Discurso de la Abanderada Pabellón Nacional Por: Doménica Patiño Vega Buenos días estimados miembros del directorio, consejo directivo, padres de familia, profesores, compañeros. Es un gran honor estar ante ustedes para contarles lo que siento en este día tan importante en mi vida. Mi felicidad en este momento es inexplicable. Llegué a este colegio llena de metas e ilusiones que no pensaba dejar atrás. Buscaba un lugar donde fuera yo misma. Mis padres hablaron conmigo y me hicieron comprender que el único lugar así, sería aquel en donde las personas sean amantes de Dios y la Virgen y que profesaran su fe de todo corazón. Pues hoy les puedo asegurar que lo encontré. La búsqueda fue ardua y estaba segura de que la parte más difícil vendría después, que el colegio me escogiera a mí. Felizmente fue así, y por eso estoy aquí, dando testimonio ante ustedes de los siete años más hermosos de mi vida. Años en los que he vivido alegrías y tristezas, recorriendo un camino lleno de obstáculos. Muchos se fueron, muchos llegaron. Han sido siete años de aventuras que sé que se las contaré a mis hijos en el futuro. Primero que nada, quisiera darle gracias Dios y a la Mater. Sin ellos, estoy segura de que no estaría aquí. Y como respuesta a esas bendiciones, los serviré por el resto de mis días. A mis padres, que han sido los pilares más importantes en mi vida. Papi, mami, gracias por siempre apoyarme y por no dejarme vencer por las adversidades. Me dieron las alas y es gracias a ustedes que no tengo miedo de volar alto. Han sido mi motor para poder lograr llegar a donde estoy. Me han enseñado que el cielo no es el límite y que si me caigo, debo levantarme porque la vida sigue. Gracias por ser mis ejemplos a seguir. Espero, algún día, llegar a ser como ustedes. A mis hermanos, que aunque no estén aquí hoy, debo agradecerles la fuerza que me han dado para continuar. Gracias por no dejarme caer. Los amo. A toda mi familia, han sido un apoyo fundamental para mí, muchas gracias. A mis maestros, educadores y formadores, verdaderos complementos de mi formación. A mis amigos y compañeros, gracias por todos los momentos extraordinarios vividos. Y finalmente, pero no menos importante, a este colegio. Por haberme acogido y haberme dado la oportunidad de superarme cada día. Después de lo dicho, comprenderán la felicidad que embriaga mi corazón por haber alcanzado el pabellón nacional en esta institución. No fue una tarea fácil debido al nivel académico del colegio y el de mis compañeros, movidos por la sana competencia de ser mejores cada día. Sí, mi felicidad no tiene límites, pero este acontecimiento viene con un gran compromiso. Esto no es más que el primer paso del resto de mi vida. Paso que fue de gran trabajo, pero más difícil será superarme y vencerme a mí misma y hacer de mi vida lo que Dios tiene para mí en su plan. El conocido físico Albert Einstein dijo: “Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr.” Esto nos dice que podemos ir tan lejos como queramos, nuestro único límite es nuestra propia imaginación. Luchen por sus sueños. Estoy convencida de que podemos lograr todo lo que nos propongamos. Nos costará bastante trabajo llegar, pero los frutos que se obtienen son incomparables. Al concluir este discurso y con el ánimo de inspirarlos, quiero dejarlos con la siguiente inquietud. El magnate Henry Ford dijo: “El hombre que dice que puede y el hombre que dice que no puede, están en lo correcto.” La pregunta que nos debemos hacer todos los días es ¿Cuál de los dos somos cada uno de nosotros? Muchas gracias.