comentario del texto 20. el talento de mr.ripley

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Se sentía solo, pero en modo alguno triste. Era una sensación muy parecida a la
que había experimentado en París, la víspera de Navidad, la sensación de que
toda la gente le estuviera observando, como si el mundo entero fuese su
público, una sensación que le hacía estar constantemente en guardia, ya que
una equivocación hubiera sido catastrófica. Y, con todo, estaba absolutamente
seguro de que no cometería ninguna equivocación, y ello sumergía su existencia
en una atmósfera peculiar y deliciosa de pureza, igual que la que
probablemente sentiría un gran actor al salir al escenario a interpretar un papel
importante con la convicción de que nadie podía interpretarlo mejor que él. Era
él mismo y, sin embargo, no lo era. Se sentía inocente y libre, pese a que, de un
modo consciente, planeaba cada uno de sus actos. Pero ya no sentía cansancio
después de varias horas de fingir, como le había sucedido al principio. No tenía
necesidad de relajarse cuando estaba a solas. Desde que se levantaba y entraba
a cepillarse los dientes en el baño, él era Dickie, cepillándose los dientes con el
brazo derecho doblado en ángulo recto, Dickie haciendo girar con la cucharilla
los restos del huevo pasado por agua que tomaba para desayunar. Dickie, que,
invariablemente, volvía a guardar en el armario la primera corbata que había
sacado, poniéndose otra en su lugar. Incluso había pintado un cuadro al estilo
de Dickie.
PATRICIA HIGHSMITH. El talento de Mr. Ripley
3. Exponga el tema del fragmento y relaciónelo con el resto de la obra.
El texto se sitúa en la parte central del relato. Tras asesinar a Dickie, Tom adopta su
personalidad y visita varias ciudades de Italia y posteriormente París. A su regreso a
Roma se instala en un apartamento como Dickie. Será descubierto por Freddie Miles, a
quien también asesinará.
Ripley,en su nueva identidad de Dickie Greenleaf, se siente como una actor actuando
en un escenario, aunqye es consciente de que no puede cometer ningún error. Sin
embargo, Ripley se siente feliz en su nueva personalidad. Se ve a sí mismo como un
actor, más aún, como el mejor intérprete posible del papel de Dickie. Tanto que, en
cierto modo, acaba por confundirse con Dickie, incluso en la soledad.
El tema principal del texto es, por tanto, la adopción por parte de Ripley de la
personalidad de Dickie Greenleaf y las sensaciones que ello produce en el protagonista.
El talento de Mr. Ripley es una novela compleja, en la que se abordan muchos tema
diferentes siempre en relación a un tema central: los conflictos interiores del hombre
contemporáneo: la propia identidad, la culpa, la relación con los demás, la integración
en la sociedad, la ambición…
El tema principal de la obra en el texto es la identidad y sus límites. Uno de los más
importantes efectos de la crisis de valores del mundo contemporáneo, el que surge tras
la SegundaGuerra Mundial, es la desorientación. El individuo se siente perdido, en
medio de un mundo que le ofrece grandes posibilidades de bienestar material –la
sociedad de consumo- pero que al mismo tiempo ha perdido el sentido de lo esencial,
sustituyéndolo por lo inmediato –el placer, los bienes, le existencia-. La apariencia
cobra más importancia que la propia esencia, lo externo se impone a la interioridad. De
este modo, la vida se convierte en una representación, en la que basta con una
adecuada caracterización para convertirse en el personaje.
Esto lo comprende Tom Ripley a la perfección: entiende que los trajes de Dickie, la voz
de Dickie, el estilo de Dickie… lo convierten en Dickie. Es el tema del doble, pero aquí
la suplantación va más allá de lo meramente externo –de hecho, no son tan parecidos
físicamente-: los límites de la identidad son tan difusos que basta con adoptar el
aspecto de otro para acabar siendo ya ese otro: Tom es Dickie porque se cepilla los
dientes “con el brazo derecho doblado en ángulo recto”, gira la cucharilla de la misma
manera que él, repite su ritual con las corbatas, e “incluso había pintado un cuadro al estilo
de Dickie”. Todos gestos externos, pero suficientes.
Se observa también en el texto la ambigüedad moral del personaje. Es otra de las
características del hombre contemporáneo: las fronteras entre lo bueno y lo malo, entre
lo moral y lo inmoral, tan nítidas en otras épocas, se difuminan, se confunden. Ripley
actúa en su beneficio, según las reglas de su propia moral, es decir, de su ausencia de
moral. Lo mueven la ambición, el deseo de tener cosas, de disfrutarlas, de vivir la vida
de rico que envidia desde el primer momento en Dickie. No duda en llegar al asesinato
para lograrlo, y después siente temor ante la posibilidad de ser descubierto, pero no
culpa por los actos cometidos, hasta tal punto que acaba por vivir cómodamente en su
mentira y será capaz de enfrentarse sin ningún remordimiento a la novia y al padre de
su amigo. La situación descrita en el texto, la suplantación de la identidad de Dickie,
proviene de un crimen: sin embargo, Ripley la disfruta y no parece mostrar ningún
arrepentimiento. Sus sentimientos en el texto son de felicidad: “Se sentía solo, pero en
modo alguno triste”, de orgullo “...con la convicción de que nadie podía interpretarlo mejor
que él.”. Explícitamente rechaza la culpabilidad en su reflexión: “Se sentía inocente y
libre...”
Los actos de Ripley y su absoluta falta de moral suponen la encarnación del mal. La
propia autora expresó que el propósito de su novela era mostrar el triunfo del mal
sobre el bien. El mal aparece personificado en la figura de Tom Ripley, aunque
tampoco disfruta con el crimen, que no es más que una vía para lograr sus propósitos.
Pero Ripley no actúa sólo por maldad: también por un deseo de integración. Ripley se
considera un don nadie, que debe esforzarse para ser aceptado. Envidia a otros, como
Dickie, que forman parte del grupo de manera natural, por sí mismos. Anhela ser parte
de esos grupos sociales, desea ante todo agradar, ser simpático, y no duda para ello en
actuar según lo que intuye que esperan de él y no según sus propios impulsos. Este
deseo compulsivo de integración deriva, paradójicamente, en un inmenso rencor hacia
esos mismos que no terminan de aceptarlo. Desprecia, al comienzo de la novela, a sus
propios amigos, a los círculos en los que se mueve, y envidia el modo de vida de los
más ricos. Pero acaba también sintiéndose solo y despreciando igualmente a sus
nuevas amistades: “Se sentía solo...” comienza su reflexión en el texto, y no será la
única vez que experimente esa sensación, sea como Ripley o como Dickie.
Un último tema presente en el texto es la referencia a París, completada, aunque no
explícitamente, por el hecho del regreso a Roma, escenario de la nueva vida de Ripley
como Dickie y de la reflexión que el texto recoge. La presencia de la gran ciudad es
importante en la novela: comienza en Nueva York, origen del protagonista, una parte
importante de ella se desarrolla en Roma, incluyendo el asesinato de Freddie Miles,
París es la obsesión de Ripley desde su viaje a Italia en busca de Dickie, Atenas será su
destino final... Es una característica además de la novela negra.
La densidad temática del libro se completa con otros temas igualmente significativos.
Así, la ambigüedad moral tiene su complemento en la ambigüedad sexual,
especialmente la del protagonista. Asimismo, la ambientación en Europa permite a
Patricia Highsmith analizar la diferencia entre la cultura europea -que ella misma
adoptó- y la nortemericana - que es la suya originaria, y con la que fue siempre
particularmente crítica-. Finalmente, tampoco aparecen en el texto otros temas
secundarios, como el arte, la literatura o el paisaje.
4. Analice las características formales del fragmento: su técnica narrativa y los
recursos expresivos utilizados.
La historia está narrada por un narrador externo en tercera persona. Adopta una
perspectiva omnisciente, y existe focalización en el personaje protagonista, puesto
que la narración está limitada casi siempre por el punto de vista de Tom Ripley. El
texto recoge íntegramente pensamientos y sensaciones de Ripley: “Se sentía solo…”,
“…estaba absolutamente seguro de que no cometería ninguna equivocación…”, “Se sentía
inocente y libre…”. En la novela, este punto de vista único se completa con el uso de
otras voces, en forma de cartas o artículos de prensa.
El relato, por la presencia de este narrador omnisciente y su linealidad se aproxima a la
estructura tradicional. A veces la autora hace uso de la técnica del contrapunto,
cuando ofrece varias versiones de un mismo hecho a través del testimonio de
diferentes personajes, cartas o artículos.
La estructura externa de la novela está compuesta por treinta capítulos. La acción se
desarrolla en tres partes:
Planteamiento (capítulos 1-6): Tom es contratado en Nueva York por el señor Greenleaf
para que acuda a Italia y haga volver a su hijo Dickie.
Nudo (capítulos 7-28): se estructura en tres bloques:
En los capítulos 7 a 12 se narra el encuentro entre Ripley y Dickie. Concluye con el
asesinato de Dickie a manos de Tom en San Remo.
En los capítulos 13 a 20, Tom adopta la personalidad de Dickie. Se instala en Roma,
evitando las visitas de amigos de Dickie y especialmente de Marge. Éste es el momento
que recoge el texto. Más tarde, uno de esos amigos, Freddie Miles, sospecha de él y
Ripley termina asesinándolo.
En los capítulos 21 a 28, Tom recupera su personalidad, ante las sospechas de la policía
de la culpabilidad de Dickie en el asesinato de Freddie Miles. Se instala en Venecia,
donde recibe la visita de Marge, del señor Greenleaf y de un detective contratado por
éste para encontrar a su hijo.
Desenlace (capítulos 29 y 30): libre ya de sospechas, escribe el testamento de Dickie en
el que lega a Tom sus bienes. El seños Greenleaf acepta la voluntad de su hijo, y Tom
marcha a Atenas, donde planea iniciar una nueva vida.
La historia transcurre en diversos escenarios: de Nueva York pasa a Europa: París,
Pisa, Nápoles, Mongibello, Roma, San Remo, Palermo, Venecia y Grecia. Hay alusiones
a otros lugares como Mallorca o Capri, que Ripley quiere visitar. Los cambios de
escenario son constantes, y se alternan interiores –el apartamento de Nueva York, la
villa de Mongibello, los hoteles, la casa en Venecia- con exteriores, especialmente
urbanos, que son descritos con detalle. En el texto no se menciona explícitamente el
lugar de la acción, pero sabemos que se sitúa en Roma, donde Ripley se instala tras su
viaje a París, que sí se menciona en el texto: “Era una sensación parecida a la que había
experimentado en París…”
El relato transcurre en un poco menos de dos años, entre septiembre y junio de,
probablemente, 1954 y 1956. Las fechas pueden extraerse de las cartas y de algunos
datos surgidos en las investigaciones policiales. Tampoco hay en el texto ninguna
referencia concreta al momento de la acción, que transcurre en enero, tras la vuelta de
París donde había estado en “…la víspera de Navidad”. La acción principal se desarrolla
de manera lineal, con algunas elipsis significativas. La autora emplea también flashbacks, a veces muy breves, como se observa en el texto cuando recuerda “la sensación de
que toda la gente le estuviera observando” que había experimentado anteriormente en
París.
Por la novela desfilan muchos personajes. Además del protagonista, los personajes
principales son Dickie Greenleaf, Marge Sherwood, Herbert Greenleaf y Freddie Miles.
Personajes secundarios son Emily Greenleaf (madre de Dickie), el detective McCarron
o el teniente Roverini (de la policía italiana). A ellos hay que añadir otros como los
amigos neoyorquinos de Tom o los residentes en Mongibello. En el texto sólo aparece
Tom Ripley, pero es fundamental la presencia de Dickie, cuya personalidad ha
asumido el protagonista.
En general, el estilo de Patricia Highsmith destaca por su sobriedad y concisión. Busca
ante todo la creación de una sensación de opresión y angustia, a través del estudio
psicológico de los personajes y de su capacidad para sugerir la presencia del horror y la
tragedia en medio de la más anodina cotidianeidad. Su lenguaje es claro y directo, y no
abunda en recursos. Su prosa mantiene siempre un tono neutro y objetivo, como un
testimonio impersonal de los hechos, las motivaciones y las actitudes de sus
personajes. Destaca sin embargo el uso de las metáforas, especialmente en las
descripciones.
El procedimiento discursivo principal es la narración. La acompaña de frecuentes
diálogos, habitualmente en estilo directo. Son también abundantes las descripciones y
las digresiones, como es el caso del texto. Precisamente para expresar estas reflexiones
de Ripley, fundamentales en la novela por la focalización que sobre él se establece
como pauta narrativa, Patricia Highsmith hace uso de uno de los recursos
características de la novela moderna: el estilo indirecto libre, que consiste en la
expresión de los pensamientos del personaje de la manera exacta en que éstos fluyen,
aunque manteniendo el narrador en tercera persona. El texto completo es un claro
ejemplo de ese estilo indirecto libre: recoge únicamente las reflexiones, o más aún, las
sensaciones de Ripley: “se sentía…”, “estaba seguro…”, “no tenía necesidad de relajarse…”,
“ya no sentía cansancio…”.
A pesar del tono distante y objetivo que la autora mantiene a lo largo de la novela, en
el texto se observan diversos recursos expresivos: símil (“…como si el mundo entero
fuese su público”), a partir de la identificación de Ripley con un actor que representa su
papel de Dickie; antítesis (“Era él mismo y, sin embargo, no lo era”), para expresar la
dicotomía de personalidades (Ripley-Dickie) del protagonista; enumeración (todo el
párrafo final), para enfatizar la idea de su identificación absoluta con Dickie, reforzada
además por la repetición anafórica del nombre de su víctima.
5. Exprese su valoración personal del texto y relaciónelo con otros
movimientos artísticos o con temas de nuestro tiempo.
El texto se inicia con las sensaciones de Ripley en su nueva identidad de Dickie
Greenleaf: se siente como una actor actuando en un escenario: “...como si el mundo entero
fuese su público...” Y es consciente de que se mueve en el riesgo y no puede cometer
ningún error: “...una equivocación hubiera sido catastrófica.”
Sin embargo, Ripley se siente absolutamente seguro en su suplantación, hasta el punto
de ser feliz en su nueva personalidad: “... ello sumergía su existencia en un atmósfera
peculiar y deliciosa...” Se ve a sí mismo como un actor, más aún, como el mejor intérprete
posible del papel de Dickie. Tanto que, en cierto modo, acaba por confundirse con
Dickie, incluso en la soledad: “Desde que se levantaba y entraba en el baño (…) él era
Dickie...” Ripley ya no suplanta a Dickie, no actúa como Dickie ni representa su papel:
llega a ser el propio Dickie, hasta tal punto asume su personalidad.
El tema constante en la obra de Patricia Hisghsmith es el horror instalado en lo
cotidiano: la angustia, el desasosiego, la amenaza… que surgen de repente en medio de
la existencia más rutinaria, como fantasmas que se instalan en la mente de los
personajes. Tom aparece en la novela como un simple enviado de Mr. Greenleaf, y
poco a poco va absorbiendo la energía de Dickie, parasitándolo hasta asesinarlo y
pasar a convertirse en él. Sin tener, pese a todo, sentimiento de culpa: “Se sentía inocente
y libre…”
La complejidad de la obra de Patricia Highsmith la relaciona con autores, tendencias y
estilos literarios muy diversos: así, se acerca a Dostoievski en el tratamiento de la culpa,
o a Kafka en el sentimiento de opresión que sufren los personajes de sus novelas.
Dentro de la narrativa norteamericana, son evidentes las similitudes estilísticas con el
realismo sucio (Raymond Carver, Richard Ford), y también con otros autores coetáneos
como Philip Roth o Paul Auster. Especialmente relevante es su papel en el desarrollo
de la novela negra. Este género surge de la tradicional novela policiaca o de intriga,
iniciado por Poe y Conan Doyle, obtuvo un gran éxito y un rápido desarrollo durante
el siglo XX, y en la actualidad es un fenómeno de masas, especialmente a partir del
boom que supuso la saga Millenium, de Stig Larson.
Muy importante es la relación de la novela con el cine y la televisión. La obra ha sido
adaptada al cine en dos ocasiones, por René Clement en 1959, con el título de A pleno
sol, y por Anthony Minghella en 1991. También fue adaptada para la televisión y la
radio. Y otras novelas de la serie también han sido llevadas al cine: la mejor de esas
adaptaciones fue El amigo americano, de Wim Wenders, en 1977, que se convertiría en
una de las películas más significativas de los años 70.
En general, los temas que Patricia Highsmith trata en sus novelas tienen una similar
vigencia en la actualidad. Por ejemplo, los límites entre el bien y el mal. ¿Quién los
marca? ¿De dónde surgen los conceptos de bien y mal? ¿Qué relación hay entre el bien
y lo políticamente correcto? ¿O entre el bien y la hipocresía social? Sin entrar en
consideraciones historicistas, hoy en día asistimos a polémicas constantes sobre el
concepto mismo del mal y, sobre todo, cómo protegernos de él, tanto en su dimensión
más individual y cercana como en un sentido más global: por ejemplo, la concepción
de determinados países como “eje del mal” (sic), o el rechazo y el temor que inspira el
terrorismo islámico en los países occidentales. De ello surgen debates sobre la
necesidad de endurecer las penas en nuestros sistemas legales, considerados por una
parte de la sociedad como excesivamente garantistas –la polémica sobre la pena de
muerte o, en España, sobre el cumplimiento íntegro de las penas en determinados
supuestos-, o las discusiones sobre la intervención o no en los países que acogen a los
terroristas islamistas o que tienen, directamente, regímenes políticos que alientan la
yihad y que suponen una amenaza para el mundo occidental.
(Esto es un ejemplo. Lo mismo se puede hacer con otros aspectos de actualidad, como
la homosexualidad, la comparación entre la cultura europea y la americana, el boom de
la literatura femenina, indicativo de la creciente influencia social de la muer, y otros
que se os ocurran).
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