Nociones de Economía

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UNIVERSIDAD DE LA REPUBLICA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y DE ADMINISTRACION
ESCUELA DE ADMINISTRACION
ECONOMIA
Material bibliográfico:
- Definición y objeto de la ciencia económica
- Las principales corrientes de pensamiento económico
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Indice
TEMA
Introducción
PÁGINA
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1ra Parte: Definición y Objeto de la Ciencia Económica
a) El Objeto de estudio de la Ciencia Económica
b) Areas de la Economía
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2da Parte.: Las principales corrientes de pensamiento
a) Evolución del pensamiento económico
- Las corrientes previas a la consolidación capitalista
- Los autores clásicos
- El marxismo
- La Escuela Neoclásica
- El keynesianismo
- Los monetaristas
- Los rasgos mas salientes a fines del SXX
- Una visión por diferentes regiones del mundo
- Referencias Bibliográficas
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Programa del curso
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INTRODUCCION
El presente material bibliográfico, consta de dos partes y del programa del curso de
Economía de la Escuela de Administración de la Facultad de Ciencias Económicas y de
Administración.
En su primer parte, recoge los elementos centrales acerca del objeto de la ciencia económica,
sin pretender agotar los enfoques y las apreciaciones al respecto.
En una segunda parte, se contempla algunas de las principales características de las distintas
corrientes y escuelas de pensamiento contenidas en el curso. Su contenido, no es un trabajo
sobre las corrientes y escuelas abordadas, ni sobre Teoría Económica, así como tampoco lo
es sobre Historia Económica.
Su alcance es pues, esbozar ciertas lineamientos sobre esas ideas de pensamiento y una
proyección sobre algunas de las tendencias imperantes en la realidad actual a inicios del
SXXI.
Este material, está dirigido a los estudiantes del curso de Economía de la EDA, con el
objetivo de poder facilitar el acceso bibliográfico al mismo, así como también constituirse en
una mínima base como para poder profundizar en su contenido temático.
En ese marco, en la presente versión (siempre sujeta a revisión y a ampliación), se vierten
comentarios, sugerencias, aportes y críticas de colegas y docentes de Economía de la EDA, y
de Economía I de la FCE y Ad.
Por último, quisiera destacar y agradecer a la Oficina de Apuntes del CECEA, su
colaboración para la edición y su publicación.
Montevideo Marzo de 2008
Gustavo Dutra
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1ª Parte Definición y Objeto de la Ciencia Económica
a) El Objeto de estudio de la ciencia económica
La economía es una ciencia social que analiza las actitudes del ser humano que
apuntan a administrar los recursos, con el fin de producir bienes y servicios que serán
distribuidos de forma tal de satisfacer las necesidades de los individuos. Los recursos no son
ilimitados, son escasos, y esa escasez obliga a realizar elecciones entre diferentes usos
alternativos. Pero las necesidades son ilimitadas, por eso la economía se ocupa de analizar
como se utilizan esos recursos de forma de satisfacer al máximo las necesidades. Ello implica
analizar la eficiencia y la racionalidad en el uso de esos recursos escasos.
La economía estudia un aspecto de la actividad humana desarrollada en sociedad, que
tiene como objeto: determinar las leyes sociales que regulan los procesos de producción,
distribución, intercambio, consumo, actividad monetaria y financiera. Así como las
normas que deben regir la acción del Estado y las medidas que éste adopte para resolver los
problemas que se presentan a nivel del proceso económico, es decir las políticas económicas.
La producción es una actividad en la que los hombres transforman la naturaleza.
Utilizan su capacidad física e intelectual con el objeto de crear medios materiales (bienes) o
inmateriales (servicios) para satisfacer necesidades. En este sentido, cabe señalar que éste es
un proceso social e histórico pues se relaciona con una sociedad y una época determinada.
El proceso de distribución es la actividad por medio de la cual los hombres se
reparten los bienes y servicios generados en el proceso de producción. Este proceso puede ser
directo (como en el caso de las sociedades primitivas) o estar mediado por formas monetarias.
En este caso, nos enfrentamos a una distribución del ingreso que permite o no acceder al
reparto de bienes y servicios. En la distribución, los hombres se relacionan entre sí, creando
relaciones, que van a constituir el objeto de estudio de la ciencia económica. También es un
proceso social e histórico, encontrando a lo largo de la historia el esclavismo, feudalismo,
capitalismo, socialismo, etc.
El intercambio es la actividad económica a través de la cual se cambia la propiedad
de los bienes y servicios producidos y distribuidos en una economía. El intercambio se lleva
adelante en un ámbito económico específico, denominado mercado. En el mercado se
encuentran oferentes (vendedores) y demandantes (compradores) de bienes y servicios. Las
relaciones de intercambio son también relaciones entre seres humanos y dado que se repiten
período a período es que constituye un proceso. Proceso que también es social e histórico,
como por ejemplo el trueque en las sociedades primitivas.
El consumo es la actividad en donde los individuos satisfacen directamente sus
necesidades. En este proceso se destruyen los bienes y servicios generados en la producción,
generándose la necesidad de nueva producción. Cumple también las características de ser un
proceso social e histórico.
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Existe además, un bien especial, que es el dinero, el cual también se produce,
distribuye, intercambia y consume. Este da lugar al proceso monetario financiero. El dinero
cumple ciertas funciones: unidad de valorización y de cuenta (los precios de los bienes se
expresan en dinero), unidad de cambio y de pago (las obligaciones económicas se cancelan
con dinero) y medio de atesoramiento y ahorro.
El rol del Estado, su grado de intervención en la economía, sus funciones así como su
política presupuestal de gastos e impuestos constituyen un elemento muy importante por la
gravitación que tiene el Estado en la Economía.
A la articulación de los procesos anteriores la llamaremos: Proceso Económico. Este
se repite período tras período con ciertas regularidades o leyes económicas, que son aquellas
que se vuelven objeto de estudio para la ciencia económica.
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Bienes
Un bien es aquello que satisface directa o indirectamente los deseos o necesidades de
las personas. Pueden ser materiales (alimentos, automóviles, etc.) o inmateriales, servicios
como salud, educación, etc.
Los bienes pueden ser clasificados según su carácter en libres y económicos, los
primeros existen en cantidades ilimitadas, son útiles pero no necesitan racionamiento para
satisfacer las necesidades; los económicos son también útiles, pero escasos, porque no existen
en cantidades suficientes para satisfacer todas las necesidades humanas y por lo tanto se
racionan cobrando un precio. De acuerdo a su naturaleza pueden clasificarse en bienes de
capital (no son objeto de consumo directo sino que ayudan a producir otros bienes y
servicios, por ejemplo maquinarias) y en bienes de consumo (se usan para satisfacer
directamente las necesidades humanas), y se dividen en durables –automóviles- o no durables
–alimentos- según se destruyan o no en un único acto de consumo. Por último pueden ser
considerados según su función en bienes intermedios (insumos y materias primas) y bienes
de uso final (que se destinan directamente la consumo).
Existe otro tipo de bienes que se utilizan en el proceso de producción que son los
factores productivos: tierra, trabajo y capital.
Estamos en condiciones de dar una nueva definición de economía: es la ciencia que
estudia la asignación más conveniente de los recursos escasos de una sociedad para la
obtención de un conjunto ordenado de objetivos. Es decir, estudia la mejor asignación y
uso de los bienes económicos para satisfacer necesidades múltiples y jerarquizadas.
b) Areas de la Economía
Podemos reconocer en la economía tres grandes áreas o disciplinas: Economía
Descriptiva (descripción), Economía Política (interpretación) y Política Económica
(acción. La Economía Descriptiva tiene por objeto la descripción de una determinada realidad
histórica concreta que se desea analizar; se convierte en una acción objetiva. La Economía
Política o teoría económica interpreta lo que se ha descrito, estudia las leyes o regularidades
que rigen los procesos económicos, tratando de establecer relaciones de causalidad,
constituyéndose en un área subjetiva. Por último, la Política Económica intenta modificar la
estructura económica vigente; enfatiza las normas que deben regir la acción del Estado. Se
trata, sobre la base de lo descrito e interpretado, de incidir sobre el proceso económico. La
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Política Económica trata la acción del Estado sobre los distintos procesos económicos para el
cumplimiento de ciertos objetivos previamente trazados como:
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Crecimiento y desarrollo económico
Distribución equitativa del ingreso
Generación de empleo
Equilibrio en las cuentas fiscales y externas
Reducción de la deuda externa
Reducción de la inflación
Manejo del tipo de cambio
Para la consecución de estos objetivos, el Estado cuenta con instrumentos de política
económica (monetaria, fiscal, salarial, comercial, etc.)
No existen límites ni fronteras definidas en estas tres áreas, es decir no se produce en
una secuencia de sucesos, mas bien interactúan mutuamente.
Surge nítidamente que partiendo de la descripción de un hecho, surgen diferentes
interpretaciones acerca de la causalidad del mismo y por ende diferentes acciones de política
económica tendientes a modificarlo, según sea quien realiza esa interpretación, y ello depende
del analista, de su formación técnica, de su concepción filosófica e ideológica. Es decir, ante
un mismo diagnóstico acerca de un hecho, existen múltiples interpretaciones del mismo, y por
ende distintas recomendaciones de política económica.
En síntesis, la ciencia económica es una ciencia social, no exacta.
Asimismo, existen dos diferentes niveles de abordar el estudio económico: el
microeconómico, donde el objeto primario son los agentes considerados individualmente; y
el macroeconómico, donde lo que interesa son las variables en su agregación.
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2da Parte.: Las principales corrientes de pensamiento
a) Evolución del pensamiento económico
Las corrientes previas a la consolidación capitalista
Existe un punto de inflexión en la historia que es la caída del feudalismo y la paulatina
instauración del sistema capitalista. En esta inflexión surgen en Europa los mercantilistas
(fines de siglo XV a XVIII) que sostenían (en su proceso inicial) que lo más relevante era
acumular metales preciosos, esos eran los fundamentos de la riqueza y proponían diversas
medidas consecuentes con tal fin, como por ejemplo la actividad comercial. En la segunda
mitad del siglo XVIII surge en Francia la escuela fisiocrática (que argumentaba que la
riqueza sólo se generaba en la actividad agrícola y el principal derecho natural del hombre
consistía en el disfrute de los resultados de su trabajo en tanto pueda armonizarse con el de los
demás A partir de eso, los gobiernos no debían intervenir alterando el orden natural de las
cosas, rechazando de esta manera los excesos proteccionistas de los mercantilistas y al
sostener que la riqueza de una nación procedía únicamente de la agricultura, no consideraban
que otras actividades económicas generasen valor como la industria (por entonces
predominantemente artesanal) y el comercio.
Los autores clásicos
Sobre el siglo XVIII, especialmente en las Islas Británicas, surgen autores importantes
que estructuran múltiples ideas. Adam Smith (1723-1790), de nacionalidad escocés, aparece
en el tiempo de la revolución industrial incipiente, escribe en 1776: "Investigación sobre la
naturaleza y causas de la riqueza de las naciones".
El es un exponente de lo que luego se denominó los autores clásicos, que sostenían la
capacidad del mercado para lograr los equilibrios y buenos funcionamientos. El mercado es
un mecanismo que se autorregula, y el sistema de precios organiza el comportamiento de los
individuos de forma automática. Asociado a esto, se concibe que el rol del estado en la
sociedad y en la economía debe limitarse a su función de juez y gendarme.
De esa forma para los clásicos, todos los mercados operando libremente convergen al
equilibrio, es decir la oferta iguala la demanda, no produciéndose de esa forma desfasajes en
la producción y en el consumo de bienes, ni en la oferta ni demanda de factores (capital y
trabajo (no habría capacidad ociosa ni desempleo).
En ese entorno de carácter armonioso, que se concibe entre el interés público y
privado, no existe en la concepción clásica la idea de crisis del sistema económico capitalista.
Smith, precursor del liberalismo económico, sintetizado en el “dejar hacer, dejar
pasar” sostenía que en la medida que los individuos actúan con una lógica de racionalidad
propia, si nada interfiere en el libre juego de la oferta y de demanda de los mercados llegarían
al óptimo individual y de la sociedad toda. Asume la existencia de una “mano invisible”, que
ubicaría todo en su correcto y óptimo lugar, guiados por esa racionalidad, siempre y cuando
los mercados operen libremente.
A nivel comercial, Smith postula que el comercio entre los países se dará por las
ventajas absolutas (ver razones del comercio internacional), es decir los países
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comercializarán y se especializarán en aquellos bienes que dado su dotación de recursos
produzcan más baratos.
Posteriormente, quien retoma los aportes de Smith y los profundiza fuertemente es el
inglés David Ricardo (1772-1823)1, quien teoriza en el auge del capitalismo, del poderío
marítimo inglés, de las comunicaciones y de la peculiar posición imperial de Inglaterra.
Hegemonía inglesa en lo comercial, en lo político, en lo comercial, en lo tecnológico, en lo
financiero, en lo militar etc. que perduró hasta luego de la primera guerra mundial (1919) en
que ya afloraba como potencia mundial los Estados Unidos de América, desplazando a
Inglaterra de esa hegemonía.
Ricardo teoriza sobre cómo se dan los procesos de distribución del producto entre las
distintas clases sociales, partiendo de suposiciones, tales como el pleno empleo de los factores
y la no existencia de crisis. Para los clásicos la idea de equilibrio de los mercados es
fundamental, y por ende el rol del Estado debería ser de juez y gendarme.
Este autor establece la teoría objetiva del valor, sosteniendo que el valor de los bienes
se determina por el cociente entre las horas de trabajo incorporadas a ese bien y la cantidad
producida, determinada en las peores condiciones de producción. Es decir, el bien vale la
cantidad de horas que insume su producción, valuadas en las peores condiciones de
producción.
Ricardo no aborda el tema del origen del sistema capitalista. En lo que hace a su
evolución, pronostica la llegada a un estado estacionario, que implica el máximo nivel de
producción posible y a no ser que se levantaran ciertos supuestos, la sociedad se repetía en el
tiempo idénticamente período a período. Basado en que la expansión del sistema económico
era función del incremento de la población, en la medida que esta aumentaba, se requería
mayor cantidad de alimentos para satisfacer ese aumento de la población. Ello provocaría que
se necesitaría mas trabajo para producir los alimentos (por ejemplo por utilizar calidades de
tierra de inferior calidad) subirían los costos de producción, implicando un descenso en los
beneficios. En perspectiva, se repetiría este fenómeno, a tal punto que no se tornaría atractivo
realizar inversiones adicionales, por lo que se llegaría al estado estacionario, en donde sólo se
invertiría par reponer el desgaste del año anterior.
No hay entonces crisis del sistema económico, simplemente se llegaría a un estadio de
la sociedad, en donde con ocupación plena de factores productivos no es posible incrementar
la producción, repitiéndose período a período la producción y su distribución.
Es de señalar que para este autor (al igual que todos los clásicos) no existe la
posibilidad de un desenlace por fuera de la lógica del sistema capitalista.
A nivel comercial, Ricardo niega las ventajas absolutas postulados por Smith, y
sostiene que el comercio entre los países se dará por las ventajas comparativas, (ver razones
del comercio internacional) es decir los países comercializarán y especializarán en aquellos
bienes en que comparativamente sean más baratos.
Las razones del comercio internacional
¿Cuáles son las razones, por las que se genera el comercio internacional?.En forma
intuitiva, parece razonable pensar que por cuestiones análogas a las que explican los
intercambios entre las personas. Es decir, para poder consumir o disfrutar de un adecuado
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Su obra principal es: “Principios de Economía Política y Tributación”, de 1817.
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conjunto de bienes y servicios, las sociedades humanas conocen las ventajas de la
especialización y el intercambio respecto las opciones de autosuficiencia. Por lo tanto, lo
primero sería comparar a nivel internacional las alternativas de la especialización sumado al
más libre comercio frente a la autarquía (que es como se denomina en economía internacional
al modelo o la situación de autosuficiencia o autoabastecimiento).
Una de las primeras razones para explicar los intercambios interpersonales o
internacionales está en las diferencias en las capacidades o habilidades de las personas o de
los países. De esa manera, se trata de obtener ventajas de esas diferencias induciendo a cada
persona o país a especializarse en producir aquello que es capaz de hacer en mejor forma, o
sea producir aquellos bienes o productos en lo que tienen alguna ventaja. Lógicamente, luego
se intercambian las respectivas producciones a fin de que todas las partes implicadas puedan
consumir o disfrutar de la amplia gama de bienes y de servicios que las todo nosotros
apreciamos y valoramos. Sin embargo, existen algunas sutilezas en lo referido a cuales
diferencias o a cuales ventajas son las que explican los intercambios internacionales. De esa
forma, analizaremos, el papel central de las ventajas comparativas, sus límites, la distribución
de las ganancias derivadas del intercambio comercial y las explicaciones de esas ventajas
comparativas.
Una segunda razón para inducir a la especialización y el intercambio, es el hecho de
que a veces se torna más eficiente concentrar la producción en un lugar y/o empresa. Si cada
uno de nosotros, tuviese que producirse todos los bienes, hacerse su propio pan,
confeccionarse sus vestimentas, sus televisores, automóviles etc. sería un mecanismo mucho
más caro tanto individualmente como para la sociedad en su conjunto, comparado con
adquirirlos en los establecimientos especializados que hacen el de todos. No sólo se trata de
que unas personas tengan una habilidad especial en fabricar los productos (pan, televisores
etc.) sino que la maquinaria, instalaciones y la tecnología utilizadas para producir esos bienes,
permiten producirlos de forma más barata si se utilizan a gran escala. Esa reducción del costo
unitario del producto, que se obtiene cuando el nivel de producción es elevado se conoce
como la obtención de economías de escala.
Otra razón adicional que explica los intercambios comerciales es la diferenciación de
productos. Las personas gustan elegir entre una amplia gama de productos o de consumir
también una amplia variedad de productos. Claro está, que no siempre es posible o rentable
que un mercado reducido ofrezca una gran variedad de productos. Es a través del comercio
internacional que el consumidor de un país tenga acceso a las variedades de otros países. Las
economías de escala y la diferenciación de productos constituyen una poderosa combinación
que explica en gran forma los intercambios internacionales, especialmente para el comercio
intraindustrial.
El marxismo
Posteriormente, Karl Marx (1818-1883), filósofo alemán, estudia el sistema
capitalista, especialmente el inglés, con su obra “El Capital”. Formula una teoría del valor
trabajo, una teoría objetiva, que postula que el valor de los bienes se deriva íntegramente de la
cantidad de trabajo socialmente necesario para producirlos. También, al igual que Ricardo,
considera que el valor de los bienes surge del cociente entre la cantidad de horas de trabajo y
la producción, pero las horas de trabajo consideradas serían las realizadas en las condiciones
medias de producción. Es decir, el valor de los bienes para Marx se compone de la cantidad
de trabajo necesario para producirlo, pero en las condiciones medias de producción. Critica a
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Ricardo en este punto, manifestando que valuar los bienes en las peores condiciones de
producción está “premiando” la ineficiencia.
Un concepto clave en Marx es la teoría de la explotación. Marx señala que el beneficio
lo obtiene el capitalista al adquirir una mercancía, el trabajo, que puede crear un valor mayor
que el de su propia fuerza de trabajo, con lo que este beneficio surge de la explotación de los
trabajadores y no mediante la retribución por el alquiler del capital y por su actitud
innovadora.
Es decir, durante la jornada de trabajo el trabajador dedica una parte a reproducir el
valor de su fuerza de trabajo y el resto es un plusvalor (plusvalía) que es apropiado por el
capitalista. De todo el valor generado por el trabajador en su jornada, sólo una parte equivale
a su salario y el resto se lo apropia el capitalista. Si el objetivo de este es aumentar sus
ganancias, debe bajar la parte remunerada o incrementar la parte no remunerada al trabajador
(plusvalía) por ejemplo extendiendo la duración de la jornada de trabajo manteniendo el
mismo salario.
Cabe señalar que Marx no considera una situación de pleno empleo en los mercados,
tanto en el ámbito de producción como de ocupación de trabajadores. En lo que hace a la
evolución del capitalismo, estudia su origen analizando todos los estadios anteriores de la
sociedad, previos a la consolidación del sistema capitalista, y plantea un final fuera de la
lógica del sistema: las contradicciones internas llevarían a crisis cíclicas cada vez más
profundas hasta la ruptura del sistema. Dado que el sistema capitalista funciona en forma
“anárquica”, Marx sostiene que el mismo desembocará inexorablemente en crisis periódicas,
con fuertes desequilibrios en el empleo, la producción, etc.
En la dinámica de la evolución del sistema capitalista, Marx establece margen tanto
para su crecimiento como para su fin. La fuerza impulsora del capitalismo para Marx es la
competencia, que hace obligatoria la acumulación de capital. Para poder competir con éxito,
los capitalistas deben reducir sus costos de producción y para ello deben constantemente
introducir innovaciones. Así, Marx sostiene que muchos productores detectan que pueden
producir la misma cantidad de bienes utilizando más máquinas y menos obreros. Si bien, las
fuerzas de la competencia requieren que todos los productores “sigan a los líderes” y también
efectúen innovaciones, no todos los productores tienen la capacidad para competir. De esa
forma, las empresas más débiles van a la bancarrota y son adquiridas por las más fuertes. Las
consecuencias de la innovación y la acumulación de capital son dos: en primer lugar, el
capital se concentra cada vez más en menos manos, de tal modo que desaparecen las empresas
más débiles y en segundo lugar aumentan los desempleados -el ejército industrial de reservaa medida que los hombres son sustituidos por máquinas.
Paralelamente, el incremento de la acumulación de capital significa una mayor
producción potencial de bienes y de servicios, con efectos positivos sobre el bienestar de los
habitantes de esa economía. Sin embargo, puesto que la acumulación de capital desplaza a los
trabajadores, la consecuencia final es la reducción del número de empleados, de su poder
adquisitivo tendiendo a un empobrecimiento progresivo de la población obrera. Es decir el
avance tecnológico permite la posibilidad de producir más y mejores productos, pero a su vez
sustituye o elimina puestos de trabajo.
En los períodos de prosperidad, los precios son altos, los ingresos se elevan y la
plusvalía que reciben los capitalistas también suben. Ello implica que los beneficios son altos,
por lo que las perspectivas de los capitalistas son muy optimistas. Según Marx la acumulación
de capital se incrementa durante esos períodos a tal punto que con el tiempo la capacidad
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productiva de la economía tiende a sobrepasar la capacidad de los consumidores para adquirir
los artículos, o sea hay un poder adquisitivo inadecuado. Así se produce un desequilibrio, una
desproporción entre la oferta de bienes producidos y la demanda de los mismos generándose
una crisis, la economía produce más de los que la gente puede adquirir, sobre todo debido a
que los capitalistas pagan a los trabajadores menos de lo que vale lo que producen, hay un
excedente de producción, caen los precios del os bienes y la tasa de ganancia de los
capitalistas, deteniéndose momentáneamente la acumulación de capital
Es ese contexto se produce un proceso de concentración de empresas, desaparece esa
superabundancia de bienes mejoran los precios y se inicia un nuevo proceso de acumulación y
por ende de generación de empleos. Según Marx, al reiniciarse un nuevo ciclo, hay menos
empresas en cada rama de la industria, debido a que las empresas más débiles que no pudieron
competir desaparecieron del mercado. Esas crisis se tornan periódicas de acuerdo a Marx de
forma tal que cada vez son más profundas y graves, incrementando los desocupados y la
pobreza.
Ese empobrecimiento de los obreros asociado a la lógica capitalista de aumentar sus
beneficios (aumentando la plusvalía vía una mayor explotación), incrementaría la toma de
conciencia y solidaridad de la clase obrera de forma tal que tras un proceso de organización,
impondría un nuevo orden económico (la dictadura del proletariado) en que los medios de
producción sería propiedad del Estado, eliminado los antagonismos de las clases sociales del
sistema capitalista concebido por Marx.
La Escuela Neoclásica
Dentro de los autores de la escuela neoclásica, también denominados “marginalistas”,
podemos reconocer como uno de los exponentes más importantes al inglés Alfred Marshall
(1842-1924.) Para los neoclásicos, el funcionamiento del sistema de mercado y su papel como
asignador de recursos se tornó un tema central. La economía capitalista parecía haber cuidado
de sí misma y los sindicatos y conglomerados industriales parecían ser imperfecciones del
sistema económico. La determinación de los precios de mercado se volvió el problema
fundamental. Basan el funcionamiento del mercado en condiciones de competencia perfecta:
libre entrada y salida de oferentes y demandantes, atomicidad, transparencia y homogeneidad,
con lo cual el precio lo fija el mercado, es decir, ni las empresas ni los consumidores inciden
en el precio de los bienes.
La idea subyacente de un mercado operando en competencia perfecta es que nadie
tendría ventajas sobre otros, es decir existiría una igualdad de condiciones para todos: los
productores en decidir que producto producir, los consumidores en decidir que productos
consumir, etc.
Establecen una teoría subjetiva del valor, donde el valor de los bienes no estaría dado
por las horas de trabajo incorporado en su producción, sino que el valor depende de la utilidad
que el bien brinda al consumidor. De ahí el carácter subjetivo de la teoría, ya que el valor de
los bienes, representa una estimación y/o apreciación subjetiva o sicológica de los sujetos
respecto a los satisfactores. Se desprende nítidamente que el valor de los bienes es un
concepto con un significado diferente al de los anteriores enfoques en donde significaba algo
objetivo, era independiente de la subjetividad de los individuos, como era el caso de los
clásicos (Ricardo) y Marx en que el valor se determinaba por el trabajo incorporado en su
producción. Así en el actual enfoque se establece una medida de valor subjetivo, pues su
magnitud de valor vendrá dad por la utilidad marginal (la utilidad dada por una unidad
adicional).
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La estimación del valor subjetivo está íntimamente vinculada a la escasez. En efecto
dicha apreciación subjetiva varía al ser más o menos escaso el bien, es decir el valor atribuido
a consumir una manzana, no es el mismo al atribuido cuando se dispone de tres o de cuatro
unidades de ese bien. Cada unidad adicional (en este caso el consumo de una segunda, tercera
manzana, etc.) tiene un distinto valor unitario, y es decreciente. La utilidad que ofrece el
consumo de una nueva manzana es menor respecto a la anterior, es decir su utilidad marginal
es decreciente.
Los neoclásicos, trabajan en el ámbito de agentes representativos, cuyo
comportamiento es racional, es decir procurarán alcanzar la mayor satisfacción, el óptimo, en
función de sus posibilidades y preferencias.
Es decir que existe para los agentes una función objetivo con un enfoque racional,
sujeta a restricciones.
Para los empresarios (quienes producen los bienes y servicios) su objetivo es la
maximización de las ganancias, sujeto a restricciones: nivel de inversión, capacidad de
producción, mano de obra, técnica, insumos, etc. Para los consumidores plantean una función
de utilidad en donde el objetivo es maximizar su utilidad, según sus preferencias y sujeto a
restricciones: nivel de ingreso, precios de los bienes.
Es decir los agentes procurarán optimizar sus recursos disponibles en función de la
satisfacción de sus necesidades y sus restricciones. Con ese comportamiento, en el marco de
un mercado que opera en condiciones de competencia perfecta, los agentes se situarán en el
punto óptimo (el de máxima ganancia o satisfacción.)
En el modelo neoclásico, los agentes se situarían en el óptimo de forma tal que los
diferentes mercados (de bienes, de trabajo, de dinero), en al medida que los mismos operen
sin interferencias del Estado ni de los gremios de empresarios y trabajadores, estarían en
equilibrio, esto es la oferta se iguala a la demanda.
No se concibe pues la idea de crisis en la evolución económica, existe una confianza
plena a que el mecanismo de ajuste del mercado en la ley de oferta y la demanda, actúa
procurando el equilibrio y optimizando la posición de los agentes individualmente y de la
sociedad toda en su conjunto.
El estudio del equilibrio de todos los mercados simultáneamente fue analizado con
detenimiento por Leon Walras (1834 –1910), dando lugar al enfoque del equilibrio general.
Walras enfocó su estudio de la teoría de la determinación de los precios en un régimen de
libre y perfecta competencia, expresado en proposiciones matemáticas que le diesen a la
Economía un rango científico comparable a las ciencias físicas.
Su objetivo era probar que los resultados de la libre competencia eran beneficiosos
para todos. En su esquema, la competencia perfecta se representaba en una situación en donde
los compradores y los vendedores se reunían en una subasta pública, de forma tal que las
condiciones de cada cambio fueran públicamente anunciadas y se diera la oportunidad a los
vendedores para bajar sus precios y a los compradores para recibir sus ofertas.
El objetivo perseguido por Walras, era la formulación de un modelo en que se diera un
equilibrio de todas las actividades en forma interrelacionadas. De esa forma, formula un
modelo de ecuaciones simultáneas susceptibles de una solución matemática determinada, es
decir el modelo de equilibrio general.
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El keynesianismo
Dentro de los economistas más destacados del siglo XX, se encuentra el inglés John
Maynard Keynes (1883-1946), cuya obra principal es “Teoría General”, de 1936. Analiza la
época de mayor crisis del capitalismo hasta entonces: la gran depresión y la crisis del 29. En
ese momento, la economía mundial se encontraba en una fuerte depresión, con grandes
contingentes de subocupación de trabajadores y máquinas, lo cual significaba un fuerte
cuestionamiento a la teoría clásica. En los Estados Unidos, los ingresos reales disminuyeron
en un 40% – 50% y el desempleo alcanzó un 25%, sus sombríos impactos se extendieron a la
economía del resto del mundo. La gran depresión duró unos 10 años, parecería que la
economía no iba a recuperarse, hasta que surgió la obra de Keynes quien con sus
recomendaciones logró reactivar el sistema capitalista.
En esencia, Keynes rechazó que el estado normal de la economía fuese el pleno
empleo, y justificó la existencia de equilibrio con desempleo involuntario. Su enfoque
constituye un fuerte alegato en contra de los postulados clásicos de Smith y Ricardo: la mano
invisible, el rol del Estado como juez y gendarme, el ajuste automático de los mercados, etc.
Retoma el enfoque de demanda de Malthus (1736-1834) en contraposición al enfoque
de oferta sostenido por Smith y Ricardo. Sostiene que no se da el pleno empleo de los
mercados destacando que en el mismo existen rigideces que impiden un ajuste automático.
Establece la teoría de la demanda de dinero (preferencia por la liquidez), así como la
incorporación de una función de inversión y de consumo. La inversión productiva para
Keynes era una función inversa a la tasa de interés financiera, de ese modo, si la tasa de
interés financiera era relativamente alta, desestimularía la inversión productiva y viceversa.
Un elemento importante para Keynes referido a la inversión y la preferencia por la liquidez
eran las expectativas.
El consumo para Keynes era una función positiva del ingreso, es decir a mayor ingreso
se incrementaría el consumo y viceversa. Esa relación no sería proporcional ya que
dependería de la propensión marginal a consumir, esto es cuanto se destina al afectar el
consumo cuando varia el nivel de ingreso. Es decir que Keynes asume que no necesariamente
una variación del ingreso afectara completamente al consumo, el dinero también se ahorra, y
ese ahorro dependía del ingreso y no de la tasa de interés.
Respecto al ingreso, Keynes considera el ingreso disponible, esto es el ingreso neto
deducido los impuestos.
La recomendación de política económica era el aumento de la demanda agregada vía
el aumento del gasto público y la rebaja de impuestos, así como políticas monetarias
expansivas, para lograr el crecimiento y la estabilidad económica. Se ve de esta manera, el
importante rol que asignaba al Estado. Es decir, para reactivar la economía, Keynes propone
una fuerte intervención del Estado a través del gasto público, y monetarias de forma de
administrar la existencia de dinero de forma de activar la economía, incrementar la
producción y generar empleos.
Keynes admite la existencia de crisis económicas. La evolución económica para él es
función de la intervención del Estado incrementando la demanda efectiva, procurando así
estabilizar la economía y lograr el pleno empleo.
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Los monetaristas
Las ideas keynesianas, que fueron aplicadas desde la posguerra, pierden vigor en los
sesenta frente a las ideas monetaristas, cuyo exponente es el estadounidense Milton
Friedman (1912). También son conocidos como neoliberales. Se remiten con todo vigor a la
ley del mercado, la oferta y demanda son capaces de interactuar entre ellas y determinar los
niveles óptimos de funcionamiento. De esta manera, rechazan las políticas keynesianas,
rechazando a los instrumentos fiscales para centrar su atención en las políticas monetarias
(variaciones en la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero, importancia de la tasa de
interés, etc.) Admiten una tasa natural de desempleo que depende únicamente de factores
reales y que únicamente se puede reducir en el largo plazo.
Friedman, rechaza las relaciones keynesianas de la inversión y del consumo. En
efecto, respecto al consumo, sostiene que los individuos ajustan el mismo de acuerdo al
ingreso permanente y no el corriente o efectivo y niega que haya una relación estable entre
consumo e ingreso así como también rechaza la estabilidad de la relación ingreso – inversión.
Si admite que hay una relación estable entre la tasa de variación de la masa monetaria y las
fluctuaciones económicas y la inflación, aunque no puede determinare con exactitud puesto
que las variaciones en la cantidad de dinero, se transforman en incrementos de precios por un
lado y de producción por otro con retardos temporales.
En este modelo, no hay lugar alguno para el Estado, el mismo es por definición
perjudicial para la sociedad y el país, por lo cual debe reducirse a su mínima expresión. El
Estado despilfarra recursos, generalmente gasta más de lo que recauda, o sea incurre en déficit
presupuestarios y asigna los recursos en forma ineficiente por las presiones que recibe de los
distintos grupos sociales (productores rurales, empresarios, exportadores, grupos o partidos
políticos, trabajadores etc.).
Del punto de vista monetarista, no deben fijarse metas como la reducción de la tasa de
desempleo en el corto plazo, pues depende de factores reales que sólo es posible modificar en
el largo plazo. Las autoridades sólo deben proveer la cantidad de dinero para que la economía
crezca a una tasa constante, reducir el tamaño del sector público y reducir las regulaciones
administrativas, con ello se lograría el óptimo y se beneficiaría la sociedad en su conjunto
(aumentaría la inversión, disminuiría la desocupación, etc.).
El enfoque más ortodoxo a esta doctrina se asocia a los procesos de apertura y
liberalización comercial y financieras que se han aplicado por ejemplo en los países
latinoamericanos desde la década de los setenta. Asociado a ello los diferentes procesos de
privatización de empresas públicas implementados en el continente (y en algunos países
desarrollados como Inglaterra), que se fortalecieron particularmente desde la década de los 80
con las presidencias de Ronald Reagan en los Estados Unidos y de Margaret Thatcher en
el Reino Unido.
En el ámbito mundial, el modelo alcanzó con estos dos presidentes, sin duda uno de
los mayores respaldos políticos e ideológicos.
Sus enfoques actuales para la región Latinoamérica se sustentan en las reformas del
Estado de segunda generación: liberalizando y flexibilzando el mercado laboral, reformulado
los sistemas de seguridad social, de salud, la enseñanza pública educativo etc.
13
Los rasgos más salientes a fines del siglo XX
A fines del siglo XX, se constatan una serie de fenómenos de particular importancia e
incidencia mundial. Dentro de ellas se destaca:
•
En los noventa desaparece el bloque soviético, con lo que además del reacomodamiento
político que ello implica, se abre todo un abanico en materia de acceso a materias primas
más baratas, de movimientos de capitales y de mano de obra, cuyos consecuencias aún no
son posibles de cuantificar en toda su dimensión. Países como Ucrania, Rusia, Polonia,
etc., poseedores de significativas cantidades de materias primas, irrumpen al mercado
mundial, abaratando los precios internacionales, con un fuerte impacto en lo comercial y
en lo productivo a escala internacional. Conjuntamente, un fuerte flujo de capitales en la
modalidad de inversión extranjera directa y especulativa es destinado a varios de estos
países. Por otra parte, un significativo contingente de mano de obra calificada y no
calificada se ofrece a un mundo competitivo a valores significativamente inferiores al
mundo occidental desarrollado, disminuyendo así el pago por las remuneraciones
salariales. Así, Europa se ve “invadida” de cientos de miles de europeos pertenecientes al
bloque del este, que seducidos por un mejor nivel de salario, emigran hacia los países de
la unión europea.
•
China, paulatinamente se va convirtiendo en un poderoso polo comercial, con
vinculaciones y penetraciones en todo el globo. Basta analizar el significativo crecimiento
de la economía china de los último años, su reciente recuperación en 1997 de Hong
Kong, (un polo dinámico y financiero muy importante más allá de sus crisis) y por encima
de todo la enorme cantidad y variedad de productos chinos que se comercializan a todo el
planeta, para verificar que la penetración de China es sumamente significativa en el orden
mundial.
•
Se consolida un polo de desarrollo significativo en el sudeste asiático, con fuerte
liderazgo de Japón, que más allá de su crisis financiera actual, constituye una región de
muy fuerte incidencia internacional y de gran concentración de empresas transnacionales
como en rubros como los automóviles y electrónica.
•
Todo ello, constituye signos de la consolidación de un proceso de globalización, en donde
se van delineando varios procesos de regionalización e integración en el ámbito mundial.
En ese marco, así como hasta fines de la primera guerra mundial, la economía se regía
bajo la influencia de Inglaterra, que constituía una nación hegemónica en lo económico, en lo
comercial, en lo financiero, en lo ideológico, en lo político, militar etc., siendo luego
desplazado por los Estados Unidos de América, que se constituye particularmente luego de la
segunda guerra mundial como la nación hegemónica total, hoy a inicios del siglo XXI ello no
se constata. En efecto, en este mundo unipolar del punto de vista político, no se verifica una
nación hegemónica totalmente al estilo precedente. Si analizamos los Estados Unidos,
comprobamos que no ostenta la hegemonía total al menos en lo tecnológico y productivo, en
lo comercial, en lo ideológico, en lo financiero etc., ya que emergen agentes, regiones y
naciones, con fuerte incidencia y cuota de poder de decisión. Eso si, no parece haber dudas
acerca de la hegemonía militar de los EUA. Basta analizar su participación en los recientes
conflictos como la guerra del Golfo, y los Balcanes.
14
Una visión por diferentes regiones del mundo
En la década de los 80 y 90 en América Latina se percibiço la aplicación del modelo
neoliberal, que si bien con matices en su implementación, constituye la ideología imperante.
La búsqueda de los equilibrios macroeconómicos, el combate a la inflación y el déficit fiscal,
así como procesos de liberalización y privatizaciones de empresas públicas han dominado los
objetivos de los diferentes gobiernos. En prácticamente todos los países de la región se han
aplicado modelos económicos con tales fines, dejando en un segundo plano la búsqueda de
objetivos de contenido social que procuren un mejoramiento de las condiciones de vida de los
habitantes.
Claro está que la aplicación de este modelo no estuvo exento de heterogeneidades y
particularidades. En efecto modelos más ortodoxos se verificaron en Chile, Argentina, Perú.
México (con diferencia también entre ellos.) En Brasil, por ejemplo, se aplicó un modelo de
política económica más protegido, particularmente de su parque industrial aunque con la
implementación reciente de procesos de apertura y liberalización. Uruguay por su parte,
continuó un modelo de liberalización y apertura comercial, que fuera implantado desde la
década de los 70, pero con una participación del Estado muy significativa, que se interpone a
la libre competencia. En efecto, su presencia marca una fuerte incidencia en la estructura
productiva de costos (combustibles, energía, impuestos) y en muchos casos se verifica
reasignaciones del gasto público que no parece respetar las recomendaciones del modelo en
cuanto a la búsqueda de eficiencia y la igualdad de oportunidades, asociándose más a
satisfacer las presiones de ciertos sectores de poder.
En Europa, por su parte y también con matices, se percibe una constante que pasa por
la preservación de la Economía del Bienestar. La defensa de un muy buen nivel de la salud,
de la educación, de la seguridad social, del empleo, etc., constituye un pilar básico donde se
sustenta la sociedad europea, que por encima de modelos económicos o ideológicos
imperantes, su defensa y preservación parece no admitir discusión. Así, comprobamos como
por ejemplo en España la sucesión de la administración del gobierno socialista de Felipe
González y Zapatero a la concepción de centro derecha del gobierno de José María Aznar,
no ha variado (pese a sus diferentes concepciones) la preservación de la Economía del
Bienestar de los españoles. Un análisis similar se verifica en otros países de Europa.
En defensa de su producción, mantienen fuertes restricciones por ejemplo en materia
arancelaria, así como con la producción agrícola varios países como Alemania (principal
economía europea) y en Francia aplican una fuerte política de subsidios a su producción
procurando por un lado evitar la emigración del campo a la ciudad y por otro mantener su
producción a niveles de competitividad internacional. Es decir que esta política se enmarca en
esa preservación de la Economía del Bienestar, y que sólo la modificarán en la medida que así
lo consideren conveniente y no por las peticiones en tal sentido que algunos países
latinoamericanos realicen al respecto.
En el ámbito político, a inicios de 1999 implantaron la unión económica
profundizando el proceso de integración europea, donde desaparecieron las monedas propias
de cada país2 dando lugar al euro, y ya han comenzado a planificar la unión política (un
2
En 2001 comenzó a circular el Euro, la moneda de la Unión Europea, a pesar de que en algunos países de ésta
no se sustituyó la moneda nacional, cosa que ocurrió el 1.01.2002.
15
parlamento único de todos los países), así como la viabilidad de incorporar a su proceso de
integración a algunos de los países de Europa del este.
Si bien hoy ha perdido vigor, a fines de los años 90, tuvo relativa consistencia, el
enfoque denominado “Tercera Vía”. Sintéticamente, es una opción intermedia entre lo
colectivo y lo individual, con una sesgada defensa del bienestar de la población. Sobresale en
su fundamentación el ex ministro británico Tony Blair.3
Estados Unidos, (primer economía mundial), ha desarrollado modelos de corte
típicamente keynesiano, en los que el Estado tiene un fuerte protagonismo e intervención,
defendiendo la producción, imponiendo cupos a la importación y bajando impuestos, entre
otras medidas. Así como la modificación de la tasa de interés procurando la regulación de la
actividad económica.
Por su parte Japón (segunda economía del mundo), ha aplicado como medidas
reactivadoras, medidas de política fiscal expansiva con fuerte gasto público en inversiones y
reducciones de impuestos, asociado también a la concepción keynesiana
Podemos concluir pues, que en el ámbito internacional, no se verifica la aplicación de
una corriente de pensamiento dominante definida como hegemónica, en contraposición al
mundo de la hegemonía inglesa o la estadounidense tras la segunda guerra mundial.
Si se puede verificar distintas situaciones y realidades, con un mundo cada vez más
globalizado e interactuante y cuyas tendencias son hacia una profundización de la
internacionalización, de los procesos y actividades económicas.
Basta detenernos en los aspectos financieros, en los medios de comunicación, en el
comercio, para corroborarlo y percibir que este escenario actual constituye un dato externo
para el diseño de políticas económicas de los países en general y en particular para los
latinoamericanos. En efecto, los cambios vertiginosos producidos en los últimos años, junto a
su profunda vinculación, constituye una de las principales características del funcionamiento
del planeta. En él, la participación en la toma de decisiones acerca de su funcionamiento
parece excluir cada vez más a los estados nacionales y muy especialmente a los países
latinoamericanos (subdesarrollados) y particularmente a un país de economía pequeña como
el nuestro. De ahí que ese escenario se torne como un escenario dado de escasa o nula
posibilidad de incidir y modificar aisladamente.
3
Al respecto, éste expresó en abril de 1998: “No podemos volver a las políticas de éxito seguidas durante el
largo boom económico entre 1945 y 1973. No deberíamos aceptar el individualismo de libre mercado de la
derecha de los años ochenta”. “El gran debate en política económica no gira en torno a la macroeconomía.
Todos formamos parte de un sistema global en el que los mercados están sometidos a un duro juicio sobre
asunción de riesgos económicos. Pero es necesario un Gobierno que sea activo en educación y formación, en
lograr abrir los accesos al capital y a los mercados de trabajo, en la promoción de la competencia en los
mercados de productos y en la coordinación de la inversión en infraestructura de primera clase”. “En política
social, el reto es ofrecer seguridad en un mundo en cambio. Necesitamos medidas específicas para atajar la
exclusión social: la combinación de educación pobre, vivienda pobre, criminalidad elevada, ruptura de la
familia y mala salud, que puede separar de cuajo a comunidades enteras del conjunto de la sociedad. Todos nos
enfrentamos a este problema. Pero hay ejemplos que ofrecen esperanza: en Dinamarca, las reformas del Estado
de bienestar creadoras de una agencia activa de inclusión social han tenido resultados asombrosos. En Francia
hay un enfoque igual de impresionante del mismo problema”. “Ésta es la síntesis entre individuo y comunidad
que genera esperanzas para la creación de una sociedad cívica y moderna. Durante demasiado tiempo nos ha
paralizado la oposición entre lo individual y lo colectivo. Pueden y deben estar unidos, no siempre a través del
Estado, sino de unas redes sociales y comunitarias fuertes”. “Creo que podemos encontrar una Tercera Vía que
adopte los valores históricos de la izquierda y los ponga en práctica de una forma nueva, combinando las
dinámicas economías de mercado con la cohesión social. Es una perspectiva excitante que, creo, ofrece grandes
esperanzas a todos nuestros países, a Gran Bretaña, y a toda Europa”.
16
El marco de incertidumbre y de inestabilidad económica, que reina en el escenario
económico y político mundial, puede estar asociado a la idea que se mencionó anteriormente,
en que no se verifica una nación que emerja como totalmente hegemónica, que pueda así
dictar los lineamientos del funcionamiento del sistema comercial, productivo y muy
particularmente del sistema financiero internacional, que parece hoy por hoy funcionar con
alto grado de autonomía poco comparable con otras actividades.
Ante ese proceso de mayor internacionalización, se consolidan procesos de
regionalización e integración a modo de contrarrestar la vulnerabilidad que ese mundo
globalizado implica para los países, especialmente para los más débiles. Vemos así el
surgimiento de procesos como el Nafta, el Mercosur y la Unión Europea entre otros, así como
la discusión sobre la creación del ALCA, y otros procesos de integración, que van pautando
una fuerte tendencia en ese sentido.
Referencias Bibliográficas:
-
Ensayos sobre Economía Teórica: Cátedra de Economía I, FCE y AD
Seminarios y Material de Apoyo: Cátedra de Economía I FCEA y AD
Economía Principios y Aplicaciones: Mochón y Beker 2da ED
Economía: Samuelson/Nordhaus 13ª Edición
Economía Internacional e Integración Económica: J.Tugores Ques
Economía Enfoque América Latina 3ª Edición : Clement,Pool,Carrillo
17
ESCUELA DE ADMINISTRACION
PROGRAMA: ECONOMIA - AÑO 2008
I .- Finalidad y Objetivos:
El curso proporcionará nociones sobre el objeto del conocimiento de la Economía en
general, y en particular sobre la problemática nacional, regional e internacional, abordando
una temática cuyo objetivo sea el de brindar una base de conocimientos generales sobre la
ciencia económica, sus principales antecedentes y particularmente los debates actuales.
Por otra parte, se introducen los principales elementos descriptivos de las cuentas
nacionales como método de registro de las variables económicas del país de forma que el
estudiante se familiarice con los principales agregados económicos y de su registro, y que le
aporte conocimientos sobre elementos teóricos y prácticos enfocados al perfil del egresado de
Administrador de Empresas, fundamentalmente en lo referido en la estructura y clasificación
de costos y en el análisis de la determinación de precios internos y externos.
La temática del curso analiza la incidencia en la determinación de los precios, el
análisis de mercados, así como el análisis de costos y el nivel de competitividad de la
empresa, para su desarrollo como unidad económica dentro de un país de economía
pequeña como el nuestro.
Por último, se abordan las principales características de la economía uruguaya
particularmente desde la última década, así como sus perspectivas inserta en un mundo
internacionalizado y globalizado, y particionado en regiones, con procesos dinámicos de
integración.
2.- Programa Analítico
1ª Parte: El Objeto y Método de la Ciencia Económica
1.1 Definición y Objeto de la Teoría Económica.
1.2 Elementos referidos al método.
2ª Parte: Las principales corrientes de pensamiento
2.1 Los autores clásicos y el marxismo.
2.2 El pensamiento neoclásico y keynesiano.
2.3 Corrientes de pensamiento actuales.
3ª Parte: Introducción a la Determinación de Precios
3.1 La Oferta y la Demanda.
18
3.1.1 La demanda. Elección del consumidor. Elasticidad. Elección intertemporal y en
condiciones de incertidumbre.
3.2 La oferta. Producción y Costos.
3.3 El mercado.
3.3.1 Estructuras de mercado: Competencia Perfecta, Monopolio, Competencia.
Monopolística y Oligopolio.
3.3.2 Equilibrio del mercado competitivo y sus determinantes.
3.3.3 Monopolio.
3.4 Otras estructuras industriales. Economía de la Información.
4ª Parte: Indicadores de la Actividad económica (Cuentas Nacionales)
4.1 Elementos básicos de la descripción.
4.2 Principales Variables Económicas y sus Relaciones.
4.3 Indicadores de relacionamiento Exterior (Saldo Balanza Comercial, Saldo de Cuenta
Corriente, Saldo Balanza de Pagos).
4.4 Indicadores Económicos y Socio-Económicos.
5ª Parte: Políticas Macroeconómicas
5.1 Instrumentos de Política Fiscal.
5.1.1 Presupuesto Público: Gasto Público e Impuestos.
5.2 Instrumentos de Política Monetaria.
5.2.1 Oferta y Demanda de Dinero, Tipo de Cambio.
5.3 Instrumentos de Política Comercial.
5.3.1 Aranceles, Ventajas Comparativas y Competitivas.
5.4 La Inflación y el Desempleo.
6ª Parte: Globalización e Integración
6.1
6.2
6.3
6.4
6.5
Internacionalización y Globalización.
La Integración en América Latina antecedentes.
Indicadores económicos de América Latina.
El Uruguay y el Mercosur.
Indicadores económicos de Uruguay.
7ª Parte: La economía uruguaya: fin del siglo XX e inicio del siglo XXI
7.1
7.2
7.3
7.4
7.5
7.6
Estructura del PBI, principales sectores productivos.
Comercio exterior y la competitividad.
La actividad económica y la ocupación.
La estabilidad macroeconómica, sus instrumentos fiscales y monetarios.
El Uruguay y las crisis financieras internacionales.
El Uruguay en el siglo XXI: Perspectivas de la economía uruguaya en un marco
regional y globalizado.
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3.- Bibliografía básica del Curso
Partes 1 , 2, 4 y 6:
Parte 6:
Parte 7:
Ficha Bibliográfica - Cátedra
Economía Principios y Aplicaciones – Mochón y Beker, 2ª Edición
Mc Graw-Hill, 1997
Economía para No Economistas - Departamento de Economía,
Facultad de Ciencias Sociales
- Panorama de Inserción Internacional de A. Latina y el Caribe – Cepal, 1996
- El Mercosur después de Bs. As.
- Documento de reflexión N° 21 Inst., Cuesta Duarte Juan Manuel Rodríguez
1994
- La Economía Uruguaya a fin del Milenio - José Rocca
- Publicaciones BCU, INE y de prensa
- Material de Cátedra
4.- Bibliografía Complementaria
- Microeconomía y Conducta - Robert H. Frank
- Análisis del Entorno Económico de los Negocios - Serie Mc Graw-Hill, José Ma.
O´Kean
- Macroeconomía en la Economía Global - Sach Larrain
- América Latina frente a la Globalización - Serie Desarrollo Productivo N° 23 Cepal M. Mortimore, 1995
Ec. Gustavo Dutra
Encargado de curso de Economía de la EDA
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21
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