La
Rioja) por motivos familiares. Más tarde me fui a Málaga y después de 10 años en diferentes
medios de comunicación vuelvo a Madrid como jefa de prensa de Secretaría 2ª del Senado.
Más tarde no pude resistir la oferta de volver a la radio como directora de Onda Cero Madrid
Norte. En ese momento conecto con la sierra y después de cinco años dirigiendo un diario
local, he aterrizado en Nebrija.
En “Cuéntanoslo”, ¿qué papel juegan los hombres?
Las protagonistas son las mujeres… Es verdad que las mayores como Cirila recuerdan que
salían del colegio a mitad de mañana para llevar la comida a los hombres de la casa hasta los
bosques donde talaban los árboles. O que dejaban de trabajar cuando se casaban…
Es también muy divertido el juego entre niños y niñas “¿me quieres? calabazas”. Era una
manera de coquetear los chicos con las chicas; supongo que el dicho de “me han dado
calabazas” viene de ahí.
“Cuéntanoslo” es el primero, pero seguro que tienes en mente muchos temas
interesantes…
Ya me gustaría escribir novela o poesía… pero no es el caso. Este libro es más parecido a un
reportaje periodístico de más páginas que el de un periódico o una revista. Todo lo que se
cuenta en él es verdad y las fotografías son dignas de ver. La selección fue difícil porque
recopilamos más de 1.500 instantáneas sacadas de los álbumes de las protagonistas. ¡Qué
recuerdos! 
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