LOS CONSEJOS DE NUESTRO GERONTÓLOGO 15 Los perjuicios de los ruidos sobre la salud y audición ¿Quién no ha sentido alguna vez el silencio del campo con los toques musicales del canto de los pájaros, el fluir plácido del agua en un riachuelo o el murmullo suave del viento al mover las hojas de un árbol?. Seguro que todos lo hemos sentido alguna vez. Y, en verdad todas estas sensaciones son buenas para la mente y el sistema nervioso. Pero si nos trasladamos al ambiente de las grandes ciudades la situación es muy otra, pues en ellas hay mucha prisa en la gente, se oyen ruidos muy molestos de las máquinas perforadoras en plena calle, los motores de los coches, de los autobuses y de las sirenas de las ambulancias. Voy a detenerme un poco en describir los perjuicios que causan los ruidos en las personas. Los efectos perjudiciales de los ruidos sobre la salud y audición van a depender del tiempo de exposición a los mismos, del nivel del ruido y de la superficie que esté afectada por el ruido, es decir, que si una persona vive en una zona en la que continuamente hay ruido intenso como una población cercana a un aeropuerto, polígono industrial o a una autopista con mucho tráfico que duda cabe que en el transcurso de los años va a tener problemas. Según la OMS, los límites considerados como tolerables de los ruidos es de unos 50 dB (decibelios). En España se considera contaminación acústica cuando supera los 55 decibelios (periodo diurno) y en la noche no debe sobrepasar los 30 decibelios. En plena calle con mucho tráfico, se puede alcanzar los 70 decibelios. En el interior de una discoteca los 110 decibelios. A partir de los 140 el oído empieza a sentir dolor. No debemos olvidar que una exposición persistente a un ruido superior a los 95 decibelios puede producir una sordera irreversible. Según dicen los expertos los ruidos pueden producir efectos perjudiciales auditivos y extra auditivos. Los auditivos son la sordera parcial o definitiva, como se decía y los extra auditivos son muy variados como alteraciones cardiovasculares (aumento de la presión arterial, aumento de las pulsaciones, etc.), psiconerviosas (angustia, irritabilidad nerviosa, insomnio, etc.), alteraciones de la visión, glándulas endocrinas, etc. Como se observa, el ruido perjudicial persistente es un enemigo traicionero que va dañando silenciosamente día a día la salud y la audición. ¿Qué recursos tenemos para luchar contra el ruido? Hay que elegir un lugar adecuado para vivir, a ser posible en un entorno natural alejado o protegido del ruido. Si no fuera posible habría que recurrir a aislamiento acústico, insonorización, dobles ventanas, silenciadores, tapones en los oídos, etc. Es muy saludable de vez en cuando huir del mundanal ruido a lugares apartados donde se disfrute del silencio y la tranquilidad y ello se consigue cuando se recupera el contacto con la naturaleza. Y todo esto es muy necesario, porque en las grandes ciudades es difícil encontrar un sitio donde el cerebro, el sistema nervioso y el oído puedan descansar verdaderamente. Finalmente, hay que procurar que se cumplan con las Normas y reglamentaciones jurídicas sobre protección contra el ruido y en caso negativo habría que denunciar. Dr. Víctor López García, médico gerontólogo