El incorporal estoico. De la física a la lógica

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El incorporal estoico. De la física a la lógica
Olga C. Prósperi
Lacan se refiere a los estoicos numerosas veces en su obra. En cuanto
a la lógica; la implicación material, en cuanto a la lingüística; la teoría del
signo. Y por último, en Radiofonía y Televisión en donde la referencia al
incorporal estoico encuentra un uso nuevo.
La reciente aparición de un libro canónico sobre el tema, La teoría de los
incorporales en el estoicismo antiguo, de Émile Bréhier13, seguida por un
postfacio de Jean-Michel Vappereau aporta nuevos elementos en nuestra
lengua, para una lectura más cuidadosa del tema.
Trazar el mapa, es decir recorrer los elementos de la filosofía estoica, es
condición necesaria para la lectura de la cuestión planteada en Radiofonía y
comentada en el postfacio de este libro. Se abre así la posibilidad entre las
dos partes que componen este texto de una lectura comparada, donde cada
una enriquece a la otra. Voy a comenzar por hacer un comentario sobre
algunos de los puntos tratados por Bréhier
Si hay algo que hicieron los estoicos, sobre todo con respecto a sus
contemporáneos, fue romper con el sentido común. Las críticas y el rechazo
casi rayano en el escándalo, fueron muchas. Para citar algunas, Plutarco
dedicó todo un libro para cuestionar a los estoicos (a Crisipo en particular) Así,
en Sobre las contradicciones de los estoicos y Sobre las nociones comunes
es reiterada la expresión “contrario al sentido o concepción común”.
No hay que creer, a su vez, que esta crítica fuera ingenua, todo lo
contrario. Las innovaciones producidas por ellos tocaron puntos tan
neurálgicos del pensamiento de la antigüedad, que la conmoción tuvo
resonancias duraderas.
Sacudieron entonces al sentido común, y mostraron al mismo tiempo en
qué estaba basado: en los presupuestos de la tradición platónica-aristotélica.
13
Bréhier, Émile. La teoría de los incorporales en el estoicismo antiguo. Postfacio de Jean-Michel
Vappereau. Traducción de Félix Contreras, Roberto Pinciroli y Pablo Román. Leviatán, Buenos Aires,
Argentina, 2011.
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Es que la introducción de una nueva categoría, en este caso el
incorporal, pone en evidencia un trastrocamiento en el plano de la intuición
común a la par que da lugar a una innovación lógica.
Pero, más allá de las críticas, los estoicos tuvieron influencias diversas,
en épocas también diversas.
Ejemplo de ello son Leibniz y Spinoza, los que teniendo poco en común,
recogieron sin embargo, cuestiones ya planteadas en la Stoa.
En cuanto al psicoanálisis, Lacan reiteradas veces en su obra y en este
caso especialmente con respecto a los incorporales, hace honor a los estoicos
mostrando de qué modo puede servirse un discurso de los hilos que quedaron
latentes en otros anudándolos de manera novedosa.
Voy a tomar como primera tarea, siguiendo la lectura de Bréhier el hilo
que une en los antiguos estoicos los conceptos de cuerpo, incorporal,
lenguaje, lógica.
I) Física y lógica14
Bréhier, dice que son los incorporales, los que abren el camino para una
innovación en la lógica. Ellos constituyen la materia de toda la lógica estoica,
sustituyendo a los géneros y especies de la lógica de Aristóteles.
Esta lógica, profundamente arraigada en el lenguaje, produce un
desplazamiento del centro de lo real. Las relaciones entre el ser y el no ser no
son de exclusión, sino que entran en una nueva dialéctica, a través de los
incorporales15 (que son no-seres), a quienes no se les otorga existencia, pero
sí una otra cosa llamada subsistencia.
Sin embargo, Bréhier no deja de advertir que es en relación a un
problema surgido en el seno de la física, que los estoicos se ven forzados a
crear esta nueva e inédita categoría, la que será el material de toda su
construcción lógica. Plantea entonces, la necesidad de encontrar en la física
las razones de esta revolución en la lógica, en la cual lo expulsado de la
primera devendrá materia para la segunda.
14
Es necesario recordar la división de la filosofía estoica en Física, Lógica y Ética, típica por otra parte de
la época antigua.
15
Los incorporales son cuatro: los expresables, el vacío, el tiempo y el lugar.
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Aún tomando como punto de partida el planteo desde la física, (el
estudio de los cuerpos, la naturaleza) hay una operación lógica presente en
esa partícula que precede ahora a lo corporal: in, in-corporal, negación que
opera sobre lo que es el centro de su teoría, los cuerpos, la causa, lo
existente, lo real, el ser. Toda esta serie encadenada de cuestiones tienen
ahora en los in-corporales, un punto de involución diferente a lo conocido
hasta ahora. Las consecuencias serán fecundas.
Vayamos entonces, a la física para seguir el camino de la lógica.
Contra la causalidad ideal.
Todo lo que existe es cuerpo. La causa es también cuerpo.
Esta fue la posición estoica. Las implicancias de este punto de partida
son múltiples.
"La causa es pues verdaderamente la esencia del ser, no un modelo
ideal que el ser se esfuerza por imitar sino la causa productora que actúa en
él, vive en él y lo hace vivir"... más semejante a la essentia particularis de
Spinoza, que a la idea platónica16 (el subrayado es propio).
La afirmación "todo lo que existe es cuerpo" proviene de este
inmanencia de la causa. La acción interna, según el modelo vitalista de la
semilla y la planta, pone a la causa como centro vital del ser.
Todas las causas del universo siguen la lógica de esta fuerza vital, de la
que surge esta otra proposición: la causa es también un cuerpo.
Hay que tener presente, sin embargo, que un cuerpo se define como lo que es
capaz de producir o recibir una acción. “Motivo por el cual, cuerpo no es
necesariamente un objeto tridimensional17”.
¿Cómo entender estas dos afirmaciones? La causa y lo causado son
ambos cuerpos. Uno es causa en el sentido activo, lo que la convierte en
causa en el sentido estricto. Pero, aquello sobre lo que actúa es también
cuerpo, ya que es capaz de recibir la acción.
Activo y pasivo, son dos pares centrales en el pensamiento estoico. A tal
punto que, la totalidad de lo real es el producto de su interacción. Que un
cuerpo sea causa para otro cuerpo implica la interacción entre lo activo y lo
16
Bréhier, E. op. cit., pág. 20.
Boeri, M. D. “Causa cohesiva y actividad naumática en los estoicos”, en: Revista Latinoamericana de
Filosofía, Vol. XXXV Nº 1 (Otoño 2009) 5-34 .
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pasivo, y de un efecto que queda por fuera de este campo ya que es
incorporal.
Por otra parte, y como segunda condición de la causa, la afirmación
contundente de que ésta, la causa, debe ser única.
“No hay más que una sola especie de causa… Se trata para ellos (los
estoicos) de explicar la unidad del individuo, tanto como la unidad del mundo,
como la unidad de una piedra o de un animal…. No buscan explicar lo
general. La causa debe ser una en la intimidad del individuo. Esta fuerza
interior no puede en absoluto conciliarse con la acción exterior de un ser18 ”.
El resultado de esta física es que lo real y el ser se encuentran en el individuo
sólo porque “solamente en él se encuentran la causa y el centro vital del
ser19”.
Causa inmanente, no exterior, no trascendente, causa que es también
un cuerpo, real, existente e individual.
Ahora bien, ¿cuál es el punto crucial en el cual los estoicos se ven
llevados a postular la cuestión de los incorporales?
Planteo, a partir de la lectura del texto de Brehier, que el firme
sostenimiento de la inmanencia corporal de la causa, fuerza a dar lugar, y
precisamente en el lugar dejado vacante:
- de una trascendencia ideal (Platón)
- de la idea de lo general (Aristóteles)
a algo totalmente nuevo, impensado hasta entonces, por ser contrario al
sentido común y por otra parte contradictorio con el ser. Por lo tanto, con la
lógica surgida a partir de ahí: los incorporales.
El planteo de una causa inmanente no deja lugar para que el efecto se
registre dentro de ese campo definido por ella, que es un cuerpo. De ahí la
necesidad de ubicar en la superficie, en el registro del acontecimiento el
efecto de esa causa, que ocurre, pero que no modifica, no toca al cuerpo-ser.
Es precisamente, para dar lugar a esa nada de existencias, que crearon
“la categoría de lo incorporal20”. Remarco especialmente el término categoría
ya que este es el estatuto que les es dado por los estoicos ().
18
Bréhier, E. op. cit., pág. 26.
Ídem.
20
Bréhier, E. op. cit., pág. 12.
19
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El alma es también cuerpo. No fue necesario que los estoicos
esperaran a Descartes para resolver el problema planteado por su filosofía.
Subvirtieron la posición del alma, separada del cuerpo, declarándola también
cuerpo.
No por mero capricho, sino por razones lógicas. Es ese un punto crucial,
que podría hacer tambalear su concepción acerca de la causalidad. Separar
cuerpo de alma tendría consecuencias catastróficas para la arquitectura de su
edificio, rompería la inmanencia vitalista del punto de partida, del que no se
desprendieron nunca.
Dos condiciones son necesarias para asegurar el no retorno de la
causalidad ideal:
Que la causa sea de la misma sustancia que el efecto, es decir que
ambos sean cuerpos y que a su vez sea única. Desde este punto de vista, no
es posible decir que un cuerpo (ser) es causa de otro sino que “no son causa
unos de otros, sino causa de ciertas cosas unos para otros21”.
¿Qué decir entonces del efecto? El efecto es siempre incorporal.
El ejemplo siguiente sigue paso a paso el caso “se genera una rosa”
cuando el jardinero poda la rosa el efecto de la interacción de la tijera (causacuerpo-activo) sobre la rosa (cuerpo- pasivo) que gramaticalmente se expresa
como “podar” y “estar podada” tiene como efecto incorpóreo el predicado “se
genera una rosa”.
II) Incorporal, lógica y expresables22
No cabe duda que la lógica de los estoicos está fuertemente arraigada
en el lenguaje. El lekton () o expresable está en el corazón mismo de
esta cuestión. Es, tanto el que permite la producción de una significación,
como el material mismo de la lógica.
Ni las palabras ni las cosas.
Es necesario que el “no ser” estudiado por la lógica, no sea ni las
palabras ni las cosas23.
21
22
Bréhier, E. op. cit., pág. 27.
Bréhier traduce el lekton () griego como expresable.
34
El famoso ejemplo del bárbaro y el griego viene a cuento para explicar lo
que sigue y que según Sexto24 resuelve una dificultad, la de la significación,
de manera novedosa. Un griego y un bárbaro oyen una misma palabra, siendo
que ambos tienen la representación de aquello que designa la palabra, es
decir la cosa, el griego comprenderá y el bárbaro no. Entonces, un sonido (la
palabra) y una cosa, ambas cuerpos y por tanto, reales. Pero sin un atributo
(no una propiedad) que no posee el bárbaro, en tanto no habla esa lengua,
atributo que consiste en “ser significado por la palabra” uno comprenderá y el
otro no.
“Para ellos (los estoicos) el pensamiento era un cuerpo. Y el sonido
también era un cuerpo. Un cuerpo tiene su naturaleza propia independiente,
su unidad. El hecho de ser significado mediante una palabra, debe pues serle
agregado como un atributo incorporal, que no la cambia en nada. Esta teoría
suprimía toda relación intrínseca entre la palabra y la cosa25”.
Entre una y otra, un intermediario incorporal, el lektón () o
expresable.
El lazo entre palabra y pensamiento se vuelve laxo, una palabra puede
designar muchas cosas, la equivocidad no es rechazada.
Por otra parte, el alcance de la teoría de los expresables supera el papel
que juega en la lingüística. Todos los elementos que sirven a la lógica, los
atributos, los juicios, las conexiones de juicios son también lektones o
expresables.
Esto implica que estos elementos que constituyen la materia prima de la
lógica no pueden reducirse a las cosas significadas por medio de una palabra.
Brehier insiste en diferenciar en la lógica estoica, el hecho de ser significado
() del atributo (), que implica afirmar algo de un ser
o una propiedad. En una palabra, se trata de no confundir el hecho de ser
afirmado con el hecho de ser significado.
23
Bréhier, E. op. cit., pág. 45.
Bréhier, E. op. cit., nota al pie pág. 33. Sextus, Math. VIII 11 El  (significado) de
este texto viene a ser el  (lektón).
25
Bréhier, E. op. cit., pág. 34.
24
35
“Porque el () que designa todo lo que es significado por
una palabra, es más amplio que lo verdadero y lo falso los cuales sólo pueden
aplicarse al juicio26”.
Dos pasos son necesarios:
1) separar de la dialéctica27, por una parte del estudio del lenguaje;
2) precisar allí el segundo objeto, la lógica. Ésta se ocupa de lo verdadero y lo
falso que no son realidades sino juicios y dado que el juicio es un lektón
(), es decir un expresable, por lo tanto un incorporal, no es ni real ni
existente, sino subsistente.
La lógica se ocupa sólo de lo verdadero y de lo falso, ahora ¿si una
proposición no significa una realidad, se reduce sólo a palabras?
“De ningún modo, las palabras son por otra parte algo corporal y la
proposición no lo es. Es necesario pues que el “no-ser” estudiado por la
lógica, no sea ni las palabras ni las cosas. Este “no-ser” es el atributo de las
cosas designado por lo expresable y que en efecto solo puede ser verdadero
o falso: verdadero si pertenece a la cosa, falso si no le pertenece28”.
Para ser consecuentes con esta afirmación, los estoicos dan al atributo
un lugar diferente que en la lógica aristotélica. En primer lugar un atributo no
es una propiedad, la que forma parte, es intrínseca a los cuerpos. El atributo
es siempre expresado por un verbo y no es nunca un ser sino un modo de ser.
En tanto que incorporal no toca el cuerpo, está en el límite, en la superficie del
ser, es un efecto, no existe, sólo subsiste y en esa subsistencia no agrega
nada al ser.
Tomo a modo de ejemplo, el caso citado por Diocles:
26
Bréhier, E. op. cit., pág. 44.
La dialéctica es la ciencia que indica las cosas verdaderas. Tanto como ciencia como virtud es real y
corporal.
28
Bréhier, E. op. cit., pág. 45.
27
36
“En la proposición llamada causal () como: puesto que es de
día, está claro, el primer término es llamado no causa del segundo, sino “como
causa del segundo. Esta especie de causalidad irreal no puede de ningún
modo encontrar su punto de apoyo y su objeto en el mundo exterior, sino
solamente en una expresión del lenguaje. Es el lenguaje sólo con sus
conjunciones lo que nos permite expresar los diferentes modos de ligazones,
que no responden a nada real y es por lo cual no solamente se puede, sino
que se debe limitar al análisis del lenguaje29”.
Lenguaje en el que la estructura gramatical tiene suma importancia. Ya
vimos en cuanto a la causa, el movimiento que gira en torno al par activopasivo, de mucha importancia, aunque no siempre por los mismos motivos en
la antigüedad. Pero en cuanto el efecto, incorpóreo, se trata de
acontecimientos, concepto bastardo, dirá Bréhier, ya que no es ni el del ser, ni
el de una propiedad del ser. Movimiento que trastoca el eje platónico
aristotélico.
El efecto es del orden del acontecimiento, concierne a aquello que es
dicho, y en este decir, el verbo que dice del estado del ser, se ha deshecho de
la cópula, ya que esta, reintroduciría bajo la forma de una propiedad, el
acontecimiento en el cuerpo-ser, congelando así el devenir. Es por ello que en
lugar de decir “el árbol es verde”, lo que equivale a -S es P- estructura
princeps de la lógica aristotélica, el decir-acontecimiento es “el árbol verdea”.
Dejo por el momento en suspenso un comentario más pormenorizado de
las cuestiones estrictamente lógicas, dado que mi interés era dedicarme a la
línea que articula la secuencia cuerpo-incorporal-lenguaje-lógica en el
pensamiento del estoicismo antiguo.
III) El olvido de los incorporales, su retorno en el psicoanálisis
La caída en lo que Proclo llamó “el desprecio de los incorporales”
produjo un “abandono de la lógica discursiva en favor de la actividad moral y
29
Bréhier, E. op. cit., pág. 48.
37
religiosa”. Esta frase, dicha por Bréhier muy al pasar, merece más de una
reflexión, que será retomada en una segunda parte de este trabajo.
Pero ahora, decir que el incorporal es una letra, y que el inconsciente
está articulado por una escritura, implica de entrada el salto que va del
estoicismo antiguo al psicoanálisis, con Freud y Lacan.
La lectura del postfacio, propone un movimiento de pulsación necesaria
para tener en cuenta lo que Lacan llamó “la condición estoica” y de la cual el
incorporal es vía regia.
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