Mercedes, 25 de Julio de 2005.- AUTOS Y VISTOS: Estos autos caratulados “G., A. M. C/ INSTITUTO DE OBRA MEDICO ASISTENCIAL DE LA PCIA. DE BUENOS AIRES (IOMA) S/ ACCION DE AMPARO”, expediente Nº 1793, que tramitan por ante este Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo Nº 1 del Departamento Judicial de Mercedes, a mi cargo, y de los que RESULTA: I.1) Que a fs. 16/20 se presenta A. M. G., por su propio derecho, con el patrocinio letrado del Defensor Oficial en lo Civil a cargo de la Defensoría Nº 1 Departamental, Dr. Sixto Miguel Piccolomini, promoviendo acción de amparo contra el Instituto de Obra Médico Asistencial de la Pcia. de Buenos Aires ( I.O.M.A.) a los efectos de que se obligue a la citada Institución a admitir como afiliados indirectos sin cuota de pago adicional a los menores J. C. P. y E. P. P..2) Cita el derecho sustento de su pretensión y ofrece prueba documental, Instrumental e Informativa.3) Relata los antecedentes fácticos y jurídicos que dan sustento, según su parecer, al planteo que efectúa.Cuenta que, a principios del año 1994, se unió en concubinato con la Sra. V. V. C., madre de los menores J. C. P. y E. P. P., ambos hijos extramatrimoniales de la nombrada y de R. P..De la unión mencionada en el párrafo anterior (entre el actor y la Sra. V. V. C.) nació B. M. G..Narra que, con fecha 5 de Febrero de 1999, contrajo matrimonio con la madre de su hijo, naciendo con fecha 24 de octubre de 2002 K. E. G..Explica que, desde que formó la pareja en el año 1994 con su actual esposa, los menores J. C. P. y E. P. P. de 15 y 14 años de edad, se encuentran a cargo del actor, debiendo velar por su salud, alimentación, vestimenta, educación, integridad y bienestar físico y moral.En su condición de empleado de la Municipalidad de Bragado se encuentra afiliado a IOMA bajo el Nº 1214898403/00 y tiene a su cargo a su esposa y a sus hijos B. M. y K. E. G..Menciona que intentó la afiliación indirecta de J. C. P. y E. P. P. ante la Delegación Bragado pero que fracasó en sus gestiones por lo que decidió iniciar la guarda de los niños quedando el expediente judicial radicado ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Nº 2 Departamental, bajo el Nº 98.403, caratulado “G., A. M. S/ GUARDA”.Una vez obtenida la sentencia de guarda a su favor reinició la tramitación de afiliación indirecta de los menores, siendo su petición rechazada por el Departamento de Afiliados Voluntarios y Convenios Especiales.Ante la desestimación presentó pedido de reconsideración el que también fue rechazado por el Directorio del IOMA, por resolución Nº 0313/05, de fecha 11 de marzo de 2005.4) Que a fs. 21 se presenta la Sra. V. V. C., por su propio derecho y en representación de sus hijos menores de edad J. C. P. y E. P. P., con el patrocinio letrado del Defensor Oficial en lo civil a cargo de la Defensoría Nº 1 Departamental, Dr. Sixto Miguel Piccolomini, ratificando lo actuado por su esposo A. M. G. y adhiriendo en todos sus términos a la acción de amparo promovida.II.- Que a fs. 22 se cita al Instituto de Obra Médico Asistencial de la Pcia. de Buenos Aires (I.O.M.A.) para que en el plazo de 10 días, acompañe informe circunstanciado acerca de la medida impugnada.III.Que a fs. 28/31 obra informe circunstanciado por la demandada, acompañado por el Delegado Fiscal de Fiscalía de Estado de la Pcia. de Buenos Aires (fs. 36).En dicho informe explica que el amparista solicitó a IOMA la afiliación indirecta de los menores E. P. y J. C. P., de conformidad a lo normado en el art. 19 inc. g del Decreto Nº 7881/84, reglamentario de la Ley Orgánica del IOMA Nº 6982 (TO 1987). Dicho precepto contempla la afiliación indirecta de “los menores de 18 años de edad, solteros, bajo guarda, tutela o tenencia”.Que ante la solicitud de la actora, se resolvió la petición mediante la Resolución Nº 313 del 11 de marzo de 2005, rechazando la solicitud por entender que la guarda conforma un supuesto de “guarda limitada o desmembrada y delegada” que no se conforma al concepto definido por la norma reglamentaria, y que los fundamentos vertidos en la instancia judicial no importan la inclusión obligatoria del menor a la obra social, en la medida que no reúna las condiciones y requisitos que establece la normativa específica (guarda integral).Establece que lo que se pretende es burlar la normativa del IOMA a través del artilugio de delegar la guarda en un afiliado directo de la Obra Social, para obtener la afiliación indirecta de los menores cuya madre no ha conseguido por sus propios medios al no revistar la condición de afiliada directa requerida por la norma reglamentaria.Explica que por el conducto amparista no se persigue la protección de derechos propios del actor, sino de terceros (los menores) cuya representación legal no ejerce, con lo que también se diluye la protección intentada por ausencia de legitimación “ad causam” o sustantiva.El actor no puede demandar la protección jurídica de intereses que no sean propios, o bien, que siendo ajenos no los detenta en virtud de una representación legal.Solicita el rechazo de la acción con costas.IV.- Que a fs. 37 se abre la causa a prueba, fijando para su producción el plazo de diez días.V.- Que a fs. 49/50 toma intervención de Ley y ratifica la demanda la Asesora de Incapaces Nº 1, Dra. Nelba Susana Martinelli.VI.- Que a fs. 51, pasan los autos a despacho para resolver y, CONSIDERANDO: 1º ) Por como ha quedado planteada la litis y por la naturaleza de la vía procesal elegida debo como primera medida entrar a considerar si la acción de amparo resulta en el presente caso el remedio ordinario para la dilucidación de la pretensión actora teniendo en cuenta las diferencias entre el régimen del amparo a nivel nacional y el propio provincial, y sobre todo la existencia en nuestro Estado provincial del régimen procesal contencioso administrativo – de rango constitucional al igual que el proceso de amparo– que constituye en la cuestión objeto de litis la vía o remedio procesal ordinaria. 2º ) La propia constitución nacional reconoce a las Provincias la facultad de dictar para si su propia constitución con la sola condición de que se respete el sistema representativo republicano, los principios declaraciones y garantías que recepta la Constitución Nacional y en la medida que se asegure la administración de justicia, el régimen municipal y la educación primaria. – Art- 5 C.N. Pero la constitución nacional imbuida de un sentido acentuadamente federalista reconoce a las provincias sus propias identidades políticas y sociológicas lo que ha llevado al constituyente federal originario a reconocer la facultad de diseñar su propio esquema institucional como consecuencia necesaria de aquel acervo político sociológico – Art. 122 C. N. – y con la sola limitación impuesta por el mentado Art. 5to. ya mencionado. Esto ha redundado no solo en la preservación de los Estados Provinciales como entes institucionales preexistentes al Estado Federal y con poderes originarios no delegados – Art. 121 C. N. – sino en una riqueza del acervo constitucional de dichos Estados que se encuentran vertebrados con modulaciones institucionales propias que receptan y respetan aquellas identidades forjadas en el devenir histórico de cada una de ellas. 3º ) Sentado entonces la posibilidad y constitucionalidad de regulación con diferente modulación de las instituciones locales – entre las que se encuentra la acción de amparo – corresponde entrar a tratar ahora las diferencias entre la normativa nacional y su par provincial, circunscribiéndonos a la cuestión de su procedencia ante la existencia de vías alternativas. 4º ) Con referencia al punto que nos ocupa creo encontrar dos diferencias que resultan de gran importancia para la evaluación hermenéutica entre la norma nacional y su similar provincial. En primer lugar la norma constitucional federal resulta ser más amplia que la provincial en cuanto a los supuestos tutelados por la misma ya que esta procede cuando el agravio se manifiesta sobre “ derechos y garantías reconocidos por esta constitución, un tratado o una ley”. Nuestra norma constitucional provincial en cambio solo tutela – en principio – “derechos constitucionales individuales o colectivos”. Un segundo aspecto diferencial más importante al momento de evaluar la procedencia de la presente acción se relaciona con el principio de subsidiariedad del amparo frente a la posibilidad de vías alternativas. En este aspecto la norma constitucional federal solo se refiere a la existencia de otro medio judicial más idóneo – Art. 43 C. N. – mientras que la norma Bonaerense nos habla de imposibilidad de utilización de los remedios ordinarios – Art. 20 C.P.B.A. La diferencias no resultan cuestiones menores sobre todo si tenemos en cuenta que nuestra constitución regula tal lo adelantado, obviamente con rango constitucional, el sistema Contencioso Administrativo - como vía ordinaria donde canalizar los casos originados en el marco de la función administrativa (Cfr. Art. 166 y conc ). 5º ) Un punto importante en relación con lo recién expuesto es la cuestión sobre si los remedios ordinarios sobre los que habla la norma son solamente aquellos de orden judicial o si en cambio también cabe colegir que el articulo incluye – entre dichos remedios – los procedimientos administrativos. Creemos que esta segunda opción hermenéutica es la apropiada y ello en razón de dos argumentos. En principio debe remarcarse que la tutela de los derechos reconocidos en la constitución de la provincia se manifiesta no solo a través de la esfera judicial sino también en la esfera administrativa tal cual lo reconoce expresamente nuestra constitución – Art. 15. Por otro lado la regulación constitucional del sistema Contencioso Administrativo a tenido en cuenta aquel tránsito administrativo al no haber eliminado totalmente la obligatoriedad del agotamiento de la vía administrativa, si bien cabe señalar que la misma ha quedado acotada por el Constituyente por una doble vía: por un lado por la establecida en el propio articulo 166 último párrafo que la circunscribe a aquellos supuestos expresamente identificados por el legislador; por otro lado por la consagración del principio de tutela judicial continua y efectiva del ya mentado Art. 15. ( Cfr. Milanta, Claudia, Proyección de la tutela judicial en materia administrativa, en Temas de Derecho Administrativo en Honor al Prof. Dr. Agustín A. Gordillo, Librería Ed. Platense). En relación a este último punto debemos señalar que el actor busco en la instancia ejecutiva el reconocimiento a sus derechos pero la tutela administrativa le fue negativa – ver Res. Nº 0313/05, fs. 14. – razón por la cual el transito administrativo se encuentra cumplido y en este sentido no encuentro óbice normativo alguno a la procedencia de la vía elegida. 6º ) Sentado que el amparo en el marco constitucional provincial presenta una configuración institucional propia que lo convierte – en principio – en una vía subsidiaria ( Cfr. Arts. 43 C. N. ; Art. 20 inciso 2º) de la C. P .B. A. ; y art. 2 Ley 7.166; Cfr. Sagüez, Néstor P., Derecho Procesal Constitucional. Acción de amparo, 3ra. Ed.,1991, Astrea, pag. 177, 199; Gozaini, Osvaldo Alfredo, “El derecho de amparo.Los nuevos derechos y garantias del art. 43 de la Constitución Nacional”, Ed. Depalma, 1995; Bianchi, Alberto, “La ley de amparo”, La Nación, 26/6/96; C.S.J.N.,”Ramos, Marta c/ Pcia. de Bs. As.; 12/03/02; L. L., t 2003-B, p. 292) resta por comprobar si se encuentran cumplidos los demás requisitos que impone el art. 20 inciso 2º - y si se encuentra configurada la imposibilidad de utilización de los remedios ordinarios sin daño grave o irreparable ( Cfr. SCBA, B 64649; “Colegio de Abogados del Departamento Judicial de Morón c/ Provincia de Buenos Aires s/ Acción de amparo”) para que la presente acción resulte procedente. En principio no resulta redundante señalar que la garantía de amparo también resulta una vía excepcional o subsidiaria a nivel federal conforme la regulación efectuada por el Constituyente del año 1994 – Art. 43 C. N. – y ratificada por doctrina legal de nuestra Corte Suprema – C.S., Ramos, Marta c/ Pcia. de Bs. As., 12/03/02, L.L., t.2003-B, p. 292. 7º ) Sentado el carácter de vía residual y excepcional que la acción de amparo tiene en nuestro ordenamiento jurídico debe analizarse entonces si el acto administrativo impugnado – Resolución Nº 0313/05 del Directorio del IOMA que rechazo la solicitud de afiliación indirecta peticionada por el accionante – se enmarca en los requisitos que la propia normativa constitucional, arts. 20º C.P.C.A., y legal, Art. 1º Ley 7.166, dispone; y si – como adelantáramos – se encuentra configurado en el caso la imposibilidad de utilización de las vías ordinarias. Me referiré en primer término a este último supuesto. 8º ) La constitución en su Art. 20 inc. 2º determina la procedencia del amparo ante cualquier juez siempre que “ ......por la naturaleza del caso.....”, los remedios ordinarios pudieren producir “...un daño grave o irreparable...”. De esta construcción normativa puede inferirse que el constituyente tuvo muy en claro que en esta parcela jurídica estamos ante una verdadera materia del caso, es decir un microcosmos de hechos y circunstancias en el cual el juez debe valorar – con un elástico criterio discrecional que le viene impuesto por la constitución – si el conjunto de elementos que configuran fundamentalmente el plano fáctico y axiológico de la controversia justifica la procedencia del amparo como vía procesal más apta – entre otras razones por su mayor celeridad - que las vías ordinarias. Y sujeta esa procedencia a una condición: que los remedios ordinarios pudieren causar un daño grave o irreparable al derecho tutelado por la Constitución. En este marco encuentro que la vía resulta procedente en el presente caso dado que, por los derechos constitucionales que se encuentran en juego, como por las personas que resultan titulares de los mismos así lo ameritan. Por otra parte – como veremos infra – la condición fundamental para habilitar la vía procesal del amparo como garantía de los derechos constitucionales lo constituye la condición de arbitrariedad o ilegitimidad manifiesta de la acción u omisión estatal. ( Cfr. SCJBA. Causa B.64.021; Cfr. CACA, La Plata, causa “Mangano”, S Nº 10, 23/11/04), condición que por su notoria evidencia no requiere de un gran acervo probatorio. 9º ). Resta por analizar entonces si, en el presente caso, el acto administrativo impugnado puede ser encuadrado en la tipología que como requisito constitucional y legal habilita la procedencia de este remedio procesal constitucional. Es decir si la mentada resolución del IOMA resulta portadora de la tacha arbitrariedad y/o ilegalidad manifiesta. Adelanto que encuentra que la mentada resolución hoy impugnada por vía del presente amparo resulta arbitraria e ilegal en forma manifiesta lesionando expresos derechos de rango constitucional. 10º ) El acto impugnado tuvo como principal motivación para proceder al rechazo de la petición de afiliación indirecta de los menores solicitada por su guardador, el Sr. A. M. G., el hecho de tratarse de una “guarda asistencial” por ende “limitada” en la inteligencia asignada por los órganos asesores jurídicos del IOMA. Este mismo argumento es el desarrollado en su defensa por la Fiscaliza de Estado en el informe circunstanciado acompañado a fs. 28/36. Coincido con el Sr. Defensor Oficial que patrocina la presentación judicial que estamos ante una interpretación normativa que carece de razonabilidad y juridicidad. No me resultan atendibles las argumentaciones de que la guarda solo pretende burlar la normativa del IOMA a través de un artilugio legal como lo sostiene el informe de la Dirección de Relaciones Jurídicas – ver fs. 32 - ni que el amparista carece de legitimación activa en tanto y en cuanto el mismo solo persigue la protección de derechos de terceros. Los dos argumentos carecen – tal lo adelantado - no solo de razonabilidad sino que se contradicen con las constancias fácticas y legales de la causa como lo exponemos a continuación. 11º ) En principio se olvida el accionado que el actor y la madre de los menores que ratifica la actuación del actor ( ver fs. 21 ), cuya afiliación es objeto de litis, se encuentran unidos en legal forma – ver acta de matrimonio de fs. 5 – y que conforman una familia con el resto de sus hijos menores matrimoniales y extramatrimoniales – ver. fs. 4 informe socio económico del Exp. 98.403 acollarado al presente. Familia que como núcleo primario y fundamental de la sociedad tiene el amparo – moral y material – que el ordenamiento constitucional le brinda – Cfr. Art. 36 inc. 1º - y que el Estado Provincial – por medio de todos sus poderes constituidos - debe hacer efectivo no solo a través de sus políticas sociales sino también de todos sus actos relacionados con tal cometido. Existiría un artilugio para burlar la normativa del IOMA, como este aduce en su defensa, si el actor no tuviera ninguna relación familiar ni con la progenitora de los menores Sra. V. V. C. – que resulta ser su esposa legal - ni con los medios hermanos de los menores P., B. M. y K. E. G. – que resultan sus hijos matrimoniales – ni al fin y al cabo con los menores J. C. y E. P. P., de quienes resulta padrastro y guardador legal de los mismos. Remarcamos – por el contrario a lo sostenido por la demandada – que todos ellos constituyen una familia digna del amparo estatal en todas sus manifestaciones por orden y voluntad de la Constitución Provincial. Por otra parte el Sr. A. M. G. no es un aventurero jurídico sino un pater familiae que recurre a los medios legales habilitados por el ordenamiento normativo para dar protección y asistencia a su prole - biológica y directa en el caso de sus propios hijos, y legal e indirecta en el caso de sus hijastros menores. En este contexto no puede argumentarse que la guarda legal otorgada por un órgano judicial provincial sea un medio utilizado para burlar la ley. Antes bien el derecho de guarda constituye una institución jurídica creada en función de asegurar el interés de los menores por lo que la misma puede ser delegada por los padres cuando aquel interés lo aconseje ( Cfr. Cafferata, José ignacio, La Guarda de Menores, Astrea, p. 27 y ss.). Tampoco luce conducente la tacha de falta de legitimación activa pues en su carácter de guardador no solo actúa en salvaguarda de derechos propios – aquel que le otorgar la posibilidad de solicitar la afiliación indirecta de los menores bajo su guarda contemplados en la norma reglamentaria vigente, Art. 19 Decreto Nº 7881/84 - sino también de aquellos en cuya representación actúa. 12º ) Para evaluar la legalidad y razonabilidad del acto emanado del IOMA debemos, aunque sea brevemente, considerar en principio las normas constitucionales, legales y reglamentarias que se encuentran en juego en el marco del objeto de litis. En materia de normativa constitucional juegan un rol decisivo en la presente cuestión los derechos reconocidos a los menores tanto por el ordenamiento federal como el provincial. En principio resulta notorio que la autoridad superior del IOMA parece haber ignorado – en la interpretación de sus propias normas – el mandato que con rango constitucional le impone el Art. 1º de la Convención de los Derechos del Niño en tanto y en cuanto la misma se encontraba obligada a atender el interese superior de los niños en el caso ventilado. Asimismo dicha convención obliga al estado a respetar y proveer de los medios necesarios para el mantenimiento del derecho a la salud de los menores a través de medios y servicios sanitarios. ( cfr. Art. 24 inc. 1º). No menor al señalado resulta el celo que el constituyente provincial a dispensado en materia de protección de la familia y el niño a través de su art. 36 incisos 1º y 2º . 13º ) En este marco no solo de supremacía normativa sino de claros mandatos axiológicos con referencia a la tutela médico –asistencial es que debemos analizar si la interpretación dada por el Directorio del IOMA a la cuestión de la afiliación indirecta de los menores bajo guarda – en el marco del Art. 19 del decreto reglamentario de la Ley 6.982 – guarda coherencia hermenéutica o si por el contrario resulta arbitraria y contraria al ordenamiento jurídico. El art. sub examine regula los distintos supuestos de afiliación indirecta. Es decir afiliación a través de un afiliado directo. El inciso g. del art. 19 dispone que se encuadran en tal supuesto los “menores de 18 años de edad, solteros, bajo guarda, tutela o tenencia”. La norma como vemos contempla el supuesto de guarda sin hacer distinción – ni aditamento - alguno con respecto a la calificación o modulación de la misma. Siendo que el actor probo en la causa administrativa que resultaba el guardador legal de los menores – por lo menos a los fines asistenciales que es en todo caso lo que debería interesar a la accionada – resulta manifiestamente ilegal e irrazonable la decisión administrativa que rechaza la afiliación indirecto de los niños. En materia de interpretación debe regir en esta parcela del derechos los principios constitucionales de justicia social – Cfr. Art. 75 inc. 19 C.N.; Preámbulo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos -Art. 75 cinc. 22; Art. 39 inc. 3. CPBA - y de Interpretación a favor de los derechos del trabajador en materia de seguridad social – Cfr. Art.39 inc. 3 CPBA. No ha sido ese el criterio tenido en cuenta por la Res. Nº 313/05 del IOMA y por ello resulta contraria a la Constitución Federal y Provincial. 14º ) La decisión administrativa luce entonces ilegitima e irrazonable. Ilegitima porque avanza y contradice una norma reglamentaria que determina que un menor bajo guarda puede ser afiliado indirecto del IOMA – Cfr. Art. 19 inc. g. Decreto 7881/84. Irrazonable porque contradice no solo el espíritu de protección familiar que emana de todo el ordenamiento jurídico federal y provincial sino que se alza contra expresas disposiciones que garantizan los derechos fundamentales de orden social regulados en nuestras Constituciones Federal y Provincial. 15º ) Si los órganos estatales – el IOMA en el caso como entidad autarquica del Estado Bonaerense creado para cumplir con los fines de este en materia medico asistencial (Cfr. Art. 1º Ley 6.982) – entienden que las garantías y derechos constitucionales inherentes a la soberanía popular no son más que un repertorio programático y retórico de constituyentes trasnochados no solo ponen en jaque la factibilidad y eficacia del Estado Constitucional Democrático sino que echan sombras sobre la credibilidad de los ciudadanos comunes en dicho orden institucional. El cumplimiento de la juridicidad no es una tarea solamente de abogados, defensores o jueces. También lo es de funcionarios, empleados públicos y ciudadanos y donde estos lo incumplen es deber del Poder Judicial restaurar tal orden por medio de las vías especiales y ordinarias que la constitución habilita. La constituciones serias – decía Alberdi en sus Bases – no deben constar de promesas sino de garantías de ejecución; y agregaba que para que ellas no fueran palabras vacías estaba el juez que “ en último resultado, es quien los hace ser realidad o mentira”. ( Cfr. Alberdi, Juan Bautista, Bases, Ed. Plus Ultra, 1984, pags. 107 y 126) 16º ) A mayor abundamiento debe mencionarse que el propio decreto reglamentario – 7.881/84 – brinda claras pautas de los valores que deben guiar al IOMA en su accionar en el ejercicio de su rol medico asistencial. Así se establece en los considerandos del mismo que el IOMA debe darle un “contenido social a su gestión medico-asistencial” y que en dicho marco debe tratar de posibilitar la extensión de la cobertura a todos los habitantes de la Provincia de Buenos Aires. En ese orden de ideas la reglamentación prevé por ejemplo la posibilidad de afiliación indirecta con cuota adicional de distintos sujetos entre los que contempla el caso de “padrastros” o de la “madre o padre” de los hijos del afiliado. Situaciones que guardan relación en la ratio teleológica de la norma de una protección amplia y extendida de la noción de familia, valoración que debió guiar la voluntad estatal para decidir la cuestión propuesta y que la Resolución atacada desconoce y olvida POR ELLO, en merito de las consideraciones precedentemente expuestas, Doctrina y Jurisprudencia citados, y con fundamento en lo dispuesto por los Arts. 5, 43, 75 incisos 19º y 22º , 121, 122, y conc. CN; Arts. 1º, 24 inc. 1º Convención Internacional de los Derechos del Niño; Preámbulo Convención Americana de Derechos Humanos; Arts. 12 inciso 3º, 15, 20 inc. 2º, 36 incisos 1º y 2º, 39 inc. 3º, 57, 166, y 171 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires; Arts. 1, 2, 25, y cc. de la Ley 7.166; Arts. 1º y conc. Ley Orgánica del IOMA Nº 6982 (TO 1987); Arts. 19 inc. g y conc. Decreto Nº 7881/84; RESUELVO: 1) Hacer lugar a la acción de amparo interpuesta declarando la nulidad de la Resolución Nº 0313/05 del Instituto de Obra Médico Asistencial de la Provincia de Buenos Aires por los fundamentos expuestos. 2) Ordenar al Instituto de Obra Médico Asistencial de la Provincia de Buenos Aires a que proceda, en el plazo de 20 días, a otorgar la afiliación indirecta de los menores J. C. y E. P. P. cuya guarda detenta el afiliado A. M. G.. 3) Imponer las costas a la parte demanda, regulando los honorarios del Sr. Defensor Oficial Dr. Sixto Miguel Piccolomini en la suma de pesos (....), y los honorarios del Sr. Delegado Fiscal Dr. Oscar Francisco Luchetti en la suma de pesos (...) (cfr. art.8 ley 12.061; arts. 9, 16, 49, 51 y conc. del Dec. Ley 8.904/77), cantidades a las que se deberá adicionar el 10 % en concepto de aportes previsionales ( Ley 6716 y sus modificatorias). REGISTRESE y NOTIFIQUESE por Secretaría.-