CELEBRACIÓN DE LA CENIZA (17-2-10) – Conversión: Camino de amor y justicia – Esquema de la celebración: Entrada procesional (cruz y brasero con ascuas). Canto de entrada: Éxodo y liberación (142). Monición de entrada (…). Saludo del sacerdote. Lectura 1ª (…). Canto: “La misericordia del Señor” (48). Lectura 2ª (…). Evangelio. Homilía. Monición a la ceniza (…) Bendición de la ceniza. Imposición de la ceniza. (Se pondrá música de fondo.) Oración de los fieles (…). Canto del Santo: Händel (193). Canto comunión: “Si realmente queremos amar” (287). Audición. Distribución de la Comunión: … Oración final (…). Entrega de la símbolo-tarjeta (“camino-lema”). Canto final: “Caminaré en presencia del Señor” (114). Material necesario: – – – – – – Cruz que presida la celebración. Brasero con leña en la entrada de la iglesia. Letras y cartel con el lema de la Cuaresma. Ceniza. Agua, jabón y toalla para lavarse las manos. Música de fondo y para la comunión. MONICIÓN DE ENTRADA: Miércoles de ceniza… comienzo de la Cuaresma… Jesús nos hace una invitación: Cambiar de vida, emprendiendo un camino de “conversión”, en el que el “amor y la justicia” la hagamos realidad. En esta etapa espiritual nos preparamos a vivir este tiempo en el amor de Jesús; orando, escuchando la Palabra de Dios, meditándola, participando activamente en cada una de las celebraciones de este tiempo. El profeta Joel nos da la clave que sustenta nuestra petición de perdón. Dice el Señor Todopoderoso: “Volved a mi de todo corazón, con ayunos y lamentos”. “Volved a vuestro Dios, porque es compasivo y misericordioso. Vivamos la cuaresma acogiendo la gracia que la Iglesia nos ofrece. Que este “camino cuaresmal” nos lleve hasta este DIOS que siempre nos espera con ilusión de Padre. MONICIÓN A LA CENIZA: La imposición de la ceniza encierra un mensaje trascendente; no sólo es un símbolo de nuestra caducidad, es también el signo de iniciar un “tiempo de gracia, de arrepentimiento, de acercamiento a Cristo, de salvación”. La ceniza es garantía del “hombre nuevo” que se abre a la Palabra, a la oración de fe en el Señor y al amor de los hermanos. Recordemos la frase que el sacerdote al imponernos la ceniza nos dirá: “Conviértete y cree en el Evangelio”. ORACIÓN DE BENDICIÓN DE LA CENIZA Tú, Señor, amas la vida, no la muerte; quieres nuestra conversión, y no nuestra ruina. Te rogamos que nos hagas descubrir, bajo las cenizas que el pecado causó en nuestras vidas, el fuego que sólo tu amor puede encender. Bendice estas cenizas, que vamos a poner en nuestras cabezas, y que el aliento de tu Espíritu reavive en nuestros corazones la VIDA NUEVA, que un día esperamos gozar en plenitud, por tu Hijo Jesucristo resucitado, que contigo y el Espíritu vive y reina por los siglos de los siglos. AMÉN. ORACIÓN DE LOS FIELES Celebrante: A Dios nuestro Padre, con toda confianza, le pedimos que escuche la oración de su pueblo. Respondemos diciendo: Escúchanos, Padre. 1. Señor, queremos recorrer contigo el camino cuaresmal, que hoy comenzamos, camino que lleva a la Vida. Somos débiles, pero, con tu ayuda, la ayuda de la Comunidad Cristiana, y nuestra oración; sentiremos la fuerza necesaria. Oremos. 2. Para que el Papa, los sacerdotes y todos los cristianos seamos dispensadores generosos del perdón que viene de Dios. Oremos. 3. Padre bueno, te damos gracias porque estos días son una nueva oportunidad para encontrarnos contigo, con los hermanos y con nosotros mismos. Ayúdanos a dejar atrás nuestras actitudes negativas. Haznos vivir libres en cualquier situación. Que seamos nosotros mismos, capaces de vivir identificados con Cristo. Oremos. 4. Haz que no pasemos de largo ante las miserias y las alegrías de nuestros hermanos, lejanos y cercanos, enfermos, parados y carentes de cualquier necesidad. Haznos sensibles a sus necesidades. Ayúdanos a darnos como tú nos enseñaste. Oremos. 5. Para que nuestros gobernantes trabajen siempre por la paz, la fraternidad, la justicia y el progreso de los pueblos, desde unas actitudes de sinceridad, honestidad, coherencia e igualdad; respetando, siempre, los derechos fundamentales del hombre. Oremos. 6. Que tu Hijo Jesús nos recuerde cada día de la cuaresma, que la tarea de una sincera conversión de nuestra vida, nos corresponde a cada uno. Que los ruidos y las prisas no ahoguen tu presencia cariñosa en medio de nosotros. Oremos. Celebrante: Acoge, Padre, nuestras plegarias, y renuévanos con tu gracia amorosa. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. ORACIÓN (Después de la comunión) Señor, un año más, con el inicio de la Cuaresma, nos recuerdas lo esencial: "Amar a Dios y a los hermanos con todo el corazón, con la vida entera". Señor, te pedimos: que no nos dejemos llevar por los caminos fáciles; que no nos instalemos en el bienestar que nos ofrece el mundo de hoy procurando que nos olvidemos de los demás, sobre todo de los más desfavorecidos. Haz que dejemos atrás nuestros prejuicios, que no cerremos los ojos a tantas realidades que no nos agradan y nos hacen daño. Haz que nuestras plegarias no sean palabras huecas, que nuestra limosna y nuestro ayuno sean fruto del amor y de la justicia. ¡Ayúdanos, en este camino de conversión, para poder llegar a vivir con intensidad tu Pasión, tu Muerte y tu Resurrección!