VIDAS DE CARRERAS LARGAS Por Yoandys López

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VIDAS DE CARRERAS LARGAS
Por Yoandys López Pérez
Usado con permiso
Un atleta de alto rendimiento hacía sentir mal a muchos de sus compañeros de entrenamiento al expresar
con arrogancia e insensibilidad: Qué esperan ustedes, mírenme a mí; soy el corredor más rápido del
mundo.
Después de varios espectáculos como éste y ante todos se le acercó un humilde entrenador y le dijo: Hijo,
siempre te oigo escuchar que eres el corredor más rápido, pero mi duda siempre es la misma, ¿a qué
distancia?
Quizás nuestro problema es el mismo en la vida cristiana. Tal vez hemos arrebatados metas casi
imposibles en pocos años. Los demás nos admiran y personalmente lo hacemos y sin querer tomamos por
suelo la estima de nuestros hermanos. Pero como afirma la frase: La vida cristiana no es una carrera de
cien metros es un maratón. Si fuera nuestra historia, el Rey Asa podría darnos algunas buenas lecciones
por experiencia propia; Y es que de mucha más importancia que nuestro comienzo, es cómo terminamos.
El apóstol Pablo en su despedida al joven misionero Timoteo no se alabó por su celo, e inteligencia en el
comienzo de su vida religiosa. Sus palabras finales fueron: He peleado la buena batalla, he acabado la
carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el
Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
¿Podremos decir lo mismo nosotros en el fin de nuestra vida? ¿O sólo serán historias que recordaremos
sin hablar, con el temor de que otros descubran que en un tiempo nos hicimos llamar cristianos? ¿Nos
anunciarán como a Asa? Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder
a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de
aquí en adelante habrá más guerra contra ti. ¿Nos arrepentiremos entonces o como él seremos
dominados por lo que fuimos? ¿Podría ser esta nuestra actitud? Entonces se enojó Asa contra el vidente
y lo echó en la cárcel, porque se encolerizó grandemente a causa de esto. Y oprimió Asa en aquel
tiempo a algunos del pueblo.
No podemos pensar que esta historia es típica de un tirano perverso porque Asa fue un gran rey, tanto que
dejó ejemplo a su hijo Josafat. Pero nosotros, tales como él, podemos ser tentados a olvidar; Que lo que
deja la huella de nuestra vida no es solo como vivimos, sino también como terminamos. Si hoy nos va
muy bien deberíamos ser humildes y pacientes con los demás y además cuidarnos del mañana. Pues tal
vez la pregunta de nuestro Padre como entrenador de nuestras vidas sea, sé de tus logros, escuché que
fuiste bueno pero sigo con la duda ,dime ¿a qué distancia?
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