BOLETIN Nr 5 Derecho Territorial para grupos etnicos

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Boletín sobre derechos de los grupos étnicos
Boletín N°5
Bogotá, Diciembre de 2014
DERECHO AL TERRITORIO DE LOS GRUPOS ETNICOS
Delegada para indígenas y minorías étnicas
Breve abordaje del reconocimiento de este derecho
Introducción
En Colombia el derecho al territorio de los grupos étnicos cuenta con reconocimiento y
protección especiales, de rango constitucional y legal, normatividad que integra las normas
de tratados internacionales que también amparan este derecho, específicamente el
Convenio 169 de la OIT de 1989. El marco normativo especial se desarrolla en decretos
reglamentarios. Este marco jurídico establece la responsabilidad del Estado colombiano y
sus instituciones con miras a garantizar la efectividad de su goce efectivo.
En los párrafos siguientes
se presenta una breve
introducción respecto a uno
de
los
derechos
fundamentales colectivos e
integrales de los grupos
étnicos: el derecho al
territorio. De acuerdo con
la
experiencia
de
la
Delegada para Indígenas y
Minorías Étnicas, se trata
de uno de los derechos más
sensibles por las diversas
variables
históricas,
sociales,
culturales
y
económicas que histórica y
legalmente se relacionan
con el territorio y la
propiedad.
Los casos
conocidos, tramitados y
acompañados
así
lo
evidencian.
En Colombia históricamente el Estado ha reconocido a los pueblos indígenas el derecho de
los pueblos indígenas a sus tierras ancestrales en la figura jurídica de los resguardos. Las
referencias de estudios del resguardo como institución, indican que el objeto de estos
consistía en concentrar en estas tierras a los indígenas sobrevivientes al exterminio físico y
cultural realizado por los conquistadores europeos. Así, los resguardos permitieron de algún
modo la pervivencia de las comunidades indígenas. Ley 89 de 1890 es el antecedente legal
de reconocimiento de derechos de las comunidades indígenas, y consagra en los artículos 14
a 22 el derecho a la propiedad colectiva de los resguardos1
En el contexto contemporáneo, las tierras de resguardo son reconocidas como propiedad
colectiva de las comunidades indígenas, las cuales gozan de una protección constitucional
especial, cuyo estándar establece su naturaleza inalienable, imprescriptible e
inembargable.2 Esta especial protección constitucional también ha sido extendida por la
jurisprudencia de la Corte Constitucional a los territorios de las comunidades negras,
afrocolombianas, raizales y palenqueras (CNARP)
Es competencia del Estado la dotación de tierras a las comunidades indígenas3, a través del
Incoder (antiguamente Incora), Instituto que tiene en sus funciones la de estudiar las
necesidades de tierras de los pueblos indígenas, así como la de las comunidades negras,
afrocolombianas, raizales y palenqueras, conjunto de poblaciones diversas que conforman
los grupos étnicos en Colombia. Respecto a los pueblos indígenas tiene el deber de
constituir, ampliar, sanear los resguardos, reestructurar y clarificar los territorios de origen
colonial, en beneficio de las respectivas parcialidades. 4
La referencia histórica del reconocimiento del derecho territorial de las comunidades
CNARP, se relaciona con la inclusión en la Constitución Política de 1991 del artículo 55
Transitorio norma que ordenó al Congreso de la República, expedir dentro de los dos (2)
años siguientes expedir una ley que reconocerá “a las comunidades negras que han venido
ocupando tierras baldías en las zonas rurales ribereñas de los ríos de la Cuenca del Pacífico,
de acuerdo con sus prácticas tradicionales de producción, el derecho a la propiedad
colectiva sobre las áreas que habrá de demandar la misma ley”, en el parágrafo primero de
este artículo adicionalmente se establece que “Lo dispuesto podrá aplicarse a otras zonas
del país que presenten similares condiciones”.
Por ahora solo se aborda
una aproximación a uno de
los temas de alta demanda
de
atención
para
la
Defensoría del Pueblo en
todas
las
Defensorías
Regionales y en la sede
nacional,
esto
sin
subestimar
que
otras
instituciones
como
el
Ministerio del Interior e
Incoder,
también
son
requeridas continuamente
frente a peticiones que
tienen que ver con este
derecho.
1
En relación con las mencionadas disposiciones es pertinente tener en cuenta que algunas de las categorías
jurídicas se han adecuado al marco jurídico vigente y, por lo tanto, la figura del resguardo y los trámites
relacionados con el derecho al territorio de los pueblos indígenas actualmente se rige por la Ley 160 de 1994 y
Decreto 2164 de 1995.
2
Constitución Política, art. 63 y 329.
3
Ley 160 de 1993. Art. 1, numeral 2.
4
Ley 160 de 1993, Art. 12, numeral 18.
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Boletín sobre derechos de los grupos étnicos
Como resultado de este mandato constitucional en el año 1993 fue expedida la
Ley 70 de 1993, estatuto legal incorpora este mandato y reconocer el derecho a
la propiedad colectiva (art. 4), la cual se reglamentó en el Decreto 1745 de 1995.
El referido Decreto establece los mecanismos y procedimientos que deben
adelantar las comunidades y las entidades estatales, principalmente el INCODER
para hacer efectiva la titulación. Trata temas relativos a los principios y ámbitos
de aplicación de los consejos comunitarios, de la comisión técnica, sobre el
procedimiento de titulación colectiva a comunidades negras, el manejo y
administración de las tierras tituladas, el procedimiento para la admisión del
concepto previo por parte de la comisión técnica para el trámite de licencias,
concesiones, autorizaciones y explotación de recursos naturales y acceso a los
recursos genéticos.
Con el objeto de cumplir fines de interés social y utilidad pública, el Incora, hoy
Incoder, tiene la competencia para adelantar los trámites de adquisición de
tierras o mejoras, o decretar su expropiación, para las comunidades indígenas
que no las posean, cuando la superficie donde estuvieren establecidas fueran
insuficiente, o para sanear las áreas de resguardo que estuvieren ocupadas por
personas que no pertenezcan a la respectiva parcialidad.
En el mismo sentido, la Ley 70 de 1993 y Decreto 1745 de 1993, asignó al Incoder
la competencia de titular colectivamente las tierras baldías a comunidades
negras, en calidad de “Tierras de Comunidades Negras”, cuyo procedimiento se
desarrolla en el Capítulo IV (Artículos 17 a 31), disposiciones que señalan cada
una de las pautas a tener en cuenta en la especial garantía de este derecho.
En relación con los pueblos indígenas, corresponde al Incoder, previa obtención
de la información necesaria, adelantar los procedimientos tendientes a: i)
Boletín 1236
“Clarificar la situación de las tierras desde el punto de vista de la propiedad,
con
Bogotá,
Diciembre
12/2011
el fin de determinar si han salido o no del dominio del Estado; ii) Delimitar las
tierras de propiedad de la nación de las de los particulares; iii) Determinar
cuándo hay indebida ocupación de terrenos baldíos.5. En consecuencia debe
adelantar los siguientes procedimientos:
1. Delimitar de las tierras de resguardos, o las adjudicadas a las comunidades
negras, de las que pertenezcan a particulares para asegurar la protección de los
bienes y derechos conforme al artículo 63 de la Constitución Política y la Ley 70
de 1993.
2. Adjudicar tierras baldías únicamente y con destino a la constitución de
resguardos indígenas.
3. Estudiar las necesidades de tierras, de las comunidades indígenas, para el
efecto de dotarlas de las superficies indispensables que faciliten su adecuado
asentamiento y desarrollo, y además llevar a cabo el estudio de los títulos que
estos grupos presenten con el fin de establecer la existencia legal de los
resguardos y de constituir o ampliar resguardos de tierras y sanear aquellos que
estén ocupados por personas que no pertenezcan a la respectiva parcialidad.
5
Ley 160 de 1993. Art. 48.
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11Ley
191 de 1995.
309 de 2000. Art. 25.
Corte Constitucional. Sentencia T-013 de 2009
12 Decreto
13
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La Corte sobre el reconocimiento del derecho a la propiedad colectiva de las
comunidades negras en la Sentencia T-955 de 2003 manifestó lo siguiente: “El
derecho de las comunidades negras sobre su territorio colectivo se funda en la
Carta Política y en el Convenio 169 de la OIT, sin perjuicio de la delimitación de
sus tierras a que se refiere la Ley 70 de 1993, en cuanto ésta resulta definitiva e
indispensable para que dichas comunidades puedan ejercer las acciones civiles a
que da lugar el reconocimiento constitucional. Y que el derecho de propiedad
colectiva en comento comprende, y siempre comprendió la facultad de las
comunidades negras de usar, gozar y disponer de los recursos naturales renovables
existentes en sus territorios, con criterios de sustentabilidad. Es decir que desde
el año de 1967, en los términos de la Ley 31, a las comunidades negras nacionales,
en cuanto pueblos tribales, les fue reconocido el derecho a la propiedad colectiva
de los territorios que ocupan ancestralmente y, por ende, las facultades de uso y
explotación de sus suelos y bosques, esto último, por ministerio de la ley o previa
autorización de la autoridad ambiental, en los términos del Código de Recursos
Naturales.”
Posteriormente, en el desarrollo de los derechos de las víctimas de grupos étnicos,
el derecho territorial de estas poblaciones es tomado en cuenta como uno de los
que adquieren alto rango de protección por parte del Estado y, en consecuencia en
los Decretos Ley 4633 de 2011 (para pueblos indígenas) y el 4635 de 2011 (para
comunidades negras), se establece normatividad especial para su garantía.
Finalmente, una de las normas recientemente expedidas por el Gobierno nacional,
con el fin de garantizar la protección jurídica de las tierras y lo territorios de los
pueblos indígenas es el Decreto 2333 de 2014. Su objeto consiste en establecer
mecanismos para la efectiva protección y seguridad jurídica de los territorios
ocupados o poseídos ancestralmente por los pueblos indígenas, con base en los
siguientes principios:
Celeridad en los procesos de protección de estos territorios; ii) Relación especial
pueblos indígenas con sus tierras y territorios; iii) Respeto a la Ley de origen, ley
natural, derecho mayor; iv) Identidad territorial ancestral y/o tradicional; v)
Respeto a los derechos de terceros: a la propiedad y derechos adquiridos por parte
estos.
Adicionalmente establece este decreto que su interpretación, así como la del
derecho mayor de los pueblos indígenas, se hará bajo el principio “pro homine”14
conocido también como principio propersona, respetando los derechos humanos
14
fundamentales,
colectivosde
e los
integrales
de los pueblos
sindedesmedro
delya
Principio de interpretación
derechos humanos
acudiendoindignas,
a las normas
orden superior
de
rango
más
extensivo
frente
al
reconocimiento
de
derechos
protegidos
y
en
sentido
restrictivo
autonomía y jurisdicción especial
cuando se trate de establecer limitaciones al ejercicio de un derecho. El concepto y alcance de
este principio en la jurisprudencia de la Corte Constitucional se define así: “El principio de
interpretación <pro homine>, impone aquella interpretación de las normas jurídicas que sea más
favorable al hombre y sus derechos, esto es, la prevalencia de aquella interpretación que
propenda por el respeto de la dignidad humana y consecuentemente por la protección, garantía y
promoción de los derechos humanos y de los derechos fundamentales consagrados a nivel
constitucional”. Éste es entonces un criterio de interpretación que se fundamenta en las
obligaciones contenidas en los artículos 1 y 2 de la Constitución antes citados y en el artículo 93,
según el cual los derechos y deberes contenidos en la Constitución se deben interpretar de
conformidad con los tratados sobre derechos humanos ratificados por Colombia. (Sentencia C-438
de 2013)
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