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23 de febrero de 1988
Señor
Gerardo Céspedes Corrales
Jefe, Departamento Servicios
EDITORIAL COSTA RICA
S. O.
Estimado señor:
En su nota de fecha 16 de diciembre último distinguida con el número DSA: 08387, usted solicita nuestro criterio en torno a la situación que se presenta en esa Editorial con
el pago de horas extra al señor Víctor Azofeifa Chaves, chofer de la Gerencia General, a
quien le fue autorizado por la Comisión de Recursos Humanos, un total máximo de treinta
y seis horas mensuales. También indica usted, que al sobrepasar ese total autorizado, la
Gerencia General ordenó el cómputo del exceso de horas como vacaciones. Al respecto
manifestamos:
I.- La jornada extraordinaria, comúnmente llamada horas extra, es aquella en la cual se
realiza un trabajo efectivo, pero rebasando los límites de la jornada normal de trabajo y
debe laborarse únicamente cuando las necesidades extraordinarias, imperiosas y de tipo
impostergable de la entidad así lo requieren.
Encontramos aquí los siguientes elementos que definen la jornada extraordinaria:
1.-
Trabajo que se realiza fuera de los límites de la jornada normal;
2.- Sólo debe laborarse cuando se trata de satisfacer necesidades extraordinarias,
imperiosas e impostergables;
3.- Como consecuencia de lo anterior, se trata de labores urgentes y temporales que
surgen en un momento determinado, por lo que el pago de tiempo extraordinario en forma
permanente está prohibido.
Ahora bien, existiendo una gran cantidad de funcionarios que laboraban horas extra,
el Poder ejecutivo promulgó el Decreto Nº 14638-H de 23 de junio de 1983, donde se creó
la Comisión de Recursos Humanos, que es la competente para resolver todas las cuestiones
relativas al pago de horas extra.
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Dentro de los considerandos del citado Decreto se señaló:
5º.- Que el artículo 12 de las directrices emitidas por el Presidente de la
República y los Ministerios de Hacienda y de la Presidencia el día 7 de
setiembre de 1981, se establece:
Queda restringido el pago de horas extra. Esta subpartida se podrá contemplar
exclusivamente en aquellos casos de trabajos eminentemente ocasionales y
que no pueden ser ejecutados durante la jornada ordinaria por el personal que
se dispone para ello (...). La Comisión de Recursos Humanos dentro del
término señalado en el artículo anterior, deberá autorizar los casos que proceda
el trabajo extraordinario.” (El subrayado no es del original).
Por otro lado, la Ley Nº 7015-85 dispuso en su artículo 96:
“Los choferes del sector público no sujetos a supervisión inmediato, o con
funciones discontinuas, que se vean obligados a trabajar más del tiempo de
su jornada normal, tendrán derecho a que se les cubran las horas
extraordinarias a tiempo y medio, hasta un máximo de cuatro por día.
Salvo disposición en contrario, se considerará como jornada normal del
chofer la ordinaria establecida para todos los servidores en cada
institución, excepto en el caso de ausencia de supervisión inmediata, en
que la jornada normal será la definida en el artículo 143 del Código de
Trabajo” (El subrayado es nuestro).
El artículo 143 del Código de Trabajo establece como jornada normal para los
choferes como de doce horas diarias teniendo derecho, dentro de esa jornada, a un descanso
mínimo de una hora y media, con lo cual los choferes no sujetos a supervisión inmediata,
quedan excluídos de la limitación de la jornada de trabajo ordinaria.
Bajo este cuadro normativo, en nuestro concepto, un chofer de la Gerencia General
como lo es el caso del señor Víctor Azofeifa Chaves, no está sujeto a supervisión
inmediata, por lo que, de acuerdo al artículo 143 del Código de Trabajo en concordancia
con el 96 de la Ley 7015-85 ya citada, su jornada laboral diaria es de doce horas, con una
hora y treinta minutos de descanso dentro de esa jornada.
Ahora bien, si el señor Azofeifa Chaves se ve obligado a trabajar más allá de ese
plazo, tendrá derecho al pago de jornada extraordinaria, hasta un máximo de cuatro horas
por día.
No obstante, conviene dejar claro que en ningún caso deben laborarse horas
extraordinarias en forma permanente. Así, la posibilidad que da la Ley 7015 (artículo 96)
de laborar hasta cuatro horas extraordinarias por día, no debe entenderse que faculte a
laborar horas extra todos los días del mes. Se laborarán sólo cuando sea extrictamente
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necesario, siendo la regla de principio, que en la mayoría de los días laborables, no se
trabajarán horas extra.
Igual razonamiento debe utilizarse en cuanto a la autorización dada por la Comisión
de Recursos Humanos. Dicha Comisión lo que fijó fue un límite mensual de horas extra a
laborar. Pero no debe entenderse como una autorización para que todos los meses se
laboren horas extra. Sólo por razones de imperiosa necesidad se trabajarán, siendo el
principio, que en la mayoría de los meses, no se tendrá que laborar horas extraordinarias.
Por lo anterior, consideramos que la situación por usted planteada es totalmente
anormal, quedando en evidencia que el señor Víctor Azofeifa Chaves, está realizando
labores, a modo de jornada extraordinaria, que más bien son permanentes sin que se
demuestre el estar llenando una necesidad imperiosa e impostergable.
En ese sentido, debe corregirse la situación en estudio y si es del caso, esa Editorial
deberá realizar las gestiones pertinentes a fin de contar con el número de choferes
necesario, ya que el estar pagando horas extra podría, más bien, resultar altamente costoso
para la Administración.
No omitimos manifestar que para el pago de las horas extraordinarias, debe estarse
a lo dispuesto por el artículo 49, párrafo cuarto, de la Ley de la Administración Financiera
de la República.
II. En cuanto al segundo aspecto de su consulta, debemos indicarle que no encontramos
norma jurídica que autorice “compensar” el pago de horas extra con tiempo libre a título de
vacaciones, por lo que ese proceder a nuestro juicio, no se conforma con el ordenamiento
jurídico aplicable a la materia, y frente al silencio, debemos entender que existe una
prohibición concreta de actuar.
A mayor abundamiento, debemos indicar que no solo la doctrina administrativa da
sustento para estimar improcedente la compensación de marras, sino que desde el punto de
vista del Derecho Laboral también resulta objetable. En efecto, el artículo 11 del Código
de Trabajo, de aplicación para el presente asunto por vía del numeral 51 del Estatuto de
Servicio Civil, al consagrar el principio de la “irrenunciabilidad”, impide al trabajador
renunciar voluntariamente a los derechos que la legislación laboral reconoce a su favor.
Bajo este orden de ideas, podemos afirmar que un trabajador no puede válidamente
aceptar el no pago de horas extra laboradas a cambio de tiempo libre a título de vacaciones.
Aquí conviene recordar, que cuando el salario se ha estipulado en dinero, deberá el patrono
pagarlo en moneda de curso legal obligatorio (artículo 165 del Código de Trabajo).
Consecuentemente, siendo el pago de horas extra parte del salario, su remuneración sólo
puede darse en dinero.
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Por otra parte, es objetable la “compensación” aludida, ya que esta Contraloría
desconoce los parámetros que se siguen para determinar cuántas horas de “vacaciones”
corresponde conceder por tantas horas extra.
Por todo lo expuesto, se debe corregir lo actuado por esa Administración en cuanto
a las horas extraordinarias que labora el señor Azofeifa Chaves. Además, no resulta
procedente la “compensación” de horas extra por vacaciones, por lo que esa
Administración debe corregir inmediatamente la situación de comentario, dejando a la
exclusiva responsabilidad de esa Editorial lo sucedido hasta la fecha.
Finalmente, advertimos que de acuerdo al artículo 47 del Reglamento Orgánico de
esta Contraloría, en el futuro, toda consulta deberá acompañarse del criterio técnico del
Departamento correspondiente según la materia consultada.
Atentamente,
DEPARTAMENTO LEGAL
Licda. Aracelly Pacheco Salazar
DIRECTORA
GAG/esv
NI: 21389
469-L-88
Documento redigitado
Horas extras – jornada extraordinaria – salario y remuneración -
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