Olga Novo

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Olga Novo
OLGA NOVO (Vilarmao, Lugo, 1975).
Profesora de lengua y literatura gallegas,
como poeta se dió a conocer en distintas revistas literarias como Dorna, Ólisbos, Festa
da palabra silenciada o Clave Orión. Publica su primer poemario, A teta sobre o
sol, en 1996, al que seguiría Nós nus
(1997) y Amar é unha india (1997). En colaboración con el también poeta Juan Abeleira y la pintora Alexandra Domínguez publica el libro de artista Magnalia (2001). Su
última obra poética es A cousa vermella en prensa-. Su obra ha sido recogida en diversas antologías gallegas, españolas y norteamericanas, traducida al castellano, al
francés y al inglés. Como estudiosa de la literatura, tiene publicados los libros Por un
vocabulario galego do sexo. A terminoloxía erótica de Claudio Rodríguez Fer
(1996) y O lume vital de Claudio Rodríguez Fer (1999). Ha publicado estudios
sobre la obra de autores como André Breton, Eugenio Fernández Granell, Fernando
Pessoa, Ánxel Fole, Luz Pozo Garza, Xohana Torres, etc, en revistas especializadas.
29 de enero del 2002
Querida mamá: estoy aprendiendo a ladrar.
une saison en enfer. repite conmigo Une-Saison-En-Enfer.
mis treinta generaciones analfabetas Yo estoy aprendiendo a ladrar.
marcar un nunca territorio con la epiglotis
como un can como una perra cualquiera
emperrarme hasta volver en mí en can entonces pronuncio
Walt Walt
Walt Whitman mamá.
estoy aprendiendo a ladrar.
me pongo de culo al sol me agarro a una azada e
intento imitar el canto del cuco del cuco de culo al sol entonces
mi garganta se exprime de dolor
y aúllan como nunca los futuros posibles que nos abomban las venas
como un cazo de leche vertiéndose en el fuego.
los ojos de mi amor llevan dentro
el tintineo de los cencerros unocontraotro unocontraotro
de la novena sinfonía de Gustav Mahler
mamá.
y yo te miro a los ojos a los ojitos estás tan cansada
pero yo no y aquí
es el momento de la furia can
escucho con atención la campana de cris
tal de tus sueños incumplidos
como una escultura delicada de Brancusi
de Cons tan tín Brancusi.
una vez y otra vez el corazón tan grande
como una seta enorme el otoño eres tú auh auh auh loba
aquí me tienes bailando gritando saltando
una maestra gutural un volcancito gutural
como Virginia Woolf como Virginia Woolf como Virginia Woolf.
te miro las manos podría lamerte las cicatrices de las manos
hasta que dieran luz
y curarte las hernias discales con un solo verso alejandrino
con una sílaba de centeno crudo con un oh-là-là y después después
contar una por una tus canas enraizadas en las edades del mundo
tu lengua plantígrada mamá
podría incluso reestructurarte la osamenta
con el implante de una canción anarquista.
a veces siento el dolor sedimentándose
lámina
por
lámina
como la pizarra:
es un esguince emocional clavado en la nuca
y para ladrar así a veces es preciso llorar yodo
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sajarme las rodillas con una guadaña hasta ver el sol tan cerca
a tres centímetros del iris
mamá
yo tenía que mamar de tu médula
asombrar al mundo cuando te baja la compasión a las caries
y a los pechos
caídos
de cansancio.
Más alla de los presupuestos lingüísticos y
estéticos del “parler femme” de Luce Irigaray, o de las varias consideraciones de
lenguajes específicamente femeninos postulados por diversas feministas en distintos
momentos, sigue flotando en el aire la cuestión palpitante de la supuesta existencia de
una poesía propia de mujeres, ¿femenina?
Está claro que el feminismo ha liberado los
cuerpos y las mentes de muchas mujeres,
artistas en el arte de la vida, de los libros, de
la pintura... y es por ello que algunas de
ellas comparten -compartimos- inquietudes
y vivencias semejantes, que necesariamente
se transparentan en sus creaciones.
para poder ladrar yo tendría que roer durante años
tu alergia al polen a los vilanos de los chopos
tu anemia circulando en sentido inverso por la sangre
tendría que ir contigo a enterrar a tu hermano de veintisiete años y
apretar la mandíbula para no partirme la lengua
con su tuberculosis
mamaíta.
sé muy bien que para poder ladrar
tendría que ir contigo a mi infancia
y verme a punto de morir deshidratada
y rogarle a la virgen en la que no crees
que me devolviese a la vida de tres meses y medio
y soldarme en tu regazo para siempre
como una pieza de hierro de tu vientre.
no pienses que no sé que para poder ladrar
tendría que ir contigo a las últimas horas
de la abuela Carmen agarrada a las cuatro puntas de su pañuelo
y a tu bazo.
yo sé muy bien sé todo
que para aprender este ladrido
al fin hicieron falta
mil mujeres lavando sin cesar en el río de Saá
y mil arando y dos mil cosiendo y cinco mil
recogiendo leños y raíces en mitad del monte y Tú
sobre todo tú plantando pinos en una sierra inmensa
desaprendiendo cuanto eres
agujereando tus dudas.
Querida mamá: estoy aprendiendo a ladrar.
alguien me ve abriéndome la mandíbula hasta hendirla y digo ya
ya ladro auh como el perro no no
como Camille Claudel como Camille Claudel como Camille Claudel
como Camille mamá en el mármol
como Camille
como Walt Whitman Walter Benjamin voy mamá
voy hacia ti
voy yo voy
alta
alta
auh...
A pesar de ello, hemos de insistir en la pregunta: ¿qué significa “poesía femenina”?,
más aún ¿qué es lo femenino? Rechazando
los esencialismos, prefiero radicalmente
cantar la diferencia. Y en mi canto están, todas distintas, las que cantan en mi lengua
matrilineal Rosalía, Luz Pozo, Xohana Torres, Pura Vázquez, pero están también Virginia, Djuna, Cristine de Pizan, Brontë, Jane Austen, Emily Dickinson, Louisse Labbé,
Joyce Mansour, Verónica Franco...
Están sobre todo las que tuvieron que callar
y no las escucharemos nunca. Para ellas son
todas mis palabras.
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Versión original
29 de xaneiro do 2002 // Querida mamá: estou aprendendo a ladrar. / une saison en enfer. repite comigo Une-Saison-En-Enfer. / trinta xeracións de meu analfabetas Eu estou aprendendo a ladrar. / marcar un nunca territorio coa epiglote /
coma un cadelo coma un can de palleiro / escadelearme ata volver en min en can
entón pronuncio / Walt Walt / Walt Whitman mamá. // estou aprendendo a ladrar.
/ póñome de cu pró sol agárrome a unha aixada e / tento imitar o son do cuco do
cuco de cu pró sol entón / a miña gorxa esprémese de dor / e oulan coma nunca
os futuros posibles que nos fan esbombar as veas / coma unha pota de leite na
lareira. // os ollos do meu amor levan dentro / o troupeleo dos chocallos uncontrautro uncontrautro / da novena sinfonía de Gustav Mahler / mamá. // e eu
míroche prós ollos prós olliños estás tan cansa / pero eu non e aquí / é o intre da
furia can / escoito con atención a campá de cris / tal dos teus soños incumpridos
/ coma unha escultura delicada de Brancusi / de Cons tan tín Brancusi. // unha
vez e outra vez o corazón grandísimo / igual ca unha cerrota andoa o outono es ti
ou ou ou loba / velaquí me tés bailando berrando choutando / unha mestra gutural un volcanciño gutural / coma Virginia Woolf coma Virginia Woolf coma Virginia
Woolf. // eu míroche prás mans podería lamberche as cicatrices das mans / ata
que deran luz / e curarche as hernias discais cun só verso alexandrino / cunha sílaba de centeo cru cun oh-là-là e despois despois / contar unha por unha as túas
canas enraizadas nas idades do mundo / a túa lingua plantígrada mamá / podería
mesmo reestructurarche a osamenta / co implante dunha canción anarquista. // ás
veces sinto a dor sedimentándose / lámina / por / lámina / coma a pizarra: / é un
esguince emocional chantado na caluga / e para ladrar así ás veces é preciso chorar
iodo / abrir os xeonllos cunha gadaña ata ver o sol tan preto / a tres centímetros
do iris / mamá / eu tiña que mamar da túa médula / asombrar o mundo cando che
baixa a compaixón ás caries / e ós peitos / caídos / co cansazo. // para poder
ladrar eu tería que rillar durante anos / a túa alerxia ó pó á peluxe dos chopos / a
túa anemia circulando en sentido inverso polo sangue / tería que ir contigo enterrar ó teu irmán de vintesete anos e / apretar a meixela para non tronzar a lingua /
coa súa tuberculose / mamaíña. // ben sei eu que para poder ladrar / tería que ir
contigo á miña infancia / e verme case morrer deshidratada / e pregarlle á virxe na
que non cres / que me devolvera á vida de tres meses e medio / e soldarme no teu
colo para sempre / coma unha peza de ferro do teu ventre. // non penses que non
sei que para poder ladrar / tería que ir contigo ás derradeiras horas / da mamá
Carmiña agarrada ás catro puntas do seu pano / e ó teu bazo. // ben o sei ben sei
eu todo / que para eu aprender este ladrido / á fin fixeron falla / mil mulleres lavando a reo no río de Saá / e mil arando e dúas mil cosendo e cinco mil / apañando
cozas e garabullos no medio do monte e Ti / sobre todo ti plantando pinos nun serragoto inmenso / desaprendendo canto es / esfuracando as túas dúbidas. //
Querida mamá: estou aprendendo a ladrar. // alguén me ve abríndome a queixada
ata que a fendo e digo xa / xa ladro ou coma o can non non / coma Camille Claudel
coma Camille Claudel coma Camille Claudel / coma Camille mamá no mármore /
coma Camille / coma Walt Whitman Walter Benjamin vou mamá / vou deica ti /
vou eu vou / outa / outa / ouh...
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