El marco jurídico de la situación planteada con el Uruguay

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El marco jurídico de la situación planteada
con el Uruguay
La Constitución Nacional delimita claramente las funciones de
los poderes del Estado en los vínculos con terceros países
P OR Jor ge R ei n a l d o Va n o ssi
Diputado Nacional de la República Argentina
1.- Hay que tener presente que la República Argentina adoptó una forma de Estado “Federal”, que no puede ser confundida con las Confederaciones. Nuestro federalismo delega en el gobierno central (o Gobierno Federal) el manejo de las relaciones exteriores y de
la política internacional que sostiene la Nación Argentina.
En consecuencia, no puede haber injerencia en ellas por parte de las Provincias, con la
salvedad de que la incumbencia atribuida a éstas por la Reforma de 1994 en su Art. 124
aún no ha sido reglamentada por el Congreso Nacional; y, más aún, por lo establecido
en el Art. 27 de la “Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados” (que fuera
aprobada por Ley Nº 19.865) un Estado no puede invocar las disposiciones de su derecho
interno como justificación del incumplimiento de sus derechos y obligaciones: queda
como responsable el Estado Nacional, y no la Provincia.
2.- En la distribución de poderes de los órganos del Gobierno Federal, corresponde al
Poder Ejecutivo lo atinente a la determinación de la política exterior de la Nación y solamente incumbe al Congreso la aprobación de los tratados y concordatos (Art. 75, incisos
22 y 24) y la autorización para declarar la guerra o hacer la paz (Inc. 25); al Senado -en
particular- el otorgamiento de los “acuerdos” para la designación de Embajadores (Art.
99, Inc. 7º); y, eventualmente, a las Cámaras la promoción (acusación) y la sustanciación
(proceso) en el Juicio Político al Canciller y/o al Presidente de la Nación, llegado el caso
de “mal cumplimiento” de sus funciones en cuestiones del área de las relaciones exteriores (Arts. 53 y 59 de la Constitución Nacional).
3.- La Constitución Nacional ampara –entre otros– el derecho de entrar, permanecer,
transitar y salir del territorio argentino. Iguales protecciones tienen jerarquía privilegiada
en virtud del status que les reconoce a las Declaraciones de Derecho, Pactos y Conven96
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ciones –universales y regionales– que referencia expresamente el Art. 75 Inc. 22 de la
Constitución Nacional a partir de la reforma de 1994. Normas propias del Mercosur y de
la Organización Mundial del Comercio (OMC) protegen la libre circulación de personas
y de productos entre los países que forman parte de esas dos entidades asociativas: su
incumplimiento puede ciertamente dar lugar a sanciones y al eventual reclamo de reparaciones contra el Estado Argentino, lo que no debe perderse de vista.
4.- El Art. 22 de la Constitución Nacional y las normas afines del Código Penal contemplan y tipifican el delito de “sedición” (Art. 230). También contamos con penalidades
específicas que están dirigidas a reprimir las conductas que impliquen la obstrucción de
vías públicas, caminos o rutas (Art. 194 y otros de dicho Código).
5.- A lo precedentemente señalado, cabe añadir además que a tenor del Art. 128 de la
Constitución Nacional, “los gobernadores de provincia son agentes naturales del Gobierno Federal para hacer cumplir la Constitución y las leyes de la Nación”. Lo que está indicando la responsabilidad de las autoridades locales en el fiel respeto de la legalidad en
todos sus órdenes, jerarquías y niveles. Igual responsabilidad deben asumir las Autoridades del Gobierno Federal, cada una de ellas en la órbita de sus respectivas competencias
específicas; y sin posibilidad, ni necesidad, de que alguno de los Poderes pretenda inmiscuirse en las facultades propias de otro u otros, ni querer asociarlos o hacerlos partícipes
de decisiones que le son irrenunciables e indelegables.
6.- En conclusión, si se trata de dar cabal cumplimiento al mandato que surge del Art. 27
de la Constitución Nacional, en cuanto a que “El Gobierno Federal está obligado a afianzar sus relaciones de paz y comercio con las potencias extranjeras...” y debe hacerlo “...en
conformidad con los principios de derecho público establecidos en esta Constitución”, es
necesario comenzar a actuar y proseguir haciéndolo –en todos los casos– respetando los
límites, las competencias y las incumbencias de cada poder del estado, según resulta de
las diversas normas reseñadas en los párrafos precedentes ■
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