Sacrificio temporal del maíz para no entorpecer el TLC

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Sacrificio temporal del maíz para no entorpecer el TLC
http://eltiempo.terra.com.co/hist_imp/HISTORICO_IMPRESO/econ_hist/2005-0321/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_HIST-2015208.html
Colombia se abstuvo de subir a 45% arancel a maíz amarillo para evitar que
Estados Unidos no se sentara a negociar hoy.
La suspensión de las subastas de maíz traerá más perjuicios que beneficios,
dijeron fuentes cercanas a los cultivadores nacionales, pero la otra medida
contemplada por el Gobierno –aumentar a 45 por ciento el impuesto a las
importaciones– habría hecho fracasar la minirronda sobre agro que comienza hoy
aquí, dentro de la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados
Unidos.
Según fuentes que pidieron la reserva de su nombre, con la suspensión de las
subastas de maíz amarillo los maiceros simplemente no van a poder vender el
producto a los compradores nacionales, básicamente los que producen alimentos
balanceados para animales, porque el maíz amarillo importado es mas barato, aun
si se le suma el arancel pleno del 16 por ciento.
En este momento, la tonelada del cereal colombiano cuesta aproximadamente
220.000 pesos, mientras que el importado, con arancel incluido, no supera los
170.000 pesos la tonelada. El problema, explicaron expertos contactados aquí en
Washington, no está relacionado con una baja de precios en el mercado
internacional sino con la revaluación del peso que abarata las importaciones en
contra de la producción local.
Incluso, dijeron, si las cotizaciones externas hubieran caído, el sistema andino de
franjas de precios, donde está el maíz, corregiría el descenso con un aumento del
arancel variable haciendo que el precio externo, medido en dólares, se mantuviera
estable.
En las subastas, por cada tonelada de maíz amarillo nacional que compre, un
importador tiene derecho a llevar al país tres toneladas del producto extranjero
pagando un arancel del 6 y no del 16 por ciento. Al combinar estos costos, le
resulta atractiva la compra del cereal colombiano.
Los cultivadores e importadores prácticamente se distribuyen la ganancia que deja
la reducción de los 10 puntos del arancel: los primeros a través de un mejor precio
y los segundos con un arancel menor al corriente. Ahora, al suspenderse la
subastas y por efecto de la revaluación del peso no habrá ningún estímulo para la
compra del maíz amarillo colombiano, lo que llevará a sus cultivadores a
embodegarlo o a vender a pérdida.
Arancel de 45%
Al parecer, ese problema era tan claro para el ministro de Agricultura, Andrés
Felipe Arias, que su primera reacción el jueves de la semana pasada fue subir el
arancel del maíz amarillo a 45 por ciento para volver a hacer atractiva la
combinación de compras del cereal importado y el nacional.
Sin embargo, la reacción de diferentes gremios que participan en las
negociaciones del TLC aquí en Washington frenó la decisión inicial de Arias.
Directivos gremiales argumentaron que subir el arancel a 45 por ciento era la
forma más segura de entrabar la negociación agrícola con Estados Unidos, que se
inicia hoy en esta capital.
Inclusive, afirmaron que en ese evento lo más seguro es que la jefe del equipo
agrícola de Estados Unidos, Mary Lattimer, ni siquiera se sentaría a la mesa.
En consecuencia, Arias optó por suspender las subastas pero advirtió que si el
precio no reaccionaba en unas pocas semanas vendrían más medidas,
declaración que fue considerada contraproducente “porque es una amenaza que
se produce justo cuando comienzan las negociaciones bilaterales agrícolas”,
señaló una fuente del sector.
Para qué son las subastas
Como Colombia no produce todo el maíz que consume, el Gobierno decidió el año
pasado permitir que los industriales importaran el producto más barato, con el
compromiso de comprar la producción nacional.
Con este fin se estableció un sistema de subastas para permitirle importar más a
quien compre mayor cantidad de maíz colombiano.
Según el ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, con las subastas se permitía
bajar los aranceles del maíz de 16 hasta 6 por ciento. Al suspenderlas, los
industriales tendrán que importar todo el maíz con arancel del 16 por ciento o
aumentar sus compras del producto nacional.
Sin embargo, fuentes cercanas a los cultivadores nacionales dicen que al
suspenderse las subastas se pierde el incentivo que permitía que se pagara
mejores precios por el maíz colombiano.
Mercados andinos de cereales, objetivo de E.U.
Estados Unidos les pidió a Ecuador y Perú que abran sus mercados a los
cerealeros norteamericanos, sin tener en cuenta las diferencias entre las
economías, y es de esperarse que le pida lo mismo a Colombia en la minirronda
agrícola bilateral de hoy y mañana.
Con su petición a Ecuador y Perú, en las reuniones bilaterales de la semana
pasada, es la primera vez en los 10 meses de negociaciones del TLC que Estados
Unidos pone sobre la mesa lo que de manera concreta pretende en materia
agrícola.
Los negociadores peruanos y ecuatorianos quedaron sorprendidos con la radical
posición estadounidense, pues se suponía que este encuentro bilateral en la
octava ronda estaría enmarcado en el ánimo de avanzar en el campo agrícola,
uno de los más complejos en este proceso, dijo uno de ellos, quien agregó que las
cosas no se presentaron como se esperaba.
La petición estadounidense es ‘maximalista’, advirtió el jefe de las negociaciones
colombianas para el TLC, Hernando José Gómez, “lo cual no debe sorprender a
nadie. Nosotros haremos lo mismo”, aseguró el funcionario.
Gómez destaco el hecho de que por primera vez Estados Unidos presentó (a
Ecuador y Perú) una propuesta concreta con lo que le interesa de estas
negociaciones agrícolas, lo cual no debe ofender a ninguna delegación. Al fin y al
cabo se trata de unas negociaciones en las que cada participante dice a qué
aspira y se entra en el proceso transaccional.
Conocido el resultado con sus socios andinos, Colombia le envió unas señales al
Ustr (la Oficina del Representante Comercial Estadounidense) para que sean
tenidas en cuenta en las negociaciones bilaterales que se inician hoy.
Gómez confía en que se pueda avanzar significativamente en el llamado esquema
cero por cero (ofrecer apertura inmediata recíproca en productos agrícolas que no
sean sensibles para ninguno de los dos países).
Acuerdo de palmeros y agroindustria
Bogotá
Los cultivadores de palma de aceite y la industria procesadora que utiliza el
producto para fabricar margarinas, helados, aceites de cocina, jabones,
cosméticos y cremas, entre otros, lograron un acuerdo que les permitirá llegar hoy
a Washington a la minirronda agrícola con una posición unificada.
De esta manera, se resuelven las diferencias en una de las cadenas productivas,
pues en la negociación del TLC en general los cultivadores quieren que se les siga
protegiendo con altos aranceles, mientras los industriales desean una reducción
inmediata de los impuestos a las importaciones para poder traer materias primas
más baratas.
Palmeros e industriales pedirán que la desgravación arancelaria se realice en un
plazo no menor a 15 años (hoy los aranceles están entre 15 y 20 por ciento) y que
se mantenga el Sistema Andino de Franja de Precios, que fija unos techos y unos
pisos para los aranceles de varios productos agrícolas, según cómo se comporten
los precios internacionales. De esta manera, si el precio externo sube mucho, el
arancel baja y viceversa.
El temor frente a una baja abrupta de los aranceles de las oleaginosas radica en el
hecho de que Estados Unidos es el principal productor de soya del mundo y está
muy interesado en incrementar sus ventas hacia el país, pues Colombia importa
anualmente 300.000 toneladas de aceites y grasas de diferentes partes del
mundo.
Inicialmente Fedepalma, como gremio de los cultivadores, estaba dando sola la
batalla de los aranceles, pero ya consiguió el apoyo del 60 por ciento de los
industriales y el 40 por ciento restante -que está representado en la Alianza Team
(marcas Oleosoya, Dagusto, Aceite Gourmet, Campi), y Unilever (productos
Sedal)-, dijo que no a va presionar ni a favor, ni en contra. Defender estabilidad
Jens Mesa Dishington, presidente de Fedepalma, explica que este acuerdo está
sintonizado con el que se consiguió en Ecuador, lo que fortalece a los dos países
frente a Estados Unidos, pese a que la ronda agrícola de esta semana solo es
entre Colombia y E.U.
"Tanto nosotros, los de la cadena, como en el Gobierno, estamos convencidos de
la necesidad de mantener mecanismos de estabilización para este sector que es
estratégico por su importancia en generación de empleo y como fuente potencial
para la producción de biodiesel", indica.
Mesa insiste en que la franja de precios no es un sistema de protección, como lo
quieren hacer ver los estadounidenses, sino un mecanismo de estabilización, que
para algunos cultivos, como la palma, son indispensables, dada la alta volatilidad
que tiene su precio internacional. "Se ha hablado de buscar otras alternativas,
pero en nuestro caso simplemente no las hay".
Colombia es el principal productor de palma en América y el quinto mundial, con
cerca de 631.789 toneladas para el 2004, lo que equivale a una participación de
2,1 por ciento en la producción mundial.
Los palmeros también aprovecharán la ronda para pedir acceso real a Estados
Unidos, ya que aunque hoy no tienen aranceles, sí padecen obstáculos técnicos,
como por ejemplo que el helado que se fabrica en E.U. no puede tener grasas
vegetales, sino solo las derivadas de la leche, o que para la fabricación de
margarinas se prohíbe el aceite de palma. "Lo que necesitamos es que se
cambien este tipo de normas para que podamos entrar", indica Mesa.
El año pasado se exportaron 247.030 toneladas de aceite de palma, 55,5 por
ciento más que en el 2003.
JORGE CORREA C.
Enviado especial de EL TIEMPO
Washington
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