Salida al Desierto

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SALIDA AL DESIERTO
OBJETIVO:
Motivar al joven con el testimonio del pueblo de Israel para que se disponga a
tener un encuentro con Cristo que dé pleno y verdadero sentido a su vida.
ESQUEMA:
I.- RELATO EN SINTESIS DE LA LIBERACION DE ISRAEL DE LA ESCLAVITUD DE
EGIPTO.
II- LIBERACION DE ISRAEL LIBERACION PERSONAL DEL PECADO.
III. LA JORNADA: PUNTO DE ARRANQUE PARA RENOVAR NUESTRA CONCIENCIA DE
SER JOVENES REDIMIDOS.
IV.- PREGUNTAS.
SÍNTESIS ESQUEMATICA
A
ETAPAS GEOGRÁFICAS
EN EGIPTO
EN EL PASO DEL MAR
ROJO (MAR DEL SUR)
EN EL SINAI
A TRAVES DEL
DESIERTO
EN LA TIERRA
PROMETIDA
B
El destino nacional de
Israel.
C
La acción divina
Israel Esclavo.
Dios mira a su pueblo
oprimido.
Dios lo libera y hace
pasar por el Mar Rojo.
Dios hace alianza con
Israel en el Sinaí y
formula su voluntad en
su Ley.
Dios prueba a su pueblo
y lo perdona sin cesar.
Dios hace entrar al
pueblo en la tierra que le
ha prometido.
Fuga de la opresión bajo
la guía de Moisés.
Israel recibe la Ley que lo
convierte en pueblo.
Israel anda errante en el
desierto.
Israel termina por
conquistar la tierra
habitada por sus
antepasados.
D
El Conocimiento de Dios
a través del
acontecimiento.
Se revela como Dios de
los pobres y afligidos.
Se revela como Dios
Salvador.
Se revela como Dios de
Alianza.
Se revela como Dios de
perdón, de misericordia
Se revela como Dios de
fidelidad.
I.- RELATO EN SÍNTESIS DE LA LIBERACION DE ISRAEL DE LA ESCLAVITUD DE EGIPTO.
La historia del pueblo de Israel comienza cuando un hombre se fía de Yavé, el Dios Único y
Verdadero. Creador de todo cuanto existe. Se trata de Abraham, a quien Dios le pide obediencia y a
cambio le promete una gran descendencia. Por haberse fiado Abraham enteramente en "La Palabra
de Dios", recibe como recompensa el cumplimiento de la promesa hecha por Dios, y así comienza la
generación de Abraham con Isaac, después Esaú y Jacob, hijos de Isaac; Jacob es el padre de doce
hijos: Rubén, Simeón, Leví, Juda, Isacar, Zabulón, Benjamín, Dan, Neftalí, Gad, Aser y José. La bondad
y la providencia divinas, aun en medio del egoísmo que los hombres arrastraban como
consecuencia del pecado cometido por los primeros hombres creados -Eva y Adán, fue guiando a la
descendencia de Abraham a un momento decisivo para la historia de la humanidad. Las
circunstancias hicieron que los descendientes de Abraham llegaran a la tierra de Egipto, en ese país
comenzaron a ser fecundos y se multiplicaron hasta llegar a ser muy fuertes y llenaron el país. Fue
entonces cuando los egipcios, temerosos del crecimiento de los israelitas (llamados así por ser
descendientes de Jacob a quien Dios llamó: "Israel", que quiere decir: "fuerte ha sido él contra Dios"
-Jacob luchó con Dios hasta que Este le bendijo-. Cfr. Gén. 32, 23-33), decidieron tiranizarlos y
esclavizarlos. Pero Dios envió un gran hombre, un hombre de Dios, nacidos de los mismos israelitas,
Moisés, creció en medio de la casa del faraón egipcio, pero llegado el momento oportuno Dios lo
llama para ser el liberador, el guía y conductor del pueblo israelita que estaba siendo fuertemente
oprimido por los egipcios. Dios otorga a Moisés el poder de hacer prodigios y el da instrucciones
sobre la misión que le encomienda: "Di a los hijos de Israel: Yo soy Yavé; yo os libertaré de los duros
trabajos de los egipcios, os libraré de su esclavitud y os salvaré con brazo fuerte y castigos grandes.
Yo os haré mi pueblo, y seré vuestro Dios; que os sacaré de la esclavitud de Egipto. Yo os
introduciré en la tierra que he jurado dar a Abraham, a Isaac y a Jacob, y os la daré en herencia. Yo
Yavé" (Ex. 6, 6-8).
Dios cumple su promesa de liberar a los israelitas prodigiosamente. Endureciendo el corazón del
faraón egipcio, Dios envía diez plagas y a pesar de la obstinación del faraón, los israelitas son
sacados del país, al salir son perseguidos por los guerreros egipcios, pero Dios defiende a los
israelitas y los enemigos mueren al cruzar el mar de Sul o mar de las cañas. Los israelitas llenos de
gozo entonan un canto de triunfo (Cfr. Ex. 15, 1-18). Viene luego la marcha de los israelitas por el
desierto, es una etapa difícil de prueba, de purificación, en muchos momentos los israelitas llegan a
desconfiar de Dios, pero Dios sigue siendo fiel, les perdona y tiene misericordia para con ellos. "Al
tercer mes después de la salida de Egipto... llegaron los hijos de Israel al desierto del Sinaí— al
llegar al desierto de Sinaí acamparon... frente al monte". (Ex. 19, 1-2). Precisamente en ese monte
tiene lugar el pacto entre Dios e Israel, es entonces cuando Israel es constituido como pueblo y
recibe la Ley o Decálogo (los mandamientos). En todo momento Moisés es el mediador entre Dios y
los israelitas. Es Moisés el mediador de la alianza entre Dios e Israel. Para llegar a la tierra que Dios
había prometido a los israelitas, tuvieron que pasar cuarenta años en el desierto, muchos murieron
en el desierto, muchos fueron infieles y desconfiaron de Dios, no soportaron la prueba. Pero a pesar
de todo, Dios, que es siempre fiel cumplió su promesa y les dio en posesión la tierra de Canaán:
"Esta es la tierra que bajo juramento prometí a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: a tu descendencia
se la daré". (Dt. 34, 4),
En toda esta brevísima síntesis destacan dos ternas: la liberación de Egipto y la alianza en el Sinaí:
ambos temas están enlazados mediante un tema secundario: la marcha por el desierto.
II. LIBERACION DE ISRAEL, LIBERACION PERSONAL DEL PECADO.
Al elegir Dios a los israelitas para formar de ellos un pueblo, liberándolos de la esclavitud de los
egipcios, les manifestó su amor de predilección. Nosotros hemos sido también liberados, o mejor
todavía, redimidos por Cristo, hemos recibido este privilegio pleno y directamente el día de nuestro,
bautismo.
A pesar de haber sido redimidos por Cristo, quien nos ha manifestado un amor muy grande, al dar
su vida por nosotros en la cruz (máxima prueba de amor), muchas veces hemos vivido en la
opresión y esclavitud del pecado. De hecho Cristo nos ha redimido -con su muerte y resurreccióndel pecado, del demonio y de la muerte; pero muchas veces no hemos sido conscientes del amor de
Cristo, de su acto de redentor, y seguimos hundidos en el fango del pecado, y por tanto de la
tristeza, del aburrimiento, de una vida sin sentido; de una vida cuyo fruto es la muerte, porque eso
es lo único que produce el pecado.
La jornada que ahora comenzamos quiere ser una prueba del amor de Dios que pretende ayudarnos
a tomar conciencia de la redención que Cristo ha obrado por nosotros y en nosotros, en cada uno.
Es importante aprovechar todos los elementos positivos que la jornada ofrece.
Hubiera sido absurdo que algunos israelitas regresaran a Egipto para volver a fa esclavitud, pero
seguir el camino que Dios les mostró rumbo a la tierra prometida, no fue nada fácil, incluso hubo
muchos desertores y cobardes, miedosos y desconfiados del poder y de la misericordia de Dios,
muchos Violaron también la alianza hecha en el monte Sinaí, muchos desconfiaron de Dios y fueron
en búsqueda de otros ídolos.
Nosotros hemos sido redimidos por la sangre de Cristo -liberados del pecado- pero hace falta
renovar nuestra fe en la redención de Cristo, tomar conciencia de que es sumamente absurdo que
un redimido por Cristo siga viviendo en pecado. Cristo nos ha renovado en lo más profundo del
corazón, pero para vencer el pecado hace falta esfuerzo y generosidad porque el pecado original
(pecado de nuestros primeros padres: Adán y Eva), dejó nuestra naturaleza inclinada al pecado, y
por tanto asumir la redención de Cristo requiere de nuestro esfuerzo y constancia; esfuerzo: sí, pero
a cambio de obtener nuestra plenitud humana y cristiana, Un hombre que vive en pecado rebaja su
condición humana y despedaza su condición cristiana, su ser de hijo de Dios y hermano de Cristo.
III. LA JORNADA: PUNTO DE ARRANQUE PARA RENOVAR NUESTRA CONCIENCIA DE SER
JOVENES REDIMIDOS.
En la actualidad muchas personas viven a nivel de sentidos: ven, hablan, escuchan cosas, van y
vienen... sin mayor reflexión, se preocupan de tener cosas, comodidad, de vivir una vida más o
menos placentera; pero no abundan quienes viven una vida intensa, profunda, plenamente
consciente y honrada. Esto conduce a la superficialidad y mediocridad, conduce a una falsa visión
de hombre, de la vida, del mundo; en la persona se ve sólo la fachada externa y poco se aprecian sus
valores y su dignidad como ser inteligente, responsable y capaz de vivir un amor muy grande
cargado de generosidad y de entrega desinteresada-; de la vida se aprecian más las cosas
materiales, lo que se ve y se palpa, que las riquezas del espíritu: el bien y la verdad; el mundo se ve
como un objeto al que hay que sacarle el mayor provecho a costa de lo que sea, se explota y se
destruye la naturaleza sin preocupación por el bienestar y la salud de todos los hombres que
habitamos el planeta.
Ciertamente no todo es malo y negativo, pero se cometen todos esos errores por no tener una
visión adecuada de las cosas, y esto ocurre por falta de conciencia, de reflexión, de mentes
despiertas en la verdad y el bien.
Es obvio que si en un nivel humano hace falta tomar conciencia de la verdad de nuestra vida, es
también de suma importancia tomar conciencia de nuestra fe -realidad sobrenatural-. ¿No será que
muchas veces los cristianos no "vivimos de fe", porque tenemos nuestra conciencia cristiana
dormida? o ¿por qué nos cuesta descubrir la presencia de Cristo, en nuestros hermanos?, ¿por qué
tan tardos y perezosos para hacer la que más le agrada a Dios nuestro Padre?, ¿por qué siempre
buscando lo mejor para nosotros aunque molestemos y dañemos a los demás?, ¿por qué tantas
quejas de los demás y de lo que nos pasa?, ¿por qué tan poco fieles en el cumplimiento de nuestros
deberes diarios?, ¿por qué tan desobedientes u obedeciendo a regañadientes? Lo que ocurre es que
no tenemos conciencia de que un cristiano debe asemejarse a Cristo, si un cristiano debe ser bueno,
muy bueno, debe ser puro, honesto, fuerte, valiente, generoso, responsable, piadoso... Tú puedes
añadir la lista de las virtudes que debe vivir un cristiano. ¿Te das cuenta de que el pecado debe
quedar lejos de la vida de todo cristiano? Pero no basta para tomar conciencia de tu ser cristiano
con que sepas algunas cosas, es importante que todos los cristianos nos demos cuenta de lo que
somos en realidad -de nuestra manera de vivir- y de lo que deberíamos ser.
Cristo ha realizado una obra muy grande, nos redimió, es decir, nos rescató del pecado, del demonio
y de la muerte, pero no nos rescató con oro ni con plata, no hubieran bastado todo el oro y la plata
del mundo para liberarnos: Cristo nos ha comprado con sangre, con toda su sangre: que derramó
como sudor en el huerto de Getsemani, que le hicieron saltar brutalmente con golpes y azotes que
surcaron su cuerpo, sangre que brotaba abundante de la corona de espinas, que a chorro saltaba del
agujero de los clavos, que salió de su pecho traspasado por la lanza.
Mucho le ha costado a Cristo nuestro rescate. No sería honrado de nuestra parte continuar esclavos
de nuestro egoísmo, de nuestras pasiones, de nuestro pecado.
La obra de Cristo ¿está ya hecha en ti? Sí y no, todo depende.
Una emisora de televisión puede estar transmitiendo un magnifico programa, y tú, en cambio, no
captar nada porque el aparato está apagado, pero basta con acercarte y encenderlo.
Cristo realizó su obra: nos dejó su doctrina salvadora, nos dio ejemplo, nos redimió del pecado,
devolviéndonos la vida divina, y nos dejó todos los medios para vivir como hijos de Dios, como El.
Pero toda la obra de Cristo llega a ti y se convierte en gozosa realidad.., sólo si tú la aceptas y te'
dispones a aprovecharla.
El mensaje de Cristo adquiere toda la dimensión y eficacia cuando es escuchado, aceptado,
asimilado. Esto es lo que quiere decir tener nuestra conciencia cristiana despierta. Es preciso
adherirse de corazón a Jesucristo.
Esto es lo que debe ser la jornada: punto de arranque para renovar nuestra conciencia de ser
jóvenes redimidos por Cristo.
IV. PREGUNTAS.
Responde delante de Dios con honradez lo siguiente:
¿Cómo vas a enfrentar las adversidades que encuentras a lo largo de te desierto en esta jornada?
¿Cómo quieres vivir tu encuentro con Cristo en esta jornada?
-Trabajo personal.
- Reflexionar las preguntas.
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