REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ BROUSSE. 2012; VOL 7 (3): 169-173 CASO CLÍNICO Oclusión temporal de arterias ilíacas internas en paciente portadora de placentación anormal (percretismo placentario) Daniela Fischer F1, Eduardo Faúndez P2, Rodrigo Alliende F3, José Lattus O4, Patricio Vargas H5, Carolina Urrejola N6, Axel Paredes V7, Cristian Herrera G2. RESUMEN Se presenta el caso de una paciente con placenta previa oclusiva total y percretismo placentario, en la que, previo a la cesárea-histerectomía programada, se realizó la oclusión temporal de arterias ilíacas internas con balones instalados por el especialista radiólogo intervencionista. En este caso destaca el beneficio del manejo multidisciplinario de embarazos con complicaciones graves, tales como la placenta previa y percreta. Palabras clave: Placenta percreta, oclusión temporal de arterias ilíacas internas, manejo multidisciplinario. SUMMARY This paper presents the case of a patient with occlusive placenta previa and placental percretismo, which prior to the caesarean-hysterectomy scheduled, there was a temporary occlusion of internal iliac arteries with balloons installed by the intervention specialist in radiology. In this case highlights the benefit of the multidisciplinary management of pregnancies with serious complications, such as placenta previa and percreta. Key words: Placenta percreta, temporary occlusion of internal iliac arteries, multidisciplinary management. 1 2 3 4 5 6 7 Médico. Becado Especialidad Obstetricia y Ginecología Hospital Dr. Luis Tisné Brousse Médico Ginecólogo Obstetra, Residente Servicio de Obstetricia y Ginecología. Hospital Dr. Luis Tisné Brousse Interno Medicina VII año, Universidad de Chile, Campus Oriente. Médico Ginecólogo-Obstetra. Profesor Titular Facultad de Medicina, Campus Oriente, Universidad de Chile. Servicio Obstetricia y Ginecología, Hospital Dr. Luis Tisné Brousse. Médico Radiólogo Radio Intervencionista, Cínica Alemana. Santiago. Médico Anestesiólogo. Hospital Dr. Luis Tisné Brousse. Médico Ginecólogo Obstetra. E mail: [email protected] 169 Disponible en www.revistaobgin.cl REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ BROUSSE. 2012; VOL 7 (3): 169-173 INTRODUCCIÓN En Chile la hemorragia obstétrica corresponde a la cuarta causa de muerte materna1, pese a los adelantos en el manejo del shock hipovolémico2. El acretismo placentario es una causa importante de hemorragia periparto siendo su incidencia de 1/ 540 hasta 1/93.000 embarazos, con un promedio de 1/ 7.000 gestaciones3,4. Su característica principal consiste en una alteración de la placentación, en la cual las vellosidades coriales invaden el miometrio en el sitio de implantación. Se clasifica según la profundidad de invasión de las vellosidades coriales3: • Acreta: Las vellosidades coriales se encuentran adheridas directamente al miometrio. • Increta: Las vellosidades coriales invaden el miometrio. • Percreta: Las vellosidades coriales penetran completamente el miometrio atravesando la serosa. El riesgo de placentación anormal está dado principalmente por la inserción de la placenta en la cicatriz de cesárea1,5,6, ya que el 67% se relaciona con más de 4 cesáreas anteriores. Esto es importante debido al aumento marcado de la tasa de cesárea en el mundo. Otros factores de riesgo son la placenta previa, la placenta anterior5, la edad mayor a 35 años y el antecedente de cirugía uterina6, entre otros. La placenta acreta puede presentarse en forma asintomática durante el embarazo (el diagnóstico es incidental o durante el acto quirúrgico); o más bien, puede sospecharse por genitorragia durante la segunda mitad del embarazo3. Adquiere importancia la ecografía obstétrica en el diagnóstico, ya que tiene una sensibilidad del 93%, con una especificidad de 79% en el diagnóstico de placenta acreta; con valores predictivo positivo de 78% y negativo de 90%1,3,5,7. El doppler color ha sido empleado para evaluar la profundidad de la invasión miometrial, en tanto que la resonancia nuclear magnética (RNM) ayuda en los casos en los cuales no se logra visualizar adecuadamente por ecografía (invasión vesical, pared uterina lateral y posterior). En términos generales, la ecografía tiene resultados superiores que la resonancia nuclear magnética3. El aumento del acretismo placentario en las últimas décadas4, ha provocado que en el manejo de esta patología sea fundamental la participación de un equipo multidisciplinario (gíneco-obstetra, radiólogo intervencionista, urólogo, anestesiólogo, unidad de medicina transfusional y neonatología entre otros), lo que permite disminuir la incidencia de complicaciones7. Respecto al manejo es fundamental el diagnóstico antenatal oportuno por imágenes. Se ha informado que la interrupción programada tiene una incidencia de hemorragia significativamente menor que el parto de urgencia. Es importante asegurar una maduración pulmonar en gestaciones menores de 35 semanas y si fuese necesario realizar amniocentesis, ésta no debe ser realizada transplacentaria para evitar mayor riesgo de hemorragia3. Luego de lo anterior, se puede optar ya sea por un tratamiento conservador o por uno quirúrgico8,9. En el caso de optar por un manejo conservador, se deja la placenta in situ y se indica Metotrexate® si los valores de la beta HCG se mantienen altos. Alrededor de las 10 semanas se observa la resorción placentaria10. El manejo de preferencia es el quirúrgico y consiste en una histerectomía total con placenta in situ. Se recomienda como abordaje una histerotomía corporal longitudinal o transversa alta lejos del borde placentario, luego la extracción fetal y finalmente la histerectomía total, la que no siempre es posible, y debe reducirse el tiempo operatorio y el sangrado dejando in situ parte del istmo y cuello incluida la placenta invasiva a la pared vesical. Actualmente ha habido cambios tanto en la técnica quirúrgica y en este contexto se encuentra la oclusión temporal de las arterias ilíacas internas con balones inflados, en el que se suprime el flujo arterial uterino durante la cesárea-histerectomía11. Dicho procedimiento fue aplicado en el caso clínico que se presentará a continuación. Figuras 1 y 2. CASO CLÍNICO Paciente de 37 años, sin patologías, gestante tardía, G6 P4 A1, con antecedente de 4 cesáreas previas. Cursó último embarazo con controles en policlínico de alto riesgo obstétrico desde las 16 semanas por antecedente de cesáreas anteriores, se diagnosticó placenta previa oclusiva total a las 22 semanas de embarazo con signos sugerentes de percretismo (se describió en ecografías interfase miometrio-placenta alterada, con abundante vascularización retroplacentaria que compromete miometrio, cervix y pared vesical, con vasos arteriales penetrantes). Se hospitaliza en Unidad de Alto Riesgo Obstétrico del Hospital Dr. Luis Tisné Brousse desde las 26+6 semanas, para monitorización estricta de la unidad feto placentaria; se induce maduración pulmonar a las 27 semanas, repitiendo curso de corticoides a las 32 semanas. Se programa cesárea electiva más histerectomía obstétrica a las 32 semanas. 170 Disponible en www.revistaobgin.cl OCLUSIÓN TEMPORAL DE ARTERIAS ILÍACAS INTERNAS EN PACIENTE PORTADORA DE PLACENTACIÓN ANORMAL (PERCRETISMO PLACENTARIO) Figuras 1 y 2. Esquema de cateterización de arterias ilíacas internas. Se coordina intervención con equipo multidisciplinario incluyendo gíneco-obstetras, urólogos, anestesiólogos y radiólogos intervencionistas. Como control de shock fueron preparados reserva de hemoderivados (4 unidades de glóbulos rojos, 6 unidades de plasma fresco congelado, 6 unidades de plaquetas y 4 unidades de crioprecipitados). El día de la intervención, como primer paso, se efectuó la cateterización de ambas arterias femorales para la instalación de balones de oclusión en sendas arterias ilíacas internas. Figura 3. Luego la paciente fue trasladada al pabellón obstétrico, donde se procedió a la colocación de accesos vasculares centrales y periféricos y bajo monitorización invasiva y anestesia raquídea y general, se procede a la realización de laparotomía media infraumbilical y cesárea corporal transversa alta transplacentaria. Extracción de recién nacido femenino, 2.055 g, Apgar 8-9. Ambos balones de oclusión son inflados para control instantáneo del sangrado y favorecer el manejo quirúrgico siguiente. Figura 4. Figura 3. Cateterización de ambas arterias femorales. Figura 4. Insuflación de ambos balones endovasculares. 171 Disponible en www.revistaobgin.cl REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ BROUSSE. 2012; VOL 7 (3): 169-173 Histerorrafia en un plano; luego se exterioriza útero y se procede a histerectomía obstétrica subtotal con corte de segmento anterior transplacentario, por el compromiso de la pared vesical, se deja in situ parte de la placenta que invade su pared, con puntos hemostáticos adosando ambos bordes de la zona de istmo y cuello uterino, que no sangra. Cierre de cuello con vicryl-0. Hemostasia prolija, aseo de cavidad peritoneal y cierre de pared por planos. Se embolizan arterias uterinas y se retiran catéteres bajo visión imagenológica. Como maniobra de control de seguridad ante un eventual sangrado tardío, son embolizadas ambas arterias uterinas con un agente transitorio, a través de los balones de oclusión manteniendo así la circulación pelviana por arterias de bajo flujo. Ambas arterias femorales fueron ocluidas con un polímero biodegradable para evitar una complicación hemorrágica en los accesos. La cirugía duró dos horas y la paciente estuvo hemodinámicamente estable. Se transfundieron cristaloides y coloides de acuerdo a las pérdidas estimadas. Posterior a la cirugía la paciente fue trasladada a Unidad de Cuidados Intensivos durante el puerperio inmediato, donde permaneció estable hemodinámicamente y fue trasladada durante el mismo día a sala de ginecología donde evolucionó favorablemente. Se realizó seguimiento ecográfico de trozo placentario localizado en vejiga, el que se describió de 47x40 mm, con importante vascularización. Se realizó retiro de sonda Foley vesical a las 48 horas del posoperatorio sin inconvenientes. Es dada de alta al quinto día de posoperada en buenas condiciones. Controlada al mes en policlínico se constata evolución favorable, sin complicaciones. DISCUSIÓN Entre las causas de histerectomía total obstétrica, el acretismo placentario representa el 29,2%1. Dado el aumento de la prevalencia de esta patología en los últimos años, se hace trascendente el diagnóstico prenatal precoz, lo que permite programar el enfrentamiento adecuado en conjunto con un equipo multidisciplinario. Por el contrario, un diagnóstico tardío implica someter a la madre a mayor riesgo de complicaciones, aumentando la mortalidad de la patología12. En el caso descrito se sospechó ecográficamente una invasión vesical o percreta; ésta se da entre el 5%-20% de la placentación anormal y se asocia a mayor mortalidad materna (10%), principalmente debido a mayor hemorragia que en la placenta increta. Por lo anterior, y con motivo de evitar pérdidas hemáticas excesivas, se planificó una cirugía con previa cateterización temporal de las arterias ilíacas internas usando balones endovasculares para su obstrucción y posterior embolización13-18. La cirugía en pacientes portadoras de acretismo placentario implica múltiples riesgos tales como la hemorragia masiva, shock hipovolémico, rotura uterina, infecciones, lesiones del tubo digestivo, fístulas urinarias, ligadura ureteral, hemoperitoneo y coagulopatía, entre otras3,13; siendo la mortalidad materna alrededor de 7% y perinatal 9%6. Por ello es relevante entregar la información detallada de dichas complicaciones al paciente y que el consentimiento informado sea completo, como una forma de evitar eventuales complicaciones médico-legales a posteriori. Referente a la técnica quirúrgica en el percretismo placentario, no se recomienda su remoción y extracción placentaria, ya que implica mayor complejidad de la cirugía y un difícil manejo anestésico, puesto que existe un mayor riesgo de sangrado profuso e inestabilidad hemodinámica3. La oclusión temporal de las arterias ilíacas internas, si se realiza en forma programada, con un estudio precoz por parte el equipo multidisciplinario, se ha visto que disminuye el sangrado intraoperatorio16 y tiene buenos resultados en el posoperatorio12. A pesar de lo anterior, Shrivastrava y cols18 en un estudio retrospectivo controlado, no demostró que la oclusión temporal de las arterias ilíacas internas con balón tuviese un beneficio significativo en la reducción sangrado intraoperatorio. Sin embargo existen críticas en la metodología de dicho estudio12 ya que hay un sesgo de selección de los pacientes en que se realizó este procedimiento; esto debido a que 18% de los pacientes seleccionados no tenían cesárea previa y por lo tanto menor riesgo de acretismo y menor posibilidad de sangrado, por lo tanto no presentaron mayor beneficio con esta técnica, atenuando los resultados finales, desfavoreciendo los beneficios de la oclusión arterial con balón12. Además en estos pacientes no se realizó embolización posoclusión. En este caso clínico, el procedimiento fue bien tolerado, no hubo complicaciones y se evitó la ligadura de las arterias ilíacas; procedimiento más invasivo, con daño potencial de uréter y vena ilíaca interna, el que además prolonga el tiempo quirúrgico. El puerperio cursó de forma normal, y finalmente el estudio anatomopatológico corroboró el diagnóstico de placenta acreta, cabe hacer notar que la zona de percretismo se dejó in situ, como se describe en el protocolo, por lo cual destacamos que el estudio 172 Disponible en www.revistaobgin.cl OCLUSIÓN TEMPORAL DE ARTERIAS ILÍACAS INTERNAS EN PACIENTE PORTADORA DE PLACENTACIÓN ANORMAL (PERCRETISMO PLACENTARIO) anátomo patológico no siempre representa el área de mayor invasión4, como en este caso. Se debe hacer la salvedad de que las casuísticas reportadas para la oclusión arterial temporal con balón son pequeñas y la posibilidad de realización de un estudio prospectivo, randomizado y controlado está limitada por la bioética debido a la gravedad del cuadro. Todo lo anterior genera dificultades en la toma de decisiones con respecto al manejo más adecuado y no hay fundamentos para recomendar una técnica única12. Finalmente debemos destacar que la participación de un equipo multidisciplinario, es fundamental en el manejo exitoso de esta patología obstétrica y la prevención de las eventuales complicaciones. REFERENCIAS Am College Obstet Gynecol 2002; 99: 6: 981-2. 11. SHIN J. Temporary ballon occlusion of the common iliac artery: New approach to bleeding control during cesarean hysterectomy for placenta percreta. Am J Obstet Gynecol 2005; 193: 1756-8. 12. HASBUN J, PALAVICCINI J, OSORIO R. Oclusión temporal de arterias ilíacas internas en cesárea-histerectomía por placenta acreta: enfoque multidisciplinario. Rev Chil Obstet Ginecol 2012; 77(1): 58-63. 13. SILVER RM, LANDON MB, ROUSE DL, LEVENO KJ, SPONG CY, THON EA, ET AL. Maternal morbidity associates with multiple repeat cesarean deliveries. Obstet Gynecol 2006; 107: 1226-32. 14. ELLER AG, PORTER TF, SOISSON P, SILVER RM. Optimal management strategies for placenta accreta. BJOG 2009; 116: 648-54. 15. RAMOS GA, KELLY TF, MOORE TR. 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