Sector privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia

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La Fundación Ideas para la Paz (FIP) es un centro de pensamiento creado en 1999 por un grupo de empresarios colombianos. Su misión es generar
conocimiento de manera objetiva y proponer iniciativas que contribuyan a la superación del conflicto armado en Colombia y a la construcción de
una paz sostenible, desde el respeto por los derechos humanos, la pluralidad y la preeminencia de lo público.
La FIP con independencia se ha propuesto como tarea central contribuir de manera eficaz a la comprensión de todos los escenarios que surgen
de los conflictos en Colombia, en particular desde sus dimensiones política, social y militar. Como centro de pensamiento mantiene la convicción
de que el conflicto colombiano necesariamente concluirá con una negociación o una serie de negociaciones de paz que requerirán la debida
preparación y asistencia técnica. Como parte de su razón de ser llama la atención sobre la importancia de preparar al país para escenarios de
postconflicto.
Sector Privado y
Desplazamiento Forzado
Interno (DFI) en Colombia
Angelika Rettberg
Angela Rivas
Juliana Arboleda
Andrés Cajiao
Fundación Ideas para la Paz (FIP)
Programa de Investigación sobre Conflicto Armado y Construcción de Paz (CONPAZ)
Departamento de Ciencia Política Universidad de los Andes
Octubre de 2011
Fundación Ideas para la paz
Sector Privado y
Desplazamiento Forzado
Interno (DFI) en Colombia
Angelika Rettberg
Angela Rivas
Juliana Arboleda
Andrés Cajiao
Elaborado por
Fundación Ideas para la Paz (FIP)
Programa de Investigación sobre Conflicto Armado y Construcción de Paz (CONPAZ)
Departamento de Ciencia Política Universidad de Los Andes
Financiado gracias a los aportes del United State Institute of Peace (USIP)
Con la colaboración de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Colombia
Bogotá, octubre de 2011
Serie Informes No. 16
2 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
Contenido
Introducción
6
3. Observaciones finales
76
1. Contexto general del desplazamiento forzado
interno (DFI)
9
4. Casos documentados de participación del
sector empresarial en programas de atención del
desplazamiento forzado interno (DFI)
80
1.1 Panorama del desplazamiento forzado interno
(DFI)
1.2 Sector empresarial, construcción de paz y
desplazamiento forzado interno
1.2.1 Construcción de paz y desplazamiento
forzado interno
1.3 Contexto de la problemática del
desplazamiento forzado interno (DFI) en Colombia
1.3.1 Desplazamiento forzado interno (DFI) en
Colombia
1.3.2 Características generales del desplazamiento
forzado interno (DFI) en Colombia
1.3.3 Crisis humanitaria
1.3.4 Acción Estatal
1.3.5 Alianzas público – privadas y cooperación
internacional
1.4 Situación del desplazamiento forzado interno
(DFI) a nivel departamental
1.5 Caracterización de las regiones estudiadas:
Antioquia y Nariño
1.5.1 Perfil regional de Antioquia
1.5.2 Perfil regional de Nariño
1.5.3 Actividad empresarial y conflicto armado en
Pasto y Medellín
2. Sector empresarial y desplazamiento forzado
interno
2.1 ¿Qué muestra la información sobre la relación
entre DFI y sector empresarial?
2.2 Antioquia de cara a la relación entre operación
empresarial y DFI
2.3 Nariño de cara a la relación entre operación
empresarial y DFI
2.4 ¿Qué sugiere la información sobre la relación
entre actividades empresariales y DFI?
2.4.1 Sector Empresarial y DFI en zonas de
expulsión
2.4.2 Caracterización general de la participación
del sector empresarial en iniciativas de prevención
y mitigación del DFI
2.4.3 Iniciativas de prevención y mitigación en
zonas de expulsión y recepción del DFI
2.5 Retos del sector empresarial y el DFI
9
10
11
12
12
13
17
18
21
1. Programa de Reconstrucción Económica y Social
del Corregimiento El Salado
2. Programa de Energía para el Retorno
3. Programa de Desarrollo Sostenible para
Poblaciones Desplazadas del municipio de Santa
Marta
80
92
97
Anexo 1
102
Anexo 2
116
Anexo metodológico
129
Referencias bibliográficas
140
21
22
22
35
51
54
56
58
61
63
63
67
68
74
Contenido •
Documento elaborado por la Fundación Ideas para la Paz y el
Programa de Investigación sobre Conflicto Armado y Construcción de Paz
(CONPAZ) del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los
Andes, gracias al trabajo del equipo del área de sector empresarial,
conflicto y construcción de paz de la FIP, el equipo de investigación
de CONPAZ, la financiación del United States Institute of Peace (USIP),
y la colaboración de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR)
en Colombia.
El proyecto ha contado con el trabajo permanente de:
Angela Rivas, Fundación Ideas para la Paz, directora de proyecto.
Angelika Rettberg, Universidad de los Andes, investigadora senior.
Juliana Arboleda, Fundación Ideas para la Paz, investigadora y coordinadora del proyecto.
Andrés Cajiao, Fundación Ideas para la Paz, asistente de investigación.
Además del acompañamiento de ACNUR Colombia a través de Maite
Muller y Andrés Celis.
Adicionalmente han contado con la participación y apoyo de los siguientes estudiantes:
Daniel Barrera, estudiante de maestría.
Laura Bernardelli, estudiante de pregrado y pasante.
Ana María Correa, practicante.
Anascas del Río, estudiante de maestría.
Paulina Duque, practicante.
Jaime Landinez, estudiante de maestría.
Manuela Medina, practicante.
Daniela Palou, estudiante de pregrado y pasante.
Juan Diego Prieto, estudiante de maestría.
Nicolás Zorro, practicante.
Agradecemos a todos aquellos que a través de su trabajo, entrevistas, comentarios, recomendaciones y reuniones colaboraron
en la realización de este estudio, especialmente nuestro reconocimiento a las instituciones del Estado, empresas y agremiaciones,
organizaciones de la sociedad civil, a la academia y comunidades
que con sus aportes han contribuido a enriquecer este documento.
Los contenidos, análisis, opiniones, hallazgos, conclusiones o recomendaciones expresados en este documento son responsabilidad de sus
autores, y no representan necesariamente la opinión de USIP y ACNUR.
El documento completo del informe final de este estudio, así como el
documento de trabajo en español y en inglés pueden consultarse en las
páginas www.ideaspaz.org o http://conpaz.uniandes.edu.co.
Octubre de 2011.
Bogotá – Colombia.
4 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia
Fuente: RUPD /Acción Social Corte: 31 de julio de 2010.
Procesado: Observatorio Nacional de Desplazamiento Forzado
Mapa de expulsión de desplazados Acción Social 2009
“Obligados a huir de las regiones en donde se confunden el poder de las armas, la complicidad de la impunidad
y la impotencia de la población civil, miles de colombianos
transitan por el camino del éxodo y el desarraigo”.
Rojas, R. Jorge E
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 5
Introducción
El desplazamiento forzado interno (DFI) — entendido
como el fenómeno en el cual “personas o grupos de personas […] se han visto forzadas u obligadas a escapar o
huir de su hogar o de su lugar de residencia habitual, en
particular como resultado o para evitar los efectos de un
conflicto armado, de situaciones de violencia generalizada,
de violaciones de los derechos humanos o de catástrofes
naturales o provocadas por el ser humano, y […] no han
cruzado una frontera estatal internacionalmente reconocida”1 —constituye uno de los fenómenos más devastadores
y con consecuencias más duraderas que acompañan los
conflictos armados internos. En efecto, en diversas partes
del mundo el DFI suele afectar a las poblaciones más vulnerables — mujeres, pobres, con bajos niveles de escolaridad (Vogl, 2007, p. 18; Ibáñez, 2008; Ibáñez & Vélez, 2008;
Rettberg, 2008a) — a quienes arroja a un ciclo reiterado de
persecución y calidad de vida deteriorada. En breve, la victimización por medio del DFI tiene secuelas de largo plazo
y compromete seriamente propósitos nacionales de reconstrucción, reconciliación y estabilización postconflicto.
Las causas del DFI asociado a situaciones de violencia y
conflicto armado interno son múltiples. Incluyen la competencia y los enfrentamientos entre grupos armados por el dominio territorial, ante las cuales la población civil inerme decide
huir para protegerse. Así mismo incluye amenazas dirigidas
específicamente a determinados grupos poblacionales considerados afines al bando opuesto por razones políticas o
étnicas, ante las cuales los afectados se ven obligados a huir
de sus lugares de residencia. En esta misma línea cabe señalar que el DFI ha sido utilizado como una herramienta de
expansión económica. En países como Indonesia y Colombia
actores armados vinculados a proyectos económicos se han
servido del DFI para despejar y apropiarse de tierras productivas o estratégicamente ubicadas (Raj, 2008).
El último aspecto pone sobre el tapete el posible vínculo entre sector empresarial y DFI. En efecto, en el país
han sido frecuentes las denuncias sobre los vínculos entre
actividades del sector empresarial y la generación de DFI.
Un ejemplo de esto son los señalamientos incluidos en las
1
versiones libres de algunos de los comandantes paramilitares en le marco del proceso de Justicia y Paz2. También
en el marco de la Ley de Justicia y Paz (2005) organizaciones de la sociedad civil han denunciado con insistencia
la participación del sector empresarial en situaciones de
DFI, o el beneficio a raíz de estas situaciones, tal y como lo
sugieren los casos de algunas empresas palmeras y bananeras en el Urabá (Ver anexo 1). No obstante, estos no son
los únicos vínculos posibles entre sector empresarial y DFI.
También está la otra cara de la moneda: la labor del sector
empresarial en la prevención de situaciones de DFI y en la
mitigación de situaciones ligadas a la condición en la que
viven las poblaciones que han sido víctimas de DFI. Aunque
menos publicitado, este vínculo también se pude ilustrar en
el caso colombiano (casos de iniciativas adelantadas por
empresas como General Motors Colmotores, Starbucks,
Asocolflores, o las reconocidas por el Premio Emprender
Paz entre otros son descritas en el anexo 2). En un contexto en el que el sector privado aparece crecientemente
como uno de los actores no combatientes más críticos para
la prevención y superación de los conflictos armados y la
construcción de paz, el vacío en nuestro conocimiento sobre estos temas es notable y plantea una imperiosa necesidad de investigación.
En este estudio se aborda la difícil y compleja relación
entre sector empresarial y DFI en Colombia, en los casos
de los departamentos de Antioquia y Nariño. En contraste
con la atención que han recibido otros temas que también
hacen parte de la construcción de paz como la justicia transicional y los procesos de DDR, frente al DFI existe un vacío
en la investigación académica. Es en este sentido, y más
exactamente de cara a lograr una mejor comprensión de
la relación entre DFI y sector empresarial, que el presente
estudio busca aportar elementos empíricos y conceptuales
que contribuyan a llenar algunos de los vacíos en nuestro
conocimiento sobre el DFI en Colombia, sobre los intereses que tendrían actores empresariales para promoverlo
y sobre las estrategias empleadas para lograrlo, así como
sobre las consecuencias de sus acciones. En este orden de
ideas, un objetivo de este estudio es describir y analizar la
participación y contribución al DFI del sector empresarial
Definición reconocida por ACNUR y IDMC, y que se encuentra consignada en los Principios Rectores de los desplazamientos internos, aprobado por Naciones
Unidas en 2005. En Colombia la ley 387 de 1997 define como desplazados a personas o grupo de personas que “se ha visto forzada a migrar dentro del
territorio nacional abandonando su localidad de residencia o actividades económicas habituales, porque su vida, su integridad física, su seguridad o libertad
personales han sido vulneradas o se encuentran directamente amenazadas, con ocasión de cualquiera de las siguientes situaciones: conflicto armado interno,
disturbios y tensiones interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los derechos humanos, infracciones al derecho internacional humanitario u
otras circunstancias emanadas de las situaciones anteriores que pueden alterar o alteran drásticamente el orden público”.
2
Ver al respecto Verdad Abierta www.verdadabierta.com
6 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
colombiano, para identificar las condiciones en las que se
da, las motivaciones que lo guían y las consecuencias que
acarrea. Así mismo, el estudio también busca examinar la
otra cara de la moneda y entender cuándo, cómo, por qué y
con qué resultados actores del sector empresarial adelantan acciones para contribuir a la prevención del desplazamiento forzado o la atención a las poblaciones afectadas.
En el conocimiento y comprensión de ambos extremos de
la relación entre empresa y desplazamiento radica la clave
para entender de qué manera actores empresariales en diferentes sectores, con formas organizacionales variables e
inmersos en redes comerciales nacionales e internacionales diversas reaccionan ante una misma realidad, marcada
por el conflicto armado y la necesidad de construir paz.
Para estos propósitos es determinante la óptica regional que propone y adopta este estudio. Antioquia y Nariño
son departamentos que comparten altos niveles de desplazamiento forzado pero que difieren en las modalidades del
DFI y en la relación entre desplazamiento y sector empresarial. Antioquia ha liderado consistente e históricamente la
lista de departamentos con mayores niveles de desplazamiento forzado en Colombia. En la década de los ochenta
y noventa, las masacres que ocurrieron en la región bananera de Urabá y el desplazamiento forzado al que dieron
lugar marcaron nuestro conocimiento sobre el desarrollo
del conflicto armado colombiano en el nivel local. Más recientemente, el oriente antioqueño experimentó grandes
olas de desplazamiento forzado, pero esta vez liderado por
actores y motivos diferentes. En la actualidad, Antioquia es
pionera en la promoción de estrategias de retorno de población desplazada a sus lugares de origen. La actividad
empresarial antioqueña ha estado estrechamente vinculada a las dos caras del DFI: así como empresarios bananeros
y palmeros, muchos de ellos, residenciados en Medellín,
han sido vinculados judicialmente a la formación de grupos
paramilitares responsables de perseguir y provocar el DFI
de poblaciones enteras en Urabá (ver los casos actualmente investigados en la Fiscalía General de la Nación sobre
empresas como Chiquita Brands y en comunidades como
las de Jiguamiandó y Curvaradó), otros empresarios como
los que hoy están en el Oriente antioqueño (flores, energía,
alimentos, etc.), al igual que las comunidades, han tenido
que vivir el conflicto y han apoyado iniciativas de atención
a población desplazada y, más recientemente, procesos de
3
retorno. Nariño, por otro lado, es un departamento en el
que el DFI es un fenómeno más reciente (en la actualidad
ostenta el segundo lugar después de Antioquia en niveles
de expulsión), vinculado a la expansión de las redes del narcotráfico en el sur del país así como a la competencia entre grupos ilegales por el dominio territorial de la región de
fronteras. Las modalidades de desplazamiento y los antecedentes reflejan que el conflicto local nariñense hoy es distinto a aquel que en su momento produjo el escalamiento
del desplazamiento en el Urabá y en el Oriente antioqueño.
Mientras en Antioquia fue el resultado de la ofensiva y expansión paramilitar por arrebatarle territorios estratégicos
a la guerrilla, así como para apropiarse de otros claves para
el negocio del narcotráfico, el conflicto actual en Nariño ha
estado marcado por la disputa territorial entre distintos
actores armados (guerrillas, bandas criminales, organizaciones al servicio del narcotráfico, y su confrontación por
parte de la Fuerza Pública) en territorios estratégicos para
su control y desarrollo de actividades ilegales fuertemente
ligadas al narcotráfico. La actividad empresarial, por otro
lado y en contraste con Antioquia es incipiente en Nariño en
todos los sectores, a pesar de su posición geoestratégica
aventajada, cerca a los principales vecinos de Colombia en
el sur y en el límite con el Océano Pacífico. En contraste con
Antioquia, los vínculos entre empresa y desplazamiento forzado son más difíciles de documentar en Nariño, así como
la participación empresarial en la prevención y mitigación
del desplazamiento forzado.
Debido a las diferencias que presentan en términos de
tipos y momentos de DFI que han experimentado, formas
empresariales, magnitud del sector empresarial y vínculos
entre desplazamiento y actividad empresarial3, las dos regiones examinadas se prestan particularmente bien para
examinar distintas manifestaciones tanto del DFI como de
su relación con la actividad empresarial, propósito central
de este estudio.
Cabe anotar que un fin de este estudio es la formulación de recomendaciones aptas para el sector público, la
sociedad civil y los miembros del sector privado interesados en prevenir la vinculación del sector empresarial al DFI
y promover su participación en actividades de atención a
población desplazada y mitigación de situaciones ligadas al
DFI. El estudio considera que la formulación de recomendaciones ancladas en ambas modalidades de la relación po-
En el marco de este estudio se entienden como actividades empresariales, las actividades económicas desarrolladas por empresas legales que hacen
parte del sector empresarial a nivel nacional. Estas aunque realizan actividades económicas se diferencian de otras que no necesariamente son realizadas
por empresas, sino por particulares, campesinos, minorías étnicas e incluso en algunos casos son realizadas por actores al margen de la ley.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 7
sible entre DFI y sector empresarial así como en realidades
regionales diferentes en un mismo contexto nacional puede
producir resultados más afines a una comprensión rica y
compleja de esta relación que evite señalamientos ligeros y
evasión de responsabilidades tanto como expectativas sobredimensionadas.
Para la realización de este estudio se recogió información entre diciembre de 2009 y diciembre de 2010, se
realizaron cuatro visitas a los departamentos de Antioquia
y Nariño, 125 entrevistas con expertos, académicos, funcionarios, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones
de desplazados, organizaciones internacionales y líderes del
sector privado, se documentaron tres casos de participación
del sector empresarial en programadas de mitigación del
desplazamiento y se realizaron tres talleres para la discusión
de hallazgos preliminares (Ver anexo metodológico).
La estructura de este informe4 es la siguiente: en una
primera parte, se hace un acercamiento general al tema
del estudio, partiendo de la descripción del panorama mundial del DFI para enmarcar la posición de Colombia en este,
luego aborda brevemente el rol que en materia de construcción de paz ha tenido el sector empresarial internacional
y nacional, para a partir de ahí explorar el rol de este en
el desplazamiento forzado. Posteriormente, esta primera
parte, hace una aproximación a la problemática, características y manifestaciones del desplazamiento forzado interno
en Colombia, y de Antioquia y Nariño, regiones en las que
profundizó el trabajo de campo, para contextualizar el impacto y los retos que éste representa para la sociedad, el
Estado colombiano, y la actividad empresarial que se desarrolla en el país.
En una segunda parte, se analizan las relaciones que se
hallaron entre operaciones del sector empresarial y el DFI,
tanto en zonas de expulsión y recepción de población desplazada, resaltando las diferencias regionales observadas.
Por una parte, en zonas de expulsión se examinan las actitudes e intereses del sector empresarial que contribuyen
a la generación de DFI, sean éstas por acción (empresas
que participan o se benefician de los eventos de desplazamiento interno) u omisión (empresas que sabiendo o no
de la ocurrencia del DFI no toman medidas para su prevención o mitigación). Por otra parte, se exploran las acciones
4
y motivaciones que ha tenido el sector empresarial para
contribuir a prevenir (empresas que participan en programas para reducir el riesgo del desplazamiento de las poblaciones) y mitigar (empresas que contribuyen a mejorar la
condiciones de vida en lugares de la población desplazada
y retornada a sus lugares de origen) el DFI tanto en zonas
de expulsión como en zonas de recepción. En este sentido,
se examinan los principales temas y líneas de acción de las
iniciativas donde el sector empresarial tiene participación.
Adicionalmente, el análisis en esta segunda parte incluye
otras dimensiones del debate como las ligadas a la operación empresarial en entornos complejos5, el hecho de que
las características de estos entornos son propias de lugares
donde se presenta el DFI y la necesidad de lograr una mejor comprensión sobre el tipo de relaciones que existen o
no entre operación empresarial y DFI en tales entornos. En
este sentido, es necesario evitar las generalizaciones y empezar a diferenciar los casos efectivos en los que el sector
empresarial ha estado involucrado en los desplazamientos
de los que no. Así mismo, el análisis, muestra la pertinencia
de diferenciar entre la actividad económica como tal y la
actividad empresarial formal propiamente dicha, o entre actividades económicas o empresariales legales e ilegales, de
tal manera que se pueda abordar apropiadamente el tema.
Finalmente, en una tercera parte, el estudio plantea algunas conclusiones asociadas a las oportunidades y retos
que tiene el sector empresarial de cara a fenómenos como
el desplazamiento forzado interno, en la tarea de generar
entornos sostenibles para la operación empresarial en el
país, así como recomendaciones tanto para el sector empresarial como para el sector público, de tal manera que
se pueda incrementar el potencial de participación que el
sector empresarial tiene para contribuir a la solución del
desplazamiento forzado interno, teniendo en cuenta sus
capacidades, diferencias y limitaciones a nivel nacional y
regional.
El informe final de este estudio, así como el documento de trabajo en español y en inglés pueden consultarse vía electrónica a través de las páginas www.
ideaspaz.org o http://conpaz.uniandes.edu.co.
5
Se entiende como entorno complejo como la presencia de todos o alguno de los siguientes factores: actores armados al margen de la ley, economías
ilegales, debilidad institucional y/o frágil gobernabilidad. Sobre esta caracterización y sus implicaciones para la operación empresarial, ver entre otros:
International-Alert, Conflict-Sensitive Business Practice: Guidance for Extractive Industries, 2005; Business and Human Rights, The Role of Business in
Weak Governances Zones: Business Proposals for Effective Ways of Addressing Dilemma Situations in Weak Governance Zones, 2006.
8 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
1. Contexto general del
desplazamiento forzado interno (DFI)
1.1 Panorama del Desplazamiento Forzado Interno
(DFI)
El fenómeno del desplazamiento forzado interno (DFI)6
ha afectado a más de 27 millones de personas alrededor del
mundo como consecuencia de conflictos armados, guerras
internas, guerras civiles, o catástrofes naturales (IDMC, Diciembre 2009). Ocurre en diferentes países del mundo, principalmente en países de Africa y Asia como Afganistán, Georgia,
Filipinas, Pakistán, Irak, República Democrática del Congo, Kenia, Liberia, Somalia y Sudán entre otros; y en América Latina
hay registros en México, Guatemala, Perú y Colombia. Sin embargo, son Sudán, Irak y Colombia los países más afectados,
registrando, por lo menos desde el 2007, el mayor número de
desplazamientos forzados internos a nivel mundial con cifras
que superan los 2.5 millones de personas en cada uno de
ellos (Internal Displacement Monitoring Centre - IDMC, 2010).
En Colombia hay más de 3.5 millones de personas
desplazadas, lo que quiere decir que más de un 7% de
la población nacional se ha visto forzada a abandonar
sus hogares y establecerse en otros lugares. Aunque el
DFI no es nuevo en Colombia, pues ha acompañado el
conflicto armado interno, siendo este su principal causa,
si empezó a crecer de manera significativa desde mediados de los noventa, teniendo incrementos preocupantes
a partir de 2006, y alcanzando en el primer semestre de
2008 la mayor tasa de desplazamiento registrada en los
últimos 23 años (IDCM & NRC, Oct. 2008). Si bien la cifra anual de desplazados empezó a disminuir en el año
2009, continúa generándose un número significativo de
nuevos desplazamientos de población cada año. Hoy esta
problemática afecta, según la fuente, entre 3´461.223
(Acción Social, 2010) y 4´915,579 personas (CODHES,
2010), 793.599 hogares en más de 1.026 municipios7,
en todos los departamentos del país. Estas cifras hacen
del DFI un tema de especial relevancia por la crisis humanitaria, efectos y retos que representa para el país.
DESPLAZAMIENTO FORZADO INTERNO A NIVEL MUNDIAL (DIC.2009)
Turkey
954,000– 1,201,000
FYR Macedonia
650
Serbia
225,000–
230,000
Georgia
Kosovo
At least
19,700
230,000
Russian Federation
80,000
Armenia
8,400
Azerbaijan
586,000
Uzbekistan
3,400
Turkmenistan
Undetermined
Afghanistan
At least 297,000
Croatia
2,400
Bosnia & Herz.
114,000
Cyprus
Up to 201,000
Pakistan
1,230,000
Israel
Undetermined
Nepal
50,000–70,000
Occupied Palestinian Territory
At least 160,000
Chad
168,000
Mexico
5,000– 8,000
India
At least 500,000
Algeria
Undetermined
Senegal
24,000 –40,000
Liberia
Undetermined
Sri Lanka
Syria
400,000
433,000
Lebanon
90,000– 390,000
Yemen
At least 175,000
Côte d´Ivoire
Undetermined
Togo
Undetermined
Guatemala
Undetermined
Colombia
3,300,000–4,900,000
Peru
150,000
Bangladesh
60,000–500,000
Iraq
2,764,000
Eritrea
10,000
Niger
6,500
Nigeria
Undetermined
Sudan
4,900,000
CAR
162,000
Congo
7,800
DRC
1,900,000
Ethiopia
300,000–
350,000
Indonesia
70,000– 120,000
The Philippines
125,000– 188,000
Myanmar
At least 470,000
Timor-Leste
400
Somalia
1,500,000
Kenya
Undetermined
Uganda
At least 437,000
Rwanda
Angola
Burundi Undetermined
Undetermined
100,000
Zimbabwe
570,000– 1,000,000
Fuente: NRC & IDMC. 2010. Internal Displacement: Global Overview of Trends and Developments in 2009.
6
Ver definición en los Principios Rectores de los desplazamientos internos de Naciones Unidas, usados por ACNUR y IDMC, y Ley 388 de 1997 de Colombia
citado Op. Cit.
7
Según datos del SIPOD/ Acción Social; procesado por ACNUR, 2010.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 9
GRÁFICO 1.1
DESPLAZAMIENTO FORZADO EN COLOMBIA,
1997 - 2010
Fuente: Cifras de SIPOD/ Acción Social; procesado por ACNUR. Fecha de
Corte 31 de Diciembre de 2010. Elaborado por Fundación Ideas para la Paz
Aunque el Estado colombiano es el principal responsable de resolver la crisis de los desplazados internos, la capacidad y recursos públicos gestionados por las instituciones
estatales nacionales y locales, así como por las agencias
de cooperación internacional son insuficientes para enfrentar la crisis humanitaria en todas sus dimensiones. En
este sentido, cada vez es más evidente la necesidad de que
otros actores sociales, como el sector empresarial, contribuyan a la superación de desplazamiento forzado interno y
sus efectos asociados.
1.2 Sector empresarial, construcción de paz y
desplazamiento forzado interno
El sector empresarial se ha convertido en interlocutor
clave de organizaciones domésticas e internacionales en
busca de socios estratégicos en la construcción de una paz
estable. En breve, se considera que aún en ausencia de
motivos políticos, decisiones empresariales como invertir,
producir y contratar tienen el poder de estimular, limitar o
destruir la agenda y el alcance de la construcción de paz, así
como su implementación. De igual manera, se reconoce que
el sector empresarial puede obstaculizar el avance hacia la
paz, de forma activa (promoviendo la formación de grupos
anti-sistema y resistiéndose al cambio) y pasiva (dejando de
responder a los estímulos y llamados del Estado y de las organizaciones internacionales para asumir compromisos en
temas fiscales y en tareas como el DDR). Por lo tanto, los
esfuerzos de construcción de paz centran su atención en
atraer al sector privado a las tareas de la construcción de
paz con argumentos económicos (el desempeño de las empresas sufre en contextos violentos y mejorará en un ambiente pacífico) y morales (apelando a la responsabilidad de las
empresas en la superación de las causas de los conflictos
armados) y disuadirlo de emprender acciones de sabotaje
(Rettberg, 2010a; 2010b; Rettberg & Rivas, 2011).
10 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
En la práctica, la experiencia de diversos países inmersos en esfuerzos por superar sus conflictos armados revela
que la vinculación del sector empresarial a tareas específicas de la construcción de paz (como los procesos de desmovilización, desarme y reincorporación o los procesos de
reparación a víctimas) son más fáciles de proponer que de
lograr. Los inversionistas son reacios a arriesgar sus capitales en contextos inestables e impredecibles y—después de
alcanzar un determinado umbral de activismo empresarial
por la paz—los sucesivos intentos por involucrar al sector
privado en la construcción de paz tienden a estancarse o
diluirse. Al mismo tiempo, la importancia del sector privado
como fuente de recursos, “know how” y capacidad institucional no ha decrecido. Por consiguiente, gobiernos y organizaciones permanentemente experimentan con maneras
innovadoras para lograr que el sector empresarial de los
países inmersos en conflictos armados le apueste a la paz
(Rettberg, 2010a).
El sector empresarial colombiano, a su vez, ha estado cada vez más involucrado en actividades de construcción de paz (Guáqueta & Orsini, 2007; Guáqueta, 2006a;
Rettberg, 2009). Habiendo privilegiado anteriormente la
promoción de conversaciones de paz entre los actores en
conflicto, la inversión en desarrollo regional y programas de
reintegración para ex combatientes (Guáqueta, 2004; Rettberg, 2004), el sector empresarial ha comenzado a agregar
programas destinados a atender las necesidades de las
víctimas de conflicto, como los desplazados internos, a su
portafolio de actividades en construcción de paz.
En parte, este activismo en construcción de paz del
sector empresarial se debe al impacto del conflicto armado
sobre las operaciones de las empresas, que muchas veces
ocurren en zonas que de una u otra manera están afectadas por la problemática del conflicto. Si bien este impacto
difiere según el sector económico, tamaño de la empresa, y
región de las operaciones, el sector empresarial en general
se enfrenta a costos directos e indirectos asociados con el
conflicto armado (Rettberg, 2008b).
Igualmente, la mayor participación del sector empresarial en iniciativas encaminadas a la prevención de conflictos
y construcción de paz responde a las crecientes expectativas que tienen los consumidores y accionistas, así como a
los incentivos y mejores mecanismos de sanción derivados
de diversos factores, como el activismo de las ONG, los códigos de buena conducta promovidos por organizaciones
multilaterales como las Naciones Unidas, las demandas
transnacionales y las dinámicas globales vinculadas a inversiones socialmente responsables, que incrementan la
exigencia sobre la participación y desempeño de las empre-
sas en estos temas (Banfield, Haufler & Lilly, 2003; Natural
Heritage Institute, Nautilius Institute for Security & Sustainable Development and Human Rights Advocates, 2002).
Adicionalmente, existe una conciencia creciente de que,
frente a los escasos recursos públicos y la potencialidad
de generarse relaciones conflictivas entre los desplazados
internos y las poblaciones receptoras, la actividad empresarial puede desempeñar un papel crucial en la promoción
de una integración productiva, económica y social menos
tensa de la población afectada por el conflicto.
En este sentido, el sector empresarial colombiano está
siguiendo el ejemplo de sus contrapartes en otras regiones del mundo afectadas por la guerra, así como las recomendaciones de una literatura académica y profesional en
consolidación que le apunta a materiales y contribuciones
de gestión que hagan posible una paz duradera (Banfield,
Gündüz & Killick, 2006).
1.2.1 Construcción de paz y desplazamiento forzado
interno
Entre las tareas más acuciantes de la construcción de
paz en Colombia aparece la atención a las víctimas del
DFI. Las razones se relacionan con la magnitud del fenómeno, sumado a la gravedad de las condiciones sociales,
políticas y económicas de las que parten y luego enfrentan
los desplazados. Se trata en general de poblaciones que
ya son vulnerables previamente a su desplazamiento (con
elevados niveles de pobreza, baja educación y relación informal con la propiedad) y para las cuales el fenómeno del
desplazamiento agrava sus condiciones, pues abandonan
los pocos activos y propiedades que tenían, cuentan con
destrezas inadecuadas para afrontar los nuevos entornos
laborales y productivos, enfrentan diferencias culturales
e identitarias con las comunidades que los reciben (con
muchas de las cuales desarrollan relaciones tensas), y son
muchas veces presas del miedo y de una continua percepción de inseguridad (ACNUR; Brown & Mansfield, 2009). A
estas dificultades se agrega el trastorno de las relaciones y
jerarquías como consecuencia de la pérdida o la dispersión
de miembros de las familias, la pérdida de lazos sociales y
afectivos a los lugares de origen y la creación de dependencias respecto de los esquemas de ayuda humanitaria (e.g.
Cambodia). Las dificultades que enfrenta esta población,
por tanto, pesan significativamente en el análisis de las
perspectivas de reactivación económica de las economías
postguerra, así como en las de la reconciliación social a mediano y largo plazo (Sharpe & Cordova, 2009; Koser, 2009).
Dada la magnitud del fenómeno del desplazamiento y
los múltiples retos que implica, el rol de las agencias huma-
nitarias y de los gobiernos en la atención al fenómeno del
DFI es difícil y complejo. Las poblaciones desplazadas no
siempre quieren ni necesitan lo mismo. Esto, se relaciona
con las condiciones políticas y económicas en sus lugares
de origen y de recepción. Por otro lado, las opciones de política pública incluyen un rango amplio de alternativas que
van desde la integración a sus lugares de recepción hasta
el retorno a los lugares de expulsión. Esto ha generado profundos debates en torno a qué es deseable desde un punto
de vista normativo y qué es viable desde un punto de vista
fiscal. En Bosnia, por ejemplo, el retorno de comunidades
musulmanas a los sitios de los que fueron expulsadas por
radicales serbios ha operado para restaurar el equilibrio étnico de antes de la guerra, desactivar a los radicales por
estar en minoría y disminuir las tensiones étnicas (Belloni,
2005). En Colombia, en contraste, el retorno fue criticado
por mucho tiempo por los riesgos de seguridad que implicaba para poblaciones que volvían a territorios que continúan
bajo el control de los actores causantes del desplazamiento. A eso se suma que, tras años de intentar rehacer sus
vidas en los lugares de recepción muchas personas que
fueron desplazadas ya no quieren volver a sus lugares de
origen.
La situación colombiana ilustra muy bien muchas de
las dificultades asociadas con el DFI (Ibañez; Ceballos,
2011; CODHES & UNICEF, 2007a). El DFI en Colombia tiene
múltiples causas, que incluyen la búsqueda de protección
ante enfrentamientos armados a nivel local y la respuesta
a amenazas explícitas (Rueda & Jiménez, 2007). En varios
casos se ha documentado que el desplazamiento forzado
ocurre en contextos de actividades económicas puntuales
o ante la expectativa de proyectos de desarrollo de gran envergadura (como el cultivo de la palma de aceite u otros
recursos naturales (Goebertus et al., 2008; Pérez, 2004).
Los desplazados colombianos son destinatarios de un
importante número de ayudas humanitarias. Sin embargo,
para muchos estas ayudas son insuficientes de cara a las
dificultades que enfrentan para rehacer sus vidas en los lugares de asentamiento. En ellos deben afrontar el estigma
de las comunidades receptoras (CODHES; Ceballos, 2011),
nuevas amenazas (Goebertus, 2008), la vinculación a un
mercado laboral limitado, además de las dificultades que
enfrentan en torno al reconocimiento de la propiedad de la
tierra (Uprimny, 2009). Notablemente, el país es considerado líder y pionero en el andamiaje institucional que acompaña la atención al desplazamiento forzado (ACNUR, 2007),
incluyendo varias sentencias de la Corte Constitucional y la
creación de una agencia estatal que centraliza los recursos
y los programas de atención al desplazamiento forzado (la
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 11
Agencia para la Acción Social y la Cooperación Internacional
– Acción Social). Sin embargo, las más de tres millones personas que han sido desplazadas, y las víctimas futuras del
DFI que siguen generando los diferentes actores armados
ilegales que operan en territorio colombiano, siguen planteando retos importantes para la estabilidad de una eventual y productiva paz en el país (Ferris, 2009).
1.3 Contexto de la problemática del
desplazamiento forzado interno (DFI) en Colombia
1.3.1 Desplazamiento forzado interno (DFI) en Colombia
A diferencia de otros países donde los desplazamientos ocurren en zonas específicas, por un corto plazo y en
un periodo de tiempo delimitado, el DFI en “Colombia es
un fenómeno extensivo, diluido en el tiempo, recurrente y
continuo, que combina éxodos individuales y grupales, silenciosos y no visibles” (Ceballos, 2003, p.2). La principal
causa del DFI en Colombia está asociada a la violencia desatada por el conflicto armado, el narcotráfico, y la violencia
urbana. Es un fenómeno que lejos de ser uniforme en todo
el territorio nacional varía con las particularidades políticas,
económicas y sociales de las diferentes regiones del país,
y la intensidad y dinámicas diferenciadas de la confrontación armada en cada una de ellas (ACA). En este sentido,
durante las últimas décadas se pueden observar distintas
tendencias en el fenómeno del desplazamiento interno en
Colombia, el cual pasó de ser una consecuencia indirecta
propia del conflicto a ser una estrategia económica y de
control político-militar de los diferentes grupos armados.
ESTRATEGIA PREVENTIVA
• Por seguridad (mitad S. XX, fin de 80s y mitad de los 90s.
ESTRATEGIA DE GUERRA
• Por control político y militar (1998-2002).
ESTRATEGIA ECONÓMICA
• Para apropiar tierras, lavar recursos y adelantar actividades
económicas legales e ilegales (2003 - hoy).
Desplazamiento preventivo de la población: Durante la
violencia política de mediados del siglo XX, y posteriormente,
el enfrentamiento entre los actores armados, o entre alguno
de estos y la fuerza pública, especialmente entre finales de
los 80 y mediados de los 90, tenía como consecuencia no
deliberada el desplazamiento preventivo de la población que
huía de sus municipios por carecer de las garantías mínimas
para la protección de su vida e integridad física (Forero, 2003
citado por Ibáñez & Moya, 2007). Este es el caso del departa-
12 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
mento de Arauca que durante los enfrentamientos entre las
FARC y el ELN, y la incursión posterior del paramilitarismo,
generó un éxodo importante de personas, que bajo la percepción de inseguridad en medio de los combates se vieron
obligadas a irse de sus tierras y propiedades (Mejía, 2010).
Desplazamiento como estrategia de control político y
militar: Hacia finales de la década de los 90 el cambio en
las estrategias militares de los diferentes grupos armados
al margen de la ley intensificó el desplazamiento masivo
de poblaciones como estrategia de control político-militar
de territorios con valor estratégico o económico, como corredores de movilidad, de tráfico de armas y droga, zonas
propicias para el cultivo y producción de drogas, y zonas
de refugio o retaguardia para la guerrilla. Esta estrategia
se reflejó en el caso de los departamentos del Meta, Caquetá, Putumayo, Amazonas, Guaviare, Guainía, Vaupés,
Vichada, Arauca y Nariño (Vidal, Nov. 2008, p.73; Ceballos,
2003, p.2). Este periodo (1998 – 2002), corresponde a la
ruptura de los diálogos de paz con las FARC, al proceso de
consolidación y expansión de los grupos paramilitares y la
intensificación del conflicto armado, que es cuando se da
el mayor número de desplazamientos forzados masivos e
individuales en la historia del país. El miedo, la intimidación
y el asesinato de la población civil, a través de numerosas
masacres que buscaban la destrucción de las redes sociales y de la base social de las guerrillas principalmente, se
convirtieron en el mecanismo de apropiación y control territorial, político y social de diferentes zonas del país (Granada, Dic. 2008). De ahí que las amenazas directas (43.7%),
masacres (11.7%), el asesinato de familiares (11%), los
combates (10%), el asesinato de vecinos o amigos (7.4%),
las amenazas indirectas (6.5%) y el reclutamiento forzado
(3.5%) se hayan convertido en las principales causas del
DFI en el país (Comisión de Seguimiento, 2009).
Desplazamiento como estrategia económica: Comparativamente con el período anterior, entre el 2003 y el
2006 se observa un descenso en la cifras de desplazamiento, paralelo al proceso de desmovilización de los grupos de autodefensa. Sin embargo, el desplazamiento volvió
a incrementarse de manera preocupante entre el 2006 y
2008, especialmente en su modalidad individual, aunque
sin alcanzar los niveles alcanzados ente 1998 y 2002. A
partir de 2006 y teniendo en cuenta que tras la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) se
eliminó el registro de estos grupos como responsables de
los desplazamientos, la responsabilidad recae principalmente sobre la guerrilla de las FARC y autores no identificados que se asocian al reacomodamiento territorial de
viejas estructuras de las AUC y nuevos actores con interés
en desarrollar actividades económicas legales e ilegales
dentro de los territorios. El aumento en los índices de desplazamiento interno en el país entre 2004 y 2007 coincide
con la aparición de las llamadas Bandas Criminales Emergentes (BACRIM) y se concentra en regiones donde las BANDAS CRIMINALES están activas (HRW, 2010, p. 58). Estas
bandas han intentado apoderarse de las zonas y actividades que dejaron los paramilitares al desmovilizarse para su
propio enriquecimiento. En este sentido, se ha pasado de
numerosos desplazamientos masivos entre 1998 y 2002
por efecto de las masacres; a desplazamientos que en su
mayoría son individuales y están focalizados en zonas apartadas y selváticas, ricas en recursos naturales y favorables
para el desarrollo tanto de proyectos productivos legales,
como de actividades ligadas al narcotráfico de gran interés económico para actores ilegales. En muchas de estas
zonas habitan comunidades indígenas y afrocolombianas,
quienes cada vez más son víctimas del desplazamiento forzado y otras formas de violación a sus derechos humanos,
como son el confinamiento o las restricciones a la movilidad
que ponen en riesgo su seguridad alimentaria y personal.
Según cifras oficiales, los departamentos de mayor expulsión de población entre 1997 y 2010 son en su orden,
Antioquia, Bolívar, Magdalena, Chocó, Cesar, Caquetá y Tolima (Ver gráfico 1.2). Estos departamentos concentran el
53% del desplazamiento en el país durante ese periodo.
Pese al descenso general de las cifras posterior al año
2002, entre el 2006 y el 2008, la dinámica cambia en varios
departamentos. La evolución histórica muestra que Antioquia se mantuvo como el mayor expulsor hasta 2007, año en
el cual es superado por Nariño, y empieza a mostrar una tenGRÁFICO 1.2
10 DEPARTAMENTOS CON MAYOR EXPULSIÓN
1997 - 2010
120000
100000
No. de personas
80000
60000
40000
20000
0
Antioquia
Bolívar
Magdalena
Chocó
Cesar
Nariño
Caquetá
Tolima
Valle del Cauca
Cauca
Fuente: Cifras SIPOD/ Acción Social; procesado por ACNUR. Fecha de Corte
31 de Diciembre de 2010. Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
dencia descendente. Lo mismo ocurre en los departamentos
de Caquetá, Cesar y Bolívar. Caso contrario a lo que ocurre
con Nariño (2007) y Magdalena (2008) donde se observa
un ascenso significativo en las cifras de expulsión. Algo similar se presenta, aunque en menor proporción, en el Valle del
Cauca, Tolima y Putumayo (SNAIPD, 2009).
A pesar de que la cifra anual de desplazados empezó
a disminuir en el 2009, los desplazamientos continúan, ya
no solo por efecto de la guerra (aunque esta sigue siendo
su principal causa) sino también como efecto de lo que podría llamarse una estrategia económica (Entrevista Nuevo
Arco Iris, 2010) de diversos actores (bandas criminales,
narcotraficantes, guerrillas, terratenientes, políticos y empresarios inescrupulosos) para mantener, apropiar y sacar
aprovecho de la tierra despojada y usurpada de manera
violenta o fraudulenta, en los años anteriores por los grupos armados (principalmente las AUC) (Ibáñez & Querubín,
2004). En este contexto, ha sido frecuente el uso de la fuerza, la violencia y las amenazas como forma de presión e
intimidación de la población civil para obligarlos a salir y
expulsarlos de sus territorios, mientras los actores en mención ven ello una oportunidad para adquirir y apropiarse de
tierras a un menor costo para desarrollar proyectos productivos legales e ilegales, así como para acumular y legalizar
capital proveniente de actividades ilícitas.
Históricamente, también se han identificado interés
económicos como causas estructurales del desplazamiento forzado ligados a la distribución, reconocimiento y titulación de tierras, así como a la apropiación, utilización de las
mismas y acumulación de capital por parte de diferentes
actores (armados o no armados) (Ibáñez & Moya, 2007).
Estas estrategias se apropiación de la tierra con fines económicos por unos cuantos ha obligado a la población, principalmente campesina, a desplazarse durante décadas en
busca de territorios donde asentarse. En años recientes,
los grupos paramilitares, más que otros grupos armados,
contribuyeron a reforzar procesos de apropiación forzada
de la tierra con fines económicos en defensa de intereses
de grandes ganaderos, narcotraficantes, capitalistas nacionales y transnacionales (Bello, 2003, p.3), así como para su
propio enriquecimiento a través de la producción de drogas,
el desarrollo de plantaciones agrícolas de larga duración y
de la ganadería extensiva (Reyes, 2009, p. 138).
1.3.2 Características generales del desplazamiento
forzado interno (DFI) en Colombia
Teniendo en cuenta las anteriores tendencias se pueden identificar algunas características generales del fenómeno del desplazamiento forzado interno en Colombia:
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 13
86.955
AÑO DE EXPULSIÓN
198.126
102.050
303.851
99.426
359.590
99.623
209.490
51.466
2004
206.137
31.977
2005
239.714
33.253
2006
261.915
30.254
2007
400.000
21.753
2003
2011
134.995
67.384
2002
2010
350.000
21.119
2001
2009
300.000
78.952
2000
2008
250.000
1999
200.000
110.197
521
1997
1998
150.000
ND
100.000
8
MASIVO (EXPULSIÓN PERSONAS)
50.000
Más desplazamiento individual que masivo
En términos generales, el registro oficial muestra que
entre 1997 y 2010 el desplazamiento forzado en Colombia
ha sido en su mayoría individual, con el 88% de población
desplazada (2.828.246 personas) bajo esta modalidad,
mientras el 12% ha sido en eventos de desplazamiento masivos que ocurrieron entre 1998 y 2002.
En términos de desplazamiento masivo los años 2000,
2001 y 2002 fueron los más críticos, situación que coincide con el elevado nivel de actividad de las guerrillas de las
FARC, el ELN y los grupos de autodefensas. Sin embargo,
después del 2002 se observa una disminución importante
hasta alcanzar una reducción de más de un 90% en 2010
(Ver gráfico 1.3) (RUPD, Acción Social).
Por otra parte, se observa un cambio en las zonas de
expulsión pues mientras entre 1998 - 2002 la expulsión
masiva de personas se concentró en los departamentos
de Antioquia (97.805 personas), Magdalena (41.635 personas), Chocó (41.589 personas), Bolívar (35.316 personas)
y Córdoba (17.266 personas), en el período 2003 – 2008
se concentró en los departamentos de Nariño (35.451), Antioquia (27.628), Chocó (22.843), Valle del Cauca (20.337)
y Caldas (12.438) (SNAIPD, 2009).
En cuanto los desplazamientos de carácter individual
han tendido a aumentar, y solo a partir del 2008 se nota
un descenso en las cifras anuales. Entre el 1998 - 2002
este tipo de desplazamiento tuvo un crecimiento del 566%;
Aunque disminuye entre 2002 - 2003 un 42%, vuelve a incrementar entre 2003 – 2008. En total, 2.828.246 personas han sido incluidas individualmente como desplazadas
en el Registro Único de Población Desplazada (RUPD) de
Acción Social, esto quiere decir que el 88% de la población desplazada registrada ha declarado esta modalidad
de desplazamiento. Los departamentos más expulsores
en esta modalidad han sido Antioquia (368.574), Bolívar
(230.389), Magdalena (197.702), Cesar (155.382), Caquetá (147.176), Tolima (145.955) y Putumayo (121.763).
(SNAIPD, 2009)
DESPLAZAMIENTO FORZADO INDIVIDUAL Y
GRÁFICO 1.3
0
Forma más frecuente de victimización
Según una encuesta realizada en 2008, el desplazamiento forzado es la forma de victimización más común
reportada por víctimas del conflicto armado colombiano
(Rettberg, 2008).
303.605
25.564
265.661
20.152
155.944
10.443
5.848
89.195
512
Individual
Masivo
Fuente: RUPD /Acción Social Corte: 31 Enero de 2011. Procesado: Observatorio Nacional de Desplazamiento Forzado – Acción Social.
Mayor expulsión de zonas rurales, a nivel interdepartamental y creciente desplazamiento forzado intraurbano
Los desplazados generalmente migran de las zonas
rurales (60%), centros poblados (24%) o cabeceras municipales (15%) (Comisión de Seguimiento, 2010) hacia zonas urbanas, cabeceras municipales, municipios cercanos
o ciudades capitales en busca de refugio y atención. Esta
tendencia es muy similar entre los desplazados que no estan inscritos en el RUPD.
El 40% de los desplazamientos se dan a nivel interdepartamental, el 31% entre municipios de un mismo departamento, el 22% dentro de un municipio desde el área rural
hacia la cabecera municipal, el 5% entre veredas de un mis-
Según Acción Social, el término intermunicipal se utiliza para los desplazamientos que se dan de un municipio a otro, sin diferenciar entre desplazamientos
de zona rural a urbana o viceversa. En este sentido este término se diferencia de los desplazamientos intramunicipales, los cuales son desplazamientos
que se dan dentro del mismo municipio ya sea de zona rural a urbana o viceversa.
14 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
DESPLAZAMIENTO FORZADO POR TIPO DE
GRÁFICO 1.4
MOVILIDAD (EXPULSIÓN PERSONAS)
Intra urbano
Rural-urbano
Inter departamental
2%
39%
23%
Inter veredal
5%
también, Antioquia, Magdalena, Valle y Bolívar, seguidos
por Nariño, Cesar, Sucre, Córdoba y Santander son los departamentos de mayor recepción de población desplazada
(Ver gráfico 1.5).
GRÁFICO 1.5
10 DEPARTAMENTOS CON MAYOR RECEPCIÓN
1997 - 2010
120000
100000
80000
No. de personas
mo municipio, 1,8% es intra-urbano y 0,1% del área urbana
hacia zonas rurales del mismo municipio (Ver gráfico 1.4)
(Acción Social, 2010).
Sin embargo, recientemente se ha observado un incremento en los desplazamientos forzados a nivel intermunicipal8 e intraurbano. Entre 1997 y 2005 estos representaban
entre el 0,1% y 1.5% del desplazamiento anual, y a partir de
2006 aumenta pasando a porcentajes entre el 2.6% y 4%
anual. Entre 2006 - 2008 fue el momento más crítico para
el desplazamiento intraurbano cuando resultaron afectadas 11.156 y 11.823 personas, respectivamente. Este tipo
de desplazamiento consistente en la expulsión de familias
desde una ciudad hacia otra, generadas por amenazas de
actores armados que ahora luchan por el control de barrios
y zonas de las mismas (los ejemplos más conocidos son los
de Barrancabermeja y Medellín, así como en Bucaramanga
y Cúcuta).
Frecuentemente, las familias afectadas por esta modalidad de desplazamiento son víctimas de un segundo
desplazamiento forzado por las presiones ejercidas por los
actores en las zonas de arribo. Según Acción Social, las
ciudades más críticas en este sentido para el 2009 fueron
Buenaventura (24.016 personas), Medellín (7.573), Quibdó
(1.363), Bogotá (1.231), San José del Guaviare (705), Valledupar (619) y Santa Marta (525).
60000
40000
20000
0
Antioquia
Bogotá
Bolívar
Cesar
Códoba
Magdalena
Nariño
Santander
Sucre
Valle del Cauca
Fuente: SIPOD/ Acción Social; procesado por ACNUR. Fecha de Corte 31 de
Diciembre de 2010. Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
En cuanto a la evolución histórica de los principales
departamentos receptores se evidencia un incremento
constante, entre 2004 y 2007, especialmente en Bogotá,
Magdalena y Valle del Cauca, los cuales empiezan a descender parcialmente a partir del 2008. En el caso de Nariño, sobresale el periodo entre el 2006 y 2007, en el cual
se duplica el número de desplazados recibidos por año,
mientras desciende entre el 2007 y 2008 en un 40%. Córdoba y Santander también presentan un aumento significativo en el mismo periodo (2006 y 2007), aunque con una
tendencia al descenso en el 2009. Otros departamentos
han presentado procesos de constante disminución en la
recepción de población desplazada a partir de 2002, como
es el caso de Bolívar y Sucre.
Inter municipal
31%
Fuente: RUPD /Acción Social Corte: 30 de junio de 2010. Procesado: Observatorio Nacional de Desplazamiento Forzado – Acción Social.
Ciudades capitales grandes e intermedias principales receptoras
Bogotá, Medellín, Santa Marta y Cali se han convertido
en los principales lugares de recepción de población desplazada durante los últimos 5 años (SNAIPD, 2009). Así
Campesinos, minorías étnicas, mujeres y menores de 12
años son la población más afectada
El desplazamiento afecta a diversos sectores de la población colombiana, principalmente a la población rural. De
ahí que los campesinos y minorías étnicas sean los grupos
de población más afectados por el desplazamiento (Ibáñez
& Moya, 2007).
El efecto sobre minorías étnicas es mayor en los últimos
años, debido al valor estratégico que tienen estos territo-
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 15
rios para diferentes actores ilegales que los han convertido
en objetivo militar. Para el 2010 se registró un 28.8% de
población desplazada perteneciente a algún grupo étnico.
Del total de población en situación de desplazamiento, el
22.5% es población afrocolombiana, principalmente expulsados de Nariño y Chocó, y el 6,4% es población indígena
expulsado en su mayoría de Putumayo y Cauca (Comisión
de Seguimiento, 2010). El impacto en estas poblaciones
tiene especial relevancia, pues el fuerte vínculo existente
entre el territorio y su identidad colectiva hace que el desplazamiento ponga en riesgo su cultura, la exigibilidad de
sus derechos, e incluso la existencia de algunas comunidades (Forero, 2003). Actualmente, el 5% del total de la población afrocolombiana y el 4,7% del total de los indígenas han
sido víctimas de este fenómeno.
Por otra parte, en términos de género y edad, aunque
el desplazamiento forzado afecta de manera similar tanto
a hombres como a mujeres y a todas las edades, son los
niños menores de 12 años (36%) y las mujeres (a partir
de 2005) (52.4%) unos de los grupos poblacionales más
afectados por el desplazamiento forzado (Ver gráficos 1.6)
(Acción Social, 2010).
De acuerdo con Acción Social el 51% las personas registradas como desplazadas son menores de 18 años. De este
grupo el 20% corresponde a niños o niñas de 0-5 años, el
16% a niños o niñas de 6-12 años y el restante 15% tienen
entre 13-18 años (Acción Social, 2010). El siguiente 20%
de la población desplazada se encuentra entre los 19 a 30
años, el 24% se encuentra entre 31 y 59 años y el 5% final
tiene 60 o más años.
DESPLAZAMIENTO POR GÉNERO
144.575
155.945
71.858
78.802
160.510
171.552
140.354
148.002
131.223
137.055
117.585
116.195
113.782
31 a 59 años
24%
0 a 5 años
20%
13.100
14.142
50.000
50.102
49.117
38.919
38.010
91.209
94.581
62.536
57.953
150.000
DESPLAZAMIENTO POR EDAD
60 años o más
5%
129.180
124.830
165.744
200.000
208.782
186.684
250.000
100.000
Autodefensas y FARC principales responsables de los desplazamientos
En cuanto a los responsables de los actos generadores
del desplazamiento forzado entre 1997 y 2010 se observan dos tendencias. Para antes del 2005, son los grupos
de autodefensa con un 32,65% de las acciones, seguido
por la guerrilla de las FARC con un 24,8% de los casos, los
principales responsables de los desplazamientos. A partir
del 2005, con la desmovilización de las autodefensas se
limita el registro de éstos como responsables de los desplazamientos, y la responsabilidad recae principalmente sobre
la guerrilla de las FARC con el 32,8%, las autodefensas con
el 22,6% de los casos y autores no identificados claramente
como guerrillas 14,7%, más de un grupo 10%, el 12% sin
autor reconocido, el ELN con el 2% y la Fuerza Pública con
el 0.9%. (Comisión de Seguimiento, 2008).
231.339
217.611
GRÁFICOS 1.6
Analfabetismo, baja escolaridad y discapacidad como factores de vulnerabilidad
Se estima que una cuarta parte de la población desplazada es totalmente analfabeta y el nivel de escolaridad promedio entre los jefes de hogar está por debajo del quinto
año de educación básica primaria, lo que limita sus opciones de acceso a oportunidades que les mejoren la calidad
de vida a sus familias. Así también, se calcula que un 5% de
la población desplazada tiene algún tipo de discapacidad
tanto física o mental, de las cuales una cuarta parte fueron
causadas por el conflicto armado (Comisión de Seguimiento, 2010).
13 a 18 años
16%
19 a 30 años
20%
Hombres
Mujeres
2011
2010
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
ND
0
6 a 12 años
15%
Fuente: RUPD /Acción Social Corte: 30 junio de 2010. Procesado: Observatorio Nacional de Desplazamiento Forzado – Acción Social.
16 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
Sin embargo, no se registran nuevos autores como las
bandas emergentes en el periodo posterior a la desmovilización, como posibles responsables de un número significativo de desplazamientos (Comisión de Seguimiento,
2010), que como se mencionó anterioriorme, su aparición y
presencia coincide con el aumento en los índices de desplazamiento interno en el país entre 2004 y 2007 en las zonas
donde estos grupos tienen actividades (HRW, 2010, p. 58).
La mayor parte de la población desplazada no quiere retornar a sus zonas de origen
Dentro del registro oficial, la intensión de retornar de la
población desplazada es muy baja. Según la III Encuesta
Nacional de Verificación (ENV) de 2010, el 72,4% de las familias desplazadas desean permanecer en el lugar donde
viven hoy en día y solo el 5,7% desea retornar a su municipio
de expulsión. La intención de retorno es levemente mayor
entre quienes están por fuera el registro (6,1%, Comisión
de Seguimiento. 2010) y disminuye en la medida que pasa
más tiempo desde el momento del desplazamiento. Es decir, quienes han sido desplazados hace más tiempo y tienen
acceso a los servicios estatales en los lugares donde viven
hoy en día, tienen menos intenciones de retornar (Comisión
de Seguimiento, Oct. 2008), especialmente, la población
joven entre los 15 y 25 años que ha pasado gran parte de
su vida en el lugar de recepción, de los cuales el 89% no
quiere retornar y el 8% manifiesta su interés en regresar a
sus regiones de origen (Comisión de Seguimiento, 2010).
Las razones para el no retorno manifestadas en la III
ENV de 2010, entre el grueso de la población desplazada,
se encuentra el temor ante la percepción de que las condiciones de violencia e inseguridad que generaron su desplazamiento continúan (47.6%), las perdidas sufridas por la
cuales ya no tienen un lugar a dónde llegar (10.2%), la falta
de servicios sociales y públicos, y de oportunidades laborales para mejorar sus condiciones de vida en las zonas de
expulsión (8.3%), la falta de recursos económicos para llevar a cabo el retorno (17.3%) y solo un pequeño porcentaje
argumenta el haber logrado estabilizarse en las zonas donde actualmente están asentados (6.2%) como razón para
no retornar (Comisión de Seguimiento, 2010).
Compras masivas, grandes proyectos de infraestructura de
transporte o energética, cultivos agroindustriales y drogas
ilícitas como factores asociados a la apropiación de tierras
que genera expulsión forzada de población
Dentro de la III Encuesta Nacional de Verificación (III
ENV) de 2010 se evidenciaron diferentes factores asociados al fenómeno del desplazamiento. Debido al incremento
en la violencia en los últimos años, el 85% de las familias
desplazadas aseguran haber vivido hechos de violencia
generalizada. En este sentido el 75,3% de estas familias
han indicado la existencia de enfrentamientos entre grupos
armados en la zona; el 41,5 % la quema de cultivos o viviendas; el 73% han presenciado tomas a pueblos o centros
poblados; el 76% la presencia de controles de acceso a los
pueblos o veredas; y el 58% prácticas de confinamiento de
la población. Asimismo, se ha logrado identificar las intenciones de apropiación de los territorios, donde en el 9% de
los casos se presentaron compras masivas de tierra, el 10%
se realizaron proyectos económicos de gran envergadura,
como minería, obras públicas y actividades petroleras; y en
el 8,5% la siembra de nuevos productos como palma, yuca,
caucho. De igual forma, la siembra de cultivos ilícitos en un
27%, o del comercio o transporte de estas sustancias en un
24% (Comisión de Seguimiento, 2010, p. 39).
1.3.3 Crisis humanitaria
El desplazamiento forzado interno tiene especial relevancia por la crisis humanitaria y social que representa
para el país. Tal situación se ha visto alimentada por la
larga duración del conflicto, donde el Estado no ha podido
establecer su presencia en todo el territorio y hay una alta
deficiencia institucional para proteger a los ciudadanos y
evitar las violaciones sistemáticas a los derechos humanos
y al derecho internacional humanitario (Serrano, 2007).
Quienes han sido víctimas del desplazamiento forzado
no solo se ven afectados por la violencia (amenazas, asesinatos, secuestros, extorsiones, ataques, acciones militares,
minas antipersonales, reclutamiento, toma de municipios,
etc.) que les obligó a dejar su hogar, ya sea de manera reactiva (ante un evento concreto que haya afectado al hogar)
o preventiva (para evitar los eventos violentos relacionados
con el conflicto armado) (Ibáñez & Querubín, 2004); también, al desplazarse se enfrentan a una situación especial
de vulnerabilidad, donde otros derechos les son negados o
restringidos (libertad, locomoción, vivienda, seguridad alimentaria, derechos sociales etc.).
Los desplazados internos lo pierden todo y están en
constante peligro ante la reaparición de nuevas presiones
y frente a las dificultades para rehacer sus vidas bien sea
en sus lugares de origen, o en aquellos a donde han llegado. El desplazamiento forzado tiene efectos negativos
directos e inmediatos en las personas y las familias tales
como inseguridad alimentaria, desarticulación social, empobrecimiento, reducción del acceso al sistema educativo y
de salud, pérdida de control o posesión sobre la propiedad,
perdida de sus fuentes de ingresos, desarraigo, daños psi-
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 17
cológicos y emocionales, pérdida de vivienda, y, en general,
un deterioro acelerado de sus condiciones de vida (Ibáñez
& Moya, 2007). En este sentido, la población desplazada
pierde el capital social, humano y material empezando por
sus tierras, pertenencias y forma de subsistencia. Para los
miembros de los hogares desplazados en edad de trabajar, la escasa relevancia de las habilidades y conocimientos
agrícolas en las áreas urbanas, limita las posibilidades de
inserción en los mercados de trabajo y restringe las opciones de empleo a actividades informales que requieren
pocas habilidades y son mal remuneradas (Ibáñez & Querubín, 2004).
Adicionalmente, estos problemas generan consecuencias sociales y políticas como el incremento en el desempleo, en los índices de pobreza, la redistribución violenta de
la tierra, distorsiones e ineficiencias en las instituciones y
en la distribución de los recursos al desbordar la demanda
de servicios sus capacidades.
Asimismo, los grandes flujos demográficos no planificados aumentan la densidad poblacional y alimentan los
círculos de miseria en zonas de recepción, que terminan
concentrándose en áreas de alto riesgo. Además, suelen
estar asociados al incremento en el número de enfermedades y muertes prevenibles, aumento de la violencia intrafamiliar, discriminación social y laboral, la adopción de
estrategias informales de sostenimiento familiar que incluye actividades como la prostitución, la mendicidad, el trabajo infantil, la delincuencia y la vinculación de jóvenes al
conflicto armado (Serrano, 2007; Ibáñez, 2008, p. 59).
El DFI y sus efectos evidencian la grave crisis humanitaria que enfrenta el país. Su prevención y atención apropiada
tanto por parte del Estado como por parte de la sociedad
civil en general representa un gran reto a superar, espeGRÁFICO 1.7
cialmente en un contexto donde el conflicto armado sigue
vigente y su no atención aumenta el riesgo de intensificar el
círculo de pobreza y el conflicto armado interno.
1.3.4 Acción Estatal
El desplazamiento representa un reto importante para
el gobierno colombiano, no solo por las presiones que le
genera sino por los costos que demanda, ya que requiere
mayores recursos presupuestales y capital humano para
atender y asistir a esta población. (Ibáñez & Moya, 2007).
Teniendo en cuenta que el Estado es el principal responsable de la prevención del desplazamiento y de la atención de
la población desplazada hasta lograr la superación de su
condición de desplazados, en 1997 se formuló una política
pública dirigida a tomar “medidas para la prevención del
desplazamiento forzado; la atención, protección, consolidación y estabilización socioeconómica de los desplazados
internos por la violencia” (Ley 387 de 1997).
Sin embargo, las limitaciones institucionales y presupuestales en la acción gubernamental llevaron a que en el
2004 la Corte Constitucional (S. T-025) declarará el “Estado de Cosas Inconstitucional” (ECI) en materia de derechos
de la población desplazada, al observar el alto grado de
vulneración de los derechos de esta población, y la incapacidad institucional para atender el problema. La sentencia
obligó al gobierno a tomar medidas efectivas para garantizar los derechos de la población desplazada que incluyeran
el tema de reparación y restitución de tierras, críticos para
esta población. Desde entonces el gobierno ha avanzado
en el tema y ha ido ajustando su política pública y estructura institucional (Ver gráfico 1.7) para garantizar el goce
efectivo de derechos de la población desplazada y superar
el ECI.
POLÍTICA PÚBLICA
Fuente: Presentación Acción Social “DESPLAZAMIENTO FORZADO EN COLOMBIA: Política Pública de Protección y Prevención”, U. Andes. Septiembre 2010.
18 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
Aunque la política ha avanzado en algunos componentes, especialmente en los relacionados con la atención humanitaria de emergencia y básica, aún existen dificultades
y vacíos para su cabal cumplimiento.
Registro y Sub-registro: Una de las dificultades en la
atención radica en el sub-registro oficial en relación con
las dimensiones del fenómeno. Las cifras agregadas en el
Registro Único de Población Desplazada (RUPD) de Acción
Social son significativamente menores de las registradas
y/o procesadas por otras organizaciones nacionales (CODHES) e internacionales (SIPOD/Acción Social, procesada por
ACNUR). Se calcula que el sub-registro es del 22% (Comisión
de Seguimiento, 2010), lo que implica que este porcentaje
de población desplazada no registrada queda por fuera de
los programas de atención gubernamental. Esto, además,
evidencia un problema en la estimación de la dimensión real
del desplazamiento y, en consecuencia, en su atención.
Prevención y Protección
En materia de prevención, los avances son pocos. Aunque en los últimos años el Estado ha registrado una reducción de las cifras de desplazamientos y desde el gobierno
se han implementado acciones para la recuperación de la
seguridad y el fortalecimiento de la presencia institucional
en buena parte de territorio nacional, esto no ha logrado
frenar los desplazamientos en diferentes regiones del país.
Además de incrementar la presencia institucional y articular la acción de los diferentes entes estatales, la prevención
del desplazamiento requiere una mayor comprensión de las
transformaciones del fenómeno, de sus causas más allá
del enfrentamiento armado, y de los riesgos especiales de
algunas poblaciones. Esto con el fin de lograr una respuesta integral, coherente y eficaz por parte del Estado.
Atención Integral
En cuanto a la atención integral, se ha avanzado en los
temas de atención humanitaria de emergencia (83% cobertura promedio), educación (85% de cobertura promedio),
salud (63% de cobertura promedio) y capacitación en habilidades ocupacionales. No obstante, hay dificultades en
temas claves para avanzar en los componentes de retorno
y estabilización socioeconómica de la población desplazada. Dentro de estos temas cabe mencionar el acceso a una
vivienda digna, alternativas de generación de ingresos, y
restitución y adjudicación de tierras.
La Atención Inmediata (AI) se entiende como aquella
ayuda o provisión que se le otorga a las familias o personas
durante el tiempo que transcurre entre la declaración y la
inscripción en el RUPD (Comisión de Seguimiento, 2010).
Según la III Encuesta Nacional de Verificación (III ENV) de
2010, solo el 0,5% de las familias inscritas en el RUPD han
recibido todos los componentes de la Ayuda Inmediata. De
estas familias solo el 33,8% han recibido algún componente de la ayuda y el restante 66,3% no recibió ninguno (Comisión de Seguimiento, 2010).
En cuanto a la Atención Humanitaria de Emergencia
(AHE) que es la atención temporal e inmediata para garantizar la subsistencia mínima durante la primera etapa del
desplazamiento (3 meses, prorrogables en casos excepcionales) (SNAIPD, 2009), aunque se incrementó la cobertura con el aumento presupuestal otorgado por el gobierno
(Ver cuadro) (Acción Social, 2010), el acceso a la AHE es
parcial y no integral, pues mientras el 83% de la población
tiene acceso a alguno de los componentes de la AHE, solo
el 0.2% se beneficia de una atención integral (Comisión de
Seguimiento, 2008). Para 2010 el 25,7% de las familias
inscritas en el RUPD asegura no haber recibido ningún tipo
de ayuda (III ENV, 2010).
ATENCIÓN HUMANITARIA DE EMERGENCIA
2005 - 2009
AÑO
PRESUPUESTO
PARA AHE
HOGARES
ATENDIDOS POR
AHE
RECURSOS
EJECUTADOS
PARA AHE
2005
40.130.539.430
23.123
21.170.338.063
2006
26.145.212.607
21.909
100.706.245.448
2007
26.723.056.000
59.396
103.702.412.985
2008
126.650.000.000
217.412
298.201.935.063
2009
190.477.729.600
272.879
220.652.710.200
Fuente: Acción Social.
El tema de vivienda es clave para la superación del
desarraigo y la reconstrucción de lazos sociales. Sin embargo, el Estado ha tenido problemas en la movilización de
recursos para la construcción y mantenimiento de redes
de servicios públicos, equipamientos y espacios sociales
que deben acompañar la dotación de vivienda. En este
componente, aunque las personas que pueden acceder
a una vivienda tienen mayor acceso a los servicios públicos, están por debajo de las condiciones de pobreza e
indigencia en las zonas urbanas (Ibáñez & Moya, 2007,
p. 58). Pese a que los recursos para vivienda de población desplazada se han incrementado en un 40% desde
el 2006 (Ley 114/06), para el 2010 solo el 10,5% de los
hogares del RUPD cumple con los indicadores de vivienda digna, un 5% más que para el año 2008 (Comisión de
Seguimiento, 2010). Para avanzar en el tema de vivienda
digna es necesario ir más allá de la gestión de subsidios
y contemplar las condiciones de vida de las familias, las
dificultades de acceso al crédito, la informalidad e ines-
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 19
tabilidad laboral de sus ingresos y la falta de interés del
sector para construir vivienda de interés prioritario, entre
otras dificultades (Guataquí, 2010, p. 42-43).
En cuanto a generación de ingresos y seguridad alimentaria se refiere, la situación económica de los desplazados es precaria. Su ingreso se ubica por debajo de la
línea de pobreza, es evidencia de las limitaciones de este
componente. El 43,3% de las personas desplazadas inscritas en el RUPD con más de 12 años tienen alguna ocupación, ya sea formal o informal, pero de estos solo el 11%
tiene ingresos laborales mensuales superiores o iguales
al salario mínimo vigente. Más de la mitad de la población
desplazada tiene un ingreso de menos de medio salario mínimo mensual, lo que muestra la precaria situación en los
ingresos a la que se enfrenta la población desplazada (Comisión de Seguimiento, 2010). Los bajos ingresos de la población desplazada se traducen en una precaria seguridad
alimentaria, que afecta especialmente a los niños de estos
hogares (Ibáñez & Moya, 2007, p 54 y 55). “Aún cuando
la población desplazada logra encontrar un empleo, éste
se caracteriza por requerir pocas habilidades, un alto grado
de informalidad y, consecuentemente, por condiciones precarias e ingresos bajos y poco estables, que no permiten
mitigar el choque del desplazamiento ni avanzar en la estabilización socioeconómica” (Ibáñez & Moya, 2007, p 52).
En relación con el tema de tierras se estima que el 40.7%
de las familias desplazadas se vieron obligadas a vender
(7.6%), abandonar (82.9%), o fueron despojadas (1.8%) de
sus tierras (Comisión de Seguimiento, 2011). Sin embargo,
para inicios del 2011 solo se han restituido alrededor de 450
mil hectáreas. Para la restitución de tierras abandonadas,
despojadas o usurpadas existen varios problemas. Por una
parte, se encuentra la limitada efectividad de los programas
de acceso a tierras, “por deficiencias en el diseño de los programas, por la baja capacidad institucional y por la falta de
coordinación entre las entidades del Sistema Nacional para
la Atención a la Población Desplazada” (Arboleda & Correa,
2002, citado por Ibáñez & Moya, 2007). Por otra parte, está
la dependencia de las restituciones a las confesiones de los
actos de desplazamiento y despojo que se hagan en el marco
de las versiones libres de la Ley de Justicia y Paz (2005), y
los tiempos de las investigaciones judiciales sobre los casos
de usurpación, así como la falta de garantías para que las
víctimas puedan reclamar sus tierras sin poner en riesgo sus
vidas (Comisión Colombiana de Juristas, 2006). Otro de los
problemas es la falta de titulación e informalidad en la tenencia de tierras de las víctimas, pues según la Comisión de
Seguimiento solo el 21,5% de la población desplazada tiene títulos de propiedad formales (Comisión de Seguimiento,
20 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
2011), lo que dificulta la presentación de pruebas por parte
de las víctimas. Y finalmente, está el problema de la falta de
información sobre los bienes usurpados por ausencia de un
registro completo de bienes y de cifras reales sobre el número de terrenos usurpados. Aunque hay grandes diferencias
entre las distintas fuentes se estima que entre el periodo de
1998 a 2008 hubo entre 2.2 y 6.6 millones de hectáreas
de tierra usurpadas (Ver gráfico 1.8). Estas fallas en la información también afectan la obtención de evidencia y pruebas
para el levantamiento de medidas de protección de tierras en
zonas con riesgo de desplazamiento.
GRÁFICO 1.8
DEPARTAMENTOS MÁS AFECTADOS POR EL
DESPOJO DE TIERRAS (según diferentes fuentes)
Tomado de ACNUR “Las tierras de la población desplazada”, Agosto 2009.
En materia de retornos, aunque el acompañamiento
que se ha empezado a dar los procesos de retorno, especialmente en el oriente antioqueño, ha incrementado
levemente, de un 3% al 5%, la intención de la población
desplazada a retornar a los sitios de origen, siguen siendo
escasos los procesos de retorno efectivos. El reto en este
tema es generar incentivos no solo de seguridad sino de
condiciones socioeconómicas y de acceso a servicios públicos atractivos en las regiones, así como resolver algunos temas como el de las deudas financieras de los desplazados
que según la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) sobrepasan los 342.000 millones de pesos.
Verdad, justicia y reparación
El componente de verdad, justicia y reparación ha estado vinculado principalmente a los procesos enmarcados en
la ley de Justicia y Paz, que han tenido dificultades para el
reconocimiento y juzgamientos por parte del Estado de los
delitos de desplazamiento forzado. Solo a partir del 2005
se comenzaron a hacer imputaciones e investigaciones por
este delito, pero hasta la fecha no se ha producido la primera sentencia condenatoria ni ejecutoriada.
Parte de estos temas son abordados por el actual gobierno a través de una serie de proyectos que serán discutidos en el Congreso de la República, y con los que se espera
avanzar en su solución.
1.3.5 Alianzas público – privadas y cooperación
internacional
En medio de este panorama, se ha buscado y recibido el
apoyo del sector privado y de la comunidad internacional a través de alianzas públicos – privadas, convenios de cooperación
o proyectos específicos que han destinado recursos importantes para contribuir en varios de los componentes de la política
pública, así como a diferentes iniciativas de otras entidades
GRÁFICO 1.9
públicas, privadas y sociales alrededor del tema. A pesar de
los aportes realizados hasta ahora, quedan enormes retos por
superar y donde el sector empresarial puede contribuir desde
su experiencia y de acuerdo a sus capacidades.
1.4 Situación del desplazamiento forzado interno
(DFI) a nivel departamental
La dinámica y tendencias del desplazamiento forzado
interno (DFI) muestran variaciones a nivel regional a lo largo
del tiempo (Ver gráficos 1.9). En este sentido, se observa
como Antioquia históricamente se mantiene liderando los
departamentos con mayor expulsión de población hasta el
2007 cuando es superado por Magdalena y Nariño, y solo
vuelve a ubicarse en primer lugar en el 2010. Así también,
Magdalena, aunque en una menor proporción que Antioquia, ha estado desde 1997 entre los departamentos con
mayor expulsión hasta el 2008 cuando mostró un descenso
significativo en las cifras. Por otra parte, Nariño empezó a
5 DEPARTAMENTOS CON MAYOR EXPULSIÓN
GRÁFICO 1.10
1997 - 2000
120000
1997 - 2000
120000
100000
Antioquia
Bolívar
Chocó
Córdoba
Magdalena
80000
60000
40000
No. de personas
100000
No. de personas
5 DEPARTAMENTOS CON MAYOR RECEPCIÓN
Antioquia
Bolívar
Chocó
Córdoba
Sucre
80000
60000
40000
20000
20000
0
0
5 DEPARTAMENTOS CON MAYOR EXPULSIÓN
5 DEPARTAMENTOS CON MAYOR RECEPCIÓN
2000 - 2005
2000 - 2005
100000
120000
90000
100000
No. de personas
70000
Antioquia
Bolívar
Cesar
Chocó
Magdalena
60000
50000
40000
30000
20000
No. de personas
80000
80000
40000
20000
10000
0
0
5 DEPARTAMENTOS CON MAYOR EXPULSIÓN
5 DEPARTAMENTOS CON MAYOR RECEPCIÓN
2005 - 2010
2005 - 2010
45000
45000
40000
40000
25000
20000
15000
10000
35000
Antioquia
Caquetá
Magdalena
Nariño
Tolima
No. de personas
No. de personas
35000
30000
Antioquia
Bogotá
Bolívar
Magdalena
Sucre
60000
30000
25000
20000
15000
10000
5000
5000
0
0
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010.
Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
Antioquia
Bogotá
Magdalena
Nariño
Valle del cauca
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Corte Dic. 31/ 2010. Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 21
incrementar las cifras de expulsión desde 2001, pero solo
hasta años recientes empezó a hacer parte de los principales departamentos expulsores de población, especialmente
entre 2007 y 2010.
Algo similar sucede en estos departamentos para el caso
de la recepción de población desplazada, donde Antioquia
ha estado históricamente entre los principales receptores,
solo superado por Bogotá y Magdalena en años recientes
(2005 – 2010) (Ver gráficos 1.10). En este periodo, Nariño
también empieza a destacarse entre los mayores receptores
de población, aunque por debajo de los tres ya mencionados,
pero superando a Magdalena a partir del 2009.
Estas tendencias muestran la importancia de profundizar en el estudio de Antioquia y Nariño, no solo por su
vigencia actual como dos de los departamentos de mayor
afectación por la problemática del desplazamiento forzado
interno, sino porque, como veremos en las secciones siguientes, cada uno refleja características diferentes en sus
patrones de ocurrencia temporales, en las causas y tendencias del DFI, así como de las dinámicas del conflicto que lo
motivan. Asimismo, la presencia, tamaño y capacidad del
sector empresarial en cada una de las zonas permite identificar las diferentes relaciones entre sector empresarial y el
DFI. Esto permite hacer comparaciones y obtener indicios
sobre la relación entre el DFI y sector empresarial.
22 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
1.5 Caracterización de las regiones estudiadas:
Antioquia y Nariño
1.5.1 Perfil regional de Antioquia
El departamento de Antioquia tiene una ubicación estratégica en la zona noroccidental del país, donde conecta
al norte con el mar Caribe y con el departamento de Córdoba; al occidente con el departamento del Chocó; al oriente
con los departamentos de Bolívar, Santander y Boyacá; y al
sur con los departamentos de Caldas y Risaralda. Su capital es Medellín, segunda ciudad en población y economía
de la nación. Antioquia tiene 125 municipios agrupados en
9 subregiones: Bajo Cauca (243.067 habitantes), Nordeste
(171.839), Magdalena Medio (99.473), Urabá (509.409),
Occidente (200.652), Suroeste (373.506), Oriente
(540.184), Valle de Aburrá (3.306.490) y Norte (237.656)
(ver mapa de regiones de Antioquia), siendo el Valle de Aburrá, Urabá y el Oriente los que mayor número de población
concentran (Gobernación de Antioquia, 2007).
La población de Antioquia es de 5´682.276 personas,
de las cuales el 76.1% se encuentran en zonas urbanas
y el 23.9% se encuentran en zona rural (IGAC, 2008, p.
288), y tiene una importante presencia de comunidades étnicas compuesta por indígenas (28.914 personas,
0,53%) de las etnias embera, embera chamí, embera katio, senú, tule, que cuentan con 42 resguardos ubicados
en 19 de los municipios (DANE, 2005); y afrocolombianos
(593.726 personas, 10,88%) (Gobernación de Antioquia,
2009).
Adicional a su posición geográfica, Antioquia posee
un gran valor estratégico, por “sus condiciones geopolíticas, sociales, económicas y ambientales. Su territorio
está compuesto por las cordilleras Central y Occidental,
los valles de los ríos Magdalena, Cauca y Atrato y el mar
Caribe. Cuenta con una desarrollada infraestructura vial,
que comunican el país a través de importantes carreteras,
como lo son las troncales del Magdalena, el Caribe y la
Occidental. Su posición le permite tener influencia sobre
la región del Atrato, el Eje cafetero, el Magdalena Medio,
la Mojana y la región del Urabá” (Observatorio de DDHH y
DIH, 2006a).
La actividad empresarial de Antioquia
Antioquia es uno de los departamentos más importantes en la economía de Colombia. De acuerdo a las cifras del
DANE, Antioquia participa en promedio (2001-2008) en el
13.7% del PIB nacional, siendo el segundo que más aporta
detrás de Bogotá (Ver gráficos 1.11, 1.12, 1.13).
Antioquia ha sido catalogada como un “prototipo
exitoso de crecimiento económico” (Gutiérrez, 2007) al
constatar el acelerado proceso de industrialización que
protagonizó durante la primera mitad del siglo XX. Como
se ha mostrado a través de estudios históricos, es un caso
paradigmático de crecimiento económico en ausencia de
una “estructura agraria de propietarios poderosos”, si te
toma en cuenta que Antioquia estaba caracterizada por
ser una provincia pobre de geografía abrupta, ausencia
de tierras planas y una topografía montañosa9, cuya actividad central estaba ligada a la explotación y flujos comerciales ligados a la minería del oro y plata en condiciones
de extrema precariedad (Ibíd.). Sin embargo, la agricultura
empezó a impulsarse hacia finales del siglo XVIII con el
propósito de superar la condición de cultivos de subsistencia desarrollada hasta el momento, y hacia mediados del
siglo XIX ya superaba a la minería como principal fuente
de ingresos del departamento (Ibíd. p. 333). Estos avances fueron seguidos por la expansión industrial y el crecimiento económico más importante de su historia, primero
con actividades artesanales (alfarería, cuero, herrería),
plantas de textiles de pequeño tamaño especialmente
9
10
en la subregión del Valle de Aburrá (Sonsón, Envigado y
Medellín), y posteriormente con el auge del café en la región10. El acceso privilegiado a fuentes de generación de
energía (agua), la cercanía a mano de obra campesina y
barata para emplear, así como los incentivos tributarios
que los municipios concedieron a las fábricas con el fin
de que se implantaran allí (Botero, 2007), llevó a que para
las primeras décadas del siglo XX Antioquia hubiera desarrollado la actividad industrial más importante del país
(Gutiérrez, Op. Cit. p.335). Todo esto combinado a la construcción de redes viales y del ferrocarril, que comunicó a
Antioquia con los principales puertos, darían el impulsó
necesario para el crecimiento económico del departamento (Poveda, 2007, p.320).
Hasta los años cincuenta Antioquia lideró el campo
manufacturero en el país, por encima de Bogotá, pero
esta situación cambió con la llegada de capitales extranjeros. Actualmente, Antioquia ocupa el segundo lugar en
el país en términos de desarrollo y productividad industrial.
Las actividades económicas con mayor participación en
el PIB departamental para el 2008 están relacionadas con
los servicios (13.5%), establecimientos financieros, seguros
e inmobiliarios (20.8%), el comercio (12.7%) y la industria
manufacturera (14.5%) (Ver cuadro 1.1, y gráfico 1.14). Aunque gran parte de estas actividades se desarrollan en la
zona urbana y metropolitana cercana a Medellín, también
se destaca la participación de actividades agropecuarias,
energéticas y una creciente actividad minera en otras regiones del departamento.
PARTICIPACIÓN PORCENTUAL DE ANTIOQUIA
GRÁFICO 1.11
EN EL PIB NACIONAL
14.1%
13,86%
13.9%
13.8%
13.7%
13.6%
14,08%
14,00%
14.0%
13,89%
13,67%
13,51%
13,53%
13.5%
13,45%
13.4%
13.3%
13.2%
13.1%
Fuente: Gráfico del Ministerio de Industria y Comercio, con datos del DANE.
2005.
Para finales del siglo XIX, el viaje desde Medellín a Bogotá duraba en promedio ocho días (Botero, 2007, 309).
El proceso industrial de las trilladoras de café concentraba, junto al sector textil, el “grueso del empleo fabril” para los primeros años del siglo XX en Antioquia (Botero, 2007).
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 23
GRÁFICO 1.12
PARTICIPACIÓN PORCENTUAL DEL PIB
GRÁFICO 1.13
DEPARTAMENTAL, A PRECIOS CORRIENTES, 2000
30.0
30.0
25.0
25.0
20.0
20.0
15.0
15.0
PARTICIPACIÓN PORCENTUAL DEL PIB
DEPARTAMENTAL, A PRECIOS CORRIENTES, 2007
10.0
10.0
5.0
5.0
0.0
0.0
Bogotá
Antioquia
Valle
Santander
Cundinamarca
Atlántico
Bolívar
Boyacá
Bogotá
Antioquia
Valle
Santander
Cundinamarca
Tolima
Córdoba
Meta
Norte de Santander
Fuente: DANE. 2005. Cuentas Nacionales. Elaborado por CONPAZ 2011.
CUADRO 1.1
Atlántico
Bolívar
Boyacá
Córdoba
Tolima
Meta
Huila
Cesar
Caldas
Fuente: DANE. 2005. Cuentas Nacionales. Elaborado por CONPAZ 2011.
ACTIVIDAD ECONÓMICA ANTIOQUIA
% CONTRIBUCIÓN AL PIB DEPARTAMENTAL
2000
2008
VARIACIÓN
Agricultura, ganaderia, caza, silvicultura y pesca
7,8
6,1
Explotacion de minas y canteras
1,5
2,9
-1,7
1,4
Industrias manufacturera
17,7
14,5
-3,2
Electricidad, gas y agua
3,8
5,1
1,3
Construccion
4,9
9,1
4,2
Comercio, reparación, restaurantes y hoteles
13,3
12,7
-0,6
Transporte, almacenamiento y comunicaciones
5,7
6,7
1
22,1
20,8
-1,3
Actividades de servicios sociales, comunales y personales
15,4
13,5
-1,9
Derechos e impuestos
7,8
8,6
0,8
Total
100
100
Establecimientos financieros, seguros, actividades
inmobiliarias y servicios a las empresas
Fuente: DANE. 2005. Cuentas Nacionales. Elaborado por CONPAZ. 2011.
GRÁFICO 1.14
PORCENTAJE DE PARTICIPACIÓN SECTORIAL EN EL PIB DEPARTAMENTAL POR GRANDES RAMAS DE ACTIVIDAD ECONÓMICA
(ANTIOQUIA)
A: 7%. Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca
B: 2%. Explotación de minas y canteras
C: 16%. Industria manufacturera
D: 5%. Electricidad, gas y agua
E: 7%. Construcción
F: 13%. Comercio, reparación, restaurantes y hoteles
G: 6%. Transporte, almacenamiento y comunicaciones
H: 21%. Establecimientos financieros, seguros, actividades inmobiliarias y servicios a las empresas
I: 14%. Actividades de servicios sociales, comunales y personales
J: 9%. Derechos e impuestos
Fuente: DANE. 2005. Cuentas Nacionales. Promedio por rama de la contribución al PIB Dptal entre 2000 y 2006. Elaborado por CONPAZ. 2011.
24 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
En términos generales, el sector financiero y comercio
muestran en los últimos años una participación importante
y en crecimiento dentro de la economía del departamento,
mientras la industria manufacturera, de las más importantes
del país11, especialmente en los sectores textiles, alimentos y
bebidas (Observatorio de DDHH y DIH, 2007a) aunque sigue
siendo de los principales aportantes al PIB departamental ha
empezado a mostrar ligeras reducciones en los últimos años
(Ver gráfico 1.18). De acuerdo a datos de la encuesta anual
manufacturera (2008), Antioquia es el segundo departamento con mayor número de establecimientos industriales en Colombia después de Bogotá D.C., con un número de 1.407
para el año 2008 (Ver gráfica 1.15).
La actividad industrial en Antioquia es una de las principales actividades económicas del departamento, y está
ampliamente diversificada (Ver gráfico 1.16), resaltando la
NÚMERO DE ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES
GRÁFICO 1.15
EN COLOMBIA (2008)
PARTICIPACIÓN DEPARTAMENTAL
industria de alimentos y bebidas en primer lugar, seguida
de las prendas de vestir y los productos químicos en cuanto al valor de producción (Ver cuadro 1.2). Con respecto a
los establecimientos industriales, los datos de la encuesta
anual manufacturera (2008) señalan que el sector de las
confecciones cuenta con el mayor número de establecimientos, seguido de alimentos y bebidas (Ver gráfico 1.17).
GRÁFICO 1.16
ACTIVIDAD INDUSTRIAL EN ANTIOQUIA
Caucho y
Plástico
6%
Alimentos y
bebidas
29%
Otros prod uctos
minerales
7%
Minerales no
metálicos
8%
Vehiculos
automotores
9%
Productos
textiles
10%
3,128
Productos
Metalurgicos
5%
Prendas de
vestir
13%
Productos
químicos
13%
331
122
150
59
99
Antioquia
Atlántico
Bolívar
Bogotá
Caldas
Boyacá
5
Caquetá
34
Cesar
Cauca
28
Córdoba
51
Cundinamarca
4
huila
La Guajira
50
47
Meta
Magdalena
131
56
Nariño
56
Quindío
Risaralda
14
Sucre
Santander
Tolima
13
Valle
Otros departamentos
N. de Santander
115
176
344
404
1,111
1,407
Fuente: Gráfico del Ministerio de Industria y Comercio, con datos de la Encuesta
Anual Manufacturera del DANE. 2009. DANE 2009. Producción industrial 2007.
Fuente: Encuesta Anual Manufacturera. DANE. 2009. Elaborado por
CONPAZ. 2011.
11
Por otra parte, las actividades agropecuarias aunque
muestran una tendencia decreciente dentro del PIB departamental sigue siendo de gran importancia para Antioquia,
especialmente en los renglones productivos orientados a
las exportaciones (banano, café, plátano, flores, y algunas
frutas), los dedicados al mercado interno (papa, fríjol, maíz,
yuca, panela, frutas y hortalizas) (Ver gráfico 1.18) y pecuarios (principalmente de ganado de carne y leche, avicultura
y porcicultura) (Gobernación de Antioquia, 2008).
Adicionalmente, hacia el 2007 las actividades relacionadas con la palma africana, el sorgo y el arroz han adquirieron
especial dinamismo (Observatorio de DDHH y DIH, Op. Cit.
2007). De las anteriores, es necesario resaltar la mayoritaria
participación que tiene el sector bananero dentro del total
de la actividad agrícola antioqueña (56%) (Ver cuadro 1.3).
Por su parte, la minería, ha empezado a adquirir un importante lugar dentro de la economía antioqueña con una
tendencia al alza bastante significativa. Al respecto, la Gobernación de Antioquia destaca en su Plan de Desarrollo que:
“En los últimos años se ha presentado un auge de la
actividad minera favorecido por el comportamiento
En términos porcentuales, Antioquia alberga el 18.46% de los establecimientos a nivel de la nación, solo superado por Bogotá. Antioquia ocupa 145.451
empleados (22%) mientras Bogotá D.C. un 39%, para el año 2008.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 25
CUADRO 1.2
CIIU
NÚMERO DE ESTABLECIMIENTOS POR
Descripción
millones $
15
Productos alimenticios y de bebidas
5.679.001
18
Prendas de vestir; preparado y teñido de pieles
2.594.239
24
Sustancias y productos químicos
2.528.429
34
Productos textiles
2.038.180
17
Vehículos automotores, remolques y semiremolques
1.828.148
26
Productos minerales no metálicos
1.642.673
21
Otros productos minerales no metálicos
1.404.042
25
Productos de caucho y de plástico
1.139.369
27
Productos metalurgicos básicos
924.310
28
Productos elaborados de metal, excepto maquinaria
y equipo
719.689
36
Muebles; industrias manufactureras ncp
712.213
29
Maquinaria y equipo ncp
637.505
35
Otros tipos de equipo de transporte
560.176
19
Curtido y preparado de cueros; calzado; articulos de
viaje, maletas
335.657
Edición e impresión y de reproducción de
grabaciones.
245.116
22
Subtotal
GRÁFICO 1.17
ENCUESTA ANUAL MANUFACTURERA
(MEDELLÍN Y VALLE DE ABURRÁ)
250
200
206
150
145
100
22.988.747
98,4
23.372.527
Fuente: DANE. EAM Descripción modificada.
129
111
85
78
50
0
sy
Alimento
bebidas
es
Confeccion
Textiles
Caucho y
plástico
s
s
Producto Otras industria
de metal manufactureras
TENDENCIAS DE LAS GRANDES RAMAS
DE ANTIOQUIA
25
20
15
10
5
por los cambios en la legislación minera colombiana,
0
por los eventos de promoción de las oportunidades
Agricultura, ganadería y pesca
Construcción
Electricidad, agua y gas
Financiero
Transporte y comunicaciones
Industria manufacturera
Impuestos
Comercio, restaurantes y hotelería
Minería
Servicios
ros que puedan garantizar producción a largo plazo.
Este auge no ha sido ajeno para el departamento de
Antioquia y con él han llegado capitales de inversión
Nacional y extranjero, conducentes a generar proyec-
Minerales
icos
no metál
DE ACTIVIDAD ECONÓMICA DENTRO DEL PIB
económico de los metales y minerales a nivel mundial,
mineras y por las pocas empresas o proyectos mine-
76
Fuente: Gráfico del Ministerio de Industria y Comercio, con datos de la Encuesta
Anual Manufacturera del DANE. 2009. DANE 2009. Producción industrial 2007.
GRÁFICO 1.18
Participación
Total departamento
PRINCIPALES AGRUPACIONES INDUSTRIALES.
Fuente: DANE. 2005. Cuentas nacionales departamentales – PIB Base 2005.
PIB por ramas de actividad 2000-2009p. Elaborado por CONPAZ, 2011.
tos mineros de exploración y explotación, lo que se ha
manifestado en el incremento en la titulación minera;
a su vez, dicho auge también ha generado un aumento
GRÁFICO 1.19
PRINCIPALES PRODUCTOS AGRÍCOLAS.
en las explotaciones informales las cuales conllevan a
una alta problemática legal, ambiental, técnica, económica y social para las regiones en donde se ejerce”.
(Gobernación de Antioquia, Plan de Desarrollo 2008 –
2011: “Antioquia para Todos. Manos a la Obra”.)
En recursos naturales no renovables, se destacan el oro
y el carbón. El primero cuenta todavía con un potencial importante, especialmente en las subregiones del Bajo Cauca
y Nordeste, y el segundo se encuentra principalmente en la
subregión del Suroeste (cuenca del Sinifaná) (Ibíd).
Plátano exportación
5%
ANTIOQUIA
Maíz tradicional
3% Fríjol 1%
Yuca 5%
Caña panela 7%
Papa 9%
Plátano consumo
interno 11%
Banano exportación
56%
Fuente: Gráfico del Ministerio de Industria y Comercio, con datos del DANE. Anuario Estadístico 2009. Producción agrícola 2008. Elaborado por CONPAZ, 2011.
26 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
CUADRO 1.3
ACTIVIDAD AGRÍCOLA ANTIOQUEÑA
Producción en
toneladas
Producto
Banano exportación
Producción
nacional*
La actividad empresarial antioqueña es especialmente
significativa para la economía de la región y juega un papel
fundamental en la economía nacional. Antioquia alberga
los principales grupos económicos del país. En Medellín se
encuentra la sede de algunas de las empresas con activos
más altos en la economía colombiana (Ver gráfico 1.20 y
cuadro 1.4).
1.366.957
1.816.412
Plátano consumo interno
249.940
2.699.099
Papa
206.039
2.803.796
Caña panela
156.449
1.264.751
Yuca
125.954
1.990.071
Plátano exportación
115.970
115.970
Maíz tradicional
69.996
663.576
Fríjol
36.246
147.359
35,000
Arroz secano mecanizado
28.558
863.346
30,000
Maíz tecnificado
25.147
668.706
25,000
Ñame
23.815
275.241
20,000
Arroz secano manual
21.924
108.077
15,000
Arracacha
2.631
76.657
10,000
Cacao
2.574
59.756
Cocotero
1.815
112.289
Palma de aceite
907
859.554
Fique
486
22.081
Algodón semilla
57
92.896
Algodón fibra
21
34.372
2.435.486
14.674.009
Total producción
GRÁFICO 1.20
NÚMERO DE EMPRESAS POR ACTIVIDAD
ECONÓMICA (PRINCIPALES RENGLONES) 2009
32,614
10,057
5,000
0
7,354
7,843
3,392
Comercio al por
Industrias manufac- Hoteles y restaurantes Actividades inmobilia- Otras actividades de
mayor y al por
tureras
rias, empresariales y servivios comunitarios,
menor: reparación de
de alquiler
sociales y personales
vehículos automotores,
motocicletas, efectos
personales y enseres
domésticos
Fuente: Anuario estadístico de Antioquia 2009. Con base en Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, Base de Registro Mercantil (69 municipios). Sobre un total de 75.884. Elaborado por CONPAZ. 2011.
* corresponde a la producción nacional de los productos identificados. Fuente: Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. Anuario Estadístico 2009.
Fuente: Gráfico del Ministerio de Industria y Comercio, con datos del DANE.
CUADRO 1.4
ANTIOQUIA. 20 ACTIVOS SUPERIORES. ESTADOS FINANCIEROS AL 31 DE DICIEMBRE DE 2010 (VALORES EN MILES DE PESOS)
Razón Social
Ciudad
Descripción Sector
Total activo
GRUPO DE INVERSIONES SURAMERICANA S.A.
Medellin
Actividades diversas de inversion y servicios
18.168.609.566
INVERSIONES ARGOS S.A.
Medellin
Fabricacion de productos de cemento, hormigon
11.523.356.778
ALMACENES EXITO S A
Envigado
Comercio al por menor
6.640.338.355
COLOMBIANA KIMBERLY COLPAPEL S. A.
Medellin
Fabricacion de papel, carton y derivados
1.952.187.604
COLENER SAS
Medellin
Actividades diversas de inversion y servicios
1.780.929.475
GASEOSAS POSADA TOBON S A
Medellin
Bebidas
1.537.640.423
INVERSIONES EN SEGURO Y SEGURIDAD SOCIAL SURAMERICANA
Medellin
Actividades diversas de inversion y servicios
1.370.519.260
PRODUCTOS FAMILIA S.A.
Medellin
Fabricacion de papel, carton y derivados
1.290.828.440
Fabricacion de telas y actividades relacionad
1.041.867.432
TEXTILES FABRICATO TEJICONDOR S.A. EN ACUERDO DE REESTRUCTURACIÓN
Bello
COMPAÑIA NACIONAL DE CHOCOLATES S.A.S.
Medellin
Productos alimenticios
977.168.110
COMPAÑIA DE GALLETAS NOEL S A S
Medellin
Productos alimenticios
971.506.726
CERVECERIA UNION S.A
Bebidas
945.248.391
CRISTALERIA PELDAR S.A
Envigado
Fabricacion de vidrio y productos de vidrio
888.658.781
INVERSIONES MUNDIAL S.A
Medellin
Actividades diversas de inversion y servicios
825.296.692
C I UNION DE BANANEROS DE URABA S A
Medellin
Fabricacion de papel, carton y derivados
755.210.025
INDUSTRIA COLOMBIANA DE CAFE S A S
Medellin
Productos alimenticios
661.165.430
INDUSTRIA DE ALIMENTOS ZENU S.A.S.
Medellin
Productos alimenticios
649.352.272
RENTING COLOMBIA S A
Medellin
Actividades diversas de inversion y servicios
550.215.481
ENKA DE COLOMBIA S.A.
Medellin
Productos quimicos
540.727.571
Comercio al por mayor
537.723.468
FERRASA S A S
TOTAL
Itagui
Itagui
53.608.550.280
Fuente: Cuentas Superintendencia de Sociedades, 2011.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 27
No obstante, las grandes empresas (en términos de
sus activos) no son el común denominador en el universo
empresarial antioqueño, pues la estructura empresarial en
el departamento es predominantemente microempresarial
con un promedio del 90% para el año 2009 (Gráficas 1.21
y 1.22).
GRÁFICO 1.21
ESTRUCTURA EMPRESARIAL EN ANTIOQUIA
POR TAMAÑO DE EMPRESAS 2009
68,250
Micro
5,532
Pequeña
Mediana
Grande
1,518
584
Fuente: Anuario estadístico de Antioquia 2009. Con base en Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, Base de Registro Mercantil (69 municipios). Elaborado por CONPAZ. 2011.
GRÁFICO 1.22
ESTRUCTURA EMPRESARIAL EN ANTIOQUIA
POR TAMAÑO DE EMPRESAS 2009
7%
2%
1%
99%
Micro
Pequeña
Mediana
grande
Fuente: Anuario estadístico de Antioquia 2009. Con base en Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, Base de Registro Mercantil (69 municipios). Elaborado por CONPAZ. 2011.
En cuanto al desempleo, de acuerdo al Informe de Coyuntura Económica Regional 2009 del DANE, “la oferta
de trabajo continuó expandiéndose con mayor dinamismo
que la demanda por empleo”. La tasa de desempleo para
el 2009 en Medellín y el Valle de Aburrá fue 15,7%, por
encima del promedio nacional del 12%, a pesar que la ocupación se incrementó en 4% en este año. Los sectores con
mayor capacidad de absorción de mano de obra en el 2009
28 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
fueron: comercio (30,1%), servicios (21,5%) e industria
(21,0%) (Banco de la República & DANE, 2009).
Por último, de acuerdo al DANE, en su Estudio sobre
Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) según departamento y nacional (Julio, 2010), un total de 22.96% de personas que habitan en el departamento tienen NBI, frente
a un 8.15% en situación de miseria. En las cabeceras municipales el porcentaje equivale a un 15.90% de personas
con NBI, para un 47.48% en resto del departamento. De
acuerdo a estos datos, Antioquia es el octavo departamento
con menor porcentaje de NIB a nivel nacional, pero tiene
municipios con graves problemas de NIB como Campamento (100%), Murindó (97.08%), San Pedro de Urabá (82.5%),
Nechí (77.8%) y San Juan de Urabá (75.86%), municipios
cuya población adicionalmente ha sido víctima de las dinámicas del conflicto armado.
El conflicto armado en Antioquia
Las características geoestratégicas y económicas del
departamento, “sumadas a la convergencia de múltiples
grupos de guerrilla, autodefensas, narcotraficantes, traficantes de armas y delincuentes comunes en buena parte
de las regiones del departamento, hicieron que Antioquia
estuviera asociada durante cuatro décadas a una violencia significativa, que se expresó a través de altas tasas de
homicidio, múltiples casos de desplazamiento forzado, numerosas víctimas de minas antipersonal e intensas acciones armadas por parte de los grupos armados irregulares”
(Observatorio de DDHH y DIH, Op. Cit. 2007).
Actores armados ilegales en el departamento
La presencia de las FARC en Antioquia data de mediados de los años sesenta, cuando surgen el frente 4 y 9 en
el Magdalena Medio, y el 5 en Urabá antioqueño. Posterior
a la Séptima Conferencia de las FARC en 1982, nacen los
frentes 34, 35, 36 y 37, el primero en límites con Chocó y
los tres restantes en el Nordeste antioqueño. Entre 1988 y
1991, se crean los frentes 46 y 47 en la zona de influencia
del Magdalena Medio y la expansión continuo en la primera
mitad de los noventa con el frente 18, que se asentó también en el norte de Antioquia y el frente 47, en el Suroeste
del departamento (Observatorio de DDHH y DIH, Op. Cit.
2007).
En cuanto al ELN, esta agrupación ha hecho presencia
desde sus orígenes, donde su expansión se enmarcó bajo la
estrategia de depredación de recursos provenientes de las
compañías petroleras, con el frente noroccidental con centro
en Medellín, y el José Antonio Galán en el Magdalena Medio
y el Bajo Cauca antioqueños. Así mismo, en 1986, surgieron
los frentes Carlos Alirio Buitrago, con presencia en el Magdalena Medio, y el Compañero Tomás en el Nordeste antioqueño. En 1987, nació el frente Che Guevara en el suroriente en
límites con el Chocó. Entre 1989 y 1991, empezaron a actuar
los frentes María Cano y Bernardo López Arroyabe, en el Magdalena Medio antioqueño y a partir de 1992 aparecieron los
frentes Héroes y Mártires de Anorí, y Capitán Mauricio en el
nororiente del departamento. Este frente de guerra desarrolló compañías móviles, entre ellas las denominadas Anorí, Cimarrón, Mariscal Sucre y José María Córdoba con presencia
en la zona donde se concentra la infraestructura eléctrica y
en el Occidente antioqueño (Ibíd.).
Por otro lado, las Autodefensas tuvieron su origen en
el Magdalena Medio y en el Nordeste antioqueño en los
municipios de Amalfi y Segovia. En los años ochenta, estos grupos fueron financiados y liderados por esmeralderos
y narcotraficantes como Gonzalo Rodríguez Gacha y Fidel
Castaño Gil, entre otros. A partir de 1988, se dio la expansión de estas agrupaciones armadas hacia otras regiones
como el sur de Córdoba, Urabá y Bajo Cauca antioqueño.
Para 1997 se da una segunda expansión de las autodefensas, primero como Autodefensas Campesinas de Córdoba y
Urabá (Accu), y después a través de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), hacia el Nordeste, Occidente, Suroeste antioqueño, y el departamento del Chocó, y en 1998
hacia el Oriente antioqueño. Con esta expansión se logró
consolidar el bloque Élmer Cárdenas, en buena parte del
departamento de Córdoba, Urabá antioqueño, el medio y
bajo Atrato chocoano. El bloque Mineros se expandió en el
Nordeste antioqueño, los bloques Bananero y Cacique Nutibara en Medellín, y el bloque Metro en el Oriente antioqueño, el cual fue absorbido en 2004 por el bloque Cacique
Nutibara, después de una disputa armada intensa (Observatorio de DDHH y DIH, Op. Cit. 2007). Entre 2003 y 2006,
dentro del proceso de desmovilización de las AUC, nueve
grupos que tenían influencia en la región se desmovilizaron
(el bloque cacique nutibara, bananero, héroes de granada,
el bloque del noroccidente antioqueño, suroeste antioqueño, bloque nordeste, bajo cauca y magdalena medio, el bloque mineros y el élmer cárdenas) (Ibíd.).
Lógicas y dinámicas del conflicto en Antioquia
Por su gran importancia estratégica, el departamento
de Antioquia históricamente ha sido un territorio de disputa
entre actores armados. Esta disputa territorial en la actualidad persiste en algunas subregiones del departamento,
donde los actores armados ilegales “han luchado por mantener su presencia, expandiéndose o contrayéndose, de
acuerdo al ritmo y las circunstancias de la confrontación
armada, así como a las alianzas y rivalidades que se tejen
en torno al manejo de lo ilícito y las conveniencias estratégicas” (Observatorio de DDHH y DIH, 2006b). La complejidad en el departamento está marcada por las diferencias
en la capacidad armada de los actores, la intensidad y los
protagonistas del conflicto. De acuerdo a estas características se pueden identificar tres periodos de la confrontación
armada en el departamento. En cada uno de estos tres períodos, las dinámicas de la confrontación generan patrones
geográficos de concentración de la actividad armada que
se explican en función de los intereses y acciones de sus
protagonistas (Observatorio de DDHH y DIH, 2006d).
El primer periodo, que se puede identificar, se da entre
la década de los ochenta hasta mediados de los noventa,
periodo caracterizado por la expansión guerrillera en el
departamento. A partir de los años ochenta, las organizaciones guerrilleras comenzaron, “a dar cumplimiento a sus
principales objetivos de carácter estratégico: acumular recursos económicos, desdoblar frentes con el propósito de
ampliar su presencia territorial y aumentar su influencia
a nivel local”, logrando extender su presencia a zonas de
gran significado estratégico (Echandía, 2008). Si bien, la
presencia de la guerrilla en el departamento data de los
años sesenta, posteriormente a la Séptima Conferencia de
las FARC en 1982 se empieza a observar el proceso de expansión de esta guerrilla en Antioquia.
Debido a esta expansión, es posible afirmar que “hacia
finales de los años ochenta y comienzos de los noventa, la
dinámica de la confrontación estuvo determinada principalmente por la iniciativa de los grupos insurgentes” (Observatorio de DDHH y DIH, 2006d, Op. Cit. p. 8), especialmente
de las FARC. En este periodo, también se incrementó la
confrontación con la Fuerza Pública debido a su interés
por contener la expansión territorial de estas agrupaciones.
Así también, durante este periodo empiezan a tener una
presencia incipiente algunos grupos de autodefensas en el
Magdalena Medio y Nordeste antioqueño, que a partir de
1988 empiezan a ganar terreno hacia zonas estratégicas
y especificas como Urabá y Bajo Cauca antioqueño (Observatorio de DDHH y DIH, 2007a, Op. Cit.). Sin embargo, las
autodefensas en este periodo tenían un accionar armado y
territorial muy limitado.
Un segundo periodo, es el comprendido entre mediados
de los noventa hasta el 2002, el cual se caracteriza por
el proceso de consolidación y expansión de los grupos de
autodefensa o paramilitares. Durante este periodo, la confrontación armada se caracterizó por el enfrentamiento entre guerrillas y autodefensas, y el reordenamiento territorial
de las agrupaciones armadas, llevando a un cambio en los
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 29
protagonistas del conflicto, la estrategia de las guerrillas y
al incremento sostenido de la violencia generalizada en el
departamento.
Los paramilitares ganan protagonismo en la confrontación armada lo que contribuye a la degradación del
conflicto. A partir de 1997, con la conformación de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y el fortalecimiento
de las estructuras armadas paramilitares en el departamento, se inicia la expansión paramilitar que tenía como
objetivos contener el avance de las guerrillas, penetrar las
zonas donde estas organizaciones contaban con fuentes
de financiación, y obtener el control de zonas estratégicas
de movilidad, tráfico de drogas y armas. Esto se reflejó en
el caso del corredor entre Urabá y el suroccidente colombiano (Echandía, 2006, p. 136). En este caso las autodefensas como un actor armado “no sólo responden a la lógica
de defensa de los intereses económicos preponderantes
afectados por la guerrilla, sino que se traza como objetivo
principal disputarle a la subversión los territorios y posiciones estratégicas bajo su dominio” (Observatorio de DDHH
y DIH, 2006c).
El modelo aplicado, durante este periodo, por los grupos paramilitares en el proceso de expansión y control territorial se “centra no tanto en mantener confrontaciones
abiertas con la insurgencia, sino más bien en golpear a sus
“bases de apoyo” (Observatorio de DDHH y DIH, 2006b), lo
que generó el recrudecimiento del conflicto y convirtió a la
población civil en el objetivo de la confrontación armada.
Este modelo paramilitar se traduce en el incremento de las
masacres, amenazas, desapariciones forzadas, asesinatos
y desplazamientos masivos como forma de garantizar su
permanencia, homogenización y control militar del territorio, y de atacar a las zonas de influencia guerrillera. “Entre
1997 y 2002, se registraron masacres que se explican por
la lógica de la expansión de los grupos paramilitares, inscrita en el propósito de crear un corredor que divida al norte
del centro del país, uniendo a Urabá con el Catatumbo, con
el objetivo de iniciar las incursiones y la penetración de las
retaguardias de las guerrillas en el sur y oriente, así como
de sus zonas de expansión en el norte del país” (Echandía,
2006, Op. Cit).
La transformación de la dinámica del conflicto generó
cambios en el comportamiento y objetivo de las agrupaciones armadas, donde “a nivel local las organizaciones actúan como redes de poder local, que manejan instrumentos
de fuerza y son capaces de imponer su control sobre la población a través de la intimidación reemplazando los lazos
de solidaridad colectiva por desconfianza mutua que se
manifiesta en la ley del silencio y en la incomunicación que
30 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
hace imposible construir comunidades y propiciar desarrollo” (Echandía, 2006).
De la misma forma que se modificó la dinámica del conflicto, las prioridades e intereses de los protagonistas también cambiaron. Las guerrillas cambiaron su comportamiento
como consecuencia de la vulnerabilidad propia que generó la
estrategia de control y expansión territorial paramilitar y la
arremetida de la fuerza pública hacia 1999. En este sentido,
cambiaron su accionar militar hacia un repliegue que evitó
su derrota, y retomaron la estrategia de la guerra de guerrillas (Echandía, 2006). En consecuencia, las FARC renuncian
temporalmente, durante este periodo “a la consolidación del
dominio territorial y buscan el control estratégico de zonas
que garanticen su supervivencia” (Ibíd. p. 190). Esto explica
el cambio en la forma de avance de la guerrilla, pues pasa
de buscar construir base social y apoyo de la población en
el territorio, al “incremento de su capacidad de intimidación
para así aumentar su influencia a nivel local” (Ibíd. p. 143).
Bajo esta lógica de disputa por el control de posiciones estratégicas, la guerrilla termina imitando las prácticas de terror
propias de las formas de control paramilitar y por ello recurre,
de igual manera, a las masacres y a los asesinatos indiscriminados de civiles (Echandía, 2006).
Durante este periodo, se presentó un incremento generalizado de la violencia masiva en el departamento, como
efecto del predominante domino que tenía la guerrilla durante los años anteriores (Observatorio de DDHH y DIH,
2006d). La violencia masiva en estos casos se convierte en
terror, ya que cuando la disputa territorial no logra controlar
y “homogeneizar” el territorio de interés, los espacios de negociación disminuyen y se recurre al uso generalizado de la
violencia como mecanismo de apropiación y de obediencia
de la población civil por vía de la intimidación. (Observatorio
de DDHH y DIH, 2006d, p.25; 2004).
El último periodo, se da entre 2003 y la actualidad, y
se caracteriza por una disminución significativa de la violencia generalizada, el aumento del accionar de la Fuerza
Pública y la confrontación armada, la desmovilización de
las estructuras de las AUC, y la apropiación de territorios
de control paramilitar por parte de guerrillas, estructuras
narcotraficantes y organizaciones armadas criminales. “El
punto de quiebre se presenta a partir del 2002, año en el
cual empiezan a descender el número de acciones de los
grupos armados al margen de la ley, y a aumentar los combates por iniciativa de la Fuerza Pública (Observatorio de
DDHH y DIH, 2007a, Op. Cit). En este caso el accionar de la
fuerza pública se convierte en uno de los protagonistas de
la acción armada, a diferencia del periodo pasado donde
sus acciones fueron limitadas.
Entre 2003 y 2006 se reducen significativamente las
cifras de violencia relacionadas con el conflicto, como la
tasa de homicidios que registró la cifra más baja del departamento en los últimos 16 años, luego que en el periodo
anterior (1990 - 2002) el departamento había superado en
más del doble la tasa de homicidio nacional (Observatorio
de DDHH y DIH, 2007a). En cuando a las masacres, en el
2003 no se registra ninguna atribuida a las autodefensas
tras el inicio de conversaciones de estos grupos con el Gobierno nacional, lo que contribuyó a que las FARC buscaran
recuperar lugares estratégicos bajo el control de los paramilitares e intentaran retomar antiguas zonas bajo su dominio, lo que se manifiesta en un mayor protagonismo de
las FARC en las masacres registradas entre 2003 y 2006,
en las cuales se les atribuye la responsabilidad del 41% de
éstas, llegando a una participación en las masacres del
70% para el 2004 (Observatorio de DDHH y DIH, 2007a).
Por otra parte, en 2005 bajaron las acciones de los grupos
armados ilegales y los contactos armados, situación que
puede estar asociada a la masiva desmovilización que se
registró en ese año por parte de las estructuras armadas de
las AUC en el departamento (Observatorio de DDHH y DIH,
2007a). Sin embargo, entre 2005 y 2006 vuelven a incrementarse estas cifras, así como las masacres12 como consecuencia de la conformación y reordenamiento territorial
de grupos armados en Antioquia. En muchos casos estas
actividades son realizadas por grupos no identificados, que
empiezan a ganar importancia y coinciden con el proceso
de rearme de algunos desmovilizados de las autodefensas
y la conformación de organizaciones armadas criminales al
servicio del narcotráfico (Águilas negras, Banda Nueva Generación, Autodefensas Unidas de Antioquia). El objetivo de
estos nuevos grupos era la búsqueda de territorios para el
cultivo, procesamiento y comercialización de la coca” (Observatorio de DDHH y DIH, 2007a).
Recientemente en Antioquia se han venido presentado
asesinatos y amenazas en contra de los líderes y campesinos reclamantes de tierras dentro del proceso de restitución de tierras adelantado por el gobierno. “Sólo en Urabá,
hasta finales del año pasado, la asociación de Víctimas
para la Restitución de Tierras reportó que tras la devolución
de 184 bienes (4.000 hectáreas) asesinaron a siete campesinos” (El Espectador, Marzo 2011). La intención de los
actores armados por mantener el control de estas zonas,
que en su mayoría son propicias para el cultivo de coca, han
generado la re-victimización de los desplazados y despoja-
12
dos, y ha contribuidos a la generación de nuevos desplazamientos en el departamento los últimos años.
Durante este periodo se observa una pérdida de protagonismo dentro del conflicto de las autodefensas, por cuenta del proceso de desmovilización, al mismo tiempo, que se
reactiva la actividad de las FARC, y la confrontación armada
de las Fuerzas Armadas, además de las aparición de organizaciones armadas que empiezan a disputar territorios
estratégicos con los demás actores.
A pesar de las diferencias en estos tres periodos se pueden identificar entre ellos algunos rasgos característicos de
la confrontación armada en Antioquia. Primero, la constante interacción entre diferentes grupos armados FARC, ELN,
Autodefensas, y entre éstos y Fuerza Pública, en diferentes momentos y lugares. Segundo, la disputa territorial de
los grupos armados por zonas estratégicas principalmente
por narcotráfico, pero además por vías y corredores de acceso y movilidad, al igual que por captura de rentas de la
extracción de recursos. Y tercero, la utilización de la violencia indiscriminada contra la población civil como forma de
control territorial.
Características del desplazamiento forzado interno en Antioquia
En Antioquia “ha sido evidente que la propuesta de desarrollo ha estado signada por la dinámica de la guerra. Una
guerra que utiliza el desplazamiento como su método preferido, ligado a fuertes intereses económicos” (ACA). Por sus
riquezas y desarrollo el departamento también ha sido un
importante objetivo para los grupos armados ilegales, lo que
ha conducido a la disputa por el control territorial y la expulsión masiva de personas. Según los datos de Acción Social
(2010), Antioquia históricamente ha sido, en promedio, el
departamento con mayor expulsión (646.575) y recepción
(626.833) de personas hasta 2010, y se puede considerar
como una zona “tradicional” de expulsión de personas, pues
hasta el 2006 se mantuvo como el departamento con mayor
expulsión a nivel nacional (Ver gráfico 1.23).
El desplazamiento es uno de los efectos más alarmantes de la presencia y accionar de los grupos armados (Observatorio de DDHH y DIH, 2007a, Op. Cit.), y ha llegado a
representar, según datos de Acción Social, hasta el 17,6%
del total de personas desplazadas en el país entre 1997
y 2010. El punto más alto del fenómeno, en este periodo,
se dio en 1997 con 101.297 desplazados (47,8% de los
desplazados del país para ese momento, según datos de
En el 2005 las masacres perpetradas por desconocidos representaron el 75% del total, mientras en el 2006 alcanzaron el 83% de los hechos.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 31
EXPULSIÓN Y RECEPCIÓN DE PERSONAS
GRÁFICO 1.23
EN ANTIOQUIA 1997 - 2010
120000
100000
80000
60000
40000
20000
0
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Expulsión
Recepción
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010. Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
Acción Social), tras el inicio de la campaña paramilitar en
el departamento, y sobre todo con el establecimiento del
control paramilitar en el Urabá.
En este sentido, la subregión más afectada por el
desplazamiento fue Urabá (Ver gráfico 1.24) quien aportó
el 78% de los desplazados con un total de 78.895 personas (Cifras de Acción Social, 2010). A partir de 2001, se
observó un incremento dramático de las cifras de desplazamiento en el departamento, especialmente en la región
del Oriente Antioqueño, Urabá y en el Occidente Antioqueño
donde se estaba dando la consolidación y expansión paramilitar en el departamento, cuyo objetivo fue apropiarse
de territorios estratégicos para el narcotráfico y el ataque
a los puntos estratégicos de las guerrillas. Los municipios
de San Luis, Cocorná, Frontino, Turbo e Ituango, fueron los
GRÁFICO 1.24
EXPULSIÓN POR SUBREGIONES DE ANTIOQUIA
1997 - 2010
90000
80000
No. de personas
70000
60000
50000
40000
30000
20000
10000
0
Bajo cauca
Magdalena Medio
Nordeste antioqueño
Norte de Antioquia
Occidente antioqueño
Oriente antioqueño
Suroeste antioqueño
Urabá
Valle de Urabá
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010.
Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
32 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
que concentraron el mayor número de víctimas que se desplazaron masivamente entre 2000 y 2001. La situación de
estos municipios se podría explicar, por una parte, con la
disputa por el control territorial que hacia finales de 1997 y
principios de 1998 iniciaron los integrantes de autodefensas contra los grupos guerrilleros de las FARC y el ELN, para
la consolidación de su presencia en la zona y controlar la
autopista Medellín-Bogotá, los corredores de acceso al municipio de Puerto Triunfo sobre el río Magdalena, las rutas
de movilidad hacia el departamento de Caldas, las áreas en
expansión de cultivos de coca y amapola; y por otra parte,
con la retaliación de los grupos guerrilleros, quienes ejercieron acciones en contra de la población civil como estrategia
para evitar su colaboración con las autodefensas (Programa Presidencial de DDHH y DIH, 2010).
Entre 2003 y 2006 hay un descenso significativo en las
cifras de desplazamiento, paralelo al proceso de desmovilización de las autodefensas en el departamento. Sin embargo, durante este periodo se siguen registrando éxodos
importantes en algunos municipios de Antioquia. En este
sentido, las subregiones más afectadas por el desplazamiento fueron el Oriente Antioqueño, en particular en los
municipios de San Francisco, Argelia, San Carlos, Granada
y Cocorná, la región de Urabá, en los municipios de Turbo
y Apartadó, y el Suroeste antioqueño, particularmente en
el municipio de Urrao. Varias son las razones que explican
estos desplazamiento: 1) la reacción temerosa de la población ante una nueva incursión de la guerrilla tras la desmovilización de los grupos de autodefensas, 2) el aumento en
la presencia de actividades del narcotráfico, 3) la aparición
de organizaciones armadas ilegales, y 4) la ocupación de
territorios por parte de grupos armados ilegales, a través
de amenazas y homicidios (Observatorio de DDHH y DIH,
2007a).
Según las cifras de Acción Social, en los años posteriores al 2001, las cifras de desplazamiento del departamento
empieza a descender, alcanzando su punto más bajo en
2010 tras el incremento de la presencia y el control territorial por parte de la Fuerza Pública, la desmovilización de las
estructuras de las autodefensas, y la disminución del uso
de la violencia generalizada en contra de los civiles.
En términos generales, en el periodo entre 1997 y
2010, por su importancia geoestratégica, las regiones más
afectadas por el desplazamiento en Antioquia son: Urabá
con 176.110 personas, Oriente Antioqueño con 173.021 y
el Occidente Antioqueño con 60.134 desplazados, dentro
de los cuales los municipios más afectados fueron: Turbo,
Apartadó, Medellín, Cocorná, San Carlos y Urrao (Cifras de
SIPOD / Acción Social procesado por ACNUR, 2010).
Actualmente, Antioquia muestra un panorama distinto
en la problemática del desplazamiento. Mientras se redujo
la expulsión en zonas tradicionales, se mantiene una situación crítica en otras zonas del departamento como lo son
la frontera con el departamento de Chocó y la subregión
del Bajo Cauca antioqueño. Igualmente, la situación es crítica frente a los desafíos del retorno y la atención de la población desplazada que se ha empezado a promover para
disminuir la crisis humanitaria generada en municipios de
recepción como Medellín. Por tal razón, hoy en día se destinan importantes esfuerzos para generar condiciones propicias que estimule el retorno de la población a sus lugares
de origen. Un ejemplo de estos esfuerzos, son los realizados entre 2005 y 2006, donde se realizaron 21 retornos
masivos de 4.165 familias, en municipios de las regiones
del Oriente Antioqueño (Argelia, San Carlos, Nariño, Cocorná, Granada, San Francisco, San Rafael, Alejandría y Abejorral), Occidente (Cañasgordas, Frontino y Buriticá), Urabá
(Turbo), Suroeste (Urrao) y Nordeste (Yali) (Ibíd.).
Es importante señalar, que según cifras de Acción
Social, para 2010 Antioquia vuelve a ser el departamento con mayor expulsión en el país, hecho que responde al
enfrentamiento entre bandas criminales por el control de
territorios estratégicos del departamento. Asimismo, en los
últimos años, el asesinato y amenaza a los campesinos y
líderes comunales en los proceso de restitución han generado nuevos éxodos de personas que no cuentan con las
garantías suficientes para continuar con sus familias en sus
tierras, y han sido de nuevo víctimas de la violencia.
Por otro lado, en el departamento de Antioquia el desplazamiento forzado históricamente ha estado asociado a
las consecuencias propias del conflicto armado, y a la disputa y apropiación territorial entre grupos armados. Acorde
a esto, se pueden describir las causas del desplazamiento
forzado de acuerdo a las tres categorías expuestas anteriormente. La primera es el desplazamiento preventivo, donde
las personas salen del territorio como forma de evitar posibles efectos negativos, donde los principales detonantes
del desplazamiento son la presencia de actores armados
y los enfrentamientos entre los diferentes actores como
guerrillas, autodefensas y fuerza pública. Este fenómeno se
da principalmente en la primera etapa del conflicto en el
departamento, donde la expansión guerrillera generó hostigamientos a pueblos y veredas, y enfrentamientos con la
fuerza pública.
La segunda causa del desplazamiento se desprende
de la estrategia de control territorial impuesta por los diferentes actores armados, principalmente las autodefensas.
En este caso se utiliza la violencia masiva e indiscriminada
contra la población civil, y por lo tanto el desplazamiento
forzado como forma de control territorial. Por este motivo,
las masacres y homicidios se convierten en el detonante
del desplazamiento. Estos hechos se pueden ver principalmente en la segunda etapa del conflicto, con la expansión y
consolidación de las autodefensas y la apropiación de estas
prácticas por parte de las guerrillas.
La tercera y última causa, se da por la apropiación de
territorios por parte de los narcotraficantes y otros grupos
para el establecimiento de cultivos, lo que se podría llamar
desplazamiento como estrategia económica. En este caso,
los detonantes del desplazamiento son las amenazas, homicidios y hostigamientos de estructuras armadas, con el
fin de apropiarse de terrenos propicios para el cultivo, procesamiento y comercialización de estupefacientes principalmente, y en algunos casos por territorios para implantar
cultivos agroindustriales. Este hecho se ha dado en diferentes momentos, pero en la actualidad se está presentando
gracias a la expansión del narcotráfico y de las organizaciones armadas criminales el servicio de este.
El desplazamiento forzado en Urabá y el Oriente Antioqueño
Para entender el fenómeno del desplazamiento en el
departamento de Antioquia es importante analizar dos regiones, Urabá y el Oriente Antioqueño, las cuales han marcado la tendencia de este fenómeno en los momentos más
críticos de expulsión en el departamento, al concentrar el
54.49% de las expulsiones de población en Antioquia.
Urabá
El Urabá antioqueño es un lugar de disputa estratégica
para los grupos armados por ser una región geoestratégica
propicia para el refugio de las tropas, el cultivo, producción,
comercialización y embarque de drogas ilícitas, así como
para el tráfico de armas y precursores químicos, y el lavado de activos, gracias a que cuenta con importantes corredores de movilidad y de conexión al mar (Observatorio de
DDHH y DIH, 2006b).
Urabá es la subregión más afectada por el desplazamiento forzado en Antioquia, con 176.110 personas desplazadas entre 1997 y 2010, siendo Turbo el municipio que
más ha sufrido el impacto a nivel nacional (Cifras SIPOD/
Acción Social procesado por ACNUR, 2010).
En el caso de Urabá, el origen del desplazamiento ha
cambiado con las dinámicas del conflicto en la región. A
finales de los ochenta se empieza a generar el movimiento
de autodefensas, impulsado por empresarios bananeros,
que genero las primeras presiones y desplazamientos de
la población. A mediados de los noventa y con la conforma-
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 33
ción de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá
(ACCU) se generó una fuerte expansión e incursión de las
autodefensas en la región (Observatorio de DDHH y DIH,
2006b), donde por medio de masacres, asesinatos y las acciones dirigidas contra los civiles y organizaciones sociales
se fueron asentando en la zona y “haciendo que la subversión se replegara hacia las zonas montañosas y selváticas
a tal punto que, para algunos, Urabá era considerado como
un territorio “liberado” (Ibíd. p. 5 -6). En este periodo, el desplazamiento forzado que tuvo su mayor impacto en 1997
(Ver gráfico 1.25), ayudó a configurar un nuevo orden en
la región. Este proceso que se inició con la ofensiva de las
ACCU en 1997 por el control del Nudo de Paramillo, generó el 77,9% de los desplazamientos a nivel departamental
y el 37.2% (78.895) a nivel nacional (Cifras SIPOD/Acción
Social procesado por ACNUR, 2010). En este momento las
causas del desplazamiento fueron las arremetidas violentas de los grupos armados, principalmente de los paramilitares, en contra de la población civil como forma de control
político y territorial, mientras los enfrentamientos directos
entre ellos eran escasos (Ibíd. p. 12).
GRÁFICO 1.25
90000
80000
EXPULSIÓN DE PERSONAS EN URABÁ 1997 - 2010
78.895
70000
60000
50000
40000
30000
20000
10000
0
15.557
15.753
6.621
11.760
8.853
3.041
3.798
5.946 6.067 7.382 7.193 3.626
1.618
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010. Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
Para 1998 y 1999, el control ganado por los paramilitares redujo las acciones violentas, y por lo tanto el desplazamiento (Observatorio DDHH y DIH, 2006d).
Entre los años 1999 y 2001 hay un incremento en el desplazamiento debido a la contraofensiva de las FARC por recuperar lugares estratégicos, donde prevaleció la confrontación
directa entre los actores, situación que estuvo acompañada
de una grave crisis humanitaria por los bloqueos alimenticios de parte de las organizaciones guerrilleras (Observatorio
DDHH y DIH, 2006b). Sin embargo, en 2003 la desmovilización de varios grupos de autodefensas en la región impacta
en la reducción de las cifras de desplazamiento, pero a su
vez se da paso a “una recomposición del escenario estratégico y un nuevo contexto de seguridad, en el cual comienza
a emerger con fuerza factores tales como el narcotráfico, la
delincuencia común y la amenaza de una incursión por parte
34 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
de la subversión” (Ibíd. p. 13). Como consecuencia, se observa un leve aumento hasta el 2008 en las cifras de desplazamiento forzado en esta región.
Oriente Antioqueño
El Oriente Antioqueño al igual que Urabá tiene un importante valor estratégico para los grupos armados, por el paso
de la carretera Medellín-Bogotá, su capacidad para generar
energía indispensable para el funcionamiento de la industria,
sus despensas agropecuarias, la presencia de un importante
complejo industrial y una moderna estructura de comunicaciones, lo que lo ha convertido en espacio de disputa entre
frentes guerrilleros y estructuras de las autodefensas por la
apropiación y uso del enorme potencial estratégico y económico que tiene la región, (Observatorio DDHH y DIH, 2004).
En este caso “la riqueza del Oriente Antioqueño constituye el
telón de fondo de la realización de masacres y enfrentamientos entre grupos irregulares que de manera calculada han
ocasionado el desplazamiento de la población” (Ibíd. p. 3).
Después de Urabá, el Oriente Antioqueño es la segunda región más afectada por el desplazamiento forzado en
Antioquia con 173.021 personas desplazadas entre 1997
y 2010. En esta región el desplazamiento es mucho más
prolongado y constante que en el Urabá con dos picos importantes en los años 2000 y 2002 (Ver gráfico 1.26). En
este caso los diferentes actores tienen como objetivo la expansión territorial, además de garantizar su permanencia
y control de la zona, por lo cual utilizan la intimidación y el
uso indiscriminado de la violencia y el terror como forma de
disputa por el control estratégico de posiciones, llevando
a que el conflicto se dirija en contra de los civiles, generando una de las más preocupantes situaciones en materia
de derechos humanos y derecho internacional humanitario a nivel nacional. Es así como desde finales de los años
noventa se presentan de manera sistemática masacres en
las zonas de incursión de las autodefensas, además de las
presiones y hostigamientos por parte de la guerrilla provocando el desabastecimiento de productos del campo en los
centros urbanos. (Observatorio DDHH y DIH, 2004).
De otra parte, el fenómeno del desplazamiento ha tenido impactos alarmantes en los municipios de Cocorná,
San Carlos, San Luis y Granada donde la violencia se ha
presentado con mayor intensidad.
El desplazamiento empieza a volverse un tema relevante en la región desde finales de los años ochenta, tras la
expansión paramilitar que se dio desde el Magdalena Medio, cuando en 1988 comienzan a hacerse denuncias al
respecto (Ibíd. p.2). Para 1997 empieza una segunda expansión paramilitar en la región al mando de Carlos Cas-
EXPULSIÓN DE PERSONAS EN EL ORIENTE
GRÁFICO 1.25
35000
ANTIOQUEÑO 1997 - 2010
32.761
25000
20.114
15000
14.516
10000
0
4.658
5.788
5.193
1.200
Sur
Ipiales, Aldana, Contadero,
Cuaspud, Cumbal,
Gualmatán, Iles, Ospina,
Pupiales, Potosí, Córdoba,
Puerres, Funes, Sapuyes,
Guachuchal, Imués.
Municipios fronterizos con
Ecuador. Se concentra
el mayor número de
resguardos de Nariño.
Ganadería lechera y
comercio fronterizo.
Norte
Albán, La Cruz, San Pablo,
San Bernardo, Buesaco,
Belén, Colón, El Tablón,
La Unión, San Lorenzo,
Taminango, Arboleda, San
Pedro de Cartago, Leiva,
El Rosario, Policarpa,
Cumbitara.
Zona cafetera, ganadera
y panelera.
Costa
Pacífica
Tumaco, Barbacoas, El
Charco, Francisco Pizarro,
La Tola, Magüi, Santa
Bárbara, Iscuandé, Olaya
Herrera, Roberto Payán,
Mosquera.
Pesca y cultivo de palma
africana; turismo incipiente.
Zona de difícil acceso y
graves problemas de orden
social y público.
Centro
Occidental
Túquerres, Samaniego,
Ricaurte, La Llanada,
Linares, Santacruz, Los
Andes, Providencia,
Mallama.
Agricultura, ganadería
y minería. Presencia
de población indígena.
Problemas de orden
público.
460
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010.
Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
taño, momento en el cual se incrementa el fenómeno del
desplazamiento en el Oriente Antioqueño.
Entre 1998 y 2002 se dio el mayor número de desplazamientos en la región (ver gráfico 1.26) ligado al accionar de
las autodefensas, como masacres, asesinatos selectivos y homicidios indiscriminados. El pico más alto de desplazamiento
en la región se dio entre 2000 y 2002 con 91.036 personas
desplazadas durante este periodo (en promedio el 39,86% de
los desplazados a nivel nacional durante los tres años).
Para el 2003 las cifras del desplazamiento al igual que
los asesinatos y las masacres disminuyeron, como en otras
regiones del departamento por el inicio del proceso de desmovilización de las autodefensas, así como por efecto de
las intensas operaciones militares, como la operación “Marcial” que inició la IV Brigada en marzo del 2003, con el cual
lograron la reducción de la capacidad de las guerrillas para
actuar y la intensidad de los ataques de las autodefensas
dirigidos contra la población. Para ese año la Fuerza Pública
logró retomar la iniciativa contra la subversión duplicando
el número de combates y logrando hacer cambios significativos en la geografía del conflicto. Asimismo, durante este
año se da el cambio en la dinámica de las acciones de los
grupos de autodefensas, al comenzar fuertes combates entre el bloque Metro y el bloque Central Bolívar (Observatorio
DDHH y DIH, 2004, p. 15).
En años reciente, tanto con la desmovilización de las
estructuras paramilitares y el aumento del pie de fuerza
militar de la fuerza pública en la región se ha reducido la expulsión de población llegando a 2010 con la cifra más baja
en los últimos años, lo que ha permitido que en esta región
se empiecen a generar procesos de retorno de población
como en San Carlos y Granada.
1.5.2 Perfil regional de Nariño
El departamento de Nariño está ubicado en el suroccidente del país. Es un departamento fronterizo en el sur con
el Ecuador, en el norte con el departamento del Cauca, por
el este con el departamento del Putumayo, y por el oeste
Características
Centro
3.666
5.553
DEPARTAMENTO DE NARIÑO
Municipios
Área montañosa y
volcánica. Producción de
artesanías. Ganadería
lechera.
11.343
9.494
SUBREGIONES ADMINISTRATIVAS DEL
Pasto, Nariño, Chachagüí,
Consacá, Ancuyá,
Yacuanquer, Sandoná, La
Florida, Tangua, El Tambo,
Guaitarilla, El Peñol.
27.242
20000
5000
Subregión
31.033
30000
CUADRO 1.5
Fuente: Gobernación de Nariño, Informe Departamental de evaluación del
desempeño de la gestión municipal período 2005, San Juan de Pasto, 2006,
pp. 9-10. Tomado de: http://www.banrep.gov.co/documentos/publicaciones/regional/documentos/DTSER-87.pdf.
con el Océano Pacífico. Nariño, tiene una ubicación geoestratégica importante, por su condición de frontera, su salida
al mar, y por ser una de las regiones de mayor producción
de biodiversidad, de agua y oxígeno en el mundo (Gobernación de Nariño, 2008, p. 11).
El departamento de Nariño comprende 64 municipios,
y de acuerdo a sus características ambientales y culturales
se identifican 5 subregiones: norte, occidente, sur, pacífica y
centro-pasto (Gobernación de Nariño, 2010) (Ver cuadro 1.5).
El departamento tiene una proyección poblacional de
1.639.569 habitantes (DANE, 2010), compuesta mayoritariamente por mestizos (70.4%). Sin embargo, también
tiene una importante presencia de grupos étnicos: afrodescendientes (18.83%) principalmente en Tumaco (65%)
y en otros 12 municipios (Gobernación de Nariño, 2008,
pág. 4) e indígenas (10.8%) de los pueblos Pastos, Inga,
Awá, Eperara - Siapidara, Kofán y Quillacingas. Esta población indígena, está situada en 67 resguardos que ocupan
467.000 hectáreas en jurisdicción de 24 municipios (Ver
cuadro 1.6).
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 35
CUADRO 1.6
DEPARTAMENTO
POBLACIÓN DE COLOMBIA Y DEPARTAMENTOS DEL SUROCCIDENTE;
INDÍGENAS Y AFROCOLOMBIANOS, 2005
TOTAL
INDÍGENAS
%
AFROCOLOMBIANOS
%
Colombia
41.174.853
1.375.213
3,3
4.206.261
10,2
Nariño
1.491.026
154.625
10,4
270.000
18,1
Cauca
1.176.791
247.618
21,0
255.283
21,7
Putumayo
234.620
37.796
16,1
11.960
5,1
Fuente: DANE, Censo General 2005.
Fuente: IGAC. 2009.
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PORCENTAJE DE HOGARES CON NBI EN
GRÁFICO 1.27
COLOMBIA Y ALGUNOS DEPARTAMENTOS, 2005
90
80
75,5
70
60
Porcentaje
Nariño es uno de los departamento con mayores Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) en el país, solo
superado por La Guajira, Sucre, Córdoba y Chocó (Ver gráfico 1.27). En el año 2005 el 38.9% de hogares de Nariño
tenía NBI, por encima del promedio de NBI nacional que
era del 36% (CEER, 2007). Los municipios más críticos en
NBI para ese año fueron La Tola, Mosquera, El Charco y El
Rosario, sin embargo, esta situación es más preocupante
en las zonas rurales que en las urbanas (Ver gráfico 1.28)
(Ibíd, p. 33). Adicionalmente, en términos de empleo, Pasto
presenta una de las tasas de desempleo más altas de las
áreas metropolitanas de Colombia (CEER, 2007). Aunque
esta situación ha ido mejorando lentamente, Nariño continua siendo uno de los departamento con mayor pobreza
del país (Gobernación de Nariño, 2008, p. 14).
50
42,8
38,9
40
30,1
30
25,8
20
10
0.0
14,8
9,1
Bogotá
Valle
Putumayo
Urbano
Nariño
Cauca
Rural
Total
Chocó
Colombia
Fuente: DANE, Censo general, 2005. Tomado de: Banco de la República,
DANE. Informe de Coyuntura Económica Regional (ICER). Departamento de
Nariño. Año 2008.
MUNICIPIOS DE NARIÑO CON LOS MAYORES
GRÁFICO 1.28
120,0
100,0
Porcentaje
EN EL PIB NACIONAL
1,7%
91
84
82
82
80
1,62%
1,58%
1,6%
81
80,0
1,55%
1,6%
60,0
28
1,44%
1,5%
1,4%
20,0
1,56%
1,56%
1,49%
1,5%
41
40,0
0.0
PARTICIPACIÓN PORCENTUAL DE NARIÑO
GRÁFICO 1.29
INDICADORES DE NBI EN 2005
1,39%
1,4%
La Tola
Mosquera
Arboleda
Magüi
Cabecera
El Charco
Resto
El Rosario Dpto.Nariño Colombia
Total
Fuente: DANE, Censo general, 2005. Tomado de: Banco de la República,
DANE. Informe de Coyuntura Económica Regional (ICER). Departamento de
Nariño. Año 2008.
La actividad empresarial en Nariño
El departamento de Nariño ha estado marcado por su
aislamiento de las principales redes de intercambio económico con el centro del país. Desde los primeros años
del siglo XIX e incluso ya en la primeras décadas del siglo
XX, la falta de vías y técnicas rudimentarias de producción
mantuvieron aislado y limitado la participación económica
del departamento en la economía del país (Vitoria, 2007,
p. 9). Solo hasta la década de los treinta con la construcción de la carretera que unió a Nariño con Popayán, y en
la década del setenta con la construcción de la vía Panamericana, se empezó a tener una mayor comunicación e
intercambio del departamento con el centro y norte del
país, así como con Ecuador. No obstante, la red vial departamental se ha concentrado en la subregión andina nariñense, mientras en otras regiones como la pacífica aún es
precaria la red vial. Según la Gobernación de Nariño en
el Informe anual de gestión de 2005, la falta de vías de
comunicación es una de las principales razones del atraso
y aislamiento en que continua el departamento (Gobernación, 2006).
Nariño ocupa un lugar marginal en el aporte anual que
hace al PIB nacional. El mismo se ha movido entre el 1.39%
y 1.62%, lo que representa en promedio un 1.5% entre
2001 - 2008 (Ver gráfico 1.29).
Comparativamente con otros departamentos, Nariño
ocupó el puesto 16 en el año 2000 y el 17 en 2007 en la
participación porcentual al PIB nacional.
Nariño es un departamento principalmente rural, para
1964 el departamento tenía el 70% de su población en
el sector rural, frente a un 48% del total nacional (Viloria, 2007). En el 2005 estas proporciones, aunque variaron, continuaron manteniendo el predominio rural con un
53.22% de la población en estas zonas, frente a un 46.77%
que se ubica en la zona urbana (Censo 2005).
1,3%
1,3%
Fuente: Gráfico del Ministerio de Industria y Comercio, con datos del DANE.
Cuentas Nacionales Departamentales. A precios constantes de 2005.
GRÁFICO 1.30
PARTICIPACIÓN PORCENTUAL DEL PIB
DEPARTAMENTAL, A PRECIOS CORRIENTES, 2000
30.0
25.0
20.0
15.0
10.0
5.0
0.0
Bogotá
Antioquia
Valle
Santander
Cundinamarca
Atlántico
Bolívar
Boyacá
Tolima
Córdoba
Meta
Norte de Santander
Huila
Caldas
Risaralda
Nariño
Fuente: DANE. Cuentas nacionales departamentales-PIB Total y participación-Base 2000. Elaborado por CONPAZ.
GRÁFICO 1.31
PARTICIPACIÓN PORCENTUAL DEL PIB
DEPARTAMENTAL, A PRECIOS CORRIENTES, 2007
30.0
25.0
20.0
15.0
10.0
5.0
0.0
Bogotá
Antioquia
Valle
Santander
Cundinamarca
Atlántico
Bolívar
Boyacá
Tolima
Córdoba
Meta
Norte de Santander
Huila
Caldas
Risaralda
Nariño
Fuente: DANE. Cuentas nacionales departamentales-PIB Total y participación-Base 2000. Elaborado por CONPAZ.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 37
Esto se refleja también en la composición de la economía
del departamento, la cual cuenta con una fuerte presencia de
las actividades de servicios sociales (23%) y comerciales (18%),
así como de una importante actividad rural y agraria (16%) que
hacen los mayores aportes al PIB departamental (Ver cuadro
1.7 y gráfico 1.32). El 68% del PIB departamental del 2008 se
concentró en cuatro actividades económicas: agropecuarias,
industriales, de construcción, comerciales y de servicios, situación que se mantiene desde el año 1990, y desde entonces no
ha mostrado grandes variaciones (Viloria, 2007, p. 43).
El sector de servicios representa un renglón dentro de
la participan del PIB departamental nariñense, el cual tuvo
una importante caída hacia los años 2002-2004, pero volvió a incrementarse en los últimos años. Por su parte, la
CUADRO 1.7
actividad comercial es la segunda más significativa dentro
de los aportes al PIB de Nariño, con una tendencia a la baja
desde el año 2002. Así mismo, sucede con el sector agrícola, el cual ocupa el tercer lugar, pero con fluctuaciones
en su participación que tiende a la baja (Ver gráfico 1.33).
En ese sentido, se considera que la producción agrícola
y ganadera “ha sido la base económica del Departamento
de Nariño”, actividades asociadas principalmente a la presencia de estructuras minifundista de tenencia de la tierra
y producción (Martínez & Sabogal, 2000, p. 45). Entre los
bienes agrícolas de mayor producción y generación de empleo en Nariño para 2009, se destacan: la papa13, el plátano
para consumo interno, la caña panelera, el coco y la palma
(Minagricultura, 2009) (Ver gráfico 1.34).
ACTIVIDAD ECONÓMICA NARIÑO
% CONTRIBUCIÓN AL PIB DEPARTAMENTAL
VARIACIÓN
2000
2008
Agricultura, ganaderia, caza, silvicultura y pesca
17,6
15,9
Explotacion de minas y canteras
0,3
0,6
0,3
Industrias manufacturera
8,1
5,8
-2,3
Electricidad, gas y agua
2,6
2,8
0,2
Construccion
3,8
10,5
6,7
Comercio, reparación, restaurantes y hoteles
22,1
18,1
-4
Transporte, almacenamiento y comunicaciones
6,9
7,8
0,9
10,6
10
-0,6
23,9
23,7
-0,2
4
5
1
100
100
Establecimientos financieros, seguros, actividades inmobiliarias y servicios
a las empresas
Actividades de servicios sociales, comunales y personales
Derechos e impuestos
Total
-1,7
Fuente: DANE. Cuentas nacionales departamentales – PIB Base 2005. PIB por ramas de actividad 2000-2009p. ‘Participación porcentual por
grandes ramas de actividad económica dentro del producto interno bruto departamental, a precios corrientes’. Elaborado por CONPAZ.
GRÁFICO 1.32
PORCENTAJE DE PARTICIPACIÓN SECTORIAL EN EL PIB DEPARTAMENTAL POR GRANDES RAMAS DE ACTIVIDAD ECONÓMICA
(NARIÑO)
A: 17%. Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca
B: 1%. Explotación de minas y canteras
C: 7%. Industria manufacturera
D: 3%. Electricidad, gas y agua
E: 8%. Construcción
F: 20%. Comercio, reparación, restaurantes y hoteles
G: 7%. Transporte, almacenamiento y comunicaciones
H: 10%. Establecimientos financieros, seguros, actividades inmobiliarias y servicios a las empresas
I: 22%. Actividades de servicios sociales, comunales y personales
J: 5%. Derechos e impuestos
PIB por sectores 2008.Fuente: DANE. Cuentas nacionales departamentales – PIB Base 2005. PIB por ramas de actividad 2000-2009p. ‘Participación porcentual por grandes ramas de actividad económica dentro del producto interno bruto departamental, a precios corrientes’. Elaborado por CONPAZ.
13
En Colombia, algo más del 80% de la producción de papa se concentra en Cundinamarca (37.8%), Boyacá (26.3%) y Nariño (17.4%) (Minagricultura, 2009).
38 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
TENDENCIAS DE LAS GRANDES RAMAS
GRÁFICO 1.33
CUADRO 1.8
DE NARIÑO
30
25
20
15
10
5
0
Agricultura, ganadería y pesca
Construcción
Electricidad, agua y gas
Financiero
Transporte y comunicaciones
Industria manufacturera
Impuestos
Comercio, restaurantes y hotelería
Minería
Servicios
Producción
nacional*
Papa
504.132
2.803.796
Plátano consumo interno
134.369
2.699.099
Caña panela
72.389
1.264.751
Cocotero
56.208
112.289
Palma de aceite
31.525
859.554
Maíz tradicional
27.269
663.576
Trigo
18.282
26.459
Fríjol
8.215
147.359
Producto
Fique
7.540
22.081
Yuca
6.289
1.990.071
Maní
2.596
3.595
Cacao
1.948
59.756
Arracacha
1.049
76.657
878
108.077
Arroz secano manual
Fuente: DANE. 2005. Cuentas nacionales departamentales. PIB por ramas de
actividad 2000-2009p. Elaborado por CONPAZ.
GRÁFICO 1.34
ACTIVIDAD AGRÍCOLA NARIÑO
Producción en
toneladas
DE ACTIVIDAD ECONÓMICA DENTRO DEL PIB
PRINCIPALES PRODUCTOS AGRÍCOLAS
NARIÑO 2008
Fríjol 0,9% Fique 0,9%
Yuca 0,7%
Maní 0,3%
Cacao 0,2%
Maíz tradicional 3,1%
Cebada
Total producción
389
3.910
873.078
10.841.030
* Corresponde a la producción nacional de los productos identificados. Fuente: Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. Anuario Estadístico 2009.
Fuente: Gráfico del Ministerio de Industria y Comercio, con datos del DANE.
Trigo 2,1%
NÚMERO DE ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES
GRÁFICO 1.35
Palma de aceite 3,6%
EN COLOMBIA (2008)
PARTICIPACIÓN DEPARTAMENTAL
3,128
Cocotero 6,4%
Caña panela
8,3%
Papa 57,7%
331
122
150
59
99
Atlántico
Bolívar
Bogotá
Caldas
Boyacá
5
Caquetá
34
Cesar
Cauca
28
Córdoba
51
Cundinamarca
4
huila
La Guajira
50
47
Meta
Magdalena
131
56
Nariño
56
Quindío
Risaralda
14
Sucre
Santander
N. de Santander
176
344
404
1,111
115
Tolima
13
Valle
Otros departamentos
En cuanto a los establecimientos industriales en el departamento, la Encuesta Anual Manufacturera (2008) ubica a Nariño en el puesto 56 para el año 2008, muy por
debajo de los principales centros industriales como Bogotá,
Antioquia y Valle (Ver gráfico 1.35).
En términos porcentuales, Nariño cuenta con el 0.70%
de los establecimientos industriales del país, lo que hace
evidente la poca incidencia del departamento en las actividades industriales a nivel nacional (Gráfico 1.36). La
actividad industrial del departamento se caracteriza principalmente por la industria de alimentos y bebidas14, en la
cual concentra el 95% de la producción industrial nariñen-
1,407
Fuente: Gráfico del Ministerio de Industria y Comercio, con datos del DANE.
Anuario Estadístico 2009.
Antioquia
Plátano consumo
interno 15,4%
Fuente: Encuesta Anual Manufacturera. DANE. 2009. Elaborado por CONPAZ.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 39
se para el 2007, lo que muestra la poca diversificación del
sector en Nariño y la alta dependencia a ciertos productos
y actividades económicas en la región (Ver gráfico 1.37 y
cuadro 1.8).
NÚMERO DE ESTABLECIMIENTOS INDUSTRIALES.
GRÁFICO 1.36
La actividad comercial, por su parte, concentra el 60%
de los establecimientos comerciales, donde también se
destaca la actividad hotelera y de restaurantes, y la industria manufacturera (Cuadro 1.9).
CUADRO 1.9
EAM
ESTABLECIMIENTOS DE COMERCIO EN NARIÑO,
9000
8000
7000
203
1
18
0,1
Explotación de minas
Industria Manufacturera
4000
3000
1000
0
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Bogotá
2004
2005
2006
Antioquia
2007
2008
2009
Nariño
Fuente: Encuesta Anual Manufacturera. DANE. 2009. Elaborado por CONPAZ.
GRÁFICO 1.37
Otras industrias 4%
Edición, grabación y
reproducciones 1%
%
Pesca
5000
2000
No.
Agricultura, ganadería, caza y silvicultura
6000
Colombia
SEGÚN SECTOR ECONÓMICO (2009)
ACTIVIDAD ECONÓMICA
50
0,2
1609
7,9
Suministro de electricidad, gas y agua
37
0,2
Construcción
244
1,2
Comercio y Reparación de vehículos
12236
60
Hoteles y Restaurantes
1989
9,7
Transporte, Almacenamiento y comunicaciones
992
4,9
Servicios e intermediación financiera
326
1,6
Actividades inmobiliarias y de alquiler
1120
5,5
Administración pública y Seguridad social
24
0,1
Educación
166
0,8
Servicios sociales y de salud
433
2,1
Otros servicios
960
4,7
20407
100
TOTAL
Fuente: Cámara de Comercio de Pasto, 2009.
Alimentos y
bebidas 95%
Fuente: Gráfico del Ministerio de Industria y Comercio, con datos del DANE.
2009.
CUADRO 1.8
CIIU
Descripción
millones $
15
Productos alimenticios y de bebidas
311.469
36
Muebles; industrias manufactureras ncp
13.909
22
Edición e impresión y de reproducción de grabaciones.
Total departamento
2.349
327.727
Fuente: Gráfico del Ministerio de Industria y Comercio, con datos del DANE
– EAM. 2009. La división 36 incluye: 18 (prendas de vestir), 20 (productos
de madera), 21 (papel, cartón y sus productos), 24 (sustancias y productos
químicos) y 34 (vehículos automotores). Descripción modificada.
14
Las principales empresas del departamento hacen parte del sector primario y de servicios, donde se destacan las
actividades de comercio y transporte. El cuadro 1.10 expone las 20 empresas con más altos activos que tienen sede
en Nariño. La suma de los activos de éstas 20 empresas no
alcanza al total de los activos de la empresa número veinte
en el ranking expuesto en el caso de Antioquia.
En ese contexto, la participación industrial en la economía departamental tiene dos características centrales,
primero, que proviene principalmente de una producción
artesanal, y segundo, que el tamaño de la industria es pequeño y con productos que no generan valor agregado, lo
cual también define la escasa capacidad que tiene para cubrir el mercado local y regional (Martínez & Sabogal, 2000).
Esto también se refleja en el tamaño de las empresas del
departamento, las cuales son mayoritariamente microempresas (Ver cuadro 1.11 y gráficos 1.38 y 1.39).
Entre los factores que afectan las actividades económicas, los empresarios han identificado la problemática de
la escasez de ingresos para nuevas inversiones, que limita
las posibilidades de crear valor en el mercado a través de
Hay que resaltar la diferencia entre la producción en millones de pesos de la industria de productos alimenticios y de bebidas en Antioquia y Nariño, pues
si bien ocupa un lugar importante en ambos departamentos, la producción en Antioquia es de 5.679.001 millones, frente a 311.469 en Nariño.
40 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
CUADRO 1.10
NARIÑO. 20 ACTIVOS SUPERIORES. ESTADOS FINANCIEROS AL 31 DE DICIEMBRE DE 2010 (VALORES EN MILES DE PESOS)
Razón Social
Ciudad
PALMEIRAS COLOMBIA S.A.
Descripción sector
Total activo
Tumaco
Agricola con predominio exportador
64.934.984
TRANSPORTES BILBAO SANCHEZ MENDOZA
Ipiales
Transporte terrestre de carga
59.301.000
ASTORGA S.A.
Tumaco
Agricola con predominio exportador
58.781.455
AGROGANADERO LTDA
Ipiales
Agropecuaria, insumos agropecuarios, productos agropecuarios
31.834.667
AGROPECUARIA LA HACIENDA Y CIA S A
Ipiales
Distribución de insumos agropecuarios
26.325.082
COMERCIALIZADORA LUHOMAR LIMITADA
Pasto
Distribuidora de granos (fríjoles, arvejas, arroz, soya)
22.959.046
MOLINO LA SABANA S.A.
Ipiales
Comercio al por mayor de productos alimenticios, excepto café trillado
21.046.713
NUEVO HORIZONTE LTDA
Pasto
Construccion de obras residenciales
14.854.627
PUYO S.A.
Pasto
Distribución de productos de consumo
13.321.508
INVERSIONES PANDIACO LTDA
Pasto
Construccion de obras residenciales
12.335.983
EMPRESAS DE NARIÑO LTDA.
Pasto
Otras industrias manufactureras
11.944.103
DISTRIBUIDORA TROPIPASTO LTDA.
Pasto
Distribución de productos de consumo
10.185.111
PANAVIAS INGENIERIA & CONSTRUCCIONES S A
Pasto
Construccion de obras civiles
9.847.814
AUTOMOTORES DE NARIÑO S.A.
Pasto
Comercio de vehiculos y actividades conexas
9.747.930
BERLIMOTOS LTDA
Pasto
Comercio de vehiculos y actividades conexas
9.193.487
CORPORACION DE TRANSPORTADORES NARIENSES S.A.
Pasto
Comercio de combustibles y lubricantes
8.014.546
TRANSPORTADORA DE VALORES DEL SUR LTDA
Pasto
Telefonia y redes
7.587.133
ALMACENES HERLU LTDA.
Pasto
Comercio al por menor de prendas de vestir y sus accesorios
6.689.275
DROMAYOR PASTO S.A
Pasto
Comercio al por mayor de productos farmacéuticos y medicinale
6.540.693
CONSTRUCTORA SENERCO LTDA
Pasto
Construccion de obras residenciales
5.851.233
TOTAL
411.296.390
Fuente: Cuentas Superintendencia de Sociedades, 2011.
CUADRO 1.11
NÚMERO TOTAL DE ESTABLECIMIENTOS DE COMERCIO DE LA JURISDICCIÓN DE LA CCP
ACTIVIDAD ECONÓMICA
SEGÚN SECTOR ECONÓMICO Y TAMAÑO 2009
MICRO
PEQUEÑA
MEDIANA
GRANDE
TOTAL
No.
%
No.
%
No.
%
No.
%
No.
%
(A) Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura
121
0,9
6
3,1
1
5,3
0
0,0
128
0,9
(B) Pesca
16
0,1
0
0,0
0
0,0
0
0,0
16
0,1
(C) Explotación de Minas
26
0,2
1
0,5
0
0,0
0
0,0
27
0,2
1.165
8,3
28
14,3
1
5,3
0
0,0
1.194
8,4
14
0,1
4
2,0
0
0,0
1
20,0
19
0,1
186
1,3
6
3,1
1
5,3
0
0,0
193
1,4
(G) Comercio y Reparación de Vehículos
8.391
59,8
84
42,9
6
31,6
1
20,0
8.482
59,5
(H) Hoteles y Restaurantes
(D) Industria Manufacturera
(E) Suministro de Electricidad, Gas y Agua
(F) Construcción
1.445
10,3
19
9,7
1
5,3
0
0,0
1.465
10,3
(I) Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones
610
4,3
12
6,1
1
5,3
0
0,0
623
4,4
(J) Servicios de Intermediación Financiera
101
0,7
0
0,0
1
5,3
0
0,0
102
0,7
(K) Actividades Inmobiliarias y de alquiler
850
6,1
11
5,6
5
26,3
1
20,0
867
6,1
(L) Administración Pública y Defensa, Seguridad Social
11
0,1
0
0,0
0
0,0
0
0,0
11
0,1
(M) Educación
123
0,9
6
3,1
0
0,0
0
0,0
129
0,9
(N) Servicios Sociales y de Salud
292
2,1
14
7,1
1
5,3
2
40,0
309
2,2
(O) Otros Servicios
682
4,9
5
2,6
1
5,3
0
0,0
688
4,8
14.033
100,0
196
100,0
19
100,0
5
100,0
14.253
100,0
TOTAL
Nota: Bases de establecimientos de comercio de Registro Mercantil, de la Cámara de Comercio de Pasto. No incluye sucursales y agencias. Cálculos:
Departamento de Planeación Institucional y Competitividad Regional de la Cámara de Comercio de Pasto.
Fuente: Cámara de Comercio de Pasto, Anuario 2009.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 41
NÚMERO DE ESTABLECIMIENTOS DE COMERCIO
GRÁFICO 1.38
SEGÚN TAMAÑO DE LA EMPRESA (2009) EN LA
JURUSDICCIÓN DE LA CÁMARA DE COMERCIO
DE PASTO
14033
Micro
Pequeña
Mediana
Grande
196
19
5
Fuente: Cámara de Comercio de Pasto. 2009. Elaborado por CONPAZ.
GRÁFICO 1.39
ESTRUCTURA EMPRESARIAL EN NARIÑO
POR TAMAÑO DE EMPRESAS 2009
1%
99%
Micro
Pequeña
Mediana
grande
Fuente: Cámara de Comercio de Pasto. 2009. Elaborado por CONPAZ.
sus actividades, seguido de la dinámica de impuestos, que
asociado con lo anterior, se entiende como la incapacidad
que tiene el pequeño empresariado nariñense para generar utilidades que les permitan cubrir todos los costos de
producción, así como sus obligaciones fiscales (Cámara de
Comercio, 2009).
En este sentido, es evidente la poca presencia y capacidad económica y empresarial del departamento. La pobreza de la población nariñense limita sus capacidades
para generar actividades económicas competitivas y sostenibles, en medio de la baja capacidad adquisitiva de los
consumidores, y los pocos encadenamientos productivos
que tienen con los grandes centros económicos del país
(Martínez & Sabogal, 2000). Esto es un factor que puede
contribuir al riesgo y vulnerabilidad que tiene su población
42 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
de terminar participando en actividades económicas ilegales, dado que desde éstas puede recibir ingresos mayores o
más estables que participando en actividades económicas
legales. Igualmente, la importancia de la actividad comercial y el intercambio con Ecuador, ha favorecido el desarrollo de actividades ilegales como el contrabando, el tráfico
de armas y de drogas.
A pesar de la escasa capacidad económica y presencia
empresarial, Nariño cuenta con algunas ventajas económicas de interés empresarial relacionadas con el Oleoducto
Trasandino que atraviesa parte de Orito y llega a Tumaco,
tiene una reconocida producción artesanal de oro y plata, y
se presenta como zona de potencial desarrollo de actividades relacionadas con el petróleo, gas, roca fosfórica, cobre,
molibdeno, plomo, zinc, manganeso, arcillas, arenas, piedra, gravas y gravillas.
El conflicto armado en Nariño
A diferencia de Antioquia el escalamiento del conflicto
en Nariño es relativamente reciente, debido a las nuevas
dinámicas del conflicto y narcotráfico presenciadas desde
finales de los años noventa e inicios de la primera década
del milenio en Colombia. En la actualidad el suroccidente se
constituye en uno de los principales escenarios de guerra
por el control estratégico entre las organizaciones guerrilleras, la aparición de organizaciones armadas criminales y
nuevos grupos de autodefensas, por cuanto convergen allí
corredores entre la Amazonia y el Océano Pacífico, entre el
Valle del Cauca y Ecuador (Echandía, 2006, p. 222), además de la disputa por el control del cultivo, procesamiento
y comercialización de la coca.
Actores armados ilegales en el departamento de Nariño
En el departamento de Nariño tienen presencia diversos actores armados ilegales, desde grupos subversivos y
paramilitares hasta nuevas estructuras de delincuencia organizada, que tienen como elemento común el narcotráfico.
Según el Observatorio de DDHH y DIH de la Vicepresidencia
de la República desde los años 80 las FARC y ELN hacen
presencia en Nariño. Las FARC-EP a través de los Frentes
8, 29 y 63, columnas Daniel Aldana, Jacinto Matallana y
Mariscal Antonio José de Sucre. (Observatorio DDHH y DIH,
2008b).
De igual forma, según OCHA y el Observatorio de DDHH
y DIH de la Vicepresidencia de la República, el ELN hace
presencia en el departamento con los Frentes Mártires
de Barbacoas, Héroes de Sindagua, y la Compañía Camilo
Cienfuegos (Observatorio DDHH y DIH, 2007b), además de
los Frentes Milton Hernández, Comuneros del Sur y Manuel
Vásquez. De 2004 a 2007 el ELN ha desarrollado acciones
bélicas en 11 municipios, de las subregiones Centro-Occidente, Costa y Norte del departamento de Nariño (OCHA,
2007).
En este mismo periodo, las FARC desarrollaron “acciones bélicas en 22 municipios de las 5 subregiones del
departamento de Nariño, a través de por lo menos 6 estructuras armadas (Frentes 48, 29, Frente Jacinto Matallana,
Frente Policarpa Salavarrieta y Columnas Antonio José de
Sucre y Daniel Aldana). La subregión Costa es la de mayor
afectación a causa de la actividad armada por parte de este
grupo.
Por otra parte, las autodefensas llegaron al departamento en 1999, con el Bloque Central Bolívar (BCB). Este
Bloque operaba en numerosas regiones de todo el país bajo
el mando de Carlos Mario Jiménez Naranjo (“Macaco”). Los
hermanos Rodrigo Pérez Alzate (“Julián Bolívar”) y Guillermo Pérez Alzate (“Pablo Sevillano”) también fueron jefes
importantes del Bloque Libertadores del Sur (BLS) y el BCB
(HRW, 2010). Con la llegada del BCB coincidió un incremento desmedido de los cultivos de coca en dicha región (Arias
& Prieto, 2011), por lo que se atribuye una importante participación en este crecimiento. Igualmente, se sabe que el
BLS participó activamente en actividades de narcotráfico
como forma de financiación, donde incluso hicieron pactos
con las agrupaciones guerrilleras FARC y ELN (Ibíd. p.85)
para la comercialización de la droga.
Pese a estos hechos, el BLS hizo parte del proceso de
desmovilización que se hizo con el gobierno, donde el 30 de
julio de 2005 se desmovilizaron 689 combatientes (Alto Comisionado para la Paz, 2010). Sin embargo, Human Rights
Watch señala que el “BLS actuó en forma fraudulenta durante las desmovilizaciones, permitiendo que algunos sectores de las redes paramilitares permanecieran intactos”.
En este caso las autodefensas reclutaban a jóvenes para
que participaran en las ceremonias, donde les ofrecían ser
parte del proceso de desmovilización para recibir los beneficios que ofrecía el gobierno (Ibíd. p.86). Esto permitió
que pese a las desmovilizaciones realizadas, estructuras de
este bloque siguieran actuando durante los años siguientes
en Nariño.
Posteriormente a la desmovilización del BLS el departamento ha sido testigo del surgimiento de organizaciones
armadas criminales, denominadas como bandas criminales (BACRIM), principalmente asociadas a antiguos grupos
de autodefensas y organizaciones del narcotráfico. En este
sentido, de acuerdo al Observatorio del Programa Presidencial de DDHH y DIH con información de la Policía Nacional,
en el departamento delinque la Organización Nueva Gene-
ración y según el Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo, también hacen presencia las bandas
denominadas como Mano Negra y Las Águilas Negras. En
cuanto a la delincuencia organizada, narcotraficantes del
Valle y de Antioquia han llegado al departamento, la banda
de los Rastrojos, cuyo cabecilla es Wilber Varela (“Jabón”)
y estructuras armadas que responden a Diego Montoya,
ambos del cartel del Norte del Valle (Observatorio DDHH y
DIH, 2008b). Inicialmente, la Organización Nueva Generación tuvo actividades de gran impacto en Nariño, pero posteriormente los Rastrojos fueron ganando mayor presencia
y poder (HRW, 2010, p. 87).
Estos grupos se concentran en tres zonas principalmente: la Organización Nueva Generación tiene mayor
presencia en las montañas, en los municipios de Los Andes, Policarpa, Cumbitara, El Rosario y Leiva. Los Rastrojos
y Águilas Negras operan en la costa del pacífico (quienes
estarían luchando por el control de la ciudad portuaria de
Tumaco), y tienen cada vez mayor presencia en la región
andina (o zona de cordillera), en la carretera Tumaco-Pasto
y en el municipio de Barbacoas (Observatorio DDHH y DIH,
2008b, p. 4).
Lógicas y dinámicas del conflicto armado en Nariño
El conflicto armado en Nariño, viene aumentando en los
últimos años, y, como ya se dijo, está inmerso en la lógica
del suroccidente del país donde el narcotráfico se ha convertido en un elemento importante del conflicto (Observatorio
DDHH y DIH, 2002), por su posición y condición geoestratégica para corredores de tráfico de armas y drogas, así como
para el cultivo, procesamiento y comercialización de la droga. “Por un lado, la geografía del departamento ha desempeñado un papel importante en la logística de los grupos
armados y, por el otro, desde finales de los años noventa, se
ha ubicado como un lugar privilegiado para la construcción
de economías de guerra basadas en los cultivos ilícitos”
(Ibíd. p. 4), lo que ha generado graves consecuencias para
la población civil, quienes como en otras partes del país se
han convertido en objetivo de los grupos armados.
Al igual que en Antioquia el conflicto armado en el departamento es complejo, debido a las diferencias que existen en la capacidad armada de los actores, además de la
intensidad y cambios en la conducta de sus protagonistas.
De acuerdo a esto, se pueden identificar tres periodos de la
confrontación armada en Nariño, con lógicas y dinámicas
específicas en cada periodo.
El primer periodo identificado se da desde los años
ochenta hasta 1999, donde el protagonismo de las acciones armadas las tenían las FARC y el ELN, que inicialmente
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 43
usaban la zona como refugio, por lo cual en los ochentas
eran escasos los enfrentamientos. En los años noventa aumentan las acciones guerrilleras, como las voladuras del
Oleoducto Trasandino en 1992 por las FARC, y empiezan
a llegar los primeros grupos de autodefensas asociados al
narcotráfico que concentran su accionar en los municipios
donde se registraron compras de tierras, y convierten al
departamento en un nuevo escenario de la confrontación
(Observatorio DDHH y DIH, 2002, p. 5 - 6).
Aunque entre 1993 y 1995 hay un descenso de la actividad armada, en el 96 las FARC intensifican sus acciones
con el “propósito de controlar las rutas de tráfico de armas,
drogas e insumos hacia el bajo Putumayo y se convirtió en
el primer signo inequívoco respecto al inicio de la agudización del conflicto armado en el departamento” (Ibíd. p.5 -6).
En los años siguientes las FARC redirigieron las acciones
hacia los pueblos y estaciones de policía, con el fin de tomar como rehenes a miembros de la fuerza pública, presionando al gobierno para iniciar un proceso de canje de estos
individuos por guerrilleros encarcelados (Ibíd. p. 5 - 6), y
empieza a afectar directamente a la población civil.
El segundo periodo se da entre 1999 y 2005, caracterizado por la ofensiva militar de la fuerza pública en contra
de las guerrillas, el repliegue de estos grupos hacia zonas
estratégicas, selváticas y montañosas del departamento, la
consolidación paramilitar en zonas claves para el tráfico de
drogas y un enfrentamiento directo entre las guerrillas y las
autodefensas.
En los primeros años del 2000, las FARC empezaron a
replegarse frente a la ofensiva militar, y adoptaron una posición defensiva en busca del desgaste de la fuerza pública
(Echandía, 2006, p.235), lo que fue aprovechado por las
autodefensas para incrementar su presencia en la zona, a
través de ataques contra la población civil, asesinatos selectivos, “desapariciones forzadas, masacres y en algunos
casos la utilización de la sevicia, como método de terror e
intimidación, contra comunidades acusadas de apoyar a la
contraparte” (Ibíd. p. 236).
Aunque las autodefensas hacían presencia en el departamento desde inicios de los noventa, es solo hasta 1999
cuando llega el BCB a Nariño, y se conforma posteriormente
el Bloque Libertadores del Sur (BLS). Por medio de estos,
las autodefensas empiezan su proceso de expansión en el
departamento entre el 2000 y 2002 que “también coincide con el desplazamiento de los cultivos ilícitos desde el
sur oriente del país a causa de la apuesta militar del Plan
Colombia contra las FARC” (Arias & Prieto, 2011, p. 334). Al
igual que en otras zonas del país, la incursión paramilitar
generó un incremento significativo en la violencia ya que
44 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
la estrategia de control político y militar tuvo como característica principal el empleo constante de asesinatos, masacres, desapariciones forzadas, como forma de eliminación
y debilitamiento sistemático de las bases sociales de las
guerrillas, pero afectando específicamente a la población
civil. Estas acciones tuvieron como fin impedir la consolidación de los avances territoriales de los actores armados
enfrentados, donde parte del ataque a la población civil no
solo buscaba impedir la construcción de redes de apoyo
enemigo, sino mediante la generación de miedo y terror
crear lealtades en la población. (Observatorio DDHH y DIH,
Op. Cit. 2002, p. 10)
Para el 2002 los enfrentamientos entre fuerza pública
y FARC, y de estos últimos con las autodefensas se habían
intensificado (Echandía, 2006, Op. Cit. p.225), especialmente en la zona del Pacífico (sobre todo en Tumaco), donde se disputaban territorios propicios para la producción,
procesamiento y comercialización de la coca (Observatorio
DDHH y DIH, 2002, Op. Cit. p. 9). Estos enfrentamientos se
tradujeron en la intensificación del conflicto y en el aumento
de las masacres y asesinatos por parte de los dos actores
en conflicto.
Las FARC durante este período tenían el dilema de
consolidarse militarmente en el territorio, sin hacerse militarmente vulnerables, ya que esto implicaría la pérdida
de movilidad, además de convertirse en blanco fácil para
la Fuerza Pública y para los grupos de autodefensas. Para
lo cual optaron por una estrategia defensiva y de acciones
dirigidas en contra de la población civil para mantener el
control territorial (Ibíd. p. 9), además de la siembra indiscriminada de minas anti-persona como medio económico
y efectivo para neutralizar el avance de las tropas y grupos
en conflicto (Observatorio de DDHH y DIH, 2010, p. 86, 99
y 100).
Según el Observatorio del Programa Presidencial de
DDHH y DIH, para el 2002 el territorio nariñense se encontraba dividido por líneas invisibles que determinaban la
presencia de los actores armados ilegales en la región: las
FARC extendieron su control sobre el piedemonte, el curso de los ríos más importantes y las zonas con cultivos de
coca; el ELN se encontraba en algunas zonas amapoleras
sobre la cordillera, y las autodefensas se establecieron sobre una ancha franja costera donde se ubican los laboratorios para el procesamiento de coca y los puertos de salida
del producto terminado (Observatorio DDHH y DIH, 2002,
Op. Cit). Desde entonces y hasta el proceso de desmovilización las guerrillas y autodefensas se disputaron el control de zonas estratégicas para el narcotráfico, generando
un fuerte impacto en la población civil. “La agudización del
conflicto armado afectó de manera directa a la población
civil, convirtiéndola en objetivo militar, rompiendo de esta
manera toda distinción entre combatientes y no combatientes. Si bien se presentó un aumento de los enfrentamientos directos entre las organizaciones subversivas y los
grupos de autodefensa, las acciones contra los ciudadanos
indefensos marcan el acontecer de la disputa armada por
el territorio y los recursos” (Ibíd. p.10). A partir del 2003,
se ve una disminución en la intensidad del conflicto, por la
consolidación de los grupos paramilitares en zonas específicas y la división territorial que se mencionó anteriormente,
así como por el contexto de preparación para una eventual
negociación con el gobierno para su desmovilización.
Como se puede ver, durante estos años hay un cambio en los protagonistas del conflicto, ya que otros actores
como la fuerza pública y los paramilitares también cobran
importancia. Por otro lado, hay un cambio en la estrategia
de las guerrillas hacia el repliegue, principalmente de las
FARC, por la presión de la fuerza pública (Echandía, 2006,
Op. Cit. p.236), lo que favoreció el establecimiento de las
estructuras paramilitares en el departamento. Asimismo, al
igual que en Antioquia las FARC empiezan a utilizar métodos propios del accionar paramilitar como lo son las masacres y asesinatos como forma de control territorial, como
consecuencia de la imposibilidad de mantener el control
territorial.
Para el caso de las estructuras paramilitares, sus acciones estuvieron fuertemente vinculadas al narcotráfico
más que a una lucha de contrainsurgencia, por lo que a
diferencia de otras partes del país, sus acciones se limitaron a las zonas de procesamiento y comercialización de la
coca, como lo es la zona del pacífico nariñense, en las que
incluso hicieron alianzas con estructuras guerrilleras para
el negocio del narcotráfico.
El tercer periodo, por su parte, inicia con el proceso de
desmovilización de las autodefensas, del 2003 hasta la actualidad. La desmovilización de las autodefensas, especialmente del Bloque Libertadores del Sur, y la reconfiguración
de las nuevas estructuras de autodefensas y bandas criminales al servicio del narcotráfico, transformaron la dinámica
del conflicto en el departamento, incrementando recientemente los indicadores de violencia.
En los últimos años, el suroccidente de Colombia se
constituye en uno de los principales escenarios de guerra
por el control de zonas de importancia para el comercio de
drogas y armas, así como porque se ha convertido en zonas
de retaguardia para las guerrillas tras el avance del Plan
Patriota y el Plan Colombia (Echandía, 2008, p. 83). En este
caso “los cambios en la geografía de la confrontación ar-
mada se producen fundamentalmente por el aumento de
la capacidad de combate de la Fuerza Pública y no como
resultado de las acciones por iniciativa de los grupos irregulares” (Ibíd. p. 78).
Para el caso de Nariño, Human Rights Watch (2010)
afirma que “actualmente prevalece un contexto de violencia
generalizada, con efectos sumamente negativos en términos humanitarios y de derechos humanos. Tanto las FARC y
el ELN como el Ejército y la Marina, al igual que los grupos
sucesores de los paramilitares y diversos grupos de narcotráfico, se mantienen activos”.
Pese a la desmovilización del Bloque Libertadores del
Sur de las Autodefensas, y a diferencia de otras regiones
del país, la violencia se intensifica por cuenta de la pugna
entre las FARC y los grupos armados al servicio de narcotraficantes del norte del Valle del Cauca, que empiezan a
aparecer antes del proceso de desmovilización, especialmente en Ricaurte y Tumaco. El incremento de la violencia
en estas zonas revela la decisión de la guerrilla y grupos
vinculados con el narcotráfico de lograr, a sangre y fuego,
el control de corredores estratégicos, cultivos de coca y laboratorios para el procesamiento de droga, como lo es la
carretera al mar y el puerto de salida para droga producida en la costa pacífica nariñense (Echandía, 2008, p. 88
y 97). Nariño, es para esta época, “zona de disputas asociadas a la presencia de organizaciones armadas ilegales
y delincuencia organizada con un elemento en común:
Narcotráfico” (Observatorio DDHH y DIH, 2008b, p. 2). Las
organizaciones armadas criminales que tienen presencia
en este periodo actúan de forma similar a organizaciones
insurgentes y de autodefensas reclutando, amenazando,
violando y asesinando a civiles, participan en narcotráfico y
compiten entre sí y con las guerrillas por el territorio (HRW,
2010. p. 87). En este sentido, se intensifica el conflicto por
la disputa de territorios y de control del narcotráfico entre
estas organizaciones criminales, con el fin de llenar los vacíos dejados por las estructuras paramilitares, y apropiarse
de las rentas de la cadena del narcotráfico (Observatorio
DDHH y DIH, 2008b, p. 2).
Adicionalmente al aprovechamiento de los recursos que
deja el narcotráfico, estos grupos realizan extorsiones, amenazas y cobro de “vacunas” a comerciantes y transportadores, sobretodo en “zonas donde hay oro, madera, uranio y
fuentes hídricas para establecer hidroeléctricas” (Semana,
abril 2007). De igual forma estos grupos armados utilizan
el desplazamiento de personas como forma de adquirir el
control de zonas especificas, lo que ha ocasionado el éxodo
de miles de personas en los ultimos años (Ver noticias de El
Tiempo, Julio 2007).
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 45
Bajo esta lógica, desde finales de 2005 entran en acción
bandas criminales como la Organización Nueva Generación,
cuyos miembros fueron reclutados en Putumayo y Valle entre
las personas que no se desmovilizaron con el BLS. Asimismo,
durante este mismo año hubo un desplazamiento de estructuras delincuenciales del Valle del Cauca hacia la frontera
con Ecuador, a los departamentos de Nariño, Cauca y Putumayo, como es el caso de “Los Rastrojos” (Echandía, 2008,
p. 98). Este proceso de surgimiento y expansión de bandas
criminales generaron, en los años siguientes, el aumento en
los asesinatos, muertes selectivas y el desplazamiento forzado en gran parte del departamento de Nariño.
En 2006, los homicidios relacionados con la confrontación armada y la delincuencia organizada se registraron
especialmente en los municipios de Policarpa, Ricaurte,
Tumaco, Pasto, Ipiales, Barbacoas y Córdoba, y se asocian
a la búsqueda por el control de la cadena de producción
de alcaloides, las rutas de comercialización y ajustes de
cuentas entre organizaciones ilegales (Observatorio DDHH
y DIH, 2007b). Para el periodo 2006 - 2009, el suroccidente del país se convierte en la región con mayor número de
homicidios con el 27% del total nacional, concentrando el
13.95% de las masacres en el país, principalmente en los
municipios de Tumaco, Barbacoas, y Olaya Herrera (Programa Presidencial de DDHH y DIH, 2010, p. 86, 99 y 100).
A éstas cifras contribuyó la captura del capo Diego
Montoya en el 2007, que desencadenó la lucha entre los
mandos medios de la banda de “Los Machos” por el control de la organización, lo que facilitó la expansión de los
“Rastrojos” y la formación de alianzas con estructuras de la
guerrilla, principalmente del ELN para combatir a las FARC,
y adoptan ahora el nombre del “Bloque Pacífico”, que se
hace llamar “Águilas Negras” (Echandía, 2008).
Por último, los enfrentamientos y presiones del conflicto, así
como la siembra de minas antipersonales en Nariño ha afectado significativamente a los pueblos indígenas15, comunidades
afro-colombianas y comunidades campesinas del departamento. Igualmente, en los últimos años los líderes de los procesos
de restitución han sido objetivo de amenazas, atentados y asesinatos por parte de antiguos miembros de las autodefensas
que hoy hacen parte de las bandas criminales, cuyo objetivo es
el mantenimiento del poder sobre las propiedades y el control
de las tierras antes despojadas (El Espectador, abril de 2011).
Como se puede ver en este periodo, “los cambios en la
dinámica de la confrontación armada y la violencia, así como
15
el surgimiento de nuevas estructuras delictivas ligadas al tráfico de estupefacientes, configuran un nuevo escenario de la
violencia” (Programa Presidencial de DDHH y DIH. 2010, Op.
Cit. p. 103) en el departamento, que se tradujo en el recrudecimiento del conflicto y el aumento de la violencia.
El narcotráfico en Nariño: dinamizador del conflicto armado
Dada su posición y sus condiciones geográficas Nariño
se ha convertido en un lugar estratégico para el desarrollo
del narcotráfico (HRW, 2010), lo que ha sido acompañado
por la llegada de grupos armados y actos de violencia. Esto
se evidencia por medio de dos factores. Primero, con el
auge del cultivo de la amapola hacia la primera mitad de los
años noventa, los actores ilegales afectaron negativamente
a nivel social, particularmente en la estructura agraria, con
la compra masiva de tierras a campesinos pobres o con el
cambio de los cultivos lícitos hacia actividades ilícitas como
una alternativa ante el estancamiento de la economía. Segundo, porque a partir de la primera mitad de la década
del noventa, hay un importante crecimiento de los cultivos
ilegales impulsados por las guerrillas de las FARC y ELN, el
cual coincide con la expansión guerrillera sobre el departamento. (Observatorio DDHH y DIH, 2002, p. 3 y 5)
A diferencia de la amapola, los cultivos de coca en Nariño
cobraron importancia en 2002, cuando gracias a la puesta en
marcha del Plan Patriota, estos cultivos disminuyeron en los
departamentos vecinos de Putumayo y Caquetá, ocasionando
el traslado de las actividades del negocio ilícito de éstos departamentos a Nariño. Entre 2001 y 2002, el cultivo de coca
en Caquetá y Putumayo disminuyó en 40.000 hectáreas y se
incrementó en 7.600 hectáreas en Nariño (UNODC, 2007).
Según el Observatorio de DDHH y DIH “los mayores esfuerzos
en combatir los cultivos de coca en Putumayo, han hecho que
miles de nariñenses que habían migrado a ese departamento
atraídos por la bonanza ilegal, tomen el camino de regreso
junto a gentes de otras regiones” (Observatorio DDHH y DIH,
2002, p.4). En Nariño, el incremento en el cultivo de coca y
en su transformación, ha sido una codiciada fuente de recursos no sólo para la guerrilla, sino también para los grupos de
autodefensa y organizaciones criminales que obtienen importantes fondos de esta actividad (Ibíd. p.2).
La debilidad institucional y la poca presencia de fuerza
pública en la zona, contribuyeron a que desde el 2001 haya
aumentado considerablemente el número de hectáreas cultivadas, haciendo que desde 2003 Nariño se ubique en el grupo
En el caso de los Awá varios líderes han sido asesinados y han usado sus resguardos como escudos durante los enfrentamientos (Ver en Revista Semana,
abril de 2010).
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Características del desplazamiento forzado interno en Nariño
De acuerdo a los datos de Acción Social (2010) Nariño ha
sido el quinto departamento con mayor expulsión (172.321)
y el sexto con mayor recepción (156.439) de personas entre 1997 y 2010. Sin embargo, el desplazamiento forzado
en el departamento de Nariño no fue un hecho destacado
en las décadas de los ochenta y noventa. Empieza a tener
relevancia entre 2000 – 2002 (Ver gráfico 1.40), cuando
llegó a ocupar el puesto 17 a nivel nacional. La mayor expulsión se dio entre el 2005 y 2010, cuando se expulsó el 81%
(108.421) del total del periodo (1997 - 2010), lo que ha
ubicado al departamento en uno de los principales expulsores recientes de población. Esta situación se evidencia
claramente en las cifras de desplazamiento de la subregión
de la Costa Pacífica (Ver gráfico 1.41) encabezados por los
municipios de Tumaco, El Charco y Barbacoas. Los municipios con mayor desplazamiento se concentran es zonas
limítrofes con Ecuador o zonas marítimas del departamento
por las facilidades que proporcionan para el comercio de
armas, drogas e insumos.
GRÁFICO 1.40
EXPULSIÓN DE PERSONAS EN NARIÑO 1997 - 2010
40000
35000
30000
25000
20000
15000
10000
5000
0
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010.Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
GRÁFICO 1.41
EXPULSIÓN POR SUBREGIONES DE NARIÑO
1997 - 2010
30000
25000
No. de personas
de los tres departamentos con mayor área sembrada de coca
(UNODC, 2010). Entre 2006 y 2009, Nariño fue el departamento con el mayor número de hectáreas cultivadas con el 24% de
los cultivos de coca y el 67% de los cultivos de amapola del país
(UNODC, 2010). El especial incremento de los cultivos entre
2006 y 2007, que pasó de 15.606 a 20.259 hectáreas, coincide con el escalamiento del conflicto y el incremento del desplazamiento forzado. Sin embargo, desde 2007 y hasta el 2009 la
cifra vuelve a descender a 16.428 hectáreas (UNODC, 2010).
Dentro de los 10 municipios con más hectáreas cultivadas a nivel nacional para el 2009, 4 son de Nariño: Tumaco
con el 6.9% en el primer lugar, Barbacoas con el 4.3% en
el tercero, Roberto Payán con 2,3% y Olaya Herrera con el
2.1% en el noveno y décimo lugar respectivamente (UNODC, 2010). Estos cuatro municipios hacen parte de la subregión del pacífico nariñense, zona clave donde converge
el cultivo, procesamiento y transporte de insumos para el
procesamiento y la droga, lo que evidencia la importancia
de esta zona para los actores ilegales (UNODC, 2010). Según la UNODC (2010) para el 2009, el 37% de los laboratorios de cocaína (cristalizaderos) detectados y destruidos a
nivel nacional se ubicaban en la región del pacífico, principalmente en Nariño.
Por otro parte, la importancia del narcotráfico en el departamento ha llevado a que gran parte de los programas
de erradicación de cultivos del Plan Colombia de los últimos
años se hayan enfocado en el departamento de Nariño (Ibíd.
p. 40), llegando a reducir el 10% de los cultivos, por medio
de la fumigación aérea y la erradicación manual de cultivos.
Como consecuencia de estos programas Nariño logró ser en
2009 uno de los departamentos con mayor reducción con
3.184 hectáreas después de Putumayo (UNODC, 2010). Sin
embargo, estos programas también han tenido un impacto
en el desplazamiento forzado, dado que las fumigaciones
han afectado los cultivos de pancoger y la salud de las poblaciones donde se realizan, obligándolos a salir de ellas.
Finalmente, el narcotráfico ha generado consecuencias
tanto en el conflicto como en las comunidades. Por un lado,
ha sido uno de los factores más importantes que ha estimulado el escalamiento del conflicto y sus impactos en los
últimos años en el departamento. Por otro lado, su demanda por el uso de la tierra ha agudizado el conflicto sobre la
tenencia de la misma, presionando en muchos casos las
ventas forzadas o generando el despojo de los predios, y el
desplazamiento de muchas personas.
20000
15000
10000
5000
0
Centro Nariño
Centro occidente nariño
Costa pacífica
Norte Nariño
Sur nariño
Fuente: SIPOD// Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010.
Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
Como se mencionó anteriormente, el incremento y variaciones del desplazamiento en el departamento ha estado vinculado principalmente a las dinámicas del conflicto
y del narcotráfico. El desplazamiento adquiere importancia
en el periodo 2000 a 2002, debido a la llegada y expansión
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 47
de los grupos de autodefensas y los enfrentamientos generados con guerrillas y fuerza pública. Este, sin embargo, disminuye levemente entre 2003 y 2004, con la consolidación
de las estructuras paramilitares y la división territorial de
los actores armados en zonas importantes para el narcotráfico. A partir de 2005 y hasta el 2010, el desplazamiento
se incrementa dramáticamente, ocupando el segundo lugar
después de Antioquia entre los departamentos de mayor
expulsión a nivel nacional, tras la intensificación de la disputa territorial entre grupos irregulares, como las FARC, el
ELN, y la formación y fortalecimiento de bandas criminales
que buscan el control de las zonas y negocios abandonados
por las estructuras paramilitares desmovilizadas.
Tanto las bandas criminales como las guerrillas empezaron a usar tácticas propias del accionar paramilitar
como la utilización de masacres, homicidios, amenazas y
el desplazamiento de poblaciones como forma de disputa,
y control territorial dentro del departamento, así como mecanismo de ajuste de cuentas, que junto con el incremento
sostenido de los cultivos de coca, entre 2005 y 2007, impactaron las cifras del desplazamiento (Ver gráfico 1.42).
EXPULSIÓN DE PERSONAS vs. CULTIVOS ILÍCITOS
GRÁFICO 1.42
EN NARIÑO 2001 - 2009
40000
36.715
35000
32.678
30000
25.525
25000
20.259
20000
17.628
10000
11.720
7.494
7.495
5000
18.832
14.154
15.131
15000
13.875
19.612
16.428
15.606
11.981
6.610
5.344
0
2001
2002
No. Hectáreas
2003
2004
2005
2006
2007
2008
Aunque entre el 2008 y el 2010 las cifras de expulsión
se redujeron levemente sigue observándose un alto índice
de desplazamiento en el departamento, que se relaciona
con la continua lucha por el control de territorios y rutas entre bandas criminales, ELN y las FARC sin que ninguno haya
logrado imponerse y dominar el territorio sobre los otros. En
este periodo, el desplazamiento en Nariño se explica por
el incremento de acciones armadas por parte de la fuerza
pública en contra de los grupos al margen de la ley, principalmente contra las FARC, y a los procesos de erradicación
manual de cultivos ilícitos que han implicado fuertes combates en contra de estas organizaciones ilegales.
Igualmente, los procesos de erradicación a través de
fumigaciones y aspersiones áreas han tenido impacto en el
desplazamiento forzado de personas en el departamento,
ya que afectan cultivos legales que son destinados para el
sostenimiento y alimentación de la población, lo que pone
en peligro su seguridad alimentaria, y contribuye a que las
poblaciones se desplacen en busca de nuevas oportunidades y formas de subsistencia.
Por otro lado, en Nariño la recepción de personas desplazadas ha sido menor que la expulsión, lo cual lleva a pensar
que quienes son desplazados se mueven fuera de Nariño a
otros departamentos dentro del país o hacia países fronterizos como el Ecuador. Sin embargo, entre 1999 y 2004, la
recepción de personas (47.688) era mayor que la expulsión
(32.258) (Cifras SIPOD/Acción Social procesado por ACNUR,
2010) (Ver gráfico 1.43), dado que al departamento llegó población desplazada por los enfrentamientos y fumigaciones del
Putumayo (Observatorio DDHH y DIH, 2007b, p. 7). Igualmente, retornaron nariñenses que había migrado anteriormente
al Putumayo buscando oportunidades económicas en la bonanza petrolera y cocalera (Observatorio DDHH y DIH, 2002,
2009
No. Personas expulsadas
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010, y
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito -UNODC-. Colombia,
Censo de Cultivos de Coca, Junio de 2007 y Junio de 2010. Elaborado por
Fundación Ideas para la Paz.
GRÁFICO 1.43
EXPULSIÓN Y RECEPCIÓN DE PERSONAS
EN NARIÑO 2001 - 2009
40000
35000
30000
En Nariño los municipios que presentan mayor concentración de cultivos ilícitos (Tumaco, El Charco y Barbacoas)
coinciden con aquellos que presentan altos índices de desplazamiento forzado, lo que se explica en el aumento de las
presiones y amenazas para la venta o despojo de tierras
que ejercen los actores ilegales que están tras el cultivo y
el negocio del tráfico del drogas. Asimismo, la disminución
de las cifras de expulsión de población en los últimos años,
coincide con la disminución en los cultivos en el departamento (Ver gráfico 1.42).
48 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
25000
20000
15000
10000
5000
0
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Expulsión
Recepción
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010.
Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
p. 11). Es a partir de 2005, con la intensificación del conflicto,
que Nariño empieza a tener mayor expulsión (139.660 personas) que recepción de población (108.421), sin embargo, las
cifras de recepción de población lo ubicaron como el cuarto
departamento con mayor recepción de población desplazada
a nivel nacional. Esto es evidencia del impacto que empieza a
tener el desplazamiento en el departamento.
En este sentido, como muestran las tablas siguientes
hay un flujo importante de personas que salen de sus regiones con rumbo al centro de Nariño, principalmente hacia
Pasto que recibe el 88% de las personas de la región (cifras SIPOD/Acción Social procesado por ACNUR, 2010). La
costa pacífica es la subregión que recibe y expulsa mayor
número de personas en todo el departamento, y dentro de
ella son los municipios de Tumaco y El Charco los que concentran los mayores índices de desplazamiento.
Como ya se ha mencionado, la estrecha relación entre
la confrontación armada y los negocios ilícitos, junto con
los procesos de apropiación de tierras y erradicación de
cultivos, han sido los principales factores generadores de
la violencia que han obligado al desplazamiento forzado de
la población en Nariño.
Por una parte, el enfrentamiento entre actores armados
(guerrilla, paramilitares, Bandas criminales y fuerza pública)
tiene como consecuencia el desplazamiento preventivo de
CUADRO 1.12
NÚMERO DE PERSONAS DESPLAZADAS
EXPULSADAS Y RECIBIDAS
EXPULSIÓN
RECEPCIÓN
Costa Pacífica
111.397
67.512
Norte de Nariño
33.303
41.443
Centro Occidente de Nariño
15.233
19.936
Centro de Nariño
7.998
17.159
Sur de Nariño
4.390
10.389
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010.
Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
CUADRO 1.13
EXPULSORES
las personas como forma de evitar ser afectados por las
acciones armadas, pues al encontrar “que ninguno de ellos
puede brindarle protección frente a las acciones del otro,
se presenta el desplazamiento” (Observatorio DDHH y DIH,
2002, p. 11). Por otra parte, la búsqueda por el control de
territorios como estrategia de control político y militar, y
como estrategia económica para sacar provecho de alguna
parte de la cadena de valor del narcotráfico, ha llevado a
la generación, cada vez mayor, de desplazamientos deliberados de población. En este sentido, los actores armados
utilizan el desplazamiento de personas como forma de
apropiarse de territorios estratégicos o establecer corredores “seguros” para el narcotráfico. Como consecuencia
de ello, la población civil se convierte en el objetivo de las
acciones armadas de confrontación entre los actores ilegales, quienes recurren a tácticas de miedo y terror, como homicidios, masacres, desapariciones forzadas y amenazas,
como mecanismos de control y limpieza de territorios.
Costa Pacífica Nariñense
La subregión de la Costa Pacífica nariñense tiene gran
importancia para los actores armados ilegales por tener
importantes corredores de transporte y tráfico de armas,
drogas e insumos. Este es el caso del corredor entre el Alto
y el Medio Patía ubicado entre los departamentos de Cauca
y Nariño, que adquiere una gran importancia con el incremento significativo de los cultivos de coca en la medida en
que se convierte en articulador del Caquetá y el Putumayo con la Costa Pacífica, la carretera de Pasto a Tumaco, y
el puerto de Tumaco entre otros para la exportación de la
droga. Paralelamente, y como ya se ha mencionado, la confluencia de actores, dinámicas e intereses en esta subregión ha llevado a que en ella se concentre la cifra más altas
de expulsión y que haya marcado la tendencia del desplazamiento en el departamento de Nariño (Ver gráfico 1.44).
MUNICIPIOS VS REGIÓN DE NARIÑO
NO. PERSONAS
REGIÓN
RECEPTORES
NO. PERSONAS
REGIÓN
Tumaco
44.359
Pacífica
Pasto
36.441
Centro
El Charco
26.476
Pacífica
Tumaco
32.778
Pacífico
Barbacoas
14.577
Pacífica
El Charco
18.223
Pacífico
Policarpa
10.388
Norte
Taminango
7.012
Norte
Olaya Herrera
7.190
Pacífica
Barbacoas
6.962
Pacífico
Roberto Payán
6.205
Pacífica
Samaniego
6.228
Centro occidente
Cumbitara
5.660
Norte
Córdoba
4.171
Sur
Samaniego
5.335
Centro occidente
Los Andes
4.110
Centro occidente
Santa Bárbara
5.005
Pacífica
Ipiales
3.829
Sur
Pasto
4.927
Centro
Policarpa
3.695
Norte
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010. Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 49
“Esta situación no sólo ha intensificado la confrontación
armada sino que hace más difusa la línea divisoria entre la
estructura del narcotráfico y las dinámicas emergentes del
conflicto armado” (Prada, 2006, p. 11).
GRÁFICO 1.44
EXPULSIÓN DE PERSONAS
COSTA PACÍFICA vs. NARIÑO, 1997 - 2010
40000
35000
30000
25000
20000
15000
10000
5000
0
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Costa Pacífica
Nariño
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010.
Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
Al igual que en el departamento, la subregión del pacífico nariñense fue hasta los años noventa una zona de descanso para las agrupaciones guerrilleras, lo que se refleja
en la baja intensidad del conflicto y del desplazamiento forzado. Asimismo, y aunque la presencia del narcotráfico data
de finales de los años 70, para ese entonces este fenómeno no tenía gran importancia e influencia en la población.
Sin embargo, las condiciones climáticas, los corredores
de movilidad, la cercanía a la frontera y la escasa presencia
de la Fuerza Pública en el pacífico nariñense convirtieron a
esta subregión en un espacio propicio para el narcotráfico,
facilitando el proceso de expansión de la coca y los grupos
armados (Observatorio DDHH y DIH, 2009a, p. 48).
Entre 1997 y 2002, paralelo al crecimiento del narcotráfico, y al mayor involucramiento de la guerrilla en el negocio, se
observó el fortalecimiento y ampliación del pie de fuerza por
parte de éstas, principalmente de las FARC, especialmente
en el año 2000. Como consecuencia de esto, y estimulados
también por las ventajas que tiene el pacífico nariñense para
la comercialización y expansión del narcotráfico, empezaron
a hacer presencia durante este período los grupos paramilitares, con el Bloque Libertadores del Sur (BLS) principalmente.
Teniendo en cuenta el crecimiento del narcotráfico en la
región y el incremento de las fumigaciones y acciones militares en otros departamentos como Putumayo y Caquetá como
parte de las operaciones del Plan Patriota (2003) (Observatorio DDHH y DIH, 2009a, p.42) el negocio se trasladó hacia
la costa pacífica, incrementando los cultivos ilegales, chongos (cocinas rudimentarias para el procesamiento de la pasta de coca), cristalizaderos y laboratorios en esta subregión.
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La expansión del narcotráfico trajo consigo la intensificación del conflicto entre los actores armados. Por un lado, contribuyó al crecimiento de las FARC, y en medio su interés por
establecer corredores de movilidad y zonas para el cultivo de
la coca generó mayores acciones ofensivas de ésta contra de
la Fuerza Pública. Por otra parte, estimuló la llegada y proceso de expansión paramilitar, lo que incrementó los enfrentamientos entre éstos y las guerrillas, convirtiendo también a
la población civil en objetivo de las acciones armadas como
mecanismo de apropiación y control territorial, llegando a
dominar la mayor parte de la costa pacífica nariñense, principalmente en las cabeceras municipales (Ibíd. p. 49 – 50).
La instensificación del conflicto que estimuló el narcotráfico tuvo un impacto directo en la población, especialmente
en comunidades indígenas y afrocolombianas, lo que trajo
como consecuencia el incremento de los desplazamientos
forzados en la subregión (Ver gráfico 1.45).
EXPULSIÓN DE PERSONAS COSTA PACÍFICA
GRÁFICO 1.45
NARIÑENSE, 1997 - 2010
30000
25.971
25000
20000
19.365
15000
10000
5000
0
5.891
88
55
52
364
6.520
3.309
8.208
8.244
19.618
10.974
2.738
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010.
Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
Para 2003 y 2004, hubo una disminución de las cifras
de desplazamiento que responde al establecimiento de
paramilitares y guerrillas en zonas específicas de la costa
pacífica, y al aumento de la presencia del ejército para contrarrestar el narcotráfico en diferentes zonas de la región.
Sin embargo, el desplazamiento forzado continuo como
efecto de los combates y fumigaciones dentro de la implementación del Plan Patriota, así como por la reacción de las
FARC, narcotraficantes y actores asociados al narcotráfico
hacia el proceso de erradicación de cultivos ilícitos.
Desde el 2005, a partir de la desmovilización del BLS
de las autodefensas (julio/ 2005 en Taminango, norte de
Nariño), el reacomodamiento de la guerrilla de las FARC y el
surgimiento de nuevos grupos armados (Organización Nueva
Generación y los Rastrojos) que iban tras el control de territorios y negocios ilegales dejados por los paramilitares, se transformó nuevamente la dinámica de conflicto y desplazamiento
del departamento (Ibíd. p. 41 y 55). De ahí, que a partir de
2005 se empiece a observar un incremento sostenido en las
cifras de desplazamiento, con su pico más alto en el 2007.
Con el surgimiento de las bandas criminales, el conflicto
armado en la región se atomizó en pequeñas organizaciones con intereses similares que peleaban entre sí, y con las
guerrillas, por el control del negocio del narcotráfico, lo que
ha generado el aumento de la violencia y el desplazamiento
en la subregión. Es así como por ejemplo, “en la zona del
Alto y Medio Patía, se consolidó a la postre la Organización
Nueva Generación, que desde 2005 enfrentó en forma importante a las FARC por el dominio de un corredor y un centro de producción de una enorme importancia estratégica.
En la zona de Tumaco, principalmente en el último tramo
del río Mira, en Llorente y en el casco urbano del municipio,
se asentaron los Rastrojos. Esta agrupación tiene influencia
en las partes bajas de varios ríos, en zonas de manglares
cercanas al mar, desde donde se desplazan hacia las zonas
costeras de otros municipios” (Observatorio DDHH y DIH,
2009a, p. 55 -56).
Igualmente, “la desmovilización de las autodefensas impulsó aún más el fortalecimiento de la Fuerza Pública, que
se venía registrando aproximadamente desde el año 2002.
En este sentido, se trataba de proteger los espacios dejados libres por estas agrupaciones, (…) fortalecer la policía
en corregimientos críticos y de aumentar la capacidad de
combate de las Fuerzas Militares” (Ibíd. p. 56). Sin embargo, el incremento de las acciones y presencia de la Fuerza
Pública con el propósito de atacar el creciente problema de
narcotráfico en la subregión, impactó también la transformación de la dinámica del conflicto y del desplazamiento en
esta zona. En la lucha contra el narcotráfico, la erradicación
de cultivos, la destrucción de la infraestructura (cristalizaderos, laboratorios, chongos, insumos líquidos y sólidos) y
la recuperación de zonas estratégicas como los ríos, tanto
en sus partes altas, medias y bajas, corredores de salida
al pacífico, en donde había una presencia importante de
las FARC, y, más recientemente, zonas de procesamiento
de coca donde tienen presencia las bandas criminales, se
incrementaron los enfrentamientos entre la Fuerza Pública
y las FARC en un primer momento, y posteriormente con las
bandas criminales.
En este contexto, es necesario destacar que dentro de
la subregión son los municipios de Tumaco y El Charco, los
más afectados por la dinámica del conflicto y por el desplazamiento, concentrando entre 1997 – 2010 los mayores
índices de expulsión de población dentro de la subregión
con el 66.3% y el 41% del departamento (Cifras SIPOD/Acción Social procesado por ACNUR, 2010) (Ver gráfico 1.46).
En ambos municipios se presentan dos de las principales
producciones de coca del departamento, lo que ha incrementado los enfrentamientos de la fuerza pública contra
los grupos armados ilegales con actividad en estas zonas.
Igualmente, ambos municipios tienen corredores estratégicos con salida al mar y ríos importantes que facilitan el
transporte de armas, drogas e insumos.
10 MUNICIPIOS CON MAYOR EXPULSIÓN EN
GRÁFICO 1.46
NARIÑO, 1997 - 2010
18000
16000
14000
12000
10000
8000
6000
4000
2000
0
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Tumaco
Roberto Payán
El charco
Cumbitara
Barbacoas
Samaniego
Policarpa
Santa Bárbara
Olaya Herrera
Pasto
Fuente: SIPOD/Acción Social; procesado por ACNUR. Corte Dic. 31/ 2010. Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
Adicionalmente, la presencia del puerto y por su ubicación estratégica para el control de rutas y transporte de la
droga que sale de Colombia por el litoral pacífico al resto del
continente, han incidido en las cifras significativas de expulsión en Tumaco (Prada, 2006, p. 11; Observatorio DDHH
y DIH, 2009a). La expulsión en el municipio de El Charco,
por su parte, se ha generado por los fuertes enfrentamiento
que hubo entre las FARC y los paramilitares en este municipio, así como por ser uno de los focos de los procesos de
fumigación y erradicación de coca por parte de la fuerza
pública.
1.5.3 Actividad empresarial y conflicto armado en Pasto y
Medellín
Los perfiles económicos departamentales expuestos
plantean de entrada importantes diferencias entre la actividad empresarial en Antioquia y Nariño (Ver gráfica 1.47).
Enfrentados a condiciones topográficas y de aislamiento
geográfico más o menos semejantes, Antioquia vive un
proceso de industrialización sin precedentes que la ubicó
como la principal fuerza productora en el país durante la
primer parte del siglo XX, posicionándose hoy como la segunda economía departamental del país. Su actividad empresarial se encuentra asociada principalmente al sector
de los servicios y a la industria manufacturera, destacando
la presencia de grandes grupos económicos que reportan
significativos montos de activos. No obstante la empresa
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 51
de mediano y pequeño tamaño es aún preponderante en
el departamento.
Nariño, por su parte, se destaca por su persistente aislamiento de las principales redes y circuitos económicos del
país, caracterizado por una industria incipiente cuyos activos se distancian en mucho de los de las grandes empresas
antioqueñas y tiene una actividad económica especialmente concentrada en el sector de los servicios, el comercio y
la agricultura, con un porcentaje de microempresas todavía
más grande que Antioquia.
Dados tales contextos, la relación entre la actividad empresarial y el conflicto armado interno en cada región es
distinta. De acuerdo a los datos obtenidos en la Encuesta
para empresarios sobre impacto del conflicto armado en
Colombia (Rettberg, 2008), se constata que el impacto de
la violencia armada en la actividad empresarial en la ciudad
de Pasto es el más alto entre los municipios que se consideraron para el estudio (Cali, Bucaramanga, Barranquilla,
Medellín y Bogotá), como se evidencia en la gráfica 1.48.
COMPARACIÓN PARTICIPACIÓN PORCENTUAL
GRÁFICO 1.47
IMPACTO DEL CONFLICTO ARMADO EN EL SECTOR
GRÁFICO 1.48
SEGÚN MUNICIPIO
Cali
0,25
Bucaramanga
0,25
Pasto
POR GRANDES RAMAS DE ACTIVIDAD ECONÓMICA
Medellìn
0,05
0,10
0,15
0,20
0,25
0,30
0,35
0,40
N=1070
presencia y control armado por parte de un actor violento,
cualquiera que éste sea.
Con relación a los costos directos, el municipio de Pasto
comparte junto a Medellín el número más alto de empresas
que admiten el pago de extorsiones (n= 43) a actores ilegales, y esto es especialmente frecuente en las empresas de
pequeño y mediano tamaño, y menos frecuente en el caso
de grandes empresas.
GRÁFICO 1.49
Bucaramanga
8.2
6.6
8.5
7.4
6.4
Bogotà
0.5
D
15
4.4
3.0
C
15
0
Medellìn
4.9
5.0
5
Barranquilla
10.0
6.8
7.2
4
14.1
12.9
10.0
PAGO DE EXTORSIONES, SEGÚN MUNICIPIO
Pasto
15.0
B
0,14
0,00
16.4
1.9
0,22
Bogotà
Cali
22.3
21.0
20.3
20.0
A
0,09
(PROMEDIO 2000 - 2008) EN PIB DEPARTAMENTAL
25.0
0.0
0,35
Barranquilla
ANTIOQUIA-NARIÑO
17.3
PRIVADO COLOMBIANO (ICASP), PROMEDIO
E
Antioquia
F
G
H
I
4
0
J
5
10
15
Nariño
A: Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca
B: Explotación de minas y canteras
C: Industrias manufacturera
D: electricidad, gas y agua
E: Construcción
F: Comercio, reparación, restaurantes y hoteles
G: Transporte, almacenamiento y comunicaciones
H: Establecimientos financieros, seguros, actividades inmobiliarias y servicios
a las empresas
I: Actividades de servicios sociales, comunales y personales
J: Derechos e impuestos
Fuente: DANE. 2005. Cuentas nacionales departamentales. Elaborado por
CONPAZ.
La gráfica 1.50 muestra otro indicador de los costos
directos que asumen las empresas en medio del conflicto
armado. Como se observa, Bucaramanga y Medellín son las
ciudades en las cuales se han llevado a cabo más cierres
de empresas, mientras en el caso de Pasto este indicador
fue poco significativo.
GRÁFICO 1.50
DISMINUCIÓN DE LAS VENTAS POR CIERRES DE
LA EMPRESA, SEGÚN MUNICIPIOS
12%
A su vez, dicho impacto se encuentra relacionado con
los costos tanto directos (pago de extorsiones por ejemplo) como indirectos (voladura de puentes, para citar un
caso) en los cuales incurren las empresas que operan en
los municipios (el porcentaje de impacto a las grandes, medianas y pequeñas empresas es muy semejante; el de las
microempresas se diferencia en muy poco), asociados a la
52 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
20
11%
10%
10%
8%
6%
4%
4%
2%
0%
2%
1%
0%
Bogotá
Medellín
Barranquilla
Pasto
Bucaramanga
Cali
DISMINUCIÓN DE LAS VENTAS COMO RESULTADO
GRÁFICO 1.51
DE DAÑOS EN REDES DE DISTRIBUCIÓN Y
TRANSPORTE, SEGÚN MUNICIPIO
100%
78%
80%
de operación es regional se ven considerablemente mucho
más afectadas, en proporciones semejantes al caso de Bucaramanga. Esto contrasta con el caso de Cali, donde la
mayoría de empresas afectadas operan en el ámbito de lo
nacional.
PÉRDIDA DE OPORTUNIDADES DE NEGOCIOS
60%
PÉRDIDA DE OPORTUNIDADES DE NEGOCIOS,
SEGÚN MUNICIPIO, A CAUSA DEL CONFLICTO
ARMADO INTERNO
90%
82%
80%
69%
70%
60%
47%
50%
34%
40%
30%
20%
47%
38%
36%
14%
11%
9%
10%
0%
Barranquilla
Medellín
Bucaramanga
Si
Bogotá
Cali
6%
Pasto
No
Uno de los indicadores que mide con mayor profundidad los costos directos de las empresas a causa del conflicto tiene que ver con la pérdida de oportunidad de negocios.
Como se observa en la gráfica 1.52, Bogotá es la ciudad
donde se reporta dicha problemática de manera poco significativa, mientras que el caso de Pasto se posiciona en
el extremo opuesto: 69% de los encuestados afirma haber
perdido oportunidades de negocios a causa del conflicto
armado.
La diferencia en la percepción sobre el impacto del conflicto en la perdida de oportunidades de negocios guarda
relación con la información presentada en la gráfica 1.53.
Bogotá perdió oportunidades de negocios principalmente
en el caso de empresas cuya zona de operaciones es local. Para el caso de Pasto, aquellas empresas cuyo radio
10%
0%
Bogotá
Medellín
Bogotá n=76
Medellín n=68
Barranquilla n=22
Pasto n=138
Pasto
Regional
17,0%
57,4%
Bucaramanga
25,5%
52,4%
51,4%
Barranquilla
Nacional
19,0%
20%
28,6%
30%
27,5%
40%
36,4%
50%
21,0%
En relación con los costos indirectos para las empresas,
Pasto ocupa el primer lugar entre las ciudades en las que
se atribuyó la disminución de las ventas a los daños en redes de distribución y transporte, como lo expone la gráfica
1.51. Las empresas más pequeñas, nuevamente, admitieron comúnmente que se han visto afectadas por los daños
a vías e infraestructura.
GRÁFICO 1.52
67,1%
60%
Cali
40,9%
Bucaramanga
22,7%
Pasto
44,1%
Barranquilla
39,7%
Medellín
70%
16,2%
Bogotá
6%
N=356
20%
MUNICIPIO Y ZONA DE OPERACIONES
80%
18%
27,6%
0%
REPORTADA PARA PROPIA EMPRESA, SEGÚN
25%
6,3%
20%
36%
34%
40%
GRÁFICO 1.52
Cali
Local
Bucaramanga n=21
Cali n=94
Total n=419
La explicación para ésta tendencia tiene que ver con
la presencia de factores de vulnerabilidad regional que
afectan la actividad empresarial y que se constatan en el
caso de Pasto que, como se ve, es el municipio en donde el
impacto del conflicto armado se ha sentido más profundamente por los empresarios especialmente en el sector de
transporte y la actividad comercial, que generalmente son
actividades desarrolladas por pequeñas y microempresas.
Para el caso de la capital de Nariño, los factores de vulnerabilidad son la ubicación de la empresa en el sur del
país, la naturaleza regional y local de su zona de operación,
la presencia de actores armados en la misma y su reducido tamaño, lo cual las hace más proclives a la pérdida de
oportunidades de inversión o a los vaivenes propiciados por
los daños en vías y redes de transporte (al ser una región
comercial y agrícola preponderantemente).
En contraste, empresas ubicadas en Bogotá, pertenecientes a sectores como las inversiones, las actividades inmobiliarias, los servicios financieros, la construcción y los servicios
comunales, sociales y personales y de tamaño mediano y
pequeño se encuentran en el extremo inverso del riesgo a
enfrentar altos costos asociados con el conflicto armado. El
caso de Medellín, por su parte, se encuentra caracterizado
por una actividad empresarial mucho más diversificada, cuya
zona de operaciones es tanto local y regional como nacional y
lo cual ‘blinda’ a las empresas de los efectos propiciados por
los daños en redes de transporte y distribución.
El contexto mostrado pone de presente que la actividad empresarial es mucho más riesgosa dependiendo de
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 53
la zona del país en la que se opere (cada una tiene particularidades en sus características históricas, geográficas y
de desarrollo de la actividad empresarial). De esa manera,
ciudades como Pasto y Cali aparecen como verdaderos retos para la actividad empresarial en un entorno de conflicto
armado, pues son aquellas en las que más costos fueron
reportados. En contraste, Bogotá todavía aparece como un
oasis para muchos de los efectos perniciosos del conflicto
armado.
16
2. Sector empresarial y
desplazamiento forzado interno
En términos de operación empresarial, Colombia se
puede considerar un entorno complejo16. Es decir, un entorno en el que están presentes uno o varios de los siguientes
elementos: accionar de actores armados al margen de la
ley, economías ilegales, debilidad institucional y frágil gobernabilidad. La existencia de estos factores, plantea a las
empresas riesgos y retos adicionales tanto en términos de
su operación, como de cara al impacto de ésta en las zonas
y comunidades donde se desarrolla.
Parte de la complejidad que encierra el entorno colombiano se expresa en fenómenos como el desplazamiento
forzado interno (DFI). Un fenómeno que, como se esbozó en
el capítulo 1, tiene su principal causa en la disputa violenta
de territorios con valor estratégico o económico por diferentes actores. El DFI a su vez, está ligado a problemáticas que
constituyen causas detonantes del desplazamiento forzado
y se pueden agrupar en cinco categorías:
Estructurales: Esta categoría incluye los efectos de la
implementación del modelo de desarrollo económico; los
problemas relacionados con la distribución, reconocimiento, titulación, apropiación y uso de tierras; la distribución
inequitativa del ingreso y la riqueza; una reforma agraria
no resuelta; la ausencia o limitada presencia estatal; y la
corrupción, entre otras.
Conflicto armado: Esta categoría agrupa causas que se
relacionan con la confrontación armada. En ella se incluyen
enfrentamientos entre grupos armados ilegales o de estos
con la fuerza pública, estrategias del paramilitarismo y de la
insurgencia, y los procesos de consolidación de corredores
estratégicos para el tráfico de drogas y armas.
Narcotráfico: Esta categoría reúne causas relacionadas
con el tráfico de drogas ilícitas. En ella se encuentran: la
presencia de cultivos ilícitos, la presencia de actividades
ligadas al procesamiento y tráfico de drogas ilícitas, el establecimiento de corredores estratégicos para dicho tráfico y
la realización de campañas de erradicación forzada de cultivos a través de fumigaciones aéreas, entre otras.
Crimen organizado: Esta categoría corresponde a las
causas derivadas del uso de la violencia por parte grupos
delincuenciales asociados principalmente a carteles de la
Sobre esta caracterización y sus implicaciones para la operación empresarial, ver entre otros: International-Alert, Conflict-Sensitive Business Practice:
Guidance for Extractive Industries, 2005; Business and Human Rights, The Role of Business in Weak Governances Zones: Business Proposals for Effective
Ways of Addressing Dilemma Situations in Weak Governance Zones, 2006.
54 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
droga o antiguos grupos de autodefensas, así como a las
denominadas bandas criminales (BACRIM), cuyo accionar
tiene como escenario áreas urbanas y rurales.
Proyectos de desarrollo: En esta categoría se encuentran las causas asociadas a la presencia o desarrollo de
megaproyectos (ej. grandes obras de infraestructura, represas, etc.), monocultivos y agroindustrias (ej. ganado,
bananos, madera, palma, etc.), y proyectos extractivos (ej.
minería y petróleo).
La existencia de actividades empresariales legítimas
tanto en las zonas donde se presentan detonantes del DFI,
como en los lugares a donde llega la población desplazada
hace aún más pertinente la pregunta sobre el rol, impacto
y responsabilidad de las empresas en ambos extremos del
DFI: las zonas de expulsión de población en donde los habitantes se ven obligados a abandonar o renunciar a sus
tierras y pertenencias, y las zonas de recepción a las que
llegan en busca de refugio y ayuda, enfrentando el rechazo,
la marginación y la discriminación social. De cara a esta
pregunta, cabe anotar que a la complejidad y multicausalidad propias del DFI, en Colombia, se suma la convivencia
de intereses y actividades económicas legítimas y legales
realizadas por actores legales, con actividades económicas
de similares características pero que encierran una creciente participación o intervención de actores ilegales. En este
contexto, tiene lugar lo señalado por un miembro de una organización social: “el desplazamiento no es solamente una
consecuencia del conflicto armado de la última década, ahí
hay factores estructurales que se pueden agrupar en una
evidente omisión por parte del Estado hacia las regiones …
que ha estado acompañada por una permisividad a que la
generación de riqueza en estas regiones sea asumida por
actores económicos que tienen un modelo que no es incluyente frente a las comunidades y que no retorna, no genera
retornos. Es claro el contraste que existe, y la paradoja entre todas esas riquezas que han generado y las condiciones
de vida de la gente…cuando hablamos de factores estructurales también estamos diciendo que hay una coincidencia entre conflicto armado e intereses económicas legales
e ilegales en las regiones”.
Un ejemplo de esto son las zonas donde coincide una
actividad económica extractiva como la minería, sea esta
legal, ilegal o artesanal, con la presencia de grupos armados ilegales como la guerrilla o las bandas criminales y el
fenómeno del DFI, pero donde se confunden 1) operaciones empresariales legales hechas por empresarios legales
con 2) operaciones económicas en sectores legales pero
hechas de manera ilegal y con participación de actores al
margen de la ley, y que son relacionados indistintamente
con el DFI. Casos en este sentido, se observan en el norte,
nordeste y bajo cauca antioqueño donde hay actividades
económicas mineras, muchas de ellas ilegales y artesanales que coexisten con explotaciones mineras empresariales
y legales como las realizadas por Mineros S.A, así como con
el desarrollo de actividades energéticas como las de Hidroituango. Sin embargo, en esta misma zona la guerrilla y bandas criminales se disputan el control de los cultivos ilícitos,
el tráfico de narcóticos y minas de oro (reciente fuente de
financiación), y ejercen presión sobre las operaciones empresariales y comunidades, que como en el caso de Anorí
son obligadas por las FARC a desplazarse para ejercer presión contra las fumigaciones de cultivos ilícitos y el control
de la minería ilegal realizados por las autoridades (El Tiempo, Marzo, 2011; Semana, Ene. 2011). En este caso, el DFI
aunque se da en zonas donde hay operaciones empresariales no parece tener su origen directo con esta, y si con los
intereses en la minería de los actores ilegales.
La existencia en una misma zona de actividades económicas legales e ilegales, así como de actividades económicas que son empresariales y aquellas que no lo son,
dificulta la identificación de dinámicas, lógicas y actores
ligados a actividades económicas que en efecto son responsables del DFI. La distinción entre estos tipos de actividades económicas y una mejor comprensión de sus efectos
reales en el DFI es fundamental pero de difícil reconocimiento entre la opinión pública y las comunidades.
Lo anterior constituye un desafío adicional para las operaciones empresariales formales y legalmente constituidas
que tienen lugar en entornos complejos. Es decir en zonas
en las que al accionar de grupos armados ilegales, la débil gobernabilidad y la frágil institucionalidad se suma la
combinación de la presencia de actores legales e ilegales
dedicados a actividades económicas con la problemática
del desplazamiento. Lo anterior hace difícil establecer las
fronteras, grado y responsabilidad de cada actor en la generación, prevención o mitigación del DFI.
No parece extraño, entonces, que se generen preocupaciones, confusiones y cuestionamientos sobre las
operaciones empresariales dentro de las comunidades y organizaciones sociales debido a la superposición o coexistencia de diversos actores con los actos de presión, amenaza y
violencia que llevan al DFI. En estos casos, los límites y responsabilidades suelen ser difíciles de definir, especialmente, como se verá más adelante, cuando ya se han conocido
casos puntuales de alianzas entre actores legales e ilegales
que involucran el desplazamiento forzado de la población
para obtener ventajas particulares o donde no se toman
las medidas necesarias para prevenir o ayudar a atender
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 55
la crisis humanitaria que conlleva el DIF, como en el caso
de la negociación de tierras que han sido abandonadas o
despojadas forzosamente a sus legítimos propietarios o poseedores. En estos contextos, es común que se generalicen
las suspicacias, sospechas y asociaciones sobre la presunta
participación o complicidad de lo que se identifica, sin distinción del actor que la realiza o el estatus de legalidad, como
actividades económicas en eventos de DFI.
La complejidad de las condiciones en las que operan
las empresas en Colombia ha generado estigmatizaciones
y atribución de responsabilidades que conviene analizar
detenidamente. Las denuncias de varias organizaciones en
torno a la presunta participación de empresas en la promoción del DFI, los señalamientos en las versiones libres de la
ley de Justicia y Paz, así como las investigaciones realizadas
por la Fiscalía General de la Nación y las sanciones expedidas por tribunales internacionales han incrementado las
alertas sobre el riesgo y la responsabilidad de participación
de algunas empresas en los procesos de generación del
DFI, así como la ausencia de mecanismos adecuados para
prevenir o mitigarlo. En este contexto, las empresas han
empezado a adquirir una responsabilidad mayor en tomar
las medidas necesarias que les permitan respetar, evitar
contribuir y ayudar a mitigar los efectos de la vulneración
de los derechos humanos (DDHH) de la población como en
el caso del DFI (Ruggie, 2011).
Este estudio encontró que efectivamente existen vínculos que relacionan al sector empresarial con el DFI, tanto
en zonas de expulsión como en zonas de recepción, e identificó tres categorías (prevención, generación y mitigación)
dentro de las cuales pueden ser clasificados los diferentes
tipos de vínculos observados. Sin embargo, estos vínculos,
tanto en contribuciones a la generación del DFI como a iniciativas de prevención y mitigación, no son generalizables a
las demás empresas de las regiones o de los sectores involucrados. Con base en la información recopilada, el estudio
sugiere que tanto las estrategias empresariales de promoción y de prevención del DFI, como también la vinculación a
otras formas en las que se manifiestan el conflicto armado y
la construcción de paz, obedecen a múltiples factores entre
los cuales las experiencias y trayectorias individuales de las
organizaciones y de sus dueños y gerentes juegan un papel
importante. Así, este estudio no encontró información suficiente que permita establecer un vínculo necesario ni auto-
17
mático entre diferentes formas de actividad empresarial y
DFI en Colombia. Por otra parte, a pesar de algunos esfuerzos siguen siendo escasas las iniciativas de prevención y
mitigación del DFI a las que se vincula el sector empresarial, lo que contrasta con las altas expectativas de organizaciones nacionales e internacionales, ciudadanos y estados
extranjeros respecto al compromiso de las empresas con
el respeto de los derechos humanos. Es en este sentido
que el estudio encontró que el sector empresarial tiene una
importante responsabilidad frente al DFI. No obstante, aún
parece lejana la puesta en práctica de lineamientos como
los consignados en los principios rectores elaborados el
profesor John Ruggie y aprobados recientemente por Naciones Unidas, en los que se espera que el sector empresarial
adopte todas las “políticas y procedimientos apropiados
en función de su tamaño y circunstancia” (Ruggie, 2011)17
para evitar que sus operaciones generen (directa o indirectamente) el DFI de poblaciones, o que independientemente
de ello puedan contribuir a su prevención o mitigación.
Adicionalmente, este estudio evidencia un enorme vacío y un gran desconocimiento sobre la relación entre operación empresarial y DFI tanto en la literatura como entre
las empresas, las comunidades y las instituciones locales
que se encuentran en ambos extremos del DFI (zonas de
expulsión y recepción). Así mismo revela la existencia de
diferencias regionales importantes a la hora de intentar
comprender tal relación.
A continuación presentaremos los principales hallazgos
de este estudio, resultado de la información recolectada
entre diferentes fuentes escritas y entrevistas realizadas,
así como del trabajo de campo en dos regiones del país.
2.1 ¿Qué muestra la información sobre la relación
entre DFI y sector empresarial?
En primer lugar, es importante señalar que a pesar de
las dimensiones y alcance del fenómeno en la totalidad del
territorio nacional, hay poca visibilidad del DFI y de las posibles relaciones entre este fenómeno y la operación empresarial. No existe información ni documentación robusta
que dé cuenta de forma sistemática y rigurosa sobre los
vínculos entre empresas y operaciones empresariales a
nivel local y nacional, y dinámicas que generan el DFI. De
igual forma, es escasa la documentación sobre la relación
entre empresas y operación empresarial y esfuerzos con-
Principio 15 de los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos. Para que las empresas cumplan con su responsabilidad de respetar los
derechos humanos se espera que estas cuenten con: un compromiso político, un proceso de diligencia debida y un proceso que permita reparar las consecuencias negativas que hayan provocado o contribuido a provocar (Ruggie, 2011).
56 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
cretos por prevenir el DFI y atender las manifestaciones del
mismo.
En el trabajo de campo se encontró, por una parte,
que en el nivel local la diferenciación entre lo que es una
actividad empresarial y lo que no, es difícil tanto para la
población en general como para muchas de las instituciones públicas y sociales, especialmente en las zonas rurales.
Frecuentemente se confunden con actividad empresarial
actividades económicas comunes en la región, incluyendo
cultivos ilícitos y actividades estatales o de organizaciones
no gubernamentales. Así también ocurre cuando se mencionan puntualmente los nombres de las empresas, las
cuales pueden reconocer, pero no necesariamente asociar
a la presencia de sus operaciones en lo local.
De forma similar, el trabajo de campo revela un nivel
importante de desconocimiento entre miembros del sector
empresarial respecto al DFI y las posibles relaciones con
actividades empresariales. Cuando se le pregunta a las
empresas o gremios sobre su conocimiento y participación
(positiva o negativa) en el DFI. Muchos desconocen el tema
y la existencia del riesgo o la problemática en sus entornos
de operación, o lo asocian exclusivamente a problemas de
pobreza, mendicidad e incluso con la inseguridad y criminalidad en ciertas zonas.
Este desconocimiento y confusión también se manifiesta
en los intentos de relacionar el DFI con operaciones empresariales. Esto impone una muy especial cautela en la revisión
de la información y el análisis de los casos estudiados.
16
En la información consultada y durante el trabajo de
campo se encontraron tanto indicios y denuncias que vinculan a algunas operaciones empresariales a la promoción
del DFI, por acción u omisión, así como menciones de iniciativas del sector empresarial dirigidas a la prevención y
mitigación del mismo. En relación con las denuncias, éstas
generalmente están relacionadas a omisiones en lo que actualmente se considera la debida diligencia18 que se espera
tengan las empresas para tomar todas las medidas necesarias que garanticen el respeto de los DDHH a lo largo de
sus actividades y relaciones comerciales19. En cuanto a las
iniciativas, se observó una creciente visibilización a través
de menciones, reconocimientos, concursos y premios20, de
actividades donde participa el sector empresarial, especialmente en las principales capitales y el centro del país, para
ayudar de alguna manera a la población en riesgo o condición de desplazamiento forzado.
El análisis de la información regional de Antioquia y
Nariño hace evidente que aunque se puede compartir el
drama de la violencia y el DFI, existen grandes diferencias
de una región a otra, lo que incide en la identificación de los
vínculos que se pueden establecer en cada caso entre las
actividades del sector empresarial y el DFI (ver cuadro 2.1).
Las zonas de Antioquia y Nariño, donde se hizo el estudio, son un ejemplo diciente de esto. Aunque los dos departamentos tienen importantes recursos naturales y un alto
potencial económico, la presencia y capacidad tanto institucional como empresarial, el acceso a recursos públicos lo-
El Principio 17 de los Principios Rectores sobre empresas y derechos humanos de Naciones Unidas considera qué “las empresas deben proceder con
la debida diligencia en materia de derechos humanos. Este proceso debe incluir una evaluación del impacto real y potencial de las actividades sobre los
derechos humanos, la integración de las conclusiones, y la actuación al respecto; el seguimiento de las respuestas y la comunicación de la forma en que
se hace frente a las consecuencias negativas”. En este sentido, entiende que “la debida diligencia en materia de derechos humanos: a) debe abarcar las
consecuencias negativas sobre los derechos humanos que la empresa haya provocado o contribuido a provocar a través de sus propias actividades, o que
guarden relación directa con sus operaciones, productos o servicios prestados por sus relaciones comerciales; b) variará de complejidad en función del
tamaño de la empresa, el riesgo de graves consecuencias negativas sobre los derechos humanos y la naturaleza y el contexto de sus operaciones; c) debe
ser un proceso continuo, ya que los riesgos para los derechos humanos pueden cambiar con el tiempo, en función de la evolución de las operaciones y el
contexto operacional de las empresas” (Ruggie, 2011).
19
El Principio 13 de los Principios Rectores sobre empresas y derechos humanos señala: “Desde la perspectiva de estos Principios Rectores, las “actividades”
de una empresa incluyen tanto sus acciones como sus omisiones; y sus “relaciones comerciales” abarcan las relaciones con socios comerciales, entidades
de su cadena de valor y cualquier otra entidad no estatal o estatal directamente relacionada con sus operaciones comerciales, productos o servicios”
(Ruggie, 2011). Adicionalmente, el Principio 17 llama la atención sobre el riesgo que corren las empresas al no cumplir con la debida diligencia, pues
puede llegar a incurrir en complicidad cuando se encuentren consecuencias negativas en los DDHH causadas por terceros relacionados o cercanos a las
actividades de la empresa” (Ruggie, 2011).
20
El Premio Emprender Paz, que en el 2011 completa su cuarta versión, destaca y premia la contribución que hacen empresas y gremios a la construcción de
paz en Colombia. Otras iniciativas se visibilizan a través del Observatorio de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), Derechos Humanos y Construcción
de Paz de la FIP, los premios Portafolio, los reportes del Global Reporting Initiative (GRI) en los cuales las empresas han empezado a informar sus acciones
y avances en materia de DDHH, la financiación y apoyo a programas de desarrollo local que hacen las empresas en los Programas y Laboratorios de Desarrollo y Paz, la Red JUNTOS, o, como se conoce actualmente, UNIDOS, u otros programas con instituciones públicas u organismos sociales e internacionales,
así como a través de asociaciones como la Asociación de Fundaciones Empresariales – AFE-, la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia –ANDI-,
el Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo Sostenible –CECODES- , la Federación Nacional de Comerciantes -FENALCO-, entre otros.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 57
cales, regionales y nacionales, y el desarrollo económico es
significativamente mayor en Antioquia que en Nariño, lo que
afecta las oportunidades y riesgos que pueden representar
las operaciones empresariales en cada departamento de
cara a prevenir, enfrentar, contener y atender las necesidades relacionadas con el DFI.
CUADRO 2.1
ANTIOQUIA
NARIÑO
• Alta actividad e intereses empresariales en zonas de expulsión
y recepción (14% de PIB nacional).
• Experiencia y conciencia en el
tema, pero aún falta mayor participación del sector empresarial.
• Hoy mayor atención en:
- Dinámicas de recepción y retorno.
- Desplazammiento intraurbano.
- Nuevas dinámicas de desplazamiento en zonas de proyección
económica.
• Importante presencia institucional y participación en iniciativas de
atención por parte de entidades y
organizaciones nacionales, departamentales y locales.
• Acceso a recursos provenientes
de organismos internacionales, gobierno y sector empresarial.
• Actividades empresariales incipientes (1,4% de PIB nacional).
• Poca experiencia, conciencia y
participación en el tema.
• Hoy:
- Preocupación por evitar DFI.
- Alertas por dinámicas del conflicto y narcotráfico.
- Nuevas dinámicas de desplazamiento en zonas de proyección
económica.
• Importante presencia de organismos internacionales y recursos de
ellos para la atención.
• Escasa presencia de otras entidades y organizaciones, y de recursos
provenientes de ellas para la atención.
• Poca capacidad del gobierno departamental y local.
• Poca capacidad del sector empresarial que existe localmente para
participar en iniciativas ligadas al
DFI.
Igualmente, entre estos dos departamentos existen diferencias en los períodos, dinámicas y motivos del conflicto
armado y del DFI21. Por un lado, Antioquia por su importancia y posición estratégica ha sido un escenario histórico de
presencia y confrontación de grupos armados, y por lo mismo empezó a vivir tempranamente el DFI preventivo y, posteriormente, como efecto de una estrategia de guerra por el
control político y militar de los actores armados ilegales. Por
otro lado, Nariño es un escenario relativamente reciente del
conflicto armado, narcotráfico y DFI, como consecuencia de
la transformación de las dinámicas de la guerra y el narcotráfico que trasladó, en la última década, parte de la confrontación armada hacia zonas más selváticas y remotas
21
como esta donde actualmente son víctimas del crecimiento
del drama del DFI en el departamento22.
Estas diferencias mostraron a su vez importantes contrastes regionales a la hora de indagar sobre posibles relaciones entre la actividad del sector empresarial y el DFI.
2.2 Antioquia de cara a la relación entre operación
empresarial y DFI
El sector empresarial que en Antioquia es creciente y tiene una larga tradición tiene intereses y presencia tanto en la
capital, Medellín, como en muchas cabeceras municipales
y zonas rurales del departamento. No es sorprendente, entonces, que en Antioquia sea visible y reconocida la presencia de operaciones empresariales en zonas de expulsión de
población antiguas (Urabá y Oriente Antioqueño) y recientes
(Bajo Cauca y Nordeste Antioqueño), así como en zonas de
recepción como Medellín, Turbo y Apartadó. Como se describe en el capítulo 1 gran parte del DFI en el departamento ha
sido consecuencia de las dinámicas del conflicto armado, el
narcotráfico y el accionar de bandas criminales. En la última
década, sin embargo, el destape de las denominadas Parapolítica y Paraeconomía23 también ha visibilizado la existencia de alianzas entre políticos, particulares y empresarios con
grupos paramilitares. De igual forma, en los últimos años, se
han conocido casos de participación y contribución (directa o
indirecta) por parte de empresas con presencia en el departamento al accionar de grupos armados al margen de la ley
que llevaron a episodios de DFI tras los cuales están intereses económicos o de seguridad de dichas empresas (como
el pago de contribuciones, apoyo en la compra y transporte
de armamentos a grupos armados ilegales para la protección
y seguridad de las operaciones de las empresas, o a través
del pago de vacunas y extorsiones. Ver anexo 1)24.
Algunos de estos casos se presentaron en el Urabá
Antioqueño, donde por ejemplo se ha denunciado que la
multinacional bananera Chiquita Brands, directamente o
a través de otras empresas, contribuyó a la financiación y
actividades de grupos armados ilegales en Turbo, primero las FARC entre 1987 y 1999, que dejaron más de 900
víctimas (El Espectador, Mar. 2011), y posteriormente con
grupos paramilitares entre 1997 y 2007, de los cuales se
Para profundizar en las dinámicas ver más información en el capítulo 1 del informe de este estudio.
Para profundizar en las dinámicas ver más información en el capítulo 1 del informe de este estudio.
Entendido como el fenómeno que se presentó “con la consolidación del poder paramilitar en ciertas zonas del país, (cuándo) los diferentes bloques crearon
22
23
estructuras financieras que se encargaron de promover negocios legales e ilegales que les darían recursos para financiar la guerra” (www.verdadabierta.com).
24
En la información recogida se mencionan casos puntuales de particulares, empresas del sector bananero, hacendados, terratenientes, comerciantes,
empresas de alimentos, palma, maderas, gas y cementos.
58 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
registran 11.000 víctimas mortales (Verdad Abierta, Dic.
2009). Estos hechos coincide con un periodo en el que más
de 50.000 personas fueron desplazadas forzosamente en
esta zona (SIPOD /Acción Social procesado por ACNUR,
2011). Al igual que con Chiquita Brands, las fuentes consultadas hacen mención de particulares y otras empresas
del sector bananero, ganadero y palmicultor, así como diferentes grupos de terratenientes25 se beneficiaron del accionar de las autodefensas. Según ha señalado la Fiscalía y
algunas versiones libres de paramilitares, varias empresas
hacían aportes a la Convivir Papagayo y a las AUC para financiar sus actividades, recibir protección y actuar en contra de sindicalistas, campesinos y pobladores de la región
con amenazas, torturas, asesinatos, masacres y desplazamientos (Verdad Abierta, Dic. 2008, Jul. 2009. El Tiempo,
Abr. 2010).
Así también, se registra información en otras subregiones del departamento donde se sabe que un ganadero y
caballista pagó extorsiones a las guerrillas de las FARC y
el ELN, durante la década de los años noventa, en los municipios de San Roque y Caracolí, nordeste antioqueño, e
hizo acuerdos económicos con varios bloques de las autodefensas a finales de de la década (Bloque Metro de las
ACCU, Bloque Suroeste, Bloque Central Bolívar, Bloque Cacique Nutibara y Héroes de Granada), que operaban en el
Suroeste antioqueño, donde el ganadero tenía propiedades
rurales, así como en las subregiones del Nordeste, Valle del
Aburrá y Oriente del departamento (Verdad Abierta, Sept.
2009). De estas subregiones, el Oriente Antioqueño fue una
de las más afectadas en términos de expulsión forzada de
población desde finales de los 90 y hasta el 2006. En este
periodo se calcula que salieron más de 155.000 personas
(SIPOD / Acción Social, procesadas por ACNUR, 2011).
En los últimos años, se han registrado desplazamientos
forzados en municipios como Tarazá, Zaragoza (Bajo Cauca), Anorí, Amalfí (Nordeste) e Ituango y Valdivia (Norte), en
zonas cercanas a las crecientes actividades mineras artesanales e ilegales, y, en una menor medida, empresariales,
así como del proyecto de la hidroeléctrica de Ituango. Sin
embargo, no hay información que permita vincular estos
desplazamientos con las operaciones empresariales que
se vienen desarrollando en la zona. Por el contrario, la información disponible muestra que estos desplazamientos
están fuertemente asociados a la presión que hace la gue-
25
Ibíd.
26
rrilla de las FARC en la zona alrededor de la actividad minera de oro, el desarrollo de la hidroeléctrica y en contra de las
fumigaciones y erradicación de cultivos ilícitos (Caracol, W
Radio y El Colombiano, Marzo, 2011; Semana, Ene. 2011).
En resumen, algunos de estos testimonios y casos sugieren que ha habido una vinculación de actores económicos y empresariales con actores ilegales generadores de
DFI en Antioquia. No obstante, la información disponible no
permite concluir que se trata de una estrategia deliberada y generalizada del sector empresarial antioqueño. Los
casos y ejemplos, sin embargo, son lo suficientemente
preocupantes como para plantear la necesidad de rastrear
y divulgar las consecuencias de estas alianzas, acciones u
omisiones frente al fenómeno del DFI, así como la manera
en la que el DFI puede ser funcional a los intereses y beneficios26 de actores empresariales. Adicionalmente, estos
casos sugieren la elevada responsabilidad del sector empresarial en la promoción del respeto de los DDHH al operar
en zonas de especial vulnerabilidad. Desde que se empezó
a tener conocimiento de estos, es común que las autoridades, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales, especialmente en las subregiones donde
la afectación por el conflicto armado convive con intereses
económicos, estén más atentos y listos a denunciar posibles comportamientos del sector empresarial que puedan
contribuir a la violación de DDHH y al DFI.
El sector empresarial antioqueño tempranamente comenzó a sentir el efecto de la violencia del conflicto armado
y del DFI. Primero, por los costos y riesgos de seguridad que
la presencia de actores armados ilegales y las dinámicas
generadas por éstos le han impuesto, haciendo necesaria la adopción de más y mejores mecanismo de control y
protección tanto de sus operaciones como del impacto de
éstas en las zonas donde operan, para construir y proteger
la licencia social de sus operaciones. Segundo, el creciente flujo migratorio de población en sus áreas de operación,
representa, en zonas de expulsión, la reducción del acceso a mano de obra y de la prestación de servicios locales
necesarios para la operación. En zonas de recepción, se
manifiesta en el incremento de la densidad poblacional y
crecientes demandas sociales (por ejemplo, en temas de
asistencia humanitaria, acceso a servicios básicos, oportunidades laborales, vivienda, salud, educación, etc.), en las
cuales fracciones del sector empresarial han participado
Los beneficios más visibles convergen en torno a la protección de su seguridad ante los ataques de las guerrillas u otras formas de actividad criminal, el
interés en resistir y aplacar la presión de trabajadores sindicalizados, facilitar el acceso y compra de terrenos productivos entre otros.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 59
para mitigar el impacto negativo que pueda tener su desatención en la seguridad y estabilidad del entorno de sus
operaciones.
Este es el caso de Medellín que por su condición de
capital departamental y una de las principales ciudades
del país y por la facilidad de acceso y atención a recursos
públicos se convirtió en el principal lugar de recepción de
población desplazada a nivel de departamento y el segundo municipio a nivel nacional. La llegada permanente de
población desplazada y desarraigada incrementó la presión
por el acceso a servicios básicos, así como la oferta de
mano de obra e intensificó problemáticas sociales como el
desempleo y la pobreza. Todo esto, llevó a la administración
municipal a buscar atender a esta problemática a través de
alternativas en conjunto con el sector empresarial. Tercero,
y más recientemente, por la presión ejercida por organizaciones nacionales e internacionales hacia las empresas a
raíz de los escándalos conocidos de vinculación de algunos
empresarios y empresas en eventos de DFI, que las han llevado a incorporar medidas e incurrir en costos adicionales
que les permitan demostrar la debida diligencia y buena fe
de sus operaciones en la prevención y atención del DFI, así
como su compromiso en el respeto de los DDHH.
La confluencia de, por un lado, la existencia de un
sector empresarial fuerte y una presencia importante de
operaciones empresariales, y, por otro lado, problemáticas
CUADRO 2.2
históricas del conflicto armado y DFI en Antioquia, podrían
explicar en parte por qué el sector empresarial de este departamento parece estar más familiarizado con fenómenos
ligados al conflicto armado como el DFI. Así mismo, permite
entender que comparativamente con otras zonas del país,
en particular con Nariño, en Antioquia exista una mayor
conciencia y experiencia de participación en actividades e
iniciativas encaminadas a la prevención del DFI y la atención de la población desplazada (Ver cuadro 2.2).
Por otro lado, en Antioquia, a diferencia de otros departamentos como Nariño, hay una importante presencia institucional y acceso a recursos provenientes tanto del gobierno
nacional, regional y local como de organismos internacionales y, en algunos casos, del sector empresarial. Si bien estos
recursos, no han sido suficientes para prevenir y acabar el
DFI, ni para atender a la población desplazada, sí le han permitido al departamento contar con capacidad institucional
y programas de atención para abordar el tema. Hoy en día,
Antioquia es el departamento que ha mostrado los mayores
esfuerzos y mejores resultados en materia de atención a la
población desplazada junto con Bogotá (CC. Auto 383/10, p.
41, 115, 122, 126, 130 - 131, 167 - 168, 196).
Actualmente las preocupaciones del departamento en materia de DFI se enfocan principalmente en atender a la población desplazada en zonas de recepción, promover y fortalecer
procesos de retorno en zonas de expulsión, limitar la llegada
INICIATIVAS EMPRESARIALES ANTIOQUEÑAS EN EL CAMPO DE LA MITIGACIÓN A POBLACIÓN DESPLAZADA.
ACTOR (ES) EMPRESARIAL PARTICIPANTE
Asocolflores
INICIATIVA
Escuela de Floricultura para la Estabilización Socioeconómica de Familias Desplazadas y Vulnerables en la
Sabana de Bogotá y Oriente Antioqueño.
Fortalecimiento y consolidación de la cadena productiva de la yuca para las familia s desplazadas y vulnerables
Fundaunibán
pertenecientes a la pre cooperativa Protracoy de Mutatá.
Programa de generación de ingresos para 800 familias desplazadas y vulnerables del Urabá a través del
montaje de unidades productivas
Fudaunibán, Uniban, Augura, Fundación
Alianza para el desarrollo socioeconómico de la comunidad platanera del Urabá, para mejorar la calidad de vida
Corbanacol
de más de 1.400 personas desplazadas y vulnerables.
Construcción del Pueblo Indígena Jaikerasabi Eyabida en el Municipio de Mutatá, a través de 84 viviendas y 16
Fudaunibán,Fundación Corbanacol
obras comunitarias que benefician a 420 personas del resguardo afectadas por el desplazamiento, con el fin de
garantizar la conservación cultura y evitar el desplazamiento de la etnia Emberá Katío.
Apoyo al crecimiento y generación de ingresos de la Cooperativa de Trabajo Asociado (Coopimar) que reune a
Leonisa
mujeres cabeza de familia desplazadas y vulnerables de Marinilla, a tráves de la compra y demanda permanente
de producción.
Comexa Foods, Fundación Argos
Isa, Isagen
EPM, Exito, Proantioquia, Isa, Isagen,
Federación de Cafeteros
Mayor información en el anexo 2.
60 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
Programa de Reintegración y Desarrollo Comunitario que beneficia a cerca de 300 familias a través del desarrollo
y comercialización de proyectos productivos agroindustriales.
Apoyo a Programas de Desarrollo y Paz, Prodepaz, que atiende zonas especialmente afectadas por el conflicto.
Retornar es Vivir, Energía para el retorno, Alianza Medellín - San Carlos, en el oriente antioqueño, para
el restablecimiento social y económico de las poblaciones que se reubicaron y que retornaron a sus tierras
después de ser desplazadas por la violencia.
de nueva población desplazada a Medellín y el área metropolitana, evitar los desplazamientos intraurbanos, y evitar
nuevos desplazamientos en zonas de proyección económica
especialmente en las ligadas al desarrollo de hidroeléctricas y
proyectos mineros. En ese sentido, la participación del sector
empresarial se da en mayor medida en iniciativas de atención
a población desplazada en zonas de recepción como Medellín,
y en el apoyo a procesos de retorno en zonas de expulsión
como San Carlos. No obstante, la participación del sector empresarial antioqueño es aún escasa en relación a su capacidad y a la dimensión de la problemática del DFI tanto dentro
del departamento como a nivel nacional.
La información recolectada muestra que los miembros
del sector empresarial antioqueño vinculados a iniciativas
que involucran a población desplazada lo han hecho principalmente porque han sido invitados por otras instituciones (entidades del Estado, organizaciones internacionales,
ONGs, etc.) a hacer parte de alianzas público – privadas de
atención, o porque se han encontrado con la problemática
en sus zonas de operación haciendo necesaria su intervención dentro de sus programas de relacionamiento social.
“Son las que identifican que está llegando población
desplazada a la zona, y esa población desplazada
necesita una atención. Nosotros estamos en zonas
donde esa población desplazada en determinado momento se puede volver un caldo de cultivo para bandas
criminales, bandas paramilitares, para bandas guerrilleras... para nosotros es una necesidad primordial
atender esas personas” (empresario bananero).
Este tipo de iniciativas de relacionamiento social, suelen estar dirigidas hacia poblaciones vulnerables en general, siendo la población desplazada solo una de ellas.
Generalmente, en estas iniciativas buscan aportar en uno o
varios componentes identificados por el Estado como prioritarios para la atención de ésta población, como lo son el
apoyo en educación, salud, construcción o mejoramiento
de viviendas, y la capacitación y asesoría para la generación de oportunidades laborales, entre otros.
Una de las razones que se encontró por la cuales no
hay una mayor participación del sector empresarial en iniciativas de DFI, es la falta de conocimiento, sensibilización
y conciencia sobre la problemática del DFI (significado, causas, detonantes, condiciones y necesidades particulares de
la población desplazada) y los impactos que tiene para las
empresas y sus operaciones. Así mismo se encontró muy
poco conocimiento sobre los requerimientos específicos
que tiene la población desplazada y las entidades públicas
encargadas de su prevención y atención, que el sector empresarial tendría capacidad y posibilidades de apoyar. Un
mayor acercamiento del empresariado a las diferentes dimensiones del DFI puede contribuir a minimizar la posibilidad de que las empresas terminen involucradas por acción
u omisión a casos de DFI, e incrementar el impacto positivo
en la atención y mejoramiento de la calidad de vida de la
población en riesgo o condición de desplazamiento del departamento, tanto en zonas donde existe riesgo de nuevos
desplazamientos, como en zonas de recepción y retorno.
2.3 Nariño de cara a la relación entre operación
empresarial y DFI
La condición fronteriza de Nariño, su carácter predominantemente rural, sus altos índices de pobreza, la presencia y capacidad institucional precarias, su geografía y los
recursos naturales presentes han favorecido la llegada de
actores ilegales y armados que han generado amenazas y
riesgo para los pobladores y autoridades.
Nariño, en contraste con Antioquia, tiene una actividad
económica incipiente representada principalmente por actividades de servicios sociales y comunales realizadas en su
mayoría por instituciones públicas e internacionales, actividades comerciales, y agropecuarias (DANE, 2005). La escasa presencia empresarial en el departamento y la dinámica
relativamente reciente del DFI hace que la identificación de
posibles relaciones entre lo que se podría considerar actividades empresariales en el departamento con la problemática de desplazamiento sea difícil de establecer, y por
la misma razón, se observa poca experiencia, capacidad,
conciencia y participación entre los actores económicos y
empresariales del departamentos en el tema del DFI.
A diferencia de Antioquia, en Nariño las dinámicas de
DFI son una preocupación reciente que afecta especialmente a comunidades indígenas y afrodescendientes. Sólo
en el 2010 la Defensoría del Pueblo Regional identificó
once eventos de desplazamiento masivo y señala que en el
2009 se cometieron el mayor número de masacres contra
la comunidad indígena AWA para ese año. Las cifras del DFI
en Nariño empezaron a ser significativas a partir del 2006,
en zonas estratégicas como la costa Pacífica nariñense y
la cordillera en la zona norte del departamento donde se
concentra la confrontación armada y gran parte de las actividades ligadas al narcotráfico, así como en las zonas hacia
donde se desplaza la población que se concentran principalmente en Pasto, Tumaco y el municipio de El Charco.
En gran parte de los territorios de expulsión las actividades económicas legales son de mediana o pequeña escala y
de subsistencia, ligadas a la minería, la pesca, la ganadería
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 61
y a cultivos agrícolas como el cacao, coco, plátano, caña, el
maíz, la palma y el café entre otros, pero en una mínima proporción estos corresponden a operaciones empresariales.
Aparte de la actividad comercial, las actividades económicas más importantes del departamento en las cuales
hay algún tipo de participación empresarial son el cultivo de
palma de aceite, papa, cacao, café, madera, la acuicultura
(camarones), pesca y ganadería. De estas solo para el café
y la palma se encontró presencia de operaciones empresariales que coinciden con zonas de expulsión de población,
pero en las cuales no hay evidencia que estas operaciones
empresariales estén involucradas directamente en la generación del DFI.
En el caso del café, por ejemplo, el Comité de Cafeteros
de Nariño hizo alianza con entidades públicas para trabajar
en los municipios de Albán, Buesaco, El Tablón de Gómez y
San Bernardo un proyecto de “renovación de cafetales (semilleros y almácigos) mejoramiento de equipo e infraestructura productiva y de descontaminación de fincas cafeteras
de los beneficiarios del programa de atención a la Población Desplazada” (FNC, 2010) con el cual se beneficiaron
91 familias, las cuales lograron agremiarse y acceder a créditos del Ministerio de Agricultura.
Sin embargo, en el caso de los cultivos de palma se
conoce la denuncia contra las empresas palmicultoras Palmeiras y Salamanca, por la ocupación y explotación de 800
hectáreas de tierras en territorios colectivos de comunidades afrodescendientes27 en Tumaco, años antes de haber
sido tituladas por el Estado como territorios colectivos (Procuraduría Gral. de la Nación, 2006; Defensoría del Pueblo,
2010). En este caso, mientras Salamanca hizo devolución
de las tierras ocupadas a la comunidad exigida por la Procuraduría, Palmeiras continúa ocupando 620 hectáreas de
las tierras reclamadas aunque actualmente no son explotadas económicamente (Procuraduría Gral. de la Nación,
2006; Defensoría del Pueblo, 2010)28.
Según algunos testimonios y fuentes consultadas, en
esta zona se han presentado violaciones de derechos humanos y colectivos por terceros ajenos a la zona que están
fuertemente ligados a problemas de adquisición y propiedad del territorio y las tierras, y al narcotráfico, que han
fragmentado estructuras y lazos sociales. Durante las entrevistas realizadas se mencionan presiones hacia líderes
27
y comunidades que han llevado al desplazamiento forzado
de población nativa, y, según afirma la Defensoría del Pueblo, han puesto a la comunidad afro asentada en esta zona
en riesgo permanente de desplazamiento forzado colectivo
(Defensoría del Pueblo, 2010). A pesar de estas denuncias
no hay evidencias suficientes para afirmar que las empresas con operaciones en esta zona están relacionadas con
los riesgos y violaciones de DDHH mencionados.
Aunque en Nariño no se ha identificado hasta el momento una vinculación directa entre operaciones empresariales
y generación de DFI sí hay preocupación, especialmente
entre las comunidades indígenas y afrodescendientes, y
entre organismos de control y de derechos humanos, sobre las presiones y amenazas contra sus vidas y territorios
que puedan presentarse en medio del interés por negociar,
adquirir y usar sus tierras, así como de los impactos que
puedan tener en sus estilos de vida, cultura, ubicación y
fuentes de sostenimiento los procedimientos y operaciones
que se realicen para el desarrollo de grandes proyectos de
infraestructura como la autopista que busca comunicar
Brasil a Colombia (desde el Putumayo hasta la costa Pacífica nariñense con la vía Panamericana), proyectos agroindustriales y proyectos extractivos petroleros y mineros que
están iniciándose en el departamento. En efecto, según la
información recolectada en terreno, Nariño se ha convertido en un foco importante de presencia e inversión de organizaciones internacionales. Estos recursos, junto con las
transferencias de las entidades del orden nacional constituyen las principales fuentes de financiación de programas de
inversión en el departamento, pues la capacidad financiera
tanto de las autoridades públicas como de las organizaciones sociales y actores económicos locales y regionales es
bastante limitada.
Frente al DFI, el departamento, a través de sus autoridades locales y organizaciones sociales, está alerta a las dinámicas cambiantes del conflicto y el narcotráfico, y dirigen sus
esfuerzos a buscar alternativas que contribuyan a evitar que
se generen desplazamientos de población en zonas de confrontación o de proyección económica, así como en ofrecer,
con los escasos recursos públicos locales, regionales y nacionales que tienen a su disposición, la atención humanitaria de
emergencia al creciente número de familias que llegan todos
los días a los principales municipios de recepción.
La ocupación de las empresas se hace desde 1997. Sin embargo, el territorio fue adjudicado a la comunidad de Alto Mira y Frontera por el INCODER a través
de las Resoluciones: No. 00397 del 8 de marzo de 2005 y No. 0525 del 2 de marzo de 2006.
28
Palmeiras no estuvo de acuerdo con los argumentos que llevaron a la decisión de la Procuraduría e inició un proceso de apelación de la decisión. La no
explotación de la tierra se asocia a la plaga de pudrición del cogollo de la cual ha sido víctima todo el sector palmicultor del departamento, que llevó a la
pérdida del 90% de la palma de aceite cultivada en la zona.
62 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
A pesar de los esfuerzos, frente a la dinámica creciente de
DFI las instituciones locales han enfrentado grandes retos y dificultades, en algunos casos relacionados a la falta de recursos
y de capacidad institucional, para poder desarrollar programas
de prevención y mitigación integral. Por su parte, el incipiente
sector empresarial nariñense comparte las restricciones de
otros sectores del departamento, pues no cuenta con la suficiente capacidad, recursos y alcance requeridos para su propia
operación, y aún menos para participar de iniciativas orientadas a atender problemáticas de interés público. Esto, en buena
medida explica por qué los programas relacionados con el DFI
que se encontraron en el departamento vienen siendo realizados fundamentalmente por el sector público y organizaciones
internacionales con presencia en la zona. No obstante, se encontraron algunos esfuerzos pequeños como de los transportadores de buses y comercializadores de gas en Tumaco que
han ofrecido subsidios o reducción de tarifas del servicio para
población desplazada. Estas experiencias, junto con los programas en los que ha participado el Comité Regional de Cafeteros,
son una muestra de la participación que ha tenido el sector
empresarial nariñense en temas de DFI.
A diferencia del sector empresarial en Antioquia, en Nariño el empresariado no ha sido convocado o incentivado
por el gobierno y las organizaciones internacionales a participar para prevenir y mitigar los impactos del DFI.
Tanto en Nariño como en Antioquia, salvo algunas excepciones de empresas que han empezado a contemplar e
involucrarse con el tema, se encontró un empresariado predominantemente desinformado respecto a la manera como
podría contribuir con sus acciones u omisiones a la generación de DFI, así como sobre las alternativas a través de
las cuales podría apoyar iniciativas de prevención, atención
y mitigación de situaciones de DFI. Pareciera predominar
una actitud mayoritariamente indiferente, en algunos casos
acompañada de una percepción negativa y estigmatizada
del desplazamiento forzado y la población desplazada.
2.4 ¿Qué sugiere la información sobre la relación
entre actividades empresariales y DFI?
El contraste entre Antioquia y Nariño respecto a la relación entre actividades empresariales y DFI permite mostrar
los retos y desafíos que encierra el abordaje del DFI desde
el nivel nacional, así como las complejidades y particularidades que enfrentan autoridades y empresas en lo regional
y local, especialmente cuando hay diferencias tan marcadas en cada una de ellas que afectan los roles, capacidades y responsabilidades atribuibles a cada actor.
A partir de los hallazgos en los estudios regionales y
de la información recogida a lo largo de este estudio se
pueden hacer algunos planteamientos preliminares sobre,
por una parte, los intereses que tendrían actores empresariales para promover el DFI, las estrategias empleadas
para lograrlo y las consecuencias de ello; y por otra parte,
el contexto, motivaciones y resultados que enmarcan la participación del sector empresarial en acciones orientadas a
contribuir a la prevención del DFI o la atención de población
desplazada.
2.4.1 Sector Empresarial y DFI en zonas de expulsión
La relación entre operación empresarial y DFI en zonas
de expulsión frecuentemente está asociada al impacto de
las operaciones empresariales en la generación de DFI. Sin
embargo, en estas zonas también se encontró que el sector
empresarial se relaciona con el DFI a través de iniciativas
dirigidas: 1) a la prevención y protección de poblaciones en
riesgo de desplazamiento, y 2) a la mitigación de los impactos de la población retornada a sus lugares de origen.
A continuación presentaremos los hallazgos entorno a la
primera de estas dimensiones, es decir, entre la relación
operación empresarial y generación de DFI, para más adelante abordar las dos dimensiones restantes (prevención y
mitigación), junto con las iniciativas de relacionamiento entre sector empresarial y DFI en zonas recepción.
Operación empresarial y generación de DFI
A pesar de la escasa evidencia judicial sobre la participación de actores empresariales en acciones generadoras de DFI, son frecuentes las denuncias y señalamientos
a nivel nacional, y se cuenta con algunos casos investigados por la Fiscalía colombiana y otros en tribunales internacionales, que tienden a vincular actividades económicas
relacionadas con el sector ganadero, bananero, maderero,
palmicultor y minero-energético, así como con grandes proyectos económicos hidroenergéticos, viales y de infraestructura entre otros, con las zonas donde se originan los
desplazamientos. Esto permite detectar la presencia de algunos vínculos entre el sector empresarial y la generación
de DFI, pero no establecer una relación causal necesaria
entre estos.
Dada la frecuente coexistencia entre conflicto, narcotráfico y actividades económicas legales que pueden ser
realizadas por diversos actores (empresarios, comunidades o incluso actores ilegales), es fundamental identificar
los casos donde hay una clara vinculación de la presencia
de operaciones propiamente empresariales de las que
no, para tener una mejor comprensión de las posibles
relaciones entre operación empresarial y DFI, atribuir las
responsabilidades asociadas o derivadas de la actividad
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 63
empresarial, y hacer las recomendaciones y correcciones
correspondientes.
Partiendo de esta salvedad, es necesario señalar que
en los casos donde coinciden las actividades económicas
mencionadas (ganadería, banano, madera, palma, minería,
generación de energía, petróleo y megaproyectos), la actividad empresarial y casos de DFI, generalmente concurren
otros intereses como la adquisición y uso extensivo de la
tierra, el aprovechamiento de recursos naturales, una localización geoestratégica, una débil presencia institucional,
informalidad en la propiedad y uso de la tierra, presencia
de comunidades campesinas o minorías étnicas en condiciones de vulnerabilidad, y la presencia de actores ilegales
que pueden preceder o sobrevenir a las actividades económicas realizadas por actores empresariales.
“… la promoción de ciertos modelos económicos (de
intereses económicas nacionales y trasnacionales) ha
estado facilitada, por las mismas políticas del gobierno, y por el mismo desplazamiento, lo más emblemático que se escucha es todo lo de palma aceitera, todo
el tema de monocultivos… una coincidencia perversa”
(miembro de organización de desplazados).
En estos contextos, se encontró que la participación de
las empresas en eventos de DFI, puede darse tanto en actividades que realiza la empresa directamente como a través
de las relaciones comerciales, dentro o fuera de su cadena
de valor, que están directamente vinculadas con sus operaciones. En este sentido, las actividades empresariales con
las cuales se genera o contribuye a la generación del DFI se
ubican en un rango amplio que va desde la acción hasta la
omisión o lo que se puede considerar, según los Principios
Rectores de Empresas y DDHH de la ONU, en un rango de
complicidad29 (Ver anexo 1).
GRÁFICO 2.1
OPERACIONES EMPRESARIALES EN LA
GENERACIÓN DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO
La categoría Acción incluye aquellas empresas que participan o se benefician activamente de los eventos de desplazamiento interno. Es decir, empresas que de forma directa
o indirecta ejercen presión sobre una población para que
29
Principios Rectores: 13 y 17 (Ruggie. 2011).
64 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
ésta se desplace, incentivando el abandono y venta de sus
tierras. Este lado del espectro incluye la creación, apoyo y
financiación (voluntaria o involuntaria) de actores armados
al margen de la ley que generan desplazamiento en las regiones. Un ejemplo de esto son los casos de multinacionales
bananeras como Chiquita Brands y Dole que se les ha denunciado de financiar y ayudar a grupos guerrilleros y paramilitares en Urabá. Otro ejemplo es el caso de Jiguamiandó y
Curvaradó, también en Urabá, donde 9 compañías palmeras
(El Tiempo, Mayo, 2010) con aparente apoyo de paramilitares y de la Fuerza Pública activamente buscaron ejercer presión sobre la población local para que abandonara, vendiera
o entregara sus tierras (Ver cuadro 2.3).
La categoría de Omisión incluye los casos de empresas que sabiendo o no de la ocurrencia o riesgo de DFI no
toman medidas para evitar contribuir a su generación, ni
para ayudar a su prevención o mitigación. Es decir, empresas que aunque no participan directamente en la generación de DFI, son indiferentes a las condiciones de riesgo
y vulnerabilidad de su entorno, y continúan realizando sus
operaciones como de costumbre sin tomar medidas para
evitar que su operación tenga impactos negativos en las comunidades, ni para contribuir a prevenir y mitigar los riesgo
de DFI en su zona de influencia.
“Uno siente lejano al sector empresarial, un poco indiferente. Bueno hablar del sector empresarial así es muy
simplificado…pero el modelo económico en el cual están
los actores empresariales en regiones específicas ha sido
claramente un modelo que no ha generado inclusión sino
que por el contrario ha profundizado las brechas, los fenómenos de exclusión” (miembro organización social).
Esto puede llevar a situaciones en las que las empresas
se beneficien, de buena o mala fe, de los efectos del DFI. En
este lado del espectro se incluye la compra o adquisición de
tierras en zonas de disputa y confrontación por debajo del
precio del mercado, la apropiación de tierras abandonadas
y despojadas, o de las cuales no se tiene claro su propiedad
o procedencia. Un ejemplo de esto es la compra masiva e
irregular de tierras a campesinos víctimas de la violencia en
la región de Montes de María, que hoy son de propiedad de
empresas forestales y lecheras (Ver cuadro 2.4).
Hasta la fecha los casos conocidos y sancionados judicialmente, de empresas vinculadas al DFI en Colombia,
están más cercanos al extremo de la acción o lo que en los
CUADRO 2.3
ACTOR (ES) EMPRESARIAL PARTICIPANTE
CASOS DE VINCULACIÓN EN GENERACIÓN DE DFI
A Chiquita Brands se le ha acusado de haber contribuido a la financiación y actividades de la guerrilla de
las FARC y paramilitares en la zona bananera de Urabá desde 1990 y hasta el 2007. En el mismo período
más de 50.000 personas fueron desplazadas forzosamente por estos actores en esta zona (Acción Social.
2011). Aunque la compañía ha defendido que los recursos entregados correspondían a pagos por vacunas
y extorsiones, documentos recientes han mostrado que la empresa no fue sujeto de extorsiones sino que los
aportes realizados correspondían a contribuciones para que se les prestaran servicios de seguridad (Lobe,
Chiquita Brands
2011; FRC, 2011). En consecuencia Chiquita ha recibido millonarias demandas y acusaciones por asesinato,
tortura, masacres y secuestros. En 2007 Chiquita Brands admitió ante una corte norteamericana haber pagado
1.7 millones de dólares a las AUC, por lo cual se le condenó a pagar una multa por 25 millones de dólares
(El Espectador, Marzo, 2011). Adicionalmente, la Fiscalía colombiana está investigando a tres ciudadanos
norteamericanos de la compañía por concierto para delinquir agravado ligado a la financiación de los
paramilitares, y posibles vinculaciones de la compañía con narcotráfico y soborno aduanero de funcionarios
al ocultar droga en cargamentos de fruta, así como por guardar y transportar armas y municiones para grupos
ilegales (Verdad Abierta, Dic. 2009).
Dole enfrenta acusaciones similares a las Chiquita, por estimular, financiar y colaborar directamente con las
actividades de grupos paramilitares en la zona bananera del Magdalena y La Guajira entre 1997 y 2007,
donde se registraron cerca de 300.000 personas desplazadas. Según se ha denunciado la participación de
Dole
la compañía era parte de su estrategia operacional para reducir costos y contar con servicios de seguridad en
sus zonas de operación (Verdad Abierta. 2009). Por estos vínculos Dole ha sido demanda por las presiones y
asesinatos selectivos de sindicalistas de la empresa, de agricultores que se oponían a la venta o explotación
de sus tierras por parte de Dole y otras víctimas de los paramilitares (Bajak, 2009). Según los testimonios de
desmovilizados, los aportes de Dole representaban el 40% de bloque que operaba en la zona.
En las comunidades de Jiguamiandó y Curvaradó, en la zona del Urabá chocoano y antioqueño, desde 1997
se adquirieron más de 15.000 hectáreas de forma irregular por empresas palmeras, en un proceso donde se
cree hubo más de 100 asesinatos y 1.500 personas desplazadas (El Meridiano, 2010). La Fiscalía colombiana,
en uno de los principales casos de vinculación de empresas y desplazamiento forzado, investigó y emitió orden
de captura a empresarios y empresas de 9 compañías palmeras por los delitos de desplazamiento forzado,
concierto para delinquir, usurpación de tierras, falsedad en documento público e invasión de áreas de especial
importancia ecológica, con ayuda de los grupos paramilitares y complicidad de algunos miembros de la fuerza
pública (El Tiempo, Mayo, 2010; El Espectador, Mayo, 2010). Se señala a las empresas de ser parte de la
Empresas Palmeras en Urabá
fachada legal del megaproyecto agroindustrial palmero paramilitar que se gestó con el desplazamiento de los
territorios colectivos de miles de familias afrosdescendientes de estas comunidades. En su afán por explotar
estas tierras se encontró que los palmicultores utilizaron “múltiples estrategias jurídicas para ‘legalizar’ la
adquisición y posesión de tierras” (Ibíd.), como ventas y arrendamientos irregulares, para lo cual estimularon
y ocultaron la ofensiva paramilitar que les ayudó a contrarrestar la resistencia a vender y la oposición a la
expansión de la palma de algunos pobladores. Por este caso, también se investigan a empleados del Banco
Agrario Incoder, Finagro y corporaciones regionales que participaron en la adjudicación de créditos, permisos
y legalización de las transacciones. En el 2007 se ordenó el desalojo más de 100.000 hectáreas y la salida
de varias de estas empresas de esta zona. Se dice que actualmente quedan 1.000 de las 5.000 hectáreas
cultivadas de palmas que llegó a tener el sector.
Ver más casos en el anexo 1.
Principios Rectores sobre empresas y DDHH de Naciones
Unidas se identifica como complicidad con acepción jurídica, que a los de omisión o su equivalente en los Principios
Rectores que correspondería a complicidad sin acepción
jurídica30. En este sentido, dentro del rango identificado se
puede señalar que hay culpabilidad en la medida que se
comprueba las existencia de acciones directas, proactivas
e intencionadas que conducen al desplazamiento de la po-
blación. Mientras que si las actividades realizadas se acercan al extremo de la omisión, aunque en el marco jurídico
actual es difícil señalar culpabilidad, cabe atribuir una alta
responsabilidad en la ocurrencia del desplazamiento31.
En este último, se ubican muchos de los casos sobre
compra y adquisición de tierras en los que se ha denunciado el previo o potencial riesgo de despojo y usurpación de
tierras tras los cuales estarían importantes intereses eco-
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 65
CUADRO 2.4
COMPRA DE TIERRAS MONTES DE MARÍA
En Montes de María, entre los departamentos de Bolívar y Sucre, la propiedad y distribución de la tierra, que antes del 2006 era una zona principalmente
minifundista estimulada por el Estado, ahora tiene una importante presencia de latifundios y terratenientes. Esta zona ha sido víctima de la violencia
guerrillera y paramilitar, donde se cometieron más de 56 masacres y se han desplazado más de 120.000 personas entre 2000 y 2009 (Acción Social,
2010). Las investigaciones de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) (Verdad Abierta. Mar, 2010) y de la Superintendencia de
Notariado y Registro (Semana, Mayo, 2011) han señalado que tras esta transformación está la compra masiva e irregular de tierras a campesinos
víctima de la violencia, que posteriormente fueron adquiridas por importantes empresas del sector forestal y lechero. Según las denuncias comerciantes
en algunos casos con complicidad de funcionarios estatales del Incoder, notarías y oficinas de Registro Público desde el 2006 empezaron a abordar a
campesinos y desplazados de la zona para, a través de engaños y presiones, negociar la compra o traspaso de sus tierras por debajo de los precios del
mercado. Los comerciantes aprovechaban la situación de violencia, temor y miedo que han vivido los campesinos de esta zona desde finales de los 90,
el abandono, deudas, embargos y remates que tenían sobre sus tierras, e incluso de su analfabetismo, para quedarse con las tierras de los campesinos y
después negociarlas con terceros por un valor superior. En varios casos ayudaban a gestionar el levantamiento de las medidas de protección que recaían
sobre las tierras de los desplazados para poder hacer las transacciones. En las denuncias se señala la participación de empleados de una empresa
agrícola y se menciona las investigaciones de más de 1.400 casos sobre la adquisición de 37.000 hectáreas, para acusar penalmente a los implicados
(El Tiempo, Mayo, 2011). Aunque las empresas que actualmente tienen los títulos de estas tierras argumentan ser terceros compradores de buena fe,
se cuestiona la responsabilidad ética que tienen al ayudar a legitimar los mecanismos de beneficio y aprovechamiento de campesinos víctimas de la
violencia, desplazados y despojados de sus tierras, y de no tomar medidas preventivas o de mitigación en el proceso.
Ver más casos en el anexo 1.
nómicos de los cuales actores empresariales pueden ser
beneficiarios. Estas denuncias han llevado a que se estime
la buena o mala fe en los procesos de adquisición de tierras
para identificar el grado de responsabilidad y culpabilidad
que les es atribuible o demostrar la diligencia debida en la
compra de las mismas.
Adicionalmente, el incremento en las denuncias y el
surgimiento de herramientas nacionales e internacionales
está elevando los estándares y criterios bajo los cuales se
podría evadir un señalamiento de culpabilidad por omisión en los desplazamientos forzados, así como en otras
violaciones de los derechos humanos (Principios Rectores,
Ruggie. 2011; Ley 1448/11). Paralelamente a ello, no se
pueden desestimar las consecuencias no jurídicas de estar
señalado de contribuir por acción u omisión a la ocurrencia
de eventos de DFI, lo cual puede tener efectos negativos en
cuanto a reputación, confianza y apoyo frente a trabajadores, inversionistas, proveedores y clientes, además de los
altos costo económicos y legales que se derivan del proceso
de defensa y recuperación de confianza e imagen.
30
Con altibajos, el sector empresarial colombiano ha venido
aportando a iniciativas dirigidas a contribuir a la terminación
del conflicto y a la paliación de sus efectos en la población32.
En esas iniciativas ha pesado el interés por reducir los costos
y riesgos de la operación, aumentar las oportunidades de negocios y mejorar la competitividad como también un interés
por jugar un rol constructivo en una sociedad compleja. En
este sentido, la relación entre operaciones empresariales y
DFI en zonas de expulsión no sólo se da en un sentido negativo en tanto hay una contribución a la generación de DFI
(Ver anexo 1), sino también en un sentido positivo a través
de la participación activa en programas de prevención y mitigación, apoyando emprendimientos sociales que fortalezcan
y mejoren las condiciones de vida de las poblaciones vulnerables, entre las cuales se encuentra población en riesgo de
desplazamiento (Ver anexo 2).
De igual forma, las fuentes consultadas y el trabajo de
campo mostraron que la relación entre sector empresarial
y DFI a través de iniciativas de prevención y mitigación se
presentan tanto en zonas de expulsión como en zonas de
En los comentarios del Principio 17 (Ruggie. 2011) se aclara que en su acepción no jurídica las empresas pueden considerarse cómplices cuando, por
ejemplo, parecen beneficiarse de violaciones a los derechos humanos realizados por terceros, como los casos mencionados para el caso de la omisión.
Así también, señala que en su acepción jurídica, la complicidad en violaciones a los derechos humanos tiene responsabilidades y sanciones penales en
las jurisdicciones nacionales, y en algunos casos da lugar a acciones civiles contra empresas por su contribución a causar daño así no sea en derechos
humanos.
31
Dentro de marco de los Principios Rectores de Empresas y DDHH las empresas pueden ser implicadas en las consecuencias negativas sobre los derechos
En años anteriores el sector empresarial ha participado de valiosos esfuerzos por impulsar la paz, por ejemplo, los gremios impulsaron junto con la iglesia
humanos por esta vía.
32
diálogos en Antioquia desde los 80, participaron en la formulación de la ley y fueron parte del Consejo Nacional de Paz, participaron en los diálogos con el
ELN y después con las FARC en el Caguan, participaron de la experiencia Destino Colombia, entre otros.
66 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
recepción. Estas iniciativas aunque comparten algunas características, varían en la forma y enfoques de acuerdo con
si son implementadas en zonas de expulsión o en zonas de
recepción.
2.4.2 Caracterización general de la participación del sector
empresarial en iniciativas de prevención y mitigación del
DFI33
En términos generales, se encontró que gran parte de
las iniciativas identificadas cuentan con la participación de
empresas medianas y grandes con operaciones en diversos
lugares del país. Lo que deja al descubierto la poca visibilidad o capacidad de participación de las micro y pequeñas
empresas en iniciativas para la población desplazada.
Por otra parte, estas iniciativas se presentan en gran
medida a través de alianzas público – privadas, donde el
sector empresarial es invitado a participar en programas
creados por organizaciones gubernamentales e internacionales como una manera de financiar los proyectos, y, en
una menor medida, se presentan a través de programas
liderados por iniciativa propia de las empresas.
Así también, se encontró que estas iniciativas están
enfocadas principalmente hacia la atención más que la
prevención del DFI. En medio de estas dos dimensiones se
agrupan las principales líneas de acción en las que se enmarcan las iniciativas y proyectos dirigidos a poblaciones
en riesgo o condición de desplazamiento tanto en zonas de
expulsión como de recepción (Ver gráfica 2.2).
En estas iniciativas las empresas generalmente aportan
ayudas específicas y de corto plazo para apoyar algún proGRÁFICO 2.2
INICIATIVAS DE PREVENCIÓN Y MITIGACIÓN DEL DFI
Prevención
Mitigación
Empresas que participan en
Empresas que se involucran en
programas para reducir el riesgo de iniciativas de mitigación y de retorno
desplazamiento
a los lugares de origen
Arraigo y fortalecimiento local con:
▶Proyectos productivos y
generación de ingresos
▶Fortalecimiento del capital
humano (relaciones sociales
y familiares, y organizaciones
sociales)
▶Fortalecimiento institucional
33
▶Fortalecimiento empresarial,
empleo y generación de ingresos
▶Capacitación, fortalecimiento
comunitario y acceso a servicios
básicos
▶Apoyo a proceso de retorno o
integración en comunidades
receptoras
yecto o componente de una iniciativa más amplía. Partiendo
de las capacidades financieras, humanas y técnicas de las
empresas con mayor participación en las iniciativas encontradas, sus mayores aportes en los proyectos se expresan
principalmente en la financiación, coordinación y ejecución
de las iniciativas y proyectos. Así también, y debido a que,
en su mayoría, las empresas tienen el compromiso político
y social de crear o apoyar proyectos para la superación de
la pobreza y el mejoramiento de la calidad de vida de la población pobre y vulnerable del país orientan principalmente
su ayuda hacia temas que contribuyan al avance de estos
compromisos, y que generalmente se relacionan con temas
puntuales de la Política Pública de Prevención y Protección
del DFI, especialmente en los componentes de:
• Atención Humanitaria (Ayuda psicológica)
• Atención Básica (mejorar cobertura y calidad de salud y
educación)
• Generación de Ingresos (Capacitación ocupacional, proyectos productivos y generación de ingresos)
En estos temas se ven líneas marcadas de acción
como: en el marco de la generación de ingresos se enfocan
en la formación, fortalecimiento y consolidación de unidades productivas; en cuanto a la capacitación desarrollan
habilidades para las inserción laboral de la población tanto
vulnerable como desplazada; y en la parte de educación se
centran en el mejoramiento de la calidad de la educación
y cobertura de la población vulnerable y desplazada. Es
importante observar que aún son pocas las iniciativas que
abordan otros de los temas claves para apoyar el proceso
de estabilización socioeconómica de la población desplazada como son los temas de vivienda, tierras y retorno, lo
cual deja una ventana de oportunidad para que el sector
empresarial profundice su participación en iniciativas que
involucren estos temas.
En este sentido, las empresas están creando proyectos
o iniciativas que se dirigen principalmente hacia la población vulnerable y pobre, o hacia otro tipo de población o
comunidad específica, donde se beneficia de una u otra
forma a la población desplazada, pero son pocos los casos
enfocados exclusivamente en población desplazada. Igualmente, las iniciativas dirigidas a población vulnerable en su
mayoría no diferencian a la población desplazada de los demás grupos de beneficiarios, lo que dificulta la evaluación
Parte de importante de la información mencionada en esta sección fue recogida gracias a la colaboración de la Asociación de Fundaciones Empresariales
(AFE) durante la elaboración del informe Iniciativas de atención a la población desplazada en Colombia, elaborado por la Fundación Ideas para la Paz para
la Asociación de Fundaciones Empresariales (AFE), Septiembre de 2010.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 67
del impacto de los proyectos en dicha población y la cuantificación de la población desplazada beneficiada por ellos.
Así también, llama la atención el reducido interés que
parece despertar la población desplazada dentro de los
programas en que participa el sector empresarial en comparación con otras poblaciones relacionadas con el conflicto como los combatientes desmovilizados.
A pesar de lo anterior, se encontró que varias de las iniciativas que involucran a la población desplazada se enfocan
en la población infantil, jóvenes, mujeres y campesinos, grupos poblacionales que están entre los más afectados por el
desplazamiento; tienen un impacto importante en las comunidades; y tienen presencia en diferentes regiones del país,
donde Bogotá y Antioquia concentran gran parte de las iniciativas, seguidas por Nariño Magdalena y Cesar. Asimismo,
cabe señalar que las ciudades con mayor número de iniciativas son las capitales de departamento, siendo Bogotá, Barranquilla, Medellín y Cali las principales, y en menor medida
Santa Marta. Esto permite ver que aunque las iniciativas no
son muchas, ni son suficientes para contribuir a solucionar el
problema de vulnerabilidad y desplazamiento, algunas empresas están haciendo proyectos en los departamentos con
los índices más altos de expulsión en los últimos años como
lo son Antioquia y Nariño, así como en lugares donde hay un
alto índice de recepción de población desplazada como lo es
Bogotá, los departamentos de Antioquia y Magdalena, y en
menor medida el Valle del Cauca34.
Igualmente, hay proyectos que si bien no se dirigen a
la población desplazada específicamente, se orientan a la
atención de poblaciones con riesgo de desplazamiento por
efecto del conflicto y la vulnerabilidad de sus condiciones
socioeconómicas. En este sentido, estos proyectos contribuyen a la generación de procesos de arraigo y sentido
de pertenencia hacia el territorio, que buscan contribuir y
complementar los esfuerzos de las autoridades de cara a la
prevención del desplazamiento.
Finalmente, entre las razones encontradas que explican la falta de participación de las empresas en iniciativas
para la población desplazada se hallan la falta de conocimiento sobre el tema, sobre cómo y en qué intervenir, la
ausencia de invitaciones y convocatorias de organismos
gubernamentales e internacionales para participar en iniciativas ya existentes o por desarrollar, así como por la falta de una política clara y del acompañamiento de Estado
para atender el tema del desplazamiento. En este sentido,
un actor empresarial señaló que “esa falta de presencia
34
Datos tomados de Acción Social, Diciembre 2009.
68 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
del sector empresarial también se ha dado como causa de
la falta de presencia y acompañamiento del gobierno nacional”. Igualmente otro actor empresarial que trabajó con
iniciativas dirigidas a población desplazada explicó que
se vieron obligados a abandonar estas iniciativas por “primero, la dicotomía entre el discurso y el accionar a nivel
de gobierno…aunque han habido esfuerzos últimamente
más importantes, el registro del desplazamiento es una
cosa ridícula, no nos permite trabajar, pero por otro lado,
lo más grave de todo y más difícil es la creación y el accionar de las asociaciones de desplazados…cuando yo ya
creo una asociación de desplazados…es que ya no quiero
dejarlo jamás, y en la política de desplazamiento no existe
un paso para acabar y dejar de serlo, y pareciera también
que en términos de política y de lo que estamos buscando
en apoyo internacional pareciera que nos conviniera tener
este problemita”.
Lo anterior muestra que aún hay un espacio importante
para explorar e incrementar los esfuerzos de las empresas
de la mano de los esfuerzos y política que paralelamente
haga el Estado en relación con la población en riesgo o
condición de desplazamiento, y que por lo mismo requiere
una atención especial y focalizada que hasta el momento
encuentran limitaciones, y por lo mismo no es considerada
una prioridad para las empresas y sus proyectos sociales
de intervención.
2.4.3 Iniciativas de prevención y mitigación en zonas de
expulsión y recepción del DFI
Iniciativas de prevención y protección en zonas de expulsión
En zonas de expulsión, las empresas participan en programas de prevención y protección para reducir el riesgo de
desplazamiento de las poblaciones a través de estrategias
integrales que buscan generar arraigo y fortalecimiento local que contribuyan y complemente los esfuerzos del Estado para contrarrestar la problemática del conflicto armado
a través de: 1) proyectos productivos y generación de ingresos, 2) fortalecimiento del capital humano (relaciones
sociales y familiares, y organizaciones sociales), y 3) fortalecimiento institucional.
1) Los proyectos productivos y de generación de ingresos tienen un doble propósito, por una parte promueven
proyectos productivos, mejorando su productividad y competitividad, como un mecanismo para mejorar los ingresos,
condiciones socioeconómicas y la calidad de vida de las familias, y por otra parte, incrementan los vínculos y arraigo
de las familias a la zona donde desarrollan los proyectos
productivos. En esta línea se desarrollan actividades de:
• Formación técnica y acompañamiento, orientada a implementar las buenas prácticas de carácter agrícola,
pecuario, y/o agroindustrial que permitan cumplir con
estándares competitivos en actividades con viabilidad
comprobada, de acuerdo a las demandas del mercado,
que puedan generar un crecimiento de su actividad y
en consecuencia crear otras oportunidades de empleo
en actividades relacionadas, maximizando el impacto
de las inversiones. Se abordan temas como infraestructura productiva, sistemas de riego, planes ambientales,
diversificación de cultivos, zonas de almacenamiento,
medidas sanitarias y manejo de residuos, entre otras.
• Formación empresarial para administrar eficazmente
cada una de las unidades productivas, gestionando recursos, coordinando esfuerzos entre diferentes actores,
utilizando los canales formales y cumpliendo con las
obligaciones legales. Se trabajan temas como el fortalecimiento de organizaciones de economía solidaria,
manejo del ingreso, costo y precio del producto, registro
contable, capital de trabajo e inversión, competencia en
gerencia de negocio, planes de mercadeo, etc.
• Desarrollo social para mejorar las relaciones comunitarias
y la calidad vida de las familias. Se trabajan temas de alfabetización, formación en liderazgo, participación ciudadana y gestión social con visión de territorio, apoyo en el
mejoramiento de la nutrición, el mejoramiento de dinámicas de salubridad familiar, acompañado con infraestructura comunitaria, lo que permite avanzar en la cohesión
social y el desarrollo local entre las comunidades.
En su gran mayoría la población beneficiada por este
tipo de programas son comunidades campesinas en situación de vulnerabilidad, que se dedican a actividades productivas (producción, transformación y comercialización), a
partir de las cuales se estructura y orienta el fortalecimiento organizativo.
En esta línea se encuentran proyectos como, por ejemplo, el de desarrollo de comunidades productoras de mora
en varios municipios del Valle del Cauca y el de comunidades bananeras en Magdalena y plataneras en el Urabá35
(Ver cuadro 2.5).
2) En cuanto a las iniciativas de fortalecimiento del capital humano (relaciones familiares, sociales y organizaciones sociales) están orientadas a fortalecer a las personas,
CUADRO 2.5
INICIATIVA
DESCRIPCIÓN
Desde el 2009, esta alianza entre sector público, privado y la cooperación internacional, donde participa
la Fundación Carvajal, ha venido trabajando por el mejoramiento de las condiciones socioeconómicas
de comunidades vulnerables de los municipios de Tulúa, Trujillo, Calima – Darién y Ginebra, articuladas al
encadenamiento productivo de la mora lo que de forma directa e indirectamente beneficia a las familias de los
colectivos sociales donde viven. Algunos de los resultados para 2010 fueron:
Fortalecimiento a la capacidad
• 300 familias con mejores ingresos.
institucional para garantizar asistencia a
• 4 Organizaciones de familias productoras han logrado mejores indicadores de asociatividad y empresa
la población desarraigada en Colombia
comunitaria
• 300 familias (1.500 personas) han cambiado sus comportamientos, a favor de la disminución de los conflictos
intrafamiliares y a nivel de sus colectivos sociales, que generan una mejor dinámica social en armonía
comunitaria, así como se han logrado mejores indicadores de salubridad y nutrición en las 300 familias.
• Más de 30 jóvenes formados integralmente para desarrollar el relevo generacional, empoderarse y asumir los
nuevos roles en la comercialización y gerencia de las organizaciones.
Estrategia de desarrollo sostenible que articuló esfuerzos institucionales, entre 2006 y 2010, con la participación
de Fudaunibán, Uniban, Augura y Fundación Corbanacol, que permitió a sus beneficiarios acceder a servicios
Alianza para el desarrollo
básicos, generar oportunidades de empleo e ingresos y participar dentro de la cadena de exportación bananera
socioeconómico de la comunidad
y platanera en condiciones equitativas y rentables. Este proyecto fortaleció a 104 famiempresas y mejoró la
bananera del Magdalena y platanera
infraestructura productiva 230 fincas productoras de plátano, manzano y baby; ayudó a 36 productores a
del Urabá
certificarse en la norma Global Gap, a 82 productores a recertificarse y 90 están en proceso de certificación. Se
construyó y mejoró 2 obras de infraestructura social y comunitaria; un puente que beneficia a 1.510 familias, y
un canal que beneficia a otras 1.925 familias
Ver más casos en el anexo 2.
35
Estas iniciativas fueron identificadas en el marco del informe Iniciativas de atención a la población desplazada en Colombia, elaborado por la Fundación
Ideas para la Paz para la Asociación de Fundaciones Empresariales (AFE), Septiembre de 2010.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 69
familias y comunidades para que sean ellas gestoras de su
propio desarrollo. Se busca el fortalecimiento de la “asociatividad de los individuos y las organizaciones para la conformación de redes y alianzas mediadas por actitudes, normas
y valores compartidos”. En este sentido, trabajan temas
como la formación en liderazgo, la participación ciudadana
y la gestión social con visión de territorio para incrementar
las capacidades colectivas. Por otro lado, pretenden aportar
elementos de educación para la convivencia y la paz, que
contribuyan al desarrollo de capacidades humanas tanto en
lo personal y familiar, así como al “empoderamiento de las
organizaciones de base a la luz del conocimiento práctico
en derechos humanos, derecho internacional humanitario y
elementos que les brinden apoyo en la resolución pacífica de
conflictos, tanto en sus organizaciones, como en las comunidades de las cuales hacen parte”.
Por último, esta línea de proyectos busca también la integración de los distintos actores involucrados en el conflicto:
víctimas, posibles responsables y población receptora. Esto
con el fin de contribuir a la consolidación de procesos de reconciliación local en curso y la integración apropiada de la
población desplazada en las nuevas comunidades receptoras.
Para lograr esto se han generado programas encaminados al
fortalecimiento de la cohesión social y el desarrollo de capacidades para la conciliación y mediación de conflictos sociales.
Un ejemplo dentro de esta línea es el proyecto “Fondo para el
Fortalecimiento de Organizaciones Comunitarias en los departamentos de Cauca y Valle – Focus”36 (Ver cuadro 2.6).
3) Las iniciativas de fortalecimiento de la institucionalidad local están enfocadas en mejorar la capacidad
y funcionamiento de las instituciones públicas con el fin
de que puedan ofrecer servicios adecuados de atención
y protección para la población vulnerable y en riesgo de
desplazamiento. En particular, en temas como el acceso
a servicios básicos y la construcción de redes sociales
que permitan el adecuado ejercicio de la ciudadanía y
el cumplimiento de sus derechos. En esta línea, las empresas trabajan en alianza con entidades públicas, no
para reemplazarlas sino para fortalecerlas promoviendo
el pleno ejercicio de sus responsabilidades e incrementando su capacidad de articulación para responder con
eficiencia y eficacia a las necesidades de las comunidades. Un ejemplo en este sentido es el proyecto de la Red
Territorial para el Desarrollo y la Cohesión Social en cuatro municipios de la región de la Sierra Nevada de Santa
Marta37 (Ver cuadro 2.7).
Iniciativas de mitigación
La iniciativas de mitigación del DFI en las que participan
el sector empresarial se enfocan principalmente en contribuir a mejorar la calidad de vida y a la restitución de los
derechos vulnerados de la población desplazada que ha retornado a sus lugares de origen (zonas de expulsión), o que
se encuentra reubicada y asentada en otros municipios y
quieren permanecer en ella e incluso para las que estando
en éstas zonas de recepción quieren retornar a sus lugares
CUADRO 2.6
INICIATIVA
DESCRIPCIÓN
Fue creado en el 2006 con el propósito de apoyar, cofinanciar y acompañar a organizaciones de base en
comunidades pobres rurales de difícil acceso, con baja presencia institucional, dificultades de comunicación y
ubicadas en zonas de posible disputa entre actores armados. El proyecto, del que hacen parte las fundaciones
Smurfit, EPSA y Corona, busca generar ambientes favorables para el desarrollo, a través de la participación
de diversos actores (alcaldías municipales, Universidades, ONGs, otras entidades) que contribuyan a generar
capacidades colectivas locales, capital social, valores democráticos que garanticen prácticas participativas
Fondo para el Fortalecimiento de
Organizaciones Comunitarias en los
departamentos de Cauca y Valle – Focus
e incluyentes, así como habilidades en resolución pacífica de conflictos para aplicar en sus organizaciones y
comunidades. Para el periodo 2009 – 2010, el proyecto ha beneficiado a 484 familias directamente y se han
fortalecido a las organizaciones en sus áreas de gestión, planeación y administración, así como en su capacidad
para realizar redes y alianzas, lo que les ha permitido movilizar otros recursos nacionales e internacionales. El
100% de las organizaciones ha afianzado sus valores democráticos, lo que se traduce en mayor participación
al interior de las organizaciones, actuación bajo normas de respeto y toma de decisiones democráticamente.
Así también, el 50% de las organizaciones han incrementado su participación en escenarios públicos, lo que
muestra su capacidad para participar en la agenda y en las políticas públicas. Por otra parte, el 60% de las
familias dentro del proyecto han logrado mejorar sus ingresos y su patrimonio (entre un 15 y 20%) y el 100% de
las organizaciones han incrementado su patrimonio en un 35%.
Ver más casos en el anexo 2.
36
Ibíd.
70 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
CUADRO 2.7
INICIATIVA
DESCRIPCIÓN
REDECS. Red Territorial para el
Busca el apoyo y fortalecimiento de instituciones públicas locales como eje central que contribuya al
Desarrollo y la Cohesión Social:
restablecimiento de un entorno propicio al desarrollo social y económico local, que permita la convivencia, el
Instrumentos y acciones para el
respeto mutuo y el incremento de la cohesión social en la región. Este proyecto empezó a desarrollarse en el
restablecimiento y la integración
2008 y ha permitido aumentar la cohesión social, mejorar el acceso a los servicios básicos (salud, educación,
socioeconómica de las comunidades
asistencia psico-social, agua potable y saneamiento, vivienda) a al menos 250 familias, así como incrementar
afectadas por la violencia y el desarraigo
los ingresos de 350 familias y mejorar la seguridad alimentaria de 150 familias indígenas. Esto como resultado
en cuatro municipios de la región de la
de una mayor atención de calidad y la interacción efectiva de la comunidad con las entidades estatales y de
Sierra Nevada de Santa Marta
gobierno local para defender sus derechos y lograr un desarrollo sostenible.
Ver más casos en el anexo 2.
de origen (zonas de recepción). Sin embargo, es en los lugares de recepción donde se concreta el mayor número de
iniciativas de mitigación del sector empresarial dirigidas a
o que involucran a población desplazada. Lo hacen a través
de estrategias que incluyen el fortalecimiento empresarial,
empleo y generación de ingresos, capacitación, fortalecimiento institucional y comunitario, y el acceso a servicios
básicos.
1) La generación de ingresos, capacitación ocupacional y fortalecimiento empresarial son algunos de los temas
en las que se encuentra mayor participación de actores
empresariales. Teniendo en cuenta los retos que tiene el
Estado para avanzar en estos temas, esta línea de acción
representa una de las oportunidades más importantes
que tiene el sector empresarial para contribuir a la solución de uno de los componentes clave para la superación
de la condición de desplazamiento y la situación de crisis
humanitaria. Estos proyectos, al igual que los mencionados en la dimensión de prevención y protección, buscan la
estabilización socioeconómica de la población vulnerable
y desplazada a través del mejoramiento de los ingresos y
la generación de empleo, con la potencialización de sus
capacidades laborales y técnicas, además de la creación y
fortalecimiento de organizaciones comunitarias, empresas,
micro empresas y/o unidades productivas.
Los proyectos de este tipo que están ubicados en zonas de expulsión buscan generar oportunidades familiares
para, mejorar la calidad de vida de las familias y así reducir
la generación de desplazamientos, atender a la población
retornada, e incentivar el retorno de las familia que han
emigrado. Sin embargo, los procesos de apoyo a pobla-
37
ción retornada requieren coordinar esfuerzos de diversas
entidades públicas y privadas, así como de la movilización
de grandes recursos, lo que dificulta su ejecución. Adicionalmente, los proyectos de generación de ingresos buscan
la autosuficiencia y la recuperación del tejido socioeconómico, por medio del desarrollo de las comunidades o del
entorno económico de determinado territorio, a través de
la formación técnica y humana de las personas de la comunidad, con el fin de generar nuevas oportunidades de
trabajo y con esto estimular el progreso y desarrollo en un
lugar determinado. La mayoría de éstas iniciativas se dirigen prioritariamente a campesinos, pero también se enfocan en mujeres, indígenas y jóvenes. Generalmente éstas
iniciativas van complementadas con programas de acceso
a servicios básicos de educación, salud, ayuda psicológica
y vivienda para lograr programas de atención integral a la
población objetivo.
En esta línea se pueden mencionar el proyecto de la “Federación Nacional de Cafeteros Comité Regional Nariño y Acción Social”, y el “Programa de Reconstrucción Económica y
Social del Corregimiento El Salado”38 (Ver cuadro 2.8).
En zonas de recepción las iniciativas empresariales en
estos temas buscan la generación de nuevas competencias
y capacidades, o el fortalecimiento y potencialización de las
capacidades y habilidades ya existentes en las personas
desplazadas y vulnerables, con el fin de facilitar la inserción
laboral de éstas en sus nuevos lugares de ubicación. En
este sentido, las iniciativas pretenden capacitar a las personas en áreas específicas demandadas por las empresas
para garantizar su vinculación laboral, además de desarrollar habilidades tanto técnicas como humanas para facilitar
Ibíd.
38
Ver una documentación más amplía de este caso en el capítulo 3 de este informe. Este caso fue identificado y documentado gracias a la colaboración de
la Fundación Semana y sus aliados, así como al proyecto Desarrollo de una estrategia de trabajo en construcción de paz desde el sector empresarial en
Colombia, realizado por la Fundación Ideas para la Paz (FIP) con el apoyo de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) y la financiación
del Consejo Internacional de Industria Sueca (NIR), 2009 - 2011.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 71
CUADRO 2.8
INICIATIVAS DE MITIGACIÓN EN TEMAS DE GENERACIÓN DE INGRESOS Y OPORTUNIDADES LABORALES
ZONA DE
IMPLEMENTACIÓN
INICIATIVA
DESCRIPCIÓN
Alianza público-privada que busca la renovación de cafetales (semilleros y almácigos), mejoramiento
de equipo e infraestructura productiva y de descontaminación de fincas cafeteras de los beneficiarios
del programa de atención a la Población Desplazada en los municipios de Albán, Buesaco, El Tablón
Federación Nacional de
de Gómez y San Bernardo en el departamento de Nariño. El Comité Departamental de Cafeteros de
Cafeteros Comité Regional
Nariño propone un proyecto de recuperación de la caficultura, como base para el mejoramiento de las
Nariño y Acción Social
condiciones de vida de 91 familias productoras de café, en los municipios ya mencionados, mediante
el incremento y consolidación de la calidad del café, el mejoramiento de la infraestructura de beneficio
y secado del café, en las fincas cafeteras para el cumplimiento de las buenas prácticas ambientales,
económicas, con asistencia técnica y capacitación requeridos.
La iniciativa tiene un enfoque integral que contempla la recuperación de los diferentes aspectos
destruidos por la violencia. En este sentido, se contemplan temas como la seguridad y presencia de
las instituciones estatales, la restitución de tierras, la reconstrucción de la infraestructura física como
vías y vivienda, acompañados por programas de desarrollo económico y la generación de ingresos, de
salud, educación, desarrollo comunitario y reconstrucción del tejido social con el fin de contribuir al
mejoramiento de la calidad de vida de las familias de la comunidad y generar condiciones propicias
para el retorno. Esta iniciativa que surgida en 2009, desde el sector privado, en cabeza de la Fundación
Semana, ha logrado aglutinar y combinar esfuerzos de más de 50 organizaciones del sector privado en
una gran alianza público – privada de más de 70 instituciones, con el objetivo de generar un modelo de
Zona de Expulsión
intervención integral que pueda ser replicable a otras comunidades y contextos. La iniciativa combina
el acompañamiento e intervención con proyectos sociales y económicos, articulando los esfuerzos del
Estado, sector empresarial y otras organizaciones para mejorar las condiciones de vida de poblaciones
Programa de Reconstrucción
Económica y Social del
Corregimiento El Salado
que han sido víctima de la violencia como es el caso de la comunidad de El Salado, quienes en febrero
de 2000, fueron víctimas de una masacre que dejó 66 personas muertas y 600 familias desplazadas en
el corregimiento y sus alrededores. A la fecha gracias al apoyo de esta iniciativa se ha logrado:
• El retorno de más de 1000 personas hasta el 2011
• Reactivación económica y social
• Mejoramiento y construcción de 118 viviendas
• Proyecto de microcréditos para 49 nuevos negocios y un proyecto porcícola que beneficia a 10 familias
• Inicio de construcción del alcantarillado y la construcción de la casa de la cultura
• Reconstrucción del Centro Educativo
• Construcción del Centro de Salud
• Construcción de nuevo Polideportivo
• Instalación de una Sala de Sistemas
• Inicio de proyecto de patios productivos para mejorar nutrición
• Intervención para mejorar vía de acceso
• 100 hectáreas donadas para actividades productivas que benefician 35 jóvenes
• 300 hectáreas para entregar a 63 familias
Cien años, cien mujeres.
Belleza por un Futuro
Alternativas de generación
de ingresos y empleo para
población desplazada y
vulnerable de las localidades
de Bosa y Kennedy
Zona de Recepción
Impulsado por la empresa L´Oreal, que pretende capacitar a 100 mujeres colombianas, pertenecientes
a fundaciones que atienden población desplazada, vulnerable, madres solteras o violentadas, en
procesos de coloración, corte, peinado, manicure y pedicure.
Está enfocada en 200 familias donde se incluyen mujeres, jóvenes, campesinos, indígenas,
afrocolombianos, personas mayores, discapacitados, 70% en condición de desplazamiento y 30%
en condición de vulnerabilidad para ayudarles a desarrollar y potenciar competencias y habilidades
personales, fortalecer el tejido familiar y comunitario, y lograr restablecerse socioeconómicamente.
Alianza entre la ANDI, la
Apoyar a madres cabeza de familia y desplazados que residen en el sector de Caimalito -zona rural de
Alcaldía de Pereira y la
Pereira en la fabricación, comercialización y distribución de productos en fibra de vidrio, para el sector
Gobernación de Risaralda
automotor, primero con capacitación y luego abriendo espacios para la comercialización.
Liderado desde el 2010, por Fundaunibán40, en la ciudad de Santa Marta (Magdalena), con el fin de
contribuir a la estabilización socio-económica y mejoramiento de la calidad de vida de la población
Programa de Desarrollo
Sostenible para Poblaciones
Desplazadas del municipio
de Santa Marta
desplazada, por medio del fortalecimiento y mejora en la oferta integral de servicios (generación de
ingresos, empleo y seguridad alimentaria). Es una alianza público-privada de la que participan USAID,
FUPAD y Fomipyme, entidades que aportan los recursos necesarios para la financiación y sostenimiento
del proyecto, mientras y el sector empresarial en cabeza de Fundaunibán diseña el proyecto y se encarga
del funcionamiento del mismo. Esta iniciativa focaliza la atención de población desplazada en una de
las principales ciudades de recepción a nivel nacional, beneficiando a 200 familias, entre mujeres,
hombres, campesinos y grupos étnicos.
Ver más casos en el anexo 2.
su acceso al mercado laboral formal, logrando mejorar sus
condiciones de vida y las de sus familias. Otro de los objetivos de esta clase de iniciativas es el cambio de habilidades,
ya que entre la población desplazada hay vocación principalmente agrícola, es necesario un proceso de generación
de nuevas capacidades para dotar a estas personas con
habilidades que les permitan una fácil inserción laboral en
las ciudades o lugares de reubicación.
En esta línea se encuentran proyectos como: “Cien
años, cien mujeres. Belleza por un Futuro”, el proyecto de
“Alternativas de generación de ingresos y empleo para población desplazada y vulnerable de las localidades de Bosa
y Kennedy”, la alianza ANDI, Alcaldía de Pereira y la Gobernación de Risaralda, y el Programa de Desarrollo Sostenible
para Poblaciones Desplazadas del municipio de Santa Marta39 (Ver cuadro 2.8).
En las zonas de recepción, las iniciativas de mitigación
donde participa el sector empresarial, tienen como objetivo
contribuir a la restitución de los derechos vulnerados, una
vez se ha superado la fase de atención humanitaria de emergencia, y generar condiciones que favorezcan la estabilización socioeconómica de las familias para la superación de la
condición de vulnerabilidad y desplazamiento. En este sentido, desarrollan iniciativas con componente similares a los
de los programas de mitigación en zonas de expulsión como
son el fortalecimiento de políticas e instituciones públicas
para la atención, y del capital humano, la participación en
procesos de atención, y la promoción de proceso de retorno,
entre otros, pero atendiendo las necesidades particulares
que tiene la población desplazada en las zonas de recepción
para lograr una adecuada incorporación a los lugares de reubicación (formación ocupacional, desarrollo de capacidades
de conciliación y mediación de conflictos sociales, apoyo a
procesos de integración y reconciliación social) o estimulando condiciones para su retorno a los lugares de origen.
En relación con la promoción y apoyo a procesos de retorno se buscan generar condiciones para que las personas
víctimas del desplazamiento forzado, que así lo deseen,
tengan la oportunidad de retornar a sus lugares de origen.
Generalmente son proyectos que pretenden estimular los
procesos de retorno, por medio de la generación de incentivos y condiciones en el lugar de retorno como el caso del
proyecto “Energía para el Retorno”41 (Ver cuadro 2.9).
2) En cuanto a generación y fortalecimiento de políticas,
modelos e instituciones públicas se encontraron iniciativas
y proyectos dirigidos a crear nuevos modelos, fortalecer entidades y políticas públicas que protejan los derechos en
especial riesgo de vulneración y que mejoren los procesos
de atención y acceso a sus derechos de la población vulnerable y en situación de desplazamiento. En este sentido, se
CUADRO 2.9
ZONA DE
IMPLEMENTACIÓN
INICIATIVA
DESCRIPCIÓN
Esta iniciativa es impulsada por Empresas Públicas de Medellín (EPM) a partir de 2008, en
municipios de la Cuenca del Nare en el Departamento de Antioquia (Granada, Cocorná, San Carlos,
San Luis y San Francisco), con el propósito de mejorar las condiciones de vida durante el retorno de
la población en condición de desplazamiento, por medio de la condonación y financiación de deudas
a las familias desplazadas, así como la reactivación de la prestación del servicio. “Energía para el
Retorno“ es una alianza público-privada, donde EPM trabaja con organizaciones gubernamentales
Zona de Expulsión
Energía para el Retorno
como la Fiscalía, la Secretaría de Gobierno del Municipio la Personería Municipal y la comunidad.
Hasta la fecha se ha logrado:
• Normalización 1.550 instalaciones en los municipios intervenidos
• 650 nuevas instalaciones
• Impactó a 205 familias en el 2008
• 102 condonaciones de deuda entre 2009 – 2010
• Entre 2009- 2010 se financió a 96 familias
Ver más casos en el anexo 2 del informe final.
39
Ver una documentación más amplía de este caso en el capítulo 3 de este informe. Este caso fue identificado y documentado gracias a la colaboración
de la Asociación de Fundaciones Empresariales (AFE), durante la elaboración del informe Iniciativas de atención a la población desplazada en Colombia,
realizado por la Fundación Ideas para la Paz para la Asociación de Fundaciones Empresariales (AFE), Septiembre de 2010.
Fundación Social de Uniban S.A, que es la Unión de Bananeros de Urabá.
Ver una documentación más amplía de este caso en el capítulo 3 de este informe. Este caso fue identificado y documentado gracias a la colaboración de
40
41
las Empresas Públicas de Medellín (EPM) durante la elaboración de este estudio.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 73
desarrollan estrategias que permitan mejorar la capacidad
de las instituciones públicas en la generación de condiciones de vida dignas para la permanencia de la población en
el lugar de reubicación o retorno, así como se busca fortalecer las instituciones públicas y organizaciones privadas
responsables del diseño, desarrollo, aplicación y evaluación
de las políticas públicas.
En esta línea se encuentran iniciativas como “Empresarios Sin Indiferencia”, “Raíces Nuevas”, el proyecto de
CUADRO 2.10
“Reformulación y/o actualización del Plan Integral Único de
atención a población en situación de desplazamiento”, y el
proyecto de “Acompañamiento de familias de niños y jóvenes con discapacidad en situación de desplazamiento”42
(Ver cuadro 2.10).
2.5 Retos del sector empresarial y el DFI
Tanto la prevención del desplazamiento como la atención a la población desplazada encierran retos para el sec-
INICIATIVAS DE MITIGACIÓN PARA EL FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL Y COMUNITARIO
ZONA DE
IMPLEMENTACIÓN
INICIATIVA
DESCRIPCIÓN
Estas dos iniciativas articularon esfuerzos públicos y privados entre el 2007 y el 2009, donde
participaron varios actores empresariales y cooperación internacional, con el objetivo de desarrollar
un modelo de atención a nivel distrital (Bogotá) para la población desplazada en proceso de
estabilización en Bogotá.
En ese sentido, Empresarios Sin Indiferencia desarrolló un modelo de generación de ingresos
estables para 700 personas desplazadas y 300 jóvenes en riesgo de violencia y delincuencia
de la ciudad de Bogotá, a través de la tercerización de algunos de sus procesos y del desarrollo
de actividades de formación, acompañamiento y asesoría conducentes a la conformación de
microempresas asociativas e individuales sostenibles. Como resultado de este proyecto se logró
el montaje y funcionamiento por más de 12 meses del 75% de las iniciativas y se establecieron 14
Zona de Recepción
Empresarios Sin Indiferencia
Raíces Nuevas
microempresas.
Raíces Nuevas por su parte, buscó contribuir al restablecimiento de los derechos vulnerados y a la
integración comunitaria de la población desplazada que deseaba establecerse permanentemente
en Bogotá. En este caso las acciones se orientaron a incrementar el capital humano y se centran en
el fortalecimiento de los procesos de integración de comunidades receptoras y desplazadas para
mejorar su capacidad de gestión y negociación técnica y política; consolidando ciudadanía (deberes
y derechos); desarrollando capacidades para la conciliación y mediación de conflictos sociales y
generando un modelo de atención innovador y novedoso que permita fortalecer a las instituciones
públicas y privadas. De este proyecto se logró que más de 4000 familias desplazadas tuvieran
acceso garantizado a servicios básicos, gracias a la integración entre los actores estratégicos
del distrito capital y las organizaciones privadas que intervinieron como instituciones sociales,
representativas, transparentes, eficientes, responsables y abiertas permanentemente, al escrutinio,
fiscalización e intervención de los ciudadanos.
Propone una metodología de construcción participativa del Plan Integral Único de atención a
Zona de Recepción
Reformulación y/o
población en situación de desplazamiento en Bogotá (PIU) para hacer de este una herramienta de
actualización del Plan
planificación, gestión, ejecución y evaluación de los planes, programas y proyectos diseñados para
Integral Único de atención
la protección de las personas desplazadas de tal forma que permita garantizar el goce efectivo de
a población en situación de
derechos, la articulación de acciones intersectoriales y territoriales, y la construcción de condiciones
desplazamiento
de paz para avanzar en soluciones duraderas al desplazamiento. Este proyecto está enfocado en la
comunidad desplazada en general y genera beneficios para más de 1000 personas en Bogotá D.C.
Alianza entre la Fundación Saldarriaga Concha, el ICBF y la Red de Liliane Fonds para diseñar e
Zona de Recepción
Acompañamiento de
implementar una estrategia de atención y acompañamiento que hasta 2010 había beneficiado a 715
familias de niños y jóvenes
familias de niños y jóvenes con discapacidad en situación de desplazamiento, y que se constituye en
con discapacidad en
una propuesta para el fortalecimiento, y empoderamiento de las familias a nivel individual, familiar y
situación de desplazamiento
social a partir de la estrategia de Rehabilitación Basada en Comunidad, en un grupo poblacional de
especial vulnerabilidad como son los discapacitados de familias desplazadas.
Ver más casos en el anexo 2.
42
Estas iniciativas fueron identificadas en el marco del informe Iniciativas de atención a la población desplazada en Colombia, elaborado por la Fundación
Ideas para la Paz para la Asociación de Fundaciones Empresariales (AFE), Septiembre de 2010.
74 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
tor empresarial, especialmente para aquellas empresas
que operan en zonas de expulsión o en zonas de recepción
de población desplazada. En ambos casos, el sector empresarial tiene el reto de generar un entorno sostenible para
sus operaciones, lo que implica, entre otras cosas, contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de quienes
viven en sus zonas de influencia y construir una licencia o
legitimidad social para operar. Esto, al mismo tiempo, incluye acciones e iniciativas que pueden contribuir a mitigar los
efectos del desplazamiento forzado interno.
En zonas de expulsión, las operaciones empresariales
enfrentan diversos riesgos. En estos contextos, donde la
presencia institucional es débil, hay accionar de actores
armados al margen de la ley y las redes sociales están
fragmentadas, la actividad empresarial puede contribuir
–advertida o inadvertidamente– a exacerbar factores que
contribuyen al desplazamiento forzado. De igual forma, las
empresas que operan en estos contextos corren el riesgo
de ser víctimas de ataques, amenazas y extorsiones, ser
obligados a colaborar con actividades ilegales; o, en otros
casos, ser señalados – justificada o injustificadamente – de
promover la violencia y la violación de los derechos humanos de la población local. Por ejemplo, generalmente las
zonas de expulsión son territorios en disputa por los actores
ilegales y con frecuencia las comunidades locales han sido
despojadas de sus tierras, lo que hace difícil identificar la
propiedad y titularidad de las mismas y por lo tanto su utilización y comercialización. Esto, impone enormes riesgos
y retos para las empresas que operan en tales zonas y, entre otras cosas, deben adquirir predios. Por otra parte, las
condiciones de inseguridad, vulnerabilidad social y desconfianza de estas zonas imponen restricciones para acceder
a mano de obra, insumos y servicios.
El sector empresarial puede contribuir a disminuir este
tipo de riesgos y en alguna medida manejarlos, a través de
iniciativas y estándares de comportamientos que contribuyan y complementen los esfuerzos del Estado a la prevención y mitigación de situaciones que se asocian con el DFI.
Por ejemplo, puede participar en iniciativas orientadas a estimular el arraigo en las comunidades locales o a promover
el retorno de la población. De igual forma puede adelantar
iniciativas que busquen evitar la vinculación involuntaria
de la empresa con la violación de derechos humanos. En
este sentido, como mecanismos preventivos las empresas
pueden apoyar procesos locales de fortalecimiento institucional y desarrollo socioeconómicos de las comunidades,
adoptar estándares de comportamiento atentos a los derechos humanos, hacer el seguimiento a las actividades
empresariales que se realizan en la zona, informarse pre-
viamente sobre las condiciones de las zonas y los predios
para tomar las precauciones y medidas necesarias que eviten la generación o legitimación voluntaria o involuntaria
del desplazamiento forzado en sus zonas de operación.
En zonas de recepción y como se mencionó anteriormente, el DFI tiene impactos negativos importantes. Estos
impactos, en muchos casos afectan o incluso pueden hacer insostenibles las operaciones de las empresas en las
zonas. En este sentido, en la tarea de mejorar su entorno
de operación, el empresariado también puede contribuir a
la atención de estas problemáticas, a través de iniciativas
de fortalecimiento y apoyo a las comunidades en riesgo y
especialmente aquellas que se encuentran en condición de
desplazamiento. El reto aquí está en contribuir a los procesos de reubicación, estabilización y retorno, con proyectos
e iniciativas de mediano y largo plazo, de atención integral
que tenga en cuenta las condiciones locales y los intereses, habilidades y necesidades de las poblaciones afectadas. En este sentido se destacan aspectos como vivienda
digna, generación de ingresos y proyectos productivos. La
participación del sector empresarial en este tipo de iniciativas, además, enfrenta el reto de evitar la generación de
relaciones de dependencia y paternalistas o, incluso, de incentivos perversos para otras poblaciones. En este sentido,
la tarea del sector empresarial también incluye contribuir
en la generación de capacidades locales autosostenibles.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 75
3. Observaciones finales
Los hallazgos de este estudio contribuyen a una mejor
comprensión de las oportunidades que tiene y los retos que
enfrenta el sector empresarial en la tarea de generar entornos sostenibles para la operación empresarial en el país y
de cara a fenómenos como el DFI. De él se derivan, también, recomendaciones para el sector empresarial y para
el sector público, en aras de incrementar el potencial de
participación de las empresas que operan en el país en iniciativas relacionadas con la prevención y mitigación del DFI.
Para comenzar, el estudio arroja resultados que contribuyen a una mejor comprensión de la relación entre operación empresarial y DFI en el contexto colombiano. En este
sentido las páginas anteriores muestran que:
• Existen vínculos que relacionan al sector empresarial
con el DFI, tanto en zonas de expulsión como en zonas
de recepción. Estos vínculos pueden presentarse en
tres formas básicas o categorías, como una relación
de: generación, prevención o mitigación, dentro de las
cuales pueden ser clasificados los diferentes tipos de
vínculos observados.
• Los vínculos, tanto en contribuciones a la generación
del DFI como a iniciativas de prevención y mitigación, no
es generalizable a las demás empresas de las regiones
o de los sectores involucrados.
• La relación entre operación empresarial y DFI no es necesaria, evidente, ni automática. El DFI es un fenómeno
complejo y multi-causal en el que la presencia del sector
empresarial puede o no tener incidencia, y donde las experiencias y trayectorias individuales de las organizaciones
y de sus dueños y gerentes juegan un papel importante.
En este sentido, no se puede establecer una relación de
causalidad necesaria entre actividad empresarial y DFI.
• Las denuncias sobre contribución del sector empresarial al DFI incluyen casos de acción y de omisión por
parte de las empresas. Más allá de la culpabilidad que
se pueda demostrar judicialmente, estos casos son una
muestra de que existen altas expectativas respecto a la
responsabilidad social de las empresas, que, además
están estrechamente ligadas a la construcción de una
licencia social para operar.
• Siguen siendo escasas las iniciativas de prevención y
mitigación del DFI en que se vincula el sector empresa-
43
•
•
•
•
rial frente a las altas expectativas existentes respecto
al compromiso que se espera tengan las empresas en
el respeto de los derechos humanos en un contexto de
alta complejidad como el colombiano.
El Estado colombiano es el principal responsable de
prevenir y resolver la crisis de los desplazados internos,
y en esa medida, es su obligación definir políticas claras
e incentivos económicos y políticos para proteger a la
población de los riesgos que conducen al DFI, contar
con estrategias y asignar recursos para la prevención,
mitigación y superación del DFI, así como establecer
mecanismos claros para convocar, estimular la participación y garantizar el acompañamiento del sector empresarial en iniciativas ligadas al DFI.
El sector empresarial, por su parte, tiene una importante responsabilidad frente al DFI en adoptar todas las
“políticas y procedimientos apropiados en función de
su tamaño y circunstancia” (Ruggie, 2011)43 para evitar
que sus operaciones generen (directa o indirectamente) el DFI de poblaciones, o que independientemente de
ello puedan contribuir a su prevención o mitigación.
En términos generales existe poca conciencia entre el
sector empresarial, sector público y otras instituciones
de la sociedad, sobre la magnitud del DFI y su relevancia para la construcción de paz. Ligado a esto, cabe
subrayar el poco conocimiento que hay entre el sector
empresarial sobre el fenómeno del DFI y el impacto que
sus operaciones pueden tener en él.
Al indagar por percepciones y expectativas de otros actores sobre la posible participación de las empresas en
temas de DFI, sobresale el desconocimiento, que tienen actores públicos y sociales, sobre la diversidad del
sector empresarial en términos de tamaños y sectores,
así como de posibles impactos en el DFI y capacidades
para actuar frente a este fenómeno.
Por otra parte, es necesario resaltar que las iniciativas
desarrolladas hasta el momento si bien, son escasas, pueden mejorarse, ampliarse y profundizarse y son ejemplo de
la contribución que, a partir de su propia capacidad y experiencia, hace y puede hacer el sector empresarial en temas
de prevención y mitigación ligados al DFI. Llama además la
atención que muchas de estas iniciativas son el resultado
de un esfuerzo de coordinación multiactor y multitemático
Principio 15 de los Principios Rectores sobre empresas y derechos humanos. Para que las empresas cumplan con su responsabilidad de respetar los
derechos humanos se espera que estas cuenten con: un compromiso político, un proceso de diligencia debida y un proceso que permita reparar las consecuencias negativas que hayan provocado o contribuido a provocar (Ruggie. 2011).
76 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
que apuntan a resolver parcial o integralmente, algunos
de los componentes claves de la política pública para la
prevención, mitigación y estabilización de la población en
riesgo o en condición de desplazamiento, enfocándose en
poblaciones en situación de vulnerabilidad en zonas rurales y urbanas donde tiene lugar esta problemática y donde
tienen alcance las actividades de las empresas.
Estas iniciativas, a su vez, muestran cómo en la tarea
de generar entornos sostenibles para su operación, al mismo tiempo el sector empresarial puede contribuir a la solución de problemas como los ligados al DFI, y que resultan
críticos para la construcción de una paz sostenible en Colombia, como al dedicar esfuerzos para que su operación
no termine contribuyendo (directa o indirectamente) con
actores o acciones que incentiven el conflicto armado, y por
el contrario, si ayuden a través de programas de apoyo a reducir los impactos de éste y estimular las tareas y procesos
que lleven a su superación.
Las experiencias de trabajo alrededor de estas iniciativas, además dan cuenta de desafíos, lecciones aprendidas
y retos que se deben tener en cuenta a la hora de pensar en
acciones desde el sector empresarial frente al DFI.
Algunos de los principales desafíos son:
• Contar con una orientación clara desde el Estado sobre los incentivos y límites para la actividad empresarial en zonas donde hay alto riesgo de vulneración de
los DDHH de la población, así como sobre los temas,
apoyos y modalidades específicas donde requiere que
el sector empresarial contribuya a la política de prevención y protección del DFI.
• Coincidir y coordinar con la estrategia del Estado, y
lograr la participación y acompañamiento en los proyectos, que evite la duplicidad y desorientación de los
esfuerzos realizados.
• Trabajar en zonas apartadas y de conflicto, donde la
débil presencia institucional y la convivencia con los actores armados impone riesgos de seguridad tanto para
las poblaciones como para las entidades que desarrollan los proyectos. Lo que dificulta el funcionamiento y
sostenibilidad de los mismos.
• Diseñar programas de construcción de paz sostenibles
en medio del conflicto, que eviten la generación de incentivos perversos para las comunidades.
• Desarrollar proyectos de apoyo complementarios a las
funciones del Estado sin reemplazarlo y sin caer en el
asistencialismo, en contextos donde la institucionalidad
es débil y hay un sinnúmero de necesidades y profundos vacíos en la atención a la población vulnerable.
Así también se identificaron algunas lecciones aprendidas que pueden contribuir al mejoramiento de resultados
e incrementar el impacto de este tipo de proyectos, tales
como:
• Diferenciar el rol del sector empresarial y del sector público, dejando claro que las iniciativas implementadas
desde el sector empresarial no reemplazan las funciones
del Estado. Al contrario, este tipo de iniciativas buscan
el involucramiento y fortalecimiento del trabajo que hace
parte de las funciones del Estado. En este sentido, es
fundamental la generación de alianzas y la definición de
corresponsabilidades con las entidades públicas locales
para que se involucren en las iniciativas, y permita en el
mediano plazo fortalecer relaciones de confianza y credibilidad entre el Estado y la sociedad civil, además de
propiciar una apertura transparente y participativa para
la generación de políticas públicas alrededor del DFI.
• Informarse y reconocer previamente las características
de la zona y población a intervenir para generar iniciativas que efectivamente correspondan con las necesidades y capacidades del lugar.
• Teniendo en cuenta que las condiciones de seguridad
afectan la implementación y éxito de los proyectos, es
importante que en aquellas zonas donde las comunidades están en riesgo permanente de desplazamiento
forzado por el conflicto armado, las iniciativas desarrollen acciones que contribuyan al mejoramiento de las
condiciones locales de seguridad, el empoderamiento y
la generación de capacidades sociales e institucionales
dentro de estas comunidades.
• Prever los tiempos y metodologías de los proyectos de
manera flexible, ya que en las regiones los tiempos son
distintos a los que se manejan en las ciudades y las empresas, y los procesos de ejecución suelen tomar más
tiempo de los proyectados. En este sentido, es importante contar con un plan de acción que pueda adaptarse a
las condiciones de la población y el lugar objetivo, de tal
forma que permita alcanzar los objetivos del mismo.
• Acercar y vincular a la población objetivo, así como a las
organizaciones que trabajan en la zona en los procesos
de planeación, construcción e implementación del proyecto, pues son ellos los que mejor conocen a la gente
y su cultura, así como las oportunidades y dificultades
de la zona para la ejecución del proyecto. Del involucramiento y apropiación por parte de la población objetivo
y organizaciones dependerá la continuidad y sostenibilidad del proyecto a largo plazo.
• Generar procesos de diálogo con los diferentes actores
que hacen parte del proyecto, y con las organizaciones
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 77
locales para identificar previamente las fortalezas y debilidades de cada uno, así como soluciones a posibles
dificultades que aparezcan en el camino, de tal manera
que se faciliten los procesos de coordinación y articulación de actividades.
• Identificar otras intervenciones que se estén implementando en la zona, para evitar la sobre intervención en
las familias y la duplicidad de esfuerzos que en ocasiones se concentran en algunas poblaciones y regiones
específicas, y así identificar poblaciones o necesidades
desatendidas para redireccionar y maximizar el uso e
impacto de los recursos destinados a estas iniciativas.
• Desarrollar estrategias de acompañamiento y evaluación durante y después de la implementación del proyecto para corregir y hacer los ajustes necesarios que
garanticen el éxito del proyecto y alcanzar el impacto
esperado.
Las iniciativas descritas en este estudio muestran algunos avances y dejan ver un enorme potencial por explorar y
desarrollar en relación a la generación de alternativas que
desde el sector empresarial contribuyan a resolver situaciones ligadas al DFI. En este sentido, es necesario incrementar los esfuerzos realizados hasta el momento, lo que
requiere el compromiso decidido tanto de instituciones
públicas, de organizaciones sociales nacionales e internacionales, de la cooperación internacional y del sector empresarial.
En este sentido, entre los retos que tiene el sector empresarial cabe mencionar:
• Demostrar su responsabilidad social en el respeto de
los derechos humanos garantizando su compromiso
político, la implementación de procesos de diligencia
debida y diseño de estrategias que permitan reparar las
consecuencias negativas que hayan provocado o contribuido a provocar (Ruggie, 2011).
• Concientizarse de las dimensiones y características
del fenómeno del desplazamiento y sus consecuencias
para la actividad empresarial tanto en zonas de expulsión, como en zonas de recepción. En este sentido resulta vital la generación de más y mejores estrategias
de análisis y manejo de riesgos, impactos y oportunidades, que permitan, de manera atenta a los derechos
humanos, tener una mejor comprensión del entorno de
operación y focalizar las intervenciones. De igual forma,
puede buscar una mayor focalización en la población en
riesgo o en situación de desplazamiento y desarrollar
iniciativas que contemplen los diferentes factores que
inciden en este fenómeno y sus efectos, para así apor-
78 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
tar a la prevención, atención integral y estabilización
socioeconómica de la población desplazada.
• Apoyar al Estado en el proceso de fortalecimiento institucional y complementar los esfuerzos dentro de componentes débiles de la política pública que estimule la
presencia y acción institucional que respalden y protejan la actividad empresarial en sus zonas de operación.
En este sentido, el sector empresarial tiene la oportunidad de utilizar su potencial y fortaleza para aportar
en componentes claves del proceso de estabilización
socioeconómica, como la generación de alternativas
para vivienda, empleabilidad, acceso a tierras y apoyo a
procesos de arraigo y retorno a los lugares de origen.
• Participar en proyectos de mediano y largo plazo que
involucren a las entidades estatales y comunidades receptoras, generando capacidades locales para su apropiación, de tal forma que no se generen relaciones de
dependencia, actitudes asistencialistas, ni incentivos
perversos.
Recomendaciones
Partiendo de la base de que es el Estado, y no así las empresas, quien está obligado jurídicamente a proteger, sancionar y remediar situaciones y actores que atenten contra
los derechos humanos, las empresas tienen la responsabilidad de tomar las medidas necesarias y adecuadas para
garantizar su respeto. En ese sentido, este estudio propone
algunas recomendaciones tanto para el Estado como para
las empresas de tal forma que sirvan de punto de partida
para un involucramiento efectivo del sector empresarial en
la prevención, mitigación y atención de situaciones ligadas
al DFI, como parte de su obligación de respetar y contribuir
al respeto de los derechos humanos.
Para evitar que las empresas contribuyan al DFI
El Estado debe:
• Informar con claridad lo que se espera de las operaciones empresariales desarrolladas en Colombia y el respaldo institucional con el que cuentan para garantizar
el respeto de los DDHH, y la prevención del DFI en el
país (Principio Rector No. 2, Ruggie, 2011).
• Adoptar las medidas apropiadas para prevenir, investigar, castigar y reparar los abusos de las empresas a los
DDHH, mediante políticas adecuadas, actividades de
reglamentación y sometimiento a la justicia (Principio
Rector No. 2, Ruggie, 2011).
• Hacer seguimiento a actividades empresariales, en particular en zonas con DFI (Principio Rector No. 5, Ruggie,
2011).
• Evaluar la legislación y los estímulos a planes de inversión que puedan generar incentivos perversos en las
zonas (Principio Rector No. 4 y 9, Ruggie, 2011).
• Estimular entre las empresas la difusión de sus esfuerzos para respetar, proteger y mitigar el impacto de sus
operaciones en el DFI (Principio Rector No. 3, Ruggie,
2011).
Las empresas pueden:
• Reconocer, incorporar y difundir su responsabilidad y
compromiso en el respeto de los DDHH, y específicamente en lo ligado a la prevención del DFI, dentro de las
políticas y operaciones de su empresa (Principio Rector
No. 16, Ruggie, 2011).
• Consultar y atender las recomendaciones del Estado
frente a los riesgos de DFI, especialmente en zonas
afectadas por el conflicto.
• Hacer análisis integrales y periódicos del entorno de
operación sensible al DFI y adoptar las medidas necesarias para su atención. Lo que implica contemplar el
DFI y los elementos que contribuyen a este dentro de
sus análisis de riesgos e impactos, y tomar las precauciones necesarias para evitar contribuir – advertida o
inadvertidamente – a exacerbar factores ligados al DFI
(Principio Rector No. 13, Ruggie, 2011).
• Desarrollar iniciativas y estándares de comportamientos que contribuyan a la prevención de situaciones que
se asocian con el DFI.
• Observar la debida diligencia de cara al DFI (Ej. en adquisición de predios) (Principio Rector No. 17, Ruggie,
2011).
• Hacer seguimiento y consultar el impacto de sus operaciones en el entorno de cara al DFI, así como evaluar la
eficacia de las medidas implementadas para hacer los
ajustes y correctivos pertinentes.
nes aprendidas y experiencias de trabajo en iniciativas
similares.
Para fortalecer la participación empresarial en mitigación
El Estado debe:
• Diseñar y desarrollar iniciativas que respondan efectivamente a las condiciones locales y particularidades de
las poblaciones afectadas.
• Identificar diferentes formas de intervención para las
diferentes manifestaciones y formas del DFI; así como
aproximaciones ajustadas a diferentes tipos de empresas y actividades empresariales.
• Diseñar estrategias de atención con propuestas claras
y concretas para que el sector empresarial pueda participar.
Para fortalecer la participación empresarial en prevención
y mitigación
Las empresas pueden:
• Entender las lógicas de las zonas y poblaciones objetivos, en el diseño y ejecución de iniciativas.
• Incluir el DFI dentro de sus objetivos y programas de
responsabilidad social empresarial.
• Identificar estrategias con resultados validados y retomar lecciones aprendidas de experiencias similares.
• Trabajar de la mano de otros:
- Buscar aliados y socios con objetivos comunes
- Buscar asesoría de quienes tienen experiencia en
los temas y en las zonas
• Apoyarse en aquellos aspectos en los que el sector empresarial tiene experiencia y capacidad.
• Participar en proyectos e iniciativas de atención integral
con alcance de mediano y largo plazo.
Para fortalecer la participación empresarial en prevención
de situaciones de DFI
El Estado debe:
• Diseñar políticas públicas claras que promuevan dentro
del sector empresarial la protección, prevención y mitigación del DFI.
• Colaborar, asistir y acompañar a las empresas desde
las etapas tempranas de la operación en la identificación de los riesgos potenciales para los DDHH asociados a sus operaciones para su adecuada evaluación y
tratamiento (Principio Rector No. 7, Ruggie, 2011).
• Desarrollar estrategias de aproximación al sector empresarial y de trabajo con él, teniendo en cuenta leccio-
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 79
4. Casos documentados de
participación del sector empresarial
en programas de atención del
desplazamiento forzado interno
(DFI)
1. Programa de Reconstrucción Económica y
Social del Corregimiento El Salado
Resumen
En febrero de 2000, el corregimiento de El Salado
fue el escenario de una masacre que dejó 66 personas
muertas y 600 familias desplazadas en el corregimiento
y sus alrededores. Nueve años más tarde, en 2009, con
el retorno de un número importante de personas, se crea
el Programa de Reconstrucción Económica y Social del
Corregimiento El Salado, una iniciativa surgida desde el
sector privado, en cabeza de la Fundación Semana, que
ha logrado aglutinar y combinar esfuerzos de más de 50
organizaciones del sector privado en una gran alianza público – privada de más de 70 instituciones, con el objetivo
de generar un modelo de intervención integral que pueda
ser replicable a otras comunidades y contextos. La iniciativa combina el acompañamiento e intervención con proyectos sociales y económicos, articulando los esfuerzos
del Estado, sector empresarial y otras organizaciones para
mejorar las condiciones de vida de poblaciones que han
sido víctimas de la violencia como es el caso de la comunidad de El Salado.
De igual manera, esta iniciativa es una alianza innovadora que tiene como propósito mitigar los impactos y consecuencias del conflicto en comunidades víctimas y que
se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, elemento
que ha sido poco trabajado por el sector empresarial.
Esta iniciativa es una alianza de múltiples actores (Estado, empresas, organizaciones internacionales y de la
sociedad civil, y comunidades) unidos en torno a un mismo objetivo. En esta, cada actor aporta sus capacidades
y fortalezas (experiencia, conocimientos y recursos) con
miras a desarrollar e implementar un modelo de intervención integral y participativo donde se abordan temas de
infraestructura, educación, salud, generación de ingresos
y reactivación económica, desarrollo comunitario y seguridad. Todo esto con el fin de brindar soluciones sostenibles
a los problemas y necesidades que afectan a esta comunidad víctima de la violencia y del desplazamiento forzado.
Asimismo, esta convergencia de actores con características y habilidades diversas ha logrado generar sinergias y
80 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
alianzas que han permitido potenciar la intervención del
sector empresarial en el proceso, además de complementar y reforzar las acciones de las diferentes organizaciones, minimizando los posibles errores en la ejecución de
la intervención.
En esta iniciativa, la convocatoria amplia realizada a
través de medios masivos de comunicación y el compromiso decidido desde los niveles directivos de las empresas e instituciones ha sido fundamental para asegurar la
participación activa y permanente del sector empresarial
en las diferentes etapas de desarrollo del proyecto. Esta
participación, además corresponde a lo que se puede
considerar como un modelo de intervención empresarial
en el que las empresas pueden vincularse al proyecto de
acuerdo a las características, habilidades y fortalezas de
cada una. En este caso las empresas tienen tres formas
de vinculación que son: Participación Puntual, en donde
hacen aportes o donaciones puntuales sin involucrarse
directamente en el proceso de ejecución y seguimiento
de los proyectos; Participación Especifica, es el caso,
en el que deciden participar a lo largo del proceso en temas y proyectos específicos; y Participación Integral, es
el caso de las empresas que se convierten en parte del
proyecto macro, donde participan en los procesos de diseño, planeación, intervención y solución de problemas
de la iniciativa. Gracias a esto, el sector empresarial se ha
constituido no solo en el motor del proyecto, sino que ha
servido de promotor, motivador y catalizador de los procesos de intervención.
La iniciativa está proyectada para un periodo de duración de 3 a 5 años en el cual se espera crear las bases
y generar capacidades locales que hagan posible su auto-sostenibilidad a largo plazo. Durante el primer año se
adelantaron las fases de acercamiento y generación de
confianza; la identificación y priorización de los proyectos; la
conformación del equipo de campo y la intervención comunitaria. Actualmente el proyecto continúa implementándose
y está empezando la etapa de ejecución de proyectos. Aunque todavía hay un largo camino por recorrer, esta iniciativa
empieza a mostrar avances importantes en la consecución
de su principal propósito: demostrar que “con voluntad política, apoyo del sector privado, cooperación internacional, y
la sociedad civil, se puede lograr reconstruir un lugar como
El Salado” (Fundación Semana, 2011).
Esta iniciativa es un ejemplo de cómo el sector empresarial puede contribuir a la construcción de paz, al mismo
tiempo que muestra el potencial que tiene como agente de
cambio en comunidades que han sufrido las consecuencias
de un conflicto armado.
Programa de Reconstrucción Económica y Social
del Corregimiento El Salado
La región de los Montes de María ha sido un lugar de
interés estratégico para los grupos armados ilegales, por
ser una zona rica en recursos naturales y un escenario de
articulación de ejes viales y corredores de paso con salida
al mar, de conexión entre el norte y sur, así como hacia el
oriente y centro del país. Este hecho, sumado a la débil presencia y acción del Estado, provocó que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y las Autodefensas
Unidas de Colombia (AUC) ejercieran su poder, se disputaran el control del territorio y obligaran a sus habitantes a
desplazarse a otros lugares.
A El Salado, corregimiento del municipio de Carmen de
Bolívar en los Montes de María, llegaron el 16 de Febrero de 2000 las Autodefensas Campesinas de Córdoba y
Urabá (ACCU), con el fin de “ajusticiar” a las personas que
consideraban colaboradores de la guerrilla. Miembros del
Bloque Norte y Anorí de las ACCU, torturaron, ahorcaron, degollaron y abusaron sexualmente de varias mujeres, dejando a 66 personas muertas del corregimiento de El Salado
y sus alrededores, donde posteriormente 600 familias se
desplazaron del corregimiento (CNRR, 2009, p. 13). Desde el año 2001 ha habido distintas jornadas de retorno al
corregimiento. Para el 2009, año en el cual la Fundación
Semana inicia el Programa de Reconstrucción Económica
y Social del Corregimiento El Salado, habían retornado 730
personas, y para 2011, casi 2 años después del inicio del
programa, se registran 786 personas retornadas.
Por otro lado, desde su inicio la Fundación Semana decidió enfocar su trabajo en temas para la inclusión social,
por lo cual deciden orientarse en poblaciones involucradas
en el conflicto armado como víctimas, población en proceso
de reintegración y desplazados. De acuerdo a esto la Fundación empezó a hacer un trabajo de identificación y diagnóstico de posibles comunidades beneficiarias, principalmente
víctimas, donde se tomó la decisión de intervenir en El Salado porque representaba un símbolo de la violencia, y por
contar con una tradición con potencial económico como la
actividad tabacalera, con el fin de generar una verdadera
transformación en el lugar y complementar la labor que el
Gobierno poco a poco venía haciendo en el corregimiento.
Este programa de reconstrucción se inició el 13 de Septiembre de 2009 y está proyectado para un periodo de 3 a
5 años en el cual se busca la elaboración de un modelo de
reconstrucción a través de esfuerzos público-privados que
permitan recuperar y mejorar la calidad de vida de una población víctima de la violencia como un símbolo de reconciliación, además de crear las bases y generar capacidades
locales que hagan posible su auto-sostenibilidad a largo plazo. Con este fin el programa, convoca y genera alianzas con
diferentes actores e instituciones, y elabora de forma participativa un proyecto de intervención integral que pueda ser
replicable a otras comunidades y contextos, trabajando en
los temas de infraestructura, generación de ingresos, salud,
desarrollo comunitario, educación y seguridad.
Antes de empezar el proceso de intervención del programa de reconstrucción en el corregimiento, la Fundación
Semana se apoyó en la Fundación Carvajal, quien ya había
trabajado en proyectos similares, para diseñar y coordinar
la estrategia de intervención. Al tener un plan de intervención estructurado la Fundación Semana, aprovechando la
ventaja de tener la cercanía a un medio de comunicación
reconocido en el país, como lo es la revista Semana, desarrolló una campaña de sensibilización y visibilización en
la radio, televisión, medios impresos y otros medios, para
lograr la vinculación se diferentes personas y organizaciones al programa. Paralelo a esta campaña, se identificaron
aliados potenciales y se tocaron las puertas de las organizaciones y empresas del sector privado, buscando así su
vinculación, logrando que poco a poco se adhirieran organizaciones. Para 2011 contaba con más de 70 organizaciones de todo tipo entre las cuales se contaban 50 empresas
vinculadas al proyecto, quienes lideradas por la Fundación
Semana aportan su experiencia, conocimientos y recursos
para mejorar la calidad de vida de la comunidad de esta
zona a través del acompañamiento e intervención con proyectos sociales y económicos.
Entre 2009 y 2010, primer año de esta iniciativa, se
hizo el proceso de acercamiento orientado a lograr un mejor conocimiento y entendimiento de la cultura, la situación
y las características de la comunidad. Con esto se pretendía
contar con insumos para diseñar proyectos de acuerdo a
las necesidades, características y capacidades de la población. En el marco de este trabajo se diseñaron dos tipos de
proyectos. Por un lado, proyectos de pequeño alcance cuyo
desarrollo se constituyo en “victorias tempranas” que contribuyeron a generar credibilidad y construir confianza con
la población, dos elementos básicos para la realización de
proyectos más grandes. Para el diseño de los proyectos mayor alcance, se buscó trabajar de la mano con la comunidad
y lograr que ésta fuera partícipe tanto de su elaboración
como de la implementación de proyectos, para generar una
apropiación de los mismos por parte de la población. Para
esto, los proyectos se socializaron, revalidaron, modificaron
y rediseñaron de manera conjunta.
Desde el 31 de octubre de 2010 se inició la etapa de
intervención con la demolición y limpieza de la zona des-
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 81
tinada a la construcción de la casa de la cultura, que será
el símbolo de la reconstrucción y reconciliación. Asimismo,
se comenzó la implementación de otros proyectos como el
alcantarillado.
De igual forma, en febrero de 2011 se puso la primera
piedra con la que se dio inicio a la construcción de la Casa
de la Cultura, y se llevó a cabo la ceremonia para la preparación y construcción del campo santo, en la cancha donde
se concentró la tragedia, como espacio simbólico de la reconstrucción de la comunidad y como forma de guardar la
memoria de lo sucedido44.
Análisis de la intervención en El Salado
Diferentes autores, como Angelika Rettberg y Alexandra
Guáqueta, han encontrado que la participación del sector
privado en la búsqueda de la paz fue muy pobre hasta finales de la década de 1990. En años recientes, sin embargo, con la escalada del conflicto y la afectación directa de
las empresas por éste, ha hecho que el sector empresarial
participe cada vez más, generando e impulsando iniciativas que aporten a la construcción de paz en Colombia y al
mejoramiento de las condiciones de vida de la población.
En palabras de Guáqueta, “No sólo los grandes grupos empresariales que canalizan muchos esfuerzos a través de
fundaciones, se han unido a diferentes tipos de programas
dirigidos a combatir la pobreza, la inequidad, la exclusión
social y la debilidad institucional. Otras promueven los derechos humanos y los valores democráticos creando oportunidades de empleo para viudas de la guerra, personas
desplazadas, excombatientes, soldados discapacitados y
jóvenes en riesgo de ser reclutados por los grupos armados
ilegales, o ayudan a la sustitución de cultivos ilegales, entre
otros” (Guaqueta, 2006b, p.11).
El Programa de Reconstrucción Económica y Social del
Corregimiento El Salado es un ejemplo de cómo en comunidades víctimas de la violencia y del desplazamiento forzado
como el corregimiento de El Salado, donde se presentó una
de las peores masacres en la región de Montes de María,
el sector empresarial puede contribuir a la construcción de
paz y mostrar el potencial que tiene como agente de cambio
en comunidades que han sufrido las consecuencias de un
conflicto armado.
El programa de reconstrucción de El Salado es una iniciativa que surge desde el sector privado, en cabeza de la
Fundación Semana, que ha logrado aglutinar y combinar
esfuerzos de más de 50 organizaciones del sector privado
Para obtener información más detallada sobre el proceso de intervención y sus componentes diríjase al anexo, en el final del documento.
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en una gran alianza público – privada de más de 70 instituciones, con el objetivo de generar un modelo de intervención integral que pueda ser replicable a otras comunidades
y contextos. La iniciativa combina el acompañamiento e
intervención con proyectos sociales y económicos, articulando los esfuerzos del Estado, sector empresarial y otras
organizaciones para mejorar las condiciones de vida de poblaciones que han sido víctima de la violencia como es el
caso de la comunidad de El Salado.
La Fundación Semana ha jugado un papel fundamental
en esta iniciativa, debido a su decisión y liderazgo dentro
de la intervención. Gracias a la convocatoria hecha por la
Fundación Semana, el proyecto de reconstrucción ha vinculado a un número importante de empresas y fundaciones
empresariales con características y habilidades diversas,
unidas por un mismo objetivo: la reconstrucción social
y económica de El Salado. El éxito en la convocatoria y la
vinculación de las empresas en torno a esta iniciativa se
refleja en la forma como estas empresas y fundaciones empresariales se han apropiado de cada uno de los proyectos
en los que participan. Un aspecto a destacar en este sentido es que la participación corresponde con las habilidades,
capacidades y características de cada una de las empresas
y fundaciones; y se ha buscado generar sinergias, complementariedad en los esfuerzos y un uso eficiente y efectivo
de los recursos aportados. En este sentido, el sector empresarial además de ser el motor del proyecto, también ha
servido de promotor, motivador y catalizador de los procesos de intervención.
En esta iniciativa, la alianza de múltiples actores ha logrado maximizar el papel del sector privado, al potenciar su
cooperación y complementariedad entre actores con diferentes capacidades donde se facilita que las características y
fortalezas de las empresas movilicen, se articulen y complementen las acciones de las instituciones gubernamentales
y otras organizaciones. De igual manera, se ha logrado fortalecer las capacidades del Estado, por medio del fortalecimiento de los procesos institucionales que se adelantan en
la zona, sin llegar a suplir las obligaciones del Estado. Asimismo, esta convergencia de actores con características y
habilidades diversas ha logrado reforzar las acciones de las
diferentes organizaciones, minimizando la improvisación, y
logrando procesos más eficientes y con mayor impacto en las
condiciones de vida de la comunidad de El Salado.
En esta experiencia, el papel de los medios de comunicación en la difusión de la iniciativa y la campaña de sen-
sibilización fue fundamental, ya que despertó el interés en
los niveles directivos de varias organizaciones y logró unir
esfuerzos para construir esta gran alianza público-privada
que ha facilitado la movilización de recursos y la eficiencia
en los procesos, así como asegurar la participación y continuidad de las empresas en la iniciativa.
La convocatoria amplia en medios masivos de comunicación y el compromiso decidido desde los niveles directivos de las empresas e instituciones ha sido fundamental
para asegurar su activa y permanente participación en los
procesos de diseño, organización e implementación de los
diferentes proyectos que constituyen la iniciativa. En este
sentido, el interés y participación de los ejecutivos en la iniciativa ha facilitado la movilización de recursos, la eficiencia en los procesos, y la participación y sostenimiento de las
empresas en la iniciativa, además de aportes puntuales en
recursos económicos o materiales, acompañamiento y asesorías, facilitación y gestión de procesos, o la generación de
proyectos específicos.
Por otro lado, la confluencia de actores con características y habilidades diversas ha permitido construir y poner
en práctica un modelo de intervención integral con participación tanto de las organizaciones aliadas como de la
comunidad, donde se abordan temas de infraestructura,
educación, salud, generación de ingresos y reactivación
económica, desarrollo social y seguridad, con el fin de brindar soluciones sostenibles a los problemas y necesidades
que afectan a esta comunidad víctima de la violencia y el
desplazamiento forzado.
El Salado un Modelo de Intervención Empresarial
El Programa de Reconstrucción Económica y Social del
Corregimiento El Salado, creado por la Fundación Semana,
busca la generación de un modelo de reconstrucción que a
través de esfuerzos público – privados permita recuperar y
mejorar la calidad de vida de una población víctima de la
violencia como forma de mitigar los impactos del conflicto en esta comunidad. Con este fin, el programa, por una
parte, convoca y genera alianzas con diferentes actores e
instituciones, y por otra, elabora de forma participativa un
proyecto de intervención integral.
En el caso de la reconstrucción del El Salado, es posible
observar cinco fases o momentos dentro de la intervención,
en las cuales se ha venido trabajando tanto con las organizaciones aliadas como con la comunidad.
1. Acercamiento y generación de confianza: Es la fase inicial en la cual por un período de tiempo (6 meses) se
trabajó con la comunidad de la mano de varias organizaciones en el proceso de generación de confianza y
definición clara de roles y objetivos a seguir que sentó
las bases para la construcción y diseño de un proyecto
de intervención que correspondiera a las condiciones y
necesidades de la población, y que adicionalmente generara una “licencia social” para intervenir en la zona.
En esta fase se llevaron a cabo actividades de acercamiento y generación de confianza, se levantó información para la contextualización y diagnóstico de la zona
y su población, se establecieron espacios de comunicación y diálogo que facilitaran el apoyo y la participación
de la comunidad en los proyectos, entre otras. Paralelamente, se realizó un proceso de visibilización, sensibilización y acercamiento a diferentes organizaciones y
empresas locales, regionales y nacionales para generar
alianzas estratégicas que impulsaran y apoyaran los
procesos de intervención. La generación de alianzas
con organizaciones locales de trayectoria ha resultado
clave para facilitar los procesos de acercamiento, coordinación y ejecución de actividades con la comunidad.
2. Identificación, priorización, diseño y organización de la
iniciativa: A través de ejercicios de planeación con la
participación de la comunidad, sector público y privado,
ONG y organismos de cooperación, se obtuvo una radiografía del lugar, se identificó y priorizó las necesidades y temas más urgentes para la población, se definió
y diseñó el plan de acción y los proyectos a formular,
gestionar y ejecutar, así como la metodología de trabajo. El papel de la comunidad fue fundamental en esta
etapa del proceso para que la iniciativa se dirigiera a
las expectativas y necesidades más importantes de la
comunidad. Así también, fue fundamental que la intervención propuesta no fuera impuesta desde afuera de
la comunidad ya que esto podía quitarle legitimidad a la
intervención e impedir que la comunidad se apropie del
proceso.
3. Conformación del equipo de campo: Se conformó un
equipo de con las competencias necesarias para hacer
trabajo de campo y tener presencia en la zona, dinamizar a la población y coadyuvar en la gestión de nuevas propuestas de origen comunitario es fundamentan
para el éxito de la iniciativa. Por una parte, fortalece los
lazos de confianza con la comunidad y por otro, permite contar con un interlocutor permanente atento a los
eventos y preocupaciones que se presenten en la zona,
que retroalimente el proceso y facilite la coordinación
y seguimiento en el campo de las actividades con las
organizaciones.
4. Intervención comunitaria: En esta fase se desarrollaron
proyectos comunitarios de índole económico y social
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 83
como mecanismo de potenciación de las habilidades
y fortalezas de sus habitantes. Para esto fue importante primero tener claro y reconocer las condiciones
de vida de sus habitantes, qué les interesa hacer y en
qué cosas les gustaría participar en el futuro. En esta
fase el sector empresarial ha apoyado los procesos de
asesoría, formación y capacitación en habilidades y
competencias dentro de la comunidad para dejar una
capacidad instalada a nivel local que permita a la comunidad ser gestora de su propio desarrollo y garantizar la
sostenibilidad de la iniciativa al terminar el proceso de
intervención.
5. Inicio de proyectos: Con base en las conclusiones de la
intervención comunitaria se validaron o modificaron las
propuestas de proyectos a realizar en cada uno de los
componentes priorizados para la fase 2, se definieron
cronogramas y tiempos de ejecución para cada uno de
los proyectos teniendo en cuenta las temporalidades y
características locales, y se da inicio al desarrollo de estos con base en las actividades, cronogramas y metas
establecidas para cada uno. Durante esta etapa tener
en cuenta las temporalidades, presencia y fortalezas
tanto de la comunidad como de la institucionalidad
local es clave para evitar retrasos y limitaciones en la
ejecución de los proyectos.
El proceso seguido con miras a lograr la reconstrucción
de El Salado y de contar en esta tarea con una fuerte participación del sector empresarial da cuenta de al menos dos
modelos de trabajo. Por un lado el modelo de intervención
propiamente dicho y por otro lado, el modelo de convocatoria y vinculación del sector empresarial, que resulta igualmente clave para el funcionamiento de esta iniciativa.
1. Modelo de intervención:
• Estrategias de acercamiento y generación de confianza. Esta estrategia ha sido fundamental para poder generar una “licencia social” para intervenir en la zona.
Para empezar fue importante generar alianzas con
organizaciones que hubieran trabajado con población
similar o trabajaran en la zona donde se va a implementar el proyecto, con el fin de generar un programa
de acercamiento que esté de acuerdo a las características de la población a intervenir. En este caso el conocimiento de la población fue clave para poder generar
procesos de acercamiento, ya que cada comunidad
tiene características específicas que deben ser tenidas
en cuenta para facilitar los procesos de acercamiento,
coordinación y ejecución de actividades con la comuni-
84 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
dad. Por otro lado, la creación de un equipo de campo
fue importante, ya que le dió visibilidad y credibilidad
al proyecto y por lo tanto confianza dentro de la comunidad. De igual forma, el desarrollo de proyectos puntuales y de rápido alcance o “victorias tempranas” que
atendieron necesidades urgentes de la comunidad fue
otro factor que ayuda a incrementar la confianza dentro
de la comunidad. Por último, fue importante establecer
espacios de comunicación y diálogo que facilitaran el
apoyo y la participación de la comunidad en los proyectos, con el fin de que la comunidad se sintiera participe
y tenida en cuenta en el proceso de intervención. Esto
ha sido importante no solo porque genera confianza en
la comunidad, sino porque también ha contribuido a
que la gente se apropie y se involucre en el proyecto.
• Diseño, Identificación y Priorización. Durante esta parte
y en todo el proceso de intervención ha sido fundamental conocer las características y particularidades tanto
de la comunidad como del contexto. Para esto fue importante hacer estudios diagnósticos con el fin de adecuar, diseñar y validar los proyectos, de acuerdo a las
necesidades, prioridades, características y habilidades
de la población. El diagnóstico inicial permitió identificar
y priorizar las necesidades y temas más urgentes para
la población, donde la participación de la comunidad es
fundamental para que la iniciativa se dirigiera a las expectativas y necesidades más importantes de ellos. Así
también, ha sido clave que la intervención propuesta
no sea impuesta desde afuera de la comunidad ya que
esto podía quitarle legitimidad a la intervención e impedir que la comunidad se apropie del proceso. De igual
forma fue necesario definir y diseñar un plan de acción
donde se establecieran claramente los roles y objetivos
a seguir, se sentaran las bases para la construcción y
diseño de un proyecto de intervención que correspondiera a las condiciones y necesidades de la población, y
los proyectos a formular, gestionar y ejecutar, así como
la metodología de trabajo que permitiera el buen funcionamiento y organización de la iniciativa.
• Estrategia de organización. Dentro de la iniciativa hay
un liderazgo fuerte de la Fundación Semana quien se ha
encargado de canalizar, organizar y vigilar el funcionamiento del proyecto, asesorado y acompañado con organizaciones que han tenido experiencia en intervenciones
similares como la Fundación Carvajal. El programa ha
conformado comités tanto a nivel comunitario como en
Bogotá con las organizaciones aliadas, por cada área
de intervención. Por otro lado, se ha involucrado a las
empresas y organizaciones de acuerdo a las caracterís-
ticas, habilidades y las posibilidades de aporte que puedan tener, en los diferentes ejes o comités y áreas de
intervención, como forma de potenciar el aporte de cada
organización en el proceso. De igual forma, cada comité
ha contado con un líder que se encarga de la coordinación del mismo, que se elige de acuerdo a la experiencia
y conocimiento sobre el tema a intervenir. Los comités
comunitarios en cada una de las áreas de intervención,
constituidos por personas de la comunidad, han trabajado conjuntamente con los comités de los aliados en
Bogotá, además de difundir la información del estado
de los proyectos como forma de veeduría y seguimiento
comunitario a los procesos. Este modo de organización
ha permitido la interacción constante entre las organizaciones y la comunidad a través de la Fundación Semana,
quien se ha encargado de ser el intermediario entre las
organizaciones y la comunidad, con el fin de transmitir
las inquietudes y opiniones de la comunidad a los comités y validar los proyectos o soluciones expuestas por las
organizaciones con la comunidad.
• Estrategia de trabajo con la comunidad. A través de
asambleas comunales se ha hecho partícipe a la comunidad en el diseño y en la toma de decisiones del
proyecto. En este sentido, se trató de vincular a la comunidad en las diferentes partes del proyecto de diferentes
formas. Como ya se mencionó la comunidad es quien
toma las decisiones, por medio de un proceso de acompañamiento y asesoramiento hecho por la Fundación
Semana, donde se les exponen los proyectos, características y beneficios que trae buscando la validación
comunitaria del proyecto. Por otro lado, se ha vinculado
a la comunidad en los procesos de intervención utilizando las capacidades y conocimientos de las personas y
en la generación de nuevas capacidades que le permita
a la comunidad poner al servicio de la intervención la
mano de obra, conocimiento y experiencia.
2. Modelo de convocatoria y vinculación del sector empresarial:
• Estrategia de visibilidad. En este caso los medios de comunicación toman un papel fundamental, ya que gracias
a la difusión hecha en diferentes medios y a la campaña
de sensibilización y visibilidad de la situación, condiciones de la población y proyecto de reconstrucción se logró
que muchas organizaciones lo conocieran y decidieran
aportar e involucrarse de diferentes formas.
• Estrategia de acercamiento y vinculación de las organizaciones. Esta estrategia ha sido muy importante
para el éxito de la convocatoria y la vinculación de or-
ganizaciones al proyecto. En este caso se observaron
las características, habilidades y posibilidades de las
diferentes organizaciones y de acuerdo a estas se hace
una propuesta concreta donde se le muestran las posibilidades y las formas donde puede ayudar. Este punto
es fundamental, en el acercamiento a las empresas, ya
que en algunos casos las empresas o empresarios no
conocen la forma en que pueden aportar en este tipo
de proyectos, lo que dificulta su vinculación. Otro de los
aspectos importantes dentro de esta estrategia es el
acercamiento a los niveles directivos de las empresas
y organizaciones. En este sentido, se trata de vincular
a las altas esferas de la organización con el fin de comprometerlas desde los estamentos donde se toman las
decisiones, logrando la permanecía y cumplimiento de
las empresas en el proceso de intervención. Por último,
es importante señalar que esta estrategia pretende articular los esfuerzos de diferentes empresas en cada
uno de los proyectos, con el propósito de optimizar la
intervención de cada una de estas.
• Estrategia de intervención empresarial. Esta estrategia
busca que las empresas trabajen desde lo que saben
y pueden hacer. Esta estrategia o como se llamó en la
sección anterior “modelo de intervención empresarial”,
muestra las diferentes formas como el sector empresarial puede aportar en este tipo de proyectos de acuerdo
a las capacidades y habilidades de cada empresa, lo
que hace más eficiente su aporte. Hay tres formas de
vinculación empresarial que son la Participación Puntual, Específica e Integral, que se traducen en tres categorías o tipos de aporte que son la inversión social, las
actividades propias de su negocio o el diálogo político.
Estos dos modelos y las estrategias que los componen
se entrelazan en las diferentes etapas y situaciones dando
como resultado una intervención en la que es posible identificar tres formas de participación del sector empresarial a
lo largo del proceso:
1. Participación puntual: En este caso la participación se
da en uno o varios momentos de la iniciativa donde las
empresas hacen aportes o donaciones puntuales a la
iniciativa en recursos económicos, servicios o materiales, sin involucrarse directamente en el proceso de ejecución y seguimiento de los proyectos.
2. Participación específica: Es el caso de empresas que
de acuerdo a sus características y capacidades deciden
participar a lo largo del proceso en temas y proyectos
específicos, atendiendo las necesidades particulares
de estos proyectos.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 85
3. Participación integral: En este caso las empresas se
convierten en parte del proyecto macro, participan de
los diferentes componentes, comités temáticos e involucran a sus funcionarios y ejecutivos en los procesos
de diseño, planeación, intervención y solución de problemas de la iniciativa.
Estas tres formas de participación del sector empresarial se manifiestan en diferentes tipos de aportes, como donaciones de tiempo, conocimiento, recursos económicos,
materiales o humanos. En este sentido, la participación
empresarial en la reconstrucción de El Salado se puede
entender también en términos de las siguientes tres categorías en las que es posible clasificar distintas formas de
participación del sector empresarial en la construcción de
paz y el mejoramiento de la situación de derechos humanos: 1) inversión social o el aporte de recursos que hace
una empresa con miras a contribuir a mejorar la calidad de
vida de las comunidades locales y al mismo tiempo mejorar
las condiciones de su entorno de operación, por ejemplo el
contribuir a financiar la logística de actividades necesarias
para el desarrollo de iniciativas que benefician a la comunidad. 2) actividades propias del negocio o aquellas acciones
que emprende la empresa en el marco de su negocio con
miras a contribuir a mejorar la calidad de vida de las comunidades locales y al mismo tiempo mejorar las condiciones
de su entorno de operación, por ejemplo el desarrollo de
negocios inclusivos y la incorporación de proveedores en
la cadena de producción. 3) diálogo político o la puesta del
capital social y político de la empresa al servicio de una iniciativa encaminada a beneficiar a grupos de interés locales,
por ejemplo a fortalecer la presencia institucional y a empoderar a líderes locales para la autogestión de proyectos que
benefician a la comunidad.
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Retos de la iniciativa
Las características regionales, locales y del proyecto
han generado una serie de retos y situaciones difíciles a los
que se han tenido que enfrentar las organizaciones durante
el proceso de intervención. Algunos de los retos y dificultades más relevantes son:
- Ingresar a zonas impactadas y fracturadas por la violencia: Llegar a una comunidad dolida y que se siente
olvidada es difícil y requiere un tratamiento cuidadoso,
especialmente porque tienen muchas exigencias y necesidades, y la comunidad se puede encontrar dividida
frente a los hechos y actores que los han afectado.
- Trabajar en zonas con carencia institucional y gobernabilidad frágil: Trabajar en un lugar que se caracteriza por
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tener debilidad institucional, poca interlocución entre el
Estado y la comunidad, distanciamiento del gobierno
local y con un problema de tierras importante requiere
del compromiso decidido y la búsqueda de alternativas
novedosas para contrarrestar sus impactos.
No sustituir las funciones estatales: Generar un proceso
diferenciado del deber del Estado de reparar a las víctimas para no terminar sustituyendo las funciones del
Estado.
El aislamiento geográfico: Se hace difícil y costoso el acceso para organizaciones que tienen sede en ciudades
como Bogotá, y también dificulta la articulación entre
las organizaciones encargadas de ejecutar los proyectos en la zona y las otras organizaciones.
Coordinar los tiempos de las organizaciones y las ciudades con las de las comunidades locales: La intención
que tienen las organizaciones de materializar los proyectos en el menor tiempo posible es un reto importante. Generalmente las temporalidades y realidades de la
comunidad y del lugar donde se implementa el proyecto
son diferentes a las de las ciudades medianas y grandes, lo que dificulta la implementación de los proyectos
más grandes.
La sincronización de las organizaciones que conforman
el proyecto son un elemento complicado, ya que las diferentes organizaciones no comparten los mismos tiempos de acción, trabajan en ciudades diferentes y sus
visiones de los proyectos son diferentes.
Generar procesos de reconstrucción integrales: Uno de
los retos más importantes de esta iniciativa es generar
proyectos que contemplen los diferentes aspectos que
puede tener una intervención de esta envergadura, para
generar un proceso de intervención que brinde soluciones de largo plazo a las necesidades de la población.
Reconocer siempre el aporte de la comunidad: En cada
uno de los proyectos es importante contar con el apoyo,
retroalimentación y la aceptación de la comunidad, para
lograr que los proyectos no sea impuestos a la misma,
sino que contemplen y se adapten a las necesidades,
intereses y expectativas de la comunidad. Todos los proyectos deben contar con contrapartida comunitaria.
Optimización de la ayuda: Potencializar las características de cada organización, mirar las fortalezas y debilidades de cada una de las organizaciones que hacen parte
del proyecto, con el fin de optimizar y complementar la
ayuda de las organizaciones y así no duplicar esfuerzos.
El interés de la comunidad de participar: Lograr que las
personas de la comunidad se interesen, integren y participen en la elaboración de los proyectos.
Resultados
De proceso:
- Uno de los resultados más visibles del proyecto ha sido
la generación de confianza y la construcción de acuerdos con la comunidad.
- Inclusión de la comunidad en el diseño e implementación de los proyectos, lo que ha tenido como resultado
la apropiación de la comunidad en lo que se está haciendo.
- Hay un Plan de trabajo organizado con la comunidad.
- La visibilidad del corregimiento y de sus problemas, es
uno de los logros más importantes, ya que gracias al
-
trabajo de la Fundación Semana se ha podido mostrar a
la sociedad colombiana y las empresas la situación del
corregimiento.
El proceso de reconstrucción ha logrado que haya un
mayor conocimiento sobre la comunidad, sus necesidades, prioridades, y en el estado que se encuentra. Por
medio de investigaciones y estudios como el perfil epidemiológico de la comunidad se ha logrado visibilizar
aspectos de la comunidad necesarios para priorizar las
acciones como en el tema salud.
De intervenciones:
PROGRAMAS Y RESULTADOS DE INTERVENCIÓN
ÁREAS
PROGRAMAS
RESULTADOS DE INTERVENCIÓN
Inicio de la construcción de la Casa de la Cultura.
Inicio de la construcción del sistema de recolección y tratamiento de aguas
Infraestructura
Programa de Mejoramiento de
servidas (acueducto, alcantarillado y planta de tratamiento de aguas residuales).
Vivienda; Proyecto de Vivienda Nueva;
Mejoramiento y construcción de 118 viviendas.
Casa de la Cultura; Reconstrucción
Mejoramiento de las condiciones de la vía de acceso.
de Murallas y Control del Arroyo;
Reparación del sistema de murallas para la canalización y contención del arrollo.
Reparación de la Iglesia; Construcción
Adecuación y mejoramiento de 5 hogares comunitarios del corregimiento.
del Alcantarillado; Reparación del
Mejoramiento de las condiciones infraestructurales y de salubridad del restaurante
Acueducto; Relleno Sanitario; Baterías
escolar.
Sanitarias; Vía de Acceso; Antena de
Transformación de la cancha donde ocurrió la masacre a camposanto.
Telecomunicaciones; Polideportivo
Construcción de un nuevo polideportivo en “Barrio Arriba”.
y adecuación de la cancha de
Reparación de las redes eléctricas de El Salado.
futbol; Centro de Salud, Planta de
Implementación de un sistema de recolección de basuras.
Potabilización de Agua; Construcción
Reconstrucción del Centro Educativo del corregimiento.
de Restaurante Escolar, Adecuación de
Construcción del Centro de Salud.
Redes Eléctricas.
Se construyó un Polideportivo nuevo, con el objetivo de incentivar el deporte, algo
que se había perdido después de la masacre.
Instalación de una Sala de Sistemas.
Desarrollo de un emprendimiento productivo agrícola en dos predios de 320
hectáreas, que beneficia a 63 familias.
Ejecución de un programa de desarrollo tabacalero que implica más de 5.000
hectáreas para el cultivo de tabaco.
Convocatoria INCODER, Proyecto
Productivo de Tabaco, Proyecto Jóvenes
Campesinos, Proyecto Productivo
Desarrollo económico
de Frutales, Proyecto de Alianzas
Productivas, Proyecto de Reactivación
Económica; Proyecto de fortalecimiento
para Tenderos Apiarios; Plan ReSa;
Proyecto para “Mujeres Unidas”.
Implementación de un plan de reactivación económica a través de cuatro
programas: microcréditos, fondos locales de ahorro, granjas porcícolas y la
conformación de nuevas unidades productivas.
Micro créditos para 49 nuevos negocios.
Proyecto porcícola para 10 familias.
Desarrollo de un proceso de fortalecimiento organizativo y productivo para 35
Jóvenes, en 100 hectáreas donadas.
Capacitación de los 11 tenderos de El Salado para la aplicación de buenas
prácticas administrativas.
Desarrollo de una iniciativa de negocio de jóvenes para la cría de abejas y la
producción de miel.
Desarrollo de un proyecto productivo de ganadería para la asociación local
“Mujeres Unidas”.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 87
Gestión de la Salud
Jornadas de salud; Proyecto “Nuestra
Implementación del proyecto de “Patios Productivos”, para mejorar la nutrición de
Tierra”, Perfil Epidemiológico;
la comunidad.
Gestionar Prestación de Salud;
Apoyo en el proceso de atención psicosocial y fortalecimiento de competencias
Veedurías Ciudadanas; Construcción
para niños y niñas afectados por el conflicto; proyecto “Nuestra Tierra”.
de Estrategias de Prevención,
Se realización de una campaña de salud que se llamó el “Plan Carpa”, donde se
Proyectos de Seguridad Alimentaria y
atendió a la población en temas de salud durante un mes.
Nutrición, Unidades Saludables, Patios
Elaboración de un perfil epidemiológico para el corregimiento, para establecer
Productivos.
temas prioritarios en de salud.
Construcción y fortalecimiento del
Desarrollo Comunitario
Comité Local Comunitario; Plan
Trabajo con la primera infancia para desarrollar capacidades en los temas de Paz,
de Desarrollo Local; Estrategia
prosperidad, democracias y equidad.
de Comunicaciones; Formulación
Fortalecimiento organizacional y administrativo de las 5 organizaciones para
de Proyectos; Acompañamiento
mejorar su competitividad y competencia.
Psicosocial; Fomento de Nuevos
Inicio del proceso de potenciación de las fortalezas y reconocimiento de las
Liderazgos; Fortalecimiento de
debilidades de los líderes comunitarios.
Capacidades Locales e Institucionales;
Retorno de más de 1000 personas hasta 2011.
Deporte y Recreación; Capacitación del
Inicio del proceso de capacitación y concientización familiar.
uso de Acueducto y Alcantarillado.
Implementación de Grado Once;
Construcción del PEI con Énfasis
Agroindustrial; Construcción y
Dotación de la Granja Demostrativa;
Educación
Implementación del TIC en el Pensum
Académico; Fortalecimiento de Hogares
Comunitarios; Formación de Docentes;
Mejoramiento de la Infraestructura
Construcción de una granja productiva para la formación agropecuaria de los
jóvenes.
Proceso de capacitación para la comunidad en la construcción y manejo del
acueducto y alcantarillado.
Gestión del grado décimo e inicio del proceso de gestión para el grado once.
Educativa; Proyecto para la primera
infancia.
Gestionar Puesto de Policía; Monitoreo
Seguridad
constante de seguridad en la zona;
Instalación de antena de telecomunicaciones para proveer del servicio de
la instalación de la antena de
telefonía, Internet y celular.
comunicación; Fortalecimiento de
Establecimiento de un lugar para poner el puesto de policía.
justicia regional.
Observaciones finales
Esta iniciativa es una alianza innovadora, donde el sector empresarial trabaja para mitigar los impactos y consecuencias del conflicto armado en comunidades víctimas,
elemento que ha sido poco trabajado por el sector empresarial. De igual forma, esta iniciativa muestra el impacto
que puede tener la participación del sector empresarial en
la transformación de las condiciones de vida de comunidades que han sido víctimas de un conflicto armado.
El modelo de reconstrucción de El Salado encierra un
proceso de intervención en el que el sector empresarial es
el principal generador y promotor del proceso.
Una de las principales fortalezas del modelo es haber
logrado el involucramiento en la iniciativa a los niveles directivos de las empresas, lo que ha asegurado el compromiso de las empresas y una mayor eficiencia e impacto en los
proyectos. Por otro lado, la iniciativa ha logrado una articu88 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
lación de diferentes organizaciones, permitiendo fortalecer
los procesos de intervención y minimizar los errores en la
ejecución de la intervención.
En un modelo de intervención como el que se emplea
en El Salado, las características, capacidades y diversidad
de los aliados y empresas que se vinculan en la iniciativa,
son un elemento fundamental para poder sacar provecho
de sus fortalezas, contrarrestar las debilidades y generar
sinergias entre los aportes que hace cada una de las organizaciones. Este modelo muestra el potencial que tiene
el sector empresarial en estas iniciativas, y los diferentes
tipos y formas en las que se puede vincular en proceso de
construcción de paz.
Bibliografía
Entrevista a Andrés Zuluaga de Cementos Argos. 2010.
Entrevista a Juliana Ocampo de Bavaria. Octubre de 2010.
Fuentes
Entrevista a Emilia Ruiz de Fundación Corona. 2010.
Fundación Semana. Presentación “Programa de Reconstrucción
Económica y Social del Corregimiento El Salado”. Colombia,
Abril de 2010.
Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) y la
Agencia Presidencial para La Acción Social y La Cooperación(Acción Social). Documento Diagnóstico Mínimos Vitales de
población del Salado, Carmen de Bolívar. Julio de 2009.
Fundación Semana. Presentación “Diagnostico El Salado”.
Colombia, Noviembre 4 de 2009.
Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de
Reparación y Reconciliación (CNRR). LA MASACRE DE EL
SALADO: ESA GUERRA NO ERA NUESTRA. Bogotá-Colombia,
Grupo Editorial Santillana, Taurus S.A y Ediciones Semana,
Septiembre de 2009.
Guáqueta, Alexandra. Operando en medio del conflicto:
Construcción de paz y algunas mejores prácticas de
empresas colombianas. Bogotá, Colombia. Fundación Ideas
para la Paz e International Alert, Agosto de 2006.
Olano, María Cristina & Vargas, Jorge Enrique. Presentación
“Reflexiones en torno a la Masacre de El Salado (16 a 21 de
febrero de 2000)”. Fundación Semana, Noviembre de 2009.
Semana.com. El eterno retorno de El Salado. Colombia, 13 de
Febrero de 2010. [En línea] disponible en: http://www.
semana.com/noticias-nacion/eterno-retorno-salado/134927.
aspx
Entrevistas
Entrevista a Juan Carlos Vargas de Acción Social. Octubre 27 de
2010.
Entrevista a Carlos Suárez de Coca-Cola FEMSA. Octubre 27 de
2010.
Entrevista a Jorge Hernán Estrada de Eternit. Octubre de 2010.
Entrevista a Juan Carlos Correa de la Fundación Santa Fe de
Bogotá. Octubre de 2010.
Entrevista a Eduardo Díaz Fundación Alpina. Junio 23 de 2010.
Entrevista a Guillermo Carvajal Fundación Semana. Noviembre 24
de 2010.
Entrevista a Jhon Jairo Medina Líder Comunitario de El Salado.
Octubre de 2010.
Entrevista a Karym Cecilia Grijalba y Mónica Grimaldo de Sodimac
- Home Center. Noviembre 10 de 2010.
Entrevista a Pedro Nel González de Pavco. Octubre de 2010.
Entrevista a Camilo Leguizamo de OIM. Noviembre 26 de 2010.
Entrevista a María Emma Jaramillo de Fundación Carvajal. 2010.
Entrevista a María Mercedes Carrasquilla de Coltabaco. 2010.
Anexo
Descripción de la Iniciativa
Antecedentes
• El corregimiento de El Salado fue fundado en 1812, y
hasta antes de febrero de 2000, cuando fue perpetrada
la masacre, contaba con alrededor de 7.000 habitantes
y era reconocido como capital tabacalera de la costa
caribe.
• La región de los Montes de María ha sido un lugar de
interés estratégico para los grupos armados ilegales,
que sumado a la débil presencia y acción del Estado
provocó que las FARC y las AUC ejercieran su poder y se
disputaran el control del territorio.
• Entre 1996 y 2005 hubo cuarenta y nueve (49) masacres en la región (Presentación Olano & Vargas, 2009).
• El Salado, particularmente, fue un lugar de retaguardia
estratégica de las FARC.
• El 23 de marzo de 1997, la estigmatización de la población provocó la primera masacre por parte de las
Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU).
En este hecho fueron asesinadas 5 personas, lo que generó el desplazamiento de gran parte de la comunidad,
que al cabo de tres meses regresó (CNRR, 2009).
• El 16 de Febrero de 2000, las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), llegaron a El Salado
con el fin de “ajusticiar” a las personas que ellos consideraban colaboradores de la guerrilla. La tragedia se
prolongó hasta el 21 de Febrero de 2000, donde alrededor de 600 familias se desplazaron en su mayoría a
los municipios de El Carmen de Bolívar, Turbaco, Arjona,
Ovejas, y en ciudades cercanas como Cartagena, Sincelejo y Barranquilla (CNRR, 2009, p. 13).
• Desde el año 2001 ha habido distintas jornadas de retorno al corregimiento, siendo la del 18 de Febrero de
2002, la más exitosa.
• En el 2004, la presencia de las FARC y los paramilitares
llevaron a la militarización de la zona por parte de la
fuerza pública, donde “casi 100 personas volvieron a
irse por miedo a un montaje judicial”. (Semana, Feb.
2010)
• Hasta el 2009 habían regresado 730 personas, pero su
retorno se ha dado sin protección ni acompañamiento
institucional, lo que conlleva varias dificultades como
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 89
las de recuperar y habitar un pueblo en ruinas, enfrentar el dolor y los recuerdos de la masacre, la inseguridad por la continuación de la guerra, la presión de la
fuerza pública y la violencia guerrillera, entre otros.
Descripción
El Programa de Reconstrucción Económica y Social
del Corregimiento El Salado está enfocado en el corregimiento de El Salado perteneciente al municipio de Carmen
de Bolívar – departamento de Bolívar, dentro de la región
de Montes de María. Inició el 13 de Septiembre de 2009 y
está proyectado para un periodo de 3 a 5 años en el cual
se espera crear las bases y generar capacidades locales
que hagan posible su auto-sostenibilidad a largo plazo. La
iniciativa aún está en implementación. Hoy, con el liderazgo
de Fundación Semana, ya ha reunido a más de 70 organizaciones entre públicas, privadas y de cooperación internacional.
Este proyecto busca la elaboración de un modelo de
reconstrucción a través de esfuerzos público-privados que
permita recuperar y mejorar la calidad de vida de una población víctima de la violencia como un símbolo de reconciliación. Con este fin el programa, convoca y genera alianzas
con diferentes actores e instituciones, y elabora de forma
participativa un proyecto de intervención integral.
Con apenas un poco más de un año, esta iniciativa espera constituirse en un “laboratorio demostrativo” que dé
cuenta de cómo “con voluntad política, apoyo del sector
privado, cooperación internacional, y la sociedad civil, se
puede lograr reconstruir un lugar como El Salado” (Fundación Semana).
El programa cuenta con cinco fases a través de las cuales se ha venido haciendo un trabajo sostenido con la comunidad. Las fases son:
• Acercamiento y generación de confianza
• Identificación y Priorización
• Conformación de Equipo de Campo
• Intervención Comunitaria
• Inicio de Proyectos
Dentro de los temas priorizados durante la fase 2, se
crearon subcomités al interior del programa, a través de los
cuales se han venido diseñando diferentes proyectos.
Proceso de intervención
Desde su inicio la Fundación Semana decidió enfocar
su trabajo en temas para la inclusión social, por lo cual
deciden orientarse en poblaciones involucradas en el conflicto armado como víctimas, reinsertados y desplazados.
90 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
De acuerdo a esto la Fundación empezó a hacer un trabajo
de identificación y diagnóstico de posibles comunidades
beneficiarias, principalmente víctimas. Para esto y por medio de la Organización Internacional para las Migraciones
-OIM- se contactaron con la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR), entidad que trabajaba en 9
comunidades piloto para hacer un modelo de intervención
y reparación en comunidades víctimas del conflicto, en las
cuales encontraba El Salado. En ese momento para la Fundación Semana el corregimiento de El Salado sobresale por
encima de las otras regiones visitadas por varias razones:
• Ya existía un plan de consolidación impulsado por el
Gobierno y un proceso de reparación adelantado por la
CNRR.
• Las características y hechos cómo se dio la masacre.
• La proximidad de la conmemoración de los diez años
de ocurrencia de la masacre y la mala situación en que
continuaban viviendo sus habitantes, que no había
cambiado sustancialmente.
• El Estado hacía una presencia poco significativa y, lo
más importante, el sector empresarial volvía a estar
presente en la zona.
Fundación Semana tomó la decisión de intervenir en El
Salado con el fin de generar una verdadera transformación
en el lugar y complementar la labor que el Gobierno poco
a poco venía haciendo. Antes de empezar a intervenir en el
corregimiento la Fundación Semana se apoyó en la Fundación Carvajal, quien ya había trabajado en proyectos similares, para empezar a diseñar y coordinar la estrategia de
intervención. Era importante el apoyo de la Fundación Carvajal, ya que tenía conocimiento y experiencia sobre la intervención en comunidades parecidas a la que se encontraba
en El Salado. Al tener un plan de intervención estructurado
la Fundación Semana, aprovechando la ventaja de ser un
parte de un medio de comunicación reconocido en el país,
como lo es Revista Semana, desarrolló una campaña de
sensibilización y visibilización en la radio, para lograr que
las personas y las diferentes organizaciones se vincularan.
A la par con esta campaña, empezó a identificar aliados
potenciales y a tocar las puertas de las organizaciones y
empresas del sector privado, buscando así su vinculación.
Poco a poco se fueron adhiriendo organizaciones, y hoy
más de 70 organizaciones de todo tipo entre las cuales hay
50 empresas están vinculadas al proyecto.
Primero, se puso en marcha un estudio de la comunidad con el fin de conocer sus características y su forma de
vida con el fin de diseñar un proceso de intervención de
acuerdo a las características y necesidades de la población.
De ahí, se empezó el diseño de los diferentes proyectos
donde desde un principio se definió que se involucraría a la
comunidad en el proceso. El Programa de Reconstrucción
no sería algo impuesto desde el interior del país, éste se
construiría con la comunidad. Los habitantes de El Salado
serían sujetos de su propio desarrollo y eso se plasmó en el
diseño del proyecto de reconstrucción.
Se hicieron una serie de proyectos a los que se les denominó “victorias tempranas” para generar confianza en la
comunidad, como es el caso de los microcréditos. Después
se dio paso a los proyectos de gran alcance que se siguen
implementando hasta la actualidad.
Coordinación y administración de la iniciativa
El proyecto es manejado por la Fundación Semana,
quien se encarga de organizar, direccionar y coordinar el
proyecto con una asesoría constante de la Fundación Carvajal, la cual se encarga de asesorar en las líneas de trabajo
y en ayudar en la solución de los diferentes problemas que
puedan surgir. El proyecto está dividido en seis ejes temáticos, en los que se repartieron las diferentes organizaciones
en comités de trabajo. Los comités se dividen en dos, los
empresariales y los comunitarios, lo cuales trabajan en los
temas de infraestructura, educación, generación de ingresos, desarrollo comunitario, gestión de la salud y seguridad.
Por otro lado, la Fundación Red Desarrollo y Paz Montes de María fue el operador local de todos los proyectos,
durante la primera fase, y su vinculación al proyecto terminó en Septiembre del 2010. Igualmente, se determinó la
necesidad de un equipo de trabajo que estuviera familiarizado con las lógicas regionales y locales, y que a su vez
estuviera en constante contacto con la comunidad. Por
este motivo se conformó un equipo de cuatro personas
para que viviera en El Salado, logrando una intervención y
contacto constante.
Objetivos de la iniciativa
• Contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de las
familias de la comunidad de El Salado, a través de la
implementación de estrategias de intervención social y
desarrollo económico que promuevan el desarrollo integral de la comunidad.
• Demostrar que con voluntad política y el apoyo del
sector privado se puede reconstruir un lugar como El
Salado.
• Generar un modelo de atención y reconstrucción replicable en otras comunidades, donde se unan y articulen
los esfuerzos del Estado y de la empresa privada.
Población objetivo
El proyecto de reconstrucción de El Salado está dirigido
a la población radicada y retornada del corregimiento de El
Salado, luego de ser víctimas de la violencia y el desplazamiento tras la masacre perpetrada en el año 2000.
Organizaciones involucradas
Fundaciones Empresariales: Fundación Semana, Fundación Alpina, Fundación Carvajal, Fundación Corona, Fundación Smurfit Cartón de Colombia, Fundación Mutual SER,
Fundación Suramericana, Fundación Santa Fe de Bogotá,
Fundación Carulla aeioTU, Fundación Bavaria, Fundación
Éxito.
Empresas: Coltabaco, Avianca, Argos, Aguas de Cartagena, Corona, Telefónica, Bavaria, Conexión Colombia,
Constructora Bolívar, Empresa Solidaria de Salud, CocaCola Femsa, ING, BE TV, Hoteles Royal, Syngenta, Pavco,
Prieto & Carrizosa, Mercedes Salazar, DDB Group Colombia,
Eternit, Home Center Sodimac Colombia, Tribal Colombia,
Mazda, Alkosto, Pensiones y Cesantías Protección, Nacional
de Chocolates, Chevron, Autogalias, Electricaribe, Interactiumedia, Pintuco, Aceral, Lemonade.
Organismos de Cooperación: la Agencia de Estados
Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Misión de
Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de
Estados Americanos (Mapp OEA), CHF International.
Medios de Comunicación: Verdad Abierta, SOHO, Revista Semana, Publicaciones Semana, W Radio, Caracol Televisión, El Universal.
Entidades estatales: Presidencia República de Colombia, Alta Consejería de la Reintegración de la República de
Colombia (ACR), Comisión Nacional de Reintegración y Reparación (CNRR), Centro de Coordinación de Acción Integral
(CCAI), Acción Social, Gobernación de Bolívar, Municipio de
Carmen de Bolívar, Armada Nacional, Instituto Colombiano
de Bienestar Familiar (ICBF), Instituto Nacional de Vías (Invías), Ministerio de Transporte, Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), Instituto Colombiano par el Desarrollo Rural
(Incoder), Profamilia.
Otras organizaciones involucradas: Fundación Red Desarrollo y Paz de los Montes de María, Fundación Mi Sangre,
Fundación Laudes Infantis, Fundación Ideas para la Paz,
Fundación Saldarriaga Concha, Fundación Antonio Restrepo Barco, Centro Integral de Rehabilitación de Colombia
(CIREC), Simon Hosie (Arquitecto), Corporación Antioquia
Presente, Fundación Caminos por Colombia, Universidad
Tecnológica de Bolívar.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 91
2. Programa de Energía para el Retorno
Resumen
Dada la alta intensidad del conflicto armado en algunas
regiones del departamento de Antioquia, muchas comunidades se han visto obligadas a abandonar sus viviendas y
desplazarse hacia otras partes del país, sobre todo en las
regiones de Urabá y el Oriente Antioqueño. En este sentido,
este fenómeno tuvo impactos alarmantes en municipios
como: Cocorná, San Carlos, San Luis y Granada, donde gran
parte de la población tuvo que desplazarse como consecuencia del conflicto armado.
En los últimos años, con la desmovilización de las AUC
y la incursión de la Fuerza Pública en la región del oriente,
se han venido dando procesos de retorno por parte de los
desplazados a sus lugares de origen, que al retornar se dan
cuenta que, en algunos casos, otras personas habían habitado sus hogares utilizando los servicios públicos de sus
viviendas, y en otros que durante el tiempo que se desplazaron seguían cobrando mensualmente el servició de energía
eléctrica, causando grandes deudas en los servicios públicos
para los propietarios de los inmuebles. De igual forma, durante la etapa de conflicto la empresa prestadora del servicio
de energía no tuvo acceso a la infraestructura energética en
la región, lo que causó el deterioro de esta y la interrupción
del servicio de energía en diferentes zonas de la región.
Frente a esta situación, Empresas Públicas de Medellín
-EPM-, puso en marcha desde 2008 el programa Energía
para el Retorno, el cual tiene como objetivo contribuir a
mejorar las condiciones que posibiliten el retorno de estas
comunidades a sus viviendas en los municipios de la Cuenca del Nare (Granada, Cocorná, San Carlos, San Luis y San
Francisco) en la región del Oriente Antioqueño.
Para este fin, la empresa puso en marcha un plan técnico para restablecer el servicio de energía eléctrica, además
de gestionar la expedición el decreto 1657 del 13 de febrero de 2008, por medio del cual se hizo posible la creación
de un programa de financiación especial para personas
desplazadas, que consiste en la condonación de las deudas
que se adquirieron durante el desplazamiento y la financiación de deudas adquiridas antes del éxodo.
Este programa, se puede considerar un ejemplo de
cómo el sector empresarial desde sus funciones, especificidades y características puede contribuir en los procesos de
retorno de población desplazada, donde la empresa cambió sus políticas internas para facilitar y generar un cambio
en las condiciones de retorno de estas personas.
45
En esta iniciativa EPM se encargó del diseño, planeación y puesta en marcha de la iniciativa, junto con instituciones locales que les permitieron fortalecer una de las
grandes falencias del proyecto que era la identificación de
los beneficiarios. En este caso EPM inició el proyecto con la
preocupación por las condiciones de la comunidad y el entorno donde opera la empresa, donde se identificó y priorizó
junto con la comunidad, los problemas y necesidades más
urgentes en las que la empresa tuviera la capacidad de incidir y tener un impacto importante, logrando solucionar uno
de los problemas que encontraban las personas al regresar
a sus hogares facilitando el proceso de retorno.
Como conclusión, esta iniciativa se enmarca en una de
las zonas que ha sufrido intensamente el desplazamiento y
en la que actualmente se adelantan importantes procesos
de retorno, donde la empresa contó con la comunidad para
identificar los focos relevantes de intervención en los cuales ésta tuviera la posibilidad de influir, logrando un cambio
significativo en las condiciones de retorno de la población
desplazada.
Programa de Energía para el Retorno
En los últimos años, desplazamientos masivos e individuales de personas han sido una de las principales consecuencias y efectos que tiene sobre la población el conflicto
armado en Colombia. El departamento de Antioquia ha sido
uno de los más afectados por este fenómeno.
Dada la alta intensidad del conflicto armado en algunas
regiones del departamento de Antioquia, muchas comunidades se han visto obligadas a abandonar sus viviendas y
desplazarse hacia otras partes del país. En este aspecto, el
Oriente Antioqueño es la segunda región más afectada por
el desplazamiento forzado en Antioquia, después de Urabá,
con 173.021 personas desplazadas entre 1997 y 2010, según cifras de Acción Social. En esta región el desplazamiento ha sido prolongado y constante, con grandes éxodos de
población sobre todo en los años 2000 y 200245. De ella,
casi el 70% de la población de sus municipios se desplazaron como consecuencia de la alta intensidad de la violencia
desplegada en medio de la disputa por el control de zonas
estratégica entre actores armados.
Más recientemente con la desmovilización de las estructuras de las AUC y la incursión de la Fuerza Pública en
la región, se han venido dando procesos de retorno a sus
lugares de origen por parte de la población que había sido
desplazada. Al momento del retorno los habitantes, se die-
Fuente: Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados -ACNUR-. Corte Dic. 31/ 2010.
92 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
ron cuenta que en muchos casos las viviendas abandonadas fueron ocupadas por terceros, quienes habitaron estas
viviendas y utilizaron sus servicios públicos como es el caso
de la energía. Este hecho generó registros en los medidores
y por ende la obligación de facturación por parte de la empresa prestadora del servicio. En otros casos, en el momento del desplazamiento, y por las condiciones del mismo, no
se declaró el abandono del predio, por lo cual se continuó
con el cobro de las facturas promediando el consumo de
los últimos seis meses, lo que generó que las deudas de
las personas desplazadas aumentaran considerablemente
durante su ausencia sin que estos estuvieran haciendo uso
del servicio de energía.
Asimismo, como se trata de zonas que han estado afectadas por problemas de orden público, la operación técnica no se pudo prestar cabalmente en su momento, lo que
llevó al deterioro de la infraestructura energética, además
de obstaculizar el control en el suministro y en algunos casos el desmantelamiento de la infraestructura (transformadores, líneas y medidores) que no se pudieron solucionar
oportunamente.
En este contexto, las familias que retornaron a sus viviendas se vieron enfrentadas a las altas deudas y la falta
del servicio de energía como consecuencia de dos situaciones problemáticas: no estaba habilitado técnicamente el
servicio en la vivienda en las veredas, y además existía una
factura con consumos acumulados que según establece el
marco legal colombiano, debe ser asumida por el propietario del inmueble.
Frente a esta situación, Empresas Públicas de Medellín -EPM-, con el fin de restablecer el servicio y contribuir a
mejorar las condiciones que posibilitaran el retorno de estas comunidades a sus viviendas, emprendió el Programa
“Energía para el Retorno” en los municipios de la Cuenca
del Nare (Granada, Cocorná, San Carlos, San Luis y San
Francisco) en la región de Oriente Antioqueño.
El Programa “Energía para el Retorno” se propuso
contribuir en estos procesos. Por una parte, por medio de
medidas financieras que permitieran dar respuesta a las
necesidades de las familias desplazadas, de acuerdo con
la realidad económica en la que vivían. En este sentido,
gestionó la expedición del decreto 1657 del 13 de febrero
de 2008, que hizo posible la creación de un programa de
financiación especial para personas desplazadas, el cual
establece que con la certificación de una autoridad competente, la familia podría solicitar a la empresa la condonación total de la deuda generada durante el desplazamiento
y en caso de existir cobros pendientes realizados antes del
este, se ofreciera la financiación de los mismos por un pe-
ríodo de hasta de 10 años. Por otra parte, el programa ha
buscado el restablecimiento y acondicionamiento de las
redes eléctricas para prestar el servicio de energía en la
región, con la puesta en marcha de un plan de reconstrucción, reposición y el mejoramiento de las redes eléctricas
existentes y la construcción de nuevas redes.
Modelo de Intervención Empresarial
“Energía para el Retorno”, es una iniciativa innovadora
y un claro ejemplo de cómo el sector empresarial desde sus
funciones, especificidades y características puede contribuir en los procesos de retorno de población desplazada
por la violencia.
En este caso en especial, es importante resaltar el hecho de que la empresa gestionó y cambió las políticas y
lineamientos internos para tener la oportunidad de ayudar
a las personas que fueron desplazadas, ya que de acuerdo
con las políticas de la empresa, y las restricciones que le
imponía su condición de empresa pública, no podía hacer
condonaciones de deudas a las personas. Esto de igual
forma, muestra que EPM aporta desde las características,
capacidades y actividades propias de su negocio, puesto
que trata de aprovechar lo que hace, como lo es el servicio
público de energía, para facilitar y mejorar las condiciones
para el retorno efectivo de personas a los municipios.
De acuerdo a lo anterior, dentro de esta iniciativa se
puede identificar una forma o categoría de aporte por parte
de EPM a través de la inversión social del negocio, entendida como las acciones y aportes filantrópicos de las empresas que se enmarcan dentro de las actividades propias de
esta y del núcleo de su negocio. En este caso los aportes,
no representan necesariamente oportunidades de negocio
rentables para las empresas, pero si genera condiciones
propicias para el retorno, por medio de la condonación de
deudas a personas desplazadas.
En particular el sector empresarial, representado por
EPM, juega un papel fundamental en este proceso, ya que
es quien diseñó, planificó y puso en marcha la iniciativa.
Asimismo, la iniciativa surge de la preocupación por las
condiciones del entorno de influencia y operaciones de la
empresa, con el propósito de generar lazos de confianza
con la comunidad, hecho que facilita el funcionamiento y la
sostenibilidad del negocio.
Es importante destacar dos elementos claves de este
modelo de intervención. Por un lado, el haber adecuado los
planes de acción a las necesidades, problemas y características del entorno donde se va a hacer la intervención. Por
otro lado, aunque EPM no ha tenido aliados en el proceso de
intervención como tal, se apoyó en las instituciones guberna-
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 93
mentales para el fortalecimiento de las debilidades que tenía
la empresa por ejemplo en la identificación de los beneficiarios, aspecto en el cual la empresa no tiene la experiencia
ni el conocimiento de las particularidades de la comunidad.
En este sentido, vale la pena resaltar el proceso de interacción adelantado por la empresa con la comunidad en
lo que se llamó “La Mesa Energética del Oriente”46, donde
se evidenciaron las principales necesidades y problemas
de la comunidad. Con los insumos obtenidos a través de
la Mesa se planeó y diseñó el proyecto, tomando en cuenta
las particularidades de la población desplazada, quienes
pedían el restablecimiento del servicio y la verificación de
altos valores facturados.
Por último, es importante mencionar algunas de las características del Programa. Por una parte, esta iniciativa se
enfocó en lugares que fueron escenario de grandes éxodos
de población y que ahora son motivo de retornos importantes por parte de la población desplazada. Por otra parte, el
Programa involucró a la comunidad en la identificación de
las necesidades y los focos más urgentes de atención, lo que
permitió enfocar el proyecto en las principales necesidades de
ésta donde la empresa tiene capacidad de influir. Por último,
la empresa socializó el proyecto con la comunidad, por medio
de talleres educativos, en los que adicionalmente informaba
sobre las nuevas condiciones de cobro y servicio, buscando
el acercamiento y la creación de confianza con la comunidad.
Análisis del Modelo de Intervención (Conclusiones)
Esta experiencia muestra otra forma en la que el sector
empresarial puede aportar en los procesos de retorno de
la población desplazada, de acuerdo a las características,
especificidades y posibilidades de la empresa y su negocio.
En este sentido, cabe señalar que trabajar de acuerdo a estos aspectos permite a la empresa tener un mayor impacto
en las comunidades y en el proceso de intervención debido
a que tiene un mayor conocimiento de los procedimientos
y temas a trabajar.
Es necesario que las empresas se apoyen en otras entidades que les permitan fortalecer las falencias que pueda
tener en temas específicos, y con esto enriquecer el proceso
de intervención de la iniciativa. En este caso, EPM se apoyó
en organizaciones especializadas para la identificación de
los beneficiarios, tema en que EPM no tiene la capacidad
y experiencia, para que el proceso cumpla con el objetivo
planteado de beneficiar específicamente a las personas
que han sufrido el desplazamiento forzado.
46
Por otro lado, es importante resaltar la necesidad de hacer programas que contemplen las necesidades y características de la comunidad, además del entorno de operación
del proyecto. Esto permite establecer e identificar los problemas que deben ser intervenidos por los programas de
la empresa de tal forma que tengan una mayor incidencia e
impacto en las condiciones de la comunidad. En este caso,
se evidencia que uno de los factores de éxito del proyecto dependió de la identificación de problemas específicos,
donde le empresa podría tener una incidencia importante
como lo son el sistema de servicio de energía, la condonación y financiación de deudas durante el proceso de desplazamiento.
Descripción de la iniciativa
Antecedentes
El 26 de Junio de 2007 EPM extiende sus operaciones
y empieza a trabajar en todo el departamento de Antioquia.
En el mes de septiembre de 2008, en el municipio de El
Santuario en el Oriente Antioqueño, se realizó un foro regional donde la comunidad le reclamaba a la empresa dos
asuntos básicos enmarcados en el inicio de los procesos de
retorno de habitantes de la región: el restablecimiento del
servicio y la verificación de altos valores facturados.
Posterior a este foro, se decide formar una mesa intergremial para construir soluciones a los problemas de la comunidad, la cual se llamó “La Mesa Energética del Oriente”.
Esta mesa se articuló con el “Laboratorio de Paz del Oriente”, adscrito al Programa de Desarrollo y Paz del Oriente
(PRODEPAZ). En esta mesa se empezó a observar y conocer
los problemas de la comunidad, sobre todo los problemas
de la población desplazada. A partir de ese momento EPM
inició las acciones técnicas y de atención para facilitar el
proceso de retorno de la población.
En este sentido, EPM encontró varios problemas entre
las comunidades relacionados con la prestación del servicio de energía. Por una parte, y debido a la alta intensidad
del conflicto armado vivida en algunas regiones del departamento de Antioquia, un gran número de personas se vieron
obligadas a abandonar sus viviendas y desplazarse hacia
diferentes zonas del país. En muchos casos las viviendas
abandonadas fueron ocupadas por terceros no autorizados,
quienes hicieron uso indiscriminado del servicio de energía,
lo cual generó registros en los medidores y por ende la obligación de facturación por parte de la empresa prestadora
del servicio. En otros casos al abandonar el predio sin de-
Para más información sobre “La Mesa Energética del Oriente”, dirigirse a la descripción de la iniciativa.
94 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
clarar, el servicio no se cortó generando el aumento en las
deudas por el servicio de energía.
Por otro parte, los problemas de orden público también
limitaron el acceso de la empresa a los contadores por lo
que la facturación se hizo con base al promedio del consumo de los últimos seis meses, lo que generó que las deudas
de las personas desplazadas aumentaran considerablemente, sin que estos estuvieran haciendo uso del servicio
de energía. Asimismo, la empresa no pudo realizar operaciones técnicas de vigilancia y mantenimiento, lo que llevó
al deterioro de la infraestructura energética, además de tener restringido el control del suministro y sobre el desmantelamiento de la infraestructura (transformadores, líneas y
medidores) que no se pudieron solucionar oportunamente
por la Empresa Antioqueña de Energía quien en ese momento operaba en la región.
Lo anterior, llevó a que las familias al retornar a sus viviendas se encontraran con dos problemáticas concretas:
1) altas deudas por las facturas no pagadas de energía con
consumos acumulados que según establece el marco legal
colombiano, debe ser asumida por el propietario del inmueble, y 2) la falta de este servicio por no encontrarse habilitado técnicamente en la vivienda y en las veredas.
Frente a esta situación, EPM con el fin de contribuir a
mejorar las condiciones que posibilitaran el retorno de estas comunidades a sus viviendas, emprendió un programa
de acondicionamiento de las redes eléctricas y al mismo
tiempo tomó medidas financieras que permitieran dar respuesta a las necesidades de las familias desplazadas, de
acuerdo con la realidad económica en la que viven, al que
se llamó “Energía para el Retorno”.
Como antecedente a la implementación de este proyecto, está la aplicación de un esquema tarifario especial a
las familias desplazadas de la comuna trece, posteriormente a la toma que la alcaldía en compañía de las Fuerzas
Militares hizo de esta comuna con la “Operación Orión”. Al
momento de la toma se observó que había una situación
similar con el desplazamiento intra-urbano de familias, donde las bandas se apropiaban de las casas, utilizando los
diferentes servicios públicos, ocasionado grandes deudas
para las familias desplazadas. En ese momento la junta
directiva de EPM decidió y autorizó que se diera un trato
tarifario especial para esas personas desplazadas para solucionar algunos problemas de las familias que retornaban.
Descripción
Como ya se mencionó, EPM emprendió el Programa de
Energía para el Retorno, con el objetivo de acompañar y facilitarles a las familias el proceso de retorno, solucionando
los problemas de servicio de energía eléctrica y las deudas
adquiridas durante el lapso de desplazamiento.
Para este fin, se puso en marcha un plan técnico para
restablecer el servicio de energía eléctrica mediante la
reconstrucción, reposición y mejoramiento de las redes
eléctricas existentes y la construcción de nuevas redes
para dotar del servicio a los usuarios que se establecen
en la región. En reuniones con las comunidades y representantes de las administraciones municipales, se acordó
desarrollar visitas a las veredas afectadas, en las cuales
personas de la comunidad acompañaban a las cuadrillas
técnicas y entre ambos hacen un diagnóstico minucioso de
los problemas técnicos y de las instalaciones de servicio.
Posteriormente se programaron los trabajos de reposición
de redes y restablecimiento del servicio, donde también se
incluyó a la población desplazada como mano de obra no
calificada durante la obra de reconstrucción de la infraestructura eléctrica, contribuyendo a mejorar la situación de
desempleo que vivía esta región.
Con respecto al problema de las deudas acarreadas
durante el desplazamiento, se expidió el decreto interno número 1657 del 13 de febrero de 2008, por medio del cual
se estableció un programa de financiación especial para
personas que sufran desplazamientos forzosos originados
por alteraciones de orden público y violencia. La medida
establece que con la certificación y establecimiento de las
fechas durante las cuales la familia permaneció desplazada, por parte de una autoridad competente, como lo es la
Fiscalía, la Secretaria de Gobierno del Municipio y principalmente la Personería, las familias podrán solicitar a EPM la
condonación total de la deuda generada durante ese lapso.
Asimismo, de existir consumos pendientes de cobro, realizados por las familias antes del desplazamiento forzado, se
ofrecerá la financiación de los mismos por un período de
hasta 120 meses (10 años), sin cuota inicial y con una tasa
de interés igual a cero.
En este caso es importante señalar que aunque este
fue un modelo diseñado para el Oriente Antioqueño, la estrategia de trato especial beneficia y es aplicable a todo el
departamento de Antioquia, ya que por ley la empresa no
puede discriminar positivamente entre sus clientes, lo que
extiende el beneficio a otras zonas donde la empresa tenga
operaciones.
Paralelamente, a lo mencionado anteriormente, se desarrollaron acciones puntuales para dar a conocer las medidas y resolver todas las inquietudes de las comunidades
con respecto al programa, el proceso de facturación y lo
concerniente al servicio de energía prestado por EPM, entre
las cuales están:
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 95
• Un plan de comunicación a través de las emisoras de
radio local y regional, y la fijación de afiches en lugares
públicos.
• Promoción de asesoría personalizada en las oficinas de
EPM y disposición de personal en la línea gratuita 44 44
115 para atención de inquietudes.
• Acciones sociales que incluyeron espacios de diálogo
y concertación con comunidades, representantes de
administraciones municipales y personeros para buscar la viabilidad del programa, el acompañamiento y
sostenimiento para posibilitar las relaciones de mutuo
beneficio.
• El acompañamiento social también fue importante para
EPM, buscando proteger a las cuadrillas y los trabajadores que debían entrar a estas veredas o poblados que
sufrieron el conflicto armado y que tienen en sus caminos campos minados que dificultan la labor. Por esto,
fue necesario asesorarse de los líderes y habitantes de
veredas, quienes conocen su entorno, y estuvieron dispuestos a colaborar activamente con el proyecto.
• Estrategias educativas que han incluido talleres, charlas, cartillas y una actividad denominada “Sancochos
Comunitarios”, los cuales tuvieron una acogida especial
por parte de las comunidades y sus líderes, ya que en
medio de un ambiente de tertulia, se divulgan los detalles de la intervención técnica de las redes, sus implicaciones, la importancia del uso seguro de la energía y del
uso eficiente del servicio.
Estas acciones se han desarrollado particularmente
en veredas y corregimientos de los municipios de Turbo,
Apartadó, Granada, Cocorná, San Francisco, San Luis y San
Carlos. En estos lugares se facilitó el retorno de los desplazados en coordinación con las autoridades y las personerías municipales, las comunidades y sus líderes.
Durante la ejecución de este proyecto se han ejecutado
entre otras las siguientes acciones:
• Definición de las veredas a intervenir, así como la magnitud de los programas a realizar y su ejecución, en común acuerdo con las comunidades, representantes de
las administraciones municipales y personeros.
• Diseño y reconstrucción de la infraestructura eléctrica
faltante para dotar del servicio de energía eléctrica a las
viviendas objeto del proyecto.
• Ejecución de actividades de mantenimiento de las redes.
• Dotación del servicio de energía eléctrica a nuevas viviendas que se han construido dentro de la zona de influencia de la infraestructura que se está reponiendo.
96 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
El proyecto hace un seguimiento continuo a los beneficiarios, donde se observa la evolución y la calidad tanto
del servicio como de la situación de las familias retornadas.
Por otro lado, la empresa desde la gerencia de generación se vincula a proyectos de emprendimiento como forma
de apoyar el trabajo del proyecto “Energía para el Retorno”.
En este sentido, el proyecto va acompañado de la creación
y fortalecimiento de unidades productivas, enfocadas a la
producción de panela como es el caso de la vereda El Porvenir, o la producción piscícola en el caso de San Carlos,
que genera entre 100 y 120 empleos. Por otro lado, se trabaja en proyectos de reforestación y cuidado de cuencas,
explotación de maderas renovables, se tienen proyectos
de cocinas eficientes, la donación de útiles escolares a los
niños de los municipios y almuerzos y desayunos comunitarios para las escuelas.
Por último, gracias al éxito del proyecto, se han ido acercando entidades gubernamentales como la Alcaldía de Medellín para que EPM replique este proyecto en otros lugares
del departamento.
Rol de EPM
La empresa tiene una política de RSE donde se determina que la participación de la compañía solo puede participar en proyectos que busquen reducir el impacto de sus
operaciones en lugares de influencia de la empresa o en
iniciativas que se adecuen al funcionamiento y negocio de
la compañía. En este sentido, la empresa trabaja en dos
focos, el primero, es en la universalización del servicio y, el
segundo, es la vinculación de la empresa a iniciativas que
desde su rol de prestación de servicios públicos impulsen
el desarrollo de las regiones.
En ese contexto, en el Programa de “Energía para el
Retorno”, EPM se encarga del proceso de implementación
del proyecto, realiza el proceso de condonación de deudas
de las familias desplazadas y el proceso de financiación de
las deudas pendientes ocasionadas antes del proceso de
desplazamiento forzado.
Población Objetivo
El proyecto está enfocado en comunidades de bajos
recursos, desplazados de sus veredas por problemas de
orden público y que en la actualidad están retornando a
sus viviendas.
Inicio y Cobertura Geográfica
El programa de “Energía para el Retorno” se implementó desde el 2008, principalmente en el Oriente Antioqueño,
en la zona conocida como la Cuenca del Nare, en el Depar-
tamento de Antioquia. Hasta el momento se ha intervenido
en los municipios de Granada, Cocorná, San Carlos, San
Luis y San Francisco. A parte de estos municipios y por petición de la Alcaldía de Medellín, en este momento se está
implementando el proyecto en algunas comunas y barrios
de Medellín. En este sentido, es importante señalar que si
bien el programa se ha enfocado en estos lugares, puede
ser utilizado por cualquier persona que cumpla con los requerimientos estipulados por el decreto, y que se encuentre
en el departamento de Antioquia.
Bibliografía
Entrevista a Oscar Gómez, EPM el 26 de Agosto de 2010.
Información suministrada por EPM.
3. Programa de Desarrollo Sostenible para
Poblaciones Desplazadas del municipio de Santa
Marta
Resumen
El departamento de Magdalena, ha sido uno de los más
afectados en materia de desplazamiento forzado, ocupando el tercer puesto a nivel nacional en número de población
desplazada expulsada y recibida entre 2007 y 2010. Dentro
del departamento, Santa Marta, su capital, se ha convertido en uno de los principales centros de recepción después
de Bogotá y Medellín.
En este contexto tiene lugar la iniciativa para la atención de la población desplazada de C.I. Unibán S.A, que por
medio de su Fundación Social -FundaUnibán- ha puesto en
marcha, desde junio de 2010, el Programa de Desarrollo
Sostenible para Poblaciones Desplazadas del municipio
de Santa Marta, el cual tiene como objetivo, contribuir a
la estabilización socioeconómica y mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones desplazadas del municipio,
mediante el fortalecimiento y mejoramiento de la oferta integral de servicios en tres aspectos básicos: generación de
ingresos, empleo y seguridad alimentaria.
Este proyecto es una alianza entre actores públicos y de
la cooperación internacional, como lo son USAID, FUPAD y
Fomipyme, entidades que aportan los recursos necesarios
para la financiación y sostenimiento del proyecto, y el sector
empresarial en cabeza de Fundaunibán, que diseñó el proyecto y se encarga del funcionamiento del mismo.
Este iniciativa es un ejemplo de cómo desde el sector
empresarial, a través de la creación de fundaciones empresariales, puede contribuir a mitigar los impactos del
desplazamiento forzado, por medio de acciones como la
implementación de procesos que ayuden a la inserción laboral y social de la población desplazada, el fortalecimiento
y consolidación de unidades productivas, y la atención psicosocial necesaria para el proceso de inserción social en su
nuevo lugar de residencia.
Por otro lado, con esta iniciativa Fundaunibán contribuye en el mejoramiento del entorno en el que opera C.I
Unibán, y por lo tanto del funcionamiento de la empresa.
En este caso se promueven acciones para la creación, fortalecimiento y consolidación de los negocios por medio de
procesos de capacitación, formación técnica, acompañamiento y asesoramiento continuo para la generación de
ingresos y la sostenibilidad a largo plazo de las unidades
productivas. De igual forma, se destaca que este programa
intenta la adecuación de los proyectos productivos a las características, habilidades e intereses de las personas (en
este caso desplazadas) como forma de facilitar su partici-
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 97
pación y su sostenibilidad a futuro, facilitando que ellas y
sus familias tengan una mejor adaptación a su nuevo entorno y condición de vida.
En conclusión esta iniciativa combina varios aspectos
fundamentales para la atención a la población desplazada. Por una parte, el apoyo a la generación de ingresos
con el acompañamiento psicosocial que le permite a la población victima de desplazamiento una mejor adaptación
a su nuevo entorno y mejorar sus condiciones de vida; y
por otra parte, estimula la diversificación y adaptación de
los negocios de acuerdo a las capacidades y preferencias
de las personas, lo que facilita la vinculación de diferentes
grupos poblacionales y la sostenibilidad futura de la unidad
productiva.
Programa de Desarrollo Sostenible para
Poblaciones Desplazadas del municipio de Santa
Marta
En Colombia, hay discrepancia en las cifras sobre el fenómeno del desplazamiento forzado interno, pero se calcula que en promedio hay más de 3.5 millones de personas
desplazadas, el equivalente a más de 7% de la población
nacional. Este hecho ha convertido a este fenómeno en una
de las consecuencias más preponderantes del conflicto armado y en uno de los problemas más complejos y difíciles
de solucionar por parte del gobierno, debido a que este no
tiene la capacidad institucional y financiera de atender este
fenómeno a cabalidad.
Aunque el desplazamiento ha afectado a diversas regiones del país, el departamento del Magdalena ha sido uno
de los más golpeados en términos de expulsión y recepción
de personas, siendo el tercer departamento a nivel nacional en estos dos factores. Según cifras de Acción Social,
para el periodo comprendido entre 1997 y 201047 el municipio de Santa Marta fue el principal expulsor y receptor del
departamento, y el tercer municipio con mayor recepción a
nivel nacional detrás de Bogotá y Medellín, con 65.223 personas expulsadas y 158.875 recibidas. Este contexto llama
la atención sobre la necesidad que tiene el departamento
y municipio de desarrollar programas que faciliten la atención integral de esta población vulnerable.
En este sentido, se han implementado diferentes iniciativas enfocadas hacia la atención de la población desplazada, una de estas es la impulsada por la empresa C.I.
Unibán S.A. quien tiene como zona de influencia a Urabá
y el departamento del Magdalena. Por medio de su Fun-
47
dación Social, Fundaunibán, Unibán ha tratado de contribuir a la mitigación de las consecuencias del fenómeno del
desplazamiento en estas zonas, sobre todo en Santa Marta
con el Programa de Desarrollo Sostenible para Poblaciones
Desplazadas del municipio de Santa Marta, lo que muestra
una intención y preocupación por parte de la empresa en
mejorar las condiciones del entorno y las poblaciones vulnerables de la zona donde opera.
Modelo de Intervención Empresarial
Este iniciativa es un ejemplo de cómo desde el sector
empresarial se puede contribuir a mitigar los impactos del
desplazamiento forzado en las personas, por medio de la
implementación de unidades productivas y la generación
de ingresos que ayuden a la estabilización socio-económica
de la población afectada por este fenómeno.
Esta iniciativa surge desde el sector privado en cabeza
de Fundaunibán, quien busca el mejoramiento de las condiciones del entorno donde opera C.I. Unibán por medio de la
atención a una población con altos índices de vulnerabilidad
como lo son los desplazados en el municipio de Santa Marta.
En este caso se busca facilitar la inserción laboral y social
de dicha población a través del proceso de fortalecimiento y
consolidación de unidades productivas, que incluye un componente de atención psicosocial necesario para el proceso
de inserción social en su nuevo lugar de residencia.
Asimismo, esta es una iniciativa que combina esfuerzos
de diferentes actores como la cooperación internacional en
cabeza de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional -USAID- y la Fundación Panamericana del Desarrollo -FUPAD-, y actores gubernamentales como el Fondo Colombiano de Modernización y Desarrollo Tecnológico
de las Micro, Medianas y Pequeñas Empresas -Fomipyme-,
quienes aportan los recurso necesarios para el funcionamiento del proyecto. Para este programa, el sector empresarial representado por Fundaunibán es quien se encarga
de operar y ejecutar el proyecto y recursos proporcionados
por las otras entidades. En este caso la fundación, aporta recursos humanos, acompañamiento y transferencia
de conocimiento en los procesos de formulación, montaje,
desarrollo y fortalecimiento de las unidades productivas y
se encarga de las labores administrativas, de capacitación
y transferencia de conocimiento, además del acompañamiento psicosocial a sus integrantes.
En este sentido, se puede ver que el aporte del sector
empresarial se da desde lo que se podría llamar “Inversión
Fuente: Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Fecha de Corte 31 de Diciembre de 2010.
98 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
Social”48, donde por medio de Fundaunibán se aporta para
ayudar a la población desplazada en el proceso de estabilización socio-económica y de inserción social al nuevo entorno en la ciudad de Santa Marta. La iniciativa tiene una
clara intención de mejorar las condiciones de las zonas de
influencia de la empresa por medio de proyectos para la
atención a poblaciones vulnerables como los desplazados,
demostrando el interés e importancia que le asigna la empresa a las condiciones del entorno de operación para su
óptimo funcionamiento.
Por último, este es un modelo que no se enfoca en un
tipo específico de negocio, sino que trata de brindar alternativas y abrir opciones a la población desplazada, que por
su magnitud y extensión, está compuesta por personas con
capacidades e intereses diversos. En este caso, la diversificación permite que diferentes grupos poblacionales tengan
acceso a este programa al apoyar proyectos con mujeres,
campesinos y grupos étnicos, entre otros.
Análisis del Modelo de Intervención (Conclusiones)
Esta experiencia muestra otra forma en la que el sector empresarial puede aportar a la atención de la población
desplazada, a través de procesos de estabilización socioeconómica e inclusión social. Primero, como facilitador y
promotor en la creación, fortalecimiento y consolidación
de los negocios por medio de procesos de capacitación,
formación técnica, acompañamiento y asesoramiento continuo; y segundo como generador de ingresos, y apoyo en el
desarrollo de planes de negocio y de sostenibilidad de las
unidades productivas.
Por otro lado, este programa muestra una forma en la
que el sector empresarial puede vincularse en proyectos sociales a través de las fundaciones para contribuir al mejoramiento de su entorno. A través de Fundaunibán, la empresa
contribuye directamente con el mejoramiento de las zonas
y comunidades de influencia de la empresa, mejorando el
relacionamiento con éstos y por ende el entorno de operación de su negocio. En este sentido, se puede decir que el
conocimiento e intervención para el mejoramiento del entorno de operaciones facilita o dificulta las actividades de la
empresa, lo que lo convierte en un componente fundamental del negocio a considerar.
De igual forma, dentro de este modelo de trabajo se
pueden evidenciar dos estrategias de vinculación. La primera, se da a través de la adecuación de los proyectos pro-
48
ductivos a las características, habilidades e intereses de
las personas (en este caso desplazados) como forma de
facilitar su participación, como se evidencia en las diferentes iniciativas o tipos de negocio que apoya este proyecto;
y la segunda, es una estrategia de vincular a otras organizaciones de acuerdo a las posibilidades y características de
cada organización, donde la empresa se apoya en organizaciones gubernamentales y de cooperación internacional
para el financiamiento y consecución de recursos para la
realización del proyecto y su sostenibilidad a largo plazo.
Por otro lado, uno de los aspectos positivos más sobresalientes de esta iniciativa es que el programa combina dos aspectos fundamentales para la superación de la condición de
desplazamiento como la generación de ingresos y empleo, y
la atención psicosocial de apoyo que facilita su adaptación al
lugar de recepción y a las nuevas condiciones de vida.
Es importante resaltar, la necesidad de hacer programas
que contemplen y den respuesta a más de un componente
del problema de manera simultánea de tal forma que permita superar algunas de las limitaciones que tienen procesos
como estos y asegurar un mayor impacto en las condiciones
de vida de la población desplazada. En particular, es importante resaltar que los proceso de intervención para la generación de ingresos, deben estar acompañados de procesos
de atención psicosocial que les permitan a las personas y
sus familias tratar las secuelas emocionales y sociales que
han quedado durante el desplazamientos y así facilitar su incorporación a un nuevo entorno social y su condición de vida.
Por último, cabe señalar que con generación de oportunidades de negocios que se ajustan más a las habilidades
y preferencias de las personas, se estimula su compromiso
y dedicación con las unidades productivas en el futuro, y en
esa medida su sostenibilidad a largo plazo, contribuyendo
efectivamente al mejoramiento de las condiciones de la población desplazada.
Lección Aprendida: Mantener un seguimiento cercano
y permanente que permita ir evaluando los avances y ajustando el cronograma teniendo en cuenta las dificultades y
necesidades que tienen los beneficiarios.
Retos: Uno de los principales retos está en la etapa de
fortalecimiento y consolidación de las unidades productivas, en el sentido que deben construir bases fuertes y dejar
capacidad instalada para que estas pequeñas empresas
puedan posicionarse y lograr su sostenibilidad a largo plazo, posterior a la finalización de proyecto.
Inversión Social: Son los aportes filantrópicos de las empresas que no están asociados al negocio del mismo o no representan una inversión rentable para
el negocio de la empresa.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 99
Descripción de la iniciativa
El Programa de Desarrollo Sostenible para Poblaciones
Desplazadas del municipio de Santa Marta, desarrolla un
modelo integral de intervención y gestión de servicios de
seguridad alimentaria, de empleo y generación de ingresos
para poblaciones desplazadas en el sector norte del municipio de Santa Marta. Su objetivo es “contribuir a la estabilización socioeconómica y mejoramiento de la calidad
de vida de las poblaciones desplazadas del municipio de
Santa Marta, mediante la gestión que permita fortalecer y
mejorar la oferta integral de servicios (generación de ingresos, empleo y seguridad alimentaria)”.
En este sentido se están apoyando a 200 familias beneficiarias del programa, que comprende 70 participantes
del corregimiento de Guachaca y 130 de los barrios de
la ciudad. Para ello primero se adelantaron estudios de
línea base y planificación con las familias de la zona, se
identificó la oferta de servicios y se gestionó apoyo con el
sector público y privado, para después poder focalizar la
intervención, orientar de manera más eficiente los recursos, definir los proyectos y diseñar un plan de acción para
12 meses.
El programa desarrolla y beneficia a las unidades productivas autosostenibles en tres componentes básicos:
1. Salud: busca que todos los participantes accedan a los
servicios que brinda el Estado, por medio de campañas
preventivas y de auto cuidado.
2. Seguridad alimentaria: brinda por medio de huertas caseras, la oportunidad de fomentar la producción para el
autoconsumo
3. Generación de ingresos: a través de la aplicación de
herramientas contables, administrativas, de producción y comercialización, se busca que los participantes
fortalezcan su unidad productiva, que les permita aumentar sus ingresos, reincorporándose a la vida laoral
y social.
Dentro del programa se considera que la intervención
social, es un eje transversal, para el desarrollo de la persona, la autoestima, el liderazgo, el manejo de conflictos, las
relaciones personales, familiares, entre otras.
Por otro lado, a cada participante se le entrega el equivalente a $1.100.000 en insumos, para que fortalezcan
su unidad productiva, de acuerdo al plan de negocios diseñado previamente con el apoyo de asesores empresariales del programa quienes los guían en la aplicación de
herramientas contables, administrativas, de producción y
comercialización que contribuyan a aumentar su competitividad, obtener mayores ganancias a largo plazo y reincor-
100 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
porarse rápidamente a la vida laboral y social. Asimismo,
se hace un estudio sobre las áreas en las que las personas requieren mayor apoyo (atención en salud, servicio
al cliente, seguridad ciudadana y formación titulada, etc.)
para fortalecerlos en estos temas y mejorar el desempeño
de sus microempresas. Paralelamente, cada beneficiario
recibe atención personalizada para garantizar el aprendizaje de cada uno de los participantes.
ACTIVIDAD
Producción
(artesanias, calzado, ebanisteria, bloques)
Producción de alimentos
(panaderías, restaurantes, venta de fritos, jugos)
NO. DE PERSONAS
22
45
Comercialización
(mercancia, venta de helados, pescado, frutas,
96
víveres, abarrotes, repuestos))
Servicios
(lavadora, fotocopiadora, salas de belleza, video
14
juegos)
Actividad agropecuaria
(cultivos orgánicos, frutas y hortalizas, cría de
23
gallinas de engorde)
TOTAL
200
Tomado de: Boletín electrónico institucional de la Fundación Social de Unibán – Magdalena, “Frutos de Nuestra Cosecha”. Avance informativo - semana 9, marzo de 2011 – No 137.
El programa se encuentra en su etapa final, concluyendo el proceso de fortalecimiento a las unidades productivas, las cuales se clasifican según su etapa en estado de
crecimiento, sostenimiento y estabilización, al terminar la
ejecución del proyecto.
En abril de 2011 culminó la intervención de FUPAD.
Sin embargo, FOMIPYME continúo con el apoyo a las unidades productivas en temas de seguridad industrial, ambiental y salud ocupacional hasta el mes de diciembre del
mismo año.
Con la implementación de este proyecto, también se
apoya a la población desplazada al ofrecerle opciones de
capacitación y atención psicológica. Con el programa se
han atendido a las 200 personas en los siguientes componentes: (ver cuadro en la página siguiente).
Por último, es importante señalar que el componente
de seguridad alimentaria ha tenido una gran aceptación por
la comunidad porque les da la oportunidad de tener dentro
de sus hogares siembra de diferentes especies y complementar la dieta alimentaria diaria. Esta actividad se viene
realizando con el acompañamiento del Servicio Nacional de
Aprendizaje (SENA) y con ella participan a la fecha cerca de
123 personas.
COMPONENTE EN SALUD
Atención psicosocial
Talleres proyecto de vida
PERSONAS ATENDIDAS
37 personas
173 personas
Promoción en salud
71 personas
Educación sanitaria y salud ocupacional
68 personas
SEGURIDAD ALIMENTARIA
Asesoría en seguridad alimentaria
Patios productivos
GENERACIÓN DE INGRESOS
Talleres de mentalidad empresarial
Asesorías unidades productivas
Diagnóstico y plan de acción
Elaboración de planes de negocio
PERSONAS ATENDIDAS
43 personas
123 personas
PERSONAS ATENDIDAS
183 personas
52 personas
119 personas
59 personas
Finalmente, se atiende a las familias desplazadas considerando criterios de equidad de género y etnia, donde
la diversificación de unidades productivas puede atender
a diferentes poblaciones como lo pueden ser las mujeres,
campesinos y grupos étnicos.
Cosecha“; Se fortalecen 200 unidades productivas de
microempresarios en Santa Marta”. Avance informativo semana 36, septiembre de 2010 – No 119.
GAVIRIA, Lilliana P. Boletín electrónico institucional de la
Fundación Social de Unibán – Magdalena, Frutos de Nuestra
Cosecha; “Programa de atención a la comunidad desplazada
se evalúa en Santa Marta”. Avance informativo - semana 47,
noviembre de 2010 – No 127.
GAVIRIA, Lilliana P. Boletín electrónico institucional de la
Fundación Social de Unibán – Magdalena, Frutos de
Nuestra Cosecha; “Se fortalecen unidades productivas de
comunidades en situación de desplazamiento y grupos
vulnerables”. Avance informativo - semana 9, marzo de 2011
– No 137.
Información suministrada por Lilliana Patricia Gaviria,
comunicadora social de Fundaunibán Santa Marta.
Rol de Fundaunibán
Fundaunibán como entidad encargada de la ejecución
del programa y los recursos, es la encargada de velar por
el buen funcionamiento de éste y agotar los esfuerzos que
permitan atender en las áreas de seguridad alimentaria e
ingresos a la totalidad de los beneficiarios para su conexión
con la generación de emprendimientos o fortalecimientos
productivos, de distintos tamaños, vinculados a las cadenas productivas de la región.
En este sentido, por medio de su equipo de asesores
empresariales y sociales, Fundaunibán es la encargada
del asesoramiento en la formación de planes de negocio y
la conformación de las unidades productivas, además del
proceso de acompañamiento y atención psicosocial que
requieren las personas desplazadas durante el proceso de
consolidación empresarial.
Inicio y Cobertura Geográfica
El Programa de Desarrollo Sostenible para Poblaciones
Desplazadas del municipio de Santa Marta, se inició el 1 de
junio del año 2010, con una duración inicial de 12 meses.
Este programa se implementó en la zona norte del municipio de Santa Marta en el corregimiento de Guachaca y en la
Ciudad de Santa Marta, en el departamento del Magdalena.
Bibliografía
GAVIRIA, Lilliana P. Boletín electrónico institucional de la
Fundación Social de Unibán – Magdalena, Frutos de Nuestra
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 101
102 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
Casanare
Energético
Agrícola
-
Ganadero
Agropecuario
Agropecuario
Agrícola
Guaviare
-
SECTOR
ECONÓMICO
Ganadero
-
1990-2000
2008
1997-2004
AÑO
Meta
(Nariño)
Túquerres y Potosí
(Nordeste de Antioquia)
San Roque y Caracolí
Montes de María
(Turbo, Antioquia)
El Puerto de Zungo
Urabá.
LUGAR
Colaboración con cargamentos
El vínculo se hizo a través de la
Extorsión con fines de financiación
de las autodefensas.
multinacional Petrolera Perenco.
Robo de propiedades.
Extorsión (Campesinos).
Autodefensas.
Financiación y acuerdos con las
extorsión, presiones, y amenazas.
Ganaderos, empresarios, agricultores, comerciantes, contratistas, y
Santiago Gallón Henao (Ganadero y Caballista).
Individuos:
desplazados.
Pago de vacunas a la guerrilla por
de protección sobre tierras de
Elías Hincapie.
Gestión para levantamiento
compra de tierras a bajo precio.
Engaño y presiones para traspaso o
Elkin Sierra.
Individuos:
Agropecuaria Tacaloa.
Convivir Papagayo.
Vacunas.
Dorn Robert Wenninnger.
Empresas:
Soborno aduanero.
Charles Dennis Keiser.
municiones.
transportar armas, al igual que
Colaboración en guardar y
(Narcotráfico).
John Paul Olivo.
Individuos:
Bandex.
Chiquita Belgie (embarcación).
Chiquita Bremen (embarcación).
de droga, ocultos en la fruta
Concierto para delinquir.
Empresas:
Chiquita Brands Inc.
dólares) para las AUC.
Ganvaderos.
Financiación (1.7 millones de
TIPO DE VINCULACIÓN
Bananeros.
EMPRESA Y/O INDIVIDUO
Registros en prensa49 de vínculos de empresas y empresarios con la generación del desplazamiento forzado
Anexo 1
Alias “Flechas”.
“Don Mario”.
Paramilitares
Alias Chepe.
Paramilitares Alias Pedro y
ELN
FARC
Granada.
Nutibara; Bloque Héroes de
Bolívar; Bloque Cacique
(ACCU); Bloque Central
Paramilitares: Bloque Metro
Paramilitar Carlos Castaño.
víctimas en Urabá).
Paramilitares (11.000
INVOLUCRADO
ACTOR ILEGAL / LEGAL
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 103
49
2000
2006
1994-2006
2000
1997–1998
-
1997-2007
-
Comercial
Terratenientes
Palmero
Bananero
Bananero
Bananero
reclutamiento.
Comerciantes.
protección del ELN.
Familia Escarpeta.
Familia Guzmán.
empresas y comerciantes para
Financiamiento por parte de las
Putumayo.
Báez, y al gobernador Palacios del
encontraba bajo el mando de
Familia Mejía.
Individuos:
Empresas y Comerciantes.
Dueño de la empresa, el señor Jaime Osorio Ríos.
Individuos:
Distribuidores y representación de Líder.
Financiamiento al grupo que se
crímenes cometidos.
Hacendado Jesús Emilio Rueda.
Empresas:
y son autores intelectuales de los
financiaron grupos paramilitares
Palmicultor Juan Guillermo González Moreno.
Hacendado Carlos Andrés Vargas Montoya.
Individuos:
Palmicultores y hacendados
AUC para compra de armas y
Empresarios industriales.
Políticos.
Promoción y financiación de las
Empresarios nacionales.
de cualquier índole.
para que “HH” interviniera en temas
Individuos:
Financiamiento de las empresas
Multinacionales.
sindicalistas.
Asesinato de campesinos y
través de la Convivir Papagayo.
Pago por parte de las empresas a
sindicalistas.
para asesinatos selectivos de
Pago por parte de la empresa
reducir costos.
Bananeras.
Empresas:
Agrícola El Carmen.
Riocedro Ltda.
El Convite S.A.
Exportadora de Banano S.A.
Coochigorodó.
Centurión S.A.
Empresas:
Dole Food Co.
Empresa:
Paramilitar alias “HH”.
Bloque Calima de las AUC.
Báez”.
Paramilitar alias “Ernesto
Bloque Central Bolívar.
las Autodefensas.
Bloque Elmer Cárdenas de
alias “HH”.
AUC, el grupo al mando de
el dinero.
través de las cuales entraba
las finanzas de las Convivir, a
“Hasbún”; quien manejaba
Paramilitares: Alias
AUC
biliza por su contenido o veracidad, ni se hacen responsables del uso que se de a la información que se pone a disposición del público en esta sección.
Toda la información presentada en este cuadro ha sido recogida de noticias de prensa o fuentes públicas que son reseñadas más abajo. Los autores y organizaciones participantes de este informe no se responsa-
Valle del Cauca
Cauca
Putumayo
Caldas
Antioquia
chocoano
Urabá, Antioqueño y
chocoano
Urabá, Antioqueño y
Valle del Cauca
Urabá, Antioqueño
Magdalena
La Guajira
Magdalena
Socios activos de las AUC para
104 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
Curvaradó.
Jiguamiando y
Bajo Atrato chocoano
chocoano
Urabá antioqueño y
2008 -2010
Javier José Daza Pretel, ex representante legal de Urapalma.
Remberto Álvarez Vertel, exrepresentante legal de Asopalma.
Hernán Gómez Hernández
agro y promotor
de boxeo en
Córdoba
Dagoberto Antonio Montiel Mercado.
Montería Robin Manuel Calonge
José Miguel Ruiz Cossio.
Danilo Pacheco De la Hoz.
Jiuvanni Suescún López.
Javier Morales Estrada.
Hermén José Muñoz González.
Mario Alberto Vélez Giraldo.
Manuel Gregorio Denis Blandón.
Juan José Palacios Palacios.
empresa Urapalma.
Jorge Luis Santo Ortega: Nació en Sincelejo en 1972. Vigilante de la
Luis Alberto Flórez Pérez, coordinador de cosechas de Urapalma.
de Bajirá”.
Guillermo Ochoa Pino gerente y dueño de la empresa “Agropecuaria Palmas
Carlos Daniel Merlano Rodriguez.
Mario León Villa Pacheco.
Antonio Zuñiga Caballero, representante legal de la empresa Palmura.
Urapalma.
Katia Patricia Sánchez Mejía, exrepresentante legal de la empresa
Empresario del
Ganadero
Palmero
Orlando Moreno Mora.
Iván Patiño, representante legal de Palmas S.A.
Raúl Alberto Penagos, representante legal de la empresa Selva Húmeda.
Hector Duque, representante legal de la empresa Palmadó.
Fregny Ochoa
Claudio Adolfo Fregny Ochoa, representante legal de la empresa Inversiones
Palmas de Curvaradó.
Gabriel Jaime Sierra Moreno, gerente y representante legal de la empresa
Individuos:
Selva Húmeda.
Palmura S.A.
Inversiones Fregni Ochoa.
Palmas de Bajirá.
Palmas S. A.
Palmadó. Inversiones Agropalma y Cia Ltda.
Palmas de Curvaradó S. A.
Urapalma S.A.
Empresas:
Delitos contra el medio ambiente.
Falsedad de documento público.
Agrario.
Codechocó, Corpourabá y del Banco
funcionarios del Incoder, Finagro,
empresarios, paramilitares y
Concierto para delinquir entre
y Jiguamiandó).
comunidades negras de Curvaradó
de 120 mil hectáreas de las
y afrodescendientes (más
de tierras de desplazados
hectáreas) y apropiación irregular
Usurpación (Más de 15 mil
más de un centenar de asesinatos).
uso del terror (1.500 desplazados,
Desplazamiento forzado haciendo
Vínculos con paramilitares.
Palmeros
Luis Donaciano Riascos
Zapata.
Vicente Castaño, Rodrigo
Paramilitares: Carlos y
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 105
(Mechoacan y Prado)
Drummond y Prodeco
ejército y paramilitares.
Operación Génesis 1997 entre
indeterminado de crímenes.
paras
fraudulentamente por testaferros
Extractivo
40. Funcionarios del Incoder.
Alias 39. Segundo de Jorge
Ejército
Asociación para cometer un número
Paramilitares
concierto para delinquir agravado,
Ganaderos
Palmicultores
Gil.
invasión de áreas
desplazamiento forzado
Fraude en adquisición de tierras.
comunidades negras.
que habían desplazado a las
ocupación de las tierras” de las
Darle visos de legalidad a la
“El Alemán”. Vicente Castaño
Compra de tierras adquiridas
-
Ganadería Extensiva
Cultivos de Palma
Maderas del Darién.
Pizano S.A.
Bloque Elmer Cárdenas.
‘El Aleman’.
ACCU.
delanten.
Alejo del Río.
Fredy Rendón Herrera alias
de tierras.
los paramilitares para que no los
José Miguel Narváez, ex subdirector del DAS.
‘Martín Llanos’, ‘Doble Cero’.
Torres’.
‘HH’, ‘Águila’, ‘Guillermo
Paramilitares: Raúl Hasbún.
Teresa Gómez.
Cuñada de los Castaño, Sor
Alias “El Primo”.
“Macguiver”.
Paramilitar alias
Paramilitar alias “Hasbún”.
Financiamiento para adquisición
Alemán”- ejercen presión sobre
El empresario Pedro Juan Moreno.
Empresas:
Los empresarios –según “El
querían efectuar en el Urabá.
Víctor Carranza, esmeraldero.
Yesid Nieto, esmeraldero.
proyecto que los paramilitares
Vínculos con paramilitares para
Transacciones.
Financiación.
Extorsión
Extorsión.
las FARC.
Financiación para protección de
Jorge Pinzón, un ganadero de Necoclí.
Individuos:
Inmobiliaria Araújo y Segovia.
Empresas:
Cementos Río Claro.
Cementos Samper.
Cementos Diamante.
Empresas:
Cultivos de Teca.
Empresas de gas.
Postobón.
La Jagua de Ibérico
Ganadero
Palmero
Maderero
Múltiples sectores
Inmobiliario
Construcción
Maderero
Gas
Empresas:
Cesar.
Chocó
1997 -2000
2006
Chocó
Riosucio
2006
1996-2001
-
-
Urabá
Urabá, Antioqueño.
Córdoba
Magdalena medio
Antioquia
Antioquia
Embotelladora
Resumen de información de las fuentes
• A indagatoria, tres directivos norteamericanos de Chiquita Brands Inc. (2009). Publicado en: http://www.
verdadabierta.com/paraeconomia/extorsion/2040-aindagatoria-tres-directivos-norteamericanos-de-chiquita-brands-inc
Éste artículo habla sobre la evidencia que tiene la Fiscalía sobre que los directivos de la multinacional Chiquita Brands en Colombia financió por 1,7 millones de
dólares a grupos de las AUC entre 1997 y el 2004. La
Fiscalía le solicitó a Thomas Black (director de asuntos
criminales del Departamento de Justicia de EEUU) que
les notifique a tres ciudadanos americanos que están
siendo investigados en Colombia por concierto para delinquir agravado y que fueron vinculados por financiación de paramilitares. Los tres ciudadanos americanos
son: John Paul Olivo, Charles Dennis Keiser; y Dorn Robert Wenninnger. Se dice que entre 1997 y 2004, ese
dinero alimentó la maquinaria criminal de las autodefensas de Urabá, y que dejo 11.000 víctimas (asesinadas violentamente). En las declaraciones de los ex jefes
paramilitares Salvatore Mancuso, Raúl Emilio Hasbún,
Pedro Bonito, Ever Veloza, HH y Fredy Rendón se descubrió como las bananeras, incluida Chiquita, hicieron
aportes a través de las Convivir (Papagayo). Asimismo
se determino que la multinacional estaba vinculada
también al narcotráfico y a un supuesto soborno a funcionario aduaneros en el puerto de Zungo, en Turbo,
Antioquia. Hay evidencia de que siete embarcaciones
de la multinacional se han visto involucradas con cargamentos de coca camuflados entre la fruta; se habla de
más de una tonelada y media de droga, valorada en 33
millones de dólares. Dos de esas embarcaciones son la
Chiquita Bremen y la Chiquita Belgie.
• Verdad Abierta. 2010. Así timan a los campesinos de
Montes de María. Marzo 6 de 2010. Publicado en: http://
www.verdadabierta.com/paraeconomia/tierras/2275siguen-comprando-predios-en-los-montes-de-maria-pordebajo-de-su-precio
Éste artículo habla sobre cómo algunos terratenientes
se están aprovechando de las necesidades de los desplazados, haciéndolos firmar papeles sin que sepan que
están vendiendo sus propiedades a precios más bajos
de lo que realmente cuestan. Tal como lo publicó VerdadAbierta.com, un informe de la Comisión Nacional de
Reparación y Reconciliación (CNRR), asegura que intermediarios de empresas agropecuarias están abordan106 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
do a campesinos desplazados de los Montes de María y
les están ofreciendo comprarles sus tierras por debajo
del precio de su valor real. En el documento publicado
por la CNRR denuncia que algunos compradores se están aprovechando en algunos casos de las necesidades
de los desplazados como deudas, embargos y remates,
e incluso de su analfabetismo para timarlos. En el informe, se reveló que un grupo de 20 campesinos que
vendieron sus tierras a una persona en febrero de 2008
y que éste les pagó por cada hectárea 200 mil pesos.
Según la denuncia el único documento que tienen de la
transacción es la copia de un poder conferido por cada
uno de los parceleros suscrito ante la notaría de El Carmen de Bolívar. Sin embargo, los campesinos indicaron
que no sabían que habían firmado un poder. Asimismo,
expresaron que no sabían que ese era un documento
de venta, en el que se afirmaba que iban recibir 20 millones de pesos, pero en realidad terminaron recibiendo
solo entre $4.500.000 y $5.000.000. La CNRR también reseñó el caso de un grupo de 38 parceleros que
firmaron promesas de compraventa con Elkin Sierra y
Elías Hincapie, de la Agropecuaria Tacaloa, quienes les
entregaron un adelanto por sus tierras del 40 por ciento. Los labriegos le dijeron a la Comisión que el precio
por hectárea fue establecido en 900 mil pesos. Dentro
de este grupo de 38 personas, 16 tenían deudas con la
Caja Agraria desde 1994. Los campesinos usaron parte del dinero que recibieron por la compraventa para
pagar estas deudas. Un juzgado de El Carmen de Bolívar ordenó levantar las medidas de protección sobre
40 predios de campesinos desplazados en los Montes
de María, lo cual les permite vender más de 1.000 hectáreas de tierra a dos empresarios de la Agropecuaria
Tacaloa. Después de conocer esta decisión, la CNRR les
hizo un llamado a los campesinos a que no vendan sus
tierras.
• Revista Semana. 2011. Con licencia para despojar.
En Semana.com, mayo 29 de 2011. Publicado en:
http://www.semana.com/nacion/licencia-para-despojar/157542-3.aspx
La Superintendencia de Notariado, con pruebas en
mano, ha hecho una impresionante radiografía de
cómo les quitaron las tierras a los campesinos en
los Montes de María. La sorpresa es que, más que a
sangre y fuego, se las robaron en oficinas públicas a
punta de trampa y corrupción. El reporte documenta
todo tipo de triquiñuelas y deja claro cómo en la consolidación de este despojo desempeñaron un papel clave
funcionarios regionales del Incoder y algunos notarios
y empleados de las oficinas de Registro Público. Las
transacciones de tierras cuestionadas corresponden a
más de 37.000 hectáreas con un valor comercial que
hoy supera los 200.000 millones de pesos. Gracias a
los hallazgos se prevé una veintena de capturas en los
próximos días, entre ellas a algunos alcaldes. El resultado hoy es que una región que se caracterizaba por
cantidad de minifundios promovidos por el Estado se
ha transformado en una zona de latifundios y terratenientes en un claro proceso de contrarreforma agraria. Para los investigadores de la Superintendencia es
claro que ha habido lo que llaman tres ‘generaciones’
o momentos de transacciones irregulares. El primero
se dio entre 2006 y 2008, cuando se estaba dando
punto final al grueso de las desmovilizaciones de los
paramilitares. Según el estudio, fueron tres personas
las protagonistas de esta etapa y habrían aprovechado
que los raizales aún estaban temerosos de regresar a
sus parcelas. La región a finales de los años noventa
fue escenario de al menos 56 masacres perpetradas
por los paras, como la de El Salado, o la de Chengue.
Estos compradores, se aprovecharon además de las
deudas que tenían todavía muchos de los campesinos
con el Estado, pues el 40 por ciento de los predios que
se compraron masivamente y que son ahora objeto de
investigación habían sido entregados a los cultivadores
en programas de reforma agraria. Les ofrecieron pagar
sus deudas y, como fórmula de ‘rescate’, les compraron sus tierras por un valor muy inferior al que realmente costaba la propiedad. La segunda etapa, a partir de
2008, fue la concentración de estos títulos en empresas, algunas de ellas de papel, que fueron sumando
las pequeñas parcelas en grandes globos de tierra. La
tercera generación de transacciones irregulares se dio
cuando ya las grandes propiedades se vendieron a precios comerciales a reputadas empresas nacionales, las
cuales, en los últimos años, vienen desarrollando proyectos masivos de reforestación y de explotación lechera. Estos últimos alegan que son terceros compradores
de buena fe y que en los estudios que hicieron de la tradición de los inmuebles no tenían cómo identificar las
irregularidades que hoy se denuncian. En sí mismas,
estas transacciones podrían no tener nada de irregular en el comercio de tierras. La pregunta es si puede
haber algún cuestionamiento ético en aprovecharse
comercialmente de la necesidad de los campesinos de
escapar de la violencia. O si simplemente, como dirán
otros, les ayudaron con su compra a zafarse de un pro-
blema. Lo más sorprendente de lo que viene sucediendo en esta región es que a pesar de que desde 2004 se
han dictado 16 medidas de protección colectiva sobre
3.128 fincas, una buena porción de la zona rural de los
Montes de María, los traficantes de tierras han logrado
hacer de las suyas para burlarse de estas medidas y
seguir comercializando las tierras sin restricción. De
acuerdo con las estadísticas de Acción Social, se calcula que más de 120.000 personas fueron desplazadas de la región de los Montes de María entre 2000 y
2009. Muchos de ellos ahora se sentirán confiados de
volver a reclamar lo propio.
• Ganadero Gallón Henao acepta que financió paramilitares. (2009). Publicado en: http://www.verdadabierta.
com/paraeconomia/extorsion/1616-ganadero-gallonhenao-acepta-que-financio-paramilitares
Éste artículo habla sobre la confesión del ganadero y
caballista Santiago Gallón que en el pasado financió
varios bloques paramilitares que operaron en diversas
regiones de Antioquia. Gallón Henao admitió que hizo
acuerdos económicos con los comandantes de los bloques Metro de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) y Suroeste, Central Bolívar, Cacique
Nutibara y Héroes de Granada, a finales de la década
de los años 90. El ganadero narró que por presiones y
amenazas le tuvo que pagar extorsiones a las guerrillas
de las FARC y el ELN en los municipios de San Roque
y Caracolí, nordeste antioqueño, durante buena parte
de los años 90. Luego, cuando llegó el Bloque Metro
de las Accu a esa subregión del departamento, liderado por Carlos Mauricio García, alias Doblecero, acordó
tributarle a este grupo paramilitar. También admitió que
después alcanzó acuerdos de pago con Vicente Castaño Gil y Rodrigo Zapata, quienes comandaban el bloque
Suroeste de las AUC, que operaba justamente en esa
subregión de Antioquia, donde el caballista tenía varias
propiedades rurales, en particular en los municipios
de Titiribí, Amagá y Angelópolis. Asimismo, admitió que
participó en la financiación de los bloques Central Bolívar, Cacique Nutibara y Héroes de Granada, que operaron en las subregiones del Nordeste, Valle del Aburrá y
Oriente del departamento. Ex integrantes de la llamada
Oficina de Envigado cercanos a las AUC y que ahora se
encuentran en el exilio aseguran que en predios de la
finca El Socorro, de propiedad de Gallón Henao y ubicada entre los municipios de Amagá y Angelópolis, se
instaló la primera escuela de entrenamiento que tuvo el
bloque Suroeste de las AUC.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 107
• Extorsiones y asesinatos del Bloque Libertadores del
Sur. (2008). Publicado en: http://www.verdadabierta.
com/justicia-y-paz/versiones-seccion/528-el-patrullero-del-bloque-libertadores-del-sur
Éste artículo habla sobre las confesiones del paramilitar Diojanol Gallego Castrillón en las versiones libres, en
las cuales declaro y explicó la forma en la que las Brigadas Campesinas Antonio Nariño extorsionaron a varios
habitantes en el departamento de Nariño. Durante la
segunda sesión de versión libre ante el despacho 4 de
la Unidad de Justicia y Paz, Diojanol Gallego Castrillón,
alias ‘Miguel de Jesús Gallego Castrillón’, confesó haber
participado en la extorsión de al menos 22 personas en
los municipios de Túquerres y Potosí, en Nariño, donde
fue patrullero hasta el día de su desmovilización. Los
paramilitares bajo las órdenes de alias ‘Pedro’ y ‘Chepe’
fueron conocidos en el departamento por robar propiedades, asesinar sistemáticamente a varios miembros
de la comunidad y extorsionar a los pobladores. Municipios como Túquerres y Potosí se convirtieron en puntos
estratégicos para la financiación de las autodefensas,
donde Castrillón cobró extorsiones que podían oscilar
entre 100 mil y cinco millones de pesos. El Fiscal delegado preguntó al ex paramilitar por la reparación a las
víctimas de sus actos delictivos, después de consultarlo
con su abogado, Castrillón afirmó no tener bienes a su
disposición para entregar al Fondo de Reparación.
• La “Dian” del Bloque Centauros. (2010). Publicado
en:
http://www.verdadabierta.com/paraeconomia/
extorsion/2237-la-qdianq-del-bloque-centauros
Éste artículo habla sobre las extorsiones que llevaban
a cabo alias Don Mario y alias Pirata en Meta, Guaviare
y Casanare. Según sus versiones libres, todo lo que se
comerciara tenía que pagar un impuesto a las AUC, de
esta forma, extorsionaron a ganaderos, comerciantes e
incluso multinacionales para financiar la guerra en los
Llanos. Éste grupo armado tenía toda una infraestructura dedicada a la extorsión, que le servía para financiar su guerra. Entre los extorsionados, a voluntad o
bajo presión, se encontraban ganaderos, empresarios,
agricultores, comerciantes, contratistas e incluso una
multinacional petrolera. Dentro de las empresas que
fueron mencionadas esta la multinacional petrolera
Perenco, de inversionistas franceses e ingleses, que
supuestamente les entregaba 20 millones de pesos
mensuales y 30 canecas de combustible para los vehículos de la organización criminal. Según Don Mario,
un ingeniero de la compañía, Pirata y él mismo acorda108 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
ron un “aporte” mensual. En la zona de Villavicencio,
Acacías, Guamal, San Carlos y Castilla las autodefensas
recogían 420 millones de pesos al mes, en San Martín
160 millones y en las fincas y carreteras de la Serranía de la Macarena 180 millones de pesos. Los ‘paras’
también hacían retenes donde cobraban a los camioneros. En un cálculo en los municipios de Granada, San
Juan, Mesetas y Lejanías aseguraron que recaudaban
450 millones mensuales, pero los ‘peajes’ más rentables eran los de Puerto Rico, Puerto Lleras, Mapiripán y
Puerto Concordia, en donde, según ‘Don Mario’, podían
llegar a recolectar 980 millones mensuales. En el Meta
las autodefensas exigían a los comerciantes cinco mil
pesos por canasta de cerveza, dos mil pesos por bulto
de cemento, 50 pesos por galón de gasolina a las estaciones de combustible y 30 mil pesos por tonelada a
los camiones que llevaban ferretería, tubos y láminas
de acero. En el Guaviare, ‘Richard’, ex jefe militar del
Centauros en este departamento, recordó que los ganaderos y los agricultores propietarios de más de mil
hectáreas eran obligados a cancelar diez mil pesos por
hectárea al mes y diez mil pesos por cabeza de ganado
por mes. La extorsión a los contratistas fue otra forma
de financiación del Bloque Centauros. Los ‘paras’ les
exigían cinco por ciento del total de cada contrato a las
empresas que hacían carreteras y obras públicas. Algunas veces los políticos aliados al Bloque Centauros les
pasaban la información sobre el monto y el objeto de los
contratos. ‘Don Mario’ dijo que si el contratista no pagaba, “parábamos la obra”. En Casanare, alias ‘Flechas’,
ex jefe militar del Frente Héroes de San Fernando, dijo
que los ‘paras’ robaron petróleo de los oleoductos de
las grandes empresas explotadoras. Además, contaron
que por este negocio ilícito, el grupo cobraba a los contrabandistas de gasolina dos millones por tracto mula
llena de combustible y un millón por carro tanque. Los
comerciantes de la zona tenían que presentarle a los
‘paras’ su facturación anual, que les pedían el cinco por
ciento sobre el valor total de las ventas. Sin embargo, la
Fiscalía tiene que investigar si las denuncias de estos
paramilitares con comerciantes, agricultores, empresas
petroleras y contratistas, se hizo bajo presión o en complicidad con los paramilitares.
• Verdad Abierta. 2009. Dole también financió paramilitares en Colombia, según demanda. (Semana.com). Abril
29 de 2009. Publicado en: http://www.verdadabierta.
com/paraeconomia/1270-dole-tambien-financio-paramilitares-en-colombia-segun-demanda-semanacom
Éste artículo habla sobre una demanda que se interpuso en tribunales norteamericanos, por parte familiares
de sindicalistas de la empresa multinacional Dole asesinados por paramilitares. En este documento aseguran
que la empresa estadounidense Dole Food Co. pagó regularmente durante una década a grupos del paramilitarismo acusados de asesinar a muchas personas. De
acuerdo con la demanda, a cambio del pago las AUC se
encargaron de “mantener alejados a los sindicatos de
las plantaciones de banana de Dole, a través de asesinar a líderes sindicales y usar tácticas de terror para
desestimular el ingreso de trabajadores a los sindicatos”. Un testigo clave de los demandantes es un encarcelado comandante de las Autodefensas llamado José
Gregorio Mangones, alias “Carlos Tijeras”. Esta persona figura entre al menos otros cuatro ex comandantes
de las AUC quienes han dicho que todas las empresas
bananeras foráneas que operaron en Colombia, incluyendo Dole y Chiquita, hicieron pagos a estos grupos.
Asimismo el abogado acusador indicó que los demandantes probarían que los gerentes de la importadora
de banano en la región no eran “inocentes transeúntes
pagando extorsiones”, sino socios activos en una sangrienta conspiración para reducir los costos.
• Condenan a dos representantes de convivir papagayo
por nexos paras. (2009). Publicado en: http://www.
verdadabierta.com/justicia-y-paz/extraditados/1407condenan-a-dos-representantes-de-convivir-papagayopor-nexos-paras
Éste documento habla sobre la condena que se les impuso a dos representantes de la convivir Papagayo por
nexos con los grupos paramilitares. Por solicitud de la
Fiscalía, el Juzgado Segundo penal del Circuito Especializado de Antioquia condenó a dos representantes
legales de la Convivir Papagayo, por recibir dinero del
sector bananero para el financiamiento de grupos paramilitares en Antioquia. Jesús Albeiro Mejía Osorio y
Jaime Alonso Castrillón Echeverría, representantes legales de Papagayo, fueron sentenciados a 3 y 4 años
de prisión, respectivamente, por el delito de concierto
para delinquir agravado. En el expediente contra las
bananeras de Urabá también se resalta que el cobro
que se hizo a las empresas no fue producto de extorsiones sino un acuerdo voluntario entre los paramilitares y los empresarios. “Ahí no se presionó a nadie, las
convivir siempre la han asumido los bananeros como
suyas porque ellos las conformaron y siempre se les
pasó informes y hasta cierto momento no supieron de
la penetración de las autodefensas en las Convivir”,
dice Hasbún en uno de los apartes de la versión que
sirvió para dictarle resolución de acusación. En este
sentido, el ex jefe paramilitar calculó que entre el 90 y
95 por ciento de la zona bananera de Urabá aportó la
cuota de sostenimiento de las convivir y muchas de las
fincas autorizaban a una de ellas, Papagayo, a descontar de forma directa los 3 centavos de dólar por cada
caja de banano exportado, de sus cuentas bancarias.
Luego, Mancuso y ‘HH’ coincidieron en que las bananeras sabían que los dineros recaudados por Hasbún
financiaban a las AUC y, de hecho, se beneficiaron de
las acciones del bloque Bananero, entre los que se
cuentan los asesinatos de cientos de sindicalistas y
campesinos de la región. Hasbún también señala que
los bananeros, ganaderos y gente de Urabá se beneficiaron con el accionar de las AUC.
• La Verdad incómoda de HH. (2008). Publicado en:
http://www.verdadabierta.com/conflicto-hoy/eln/507la-verdad-incomoda-de-hh
Antes de ser extraditado a Estados Unidos, donde una
corte de Nueva York lo requiere por cargos de narcotráfico, Éver Veloza García, alias HH, ex jefe de los bloques Bananero y Calima, de las Autodefensas Unidas de
Colombia (AUC) confiesa nexos entre las empresarios y
comerciantes y la financiación de su organización en
versiones libres a la Fiscalía. En esas versiones también ha confesado que hizo operaciones conjuntas con
miembros activos y de alto rango de la fuerza pública
en Urabá y el Valle del Cauca. ‘HH’ ha dicho que mató
muchos inocentes, que los hizo sólo por sospecha y de
esos crímenes no sólo son responsables las autodefensas sino sus “patrones”; es decir, quienes las financiaron, como industriales, comerciantes y políticos que, en
muchos casos, nunca actuaron bajo presión sino que
eran ellos lo que los llamaban para que solicitar sus servicios. También sostuvo que se reunión con senadores
de Estados Unidos a los que les ha dado los detalles
sobre la forma como empresas multinacionales de ese
país, con asiento en Urabá, pidieron la “ayuda” de las
AUC a cambio de una retribución económica, retribución que sirvió para comprar armas y reclutar a más
combatientes. El ex jefe paramilitar confesó que entre
1997 y 1998 el bloque Bananero mató entre 1.300 y
1.500 personas en el Urabá, entre Antioquia y Chocó,
tiempo que –indicó- coincidió con la Operación Génesis, ordenada por el ex comandante de la XVII Brigada,
general (r) Rito Alejo del Río, para erradicar a la gue-
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 109
rrilla de sus “santuarios” de las selvas chocoanas. Esa
operación provocó uno de los desplazamientos más numerosos de la década del 90, cuando cerca de 5.000
campesinos, la mayoría negros, buscaron refugio en un
campamento improvisado que montaron en el corregimiento Pavarandó, en Mutatá, luego de atravesar parte
de las selvas del Darién.
gunas familias y algunos empresarios de Cauca y Valle
del Cauca, en momentos en que la guerrilla arremetía
con más fuerza en la región y ante hechos perpetrados
por el ELN como el secuestro masivo de unas 150 personas dentro de la Iglesia La María, de Cali, en mayo
de 1999. HH habló de las familias Mejía, Escarpeta y
Guzmán, que le ofrecieron financiación.
• A la cárcel hacendados y palmicultores por crímenes
y financiamiento a paramilitares. (s.f.). Publicado en:
http://www.eltiempo.com/colombia/justicia/a-la-carcel-grupo-de-hacendados-por-crimenes-y-financiamiento-a-paramilitares_7575708-2
Éste artículo del tiempo habla sobre la captura de tres
terratenientes por vínculos con los paramilitares y la
presunta orden de matar y desplazar a personas en
Urabá. Los implicados son: El terrateniente y hacendado Carlos Andrés Vargas Montoya, el palmicultor y
comerciante Juan Guillermo González Moreno y el hacendado Jesús Emilio Rueda. Juan Guillermo González
Moreno es señalado de ser el responsable del secuestro de cuatro líderes campesinos de Riosucio (Chocó),
en el 2003, el desplazamiento de 350 personas de la
comunidad de paz Nueva Esperanza, y de la desaparición de por lo menos un centenar de campesinos y pobladores afro-descendientes del Urabá chocoano. Jesús
Emilio Rueda, quien según las indagaciones, le entregó
al ‘frente Pavarandó’ de las autodefensas un listado
con los nombres de 200 campesinos para que fueran
ajusticiados por ser supuestos colaboradores de las
FARC. Y Carlos Andrés Vanegas Montoya, es investigado
por concierto para delinquir agravado, porte ilegal de
armas, homicidio agravado y tortura. Además de estas
personas, la investigación contra dirigentes de la palma
y hacendados de Antioquia y Chocó, arrojó un listado de
19 implicados, entre autores materiales e intelectuales
de crímenes cometidos por el bloque Elmer Cárdenas
de las autodefensas.
• Hasbún asegura que Postobón le dio plata a las AUC.
(2009). Publicado en: http://www.verdadabierta.com/
justicia-y-paz/80-versiones-seccion/921-hasbun-asegura-que-postobon-le-dio-plata-a-las-auc
Raúl Hasbún Mendoza, alias Pedro Ponte o Pedro Bonito, no solo aceptó que las empresas bananeras financiaron a los paramilitares en Urabá a través de los
pagos que les hacían a las convivir sino que también
recibieron dineros de empresas como Postobón y las
distribuidoras de gas. A Ospina, dueño de un extenso
cultivo de Teca (madera), las autodefensas le “ordenaron” suspender la vacuna que le daba a las Farc y endosársela a las autodefensas, a cambio de respetarle
la vida y de que pudiera comercializar la madera en la
región. Sobre la embotelladora dijo, sin recordar fechas
ni sitios, que el pacto de “colaboración” se inició cuando las autodefensas retuvieron varios camiones de la
compañía en zona rural de Apartadó, con el objetivo de
que la empresa enviara a la zona a una persona con
capacidad de negociar. A esa persona identificó como
Carlos Castaño o Cataño, un mayor retirado de la Armada, jefe de seguridad de esa compañía, con quien llegó
a dos acuerdos: el primero, la imposición de “impuesto
de guerra” por envase de gaseosa distribuido (impuesto
del cual no dio su monto) y; segundo, el compromiso de
que Postobón cesaría cualquier otro pago a la guerrilla
como, a juicio del ex jefe paramilitar, lo venía haciendo
hasta ese momento. Hasbún Mendoza aseguró que estas empresas también se comprometieron a no pagarle
más a la guerrilla y a avisarles a las autodefensas cuando fueran víctimas de un robo, dado que la guerrilla
utiliza esos instrumentos como armas, al llenarlos de
metralla y dinamita.
• HH contó cómo fue la entrada al Valle y el Cauca.
(2009). Publicado en: http://www.verdadabierta.com/
justicia-y-paz/versiones/80-versiones-seccion/781hh-o-carepollo
Ever Veloza García, alias HH, contó como a punta de
masacres y asesinatos y financiados por el dinero de
algunos empresarios y comerciantes, el bloque Calima,
de las Auc, “conquistó” algunas regiones de esos departamentos. HH confesó que las Autodefensas llegaron al
Valle a mediados de 2000, por solicitud expresa de al110 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
• La marca de “Macguiver”. (2008). Publicado en: http://
www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/versionesseccion/539-macguiver-el-constructor
Insólito ha sido el desarrollo de la versión libre del jefe
paramilitar Luis Eduardo Zuluaga, alias ‘Macguiver’.
Después de años de sometimiento y accionar criminal
en corregimientos de Antioquia, el desmovilizado afir-
ma haber realizado obras de beneficencia con recursos de las autodefensas. Pero también confesó varios
crímenes que permanecían impunes en el Magdalena
Medio. ‘Macguiver’ construyó más de 80 kilómetros de
carretera en diferentes veredas y corregimientos de Antioquia, además de millonarias edificaciones. Los proyectos comprenden la construcción de 18 kilómetros de
carretera en la Danta, Antioquia en las veredas de Playa
Linda y Playa Hermosa; 7 kilómetros entre la vereda La
Hermosa y Aquitama; 10 kilómetros entre la vereda El
Remanso y Piedras Blancas; 11 kilómetros de carretera
entre La Mesa y San Rafael; 38 kilómetros entre Mulato Bajo y Guadualito; 6 kilómetros entre las veredas de
San Antonio y Caño Seco y 13 kilómetros de la autopista
Medellín-Bogotá desde la vereda La Mañosa hasta el
municipio de San Francisco. Además viviendas de interés social, un hospital y una plaza de toros en el corregimiento de La Danta, Antioquia. En la versión, confesó
que empresas como Cementos Diamante, Cementos
Samper y Río Claro presuntamente fueron obligadas a
donar material para la construcción de dichas obras.
Los camiones eran interceptados en la carretera y posteriormente trasladados a la obra donde descargaban
el material.
• Prestigiosa inmobiliaria endosó cheques a “para-ong”
en los 90. (s.f). Publicado en: http://www.verdadabierta.com/paraeconomia/1257-prestigiosa-inmobiliariaendoso-cheques-a-para-ong-en-los-90
La sucursal en Córdoba de la inmobiliaria Araújo y Segovia recibió de manos del paramilitar Pedro Ortega Lora
alias “El Primo” varios cheques y lo endosó a la cuñada de los hermanos Castaño, Sor Teresa Gómez. Estas
transacciones fueron encontradas en una oficina en la
que se manejaba la contabilidad de las Autodefensas
de Córdoba y Urabá en Medellín y que fue allanada por
miembros del CTI en 1998. Entre los documentos que
decomisó la Fiscalía en su momento también había pagos de los paramilitares a la Federación Antioqueña de
Ganaderos. Las transacciones comerciales, de la empresa Inmobiliaria Araújo y Segovia, de propiedad de
la familia del ex canciller y candidato presidencial Fernando Araújo Perdomo, fueron realizadas entre 1996
y 1997, y según pudo constatar Verdad Abierta, no se
registró el motivo de éstas. Además, la manera como
fueron archivados los documentos por parte de autoridades judiciales no permiten precisar las sumas canceladas. Uno de los datos más reveladores es que cinco
de los trece cheques girados por “El Primo” a Araujo y
Segovia de Córdoba, fueron endosados a Sor Teresa Gómez Álvarez, cuñada de los hermanos Carlos y Vicente
Castaño Gil, quien en esos años era la representante
legal de la Fundación para la Paz de Córdoba (Funpazcor), una organización no gubernamental fundada por
los Castaño a través de la cual pretendían adelantar
“una reforma agraria” en el norte del país. Funpazcor
y su representante legal, Sor Teresa Gómez Álvarez,
fueron relacionadas con actividades del narcotráfico e
incluidas el 8 de febrero de 2004 en la lista conocida
como Designados como Narcotraficantes (SDNT por
sus siglas en inglés) que elabora la Oficina de Control
de Bienes y Finanzas del Departamento de Tesoro de
Estados Unidos. Según información del Nuevo Herald,
Funpazcor en 2001 se transformó en una empresa fachada para la adquisición de tierras, tráfico de armas y
lavado de activos. A Sor Teresa se le asocia también con
la constitución de Asoprobeba, una fundación con sede
en el Urabá antioqueño que se le vincula con la apropiación ilegal de tierras en esa zona del país y que se
ha relacionado con el asesinato de la líder campesina
Yolanda Izquierdo Berrío.
• Empresarios de la palma, a la cárcel por los desplazados en Urabá. El Tiempo. 2010, mayo 19 de 2010.
Publicado en: http://www.eltiempo.com/colombia/
justicia/empresarios-de-la-palma-a-la-carcel-por-losdesplazamientos-en-uraba_7717280-1
Acusa a empresas y empresarios palmicultores por
los delitos de desplazamiento forzado, concierto para
delinquir e invasión de áreas de especial importancia
ecológica, con ayuda de los grupos paramilitares. También fueron fachada de los planes ilegales de Vicente y Carlos Castaño, donde en su afán de explotar la
tierras del baja Atrato se convirtieron en fachada del
proyecto agroindustrial paramilitar. Es el caso de las
comunidades de Jiguamiandó y Curvaradó, donde los
‘paras’ desplazaron a miles de familias negras y donde
se instalaron megaproyectos de palma. Se libraron 24
órdenes de captura a 24 empresarios palmíferos por
los delitos de desplazamiento forzado, concierto para
delinquir e invasión de áreas de especial importancia
ecológica. También las firmas Urapalma, Palmas del
Curvaradó, Selva Húmeda, Palmura, Inversiones Fregny
Ochoa, Palmas de Bajirá, Palmadó, Palmas S.A. y Agropalma están en el centro de una investigación por los
mismos delitos. Según la justicia estas empresas, se
prestaron para darle apariencia legal a un macroproyecto económico que se gestó con el desplazamiento
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 111
de miles de familias negras de la zona de Curvaradó y
Jiguamiandó y fueron fachada de los planes ilegales de
Vicente y Carlos Castaño, máximos jefes de las Autodefensas Unidas de Colombia. Además la Fiscalía asegura
que “en su afán de explotar económicamente los terrenos de propiedad colectiva (...) las empresas fueron verdaderas fachadas que escondían el pacto o la alianza
celebrados entre autodefensas y empresarios, que no
era otro que delinquir repetida y permanentemente en
el Bajo Atrato chocoano”. Según el documento, esas
firmas “trazaron múltiples estrategias jurídicas para ‘legalizar’ la adquisición y posesión de tierras, a lo cual
combinaron una febril ofensiva paramilitar que resultó
muy útil a la hora de contrarrestar la reticencia de los
vendedores, así como la enjundia de los opositores a
la expansión de los cultivos de palma”. Por otro lado la
Fiscalía también cuestiona cómo los palmeros accedieron a los créditos y a los permisos para desarrollar su
actividad en una zona protegida, por lo cual se investiga
a los funcionarios del Banco Agrario que les dieron vía
libre a esos proyectos, a los notarios que legalizaron las
ventas ficticias de tierras y a representantes de Incoder,
Finagro y las corporaciones regionales que dieron permisos.
• Los sindican por dos delitos. (2010). Publicado en:
http://www.elmeridianodecordoba.com.co/index.
php?option=com_content&view=article&id=32915:lossindican-de-dos-delitos&catid=44:principal&Itemid=78
Por los delitos de concierto para delinquir y desplazamiento forzado ayer el CTI de la Fiscalía capturó al
actual concejal de la capital cordobesa, Remberto Álvarez Vertel y a la ex empresaria palmífera, Katia Patricia
Sánchez Mejía. Se remonta al año 1997, cuando se inició la adquisición presuntamente irregular de más de
15 mil hectáreas de tierras ubicadas en el Urabá chocoano. Según las autoridades, el proceso habría sido
sembrando terror en ese sector, en el que se cree que
fueron asesinadas más de un centenar de personas y
mil 500 desplazadas. Estos hechos fueron confirmados por el ex jefe paramilitar Freddy Rendón Herrera,
alias ‘El Alemán’, quien además sostuvo que a partir de
2001 comenzó la siembra de palma por parte de varias
empresas. En el caso de Álvarez Vertel se le sindica de
ser el representante legal de Asopalma, mientras que
Sánchez Mejía ejerció esas mismas funciones, pero en
Urapalma, dos de las cerca de diez empresas, que montaron su emporio a orillas de las cuencas de los ríos
Curvaradó y Jiguamiandó.
112 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
• A indagación 23 empresarios de la palma. (2008). Publicado en: http://justiciaypazcolombia.com/A-indagatoria-23-empresarios-de-la
El Fiscal General de la Nación, MARIO IGUARAN, en
entrevista publicada por el diario El Tiempo, el pasado
23 de diciembre indicó que dentro del proceso 3856,
la Fiscalía 14 especializada de la Unidad Nacional de
Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario abrió la instrucción (investigación formal) contra
23 empresarios antioqueños y comisionistas de tierras
que se encuentran asentadas en los territorios colectivos de Curvaradó y Jiguamiandó en el Bajo Atrato
Chocoano. Entre los delitos imputados se encuentran
los de concierto para delinquir, desplazamiento forzado, usurpación de tierras, falsedad en documento público y delitos contra el medio ambiente. La actuación
empresarial se asocia con la presencia de estructuras
paramilitares en la región desde 1996 y con la siembre de palma desde el 2001. los representantes legales vinculados son GABRIEL JAIME SIERRA MORENO,
gerente y representante legal de la empresa Palmas
de Curvaradó; RAUL ALBERTO PENAGOS, representante legal de la empresa Selva Húmeda; KATIA PATRICIA
SANCHEZ MEJÍA, representante legal de la empresa
Urapalma; ANTONIO ZUÑIGA CABALLERO, representante legal de la empresa Palmura; JAVIER DAZA PRETEL,
ex representante legal de Urapalma; SOR ENID OSPINA
RENDON, representante legal y accionista mayoritaria
de la empresa Agropalma; CLAUDIO FREGNY OCHOA,
representante legal de la empresa Inversiones Fregny
Ochoa; GUILLERMO OCHOA PINO, representante legal
de la empresa Agropecuaria Palmas de Bajirá; HECTOR
DUQUE, representante legal de la empresa Palmadó; IVAN PATIÑO, representante legal de Palmas S.A;
ORLANDO MORENO MORA. Por otro lado se han sido
excluidos mandos de estructuras armadas institucionales y parainstitucionales. Los autores materiales e
intelectuales que diligenciaron los créditos públicos, y
los responsables en instancias gubernamentales del
nivel central en el otorgamiento de los créditos o en las
licencias ambientales para la destrucción del territorio
Colectivo pertenecientes a CODECHOCO y CORPOURABA o las redes de notarios que posibilitaron la falsificación de escrituras. Asimismo, la investigación no
ha definido todos los responsables de los crímenes de
lesa humanidad, de los crímenes ambientales. Parece
tender a vincular solo a quienes compraron u ocuparon
fraudulentamente predios individuales o colectivos. Se
ha excluido a quiénes idearon, planificaron y se convir-
tieron en los mayores beneficiarios de estos Crímenes.
Hoy a pesar de esta decisión judicial, no existe voluntad
del gobierno nacional en materializar el retorno de estas comunidades a sus terrenos, en plenas condiciones
de dignidad, seguridad y garantía de derechos colectivos como son: vivienda, educación, salud y trabajo, a
reparar el daño en su calidad de victimas. También hoy
los militares de la Brigada 15 continúan cohonestando
y amparando las estructuras criminales empresariales,
paraestatales sin que se adopten medidas de fondo
desde el gobierno central. Las estructuras paramilitares continúan ordenando operaciones clandestinas,
movilizándose y haciendo presentes con amenazas de
muerte, retenes a la vista de todo el mundo, sin que
la institucionalidad actúe. Por otro lado esa actuación
empresarial bárbara y contra derecho parece estar
alentada en las palabras pronunciadas por Álvaro Uribe
Vélez el pasado 12 de diciembre de 2007 en Medellín.
En su alocución hala las orejas a los empresarios del
banano, y seguramente, también de la palma aceitera,
por no haber aprovechado los decretos gubernamentales relativos a las zonas francas. Y según el reporte
oficial, expresó Uribe que sobre el tema de los biocombustibles, la idea es expandir la zona productora de palma africana en el sur de Urabá, ante la gran posibilidad
que tiene la región para el desarrollo de proyectos de
biodiesel.
• Empresarios palmicultores en el ojo de la justicia por
desplazamiento de campesinos en el Chocó. (2010). Publicado en: http://www.noticias.com.co/2010/05/20/
empresarios-palmicultores-en-el-ojo-de-la-justicia-pordesplazamiento-de-campesinos-en-el-choco/
Un fiscal de Derechos Humanos acusa a empresarios
que incurrieron presuntamente en los delitos de desplazamiento forzado, concierto para delinquir e invasión
de los predios pertenecientes a las comunidades afrodescendientes. Debido a los combates entre los grupos
paramilitares y la guerrilla los habitantes del bajo Atrato, tuvieron que dejar sus tierras por salvar sus vidas,
sin embargo al querer volver años después encontraron
que sus viviendas no existían, en cambio, encontraron
que sus fincas estaban sembradas con palma africana
y tenían letreros de grandes empresas palmeras que
declaraban la propiedad de esas tierras. El gobierno,
en varias oportunidades, ha certificado que esas tierras pertenecen a las comunidades afrodescendientes
y que las tierras están ocupadas de forma ilegal por
empresarios. Además la Defensoría también alertó de
la indebida intervención de particulares y empresas en
los procesos internos de los consejos comunitarios y de
las autoridades tradicionales de los indígenas. Por esos
motivos, un fiscal de la Unidad de Derechos Humanos
ordenó la captura de 22 directivos, dueños y empleados
de nueve empresas palmicultoras que, según el expediente, fueron fachada de los planes ilegales de Vicente
y Carlos Castaño, máximos jefes de las Autodefensas
Unidas de Colombia. Las firmas Urapalma, Palmas del
Curvaradó, Selva Húmeda, Palmura, Inversiones Fregny
Ochoa, Palmas de Bajirá, Palmadó, Palmas S.A. y Agropalma están en el centro de una investigación.
• El “dossier” de los palmeros: Ecos de las 24 capturas
ordenadas por la Fiscalía esta semana. (2010). Publicado en: http://www.elespectador.com/impreso/articuloimpreso-204419-el-dossier-de-los-palmeros
Bajo la fachada de compañías que impulsarían el progreso en el Urabá, se apoderaron de terrenos ancestrales de afrodescendientes de las cuencas de Curvaradó
y Jiguamiandó (Chocó) apelando a toda suerte de crímenes y horrores para consolidar un proyecto de autodefensa que pretendía a toda costa insertarse en la
economía legal de los grandes terratenientes del país.
El Espectador conoció el dossier de la investigación y
la decisión tomada por un fiscal de la Unidad de Derechos Humanos el pasado 18 de mayo, y sus conclusiones son aterradoras. En principio, la Fiscalía resaltó
que la denominada ‘Operación Génesis’, desarrollada
por grupos de autodefensa y la brigada XVII del Ejército
en febrero de 1997, fue la punta de lanza para desplazar a miles de campesinos del Bajo Atrato chocoano y
sembró el camino para la llegada de empresas privadas
que colonizaron ilegalmente sus tierras productivas con
el objetivo de implementar proyectos agroindustriales
de explotación de palma de aceite. Como fuera expulsaron colonos, asesinaron por donde pasaron, compraron
bajo la amenaza de siempre: “O vende la tierra usted
o se la compro a la viuda”, y en últimas, acudieron a
notarías para “legalizar” la invasión de los terrenos. Fue
así como en el año 2000 arribaron al Chocó empresas
privadas como Urapalma S. A., Palmas de Curvaradó
S. A., Palmura S. A., entre otras. Durante este periodo,
los paramilitares arrasaron con las comunidades, las
obligaron a salir de sus tierras a punta de bala y sangre, y entre tanto las compañías, constituidas por ese
grupo ilegal, se hacían a extensos territorios para desarrollar multimillonarios negocios. A través de la Ley
70 de 1993, que les otorgó tierras a las comunidades
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 113
ancestrales de la cuenca del Pacífico, se dio en el Urabá
un proceso de titulación que nunca llegó a feliz término.
Ya que para entonces la violencia paramilitar estaba
desbordada, donde la ley de las armas fue desplazando
a los afrodescendientes y esos terrenos baldíos fueron
tomados por los empresarios de la palma, en criterio
de la Fiscalía. En el proceso se constató, gracias a declaraciones como la del ex jefe paramilitar H.H., que el
arquitecto de la arremetida de las autodefensas en el
Chocó y el posterior advenimiento de exitosas empresas
de palma fue Vicente Castaño Gil, quien sabía que el
futuro del Urabá era la palma y que quien la manejaba,
manejaba la región. Pero este plan tenían otro inconveniente, pues esos fértiles territorios fueron adjudicados
a comunidades negras y “si se expropiaban se iba a tener problemas con la comunidad internacional”, dijo de
H.H. Entonces se trazó un proyecto para que una vez
recuperados a sangre y fuego esos terrenos o los campesinos malvendieran sus predios por cualquier peso,
por el temor de ser asesinados, se diseñaran escrituras
falsas o actos notariales ilegales para barnizar de legalidad semejante crimen. En su relato, H.H. contó que
Vicente llevó a palmicultores de Santa Marta a Chocó
y añadió que uno de los líderes de ese proyecto para
negociar con las comunidades las tierras que ya se habían sembrado de palma, tratando de legalizarlas, fue
el gerente de Urapalma, Javier Daza. Sobre Antonio Nel
Zúñiga. Por último, la Fiscalía advirtió que en aparente complicidad de funcionarios del Chocó, del Incora y
otras instituciones se legalizaron miles de hectáreas
que les pertenecían a las comunidades negras; todo
bajo la excusa de proyectos empresariales que estuvieron vinculados a desplazamientos, muertes y expropiación de tierras.
• Palmicultores detenidos tenían una empresa criminal:
Fiscalía. (2010). Publicado en: http://www.caracol.com.
co/nota.aspx?id=1302105
Caracol Radio tuvo acceso a los detalles sobre la investigación adelantada por un fiscal de la Unidad de
Derechos Humanos que desembocó en la captura de
24 importantes empresarios dedicados al cultivo de la
palma de aceite en Antioquia y Chocó, presuntos aliados de las autodefensas. El método que utilizaba este
grupo criminal de palmicultores y paramilitares consistía en ingresar con acciones de terror en la zona, con
masacres y desplazamientos, posteriormente llegaban
los empresarios a comprar las tierras a muy a bajos
precios, teniendo en cuenta el pánico que tenían, y
114 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
en caso de que no quisieran vender a las buenas, los
obligaban por medio de amenazas de muerte contra
ellos y sus familias. Otro de los aspectos que motivaron las investigaciones de la Fiscalía es el uso a todas
luces irregular de dineros del Estado, especialmente
del Banco Agrario por parte de paramilitares y algunos
empresarios de la palma de aceite, para financiar la
expansión del monocultivo en la zona de Urabá. A partir del año 2000, varias empresas privadas se asentaron en la cuenca del Curvaradó y Jiguamiandó con
el objetivo de implementar un proyecto agroindustrial
enfocado principalmente a la palma de aceite”. Llama
la atención, entre otras cosas, que para los investigadores es claro que las autodefensas protegían los intereses de esas empresas en la región. Por otro lado
la Fiscalía afirma que “los empresarios se dieron a la
tarea de darles visos de legalidad a la ocupación de las
tierras para lo cual acudieron a variadas figuras contractuales entre las que se destaca la compraventa de
predios cuyo número de hectáreas se incrementó notoriamente mediante la figura de la accesión, la relacionada con enajenación a precios irrisorios soportadas
en documentos falsos y suscripciones de compraventas de usufructos”. Por este motivo el retorno de los
afrodescendientes que durante décadas vivieron en la
zona “se ha hecho imposible. Por último, para la Fiscalía, es claro que la adquisición irregular de los terrenos
y posteriores plantaciones de palma de aceite, obedeció a una organización que contó con el apoyo de grupos paramilitares, lo cual suscitó el desplazamiento de
algunas de los integrantes de comunidades asentadas
en las cuencas de los ríos Jiguamiandó y Curvaradó.
• “Nos quieren extraditar cuando empezamos a hablar de
políticos, militares y empresarios”. (2010). Publicado
en: http://www.indepaz.org.co/index.php?option=com_
content&view=article&id=249:nos-quieren-extraditarcuando-empezamos-a-hablar-de-politicos-militares-yempresarios-&catid=59:paras&Itemid=74
El ex paramilitar ‘El Alemán’, en entrevista con Semana,
habló de varios políticos que colaboraron con las autodefensas para la creación de su proyecto político en
Urabá. También contó del apoyo de las Auc a las campañas a la presidencia de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe.
‘El Alemán’ se refirió a la creación del bloque en Boyacá
y las relaciones con el esmeraldero Víctor Carranza. El
ex paramilitar también se refirió a las relaciones con el
ex sub director del DAS, José Miguel Narváez, y el general Rito Alejo del Río.
• Paramilitar asegura que Maderas del Darién financió
a las AUC. (2006). Publicado en: http://www.verdadabierta.com/paraeconomia/2477-paramilitar-aseguraque-maderas-del-darien-financio-a-las-auc
“La empresa Maderas del Darién buscó a la comandancia del bloque Elmer Cárdenas para dar sus aportes”,
aseveró Dairon Mendoza Caraballo, conocido con los
alias de ‘Rogelio’, ‘el Águila’ o ‘Cocacolo’, ex integrante del bloque Elmer Cárdenas (Bec) de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) y quien se
desempeño como jefe de intendencia de ese grupo paramilitar entre los años 2000 hasta agosto del 2006,
cuando se desmovilizó. En su relato sostuvo que, desde
1997, esta empresa de explotación maderera, filial de
la firma Pizano S.A., se comprometió a dar 20 millones
de pesos mensuales para el sostenimiento del Élmer
Cárdenas que para esa época comenzaba a delinquir
en una vasta región del río Atrato medio chocoano, coincidencialmente donde Maderas del Darién adelantaba
su tarea de extracción de madera. Para el año 2006
presuntamente pagaron 30 millones de pesos. Los presuntos vínculos de la empresa maderera con las Accu
ya habían sido referenciados por Fredy Rendón Herrera,
alias ‘el Alemán’, ex comandante del bloque. En versiones entregadas a la justicia a comienzos de este año,
explicó que en la incursión a la región del Cacarica, entre el 24 y el 27 de febrero de 1997, se utilizaron las
frecuencias de comunicación de Maderas del Darién y
luego se habían convertido en “grandes aportantes”.
Entonces los representantes de las empresas palmiculatoras, “apoyados en miembros de las autodefensas (o
paramilitares), emprendieron la tarea de darle visos de
legalidad a la ocupación de las tierras” de las que habían desplazado a las comunidades negras. Esos palmicultores recurrieron a la compra de tierras de nativos a
“precios irrisorios soportadas en documentos falsos”, o
a suscribir contratos a nombre de personas que aparecían muertas años atrás. Con base en esos fraudes, la
Fiscalía también estableció que los esos palmicultores
consiguieron “respaldar créditos bancarios y obtener incentivos estatales” como préstamos, aunque no cuantificó la cantidad de dinero.
• Fiscalía acusa a 15 empresarios palmicultores por
desplazamiento forzado. (s.f) Publicado en: http://
www.elmundo.com/portal/noticias/nacional/fiscalia_
acusa_a_15_empresarios_palmicultores_por_desplazamiento_forzado.php
La Fiscalía acusó a 15 personas del sector palmicultor como presuntos responsables del desplazamiento
forzado de centenares de campesinos, en connivencia
con paramilitares, en una remota región del noroeste.
El desalojo obedeció a una operación conjunta entre
el Ejército y las autodefensas, según el documento del
ente fiscal. Varios campesinos de Riosucio Chocó fueron intimidados y obligados a vender su tierra a precios
irrisorios. A partir del año 2000, explicó el fiscal Cruz,
“empresas privadas, cuyo objetivo es el cultivo de palma o la ganadería extensiva...se asentaron (en las zonas antes mencionadas de Riosucio)...con el objeto de
implementar un proyecto agroindustrial enfocado principalmente en la explotación de la palma de aceite”.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 115
Anexo 2
Iniciativas para la prevención y atención directa o
indirecta del desplazamiento forzado50
1. 150 personas desplazadas se preparan para montar
empresas: Gracias a la iniciativa del ayuntamiento
de Majadahonda, en España, que aporta parte de los
recursos para el proyecto, un grupo de personas desplazadas del municipio de Soacha en Bogotá, ha comenzado el proceso que culminará con el montaje y
puesta en funcionamiento de cinco unidades productivas asociativas. El proyecto, iniciado en junio de 2006,
pretende incorporar en especial a madres cabeza de
familia y hogares con miembros de la tercera edad, de
una localidad que ha recibido en los últimos ocho años
alrededor de 16 mil desplazados. Para adelantarlo se
conformó una alianza entre la ONG española Aicode, la
Corporación Mundial de la Mujer y la Fundación Corona,
que tendrá a cargo la operación del proyecto a través
de su Fondo de Desarrollo Empresarial. Las 150 personas desplazadas que participarán en la conformación
de empresas de confecciones, calzado, procesamiento
de alimentos, mercado comunitario y reciclaje fueron
escogidas a través de una convocatoria y un riguroso
estudio social de hogares. En una segunda fase del proyecto recibirán formación sobre resolución de conflictos
y trabajo en equipo y, posteriormente, obtendrán capacitación técnica de parte del Sena y en cooperativismo
de parte de Dansocial. El proyecto culminará en enero
de 2007, una vez hayan sido montadas las unidades
productivas y se hayan comenzado a abrir los mercados
donde vendan sus productos.
2. Acompañamiento de familias de niños y jóvenes con
discapacidad en situación de desplazamiento: Esta es
una alianza público-privada entre la Fundación Saldarriaga Concha el ICBF y a la Red de Liliane Fonds. El
objetivo de esta iniciativa es generar e implementar un
modelo de atención y acompañamiento para familias
con niños y jóvenes con discapacidad en situación de
desplazamiento. La población objetivo son familias en
situación de desplazamiento que tienen niños y jóvenes
que tienen algún tipo de discapacidad. Esta iniciativa
ha logrado hasta el momento atender y acompañar a
715 familias con adolescentes y niños con discapaci-
50
dad. Esta iniciativa está en implementación y se está
documentado, pero no se le hace un seguimiento. Además de lo anterior, dentro del programa de la OIM con
empresa privada se lleva a cabo una estrategia llamada mercadeo social. Ésta consiste en mejorar la estabilidad económica de las comunidades vulnerables en
Colombia, asesorando proyectos de generación de ingresos sostenibles cuyos beneficiaros son productores
víctimas de trata de personas, minas anti-persona, desplazamiento forzado interno y grupos armados ilegales,
quienes buscan alternativas para sostener a sus familias y mejorar su calidad de vida. La estrategia asiste a
estos productores y sus empresas a ubicar sus productos en mercados nacionales e internacionales para lo
cual la OIM ofrece a los beneficiarios capacitaciones.
3. Agendas de paz, agendas de negocios y donantes
internacionales: CEA, PNUD y desarrollo rural: La
Compañía Envasadora del Atlántico (CEA), a la cual el
conflicto le presentaba problemas de seguridad, en la
medida en que tanto CEA como los agricultores podían
convertirse en blancos potencial del acoso de la guerrilla y los paramilitares. Desde 2003, CEA ha ayudado
a crear asociaciones agroindustriales en áreas rurales
vulnerables. Su principal motivación para hacer parte
de procesos de construcción de paz ha sido la búsqueda de oportunidades de negocios y por otra parte,
la expectativa de beneficiarse de futuros proyectos de
paz rentables, patrocinados por donantes internacionales, también fue una motivación importante de la
empresa para involucrarse con el PNUD. El objetivo
del PNUD acá en Colombia es fomentar el desarrollo
económico rural, involucrando compañías del sector
privado, para crear alternativas de subsistencia para
los campesinos y cultivadores rurales que han sido
afectados por las dinámicas del conflicto. De esta forma, CEA se acercó al PNUD bajo una propuesta de trabajo conjunto en un proyecto de desarrollo económico
y prevención de cultivos ilícitos. El objetivos especifico
era plantar 1.483 hectáreas en 24 municipios de cinco departamentos (Cesar, La Guajira, Córdoba, Sucre
y Magdalena), lo cual, según ellos, generaría empleo
directo para 813 familias. Se creó una asociación local
de agricultores, llamada Pazcoop, apoyada por el CEO
y por el PNUD.
Toda información aquí presentada ha sido recogida de fuentes públicas o suministrados con la debida autorización. Los autores y organizaciones participantes en este informe no se responsabiliza por su contenido o veracidad, ni del uso que se de a la información que se pone a disposición del público en
esta sección.
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4. Agroprocesos del Pacifico: Agropocesos es una empresa que se da como una alternativa para apoyar al
sector agrícola de Tumaco, en la compra y comercialización de derivados de coco, y que junto a la Cooperativa
Coagropacífico, el Sena y Monte Bravo están apoyando procesos de retorno institucionales. En el caso de
Agropocesos del Pacifico, acompaña estos procesos
mediante la compra de la producción del coco a un precio estable, generándoles un ingreso constante a las
comunidades y facilitando el proceso de retorno en la
zona rural del municipio de Tumaco, en poblaciones situadas en el Río Malambo, Mejicano, Rosario y Chagui.
Aunque no es un proyecto como tal buscan el retorno
y arraigo de personas por medio de la estimulación de
la producción de coco y el aseguramiento de la compra
y comercialización para generar un ingreso constante
a las familias. El objetivo de la iniciativa es generar el
retorno de personas o que se evite el desplazamiento
gracias a la generación de arraigo al territorio por medio de garantizar un ingreso constante. Esta iniciativa
está enfocada en población agricultora, donde también
se encuentran personas desplazadas, madres cabeza
de familia y reinsertados que pertenecen a las comunidades donde opera la compañía, en este caso no hay
diferenciación entre grupos poblacionales.
5. Alianza entre el Sector Público y Privado Busca Generar Empleo a Cerca de 50 Familias de Pereira. (2009):
Convenio entre la ANDI, la Alcaldía de Pereira y la Gobernación de Risaralda permitirá que familias de Caimalito se capaciten en la producción de partes en fibra
de vidrio para el sector automotor. En el caso del sector
metalmecánico, se vincula de manera directa la empresa Busscar de Colombia S.A., especializada en el
ensamblaje de vehículos. El convenio fue presentado
como proyecto de emprendimiento que busca reactivar
la economía del departamento y contrarrestar la difícil
situación de desempleo que ubica a Pereira como la primera en el país, con una tasa del 19,7 por ciento. La iniciativa está encaminada a capacitar madres cabeza de
familia y desplazados que residen en el sector de Caimalito -zona rural de Pereira, en límites de Risaralda y el
Valle-, en la fabricación, comercialización y distribución
de productos en fibra de vidrio, primero con capacitación y luego abriendo espacios para la comercialización
de sus productos. Una vez concluido este proceso se establecerá por lo menos una unidad productiva que servirá de proveedor a la industria metalmecánica, en este
caso la empresa Busscar de Colombia S.A. y la idea es
vincular otras empresas afines. estos son mecanismos
que buscan brindar solución económica a estas familias, ya que no solo se capacitarán, sino que entrarán a
hacer parte del proceso manual de la compañía dedicada a ofrecer todo tipo de soluciones para el transporte
colectivo, masivo, intermunicipal y de turismo.
6. Alianza para el desarrollo socioeconómico de la comunidad bananera del Magdalena y platanera del
Urabá: Esta alianza está orientada a mejorar la calidad
de vida de las poblaciones desplazadas y vulnerables
del Departamento del Magdalena y el Urabá Antioqueño, a través del fortalecimiento de pequeñas unidades
productivas y emprendimientos en diferentes aspectos
empresariales, sociales y técnicos. Adicionalmente se
generaron infraestructuras productivas y comunitarias
que permitieron el desarrollo local y social de las comunidades. Busca articular esfuerzos institucionales para
implementar una estrategia de desarrollo sostenible
con alto impacto socioeconómico, que permita mejorar la calidad de vida de 1.482 beneficiarios directos
y 5.850 beneficiarios indirectos, facilitando el acceso a
servicios básicos, generar oportunidades de empleo e
ingresos y participar dentro de la cadena de exportación bananera y platanera en condiciones equitativas
y rentables. En esta iniciativa participan: Fundaunibán,
Augura, Embajada de Holanda, Fundación Corbanacol,
C.I. Unibán S.A., Programa Más Inversión para el Desarrollo Alternativo -MIDAS-, SENA, Corpourabá y Colombia Gap. Asimismo, el programa es implementado en el
Departamento de Antioquia en los Municipios de Turbo,
Apartadó, Carepa, Chogorodá y Cañasgordas, y enfocado hacia mujeres, niños, campesinos y personas mayores. Este proyecto se inició el 1 de Noviembre de 2006
y se terminó el 31 de enero de 2010.
7. Alternativas de generación de ingresos y empleo para
población desplazada y vulnerable de las localidades
de Bosa y Kennedy: La iniciativa está orientada a generar alternativas de empleo e ingresos para población
desplazada y vulnerable de las localidades de Bosa y
Kennedy de Bogotá a través de un proceso que incluya
el desarrollo y potenciación de competencias y habilidades personales, fortalecimiento del tejido familiar y
comunitario y el restablecimiento socioeconómico. Se
desarrolló entre octubre de 2009 y octubre de 2010.
Esta iniciativa está enfocada en 200 familias que incluyen Mujeres, Jóvenes, Campesinos, Indígenas, Afrocolombianos, Personas Mayores, Discapacitados, 70% en
condición de desplazamiento y 30% en población vulnerable. En ella participan: Fundación Social, la Fundación Panamericana para el Desarrollo con recursos de
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 117
USAID, Fomipyme, PMA aporta alimentos por capacitación a las familias participantes.
8. Asocolflores - Escuela de Floricultura para la Estabilización Socioeconómica de Familias Desplazadas y Vulnerables en la Sabana de Bogotá y Oriente Antioqueño:
Desde el 2003 y que hasta el 30 de noviembre de 2008,
ASOCOLFLORES con FUPAD Colombia, implementó el
proyecto de Escuela de Floricultura que buscó la estabilización de familias en condición de desplazamiento
y vulnerabilidad, en la sabana de Bogotá en Cundinamarca y el oriente de Antioquia, a través de contratos
de aprendizaje, atención psicosocial, enganche laboral
y emprendimiento. La Escuela de Floricultura capacitó
en las labores de cultivo de flores por medio de un programa creado por Asocolflores con el Servicio Nacional
de Aprendizaje, SENA, denominado Cultivo de Flores
de Corte para Exportación, siendo el SENA la entidad
formadora y certificadora, con instructores expertos en
este campo. El proyecto benefició a 1.027 personas en
su primera fase, y a otras 694 familias, en su segunda
fase. En esta iniciativa participaron: la Agencia para el
Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID),
la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD
Colombia,) el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA),
las empresas floricultoras afiliadas a la Asociación, y
Asocolflores.
9. Bogotá Comprometida con 57 Mil familias Desplazadas: Más de 150 mil desplazados fueron atendidos en
las 6 Unidades de Atención y Orientación (UAO), 11 mil
personas tuvieron Jornadas de Atención Integral, se
realizó un acompañamiento a 132 indígenas emberakatios en su retorno a casa y se buscan 5.000 empleos
para desplazados con la colaboración del sector privado. La búsqueda por generar 5.000 empleos a población desplazada, conduce a la Secretaria a liderar más
de 6 encuentros con empresarios del sector privado en
un evento llamado “Gran Maratón de 5.000 Empleos
para Desplazados”, con el fin de obtener su colaboración de abrir oportunidades de trabajo. A dicha iniciativa se han vinculado la Cámara de Comercio de Bogotá,
FENALCO, el IPES, varios medios de comunicación y
empresarios de los almacenes de cadena como Alkosto
y Éxito. La meta consiste en que antes de terminado
el 2008 se hayan otorgado esos 5.000 empleos a la
población desplazada.
10.Centros aeioTU: Esta es una iniciativa es una alianza
público-privada impulsada por la Fundación Carulla
aeioTU, que busca darle educación de calidad a los
niños de Colombia. Los centros aeioTU ofrecen aten-
118 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
ción integral (educación, nutrición y salud) a diversas
poblaciones vulnerables entre ellas niños y niñas en
condición de desplazamiento. Esta iniciativa esta implementada en tres departamentos: Atlántico, Cundinamarca y Magdalena, en las ciudades de Barranquilla,
Bogotá, Sopó y Santa Marta. En esta iniciativa también
participan: Alcaldía Distrital de Barranquilla, Alcaldía
Distrital de Santa Marta, Alcaldía Mayor de Bogotá - Secretaría de Integración Social, Alcaldía de Sopo, Alpina,
Fundación AVINA, Fundación Éxito, Fundación Jacobs,
Fundación Nutrir, Fundación Pies Descalzos, Fundación
Saldarriaga Concha, Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar, Ministerio de Educación Nacional de Colombia, Junta de Acción Comunal de Timayui, LGT Venture
Philanthropy Foundation, Reggio Children, Triple A, Sociedad Salesiana Centro Juan Bosco Obrero.
11.Construcción del Pueblo Indígena Jaikerasabi Eyabida
en el Municipio de Mutatá – Departamento de Antioquia: El proyecto es una estrategia para garantizar que
los habitantes del resguardo indígena Jaikerazabi que
se han visto afectados por el problema del desplazamiento desde hace once años, se consoliden definitivamente en un territorio del Urabá antioqueño en el
Municipio de Mutatá. El propósito del proyecto es la
construcción de un pueblo indígena que constará de 84
viviendas y 16 obras comunitarias que beneficiarán a
420 personas del resguardo indígena Jaikerazabi Eyabida, con el fin de garantizar la conservación cultura y
evitar el desplazamiento de la etnia Emberá Katío. La
construcción de este pueblo indígena, es un proyecto
que adelanta la Agencia Presidencial para la Acción
Social y la Cooperación Internacional; a través del Fondo de Inversión para la Paz, la Empresa de Vivienda de
Antioquia – VIVA, la Gerencia Indígena de Antioquia, La
organización Internacional para las Migraciones – OIM,
el Municipio de Mutatá, la XVII Brigada del Ejército, el
Cabildo Mayor de Mutatá y las Fundaciones Sociales
Corbanacol y FUNDAUNIBÁN.
12.Edupaz: Edupaz es un fondo de becas. Los beneficiados
tendrán financiamiento del 100% de la matrícula de la
carrera, sea profesional, técnica o tecnológica. Paralelamente, los empleados de Coltabaco serán Donantes
de Tiempo para acompañar el proceso académico de
las personas víctimas de la violencia. Iniciativa de Coltabaco junto con la Alta Consejería Presidencial para la
Reintegración, la Organización Internacional para las
Migraciones (OIM), la Agencia para la Cooperación Social del Gobierno de Estados Unidos (USAID) y Lumni
Inc., para garantizar la educación de sectores menos
favorecidos en donde se ubica la población desplazada,
las comunidades indígenas y los desmovilizados. Lumni
es una empresa con sede en Colombia, Chile, México
y Estados Unidos, y se encarga del desarrollo de sistemas de inversión que financian la educación de personas con base en el potencial de su desarrollo futuro lo
cual se materializa a través de contratos de patrocinio.
Los fondos que actualmente trabajan con Lumni Inc. del
sector privado son: Fondo de Alquería y Fondo Oportunidades Bavaria.
13.El proyecto de la Federación Nacional de Cafeteros
Comité Regional Nariño y Acción Social: El Comité de
Cafeteros de Nariño, en alianza con entidades públicas
e internacionales como Acción Social, USAID, OIM entre
otros, ha trabajado con las comunidades cafeteras en
28 municipios y 64 proyectos en la zona norte del departamento de Nariño. Algunos de estos proyectos benefician y están dirigidos a comunidades cafeteras que
han estado en riesgo o en condición de desplazamiento. El Comité ha hecho acompañamiento sistemático a
proyectos sociales en estas comunidades, ha apoyado
programas en sustitución de cultivos, seguridad alimentaria, mejoramiento de infraestructura y fortalecimiento
organizativo en el marco de proyectos productivos. Por
ejemplo, en los municipios de Albán, Buesaco, El Tablón
de Gómez y San Bernardo desarrollaron un proyecto de
“renovación de cafetales (semilleros y almácigos) mejoramiento de equipo e infraestructura productiva y de
descontaminación de fincas cafeteras de los beneficiarios del programa de atención a la Población Desplazada” (FNC. 2010) con el cual se beneficiaron 91 familias,
las cuales lograron agremiarse y acceder a créditos del
Ministerio de Agricultura. Es una alianza público-privada
que busca la recuperación de la caficultura, para el mejoramiento de las condiciones de vida de las familias
productoras de café, en los municipios mencionados,
mediante el incremento y consolidación de la calidad
del café, el mejoramiento de la infraestructura de beneficio y secado del café, en las fincas cafeteras para
el cumplimiento de las buenas prácticas ambientales,
económicas, con asistencia técnica y capacitación requeridos.
14.Empresarios sin indiferencia: Esta iniciativa esta una
alianza público-privada que busca desarrollar un modelo de intención a nivel distrital (Bogotá) para la generación de ingresos para población vulnerables (Jóvenes y
Desplazados), desde la formación de oficios, desarrollo
de ideas de negocios, conformación de microempresas
asociativas e individuales, donde se les da un acompa-
ñamiento con el fin de generar procesos sostenibles.
En esta iniciativa hacen parte las Fundaciones Corona, Santo Domingo, Restrepo Barco, Nuevo Arco Iris,
Compartir y las organizaciones Ficitec y Prodensa. Este
proyecto finalizo en el primer semestre de 2010, donde
se atendieron entre 101 y 500 personas enfocado únicamente a jóvenes en condición de desplazamiento y
vulnerabilidad. Los principales temas que trabaja son
la Capacitación Ocupacional, la Generación de Ingresos
y la Ayuda Psicosocial de los jóvenes. Durante esta iniciativa se ha logrado crear mecanismos y estrategias
para la generación de ingresos de estas personas en la
ciudad, mecanismos para no duplicar esfuerzos y para
la coordinación de las instituciones. Por otro lado, con
un grupo de desplazados se crearon 14 microempresas. Este proyecto en un principio fue exitoso en tanto
se cumplieron las metas del proyecto, pero por falta de
un acompañamiento adecuado por parte del distrito la
gran mayoría de los negocios fracasaron.
15.Empresas del país han contribuido en mejoramiento
de la sociedad, en últimos 30 años, señala la CCRE:
Pero estas no son las únicas entidades que laboran en
ese tema, Tecnovo es una empresa que recibe desde el
exterior ayuda para capacitar a desmovilizados de los
paramilitares, la guerrilla y personas desplazadas, en
un plan que se ha vuelto piloto para la reinserción laboral. SABMiller también apoya iniciativas, cuyo único
requisito es que sean para población desplazada.
16.En 2010 se llegará a 11 mil hogares desplazados con
programa de generación de ingresos: ACCIÓN SOCIAL,
a través de su programa de Atención Inicial en Generación de Ingresos PAI GI, inició los talleres de capacitación con las entidades ejecutoras que atenderán 11 mil
50 hogares desplazados en todo el país. Los talleres
que empezaron en Barranquilla y Bogotá son el principio de un proceso con el que se llegará a hogares desplazados que van a emprender proyectos de generación
de ingresos y que no habían sido atendidos por este programa de ACCIÓN SOCIAL. Los temas en los que estos
operadores brindarán acompañamiento a la población
desplazada son asesoría empresarial, acompañamiento psicosocial, y vinculación de personas desplazadas al
mercado laboral.
17.Escuela Activa Urbana: Esta iniciativa es una alianza público-privada que busca mejorar la calidad de la
educación de los colegios oficiales del municipio de Manizales. Este es un proyecto que promueve el uso de
pedagogías activas que sugieren un mayor aprendizaje
de los estudiantes, así como una formación en valores
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 119
y habilidades como: liderazgo, trabajo en equipo, democracia, solidaridad, entre otros. Esta iniciativa se enfoca
en los niños y jóvenes de los colegios oficiales de Manizales, pero beneficia a niños y jóvenes en condición
de desplazamiento ya que, más o menos, el 10% de la
población de estos colegios pertenece a población desplazada. Esta es una iniciativa que como se mencionó
se enfoca exclusivamente en el tema de educación y
tiene como población objetivo a niños y jóvenes, donde
se ha beneficiado entre 101 y 500 personas. Dentro de
este proyecto se encuentran trabajando la Secretaria de
Educación, la Fundación Luker, el Comité de Cafeteros
de Caldas, Qualificar, el Instituto Caldense para el Liderazgo, y la Universidad Autónoma de Manizales. Esta
iniciativa está en implementación y se le está haciendo
un proceso de seguimiento y documentación.
18.Fondo de comunidades en riesgo Focus: FOCUS, es
una alianza conformada en el año 2004 por tres Fundaciones Empresariales (Smurfit, EPSA y Corona), con
el apoyo de la Fundación Interamericana, IAF (por sus
siglas en inglés), y en la que participan las alcaldías municipales y la Corporación Consorcio para el Desarrollo
Comunitario. El objetivo del proyecto es fortalecer las
condiciones de arraigo, mediante estrategias para la
prevención y protección, que permitan a las comunidades confrontar la problemática del conflicto armado sin
afectar sustancialmente sus proyectos de vida. Este proyecto es implementado en los departamentos de Valle y
Cauca y está enfocado hacia mujeres, niños, campesinos, indígenas, afrocolombianos, y en la comunidad en
general.
19.Fortalecimiento a 300 Famiempresas de Alimentos en
los Municipios de Mutatá, Chigorodó, Carepa, Apartadó, Turbo y Necoclí: Se busca mejorar y consolidar los
ingresos de 300 famiempresarios de la región de Urabá,
por medio de buenas prácticas administrativas, mercadeo, comercialización, y apoyo psicosocial. Se espera
un mejoramiento de un 20% a partir del fortalecimiento
productivo, empresarial y comercial. En esta iniciativa
participan Fomipyme, USAID – OIM, Gobernación de Antioquia, y Fundaunibán. El proyecto se desarrolla entre
octubre de 2009 y abril de 2011.
20.Fortalecimiento a la Capacidad Institucional para Garantizar Asistencia a la Población Desarraigada en
Colombia: El programa “Desarrollo social y económico
para la estabilización y arraigo de comunidades productoras de mora, vulnerables y en riesgo por las condiciones de pobreza y de la violencia”, tiene como propósito
mejorar las condiciones de estabilidad social, de pro-
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ductividad y competitividad de las familias y sus comunidades, articuladas al encadenamiento productivo de
la mora, como una estrategia de arraigo de las familias
a su medio económico, natural y cultural. El proyecto
beneficia a 300 familias de pequeños productores de
mora directamente, e indirectamente a las familias de
los colectivos sociales donde viven. Esta iniciativa está
enfocada en campesinos y tiene como objetivo incrementar el nivel de ingreso familiar, disminuir los conflictos intrafamiliares y mejorar las relaciones entre las
familias, y mejorar la capacidad de autogestión para
la producción y el negocio con base en jóvenes. Esta
iniciativa es una alianza público-privada impulsada por
Fundación Carvajal acompañada de la Comisión Europea, la Agencia Presidencial para la Acción Social y la
Cooperación Internacional (Acción Social) y la Fundación Smurfit Cartón de Colombia. Asimismo, trabaja en
los temas de Generación de Ingresos, Mejora de competencias y capacidades psicosociales y el desarrollo
de capacidades empresariales y de negociación. Por
otro lado esta iniciativa se enfoca en el Departamento
del Valle del Cauca en los Municipios de Tulúa, Trujillo,
Calima, Darién y Ginebra. Los resultados de esta iniciativa en los municipios han sido: el mejoramiento de los
ingresos de 300 familias; la creación de 4 organizaciones familiares productoras; el cambio de 300 familias
(1500 personas) en los comportamientos humanos,
donde se han disminuido los conflictos intrafamiliares
y conflictos colectivos; y mejores indicadores de salud y
nutrición en 300 familias.
21.Fortalecimiento y consolidación de la cadena productiva de la Yuca para familias pertenecientes a la precooperativa Protracoy de Mutatá: Esta es una alianza
público-privada enfocada en la generación de ingresos,
que busca el mejoramiento de los ingresos de las familias desplazadas y vulnerables del municipio de Mutatá,
a través de la producción, transformación y comercialización de la yuca, así como el empoderamiento de los
productos vinculados a la pre-cooperativa Protracoy de
Mutatá. En esta iniciativa hacen parte Fundaunibán,
USAID, Antioquia Emprendedora y el Ministerio de Agricultura. El foco de este proyecto son los campesinos en
situación de vulnerabilidad y desplazamiento, donde
se ha logrado beneficiar entre 101 y 500 personas. La
iniciativa ya se termino y el resultado de esta fue la consolidación de la pre-cooperativa y una forma que le permite a las familias generar ingresos para sus hogares.
Se hace evaluación y seguimiento por parte del Sistema
de gestión de calidad.
22.Fundación Granahorrar enseña a desplazados y discapacitados independencia y auto sostenibilidad: Estos
conceptos los extendieron a tres grupos altamente vulnerables y que, a su vez, necesitan recomponer sus familias, sobreponerse al duelo del desarraigo y de la falta
de unidad social: los habitantes de la calle, los hombres
y mujeres cabeza de hogar, campesinos desplazados y
adultos mayores. “Estos grupos tienen ciertos problemas en común: una discapacidad sicológica (muchos
sufren de paranoia por la violencia a la que fueron sometidos), no tienen ingresos ni vínculos sociales y no
conocen los beneficios ni la atención que les ofrecen los
gobiernos locales”, dice Arango, quien considera que
más que capacitarlos hay que formarlos. De hecho, una
de las enseñanzas más importantes es aprender a ‘sacarles el jugo’ a las cajas de compensación y a las EPS.
“Las cajas invierten grandes presupuestos en crear programas de salud, recreación o capacitación para sus
afiliados, si se aprovechan rendirá más el presupuesto
familiar”, agrega Arango. Por ello, buscan convenios con
entidades de alto nivel para ofrecer servicios como aseo
de cajeros electrónicos y cabinas telefónicas públicas,
mantenimiento de prados y jardines y manejo de material reciclable. Paralelamente cuentan con una planta
de 300 metros cuadrados donde unas 180 personas
empacan y alistan correspondencia. De igual forma,
mantienen un convenio con la Alcaldía Mayor de Bogotá para formar 470 jóvenes y discapacitados físicos y
100 habitantes de la calle. Además, están entrenando a
200 adolescentes -entre 14 y 19 años- bajo el cuidado
del Instituto de Bienestar Familiar pero que no pudieron
ser adoptados, precisamente, porque tienen limitaciones cognitivas. También están apoyando a un grupo de
400 personas de la localidad de Usme, en Bogotá, que
tiene una empresa de empleo asociativo donde ofrecen
servicios de Mensajería especializada (Gran envíos), fabrican productos de panadería, hacen telemercadeo y
asean bienes inmuebles. A través de una alianza con
la Institución Social Opción Vida, capacitó en técnicas
postales a un grupo de 125 personas desplazadas y les
generó empleo directo a 45 de ellas como operadores
de correo. El año pasado se les dio empleo directo a
80 personas e indirecto a otras 60. Entre sus empresas
aliadas se cuentan las bombas de combustible Teruel
(pertenecientes al grupo antioqueño), British Pretroleum (BP), la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB),
las Empresas Públicas de Medellín (EPM), Unicentro de
Occidente, Unicentro Norte, y las universidades Manuela Beltrán y Jorge Tadeo Lozano.
23.Generación de condiciones de inclusión de la población desplazada de las localidades de Bosa y Kennedy
con una perspectiva de generación de capacidades y
derechos: Con el apoyo de cooperación internacional y
de gobiernos locales, la Fundación Social implementó
un proyecto dirigido al reestablecimiento integral de la
población en situación de desplazamiento y vulnerable
en zonas marginales urbanas, desde un enfoque de desarrollo integral, territorial y de generación de capacidades y restablecimiento de derechos, durante el periodo
comprendido entre Agosto de 2007 y Marzo de 2009
en las localidades de Kennedy y Bosa de la ciudad de
Bogotá. En el proyecto participaron 319 familias de las
cuales 214 estaban en situación de desplazamiento y
105 vulnerables, para un total de 1305 personas. Este
proyecto es una alianza público-privada donde trabajan
la Fundación Social, Mercy corps, la Unión Europea, Acción Social, FUPAD-USAID, la Alcaldía de Bosa, el Hospital Pablo VI, el Hospital del sur de Kennedy, PMA, Gas
Natural, la Cooperativa Ecobosco y empresas del sector
de la confección.
24.Generalitat Valenciana y ACNUR firmaron convenio
para asistir a indígenas desplazados en Colombia: El
Conseller de Solidaridad y Ciudadanía de la Generalitat
Valenciana, Rafael Blasco junto con la Representante en
España de ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados), Maricela Daniel han firmado
hoy el convenio 2010 para el desarrollo de un proyecto
de ACNUR en Colombia. Gracias a la contribución de
350.000 €, ACNUR dará continuidad al trabajo en Colombia con el apoyo de la Generalitat Valenciana, dirigido
a la población indígena del sureste de Colombia. Mediante programas de asistencia, información, protección,
asesoramiento y formación, la ACNUR trabajará para
mejorar las condiciones de integración de las personas
indígenas desplazadas y prevenir el desplazamiento de
quienes puedan estar en riesgo de sufrirlo. Entre las actividades previstas están las destinadas a la creación de
comedores escolares en zonas rurales. Otro de los objetivos del proyecto es ayudar a las organizaciones y líderes
indígenas en el doble papel de protección y demanda de
sus Derechos, mientras se realizan acciones de formación dirigidas al personal de instituciones de atención a
la población desplazada para mejorar la comprensión
del fenómeno del desplazamiento, desde un enfoque
respetuoso con aspectos étnicos. El proyecto se ejecuta
en una de las regiones de Colombia más castigadas por
el desplazamiento interno de la población indígena: los
departamentos de Meta, Guaviare, Vichada y Arauca.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 121
25.ISA y los Programas de Desarrollo y Paz (PDP): La
empresa de Interconexión Eléctrica S.A. (ISA), por la
dispersión de sus torres de energía y su significado estratégico, es una de las empresas que más han sido
afectadas por los ataques de la guerrilla. Por esta razón, y por el escalamiento del conflicto, ISA creó el Programa de Desarrollo para la Paz (Prodepaz) en 1999,
del Oriente Antioqueño, uno de los llamados programas de paz y desarrollo (PDP). Desde entonces, la política de ISA ha sido apoyar a los otros PDP que existen
en el país afiliados a la Red Prodepaz y ha tratado de
convencer a otras empresas de hacer lo mismo. ISA,
debido a su cultura corporativa y su comprensión del
conflicto, se convenció de que la compañía debía en
invertir en los PDP, a través de lo cual las relaciones
con las comunidades y la inversión social se dirigen
completamente a atender las causas profundas de
conflicto. Otras empresas que han estado trabajando
con Prodepaz y con ISA son Isagen y la Diócesis de
Sonsón. Prodepaz, desde 1999, ha beneficiado según
estadísticas del 2005 a aproximadamente 2.380 familias en 28 municipios. Sus principales actividades
son: la participación en formulación e implementación
de proyectos y la promoción de la participación de las
comunidades locales y regionales en planeación de
desarrollo. Más de 33 millones de dólares han sido invertidos, que provienen de: Prodepaz (23%), apoyo de
las comunidades (13%), municipios (14%), y del sector
privado y la cooperación internacional (50%).Otro logro
de Prodepaz fue el apalancamiento de recursos internacionales, al convertirse en una de las sedes de los
Laboratorios de PAZ de la Unión Europea. Existen tres,
uno en el Magdalena Medio y otro en el Norte de Santander, Nariño, Cauca y en el Oriente Antioqueño, el
tercero, en las regiones de Montes de María y el Meta.
26.La maquila Coopimar de Leonisa: Como respuesta a
la falta de cosechas y oportunidades laborales para la
población desplazada víctima de la violencia política en
el Oriente antioqueño, un grupo de mujeres de la zona
rural y urbana de Marinilla buscó hacer parte de las
empresas que le maquilaban ropa interior a la marca
Leonisa S.A. Así, se conformó la Cooperativa de Trabajo
Asociado Coopimar que agrupa los esfuerzos de maquilas, con el objetivo de aplicar buenas prácticas en las
actividades de producción y, así, maximizar recursos,
disminuir costos y generar oportunidades de crecimiento planificado. Aunque Coopimar empezó capacitando a
120 operarios de confección y mandos medios, para la
generación de nuevos empleos, gracias a las altas de-
122 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
mandas de producción solicitados por Leonisa y la asistencia financiera y técnica del Componente Pyme del
programa Midas, financiado con recursos de la Agencia
de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
(Usaid) les está permitiendo consolidarse como la mayor maquila de Leonisa del país con 1.000 nuevos empleos proyectados para los próximos 4 años.
27.L´Oreal proyecto ‘Cien años, cien mujeres. Belleza por
un Futuro’: A través de esta iniciativa, 100 mujeres colombianas, pertenecientes a fundaciones que atienden
población desplazada, vulnerable, madres solteras o
violentadas, recibirán capacitación en procesos de coloración, corte, peinado, manicure y pedicure. Las primeras 50 elegidas comenzaron sus clases en el mes
de junio y terminarán en julio, mientras que el segundo
grupo lo hará en agosto y septiembre.
28.Macroproyectos: este es un proyecto impulsado por la
Fundación Mario Santo Domingo, donde se atiende a
población vulnerable y población desplazada en el desarrollo de proyectos de vivienda. Esta iniciativa es implementada en la ciudad de Bogotá D.C.
29.Migración Laborar Temporal Circular: Es una alianza
público- privada donde trabaja la Fundación Carboandes junto con la Gobernación del Cesar, la Fundación
Agricultores Solidarios, la OIM, el Comité de Cafeteros
y las alcaldías de La Jagua de Ibirico y Pailitas. Este
es un proyecto donde población de los municipios del
Cesar viajan a España a trabajar como temporeros en
la recolección de frutas y en las cooperativas agrícolas. Estos temporeros diseñan en su estadía en Cataluña una iniciativa productiva, la cual se gesta a su
regreso con apoyo de cooperación internacional y la
gobernación del Cesar, generando así sostenibilidad a
la población y a sus familias. Esta iniciativa va dirigida a población vulnerable de los municipios del Cesar,
donde se enfocan en la generación de ingresos y la
capacitación ocupacional de la población. El objetivo
de esta proyecto es mejorar la calidad de vida de los
beneficiarios y sus hogares a partir de la generación
de ingresos para el sostenimiento de sus familias, sus
ahorros y generar desarrollo en su entorno mediante
la ejecución de proyectos que gestionan durante su
estadía en España, luego de recibir capacitación sobre codesarrollo, recibir transferencia de tecnología de
una región agrícola con adelantos tecnológicos y favorecer el intercambio cultural de regiones aisladas del
departamento. Es una migración regulada, que trata
de obtener resultados positivos en las comunidades
impactadas.
30.Modelo de negocios inclusivos y sostenibles – Fundación Proyectos Tecnovo: El Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) y la Asociación Nacional de la Industria (ANDI) de Colombia, promueven iniciativas de RSE
del sector privado para contribuir a un desarrollo más
equitativo en América Latina y el Caribe. Por ejemplo,
Claudia Gaitan de Caballero, directora de la Fundación
Proyectos Tecnovo ha mostrado contará cómo han logrado capacitar a 4.000 personas para que puedan tener proyectos productivos. Hace 10 años, la Fundación
les da a personas discapacitadas (primero a policías y
militares víctimas de la guerra y más tarde a desplazados y reinsertados de grupos al margen de la ley) un
lugar para prepararse y valerse por sí mismas. Tecnovo
desarrolla un modelo de intermediación, atención y generación de ingresos que promueve encadenamientos
productivos, a través de negocios inclusivos que, por
una parte, generan empresas sociales sostenibles que
mejoran la calidad de vida de poblaciones vulnerables
(desplazados, discapacitados, víctimas, excombatientes, etc.), y por otra parte, facilita la participación del
sector empresarial que quiere apoyar a estas poblaciones sin emplearlas directamente ni incurrir en los costos de su atención, al hacer posible su incorporación
como proveedores sociales dentro de la cadena productiva de las empresas.
31.OIM y sus programas en alianza con el sector empresarial: En un decidido esfuerzo por permitir a las víctimas
del desplazamiento forzado interno convertirse en protagonistas de su propia recuperación socioeconómica,
la OIM y la Acción Social, ejecutaron durante los años
2007 y 2008 el Programa de Atención Integral en Generación de Ingresos a Población en Situación de Desplazamiento. Dentro del proyecto se hacía presente la
atención humanitaria de emergencia, el cual permitió
la colocación de pagos en efectivo gracias a una alianza
estratégica con el Citibank, de manera que la atención
llegara a los lugares más apartados en Colombia. La
OIM Colombia ha desarrollado un modelo de alianza
con la empresa privada a través del cual se trabaja en la
implementación de proyectos que promueven negocios
sostenibles desde lo social, lo económico y lo ambiental. Los modelos de vinculación identificados son:
1)Como CAPACITADOR: Formación y vinculación laboral a desplazados y personas en proceso de
Reintegración. Ejemplos: 1) El Centro de Desarrollo Productivo CDP del Cuero forma en las competencias específicas demandadas por las empresas
productoras de calzado y marroquinería a población
vulnerable y garantiza su vinculación laboral en los
espacios productivos de su escuela – taller o en
más de 75 empresas que respaldan el proyecto.
2)Como COMERCIALIZADOR: Apoyo a los emprendimientos empresariales o proyectos productivos de
poblaciones vulnerables mediante la comercialización o adquisición de sus productos y/o servicios.
Los productos deben cumplir con los estándares del
mercado. Ejemplos: 1) Programa de Reintegración
y Desarrollo Comunitario en los Departamentos de
Antioquia y Sucre, proyecto productivo en el que la
empresa colombiana Comexa Foods C.I. asegura la
comercialización de la totalidad del ají a producirse; 2) Alianza estratégica con Carrefour, mediante
ésta la multinacional abre sus tiendas a las poblaciones más vulnerables del país, ofreciendo canal
de comercialización y condiciones comerciales favorables a los productores beneficiarios de los programas de la OIM. Alrededor de 600 empleados de
emprendimientos productivos apoyados por OIM se
benefician con esta alianza; 3) El grupo empresarial
AVIATUR ha facilitado las condiciones para promover la comercialización de productos de poblaciones
vulnerables a través de sus empresas del sector
turístico; y 4) PROCAFECOL, comprometida con
el apoyo a comunidades vulnerables, ha incluido
productos elaborados por estos grupos dentro del
portafolio ofrecido a los clientes de las tiendas Juan
Valdez. Más de 300 empleados de emprendimientos productivos apoyados por OIM se han favorecido
con esta estrategia comercial.
3)Como DONANTE: Contribuciones en dinero o en especie para el desarrollo de proyectos sociales tanto
a nivel regional como nacional. Ejemplos: 1) Programa de Desarrollo Sostenible para familias caficultoras en el Departamento de Nariño. Proyecto con
la contribución financiera de Empresas de Nariño
y Starbucks Coffee Co., en el que se beneficiaron
1.160 familias vulnerables de pequeños caficultores en 10 municipios de Nariño; 2) Programa de
Reintegración y Desarrollo Comunitario en los Departamentos de Antioquia y Sucre. Proyecto apoyado por Cementos ARGOS a través de su Fundación,
en el que alrededor de 300 familias vulnerables y
en proceso de reintegración han sido atendidas.
4)Como EMPLEADOR: Oferta de empleo para población vulnerable beneficiaria de programas de OIM.
La OIM desarrolla perfiles laborales de los beneficiarios, promueve su formación laboral y proporciona
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 123
acompañamiento y asistencia técnica. Ejemplos: 1)
Migración laboral a Canadá con Maple Leaf y Tyson
(Empresas canadienses del sector de los cárnicos).
Alianzas en las que trabajadores colombianos recibieron formación laboral y entrenamiento para su
posterior vinculación laboral; y 2) Migración laboral
temporal y circular entre España y Colombia con La
Unión de Pagesos (Asociación de agricultores de
Cataluña), proyecto en el que alrededor de 2.800
beneficiarios fueron vinculados laboralmente y recibieron acompañamiento técnico para la implementación de proyectos productivos en su región de
origen.
5)Como OPERADOR de proyectos: Ejecución directa
del proyecto, procesos de asistencia técnica y acompañamiento permanente. Ejemplos: 1) Proyecto de
generación de ingresos para población en proceso
de reintegración a la vida civil, bajo esta estrategia
la empresa Colgalletas S.A. ejecuta directamente
las actividades de capacitación y vinculación laboral a 50 personas beneficiarias atendidas en la
planta de producción en Medellín; 2) Proyecto de
empleabilidad y desarrollo productivo, CONFECAMARAS opera con el concurso de más de 20 Cámaras de Comercio los componentes de orientación
laboral, implementación de proyectos productivos
y empleo con empresas inscritas en las Cámaras.
Este último mediante la operación del Fondo de Empleo Regional FER que estimula la generación de
puestos de trabajo para población vulnerable.
32.Oportunidades Bavaria: Es un programa con el cual la
Fundación Bavaria busca dar herramientas a las poblaciones más vulnerables en su cadena de valor para la
generación de ingresos y por ende mejorando su calidad de vida. Esta iniciativa tiene dos aspectos que son
apoyo educativo y microcrédito a tenderos. En el aspecto educativo el proyecto busca apoyar a las familias de
los tenderos o detallistas Bavaria más vulnerables de
Colombia, mediante un sistema de patrocinio que cubre hasta el 80% del valor de la matrícula de carreras
técnicas o tecnológicas, a una tasa de 0% de interés
que no requiere codeudor. Además, el proyecto le otorga
tutoría permanente durante la carrera. En este punto el
proyecto pretende atender a más de 3000 jóvenes en
los próximos tres años. En el aspecto de microcrédito
para tenderos, pretende facilitar el acceso a crédito a
los tenderos de Colombia en etapa de crecimiento, para
fortalecer su negocio, aumentar sus ingresos y mejorar
su calidad de vida y la de su familia. Así mismo, con-
124 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
tribuye al desarrollo económico del país apoyando el
acceso a servicios financieros, una de las políticas prioritarias del Gobierno. La meta en este aspecto, es llegar
a 4000 tenderos en el primer año de funcionamiento.
Oportunidades Bavaria, nació en agosto de 2009 como
un programa piloto en la Comuna Uno de la ciudad de
Bucaramanga, los resultados exitosos permitieron expandir a partir de agosto de 2010 la propuesta a nivel
nacional. En este proyecto trabaja la Fundación Bavaria
junto a Bancolombia, Banco Agrario de Colombia, Financiera Comultrasan y Lumni.
33.Plan Padrino de la Consejería Presidencial de Programas Especiales. Consiste en una alianza estratégica
entre el Gobierno central, local, sector privado y organizaciones no gubernamentales para contribuir con
metas de cobertura y calidad educativa definidas por el
Gobierno Nacional, desarrollando proyectos integrales
de infraestructura, dotación y capacitación que beneficien a poblaciones vulnerables.
34.Prodepaz: organización impulsada por el sector privado
que desarrolla proyectos de construcción de paz en diferentes partes del país. Sus actividades incluyen la participación en la formulación y ejecución de proyectos, al
igual que promover la participación local y regional en
la planificación del desarrollo. Prodepaz ha impulsado
durante varios años los llamados “Laboratorios de Paz”,
los cuales son proyectos impulsados en su mayoría por
la Unión Europea, el sector privado y la colaboración del
PNUD con el fin de crear desarrollo en las zonas vulnerables con el fin de acabar con las, que según ellos, son
las causas del conflicto colombiano.
35.Programa Acción Social “Retornar Es Vivir”: este programa pretende impulsar el retorno de desplazados en
el municipio de San Carlos en Antioquia. Como primer
paso Acción Social costea al valor del transporte para
las familias que quieren retornar al municipio. En la
zona de Oriente Antioqueño se espera que el sector privado apoye en construir un nuevo batallón en San Carlos para reforzar la seguridad y promover procesos de
desminado humanitario, así como en el desarrollo de
proyectos de atención humanitaria, seguridad alimentaria, mejoramiento de vivienda, proyectos productivos
en cacao y caña de azúcar, así como el cubrimiento en
salud y en educación, además de un gran esfuerzo en
el tema de titulación de tierras.
36.Programa de Desarrollo Sostenible para las Familias
Productoras de Café en Nariño: Como resultado de una
alianza público-privado generada entre la Embajada de
los Países Bajos y la multinacional de café Starbucks Co.
con su socio comercial en Colombia Empresas de Nariño
Ltda., la Organización Internacional para las Migraciones
logró la creación e implementación del Programa de Desarrollo Sostenible para las Familias Productoras de Café
en Nariño, estrategia enfocada en la generación de desarrollo sostenible a nivel social, económico y ambiental
que, prevenga la migración y proteja a 1.160 familias caficultoras del norte de Nariño que se encuentran en riesgo
de desplazamiento forzado.
37.Programa de Desarrollo Sostenible para Poblaciones
Desplazadas en la Zona Norte del Municipio de Santa Marta, Departamento del Magdalena: Este proyecto
pretende desarrollar un modelo integral de intervención
y gestión de servicios de seguridad alimentaria, de empleo y generación de ingresos para poblaciones desplazadas en el sector norte del municipio de Santa Marta.
El programa beneficia a 200 familias, donde se adelantan procesos de línea base y planificación con las familias de la zona, identificación de la oferta de servicios,
de gestión ante el sector público y privado, para focalizar la intervención, orientar recursos, definir proyectos y
diseñar un plan de acción, contemplado para 12 meses.
El objetivo del proyecto es “contribuir a la estabilización
socioeconómica y mejoramiento de la calidad de vida
de las poblaciones desplazadas del municipio de Santa
Marta, mediante la gestión que permita fortalecer y mejorar la oferta integral de servicios (generación de ingresos, empleo y seguridad alimentaria)”. Esta iniciativa es
una alianza público-privada donde trabaja Fominpyme
del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo; USAD
– FUPAD y Fundaunibán, además está enfocada hacia
mujeres, hombres, campesinos y grupos étnicos, en el
Municipio de Santa Marta, departamento del Magdalena. El programa inició en el año 2007 con un tiempo
de aplicación de 30 meses y 30 meses adicionales de
acompañamiento de Empresas Nariño Ltda. y la OIM.
38.Programa de Energía para el Retorno: En 2008, Empresas Públicas de Medellín -EPM emprendió el Programa
de Energía para el Retorno en municipios de la Cuenca
del Nare en el Departamento de Antioquia. (Granada,
Cocorná, San Carlos, San Luis y San Francisco), con el
propósito de mejorar las condiciones de vida durante el
retorno de la población en condición de desplazamiento, por medio de la condonación y financiación de deudas a las familias desplazadas, así como la reactivación
de la prestación del servicio. “Energía para el Retorno”
es una alianza público-privada, donde EPM trabaja con
organizaciones gubernamentales como la Fiscalía, la
Secretaría de Gobierno del Municipio la Personería Mu-
nicipal y la comunidad. Asimismo, de existir consumos
pendientes de cobro, realizados por la familia antes
del desplazamiento, se ofrecerá la financiación de los
mismos por un período de hasta 120 meses (10 años),
sin cuota inicial y con una tasa de interés igual a cero.
Hasta la fecha han logrado: la normalización 1.550 instalaciones en los municipios intervenidos, 650 nuevas
instalaciones, impactó a 205 familias en el 2008, 102
condonaciones de deuda entre 2009 – 2010, entre
2009- 2010 se financió a 96 familias.
39.Programa de generación de ingresos para población
desplazada y vulnerable del Urabá a través del montaje de unidades productivas: Con este programa se busca contribuir a la estabilización socioeconómica de la
sub-región de Urabá, mediante la creación y puesta en
marcha de 600 unidades productivas y la participación
de 800 familias. Las organizaciones que hacen parte
de esta iniciativa son Fundaunibán, Fomipyme, USAID
y la OIM. Este proyecto está enfocado en la generación
de ingresos para principalmente mujeres, campesino
y personas mayores, donde se han atendido a mas de
1000 personas en los municipios de Necoclí, Turbo,
Apartadó, Carepa, Chogoradó, y Mutatá en el departamento de Antioquia. La iniciativa ya se terminó y se
hace evaluación y seguimiento por parte del Sistema de
gestión de calidad.
40.Programa de inclusión socio-laboral “Formación para
la vida laboral”: Esta iniciativa busca convocar jóvenes
en condiciones de vulnerabilidad, específicamente jóvenes entre los 18 y 30 años de edad que pertenezcan a
estratos socio – económicos 1 y 2, los cuales no cuenten con una fuente de ingreso formal para ellos y sus
familias. El programa les ofrece un proceso de formación y desarrollo de habilidades técnicas y humanas a
través de metodologías pedagógicas teórico – practicas
y herramientas de desarrollo personal. El principal objetivo de este programa, es entregar insumos que les
permita a jóvenes de estrato socioeconómicos bajos,
desarrollar habilidades tanto técnicas como humanas
para facilitar su acceso al mercado laboral formal y con
ello puedan mejorar sus condiciones de vida y las de
sus familias. El proyecto es una alianza público-privada donde trabaja la Fundación Super “La Magia de la
Alegría”, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
Acción Social – Red JUNTOS, el Sena Regional Caldas
y la Andi Seccional Caldas. La iniciativa tiene impacto
a nivel nacional, sin embargo cada una de las dos modalidades tiene un lugar de ejecución específico. Es así
como el programa de operación de plantas industriales
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 125
se desarrolla en la ciudad de Manizales puesto que es
allí donde se cuenta con las instalaciones necesarias
para realizar la fase práctica. La modalidad en mercadeo y ventas, se desarrolla en las principales ciudades
del país, como son Armenia, Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Cúcuta, Ibagué, Medellín,
Neiva, Santa Marta y Valledupar. Aquí para el desarrollo
de las capacitaciones teóricas, se han generado alianzas con entidades que nos facilitan los espacios físicos
y Súper de Alimentos se encarga de proveer el personal
especializado requerido para realizarlas. En cuanto a la
fase práctica, esta es desarrollada a través de los canales de distribución que actualmente hacen parte de la
cadena de distribución de la organización.
41.Programa de Reconstrucción Económica y Social del
Corregimiento El Salado: En febrero de 2000, el corregimiento de El Salado fue el escenario de una masacre
que dejó 66 personas muertas y 600 familias desplazadas en el corregimiento y sus alrededores. Con el fin
de mejorar las condiciones de vida de la comunidad
de El Salado, se crea el Programa de Reconstrucción
Económica y Social del Corregimiento El Salado, una
iniciativa surgida desde el sector privado, en cabeza de
la Fundación Semana, que ha logrado aglutinar y combinar esfuerzos de más de 50 organizaciones del sector
privado en una gran alianza público – privada de más
de 70 organizaciones, que aportan de acuerdo a sus
habilidades y características, con el objetivo de generar
un modelo de intervención integral que pueda ser replicable a otras comunidades y contextos, que contribuya
a mitigar los impactos del conflicto en comunidades
víctimas del desplazamiento. Algunos se los resultados
desde su inicio en septiembre de 2009 y hasta la primera mitad del 2011 son: la reactivación económica y
social, el mejoramiento de 118 viviendas, un proyecto
de microcréditos para 49 nuevos negocios y un proyecto porcícola que beneficia a 10 familias, el inicio de la
construcción del alcantarillado y la construcción de la
casa de la cultura, la reconstrucción del Centro Educativo, la construcción del Centro de Salud, de un nuevo
Polideportivo, entre otros. Para 2011 más de 1000 han
retornado a El Salado.
42.Programa de Reintegración y Desarrollo Comunitario en los Departamentos de Antioquia y Sucre: En
el 2006, la Alta Consejería para la Reintegración, la
Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Fundación Argos y la OIM articularon
una alianza público-privada con el fin de implementar
el Programa. A través de ésta alianza se busca apoyar
126 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
la inserción económica y social de 320 personas que
hacen parte de la población vulnerable y en proceso de
reincorporación a la vida civil de los municipios de Puerto Naré y Puerto Triunfo en Antioquia y San Onofre en
Sucre. El objetivo principal del programa es la generación de ingresos para las familias beneficiarias a través
de proyectos productivos agroindustriales que generan
sostenibilidad económica a largo plazo. Las actividades de generación de ingresos estarán acompañadas
de intervenciones en fortalecimiento social, asociativoempresarial, educativo y ambiental dirigidas por los participantes en el Programa.
43.Programa Proniño: El objetivo de esta iniciativa es la
erradicación progresiva del trabajo infantil mediante
el restablecimiento de los derechos vulnerados de los
niños y adolescentes. Este objetivo se pretende lograr
por medio de generar procesos de inclusión educativa
con altos estándares de calidad y el fortalecimiento de
las instituciones públicas y organizaciones privadas
responsables del diseño, desarrollo y aplicación de la
política pública contra el trabajo infantil. Este proyecto
beneficia indirectamente a personas en condiciones de
vulnerabilidad y familias en condición de desplazamiento, gracias a que ingresan a este programa por medio
de programas institucionales. Esta iniciativa es impulsada por la Fundación Telefónica, donde además trabaja
con Red Juntos y tienen una alianza con 11 ONG`s las
cuales son: Corporación Juntos Construyendo Futuro,
Asociación Cristiana de Jóvenes, Fundimur, Funof, Corproinco, Prodinco, Unión Temporal (ACJ Tolima – CFP),
Fundación Picachos, Convídame y la Universidad del
Quindío. Los temas en los que se enfoca esta iniciativa
son la Educación la Asistencia alimentaria de los niños
y jóvenes la ayuda psicológica y los temas de salud y
nutrición. Por otro lado, esta iniciativa se implementa
en Córdoba: Montería; Bolívar: Cartagena; Magdalena:
Santa Marta; Atlántico: Barranquilla; Cesar: Valledupar;
Chocó: Quibdó, Bogotá; Antioquia: Medellín, Sucre: Sincelejo, Cundinamarca: Madrid; Boyacá: Tunja y Muzo;
Meta: Villavicencio, Granada y Puerto Lopez; Santander:
Barrancabermeja, Bucaramanga, Floridablanca y Girón,
Huila: Neiva; Norte de Santander: Cúcuta, Los Patios;
Nariño: Pasto e Ipiales; Valle: Cali; Quindío: Circasia,
Armenia, La Tebaida, Montenegro, Quimbaya; Tolima:
Ibagué, Cajamarca, Espinal, Flandes, Honda, Líbano,
Mariquita, Melgar, Chaparral, Lérida; Saldaña
44.Proyecto “Alianza Medellín-San Carlos”: El municipio
de Medellín a través de este proyecto quiere impulsar
el proceso de retorno al municipio de San Carlos. Este
proyecto atiende a 300 familias desplazadas que se encuentran en Medellín, donde a cada una de las familias
se le dan alimentos, y un pequeño capital de 500 mil
pesos para impulsar pequeños proyectos productivos.
Además, tiene un componente de vivienda tanto para
mejoramiento como para construcción en algunos casos. Por otro lado, tiene un componente de generación
de ingresos en la implementación de proyectos productivos como cacao, en este caso empresas como el Éxito
va a comprar los productos.
45.Pymes para la Paz: Coca Cola – Femsa en compañía de
la Alta Consejería para la Reintegración y la Fundación
Colombia Presente, construyen un “Banco de Tiempo”,
programa que consiste en una vinculación de empresas
y personas naturales con el fin de estructurar y darle
seguimiento a proyectos productivos desarrollados por
poblaciones de bajos ingresos, desplazados y reintegrados que se encuentren vinculados a los programas de
la Alta Consejería. Recibirán capacitación en actividades productivas y de desarrollo empresarial. El programa “Banco de Tiempo” cuenta actualmente con más de
486 voluntarios en ciudades como Bogotá, Medellín,
Valledupar y Montería, beneficiando así directa e indirectamente a cerca de 30 mil personas.
46.Raíces Nuevas: El Proyecto Raíces Nuevas es una iniciativa desarrollada por la Secretaría de Gobierno Distrital
de Bogotá como socio principal de la Comisión Europea para Colombia y Ecuador. El objetivo del proyecto
es desarrollar un modelo de gestión para la atención a
población desplazada en fase de estabilización, ubicada en las localidades de Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa
y Usme en Bogotá. Además se trabaja con población
retornada/reubicada, conjuntamente con población
vulnerable receptora, mediante estabilización social y
económica. Las acciones se orientan a incrementar el
capital humano realizando acciones de atención en salud y educación; incrementando los niveles de ingresos,
articulando la economía local con la constitución de
empresas de economía solidaria y esquemas de trabajo
asociado; fortaleciendo procesos de integración de comunidades receptoras y desplazadas para mejorar su
capacidad de gestión y negociación técnica y política;
estructurando ciudadanía (deberes y derechos); desarrollando capacidades para la conciliación y mediación
de conflictos sociales y generando un modelo de atención innovador y novedoso que permita fortalecer a las
instituciones públicas y privadas. El componente de Desarrollo Humano, a cargo de la Fundación Restrepo Barco en asocio con la Corporación Opción Legal y con el
apoyo de la Secretaría Distrital de Educación, en el marco de la iniciativa: “Procesos escolares para la inclusión
y la protección de la niñez desplazada y vulnerable en
Bogotá D.C”, iniciativa que se construye colectivamente
en cuatro localidades, con la participación de 14 colegios públicos y 120 docentes que atienden un promedio
de 1.000 niñ@s desplazad@s y un número aproximado
de 4.000 niñ@s vulnerables. A parte de las organizaciones ya mencionadas en el proyecto trabaja la Fundación
Santo Domingo y la Fundación Corona. Los temas que
trabaja esta iniciativa son: Vivienda, Educación, Generación de Ingresos, Asistencia alimentaria, Asistencia
humanitaria de emergencia, ayuda psicológica y Salud.
Además la población objetivo son hogares en situación
de desplazamiento principalmente, pero también con
un componente para ayudar a familias en situación de
vulnerabilidad. El proyecto benefició a más de 1000
personas y mejoró el acceso a servicios básicos a 4000
familias.
47.RED JUNTOS - Convenio Fundación Propal en el Norte
del Cauca: Fundación Propal firmó convenio con ACCIÓN SOCIAL para apoyar las familias de la Red JUNTOS,
en proyectos agropecuarios que ofrezcan seguridad
alimentaria a la población vulnerada y desplazada del
Norte del Cauca. Actualmente, 20 organizaciones privadas contribuyen con esta estrategia gubernamental
para la superación de la pobreza. JUNTOS ya cuenta con
1 millón 45 mil familias que están en la ruta hacia la
superación de la pobreza. En este proyecto del Gobierno trabajan 17 entidades del Estado y se han firmado
33 alianzas con empresas privadas, dentro de las cuales se encuentras empresas como Operación Sonrisa,
Corporación para el Desarrollo de la Microempresa,
CODENSA, MAPFRE Surtigas, Kimberly, Fundación Súper de Alimentos, Postobón, CAFAM, Argos, Fasecolda,
Asobancaria, Alpina, Asocajas, Totto, Compartel y ETB.
Además, según la Subdirección de Nuevas Fuentes de
Cooperación de ACCIÓN SOCIAL, en 2009 se gestionaron 59 millones de dólares entre iglesias, cooperación
descentralizada, ONG internacionales y sector privado,
los cuales se dirigieron a diversos programas sociales
que se llevan a cabo en todo el país y que se han unido
al trabajo que realiza el Gobierno Nacional.
48.REDECS Red territorial para el desarrollo y la cohesión
social: instrumentos y acciones para el restablecimiento y la integración socioeconómica de las comunidades afectadas por la violencia y el desarraigo en cuatro
municipios de la región de la sierra nevada de santa
Marta: Busca lograr el desarrollo sostenible y la integra-
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 127
ción en el tejido social y económico regional para 350
familias vulneradas y desarraigadas en los Municipios
de Aracataca, Ciénaga, Santa Marta y Dibulla y mejorar
la seguridad alimentaria para 150 familias indígenas
ubicadas en el Resguardo Kogui-Arsario-Arhuaco y particularmente afectadas por el conflicto armado. El proyecto busca generar la autosuficiencia y la reintegración
en el tejido socioeconómico de poblaciones desarraigadas mediante la promoción de procesos productivos
sostenibles, y además ayudar a las comunidades locales de acogida con el fin de facilitar la aceptación y la
integración de las poblaciones desarraigadas. En esta
iniciativa participan: la Fundación Retrepo Barco, Unión
Europea, y Comitato Internacionale per lo Sviluppo dei
Popoli – CISP.
49.Reformulación y/o actualización del Plan Integral
Único de atención a población en situación de desplazamiento: La Fundación Social propone el diseño e
implementación de una metodología de construcción
participativa del Plan Integral Único de atención a población en situación de desplazamiento, que permita
garantizar el goce efectivo de derechos, la articulación
de acciones intersectoriales y territoriales y la construcción de condiciones de paz para avanzar en soluciones
duraderas al desplazamiento. El objetivo de esta iniciativa es contribuir con el aseguramiento del goce efectivo
de derechos de la población en situación de desplazamiento asentada en el Distrito Capital a través de la
actualización y/o reformulación del Plan Integral Único,
PIU, Bogotá, como herramienta de planificación, gestión, ejecución, y evaluación de los planes, programas y
proyectos diseñados para la protección de las personas
contra el desplazamiento forzado, para su protección y
asistencia durante el desplazamiento, o durante el retorno o el reasentamiento y la reintegración. Las organizaciones que trabajan en la iniciativa son: Fundación
Social, La Secretaría de Gobierno de Bogotá y Acción
Social, junto con la Fundación Panamericana para el
Desarrollo, el Comité Técnico para la actualización del
PIU y las instituciones y representantes del Sistema Distrital de Atención Integral a la Población en Situación de
Desplazamiento. El trabajo incluye todos los aspectos
relacionados con el desplazamiento en tanto se trata
de formular, de forma participativa, una política integral
que dé cuenta de la totalidad de los retos para el goce
efectivo de derechos de esta población.
50.Seguridad Alimentaria: Este proyecto se creó como
apoyo al Plan Mundial de Alimentos dentro de su Operación de Recuperación y Socorro en donde población
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desplazada se vio beneficiada. Los objetivos de esta
iniciativa son: El suministro de asistencia alimentaria a
cambio de capacitación y/o trabajo en proyectos que
redundan en seguridad alimentaria; crear soluciones de
abastecimiento de agua dirigida a actividades productivas (cultivos y animales) y consumo humano; la formación de comunidades en mejores prácticas en uso de
agua, saneamiento e higiene; y el fortalecimiento de la
gestión pública para la inversión eficiente del 1% de las
regalías en proyectos de seguridad alimentaria en los
municipios de Uribia y Maicao. Esta iniciativa está enfocada en nueve comunidades indígenas Wayuu que se
encuentran en la zona de influencia del Cerrejón en La
Guajira alrededor de la Granja Experimental de Cerrejón
y Media Luna. El proyecto es impulsado por el Sistema
de Fundaciones Cerrejón acompañadas del Programa
Mundial de Alimentos, Programa Presidencial para la
Acción Social y la Cooperación Internacional, Gobernación de La Guajira y Municipio de Uribia.
51.Unos 700 desplazados se han vinculado con empresas
privadas desde 2008: Con el propósito de mejorar las
condiciones de vida de la población desplazada, el Instituto Para la Economía Social (IPES) ha servido como
puente para que unas 700 personas se vinculen laboralmente con empresas privadas. Desde el año 2008
realizan capacitaciones en diferentes áreas y luego
hacen el enlace con entidades como Alkosto, El Corral,
Carrefour, Pastas Doria, Promoplas y las universidades
de Los Andes y Externado, entre otras. “La idea es que
la población desplazada trabaje y genere recursos para
sobrevivir en la capital. En principio nosotros brindamos
la capacitación y luego cada empresa hace la inducción
correspondiente dependiendo de la actividad en la que
se va a desempeñar”, explicó Armando Aljure, director
del IPES. Hace seis meses un grupo de 150 desplazados, que habitaron en el parque Tercer Milenio por
cerca de 90 días, trabajan en una empresa llamada
Promoplas en donde se encargan de la fabricación de
plásticos. Por su trabajo ganan poco más de un mínimo. De la misma forma, unas 120 mujeres desplazadas
se vincularon con la Fundación Mambe Shop y prestan
sus servicios en confección. Lo mismo sucede con al
menos 100 personas que actualmente trabajan como
guías ciudadanos con los programas de Misión Bogotá.
La universidad Externado de Colombia trabaja con la
población afro y los capacita en gastronomía.
Anexo metodológico
DEPARTAMENTOS CON MAYOR
EXPULSIÓN Y RECEPCIÓN (1997 – 2010)
El proyecto se llevó a cabo a través de una metodología de investigación cualitativa realizada entre diciembre
de 2009 y diciembre de 2010, en la cual se recopiló información de diferentes fuentes y actores (ONG, academia,
Estado, empresas y organismos internacionales), tanto del
nivel nacional como local. En este proceso se realizaron
125 entrevistas en Bogotá y algunas regiones de los departamentos de Nariño (Tumaco y Pasto) y Antioquia (Oriente
Antioqueño y Medellín), las cuales han tenido algunas de
las mayores cifras de expulsión y recepción de población
desplazada a nivel nacional.
DEPARTAMENTOS CON MAYOR EXPULSIÓN
1997 - 2010
700000
600000
268.085
203.960
200000
187.016
174.645
172.612
168.448
Tolima
Nariño
Caquetá
Cesar
Chocó
Magdalena
Bolívar
Antioquia
100000
150.256
144.155
Cauca
311.138
300000
Valle del cauca
400000
Fuente: Cifras SIPOD / Acción Social. Procesado por ACNUR. Fecha de Corte
31 de Diciembre de 2010. Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
DEPARTAMENTOS CON MAYOR RECEPCIÓN
1997 - 2010
700000
600000
626833
500000
400000
156471
148996
141968
139402
Santander
164142
Córdoba
216703
Cesar
217117
Nariño
231377
200000
Sucre
293724
300000
Valle del cauca
Bolívar
Magdalena
Bogotá
Antioquia
100000
0
Antioquia
TOTAL NO.
PERSONAS
DEPARTAMENTO
RECEPTOR
TOTAL NO.
PERSONAS
646.575
Antioquia
626.833
Bolívar
311.138
Bogotá
293.724
Magdalena
268.085
Magdalena
231.377
Choco
203.960
Bolívar
217.117
Cesar
187.016
Valle del Cauca
216.703
Caquetá
174.645
Sucre
161.142
Nariño
172.612
Nariño
156.471
Tolima
168.448
Cesar
148.996
Valle del Cauca
150.256
Córdoba
141.968
Cauca
144.155
Santander
139.402
Fuente: Cifras SIPOD / Acción Social. Procesado por ACNUR. Fecha de Corte
31 de Diciembre de 2010. Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
646.575
500000
0
DEPARTAMENTO
EXPULSOR
Fuente: Cifras SIPOD / Acción Social. Procesado por ACNUR. Fecha de Corte
31 de Diciembre de 2010. Elaborado por Fundación Ideas para la Paz.
El proyecto ha contado con el trabajo permanente de:
• Angela Rivas, Fundación Ideas para la Paz, directora de
proyecto.
• Angelika Rettberg, Universidad de los Andes, investigadora senior.
• Juliana Arboleda, Fundación Ideas para la Paz, investigadora y coordinadora del proyecto.
• Andrés Cajiao, Fundación Ideas para la Paz, asistente
de investigación.
Además del acompañamiento permanente a lo largo del
proyecto de ACNUR a través de Maite Muller y Andrés Celis.
Adicionalmente han contado con la participación y apoyo de los siguientes estudiantes:
• Daniel Barrera, estudiante de maestría.
• Laura Bernardelli, estudiante de pregrado y pasante.
• Ana María Correa, practicante.
• Anascas del Río, estudiante de maestría.
• Paulina Duque, practicante.
• Jaime Landinez, estudiante de maestría.
• Manuela Medina, practicante.
• Daniela Palou, estudiante de pregrado y pasante.
• Juan Diego Prieto, estudiante de maestría.
• Nicolás Zorro, practicante.
A continuación haremos una descripción más detallada
de las actividades realizadas para la implementación del
proyecto.
El proyecto se desarrolló en 4 grandes fases de actividades:
1. Identificación de mayores áreas de expulsión y recepción de desplazamiento, y selección de 2 áreas de expulsión y 2 áreas de recepción para la realización del
trabajo de campo.
2. Exploración de la relación (o falta de ella) entre operaciones del sector empresarial y desplazamiento interno.
3. Documentación de mejores prácticas y lecciones aprendidas.
4. Redacción y difusión de hallazgos y recomendaciones.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 129
1. Identificación de mayores áreas de expulsión
y recepción de desplazamiento, y selección de 2
áreas de expulsión y 2 áreas de recepción para la
realización del trabajo de campo
Durante los primeros meses del proyecto se buscaron
y analizaron estadísticas históricas y recientes sobre los
municipios y departamentos expulsores y receptores de población desplazada. Para ello se revisaron cifras de Acción
Social y de ACNUR, y se realizaron reuniones con la Unidad
de Protección de ACNUR para contextualizar las dinámicas
tras las cifras. Teniendo en cuenta que las cifras anteriores
al año 2000 son poco confiables se decidió enfocar la revisión entre el 2000 y el 2008.
Paralelamente se estuvo buscando información sobre
actividad empresarial a través de bases de datos de la Superintendencia de Sociedades, Confecámaras, y de la Planilla Integrada de Liquidación Aportes (PILA) a la Seguridad
Social, encontrando que la información disponible era insuficiente para identificar la actividad empresarial a nivel
municipal y nacional que pudiera ser cruzada con las estadísticas de desplazamiento.
El análisis de los datos e información disponible mostró:
En áreas de recepción: En términos generales, se observó una tendencia de movimiento de población en condición
de desplazamiento hacia ciudades grandes o intermedias
donde pueden encontrar mejores servicios (estatales u
otros) y oportunidades. Sin embargo, no hay una tendencia
fija de movimiento. Los desplazados tienen pautas de movimiento siempre cambiantes. Con base en esto se decidió
no discriminar entre áreas antiguas y nuevas de recepción,
ni subdividir por sub - regiones, y seleccionar una ciudad
grande y una intermedia entre las principales ciudades de
recepción para la realización del trabajo de campo.
Sobre áreas de expulsión: Teniendo en cuenta la importancia de contextualizar las dinámicas en las zonas de
expulsión, para el análisis se decidió distinguir entre zo-
nas antiguas y nuevas (periodos trianuales: 2000-2002,
2003-2005, 2006-2008), y ver su evolución por sub-regiones que ayude a entender el momento del conflicto en que
se produjo, la posible causalidad de los mismos y la presencia de actividad empresarial en las zonas.
Como resultado del proceso de análisis de los datos e
información disponible se identificaron y priorizaron las siguientes regiones para hacer el trabajo de campo (ver cuadro adjunto).
Sin embargo, al evaluar el acceso y seguridad a las zonas se decidió enfocar el trabajo de campo en:
Zonas de Recepción: Bogotá, Medellín, Pasto y zona urbana de Tumaco.
Zonas de Expulsión: Tumaco y Oriente antioqueño en
los municipios de San Carlos, Granada y Río Negro.
La recolección de la información en campo se hizo entre
junio y diciembre de 2010.
Entrevistas exploratorias
Se realizaron 17 entrevistas de exploratorias semiestructuradas en Bogotá (Ver anexo: Guía de Entrevista Instituciones estatales, organizaciones, expertos y agentes
locales claves) con expertos, académicos, funcionarios públicos, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones
de desplazados, y líderes del sector privado.
Todas las entrevistas realizadas para este proyecto, tanto
en Bogotá como en las regiones, siguieron un protocolo para
garantizar el consentimiento y participación informada de los
entrevistados, así como para proteger su identificad y la confidencialidad en el uso de la información por ellos suministrada (Ver anexo: Protocolo para el consentimiento informado).
Revisión de fuentes primarias y secundarias
Igualmente se hizo revisión de bases de datos y literatura académica relevante, prensa, versiones libres disponibles, así como jurisprudencia en el tema, documentos de
REGIONES PRIORITARIAS PARA TRABAJO DE CAMPO
RECEPTORAS
EXPULSORAS
Antioquia: Nudo de Paramillo, muela Córdoba, Oriente Antioqueño y Norte de Caldas.
Municipios claves: Córdoba: Tierralta, Valencia, Puerto Libertador, Montelibano, Valencia. Antioquia: Turbo, Peque, Apartado,
Medellín
Dabeiba, Ituango, Taraza, San Pedro de Uraba, Buritica, Chigorodo. Necocli, Cocorna, Samana, San Luis, Granada, San Carlos,
San Rafael, Argelia, San Francisco, Alejandría, Sonson, Nariño, Abejorral, San Roque, Carmen de Viboral. Caldas: Samana y
Pensilvania.
Nariño y norte del Cauca: Patia, Cordillera Nariñense, Pacífico Nariñense.
Pasto (Ciudad Intermedia)
Municipios claves: Nariño: Pasto, Policarpa, Cumbitara, Samaniego, Los Andes, EL Rosario, Leiva, Tumaco, El Charco,
Barbacoas, Ricaurte, Roberto Payan, Olaya Herrera, Santa Bárbara, Magui y La Tola. Taminango Cauca: Argelia, El Tambo,
Patia, Bolívar, Balboa, La Vega, Mercaderes, López, Timbiquí.
Bogotá
130 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
entidades nacionales e internacionales. La mayoría de esta
información está listada en las referencias bibliográficas.
Tanto las entrevistas exploratorias como la revisión de
fuentes permitió avanzar la construcción de insumos importantes para el proyecto como de: 1) un diagnóstico general
del problema del desplazamiento y de los posibles vínculos
del sector empresarial con el desplazamiento; 2) perfiles regionales para los departamentos de Nariño y Antioquia; y 3)
una identificación preliminar de iniciativas empresariales.
2. Exploración de la relación (o falta de ella)
entre operaciones del sector empresarial y
desplazamiento interno.
En esta fase las actividades se enfocaron en la realización del trabajo de campo en las 2 zonas de recepción y 2
de expulsión seleccionadas; la sistematización y análisis de
la información recolectada.
La recolección de la información en campo se llevó a
cabo entre junio y diciembre de 2010.
Se hicieron entrevistas semiestructuradas a actores claves en las regiones como los líderes empresariales, autoridades locales, funcionarios públicos, líderes de la sociedad
civil, organizaciones no gubernamentales locales, organismos
internacionales, iglesias, etc., procurando en lo posible que al
menos el 50% de las entrevistas fueran con actores del sector
privado (Ver anexo: Guía de Entrevista empresarios y gremios).
Sin embargo, debido a la incipiente o presencia pequeña de
representantes del sector privado empresarial en algunas zonas no fue posible encontrar y contactar a un número suficiente de ellos para completar la proporción deseada.
El siguiente cuadro resume los lugares y número de entrevistas realizadas en campo.
Posteriormente se hizo el proceso de sistematización y
análisis de contenidos de la información recogida en la fase
1 y 2 lo que permitió interpretar los datos a la luz de las
hipótesis y categorías identificadas previamente, durante la
fase 1 del proyecto. Durante el proceso de análisis, algunas de las hipótesis fueron confirmadas, otras complementadas y matizadas, y varias de las categorías identificadas
inicialmente fueron reestructuradas para una mejor clasificación de las relaciones halladas.
En este sentido, inicialmente aunque se pensó organizar y analizar los datos a lo largo de tres categorías: 1)
complicidad, 2) pasividad, y 3) operación en paralelo, el
análisis de la información llevó a ajustar estas categorías
a unas más apropiadas para la información recolectada. El
siguiente cuadro resume las categorías resultantes y sobre
las cuales se basó el análisis:
RELACIÓN / ZONA
Generación del DFI
Prevención del DFI
EXPULSIÓN
Acción - Omisión
Iniciativas y temas de
prevención y arraigo
Iniciativas y temas
Mitigación del DFI
RECEPCIÓN
de mitigación en el
retorno
Iniciativas y temas de
prevención en zonas
de retorno
Iniciativas y temas de
mitigación
LUGARES Y ENTREVISTAS EN CAMPO
TIPO DE ZONA
DEPARTAMENTO
MUNICIPIO (S)
FECHA VISITA A CAMPO
NO. DE ENTREVISTAS
30 Entrevistas en total.
Recepción
Antioquia
Medellín
Jun. 15, 30, Jul. 1 Ago.24 – 27 /10
15 a sector privado.
15 a autoridades, ONGs y expertos.
31 Entrevistas en total.
Recepción
Nariño
Pasto
Nov. 2 – 5 /10
10 a sector privado.
21 a autoridades, ONGs y expertos.
Expulsión /Recepción
Pacífico Nariñense:
Nariño
- Tumaco
23 Entrevistas en total.
Nov. 16 –19 /10
15 a autoridades, ONGs y expertos.
Oriente antioqueño:
Expulsión
Antioquia
- San Carlos
- Granada
8 a sector privado.
24 Entrevistas en total.
Dic. 18 – 20/2010
- Río Negro
Total entrevistas realizadas en campo
7 a sector privado.
15 a autoridades, ONGs y expertos.
108
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 131
3. Documentación de buenas prácticas y lecciones
aprendidas.
Durante el proceso de recolección de información de
las fases 1 y 2 se identificaron más de 20 iniciativas de
prevención y mitigación directa o indirecta del desplazamiento, tanto en zonas de recepción como en zonas de
expulsión, donde está involucrado el sector empresarial.
De estas iniciativas se seleccionaron 3 casos para su documentación e identificación de buenas prácticas y lecciones aprendidas.
Los criterios generales para la selección de los casos
fueron:
• Ser una buena práctica de prevención o de mitigación.
• Focalizar población desplazada o en riesgo de desplazamiento.
• Abordar temas claves del problema.
• Desarrollarse en zonas donde el desplazamiento ha
sido relevante.
• Tener participación de diversos actores. Alianzas público - privadas
• Tener un alcance e impacto significativo.
presarial, hacedores de política y grupos de interés (académicos, ONG´s, organismos internacionales).
La información recolectada ayudó a complementar, revisar y confirmar los hallazgos del proyecto, y se tomó en
cuenta para identificación de recomendaciones y la redacción del informe final del proyecto.
FECHA
GRUPO
INSTITUCIONES ASISTENTES
Acción Social
Alcaldía Medellín
Defensoría del pueblo
Marzo 14 /11
Hacedores de Política
Comisión Nacional de
Reparación y ReconciliaciónCNRR
RED JUNTOS - Acción Social
CHF Internacional
Corporación Nuevo Arco Iris
Programa CERCAPAZ
Profesor experto en tierras de
la Universidad Externado
Marzo 15 /11
Grupos de Interés
ACNUR
Fundación Social
Comité Internacional de Cruz
Los casos seleccionados y documentados fueron:
Roja - CICR
Organización Internacional
ZONA DONDE SE
TIPO DE
DESARROLLA
INICIATIVA
Expulsión
Sur de Bolívar
Mitigación
Recepción /Expulsión
Medellín y San Carlos,
Mitigación
Oriente antioqueño.
Recepción
Santa Marta,
Atlántico.
Mitigación
para las Migraciones - OIM
NOMBRE DE LA INICIATIVA
Organización Corona S.A
Programa de Reconstrucción
ANDI
Económica y Social de El Salado
AUGURA
Programa de Energía para el
Retorno
Marzo 17 /11
Sector Empresarial
Asocolflores
Asocaña
Cerrejon
Programa de Desarrollo
Chevron
Sostenible para Poblaciones
Fedepalma
Desplazadas del municipio de
Santa Marta
Para la documentación de los casos se recolectó información pública y de los archivos de las empresas, se entrevistaron a representantes de las empresas (Ver anexo: Guía
de Entrevista Documentación de casos de buenas prácticas), y, en los casos de El Salado y Energía para el Retorno
se visitó la zona donde se desarrolla la iniciativa.
4. Redacción y difusión de hallazgos y
recomendaciones.
Una vez realizado el análisis de la información teniendo
en cuenta las categorías antes mencionadas se realizaron
3 talleres de discusión de los resultados preliminares para
recibir retroalimentación de diferentes grupos: sector em132 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
Guía de Entrevista
Instituciones estatales, organizaciones, expertos y agentes locales claves
Temas a tratar en las entrevistas exploratorias con instituciones estatales, organizaciones y expertos (Fase 1) y agentes
locales claves tanto en las áreas de expulsión como de recepción (Fase 2):
DATOS BASICOS DE LA ENTIDAD
•
Nombre
•
Misión, objetivos e intereses
•
Años de operación
•
Zonas de operación y población objetivo
CONTEXTO
Contexto social, político y económico, así como cuestiones de orden público en las zonas en que operan las instituciones.
1. ¿Cuál es la situación a nivel nacional, regional, local en cuanto a desplazamiento forzado?
2. ¿Cuál es contexto social, político y económico de las zonas de expulsión y recepción de población desplazada? ¿Qué
diferencias hay? (variaciones geográficas) ¿De qué dependen?
3. ¿Qué tipo de atención se le da al tema, tanto en prevención como mitigación? ¿Quiénes intervienen o han intervenido en
cada caso?
LA PERCEPCIÓN DE CÓMO LAS EMPRESAS OPERAN EN LA ZONA
4. ¿Qué conocimiento tiene de las empresas que coinciden con zonas de expulsión y recepción de población desplazada?
5. ¿Cómo pueden caracterizarse? (sector económico, tipo de actividad, zonas de operación)
6. ¿Tiene conocimiento de la existencia de problemáticas en las zonas antes de la presencia de operaciones empresariales? ¿cuáles?
7. ¿De qué manera interactúan las empresas con los actores armados ilegales en la zona de operaciones? ¿Pueden operar
libremente? ¿Son intimidados? ¿Colaboran?
8. ¿Las empresas en el área de operaciones contribuyen en la prevención, la contención o mitigación de los impactos del
conflicto?
ACTITUD DEL SECTOR EMPRESARIAL HACIA LOS DESPLAZADOS
9. ¿Cuál es la actitud de las empresas hacia la población desplazada? ¿Consideran que tienen una responsabilidad frente
a esta crisis?
10.¿Qué medidas del sector privado existen frente al desplazamiento forzado? ¿Qué es lo que hacen (el contenido y proceso
de los programas)? ¿Se organizan para abordar cuestiones del desplazamiento? ¿Con quién trabajan (alianzas)?
11.¿Las empresas tienen la capacidad financiera y de organización para responder a las múltiples necesidades?
12.Qué recomendaciones y medidas sectoriales se les pueden hacer en relación con el desplazamiento forzado en Colombia.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 133
Protocolo para el consentimiento informado
Proyecto de investigación
Sector privado y desplazamiento interno forzado en Colombia para el informe sobre la relación de las operaciones del
sector privado y el desplazamiento interno en Colombia.
FIP - CONPAZ, Universidad de los Andes
A continuación se describe el procedimiento a seguir para la información y obtención del consentimiento de la participación de los entrevistados en el proyecto de investigación de Sector Privado y Desplazamiento Interno Forzado en Colombia
que culmina en un informe sobre la relación de las operaciones del sector privado y el desplazamiento interno en Colombia
y que incluye un informe final, un documento de trabajo, la realización de talleres con grupos de interés, una conferencia
pública y la circulación en red de estos productos.
1. ¿Cómo se comunica con los entrevistados? ¿Cómo se les comunica los protocolos para darles tranquilidad?
Parte de la confianza que se le ofrece a los/as entrevistado/as proviene del respaldo institucional de quienes llevan a
cabo el proyecto. El carácter de organizaciones independientes y sin ánimo de lucro, su larga trayectoria investigativa en
estos temas y el reconocimiento tanto de la FIP como de CONPAZ - Universidad de los Andes facilitarán este respaldo.
El primer contacto se hará por medio de una comunicación previa por escrito (por email, fax ó correo) ó vía telefónica
contándoles sobre el proyecto y sus objetivos y donde se les solicita su participación garantizando la confidencialidad en el
uso de la información (Ver modelo de carta anexa).
2. ¿Cómo se puede proteger a las personas de los riesgos asociados con el contacto y del manejo de terceros de la información contenida en los productos?
Es difícil establecer una estrategia única para reducir los riesgos del contacto. En algunos casos se realizará el contacto
vía email o fax institucional por medio de una carta de presentación, señalando los objetivos del proyecto, los puntos de interés para tratar con el/la entrevistado/a y solicitándole su participación. La carta de presentación aclarará que la información
recogida será confidencial, anónima y se utilizará exclusivamente para los propósitos del proyecto. En los casos donde el contacto por medios escritos pueda generar riesgos, se transmitirá la misma información contenida en la carta de presentación
vía oral ya sea con encuentros personales o por vía telefónica de acuerdo a la necesidad del caso. Adicionalmente, en los
productos del proyecto no se incluirá información que pueda comprometer o señalar a un actor específico de tal forma que
se pueda minimizar los posibles riesgos que estos puedan tener para lo/as entrevistado/as. Para el proyecto lo determinante
no son opiniones o percepciones atribuibles a individuos (personas o empresas), sino la posibilidad de rastrear procesos,
tendencias, regularidades y variaciones según las regiones y el tipo de sectores económicos abordados.
3. ¿Cómo se garantiza el consentimiento informado del entrevistado?
Una vez establecido el primer contacto y haber recibo la aprobación por parte del entrevistado, se coordina el horario,
medio y lugar para llevar a cabo la entrevista. Antes de dar inicio a la entrevista el equipo del proyecto procederá a leer la
hoja explicativa en donde se recuerda el objetivo del proyecto y las implicaciones y garantías de su participación en ella (ver
hoja explicativa anexa). Una vez el/la entrevistado/a manifieste (de forma oral o escrita) haber comprendido con claridad los
objetivos e implicaciones de su participación en el proyecto y su disposición a continuar participando, se procederá a iniciar
la entrevista. Así también, antes de iniciar la entrevista se le solicitará al entrevistado su autorización para grabar la misma.
En caso de no aprobar la grabación de la entrevista el equipo del proyecto se limitará a tomar notas y a recibir los documentos o información suministrada por el/la entrevistado/a.
134 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
Modelo carta de presentación a entrevistados
Bogotá, FECHA
Estimado señor NOMBRE,
Reciba un saludo cordial.
La Fundación Ideas para la Paz (FIP) y el Programa de Investigación en Construcción de Paz (CONPAZ) del Departamento de
Ciencia de la Universidad de los Andes son instituciones independientes y sin ánimo de lucro reconocidas por su trayectoria
investigativa en temas que contribuyen con propuestas a la superación del conflicto armado en Colombia y a la construcción
de una paz sostenible.
Actualmente, FIP y CONPAZ están adelanto el proyecto “Sector privado y desplazamiento interno forzado en Colombia” con el
propósito de lograr un mejor entendimiento del potencial que tiene el sector privado en el desarrollo y adopción de iniciativas
que ayuden a prevenir el desplazamiento interno forzado y mejorar las condiciones de vida de la población en condición de
desplazamiento.
El proyecto busca, por una parte, mejorar la comprensión y el conocimiento de la relación entre el sector privado y el desplazamiento interno en Colombia, y por otra parte, formular recomendaciones que contribuyan a la participación efectiva del
sector empresarial local en la prevención del desplazamiento interno y la atención a la crisis del desplazamiento interno en
Colombia.
En este marco, queremos entrevistarnos con diferentes actores involucrados y expertos tanto a nivel nacional como local
para conocer sus experiencias y percepciones al respecto.
Por tal motivo, nos gustaría contar con su colaboración concediéndonos una entrevista. De contar con su aprobación nos
gustaría que nos diera una cita para que desde su experiencia podamos conversar un poco sobre el tema.
Cabe mencionar que toda la información recogida en el marco de este proyecto se mantendrá en reserva y se utilizará exclusivamente para los propósitos del mismo.
Agradecemos de antemano la colaboración.
Para cualquier inquietud al respecto así como para coordinar la cita puede comunicarse con NOMBRE al correo electrónico
EMAIL ó vía telefónica al (1) TELEFONO en Bogotá.
Quedamos atentos a su respuesta.
Cordial saludo.
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 135
Hoja Explicativa
Proyecto de investigación: sector privado y desplazamiento interno forzado en Colombia
FIP / CONPAZ, Universidad de los Andes
La Fundación Ideas para la Paz (FIP) y el Programa de Investigación en Construcción de Paz (CONPAZ) del Departamento
de Ciencia de la Universidad de los Andes están adelanto el proyecto “Sector privado y desplazamiento interno forzado en
Colombia” con el propósito de lograr un mejor entendimiento del potencial que tiene el sector privado en el desarrollo y
adopción de iniciativas que ayuden a prevenir el desplazamiento interno y mejorar las condiciones de vida de la población
en condición de desplazamiento.
El proyecto busca, por una parte, mejorar la comprensión y el conocimiento de la relación entre el sector privado y el desplazamiento interno en Colombia, y por otra parte, formular recomendaciones que contribuyan a la participación efectiva del
sector empresarial local en la prevención del desplazamiento interno y la atención a la crisis del desplazamiento interno en
Colombia.
El proyecto culmina en un informe sobre la relación de las operaciones del sector privado y el desplazamiento interno en
Colombia. Este informe incluye un documento final, un documento de trabajo, la realización de talleres con grupos de interés,
una conferencia pública y la circulación en red de estos productos.
Toda la información recogida en el marco de este proyecto se mantendrá de manera confidencial y anónima, y se utilizará
exclusivamente para los propósitos del mismo.
Le solicitamos nos informe si está de acuerdo o no con:
Si No
Ser entrevistado(a) por el investigador □
□
Permitir que la entrevista sea grabada
□
□
Permitir que la entrevista sea transcrita
□
□
Permitir que partes de la entrevista sean
□
□
citadas en los productos del proyecto de manera anónima
Nombre Firma
136 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
Fecha
Guía de Entrevista
Empresarios y Gremios
Temas a tratar en las entrevistas con dirigentes empresariales, tanto en zonas de expulsión como de recepción (Fase 1y 2)
DATOS BÁSICOS DE LA EMPRESA
1. Nombre de la empresa.
2. ¿Cuál es su posición dentro de la empresa?
3. Sector al que pertenece
4. Actividad Económica
5. Tamaño de la empresa.
a. Pequeña (< de 20 empleados)
b. Mediana (Entre 20 y 100 empleados)
c. Grande (> de 100 empleados)
6. Número de empleados: a. directos
b. indirectos 7. Años de operación en el país.
8. Zonas de operación en el país (mencione las 5 principales)
a. ___________________ b. ___________________
c. ___________________ d. ___________________
9. Las principales actividades de la empresa se realizan en zonas:
10. Rural ____
Urbana ____
CONTEXTO
11. ¿Cuáles es la situación política, socioeconómica y de seguridad de las zonas donde tiene oficinas y operaciones su
empresa?
12. ¿Qué tipo de problemas se derivan de esto que pueden afectar a su empresa o a las empresas de su sector? ¿Cuáles de
ellos son los más relevantes / urgentes?
CULTURA CORPORATIVA
13. ¿Se involucra la empresa con actividades de interés público? ¿En qué? ¿Cómo? ¿Cuáles? ¿desde cuándo? ¿por qué?
RELACION CON DESPLAZAMIENTO
14. ¿Conoce empresas que participen en iniciativas dirigidas a población desplazada? ¿Conoce experiencias donde los empresarios se vinculen con el mejoramiento de las condiciones de la población desplazada? ¿Cuáles? ¿Cómo?
15. ¿Qué puede hacer el sector empresarial frente al tema del desplazamiento?
16. ¿Su empresa contempla el tema de desplazamiento en los programas de atención al interés público? ¿Qué es lo que
hacen (el contenido y proceso de los programas)?
17. ¿Cree que es necesario que existan incentivos (financieros, económicos, sociales) para que el sector empresarial se
involucre en el tema del desplazamiento? En caso afirmativo, ¿de qué manera?
INICIATIVAS CON EL TEMA DE DESPLAZAMIENTO
(Para las empresas que participan en los programas de desplazados internos)
18. ¿Por qué se comprometieron con el programa (iniciativa propia, invitación, el ejemplo de los demás)? ¿Desde cuándo?
19. ¿Cuál fue el proceso que condujo a esta decisión? ¿qué Dpto. o quién lo propuso?
20. ¿Quién ejecuta la iniciativa? ¿quiénes participan? ¿Cómo opera? ¿en qué consiste? ¿Cómo vincula a desplazados (como
practicantes o empleados)? ¿Con quiénes hacen alianzas, por ejemplo con alcaldías, gobernaciones, ONGs, Iglesia?
21. ¿Qué ha hecho su empresa en iniciativas con población desplazada? ¿con qué capacidad contaba? ¿qué cambios fueron
necesarios?
Sector Privado y Desplazamiento Forzado Interno (DFI) en Colombia. • octubre de 2011 • 137
22. Evaluación del programa destinado a los desplazados internos, los beneficios y desventajas (empresa/ población). ¿Cuáles fueron las fortalezas y ventajas que tuvieron? ¿Qué funciona, qué no?
23. ¿Cuáles fueron algunos de los obstáculos (financieros, dificultad para identificar el diseño adecuado, desacuerdos con
otras partes interesadas, por ejemplo, los funcionarios públicos, seguridad)?
24. ¿La experiencia está documentada?
25. ¿Considera que otras empresas de su sector participarían en iniciativas similares? ¿qué sería necesario para que lo
hicieran? ¿qué factores son importantes para las empresas en estos casos?
26. Lecciones aprendidas.
138 • www.ideaspaz.org/publicaciones •
Guía de Entrevista
Documentación de casos de buenas prácticas
Temas que se abordarán en las entrevistas con los actores clave para cada uno de los casos (Fase 3).
• Conocimiento y percepción de la iniciativa empresarial.
• Orígenes.
- Fecha de inicio.
- El fundador.
- Contexto y antecedentes.
- Las motivaciones de la fundación.
- Población objetivo.
• Características de la iniciativa.
- Objetivos.
- Las actividades desarrolladas.
- Población Beneficiaria.
- El número y porcentaje de la población atendida.
- Número de mujeres y niños entre la población.
- Mecanismos de promoción y difusión.
- Selección de los beneficiarios.
- Resultados y evaluación.
• Desafíos y resultados de la iniciativa
- Dificultades/Obstáculos.
- Los efectos positivos y negativos.
- Aspectos a mejorar.
- Lecciones aprendidas.
- Recomendaciones.
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