Tema 2 Primer desarrollo emocional y social. Los vínculos afectivos.

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Tema 2 Primer desarrollo emocional y social. Los
vínculos afectivos.
• El ser humano es ante todo un ser social, y la vida social sería
imposible si los otros no existieran.
• Una de las características propias del ser humano es la creación
de vínculos sociales a lo largo de grandes períodos de tiempo e
incluso con individuos que estén alejados.
• Esta cooperación y estos vínculos son lo que conforma las
relaciones sociales que influirán de forma clara en el posterior
desarrollo tanto cognitivo como de la personalidad.
• ¿Qué importancia tienen estas relaciones sociales durante los
dos primeros años?
• Aunque a lo largo de la vida se lleguen a tener muchos
contactos sociales, el mundo social de un bebé está
formado, generalmente, por unos pocos individuos
importantes como la madre, el padre y los hermanos.
• A pesar de su reducido número, estas relaciones son muy
influyentes y tienen efectos a largo plazo en el desarrollo
social, personal y cognitivo.
• Estas relaciones emocionales (sociales) con la madre,
aunque también con el padre y con otros, son muy fuertes
e intensas durante los primeros años de vida del niño.
1
• En la actualidad asumimos desde las distintas perspectivas
teóricas que los bebés tienen una predisposición innata para ser
sociales.
• Los bebés muestran unos logros psicosociales impresionantes
durante los primeros dos años de vida.
Las Teorías del desarrollo frente al primer desarrollo social.
Etología
• “Las conductas sociales que observamos hoy en día en los
bebés y sus cuidadores representan millones de años de
adaptación gradual al entorno” (Hess y Petrovich, 1991; cit. En
Vasta et. al, 1996).
• Debido a la indefensión con la que nacen los niños y a su largo
periodo de inmadurez la selección natural les ha proporcionado a
estos y a sus madres conductas diseñadas para asegurar su
supervivencia.
• Así podemos considerar que el bebé viene evolutivamente
preparado para:
• Mantener cerca a su cuidador principal (llanto, gatear,
correr tras ella, etc.).
• Motivar a la cuidadora para que le proporcione el
cuidado adecuado (sonrisa, vocalizaciones, contacto
visual).
• Incluso la apariencia física de los bebés (cabeza grande,
caras redondas, etc.) sirve para mantener la interacción
con la madre o cuidador/a.
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• De la misma forma podemos pensar en ciertos mecanismo
innatos en el cuidador/a:
• Una capacidad para “leer” las señales del bebé y decidir
qué debería hacer y cuándo hacerlo (véase pautas
innatas de cuidado obvias en otros mamíferos).
• La selección natural y esta inmadurez natal fomentan un fuerte
apego entre el cuidador y el bebé.
• Los teóricos del apego (p. ej. Bowlby) defienden la existencia de
un periodo crítico de desarrollo de este apego.
Teorías basadas en la influencia del entorno en el aprendizaje
• Desde estas teorías nos se habla de conductas innatas, sino del
proceso de socialización:
• Proceso mediante el cual la conducta del bebé se
moldea para “encajar” con los papeles, creencias y
expectativas sociales (Maccoby, 1992).
• Según estos teóricos, la socialización durante los primero años
tendrá una gran influencia sobre las posteriores conductas
sociales más complejas (p. ej. La moral, la amistad, etc.).
• La explicación teórica que dan al proceso de interacción social
entre bebé y cuidador se basa en:
• Los procesos de aprendizaje social que incluyen
refuerzos y castigos
• El aprendizaje por observación.
3
• Refuerzos positivos y negativos:
• Los bebés realizan conductas que fomentan el acercamiento
de la madre (llorar, sonreír, vocalizar, etc.), estas conductas
dan como resultado un refuerzo positivo (leche, un sonajero,
que le acunen, etc.) o un refuerzo negativo (cambio de pañal)
• De la misma forma las madres aprenden a reaccionar a estas
conductas porque tienen refuerzos negativos (el bebé deja de
de llorar) o positivo (un abrazo, etc.).
Modelos cognitivos.
• Busqueda de procesos cognitivos estudiando, lo que ellos
llaman, el conocimiento social:
• El conocimiento social es la compresión que tienen los
niños y los adultos referente a la conducta y a las
interacciones sociales humanas.
• Desde esta perspectiva se piensa que los niños y sus
cuidadores/as desarrollan modelos internos de trabajo que
utilizan para interpretar los hechos y predecir lo que sucederá.
• Por ejemplo un bebé puede desarrollar expectativas de la
conducta de su madre como resultado del tipo de trato que
ella le da.
(Por ejemplo, si responde rápido a señales de incomodidad o
búsqueda de atención, el bebé desarrollará la expectativa de que su
madre estará a su disposición si la necesita).
• Lo mismo ocurre con el cuidador/a que desarrollará
modelos internos de trabajo del bebé que le lleve a pensar
que el bebé estará dispuesto a interactuar con el o con ella.
• Dentro de estos modelos tenemos la tradición vygotskiana.
4
• Propone un modelo de aprendizaje por medio de la participación
guiada donde cuidador/a y bebé se dedican, de forma conjunta, a
una actividad.
• Desde esta perspectiva se pone menos énfasis en la relación
madre-hijo y más en el aprendizaje por medio de las
interacciones con los demás,
• Estas relaciones, según Vygotsky desempeñan un papel
fundamental en las primera socialización del niño.
El psicoanálisis
Freud
• Desde los postulados freudianos podemos decir que los niños
son criaturas orales que manifiestan su placer con actividades
como succionar o morder objetos.
• El bebé invierte energía física y se vincula a cualquier persona
u objeto que le proporciona placer oral.
• Los bebés aprenden a involucrarse afectivamente con sus
madres porque son éstas las que les dan placer mediante la
alimentación.
• Así desde la teoría freudiana se producirá un apego seguro entre
el bebé y la madre si esta está relajada durante la alimentación
proporcionándole así el placer oral.
5
Erikson
• También considera la situación de la alimentación como la mejor
para la formación del apego.
• La madre que deja algunas veces con hambre al bebé o le
desteta muy pronto, es más probable que tenga un hijo ansioso y
que no desarrolle un sentido de confianza en los demás.
• La desconfianza provocará una sobredependencia.
• Los niños que durante su infancia no aprenden a confiar en los
otros, posiblemente de mayores rechazarán las relaciones
cercanas de mutua-confianza.
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El desarrollo emocional
• El análisis del desarrollo emocional temprano en los bebés
proporciona una importante herramienta para el estudio del
crecimiento psicológico, ya que muestra como se empieza a
percibir, comprender y responder al entorno.
• El resultado de estos avances nos muestran la existencia de una
“programación” evolutiva por la que los bebés adquieren la
capacidad para desplegar emociones específicas.
El desarrollo temprano de las emociones.
Nacimiento Æ 6 / 7 meses
Emociones negativas
• Angustia
• Es la primera emoción que se puede percibir en el
recién nacido, se refleja:
• Por el llanto, cuando tiene hambre o está
incomodo.
• Por el llanto o disgusto, cuando se produce
un sonido fuerte, una pérdida repentina de
apoyo o un objeto amenazante.
• Entre los 4 y 7 meses hay un cambio:
• Las reacciones son más pronunciadas y
cada vez se asocian más con el enfado (p.
ej. Cuando de les quita algo o se les impide
moverse (Stenberg y Campo, 1990).
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• Tristeza (o sensibilidad a ella)
• Entre el primer y tercer mes:
• Si una madre aparece triste y deprimida
frente a su bebé, éste responde apartando la
vista de ella y quejándose.
• Se manifiesta más en bebés de madres
deprimidas y aparece también ante estados
de ánimo negativos en los cuidadores.
Emociones positivas
• Interés y sorpresa
• Los recién nacidos muestran con los ojos muy abiertos
cuando algo atrae su atención
• Sonrisa
• Los recién
fisiológicos.
nacidos
la
presentan
ante
estados
• Hacia los 6 semanas aparece la sonrisa social:
respuesta a una cara en movimiento o una voz humana.
• Hacia los 3/4 meses la sonrisa se hace más amplia: se
presentan risas frente a algo especialmente agradable,
sobretodo durante la interacción social.
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Segunda mitad del primer año: avances en el desarrollo de las
emociones.
• Entre los 6 y los 9 meses las emociones básicas:
• Se diferencian y distinguen más entre sí.
• Presentan mayor variedad y selectividad debido al
desarrollo de habilidades cognitivas y a experiencias más
variadas.
• Desconfianza (miedo) a los extraños.
• Se empieza a observar a los 6 meses de edad y se
desarrolla plenamente entre los 10 y los 14 meses.
• No todos los niños experimentan desconfianza ante los
extraños y los que lo hacen presentan variación en la
intensidad de sus reacciones.
• Así las reacciones pueden depender:
• Del bebé: temperamento y seguridad en la
relación cuidador/hijo.
• Del extraño: género de la persona y
conducta respecto al bebé.
• De la situación: proximidad del cuidador o el
humor del niño en este momento.
• Ansiedad por la separación
• Emerge entorno a los 8 meses, alcanza su grado máximo
alrededor de los 14 meses y después va disminuyendo
gradualmente
• El que los niños se angustien o no por la separación
depende:
• De experiencias anteriores del bebé
referentes a la separación.
• La forma como se marchan los padres
(desapareciendo de repente o de forma
relajada)
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• Enfado
• Aumento a esta edad (entre 7 y 19 meses):
• Mayor nivel de enfado
• Mayor duración
• Alegría (sonrisa)
• Se presenta de una forma más selectiva y con mayor
rapidez
P. ej. a los 12 meses la sonrisa de un bebé al ver a
su madre puede cambiar de forma inmediata en una
explosión de gritos de alegría si la conducta indica
que se va a jugar.
Por lo tanto, hacia el final del primer año de vida el bebé parece tener
una mayor vitalidad emocional. Sus emociones se manifiestan con
mayor rapidez, intensidad y persistencia. Por tanto, sus emociones
se prestan a una lectura y respuesta más fácil por parte del adulto, lo
que permite un intercambio más estimulante de emociones mutuas.
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Infancia tardía: nuevas emociones a partir de la autoconciencia
Desarrollo de la autoconciencia o conciencia de sí mismos
• El logro evolutivo de la autoconciencia, el sentido emergente
del “yo y lo mío” permite el crecimiento de muchas emociones
autoconscientes.
• Los bebés pequeños no tienen sentido del yo, ni conciencia de
que sus cuerpos son suyos (sus manos “aparecen” y
“desaparecen”).
• Hacia los 12 meses la mayoría son conscientes de que los otros
son persona distintas (emerge el “yo”).
• La conciencia de sí mismo cambia la intensidad y las
condiciones de las reacciones del niño frente a los demás,
abarcando el afecto y los celos.
(Las rabietas de los niños de 2 años se producen porque se dan
cuenta de lo que son, se toman de manera más personal la ofensa y
la frustración y se dan cuenta de que son más capaces de
responder de esta forma (Dunn y Munn, 1985).
• El desarrollo de la autoconciencia permite a los bebés hacerse
más autocríticos y tener respuestas como la culpabilidad.
(Hacia los 2 años son conscientes de las normas básicas de “haz” y
“no hagas” y que se deben respetar, mostrando angustia o ansiedad
cuando no se han portado bien, incluso cuando no hay una adulto
presente).
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• Por último, la autoconciencia
sentimientos:
también desarrolla otros
• Los niños de uno o dos años se sienten más orgullosos de
sus logros.
• Responden de una manera más sensible y razonable a los
sentimientos de los demás.
• Por lo tanto, podemos decir que la autoconciencia desarrolla
emociones como:
•
•
•
•
•
Orgullo.
Confianza.
Culpabilidad.
Vergüenza.
Rubor.
• También permite desarrollar una nueva concepción de los demás
que fomentan emociones como:
•
•
•
•
Desafío.
Celos.
Empatía.
Sentimientos de afecto.
12
Cambios emocionales y cognitivos
• A partir del los 5/6 meses se producen adquisiciones cognitivas y
emocionales que producen cambios muy acusados en el
desarrollo emocional del niño.
Emoción y cognición
• El pensamiento y el recuerdo maduran permitiendo reconocer
más razones para estar contento y ser más rápido en demostrar
enfado o pena.
• Otro logro cognitivo que influye en le desarrollo cognitivo es la
aparición de la anticipación y la conducta orientada a una
objetivo, logro que permite responder emocionalmente a las
expectativas.
(El niño llora cuando la madre se pone el abrigo para irse o se ríe cuando le
sacan los juguetes).
• Esta evolución emocional a partir de los 6 meses también viene
influida por la evolución en la capacidad para leer las
expresiones emocionales de los demás.
• A los 8 meses empiezan a reconocer que las expresiones
emocionales están relacionadas con acontecimientos y objetos
particulares.
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Atribución de significado al entorno social
• La atribución de significado al entorno social es un proceso que
ayuda al bebé a dar nuevos significado a las expresiones de los
demás.
REFERENCIA SOCIAL (SOCIAL REFERENCING)
Es la búsqueda activa de información emocional en personas
de confianza ante situaciones inciertas
8-10 meses, momento en que se empiezan a evaluar los hechos en
relación con su seguridad afectiva
la referencia social proporciona
un medio importante de aprendizaje mediante la experiencia
indirecta
a través del reconocimiento y la respuesta de las pistas
emocionales del cuidador/a (evitando situaciones de dañoÆ sin
tener la experiencia de consecuencias negativas)
comparar sus propias evaluaciones con las de otros
hacia la mitad del segundo año: empiezan a apreciar que las
reacciones emocionales de los otros pueden ser distintas a las
propias
Los pequeños no sólo reaccionan a las expresiones emocionales de los
otros emplean esos ‘signos emocionales’ para conocer las intenciones y
preferencias de los otros y guiar sus propias acciones
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DESARROLLO DEL TEMPERAMENTO
Es la tendencia individual a responder de forma predecible a los
hechos del entorno.
Para muchos autores es la base de construcción, emocional y
conductual, de la personalidad adulta
•
Cinco atributos fundamentales del temperamento:
Nivel de actividad
Irritabilidad/emocionalidad
Capacidad para tranquilizarse
Temor
Sociabilidad
15
Características del temperamento
Influencias hereditarias
El concepto mismo de
temperamento ya implica
una base biológica
de
influencia genética
(Buss y Plomin, 1984).
Vs.
Influencias ambientales
Además de las influencias
genéticas en la formación y
desarrollo del temperamento
existen aspectos del entorno
que modelan y conforman el
temperamento infantil.
Estabilidad del temperamento
Estudios longitudinales muestran
que ciertos aspectos (nivel de
actividad, irritabilidad, sociabilidad
y timidez) son moderadamente
estables.
Otros estudios muestran que en la
mayoría de los casos las influencias
ambientales suelen modificar los
aspectos del temperamento que
están influidos por la genética.
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Tipos de temperamentos
Modelo NYSL
(New York Longitudinal Study / Estudio Longitudinal en N. Y.)
Thomas y Chess (1977) hablan de tres perfiles de temperamento:
Temperamento fácil
Hábitos regulares y predecibles
Temperamento difícil
Activos,
irritables
irregulares
Temperamento lento en reaccionar
y
hábitos
Poco activos
Modelo EAS
Según Plomin (1984, 1986) el temperamento del bebé se puede
medir según tres dimensiones:
Emocionalidad (velocidad con la que el niño se estimula y
reacciona a la estimulación del entorno).
Actividad (Describe el tempo del bebé y la utilización de la
energía por parte de éste).
Sociabilidad (Se refiere a la preferencia del bebé por estar
con otras personas).
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Modelo de Rothbart
Según Rothbart el temperamento está formado por las diferencias
individuales en dos áreas:
Capacidad de reacción
Autorregulación
Intensidad de la respuesta del
bebé ante la estimulación
Capacidad para aumentar o
reducir la reacción anterior
Crianza y temperamento
•
La visión interaccionista muestra que hay características
temperamentales que a veces se prolongan hasta la vida adulta
y otras veces no.
•
El temperamento, por lo tanto, puede cambiar y uno de los
factores que mueven este cambio es la bondad de ajuste (buen
ajuste vs. mal ajuste).
Las interacciones de un bebé están influidas no sólo por su
personalidad sino por el grado en que estas características encajan
con las demandas o expectativas del entorno.
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El apego
• El apego entre el niño y sus cuidadores/as no se forma en cuestión
de minutos, horas o días sino que se construye lentamente a
través de las interacciones sociales que tienen lugar durante
muchos meses.
“Lazo afectivo que una persona o animal forma entre él mismo y
otros de su especie, y que le impulsa a estar juntos en el
espacio y perdura a lo largo del tiempo” (Mary Ainsworth, 1973).
Función
Obtener y mantener la proximidad del
objeto de apego.
Mediante
Conductas de apego: seguimiento
(visual, locomotor), abrazo, contacto,
llanto, sonrisa, vocalizaciones, etc.
(conductas primitivas iniciales).
Existe una disposición genética para
establecer el apego.
Apego
Conductas de apego
Aspecto interno, estructural.
Vínculo relativamente estable
Aspecto externo, comportamental
•
Variabilidad intraindividual e
interindividual (factores como la
separación pueden modificar las
conductas de apego).
•
Activadas
por
estímulos
procedentes
del
entorno
humano, con más probabilidad
que otros entornos.
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El apego se va a construir a partir de dos sistemas conductuales
complementarios: el del bebé o la cría y el de la madre.
Bebé
• Bowlby (1958, 1969): Los niños nacen con una serie de reflejos
y características físicas que favorecen las reacciones de sus
cuidadoras/es:
• Tres de estas respuestas - succión, prensión y marcha sirven como función ejecutiva: los pone en marcha el niño y
requieren una mínima respuesta de la cuidadora.
• Otras dos respuestas: sonrisa y vocalizaciones (llanto o
balbuceo) sirven como funciones de señalización para
alentar a la cuidadora y proporcionar atención y confort.
• La apariencia del bebé es otra característica que produce
reacción positiva por parte de los otros.
Madre
• Bowlby consideraba que los adultos están biológicamente
programados para responder a las señales del bebé de la misma
manera que los bebés están programados para reaccionar al
sonido, al calor y a las caricias de sus cuidadores.
• Como la madre (u otro cuidador) es cada vez más eficiente para
interpretar y reaccionar a las señales del bebé, el bebé
responderá de forma más activa hacia ella.
El resultado de estas interacciones será el desarrollo de un
cariño mutuo, o apego, entre el bebé y su más íntimo
compañero (s).
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Sincronía interaccional
• Los bebés tienen una capacidad particular para responder a los
sonidos de la voz humana.
• Durante las siguientes semanas y meses los niños y sus
cuidadores tendrán más oportunidad de interactuar y desarrollar
unas rutinas sincronizadas perfectas.
• Los niños responden naturalmente a las otras personas, casi
como si fuese una capacidad innata para establecer una
interacción sincrónica.
• Por su parte, el cuidador probablemente será más eficiente al
interpretar los signos sociales y emocionales del bebé y
aprenderá a ajustar su conducta a la del niño.
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El vínculo como interacción
• El apego es una relación interactiva entre el niño y su/s figuras
de apego de tal manera que ambos funcionan sincrónicamente
con conductas que se adaptan unas a otras.
• Por tanto, hay unos sistemas de conducta del bebé y otros
sistemas de conducta del cuidador/a que tienden al apego
SISTEMAS CONDUCTUALES COMPLEMENTARIOS
BEBÉ
Rasgos de la cría
Llanto
Sonrisa / vocalizaciones
Mirada
Expresiones emocionales
Ritmos naturales
Aumenta la atención
CUIDADOR/A
Respuestas positivas
Inhibición de la agresión
Obtiene proximidad
Mantiene proximidad
Respuestas verbales
Contacto ojo a ojo
Respuestas verbales
Reacciona interpretando el
estado anímico del bebé
Sincronía interactiva
Conductas que se adaptan al bebé
(durante succión comunicación)
Habla infantil
Andamiajes
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Sistema de conducta del bebé
• Conductas procuradoras de contacto corporal. Pasan de ser
reflejas a convertirse en esquemas con cierta intencionalidad:
• Prensión. Cuando se coordina con la visión (5º - 6º mes) el
niño será un activo buscador de contacto con sus
semejantes.
• Reflejo de Moro. También aumenta el contacto con el
cuidador/a puesto que cuando el niño está aferrado a
éste/a, un rápido movimiento de éste/a o un estímulo
brusco aumenta el aferramiento.
• Reflejo de búsqueda y conducta de succión. La succión,
en este sentido, no va encaminada a la alimentación sino a
favorecer el contacto corporal y el encuentro de la mirada
niño-madre, estableciéndose así las pautas comunicativas
más elementales.
Además, la succión es la primera forma que tiene el niño
para reconocer los objetos.
• Conductas que manifiestan preferencia perceptiva por los
estímulos sociales.
• Visuales
• Auditivas
• Señales de comunicación social. Son señales sociales que se
consolidan en función de la interacción con su/s figuras de
apego:
• Sonrisa. Al principio depende de los estados biológicos del
niño y pasa a depender de los estímulos sociales, sobre
todo de la cara, durante el 2do y 3er mes.
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Al final es una conducta selectiva para discriminar entre
conocidos y extraños. Favorece la interacción lúdica y el
intercambio social.
• Llanto. Es una conducta perfectamente organizada desde
el nacimiento, cuya función es que las figuras de apego se
acerquen y atiendan sus necesidades físicas y
psicológicas.
• Otras emociones
Sistema de comunicación del cuidador/cuidadora
• El cuidador/a tiene, preprogramados genéticamente, unos
sistemas de conducta hacia el bebé que utilizan un código
especial de comunicación que se sincronizan con las conductas
del lactante.
• Tendencia a establecer un contacto corporal íntimo con el
bebé (piel a piel)
• Abrazos.
• Caricias.
• Besos.
• Tendencia a convertir las situaciones de satisfacción de
necesidades biológicas en situaciones de interacción
afectiva
• Caricias.
• Lenguaje.
• Juegos, etc.
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• Conducta visual específica.
• Durante el 70% del tiempo de amamantamiento miran al
niño.
• Se suelen colocar a la distancia perceptiva óptima (20-25
cm.), durante la limpieza, el amamantamiento, los juegos,
etc.
• Ruptura del espacio interpersonal habitual entre adultos.
• Los adultos respetamos de frente una distancia de 50 a 75
cm., el/la cuidador/a rompe esa distancia.
• Lenguaje gestual y verbal.
• El lenguaje es sincronizado y simplificado, cargado de
afecto y al principio de carácter no semántico que se
adapta a las capacidades del bebé.
El/la cuidador/a acomoda su conducta al bebé.
• Habla infantil (baby-talk) se refiere a una serie de características
del habla que utiliza el adulto cuando se dirige a un bebé y que
no es el habla coloquial que se produce entre adultos o con niños
mayores:
• Es sintácticamente más simple (frases cortas, simples,
activas, positivas).
• Su entonación es diferente: la voz es más suave, más
aguda, cadenciosa, musical.
• Se acompaña de expresiones faciales exageradas,
movimientos lúdicos de la cabeza, cejas, ojos, intercalando
emisión de sonidos y sílabas o palabras sin sentido (ta-taba-ba...), juegos sonoros, etc.
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• Se ha observado que este tipo de habla produce un
aumento significativo de la atención del bebé y respuestas
motoras, sociales (sonrisa) y verbales (vocaliza, gorjea,
etc.).
• Sincronización entre la conducta verbal y no verbal del adulto y
los movimientos, gestos, vocalizaciones del bebé.
• Bateson habla de verdaderas "protoconversaciones" con
sus propios ritmos, turnos.
• La madre procura que el bebé se encuentre en un
determinado nivel de atención (excitación moderada) para
iniciar la interacción.
• La madre busca “espacios en blanco” en la actividad del
bebé: cuando éste detiene su actividad la madre introduce
una acción (por ej. hablarle) y el bebé responde con
balbuceos, movimientos corporales.
• Según Trevarthen, el ritmo y los contenidos de estos
intercambios son específicos a cada pareja niño-madre.
Ej. Wahler encuentra que a los tres meses ya hay extrañeza (falta
de sonrisa, evitación de la mirada) cuando un extraño intenta
interactuar con el bebé.
Parece que el bebé experimenta desasosiego ante la
"incomunicación" con el extraño, puesto que éste no comparte las
rutinas que el bebé comparte con la madre.
• Formatos. El adulto proporciona un código de comunicación
basado en secuencias sencillas y predecible para el bebé, que se
caracteriza por:
• Tiene un carácter lúdico, es repetitivo, es compartido,
asimétrico en cuanto al nivel de los participantes y es
convencional.
• Permite a los bebés aprender a anticipar la conducta del
adulto.
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(Ej. El juego del "toma-daca" o "cucú-tras", en estas situaciones las
expectativas no cumplidas no conllevan un sentimiento de
frustración, sino que son vividas lúdicamente (por ej., si el adulto
cambia inesperadamente la secuencia, el bebé responde con risas).
• El adulto atribuye al bebé intenciones, motivos, sentimientos y
deseos, que no siempre tiene, pero que sirve de andamiaje
(Bruner) de sus capacidades.
• Bruner señala que el adulto "presta" al niño una conciencia
que aún no tiene pero que gracias a ello va a poder
construirla.
(Ej. En interacciones con bebés que todavía no hablan es usual que
los padres interpreten sus gestos, miradas o vocalizaciones como
conductas intencionales muy definidas:
• "¡Ah!, quieres que te dé esto, sí, ya sé que lo quieres",
"¿Estás enfadado?, sí, sí que lo estás, estás enfadado
porque mamá no te ha dicho nada, claro...".)
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Evolución del apego (Bowlby, 1969).
• El/los adultos que muestran hacia el niño las conductas
maternales, serán elegidos por el niño como figuras de apego.
• Las primeras fases son instintivas y reflejas por lo que solamente
podrá hablarse de apego en la tercera de las etapas que se
describen.
1.
(0 - 2 o 3 meses) Orientación y señales sin discriminación
de la figura
• Utiliza sistemas de orientación y señales (coger, sonreír,
balbucear y mirar hacia las personas) sin que pueda hablarse de
señales intencionalmente sociales. Prefiere también ciertas
señales sociales a las no sociales (caras, voces, etc.).
• Esta etapa dura hasta los 2 o 3 meses. momento en el que
respuestas tales como la sonrisa pueden ya considerarse
sociales
2.
(2 - 6/7 meses) Interacción privilegiada con las figuras de
apego sin rechazar a los desconocidos (sociabilidad
discriminante)
• A partir de los 3 meses puede decirse que el niño discrimina
cada vez más a su figura de apego y, en consecuencia, va
orientando cada vez más hacia ésta sus sistemas de conducta
de apego: sonrisa, llanto o cese del mismo, etc.
• Por tanto, entre los 3 y los 6 meses el niño va discriminando
cada vez más a sus figuras de apego diferenciándolas de las
desconocidas, aunque todavía no tenga miedo o rechazo a
éstos.
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3.
(6/7 meses a 3 años) Interactúa de forma privilegiada con
la/s figura/s de apego y rechaza a los desconocidos
(Mantenimiento de la proximidad hacia la figura
determinada por medio de locomoción y señales)
• A partir de los 7 meses los bebés cada vez tienen más
preferencia por su figura de apego y rechazan a los
desconocidos con lloros, ocultamiento, etc.
• Durante esta fase, a partir de los 9 meses aprox., va a ser capaz
de organizar sus conductas en función de su objetivo y es
entonces cuando el apego se hace evidente.
4.
(A partir de los 3 años) Formación de una asociación con
adaptación al objeto.
• El apego ya ha sido construido, pero el niño todavía lo concibe
desde su propio punto de vista.
• Bowlby cree que en esta etapa el niño ya es capaz de
considerar a la madre como un objeto permanente en el tiempo
y el espacio. El niño empieza a entender los sentimientos y
motivaciones de su madre.
• Durante esta etapa pueden aparecer conflictos y problemas
derivados de, por ejemplo, la aparición de un nuevo hermano y
de las mayores exigencias que se tienen para con él.
•
Una vez resueltos estos conflictos y con una mayor comprensión
de los sentimientos de la madre, el niño, durante la edad escolar
se irá haciendo cada vez más independiente de su madre sin
que esto suponga la desaparición del apego.
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Valoración experimental del apego “Situación extraña”
• La llamada "Situación Extraña" (Ainsworth y Witting, 1969) ha
sido el sistema habitual para la valoración del tipo de apego
durante los dos primeros años de vida.
• El objeto del experimento es ver como las reacciones del niño
reflejan el grado en el que el modelo interno de trabajo del
cuidador le proporciona unos sentimientos de seguridad o
confianza.
• Basándose en las conductas de niño ante la partida de la madre
(episodios 4 y 6, de la situación extraña) y durante su
reencuentro con ella (episodios 5 y 8) se establecieron tres
categorías de apego:
• Apego seguro. En esta categoría se incluye a los niños
que protestaban más o menos enérgicamente cuando la
madre salía de la habitación y que, al regresar ésta,
buscaban su proximidad (se acercaban o abrazaban a
ella). Además, estos niños eran consolados fácilmente por
la madre, es decir, aunque lloraran por su partida la madre
conseguía calmarlos rápidamente al volver.
• Apego inseguro ansioso. En este caso, los niños
protestaban muy intensamente al partir la madre y, cuando
ésta volvía, se aferraban a ella. Además, la madre no
conseguía consolarlos fácilmente porque los niños se
resistían a ser calmados.
• Apego inseguro evitativo. Se trata de niños que no
muestran ninguna protesta ni, aparentemente, malestar
cuando la madre desaparece de la habitación. Al volver la
madre no buscan su proximidad ni ningún contacto con
ella.
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Por último tenemos un tipo de apego que no responde a las
características de ninguno de los anteriores:
• Apego desorganizado. Estos niños/as combinan
características contradictorias de distintas estrategias (p. ej.
búsqueda intensa de la proximidad seguida de fuerte
evitación). Su conducta parece reflejar la vivencia de
conflictos, miedo y confusión con respecto a su figura de
apego.
Reflexiones sobre los tipos de apego
• La calidad del apego se puede explicar por el tipo de interacción
que establece la madre con el bebé, interacción que puede estar
condicionada por:
• Las características temperamentales del
(irritabilidad, grado de responsividad, etc.).
propio
bebé
• Las características de personalidad y conducta de la madre
(inconsistencias en su conducta, impaciencia, irritabilidad, poco
contacto físico con el bebé, etc.).
• Una combinación de ambas.
• Así el Apego ansioso se supone que es un resultado de la
combinación de ciertas características temperamentales negativas
del bebé como las mencionadas y de una conducta inconsistente
de la madre
(p. ej. La conducta de la madre podría implicar que ésta respondería
al bebé dejándose llevar más por su estado de ánimo que por la
conducta del propio niño (Belsky, Rovine y Taylor, 1984).
31
• Por otro lado, el Apego evitativo se explica sobre todo por los
rasgos de personalidad de la madre:
• Se trata de madres impacientes, irritables cuando el bebé
interfiere en sus propios planes y actividades, e irresponsivas
ante las señales del niño.
• Además, suelen expresar sentimientos negativos al bebé y
muestran más rigidez y menos contacto físico estrecho con él.
• Belsky et al. (1984) encuentran, también, que el Apego
evitativo se da en niños cuyas madres son excesivamente
"intrusivas" en la actividad del bebé. En estos casos, la
hipótesis que sostienen es que los bebés "aprenden a evitarlas"
para no ser sobre estimulados.
• Algunos estudios longitudinales durante el primer año de vida (con
medidas cada tres meses) arrojan resultados interesantes sobre
las variables que afectan en el tipo de apego que construyen los
niños.
• En ellos (Belsky et al., 1984; Crittenden, 1985; Goldberg et al.,
1986) se controlaron tres grupos de variables:
• Temperamento del bebé
• Estilos interactivos de la madre como cuidadora (sensibilidad a
señales; responsividad; grado de accesibilidad y aceptación del
bebé, etc.)
• Conductas sociales del bebé (mirada, sonrisa, responsividad,
etc.).
• Se encontró que el mejor predictor de la conducta del bebé de 12
meses en la situación extraña y, por tanto, su clasificación en un
tipo de apego, fue la conducta y el estilo interactivo de la madre.
• Incluso en niños que mostraban desde el principio rasgos de
temperamento "difícil" se observó que el establecimiento de un
apego seguro dependía sustancialmente de la conducta de la
madre.
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• ¿El tipo de apego que establece el niño con la madre, va a influir
en el que establezca con el padre u otras figuras?
• Según Main y Weston (1981), el tipo de apego que establece el
niño con uno de los progenitores no predice la calidad del apego
con el otro.
• De 44 niños estudiados por estos autores, 12 tenían un apego
seguro con ambos padres; 11 con la madre pero no con el padre,
10 con el padre y 11 mostraban apego inseguro con ambos.
• Los resultados mostraban que los niños que tenían apego seguro
con ambos fueron los que respondieron con mayor seguridad y
sociabilidad a otras situaciones extrañas.
Los efectos del apego en otras conductas
• Algunos estudios muestran que existe cierta relación entre el tipo
de apego (medido al año o a los 15 meses) y el funcionamiento del
bebé en otros aspectos.
Influencia del Apego seguro en la:
• Competencia cognoscitiva:
• Mayor capacidad para solucionar problemas. (Frankel y Bates,
1990, Jacobsen, Edelstein Y Hofmann, 1994, Matas, Arend y
Sroufe, 1978).
• Son más curiosos y realizan más exploraciones (Hazen y
Durret, 1982, Slade, 1987).
33
• Competencia social:
• Se muestran (a los 2 y 3 años) más cooperadores y obedientes
• Más curiosos e interesados por aprender
• Más sociables y empáticos con otros niños a la vez que son
más buscados como compañeros de juegos; además, se
sienten más cómodos cuando tienen que jugar con otras
personas (adultos extraños) que los niños con apegos
inseguros.
• A los 4 o 5 años estas tendencias se mantienen y se observa
que los niños que establecieron un apego seguro en la primera
infancia son además menos dependientes de los adultos
(Londerville y Main, 1981; Lutkenhaus et al., 1985; Sroufe et al,
1983).
• Que un niño tenga apego inseguro no significa que no pueda
compensar sus carencias desarrollando en el futuro relaciones
emocionales positivas con otras personas (abuelos, amigos,
etc.), como muestran algunos estudios.
• De la misma forma que las relaciones afectivas seguras pueden
también, debido a circunstancias adversas, empeorar y cambiar su
signo (por ej., incorporación de la madre al trabajo, etc.).
Bebés sin apego: sus efectos durante la infancia
• Algunos autores, como Bowlby, piensan que los primeros tres
años de vida constituyen un periodo crítico pasado el cual, si no ha
habido oportunidad de establecer un vínculo con alguien, los
efectos serán irreversibles.
• Otros son menos pesimistas y basándose en los resultados
obtenidos con monos aislados y luego tratados (Harlow y Suomi) o
con niños adoptados o socialmente difíciles a los que también se
trató psicológicamente (Shaffer, 1988, p. 158) muestran que no es
tan radical ese periodo crítico.
34
La privación del apego
¿Qué sucede cuando las circunstancias impiden que los niños
desarrollen apegos?
• Los bebés criados en centros sin atención o encerrados en casa
en condiciones de negligencia extrema son a menudo niños
miedosos, introvertidos e incluso mudos
• Si en la infancia o en la niñez estos bebés son adoptados por
unos padres cariñosos, suelen progresar rápidamente, en
especial en el aspecto cognitivo
• Sin embargo, difícilmente desaparecerán todas las huellas del
maltrato recibido al principio de sus vidas (Malinosky-Rummell y
Hansen, 1993; Rutter, 1979)
¿Esto significa que todas las víctimas de abusos infantiles se
convierten en personas violentas?
• No. Sin embargo, el 30% de los que han sufrido abusos
maltratan a sus hijos, una proporción cuatro veces mayor al
porcentaje nacional (en EEUU) de abuso infantil (Kaufman y
Zigler, 1987; Widom, 1989).
• Además, los niños que han experimentado este tipo de
situaciones (malos tratos, testigos de torturas y miedo constante)
pueden padecer otros efectos secundarios como pesadillas y
depresiones, o pueden buscar refugio en las drogas, el alcohol o
la violencia en la adolescencia (Kendall-Tackett y cols., 1993;
Polusny y Follette, 1995; Trickett y McBride-Chang, 1995)
35
La interrupción del apego
¿Qué le sucede a un niño cuando se interrumpe el apego?
• Al separarlos de sus familias, los monos y los humanos se
vuelven malhumorados, introvertidos e, incluso, desesperados
(Bowlby, 1973; Mineka y Suomi, 1978)
(Por eso y, ante la duda, actuando en protección de los derechos de
los padres, los tribunales se muestran a menudo reticentes a retirar
los niños de sus hogares)
• Situados en un medio más positivo y estable la mayoría de los
niños se recuperan del sufrimiento que provoca la separación
• La mayoría de los niños de un año de edad desarrollan nuevos
apegos sin sufrir daños emocionales permanentes
• Sin embargo, para los niños que son acogidos varias veces por
diferentes familias, las separaciones pueden ser tan perjudiciales
como en el caso de niños que viven largos periodos separados
de sus madres de forma repetitiva
• Asimismo, la ruptura de los lazos de apego, ya sea por muerte o
por separación, produce en los adultos una secuencia previsible
de agitada preocupación por la persona perdida, profunda
tristeza y, finalmente, el principio del desapego emocional y la
vuelta a la vida normal (Hazan y Shaver, 1994)
36
¿La asistencia a las Escuelas Infantiles afecta al apego?
• Esta pregunta se hacía en los años cincuenta y sesenta cuando
generalmente las madres se quedaban en casa cuidando a los
hijos. El estudio de Belsky (1990) mostró que esto no es cierto en
las escuelas de alta calidad.
• Sandra Scarr (1986) explica que “los niños son individuos
biológicamente robustos... que pueden desarrollarse en una gran
variedad de situaciones de la vida”
• No se ha podido descubrir que el hecho de que las madres
trabajen conlleve graves consecuencias para el desarrollo de sus
hijos (Hoffman, 1989; Mott, 1991)
¿Qué efectos pueden tener distintas modalidades de Escuela
Infantil?
• Algunos investigadores sostienen que depende de que el centro
sea de buena calidad o de mala calidad:
• Scarr y Weinberg (1986) explican que “para prestar un
cuidado de calidad, cada empleado de la escuela no puede
tener a su cargo a más de 3 o 4 bebés ni a más de 6 u 8
niños. La buena atención también requiere un entorno
alegre, estimulante y físicamente seguro”.
• El ideal es un entorno con estímulos verbales en el que
todos los niños hablen con un adulto responsable
conocido.
• Las Escuelas Infantiles de buena calidad ofrecen
generalmente más estímulos intelectuales y oportunidades
de desarrollo social que los que puede ofrecer una niñera
en casa (Clarke-Stewart y cols., 1994; Zaslow, 1991)
37
• Para Belsky (1988, 1994 y 1995) y Zigler (1986)
“los niños que crecen en familias que utilizan más de veinte
horas de servicios de cuidado infantil por semana durante el
primera año de vida, corren un mayor riesgo de ser más
inseguros que otros niños de su edad y crecer siendo
desobedientes y agresivos”.
• Esto puede ser cierto si se atiende a centros en donde el
personal está poco formado y motivado y cambia con frecuencia
• Otros psicólogos evolutivos opinan que la calidad de las
guarderías no entorpece el desarrollo de apegos seguros si los
padres son sensibles y atentos
• Una importante conclusión de la investigación sobre el cuidado
de padres y escuelas infantiles es el reducido tiempo cualitativo
que los padres dedican a los hijos
(Una encuesta EEUU, 1986 mostró que madres que trabajan
dedican 11 minutos al día y los padres 8 minutos, a actividades
centradas en el niño como juegos y lectura. Además, las que están
en casa no dedican mucho más tiempo, 30 minutos.)
La cantidad de niños que pasan horas solos en casa merecen algo
mejor. Lo mismo de niños que pasan en Escuelas infantiles
deficientes muchas horas.
LO QUE TODOS LOS NIÑOS NECESITAN ES UNA RELACION
COMPLETA Y CARIÑOSA CON PERSONAS CON LAS QUE
PUEDAN APRENDER A CONFIAR
38
Problemas en el establecimiento del apego
• No siempre el apego entre el cuidador/a y el bebé se establece
sin problemas. Puede haber problemas debidos bien al tipo de
bebé, bien al tipo de adulto.
Estudios sobre tipos de bebés
Estabilidad del temperamento
• Estudios longitudinales con bebés a lo largo de los primeros
meses de vida muestran que existen ciertos aspectos
temperamentales que permanecen relativamente estables.
Conductas/aspectos estudiados:
•
•
•
•
•
•
Estado de alerta – Atención.
Responsividad.
Irritabilidad – Umbrales.
Orientación sensorial (visual, auditiva).
Actividad motora.
Regulación del propio estado (auto-apaciguamiento, consuelo, etc.).
• Se observan cambios significativos entre el primer y tercer día de
vida. A partir del tercer día se estabilizarían las variables
temperamentales y mostrarían constancia a lo largo del primer
mes.
(El tercer día también coincide con el regreso a casa).
39
Algunos bebés son más difíciles de amar
• El temperamento del bebé parece ser una variable importante
en la conducta y sensibilidad del adulto.
• Hay bebés que tienen temperamentos muy difíciles:
• Extremadamente activos e irritables.
• Irregulares en sus hábitos.
• Con dificultad para responder a la interacción con el adulto,
etc.
• Los padres de este tipo de niños suelen tener más dificultades
para establecer rutinas de interacción estables y "sincronizadas"
pues hagan lo que hagan no consiguen calmar al bebé.
• En estos casos se ha observado que algunos cuidadores
terminan por pasar menos tiempo con sus bebés y juegan menos
con ellos que las madres de bebés más "fáciles". (Greene, Fox y
Lewis, 1983; Crockenberg, 1981; Thoman et al., 1983).
Bebés “difíciles”
•
•
•
•
Irritables.
Difíciles de apaciguar.
Con pocos estados de alerta tranquila.
Escasa orientación sensorial.
provocan
Respuestas negativas en su
entorno
(probablemente por elevar el nivel
de ansiedad de la madre)
Que los adultos interpreten el
estado del bebé como
resultado
de
una
incompetencia personal más
que como una característica
del niño.
40
• La teoría de la indefensión aprendida se ha utilizado para
explicar la conducta de esos padres:
• Se experimenta repetidamente el fracaso con el bebé,
puesto que no se consigue una interacción social positiva,
se termina por abandonar los objetivos de esta interacción
y se atiende al bebé sólo en sus necesidades más básicas.
• Diversos autores insisten en la necesidad de proporcionar
información a las madres sobre las diferencias individuales entre
bebés en estas conductas y rasgos, diferencias que se pueden
detectar en los primeros días de vida.
• Los bebés prematuros, también, suelen presentar algunos
rasgos que pueden dificultar una interacción social positiva en los
primeros tiempos:
• Están menos alertas y son menos responsivos que los
nacidos a término y, por tanto, se involucran menos en la
interacción con la madre.
• Además, suelen ser menos atractivos físicamente, tienden
a sonreír menos o más tarde y, con frecuencia, emiten
sonidos y chillidos que los padres y adultos suelen
experimentar como muy desagradables.
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Estudios sobre tipos de adultos
Factores que pueden influir en la sensibilidad y conducta parental
•
•
•
•
Historia personal de la madre
Relación de pareja
Personalidad de la madre
Condiciones materiales
• En casos en que los padres han sido maltratados en su infancia
la probabilidad de que éstos terminen maltratando a sus hijos es
significativamente superior que entre padres que no han recibido
malos tratos.
• En el caso de las madres que maltratan a sus hijos, se ha
observado que cuando presencian videos de bebés llorando las
madres maltratadoras muestran un rápido restablecimiento del
nivel de excitación (arousal) por comparación con madres
normales que tardan más en recuperarlo.
• Algunos trastornos graves de personalidad de la madre, como la
depresión, pueden afectar profundamente la relación con el
bebé.
• Hay datos significativos de que las madres que sufren depresión,
estados de ansiedad, desconfianza hostil, muestran:
•
•
•
•
•
Menos atención al bebé
Menos interacciones con él
Menor responsividad
Mayor hostilidad
Mayor indiferencia
• Se trata, en definitiva, de madres que no son suficientemente
"responsivas" ante las demandas del bebé y que prácticamente
no interactúan con ellos.
• Radke-Yarrow et al. (1985) señalan que los apegos inseguros
son la regla y no la excepción cuando el cuidador del niño es un
depresivo crónico.
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