Modelos cognitivos de la personalidad

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MODELOS COGNITIVOS DE LA PERSONALIDAD
Fernando Cumba Armendáriz
Medico Residente de PsiquiatrÃ-a
ClÃ-nica Nuestra Señora de Guadalupe, Quito − Ecuador
Los modelos cognitivos reconocen una naturaleza multidimensional de las funciones mentales, en virtud de la
cual se produce una interdependencia entre cognición, emoción, afecto y conducta. Se adscriben a la
metáfora del hombre que procesa información del medio. En un entorno continuamente cambiante que
demanda capacidades adaptativas, el individuo construye activamente la realidad mediante la selección,
codificación, almacenamiento y recuperación de la información presente en el medio. La información
sobre si mismo y sobre el mundo, que experimenta transformaciones cognitivas afectara a las respuestas tanto
emocionales como conductuales del individuo. Antes de emitir una respuesta sea esta de naturaleza emocional
o conductual los individuos clasifican evalúan y asignan significado al estÃ-mulo en función de sus
esquemas cognitivos. Estos se describen como el conjunto de experiencias del individuo provenientes de su
interacción con el medio y se consideran formados por creencias, supo cisiones, actitudes, visiones del
mundo y valoraciones de uno mismo.
GEORGE KELLY
1905 − 1967
George Kelly nació el 28 de abril de 1905, en una granja cercana a Perth, Kansas. Fue el único hijo de
Theodore y Elfleda Kelly. Su padre era al principio un ministro presbiteriano que se habÃ-a retirado a la
granja por prescripción médica. Su madre era una profesora de colegio.
La escolaridad de George fue de lo más errática. Su familia se mudó en carreta a Colorado cuando George
era chico, para más tarde ser forzados a volverse a Kansas cuando empezó a escasear el agua. A partir de
aquÃ-, George a duras penas completaba un curso del cole. Afortunadamente, sus padres tomaron parte en su
educación. A los trece años de edad, finalmente se le envió al colegio en Wichita.
Después del instituto, Kelly era un buen ejemplo de alguien que está tanto interesado en cualquier cosa
como básicamente sin dirección en la vida. Logró su bachiller en FÃ-sica y Matemáticas en 1926 del
colegio Park, seguido de un master en sociologÃ-a de la Universidad de Kansas. Al trasladarse a Minesota,
enseñó oratoria pública a organizadores laborales y banqueros y dio clases de ciudadanÃ-a a inmigrantes.
Se mudó a Sheldon, Iowa donde enseñó y supervisó clases de teatro dramático en un colegio. AllÃconoció a la que serÃ-a su mujer, Gladis Thompson. Después de unos cuantos trabajos de corto plazo,
1
recibió una beca para acudir a la Universidad de Edimburgo, donde recibió su tÃ-tulo de grado en
Educación dentro de PsicologÃ-a. En 1931, recibió su licenciatura en psicologÃ-a de la Universidad Estatal
de Iowa. Entonces, durante la depresión y mientras trabajaba en el Fort Hays Kansas State College, fue
cuando desarrolló su teorÃ-a y sus técnicas clÃ-nicas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Kelly prestó
sus servicios como psicólogo de aviación dentro de la Marina, seguido de un trabajo obligatorio en la
Universidad de Maryland.
En 1946, sustituye por la Universidad estatal de Ohio; un año después de que Carl Rogers se habÃ-a ido,
adquiriendo la dirección de su programa clÃ-nico. Fue aquÃ- donde su teorÃ-a maduró; donde escribió
sus dos volúmenes, La PsicologÃ-a de los Constructos y donde influenciarÃ-a a un gran número de
estudiantes.
En 1965, empezó a ocuparse de trabajos de investigación en la Universidad Brandeis, donde trabajaba
Maslow. Por desgracia, murió muy poco tiempo después, el 6 de marzo de 1967.
TEORÃA
La teorÃ-a de los constructos personales se encuentra expuesta en la obra principal de Kelly (The Psychology
of Personal Constructs, 1955). Ya que no se encuentra traducida al español, se puede obtener información
sobre esta teorÃ-a en dos obras más recientes: el libro de Landfield y Leitner (PsicologÃ-a de los
Constructos Personales) y el libro de Fransella (Personalidad).
El postulado fundamental y los once corolarios
El postulado fundamental de la teorÃ-a de Kelly viene a decir que todos los procesos psÃ-quicos de una
persona, incluida su conducta externa, están determinados por el modo en que un individuo anticipa lo que
va a pasar en el futuro: `Los procesos de una persona están psicológicamente conformados por los
métodos mediante los que anticipa los acontecimientos. En esta anticipación se resuelve toda la teorÃ-a
motivacional de Kelly: las personas se comportan movidas por un principio intrÃ-nseco de anticipación de
los acontecimientos. No es válida la metáfora fÃ-sica del organismo como objeto que necesita una fuerza
para externa para ser movido; el organismo se mueve per se, porque es organismo.
De este Postulado, base de la teorÃ-a, se derivan los siguientes once corolarios:
Corolario de construcción: Una persona anticipa los acontecimientos construyendo sus réplicas.
AsÃ-, al enfrentarse a los fenómenos externos, las personas llevan a cabo procesos de abstracción mediante
los cuales encuentran en aquéllos un cierto orden y una cierta lógica. Cuando se encuentra una
significación y una regularidad, es posible anticipar los acontecimientos (por ejemplo, las noches y los
dÃ-as, las estaciones del año, y, sobre todo, el comportamiento de otras personas). En cualquier caso, es
necesario señalar que la estructura construida no está, para Kelly, en la sustancia estructurada, sino que es
creada por la persona.
Corolario de individualidad: Las personas difieren unas de otras por el modo en cómo construyen los
acontecimientos.
Se expresa que la base esencial de las diferencias individuales estriba en los procesos cognitivos de
construcción (interpretación). El claro carácter fenomenológico de la teorÃ-a se pone de manifiesto
aquÃ-: dos personas con historias similares pueden tener procesos psÃ-quicos distintos (no importa lo que el
pasado hace con el hombre, sino lo que el hombre hace con su pasado'), y, a la vez, una cierta similaridad en
la construcción asegura una semejanza en otros procesos psÃ-quicos, aun con historias personales dispares.
La causa de estas diferencias interpretativas entre personas de historia semejante no es explicada por Kelly.
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Corolario de organización: Cada persona desarrolla, de modo caracterÃ-stico y con arreglo a su
conveniencia para anticipar acontecimientos, un sistema de construcción que implica relaciones ordinales
entre los constructos."
Ni hay dos personas con los mismos constructos ni, si las hubiera, habrÃ-a dos personas con la misma
organización jerárquica de los constructos. AsÃ-, existen constructos supraordenados y constructos
subordinados (por ejemplo, inteligente/tonto puede ser un constructo subordinado a bueno/malo si la persona
cree que inteligente es un subconjunto de bueno y tonto lo es de malo . También inteligente tonto puede ser
un constructo subordinado a descriptivo/evaluativo, en el sentido en que pertenece a uno de los polos del
constructo supraordenado). La estructura del sistema de constructos tiene como función evitar el conflicto
que podrÃ-a crearse si de dos constructos diferentes se desprendieran anticipaciones y predicciones
contradictorias sobre un mismo suceso. La estructura jerárquica del sistema y las relaciones ordinales entre
sus elementos organizan y establecen prioridades entre los mismos, de forma que uno de los constructos
enfrentados siempre será prioritario frente al otro.
Corolario de dicotomÃ-a: El sistema de constructos de una persona se compone de un número limitado de
constructos dicotómicos.
Nuestros modos de ver la realidad se estructuran alrededor de ciertos constructos (positivo/negativo, bello/feo,
interesante/aburrido, etc.) que son bipolares, y que se forman por la conjunción de dos elementos que se
parecen en una caracterÃ-stica y un tercero que se diferencia de los anteriores en dicho rasgo. Uno de los
polos, llamado polo nominal o de semejanza, implica siempre la semejanza entre dos elementos al menos: el
otro, polo de contraste, sirve de opuesto o negativo de aquél. La semejanza en el polo de semejanza no
asegura la semejanza del polo de contraste (por ejemplo, ¿qué quiere decir una persona cuando califica a
otra de amigo? ¿qué no es enemiga? ¿qué no es desconocida? ¿que es algo más que un simple
conocido?). Toda la estructura del sistema cognitivo se presta a este análisis matemático binario. Existen
constructos que aparentemente caen fuera de esta regla del corolario de dicotomÃ-a, pero un análisis atento
demuestra que no es asÃ- (por ejemplo, `alegre se opone a triste , rojo se opone a no rojo , y mesa puede
oponerse a muebles que no son mesas ya que mesa se configura por diferenciación ante silla , "cama o
armario , no por diferenciación ante `intestino , atardecer o afluente'). Los constructos que aparentemente
toman una forma continua y no dicotómica podrÃ-an ser en verdad descomponibles en subconstructos
dicotómicos, de cuya combinación resulta una aparente escala sin peldaños (por ejemplo, guapo /`feo').
Cuando de un constructo solamente se conoce el polo nominal, se habla de constructo sumergido con un polo
emergente y un polo implÃ-cito. La tarea del investigador será elicitar la expresión verbal de ambos polos
con el fin de identificar la dimensión personal completa del sujeto.
Corolario de elección: `Una persona elige para sÃ- misma aquellas alternativas de los constructos
dicotómicos a través de las cuales anticipa la mayor posibilidad de extensión y/o definición de su
sistema.
AquÃ-, una persona elige para sÃ- misma... ha de entenderse como una persona elige para construirse a sÃmisma.... Las personas se construyen a sÃ- mismas utilizando aquel polo de cada constructo que nos sirva
mejor para predecir los acontecimientos (el tartamudo, el fumador, el depresivo, eligen serlo ya que asÃ- el
mundo es más coherente, tiene más sentido para ellos'). La ganancia en predicción viene expresada por el
concepto de elaboración del sistema. Esta elaboración posee dos posibilidades distintas: la extensión o la
definición. La elaboración por extensión se consigue ampliando el rango de conveniencia de los
constructos del sistema de modo que se abarque un mayor número de fenómenos; la ganancia en
extensión tiene la contrapartida lógica de un mayor riesgo de error. La elaboración por definición implica
una precisión mayor, como si se fuese afinando en las predicciones de modo que cada vez se predijera mejor
el número reducido de sucesos; la precisión predictiva supone la limitación consiguiente en el número de
fenómenos que abarca. ¿En virtud de qué procesos va a optar el individuo por la extensión o por la
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definición? Unicamente en función de que sea arriesgado o precavido (éste es un ejemplo de cómo las
explicaciones cognitivas se detienen enpseudoexplicaciones).
Corolario de rango: Todo constructo es conveniente para anticipar un rango limitado de acontecimientos.
Expresa que, como las teorÃ-as cientÃ-ficas, los constructos tienen siempre un rango de conveniencia
determinado, más allá del cual no son útiles, y un foco de conveniencia referido a aquellos aspectos para
los cuales son especialmente adecuados.
Corolario de experiencia: El sistema de construcción de una persona varÃ-a con la construcción sucesiva
de réplicas de los acontecimientos .
La sucesión de acontecimientos somete al sistema de construcción a un proceso permanente de validación.
La experiencia es la reconstrucción del sistema que realiza la persona. AsÃ-, no es lo que ocurre alrededor
del individuo lo que constituye su experiencia, sino las construcciones y reconstrucciones que realiza de lo
que ocurre (la experiencia no cambia al hombre, sino que el hombre se cambia a sÃ- mismo mediante un
proceso llamado `experiencia).
Corolario de modulación: La variación del sistema de construcción está limitada por la permeabilidad de
los constructos dentro de cuyo rango de conveniencia caen las variantes. El aprendizaje está limitado por
caracterÃ-sticas del sistema total de constructos personales. La posibilidad de aprender de la experiencia y,
por tanto, de modificar el sistema dependerá de las caracterÃ-sticas de aquél, y muy especialmente de su
permeabilidad. Un constructo es permeable si admite en su rango de conveniencia nuevos elementos que aún
no han sido construidos dentro de ese marco, lo que supone la capacidad de añadir de modo discriminado
experiencias nuevas a las que ya abarca.
Corolario de fragmentación: Una persona puede emplear sucesivamente una variedad de subsistemas de
constructos que inferencialmente son incompatibles entre sÃ-.
Para responder al problema de la excesiva racionalidad y lógica que parece desprenderse de los principios
anteriores, Kelly señala que en diferentes momentos, un mismo individuo puede utilizar partes del sistema
que no se deducen lógicamente unas de otras; subsistemas inferencialmente incompatibles pueden ser
integrados a un nivel superior, con lo que queda explicada la existencia de contradicciones en el
comportamiento.
Corolario de comunalidad: Los procesos psÃ-quicos de una persona serán similares a los de otra en la
medida en que esa persona emplee una construcción de la experiencia similar a la de la otra.
Dos personas expuestas a un mismo ambiente pueden construirlo de forma diferente y ser
diferentes, dos personas expuestas a ambientes diferentes pueden construirlos de forma igual y ser iguales. Sin
embargo, una base cultural común, a través de las normas y roles sociales, asegura una cierta semejanza
en los procesos psÃ-quicos. Por eso, los instrumentos que evalúan los constructos personales encuentran,
además de los constructos idiosincrásicos, un número de constructos compartidos por los miembros de
una misma cultura.
Corolario de sociabilidad: Una persona podrá desempeñar un papel en los procesos sociales que
involucran a otra en la medida en que esa persona construya los procesos de construcción de la otra.
Se trata del corolario psicosocial: solamente podremos influir en otra persona si construimos correctamente
sus procesos psÃ-quicos con nuestras propias categorÃ-as. La capacidad de anticipar correctamente los
constructos ajenos es esencial para ciertas profesiones, como por ejemplo la psicoterapia o los liderazgos.
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Albert Ellis
Ellis nació en Pittsburg en 1913 y se crió en Nueva York. Se sobrepuso a una infancia difÃ-cil usando su
cabeza, volviéndose, en sus propias palabras, un solucionador de problemas terco y pronunciado. Un
problema renal grave desvió su atención de los deportes a los libros, y la disensión en su familia (sus
padres se divorciaron cuando él tenÃ-a 12 años) le condujeron a trabajar sobre la comprensión de los
demás.
En el instituto Ellis concentró su atención en hacerse el Gran Novelista Americano. Consideró la
posibilidad de estudiar contabilidad en la universidad; en hacer suficiente dinero como para retirarse a los 30 y
escribir sin la presión de la necesidad económica. La Gran Depresión estadounidense puso punto final a su
anhelo, pero logró llegar a la universidad en 1934, graduándose en administración de empresas en la City
University of New York. Su primera incursión aventurera en el mundo empresarial fue la de un negocio de
parches de pantalones junto a su hermano. Buscaron juntos en tiendas de vestidos todos aquellos pantalones
que necesitasen remates para adaptar igualmente los abrigos de sus clientes. En 1938, Albert llegó al puesto
de director de personal de una firma novedosa.
Ellis empleó la mayorÃ-a de su tiempo libre en escribir historias cortas, obras teatrales, novelas, poesÃ-a
cómica, ensayos y libros de no−ficción. Cuando alcanzó los 28 años, ya habÃ-a terminado al menos dos
docenas de manuscritos completos, pero aún no habÃ-a logrado que se los publicasen. Se percató entonces
de que su futuro no descansarÃ-a sobre la escritura de ficción, por lo que se dedicó exclusivamente a la
no−ficción, a promover lo que él llamarÃ-a la revolución sexual−familiar.
A medida que Ellis recolectaba más y más material de un tratado llamado The Case for Sexual Liberty (La
Causa por la Libertad Sexual), muchos de sus amigos empezaron a considerarle como una especie de experto
en la materia. Con frecuencia le pedÃ-an consejos, y Ellis descubrió que le encantaba la asesorÃ-a tanto
como escribir. En 1942 volvió a la universidad y se apuntó en un programa de psicologÃ-a clÃ-nica en la
Universidad de Columbia. Empezó su práctica clÃ-nica a tiempo parcial para familias y como consejero
sexual casi inmediatamente después de recibir su tÃ-tulo de maestrÃ-a en 1943.
En el momento en que la Universidad de Columbia le premió con su doctorado en 1947, Ellis llegó a la
convicción de que el psicoanálisis era la forma más profunda y efectiva de terapia. Decidió entonces
alistarse en un análisis didáctico y se volvió un analista brillante en los siguientes años. En aquel
momento, el instituto psicoanalÃ-tico rechazaba entrenar a psicoanalistas que no fueran médicos, pero esto
no impidió que Ellis encontrase un analista dispuesto a llevar a cabo su entrenamiento dentro del grupo de
Karen Horney. Ellis completó su análisis y empezó a practicar psicoanálisis clásico bajo la dirección
de su maestro.
A finales de los 40 ya enseñaba en la Rutgers y en la Universidad de Nueva York y era el jefe de
psicologÃ-a clÃ-nica en el New Jersey Diagnostic Center y posteriormente en el New Jersey Department of
Institutions and Agencies.
Pero la fe de Ellis en el psicoanálisis rápidamente se fue abajo. Descubrió que cuando atendÃ-a a sus
clientes solo una vez a la semana o incluso cada dos semanas, progresaban igualmente que cuando les veÃ-a
diariamente. Empezó a adoptar un papel más activo, combinando consejos e interpretaciones directas de la
misma forma que hacÃ-a cuando aconsejaba a familias o en problemas sexuales. Sus pacientes parecÃ-an
mejorar más rápidamente que cuando utilizaba procedimientos psicoanalÃ-ticos pasivos. Y esto sin olvidar
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que antes de estar en análisis, ya habÃ-a trabajado muchos de sus propios problemas a través de las
lecturas y prácticas de filosofÃ-as de EpÃ-cteto, Marco Aurelio, Spinoza y Bertrand Russell,
enseñándoles a sus clientes los mimos principios que le habÃ-an valido a él.
En 1955 Ellis ya habÃ-a abandonado completamente el psicoanálisis, sustituyendo la técnica por otra
centrada en el cambio de las personas a través de la confrontación de sus creencias irracionales y
persuadiéndoles para que adoptaran ideas racionales. Este papel hacÃ-a que Ellis se sintiese más
cómodo, dado que podÃ-a ser más honesto consigo mismo. Cuando me volvÃ- racional−emotivo, dijo una
vez, mis propios procesos de personalidad verdaderamente empezaron a vibrar.
Publicó su primer libro en REBT (siglas en inglés para Terapia Racional Emotiva) How to Live with a
Neurotic (Como Vivir con un Neurótico) en 1957. Dos años más tarde constituyó el Institute for
Rational Living (Instituto para una Vida Racional), donde se impartÃ-an cursos de formación para enseñar
sus principios a otros terapeutas. Su primer gran éxito literario, The Art and Science of love (El Arte y
Ciencia del Amor), apareció en 1960 y hasta el momento ha publicado 54 libros y más de 600 artÃ-culos
sobre REBT, sexo y matrimonio. Actualmente es el Presidente del Instituto de Terapia Racional−Emotiva de
Nueva York, el cual ofrece un programa de entrenamiento completo y gestiona una gran clÃ-nica
psicológica.
TEORÃA
REBT (Terapia Conductual Racional Emotiva) se define por el ABC en inglés. La A se designa por la
activación de las experiencias, tales como problemas familiares, insatisfacción laboral, traumas infantiles
tempranos y todo aquello que podamos enmarcar como productor de infelicidad. La B se refiere a creencias
(beliefs) o ideas, básicamente irracionales y autoacusatorias que provocan sentimientos de infelicidad
actuales. Y la C corresponde a las consecuencias o aquellos sÃ-ntomas neuróticos y emociones negativas
tales como el pánico depresivo y la rabia, que surgen a partir de nuestras creencias.
Aún cuando la activación de nuestras experiencias puede ser bastante real y causar un gran monto de dolor,
son nuestras creencias las que le dan el calificativo de larga estancia y de mantener problemas a largo plazo.
Ellis añade una letra D y una E al ABC: El terapeuta debe disputar (D) las creencias irracionales, de manera
que el cliente pueda a la postre disfrutar de los efectos psicológicos positivos (E) de ideas racionales.
Por ejemplo, una persona deprimida se siente triste y sola dado que erróneamente piensa que es inadecuado y
abandonado. En la actualidad una persona depresiva puede funcionar tan bien como una no depresiva, por lo
que el terapeuta debe demostrar al paciente sus éxitos y atacar la creencia de inadecuación, más que
abalanzarse sobre el sÃ-ntoma en sÃ- mismo.
A pesar de que no es importante para la terapia ubicar la fuente de estas creencias irracionales, se entiende que
son el resultado de un condicionamiento filosófico, o hábitos no muy distintos a aquel que nos hace
movernos a coger el teléfono cuando suena. Más tarde, Ellis dirÃ-a que estos hábitos están
programados biológicamente para ser susceptibles a este tipo de condicionamiento.
Estas creencias toman la forma de afirmaciones absolutas. En vez de aceptarlas como deseos o preferencias,
hacemos demandas excesivas sobre los demás, o nos convencemos de que tenemos necesidades
abrumadoras. Existe una gran variedad de errores de pensamiento tÃ-picos en los que la gente se pierde,
incluyendo
1 Ignorar lo positivo
2 Exagerar lo negativo, y
3 Generalizar
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Es como negarse al hecho de que tengo algunos amigos o que he tenido unos pocos éxitos. Puedo
explayarme o exagerar la proporción del daño que he sufrido. Puedo convencerme de que nadie me quiere,
o de que siempre meto la pata.
Hay 12 ejemplos de creencias irracionales que Ellis menciona con frecuencia:
12 Ideas Irracionales que Causan y Sustentan a la Neurosis
La idea de que existe una tremenda necesidad en los adultos de ser amados por otros significativos en
prácticamente cualquier actividad; en vez de concentrarse en su propio respeto personal, o buscando
aprobación con fines prácticos, y en amar en vez de ser amados.
La idea de que ciertos actos son feos o perversos, por lo que los demás deben rechazar a las personas que los
cometen; en vez de la idea de que ciertos actos son autodefensivos o antisociales, y que las personas que
cometan estos actos se comportan de manera estúpida, ignorante o neurótica, y serÃ-a mejor que recibieran
ayuda. Los comportamientos como estos no hacen que los sujetos que los actúan sean corruptos.
La idea de que es horrible cuando las cosas no son como nos gustarÃ-a que fueran; en vez de considerar la
idea de que las cosas están muy mal y por tanto deberÃ-amos cambiar o controlar las condiciones adversas
de manera que puedan llegar a ser más satisfactorias; y si esto no es posible tendremos que ir aceptando que
algunas cosas son asÃ-.
La idea de que la miseria humana está causada invariablemente por factores externos y se nos impone por
gente y eventos extraños a nosotros; en vez de la idea de que la neurosis es causada en su mayorÃ-a por el
punto de vista que tomamos con respecto a condiciones desafortunadas.
La idea de que si algo es o podrÃ-a ser peligroso o aterrador, deberÃ-amos estar tremendamente obsesionados
y desaforados con ello; en vez de la idea de que debemos enfrentar de forma franca y directa lo peligroso; y si
esto no es posible, aceptar lo inevitable.
La idea de que es más fácil eludir que enfrentar las dificultades de la vida y las responsabilidades
personales; en vez de la idea de que eso que llamamos dejarlo estar o dejarlo pasar es usualmente mucho
más duro a largo plazo.
La idea de que necesitamos de forma absoluta otra cosa más grande o más fuerte que nosotros en la que
apoyarnos; en vez de la idea de que es mejor asumir los riesgos que contempla el pensar y actuar de forma
menos dependiente.
La idea de que siempre debemos ser absolutamente competentes, inteligentes y ambiciosos en todos los
aspectos; en vez de la idea de que podrÃ-amos haberlo hecho mejor más que necesitar hacerlo siempre bien
y aceptarnos como criaturas bastante imperfectas, que tienen limitaciones y falibilidades humanas.
La idea de que si algo nos afectó considerablemente, permanecerá haciéndolo durante toda nuestra vida;
en vez de la idea de que podemos aprender de nuestras experiencias pasadas sin estar extremadamente atados
o preocupados por ellas.
La idea de que debemos tener un control preciso y perfecto sobre las cosas; en vez de la idea de que el mundo
está lleno de probabilidades y cambios, y que aún asÃ-, debemos disfrutar de la vida a pesar de estos
inconvenientes.
La idea de que la felicidad humana puede lograrse a través de la inercia y la inactividad; en vez de la idea
de que tendemos a ser felices cuando estamos vitalmente inmersos en actividades dirigidas a la creatividad, o
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cuando nos embarcamos en proyectos más allá de nosotros o nos damos a los demás.
La idea de que no tenemos control sobre nuestras emociones y que no podemos evitar sentirnos alterados con
respecto a las cosas de la vida; en vez de la idea de que poseemos un control real sobre nuestras emociones
destructivas si escogemos trabajar en contra de la hipótesis masturbatoria, la cual usualmente fomentamos.
Para simplificar, Ellis también menciona las tres creencias irracionales principales:
Debo ser increÃ-blemente competente, o de lo contrario no valgo nada.
Los demás deben considerarme; o son absolutamente estúpidos.
El mundo siempre debe proveerme de felicidad, o me moriré.
El terapeuta utiliza su pericia para argumentar en contra de estas ideas irracionales en la terapia o, incluso
mejor, conduce a su paciente a que se haga él mismo estos argumentos. Por ejemplo, el terapeuta podrÃ-a
preguntar
¿Hay alguna evidencia que sustenten estas creencias?
¿Cuál es la evidencia para enfrentarnos a esta creencia?
¿Qué es lo peor que puede ocurrirle si abandona esta creencia?
¿Y qué es lo mejor que puede sucederle?
Además de la argumentación, el terapeuta REBT se asiste de cualquier otra técnica que ayude al paciente
a cambiar sus creencias. Se podrÃ-a usar terapia de grupo, refuerzo positivo incondicional, proveer de
actividades de riesgo−recompensa, entrenamiento en asertividad, entrenamiento en empatÃ-a, quizás
utilizando técnicas de rol−playing para lograrlo, impulsar el auto−control a través de técnicas de
modificación de conducta, desensibilización sistemática y asÃ- sucesivamente.
Auto−aceptación Incondicional
Ellis se ha ido encaminando a reforzar cada vez más la importancia de lo que llama auto−aceptación
incondicional. Él dice que en la REBT, nadie es rechazado, aún sin importar cuán desastrosas sean sus
acciones, y debemos aceptarnos por lo que somos más que por lo que hemos hecho.
Una de las formas que menciona para lograr esto es convencer al paciente de su valor intrÃ-nseco como ser
humano. El solo hecho de estar vivo ya provee de un valor en sÃ- mismo.
Ellis observa que la mayorÃ-a de las teorÃ-as hacen mucho hincapié en la autoestima y fuerza del yo y
conceptos similares. Nosotros evaluamos de forma natural a las criaturas, y esto no tiene nada de malo, pero
de la evaluación que hacemos de nuestros rasgos y acciones, llegamos a evaluar esa entidad holÃ-stica vaga
llamada self. ¿Cómo podemos hacer esto?; ¿Y qué bien hace?. Ellis cree que solo provoca daño.
AhÃ- están, precisamente, las razones legÃ-timas para promover el propio self o ego: Queremos
mantenernos vivos y estar sanos, queremos disfrutar de la vida y demás. Pero existen muchas otras formas
de promover el ego o self que resulta dañino, tal y como explica a través de los siguientes ejemplos:
Soy especial o soy detestable.
Debo ser amado o cuidado.
Debo ser inmortal.
Soy o bueno o malo.
Debo probarme a mÃ- mismo.
Debo tener todo lo que deseo.
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Ellis cree firmemente que la autoevaluación conduce a la depresión y a la represión, asÃ- como a la
evitación del cambio. ¡Lo mejor para la salud humana es que deberÃ-amos detenernos a evaluarnos entre
todos!.
Pero quizás esta idea sobre el ego o el self está sobrevalorada. Ellis es especialmente escéptico sobre la
existencia de un verdadero self, como Horney o Rogers. Particularmente le disgusta la idea de que exista un
conflicto entre un self promovido por la actualización versus otro promovido por la sociedad. De hecho,
dice, la propia naturaleza y la propia sociedad más bien se apoyan entre sÃ-, en vez de ser conceptos
antagónicos.
Realmente él no percibe ninguna evidencia de la existencia de un self transpersonal o alma. El budismo,
por ejemplo, se las arregla bien sin tomar en cuenta esto. Y Ellis es bastante escéptico con respecto a los
estados alterados de consciencia de las tradiciones mÃ-sticas y las recomendaciones de la psicologÃ-a
transpersonal. De hecho, ¡considera a estos estados más irreales que trascendentes!.
Por otra parte, Ellis considera que su abordaje surge de la antigua tradición estoica, apoyada por filósofos
tales como Spinoza. También considera que existen similitudes con el existencialismo y la psicologÃ-a
existencialista. Cualquier acercamiento que coloque la responsabilidad sobre los hombros del individuo con
sus creencias, tendrá aspectos comunes con la REBT de Ellis.
AARON BECK
Beck nació en Providence Rhode Island, el 18 de Julio de 1921, siendo el más pequeño de sus tres
hermanos. Los padres de Beck eran inmigrantes judios. El nacimiento de Beck se vio seguido por el
fallecimiento de su hermana como consecuencia de una epidemia de gripe. Después de la muerte de su
hermana, la madre de Beck se sumió en una profunda depresión. Beck considera que fue aquÃ- donde se
arraigó su necesidad de control. Beck se sentÃ-a estupido e incompente después de sufrir una enfermedad
grave causada por una infección en un brazo roto. Sin embargo, Beck aprendió como afrontar
cognitivamente sus miedos y problemas; esto fue lo que inspiró en años posteriores su teorÃ-a y sus
terapias.
Beck está casado y tiene cuadro hijos: Roy, Judy, Dan y Alice, y tiene ocho nietos. Su hija, la Dr. Judith
Beck, es también psiquiatra y se ha especializado en terapia cognitiva, siendo uno de sus principales
sucesores dentro del campo de estudio abierto por él.
Beck fue a la Universidad de Brown, graduándose mshns cum laude en 1942. En esta Universidad fue
elegido miembro de la Sociedad Phi Beta Kappa (la sociedad de graduados más prestigiosa para
graduaciones de más de cuatro años), fue editor asociado del diario Brown Daily Herald, y recibió el
Francis Wayland Scholarship, el Premio de Excelencia en Oratoria de William Gaston y el Premio de Ensayo
de Philo Sherman Bennett. Beck ingreso en la Escuela de Medicina de Yale y se graduó como en 1946.
TEORIA
El modelo de la terapia cognitiva de Beck parte de las investigaciones iniciales de este autor precisamente con
los sueños . Beck era partidario del modelo psicoanalÃ-tico y trataba de demostrar que los sujetos
depresivos tenÃ-an elementos simbólicos en sus sueños de tipo masoquista. Lo que encontró mas bien en
sus investigaciones fueron unos contenidos temáticos que reflejaban la visión depresiva del sujeto,
contenidos que tendÃ-an a distorsionar los pensamientos en el sentido depresivo . En estas investigaciones
iniciales se encuentra el inicio de su modelo cognitivo de la depresión y otros trastornos psicológicos.
El modelo de terapia cognitiva de Beck mantiene que los trastornos psicológicos provienen con frecuencia
de maneras erróneas de pensar concretas y habituales, maneras que conforman las distorsiones cognitivas.
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Las "distorsiones cognitivas" derivan a su vez de creencias personales o "significados personales" tácitos o
inconscientes aprendidos a menudo en las experiencias de la vida infantil . Esos significados personales
conforman un segundo sistema cognitivo de tipo emocional ajeno al sistema racional de pensamiento. Cuando
por distintos eventos vitales se activan esos significados personales que permanecÃ-an latentes o dormidos,
irrumpen en la consciencia e interrumpen el pensamiento racional, a través de los "pensamientos
automáticos" (contenidos de pensamiento involuntarios, taquigráficos y rapidÃ-simos) . Esos pensamientos
automáticos son ajenos al análisis racional y reflejan las distorsiones del pensamiento guiadas por los
significados inconscientes.
En el estado de sueño se activarÃ-an los significados personales inconscientes, que se expresarÃ-an de
manera más arcaica aún en forma visual/imágenes . Los significados se habrÃ-an activado previamente
en el estado de vigilia mediante determinadas preocupaciones, estados emocionales y actividades−problemas
relacionales importantes en la vida del sujeto en cuestión . Al estar ahora el sujeto dormido, y en un estado
de conciencia con mayor inhibición aún de sus sistema racional de pensamiento, se activarÃ-a la forma
visual imaginaria de los significados (ensueños). Los ensueños contendrÃ-a las mismas distorsiones
cognitivas manifiestas en los pensamientos automáticos de la vigilia , y serian expresiones de los
significados subyacentes, o supuestos personales.
BIBLIOGRAFIA
• Labrador F. Manual de Tecnicas de Modificación y Terapia de Conducta, Ediciones Pirámide.
Madrid 1997
• Morris Ch. PsicologÃ-a, 10ma Edición. Person Educación, Mexico 2001
• Caro, I. : Manual de psicoterapias cognitivas. Ed. Paidós, 1997
• Dryden, W: Métodos activos en la terapia racional emotiva. En Ellis, A. Y Grieger, R. : Manual de
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Correspondencia
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Modelos Cognitivos de la Personalidad − 3 − Fernando Cumba
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