Ascitis pancreática

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ASCITIS PANCREATICA: ESTUDIO DE LAS OPCIONES TERAPEUTICAS POR EL ANALISIS
DE REPORTES D ECASOS Y SERIES DE CASOS ENTRE LOS AÑOS DE 1975 Y EL 2000
J. Gómez−Cerezo, Ph.D., M.D., A. Barbado Cano, M.D., I. Suárez, M.D., A. Soto, M.D., J.J. Ríos, M.D. y J.J.
Vázquez, Ph.D.,M.D.
Universidad Autónoma de Madrid escuela de medicina, Madrid, y el Departamento de Medicina Interna y
clínica farmacológica, Hospital Universitario La Paz, Madrid, España.
OBJETIVO: debido a la baja incidencia de ascitis pancreática, solo los reportes de casos y la serie de casos
han sido publicadas y ningún ensayo aleatorio controlado han sido realizados para averiguar cual es el la
mejor terapéutica. El objetivo de este estudio fue evaluar la utilidad de los diferentes tratamientos para la
ascitis pancreática por una completa revisión de todos los casos reportados descritos en la literatura en que un
independiente análisis de la eficacia del tratamiento administrado para cada paciente es posible.
METODOS: condujimos un análisis de todos los casos reportados y series de casos de ascitis pancreática
publicados entre 1975 y el 2000 en los que los datos clínicos de todos los pacientes pudieran ser identificados
individualmente. Un total de 139 casos fueron estudiados. Las características clínicas, el tratamiento
administrado y la respuesta a la terapia de cada paciente fueron registrados. La terapia conservadora incluía el
drenaje del líquido ascético, nutrición parenteral total y dieta y los análogos de la somatostatina. La terapia
intervencionista fue o endoscopica o quirúrgica.
RESULTADOS: después del análisis multivariable, el único tratamiento relacionado al éxito fue la cirugía (
OR ajustado=, 95% CI = 3.0−22.9) y el stent transpapilar (OR ajustado = 7.3, 95% CI = 0.8−62.9). No se
encontró una relación significativa entre el fracaso o la muerte y el uso de otros tratamientos, la edad, el sexo,
el año de publicación, enfermedad subyacente, el sitio de gotera o los niveles de amilasa en suero. La aparente
falta de efectos de los análogos de la somatostatina podría ser atribuido al pequeño numero de casos y la
heterogeneidad de las dosis.
CONLCUSIONES: la terapia conservadora no es aconsejable para a ascitis pancreática debido a la gran
proporción de fallas. La terapia intervencionista con cirugía o stent transpapilar tienen efecto positivo en el
resultado clínico. (Am J Gastroenterol 2003;98:568−577. © 2003 por Am. Coll. De gastroenterología)
INTRODUCCION
La ascitis pancreática fue reportada por primera vez en la literatura en 1953 cuando Smith describió dos casos
de ascitis asociada con pancreatitis crónica (1). Esta se definió como ascitis exudativa causada por enfermedad
pancreática no maligna, y se caracterizaba por una concentración de amilasa muy alta en el fluido ascético
(usualmente mas de 1000 UI/L) y la concentración de proteínas por encima de 3 g/dl (2,3). La acumulación
del fluido ascitico es causada por la trasudación del jugo pancreático a través de un seudoquiste, el cual se
comunica con una ruptura ductal (43 − 80%)o una ruptura en el ductopancreatico sin un seudoquiste (10%);
en 10 % de los casos, el origen es indeterminado (4−6). En la pancreatitis crónica, el tejido fibroso
postinflamatorio que rodea el conducto pancreático es frágil y puede ser fácil de romper(7). En adición al jugo
pancreático, parece existir un componente exudativo el origen del cual aun no esta claro.(2).
Las fístulas pancreatopleurales están presentes algunas veces, llevando a derrames pleurales asociadas con
ascitis pancreática. Sankaran y Walt describieron derrame pleural en 38% de los pacientes con fístulas
pancreáticas internas (8) y Cameron et al, encontraron derrame pleural en 5 de 27 pacientes con ascitis
pancreática(9). De acuerdo a Eckhausen et al., cuado la ruptura del conducto tiene lugar en el lado anterior, lo
cual comunica con la cavidad peritoneal, el resultado es la pancreatitis aguda, considerando rupturas
1
posteriores dentro del retroperitoneo puede llevar a un derrame pleural pancreático (7).
Aunque la incidencia exacta de la ascitis pancreática no es conocida, parece ser infrecuente; ha sido descrita
en 3.5% de pacientes con pancreatitis crónica y 6 − 14 % de pacientes con seudoquistes(10−12). Broe y
Cameron describieron una serie de 185 pacientes con ascitis pancreática entre los cuales la etiología mas
frecuente fue la pancreatitis crónica (77.8% de los pacientes), seguido de trauma pancreático en 8.6%; un total
de 4% tiene duplicación cistica del conducto biliopancreatica, estenosis ampular o litiasis ductal y en un
10.2% la etiología no fue conocida (3). La pancreatitis aguda es una etiología infrecuente: la ascitis puede
ocurrir en asociación con un ataque de pancreatitis aguda como un resultado de peritonitis química, pero el
volumen es usualmente pequeño y se reabsorbe cuando el ataque se resuelve. Es inusual en la ascitis persistir
y acumularse en cantidades masivas después de la pancreatitis aguda (3). La pancreatitis aguda es más
prevalerte en hombres (hombres:mujeres radio 2:1) y entre 20 y 50 años de edad (3); en niños, esto es raro y
es usualmente causado por traumas abdominales u obstrucción congénita del conducto pancreático (13). La
presentación clínica incluye perdida de peso a pesar del progresivo incremento del dolor en abdominal en
cinturón o incomodidad (14). La ausencia de síntomas sugestiva de peritonitis a pesar de de la presencia de
enzimas pancreáticas en la cavidad peritoneal puede ser atribuida a la inactivación de estas enzimas cuando
ellas se derraman del conducto pancreático (2, 15, 16).
La terapia para la ascitis pancreática es aun controversial. Debido a su baja incidencia, la evidencia es limitada
a pocos casos reportados y serie de casos. La terapia intervencionista es aun quirúrgica o endoscopica. Debido
a las rupturas en el conducto pancreático se pensó que sea causado por un incremento de la presión dentro de
seudoquiste o el conducto pancreático (17), la terapia endoscopica tiende a reducir la presión intraductal por la
esfinterotomia o por la inserción de un stent transpapilar (18). Muchas técnicas quirúrgicas se usaron
dependiendo de la anatomía y la localización del lugar del derrame. El ERCP debe ser realizado no solo para
el diagnostico de la ascitis pancreática, sino también para decidir la terapéutica adecuada (3,7). El seudoquiste
es usualmente tratado por una pancreatectomia distal cuando están localizados en la cola del páncreas o
drenado por una cistogastrostomia, cistoyeyunostomia, o cistoduodenostomia. Las fístulas en el conducto
pancreático son usualmente drenadas a una vuelta yeyunal en Y de Roux. El objetivo de la terapia médica es
minimizar la secreción pancreática usando análogos de la somatostatina, o por una dieta baja en grasas o
absoluta con nutrición parenteral total. Otra terapia no intervencional descrita en la literatura son los
diuréticos, la atropina, la irradiación pancreática y el drenaje del liquido ascético por repetidas paracentesis o
por un catéter externo (18). Algunos autores recomiendan un acercamiento conservador con terapia médica
por 3−4 semanas y luego consideran la intervención quirúrgica si no hay respuesta (19−21). Sin embargo, si la
terapia intervencional o la conservadora deben de ser usadas como una primera opción esto es aun materia de
debate.
No hay suficiente evidencia en la literatura para determinar la eficacia y el riesgo de los diferentes
tratamientos para la ascitis pancreática. Tampoco es conocido si un periodo inicial de terapia conservadora
antes de considerar la quirúrgica podría ser beneficiosa. Ningún ensayo controlado aleatoriamente ha sido
realizado para encontrar cual es la mejor terapia de esta enfermedad infrecuente. El objetivo de este estudio es
evaluar la utilidad de los diferentes tratamientos para a ascitis pancreática por una revisión completa de todos
los casos reportados descritos en la literatura en los cuales un análisis independiente de la eficacia del
tratamiento administrado a cada paciente era posible.
MATERIALES Y METODOS
Diseño del estudio
Este es un estudio con revisión y análisis de casos reportados y series de casos.. Revisamos todos los casos
reportados y las series de casos publicados entre el 1 de julio de 1975 y el 31 de diciembre del 2000 usando la
base de datos MEDLINE con las palabras clave pancreática y ascitis. La búsqueda fue completa con artículos
citados en la bibliografía de las publicaciones revisadas. El criterio de inclusión fue: 1) artículos escritos en
2
ingles o español, o por otra parte la información requerida fue disponible en el resumen en ingles; 2) en series
d e casos, las características clínicas de cada paciente pudo ser individualizada; 3) los datos siguientes de cada
caso simple fue claramente identificado − año de publicación, edad, sexo, tratamiento y respuesta a la terapia;
y 4)la amilasa en el liquido ascético era mas de 1000 UI/L, o siempre que el valor exacto no sea citado en el
texto, si esta indicado explícitamente que estuvo por encima del rango referido o si una ruptura ductal con
derrame en la cavidad peritoneal se demostró por ERCP. Los criterios de exclusión fueron: 1) series de casos
en los cuales los datos fueron reportados colectivamente y todos los pacientes no pudieron ser considerados
individualmente; 2) la amilasa en el líquido ascético estuvo por debajo de 1000 UI/L; y; 3) neoplasia
pancreática en la cual la posibilidad de carcinomatosis peritoneal no se descarto.
Procedimiento
Los datos siguientes fueron registrados para cada paciente: año de publicación, edad, sexo, enfermedad
subyacente (aguda, crónica y traumática o pancreatitis iatrogénica), etiología de la enfermedad subyacente
(alcohólica, obstructiva y otras), punto del derrame (fístula en el conducto pancreático o seudoquiste), amilasa
serica y el tratamiento administrado. El tratamiento fue agrupado en las siguientes variables: 1) quirúrgica; 2)
tratamiento endoscopico (papilotomia o stent); 3) somatostatina o octreotido (s.c o i.v.); 4) dieta absoluta y
nutrición parenteral ( con o sin aspiración nasogastrica; y 5) drenaje percutaneo (paracentesis única o repetida
o catéter continuo externo, también se incluyo el drenaje percutaneo del seudoquiste y los shunts
peritoneoyugulares). Otros tratamientos, tales como diuréticos, atropina o la radioterapia no fueron
considerados para el análisis estadístico. Los pacientes podían recibir uno o muchos tratamientos simultáneos.
Siempre que se realizo la cirugía, el tipo de intervención fue también recordado: cistogastrostimia,
cistoduodenostomia, sisctoyeyunostomia, cistectomia, cistostomia, pancreatectomia distal,
pancreatoyeyunostomia, ductogastrostomia, fistuloyeyunostomia y otros. La eficacia del o los tratamientos
administrados fue codificada como falla o éxito. La falla del tratamiento fue considerada cuando la ascitis no
se resolvió, cuando recayó después de una mejora inicial o cuando el paciente murió por una complicación d e
la ascitis o el tratamiento. La resolución de la ascitis fue considerada como éxito. También recordamos todas
las complicaciones asociadas con cada tratamiento. Una vez que el tratamiento inicial había demostrado in
efectividad, muchos pacientes recibieron un segundo curso de tratamiento que fue también recordado. El
análisis estadístico fue realizado considerando solo el tratamiento administrado como primera opción.
Análisis estadístico
Los análisis univariante y multivariante se realizaron usando el programa estadístico SPSS Versión 9.0 (SPSS,
Madrid, España). El análisis multivariante fue realizado para encontrar los posibles factores de riesgo por falla
de tratamiento (año d e publicación, edad, sexo y tratamiento administrado). Un valor p de < 0.05 fue
considerado significante. Los ORs se expresaron como (OR, 95% CI)
Tabla 1. Tratamiento usado como una primera opción
Tratamiento Éxito Falla Total
N (%) n(%) n(%)
Cirugía
Stent
Somatostatina u octreotide
nutrición parenteral/dieta
3
Drenaje
Se muestran el número y porcentaje de pacientes en quienes cada tratamiento fue un éxito y fallaron y el
número total de pacientes quienes recibieron cada tratamiento (y porcentajes de los 139 pacientes).
RESULTADOS
Seleccionamos 227 casos de los cuales 88 fueron excluidos. Diez casos fueron excluidos debido a que la
amilasa en el líquido ascético estuvo por debajo de 1000 UI/L o no aparecieron en el texto. Nueve casos
fueron excluidos debido a la ausencia de la información clínica requerida. Un caso fue excluido debido a la
posibilidad de una ascitis neoplásica. Hubo tres grandes series de casos con un total de 68 casos, los cuales
fueron excluidos debido a que los pacientes no pudieron ser identificados separadamente (6, 22, 23).
Finalmente, 139 pacientes fueron incluidos (104 hombres, 35 muyeres).
Características de los pacientes
La lista completa de de cada paciente individual junto con su edad, sexo, año de publicación, enfermedad
subyacente y etiología, lugar del derrame, tratamiento administrado como primera opción y el resultado
clínico se muestran en el apéndice. El promedio de edad fue de 41 años /SD 16, 17; rango de 3 meses a 76
años). La enfermedad subyacente mas frecuente fue la pancreatitis crónica en 115 pacientes (82.7%), seguida
de la pancreatitis aguda en 12 pacientes (3.6%) y la pancreatitis traumática o iatrogénicas en cinco pacientes
(3.6%); en siete pacientes (5%), la enfermedad subyacente no fue citada en el texto. La etiología fue
alcohólica en 92 pacientes (66.2%), obstructiva en cuatro (2.9%), causadas por otras etiologías en cuatro (dos
pacientes con pancreatitis hereditaria, una con pancreatitis divisum y una con hiperparatiroidismo), y
desconocida en 39 pacientes (28.1%). El punto de drenaje responsable de la ascitis fue un seudoquiste en 74
pacientes (53.2%)m una fístula en el conducto pancreático en 32 pacientes (23%), y no encontradas en 33
pacientes (23.7%).
Análisis del primer curso del tratamiento
El primer curso del (los) tratamiento(s) fallo en 57 pacientes (41%) y fue un éxito en 82 (59%). Quince
pacientes (10.8%) murieron. Una vez que el tratamiento fue considerado inefectivo, 43 pacientes recibieron
un segundo curso de tratamiento, el cual no fue considerado para el análisis estadístico. Ni el sexo, la edad, el
año de publicación, la amilasa sérica, ni el punto de drenaje fueron significativamente relacionados a la falla o
a la muerte. El número y la proporción de pacientes que recibieron cada tratamiento como una primera opción
se muestran en la tabla 1, y los diferentes tipos de cirugía se muestran en la tabla 2. Entre los 34 pacientes
entre los cuales la cirugía fue un éxito, cinco (14.7%) tuvieron complicaciones postoperatorias. Tres pacientes
(números 4, 24 y 25 en la tabla 1) quienes sufrían de pancreatectomias distales desarrollaron fístulas
pancreáticas externas en el postoperatorio, las que curaron espontáneamente. El paciente numero 40 tuvo
sepsis postoperatoria después de la ductogastrostomia, que curo del tratamiento empírico con antibióticos. El
paciente numero 95 sufrió una pancreatoyeyunostomia con sepsis abdominal postoperatoria y dehiscencia
parcial de la anastomosis que fue reparada en una segunda intervención quirúrgica. No se recordó morbilidad
después de la colocación del stent endoscopico. En un análisis univariante, no se encontraron relación
significante entre el uso de la dieta elemental y la nutrición parenteral, el drenaje o la
somatostatina−octreotido y la eficacia del tratamiento. El único tratamiento que fue significativamente
relacionado al éxito fue la cirugía (OR crudo = 7.36, 95% ci =2.66−20.35) y la endoscopia terapéutica (OR
crudo = 8.25, 95% CI = 2.96−22.95), seguido de la colocación de stent (OR ajustado = 7.28, 95% CI =
0.84−62.86).
Análisis del segundo curso del tratamiento
Cuarenta y tres pacientes recibieron un segundo curso de tratamiento(s); estos tratamientos tuvieron éxito en
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todos los casos (100%). El número y proporción de pacientes que recibieron cada tratamiento como segunda
opción son mostrados en la tabla 3. Las complicaciones asociadas con el tratamiento fueron descritas en solo
dos pacientes quienes se sometieron a cirugía: uno de ellos (paciente numero 127) desarrollo una fístula
pancreaticocutanea después de necrostomia operativa yeyunostomia alimentaria, la cual cerro
espontáneamente, y el otro (paciente numero 111) desarrollo hematemesis masiva originada en la línea de
sutura de la cistogastrostomia, que fue controlada con cirugía. Ningún paciente recibió un tercer curso de
tratamiento para la ascitis pancreática.
DISCUSIÓN
Cuando analizamos las características generales de los pacientes en nuestro estudio, encontramos una alta
proporción de hombre que mujeres (radio de 3:1). La enfermedad subyacente as frecuente fue a pancreatitis
crónica, que fue causada por alcoholismo en la mayoría d e los casos; la pancreatitis aguda fue una etiología
infrecuente. Estos resultados están de acuerdo con las series reportadas previamente (3). Los seudoquistes
fueron los sitios mas frecuentes de drenaje como en las series previas, considerando que las fístulas en el
conducto pancreática fueron encontradas en una proporción ligeramente alta (23% en nuestra revisión vs 10%
en series previas) (4,6).
La terapia conservadora es definía se definió como uso de uno o mas de los siguientes tratamientos: dieta
elemental, nutrición parenteral, paracentesis, drenaje percutaneo continuo o los mas recientemente usados
análogos de la somatostatina. El objetivo d estos tratamientos es reducir la secreción pancreática exocrina, o
evacuar la ascitis y así facilitar el cierre de la fístula por aproximación de la superficie peritoneal al punto de
drenaje (19). La terapia conservadora fue la opción as frecuente en nuestro estudio (la dieta y la nutrición
parenteral seguida por el drenaje). Estos dos tratamientos colectivamente tuvieron una intolerable falla en el
rango de 50%, como en series previas las cuales reportaron desilusionantemente rangos altos de 40−60%
(6,20). El riesgo de muerte con la terapia conservadora es también alto: en 1978, Cameron describió cuatro
muertes Antr. 17 pacientes con la terapia conservadora (24), y mas recientes series han encontrado resultados
similares. Lipsett y Cameron (22) analizaron 29 pacientes que recibieron terapia conservadora y encontraron
que el tratamiento fallo en 56%, de los cuales 17 % murieron. Estos autores dividieron a sus pacientes en dos
grupos dependiendo de la fecha en la que fueron tratados (antes o después de 1975): no se encontraron
diferencias en la proporción de éxitos entre los dos grupos. Sin embargo, encontraron una proporción alta de
mortalidad en el primer grupo. En nuestro estudio podríamos esperar un peor resultado clínico en los casos
publicados cerca de 1975 debido al menor desarrollo del cuidado medico general, pero el tratamiento fallido o
la muerte no fueron influenciados por el año de publicación.
Los factores de riesgo para a falla de la terapia conservadora no han sido aun identificados. Parekh y Segal (6)
encontraron que la respuesta a la terapia medica conservadora se relaciono a la severidad de la enfermedad
pancreática demostrada por los hallazgos patológicos de los conductos pancreáticos en ERCP. La falla de la
terapia médica en pacientes con enfermedad avanzada podría ser causada por la pobre capacidad curativa del
páncreas fibrotico. Estos autores también encontraron que la presencia de dos o mas sitios de extravasación en
el ERCP inicial era una factor de riesgo mayor para la falla del tratamiento medico. El resultado clínico (falla
o éxito del tratamiento, o muerte) en nuestro análisis no se relaciono a la edad, sexo, lugar del derrame,
enfermedad subyacente o el año de publicación. Tampoco se relaciono a la amilasa serica, un resultado similar
a uno encontrado por Parekh y Segal (6). Aunque la nutrición parenteral total no es útil como un solo
tratamiento para la ascitis pancreática, su uso mostró ser considerado como un tratamiento adyuvante para
otras terapias invasivas debido a que podría mejorar el estatus nutricional del paciente y así reducir el riesgo
quirúrgico (3).
La somatostatina y sus análogos, octreotido, que tiene una vida media larga en plasma, han sido usados
satisfactoriamente para el tratamiento de las fístulas pancreaticas. El uso de la somatostatina y el octreotido
para el tratamiento de la ascitis pancreática esta basada en la reducción de la secreción exocrina del páncreas,
locuaz a su vez facilita el cierre de las fístulas. Sin embargo, no podemos demostrar el efecto beneficioso del
5
uso de la somatostatina o el octreotido. La aparente falta de efectos d e la somatostatina/octreotido en nuestras
series debe ser evaluado cautelosamente debido que podría ser atribuido no solo al numero pequeño de
pacientes que recibieron somatostatina u octreotido (17 pacientes), también a la asociación con patologías
concurrentes y la administración de dosis inadecuadas en los pacientes en los que este tratamiento fallo. Las
dosis administradas y las vías de administración variaron ampliamente. La somatostatina fue administrada por
vía I.V. (con un rango de dosis de 180 µg/día a 250 µg/h i.v.) o s.c. (0.1 mg t.i.d.) y la duración de la terapia
estuvo entre 11 a 41 días. El octreotido fue también administrado en infusión i.v. continua tanto como s.c. con
dosis variables de 9−21 días. El análisis de la falla de la somatostatina/octreotido que ocurrió en cinco
pacientes mostró que en dos de ellos la falla fue como resultado de la infección del líquido ascético, lo que
causo peritonitis y muerte en uno (25, 26). En otro paciente, la falla pudo ser atribuida a la enfermedad
asociada porque ella tenía pancreatitis aguda y lupus eritematosos sistémico y estuvo bajo tratamiento con
esteroides (4). En las restantes dos fallas, eloctreotido fue administrado s.c. y en dosis bajas; sin embargo uno
de estos pacientes tuvo resolución de la ascitis cuando recibió un segundo curso con octreotido i.v. a dosis
altas (250µg/h). debido a la alta variabilidad de la administración de somatostatina y el octreotido, no
podemos determinar cual es la dosis más adecuada y la duración de la terapia; Segal y otros obtuvieron
resolución de la ascitis pancreática en 8 de nueve pacientes con octreotido a 100 µg t.i.d. s.c. después de una
duración promedio de tratamiento de 23 días(26).
El stent ductal pancreático transpapilar es una opción alternativa cuando una ruptura ductal es demostrada por
ERCP. Los stents intraductales facilitan la curación de la ruptura ductal debido a la obstrucción parcial del
conducto pancreático principal. Este efecto no solo puede ser logrado por medio de un by pass en el punto de
derrame, sino también por medio de un by pass del esfínter pancreático sin alcanzar el punto de derrame; el
ultimo podría reducir la lata presión intraductal, y así bajar la alta presión que el drenaje del conducto
pancreático podría ser suficiente para curar espontáneamente el punto de derrame. El hecho que en muchos de
los casos previamente reportados el lugar del stent pancreático ductal fue acompañado por un drenaje del
líquido ascético debe ser señalado (27). Aunque el numero de stents en nuestra serie es pequeña, el uso de
stents pancreáticos parece incrementar la probabilidad de éxito en el tratamiento de a ascitis pancreática.
Bracher et al. Obtuvieron completa resolución de la ascitis 6 semanas después de colocar un stent de
polietileno en siete de ocho pacientes (19). Los efectos adversos son infrecuentes si el stent es removido en
3−6 semanas; ni las infecciones, la pancreatitis aguda, la oclusión de los stents, ni alteraciones de la
morfología del conducto pancreático se describieron después de 14 meses seguidos al periodo. Las
complicaciones a largo plazo de los rolos de stents metálicos expandibles para el tratamiento de las ascitis
pancreaticas no han sido suficientemente estudiadas, y por consiguiente no deberían ser consideradas a menos
que otras terapias sean contraindicadas o los stents de polietileno no hayan sido exitosos. Por consiguiente, los
stents metálicos solo deberían ser usados como una opción paliativa en pacientes en quienes el objetivo
principal es mantener una calidad de vida a corto tiempo (10).
Una ERCP es mandataria para identificar el sitio del derrame antes de considerar el tratamiento quirúrgico (3,
7) debido a que el tipo de la intervención quirúrgica se decide de acuerdo a los hallazgos del ERCP. La
identificación de el punto de derrame antes de a intervención quirúrgica tiene una mayor influencia en el
resultado quirúrgico. La falla quirúrgica esta entre 12−18% si el punto de derrame es encontrada en el ERCP
antes de la cirugía, pero puede ser tan alta como 50% si la técnica adecuada d e la cirugía no puede ser
planeada debido a la ausencia de un sitio identificado de derrame en la ERCP (28). La falla quirúrgica
promedio en nuestro estudio fue baja (12.8%) y la mortalidad quirúrgica promedio fue de 7.7%. estos
resultados son similares a los encontrados por Lipsett y Cameron, quienes revisaron 16pacientes que fueron
sometidos a cirugía por fístulas pancreaticas: un paciente recayó, y dos pacientes murieron (22). Aunque los
pacientes de nuestro estudio en los que la cirugía fue un éxito, la morbilidad debe ser considerada. Aun en las
complicaciones postoperatorias podrían ser solo resueltas con otra intervención quirúrgica en dos pacientes, la
mayoría d e pacientes tuvieron menores complicaciones: fístulas pancreaticas externas que curaron
espontáneamente o sepsis postcirugia que se resolvió con tratamiento antibiótico.
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