Doctrinas filosóficas - filosofia-IDB

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Doctrinas filosóficas La Edad Media: del ápeiron al Dios cristiano.
Introducción
Comienza con la deposición de Rómulo Augustulo de su cargo en el 475, y llegaría
hasta finales del siglo XV. En la Baja Edad Media, hasta que se produce un
despegue socio-económico y cultural en el siglo XI. La Alta Edad Media, hasta la
caída de Constantinopla en 1453 o el descubrimiento de America en 1492.
La caída del Imperio Romano se produce por la invasiones producidas, la
fundación de nuevos reinos, o la caída del comercio. El Imperio Carolingio llega a
su esplendor con el emperador Carlomagno, pero tras éste se produciría la
escisión del Imperio.
La Hispania musulmana comenzaría cuando aprovechando el declive del reino
visigodo, Tariq en el 711 llega al sur de la península, pero sería con Abderramán
cuando se llega al esplendor al formarse el Califato de Córdoba, con todo y con
eso, tras el, hubo varias crisis que se solventarían con Abderramán III.
El Imperio Bizantino bajo el mando de Justiniano conquisto gran parte del
Mediterráneo occidental, norte de África, Italia…la sociedad de la época, a
grandes rasgos, estaba dividida en la aristocracia guerrera, la iglesia y el
campesinado. El Desarrollo económico de la época seria de suma importancia con
aparición del molino o nuevos sistemas de arado que impulsaron el desarrollo de
la agricultura. En la ciudades se agrupaban los artesanos, mercaderes,
tarbeneros; también aparecen nuevos órganos de gobierno, como las cortes, o se
suceden crisis como la guerra de los 100 años, o la epidemia de la peste.
Religiosamente se produjo un cisma en occidente a la par que la expansión de
Bizancio y el Islam.
En cultura, en la Alta Edad Media, la enseñanza se dividía en el trívium
(gramática, retórica, dialéctica) y en el cuadrivium (aritmética, geometría,
música, y astronomía). En la Baja Edad Media, aparecen las lenguas romances,
así como el cantar del Roldan o el del Mio Cid. En Arte el Románico y el Gótico. En
Ciencia, “fracasa” la teoría aristotélica del movimiento y triunfa Gorsseteste, o
Bacon con métodos de resolución y composición para conocer la verdad.
Filosóficamente, en la Alta Edad Media, La Biblia permite iniciar una filosofía
teológica, de Agustín de Hipona en occidente, y en el orbe Islámico, se traducen,
no muy bien, trabajos de filósofos griegos. En la Baja Edad Media, la escuela de
Traductores de Toledo traducen a Avicena o a Aristóteles. Predomina la
Escolástica, caracterizada por ser una filosofía de escuela, que busca una
literatura filosófico-teológica para expresarse. Estas ideas se exponían en
Comentarios, cuestiones, opúsculos, o summas.
La Edad Media comienza con un acontecimiento histórico: la caída del Imperio
Romano, que en el siglo V. da fin a la Edad Antigua, y finaliza en el año 1453, con
la toma de Constantinopla por los turcos.
Doctrinas filosóficas El Imperio de Occidente declinó debido a la disminución de su población, su
vitalidad económica y por el tamaño y la importancia de sus ciudades, siendo
afectado también por una masiva migración de pueblos que ya había comenzado
en el siglo III.
Estos nuevos pueblos, llamados bárbaros, formaron nuevos reinos que fueron
testigos de la fusión gradual de las tradiciones políticas y culturales de bárbaros,
cristianos y romanos.
El reino de más larga duración, el de los francos, fue la base de los estados
europeos posteriores. Carlomagno, el gobernante más destacado de la Edad
Media, surgió de este reino. En la Edad Media, el saber filosófico tiene como
fundamento al dogma, la verdad revelada por la fe.
En la primera etapa de la edad media, siglo V., el teólogo cristiano, Agustín de
Hipona, (354-430), quien en su juventud había adoptado el Maniqueísmo; se
convirtió al cristianismo bajo la influencia de San Ambrosio, siendo nombrado
posteriormente obispo de Hipona, cargo que desempeñó hasta su muerte. Su
trabajo literario entre los que se destacan “Las confesiones”, meditación
autobiográfica sobre la gracia de Dios, “La ciudad de Dios”, tratado sobre la
naturaleza de la sociedad humana y el lugar del cristianismo en la historia, y sus
sermones y cartas, revelan la influencia del neoplatonismo y mantienen un
debate con los defensores del maniqueísmo. Sus visiones sobre la predestinación
influyeron en teólogos posteriores, particularmente en Juan Calvino.
En la segunda parte de la Edad Media, siglo XIII, Santo Tomás de Aquino,
(1224/5-1274), fue el más eminente filósofo y teólogo de la Iglesia Católica. El
gran logro de Aquino, fue integrar el rigor de la filosofía de Aristóteles al
pensamiento cristiano, así como los primeros padres de la Iglesia habían
integrado el pensamiento de Platón al cristianismo primitivo. Santo Tomás
estaba convencido que la razón era capaz de operar dentro de la fe.
Los filósofos confían sólo en la razón mientras los teólogos aceptan la fe como
punto de partida, llegando posteriormente a una conclusión por medio de la
razón. Ese punto de vista se prestaba a polémicas así como la creencia en el valor
religioso de la naturaleza y en que denigrar la perfección de la creación era lo
mismo que denigrar a su creador.
Para Santo Tomás, el alma humana es inmortal y una forma existente única; en
cuanto al conocimiento humano sostenía que se basa en la experiencia sensorial,
dependiendo también de la capacidad de reflexión de la mente. Para él, todas las
criaturas tienen una tendencia natural hacia Dios que puede ser elevada a través
de la gracia.
La filosofía de la edad media fue un movimiento teológico y filosófico, denominado
escolástico, que buscaba integrar el pensamiento secular del mundo antiguo,
como el de Aristóteles, con el dogma implícito en las revelaciones del
Doctrinas filosóficas cristianismo. Su meta era alcanzar una síntesis del saber con la teología,
jerarquizando el conocimiento. Figuras principales de la escolástica fueron Pedro
Abelardo, San Anselmo de Canterbury, San Alberto Magno y Roger Bacon.
Este movimiento floreció, inspirado en los escritos de Santo Tomás de Aquino y
sentó las bases de muchos renacimientos posteriores con la influencia ejercida
por ejemplo, por los filósofos modernos como Jacques Maritain y el de Etienne
Gilson. 
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