Eritropoyetina (EPO) y dopaje sanguíneo: ¿el oxígeno por sobre

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Eritropoyetina (EPO) y dopaje sanguíneo: ¿el oxígeno por sobre todas las cosas?
¿Qué es la Eritropoyetina o EPO y cómo funciona?
La EPO es una hormona que se produce principalmente en el riñón si falta oxígeno (hipoxia) en
el cuerpo. Esta hormona mantiene el oxígeno en los tejidos dentro de un rango muy estrecho
controlando la cantidad de glóbulos rojos, denominados eritrocitos, que circulan en la sangre.
En una persona normal, toda pérdida de glóbulos rojos, como, por ejemplo, por hemorragia,
disminuye la entrega de oxígeno a los tejidos. Ésta es una señal para que los riñones segreguen
EPO a la sangre, que luego se envía a la médula ósea. Así se producen más eritrocitos que
envían más oxígeno a los tejidos. Este aumento del suministro de oxígeno es la señal para
reducir la producción de EPO de manera que se mantenga la cantidad normal estacionaria de
glóbulos rojos. Comúnmente, no hay producciones excesivas de eritrocitos incluso luego de la
pérdida más grave que pueda ocurrir.
¿Cuáles son los peligros del uso de la EPO?
El uso de la EPO aumenta la cantidad de glóbulos rojos en la sangre. Según la dosis utilizada, la
sangre se vuelve más viscosa (espesa), sus capacidades de flujo se ven reducidas y aumenta la
carga en el corazón. Esto, combinado con el ritmo cardíaco lento inducido por el ejercicio y la
presión sanguínea baja de los atletas de resistencia, podría conducir a situaciones críticas en las
que aumenta el riesgo de coágulos de sangre. Además, la sangre se puede espesar al realizar
ejercicios pesados en altas temperaturas cuando el cuerpo se encuentra deshidratado. Por lo
tanto, el abuso de la EPO conlleva un riesgo evidente de fatalidades, tales como derrames
cerebrales o paros cardíacos.
Detección del abuso de rhEPO en el deporte
La EPO recombinante (rhEPO) llegó a Europa en 1987. Gracias a su capacidad para
aumentar el transporte de oxígeno de la sangre, la rhEPO se ha utilizado ilícitamente en los
deportes de resistencia. Por lo tanto, la Comisión Médica del IOC decidió prohibir esta droga en
1990, aunque ya se habían prohibido todas las formas de dopaje sanguíneo desde 1984. Desde
entonces, se han desarrollado diferentes métodos para detectar esta forma de dopaje.
Métodos directos
La detección directa de la rhEPO en la sangre o en la orina tiene la ventaja de identificar
la droga pero también la desventaja de tener un precio elevado, ofrecer una baja sensibilidad y
ser difícil de realizar.
La EPO y la rhEPO endógenas, que significa producidas dentro del cuerpo, son apenas
diferentes en su estructura molecular. Un análisis directo utilizó las diferentes cargas de las
estructuras del azúcar para separar las formas endógenas de la EPO de las exógenas (producidas
fuera del cuerpo). Esta técnica es muy confiable en la orina y en la sangre siempre que las
muestras se obtengan dentro de las 24 horas posteriores a la última inyección de rhEPO.
Desafortunadamente, este método es limitado. Si el tratamiento se realizó más de tres días antes
del análisis, se pueden identificar sólo la mitad de los consumidores y si fue más de siete días
antes del análisis no se puede identificar ninguno.
Figura 1: Análisis de orina antidopaje que demuestra la presencia de rhEPO en la orina (ver línea 4). 1. Estándar rhEPO.
2. Orina positiva (control) 3- Orina negativa (control) 4. Muestra declarada positiva. 5. Darbopoietina.
Un análisis nuevo se publicó unos meses antes de los Juegos Olímpicos de Verano
realizados en Sydney en el año 2000. Este análisis separa las isoformas exógenas de la rhEPO
porque son menos ácidas que la EPO endógena. Este análisis también puede separar diferentes
tipos de rhEPO (ver Figura 1).
Métodos indirectos
Se informó que los denominados marcadores secundarios en sangre para detectar el
abuso de EPO pueden descubrir inyecciones de rhEPO administradas más de una semana antes
del análisis. Se supone que también pueden detectar todo tipo de sustancias que estimulen la
formación de sangre. Asimismo, se esperaba que los marcadores en sangre secundarios
pudieran utilizarse para detectar atletas que hubieran dejado de utilizar rhEPO u otros
estimulantes de la producción de glóbulos rojos.
A pesar de estas ventajas, la mayoría de los análisis tienen defectos considerables. La
falta de sensibilidad o especificidad de algunos marcadores secundarios alentaron a los
científicos a juntarlos en un modelo de marcadores múltiples. Se desarrollaron diferentes
modelos matemáticos para identificar a los deportistas que se encontraban bajo un tratamiento
de rhEPO (denominado modelo ON) y los que habían consumido rhEPO en los últimos días
(denominado modelo OFF). En los Juegos Olímpicos de Sydney en el año 2000, se utilizó el
modelo ON como análisis de detección para determinar qué muestras de orina había que
recolectar para realizar el análisis de orina directo.
Apuntando a los adictos
En el mismo año, el Laboratoire Suisse d’Analyse du Dopage (LAD) demostró que
algunos de los marcadores secundarios en sangre se podían utilizar como parte de un análisis de
detección pero que no eran definitivos a los fines del antidopaje. El análisis de detección en
sangre se basó en la determinación del recuento de hematocritos, hemoglobina y reticulocitos
(glóbulos rojos que no alcanzaron la madurez) y se introdujo durante la temporada 2001 de
ciclismo en el Tour des Flandres. Desde entonces, cada vez más federaciones deportivas han
introducido el análisis de detección porque demuestra rápidamente su capacidad para detectar a
aquéllos que abusan de la rhEPO. Con el tiempo, se ha demostrado que es todavía más eficiente
en el seguimiento de atletas. Las variaciones por sobre lo normal fueron excelentes indicadores
de la manipulación sanguínea.
Perfiles sanguíneos anómalos
En la década de 1970, la transfusión de sangre era una práctica común para mejorar el
transporte de oxígeno aumentando la cantidad de glóbulos rojos. Este método de dopaje
prácticamente desapareció con la llegada de la rhEPO al mercado a fines de 1980, ya que la
hormona es mucho más fácil de guardar y utilizar, y es más económica.
El lanzamiento de las medidas de detección directa de la rhEPO en las muestras de orina ha
provocado un efecto secundario no deseado: el regreso al “antiguo” método de la transfusión
de sangre. El seguimiento regular de los parámetros sanguíneos demostró que algunos atletas
obtuvieron valores anómalos aunque no se pudo detectar la rhEPO en su orina.
En el verano de 2004, el LAD introdujo nuevos análisis de dopaje sanguíneo que podían
demostrar si estos parámetros sanguíneos anómalos se debían a las transfusiones de sangre. Las
federaciones que introdujeron los análisis de sangre ahora tienen una herramienta poderosa
para seguir a todos los atletas que potencialmente abusan de la rhEPO o la transfusión de
sangre. Esto supone que estas federaciones centran sus análisis sobre aquéllos que demuestran
perfiles sanguíneos anómalos. Esta ayuda también les permite determinar el predominio de estos
métodos de dopaje antes de que un análisis válido salga al mercado.
Conclusión
Es probable que en un futuro cercano se puedan identificar todos los casos de dopaje
sanguíneo y abuso de rhEPO. La necesidad de tomar muestras de sangre para detectar y analizar
este tipo de dopaje ya es evidente para las autoridades deportivas pero todavía se deben mejorar
los objetivos de la manipulación de sangre. El seguimiento regular de ciertos parámetros
sanguíneos es definitivamente una de las soluciones. También se deben realizar nuevas
investigaciones bioquímicas para mejorar la detección directa de este método de dopaje.
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