HISTORIA DEL DERECHO TEXTOS Profa. Mª Magdalena Martínez Almira RECOPILACIÓN DE LEYES EN INDIAS La expedición indiana estuvo desde sus inicios tutelada por la reina de Castilla, Isabel la Católica. No obstante ello, en las capitulaciones de Santa Fe y mediante la Real Provisión de 30 de abril de 1492 quedaba justificado y legitimado el plan de gobierno y asentamiento que Colón llevaría a cabo en los territorios descubiertos, siempre bajo el amparo de la Monarquía Hispana, y la protección de la Santa Fe Católica. El viaje contó, además, desde el punto de vista espiritual con la aprobación del papa Alejandro VI, quien mediante una serie de Bulas Papales solicitadas por los citados reyes preveía y precavía la posible reclamación de Portugal sobre las tierras descubiertas. Si con antelación las bulas concedidas en favor de Portugal concedía a este país leal derecho exclusivo para navegar al sur de las Canarias, la bula Inter Caetera de 3 de mayo de 1493 concedía similares privilegios a los monarcas españoles en relación a las tierras descubiertas hacia el Poniente, encomendándoles su evangelización. En esa misma fecha se concede otra bula, Eximie devotionis, por la que se reconocían los mismos privilegios que a los reyes de Portugal. Y el 4 de mayo del mismo año mediante la Inter Caetera II se fijaba una línea imaginaria de demarcación entre dominios portugueses y castellanos, desde cien leguas al oeste de las Azores, reservando a los castellanos la zona occidental y a los portugueses la oriental. Esta última demarcación suponía la ampliación en 370 leguas hacia oriente respecto a lo considerado en el Tratado de Tordesillas de 1494, lo que suponía el acceso de los portugueses hacia la parte oriental y en concreto a Brasil. Medidas que fueron ratificadas mediante la bula Dudum siquidem de 25 de septiembre de 1493. Bajo la justificación de la evangelización y de la conquista se desarrolló un Derecho, que tomando como modelo el castellano, pretendía cubrir las muchas lagunas suscitadas en el gobierno de los indígenas; un derecho por tanto eminentemente casuístico y que pretendía crear una nueva sociedad bajo el ideal de vida evangélico. Este proceso sin embargo, tuvo sus inconvenientes: la civilización indígena desarrollaba un modo de vida basado en la recolección, a todas luces contrapuesto al modelo renacentista europeo. Por otra parte los castellanos, bajo su condición de conquistadores, rehusaban trabajar y pretendían que fueran los indios quienes realizaran los trabajos agrícolas y mineros para su sustento. 1 La presencia de los dominicos (1510) en la Española fue la voz instrumentalizada a través de los sermones del Padre Montesinos en 1511 denunciando las malas acciones de los castellanos. Por tal motivo se formó una Junta de teólogos y juristas en Burgos para tratar de dar solución al problema, que además hundía sus raíces en el particular sistema de repartimiento de indos y en la encomienda, todo ello bajo la cobertura de la propaganda fidei. El 27 de diciembre de 1512 se promulgaron las leyes de Burgos, que preconizaban la integración de los indígenas con los españoles. Un texto que tuvo en fray Bartolomé de las casas a un arduo defensor de la población indígena y cuyos ecos fueron asumidos por fray Francisco de Vitoria en su Relectio de Indis dictada en la Universidad de Salamanca en 1539. La crueldad y desamor de los españoles, y su desordenada codicia, como denuncia la Real provisión de 17 de noviembre de 1526 y la Brevísima relación de las destrucción de las Indias de Bartolomé de las Casas, fue motivo de la adopción de nuevas medidas legales para garantizar la perpetuación y población del territorio, la conservación y buen tratamiento de los naturales; para ello se creó el cargo de Protector de los indios. Denuncias que propiciaron una nueva Junta cuya labor se plasmó en las Leyes y ordenanzas nuevamente hechas por S.M. par la gobernación de las Indias y buen tratamiento y conservación de los indios, llamadas leyes Nuevas de 1542; impresas y repartidas por las Indias fueron bien acogidas por la población indígena pero rechazadas por los encomenderos siendo objeto de revisión por la Real Provisión de Carlos V de 20 de octubre de 1545. LA RECOPILACIÓN A TRAVÉS DE SUS TEXTOS La lejanía y falta de adecuación en muchos casos de la legislación castellana al particular modo de vida en Indias dio lugar a la proliferación de leyes cuya dificultad más sobresaliente era la dificultad de conocimiento. El Consejo de Indias –órgano competente par el dictado de las leyes- resolvió a partir de 1563 realizar un índice de las mismas. Ahora bien, esta labor recopilatoria tuvo sus antecedentes en 1548 cuando el virrey de Méjico Antonio de Mendoza redacta las Ordenanzas y compilación de leyes de la Audiencia de aquella ciudad. Unas ordenanzas que años más tarde, en 1552, reproduce con alteraciones para el Perú. Fernández de Liébana, fiscal del Consejo de Indias, ordenó se recogieran todas las Cédulas reales, una labor que solo se llevó a cabo en Méjico, de mano de Vasco de Puga, quien como oidor de la Audiencia, imprime una compilación en 1563. Años más tarde, en 1570, el virrey del Perú, Francisco de Toledo, proyectó una recopilación de las disposiciones vigentes, si bien la tarea quedó inconclusa al tener noticia que este trabajo se estaba realizando en España. Obra que en lo conservado fue estudiada en el siglo XIX por Marcos Jiménez de la Espada. Se piensa contó con 7 libros de los que tenemos noticia solo de cuatro: - Libro I relativo a la gobernación espiritual, quedó inédito, contenía disposiciones sobre el gobierno eclesiástico indiano, distribuidas en 22 títulos. 2 o El título XIV fue puesto aplicado por Felipe II sobre el Patronato regio de indias sobre la forma de presentación de candidatos para la provisión de beneficios eclesiásticos. - Libro II sobre la reglamentación de las colonizaciones, contiene “descripciones” e informaciones geográficas y cartográficas. El título VI fue promulgado en 1573 por Felipe II como Ordenanzas de descubrimiento y población. Ante esta obra inacabada, Juan de Ovando acometió la elaboración de un código o libro de ordenanzas que refundía y redactaba de manera armónica todas las normas dictadas para el gobierno de Indias. Ovando, presidente del Consejo de Indias, proyectó la más importante recopilación de legislación indiana con la colaboración de Juan López de Velasco durante el periodo que fue visitador y después presidente del Consejo de Indias. Si bien los dos primeros libros, redactados entre 1569 y 1571, no recibieron ni la aprobación del Papa ni la sanción real, habida cuenta de las reformas que pretendía introducir. Abandonando poco después el proyecto. Años más tarde en 1590 Alonso Fernández de Bonilla, visitador de la Audiencia de Lima intenta una nueva recopilación, que no se sabe si concluyó. Y en 1604 Alonso Maldonado de Torres, presidente de la Audiencia de Los Charcas (Bolivia) forma un Libro de Cédulas y provisiones, recientemente editadas por el Prof. José Enciso Contreras, de la Universidad de Zacatecas. Tras el fallecimiento de ovando sin continuidad en su labor, el Consejo de Indias encarga en 1582 a Diego de Encinas, oficial de la escribanía de cámara de justicia del citado Consejo, la recopilación de todas las disposiciones vigentes; una obra que se imprime en 1596 en cuatro volúmenes para uso reservado del Consejo y de las Audiencias; obra de carácter sistemático objeto de estudio por el prof. García Gallo En 1603 el Consejo de Indias acomete la tarea de formar una recopilación de leyes aprovechando las compilaciones de juristas tales como Juan de Solórzano Pereira (oidor de la Audiencia y más tarde consejero de Indias, 1575-1655), Rodrigo de Aguiar y Acuña (Sumarios de la recopilación proyectada, 1628), Antonio de León Pinelo (1594?-1660, profesor de la Universidad, Discurso) o Fernando Jiménez Paniagua, quien encargado de pronunciarse sobre la obra de Pinelo informa negativamente y asume un nuevo proyecto, que concluye en 1680. El texto bajo la denominación Recopilación de leyes de Indias fue promulgada en 1680 con carácter general para todas las Indias. Contiene más de 6.000 leyes distribuidas en 9 libros, conforme el modelo de recopilación castellana no se limita a reproducir literalmente las disposiciones sino que a menudo les da una nueva redacción y deroga las no recopiladas. El hecho de que no resolviera el problema del conocimiento del Derecho indiano justifica las sucesivas revisiones a las que se vio sometida y las nuevas redacciones; es el caso de las propuestas de José de Carvajal y Lancaster o Antonio José Álvarez de Abreu, marques de la Regalía (1740); y de la redacción en 1766 de un Nuevo Código de Leyes de Indias que pese al apoyo de la Junta de Leyes (1780) no llegó a ser ultimado. De ahí que 3 algunos juristas a título particular acometiesen esa labor caso de Antonio Xavier Pérez y López, con su teatro de la legislación universal de España e Indias (1791-1798). Y de forma paralela el desarrollo de una literatura jurídica indiana, especialmente en el siglo XVI por Juan de Matienzo, con su Gobierno del Perú, o la obra del profesor de leyes en salamanca y oidor de la Audiencia de Lima, y consejero de Indias, Juan de Solórzano Pereyra, autor de De Indiarum iure (1629) refundida con el título Política Indiana (1648). BIBLIOGRAFÍA. CORONAS GONZÁLEZ, S.M., Manual de Historia del Derecho Español, Valencia, Tirant lo Blanch, 1999, pp. 372-377. GARCÍA GALLO, A., Manual de Historia del Derecho Español, El Origen y la evolución del Derecho, t. I, 9ª ed. Revisada, Madrid, 1982, pp. 418-421. PÉREZ PRENDES, J.M., Historia del Derecho Español, T. II, Madrid, Servicio Publicaciones Universidad Complutense, 9ª ed. Revisada, 2004, pp. 936-937. 4