TEMA 3 LA INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS 1.- LAS TRECE COLONIAS NORTEAMERICANAS. En la costa este norteamericana había trece colonias que pertenecían a la corona británica. Desde el punto de vista económico habían alcanzado cierta prosperidad. Las 8 del norte basaban su pujanza en la industria y el comercio y Las 5 del sur eran agrícolas (plantaciones de algodón, tabaco y arroz trabajadas por esclavos negros). La sociedad colonial era resultado de sucesivas oleadas de inmigrantes a lo largo de los siglos XVI al XVIII. Tenía como característica destacable que no se organizaba según las rígidas normas del Antiguo Régimen como en Europa. Estaba compuesta por grandes y pequeños propietarios de tierra; por los trabajadores libres que vivían en ciudades en crecimiento, que tenían posibilidades de ocupar nuevas tierras y explotar los recursos en el oeste; por comerciantes que controlaban un activo tráfico mercantil, y por la población esclava, que era principalmente negra, y que se concentraban en las colonias del sur, donde se dedicaban a trabajar las grandes plantaciones de tabaco, azúcar y algodón. El peso de la nobleza hereditaria era mínimo. Desde el punto de vista político, gozaban de escasa autonomía y los gobernadores británicos constituían la máxima autoridad. No poseían representación en el Parlamento Británico, y era precisamente allí donde se decidían los asuntos importantes que les concernían, tales como la fijación de impuestos. La ausencia de participación política generaba malestar entre los colonos, deseosos de alcanzar cierto grado de autonomía. Esto hizo que a lo largo del siglo XVIII, a la luz de las ideas de la Ilustración fuera, creciendo una fuerte opinión entre los colonos en contra de la dependencia de Gran Bretaña: ¿por qué tenían que ser gobernados por un rey y un Parlamento que no tenían en cuenta sus opiniones y necesidades? 2.- CAUSAS DE LA REBELIÓN.Para analizar las causas de la rebelión de los colonos americanos contra Gran Bretaña, hay que remontarse al conflicto colonial entre Francia y Gran Bretaña conocido como Guerra de los Siete Años (1756-1763). El gobierno británico decidió que los gastos ocasionados por esta guerra debían ser pagados por los propios colonos a través de nuevos impuestos. Uno de estos impuestos fue la Stamp Act o "Ley del timbre" (1765), sello que gravaba la adquisición de documentos oficiales y la prensa. La oposición de las colonias a lo que consideraban una tasa abusiva obligó a la Corona a retirarla. En 1767, fueron establecidos otros impuestos (Townshend Acts) que gravaban el papel, el vidrio, el plomo y el té. Los colonos consideraron ilegítimas tales cargas y la injusticia de no estar representados en el Parlamento británico donde se decidían todas estas medidas. Las protestas alcanzaron especial gravedad en 1770, año en que tuvo lugar la llamada "Matanza de Boston", en la que murieron cinco colonos en un enfrentamiento con tropas británicas. Ante la violenta reacción de los colonos, la Corona decidió retirar todas las tasas, salvo la del té. Además decidió conceder el monopolio del comercio de té a la Compañía de las Indias Orientales, lo cual perjudicó los intereses de los comerciantes de las colonias. Por tales motivos continuaron las protestas de los colonos. El 16 de diciembre de 1773, un grupo de colonos disfrazados de indios, lanzó al mar, en el puerto de Boston, la carga de tres barcos pertenecientes a la Compañía de las Indias Orientales, este episodio, conocido como “Motín del té” marca el inicio de la rebelión de las colonias americanas contra la corona británica. El gobierno británico actuó con gran dureza: mandó al ejército a cerrar el puerto de Boston y actuar con gran violencia contra los amotinados. En septiembre de 1774 se celebró un Congreso en Filadelfia (Pensilvania) que impulsó la colaboración de las colonias frente a las acciones británicas. Todavía no se defendía la independencia respecto a la metrópoli y la reunión se limitó a una serie de reivindicaciones expresadas a través de una Declaración de Derechos y Agravios. 1 El descontento y la indignación se extendieron por todas las colonias. Los colonos formaron un ejército de milicianos dirigidos por G. Washington, que se rebeló contra el ejército británico. Este fue el inicio de la Guerra de la Independencia norteamericana. 3.- DESARROLLO DE LA GUERRA: DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA. La guerra tuvo dos etapas. Hasta 1777, los colonos americanos lucharon contra los británicos con sus propios recursos, pese a ello, consiguieron una decisiva victoria frente a las tropas británicas en la batalla de Saratoga (1777). En el aspecto político destacan: Declaración de Derechos de Virginia (12 de junio de 1776). Declaración de Independencia de Filadelfia (4 de julio de 1776). Ambas fueron inspiradas por Jefferson, y significan el triunfo por primera vez del liberalismo político basado en los principios de la Ilustración. Es la primera declaración de derechos humanos de la historia. Es un documento que proclama que todos los hombres son por naturaleza libres e independientes y tienen una serie de derechos inherentes de los cuales no pueden ser privados. Fue el antecedente directo de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 realizada por la Revolución francesa. Se inspiró en la Carta de Derechos Inglesa (Bill of Rights) de 1689. Reconoce el derecho a la vida, a la libertad, a poseer propiedades, la libertad de prensa y religión, etc. También establece la soberanía popular, la prohibición de privilegios de nacimiento (igualdad ante la ley), la división de poderes, el juicio por jurados, etc. Pero no dice nada de la esclavitud ni de la falta de derechos para las mujeres. A partir de la victoria de Saratoga, y tras la petición de ayuda del científico Benjamín Franklin, las potencias absolutistas Francia y España intervinieron en apoyo de la joven República. Su pretensión era debilitar a Inglaterra. Asimismo intervino Holanda. Esto curso cambió el curso de la guerra; las tropas británicas en Norteamérica quedaron desabastecidas por el control de sus enemigos de las rutas marítimas. La batalla de Yorktown (1781) decidió el resultado del conflicto que concluyó definitivamente en 1783 tras la firma de la Paz de Versalles, por la que Gran Bretaña reconoció la independencia de sus colonias. 4.- LA FORMACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS.El final de la guerra no garantizó la unidad territorial de las trece colonias. Al terminar el conflicto, cada uno de los Estados tenía su propia constitución y el gobierno de la nación se hacía difícil por las diversidades internas: Las colonias del norte estaban controladas por burgueses y pequeños propietarios agrícolas. Sus líderes eran partidarios del reconocimiento de los derechos individuales y de una unión fuerte entre los estados miembros, es decir, entre las colonias recién independizadas. Las colonias del sur estaban controladas por terratenientes, que vivían en sus grandes mansiones, dueños de grandes plantaciones trabajadas por mano de obra esclava negra. Formaban una sociedad aristocrática, opuesta a algunas medidas democratizadoras, como la abolición de la esclavitud. Como modelo de Estado eran partidarios de una confederación de estados, casi independientes unos de otros. En 1787 representantes de las antiguas trece colonias se reúnen en Filadelfia con el objetivo de redactar una constitución. Se llegó a un pacto entre las dos tendencias dominantes en la Constitución de 1787, respetaba las singularidades de cada uno de los estados. Y a ella se sometieron (bajo la idea de soberanía nacional) todos los gobernantes y cargos públicos. Supuso la primera plasmación práctica de los principios políticos del liberalismo. La organización política por la que se optó fue la de un Estado federal republicano que agrupaba las trece colonias en una confederación voluntaria. Su vínculo quedaba garantizado por un poder federal fuerte cuyo papel consistía en conciliar los particularismos de cada uno de los estados miembros en aspectos tales como la política exterior, la política económica o el ejército. Actualmente la Constitución de 1787 sigue en vigor en USA, si bien ha sido objeto de numerosas enmiendas que le han permitido adaptarse a los tiempos. 2 5.- CONCLUSIÓN.¿Por qué es importante la independencia de EE.UU desde el punto de vista histórico? Porque fue al mismo tiempo una insurrección y una revolución. Fue una insurrección contra el dominio colonial británico, en la que un ejército de milicianos, con ayuda exterior, logró vencer al todopoderoso ejército británico. El ejemplo de los colonos norteamericanos fue seguido pronto por los territorios de América del Sur, colonizados por España y Portugal. Fue una revolución porque la organización de las milicias insurrectas y sus acciones estuvieron basadas en las ideas de la Ilustración, que sirvieron como base para crear un nuevo Estado. Los colonos norteamericanos no sólo lograron deshacerse del dominio británico, sino también eliminar todo resto del Antiguo Régimen que aún pervivía en Norteamérica, y crear un Estado nuevo sobre unas bases nuevas. Por todo ello, se considera que con la independencia de los EE.UU se inicia la “era de las revoluciones”. Causó un gran impacto entre todos aquellos europeos convencidos de que era necesario acabar con el Antiguo Régimen, convirtiéndose en un modelo a seguir. 3 TEXTOS Y DOCUMENTOS: Nº1: I. Que todos los hombres son, por naturaleza, igualmente libres e independientes, y poseen determinados derechos inherentes de los que, una vez habiendo ingresado en el estado de sociedad, no pueden, bajo ningún pacto, ser privados o desposeídos en el futuro; a saber, el goce de la vida y la libertad, con los medios para adquirir y poseer la propiedad, y perseguir y alcanzar la felicidad y la seguridad. II. Que todo el poder pertenece y, en consecuencia, deriva del pueblo; que los magistrados son sus mandatarios y sirvientes, y en todo momento responsables ante él. III. Que el Gobierno es, o debe ser, creado para el común beneficio, protección y seguridad del pueblo, nación o comunidad; que de los diversos modos o formas de gobierno, la mejor es aquella que sea capaz de generar el mayor grado de felicidad y seguridad así como de protegerse efectivamente frente al peligro de la mala administración; y que, cuando se considere que un gobierno es inadecuado o contrario a estos objetivos, una mayoría de la comunidad tendrá un indiscutible, inalienable e imprescriptible derecho a reformarlo, cambiarlo o abolirlo, en la manera que se juzgue más conveniente para el bien público. IV. Que ninguna persona o grupo de personas tienen derecho a recibir emolumentos exclusivos o especiales o privilegios de la comunidad, salvo en consideración a la prestación de servicios públicos; los cuales no serán transmisibles, como tampoco serán hereditarios los cargos de magistrado, legislador o juez. V. Que los poderes legislativo y ejecutivo del Estado deben estar separados y diferenciados del judicial; y que para impedir que los miembros de los dos primeros incurran en opresión han de sentir las cargas del pueblo y participar de ellas, recuperando cada cierto tiempo su condición privada al volver al cuerpo del que procedían, supliendo las vacantes mediante elecciones frecuentes y regulares en las que, todos o parte de los antiguos miembros, podrán ser de nuevo elegibles o inelegibles, según lo que establezcan las leyes. VI. Que las elecciones para las asambleas de los representantes del pueblo deben ser libres; y que todos los hombres, habiendo suficiente constancia de su permanente interés en la comunidad y de su vinculación a la misma, ostentan el derecho de sufragio y no pueden ser sujetos a gravámenes o privados de su propiedad para usos públicos sin su consentimiento o el de sus representantes elegidos para tal fin, ni obligados por ninguna ley que no hayan, de la misma forma, consentido, para el bien público. VII. Que el poder de suspender las leyes o de ejecutarlas por cualquier autoridad, sin el consentimiento de los representantes del pueblo, es lesivo de sus derechos y no debe ejercerse. VIII. Que en todos los procesos penales o por pena capital la persona tiene derecho a conocer la causa y naturaleza de la acusación para confrontarse con los acusadores y testigos, a practicar pruebas en su favor, y a un juicio rápido por un jurado imparcial de su vecindad, sin cuya unánime decisión no podrá ser considerado culpable, y tampoco podrá ser obligado a declarar contra sí mismo; y que nadie será privado de su libertad sino en virtud de la ley del país o del juicio de sus iguales. IX. Que no se podrán exigir fianzas excesivas, ni imponer multas excesivas; ni infligir castigos crueles e inusuales. X. Que los mandamientos generales, en virtud de los cuales se encomiende a un oficial o delegado el registro de lugares sospechosos sin prueba de la comisión del hecho, o el arresto de persona o personas innominadas, o cuya falta no esté suficientemente identificada o probada, son ofensivos y oprimentes y no deben ser autorizados. XI. Que en los litigios sobre propiedad y en los pleitos entre particulares, el antiguo juicio por jurado es preferible a cualquier otro y debe conservarse como sagrado. XII. Que la libertad de prensa es uno de los mejores baluartes de la libertad y no puede ser nunca restringida más que por un gobierno despótico. XIII. Que una milicia bien ordenada, compuesta del conjunto del pueblo, adiestrada en el uso de las armas, es la defensa adecuada, natural y segura de un Estado libre; que los ejércitos permanentes en tiempo de paz deberían evitarse por ser una amenaza para la libertad; y que, siempre, los militares deben estar estrictamente subordinados al poder civil y gobernados por éste. XIV. Que el pueblo tiene derecho a un gobierno uniforme; y que, en consecuencia, ningún gobierno separado o independiente del gobierno de Virginia, puede ser erigido o establecido dentro de sus límites. XV. Que ningún gobierno libre, ni las bendiciones de la libertad pueden preservarse por un pueblo sin un firme compromiso con la justicia, la moderación, la templanza, la frugalidad y la virtud y recurriendo con frecuencia a los principios fundamentales. XVI. Que la religión, o el deber que tenemos para nuestro Creador y el modo en que lo reconocemos, han de guiarse por la razón y la convicción, y no por la fuerza o la violencia; y por ello, todos los hombres tienen igual derecho al libre ejercicio de la religión, de acuerdo con los dictados de su conciencia; y que es un deber mutuo de todos practicar la benevolencia cristiana, el amor y la caridad para con todos. Declaración de derechos de Virginia, 12 de junio de 1776 4 Nº 2: Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los vínculos políticos que lo han ligado a otro y tomar entre las naciones de la tierra el puesto separado e igual a que las leyes de la naturaleza y el Dios de esa naturaleza le dan derecho, un justo respetoal juicio de la humanidad exige que declare las causas que lo impulsan a la separación. Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad. La prudencia, claro está, aconsejará que no se cambie por motivos leves y transitorios gobiernos de antiguo establecidos; y, en efecto, toda la experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a padecer, mientras los males sean tolerables, que a hacers e justicia aboliendo las formas a que está acostumbrada. Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber , derrocar ese gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad. Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; tal es ahora la necesidad que las obliga a reformar su anterior sistema de gobierno La historia del actual Rey de la Gran Bretaña es una historia de repetidos agravios y usurpaciones, encaminados todos directamente hacia el establecimiento de una tiranía absoluta sobre estos estados. Para probar esto, sometemos los hechos al juicio de un mundo imparcial. (Aquí los colonos exponen Unos 25 agravios concretos de que acusan al monarca británico. Entre otras cosas... se ha negado a dar su asentimiento a las leyes necesarias para el bien público; [nos ha impuesto] "contribuciones sin nuestro consentimiento", etc.) En cada etapa de estas opresiones, hemos pedido justicia en los términos más humildes: a nuestras repetidas peticiones se ha contestado solamente con repetidos agravios. Un Príncipe, cuyo carácter está así señalado con cada uno de los actos que pueden definir a un tirano, no es digno de ser el gobernante de un pueblo libre. Tampoco hemos dejado de dirigirnos a nuestros hermanos británicos. Los hemos prevenido de tiempo en tiempo de las tentativas de su poder legislativo para englobarnos en una jurisdicción injustificable. Les hemos recordado las circunstancias de nuestra emigración y radicación aquí. Hemos apelado a su innato sentido de justicia y magnanimidad, y los hemos conjurado, por los vínculos de nuestro parentesco, a repudiar esas usurpaciones, las cuales interrumpirían inevitablemente nuestras relaciones y correspondencia. También ellos han sido sordos a la voz de la justicia y de la consanguinidad. Debemos, pues, convenir en la necesidad, que establece nuestra separación y considerarlos, como consideramos a las demás colectividades humanas: enemigos en la guerra, en la paz, amigos. Por lo tanto, los Representantes de los Estados Unidos de América, convocados en Congreso General, apelando al Juez Supremo del mundo por la rectitud de nuestras intenciones, en nombre y por la autoridad del buen pueblo de estas Colonias, solemnemente hacemos público y declaramos: Que estas Colonias Unidas son, y deben serlo por derecho, Estados Libres e Independientes; que quedan libres de toda lealtad a la Corona Británica, y que toda vinculación política entre ellas y el Estado de la Gran Bretaña queda y debe quedar totalmente disuelta; y que, como Estados Libres o Independientes, tienen pleno poder para hacer la guerra, concertar la paz, concertar alianzas, establecer el comercio y efectuar los actos y providencias a que tienen derecho los Estados independientes. Y en apoyo de esta Declaración, con absoluta confianza en la protección de la Divina Providencia, empeñamos nuestra vida, nuestra hacienda y nuestro sagrado honor. Declaración de independencia de las 13 colonias, 4 de julio de 1776. 5