Cadernos de Geografia nº 28/29 - 2009/10 Coimbra, FLUC - pp. 143-150 Situación postincendio en ecosistemas de un macizo montañoso de gran valor geobotanico, en la cordillera meditarranea de Chile Víctor Quintanilla Departamento de Ingeniería Geográfica. Universidad de Santiago de Chile (DICYT). Proyecto FONDECYT 1095048. [email protected] Resumen Se presenta el caso de evolución de un ecosistema de montaña en la zona mediterránea de Chile a raíz de un gran incendio de vegetación que afectó 25 años atrás los ecosistemas de un parque nacional de alto valor geobotánico. En estas cuencas predomina el bosque esclerófilo típicamente mediterráneo y agrupaciones boscosas de la palma chilena (Jubaea chilensis), la cual constituye la palma más austral del mundo (hasta los 36° latitud sur). Transcurrido el tiempo, se comprueba que gran parte de la cubierta vegetal quemada ha recuperado su vegetación autóctona, no obstante también hay un desarrollo de especies herbáceas y algunos arbustos introducidos. Palabras clave: Bosque esclerófilo. Palma. Fuegos. Parque. Resumé Situation post feu dans écosystèmes d’un massif montagneuse dans la zone méditerranéenne du Chili. On présente le cas d’évolution de un biome de montagne dans la zone méditerranéenne du Chili á cause d’un gran incendie de végétation qui a affecté 25 années en arrière les écosystèmes de un parc national, de un grand valeur geobotanique. Dans les bassins prédomine la forêt sclérophylle typique méditerranéenne et de groupements de forêt de palme chilienne (Jubaea chilensis), la palme plus australe du monde (36° Sud). Depuis de plus 25 années on constate qui une gran partie de la couverture forestière brûlée a récupéré la végétation autochtone, malgré que le strate herbacée on observe d’espèces introduites, comme des arbustes et herbes. On fait un étude de cas. Mots clés: Forêt sclérophylle. Palme. Feu. Parc. Abstract Postfire Situation in Ecosystems of a Massif of Great Geobotanical Value in the Mediterranean Mountain range of Chile. The evolution of a mountain ecosystem in Chile’s mediterranean zone after a large forest fire that affected 25 years ago the ecosystems of a national park of high geobotanical value is presented. In these basins there is a predominance of typically mediterranean sclerophyllous forests and wooded groups of Chilean palm trees (Jubaea chilensis), which is the southernmost palm species in the world (down to 36º south). As time has gone by, it is seen that a large part of the burnt plant cover has recovered its native vegetation, even though also there is some development of introduced herbaceous species and some bushes. Part of this process is characterized Keys words: Sclerophyllous forests. Palm. Fire. Park. 1. INTRODUCCION El Parque Nacional La Campana, macizo montañoso de Chile mediterráneo fue creado como tal el 17 Octubre de 1967 y declarado Reserva de la Biosfera en 1985. Es administrado por la Corporación Nacional Fo- restal (CONAF) que depende del Ministerio de Agricultura de Chile. El área de este parque, cuya cumbre alcanza los 1.828 m.s.n.m., se divide en tres sectores: El Granizo, El Cajón Grande por el sur, y Ocoa por el norte. Este último sector, ubicado en la exposición noreste del par143 Cadernos de Geografia Víctor Quintanilla que, posee una superficie de 5.440 ha, que representa el 68% del área total; y es precisamente en este lugar donde mejor se conserva la palma chilena (Jubaea chilensis) en el país, existiendo unos 60.000 ejemplares adultos. Cabe señalar que esta especie corresponde a la palma más austral del mundo y, por lo tanto, es el último relicto que aún permanece, a escala mundial, en condiciones tales de cantidad y densidad. Por otra parte, Jubaea chilensis puede alcanzar 25 a 30 metros de altura, siendo capaz de superar además los 300 años de longevidad (Figura 1). La flora del parque tiene una convergencia de elementos florísticos del norte, centro, sur y altoandino de Chile; de ellas un alto porcentaje corresponde a especies autóctonas, destacando Beilschmiedia miersiiFigura 2 Figura 2 Localización del área de estudio. Macizos Campana y El Roble. Localización del área de La estudio. Macizos La Campana y El Roble. (Belloto del norte), árbol endémico que se encuentra en un estado de conservación vulnerable y declarado 2. METODOLOGÍA monumento natural de Chile. 2. METODOLOGÍA trabajócon en gabinete con cartas Se trabajó enSegabinete cartas topográficas de topográficas escala 1:50.000dedel Instituto escala 1:50.000 del Instituto Geográfico Militar de Chile y clichés pancromáticos de los años 1968 y 2000 para su fotointerpretación. Por otra parte se Por analizaron imágenes de losimágeaños 1985, 2002 y fotointerpretación. otra parte se Landsat analizaron nes Landsat de losyaños 1985, 2002 y 2007, correspon2007, correspondiente a primavera verano. diente a primavera y verano. El trabajo de campo se llevó a cabo en períodos de otoño y primavera, entre los años El trabajo de campo se llevó a cabo en períodos 2007 y 2010. trabajó en parcelas deentre 10x10 los m, efectuando inventarios de Se otoño y primavera, años 2007 y 2010.fitosociológicos Se trabajó en parcelas de 10x10 m, efectuando inventarios según la metodología de MEAZA y CADIÑANOS et al. (2000); bloques diagramas; perfiles fitosociológicos según la metodología de Meaza y CadiñaGeográfico Militar de Chile y clichés pancromáticos de los años 1968 y 2000 para su fisonómicos; y transectas vegetales. Además para los antecedentes de incendios, se revisaron nos et al. (2000); bloques diagramas; perfiles fisonómi- las estadísticas Fuego de la Además Corporación Nacional cos;delyDepartamento transectasdel vegetales. para los Forestal antece-(CONAF). Figura 1 Algunos individuos de Jubaea chilensis distribuidos en el Parque Nacional La Campana. Área de estudio El Parque Nacional La Campana se ubica en la cordillera de la costa de Chile central, en el margen sur del valle del río Aconcagua, entre los 32°55’ y 33°00’ de latitud sur, y los 71°09’ y 71°01’ longitud oeste. Esta área protegida alcanza una superficie de 8.000 hectáreas. El cordón montañoso donde se sitúa el Parque Nacional, está constituido por un grupo de macizos continuos de importantes altitudes, entre los que se destacan los montes de La Campana (1.828 m.s.n.m.) y El Roble (2.222 m.s.n.m.), que corresponden, por lo demás, a los sectores de mayor altitud de la cordillera de la costa en Chile central (Figura 2). 144 dentes de incendios, se revisaron las estadísticas del Departamento del Fuego de la Corporación Nacional Forestal (CONAF). Los objetivos principales de este estudio han sido identificar espacialmente el área quemada durante 1984, determinar las agrupaciones vegetales afectadas y establecer las especies mas adaptadas al inicio de una recuperación. Cada año se seleccionaron 4 parcelas en áreas ecológicamente homogéneas, a fin de determinar la frecuencia y calidad de recuperación de las especies arbóreas y arbustivas. Estos inventarios se llevaron a cabo durante las 4 estaciones climáticas entre los años antes mencionados. Después del incendio, Villaseñor y Saiz (1990a) evidenciaron el rebrote en lignotúber de una decena de especies arbustivas y arbóreas esclerófilas. Hasta la fecha se ha comprobado la regeneración de la cobertura vegetal, sin perjuicio de la introducción de especies exóticas. 4 Situación postincendio en ecosistemas de un macizo montañoso de gran valor geobotanico, en la cordillera meditarranea de Chile Las condiciones ecológicas En Chile, las cuatro principales formas de relieve se disponen como franjas paralelas (Borde y Santana, 1980). De oeste a este se encuentran las planicies litorales, la Cordillera de la Costa, la Depresión Intermedia y la Cordillera de los Andes. Este paralelismo da cuenta de las fuerzas tectónicas que han configurado el territorio chileno en el centro del país. Desde el punto de vista geomorfológico, el Parque Nacional La Campa se localiza en la costa de la región central de cuencas y del llano fluvio-glacio-volcánico (Borgel, 1983), que se extiende desde el río Aconcagua (32° 45’S.) hasta el río Bío-Bío (38° S). La Cordillera de la Costa aparece bien estructurada, con una disminución notable de altitudes de norte a sur, y con la existencia de grandes cuencas graníticas y de relleno aluvial reciente. Entre los montes importantes de la cordillera se encuentra El Roble (2.222 m.s.n.m) y el Cerro La Campana (1.828 m.s.n.m.). Geológicamente La Campana se compone de rocas cristalinas de batolito que intruyeron las rocas volcano-sedimentarias de otras formaciones que corresponden al Cretácico inferior. La gran mayoría de las rocas son cristalinas oscuras (glabras) y dada la evolución geológica de los cordones nº 28/29 - 2009/10 montañosos, hay cierta riqueza de recursos mineros en este macizo. Existen yacimientos de cobre en el sector sur y suroeste del Cerro La Campana; además de oro, plata, calcopirita, magnetita. La explotación de estos metales indudablemente dañó de manera importante los bosques y ecosistemas de este macizo. El Parque Nacional La Campa se organiza geomorfológicamente en tres cuencas principales con líneas divisorias bien definidas: El Granizo, Cajón Grande y el sector Ocoa. Esta última es la más grande de las tres, ocupando el sector norte del Parque, cuyo límite sur es la divisoria de las cuencas del Granizo y el Cajón Grande (Figura 3). Las tres cuencas presentan un patrón de drenaje dendrítico que se caracteriza por una jerarquía de pequeñas bacías (microcuencas o quebradas), una ramificación irregular, y la ausencia de una dirección preferencial, aunque todas confluyen a un colector principal. El clima es de carácter típicamente mediterráneo en el sector norte y en medias laderas, con período seco prolongado; época en que aumentan los vientos de tipo SW. A su vez se presentan condiciones lluviosas y de temperaturas un tanto más frescas a mayor altitud (900 m.s.n.m. aproximadamente); adquiriendo en la cima el Figura 3 Sector del Parque Nacional La Campana 145 Cadernos de Geografia carácter de un clima de altura con agrupaciones estepáricas, en gran parte cubiertas de nieve durante el invierno. Los arbustos en general son deciduos de verano y las hierbas son terófitos o geófitos con receso estival (Montenegro et al., 1981). Los sectores meridionales son más húmedos (Quintanilla, 1983; Quintanilla, 1988). El sector de colinas bajas alcanza temperaturas y precipitaciones algo similares a los datos de la estación de Quillota (240 m.s.n.m.), donde la temperatura media es 14,3°C, en tanto las lluvias anuales alcanzan un monto de 435 mm (Figura 4). Víctor Quintanilla predominan árboles de tendencia húmeda como Drymis winteri, Beilschmiedia miersii, Peumus boldus y Cryptocarya alba. En tanto en enclaves con mayor exposición al sol (orientación al norte), suele desarrollarse un matorral xerófito de las laderas secas, con especies como Retanilla trinervia, Gochnatia foliosa, Colliguaja odorífera, Flourensia thurifera, Puya berteroana y Trichocerus chilensis. Estas comunidades son altamente combustibles por su calidad de deciduos de verano. Figura 5 Bosque esclerófilo y palmares distribuidos en el piso montañoso. Piso subandino con bosque de Nothofagus, y mas atrás, el piso andino con estepa de altura. Figura 4. Climodiagrama de Quillota. V región. 3. RESULTADOS a) La vegetación La flora actual del macizo de La Campana posee una composición mixta de elementos florísticos diversos, como subantárticos, andino, neotropicales, gondwanicos, pantropical y chileno central (Elórtegui et al., 2002). En Chile mediterráneo existen alrededor de 2400 especies de plantas vasculares con un alto número de taxas endémicas y monotípicas (Arroyo et al., 1985). La Campana alberga alrededor de 545 especies de plantas vasculares, 16 pteridofitas, una gimnosperma y 528 angiospermas, incluyendo 433 dicotiledóneas y 95 monocotiledóneas (Villaseñor y Saiz, 1990a; Villaseñor y Saiz, 1990b). La vegetación actual del macizo es bastante variada. Por ejemplo el bosque esclerófilo con dominancia de especies como Quillaja saponaria y Lithraea caustica, tiene un importante recubrimiento en las cuencas meridionales. En los sectores más húmedos de estas mismas quebradas se encuentra un bosque laurifolio, donde 146 En las cuencas septentrionales disminuye el bosque esclerófilo, y en todas las laderas de exposición al sol existe un predominio de matorral espinoso, que puede encontrase con cierta variedad en cuanto al tipo de dominancia de especies según el facies. Por ejemplo, un matorral dominante de Retanilla trinervia; en otro predomina un matorral de cactáceas con predominio de Trichocereus chilensis y Puya berteroana; o también un matorral abierto de Puya venusta como dominante. Presente en muchas bacías de La Campana, se encuentra también el matorral de Gochnatia foliosa con Solenomelus pedunculatus. Igualmente en el área septentrional está el bosque de Jubaea chilensis (palma chilena), que puede compartir el hábitat con varias especies del matorral como las antes citadas, e inclusive con el bosque de Quillaja saponaria y Lithraea caustica. También existen comunidades secundarias producto de la acción antrópica sobre los bosques esclerófilos, como los matorrales esclerófilos. En tanto otras se consideran el producto final de una serie sucesiva de degradación de otros matorrales (“espinal” de Acacia caven; matorral de Baccharis linearis). Todas ellas, al desarrollarse abiertas, mantienen un estrato herbáceo muy abundante, el cual en su gran mayoría se seca du- Situación postincendio en ecosistemas de un macizo montañoso de gran valor geobotanico, en la cordillera meditarranea de Chile rante el verano. Estas agrupaciones son las que cubren gran parte de los ecosistemas de este Parque Nacional, lo cual explica en gran medida la alta incidencia de incendios en la región mediterránea de Chile (Saiz, 1990; Villaseñor y Saiz, 1990a). Cabe destacar que sobre los 900 metros de altitud, y hasta muy cerca de la cumbre del macizo La Campana, y en las cuencas meridionales se localizan interesantes bosques de Nothofagus obliqua (roble de Chile central). Esta área constituye la distribución más septentrional de esta fagácea en el país. b) Estado post incendios de las agrupaciones vegetales Este Parque Nacional, antes de adquirir su estatus de área protegida (1967), recibía constantemente los efectos de la presión humana. Entre las actividades antrópicas que han tenido importante incidencia sobre la vegetación, se encuentra en primera instancia la minería del cobre, cuya explotación generó la alteración de estos ecosistemas de montaña (Figura 6). Luego la ganadería, que ha sido otro factor permanente que afecta particularmente a los renuevos de los árboles, aunque actualmente ha disminuido considerablemente. Figura 6 Acumulación de materiales rocosos producto de la actividad minera y posterior regeneración del matorral (Elórtegui y Moreira, 2002). Por otra parte la erosión es otro fenómeno recur­ rente, tanto es así que las laderas meteorizadas y muy inclinadas de la cuenca, se encuentran ejemplos claros de erosión lineal y tampoco está ausente la erosión en manto. A su vez la frecuente construcción de senderos (trekking) deja al descubierto la roca meteorizada, por lo que es muy habitual la existencia de cárcavas asociadas a caminos. Se favorecen sectores inclinados los cuales ocupan una posición paralela al escarpe que limita el camino, donde es corriente la acumulación de materiales coluviales (rodados) a su pie. nº 28/29 - 2009/10 A estos procesos de desgaste del relieve, se agregan los efectos de un gran incendio forestal acaecido 25 años atrás, donde se quemaron 1.950 hectáreas. Este episodio de fuego se produjo entre el 2l y 25 de febrero de 1984 en el Parque Nacional, mas precisamente en el sector Palmas de Ocoa, afectando un equivalente al 17% de este sector septentrional del Parque. El siniestro abarcó bosque autóctono, en su gran mayoría matorral esclerófilo. Toda la vegetación quedó totalmente destruida (Saiz, 1990; Villaseñor y Saiz, 1990a). La vegetación del área en que se produjo el incendio está conformada según Villaseñor y Saiz (1990a), por tres comunidades diferentes: 1) En el área de contacto con el piedmont se desarrolla una agrupación de matorral esclerófilo con dominancia de Lithraea caustica y Cryptocarya alba; más Quillaja saponaria y Azara celastrina. Entre los arbustos destacan Eupathorium salvia, Podantus mitique, Adesmia phylloidea y Teucrium bicolor. 2) Aproximadamente desde los 600 metros de altitud se observan agrupaciones arbustivas de carácter xérico de dos tipos: Una comunidad importante de Colliguaja odorífera y Adesmia arbórea, y otros arbustos como Schinus polygamus y Ephedra andina junto con fragmentos de estrato herbáceo. 3) Hay otra comunidad y con mayor recubrimiento en laderas de solana, donde predominan plantas espinosas como Echinopsis chilensis, Puya violacea y Neoporteria curvispina. Por otra parte la palma chilena (Jubaea chilensis) está presente en todas las comunidades anteriores y en variados tipo de exposiciones, pero hasta aproximadamente los 800 metros de altitud. Cabe señalar que hace 25 años atrás el fuego alcanzó a todas estas comunidades (Figura 7). Figura 7 Figura 7 Renuevo de la palma chilena (Jubaea chilensis) en laderas de exposición a la solana. 147 Cadernos de Geografia Víctor Quintanilla c) El impacto del fuego El incendio en el Sector Ocoa del Parque Nacional La Campana fue de tipo superficial, donde la combustión afectó casi totalmente a los estratos herbáceo, arbustivo y arbóreo, consumiendo sobre todo hasta media altura al bosque esclerófilo. El siniestro se desplazó más o menos entre los 700 y 900 metros de altitud, dentro del cual la cobertura vegetal disminuyó casi en un 100%; tanto es así que durante el invierno de 1984, las altas precipitaciones y el viento dieron origen a procesos erosivos. Al cabo de 2 años de ocurrido el siniestro, se comenzaron a detectar indicios de recuperación evidente en el área, como lo han constatado diferentes autores (Araya y Al recorrer actualmente los sectores quemados, se ha evidenciado un proceso de recuperación avanzado de la vegetación autóctona, como se representa en la síntesis de los inventarios realizados (Cuadro 1). La recuperación postincendio de los árboles ha sido bastante regular, sobre todo para Lithraea caustica y Quillaja saponaria, que hoy día alcanzan una altura entre los 6 y 8 metros; a la vez que se ha evidenciado una amplia distribución de arbustos como Retanilla trinervia y Muhelenbeckia hastulata, los cuales van teniendo el carácter de invasores de la periferia de las comunidades arbustivas y arbóreas. Por otra parte se concuerda con Villaseñor y Saiz (1990a), quienes se refieren a las plantas resistentes al fuego, como es el caso del matorral xérico, cuyas espe- Ávila, 1987; Villaseñor y Saiz, 1990a; Villaseñor y Saiz, 1990b). Cuadro I Inventario de especies en el Macizo La Campana (parcela 10 m2) Fisonomía Árboles y arbustos Matas y trepadoras Hierbas 148 Especies / N° de Censo Lithraea caustica Quillaja saponaria Cryptocarya alba Jubaea chilensis Azara celastrina Peumus boldus Colliguaja odorifera Acacia caven Podantus mitiqui Eupatorium salvia Lobelia salicifolia Baccharis linearis Puya coerulea Ephedra andina Cynara cardunculus Cestrum parqui Adenopeltis serrata Proustia pyrifolia Retanilla trinervia Escallonia pulvurulenta Guchnatia foliosa Solenomelus pedunculatus Chusquea cumingii Cissus striata Muehlenbeckia hastulata Lardizabala funaria Adiantum chilensis Solenomelus pedunculatus Vulpia myuros Galium aparine Oenothera dentata Avena barbata Erodium cicutarium Trifolium chilense Shizantus pinnatus Oxalis laxa Pasithea coerulea Chaetanthera linearis Filago gallica Plantago hispidula Rumex acetosella Stachys grandidentata Solidago chilensis Margyricarpus pinnatus Gnaphalium viravira Dioscorea parviflora Briza minor Erodium cicutarium Clarkia tenella Trifolium chilense Trichopetalum plumosum Loasa tricolor 1 4 3 2 2 5 4 2 1 2 1 + 1 1 3 2 4 3 2 2 2 3 2 3 1 2 5 3 4 1 1 1 1 4 3 5 3 2 2 2 3 4 2 4 1 1 2 4 3 2 1 1 1 2 2 2 4 2 3 3 + 4 1 1 3 5 2 3 1 3 1 1 2 5 2 3 3 3 3 2 4 2 3 1 3 4 1 2 3 2 2 3 1 4 4 4 2 4 2 3 1 5 4 2 3 1 3 2 2 4 3 2 3 3 3 - 4 3 4 4 2 2 3 3 2 1 2 4 1 + 2 1 1 1 3 2 3 3 3 4 3 3 2 3 1 3 3 3 2 1 4 1 3 3 4 3 3 2 3 - 5 5 3 4 3 1 4 1 2 2 1 3 1 2 2 2 1 2 3 2 2 3 3 3 3 2 3 4 2 4 1 2 + 3 3 3 2 3 3 3 2 - 6 4 3 3 3 4 1 4 2 1 3 2 3 3 1 2 2 4 1 3 2 3 4 2 3 1 3 3 3 4 3 3 3 3 3 2 1 2 2 3 2 2 4 2 1 7 2 4 3 2 2 3 3 1 1 3 2 2 2 4 3 2 2 4 2 3 4 3 3 3 1 2 5 3 3 3 3 2 4 2 3 1 2 3 2 3 1 3 3 8 3 4 3 3 4 3 3 3 1 2 + 3 1 2 2 2 1 3 3 1 3 2 3 2 2 2 5 3 2 4 2 4 2 1 2 2 4 1 2 9 2 3 2 4 2 4 2 1 2 3 1 1 2 2 1 1 2 3 3 3 2 4 3 2 1 2 2 2 3 3 2 3 1 3 2 2 2 3 2 2 4 3 2 10 3 2 4 4 2 3 3 2 2 4 2 2 2 1 2 3 3 3 2 2 1 3 3 3 + 3 2 3 3 + 3 2 4 2 3 2 1 1 2 1 2 2 2 3 2 Situación postincendio en ecosistemas de un macizo montañoso de gran valor geobotanico, en la cordillera meditarranea de Chile cies rebrotan desde la base, alcanzando en corto tiempo sus tamaños originales, siendo capaces de florecer y fructificar en la misma temporada en que se producen los incendios. También hay plantas no afectadas por el fuego, las cuales siguen su crecimiento vegetativo después del incendio y florecen en esa temporada (Figura 8). Figura 8 Laderas con muy pobre recuperación después de los fuegos. Se entiende entonces que la cobertura vegetal habría comenzado a mostrar variaciones alrededor del cuarto año de acaecido el siniestro, pero con cambios en las especies presentes. De este modo decae la dominancia de Lithraea caustica con respecto a un mayor aumento de los arbustos Retanilla trinervia, Muhelenbeckia hastulata y Colliguaja integérrima. Lithraea caustica rebrota con cierta facilidad a partir del cuarto año, lo que coincide con un aumento real de la cobertura. Así se va observando un cierto dominio de especies rebrotadas en desmedro de las plantas primitivas que había antes del fuego, como por ejemplo Quillaja saponaria y Podanthus mitique. Situación similar observaron los autores antes mencionados, con respecto al árbol esclerófilo Crytocarya alba, el cual mostraría una cierta resistencia al fuego. Respecto a las herbáceas, se han ido presentando cambios en la riqueza, abundancia y diversidad de las especies, particularmente en las anuales, las que han colonizado rápidamente los espacios abiertos. Las herbáceas perennes en cambio, han ido demostrando un proceso lento de recuperación. nº 28/29 - 2009/10 tación, sobre todo en plantas endémicas, ha sido muy interesante desarrollar una línea de estudio respecto a la evolución postfuego de las agrupaciones vegetales afectadas por incendios en el año 1984. A poco más de un año de acaecido el incendio en el Parque, ya se había demostrado que hubo en el matorral esclerófilo indicios de recuperación. En el transcurso de los años se observan cambios en la riqueza, la abundancia y diversidad, sobre todo en los estratos arbustivos y herbáceo. No ocurre lo mismo con el estrato arbóreo, donde los árboles iniciaron su rebrote a partir de 3 años después, pero con un proceso relativamente rápido; la colonización eso si fue acompañada por los arbustos primitivos, excepto de Chusquea cumingii, que es una bambúsea colonizadora de terrenos degradados y que va adquiriendo un importante desarrollo en laderas de umbría. En tanto Jubaea chilensis ha resistido bastante bien el fuego y por consiguiente, los palmares se conservan actualmente en un estado de evolución normal, pese a la herbivoría de sus frutos. Los rebrotes de palmas disminuyen un poco, inclusive en sectores donde hubo quemas. Debe consignarse que esta recuperación de los ecosistemas en el Parque después de un gran fuego, ha estado favorecida precisamente por la figura administrativa de un Parque Nacional. Posteriormente al siniestro los controles y vigilancia han sido bastante efectivos. 5. BIBLIOGRAFIA Araya, S. y Ávila, G. 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