batalla naval del lago de maracaibo

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ARMADA BOLIVARIANA
COMANDO NAVAL DE OPERACIONES
JEFATURA DE COMUNICACIÓN Y CONTROL OPERACIONAL
DIRECCIÓN DE TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN
BATALLA NAVAL DEL LAGO DE MARACAIBO
(24 DE JULIO DE 1823)
El 4 de julio de 1823 salió de la isla de Curazao, la escuadra española al mando del
capitán de navío Ángel Laborde y Navarro y dio fondo frente a la fortaleza de San
Carlos el 14. El 17, Laborde envía un mensaje al Almirante José Prudencio Padilla,
diciéndole: “Participó a V.S. que me hallo con medios muy sobrados para conseguir su
total exterminio, si estos fueran mis deseos y mi intención, pero sólo ansío por ver
cesar los males de la guerra, e ínterin, evitar la efusión de sangre, en casos en que
como el actual, ninguna ventaja reportaría al obstinado que la vería verter inútilmente.
Por lo tanto y ante todas las cosas, propongo a V.S. como a sus subordinados, una
honrosa capitulación...”.
A esto el Almirante José Prudencio Padilla responde: Anhelo probar con hechos mi
repuesta, y siento que el pernicioso Tablazo me lo impida, pero aseguro a V.S., que no
le daré molestia de venir a recibir mi saludo muy distante de ese apostadero, e iré por
el camino de la gloria a encontrarlo...
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El 21 de julio Padilla mandó a levar anclas y se desplazó hacia Punta de Palma y
hacia las once de la mañana pasó de buque en buque haciendo inspección y leyendo
la siguiente proclama:
“Compañeros: la puerta del honor está abierta;
el enemigo nos ataca, y nosotros lo esperamos:
¿Qué mayor gloria podríamos esperar?
Superior en su fuerza, de nosotros el valor y la decisión.
¿Le temeremos? No! Ni el general Padilla, ni lo bravos
que tiene él la honra de mandar, vacilarán jamás al ver al enemigo
a su frente; sino por el contrario, ansían porque llegue ese momento.
Compañeros: Yo estoy cierto que la suerte nos lo proporciona
para descansar, y os aseguro la victoria porque éste es el último esfuerzo
de nuestro agonizante enemigo: vuestro general os acompaña como siempre
hasta perder su existencia confiado en vuestro valor, y en la justicia de nuestra
causa.
Colombianos: Morir o ser Libres”.
A bordo del bergantín de guerra Independiente, al ancla en Punta de Palmas,
julio 21 de 1823. 13º
José Padilla.
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LA BATALLA.
En la aurora del 24 de julio, mismo día en que había llegado al mundo, cuarenta años
antes, el Libertador Simón Bolívar, las escuadras patriotas y realistas se encontraban
prestas para el combate definitivo.
Los realistas tenían 32 buques con 67 cañones y tripulados por 1.650 hombres,
marinos preparados y forjados en la guerra naval cuyos jefes procedían de escuelas
de la Real Armada española. Los republicanos contaban 22 buques con 85 cañones y
tripulados por 1.312 hombres, en su mayoría aprendices. La potencialidad científica y
el poder de fuego destructor lo poseía la escuadra del español Laborde y el valor, el
arrojo y el anhelo de ser libres y la confianza en el éxito seguro, anidaban firmemente
en los corazones de los patriotas.
A las 15:15 del 24 de julio se dio inicio a la Batalla Naval del Lago de Maracaibo.
Padilla había ordenado izar en el palo mayor del buque insignia, la orden que más
sobrecoge al marino, la de ¡abordaje!, la cual dejó izada a pesar de haber sido
respondida por todos los buques de la escuadra en señal de haber sido recibida y que
la acataban.
Laborde al percibir la señal dada en la escuadra patriota ordenó romper el fuego de
cañón, y luego de fusil; pero esto no amedrentó a nuestros héroes y la escuadra
seguía su firme avance hacia la española y ya, a toque de penoles rompió fuego de
cañón y fusilería, todo tan simultáneo que no puede precisarse si fue primero disparar
o abordarlos.
El Independiente volcó sus hombres sobre la cubierta del buque español San Carlos,
al cual rindió; el Confianza abordó a una goleta, el Marte atacó simultáneamente a las
goletas españolas Mariana, María y Rayo; la Emprendedora trabó violento combate
contra la Esperanza; la Manuela Chitty y la Leona se enfrentaron con las goletas Zulia,
Habanera y Liberal. Y así ambas escuadras se enfrentaron en la consecución del
triunfo pero, como lo vaticinara el Almirante Padilla, la suerte acompañó a los
aguerridos patriotas alcanzando la victoria sobre los españoles y con ello, la soberanía
en el mar y el sello definitivo de la independencia venezolana lograda el 24 de junio de
1821 en el Campo de Carabobo.
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