las constituciones de guatemala

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LAS CONSTITUCIONES DE GUATEMALA ∗
I. SITUACION CONSTITUCIONAL PRE INDEPENDIENTE
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INSTITUCIONES POLITICAS DEL TERRITORIO
REGULACIONES CONSTITUCIONALES
SEPARACION DE PODERES
MONARQUIA MODERADA
SISTEMAS DE ELECCION POPULAR
CONSIDERACION DE INTERESES DE INDIAS
REPRESENTACION DE TERRITORIOS DE ULTRAMAR
RECONOCIMIENTO DE DERECHOS INDIVIDUALES
La primera edición de Las Constituciones de Guatemala fue realizada por Editorial Piedra Santa el 9 de
mayo de 1984, por encargo de la editorial para divulgación entre alumnos del nivel de educación
secundaria.
PERIODO COLONIAL
CONSTITUCION DE BAYONA
La llamada Constitución de Bayona, promulgada por José Napoleón “por la
gracia de Dios, Rey de las Españas y de las Indias”, el 6 de julio de 1808, formalmente
incluía los territorios americanos de dominación española en su ámbito de aplicación.
En la realidad no tuvo vigencia, aun cuando sus disposiciones marcaron un campo de
conceptos que, posteriormente han inspirado en alguna medida las regulaciones
americanas.
Muy pocas condiciones se daban para que esta Constitución hubiera podido
cobrar vigencia. Napoleón interviene en España, pretextando que las disensiones que
dividían la Casa real estimularían una invasión inglesa. Invitó a Carlos IV y a su hijo
Fernando VII a visitarle en Bayona, territorio francés. Les obligó a abdicar, designando
a Murat como lugarteniente general del reino, que convocó a una Junta Central en
Madrid que le ofreció la corona a José Bonaparte, bajo cuyo imperio se reunieron las
Cortes que emitieron una Constitución que jamás sería aplicada, por no ser en realidad
expresión de la soberanía española, alzada en guerra contra el usurpador. **
Partía la Constitución del hecho mismo que el poder no solamente descansaba en
el derecho divino (“por la gracia de Dios”) sino también en el contrato social (“como
base del pacto que une a nuestros pueblos con Nos, y a Nos, con nuestros pueblos”), y,
por ello inauguraba una monarquía constitucional.
La Constitución organiza el Estado como se ve en el cuadro correspondiente.
En su artículo 87 determinaba que los reinos y provincias españolas de América
y Asia gozarían de los mismos derechos que la metrópoli; el 91, que cada reino y
provincia tendría constantemente cerca del Gobierno diputados encargados de promover
sus intereses y de ser sus representantes en las Cortes; y el 92 incluía a Guatemala entre
tales territorios.
Como corresponde a una Constitución, legisla sobre las garantías individuales,
tales como el derecho a la publicidad del proceso penal, la inviolabilidad del domicilio,
el principio de legalidad en las detenciones, la abolición del tormento, y otras que
pertenecen a la primera generación de los derechos humanos.
Es importante apuntar que el Senado –órgano moderador- tenía entre sus
atribuciones velar activamente por la libertad individual y la libertad de imprenta, al
contener sendas comisiones formadas por cinco senadores para dicha vigilancia.
Contiene esta Constitución notas de liberalismo económico como las
disposiciones de reconocer los mismos derechos a las provincias españolas de América
y Asia que la metrópoli [87]***, la libertad de cultivo e industria [88], la libertad de
comercio entre sí y con la metrópoli [89] y la prohibición de conceder privilegio alguno
particular de exportación o importación [90]. Normaba además un principio de
igualdad desafortunadamente incumplido: “los servicios y los talentos serán los únicos
que proporcionen los ascensos”.
CONSTITUCION DE BAYONA DE 1808
ESTRUCTURA DEL ESTADO
La Corona
El Rey
Jefes de la Casa
El Senado
Los infantes de
España mayores
de 18 años
Consejo de
Estado
Cortes
El Rey
Estamentos:
Treinta a sesenta
Clero: veinticinco
Orden Judicial
Jueces
conciliadores
real:
Capellán mayor
Mayordomo
mayor
Camarero mayor
Caballerizo mayor
Montero mayor
Gran maestro de
ceremonias
Ministerio:
Justicia
Negocios
eclesiásticos
Negocios
extranjeros
Interior
Hacienda
Guerra
Marina
Indias
Policía general
Veinticuatro
individuos
nombrados por el
Rey (…) entre
Ministros,
Capitanes
Generales del
Ejército y la
Armada.
Embajadores,
Consejeros de
Estado o del
Consejo Real
Vitalicios
individuos,
miembros natos
los Ministros y el
Presidente del
Consejo Real
arzobispos y
obispos
Juzgados de
Primera Instancia
Nobleza:
veinticinco nobles
Audiencias o
tribunales de
apelaciones
El Príncipe
heredero mayor de
15 años
Pueblo: ciento
veintidós
diputados:
Secciones:
-Justicia y de
negocios
eclesiásticos
-Interior y Policía
general
-Hacienda
-Guerra
-Indias
de las Provincias
de
España e Indias
de ciudades
principales
de España e islas
adyacentes
negociantes o
comerciantes
15 de las
universidades
Tribunales de
Reposición
Consejo Real
Corte Real:
Senadores
Presidentes de
Sección del
Consejo
de Estado
Presidente del
Consejo Real
Vicepresidentes
del Consejo Real
Secretario de
Estado
CONSTITUCION DE CADIZ
El Consejo Supremo de la Regencia de España, en nombre de Fernando VII,
promulgó en Cádiz, único territorio libre de la invasión napoleónica, el 19 de marzo de
1812, la Constitución Política de la Monarquía Española, que el rey posteriormente no
quiso jurar, anulando su eficacia.
Fernando VII regresó a España tras el triunfo de las armas españolas y la retirada
del ejército francés, iniciándose tenue pero seguramente el proceso de restauración del
absolutismo, que llevo a la represión de toda tendencia liberal que se creyó amparada en
las normas de la Constitución de Cádiz. El absolutismo generó la rebelión gallega de
1820 que se propagó por España, hasta que O´Donnell, jefe del Ejército de la Mancha,
que estaba preparado para marchar contra Galicia, en vez de hacerlo así, proclamó la
Constitución en Ocaña al frente de sus tropas.
La Audiencia de Guatemala estuvo representada en las Cortes de Cádiz por
Florencio Castillo, diputado por Costa Rica; José Antonio López de la Plata, diputado
por Nicaragua; Antonio Larrazábal, diputado por Guatemala; José Ignacio Avila,
diputado por San Salvador; José Francisco Morejón, diputado por Honduras; y Manuel
de Llano, diputado por Chiapas. Las autoridades de Guatemala la juraron el 24 de
septiembre de 1812.
Por medio de esta Constitución quedaban reconocidas las instituciones políticas
que gobernaban las provincias coloniales: el Capitán General, la Audiencia, la
Diputación Provincial y los Ayuntamientos. La monarquía constitucional no cambió la
dominación tradicional en lo político ni el sistema económico basado en el trabajo
agrícola enfeudado.
Establece una monarquía constitucional, que llega a reafirmar la dignidad
representativa y popular de las Cortes hasta prohibirse al rey que entrara a ellas con su
guardia. [122]
Se trata de una Constitución desarrollada y extensa, cuyo tono principal consiste
en moderar la autoridad del rey, al punto de establecer la primacía de las Cortes -órgano
deliberante de elección popular indirecta- y legislar normas claramente prohibitivas a la
autoridad real.
Entre ellas tales las hay de un tenor terminante como las del artículo 172:
Primera.- No puede el Rey impedir bajo ningún pretexto la celebración de las
Cortes en las épocas y casos señalados por la Constitución; ni suspenderlas ni
disolverlas ni en manera alguna embarazar sus sesiones y deliberaciones. Los
que le aconsejen o auxilien en cualquier tentativa para estos actos son
declarados traidores y serán perseguidos como tales.
Segunda.- No puede el Rey ausentarse del Reino sin consentimiento de las
Cortes; y si lo hiciere, se entiende que ha abdicado la Corona.
Tercero.- No puede el Rey enajenar, ceder, renunciar, o en cualquiera manera
traspasar a otro la autoridad Real, ni alguna de sus prerrogativas.
Si por cualquiera causa quisiera abdicar el Trono en el inmediato sucesor, no lo
podrá hacer sin el consentimiento de las Cortes.
Cuarta.- No puede el Rey enajenar, ceder o permutarle provincia, ciudad, villa
o lugar, ni parte alguna, por pequeña que sea, del territorio español.
Quinta.- No puede el Rey hacer alianza ofensiva, ni tratado especial de
comercio con ninguna potencia extranjera sin el consentimiento de las Cortes.
Sexta.- No puede tampoco obligarse por ningún tratado a dar subsidios a
ninguna potencia extranjera sin el consentimiento de las Cortes.
Séptima.- No puede el Rey ceder ni enajenar los bienes nacionales sin
consentimiento de las Cortes.
Octava.- No puede el Rey imponer por sí directa ni indirectamente
contribuciones ni hacer pedidos bajo cualquier nombre o para cualquier objeto
que sea, sino que siempre los han de decretar las Cortes.
Novena.- No puede el Rey conceder privilegio exclusivo a persona ni
corporación alguna.
Décima.- No puede el Rey tomar la propiedad de ningún particular ni
corporación, ni turbarle en la posesión, uso y aprovechamiento de ella; y si en
algún caso fuere necesario para un objeto de conocida utilidad común tomar la
propiedad de un particular, no lo podrá hacer, sin que al mismo tiempo sea
indemnizado y se le dé el buen cambio a bien vista de hombres buenos.
Undécima.- No puede el Rey privar a ningún individuo de su libertad, ni
imponerle por sí pena alguna. El secretario del despacho que firme la orden, y
el juez que la ejecute, serán responsables a la Nación, y castigados como reos
de atentado contra la libertad individual.
Sólo en caso de que el bien y la seguridad del Estado exijan el arresto
de alguna persona, podrá el Rey expedir órdenes al efecto; pero con la
condición de que dentro de cuarenta y ocho horas deberá hacerla entregar a
disposición del tribunal o juez competente.
Duodécima.- El Rey antes de contraer matrimonio dará parte a las Cortes, para
obtener su consentimiento; y si no lo hiciere, entiéndese que abdica la Corona.
CONSTITUCION DE CADIZ 1812
ESTRUCTURA DEL ESTADO
Las Cortes
El Rey
Un diputado por cada
70 mil habitantes
Monarquía
hereditaria
Integración a través de
Juntas Electorales de
Parroquia, Partido y
Providencia
El Rey
moderada
El Príncipe de Asturias,
hijo
primogénito del Rey
Secretarios
del
Despacho:
-De Estado
-Gobernación para la
Península e islas
adyacentes
-Gobernación para
ultramar
-Gracia y Justicia
-Hacienda
-Guerra
-Marina
Consejo de Estado
Cuarenta individuos
nombrados por el Rey
a propuesta en ternas
por las Cortes
De ellos,
Eclesiásticos
Grandes de España
nacidos en
provincias de
ultramar
Tribunales
Supremo Tribunal de
Justicia
Audiencias de segunda
y tercera instancia
Audiencias de Ultramar
Juez de letras en cada
Partido
Alcaldes en todos los
pueblos con oficio de
conciliador
II. REGIMEN CONSTITUCIONAL DE 1824/25
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SISTEMA SEMIPARLAMENTARIO
BICAMERALISMO
NOTABLE FUERZA DEL CONGRESO
PODERES RESTRINGIDOS DEL EJECUTIVO
REGIMEN REPUBLICANO, FEDERAL Y REPRESENTATIVO
SEPARACION DE PODERES
SOBERANIA POPULAR: ELECCION DE TODOS LOS PODERES DEL
ESTADO, INCLUYENDO EL JUDICIAL.
GARANTIAS INDIVIDUALES
DERECHO DE LIBRE DETERMINACION E INDEPENDENCIA
DERECHOS DE LOS ESTADOS
LIBERALISMO ECONOMICO
DESAPARECE EL CONSEJO DE ESTADO
PERIODO FEDERAL
CONSTITUCION DE LA REPUBLICA FEDERAL DE CENTRO AMERICA
Por medio del acta de independencia se había convocado para que se reuniera un
congreso el 1º. de marzo de 1822, que no pudo hacerlo por las condiciones que
imperaron, entre ellas la anexión al imperio de Iturbide. Fue Vicente Filísola el que
hizo de nuevo la convocatoria, habiéndose reunido el congreso que decretó el 1 de julio
de 1823 la independencia absoluta, y que luego, el día 2, adoptó la denominación de
Asamblea Constituyente, la que promulgó el 22 de noviembre de 1824 la Constitución
de la República Federal de Centro América.
Reconoce ésta que la soberanía corresponde al pueblo. [1] Define su ámbito
territorial y deja abierta la posibilidad que la provincia de Chiapas libremente se una a la
federación. [6] Adopta el sistema federal [10].
El principio de libre determinación de los pueblos, proclamado en 1960 por las
Naciones Unidas, aparece ya muy claro en esta Constitución al dejar abierta la adhesión
de Chiapas “cuando libremente se una”, pero advierte con anticipación sobre los
peligros de los microestados, como ha ocurrido recientemente, al legislar sobre la
formación de los nuevos, imponiéndoles para aquella época un mínimo de cien mil
habitantes [198]
Organiza el Estado ( ver cuadro) adoptando el sistema de separación de poderes.
El gobierno sería esencialmente representativo por elección popular, incluyendo el
“poder judiciario”.
El congreso federal posee notable fuerza, dado que se le atribuyen funciones
propias del ejecutivo, como dirigir la educación, habilitar puertos y establecer aduanas
marítimas, abrir los grandes caminos y canales de comunicación.
El Senado cumple una función moderadora, que consiste en sancionar las
resoluciones del Congreso [77, 98] por lo que funciona un sistema bicameral.
En materia de garantías individuales legisla sobre las más importantes,
incluyendo la publicidad del proceso, la igualdad de acceso a los tribunales, el carácter
exclusivo y legal de los centros de detención, la prohibición de formar tribunales
especiales y de desarmar indebidamente a los habitantes.
Algunas disposiciones revelan lo anticipado que se encontraban, sobre todo para
impedir las cárceles clandestinas y los tribunales de fuero especial:
“Las personas aprehendidas por la autoridad no podrán ser llevadas a
otros lugares de prisión, detención o arresto, que a los que estén legal y
públicamente destinados al efecto.” [163]
“(no podrán) formar comisiones o tribunales especiales para conocer en
determinados delitos, o para alguna clase de ciudadanos o habitantes”.
[176]
Artículos como el 176 revelan el grado de confianza que la autoridad tenía en la
madurez del pueblo e indudablemente el acatamiento de éste a las autoridades legítimas.
Dice así:
“(no podrán) desarmar a ninguna población ni despojar a persona
alguna de cualquiera clase de armas que tengan en su casa, o de las que
lleve lícitamente.”
REFORMAS
En San Salvador, el 13 de febrero de 1835, se decretaron reformas importantes,
que, según algunos comentaristas, tendían a reducir la influencia de los conservadores.
Así se explica una norma novedosa que reconoce la libertad de cultos: “Los habitantes
de la República pueden adorar a Dios según su conciencia”. (11)
DISOLUCION
El sistema constitucional de la federación centroamericana estuvo vigente
prácticamente hasta 1838, ya que el 30 de mayo se reunió el Congreso federal en San
Salvador, que autorizó a los Estados para que, mientras se reformaba la carta
fundamental, tomaran disposiciones de organización estatal, circunstancias que
Honduras tuvo para declarar su soberanía e independencia el 26 de octubre de 1838.
Separados del pacto federal los estados de Nicaragua, Honduras y Costa Rica, no fue
viable la realización de los comicios que renovarían las autoridades de la República,
cuyo período constitucional estaba para concluir, por lo que el 2 de febrero de 1839 no
se habían electo los diputados al Congreso, ni los magistrados a la Corte Suprema de
Justicia ni presidente y vicepresidente de la República, quedando Centroamérica sin
gobierno constitucional. Aquí queda disuelto de hecho el pacto federal.
CONSTITUCION DE LA REPUBLICA FEDERAL DE CENTROAMERICA DE 1824
ESTRUCTURA DEL ESTADO
Congreso Federal
Senado
Poder Ejecutivo
Un diputado por cada
30
mil
habitantes,
electos popularmente
Dos por cada Estado,
electos popularmente
Se renovaría por tercios
anualmente
Un Presidente, electo
popularmente por el
pueblo de todos los
Estados
de
la
Federación
Senadores reelegibles
una sola vez
Un
Vicepresidente,
igualmente electo
Presidido
por
el
vicepresidente de la
República,
que
sufragaría solamente en
caso de empate
Período de cuatro años,
pudiendo ser reelegidos
una vez sin intervalo
Se renovaría por mitad
cada año
Diputados reelegibles
una sola vez
Secretarios
Despacho
del
Poder Judiciario
Suprema
Justicia:
Corte
de
Cinco a siete
individuos elegidos
por el pueblo
Se renovaría por
tercios cada dos
años
Magistrados reelegibles
Jueces inferiores
CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO DE GUATEMALA
El 11 de octubre de 1825 se promulgó la Constitución Política del Estado de
Guatemala, basándose en el mandato de los comitentes y “por el pacto de la
Confederación Centroamericana”. Se declara que el Estado es soberano, pero que limita
sus derechos, “el pacto de unión que celebraron los estados libres de Centroamérica en
la constitución federativa” [3, 4]
Dicha Constitución organiza el Estado ( véase cuadro respectivo) por el sistema
de separación de poderes y la existencia de un órgano moderador, que hace funcionar el
bicameralismo parlamentario.
Algunos artículos de esta Constitución son expresiones de un espíritu previsor,
altamente exigente del papel restrictivo que la misma debe desempeñar frente a los
excesos del poder o de la riqueza. Conviene recordar algunos aquí:
“Ninguna autoridad del Estado es superior a la ley; por ella ordenan,
juzgan y gobiernan las autoridades, y por ella se debe a los funcionarios
respeto y obediencia” [7]
“La fuerza pública es instituida para la seguridad común, y no para
utilidad de los funcionarios a quienes se confía”. [10]
“No podrá impedirse ninguna reunión popular que tenga por objeto
algún placer honesto o discutir sobre política, y examinar la conducta
pública de los funcionarios”. [19]
“Ningún magistrado, ni representante es perpetuo: la Constitución
señala las épocas en que unos y otros deben renovarse.” [44]
“La casa de un ciudadano es un asilo sagrado que no puede ser violado
sin crimen, fuera de los casos prevenidos por la Constitución y con las
formalidades ordenadas en ella”. [32]
“Todo hombre es libre en el Estado: nadie puede venderse ni ser
vendido”. [21]
“Ningún oficio público es venal ni hereditario”. [9]
“El Estado no reconoce condecoraciones, ni distintivos hereditarios;
tampoco admite vinculaciones.” [10]
CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO DE GUATEMALA DE 1825
ESTRUCTURA DEL ESTADO
Poder Legislativo
Consejo
Representativo
Poder Ejecutivo
Poder Judiciario
Asamblea
de
representantes elegidos
popularmente,
que
ejerce con la sanción
del
consejo
representativo
Un representante por
cada departamento de
Estado,
elegidos
popularmente
Un jefe electo por todos
los pueblos del Estado
De seis a nueve
magistrados de la Corte
Suprema de Justicia
elegida por todos los
pueblos del Estado
Se renovaría por mitad
cada año
Diputados reelegibles
una sola vez
Se renovaría por mitad
cada dos años
Consejeros reelegibles
con el intervalo de una
elección
El Segundo Jefe de
Estado lo presidiría,
pudiendo
sufragar
solamente en caso de
empate
Un
segundo
igualmente electo
jefe
Período de cuatro años,
pudiendo ser reelegidos
una sola vez sin
intervalo
Secretarios
Despacho
Se renovaría por mitad
cada dos años
Los
magistrados
reelegibles
del
Jueces inferiores
DECLARACION
HABITANTES
DE
LOS
DERECHOS
DEL
ESTADO
Y
SUS
Maltrecha la unión centroamericana y en indudable periodo de tensiones
políticas, la Asamblea Constituyente del Estado de Guatemala emitió el 5 de diciembre
de 1839 el decreto 76 que contiene la “Declaración de los Derechos del Estado y sus
habitantes”, conocida como Ley de Garantías. Hermoso documento que, con una
redacción pulcra y bien lograda, sin la sequedad de otros textos posteriores, establece
principalmente una normatividad sobre las condiciones del ciudadano.
En su sección primera mantiene la primacía de la religión católica, pero
reconoce la libertad de conciencia:
“La religión católica, apostólica romana, es la del Estado: será
protegida por las leyes, y respetados sus establecimientos y sus
ministros, mas los que sean de otra creencia, no serán molestados por
ella”. [3]
Sus disposiciones son terminantes y claras. No obstante su detallismo,
redactadas en forma inspiradora:
“Ni el Poder Constituyente, ni ninguna otra autoridad constituida tiene
facultad para anular en la substancia, ni en sus efectos, los actos
públicos o privados, efectuados en conformidad de una ley preceptiva o
permisiva, vigente al tiempo de su verificación, o sin la aprobación de
una ley preexistente; y cualesquiera ley, decreto, sentencia, orden o
providencia en contravención de este principio, es ipso jure, nula y de
ningún valor, como destructora de la estabilidad social, y atentatoria a
los derechos de la comunidad y a los individuales.” [8]
El concepto de igualdad y justicia que se propone es recogido en este admirable
texto:
“Aunque todos los hombres tienen por la naturaleza iguales derechos,
su condición en la sociedad no es la misma, lo que depende de
circunstancias que no es dado nivelar a ningún poder humano. Para
fundar y mantener el equilibrio social, las leyes amparan al débil contra
el fuerte, y por esta necesidad en todas las naciones, aun las menos
cultas, son protegidas particularmente aquellas personas que por su
sexo, edad o falta de capacidad actual, carecen de ilustración suficiente
para conocer y defender sus propios derechos. Por tanto, hallándose la
generalidad de los indígenas en este último caso, las leyes deben
protegerlos a fin de que se mejore su educación; y de evitar que sean
defraudados de lo mejor que les pertenece en común o en particular; y
que no sean molestados en aquellos usos y habitudes aprendidos de sus
mayores, y que no sean contrarios a las buenas costumbres.” [Secc. 2, 8]
Están plasmadas las garantías individuales que en la época eran reconocidas en
las naciones civilizadas. Pero véase la forma cómo quedaba reconocida la de legalidad
del procedimiento penal, que advertía en contra de tribunales especiales ex post facto.
“En todo proceso criminal, el acusado no podrá ser privado del derecho
sagrado de ser oído por sí o su defensor; de ser informado de la
naturaleza y causa de la acusación intentada contra él; de que se le
presenten los testigos cara a cara; de sacar testimonio de documentos o
declaraciones de testigos ausentes que puedan probar su inocencia, y de
ser juzgados por el tribunal o juez establecido por la ley con
anterioridad a la perpetración del crimen, y observándose todos los
trámites y formalidades legalmente establecidas”. [ Secc. 2, 15]
III. ASPECTOS CONSTITUCIONALES DEL 51
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MANTIENE EN VIGOR LA LEY DE GARANTIAS (DECLARACION DE
LOS DERECHOS DEL ESTADO Y SUS HABITANTES)
SISTEMA DE NOMBRAMIENTO DEL PRESIDENTE DE LA
REPUBLICA POR UNA ASAMBLEA GENERAL
POSTERIORMENTE (REFORMA DE 1855) LA PRESIDENCIA SE
CONVIERTE EN VITALICIA PARA EL GENERAL RAFAEL CARRERA
IMPORTANCIA DECISIVA DEL CONSEJO DE ESTADO
PRIMACIA DE LA IGLESIA CATOLICA
REGIMENES TRANSICIONALES
ACTA CONSTITUTIVA DE LA REPUBLICA DE GUATEMALA
Desintegrada la federación centroamericana, en forma que parecía ya irreversible
por las continuas guerras e intervenciones ocurridas, el General Rafael Carrera emitió el
21 de marzo de 1847 el decreto erigiendo en República el Estado de Guatemala. Esta
situación obligaba a una nueva regulación constitucional, que efectivamente se hizo al
trabajar la Asamblea Constituyente desde el 16 de agosto al 19 de octubre de 1851 para
emitir el Acta Constitutiva.
El 15 de septiembre de 1848, la Asamblea Constituyente, que presidía don Pedro
Molina, había dispuesto que se dictase una ley Fundamental basada en la situación de
una independencia absoluta.
El Acta Constitutiva, que tuvo vigencia durante veinte años, fue reformada el 4
de abril de 1855 con disposiciones que fortalecían la presidencia vitalicia de Rafael
Carrera.
Esta Constitución organizó el Estado con cuatro cuerpos principales: la
Presidencia de la República, el Consejo de Estado, la Cámara de Representantes y el
Orden Judicial. Los dos últimos por un sistema electivo determinado en las leyes
ordinarias, no así el primero que sería nombrado por una Asamblea General elitista.
En materia de derechos individuales mantuvo en vigor la llamada Ley de
Garantías. Por su composición y atribuciones, el Consejo de Estado alcanzó una
importancia decisiva, que jamás tuvo durante el período independiente. La iglesia
católica mantiene su carácter de única religión del Estado, pero recibe además
reconocimiento institucional al integrarla en diferentes funciones, tales como las de
atribuir al Arzobispo Metropolitano derecho de voto en el cuerpo que nombraría el
Presidente de la República y reconocerle, junto con los obispos de la capital y
gobernadores del arzobispado, participación activa en el Consejo de Estado.
ACTA CONSTITUTIVA DE LA REPUBLICA DE GUATEMALA DE 1851
ESTRUCTURA DEL ESTADO
Presidente de la
República
Consejo de Estado
Cámara de
Representantes
Elegido cada cuatro
años por una Asamblea
General compuesta de
la
Cámara
de
Representantes,
del
Arzobispo
Metropolitano, de los
individuos de la Corte
de Justicia y de los
vocales del Consejo de
Estado
Secretarios
del
Despacho
ocho
consejeros nombrados
por la Cámara de
Representantes
Los que nombre el
Presidente
de
la
República entre los
individuos que hayan
ejercido el Gobierno o
hubiesen
sido
Presidentes
de
los
Cuerpos
Representativos,
Secretarios
del
Despacho, Presidentes
o Regentes de la Corte
de Justicia, o vocales
del
Consejo
de
Gobierno
Cincuenta y cinco
diputados elegidos en la
forma que dispone la
ley
Corte de Justicia
Período de cuatro años
Magistrados podían ser
reelectos
Podría ser reelecto
Secretarios
Despacho
del
Orden Judicial
Se renovaría por mitad
cada dos años
Diputados podrían ser
reelectos
Período de cuatro años
Consejeros podrían ser
reelegibles
Tendrían voz y voto: El
Arzobispo
Metropolitano,
los
Obispos que hubiere en
la
capital,
los
Gobernadores
del
arzobispado, el Regente
de la Corte de Justicia,
el
Presidente
del
Cabildo Eclesiástico, el
Rector
de
la
Universidad, el Prior
del
Consulado,
el
Presidente
de
la
Sociedad Económica y
el Comandante General
IV. ASPECTOS CONSTITUCIONALES DEL 79
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ESTABLECE LA OBLIGATORIEDAD DE ENSEÑANZA PRIMARIA
LA OFICIAL SERIA LAICA Y GRATUITA
LIBERTAD RELIGIOSA
PROHIBE CONGREGACIONES CONVENTUALES E INSTITUCIONES
O ASOCIACIONES MONASTICAS
JURADO PARA CONOCER FALTAS Y DELITOS DE IMPRENTA
CONSTITUCIONALIZA HABEAS CORPUS
REGULA REGIMEN DE EXCEPCION DE LAS GARANTIAS
PERIODO LIBERAL
LEY CONSTITUTIVA DE LA REPUBLICA DE GUATEMALA
La revolución liberal derogó el orden constitucional inaugurado por el régimen
de los treinta años, que había principiado desde el 11 de diciembre de 1844, fecha en
que el Consejo Constituyente de Guatemala nombró al general Rafael Carrera como
Presidente de la República. La derogatoria estaba contenida prácticamente en el
artículo III del acta de Patzicía del 3 de junio de 1871, por el cual se facultaba al
General Miguel García Granados para reunir una Asamblea Constituyente que “dicte la
Carta Fundamental que debe regir definitivamente a la Nación”.
En enero de 1876 se celebraron elecciones para diputados a una Asamblea
Constituyente, que, por la situación bélica existente con El Salvador, ser reunió hasta el
11 de septiembre. Los diputados se encontraron con una contradicción política
coexistiendo con un poder caudillista, inadecuado por naturaleza para absorber las
limitaciones que lógicamente habría de imponerle un sistema constitucional. La
contradicción solamente se resolvió cuando Lorenzo Montúfar, con sentido de realismo,
pidió que se le diera un voto de confianza por cuatro años al general Justo Rufino
Barrios, Presidente de la República, para que gobernara sin el contratiempo
constitucional que, por esencia, tendría que limitar los excesivos poderes que detentaba
Barrios. Fue así como la Asamblea Constituyente se autodisolvió el 23 de octubre de
1877.
No habían transcurrido los cuatro años, cuando Barrios convocó a la segunda
Asamblea Constituyente que debería instalarse el 15 de marzo de 1879. En dicho
cuerpo participaron algunos elementos conservadores a título de amistad personal con
Barrios. El hombre clave de la redacción del texto fue Lorenzo Montúfar, quien tuvo el
mérito de prever circunstancias reales del ejercicio del poder, como para influir en la
redacción de un texto que, con varias reformas, habría de durar más de sesenta años.
Esta Constitución responde a un modelo presidencialista, que, no obstante,
reconoce la independencia de los poderes del Estado. Entre sus novedades, o al menos
notas más importantes, se destacan que estableció la obligatoriedad de la enseñanza
primaria, y la gratuidad y carácter laico de la impartida por el Estado. Reconoce la
libertad religiosa, prohibe el establecimiento de congregaciones conventuales y toda
especie de asociaciones monásticas. Para juzgar los delitos y faltas de imprenta ordena
la formación de jurados, lo que puede interpretarse como un fuero privativo.
Constitucionaliza el habeas corpus y reafirma el régimen de excepción en lo que se
refiere a la posibilidad de suspender las garantías constitucionales.
La Constitución fue objeto de varias reformas, algunas de ellas de carácter
importante, pero las más relacionadas con la cuestión del ejercicio de la Presidencia de
la República, en el viejo afán de legitimar el poder algunas veces obtenido de hecho o
para prolongarlo más allá del período constitucional.
Destacaremos algunos aspectos de tales reformas:
REFORMA DE 1885.
Reduce el período presidencial a cuatro años. Por primera vez figura lo relativo
a concesiones privilegiadas para el establecimiento de industrias. Así decía en uno de
sus párrafos:
“También podrá el Ejecutivo, de acuerdo con el Consejo de Estado, otorgar
concesiones por un término que no pase de diez años a los que introduzcan o
establezcan industrias nuevas en la República, cuando sea conveniente a los intereses
de ésta por la naturaleza y circunstancias de aquéllas debiendo dar cuenta a la
Asamblea en la próxima legislatura para su aprobación o desaprobación” [20]
Un artículo transitorio determinaba que las reformas no alterarían en nada el uso
de las facultades que tenía el general Manuel Lisandro Barillas, rezando que la
prohibición para la reelección comenzaría hasta 1890.
REFORMA DE 1887.
Igual que la Asamblea constituyente anterior, que legisló para servir los intereses
de Barillas, en esta reforma se prolonga el período presidencial a seis años, para
beneficio del gobernante.
REFORMA DE 1897.
El artículo 6º. del capítulo de disposiciones transitorias se refiere al período
presidencial del general José María Reyna Barrios, que terminaría el 15 de marzo de
1902, prolongándole el término para el que había sido elegido.
REFORMA DE 1903
Todo un cuerpo constituyente aprueba en sólo nueve palabras, que caben en una
línea, una reforma que en el fondo suprime la prohibición para que el Presidente se
reelija, facilitando así las frecuentes elecciones del Presidente Manuel Estrada Cabrera.
REFORMA DE 1921
Caído Estrada Cabrera por un movimiento de rebelión cívica, la reforma más
importante consiste en reducir el período presidencial a cuatro años y prohibir la
reelección sin intervalo de dos períodos constitucionales.
Por primera vez se constitucionalizan los monopolios estatales:
“El Estado se reserva las atribuciones relativas a correos,
telégrafos,radiotelegrafía, navegación aérea, acuñación de moneda y emisión de
moneda fiduciaria y papel moneda. Esas atribuciones son indelegables; pero aquél por
medio del Poder Ejecutivo, podrá respecto de dichas materias celebrar contratos o
pactos determinados y conceder autorizaciones para casos particulares, que serán
siempre sometidas a la previa aprobación de la Asamblea Legislativa”. [20]
Se mencionan por primera vez el Ministerio Público y la Contraloría de Cuentas.
Una nota de liberalismo económico figura muy bien definida:
“Inciso 20. – La Asamblea Legislativa no podrá dar leyes:
1º. Que restrinjan las exportaciones en tiempo de paz o que graven con
impuestos de cualquier clase los productos exportables de la agricultura
y la industria, salvo los de los bosques y minas nacionales y el petróleo y
sus derivados. Los impuestos vigentes
sobre exportación de frutos
no podrán aumentarse y quedarán abolidos
a más tardar el 30 de septiembre de 1923.” [54]
Sobre la transparencia administrativa establece esta sana disposición:
“Son deberes y atribuciones del Poder Ejecutivo:
Inciso 11. – Publicar mensualmente, en el Diario Oficial, el estado de los ingresos y
egresos de las rentas nacionales y de la existencia en caja” [54]
Tratando de garantizar la independencia real de la administración de justicia,
nuevamente se dispone que el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, los
magistrados y los jueces se nombrarían por elección popular directa. [93]
REFORMA DE 1927
Contiene varias disposiciones, entre ellas, la de indicar el proceso para la
reforma de la Constitución. Retorna al período presidencial de seis años.
REFORMA DE 1935
Deja en suspenso los efectos del artículo 66 (que prohibía la reelección
inmediata) y declara que el período presidencial del general Jorge Ubico Castañeda
concluiría el 15 de marzo de 1943, para justificarle otro mandato de seis años.
REFORMA DE 1941
En igual sentido que el anterior caso, un escueto artículo declara que el período
presidencial del general Ubico terminaría el 15 de marzo de 1949, dejando en suspenso
hasta esa fecha los efectos del artículo 66.
LEY CONSTITUTIVA DE LA REPUBLICA DE GUATEMALA DE 1879
ESTRUCTURA DEL ESTADO
Poder Legislativo
Poder Ejecutivo
Asamblea Nacional: un
diputado por cada 20
mil habitantes, electos
popularmente
Presidente de la
República, natural de
Guatemala o de
cualesquiera de la otras
Repúblicas de
Centroamérica
Período de cuatro años
Se renovaría por mitad
cada dos años
No prohibía la
reelección
Consejo de Estado
Secretarios de Estado
Elegido popularmente
Nueve consejeros:
5 nombrados por la
Asamblea
4 nombrados por el
Presidente de la
República
Período de seis años
Período de dos años
Poder Judicial
Tribunales Superiores
de Justicia y Jueces de
primera instancia
Período de cuatro años
No prohibía la
reelección
Secretarios de Estado
V. ASPECTOS CONSTITUCIONALES DEL 45
*
ENFASIS EN EL PRINCIPIO DE ALTERNABILIDAD
*
*
*
*
*
*
*
DERECHOS HUMANOS
CONSTITUCIONALISMO SOCIAL: TRABAJO, FAMILIA, CULTURA
CUASIPARLAMENTARISMO
INSTITUCIONALIZACION DEL EJERCITO
AUTONOMIA DE LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS
AUTONOMIA DE LA CONTRALORIA DE CUENTAS
REIVINDICACION DE BELICE
PERIODO REVOLUCIONARIO
CONSTITUCION DE LA REPUBLICA
Por Decreto 18 de la Junta Revolucionaria de Gobierno, del 28 de noviembre de
1944, se derogó totalmente la Constitución de la República. La Asamblea Legislativa
aprobó este decreto el 9 de diciembre y convocó a los ciudadanos a elegir diputados a la
Asamblea Constituyente que debería quedar instalada dentro de los treinta días
siguientes a la fecha de esa convocatoria.
El 11 de marzo de 1945 fue promulgada la Constitución. Como era de
esperarse, por las motivaciones que justificaron la rebelión cívico-militar del 20 de
octubre de 1944, la Constitución enfatizó la protección de las garantías individuales.
Entre ellas una disposición contra la llamada “ley-fuga”, penalizando a los custodios
que hicieran uso de sus armas contra los reos. En esa época no ocurrían
desaparecimientos de personas, que de haberse caracterizado así también la dictadura
derrocada, es indudable que los constituyentes hubiesen buscado una fórmula legal que
reprimiera esa forma de violar los derechos humanos, tal como la norma contra la “leyfuga” fue realmente efectiva para evitarla, como se ha visto durante cuarenta años en
que prácticamente dicho inhumano modo desapareció.
Puso mucho cuidado en cerrar todas las puertas a las maniobras reeleccionistas,
llegando incluso a reconocer el derecho de rebelión cuando se quisiera vulnerar el
principio de alternabilidad en el ejercicio de la presidencia de la República.
Constitucionalizó los derechos sociales. En materia de trabajo señaló sus
principios fundamentales, entre ellos: la necesidad de su regulación por los contratos
individuales y colectivos: la fijación periódica del salario mínimo; el derecho a un
séptimo día de descanso por cada seis trabajados; lo relativo a jornadas de trabajo,
asuetos, horas extraordinarias, vacaciones; igualdad del salario a igual trabajo; el
derecho de huelga y sindicalización; protección a la mujer y menor trabajadores;
etcétera.
En cuanto a familia reconoce la necesidad de equiparar, por razones de equidad,
la unión de hecho con el matrimonio civil. Declara que no se reconocen desigualdades
legales entre los hijos. El artículo 78 contiene una disposición claramente natalista al
indicar que los padres de familia, con seis o más hijos menores, recibirán especial
protección del Estado.
En materia de cultura constitucionaliza la autonomía de la Universidad de San
Carlos, cuyos títulos o diplomas de estudio serían los únicos en ser reconocidos
oficialmente. Agrega otras disposiciones de tipo programático, por ejemplo sobre
alfabetización, educación mínima, promoción del patrimonio espiritual de la nación y el
mejoramiento étnico.
Por los controles legislativos sobre la actividad del Ejecutivo (interpelación y
posibilidad de presionar la dimisión de los Ministros) se le da una forma
cuasiparlamentaria al Gobierno.
Crea el Consejo Superior de la Defensa y la Jefatura de las Fuerzas Armadas
como formas de institucionalización del Ejército, que en posteriores ordenamientos
constitucionales fueron totalmente eliminadas.
Aparece por primera vez en la Constitución la reivindicación sobre Belice.
También es la primera vez que establece con rango constitucional la exclusividad del
“español” como idioma oficial.
CONSTITUCION DE LA REPUBLICA DE 1945
ESTRUCTURA DEL ESTADO
Organismo Legislativo
Organismo Ejecutivo
Congreso: un diputado por cada
50 mil habitantes
Presidente de la República,
electo popularmente
Período de cuatro años
Período de seis años
Se renovaría por mitad cada dos
años
Reelegible hasta transcurridos
doce años de haber cesado en el
ejercicio de la presidencia
Organismo Judicial
Corte Suprema de Justicia
Corte de Apelaciones
Nombrados por el Congreso
Diputados
reelegibles
intervalo de un período
con
Período de cuatro años
reelegibles
Ministros de Estado
VI. ASPECTOS CONSTITUCIONALES DEL 56
*
*
*
*
*
*
*
*
DESARROLLA CONCEPTO DE PARTIDOS POLITICOS
INSTITUCIONALIZA LOS PARTIDOS POLITICOS
PROSCRIBE PARTIDO COMUNISTA
PERMITE REELECCION DE DIPUTADOS
VOTO SECRETO DEL ANALFABETO
PERSONERIA JURIDICA DE LAS IGLESIAS
ASIGNACION PRIVATIVA PARA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS
CARACTER VITALICIO DE MAGISTRADOS REELEGIDOS
PERIODO LIBERACIONISTA
CONSTITUCION DE LA REPUBLICA
El 10 de agosto de 1954 se emitió por Decreto-Ley el Estatuto Político de la
República de Guatemala, que en su artículo 44 derogó la Constitución de la República
del 11 de marzo de 1945. El 21 de septiembre de 1954 se convocó “a los pueblos de la
República a elecciones generales para diputados que deberán integrar la Asamblea
Nacional Constituyente”, las que se celebraron el 10 de octubre de ese año. El 29 la
Asamblea se declaró instalada.
La Constitución fue promulgada el 2 de febrero de 1956, principiando su
vigencia el 1 de marzo del mismo año.
En ella se desarrolla en forma más amplia el concepto de partidos políticos, a los
que institucionaliza declarándolos entes de derecho público. Permite la reelección de
los diputados, en un intento por crear una carrera parlamentaria.
Establece el voto secreto de los analfabetos y dispone que las elecciones habrían
de realizarse en un solo día, superando disposiciones constitucionales anteriores en esta
materia.
Concede personería jurídica a las iglesias de todos los cultos.
Como una forma de garantizar la autonomía universitaria, establece una
asignación financiera privativa para la Universidad de San Carlos.
Otro avance importante en materia de independencia del organismo judicial
consistió en legislar sobre la inmovilidad de los magistrados de la Corte Suprema de
Justicia y de la Corte de Apelaciones, que habiendo cumplido dos períodos adquirirían
derecho a conservar el cargo hasta cumplir los setenta años de edad.
CONSTITUCION DE LA REPUBLICA DE GUATEMALA DE 1956
ESTRUCTURA DEL ESTADO
Organismo Legislativo
Organismo Ejecutivo
Congreso: un diputado por cada
50 mil habitantes
Presidente de la República,
electo popularmente
Organismo Judicial
Período de cuatro años
Período de seis años
Se renovaría por mitad
Reelegible hasta transcurridos
dos períodos subsiguientes
Período de cuatro años
Ministros de Estado
Reelegibles
Corte Suprema de Justicia
Corte de Apelaciones
Nombrados por el Congreso
Diputados reelegibles
Los magistrados que sirvan dos
períodos completos consecutivos
gozarían de su cargo hasta
cumplir setenta años de edad
VII. ASPECTOS CONSTITUCIONALES DEL 65
*
*
*
*
*
*
*
RESTRINGE LA FORMACION DE PARTIDOS POLITICOS
CREA EL CONSEJO ELECTORAL
RESTABLECE LA VICEPRESIDENCIA DE LA REPUBLICA
RESTABLECE EL CONSEJO DE ESTADO
FACILITA UNIVERSIDADES PRIVADAS
ESTABLECE LA CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD
EMITE LEYES CONSTITUCIONALES
REGIMEN MILITAR
CONSTITUCION DE LA REPUBLICA
El 30 de marzo de 1963, se constituyó un gobierno a cargo del Ejército
Nacional, resolviendo en su proclama de esa fecha la suspensión de la vigencia de la
Constitución de la República por el tiempo que fuere necesario. El 26 de diciembre de
ese año, el Jefe de Gobierno emitió el decreto-ley 157 por el cual dictó medidas para la
futura convocatoria a una Asamblea Constituyente. Esta convocatoria se realizó por
medio del Decreto-Ley 191 del 26 de marzo de 1964, a efecto de que se realizaran las
elecciones el 24 de mayo de ese año. La Asamblea se instaló el 6 de julio, fecha
señalada por Decreto-Ley 224. La sucesión de estos actos llevaba la inevitable
derogatoria de la Constitución de 1956, a efecto de abrir el camino a la redacción de
otra “norma de normas” que reiniciara un nuevo régimen constitucional.
Los cambios más significativos de la última Constitución, en el aspecto político,
fueron la restricción en la formación de partidos, al elevar a rango constitucional la
exigencia de que éstos dispusieran de un mínimo de cincuenta mil afiliados, disposición
que se entiende pretendía instaurar el bipartidismos similar al operado en los Estados
Unidos de América, pero sin tomar en cuenta que ese sistema no se basa en
presupuestos legalistas sino en factores de su propio desarrollo político.
La Constitución creó el Consejo Electoral que estaría formado por el director del
Registro Electoral; por un miembro propietario y un suplente designados por cada uno
de los partidos legalmente inscritos y vigentes a la fecha de la convocatoria a elecciones
de que se trate y que hubieren obtenido no menos del quince por ciento del total de
votos válidos emitidos en las últimas elecciones generales; un miembro propietario y un
suplente designados por el Congreso de la República, por sorteo entre sus miembros,
exceptuando del mismo a los integrantes de la Junta Directiva; y un miembro
propietario y un suplente designados por el Consejo de Estado, entre sus miembros,
exceptuando al Vicepresidente de la República.
Esta Constitución establece de nuevo el Consejo de Estado. Concede facilidades
a la organización de las universidades privadas. Asimismo, creó la Corte de
Constitucionalidad.
La Asamblea Constituyente emitió leyes de rango constitucional, que necesitan
para su reforma de una mayoría especial de votos de los diputados al Congreso. Tales
leyes son la de Orden Público, la de Amparo, Habeas Corpus y Constitucionalidad y la
de Emisión del Pensamiento.
CONSTITUCION DE LA REPUBLICA DE GUATEMALA DE 1965
ESTRUCTURA DEL ESTADO
Organismo
Legislativo
Organismo
Ejecutivo
Organismo Judicial
Congreso: dos
diputados por cada
Distrito Electoral, más
uno por cada 100 mil
habitantes
Presidente de la
República, electo
popularmente
Período de cuatro años
No reelección absoluta
Nombrados por el
Congreso
Reelegibles sólo una
vez, transcurrido un
intervalo de un período
Ministros de estado
Período de cuatro años
Corte Suprema de
Justicia
Corte de Apelaciones
Período de cuatro años
Reelegibles
Los magistrados que
sirvan dos períodos
consecutivos completos
Consejo de Estado
Vicepresidente de la
República, que lo
preside
-Dos consejeros por
cada
uno de los
organismo del
Estado
-Un consejero
designado por los
presidentes de los
colegios
profesionales
-Un consejero
nombrado por
gozarían de su cargo
hasta cumplir setenta
años de edad
las
Municipalidades
- Un consejero por los
trabajadores
urbanos y
otros por los
trabajadores
del agro
-Un consejero por
cada uno
de los sectores
agrícolas,
industriales,
comercial y
bancario
Período de cuatro años
Reelegibles por una
sola vez
VIII. CRONOGRAFIA
1808
1812
1821
1824
1851
1855
1879
1885
1887
1897
1903
1921
Constitución de las Españas y de las Indias
Constitución Política de la Monarquía Española
Acta de Independencia
Constitución de la República Federal de Centroamérica
Constitución Política del Estado de Guatemala
Reformas a la Constitución Federal de 1824
Ley Constitutiva del Supremo Poder Ejecutivo
del Estado de Guatemala
Declaración de los Derechos del Estado y sus
Habitantes
Ley Constitutiva del Supremo Poder Judicial del
Estado de Guatemala
Acta Constitutiva de la República de Guatemala
Reformas al Acta Constitutiva de 1851
Ley Constitutiva de la República de Guatemala
Reformas a la Ley Constitutiva de 1879
Reformas a la Constitución de 1879
Reformas a la Constitución de 1879
Reforma a la Constitución de 1879
Reformas a la Constitución de 1879
1927
1935
1941
1945
1956
Constitución Política de la República
Federal de Centroamérica
Reformas a la Constitución de 1879
Reformas a la Constitución de 1879
Reformas a la Constitución de 1879
Constitución de la República
Constitución de la República
1825
1835
1839
Bayona, 6/VII
Cádiz, 19/III
Guatemala, 15/IX
Guatemala, 22/XI
Guatemala, 11/X
San Salvador, 13/II
Guatemala, 3/XII
Guatemala, 14/XII
Guatemala, 16/XII
Guatemala, 19/X
Guatemala, 4/IV
Guatemala, 11/XII
Guatemala, 20/X
Guatemala, 5/XI
Guatemala, 30/VIII
Guatemala, 12/VII
Guatemala, 11/III
Tegucigalpa, 9/IX
Guatemala, 20/XII
Guatemala, 11/VII
Guatemala, 12/IX
Guatemala, 11/III
Guatemala, 2/II
1965 Constitución de la República
1986 Constitución Política de la República
Guatemala, 15/IX
Guatemala, 31/V
OTROS ASPECTOS INTERESANTES DE LAS CONSTITUCIONES
EVOLUCION DEL CONCEPTO DE SOBERANIA
En el Preambulo de la Constitución de Bayona el rey reconoce la existencia de
un pacto con el pueblo, por lo que no simplemente se siente investido del poder por
principio divino. En igual forma lo establece la de Cádiz “por la gracia de Dios y la
Constitución”, siendo más completa al decir en el artículo 3 que la soberanía reside
esencialmente en la Nación.
Los constituyentes de 1824 reconocen la soberanía del pueblo al determinar que
se encuentran congregados “cumpliendo con sus deseos y en uso de sus soberanos
derechos” y lo establecen expresamente en el primer artículo:
“El pueblo de la República federal de Centro América es soberano e
independiente (...) es esencialmente soberano y su primer objeto la
conservación de la libertad, igualdad, seguridad y propiedad” [2]
La Constitucion del Estado de Guatemala de 1825 reconoce también la soberanía
del pueblo. En el preámbulo, al decir que actúan “autorizados plena y legalmente por
nuestros comitentes”. Define con claros términos:
“Ningún individuo, ninguna reunión parcial de ciudadanos, ninguna fracción
del pueblo puede atribuirse la soberanía, que reside en la universalidad de los
ciudadanos del Estado.” [5]
El Acta Constitutiva de 1851 dejó en vigor la declaración de la Asamblea
Constituyente del 5 de diciembre de 1839, que contiene la llamada Ley de Garantías, en
donde se dice con claridad que todo poder reside originalmente en el pueblo [5]
Esta declaracion, no obstante reconocer la base popular de la soberanía,
establecía asimismo límites superiores a dicha voluntad, como lo determinaba el artículo
6 de la Sección 1:
“El poder del pueblo tiene por límites naturales los principios derivados de la
recta razón; y por objeto la conservación de la vida, honor, libertad, propiedades y
derechos legítimamente adquiridos, o que en adelante puedan adquirir los individuos
de la sociedad; así también, como el bienestar común,por la conservación de las
buenas costumbres, la represión de los vicios, el castigo de los crímenes, el
mantenimiento y decoro del culto heredado de nuestros padres, la educación de la
juventud, el premio del mérito, y el fomento de las ciencias, artes, agricultura,
industria, comercio y navegación”
Tan segura de si, de su justicia y de su carácter ordenador, propio del derecho
natural, marcaba limitaciones al propio pueblo y al poder constituyente:
“El pueblo del Estado, en toda la plenitud de su soberanía, sólo tiene poder
para hacer lo que es justo y conveniente para el bien de todos, y de ningún modo para
obrar contra los fines sociales; menos pueden hacerlo los Representantes que autoriza
para establecer las leyes, ni los funcionarios o magistrados creados para ejecutarlas”
[7]
La Constitucion de 1879 dice que todo poder reside originalmente en la Nación
[17]. La de 1945, reconoce que la soberanía radica en el pueblo [2]. Esta es la forma
que se sigue en la Constitución de 1956. La última Constitución, la de 1965, había
mejorado la redacción al determinar con mayor claridad:
“Ninguna persona, grupo o entidad, puede arrogarse la soberanía de la
Nación”. [1].
EDAD Y NACIONALIDAD PARA SER PRESIDENTE
Un curioso aspecto restrictivo tiene el proceso constitucional en materia de la
edad mínima de la persona para gobernar, porque, no obstante reconocerse que al
progresar los medios de información y la tecnología educativa los jóvenes actuales se
encuentran comparativamente mejor preparados que los de antaño –sin confundir la
educación memorística de la que tanta apariencia formativa se hace-, en vez de
mantener la edad que se exigía en los inicios de la vida independiente como mínima
para ser jefe del Estado, con el paso de los años ha ido aumentando el requisito, al punto
que de los treinta años que señalaban la Constitución Federal y la del Estado, veintiuno
a los que la redujo la Constitución liberal, treinta y cinco a los que la elevó la
revolucionaria y mantenida por la liberacionista, se llegó a los cuarenta años en la
Constitución recién derogada.
En la etapa preindependiente, el rey accedía a la mayoría de edad a los 18 años,
con lo cual podía gobernar de pleno derecho, sin la tutoría política de la Regencia, a
cuyo titular se le ponía como edad mínima la de veinticinco años.
Conviene recordar que Morazán y Carrera, las grandes figuras políticas
antagónicas del siglo pasado, asumieron el poder a los treinta años de edad. El primero
fue reelecto y el segundo designado presidente vitalicio.
En materia de nacionalidad también se observa un espíritu restrictivo, porque
desde la independencia hasta la reforma constitucional de 1927, un originario de
cualquier país centroamericano podía ser presidente de la República, en tanto que en ese
año se introdujo la disposición de ser necesaria la calidad de guatemalteco natural, de
los comprendidos en determinado artículo constitucional, que se refiere a los nacidos en
el territorio de Guatemala o a los hijos de guatemaltecos nacidos en el extranjero. Poco
ha faltado para que se introduzca alguna disposición más exigente, como en las
constituciones de México o El Salvador, en que existe la condición de nacionalidad
hasta para los padres del gobernante.
El artículo 65 de la Constitución del período liberal disponía:
“Para ser elegido Presidente se requiere: 1º. Ser natural de Guatemala o de
cualesquiera de las otras Repúblicas de Centro América”.
LA FORMULA RETORICA PARA ASUMIR LA PRESIDENCIA
Las Constituciones han incluido en su texto una fórmula para solemnizar la
asunción del cargo de Presidente de la República, naturalmente con el objeto de fijarle
un marco a sus atribuciones, obligaciones y deberes. Claro que la oración es retórica,
dado que el incumplimiento de tales compromisos no lleva aparejada ninguna sanción
que haga efectiva la protesta, tal como podía serlo si la tipificación penal que tiene el
perjurio se extendiera a la misma. Sin embargo, también resulta interesante examinar la
evolución simplificadora de la fórmula verbal del juramento o de la protesta para tomar
posesión del cargo.
Así en la Constitución de Bayona se mandaba que el Rey jurase sobre los Santos
Evangelios
“respetar y hacer respetar nuestra santa religión, observar y hacer observar la
Constitución, conservar la integridad y la independencia de España y sus
posesiones, respetar y hacer respetar la libertad individual y la propiedad, y
gobernar solamente con mira del interés, de la felicidad y de la gloria de la
Nación española”. [6]
El juramento mandado en la Constitución de Cádiz, siguiendo su línea
prohibitiva y de disposiciones claras, es mucho más imperativo, al punto que releva a
cualquiera de cumplir órdenes que no fueren consecuentes con lo prometido bajo ese
juramento, que decía:
“juro por Dios y por los Santos Evangelios que defenderé y conservaré la
Religión Católica, Apostólica y Romana, sin permitir otra alguna en el Reino; que
guardaré y haré guardar la Constitución Política y leyes de la Monarquía española, no
mirando en cuanto hiciere sino el bien y provecho de ella: que no enajenaré, cederé ni
desmembraré parte alguna del Reino: que no exigiré jamás cantidad alguna de frutos,
dinero ni otra cosa, sino las que hubieren decretado las Cortes: que no tomaré jamás a
nadie su propiedad, y que respetaré sobre todo la libertad política de la Nación, y la
personal de cada individuo; y si en lo que he jurado, o parte de ello, lo contrario
hiciere, no debe ser obedecido, antes aquello en que contraviniere, sea nulo y de ningún
valor. Así Dios me ayude, y sea en mi defensa; y si no, me lo demande” [173]
La Constitución del régimen conservador contiene una fórmula un tanto a la
inversa, porque tiene forma de interrogatorio que le resta lo enfático de las anteriores
declaraciones. [16]
La Constitución liberal dispone un modo escueto, que sustituye el juramento por
la protesta, tal vez para disminuir la intensidad de la promesa, o, lo más probable, para
restarle su carácter religioso. De manera que se contrae a estas palabras:
“Protesto desempeñar con patriotismo el cargo de Presidente y observar y hacer
que se observe con fidelidad la Constitución de la República” [70]
La formula mejora el desabrido aspecto de la anterior, con estas palabras de la
Constitución de 1945:
“Protesto desempeñar con lealtad el cargo de Presidente; observar y hacer que
se observe la Constitución; y prometo, por mi honor, el cumplimiento irrestricto del
principio de alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República” [134]
En la Constitución de 1956 reaparece el modo solemne del juramento, aunque el
texto pierde fuerza al suprimirle algunas palabras que le habían dado intensidad. Así
dice:
“Juro desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidente, cumplir y
hacer que se cumpla la Constitución y mantener el principio de alternabilidad en el
ejercicio de la Presidencia de la República [164]
La última constitución mantiene un modo muy parecido al anterior, pero agrega
algo que tiene sentido y que, en cierta medida, legitima acciones populares en exigencia
al cumplimiento del juramento, al atenerse a la siguiente expresión:
“Si así no lo hiciere, que el pueblo lo demande” [187]
EL PERIODO PRESIDENCIAL Y LA REELECCION
El mexicano Daniel Cossio Villegas subtitulaba un ensayo sobre el cargo
presidencial con la irónica frase: “La costumbre del poder”. Parece que dicha apetencia
no es patrimonio de ningún país, sino es hábito muy generalizado, al punto que la
Constitución de 1879 fue varias veces reformada para seguir los vaivenes de la lucha
por prolongar le ejercicio del poder y las reacciones puritanas para impedirlo.
Durante la República Federal el período presidencial era de cuatro años y se
permitía la reelección por una sola vez sin intervalo alguno. [111] Igual período, y
posibilidad de reelección no limitada a una sola vez, determinaba la Constitución
conservadora [5], aunque este régimen, en las reformas de 1855, reconoció el carácter
vitalicio de la “autoridad que ejerce el Presidente de la República, Capitán General don
Rafael Carrera” [1]
La Constitución liberal elevó el período presidencial a seis años. [66] La
reforma de 1885 lo redujo a cuatro años; la de 1887, lo volvió a seis años; la de 1921,
regresa al sistema de cuatro años; la de 1927, seis años, permaneciendo así en la
Constitución de 1946 y en la de 1956. La última derogada lo había dejado en cuatro
años.
En cuanto a la reelección, la reforma de 1885 la reconoció pero debiendo pasar
un período; la reforma de 1921 la permitía, pero transcurriendo dos períodos, tal como
también lo disponían las constituciones de 1945 y 1956. La reforma de 1903 había
despejado el camino a la reelección sin restricciones. La de 1965 la prohibió en forma
absoluta, es decir que una persona solamente podía ser elegida una vez para el cargo de
Presidente de la República.
LA SUCESION DEL MANDO EJECUTIVO
Las constituciones han tenido que prever la falta absoluta o temporal del jefe del
ejecutivo. La de Bayona establece la sucesión monárquica por la primogenitura de la
línea Napoleón; la de Cádiz, por la de los Borbones.
La República Federal contemplaba el cargo de Vicepresidente y la del Estado de
Guatemala, el de segundo jefe.
El acta constitutiva de 1851 no determinó ninguna forma de sucesión, ya que,
tratándose de un sistema de designación elitista muy fácil de producir, por no ser
necesario el voto popular directo, el nombramiento correspondía a una Asamblea
General.
La de 1879 disponía el nombramiento de un primer y un segundo designados a
la presidencia. La reforma de 1885 restableció el cargo de Vicepresidente, pero la
reforma de 1887 retornó al sistema de designados, que prevaleció hasta la de 1945 que
estableció el siguiente orden de sucesión: Presidente del Congreso, Vicepresidentes del
Congreso, Presidente del Organismo Judicial.
La Constitución de 1956 volvió al sistema de designados y la de 1965
restableció el cargo de Vicepresidente de la República.
PRESIDENTES NOMBRADOS POR LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE
En el siglo pasado el Poder Constituyente nombró como Presidentes de la
República a José Venancio López (el 25 de febrero de 1842), a Rafael Carrera (el 22 de
octubre de 1851) y a Vicente Cerna (el 24 de mayo de 1865).
En este siglo no se ha dado ningún caso. La Asamblea Constituyente de 1945
coexistió con la Junta Revolucionaria de Gobierno que había accedido al poder por una
rebelión cívico – militar; la de 1956, con el Coronel Carlos Castillo Armas que legitimó
su mandato por plebiscito; y la de 1965 que funcionó simultáneamente con el régimen
de facto del Coronel Enrique Peralta Azurdia.
NOTAS
** Un comentario muy capaz sobre estos hechos, y sobre todo de la importancia del nuevo
constitucionalismo, es el de Jacques Pirenne en su Historia Universal: “España, durante el período
napoléonico ejerció un papel de primer orden en la escena europea. La resistencia nacional que opuso al
Imperio francés, cuando pretendió transformarla en un estado satélite, fue el primer fracaso que encontró
Napoleón. España señaló el comienzo de la decadencia del Imperio.” “Es innegable, sin embargo, que
las reformas decretadas por Napoleón constituyeron para España una oportunidad de evitar su decadencia.
España se empobrecía sometida a un absolutismo autoritario dominado por la oligarquía cortesana, por el
influjo de sectores prepotentes que la mantenían alejada de la gran corriente intelectual occidental y por el
estatismo económico que impedía su renacimiento industrial. Y Napoleón, haciendo tabla rasa de todo
este pasado caduco, le abría la posibilidad de renacer. Pero España, que conservaba latente su vigor de
antaño y guardaba el recuerdo de su pasado poderío, reaccionó espontáneamente contra el invasor con
más energía que ningún otro país. Negándose a reconocer a José Bonaparte como rey, intentó darse
libremente instituciones nuevas, sin advertir que éstas, que pretendían hacer de España una monarquía
absoluta, obligando a abdicar a Carlos IV y a Fernando VII. Pero el sentimiento de independencia
nacional se anteponía a todo. A tal punto que fue en nombre de los derechos del rey legítimo como
España y las colonias españolas emprendieron una revolución, cuya finalidad era hacer triunfar las ideas
liberales que Napoleón, representante del liberalismo surgido de la Revolución, les trajo”. (Ed. Éxito,
Barcelona, 1963. Tomo V, Página 215)
*** Los números entre corchetes [87] se refieren al artículo del texto constitucional.
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