Documento 563216

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1. PROYECTO DE LEY SOBRE TRABAJADOR NO REGISTRADO
SITUACION DE DESEMPLEO. REGIMEN DE SALVAGUARDA.
EN
Iniciado: Diputados
Expediente: 4171-D-2009 Publicado en: Trámite Parlamentario nº 105 Fecha: 31/08/2009
| Fundamentos del Proyecto |
Nuestra Constitución Nacional establece en su artículo 14 bis que "El trabajo en sus
diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al
trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor (...)".
Es responsabilidad del Estado, entonces, el breg ar por la defensa y promoción de
los derechos de los trabajadores, fundamentalmente, en lo que se refiere al
problema de la creciente informalización de los contratos de trabajo.
Desde la década del '90, la implementación del Plan de la Convertibilidad q ue
estableció por decreto la paridad entre el peso y el dólar, hizo cada vez menos
competitiva la industria nacional en el extranjero e incluso en el plano interno, por
el incremento de las exportaciones. La recesión que se profundizó entre los años
1998 y 2000, se tradujo finalmente no sólo en el aumento del desempleo, sino
también en la precarización de las condiciones laborales. Y si bien la Ley de Empleo
de 1991 instituyó un sistema de prestaciones por desempleo, éstas sólo alcanzan a
aquellos trabajadores en relación formal de dependencia, excluyendo así a aquellos
trabajadores no registrados, que quedaron injustamente excluidos de toda
protección estatal.
Los bajos salarios, las asimetrías en el nivel de ingresos, la inestabilidad de las
relaciones laborales y la exclusión de la seguridad social contribuyen a la
profundización de la pobreza y la marginación, con la consecuente pérdida de la
dignidad de la persona humana en su conjunto, como consecuencia de la negación
de uno de sus derechos fundamentales: el derecho a una vida digna.
Desde el punto de vista político, el trabajo no registrado o "en negro" mostraría la
creciente des-universalización de las protecciones sociales, porque excluye de la
contención estatal a miles de trabajadores y sus famili as. Esta exclusión se verifica,
entre otras cosas, en el bajo nivel de los salarios y en la negación de las
prestaciones de seguridad social y accidentes laborales, a la par de que quedan
desprovistos de cualquier tipo de prestación o subsidio cuando pierd en ese
inestable trabajo, ya que no cuentan con los medios ni con las medidas necesarias
para reclamar por las prestaciones que les corresponden.
En una primera aproximación, es posible sostener que la política laboral es la que
queda plasmada en normas e instituciones del trabajo, pero también, y
especialmente, la política laboral debe ser vista como la voluntad y la capacidad del
Estado para intervenir y actuar mediante sus propios instrumentos de regulación en
la protección y defensa de los trabajadore s en su conjunto.
En este sentido, en el año 2003 nuestro gobierno incorporó dentro de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio para Argentina -en acuerdo con la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización de Naciones Unidas (ONU) - el
objetivo de "promover el trabajo decente".
En consonancia con lo anterior, la ley n° 25.877 del año 2004, establece en su
artículo 7 que "El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social promoverá la
inclusión del concepto de trabajo decente en las pol íticas públicas nacionales,
provinciales y municipales", poniendo especial atención, entre otras cuestiones, a
las políticas de regularización del trabajo no registrado y a las políticas para la
ampliación del sistema de protección social y del seguro de d esempleo.
Si bien es innegable que hubo ciertos avances en la materia, la coyuntura actual de
la crisis internacional generalizada, volvió a afectar la calidad del empleo en
nuestro país, minando las mejoras alcanzadas hasta ahora. El poco dinamismo de la
demanda laboral de las empresas formales y la ausencia o debilidad de la redes de
protección social para enfrentar el desempleo obligan
a muchas personas a buscar ingresos alternativos en actividades informales, lo que
muestra la orfandad de la que son víctimas nuestros trabajadores, sobre todos
aquellos que forman parte de los sectores más vulnerables.
Si tomamos los datos provistos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INDEC), el empleo informal en el primer trimestre de este año 2009 fu e del 36,4%.
Esta información está provista por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), la
cual toma como población de referencia a 31 aglomerados donde habitan 24,5
millones de personas. De ese total, 11,3 millones conforman la Población
Económicamente Activa, siendo 10,3 millones los ocupados y 948 mil los
desocupados. Entre los ocupados, el 76,4% son asalariados y de ese total, al 36,4%
no se le realizan descuentos jubilatorios, no tienen obra social ni cobertura por
riesgos del trabajo. Este porcentaje representa aproximadamente a 2,86 millones
de personas, de las cuales no podemos saber tampoco cuántas ya han perdido su
precario trabajo, quedándose sin ningún tipo de sustento.
Es precisamente en coyunturas como ésta, que la protección social se vuelve clave
para mitigar los efectos de la crisis sobre los trabajadores y sus familias, y lo
propuesto en este proyecto es, justamente, una forma de garantizar a aquellas
personas que ya fueron víctimas de la precarización laboral y ahora del desempleo,
un sustento que colabore a alivianar la pesada carga que es ser un desocupado. De
alguna manera, también, es una forma de colaborar a que las políticas del Estado
en el ámbito laboral sean un poco más equitativas, en cumplimiento con los
derechos fundamentales reconocidos por nuestra Carta Magna.
Es por todo lo expresado anteriormente, que solicito el acompañamiento de mis
compañeros legisladores al presente proyecto de ley. -
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