El legado de las Escuelas

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ESCUELAS BICENTENARIAS
Las
escuelas tienen el
privilegio de la belleza que les regala el tiempo.
Las envuelve en un juego entre el pasado y el presente y las
transforma en garantía de la historia. Las vivencias ocurridas en
los lugares en los que se emplazan las convierten en el resguardo de que los sucesos serán reproducidos en un relato inalterable, pese al paso de los años.
En definitiva, expresan esa doble tarea de custodiar la historia
y mostrar que no hay mejor historia que la que se cuenta en la
escuela.
El 25 de mayo de 2010 Argentina celebró los 200 años de la revolución que inauguró el camino
hacia la Independencia. Una institución clave en la construcción
de esa emancipación, y fundamentalmente de la identidad del
país, ha sido la escuela.
Con el papel destacado que tienen los medios de comunicación
de nuestros días, poco se sabe
de aquellos primeros establecimientos educativos de la época
fundacional, y que hoy continúan
funcionando.
Innegables protagonistas de la
vida social de cada pueblo o ciudad, eran entonces concurridas
por un escaso alumnado de muy
diverso origen, según fuera el
distrito, y una matrícula que se
fue modificando por la masividad de la enseñanza y las necesidades de la población.
Si bien la gran bisagra que distingue a la provisión del servicio educativo como una función principal del Estado está
representada por la Ley 1420
de Educación Común, en 1884,
distintas investigaciones muestran que hacia 1860 casi el 80
por ciento de la población de
Buenos Aires entre siete y 13
años, asistía a alguna escuela,
El legado de las Escuelas
Bicentenarias
Testigos de las invasiones inglesas, de la Reconquista
de Buenos Aires, del primer gobierno patrio, de la
historia nacional
fuera religiosa o de otro tipo.
Las primeras surgieron como escuelas de letras o de fe, generalmente dependientes del Cabildo
o de alguna parroquia y a pedido
de los padres, pero no era todavía una misión emprendida por
el Estado.
En la Provincia de Buenos Aires,
desde las chozas de adobe don-
de funcionaban las primeras escuelas se divisó el desembarco del Virrey Liniers y la marcha
que emprendió para reconquistar Buenos Aires; se vio también pasar al General San Martín por el camino real rumbo a la
batalla de San Lorenzo y se compartieron hechos históricos de la
vida nacional.
ABC 21
ESCUELAS BICENTENARIAS
Testigo de las invasiones
inglesas
Escuela Primaria Nº 2 de Tigre.
Fundada el 25 de agosto de 1785.
Conocido hoy por el turístico
Puerto de Frutos, el partido de
Tigre supo tener otros atractivos
hace cinco centurias, allá por el
año 1580, cuando Juan de Garay, tras la Segunda Fundación
de Buenos Aires, repartió las tierras entre quienes lo ayudaron
con su avanzada, en compensación por los gastos ocasionados.
Esas tierras vieron nacer la primera escuela de Tigre en un caserío desordenado, bautizado
Pago de las Conchas, por las
conchillas marinas que sembraban el lecho del río, de igual
nombre. Se creó un 25 de agosto de 1785, cuando los colegios
eran gestados –en su mayoríapor los conventos. La fundaron
los padres franciscanos, por iniciativa de Fray Francisco Castañeda, y su primer coordinador
fue el comandante del lugar, el
señor Vico.
Ubicada en el actual casco histórico de la ciudad –la zona más
antigua, la de la plaza Bernardino Rivadavia, la de la parroquiay rodeada por almacenes de ramos generales, pulperías, nueve
aserraderos y el astillero, la escuela, que nació como un rancho
de adobe, se emplazaba –y permanece- en la que fuera la calle principal del poblado, la Avenida Liniers, que aún conserva
el nombre en homenaje a quien
en 1806 desembarcó allí con
sus tropas provenientes de Montevideo y marchó hacia Buenos
Aires, protagonizando la reconquista de la ciudad.
Liniers recaló a sólo 600 metros
de la escuela, en la casa de un
compadre suyo, Martín José de
Goyechea, dueño de un almacén
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ABC
de ramos generales, lugar en el
que hoy funciona el Museo de la
Reconquista.
También pasaba seguido por
esa zona el General San Martín,
quien transitaba el camino real,
de uso obligado para ir hacia
el norte. Fue ése, precisamente, el camino utilizado por el Libertador rumbo a la batalla de
San Lorenzo y por sus granaderos, que descansaron en la plaza, escucharon misa en la iglesia, y más de uno de ellos fue albergado por la escuela, aunque
la documentación que lo acredita desapareció bajo una de las
tantas mareas.
Los inmigrantes provenientes de
la zona vasca u otras regiones
de España, o de Portugal, fueron quienes comenzaron a poblar
el lugar. Los primeros alumnos
–apenas 36- fueron los hijos de
aquellos inmigrantes, que trabajaban y vivían en los aserraderos,
en los astilleros o que tras descender en el puerto, al ser zona
de frontera sin mucha defensa,
decidían quedarse a vivir ya que
no había mucho control para sus
actividades. Hoy día hay en la
zona muchísimos vascos, herederos de aquellas familias.
A dos cuadras de la escuela, a
orillas de un ancho río Reconquista que fue enflaqueciendo
con los años, se hallaba el puerto de cabotaje, al que llegaban
provisiones desde las misiones
jesuíticas o de la Colonia del Sacramento para llevarlas por tierra a la ciudad de Buenos Aires.
Aquel caserío se transformó en
un poblado cuando, hacia 1778,
se instaló un puesto de frontera, de guardia, porque el lugar
era asolado por los nativos o los
contrabandistas que desembarcaban en el puerto.
Primera escuela oficial
Escuela Primaria Nº1 de Luján.
Fundada el 13 de febrero de 1773.
La Escuela Nº1 “José Manuel
Estrada” de Luján es la primera escuela reconocida oficialmente en la Provincia de Buenos Aires. Funcionó en sus orígenes en el Cabildo de esa ciu-
ESCUELAS BICENTENARIAS
dad, donde se creó en 1773,
apenas 20 años después que
la ciudad obtuviera el título de
Villa de Luján, impartiendo conocimientos sólo a un alumnado de varones.
Luján fue un lugar destacado debido al santuario y a que se encontraba junto al camino real. En
1771 el Cabildo consideró la importancia de la instrucción pública ya que esa época fue marcada por la relevancia económica y
se necesitaba preparar alumnos
para cargos públicos, se buscaba que tuvieran instrucción educativa, porque hasta ese momento no la había.
En aquel entonces el Cabildo,
máxima autoridad, se hacía cargo de una cantidad de dinero y
cada familia tenía que pagar cuatro reales para la enseñanza de
la escritura y el cálculo. Pero no
todas las familias podían adquirir educación. O sea que sólo era
para un estrato de la sociedad.
Durante el gobierno de Rosas el
Cabildo se hizo cargo de la instrucción para que un porcentaje
mayor de familias pudieran enviar sus hijos a la escuela, iniciando así el camino a la educación pública.
Patrimonio Histórico
de la Provincia
Escuela Primaria Nº1 “Bernardino
Rivadavia” de Capilla del Señor,
partido de Exaltación de la Cruz.
Fundada el 3 de octubre de 1821.
Aquel día, el entonces Ministro
de Gobierno Bernardino Rivadavia, autorizado por el Gobernador Martín Rodríguez, refrendó
el decreto de creación de la Escuela Nº1 de Capilla del Señor
–en el actual distrito de Exaltación de la Cruz-, llamada Escuela
de Primeras Letras y Mutua enseñanza.
186 años más tarde, en 2007,
esa escuela situada a 85 kilómetros de Capital Federal, donde se entrecruzan la Ruta Panamericana, la Ruta Nacional 8 y la
Ruta Provincial 39, fue declarada
Patrimonio Histórico de la Provincia de Buenos Aires.
En 1821 Argentina se encontraba en un complicado contexto político. Se levantaban en armas unitarios y federales, había
guerras fraticidas y en la Provincia gobernaba Martín Rodríguez, que defendía las fronteras de los malones de pampas
y ranqueles, mientras su ministro Bernardino Rivadavia –recién llegado de Londres- mostraba interés por la educación
pública y por promover un sistema que fuese general y llegara
a toda la población. En ese marco surgió la Escuela Nº1, con la
intención de servir a todos los
sectores sociales.
Como sucedió con otros establecimientos educativos de esa
época, su primer emplazamiento fue un rancho de adobe, en
un salón anexo a la Iglesia y oficiaba como escuela de primeras letras y de fe. En ella se utilizaba un método lancasteriano
–adoptado de Londres- mediante el cual un preceptor impartía
la enseñanza y luego los alumnos más avanzados enseñaban
a sus compañeros, siempre bajo
la supervisión del primero.
De la educación de elite
a la popular
Escuela Primaria Nº1 “Ricardo
Gutierrez” de Arrecifes
Fundada en 1824
Fue Domingo Faustino Sarmiento, quien en 1860, en su condición de Director General de Escuelas, destinó un dinero para
la construcción de la planta baja
de esta escuela con techo de
paja y paredes de barro, que ha-
bía sido fundada en 1824 frente
al sitio en que se encuentra en
estos días.
Entre 1914 y 1916 se logró levantar la planta alta y el edificio,
que modificó repetidas veces su
fachada, en 1943 adquirió su fisonomía actual.
Aquella escuela, que en sus inicios abrió sus puertas para los
hijos de las familias más acomodadas, cuando Arrecifes era apenas un pequeño poblado de calles de tierra, se transformó con
el paso de los años en un servicio educativo popular.
La zona era una ruta hacia Córdoba y Tucumán, que terminó por erigirse como ciudad en
1950 tras un gran crecimiento
poblacional: muchos de los que
viajaban al norte del país terminaron instalándose allí.
En sus orígenes, la escuela estaba ligada a la parroquia y fue
la población quien decidió su
creación acorde a las necesidades planteadas por las familias
que querían que sus hijos estudiaran. Eran hijos de una clase
pudiente que tenía acceso a la
educación.
Hoy, la totalidad de la matrícula
de esta escuela –que en su nacimiento albergó a poco más de
20 alumnos-, está conformada
por hijos de familias de sectores
sociales más desfavorecidos.
ABC 23
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