TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE ANDALUCIA SALA DE LO SOCIAL CON SEDE EN MÁLAGA Rollo de Suplicación nº: 1460/2012 Sentencia nº : 1825/2012 Presidente Ilmo. Sr. D. FRANCISCO JAVIER VELA TORRES En Málaga, a 15 de Magistrados noviembre de dos mil doce. Ilmo. Sr. D. MANUEL MARTIN HERNANDEZ CARRILLO Ilmo. Sr. D. FRANCISCO VILA TIERNO La Sala de lo Social en Málaga del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, compuesta por los Ilmos. Sres. citados al margen y EN NOMBRE DEL REY ha dictado la siguiente: SENTENCIA En el recurso de Suplicación interpuesto por Dª. María P. J. contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social único de Melilla, ha sido ponente el Iltmo. Sr. D. Francisco Vila Tierno. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- Que según consta en autos se presentó demanda por Dª. María P. J. sobre Viudedad, siendo demandado el INSTITUTO NACIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL y la TESORERÍA GENERAL DE LA S. SOCIAL habiéndose dictado sentencia por el Juzgado de referencia en fecha cinco de junio de 2012 en los términos que se recogen en su parte dispositiva. SEGUNDO.- En la sentencia aludida se declararon como hechos probados los siguientes: PRIMERO.- Dña. MARIA P. J. contrajo matrimonio el 6 de agosto de 1972 con D. JUAN P. M., del que nacieron los hijos MARIA, VICENTA Y JULIO, habiendo fallecido el cónyuge de la actora el 7 de diciembre en la Pobla Llarga. 1 SEGUNDO.- En sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2 de Melilla de 12 de diciembre de 1997 se declara la separación legal del matrimonio. TERCERO.- En la referida sentencia se separación no se establece pensión compensatoria alguna. CUARTO.- La actora presentó denuncia contra su esposo por malos trato el 6 de junio 1997. QUINTO.- Tras el fallecimiento de D. JUAN P. M., la actora solicitó pensión de viudedad, a la que en su caso correspondería una base reguladora mensual de 459.28 euros y efectos del 22 de abril de 2011, siendo denegada por resolución del INSS de 2 de marzo de 2011, por haber transcurrido más de 10 años entre la fecha de la separación judicial y la fecha del fallecimiento del causante de la pensión de viudedad. SEXTO.- Se agotó la vía previa administrativa. TERCERO.- Que contra dicha sentencia anunció Recurso de Suplicación la parte demandante, recurso que formalizó, no siendo impugnado de contrario. Recibidos los autos en este Tribunal se proveyó el pase de los mismos a ponente para su examen y resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- La demandante Dª María P. J. formuló solicitud para el percibo de pensión de viudedad con referencia a D. Juan P. M., fallecido el 7 de diciembre de 2010, no habiéndosele reconocido tal derecho en vía administrativa por haber transcurrido más de 10 años entre la separación legal y el fallecimiento del causante. Tras la preceptiva reclamación previa, la actora presenta demanda reclamando el derecho de la misma a percibir la prestación de viudedad con los efectos económicos que reglamentariamente correspondan. La sentencia recurrida desestimó la demanda, alzándose frente a la misma la parte demandante y hoy recurrente, con la pretensión de que se reconozca la citada prestación por su condición de víctima de violencia de género al amparo de lo previsto en el art. 174.2 LGSS. SEGUNDO.- Como único motivo de recurso, con sustento adjetivo en el artículo 193.c) de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social, plantea el actor la infracción de normas sustantivas y de la jurisprudencia. No obstante, se refiere también al apartado b) del mismo precepto legal, sin que se solicite de manera expresa revisión fáctica de hecho probado alguno 2 o así no se deduce de la formulación del recurso por la parte actora, puesto que aunque consta el mismo de varios apartados, no se corresponden éstos con diferentes motivos de suplicación, sino con una serie de argumentaciones que introducen valoraciones subjetivas sobre la correcta interpretación del art. 174 LGSS (en relación con el art. 1.1 y 3 de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre sobre Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género) y disposición transitoria 18ª de aquel texto legal. En los razonamientos que aduce la actora, se ponen de manifiesto una serie de elementos que tratan de introducir datos suficientes para entender que se ha producido una incorrecta valoración de la prueba, pero esto no se postula de un modo correcto ni, a pesar de hacer referencia al art. 193 b) LRJS, se procura la revisión fáctica de los hechos probados, cuando esa debería haber sido la pretensión de la parte que defiende la condición de víctima de violencia de género En orden a tal pretensión, debe recordar esta Sala, en primer lugar, que la doctrina jurisprudencial es inequívoca (STS 05.10.2010, 10.12.2009 y 05.11.2008 entre otras muchas) respecto del error en la apreciación de la prueba, señalando que “…para que la denuncia del error pueda ser apreciada, es necesario que concurran los siguientes requisitos: a) Que se concrete con claridad y precisión el hecho que haya sido omitido o introducido erróneamente en el relato fáctico. b) Que tal hecho resulte de forma clara, patente y directa de la prueba documental obrante en autos, sin necesidad de argumentaciones o conjeturas. c) Que se ofrezca el texto alternativo concreto que deba figurar en la narración que se tilda de equivocada, bien sustituyendo o suprimiendo alguno de sus puntos, bien complementándolos. d) Que tal hecho tenga trascendencia para modificar el fallo de instancia…”. Y, sin embargo, no se introduce como objeto de debate en la litis una posible modificación de los hechos probados con la finalidad de reflejar la condición de víctima de violencia de género, fruto de un error en la apreciación de la prueba. Así, en el fundamento de derecho primero de la sentencia de instancia, cuando se nos refiere la valoración de la prueba, se cita, de manera expresa que, al margen de la valoración ponderada de acuerdo al art. 97.2 LRJS, los hechos probados se obtienen de determinados elementos de convicción y “Con respecto al ordinal cuarto, se hace constar exclusivamente el hecho de la denuncia, sin que pueda concluirse la existencia real de malos tratos de la denuncia, a la que no sigue ningún tipo de actuación posterior, y que se ve apoyada por la testifical de Ana María Peregrina Peña, con evidente interés en el pleito por ser hija de la actora; y si bien esta circunstancia le haría conocedora de los hechos, no es menos cierto que resulta extraño que a la denuncia no siguiese ninguna actuación, y que se alegue la condición de mujer maltratada en sede judicial y no anteriormente en vía administrativa como 3 consecuencia de la desestimación por la administración”. Éste razonamiento, por tanto, es el que debiera haber sido discutido por la actora mediante la modificación del ordinal cuarto de los hechos probados y no únicamente mediante un motivo de censura jurídica. No obstante, una deficiente concreción del Recurso de Suplicación no debe ser óbice para que la Sala pueda reconocer la realidad de la situación planteada, lo que se permitiría de una interpretación conjunta de los distintos razonamientos que realiza la actora al amparo del principio de pro operario. Y, en ese sentido, deben diferenciarse dos situaciones de hecho analizadas en la sentencia y que, a su vez, han sido objeto de debate por la jurisprudencia. La primera, hace referencia a la aplicación estricta del art. 174.2 LGSS en relación con la disposición transitoria 18ª de aquel texto legal. Según tales preceptos, no se exige la existencia de pensión compensatoria tras separación legal o divorcio a los efectos de reconocer una pensión de jubilación siempre y cuando no hayan transcurrido más de 10 años entre la separación y el fallecimiento del causante. Éste fue el motivo por el que el INSS rechaza la solicitud de la actora y que se reproduce en la sentencia de instancia. La segunda, como expresamente se dispone en la reiterada sentencia de instancia, es la relativa a la condición de víctima de violencia de género, puesto que en ese caso, se dispensan otros requisitos para tener acceso a la referida pensión de jubilación (el INSS deniega por los 10 años, pero no entra a discutir la condición de víctima de violencia de género, lo que la actora tampoco discute en la vía previa). Así se reconoce expresamente por la jurisprudencia y doctrina judicial, que hace depender, por tanto, el reconocimiento del derecho a la prestación de Seguridad Social a la prueba sobre la situación de víctima de violencia de género en el momento de la separación: “la muy reciente alteración legislativa del artículo 174 de la LGSS propiciada por las modificaciones normativas introducidas por la Ley 26/2009, de 23 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2010, en el que, sin otras consideraciones, se atribuye el derecho a la pensión de viudedad a las mujeres que, aun no siendo acreedoras de pensión compensatoria, pudieran acreditar que eran víctimas de violencia de género” (Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Sala de lo Social, Sentencia núm. 784/2010 de 10 diciembre AS 2011\152). En este sentido, no resulta de aplicación lo establecido para la “Acreditación de las situaciones de violencia de género ejercida sobre las trabajadoras” que da pié al disfrute de los derechos laborales y de Seguridad Social que se establecen en la LO 1/2004 (art. 23: “Las situaciones de violencia que dan lugar al reconocimiento de los derechos 4 regulados en este capítulo se acreditarán con la orden de protección a favor de la víctima. Excepcionalmente, será título de acreditación de esta situación, el informe del Ministerio Fiscal que indique la existencia de indicios de que la demandante es víctima de violencia de género hasta tanto se dicte la orden de protección”); sino la regulación específica que se incluye en el propio texto de la LGSS: “En todo caso, tendrán derecho a la pensión de viudedad las mujeres que, aún no siendo acreedoras de pensión compensatoria, pudieran acreditar que eran víctimas de violencia de género en el momento de la separación judicial o el divorcio mediante sentencia firme, o archivo de la causa por extinción de la responsabilidad penal por fallecimiento; en defecto de sentencia, a través de la orden de protección dictada a su favor o informe del Ministerio Fiscal que indique la existencia de indicios de violencia de género, así como por cualquier otro medio de prueba admitido en Derecho”. De ello se extraen una serie de consecuencias, concretamente que se reconoce siempre: “en todo caso” cuando concurra tal condición y, que esto ocurre cuando se acredite del modo expresamente descrito. Y así, cuando no concurren las premisas señaladas en un primer momento, se permitirá probar por “cualquier otro medio de prueba admitido en Derecho”. En este sentido se ha pronunciado de manera reiterada el Tribunal Supremo en Sentencia de 30 mayo 2011 (RJ 2011\5108) y Sentencia de 26 enero 2011 (RJ 2011\2116): “A juicio de la Sala, la aplicación de los nuevos redactados legales trascritos permite llegar a la conclusión de que la recurrente tiene derecho a la pensión de viudedad que reclama. En efecto, estando acreditado en el presente caso, como ya hemos visto -"por cualquier otro medio de prueba admitido en Derecho"- que en el momento de la separación judicial la recurrente era víctima de violencia de género, y producido el hecho causante -fallecimiento del marido- el día…” TERCERO.- La consecuencia de lo anterior es situar el debate en la determinación o no de la condición de víctima de violencia de género. Y para ello, debe existir una suficiente actividad probatoria. La anteriormente citada STS de 26 enero 2011 (RJ 2011\2116) dispone a tal efecto que “se debate el derecho a percibir la prestación de viudedad tras una separación legal en cuyo convenio regulador no se ha establecido el pago de una pensión compensatoria, carencia que, en ambos casos se ha producido como consecuencia de una situación de violencia de género debidamente acreditada, en el caso de la sentencia recurrida a través de una modificación fáctica acogida favorablemente en la misma y que hace referencia -los hechos tienen su propio lenguaje- a la existencia de procedimientos penales entre los esposos por amenazas e insultos antes y con posterioridad a la separación, así como resulta acreditada 5 igualmente la situación de etilismo crónico padecida por el cónyuge fallecido”. Hemos de reiterar, entonces, que de la resultancia de los hechos probados debiera deducirse tal condición de víctima de violencia de género, por dos motivos: porque la intención del legislador con las reformas que en materia de género se producen desde el año 2004 tienen por objeto contribuir a la protección integral de la víctima de violencia de género y, con ese fin se ha otorgado una amplia flexibilidad al reconocimiento a esta situación por cualquier medio de prueba admitido en Derecho en el supuesto regulado para viudedad; y porque tal reconocimiento se ha condicionado, por ejemplo, a la existencia de procedimientos penales previos, como es el caso que nos ocupa, por cuanto, la presentación de una demanda con carácter previo a la separación debía ser suficiente, no por si sola, pero si puesta en relación con las circunstancias del caso. El Tribunal Supremo ha recogido de una manera amplia y extensiva la posibilidad de reconocer la situación de condición de víctima de violencia de género por cualquier otro medio de prueba admitido en derecho, y ha entendido que concurre tal condición cuando los antecedentes resultan suficientes, como la existencia de procedimientos penales previos, situación que entendemos se produce en el supuesto de hecho objeto concurre la existencia de una denuncia y aunque se carezca de cualquier otra actuación posterior, porque ésta, en el momento en el que se produce no puede tener otro objeto que el de manifestar malos tratos. Nótese que la presentación de la denuncia se produce en un momento muy anterior a la entrada en vigor de la LO 1/2004 (en 1997), por lo que la finalidad de la misma no podía en ningún caso ser otra que poner de manifiesto aquella situación de malos tratos ya que, el reconocimiento de la misma no traía aparejados el conjunto de derechos prestacionales que recoge la referida Ley Orgánica. Pero es más, también es anterior a la redacción actual del art. 174 LGSS, así como su disposición transitoria 18ª por lo que el objeto de dicha denuncia tampoco se concentra en la obtención de una prestación de viudedad. Y es que no pueden requerirse requisitos propios de la LO 1/2004, exigibles desde su entrada en vigor y no antes y que se configuran para el disfrute o ejercicio de los derechos que en su ámbito regula, para tener acceso a una pensión de viudedad que deviene de una situación y de un hecho que se remonta a 1997. Siendo en este caso un derecho prestacional de Seguridad Social que tiene una configuración legal, su reconocimiento depende del cumplimiento de los requisitos establecidos al efecto y, en este sentido, el Tribunal ad quem no puede separarse de la valoración de la prueba realizada por el Juzgador a quo salvo que se trate de un error evidente que esta Sala ha reconocido. En síntesis, en orden a una protección integral de la víctima de violencia de género cabría reconocer en todo caso su pensión de viudedad por la existencia de procedimientos penales previos, y a estos efectos, 6 resulta suficiente la interposición de una denuncia por malos tratos en atención a las circunstancias descritas. Siendo así, esta Sala entiende que debería reconocerse la condición de víctima de violencia de género por el cumplimiento estricto de los requisitos de la LGSS, que exige cualquier medio probatorio admitido en Derecho, al menos, respecto a aquellas situaciones anteriores a la entrada en vigor de la LO 1/2004, pues ésta ya establece un mecanismo de acreditación para acceder a determinados derechos laborales y de Seguridad Social. Y ello al margen de la pretensión de la actora de que el error sobre la prueba se base en una prueba testifical cuando ésta resulta inidónea a los efectos de la suplicación -las pruebas de interrogatorio de parte y testifical practicadas en el acto del juicio no son pruebas hábiles para revisar los hechos que el Magistrado de instancia ha establecido como ciertos-. FALLAMOS Que debemos estimar y estimamos el recurso de suplicación formulado por Dª María P. J. contra la Sentencia del Juzgado de lo Social Único de Melilla de fecha 05.06.2012, Autos nº 240/2011, promovidos por la indicada parte recurrente contra el INSTITUTO NACIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL, sobre pensión de viudedad, debiendo condenar al mismo al pago de una pensión vitalicia de viudedad sobre una base reguladora mensual de 459,28 y efectos del 22 de abril de 2011. Notifíquese esta sentencia a las partes y al Excmo. Sr. Fiscal de este Tribunal, advirtiéndose que, frente a esta sentencia, cabe recurso de casación para la unificación de doctrina, que podrá ser preparado dentro de los diez días hábiles siguientes a la notificación de la misma, mediante escrito dirigido a esta Sala, así como que, transcurrido el término indicado, sin prepararse recurso, la presente sentencia será firme. Una vez firme esta sentencia, devuélvanse los autos al Juzgado de lo Social de referencia, con certificación de esta resolución, diligencia de su firmeza y, en su caso, certificación o testimonio de la posterior resolución que recaiga. Únase el original de esta sentencia al libro de su razón y una certificación de la misma al presente rollo, que se archivará en esta Sala. Así por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. 7