TGS

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T. 352. XXXV.
ORIGINARIO
Transportadora de Gas del Sur Sociedad
Anónima (TGS) c/ Santa Cruz, Provincia de s/
acción declarativa de certeza.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
Suprema
Corte :
utilidad nacional (art. 75, inc. 30, CN).
Solicitó, en tanto, el dictado de
una medida cautelar de no innovar, a fin de que la
Provincia demandada suspenda el trámite de las
actuaciones administrativas y -en particular- se
abstenga de promover ejecución fiscal y/o trabar
medidas asegurativas en contra de TGS. Finalmente,
requirió la intervención del Estado Nacional como
tercero, en los términos del art. 94 del CPCCN.
-IIA fs. 182/183, V.E., con remisión
al dictamen de este Ministerio Público de fs. 83,
declaró que la causa corresponde a su competencia
originaria, corrió traslado de la demanda y citó al
Estado Nacional como tercero.
En el mismo acto, hizo lugar a la
medida cautelar peticionada y ordenó a la Provincia
de Santa Cruz que se abstenga de realizar actos
tendientes al cobro del impuesto de sellos por los
contratos enumerados en el escrito de inicio.
- III A fs. 261/274, el Estado Nacional
respondió su citación.
En primer término, distinguió el
alcance de su intervención. Así, en lo que respecta a
los contratos celebrados con anterioridad a la
privatización de Gas del Estado S.E., asumió su
responsabilidad frente a las obligaciones tributarias
exigibles por los actos previos a la toma de posesión
del paquete accionario objeto de venta en el
concurso público internacional Nº 33-0150, con
sustento en lo dispuesto por el numeral 11.1.1 del
capítulo XI del contrato de transferencia de
acciones.
A partir de tal reconocimiento,
rechazó la pretensión provincial de gravar los
contratos de transporte celebrados por TGS antes de
su transferencia, por entender que fueron meros
actos preparatorios del proceso privatizador, en
todos los cuales intervino exclusivamente el Estado
Nacional, sin repercusión económica alguna y, por
tanto, privados de onerosidad. Negó, asimismo, la
existencia de instrumento gravado y esgrimió -en
subsidio- que tales contratos han sido celebrados por
un mismo sujeto exento: el Estado Nacional (art.
106, inc. a., ley de sellos provincial).
Por el contrario, respecto de
-IA fs. 11/82, Transportadora de
Gas del Sur S.A. (TGS, de aquí en más) promovió
demanda declarativa de certeza contra la Provincia
de Santa Cruz, en los términos del art. 322 del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
(CPCCN).
Afirmó que se encuentra no sólo
en estado de incertidumbre, sino también de
perplejidad, ante dos mensajes estatales
contrapuestos, como son el emanado del Estado
Provincial, que le reclama el pago de diecisiete
millones de pesos -más sus accesorios- en concepto
de impuesto de sellos, a través de las veintiocho
disposiciones que adjunta (identificadas como
anexos Nº 1 a 28), y el del Estado Nacional, que le
indica la ilegitimidad de aquella pretensión y, más
aún, le manda resistirla administrativa y
judicialmente.
Señaló que se trata de evaluar la
procedencia -en el caso- del impuesto de sellos
pretendido respecto de dos tipos de situaciones: de
una parte, los contratos de transporte que fueron
armados internamente por Gas del Estado para su
posterior privatización, que constituyeron el objeto
mismo del negocio privatizado y, por otro lado, los
contratos epistolares sin instrumentación, celebrados
por TGS luego de su privatización, consistentes en
propuestas escritas emanadas de los cargadores, sin
ninguna aceptación documentada por su parte.
Por diversas razones, consideró
que la pretensión del fisco local se enfrenta con el
plexo del derecho federal en su integridad, en
especial, aquellas normas que regularon la
privatización de Gas del Estado, el marco general
del transporte y distribución de gas, la ley de
coparticipación federal Nº 23.548 y el pacto de
hidrocarburos, del 14 de noviembre de 1994, entre
otras.
También estimó afectadas las
facultades del Congreso Nacional para regular el
comercio (art. 75, inc. 13, Constitución Nacional),
otorgar concesiones temporales de privilegios y
recompensas de estímulo (art. 75, inc. 18, CN) y
dictar la legislación necesaria para el cumplimiento
de los fines específicos de los establecimientos de
1
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contratos celebrados por TGS luego de su
transferencia, puntualizó que su participación se
apoya en la necesidad de defender las atribuciones
que le competen en la gestión del servicio público
de transporte y distribución de gas natural en todo el
territorio del país, las que resultan interferidas -en su
criterio- por las pretensiones recaudatorias de la
Provincia. Negó, en este punto, su responsabilidad
patrimonial por el pago del impuesto de sellos sobre
los contratos "epistolares" celebrados por TGS con
posterioridad a su privatización.
- IV A fs. 278/294, la Provincia de
Santa Cruz contestó la demanda y solicitó su
rechazo.
En forma preliminar, planteó la
incompetencia de la Corte para entender en el
asunto, pues consideró que es propio del derecho
público local y no puede ser sustraído del
conocimiento de sus tribunales.
También negó la existencia de un
estado de incertidumbre que habilite la procedencia
formal de la acción intentada, puesto que el fisco
provincial suspendió el procedimiento de
determinación de oficio de la deuda, a raíz de las
prórrogas solicitadas por la accionante y de las
negociaciones que se estaban llevando a cabo, tanto
en el ámbito provincial como nacional.
Respecto del fondo del planteo,
ratificó la onerosidad y bilateralidad de los contratos
celebrados por TGS en fecha previa a su
privatización, al igual que la existencia y plena
capacidad de las sociedades que los suscribieron,
constituidas conforme a la ley 19.550, e inscriptas
ante la Inspección General de Justicia.
Por otra parte, y respecto de las
ofertas recibidas por TGS luego de su privatización,
manifestó que el impuesto resulta procedente, en
tanto la "instrumentación" elegida contiene aquellos
elementos esenciales que permiten caracterizar al
acto gravable.
Ofreció
prueba,
consideró
excesiva la aportada por la actora y solicitó la
celebración de la audiencia prevista en el art. 360
del CPCCN.
-VCorresponde señalar que el 4 de
marzo de 1999, la Subsecretaría de Recursos
Tributarios de la Provincia de Santa Cruz dictó
veintiocho resoluciones, a través de las cuales
informó haber constatado la existencia de diversos
contratos celebrados por TGS, presuntamente
sujetos al pago del impuesto de sellos, y otorgó vista
para que la actora formule su descargo y ofrezca
prueba (cfr. anexos Nº 30 a 64).
En respuesta a ellas, la actora
presentó un único escrito (anexo Nº 65), lo cual
motivó que el 20 de octubre de 1999 la citada
Subsecretaría dictara otras veintiocho resoluciones,
en las que -sin expresar razones- corrió nueva vista
de las actuaciones (anexos Nº 1 a 28). Tal vista no
ha sido replicada, según informa la actora a fs. 18 y
ratifica la demandada a fs. 292, pues el plazo para su
contestación ha sido prorrogado en forma sucesiva.
En este estado, y sobre la base del
reconocimiento de la Provincia a la documentación
citada en los dos párrafos precedentes (cfr. punto 1º
y 2º, acta de fs. 546), pienso que existe una
controversia definida, concreta, real y sustancial,
que admite remedio específico a través de una
decisión de carácter definitivo de V.E. (Fallos:
316:1713; 320:1556 y 2851).
A su vez, estimo que las
cuestiones en debate no tienen un mero carácter
consultivo ni importan una indagación especulativa
sino que, antes bien, responden a un caso que busca
precaver los efectos de actos en ciernes, como lo ha
reconocido implícitamente V.E. al hacer lugar a la
medida cautelar de fs. 183/185.
Por último, considero que la
suspensión del procedimiento determinativo de
oficio dispuesto por el fisco provincial no obsta a la
procedencia de la vía intentada, ya que la
competencia originaria de la Corte -que proviene de
la Constitución- no puede quedar subordinada al
cumplimiento o vigencia de los procedimientos
exigidos por las leyes locales (Fallos: 312:475 y sus
citas).
- VI En segundo término, es mi parecer
que la excepción de incompetencia, tal como ha sido
planteada, no puede ser admitida. Para ello me
remito a lo expuesto en el dictamen de la señora
Procuradora Fiscal de fs. 83, compartido por V.E.,
en el cual se aclaró que la presente acción
declarativa corresponde a la competencia originaria
del Tribunal ratione personae, con independencia
del carácter local o federal que adquiriera la materia
en litigio (cfr. también Fallos: 323:524, cons. 2º).
Pero, aún analizando el fondo del
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Transportadora de Gas del Sur Sociedad
Anónima (TGS) c/ Santa Cruz, Provincia de s/
acción declarativa de certeza.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
planteo de la excepcionante, entiendo que también
corresponde su rechazo, pues la reforma
constitucional de 1994 resultó determinante para el
tratamiento de cuestiones como la introducida en el
sub lite.
Ha sostenido V.E., en Fallos:
324:4226, que el nuevo rango asignado a la
coparticipación federal de impuestos por la
Convención Constituyente de 1994 y el amplio tratamiento que la Ley Fundamental le dedica después de
la reforma, conduce a la conclusión de que la
afectación del sistema así establecido involucra, en
principio, una cuestión constitucional (cfr. cons. 8º).
En este orden de ideas, asume tal
calidad la eventual violación, por parte de una
provincia, de ejercer la función legislativa conforme
al compromiso allí asumido, aunque esa transgresión
pueda también exteriorizarse como un conflicto
entre dos leyes locales. En efecto, la Constitución
Nacional establece la imperativa vigencia del
esquema de distribución de impuestos previsto en la
ley-convenio, sancionada por el Estado Nacional y
aprobada por las provincias, la que "no podrá ser
modificada unilateralmente ni reglamentada", de
modo que una hipotética transgresión a la ley local
de adhesión -y, por ende, a dicha norma federal-, se
proyecta como una afectación de las nuevas
cláusulas constitucionales, sin que en ello incida el
carácter local de la norma mediante la cual pudiera
efectivizarse la alteración del sistema vigente en el
orden nacional.
Desde esta óptica, V.E. manifestó
que no existe obstáculo para que el Tribunal
conozca en su instancia originaria, pues el conflicto
-tal como ha sido planteado por la actora en su
demanda- no involucra cuestiones cuyo tratamiento
corresponda a los tribunales locales, más allá de la
naturaleza de las leyes que confrontan con la norma
federal y con las cláusulas constitucionales que rigen
el tema (Fallos: 324:4226, cons. 13º).
Por último, y tal como sostuve al
dictaminar in re "El Cóndor Empresa de Transportes
S.A. c/Provincia de Buenos Aires" (Fallos:
324:4226), en criterio compartido por V.E., esta
solución no debe interpretarse como limitación de
las autonomías provinciales, toda vez que la Corte
constituye el fuero natural de las provincias
argentinas (arts. 116 y 117 C.N.) y sus competencias
-por provenir de la propia Constitución- no son
susceptibles de ampliarse ni restringirse o modificarse, mediante normas legales (Fallos: 180:176;
270:78; 280:176; 302:63; 308:2356; 310:1074;
314:94 y 240; 315:1892; 316:965, entre muchos
otros).
- VII Respecto del fondo de la cuestión
en debate, a fin de lograr mayor claridad expositiva,
considero necesario distinguir el análisis de los
contratos celebrados por TGS con anterioridad a su
privatización, de aquellos que son posteriores a tal
hecho.
- VIII En cuanto a los contratos
celebrados por TGS con posterioridad a su
privatización, y enumerados en el punto 2.2. de fs.
539 vta., existe acuerdo entre las partes respecto a
que:
"a) sólo han existido propuestas escritas dirigidas
por los oferentes a TGS,
b) que TGS no ha suscripto esas propuestas en
prueba de aceptación,
c) que TGS no ha remitido a los proponentes
aceptación escrita de tales ofertas,
d) y que en todos los casos la aceptación de las
propuestas se operó en forma tácita" (cfr. acta de fs.
546).
Sobre la base de estos
reconocimientos, un orden lógico impone analizar
-en primer término- si las "propuestas" recibidas en
estas condiciones, constituyen "instrumentos"
gravados por el impuesto de sellos.
Dispone el art. 71 de la ley
provincial Nº 1410: "Será considerado acto sujeto
al pago del impuesto que esta ley determina, de
acuerdo con lo dispuesto en el art. 79, aquel que se
formalice en forma epistolar, por carta, cable o
telegrama, siempre que se verifique cualquiera de
las siguientes condiciones:
a)
se acepte la propuesta o el pedido
formulado por carta, cable o telegrama,
reproduciendo totalmente la propuesta o sus
enunciaciones o elementos esenciales que permitan
determinar el objeto del contrato;
b)
las propuestas o pedidos, o los
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presupuestos aplicados, aceptados con su firma por
sus destinatarios.
A los fines del párrafo anterior, será en todos los
casos requisito para la gravabilidad del acto, que la
aceptación respectiva haya sido recibida por el
emisor de la propuesta, pedido o presupuesto".
A la luz de la norma transcripta, y
sobre base de los expresos reconocimientos de fs.
546, considero evidente que las ofertas recibidas por
TGS no cumplen los requisitos mínimos para
encontrarse sujetas al impuesto, pues no han sido
aceptadas con su firma en prueba de conformidad ni,
mucho menos, se han reproducido sus enunciaciones
o elementos esenciales en otra misiva de respuesta.
Al no existir aceptación escrita, tampoco se verifica
el segundo requisito para la gravabilidad, esto es, la
recepción -por el emisor- de la oferta conformada.
No puede alegar la demandada,
como sustento de su ajuste impositivo, la existencia
de aceptación tácita respecto de estas epístolas, o el
cumplimiento de las prestaciones en ellas contenidas
pues, en mi parecer, tal aserto no solo desconoce su
propia normativa, sino también la obligación
asumida al adherir al régimen federal de
coparticipación de impuestos establecido por la ley
23.548.
En efecto, como sostuvo V.E. en
Fallos: 321:358, el apartado 2) del inc. b) del art. 9
de la ley 23.548 fija las características básicas a las
que se deberán ajustar las leyes de impuestos de
sellos que dicten las partes del convenio. Dicha
norma, en lo que aquí interesa, dispone: "II. En lo
que respecta a los impuestos de sellos recaerán
sobre actos, contratos y operaciones de carácter
oneroso instrumentados, sobre contratos a título
oneroso formalizados por correspondencia, y sobre
operaciones monetarias que representen entregas o
recepciones de dinero que devenguen interés, efectuadas por entidades financieras regidas por la Ley
21.526" (subrayado, agregado).
Y para comprender cuando existe "formalización
por correspondencia", en mi opinión, es necesario
remitirse al art. 6º del decreto 9432/44, el cual
incorporó este hecho imponible autónomo al
ordenamiento nacional, en la forma siguiente: "Será
considerado contrato por correspondencia sujeto al
pago del impuesto de sellos en el acto de su
perfeccionamiento, la carta que por su solo texto,
sin necesidad de otro documento, revista los
caracteres exteriores de un título jurídico con el
cual pueda ser exigido el cumplimiento de las
obligaciones en ella consignadas considerándose
como tal aquella en la cual al aceptarse una
propuesta se transcriba ésta o sus enunciaciones y
elementos esenciales, así como las propuestas,
duplicados de propuestas o presupuestos firmados
por el aceptante" (el subrayado no se encuentra en
el original).
Estimo adecuada tal remisión,
pues creo que a tales orígenes se remontó la ley
22.006, al sustituir el texto del art. 9º de la entonces
vigente ley de coparticipación federal (Nº 20.221).
En efecto, reseñó el mensaje de
elevación de la ley 22.006 que su similar 20.221 -en
un exceso de virtuosismo técnico- había
reemplazado la denominación "impuesto de sellos"
por la de "impuestos sobre actos, contratos y
operaciones", que fue una forma elíptica de designar
al tributo que recaía sobre "actos, contratos y
operaciones a título oneroso, instrumentadas" (cfr.
22º párrafo).
Agregó que esta designación fue
tomada por algunas jurisdicciones no como tal, sino
como definición de hecho o base imponible. En esta
tesitura, y atento a lo genérico de la expresión, se
había llegado a excesos de imposición, que
desvirtuaban la esencia del régimen.
La inteligencia casuística de la
comentada expresión, añadió, llevaría a la
incongruencia de gravar el universo de las
posibilidades de imposición, con lo que toda la
estructura del régimen de coparticipación perdería
su razón de ser (cfr. 23º párrafo).
Por tales motivos, estimó
imprescindible modificar el régimen de
coparticipación vigente, con carácter aclaratorio,
recogiendo la interpretación que había efectuado la
Comisión Federal de Impuestos ante situaciones del
tenor de las comentadas (cfr. 26º párrafo).
Las modificaciones introducidas
-entonces- giraron en torno de tres ejes:
1.
el regreso a la denominación tradicional de
"impuesto de sellos", para evitar malas
interpretaciones (cfr. 45º párrafo);
2.
limitar sus alcances al de un impuesto a la
instrumentación (cfr. 46º párrafo);
3.
definir el concepto de instrumentación ya
que, en la materia, la jurisprudencia de las distintas
provincias era disímil (cfr. 47º párrafo).
En consonancia con la nota
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Transportadora de Gas del Sur Sociedad
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acción declarativa de certeza.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
precedente, el art. 2º de la ley 22.006 sustituyó el
inc. b) del art. 9º de la ley 20.221, cuya redacción
subsiste inalterada a la fecha, al haber sido recogida,
bajo idéntico número de artículo, inciso y acápite,
por la ley 23.548.
Con lo expuesto puede apreciarse
que la limitación del impuesto a la
"instrumentación" rige -según la intención del
legislador, a la cual debe darse pleno efecto (Fallos:
310:500 y 2674; 311:2223; 312:1484, entre muchos
otros)- para los tres supuestos de imposición
previstos en el apartado 2) del inc. b) del art. 9 de la
ley 23.548.
En el primer caso, ("actos,
contratos y operaciones de carácter oneroso
instrumentados ), con el alcance del segundo
párrafo de la misma norma ("toda escritura, papel o
. Dictamen de este Ministerio Público
in re S.1077, L.XXXVI "Shell Compañía Argentina
de Petróleo S.A. c/Provincia del Neuquén", del día
de la fecha).
En la segunda hipótesis, con la
necesidad de "formalización por correspondencia",
según la definición dada desde los orígenes de este
hecho imponible por el Decreto 9432/44, esto es,
"la carta" (en singular) que, por su solo texto, sin
necesidad de otros documentos ni actos de las partes, revista los caracteres exteriores de un título
jurídico, con el cual pueda ser exigido el
cumplimiento de las obligaciones en ella
consignadas (cfr. Rapoport, Juan: "Manual práctico
de la ley de sellos nacional", Libro de Edición Argentina, Buenos Aires, 1952, p. 77). Según la misma
norma, se considera como tal aquella en la cual, al
aceptarse una propuesta, se transcriba ésta o sus
enunciaciones y elementos esenciales, así como las
propuestas, duplicados de propuestas o presupuestos
firmados por el aceptante.
Y, en la tercera, cuando autoriza a
las provincias a gravar operaciones monetarias en
las condiciones objetivas y subjetivas de la norma,
que también presuponen la existencia del recaudo
instrumental (cfr. dictamen de este Ministerio
Público in re B.1087, L.XXXVI "Banco Río de la
Plata S.A. c/Provincia de La Pampa y/o quien
resulte responsable", del 3 de julio de 2002).
De ello necesariamente concluyo
que el impuesto sub examine comprende tres
modalidades instrumentales distintas, bajo un mismo
presupuesto que le común: que se trate de actos,
contratos o negocios instrumentados.
En tales condiciones pienso que
las ofertas enumeradas en el punto 2.2. de fs. 539
vta. tampoco reúnen los caracteres requeridos por la
ley de coparticipación federal, pues su cumplimiento
sólo podrá ser exigido por la oferente si previamente
acredita que su cocontratante realizó el acto positivo
de aceptación señalado en tales misivas (cfr. reconocimiento de la demandada, respecto de la
aceptación tácita de las ofertas, pto. 3.d., fs. 546).
Por ello, considero que V.E. debe
hacer lugar a la demanda en este aspecto, y declarar
que la pretensión provincial, de aplicar el impuesto
de sellos sobre las ofertas enumeradas en el punto
2.2. de fs. 539 vta., transgrede lo dispuesto por el
art. 71 de la ley provincial Nº 1410 y, al mismo
tiempo, se encuentra en pugna con la obligación
asumida en el acápite II del inc. b) del art. 9º de la
ley 23.548.
- IX Por otra parte, respecto de los
contratos celebrados por TGS con anterioridad a su
privatización, cabe formular las siguientes
aclaraciones.
La ley 23.696 declaró en estado
de emergencia la prestación de los servicios
públicos, la ejecución de los contratos a cargo del
sector público y la situación económico financiera
de la administración pública nacional (art. 1º), al
mismo tiempo que autorizó al Poder Ejecutivo
Nacional a intervenir y modificar la tipicidad
jurídica de todos los entes, empresas y sociedades
estatales, dentro de las formas jurídicas previstas por
la legislación vigente (art. 2º y 6º), y a disponer la
creación de nuevas empresas sobre la base de
escisión, fusión, extinción o transformación de las
existentes, reorganizando, redistribuyendo o
reestructurando cometidos, organización y funciones
u objetos sociales (art. 7º).
La declaración de "empresa sujeta
a privatización" debería ser hecha por el Poder
Ejecutivo Nacional y posteriormente aprobada por
ley del Congreso (art. 9º). Sin perjuicio de ello, la
misma ley declaró "sujetos a privatización" a los
5
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entes enumerados en sus anexos.
Dentro
de
estos
anexos
-precisamente- se contempló la situación de Gas del
Estado Sociedad del Estado, sea para la
transferencia de sus redes de distribución a los
estados provinciales y municipales (anexo II), o para
la concesión de los servicios de distribución y
comercialización, con prioridad al sector
cooperativo (anexo IV).
Por último, el art. 17 de la ley
23.696 también reguló las modalidades posibles
para las privatizaciones, entre ellas, la venta de
acciones o cuotas partes del capital social (ap. 2º).
Pero esta situación fue modificada
por la ley 24.076, la cual declaró sujeta a
privatización total a Gas del Estado Sociedad del
Estado, "sustituyendo toda otra declaración
anterior" (cfr. art. 74). Al mismo tiempo, se autorizó
al Poder Ejecutivo Nacional a disponer su
privatización por cualquiera de las modalidades
previstas en la ley 23.696, su transformación o
escisión, empleando la forma jurídica de las
sociedades anónimas regidas por el derecho común
(art. 75).
En uso de estas atribuciones, el
Poder Ejecutivo dictó el decreto 1189/92,
disponiendo la constitución de diez sociedades
anónimas, ocho dedicadas a la distribución, y dos al
transporte de gas (cfr. art. 4º).
En cumplimiento de lo ordenado
por dicho decreto, el 24 de noviembre de 1992 se
constituyó TGS, encuadrándola legalmente como
una sociedad anónima, regulada por los arts. 163 a
307 de la ley 19.550 (cfr. escritura de constitución
pasada ante la Escribanía General de Gobierno de la
Nación, identificada como anexo Nº 29). El 1º de
diciembre del mismo año se la inscribió en el
Registro Público de Comercio, bajo el Nº 11.668,
del libro 112, tomo A, de Sociedades Anónimas.
En tales condiciones, disiento con
la demandada respecto del carácter "ficticio" de la
sociedad así formada, pues -desde mi óptica- se
respetaron los requisitos materiales y formales
establecidos por la ley de sociedades para su
existencia y validez, sin que el carácter de
funcionarios públicos que investían los firmantes del
acto de constitución altere tal conclusión.
Válidamente dichos funcionarios
-en cumplimiento de lo ordenado por el decreto
1189/92- constituyeron una sociedad anónima,
íntegramente de propiedad estatal, cuyo objeto
social era la prestación del servicio público de
transporte de gas (cfr. art. 1º y 3º de la escritura de
constitución).
Cabe recordar aquí que la
finalidad de este tipo de sociedades es siempre
comercial y su actividad se presume onerosa (art. 1º,
ley 19.550).
Y, en el ejercicio de su actividad,
el 21 de diciembre de 1992 celebró los cinco
contratos analizados en autos, que fueron suscriptos
por todas las partes intervinientes y revisten los
caracteres exteriores de un título jurídico.
Tal como lo afirma la propia
actora, estos acuerdos fueron hechos para vincular a
transportistas y distribuidores y reemplazar -de esta
manera- el esquema unificado de la operatoria del
Gas del Estado.
Sobre la base de estas
afirmaciones surge evidente que los contratos sub
examine crearon -para las partes- derechos y
obligaciones recíprocas de dar, transportar y
entregar bienes, por un lapso que -según
reconocimiento del accionante- se extendía por
muchos años (cfr. fs. 11, anexo Nº 65).
La
existencia
de
estas
contraprestaciones recíprocas permite tener por
acreditada la existencia de onerosidad en los
instrumentos bilaterales del 21 de diciembre de
1992, sin que el efectivo cumplimiento de las
prestaciones allí pactadas, o la inactividad de la
actora hasta el momento de su transferencia a manos
privadas, resulten relevantes para enervarla, pues es
principio básico del impuesto -receptado en el art.
66 de la ley provincial 1410- la gravabilidad del
instrumento por su sola creación o existencia
material, con abstracción de su validez, eficacia
jurídica o ejecución posterior (cfr. Giuliani
Fonrouge, Carlos M. y Navarrine, Susana:
"Impuestos a la circulación económica. Sellos",
Editorial Depalma, Buenos Aires, 1981, p. 32).
Para finalizar, corresponde señalar
que estos contratos poseen claros efectos en la
provincia de Santa Cruz, en cuyo territorio TGS
presta el servicio de transporte mediante la
utilización del gasoducto allí instalado, supuesto que
encuadra dentro del art. 62, inc. b), de la ley provincial 1410, cuya base de medición para el cálculo del
impuesto tipifica su art. 100, inc. b). Esta
circunstancia no puede desconocerse aún cuando la
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T. 352. XXXV.
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Transportadora de Gas del Sur Sociedad
Anónima (TGS) c/ Santa Cruz, Provincia de s/
acción declarativa de certeza.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
actora califique de mínimos e insignificantes a los
totales de gas inyectados y entregados en esta
jurisdicción (cfr. fs. 30, último párrafo), aspecto que
deberá ser evaluado al momento de cuantificar la
obligación tributaria, pero que ratifican -en última
instancia- el cumplimiento de la prestación
contractualmente comprometida dentro del territorio
provincial.
En virtud de lo expuesto, debo
necesariamente concluir que los cinco contratos
celebrados el 21 de diciembre de 1992 representan
actos bilaterales y onerosos, instrumentados en las
condiciones requeridas por el art. 67 de la ley
provincial 1410 y con efectos en la jurisdicción
provincial, razón por la cual quedan sujetos al
impuesto de sellos establecido por la ley citada.
-XConfirmado el perfeccionamiento
de la hipótesis de incidencia sobre los instrumentos
analizados en el párrafo anterior, corresponde
analizar si la obligación tributaria que nace en su
consecuencia, impide u obstaculiza la concreción de
una política nacional.
Haciendo suya la tesis que la
Suprema Corte de los Estados Unidos definió, hacia
el año 1931, en el caso "Indian Motorcycle v.
United States" (238 US 570), V.E. sostuvo que:
"Los instrumentos, medios y operaciones a través de
los cuales el gobierno nacional ejercita sus poderes,
están exentos de impuestos por los estados, y los
instrumentos, medios y operaciones de que se valen
las provincias para ejercitar los poderes que les
pertenecen, están exentos de impuestos por el
gobierno nacional, en virtud del principio implícito
de la independencia del gobierno de la Nación y de
los estados dentro de sus respectivas esferas"
(Fallos: 186:170; 196:369).
Como expresa la jurisprudencia
norteamericana, la Constitución de ese país -al igual
que la nuestra- no contiene ninguna limitación
expresa al poder -ya sea de un estado o del gobierno
federal- para gravarse recíprocamente, o gravar sus
"instrumentos".
Esta limitación nace a partir del
célebre caso "Mc Culloch v. Maryland" (300 US
352), donde el máximo tribunal de los Estados
Unidos, para explicar su génesis, puntualizó: "La
doctrina (de la no imposición) tiene su origen en la
máxima de que el poder impositivo puede, en ciertos
casos, ser ejercido de tal manera que destruya los
'instrumentos mediante los cuales el gobierno pone
en ejecución sus leyes dentro de los estados'" (9,
Wall, 353 "The First National Bank of Louisville v.
Commonwealth of Kentucky").
Por ello, como sostuvo V.E. en
Fallos: 247:325, la doctrina de la inmunidad de los
instrumentos de gobierno se halla fundada en la que
ha sido calificada como "la gran ley de la
autopreservación". Va de suyo, entonces, que
cuando esta "ley de autopreservación" no está en
juego, esto es, cuando no resulta con clara evidencia
que el uso de sus poderes impositivos por parte de la
provincia obste a la actividad gubernamental del
gobierno federal, o la entorpezca material y
apreciablemente, aquella inmunidad no debe ser
reconocida, por hallarse ausente la razón vital que
determina su aplicabilidad (criterio que se
desprende, asimismo, de Fallos: 95:9; 110:353;
182:95, y 115:136).
Es decir que, para que la potestad
impositiva provincial soporte esta excepcional
restricción, es indispensable la presencia de
circunstancias también excepcionales, de las que
nazca la certeza de que la atribución nacional resguardada ha sufrido o sufrirá una real perturbación.
Debe mediar un efectivo "entorpecimiento a la
marcha de la institución", como se señaló en Fallos:
192:53.
Desde mi punto de vista, en el
caso concurren tales circunstancias excepcionales,
pues la escisión de Gas del Estado Sociedad del
Estado -en diez sociedades anónimas-, el
otorgamiento de las licencias respectivas (en el caso
de la actora, a través del decreto 2458/92) y la
posterior celebración de los contratos entre ellas
-para reemplazar el esquema unificado de la
operatoria de la sociedad escindida-, fue la forma
que el gobierno federal encontró apta para mantener
la normal prestación del servicio público de
provisión de gas, el cual había sido declarado en
emergencia por el Congreso Nacional -en uso de
facultades constitucionales no discutidas en autos- a
través de la ley 23.696.
Cabe recordar, a esta altura del
7
420298761.doc
relato, la conocida definición de V.E. sobre
"emergencia",
como
aquella
situación
extraordinaria, que gravita sobre el orden económico-social, con su carga de perturbación acumulada,
en variables de escasez, pobreza, penuria o
indigencia, que origina un estado de necesidad al
que hay que ponerle fin (Fallos: 313:1513, cons.
43).
Bajo el imperio de estas
extraordinarias condiciones, considero que las diez
entidades creadas por el decreto 1182/92 -entre
ellas, TGS- constituyeron "instrumentos de
gobierno" del Estado Nacional, destinados a
posibilitar la transferencia al sector privado de la
entonces Gas del Estado Sociedad del Estado, y
mantener -de esta forma- la normal prestación de un
servicio público.
Como lo reconoce el propio
Estado Nacional: "En este caso, no se trató de crear
sociedades anónimas con participación estatal
mayoritaria, o de sociedades del estado, o de otras
formas societarias para que desarrollen una actividad permanente en forma descentralizada. Se
constituyeron las sociedades anónimas, se
transfirieron los bienes, se otorgaron las licencias y
se conformaron los primeros contratos entre ellas
con la única finalidad de poner en funcionamiento
la privatización y la concesión del servicio público
de transporte y distribución de gas natural en todo
el territorio del país" (3º parráfo, fs. 266).
Al efecto, cabe recordar con
Webster que "las corporaciones y sociedades son
solamente medios. No son fines ni objetos de
gobierno. Ningún gobierno existe con el propósito
de crear corporaciones como uno de los fines de su
existencia: ellas son instituciones establecidas para
efectuar ciertos propósitos benéficos y como medios
toman su carácter general de sus fines y objeto"
(alegato en "Mc Culloch v. Maryland", en US
Supreme Court Reports, Ed. Lawyer's, 1901, vol.
14/17, p. 579).
Desde mi óptica, entonces, la
pretensión impositiva provincial entorpece la normal
marcha del instrumento federal, dentro de las
circunstancias de emergencia en las que fue creado,
al pretender el cobro del impuesto por la formalización de los contratos celebrados para dotar a las
diez sociedades del soporte jurídico necesario para
su privatización e inmediato funcionamiento
posterior, en el marco del concurso público
internacional Nº 33-0150.
Estimo importante resaltar que la
suscripción de estos contratos resultó parte esencial
del proceso, dado que -mediante ellos- se garantizó
a los inversores interesados en adquirir las
sociedades, los derechos emergentes de tales
convenciones de transporte y distribución.
De esta manera, los particulares
pudieron cuantificar el valor de cada una de las diez
sociedades que se privatizaban, puesto que su monto
estaba determinado, entre otros activos, por los
respectivos "contratos" ya suscriptos.
Y también el Estado Nacional, a
través de la formalización de estos acuerdos, no
solamente tornó viable la privatización, sino que -al
mismo tiempo- aseguró que el abastecimiento de gas
continuaría -cuando menos- en los mismos niveles
en que se encontraba a ese momento. Por ello, a
través del decreto 2458/92, expresamente aprobó los
modelos de contratos de transporte firme e
interrumpible de gas natural que debían
obligatoriamente suscribirse para la efectiva prestación del servicio.
Surge evidente, entonces, que
estos contratos resultaron "operaciones de un
instrumento de la Nación para llevar a ejecución
sus poderes" ("Osborn v. The Bank of the UU.SS" 9
Wh, 738; "Railroad Co. v. Penistron", 18 Well.
34-36)
De forma que estas operaciones,
destinadas a efectivizar una alta política nacional
(privatizar una sociedad del estado y preservar la
normal prestación del servicio público, en
condiciones de emergencia), no pueden ser incididas
directamente (direct burden) por el impuesto
provincial, sin representar ello -en estas particulares
circunstancias- una palmaria interferencia del poder
local sobre el federal, junto a una inadmisible
limitación de su independencia (Fallos: 18:162;
23:560; 173:128; 186:170; 224:267; 226:408;
246:237; 247:325; 249:292; 250:666; 319:998;
320:1302).
Máxime, cuando el Estado
Nacional asumió los costos impositivos devengados
por los contratos hasta la fecha de toma de posesión
por parte de los adjudicatarios (cfr. "Contrato de
transferencia de acciones" identificado como anexo
Nº 72, apartados 11.1.1 y 11.2, del capítulo XI; y
reconocimientos en tal sentido del Estado Nacional
en fs. 262, pto. a), y fs. 267).
8
420298761.doc
T. 352. XXXV.
ORIGINARIO
Transportadora de Gas del Sur Sociedad
Anónima (TGS) c/ Santa Cruz, Provincia de s/
acción declarativa de certeza.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
Ello torna aplicable el principio
establecido por la jurisprudencia norteamericana,
que establece que el impuesto aplicado sobre los
particulares afecta al Estado solamente cuando la
carga le es transferida por el contribuyente. De esta
forma, se prohíbe el reconocimiento de la inmunidad
cuando la gravitación de esa carga sobre el Estado
Federal es tan remota e incierta que, si se la
admitiera, se restringiría el poder impositivo
provincial sin una protección proporcionalmente
equivalente al gobierno central, aún cuando la
función fuera considerada lo suficientemente
importante como para pedir inmunidad a un
impuesto sobre el Estado mismo, el que no resulta
necesariamente preservado de un tributo que bien
puede ser, en su mayor parte o en su totalidad,
absorbido por los particulares ("Metcalf v.Mitchell",
269 US 514; "Willcuts v. Bunn", 282 US 126, entre
otros).
Es este caso, el propio Estado
Nacional ha reconocido que deberá soportar el pago
del tributo reclamado, y es él quien -en mi criteriodebe ser necesariamente preservado frente al pago
un impuesto que se le reclama por el hecho de
ejercer sus poderes constitucionales.
Considero, entonces, que se
verifica aquí el criterio sentado por V.E. en Fallos:
247:325, pues resulta -con clara evidencia- que, a
través del dictado de las disposiciones Nº 507; 508;
509; 511 y 527 agregadas en autos, la Provincia de
Santa Cruz entorpece material y apreciablemente la
actividad gubernamental desarrollada por el
gobierno federal y encaminada -dentro de la
emergencia declarada por el Congreso- a obtener la
privatización de una sociedad del estado y la
preservación del servicio público de abastecimiento
de gas, encontrándose presente, entonces, la razón
vital que determina la consagración de la inmunidad
fiscal sobre los instrumentos contractuales suscriptos
por TGS el 21 de diciembre de 1992.
- XI Por último, y en atención a la
forma como se dictamina, los restantes agravios
devienen -en mi parecer- abstractos.
- XII Por lo expuesto, pienso que
corresponde hacer lugar a la demanda en todos su
términos.
Buenos Aires, 20 de mayo de
2003.
NICOLAS EDUARDO BECERRA
ES COPIA
9
420298761.doc
Buenos Aires, 15 de abril de
2004.
Vistos los autos: "Transportadora de Gas
del Sur Sociedad Anónima (TGS) c/ Santa Cruz,
Provincia de s/ acción declarativa de certeza", de los
que
Resulta:
I) A fs. 11/82 se presenta
Transportadora de Gas del Sur S.A. (en adelante
TGS) e inicia una acción declarativa de certeza
contra la Provincia de Santa Cruz.
Dice que, según surge de las
veintiocho disposiciones que acompaña, la
mencionada provincia pretende aplicar el impuesto
de sellos sobre lo que denomina supuestos contratos
de transporte armados internamente por Gas del
Estado para su posterior privatización y, los
contratos epistolares sin instrumentación celebrados
después de la privatización. Sostiene que ello la
coloca en situación de incertidumbre ante dos
mensajes contrapuestos como son el emanado del
Estado provincial que le reclama el pago del tributo
frente a la actitud del Estado Nacional que indica
fundadamente la ilegitimidad de tal pretensión y le
manda resistirla administrativa y judicialmente.
La actitud del fisco local —
explica— se enfrenta al plexo del derecho federal en
su integridad y también a las propias normas locales.
Entre aquéllas se encuentran afectadas la ley de
coparticipación federal 23.548, el pacto de
hidrocarburos del 14 de noviembre de 1994 y las
facultades del Congreso Nacional para regular el
comercio (art. 75 inc. 13), para otorgar concesiones
temporales de privilegios y recompensas de estímulo
(art. 75 inc. 18) y dictar la legislación necesaria para
el cumplimento de los fines específicos de los
establecimientos de utilidad nacional (art. 75 inc.
30). Solicita la citación del Estado Nacional en la
medida en que la actitud fiscal de la demandada
compromete su propio interés, tal como surge del
ap. 11.1.1. y 11.1.2. del contrato de transferencia de
acciones, y la política energética federal.
II) A fs. 261/274 se presenta el
Estado Nacional. En líneas generales sostiene, en lo
que hace a los contratos celebrados con anterioridad
a la privatización de Gas del Estado, que asumió su
responsabilidad frente a las obligaciones tributarias
que fueran exigibles por los actos anteriores a la
toma de posesión del paquete accionario objeto de
venta en el concurso internacional. Ello es así si se
consideran las previsiones contenidas en el numeral
11.1.1 del capítulo XI del contrato de transferencia
de acciones.
En tales términos, niega el
derecho de la provincia demandada para gravar los
contratos de transporte celebrados antes de esa
transferencia por considerar que se trata de meros
actos preparatorios del proceso de privatización en
los que intervino exclusivamente el Estado Nacional
sin que se manifieste repercusión económica y, por
consiguiente, sin onerosidad.
Considera que no existe
instrumento gravado y agrega que los contratos han
sido celebrados por un mismo sujeto que se
encuentra exento del tributo (art. 106 inc. a ley de
sellos provincial).
En cuanto a los contratos
celebrados por TGS después de la privatización,
justifica su intervención en la necesidad de defender
las facultades que le son propias en la gestión del
servicio público de transporte y distribución de gas
natural que resultan interferidas por la carga fiscal
provincial. Pero rechaza toda responsabilidad
patrimonial en este tipo de contratos.
III) A fs. 278/294 contesta la
Provincia de Santa Cruz. Realiza una negativa
general de los hechos expuestos en la demanda y se
refiere luego a la cuestión de fondo. Observa el
comportamiento seguido por la actora en la instancia
administrativa local y reivindica el derecho de la
provincia a dictar el Código Fiscal, toda vez que
está comprendido dentro de las atribuciones que le
son propias. En ese marco —sostiene— se dispuso
la sanción de la ley de impuestos de sellos, que
viene a integrar el plexo normativo tributario.
Asimismo, sostiene que las
cuestiones sometidas al Tribunal, por estar regidas
por normas de derecho público local, son ajenas a su
competencia originaria. En otro orden de ideas
expone que la actora invoca un presunto conflicto de
leyes alegando que la ley local incurre en flagrante
contradicción con los principios contenidos en el art.
9 de la ley 23.548. En lo atinente al impuesto de
sellos y al régimen de adhesión correspondiente,
sostiene que el art. 9
establece que esa adhesión deberá ser aceptada sin
limitaciones ni reservas y admite la subsistencia del
gravamen en el ámbito local. Ello surge del inc. b
ap. 2, cuyo texto reproduce, y del que se desprende
que la norma nacional que es derecho local a la vez
10
420298761.doc
T. 352. XXXV.
ORIGINARIO
Transportadora de Gas del Sur Sociedad
Anónima (TGS) c/ Santa Cruz, Provincia de s/
acción declarativa de certeza.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
—en su condición de derecho intrafederal—
reconoce la procedencia y vigencia del impuesto de
sellos en el ámbito provincial. Así se advierte en la
primera parte del inc. b mencionado que después de
imponer a las provincias la obligación de "no aplicar
gravámenes locales análogos a los nacionales
distribuidos por esta ley", excluye expresamente el
impuesto de sellos.
Expresa que según la actora no
han existido contratos en términos tales que puedan
resultar alcanzados por el impuesto de sellos según
los recaudos de la ley 23.548; para refutar esa
opinión, se refiere específicamente a los contratos
anteriores a la privatización y pasa a definir lo que
se entiende como contratos epistolares. En ese
sentido, rechaza la argumentación de la actora
acerca de que no se habría cumplido el requisito de
instrumentación precisado en el art. 71 de la ley de
sellos, cuyos alcances reproduce. Señala que en los
contratos entre ausentes el principio instrumental se
atenúa notablemente y así es que basta con que la
modalidad contractual contenga los "elementos
esenciales" que permitan caracterizar al acto
gravable.
Ese criterio se compadece —a su
juicio— con el principio de prevalencia de la
realidad económica, particularmente aplicable frente
al impuesto de sellos. Cita jurisprudencia de esta
Corte sobre el punto.
Considerando:
1
dictamen del señor Procurador General al hacer
mérito de los antecedentes administrativos
emanados de la Subsecretaría de Recursos Tributarios de la Provincia de Santa Cruz, la cuestión
suscitada encuadra en las previsiones del art. 322
del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
toda vez que no tiene un carácter consultivo ni
importa una indagación especulativa sino que
responde a un caso que busca precaver los efectos
de un acto en ciernes (Fallos: 316:1713; 320:1556 y
2851).
2
del Tribunal, son aplicables las conclusiones
expuestas en la fecha en la causa S.1077.XXXVII.
"Shell Compañía Argentina de Petróleo S.A. c/
Neuquén, Provincia del s/ acción de
inconstitucionalidad".
sobre el
fondo de la cuestión debe estarse a los términos en
los que ha quedado trabada la litis. Por ello
corresponde distinguir las dos etapas temporales en
que se celebraron los contratos que la demandada
pretende gravar con el impuesto de sellos. Tal distinción ha sido puesta de relieve por la actora y
admitida por la demandada.
4
circunstancias de la causa, no son objeto de
controversia los siguientes puntos: 1) que sólo han
existido propuestas escritas dirigidas por los
oferentes a TGS; 2) que TGS no ha suscripto esas
propuestas en prueba de aceptación; 3) que TGS no
ha remitido a los proponentes aceptación escrita de
tales ofertas; y 4) que en todos los casos la
aceptación de las propuestas se operó en forma
tácita (ver fs. 546).
En esos términos corresponde
estudiar si las propuestas antedichas constituyen
"instrumentos" que puedan ser gravados por el
impuesto de sellos, tal como pretende la demandada.
En ese sentido resulta importante reproducir el texto
del art. 71 de la ley local 1410 que con relación a la
aplicación del impuesto de sellos establece: "será
considerado acto sujeto al pago del impuesto que
esta ley determina, de acuerdo con lo dispuesto en el
art. 79, aquel que se formalice en forma epistolar
por carta, cable o telegrama, siempre que se
verifique cualquiera de las siguientes condiciones: a)
se acepte la propuesta o el pedido formulado por
carta, cable o telegrama, reproduciendo totalmente
la propuesta o sus enunciaciones o elementos
esenciales que permitan determinar el objeto del
contrato; b) las propuestas o pedidos, o los
presupuestos aplicados, aceptados con su firma por
sus destinatarios. A los fines del párrafo anterior,
será en todos los casos requisito para la gravabilidad
del acto, que la aceptación respectiva haya sido
recibida por el emisor de la propuesta, pedido o
presupuesto". Cabe acotar que el supuesto
contemplado en la última parte del art. 71 citado no
es aplicable al sub lite pues en el presente caso no
está en juego el debate sobre las "obligaciones
convenidas entre las partes, su modificación o
resolución".
11
420298761.doc
Del cotejo de dicha disposición
legal con la conducta asumida por las partes en el
presente y a la luz de los reconocimientos
efectuados a fs. 546 resulta claro que, como lo
afirma el dictamen de fs. 574/581, las ofertas
recibidas por TGS no satisfacen los requisitos
necesarios para ser sometidas al pago del impuesto
previsto en la propia ley local toda vez que no han
sido aceptadas con su firma en prueba de
conformidad ni tampoco se han reproducido "sus
enunciaciones o elementos esenciales" en otra
comunicación de respuesta.
Por lo demás, la pretensión de la
provincia contradice la obligación contraída al
adherirse a la ley 23.548 de coparticipación (Fallos:
321:358). Se reproduce así la situación considerada
por esta Corte en la causa seguida por "Shell
Compañía Argentina de Petróleo S.A. c/ Neuquén,
Provincia del s/ acción de inconstitucionalidad", en
la que se dictó sentencia en la fecha, por lo que
corresponde remitir a los fundamentos de ese fallo
por razones de brevedad. Cabe concluir pues, que
las ofertas mencionadas en el punto 2.2. de fs. 539
no reúnen los caracteres exigidos por la ley de
coparticipación pues su cumplimiento sólo podrá ser
reclamado por la oferente si previamente acredita
que su cocontratante realizó el acto positivo de
aceptación señalado en tales misivas (confr.
reconocimiento de la demandada, respecto de la
aceptación tácita de las ofertas, pto. 3d., fs. 546).
De lo expuesto se desprende que
la pretensión fiscal de la provincia no encuentra
justificación en su propio texto legal impositivo y
contraviene, en el orden federal, lo dispuesto en el
art. 9, acápite II del inc. b de la ley 23.548. Por otro
lado, y para responder a la afirmación de la
demandada en el sentido de que "la norma nacional
y derecho local a la vez, reconoce la procedencia y
vigencia del impuestos de sellos en el ámbito
provincial", cabe señalar, simplemente, que no
podría ser de otra manera en el reparto de
competencias impositivas pero sometida a lo que
ella dispone y que la demandada se comprometió a
acatar.
debe recordarse que, según surge del capítulo XI,
acápite 11.1.1. del contrato de transferencia a la
actora, aquella sociedad del Estado se hizo
responsable por "todos los impuestos devengados
hasta la toma de posesión en razón de las
actividades desarrolladas por GdE, y de los bienes
pertenecientes a GdE y al Estado Nacional que se
transfieran a la Sociedad Licenciataria. A partir de la
toma de posesión, la Sociedad Licenciataria será
responsable por todos y cualesquiera de dichos
impuestos que surjan o estén vinculados con
cualquier acontecimiento que involucre al servicio
licenciado, y con los activos afectados al servicio,
aun antes de que se perfeccione la transferencia de
éstos. GdE efectuará las comunicaciones requeridas
por la legislación fiscal aplicable, a pedido de la
Sociedad Licenciataria". Asimismo, en el acápite
11.2 se expresa: "Todos los impuestos argentinos de
sellos nacionales y provinciales en la medida en que
sean aplicables y no estén comprendidos en las
exenciones p
que correspondan, que recaigan sobre este contrato
de transferencia y sobre las transferencias de las
acciones a la compradora, de los aportes de activos
afectados al servicio a la sociedad licenciataria y de
los valores que sean entregados en pago del precio
diferido, contemplados en este contrato de transferencia, así como las tasas de registro o similares
pagaderos en la Argentina con respecto a las
transferencias de dichos activos a la sociedad
licenciataria, serán soportados por GdE y/o el
Estado Nacional".
La expresa remisión a las
exenciones contenidas en el decreto 1189/92 hace
aplicable lo dispuesto en su art. 16, que declara
exentos del impuesto de sellos "a los instrumentos
que deban otorgarse para la formalización o como
consecuencia directa o indirecta de la privatización
de Gas del Estado Sociedad del Estado,
considerándose comprendidos en tal exención a las
mencionadas constituciones societarias, la
transferencia de los contratos en vigencia de Gas del
Estado Sociedad del Estado, así como toda
contratación que se incluya en los pliegos de bases y
condiciones que se aprueben para licitar la
transferencia al sector privado de las Sociedades que
se crean por este decreto".
Estos contratos constituyeron el
medio necesario para cumplir los fines del gobierno
contratos anteriores a la toma de posesión y a la
transferencia de acciones cabe señalar que las
sociedades intervinientes (entre ellas TGS)
formaban parte de Gas del Estado y fueron
constituidas por el decreto 1189/92. En ese sentido
12
420298761.doc
T. 352. XXXV.
ORIGINARIO
Transportadora de Gas del Sur Sociedad
Anónima (TGS) c/ Santa Cruz, Provincia de s/
acción declarativa de certeza.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
nacional instrumentados a partir de las leyes 23.696
y 24.076, como así también, en el ámbito específico
de la materia, por el decreto 1189 ya citado. Estas
normas, revelan la voluntad de la autoridad nacional
que, basada en el principio del art. 31 de la Constitución, considera que la aplicación de gravámenes
como el aquí en cuestión entorpecen, frustran o
impiden determinada política del gobierno federal,
expresada en normas sancionadas en virtud de los
deberes y en uso de las atribuciones previstas en los
arts. 25, 27 y 75 incs. 12, 16 y 18, situación que se
extiende a los instrumentos por medio de los cuales
aquél persigue satisfacer los fines que le han sido
encomendados (Fallos: 307:374 y sus citas). En el
caso, el contrato de concesión ha sido otorgado por
el gobierno nacional, lo que hace que el instrumento
respectivo quede al margen de las previsiones
locales en la materia y comprendido, asimismo, en
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación).
Teniendo en cuenta la labor
desarrollada en el principal y de conformidad con lo
37 y 38 de la ley 21.839, modificada por la ley
24.432, se regulan los honorarios del doctor Enrique
G. Bulit Goñi en la suma de seiscientos treinta mil
pesos ($ 630.000); los del doctor Gonzalo Jorge
Llanos en la de seiscientos treinta mil pesos ($
630.000) y los del doctor Cristian Dougall en la de
quinientos cuatro mil pesos ($ 504.000). Notifíquese
y,
oportunamente,
archívese.
ENRIQUE
SANTIAGO PETRACCHI - AUGUSTO CESAR
BELLUSCIO - CARLOS S. FAYT - ANTONIO
BOGGIANO - ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ JUAN CARLOS MAQUEDA - E. RAUL
ZAFFARONI.
ES COPIA
1105/89, que libera del pago del impuesto de sellos
a todos los actos que sean consecuencia de lo
dispuesto en los capítulos I, II, III, VI y VII de la ley
23.696 y de los artículos correspondientes a su
reglamentación. Es de señalar que el anexo de esa
ley preveía contratos de servicios de distribución y
comercialización. Cabe mencionar como pauta de
orientación interpretativa que la propia ley 23.548,
al referirse a la imposición del gravamen de que se
trata y al ámbito jurisdiccional en el que reconoce su
aplicación, la limita cuando media interferencia con
el interés nacional antes aludido (art. 9, ap. 2,
párrafo 3
Tales consideraciones, unidas a la
objetiva comprobación de que este grupo de
contratos fue parte del proceso de privatización de
Gas del Estado y resulta anterior a la transferencia
de las acciones y toma de posesión por parte de la
licenciataria, hacen que resulte improcedente la
pretensión fiscal.
Por ello, y de conformidad con lo
dictaminado por el señor Procurador General, se
decide: Hacer lugar a la demanda seguida por
Transportadora de Gas del Sur Sociedad Anónima
contra la Provincia de Santa Cruz y, en
consecuencia, declarar la improcedencia de la
pretensión fiscal de la demandada con relación a los
contratos objeto del litigio. Con costas (art. 68 del
Nombre de los actores: Transportadora de Gas del
Sur Sociedad Anónima, representada por el Dr.
Cristian Dougall, con el patrocinio de los Dres.
Enrique G. Bulit Goñi y Gonzálo Jorge Llanos.
Nombre de los demandados: Provincia de Santa
Cruz, apoderado Carlos A. Sánchez Herrera,
patrocinado por la Dra. Angelina Abbona —fiscal
de Estado de la provincia—.
Terceros citados: Estado Nacional - Ministerio de
Infraestructura y Vivienda - Secretaría de
Energía -, representado por Ana María Bassi, con
el patrocinio letrado de la Dra. Analía Eva
Vaqueiro.
13
420298761.doc
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