El petróleo del pueblo mexicano, no volverá a manos extranjeras. Juicio de amparo pendiente ante la Suprema Corte de Justicia. El 18 de marzo de este año, más de setecientos ciudadanos de diversas actividades y profesiones, interpusimos una demanda de amparo en contra de los cambios efectuados por la mayoría de los legisladores federales y locales, a iniciativa del Presidente Peña Nieto, que contravienen los principios establecidos en la Constitución Federal. Los cambios infligidos a los artículos 25, 27 y 28 de la ley suprema, violan el principio de inmutabilidad establecido en el artículo 135 Constitucional, ya que este solamente permite adiciones o reformas al texto original de la ley que funda al Estado Nacional, pero no cambios a su contenido esencial, a su finalidad o espíritu. Y lo que hicieron los legisladores, a propuesta del ejecutivo federal, fue mutilar los principios esenciales contenidos en los artículos 27 y 28 de la Constitución. Tal como se puede apreciar claramente, en el séptimo párrafo del artículo 27, eliminaron la parte que dispone: "Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos................, no se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que en su caso se hayan otorgado y la Nación llevará a cabo la explotación de esos productos, en los términos que señale la Ley Reglamentaria respectiva. Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la Nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines." De igual manera, en el cuarto párrafo del artículo 28, al establecer las áreas estratégicas eliminaron la disposición "...; petróleo y los demás hidrocarburos; petroquímica básica;...; electricidad y las actividades que expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión." Con sus actos ejecutivo y legisladores pretenden privar a la Nación del dominio directo sobre sus recursos energéticos, hoy más estratégicos que nunca. Resulta obvio que los cambios esenciales a los mencionados artículos Constitucionales, tienen como finalidad desnacionalizar los recursos energéticos de México, para ponerlos en manos de las empresas privadas, principalmente extranjeras, lo que además contraviene lo expresamente dispuesto en el tercer párrafo del artículo 27 que dispone "... .-La Nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar de su conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural y urbana...". En contra de lo dispuesto en la Constitución, ejecutivo y legisladores, pretenden cambiar el texto de nuestra Carta Magna, para imponer a la propiedad pública, las modalidades que les dicta el interés privado, sobre todo el de los grandes monopolios extranjeros. También cabe señalar que al poner en manos de las potencias petroleras estadounidenses y anglosajonas, ante el entorno de los conflictos bélicos internacionales, se pondría a nuestro territorio nacional en calidad de blanco nuclear, en caso de darse una confrontación militar entre Estados Unidos y alguna de las potencias antagónicas. Con esto, las mencionadas autoridades violan lo dispuesto en la fracción X del artículo 89 Constitucional. Igualmente violan lo dispuesto en diversos instrumentos del derecho internacional. El presidente de la Suprema Corte indebidamente remitió nuestra demanda ante un Juzgado de Distrito, por lo que, el 3 de abril último, interpusimos recurso de reclamación, que fue turnado a la Ministra Margarita Luna Ramos, el 23 del mismo mes, quien deberá presentar su proyecto ante el Pleno de la Suprema Corte y este resolver sobre la substanciación del juicio de amparo respectivo, ante el propio Pleno del más alto tribunal del país. Esperamos que los Ministros estén a la altura del conflicto puesto en sus manos: se respeta el Pacto Social establecido el 5 de febrero de 1917, que dictaron con su sangre millón y medio de mexicanos o se pliegan a los intereses de los centros de interés económico extranjeros. MEXICANOS UNIDOS Comisión convocante.