Modelos educativos mexicanos

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LA EDUCACIÓN RACIONALISTA Y LA EDUCACIÓN SOCIALISTA, DOS MODELOS
EDUCATIVOS EN MÉXICO, 1920−1940
El México nuevo, emanado de la revolución social de 1910 enfrentaba una crisis severa; en el seno de la
política existía un desorden y descontrol ocasionados por las pugnas y enfrentamientos suscitados entre los
distintos actores que deseaban la imposición de sus ideales y el control de la gobernancia del país; las
industrias eran escasas, la mayoría extranjera; el campo rural no producía; la falta de caminos y vías férreas
(15 mil kilómetros en ese entonces) ayudaban en muy poco al comercio; la educación se hallaba sumergida en
el estancamiento, la población alfabetizada no era mayor al 20% y no había un plan específico que atacara de
manera sustancial los problemas educativos del México posrevolucionario. Las discusiones en el congreso
constituyente de 1916−1917, se situaban en el marco del concepto del laicismo que debía establecer el art. 3º.
Constitucional.
Estos litigios dirigidos hacia la participación de la iglesia católica, y la vieja y discutida contradicción de la
libertad de enseñanza incluido en el proyecto de reforma presentado por Venustiano Carranza el 1 de
diciembre de 1916, atrajeron las atenciones de los diputados que no centraron los debates en la construcción
de un sistema educativo claro, que buscara contrarrestar la situación deplorable de la escuela mexicana.
Empero, una política mas estable y un gobierno mas firme en los años 20, permitieron que el sistema
educativo mexicano realizara grandes esfuerzos para combatir los atrasos en materia de educación.
A medida que la sociedad se adelantaba en el camino de la civilización, las funciones de la iglesia y el
gobierno se especializaban. De esta manera, la educación laica significó, al mismo tiempo, educación ajena a
toda religión y exigencia de cientificidad, dando así, el término de educación racional que muchos
congresistas y hombres letrados preferían.
El sello que se le confiere a la educación en la constitución de 1917, el cual estipula que debe ser libre y laica,
queda libre de reformas hasta 1934, cuando la educación pública es definida como socialista. Este modelo
educativo incorporado al SEM en el gobierno de Lázaro Cárdenas, subsistió pocos lustros, ya que en 1946,
bajo el gobierno de Manuel Ávila Camacho y Jaime Torres Bodet en la Secretaría de Educación Pública
proponen una nueva reforma constitucional que redefinió a la educación como democrática y nacional .
Estos dos modelos educativos, racionalista y socialista, aunque cortos en tiempo, significaron un gran impulso
para tratar de lograr soslayar en parte el analfabetismo y la cobertura educativa, entre otras carencias de la
escuela mexicana.
Por estas razones, es menester, hacer una comparación de los logros obtenidos, y un análisis de los rasgos y
posturas de cada tipo de escuela. Lo anterior en base a la pregunta central:
¿Cuáles fueron los logros e impactos en la sociedad del México posrevolucionario impulsados por estos
modelos educativos?
Principios y postulados de la escuela racionalista y escuela socialista
La educación racionalista parte del principio de hacer que los niños y niñas que se confieren a esta
escuela lleguen a ser personas instruidas, verídicas y justas; libres de todo prejuicio, para ello sustituirá
el estudio dogmático por el razonamiento de las ciencias naturales. El racionalismo exagera el papel de
la razón con detrimento de la experiencia. Esta escuela emplea el método deductivo para alcanzar la
verdad y desconfía del conocimiento sensorial.
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Si nos situamos en un marco histórico, el surgimiento de la escuela racionalista en México, se daba en el
tenor de una creciente e incontenible lucha de clases, de una nueva concepción filosófica del mundo que
resolvía las dudas del origen del hombre en el sentido monístico, genético y evolucionista, un rechazo
contenido de los viejos dogmas religiosos y dualistas que orientaban los sistemas educativos. Esta
escuela declara sus principios en el sentido de responder a las exigencias sociales de la época;
demostrando que las religiones eran una farsa que promovía la explotación del hombre por el hombre,
alejándolo de la solidaridad; y buscaba formar personas libres y fuertes, sin amos, ni salarios.
Admite la necesidad de investigar causas del desenvolvimiento humano, no tiene dioses ni acepta la
existencia de vidas ultraterrena, rechaza el dualismo y fundamenta sus programas en el sistema
filosófico del monismo energético.
La escuela socialista por su parte, nace del principio humanista de la pedagogía clásica, donde todos los
hombres pueden ser instruidos en forma integral y están en condiciones de todo lo valioso y hermoso
que ha producido la humanidad.
Para algunos historiadores el proyecto de educación socialista significó el sostenimiento del poder para
el grupo gobernante. Por otra parte, esta escuela estaba en busca de una transformación profunda de
los sistemas clasistas y de las estructuras socioeconómicas del país. Se pronunció a favor de una
educación basada en un socialismo científico, que preparase a las juventudes de la época para
comprender las oscuras y tenebrosas direcciones que el capitalismo ofrecía; y la desarticulación de la
lacra burguesa, parásita del progreso del país y del trabajo campesino; hacia una justicia social
verdadera.
De este principio central, desprenden algunos otros: la uniformidad, pretendía la unificación del
pensamiento; escuela popular, o educación de las clases trabajadoras, consistía en procurar que la
escuela socialista estuviera dirigida hacía los integrantes de la comunidad nacional y no a una minoría
privilegiada. Cientificidad, según la Confederación Mexicana de Maestros de 1933, la escuela socialista
buscaba desfanatizar y desprejuiciar a las masas y preparar eficientemente a las generaciones futuras.
La escuela socialmente útil, principio que encuentra relación con la escuela vasconceliana, pero con
rasgos ciertamente diferentes, puesto que el marco teórico de ésta quedó definida por la emancipación
de las clases trabajadoras, y no por una educación espiritual y un desarrollo cultural, características
definitorias del proyecto de Vasconcelos. Significaba que la educación proporcionada debía tener
correspondencia con los contenidos educacionales y las necesidades y los intereses inmediatos del
pueblo trabajador o proletariado. Se definía dentro de un principio funcional porque promovía una
educación técnica y científica que permitiesen a los trabajadores incorporarse activamente en la
producción, eliminando intermediarios y las clases e instituciones parasitarias.
Cabe y es preciso aclarar que el proyecto socialista de la educación tendía hacia una directriz de
progreso y justicia social, extirpando la búsqueda de la riqueza material e individual por la mejora de
la comuna a base de participación y solidaridad de sus integrantes.
Bases legales de la educación racionalista y socialista
La construcción de la educación posrevolucionaria, estuvo envuelta en una serie de controversias y
disputas entre los grupos dominantes que pretendían establecer sus ideas y definir las orientaciones que
debía tener la educación.
Los debates de la asamblea constituyente de 1916−1917, entre las fracciones carrancistas liderada por el
diputado Félix Palavacini y el grupo ligado a Alvaro Obregón, dirigida por Francisco J. Mújica,
entablaron sendas discusiones. La fracción carrancista, con la defensa de la idea de la libertad de
enseñanza, pugnaba por la consecución de ese concepto emanado de la constitución de 1857. Por su
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parte, el grupo liderado por Mújica se contraponía y cerraba filas en torno a la incoherente idea de los
carrancistas, como lo podemos distinguir en el siguiente texto que sintetiza la participación del líder
radical en la 12ª. Sesión del congreso sobre el artículo 3º. Constitucional celebrado el día 13 de
diciembre de 1916.
...si señores, si dejamos la libertad de enseñanza absoluta para que tome
participación en ella el clero con sus ideas rancias y retrospectivas, no
formaremos generaciones nuevas de hombres de intelectuales sensatos,
sino que, recibirán de nosotros la herencia del fanatismo...
La fracción carrancista insiste, defiende y pugna por la inclusión explícita del concepto en el texto
constitucional; como lo demuestra la participación de Truchuelo en la 15ª. Sesión ordinaria del 16 de
diciembre de 1916.
...el estado, si tiene el imperioso deber de garantizar el ejercicio de la
libertad de pensamiento, quitándolo toda traba y no es el caso de que
ataque a ninguna religión con el principio de la libertad de enseñanza...
todas las libertades tienen como límite la libertad de los demás...
Al concluir con las deliberaciones, y después de las votaciones el artículo 3º. Constitucional quedó de la
siguiente manera:
Art. 3º. La enseñanza es libre, pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de educación,
lo mismo que la enseñanza primaria, elemental y superior que se imparta en los establecimientos
particulares.
Ninguna corporación religiosa. Ni ministro alguno de culto, podrán establecer o dirigir escuela de
instrucción pública...
Destaca que el numen de la diatriba para formular el texto del art. 3º. Apuntaban al concepto de la
libertad de enseñanza y laicicidad . La escuela, inspirada en el primer concepto contribuía en la
adquisición y fortalecimiento de la identidad nacional, además, estaba expuesta a las injurias del
dogmatismo religioso.
Por su parte, la escuela socialista, inspirada en el mejoramiento de la vida social, expresaba, al igual
que la racionalista, la enseñanza exenta de cualquier doctrina religiosa, además, la escuela sería
organizadora de sus enseñanzas y actividades de forma que permitiese crear en la juventud un concepto
racional y exacto del universo y la vida social.
Tal concepto, racional y exacto, suscitó una serie de controversias entre los grupos de letrados y
fracciones en las cámaras. Algunos detractores de la escuela socialista argumentaban que dicho
concepto era el catalizador de otro dogma aparentemente basado en una concepción materialista del
mundo, en la luchas de clases y en el predominio de la verdad científica.
Narciso Bassols, redactor del Art. 3º. En 1934, el cual se mostrará mas adelante, defiende el sentido de
cincho concepto en una carta dirigida al lic. Jaime Torres Bodet.
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No me coloco en la posición arrogante... de sostener que la fórmula del concepto racional y exacto sea
perfecta... veámosla a contra luz, ¿es que se podría defender una educación irracional, es decir,
mística?¿y una educación orientada conforme a la razón, categoría suprema del hombre racional, por
tanto, es malo que sea válida, científica, correcta?. No otra cosa quiere decir el segundo atributo de
exacta que se le fija.
El proyecto de la educación socialista planteaba una escuela basada en una enseñanza bajo el criterio
marxista del materialismo dialéctico como un método general del conocimiento de los fenómenos.
El texto aprobado por las cámaras de diputados y senadores y las legislaturas de los estados, el 28 de
noviembre de 1934, quedó legalizado de la siguiente manera.
Art. 3º. La educación que imparta el estado será socialista, y además de excluir toda doctrina religiosa
combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades
en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida
social...
al igual que el modelo antecesor, la escuela socialista abogaba por la no participación de la iglesia en las
actividades educativas, además, las concesiones a los particulares estarían regidas y limitadas por
criterios explícitos en el artículo 3º. Donde el Estado tendría plena libertad de revocar dichas
concesiones sin que los particulares tengan elementos jurídicos para su defensa.
Acciones Y Programas
Uno de los periodos mas importantes y significativos de la escuela racionalista correspondió a la gestión
del Lic. José Vasconcelos comprendida de 1929−1924. Sus ideas revolucionarias y transformadoras
calaron hondo en el devenir de la nación, y con el respaldo y cooperación del presidente Alvaro
Obregón, se emprendieron ambiciosas campañas de alfabetización, creación de escuelas, bibliotecas y
talleres por el país.
Una de las campañas mas importantes promovidas en este periodo fue la creación de la Secretaría De
Educación Pública. A la par se emprendían cruzadas a favor de la alfabetización. La primera de ellas
correspondió a la creación de un cuerpo de profesores honorarios de educación elemental, formado por
hombres y mujeres con un mínimo de estudios de tercer grado de la primaria. El cuerpo de maestros
honorarios tenía la obligación de dar por lo menos una clase a la semana de lectura y escritura a dos o
mas personas. Estos maestros también fomentaban el aseo y la higiene, la buena alimentación, el vestir
limpiamente, el ejercicio, etc.
Para la evaluación correspondiente y verificar los avances del programa, los maestros honorarios
presentaban a sus alumnos con los inspectores oficiales. Si el profesor honorario hubiese presentado con
éxito a 100 o mas alumnos recibía de la Universidad Nacional de México un diploma que certificaba el
hecho y le daba preferencia en la petición de empleo en sus instalaciones y dependencias.
Se creo el Instituto Etnográfico Indígena que tenia por objetivo la búsqueda de la identidad nacional
entre los pueblos del país, fomentando las artes indígenas. Se instalaron escuelas rudimentarias en la
capital y en los municipios, ubicados en plazas, jardines, barrios y tiendas de campaña. Dichas escuelas
daría asistencia a todos aquellos que quisiesen aprender a leer y a escribir.
El ambicioso proyecto no se detuvo con la formación del cuerpo de maestros honorarios, se integró un
ejército infantil por alumnos del cuarto, quinto y sexto grados de escuelas públicas y privadas. Se
establecieron centros y escuelas con maestros asalariados y centros nocturnos de alfabetización.
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En las áreas mas pobres de la capital se crearon centros diurnos de cultura para tratar de menguar las
precarias situaciones socioeconómicas y de salud de sus integrantes. En algunas escuelas, los alumnos y
maestros formaron cooperativas para vender los productos que producía la escuela y llevar a cabo
acciones y servicios a favor de la comunidad.
La desnutrición en los niños era factor que contribuía en los niños que pudiesen prestar debida
atención a las clases y por tanto poco aprovechamiento de las enseñanzas. Por tal motivo se lanzo la
iniciativa de ofrecer desayunos escolares a los alumnos mas necesitados. En los inicios del programa el
personal del departamento educativo donaba un porcentaje de su sueldo. Los fondos federales
posteriormente destinados al programa permitió distribuir 20 000 desayunos; mismos que consistían en
300 gramos de café con leche y 80 gramos de pan. Se abrieron bibliotecas, solo el primer año de la
gestión de Vasconcelos se echaron a andar 198 bibliotecas, divididas en 64 municipales, 80 obreras y 54
instaladas en escuelas, y se dotaron con 20 mil libros para todas. Hacia 1923 el número de bibliotecas
subió a 671 con una dotación de 65 mil libros. Se crearon las bibliotecas especializadas como la
Iberoamericana y la Biblioteca Cervantes, la primera de ellas dedicada a obras relativas a la cultura,
historia y realidad latinoamericana, la segunda ofrecía obras relativas a la literatura.
Durante el gobierno de Plutarco Elías Calles se continuaron con algunos programas iniciados en
cuatrienio anterior como las misiones culturales y la apertura de mas escuelas elementales y normales.
Las injurias clericales trastornó el avance de la escuela mexicana. La iglesia se valía de presiones y
mentiras para que la gente no enviase a sus hijos a las escuelas públicas. Las situaciones vividas por
muchos misioneros culturales fueron de pesadilla, se les quemaban sus casas, se les asaltaba por los
caminos rurales, las escuelas eran destruidas por partidas de bandoleros. Muchos maestros fueron
muertos por abrir las escuelas clandestinamente o simplemente por encontrarse en las comunidades
donde existían conflictos. La cristiada significó una barrera que detuvo el constante avance de la
escuela en México. El fanatismo religioso apareció como el principal obstáculo que la educación debía
sortear.
Para el gobierno de Calles, el progreso del país no podría darse sin antes no hubiese paz. Apelaba por
una educación técnica, que enseñara a los campesinos a producir la tierra, que los obreros se
adiestraran en las técnicas modernas de producción y que el país saliera del caos económico en que se
encontraba desde la revolución. En fin, una educación que expresase los valores de la Revolución
Mexicana. Para dar sentido a la ideas Callistas, se crearon redes de escuelas centrales agrícolas. Se le
dio importancia a la incorporación en la vida productiva a los habitantes de las zonas marginadas.
Moisés Sáenz fue el principal promotor de las escuelas rurales. En estas escuelas, además de enseñar
prácticas agrícolas como el cultivo de maíz, contribuyó a la expansión de las artes como la música y las
danza. una de las tareas principales de estas escuelas era enseñar a leer y escribir el castellano.
La importancia que se le dio a las escuelas rurales durante este periodo se refleja en el aumento del
número de escuelas, alumnos y maestros a comparación con los que existían en 1922.
Escuelas rurales
Número de estudiantes
Número de maestros
1922
309
17 925
400 (aprox.)
1932
6 796
593 183
8 442
Crecimiento de las escuelas rurales entre 1922 y 1932.
La escuela socialista por su parte desecho los principios y fines educativos de Bassols, quien buscaba
capacitar al campesino para integrarlo activamente a la actividad productiva a fin de aumentar la
productividad del país. Y se interesó por la organización de obreros y campesinos, la necesidad de
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emprender reformas sociales para el beneficio de la mayoría, y la defensa de los intereses nacionales.
Consecuencias e impactos en la sociedad
La escuela racionalista contribuyó en gran medida a que la nación emprendiera campañas
encaminadas a lograr que el pueblo mexicano dejase de ser una sociedad analfabeta. Al principio de las
campañas, los proyectos educativos no fueron bien recibidos por el pueblo, estos no veían la necesidad
de aprender a leer y escribir, ni su aplicación práctica. La iglesia aun dominaba las conciencias de las
masas y la educación que se ofrecían en muchos centros eran dirigidos a la enseñanza de las doctrinas
religiosas.
La escuela socialista tubo un gran impacto el la sociedad, sobre todo en el sentido de lograr implantar
en las conciencias del proletariado un labor encaminada a la mejora se su sociedad, dejando en segundo
término la prosperidad individual. Se busco una conciencia que buscara romper con la distinción de
clases, acabara con los parásitos del progreso nacional y la injurias de la iglesia.
La labor de estas dos escuelas, constituyen en la historia de la educación en México un verdadero parte
aguas. Ambos modelos se asemejaban en cuanto lograr que el pueblo dejase de estar sometido a las
vejaciones y explotación del hombre por el hombre, buscando el logro de una paz y justicia social.
GOBIERNO CONSTITUCIONAL DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE OAXACA
INSTITUTO ESTATAL DE EDUCACIÓN PÚBLICA DE OAXACA
COORDINACIÓN GENERAL DE PLANEACIÓN EDUCATIVA
COORDINACIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN MEDIA Y SUPERIOR
INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
TRABAJO
LA EDUCACIÓN RACIONALISTA Y LA EDUCACIÓN SOCIALISTA, DOS MODELOS EDUCATIVOS
EN MÉXICO, 1920−1940
MODULO
ESTUDIO DEL PENSAMIENTO HISTÓRICO Y COMPARATIVO DE LA EDUCACIÓN
H. CD. DE JUCHITÁN DE ZARAGOZA, OAXACA A, 14 DE ENERO DEL 2007.
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