dad de agua freática a medida que nos alejamos del cauce) y las

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dad de agua freática a medida que nos alejamos del cauce) y las características
químicas de esta, en particular su mayor o menor salinidad.
En las cabeceras de los ríos y arroyos de zonas montanas la vegetación riparia -cuando conservada- aparece formando bosques sombríos y frescos (bosques riparios de cabecera; Lámina IV, 5), en los que los elementos arbóreos
más importantes son el aliso (Alnus glutinosa), el fresno (Fraxinus angustifolia) y diversas mimbreras (v.g. Salix atrocinerea), que contactan con el roble
melojo (Quercus pyrenaica) en las sierras de Gata y Las Hurdes, enjerte y La
Vera, Valencia de Alcántara y Villuercas, zona esta última donde localmente
pueden aparecer loros {Prunus lusitanica) y avellanos (Coiylus avellana), éstos
tal vez sobrevivientes de antiguos cultivos. Al amparo de estos sotos se desarrollan gran cantidad de elementos esciófilos, como Euphorbia hybema, Scropbularia scorodonia, Viola riviniana, Galium broterianum, Carex péndula,
Osmunda regalis, Thelipteris palustris, Phyllitis scolopendrium, Athyrium filixfemina, diversas especies de Cystopteris y Dryopteris, Brachypodium sylvaticum, Paradisea lusitanica, Hypericum androsaemum, Omphalodes nítida, etc.,
así como algunas lianas de interés, como el lúpulo (Humulus lupulus) y la vid
silvestre (Vitis vinifera var. sylvestris), que trepan por los zarzales adyacentes
acompañados a veces de elementos de interés corológico, como Circaea lutetiana, Oenothera biennis, Cynanchum acutum y Vincetoxicum nigrum. Cerca
del agua crecen abundantemente helófitos higrófilos del género Carex, y en los
herbazales de juncales y prados adyacentes no son infrecuentes elementos graminoides interesantes, como Cynosurus cristatus y Nardus stricta.
En el cauce medio de los ríos y arroyos que surcan la penillanura extremeña la vegetación riparia (el bosque ripario de curso medio) se asienta sobre
sustratos arenoso-silíceos o arcilloso-básicos, a menudo muy alterados por el
hombre. Esta situación es la que puede observarse en las Vegas del Guadiana,
donde los bosques en galería se desarrollan básicamente sobre sustratos arcillosos y en los que los elementos arbóreos característicos son de nuevo el aliso, el fresno y las mimbreras (S.atrocinerea, S.salvijblia). a los que hay que añadir también olmos (Ulmus minor), chopos (Populus alba, P.nigrd) y almeces
(Celtis australis), así como atarles (Tamarix sp.) y adelfas (Nerium oleander),
estas últimas al igual que los almeces en las situaciones más térmicas. Estos bosques aparecen en general fuertemente perturbados al favorecerse los cultivos
de regadío y la utilización de estos enclaves para la plantación de eucaliptos
(Eucalyptus camaldulensis), que en la actualidad poseen gran importancia fisionómica en los márgenes del río Guadiana.
Actualmente la mayor parte de los bosques riparios del cauce medio del río
Guadiana aparecen notablemente aclarados, por lo que los elementos esciófilos típicos (v.g. Ranunculus/icaria,
Arum italicum, Scrophularia scorodonia,
etc.) a menudo faltan, si bien hay higrófitos muy llamativos como el lirio amarillo (Iris pseudaconis), Lysimachia vulgaris, esparganios {Sparganium erectum) y alguna liana de notable tamaño (Calystegia sepium). Por el contrario, los
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