rutas de la trashumancia de euskal herria

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RUTAS DE LA TRASHUMANCIA DE EUSKAL HERRIA
Hace más de 5000 años (Neolítico), con la aparición de la ganadería, nuestro
paisaje comenzó a sufrir un fuerte cambio estrechamente ligado a la cultura
pastoril. Desde entonces, hasta épocas recientes, el pastoreo ha condicionado
también nuestro modo de vida, formando uno de los pilares más fuertes de
nuestra historia. Es por lo tanto el oficio más antiguo de Euskal Herria.
Debido al clima estacional de nuestra geografía, los traslados periódicos de los
rebaños han sido necesarios a fin de que el ganado tuviese siempre pasto. De
esta forma, grupos de ovejas, vacas o yeguas han sido periódicamente
trasladados desde los pastos de verano (en zonas altas de montaña) a los de
invierno (en los fondos de los valles). Esto se debe a que los pastos
montañosos son, en su mayoría, improductivos en los meses más fríos, pero al
llegar la primavera la explosión de vida supera con creces a la de los fondos de
los valles.
Las vías de trashumancia utilizadas han variado muy poco a lo largo de la
historia: las que han llegado a nuestros días son muy parecidas a aquellas que
comenzaron a ser diseñadas en la prehistoria.
LA CAÑADA DE LOS RONCALESES
Se encuentra ubicada en la zona oriental de Navarra y une los pastos
pirenaicos del Valle del Roncal con los páramos bardeneros del Valle del Ebro.
Se trata, por lo tanto, de una de las vías de trashumancia de mayor longitud de
nuestro territorio.
Es una de las antiguas Cañadas Reales, una vía pecuaria de Gran
Trashumancia, en la que antiguamente se podían ver transitar rebaños
formados por miles de ovejas, realizando el viaje de entre 5 y 7 jornadas. En
nuestro territorio estas largas vías eran conocidas con el nombre de
“altzubideak” o “artaldebideak”, caminos de rebaños. Contaban con una red de
instalaciones que permitían el descanso tanto del ganado como del pastor
(abrevaderos, descansaderos, majadas…), y se regían bajo unas leyes que
prohibían la trashumancia fuera de estas vías y de las fechas predeterminadas.
Actualmente, al igual que ocurre con la gran mayoría de las vías pecuarias, la
Cañada Real de los Roncaleses ha caído en desuso. Sin embargo, siendo un
bien público, representan una inmejorable oferta para recorrer cientos de
kilómetros que atraviesan los más contrastados paisajes, dándonos a conocer
desde los extensos campos de trigo hasta los verdes bosques de los pirineos.
Pueblos, ríos, valles… completan esta oferta en patrimonio natural y cultural.
Un salto al pasado
Año 882. Los Reyes de Navarra conceden el derecho a uso de pasto de las
Bardenas Reales, parte de su patrimonio, a los habitantes de los Valles del
Roncal y Salazar. Saldaban de esta forma la deuda que tenían con los
habitantes de estos valles, que habían ayudado en la reconquista de las tierras
ocupadas por los musulmanes en el Valle del Ebro. Establecían de esta forma
una vía de trashumancia que, a comienzos de la Edad Moderna, nos mostraba
la escalofriante cifra de 300.000 cabezas de ovejas y cabras que podían viajar
hasta las Bardenas Reales.
Año 1499, Juan de Labrit, rey de Navarra, dicta una sentencia determinando la
época de trashumancia en el Reino de Navarra. El viaje hacia los pastos
pirenaicos comenzaría el día de Santa Cruz, en el mes de mayo, y el ganado
no regresaría a los valles del sur hasta el mes de septiembre, por San Miguel.
Es esta una muestra de los numerosos intentos que hubo para dar respuesta a
las constantes quejas de los agricultores de los pastos por los que transcurría
la cañada.
Los rebaños partían en septiembre de los Valles del Roncal y Salazar, hecho
que se conocía con el nombre de “Sanmiguelada”, dejando atrás los pastos
que pronto quedarían cubiertos de nieve. Era ésta una partida muy
conmovedora, ya que los pastores se reunían junto a los cruceros límites de los
municipios, bien ataviados para el largo viaje. Numerosos rebaños se unían
para formar uno solo al cuidado de varios pastores. Hacían falta varias
jornadas para acompañar a los grandes rebaños que pastaban a medida que
avanzaban. Un camino labrado por el paso del tiempo y del ganado que
cruzaría Navarra, en un viaje de ida y vuelta. La época de trashumancia queda
refleja en esta jota:
Ya ha llegado san Miguel,
pastores a la Bardena,
a beber agua de balsa,
y a dormir a la serena,
ya ha llegado santa Cruz,
pastores a la montaña,
a comer migas con magra,
y a dormir en buena cama.
Las fechas actuales de la trashumancia ya no coinciden con el día de San
Miguel. Sin embargo, el 18 de setiembre se continúa celebrando la
“Sanmiguelada” o levantamiento de la veda estival. Un lugar destacable de esta
ruta es la entrada de la Cañada de los Roncaleses, en el llamado El Paso,
situado al noreste de las Bardenas. Aquí, los pastores y sus rebaños esperan la
salida del sol, momento en que se da la señal para permitir la entrada. Es el
Cabo de Guardas el encargado de disparar la carabina para dar el aviso.
Tampoco coincide el número de cabezas de ganado, que se ha visto reducido
a menos de la cuarta parte, ni la tradición de un viaje tan arraigado. Cada vez
son más los rebaños transportados en camiones.
Que ver paso a paso
El valle del Roncal
Ubicado al noroeste de Navarra, el Valle del Roncal es la zona montañosa por
excelencia de Euskal Herria. Numerosos desfiladeros nos dan cuenta del paso
del río Esca, que cruza este valle abasteciendo a las siete villas que los forman:
Bidankoze, Burgi, Erronkari, Garde, Isaba, Uztarroze y Urzainki.
Cada uno de estos pueblos esconde numerosos elementos arquitectónicos y
un rico patrimonio natural que merece la pena conocer. En cualquier caso, si
nos acercamos hasta el Roncal no podemos marchar sin antes degustar uno
de los tesoros mejor guardados del valle, un producto gastronómico con
denominación de origen: el queso “Roncal”.
Una fecha ideal para acercarnos al Roncal es el 13 de julio, día en que
celebran el Tributo a las tres vacas, una de las tradiciones más antiguas de
Europa. El rito se remonta a 1375, año en el que se firmó el tratado que dio fin
a los continuos enfrentamientos por los pastos que tenían enfrentados a los
vecinos de los vales de Roncal y Beretous (Bearn). Desde entonces, los
vecinos baretonenses se reúnen con los roncaleses en el collado de Ernaz,
junto a la piedra de San Martín (mojón límite 262), donde pagan un tributo de 3
vacas, a cambio del uso de los pastos y aguas durante 28 días en los terrenos
del Roncal. Hoy en día la ceremonia es simbólica y se ha convertido en una
fiesta de hermandad entre los dos valles vecinos.
Merece la pena recorrer las estrechas y empedradas calles de los pueblos que
forman el valle y visitar el Centro de Interpretación de la Naturaleza de el
Roncal, ubicado en el núcleo del mismo nombre, en el corazón del valle. Este
último nos da a conocer gran parte de los puntos de interés natural del entorno
y las formas de vivir de sus gentes. Es por lo tanto un punto de partida para
cualquier itinerario que queramos realizar.
El valle de Belagua, la Reserva Natural de Larra, el dolmen de Arrako, la Mesa
de los Tres Reyes, la casa museo del tenor Julián Gayarre, la foz de Burgo…
son algunos de los puntos que merece la pena visitar.
Junto a la ermita de la Virgen de Arrako se encuentra uno de los dólmenes más
conocido de Navarra. Se trata del dolmen de Arrako. Está formado por un
túmulo de unos 15 metros de diámetro rodeado por un crómlech de 15 testigos.
Dolmen de Arrako
El Portillo de Ollate
Ubicado en las estribaciones de la sierra de Illión, entre Burgi y Navascues,
encontramos Ollate, una zona que alberga numerosos dólmenes: Legaroz,
Puntallo, Claverito y el de la Balsa. Cabe destacar este último por ser uno de
los que mejor se conserva. Está ubicado medio escondido al oeste del Portillo
de Ollate, junto a la balsa del mismo nombre, rodeado de matorrales. Posee
una cámara en el centro del túmulo con dos losas laterales y otra en la
cabecera. Cerca del dolmen encontramos una piedra de dimensiones
considerables, que podría haber sido la cubierta de este monumento.
Leire
Ubicada en un lugar estratégico para la trashumancia encontramos la Sierra de
Leire, a medio camino entre los valles de los Pirineos y la Ribera. El macizo se
eleva unos 1.000 metros por encima del pantano de Yesa, confiriendo una de
los paisajes más singulares de la zona.
Destaca en este entorno el monasterio de Leire, una de las primeras
construcciones románicas y un lugar simbólico para los navarros. No se conoce
la fecha exacta de construcción, aunque hay documentos que ya hablan de él
en 848. Estos escritos nos narran que fue aquí donde se refugiaron reyes y
obispos de Pamplona, escapando de la dominación árabe. Lo que sí se sabe
con certeza es que fue Sancho García quien lo reconstruyó en 1022, después
de ser destruido por Almanzor, temible guerrero y conquistador musulmán.
El monasterio alberga una curiosa y primitiva cripta del s. XI que, a diferencia
de la mayoría de este tipo de elementos, no se encuentra soterrada ni alberga
enterramientos. Cerrada desde el s. XIII, debió servir de albergue para los
peregrinos del Camino de Santiago y para los pastores que utilizaban la
Cañada de los Roncaleses.
Situada en el centro del monasterio encontramos la iglesia de San salvador,
cuyo interior alberga los restos de los primeros reyes de Navarra.
Sangüesa
Esta localidad fue muy importante para el comercio de la zona, en gran parte
debido a su situación, ya que se encontraba en una encrucijada de caminos
que unían la montaña con la ribera. También el paso de los rebaños, que
circulaban por la Cañada Real de los Roncaleses, pudo contribuir al auge
comercial.
Merece la pena visitar un paraje conocido como Entrambasaguas, lugar de
gran belleza donde se unen los ríos Irati y Aragón. Además cuenta con una
gran oferta arquitectónica en la que podemos destacar la iglesia de Santa
María la Real, ubicada junto al puente que cruza el río Aragón; la iglesia
románica de Santiago el Mayor, del s. XIII; la iglesia gótica de San Salvador, de
los s. XIII-XIV; el convento carmelita de Nuestra Señora del Carmen; el
convento de San Francisco de Asís, cuya fundación se atribuye al propio San
Francisco sobre el año 1212. Por otro lado, también cuenta con varios palacios
y ermitas que completan esta oferta turística.
Entrambasaguas
Las Bardenas Reales
Aunque no se conoce con certeza el origen de este nombre, según el
historiador y geógrafo Julio Altadill, su procedencia podría explicarse en dos
palabras vascas: “abar” y “dena”, que quieren decir todo ramaje. Puede resultar
difícil de entender viendo el paisaje actual, pero las Bardenas Reales fueron un
lugar con gran vegetación de tilos, avellanos y alisos, y donde se vivía con gran
tranquilidad al abrigo de los montes. Prueba de ello son los numerosos
yacimientos neolíticos encontrados en esta zona. Este paisaje boscoso
comenzó a desaparecer hacia el s. XVII, dando paso al paisaje estepario que
hoy podemos contemplar.
El carácter despoblado de esta zona queda reflejado en la falta de pequeños
núcleos que lo habiten o viejas y nuevas vías que la crucen. Sin embargo, a lo
largo de la historia se conocen algunas significativas ocupaciones, como la
llevada a cabo por los romanos. Pero han sido los pastores los auténticos
señores del lugar. Fueron ellos los que año tras año se adentraban en las
Bardenas, avanzando por la Cañada Real al paso del ganado. Cercano a El
Paso, encontramos el monumento al pastor, muestra de la importancia que
tuvo la trashumancia en este inhóspito lugar.
Monumento al Pastor
Destaca en la zona central la llamada Bardena Blanca, caracterizada por la
gran cantidad de sales y yesos que hacen que en verano, con el calor, quede
una pátina blanquecina en el subsuelo. La Bardena Negra es la más
meridional. Podemos ver almendros y pinos, mezclados con zonas de cultivo.
Otras zonas de interés: Javier
Cercano al pantano de Yesa encontramos este pequeño municipio. Destaca en
él el Castillo de Javier, cuna de San Francisco Javier, patrón de Navarra.
Francisco Jaso Azpilicueta nació en 1506 en el castillo de Javier, nombre que
más tarde utilizaría como apellido. A los 19 años se trasladó a París, a fin de
estudiar literatura y filosofía, donde conoció a Iñigo de Loyola, el cual años más
tarde sería canonizado como San Ignacio de Loyola. Francisco fue uno de los
siete religiosos con los que Loyola fundó la Compañía de Jesús o Comunidad
de Padres Jesuitas. Curiosamente, el castillo de Javier pertenece hoy en día a
dicha comunidad.
Este castillo surgió inicialmente como atalaya o torre de vigilancia durante los s.
X y XI, edificio que se corresponde con la torre del homenaje o de San Miguel.
Con posterioridad se fueron añadiendo las demás fracciones del castillo dando
lugar a la estructura actual. Aunque en 1516 el cardenal Cisneros ordenó
derribar las murallas y las torres, y cegar los fosos, entre 1892 y 1952 se llevó a
cabo una cuidadosa restauración a fin de recuperar el aspecto que en su origen
había tenido.
En la capilla del castillo se conserva un Cristo de nogal del s. XIV que, según
se dice, sudó sangre el día que murió San Francisco Javier, en la lejana isla de
Sancian, cerca de la costa de China, en uno de sus viajes de misionero.
LA COLADA DE OPAKUA (ARABA)
Existen varios nombres para los caminos de trashumancia de ganado. Quizás
el más conocido es el de cañadas (cuando el camino mide hasta 75 metros de
anchura), pero también se emplean otros como cordeles (hasta 37,5 metros),
veredas (hasta 20 metros) o coladas (cualquier vía pecuaria de menor anchura
que las anteriores) que es el caso que nos ocupa. El recorrido lo realizan dos
veces al año, desde los valles a la montaña y viceversa. Suele ser por la fiesta
de San Pedro cuando suben a los pastos de verano y por San Miguel, en
otoño, cuando bajan de nuevo a los valles, o se acercan a la costa. Siempre en
busca del clima más favorable.
Esta ruta de pastores comienza en los alrededores de Agurain (Salvatierra) y
llega hasta el alto de Opakua en la sierra de Entzia. Hoy en día encontramos
este camino acondicionado para poder recorrerlo.
Colada de Opakua
Un salto al pasado
En la provincia de Álava la creación de una red de caminos pecuarios tuvo su
esplendor en los s. XV y XVI, en tiempos del Honrado Concejo de la Mesta.
Esta organización ganadera ovina estableció los pasos fijos que los rebaños
seguían en la trashumancia entre pastos de invierno y de verano. Se evitaban
así los conflictos entre agricultores y pastores que cruzaban sus tierras
estropeando los cultivos.
Históricamente la Sierra de Entzia, por la cual transcurre la colada de Opakua,
siempre ha estado muy ligada a la tradición del pastoreo. Una prueba de ello
son los numerosos restos megalíticos que encontramos en estos montes.
Además, la colada tuvo un importante papel en el trasiego comercial que tenía
lugar entre las tierras alavesas y las ferias ganaderas que se celebraban en
Estella.
Que ver paso a paso
Agurain
Agurain o Salavatierra es una villa amurallada que posee un importante
conjunto monumental. A pesar de que durante las guerras carlistas se
intentaron destruir, en la actualidad quedan en pie la mayor parte de la muralla
y trazas de los arcos de las nueve puertas que la constituían.
Son destacables algunos edificios del interior del casco urbano, como por
ejemplo la iglesia de San Juan que se comunica a través de calles porticadas
con la de Santa María, situada en el otro extremo del pueblo. También hay
muchos palacios construidos durante los s. XIV y XVII, como por ejemplo la
Casa de los Azcárraga y la de los Begoña.
Esta villa está muy ligada al pastoreo, y una muestra de ello es que en octubre
se celebra la Feria del Ganado, cuya tradición ya se remonta a más de 600
años.
Alto de Opakua
Nos encontramos a la entrada de la Sierra de Entzia, continuación alavesa de
la Sierra de Urbasa. Constituye una parzonería, es decir, posee tierras
comunales cuya explotación, tanto de pastos como de madera, se debe realizar
de forma compartida por varios pueblos de la zona. Para llevar a cabo esta
labor existen unas cuadrillas en Agurain y en Campezo.
Campas de Uraska
El nombre de estas campas nos dice mucho de su pasado pastoril ya que en
euskera, Uraska significa abrevadero. Las encontramos a poco más de 1 km en
dirección Contrasta tras habernos desviado a la izquierda en el Km38 de la
carretera.
Prados de Legaire
En esta zona pastoril de gran belleza podremos ver bordas de pastores,
hayedos dispersos y restos megalíticos como el crómlech de Mendiluze.
Arropando las campas de Legaire encontramos las cimas de Mirutegi con su
imponente cruz, y el monte Baio en cuyas laderas se encuentra el soberbio
robledal de San Cristóbal.
Otras zonas de interés
Alaiza
Cerca de la ruta que nos ocupa se encuentra el municipio de Alaiza. Merece la
pena una visita a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción del s. XIV. En su
interior descubrimos unas pinturas datadas en la misma época que la
construcción. Son monocromas y resulta curioso que su estilo se parezca al
expresionista, teniendo en cuenta la época en la que se pintaron. Se plasman
en las pinturas escenas cotidianas, como peregrinos y guerreros y, en
contraste, también encontramos centauros armados con arcos.
Para poder admirar estas pinturas debemos acudir los domingos en horario de
misa, puesto que es el único momento en que esta iglesia se abre al público.
Dolmen de Sorginetxe (Arrizabala)
Este dolmen fue descubierto en 1980 junto al pueblo de Arrizabalaga, que
significa lugar de piedras anchas y, probablemente, el origen de este nombre
se encuentre en la presencia de este dolmen. Por otro lado, Sorginetxe quiere
decir “casa de brujas”, lo cual puede indicarnos que sirvió como refugio a
curanderas, yerberas, etc. Teniendo en cuenta que por aquel entonces en este
lugar existía un bosque, no resulta tan extraño.
Según parece se construyó sobre el año 2.500 a.C. Durante la Edad de Bronce
pudo ser utilizado como lugar de enterramientos colectivos de los pueblos
ganaderos dueños de estas tierras, ya que se ha encontrado en su interior
restos humanos.
Sorginetxe
TRASHUMANCIA EN GIPUZKOA: DE ARALAR A LA COSTA
En la Sierra de Aralar encontramos una muestra de trashumancia media. En el
mes de mayo los pastores suben a la sierra con sus rebaños y se quedan allí
durante todo el verano hasta que llega el otoño, momento en el cual bajan a los
valles cercanos de la costa en busca de temperaturas más templadas.
Estos caminos que comunican las zonas de pasto de las montañas con los
valles aún se mantienen en su mayor parte, aunque ha disminuido mucho la
cantidad de ganado que transita por ellos.
Un salto al pasado
Los caminos utilizados por pastores y rebaños siguen siendo los mismos desde
tiempos inmemorables. De hecho, las majadas pastoriles actuales se
encuentran prácticamente donde se sabe que habitaron los pastores del
Neolítico.
En la región de Aralar, así como en Aizkorri y Altzania, existen varias
costumbres que aún se mantienen entre los pastores. Por ejemplo, se suele
poner una hoja con una fórmula religiosa en los cencerros para proteger al
ganado. Para proteger sus chabolas se coloca en la puerta una cruz hecha con
laurel, o un “eguzki-lore”.
También es muy conocida la solidaridad entre pastores. Si alguno de ellos
perdía su rebaño por la causa que fuera, los demás pastores de la zona le
ofrecen una oveja o un cordero para que pudiera volver a formar uno nuevo.
Que ver paso a paso
Urdaneta
El barrio de Urdaneta pertenece al término municipal de Aia y se encuentra en
la frontera con Zarautz. Posee un pequeño centro urbano situado alrededor de
la iglesia de San Martín y el resto del barrio lo componen caseríos dispersos.
Este barrio está comunicado con la ermita de Santa Engracia, en el municipio
de Zestoa, a través de caminos de montaña, que también se unen a Aizarna
para llegar hasta Zarautz.
Aizarna
Se encuentra en el valle del mismo nombre, en el extremo norte del macizo de
Ernio y es uno de los pueblos más antiguo de Gipuzkoa, aunque en la
actualidad es un barrio perteneciente al municipio de Zestoa. En el s. XIV,
Aizarna creó una población fortificada llamada Santa Cruz de Cestona. Con el
paso del tiempo esta localidad amurallada se impuso al pueblo inicial.
Dos rutas de gran importancia cruzaban esta localidad: una comunicaba los
pueblos del interior de Navarra con la costa guipuzcoana; la otra discurría de
este a oeste, y era parte de la llamada calzada de la costa.
Dentro de Aizarna, encontramos la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción,
con portada gótica, y que alberga una talla de Andra Mari. Justo enfrente de
esta iglesia está la ermita de la Santa Cruz, cuyo atrio sirve de paso entre las
dos únicas calles de este pueblo.
Para llegar a la ermita de Santa Engracia hay una carretera que parte del casco
urbano de Aizarna y pasa junto a varios caseríos del s. XVI. Hoy en día este
camino aún es utilizado por pastores y rebaños en sus desplazamientos.
Bidegoian
Este municipio nace de la unión de los pueblos de Bidania y Goiaz, en 1964. Es
un lugar bastamente alejado de las vías de comunicación principales, lo cual ha
contribuido por un lado a su aislamiento y por otro a la buena conservación de
su entorno.
En Bidania aún podemos contemplar una calzada empedrada para uso de
carros. En su centro urbano destaca la iglesia parroquial de San Bartolomé que
fue trasladada en el s. XVII, desde su ubicación original, ya que el centro de la
población se fue desplazando quedando la iglesia apartada. En su antigua
localización todavía se conserva la capilla del cementerio. Otros edificios de
interés son la Casa Consistorial, el Palacio Munoa, los caseríos Otegi y
Bengoetxea, típicos de la zona, y los restos de la capilla de San Pedro Txiki.
En Goiaz encontramos una docena de edificios ubicados alrededor de una
plaza regular. Cabe destacar la iglesia parroquial de Santa María de la
Asunción y la Casa Cural conocida como la “Torre de Goiaz”, a cuyo pie brota
un manantial llamado Fuente de San Juan.
Berostegi
Es un barrio perteneciente al término municipal de Legorreta y la única
agrupación de edificaciones fuera del casco urbano. Todos los edificios se
sitúan alrededor de la ermita de Santa Marina, que alberga en su interior un
retablo de Felipe de Azurmendi. Este solar está relacionado con un molino
hidráulico que aun ponen en funcionamiento en ciertas ocasiones.
El caserío Kortatu resulta interesante por haberse construido sobre un terreno
rocoso y de elevadas pendientes.
Un poco más lejos, cerca de Ikaztegieta, Baliarrain y Orendain, podemos visitar
los restos de la Ferrería de Buruntza, también llamada Olazabal, la cual
utilizaba las aguas del río Oria. Aún se pueden ver sus canales. Está cerca del
puente de Bera Zubia, que era utilizado en el antiguo camino que unía esta
población con Baliarrain.
Itsaondo
Esta localidad se encuentra a los pies del monte Murumendi. Es villa desde el
año 1615, en que compró el título a la Hacienda Real. La carreta que atraviesa
el municipio, aunque hoy en día solo es utilizada localmente, tuvo gran
relevancia durante la Edad Media como lo demuestran algunas de las
construcciones que se levantan a su paso. Este es el caso del puente de tres
ojos del año 1602, o la Ermita de San Juan de Letrán edificada en 1544,
derribada para llevar a cabo las obras del Ferrocarril del Norte y reconstruida
en 1860.
Cabe destacar así mismo, la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción,
cuyas últimas obras de ampliación se realizaron en el s. XVI. Otros edificios
interesantes son el caserío Beitia, el lavadero municipal y la casa solar de
Otamendi.
Dominando todo el valle y las sierras de las proximidades encontramos la
ermita de la Santa Cruz.
Zaldibia
Muchas de las rutas pastoriles que comunicaban con Navarra, a través de
Aralar, pasaban por este lugar.
La iglesia parroquial se encuentra en el centro del casco urbano, junto al río,
dominando un antiguo vado.
Cabe destacar también la Cruz de Calvario, situada en el camino hacia Larraitz,
cerca del caserío Kalbariota. En las proximidades otro lugar de interés es el
molino Kanpain Errota, minuciosamente restaurado por su actual propietario.
En este lugar siempre ha habido un molino desde el año 1124.
Puerto de Lizarrusti
Se sitúa en la frontera entre Gipuzkoa y Navarra, en un macizo montañoso con
un paisaje envidiable en el que encontramos hayedos junto con grandes
extensiones de terrenos para pastos.
Debido a su ubicación es una de las entradas más típicas a Aralar ya que dese
aquí se puede acceder a sus cumbres más importantes.
También es destacable la gran cantidad de monumentos megalíticos que
podemos encontrar. Según se cree fueron construidos por pastores en épocas
prehistóricas. Uno de ellos es el llamado Jentilarri, descubierto en 1879,
aunque su excavación no comenzó hasta 1917. En su interior se encontraron
restos humanos de por lo menos 27 personas, así como utensilios de cerámica
o puntas foliáceas. Recientemente ha sido reconstruido.
Otras zonas de interés
Parque Natural de Pagoeta
Desde el pequeño núcleo de Aia accedemos a las 3.000 Ha que conforman
este parque natural declarado como tal en 1998. Dando un paseo por sus
dominios encontraremos bosques autóctonos, antiguos molinos y ferrerías, y
abundantes túmulos y dólmenes de épocas prehistóricas. Desde sus zonas
más altas además tendremos oportunidad de disfrutar con unas excepcionales
vistas de Gipuzkoa y su costa.
ORDIZIA
En nuestro recorrido pasaremos cerca de esta población considerada la capital
del queso Idiazabal. Conocida por su feria semanal celebrada todos los
miércoles, esta villa alberga además anualmente distintos acontecimientos
ligados al mundo del pastoreo. Podemos destacar entre ellos el Día del Pastor
celebrado habitualmente en abril, o las Fiestas Euskaras con su concurso de
quesos de oveja latxa que tienen lugar a comienzos de setiembre.
HACIA LOS PASTOS DE GORBEIA
Entre los meses de mayo y noviembre los pastores y sus rebaños forman aún
hoy parte del paisaje que podemos encontrar en las campas de Gorbeia. Ellos
han sido los dueños y señores de estos parajes durante siglos y, solo hace
unos años, han comenzado a ceder terreno ante senderistas y montañeros que
disputan el trono de su preciado reino de sosiego y tranquilidad. Con la llegada
de las nieves se ven obligados a bajar a los valles en busca de cobijo y
alimento, y allí permanecerán todo el invierno a la espera de que el tiempo
permita la vuelta a sus lugares preferidos de pasto.
En todas las estribaciones de Gorbeia encontramos infinidad de puntos desde
los que parten los pastores hacia los pastos montañosos en los meses
próximos al verano. Por eso proponemos la visita a este foco de pastoreo
desde los diferentes pueblos que rodean este macizo bizkaino.
Quizás por la antigüedad del pastoreo o por el aislamiento que pastores y
rebaños sufrían, encontramos en Gorbeia una serie de elementos propios del
macizo. El similar diseño de las chabolas, la variedad llamada “rojillo” del perro
pastor vasco, el queso e incluso la variedad de oveja latxa, que en Gorbeia
presenta un mechón entre los ojos, son exclusivos de la zona.
Un salto al pasado
Uno de los versos del popular zortziko “En el monte Gorbea” escrito por
Ruperto Urquijo Maruri a principios del s. XX canta “…al son de los cencerros
los errebaños a pastar van…” y es que, el pastoreo
irremediablemente unido a Gorbeia desde tiempo inmemoriales.
ha
estado
Prueba de la presencia de ganaderos en la zona desde hace miles de años, es
la gran cantidad y variedad de restos megalíticos que se han encontrado.
Además, llama la atención la ubicación de estos, ya que coinciden con zonas
de actuales asentamientos pastoriles.
Al llegar la primavera, rebaños de Areatza, Orozko, Ubidea, Zeanuri, Zeberio y
Zigoitia, entre otros, partían hacia las campas de Gorbeia bajo la atenta
vigilancia de sus pastores. Pronto los pastizales de Arimekorta, Arraba,
Nafarkorta, Larrekorta, Gonga, Oketa, Austigarmin, Egiriñau… se llenaban de
rebaños de ovejas, vacas, cerdos y caballos.
La utilización de estos pastos generó en ocasiones enfrentamientos entre
municipios vecinos. Cabe destacar lo acontecido entre Zeberio y Zeanuri, que
se apostaron el pasto de las campas de Arraba a una lucha entre dos novillos
nacidos de San Juan. Curiosamente ganó el novillo más débil, garantizado el
pasto a los vecinos de Zeberio.
Que ver paso a paso
Zeberio
Ubicado al sur del territorio histórico de Bizkaia, Zeberio presenta una
población dispersa en 30 barrios ubicados a ambos lados del río Zeberio
formando uno de los municipios más largos de Bizkaia. De marcado carácter
rural, destaca hoy en día por su importante actividad forestal. Y es que gran
parte de la extensión del municipio está cubierta de Pino de Monterrey (Pinus
radiata). Sin embargo, dispersos entre pinares encontramos numerosos barrios
de gran belleza que han sabido hacer frente al paso del tiempo, conservando
casi intactos un gran número de caseríos, ferrerías, molinos, puentes y
calzadas que forman el rico patrimonio cultural del municipio. Gracias a este
patrimonio, junto a la herencia natural que hoy conserva, Zeberio es en la
actualidad un municipio con gran potencial turístico.
Apenas queda en Zeberio muestra alguna de la actividad pastoril que en el
pasado jugó un papel importante en la economía del municipio. Antiguamente
los pastores reunían los rebaños bajo el pórtico de la iglesia de Santo Tomás,
donde el cura los bendecía. Tras pasar toda la noche en el pórtico, con los
primeros rayos de luz partía al gran rebaño hacia las campas de Arraba, donde
permanecía hasta llegar el invierno. Parece ser que en invierno algunos
pastores trasladaban sus rebaños a los seles de Alonsotegi.
Orozko
Situado al norte del macizo del Gorbeia, enclavado en el valle del Nervión
encontramos el municipio de Orozco. Muchos son los pastores de esta
localidad que han pasado largas temporadas en las majadas de Gorbeia.
Valle de Orozko
En el Palacio Legorburu de Orozko encontramos su museo etnográfico en el
que tendremos posibilidad de conocer aspectos relativos al patrimonio histórico
del valle, a la vida tradicional y a la vida de los pobladores de las tierras altas
del Gorbeia.
Desde el núcleo de Zubiaur, el camino antiguo que se dirigía a la majada de
Austigarmin y Ukulugorta coincide con la pista (transitable en coche) que llega
hasta el área recreativa de Belustegi. Desde este punto, ya a pie una vez
pasada la barrera, llegaremos en media hora a Austigarmin o bien tomaremos
el desvío señalizado a la derecha que nos llevará a Ukullugorta.
Museo de Orozco
Ubidea
El municipio de Ubidea se encuentra al este del parque Natural de Gorbeia,
junto a la carretera que une el alto de Barazar con Legutio. El río Undebe
recoge las aguas de su afluente Zubizabala a su paso por el casco urbano
donde desemboca en el pantano de Urrunaga.
En sus 2,97 km2 de extensión, el pequeño municipio de Ubidea esconde un
amplio patrimonio cultural y natural. Merece la pena recorrer sus viejas calles,
aquellas que hasta el s. XVI pertenecieron a Zeanuri. Destaca la calzada
bajomedieval que cruza este núcleo marcando la entrada al territorio histórico
de Bizkaia. Una curiosa placa nos recuerda que pos allí pasó, camino de
Gernika, el rey Don Fernando el Católico para jurar los fueros de Bizkaia en
julio de 1476. La iglesia de San Juan Bautista, la ermita de la Magdalena, un
grupo de edificaciones civiles de gran interés, varias fuentes, paseos y bosques
completan la oferta turística de Ubidea.
Areatza
La villa de Areatza, ubicada al norte del Parque de Gorbea, en el corazón del
valle de Arratia, fue fundada en 1338 por Juan Núñez de Lara, Señor de
Bizkaia. Tenía como objetivo fundar una villa a la vera del camino que unía
Gasteiz con Bilbao, potenciando el comercio en la zona y creando un lugar de
descanso y abastecimiento para los viajeros.
Areatza nunca llegó a ser un lugar muy poblado. Anexo al camino erigieron una
serie de edificios religiosos y civiles que hoy forman el patrimonio cultural del
municipio.
Pero si por algo es conocido Areatza, es por ser punto de partida de
numerosos montañeros que quieren accedes al macizo de Gorbeia. Como
antaño lo hacían los pastores, los montañeros parten desde la iglesia de Santo
Tomás. Cercano a la iglesia, en la plaza mayor, encontramos en Centro de
Interpretación del Parque Natural de Gorbea.
Zeanuri
Este extenso municipio situado a los pies de Gorbeia ha sido desde siempre
cuna de pastores que han pasado su vida entre el caserío y los pastos
montanos. En muchos de sus barrios da la impresión de que el tiempo no haya
pasado en los últimos siglos. De hecho, en Zeanuri se conservan algunos de
los caseríos más antiguos de Bizkaia, manteniendo incluso algunos de ellos la
fachada de madera.
Desde Zeanuri podemos llegar a las campas de Arraba por el antiguo camino
que pasando por la ermita de San Justo, enlaza con la pista que sube desde
Pagomakurre. Junto al altar de esta ermita aún podemos ver dos cuadras que
en otro tiempo servían de cobijo para el ganado y no muy lejos, junto al arroyo,
encontramos un antiguo horno calero en el que se elaboraba cal que se
utilizaba, entre otras cosas, para la desinfección de los establos.
Calero
Otras zonas de interés
Museo del Pastor de Orozko
Está ubicado en la Plaza Zubiaur de dicho municipio, en la llamada Casa
Kareaga. Con este museo se pretende ofrecer una información asequible sobre
el mundo del pastoreo a todo el público que decida visitarlo.
Se ha puesto especial atención en reproducir el ambiente y las formas del
pastoreo en la zona. Para conseguirlo, se utiliza la reproducción de la figura de
un pastor típico del Gorbeia ataviado con su vestimenta tradicional. También se
puede encontrar la reproducción de una típica chabola de pastores del Gorbeia.
Por otro lado, hay exposiciones de los distintos útiles empleados en las labores
características del pastor, como son la elaboración de productos como quesos
y lana, así como objetos relacionándolos con el pastoreo.
También se exponen las figuras del perro pastor vasco y de la oveja latxa, la
más característica de la zona.
Al son de la Alboka
Las estribaciones del Gorbeia, y más concretamente el valle de Arratia, han
sido uno de los últimos reductos en que la alboka se ha mantenido hasta
nuestros días. Actualmente no corre peligro de desaparecer, gracias a la nueva
hornada de jóvenes que tocan o aprenden a tocar este instrumento típicamente
pastoril. En la mayoría de las fiestas de la zona se puede escuchar la alboka
acompañada por el pandero y las coplas como en tiempos anteriores.
Un albokalari de Artea, León Bilbao, es uno de los mejores tañedores y
constructores que ha conocido este instrumento. Gracias a él se conoce hoy en
día gran parte del repertorio tradicional de alboka.
Monográficos
Artzai-Tour
Artzai-Tour es una novedosa oferta turística-gastronómica del queso vasco que
permite conocer la vida en los caseríos. Quince productores de queso Idiazabal
nos abren las puertas de sus baserris para poder degustar y adquirir sus
mejores productos gastronómicos y conocer el entorno rural en el que viven.
Se pueden programar 2 rutas en Gipuzkoa, una por la costa, desde Oiartzun
hasta Deba pasando por Aia, y otra por el interior, recorriendo las comarcas de
Tolosaldea, Goierri y Alto Deba.
Esta iniciativa ha surgido de la asociación Artzai-Gazta, en la que trabajan más
de 100 productores de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa por la mejora
continua en el proceso de elaboración del queso de oveja latxa.
El GR 34: Ruta de Trashumancia Donostia-Arantzazu
Otro sendero de Gran Recorrido que sigue antiguas rutas de la trashumancia
en Gipuzkoa es el GR 34, que atraviesa este territorio de Norte a Sur. Sigue el
trazado de antiguos caminos pastoriles, citados ya en el s. XI, que ponían en
comunicación los pastos de invierno de la costa con los pastos de verano de
las montañas del interior.
Es un recorrido de gran belleza paisajística que permite conocer lugares muy
ligados a la cultura pastoril como Ernio, Urbia y Arantzazu. Tiene una longitud
de 76 km. Divididos en 5 etapas, con el siguiente recorrido: Donostia-UsurbilOrmaiztegi-Zerain-Arantzazu.
El GR 34.1 es una variante de 29 km que conecta Mandubia y Biozkornia y nos
permite la posibilidad de acercarnos a Legazpi a visitar el Ecomuseo del
Pastor, situado en la ganbara del caserío Erreizabal, en el barrio de Telleriarte.
En este museo puede verse el pasado, presente y futuro de la tradicional
actividad del pastoreo. Además, puede conocerse “in situ” el proceso de
elaboración de queso, degustarlo y adquirirlo, ya que los propietarios del
caserío lo elaboran allí mismo.
Arantzazu y el Pastoreo
Arantzazu, además de un entorno de gran belleza paisajística, interés natural y
tradicional lugar de peregrinación religiosa, es también el punto de referencia
para la cultura pastoril. En el caserío Gomiztegi tiene su sede la Artzai- Eskola,
la única escuela de pastores que existe.
Se trata de una iniciativa destinada a los pastores del s. XXI. Son los propios
pastores los encargados de transmitir sus conocimientos a las nuevas
generaciones que quieren aprender este oficio que ha llegado hasta nuestros
días desde la prehistoria. La Escuela funciona con módulos de formación en los
que se explican, con clases teóricas y prácticas, las técnicas para el cuidado y
manejo del rebaño, la producción del queso, alimentación de las ovejas…
También en Arantzazu, en el propio santuario, tiene la seda Artzain-Mundua, el
Foro Mundial del Pastor, una iniciativa incluida dentro del Foro Rural Mundial,
cuya finalidad es colaborar en el mantenimiento de la cultura pastoril como
patrimonio cultural y garantía de explotación sostenible de los recursos. Su
marco de actuación es muy ambicioso y entre las tareas que tienen
programadas se encuentran la creación de un centro de documentación y
ecomuseo dedicado al pastoreo.
Nuestras ovejas: Sasi ardi, Karrantzar y Latxa
Hace miles de años, los primeros ganaderos comenzaron a domesticar una
serie de animales que muy pronto cambiaría radicalmente su forma de vida. La
continuidad de aquellas viejas tradiciones, junto con nuestra especial orografía,
ha hecho que gran parte de aquellas primeras especies lleguen hasta nuestros
días, formando un importantísimo patrimonio cultural y ganadero, orgullo de las
gentes de Euskal Herria.
Uno de los mejores ejemplos lo forman los rebaños de ovejas latxas. Esta
especie autóctona de origen prehistórico conserva casi intactas sus
características originales. Parece ser que debe su nombre a la aspereza de su
pelo, ya que “latxa” significa áspero. Gracias a la vasta y larga lana que la
protege, esta oveja se adapta perfectamente al frío y húmedo clima de nuestros
montes. Según nuestros pastores, se trata de una especie de carácter vivo y
noble, y de cuerpo esbelto y ágil, lo que la ayuda a moverse por lo abrupto del
suelo en el que vive.
Se alimenta de hierba fresca, produciendo leche rica y aromática de la que se
obtiene un queso de indiscutible calidad.
No tan abundantes pero igualmente autóctonas son las ovejas “sasi ardi” y la
carranzana. A diferencia de la carranzana, la sasi ardi no se parece a la latxa ni
se cría para la producción de leche. Cada vez menos frecuente, esta oveja se
encuentra en peligro, habiendo sido sustituida principalmente por la oveja de
uso cárnico y lanar Rasa Navarra.
Idiazabal y Roncal, quesos con denominación de origen
Con la leche de gran calidad que obtienen nuestros pastores de sus ovejas,
elaboran sabrosos quesos entre los que destacamos los de Idiazabal y Roncal,
cada uno con denominación de origen propia.
Idiazabal, es un pequeño pueblo ubicado en las faldas gipuzkoanas del monte
Aralar. Su larga tradición pastoril lo ha convertido en la cuna de uno de los
mejores quesos de Euskal Herria. El queso Idiazabal debe ser elaborado de
forma artesanal, exclusivamente con leche de oveja latxa o carranzana.
Además, para poder ostentar la Denominación de Origen, la leche y el queso
sólo se pueden producir y elaborar en Euskal Herria. Por otro lado, una vez
obtenido el queso, debe cumplirse una serie de requisitos como son: forma,
color, ojos, gusto o textura.
Pastos en Idiazabal
El queso Roncal establece una serie de requisitos aún más severos, ya que
solamente obtendrán la denominación los quesos elaborados en el Valle del
Roncal. En cuanto a la forma, altura, peso, aroma, textura, grasa, humedad…
también están establecidas. Para hacernos una idea de lo difícil que resulta la
elaboración de quesos, hay que tener en cuenta que es necesario ordeñar diez
ovejas para obtener un solo queso.
Los Seles
Dispersos en nuestro paisaje aparecen curiosas formaciones en círculo
perfecto que en ocasiones llaman nuestra atención. Son los seles, terrenos
amojonados que numerosos historiadores han descrito como zonas de pasto
para el ganado. La palabra sel, de origen prerromano, tiene una serie de
equivalencias en nuestro territorio: korta, kortabaso, sarobe, saroi…
La existencia de algunos seles muestra la tradición pastoril de un determinado
enclave. Éstos son los más antiguos. Sin embargo, existen numerosos seles,
que siendo mucho más recientes (s. XVII-XVIII), están estrechamente
vinculados a la producción de madera, principalmente para abastecer ferrerías
cercanas a ellos.
En cualquier caso unos y otros seles se encuentran amojonados, presentando
todos un mojón central y una serie de mojones periféricos. El mojón central,
también conocido como “austarri” (hauts arri, piedra cenizal) presenta en
ocasiones una marca en forma de cruz o estrella que curiosamente nos
muestra la ubicación de los mojones periféricos (bazter mugarri). Según
algunos historiadores el “austarri” puede tener su origen en la tradición de
enterrar ceniza bajo el mojón y la tradición dice que otro pastor debe guardar
las distancias.
La dimensión de los seles no siempre es la misma. Según numerosos
historiadores existen seles invernizos (o mayores) y seles veraniegos (o
menores). Esta calcificación está estrechamente relacionada con el uso pastoril
del sel ya que los seles mayores albergaban rebaños que en verano campaban
a sus anchas en los pastos montañosos.
Estaciones Megalíticas
Son muchos los monumentos megalíticos que podemos encontrar a lo largo de
Euskal Herria. Se trata de construcciones que albergan sepulturas y que nos
demuestran que los lugares donde se encuentran han estado habitados desde
la prehistoria. Pero los hay de distintos tipos: dólmenes, túmulos, crómlechs y
menhires.
Los dólmenes están construidos con grandes piedras formando una cámara de
enterramiento que soporta una o varias losas a modo de techo, dándole un
aspecto de mesa. En algunos la cámara está precedida por un pasillo. Muchos
de ellos estuvieron cubiertos de tierra formando túmulos. Los túmulos son
precisamente unos montecillos artificiales que se crean para cubrir las
sepulturas.
Los menhires son grandes piedras alargadas colocadas verticalmente en el
suelo. Los crómlechs son círculos de piedras formados por varios monolitos.
La Majada
También se llama saroia, txabola, kaiola, etxeola o sarobe. Es un conjunto
formado por:
La vivienda temporal del pastor.
Una empalizada, generalmente de avellano, para proteger una pequeña
huerta.
Una escorta (corral o redil) donde se encierran las ovejas y se ordeña.
La gausarea, que es un cierre mayor para guardar el rebaño por la noche,
especialmente en zonas de lobos como Urbasa, Andia…
Xerritegiak (pocilgas) y gallinero.
Pequeños huecos para guardar ovejas retrasadas en el parto o los
corderos.
Una fuente cercana.
En torno a la majada suele haber fresnos por la mucha sombra que dan para el
ganado. Al podarlos, se obtenían ramas y varas para usos variados.
Los pastores no son propietarios, sino usufructuarios de estas instalaciones
mientras están en activo, habida cuenta de que están en uso de terrenos
comunales. De hecho, estaba prohibido cubrir las cabañas con tejas, pues la
teja era símbolo de propiedad siendo de hierba los tejados de las txabolas. Hoy
en día ya se usa la teja, afianzada con piedras por encima para evitar los daños
de los fuertes vientos.
La txabola típica solía tener 10 m de largo por 4,5 de ancho, con paredes de
65-70 cm de grueso. Está formada por 3 piezas: el bokosue o sutegi (fuego
bajo para cocinar), estancia a la que se accede por una puerta baja; un
dormitorio, la kamaia o camastro, con un colchón de brezo con alguna manta
encima; el gaztategi o quesera, formado por baldas donde se colocan los
quesos, empezando de abajo a arriba.
Está ennegrecida por el humo del ahumado de los quesos, al tiempo que limita
la proliferación de moscas y otros insectos.
Hoy en día estas construcciones son más grandes, están alicatadas, disponen
de teléfono móvil, televisión, radio, lámparas, ducha, baño, agua caliente, suelo
de hormigón en la zona de ordeño, y placas solares para la obtención de
energía.
Otros animales de pastoreo
Aunque el pastoreo con mayúsculas en Euskal Herria es el llevado a cabo con
ganado ovino, no debemos olvidar, sin embargo, el realizado con cerdos, vacas
o caballos.
Aunque no se identifican comúnmente quizás como animales de pastoreo, los
cerdos también han sido llevados a pastar libremente sobre todo los meses de
otoño, durante la caída de la bellota. Cuando se acercaba el invierno y
comenzaba a escasear el alimento eran llevados de vuelta al caserío donde
podían llegar a comer “de todo”.
En lo referente al ganado equino no podemos olvidarnos del Pottoka, el poney
vasco. Estos pequeños caballos se caracterizan por su robustez que les ha
permitido adaptarse perfectamente a nuestro clima. Debido a los diferentes
cruces realizados para su mejor aprovechamiento alimentario, esta raza se ha
diversificado y ha terminado por encontrarse al borde de la extinción.
Actualmente se promueve su recuperación desde la Administración Pública.
Las vacas también se han pastoreado en Euskal Herria. Las más típicas en
nuestros pastos han sido las llamadas betizu y, descendientes de éstas, son
las de raza pirenaica. Aunque es menos conocida que la trashumancia ovina,
también han trashumado rebaños de vacas sabiéndose por ejemplo que en
1385 fueron llevadas a pastar más de 5.000 reses a las landas de Burdeos.
El pastoreo de cabras se ha realizado en mucha menor medida en nuestros
montes debido en gran parte a la estricta legislación que lo regla.
Nun hago, zer larretan
Urepeleko artzaina,
Mendi hegaletan gora
Oroitzapen den gerora
Ihesetan joan hintzana
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