CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN LABORAL Magistrada Ponente: ISAURA VARGAS DIAZ Radicación No. 32681 Acta No. 031 Bogotá, D.C., diecisiete (17) de junio de dos mil ocho (2008). Resuelve la Corte el recurso de casación interpuesto por el INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES contra la sentencia dictada el 24 de mayo de 2007 por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pereira, en el proceso que le sigue MARIA NOELIA GONZALEZ OSORIO. I. MARIA ANTECEDENTES NOELIA GONZALEZ OSORIO instauró demanda ordinaria laboral para que el INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES fuera condenado a reconocerle y pagarle la pensión vitalicia de invalidez, debidamente reajustada, a partir del 9 de febrero de 2005; los intereses moratorios; y las costas del proceso (folios 4 y 5, cuaderno 1). Fundó sus pretensiones en que “fue evaluada con pérdida de capacidad laboral del 55,06% enfermedad de origen común desde el 09 de febrero de 2005 por la Junta de Calificación de Invalidez Regional de Risaralda”; que le solicitó al instituto demandado la pensión por invalidez, la cual fue negada; que hasta diciembre de 1990 cotizó al I.S.S. 313 semanas; que tiene derecho a la prestación deprecada con fundamento en el Acuerdo 049 de 1990; y que agotó la vía gubernativa (folios 2 a 4, cuaderno 1). El INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES al contestar la demanda (folios 23 a 30, cuaderno 1) se opuso a la prosperidad de las súplicas y propuso las excepciones de inexistencia de la obligación, prescripción, falta de causa, inexistencia de la mora en el pago de la pensión y la que denominó “Genérica”. Mediante fallo de 23 de marzo de 2007 (folios 51 a 60, ibídem), el Juzgado Segundo Laboral del Circuito de Pereira declaró que el Instituto demandado está obligado a reconocer y pagarle a la promotora del litigio la pensión de invalidez por riesgo común, a partir del 9 de febrero de 2005, incluyendo las mesadas adicionales; lo absolvió de las demás pretensiones; y le impuso costas. II. SENTENCIA DEL TRIBUNAL La alzada se surtió por apelación del demandado y concluyó con la sentencia impugnada en casación (folios 12 a 18, cuaderno 2), por medio de la cual el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pereira confirmó lo dispuesto por el A quo. En lo que en rigor interesa al recurso el Tribunal asentó que “Surge como principal asunto de debate en este caso, lo que tiene que ver con la aplicación ultra activa de la normatividad anterior a la Ley 100 de 1993 para la concesión de la pensión de invalidez, en virtud del principio de la condición más beneficiosa. Inicialmente debe decirse que, como la pensión de sobrevivientes la de invalidez se reconoce y regula por la legislación vigente al momento de la estructuración del daño, que es cuando nace el derecho a reclamar tal prestación. Sin embargo esta situación, como toda regla general, cuenta con una excepción, que en este caso esta representada por la posibilidad de aplicar la legislación anterior, cuando aquella le permita al afiliado acceder al derecho pensional reclamado” (folio 15, cuaderno 2). Para el juez colegiado “ es posible dar aplicación a una normatividad ya derogada, pero bajo la cual el participante de la seguridad social pudo consolidar su derecho a percibir esa prestación económica, lo que se hace a través del principio de la condición más beneficiosa, establecido en el artículo 53 de la Carta Política y desprendido como una forma de aplicar la favorabilidad contenida en el canon 21 de la Ley Laboral, consistiendo básicamente en que, presentándose dos situaciones aplicables a una persona, deberá optarse por la que más le beneficie, así la normatividad que la consagre ya no estuviere en vigor. Debe decirse antes que nada, que dicho principio difiere totalmente del régimen de transición contenido en la Ley 100 de 1993, puesto que éste está consagrado únicamente para la pensión de vejez, salvaguardándose ciertos beneficios de la legislación anterior para quienes cumplieran con ciertos requisitos, al momento de la entrada en vigencia de aquella normatividad, mientras que la condición más beneficiosa, propende por la protección de los derechos de quienes son beneficiarios de la seguridad social, buscando precisamente, aplicarles la condición que más les convenga o que les permita la consolidación de un determinado derecho. No hay duda que las normas laborales y de seguridad social, son de aplicación inmediata, sin embargo, a través de este principio, es posible otorgarle nuevamente validez jurídica, cuando su vigencia se cumplieron con los requisitos exigidos para acceder a un determinado derecho, aunque el mismo haya venido a hacerse exigible posteriormente a su derogatoria” (folios 15 y 16, cuaderno 2). Por último, el fallador encontró acreditado que la actora perdió su capacidad laboral en un 55.06% y que antes de entrar en vigencia la Ley 100 de 1993 cotizó para el Instituto de Seguros Sociales más de 300 semanas, por lo que la norma aplicable es el artículo 6º del Acuerdo 049 de 1990, para efectos de reconocerle la pensión deprecada. III. RECURSO DE CASACIÓN En la demanda interpuesta por el I.S.S., con la que sustenta el recurso (folios 21 a 27 del cuaderno 3), que fue objeto de réplica (35 a 37 ibídem), el recurrente le pide a la Corte que case la sentencia impugnada para que, en sede de instancia, revoque la de primer grado y, en su lugar, lo absuelva de todas las pretensiones incoadas en el escrito inaugural del proceso. Para tal propósito le formula un cargo en el acusa la sentencia de violar por aplicación indebida del artículo 53 de la Constitución Política, que condujo a la infracción directa de los artículos 39, 45 y 289 de la Ley 100 de 1993, 14 y 16 del Código Sustantivo del Trabajo, 230 de la Constitución Política; aplicación indebida de los artículos 5, 6 y 10 del Acuerdo 049 de 1990, aprobado mediante el Decreto 758 del mismo año y la interpretación errónea del 21 del Código Sustantivo de Trabajo. Sostiene que “la aplicación del artículo 53 de la Carta Política, constituye una aplicación indebida, por cuanto el principio de la norma más favorable supone la necesaria existencia de dos o más normas vigentes que regulen una misma materia y que, por tanto, sean susceptibles de ser aplicadas para la solución, lo cual no ocurre en este caso ya que el Acuerdo 049 de 1990, en lo relativo a la prestación de invalidez fue derogado por la Ley 100 de 1993, toda vez que esta última no consagró ningún régimen de transición” (folio 25, cuaderno 3). Aduce el impugnante que “la teleología del principio de la condición más beneficiosa es la de proteger los derechos adquiridos, lo cual implica que éstos se hayan causado, que hayan ingreso efectivamente al patrimonio de una persona, que se hayan hecho exigibles ante la realización de los supuestos fácticos contemplados en las normas. Pero dicho principio no puede entenderse como la protección absoluta de la progresividad de los beneficios no consolidados, de las meras expectativas, situación que causaría una inflexibilidad de la normatividad y haría insostenible, en términos financieros el sistema de seguridad social” (folio 25, cuaderno 3). Asevera que “desafortunadamente al aplicar el antes mencionado principio, con sustento en él aplicó a la situación los artículos 5, 6 y 10 del acuerdo 049 de 1990, especialmente el artículo 6(…) aplicando el anterior precepto, ya derogado, pudo conceder la prestación, cuando lo correcto era regular el caso por los artículos 39 y 45 de la Ley 100 de 1993, especialmente el primer precepto mencionado, el cual exige para tener derecho a la pensión haber cotizado 50 semanas dentro de los últimos tres años inmediatamente anteriores a la fecha de estructuración y una fidelidad de cotización para con el sistema de al menos 20% del tiempo trascurrido entre el momento en que cumplió veinte años de edad y la fecha de la primera calificación del estado de invalidez. La anterior norma más exigente que la del acuerdo 049 de 1990, no obedece a un capricho del legislador, sino que surge como una necesidad de hacer viable el sistema de seguridad social, lo cual solo era posible si el legislador hacía más exigente el requisito de fidelidad para con el sistema, que era muy bajo en la ley precedente” (folios 25 y 26, ibídem). LA REPLICA Confuta el cargo arguyendo, en suma, que “el Tribunal, jamás tuvo dudas en torno a cuál era la norma aplicable al caso bajo estudio, como lo pregona la censura, pues lo único que hizo, fue acudir a la legislación que más le beneficiaba a la señora(…) que sin duda es la contenida en el acuerdo 049 de 1990 aprobado por el decreto 758 de ese mismo año, y arriba a tal normatividad, gracias al artículo 53 de la Constitución Política, para con ello hacer prevalecer las más de 300 semanas de cotización efectuadas antes de entrar en vigor la Ley 100 de 1993, semanas que sin la menor duda posible, le dan derecho a pensionarse por invalidez, tal y como acertadamente lo concluyó el Tribunal” (folio 35, cuaderno 3). Para apoyar sus aserciones copia apartes de las sentencias de 24 de noviembre de 2006, radicación 25.968 y 5 de julio de 2005, radicación 24280. IV. CONSIDERACIONES DE LA CORTE Dado que el cargo se dirige por la vía directa, debe entender la Corte que el desacuerdo del recurrente no gira en torno a los hechos que dieron origen al litigio, ni tampoco tiene discrepancia respecto de la manera en que los dio por probados el Tribunal, sino que, aceptando que los mismos sucedieran del modo en que los tuvo por acreditados el fallo, se aparta de la conclusión jurídica que de ellos extrajo el juzgador. En este orden de ideas, no hay reproche alguno en que: (i) la última cotización que realizó la actora al Instituto de Seguros Sociales fue en diciembre de 1990; (ii) con posterioridad no efectuó aporte alguno; (iii) la fecha de estructuración de la invalidez fue el 9 de febrero de 2005, al perder el 55.06% de la capacidad para laborar; y (iv) hasta diciembre de 1990, cotizó 313.7143 semanas. Pues bien, el eje central de la discusión radica en determinar cuál es la norma que gobierna el asunto sometido a escrutinio de esta Sala, habida consideración que para el Tribunal es el artículo 6º del acuerdo 049 de 1990, aprobado por el Decreto 758 de la misma anualidad, en tanto, para el recurrente lo es el 39 de la Ley 100 de 1993. El artículo 39 de la Ley 100 de 1993 disponía: “Requisitos para obtener la Pensión de Invalidez. Tendrán derecho a la pensión de invalidez, los afiliados que conforme a lo dispuesto en el artículo anterior sean declarados inválidos y cumplan alguno de los siguientes requisitos: a) Que el afiliado se encuentre cotizando al régimen y hubiere cotizado por lo menos 26 semanas, al momento de producirse el estado de invalidez; b) Que habiendo dejado de cotizar al sistema, hubiere efectuado aportes durante por lo menos 26 semanas del año inmediatamente anterior al momento en que se produzca el estado de invalidez. PARAGRAFO. Para efectos del cómputo de las semanas a que se refiere el presente artículo se tendrá en cuenta lo dispuesto en los parágrafos del artículo 33 de la presente Ley”. Posteriormente, dicho precepto fue modificado por el artículo 11 de la Ley 797 de 2003. Norma declarada inexequible por la Corte Constitucional mediante sentencia C- 1056 de 11 de noviembre de 2003. Al poco tiempo, el artículo 1º de la Ley 860 de 2003, modificó el artículo 39 de la Ley 100 de 1993, precepto que en la actualidad aún sigue vigente, el cual reza: “Requisitos para obtener la pensión de invalidez. Tendrá derecho a la pensión de invalidez el afiliado al sistema que conforme a lo dispuesto en el artículo anterior sea declarado inválido y acredite las siguientes condiciones: 1. Invalidez causada por enfermedad: Que haya cotizado cincuenta (50) semanas dentro de los últimos tres (3) años inmediatamente anteriores a la fecha de estructuración y su fidelidad de cotización para con el sistema sea al menos del veinte por ciento (20%) del tiempo transcurrido entre el momento en que cumplió veinte (20) años de edad y la fecha de la primera calificación del estado de invalidez”. Realizado el precedente recuento legislativo, en sentir de la Corte la norma que regula el asunto bajo estudio es el artículo 1º de la Ley 860 de 2003, toda vez que la estructuración de la invalidez data del 9 de febrero de 2005. Siendo lo anterior así, como efectivamente lo es, observa la Sala que la actora no demostró los requisitos estatuidos en dicho canon, cuales son el haber cotizado “cincuenta (50) semanas dentro de los últimos tres (3) años inmediatamente anteriores a la fecha de estructuración” y la fidelidad para con el sistema de “al menos del veinte por ciento (20%) del tiempo transcurrido entre el momento en que cumplió veinte (20) años de edad y la fecha de la primera calificación del estado de invalidez”. Ahora bien, de aplicarse lo dispuesto en el artículo 39 de la Ley 100 de 1993, encuentra la Corporación que la promotora del proceso tampoco demostró el supuesto fáctico allí establecido, esto es el “Que habiendo dejado de cotizar al sistema, hubiere efectuado aportes durante por lo menos 26 semanas del año inmediatamente anterior al momento en que se produzca el estado de invalidez”. Aquí se impone recordar la insoslayable circunstancia de que el último aporte que realizó la actora fue en diciembre de 1990, es decir, en vigencia del actual sistema general de pensiones no ha sufragado cotización alguna. Puestas así las cosas, el Tribunal incurrió en los yerros jurídicos que le enrostra el cargo, al haber solucionado el conflicto por las previsiones del Acuerdo 049 de 1990, el que había sido derogado por la Ley 100 de 1993 y al no reunir las exigencias del número de cotizaciones ni por ésta la ley como tampoco por la Ley 860 de 2003, habrá de casarse la sentencia, sin que en sede de instancia se requieran de argumentos adicionales a los expuestos en la esfera casacional. En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre de la República de Colombia y por autoridad de la ley, CASA la sentencia dictada el 24 de mayo de 2007 por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pereira, en el proceso ordinario laboral instaurado por MARIA NOELIA GONZALEZ OSORIO contra el INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES. En sede de instancia revoca los numerales primero y tercero de la parte resolutiva del fallo dictado por el Juzgado Segundo Laboral del Circuito de Pereira, el 23 de marzo de 2007. En su lugar, se absuelve íntegramente al Instituto de Seguros Sociales de las pretensiones incoadas en el escrito inaugural del proceso. Costas en las instancias a cargo de la parte actora. Sin costas en el recurso extraordinario. Cópiese, notifíquese, publíquese y devuélvase al Tribunal de origen. ISAURA VARGAS DÍAZ ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERON GUSTAVO JOSE GNECCO MENDOZA EDUARDO LOPEZ VILLEGAS LUIS JAVIER OSORIO LOPEZ FRANCISCO JAVIER RICAURTE GOMEZ CAMILO TARQUINO GALLEGO MARIA ISMENIA GARCIA MENDOZA Secretaria