TESIS DOCTORAL El itinerario intelectual y político de Luigi Ferrajoli

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UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID
TESIS DOCTORAL
El itinerario intelectual y político
de Luigi Ferrajoli
Autor:
José Roberto Ruiz Saldaña
Director:
José María Sauca Cano
INSTITUTO DE DERECHOS HUMANOS “BARTOLOMÉ DE LAS CASAS”
Getafe, octubre 2011
TESIS DOCTORAL
EL ITINERARIO INTELECTUAL Y POLÍTICO DE
LUIGI FERRAJOLI
Autor:
José Roberto Ruiz Saldaña
Director:
José María Sauca Cano
Firma del Tribunal Calificador:
Firma
Presidente:
Vocal:
Vocal:
Vocal:
Secretario:
Calificación:
Getafe,
de
de 2011
2
La idea de los derechos no es otra cosa que la idea
de la virtud introducida en el mundo político.
El genio de los pueblos democráticos no se manifiesta
sólo en el gran número de palabras nuevas que ponen
en uso, sino también en la naturaleza de ideas que
estas mismas palabras representan.
... el medio más poderoso, y quizá el único que nos queda,
para interesar a los hombres en la suerte de su patria,
es el de hacerles participar en su gobierno.
Alexis de Tocqueville
3
CONTENIDO
Introducción
5
Capítulo I
Formación y evolución en el
pensamiento político de Ferrajoli
1.1 FERRAJOLI, heredero de la cultura antifascista
1.2 Una caracterización de la Italia del segundo dopoguerra
1.3 FERRAJOLI y la formación analítica y positivista del derecho
1.4 Las consideraciones sobre y desde el marxismo
21
42
66
84
Capítulo II
Garantismo y rol político de
Ferrajoli en la política italiana
2.1 El rol político desde Magistratura democratica y la nuova sinistra
2.2 I difficili anni ´70: leyes de emergencia y génesis del garantismo
2.3 La propuesta garantista
2.4 La crítica a la mala política italiana
109
150
202
226
Capítulo III
Constitucionalismo mundial y
democracia constitucional
3.1 La crítica al presente desorden global
294
3.2 Los derechos fundamentales como criterios de legitimación del
poder y como contrapoderes
325
3.3 El Estado constitucional de derecho
342
3.4 La democracia
360
Conclusiones
382
Bibliografía
386
Índice general
438
4
INTRODUCCIÓN
Creo que la extrema centralización
del poder político, acaba por debilitar
a la sociedad y al gobierno mismo.
Alexis de Tocqueville
U
berto SCARPELLI decía que, teniendo un antiguo hábito de tratar
con los escritos de Luigi FERRAJOLI, se había formado una
imagen de él como dividido entre inclinaciones divergentes. “Por una parte, un
Ferrajoli político, militante en la
marxista del
<<reproponer
<<poder
<<nueva
izquierda>>, empeñado en un análisis
tardo burgués>> y del
<<capitalismo
maduro>>, destinado a
una prospectiva de resistencia revolucionaria>>. Por otra parte, un
Ferrajoli académico, paciente constructor de una rigorísima teoría axiomatizada
del derecho”.1
El objeto de la presente tesis es esa imagen del FERRAJOLI político y
académico.2 Más particularmente, el objeto de este trabajo -como su nombre lo
indica- es reconstruir el largo itinerario intelectual y político del autor italiano lo
más completamente posible.
Esta tarea se considera de utilidad porque, con ello, se pone al alcance
de la
comunidad
de
lengua española la producción intelectual de
FERRAJOLI -teórica y política- con una pretensión de completud hasta ahora
no vista.
1
Uberto SCARPELLI, Giudice e imputato tra legge e prassi, “Il Sole-24 Ore”, domenica 7 enero
1990. Y continuaba diciendo SCARPELLI que Derecho y razón. Teoría del garantismo penal
del autor en estudio, VV.TT., Trotta, colección Estructuras y Procesos, Serie Derecho, 6ª
edición, Madrid, 2004, “cumple el milagro de fundir las dos almas en una única alma, y esta es
una alma liberal”. Consultado en recurso electrónico. La traducción -como todas las que se
hacen- es de quien escribe la presente tesis. Por su frecuente referencia a lo largo de este
trabajo, tal obra se referirá como Derecho y razón.
2
La paciencia del FERRAJOLI académico-constructor dio sus resultados con la publicación en
Italia, en 2007, de su rigorísima teoría axiomatizada del derecho. Véase Luigi FERRAJOLI,
Principia iuris. Teoria del diritto e della democrazia, Laterza, Storia e società, Roma-Bari, 2007,
compuesto de 3 volumenes: I. Teoria del diritto, II. Teoria della democrazia y III. La sintassi del
diritto, esta última en disco compacto. Sobre la presentación de la obra en Roma, Italia, el 15
de febrero de 2008 con la participación de Rossana ROSSANDA, Stefano RODOTÀ, Eligio
RESTA y Mauro PALMA véase Roberto CICCARELLI, Il diritto (e il rovescio) della nostra
democrazia,
reseña
consultable
en:
http://www.ilmanifesto.it/ricerca/ric_view.php3?page=/Quotidiano-archivio/17-Febbraio2008/art26.html&word=ferrajoli. Consuta realizada el día siguiente. Por su frecuente referencia
también a lo largo de este trabajo, tal obra se referirá como Principia iuris.
5
Considero que el presente trabajo generará un interés especial para un
universo muy particular de esa comunidad de lengua española, el mundo
académico y jurídico seguidor del filósofo del derecho italiano, en virtud de que
permite adentrarse en las diversas estaciones de él.
En América Latina, por ejemplo, FERRAJOLI es conocido en sectores
del poder judicial básicamente por Derecho y razón, pero se desconoce el
sustrato histórico que hizo posible esa obra. O bien, generalmente se sabe que
en los años setenta sostuvo posturas marxistas pero se desconocen la
naturaleza y alcance de estas.
La presente tesis -a presentarse en el marco del Doctorado en Estudios
Avanzados en Derechos Humanos por la Universidad Carlos III de Madrid a fin
de obtener el correspondiente grado-, en suma, es una propuesta académica
de reconstrucción de temas e intereses del autor en estudio a fin de formarse
una imagen más completa de él y su contexto.
Ciertamente, este trabajo será también de provecho para ese sector de
la cultura jurídica y política progresista, ávido de un testimonio de vida de su
maestro o guía, por ser un insumo para ese proceso de culturalización jurídica
y política que él promueve.3
El tratamiento de las fuentes en la reconstrucción del itinerario estuvo
determinado por el amplísimo volumen de la producción intelectual del autor en
estudio y por el desconocimiento de su contexto.
3
En entrevista realizada a Luigi FERRAJOLI por quien esto escribe el 01 de abril de 2009, se le
preguntó si tomar en serio Principa iuris acaso no implicaba una tarea social demasiado
relevante para el jurista, al grado de poder llegar a hacerlo el próximo “sujeto histórico”. El autor
respondió: “No, diría que no. Ciertamente el derecho es el lenguaje en el cual pensamos los
problemas y sus soluciones. En consecuencia llega a ser cada vez más un instrumento de la
política, un instrumento de la transformación social. Creo que bajo este aspecto sería preciso
sobre todo romper aquella impermeabilidad -hecha de esoterismos y tecnicismos- que separa
la cultura jurídica de la cultura política. La cultura jurídica debería entrar a hacer parte de la
cultura política y viceversa. Hoy, en cambio, existe un analfabetismo filosófico-político de los
juristas, y también sobre todo un analfabetismo jurídico, institucional, de muchos políticos, de
muchos actores de la política. En este sentido, nuestros trabajos deberían servir a -digamosculturalizar, a crear un sentido común en torno al derecho y, sobre todo, del nexo entre derecho
y garantía, el nexo entre derecho y democracia, el nexo entre derecho y garantía de los
derechos fundamentales.” Para breves consideraciones del autor en estudio sobre la figura del
abogado véase Luigi FERRAJOLI, “Comento” a “Avvocatura ed etica giuridica” de Massimo LA
TORRE y “Analisi sociológica e avvocatura: modelli e trasformazioni in atto” de Stefania
PELLEGRINI, contenido en Gianfrancesco ZANETTI (coord.), Elementi di etica pratica.
Argomenti normativi e spazi del diritto, Carocci editore, Biblioteca di testi e studi/223 Filosofia,
Roma, 2003, pp. 142-146.
6
Por ello, previo a la estadía de investigación en Italia, se estudiaron las
fuentes bibliográficas en lengua española de FERRAJOLI y realicé una
aproximación histórica de ese país a partir de la instauración del régimen
fascista.
Una vez hecho el arribo a Italia, el modo de proceder fue la consulta
hemerográfica. Es decir, el criterio seguido con el tratamiento de las fuentes no
fue temático ni por autor, sino que emprendí la revisión exhaustiva de un
universo amplio de revistas donde escribió o intuía que había podido escribir el
autor en estudio, revisión que me iba proveyendo indistintamente de material
del propio FERRAJOLI, de su contextualización o bien de los problemas
teóricos por él y su círculo de pensamiento tratados.
Este trabajo hemerográfico fue reforzado por la consulta bibliográfica
que iban exigiendo la comprensión de temas particulares o el acudir a fuentes
clásicas o de referencia obligada.
Una mención especial dentro del trabajo hemerográfico se debe de
hacer con la consulta del periódico il manifesto. Sabedor que FERRAJOLI ha
sido colaborador del mismo, realicé una revisión de éste desde su aparición en
1971. Alrededor de más de 10 mil ejemplares. Este ejercicio ayudó, me parece,
a poder ubicar con más precisión el contexto en el cual aparecían sus
participaciones periodísticas y a profundizar en sus intereses políticos.
Otras consultas bibliográficas estuvieron determinadas a partir de las
orientaciones que me ofreció el mismo FERRAJOLI en la entrevista que le hice
el 1 de abril de 2009, como por ejemplo, los escritos de VITTORIO FOA, de
quien me confesó, en esa ocasión, influencia política.
Evidentemente, y como sostuve, a fin de contextualizar al autor en
estudio emprendí una lectura de la historia de Italia desde el fascismo. Era
claro que un conocimiento del régimen en el que le tocó nacer era
imprescindible en la investigación.
Ahora bien, la metodología empleada en la presente tesis es
neomarxista, lo que significa que la orientación epistemológica en la
investigación atendió, en cuanto relevante, a la categoría de la conflictividad
7
social y política -en sus relaciones con el “código
<<propiedad-dinero-
4
economía>>”- cuando se abordó al autor, sus épocas y sus obras.
En efecto, el procedimiento seguido para la reconstrucción del itinerario
intelectual y político de FERRAJOLI consistió preponderantemente en detectar
y agrupar las distintas luchas por los derechos y por el derecho en que ha
participado.
Como la amplitud de las consultas blibliográficas y hemerográficas
determinó la investigación, será entendible que el modo de ir agrupando esos
distintos episodios de batallas políticas y controversias teóricas no siguió un
plan predeterminado. Las distintas piezas del rompecabezas, por decirlo así,
iban poniéndose sobre la mesa, y eventualmente uniéndose, conforme se iban
obteniendo.
Adicionalmente, me parece que la propia realidad política italiana del
largo periodo que se trató, llevó naturalmente a la metodología utilizada. Italia
es por excelencia un país de conflictividad social y política. No es gratuito que
el ´68 en Italia fue el de más larga duración en Occidente.
En este sentido, la pregunta que me he formulado en la presente
investigación es la siguiente: ¿cuáles son las circunstancias sociales y políticas
que primordialmente determinan el pensamiento y la praxis en el itinerario
intelectual y político de Luigi FERRAJOLI?
La tesis que se sostiene es que las circunstancias sociales y políticas
que primordialmente determinan el pensamiento y la praxis en el itinerario
intelectual y político del autor en estudio son: a) la cultura antifascista del
4
La expresión es tomada de Danilo ZOLO, A proposito di crisi del modello marxista e di <<nuovi
paradigmi>>. Risposta ad Alberto Melucci, “Quaderni piacentini”, n. 1, 1981, pp. 117, quien
argumentaba, en respuesta al escrito de MELUCCI -véase Alberto MELUCCI, Democrazia
autoritaria, rappresentanza e conflitti nel capitalismo maturo, “Quaderni piacentini”, nn. 72 y 73,
ottobre, 1979, pp. 19-33- a favor de la “plena legitimación epistemológica” de la metodología
neomarxista en cuanto <<programa de investigación>>; esto es, por su mayor fecundidad
científica a diferencia de la aproximación funcionalista de tipo parsoniano o luhmanniano “que
concibe la integración de los subsistemas primarios como interdependientes entre estructuras
autónomas y que no atribuye” -precisamente a la dimensión <<propiedad-dinero-economía>>“alguna relevancia explicativa de carácter general”. Danilo ZOLO, A proposito di... op. cit. pp.
117-118. En este sentido, neomarxista es la aproximación no por ser una Weltanschauung cargada de dogmas- sino en cuanto privilegia l´homme situé: al FERRAJOLI político y su obra
(no sólo) política en contextos sociales y políticos concretos.
8
segundo dopoguerra en Italia; b) el periodo de contestación del ´68 y post
´68 en Italia y, c) el presente desorden global.5
Para justificar esta tesis se encontrarán tres capítulos, cada uno ofrece
las consideraciones suficientes para soportar los anteriores incisos.
El Capítulo I, si bien intitulado “Formación y evolución en el pensamiento
político de FERRAJOLI”, está dedicado a demostrar cómo la cultura antifascista
de la Italia salida de ese régimen dictatorial determinó en gran parte dicha
formación.
En el apartado 1.1 se evidencian no sólo pasajes en los cuales
FERRAJOLI se reclama perteneciente a esa cultura, sino que se destacan las
figuras antifascistas que han ejercido en él una gran influencia.
Como en todo momento se ha tenido que contextualizar en la presente
tesis, estimé necesario ofrecer casi al principio (en el apartado 1.2), una
caracterización de la Italia del segundo dopoguerra.
Así, por ejemplo, gracias a ese excurso histórico es posible comprender
más adelante que la inscripción de FERRAJOLI en la cultura antifascista del
dopoguerra significó, entre otras cosas, la denuncia de la no actuación de la
Constitución italiana de 1948 con motivo de la hegemonía de la Democracia
Cristiana (DC) desplegada por más de 30 años en ese país. La idea de la
continuidad del Estado en alternativa a aquella de su refundación constitucional
“prevalece, antes que a nivel teórico, sobre el plano político e institucional”.6
5
Se sostiene marginalmente que, no obstante esas distintas etapas, en FERRAJOLI hay una
continuidad ideológica. Adicionalmente, se destaca que en el presente trabajo, de ninguna
forma se ha pretendido sostener que tales etapas son perfectamente delimitables en el tiempo
y en el espacio. La reconstrucción que se ha propuesto es una -seguramente- entre varias
posibles.
Si bien se ha buscado respetar un orden cronológico en la exposición y, con ello, se puede
generar la impresión de que las etapas del itinerario del autor bajo estudio se abren y se
cierran, lo cierto es que hay una incesante intersección de líneas de tiempo en dicho itinerario
que impediría señalar en qué momento preciso o momentos precisos se abrieron y cerraron
aquellas.
6
Luigi FERRAJOLI, “Scienze giuridiche”, en Corrado STAJANO (coord.), La cultura italiana del
Novecento, Editori Laterza, Enciclopedia del Sapere, Roma-Bari, 1996, p. 586. Con la victoria
de la Democracia cristiana en 1948 la Constitución perdió, “desde el inicio, actualidad”. La
continuidad del Estado fue asegurada no sólo “por la restauración casi integral de las viejas
estructuras: por la confirmación de todo el viejo personal administrativo y judicial, por el
mantenimiento de los viejos aparatos burocráticos, por la conservación del entero sistema
legislativo heredado por el fascismo” sino también por “la naturaleza del nuevo Estado social y
asistencial edificado en los años de la República” que fue “el resultado del desarrollo del viejo
Estado corporativo llegado, sin alguna proyección reformista, enteramente ajeno al cuadro
constitucional, a través de la simple ampliación de los espacios de la discrecionalidad política y
burocrática”. Ibidem. También publicado -en versión revisada y ampliada- en Luigi FERRAJOLI,
9
Ese grado de continuidad entre régimen fascista y Estado post-fascista
fue
una
realidad
histórico-social
de
fundamental
importancia
en
la
determinación del pensamiento filosófico-político de nuestro autor. Muy
presente en él está la necesidad de un gobierno de las leyes, no de los
hombres, la limitación de los poderes, con independencia de su “presentación
formal” y un escepticismo en el gobierno intrínsecamente bueno.
La negación del fascismo al término del régimen es de tal relevancia
que, incluso, las corrientes analíticas y positivistas del derecho que se
comenzaron a cultivar en Italia en aquél entonces, deben ser vistas como parte
de esa negación, como una búsqueda de nuevos horizontes culturales.
La opción analítica y positivista del derecho, no sólo para nuestro autor
en estudio, en suma, debe reconocerse condicionada por las circunstancias
sociales y políticas en el segundo dopoguerra.
Es así que en el apartado 1.3 recreo los aspectos más relevantes de la
formación analítica y positivista de FERRAJOLI, no sólo haciendo explícitos los
contenidos adoptados en sede de teoría del derecho y resaltando el
instrumental analítico adquirido en esos años de formación sino el valor de esa
opción metodológica.
Para FERRAJOLI, en realidad, haber emprendido una tarea de
clarificación del lenguaje de la teoría del derecho no sólo fue -o no sólo debería
verse como- un ejercicio a fin de develar el esoterismo de las construcciones
doctrinarias, combatir la inercia acrítica de la ciencia jurídica y su función
conservadora en favor del derecho positivo, sino -me parece- como una
proyección -en sede académica- de una batalla político-cultural en la que
estuvo (o estaría aún) inmerso en Italia.
Igualmente puede decirse de los marxismos que proliferaron en la
segunda mitad del siglo pasado en Italia. La afirmación de éstos era explícita o
implícitamente una negación del fascismo. De ahí que en el apartado 1.4 se
encontrarán, al articular las consideraciones sobre y desde el marxismo de
FERRAJOLI a su paso, sui generis, por la hegemonía marxista de los años
setenta en Italia, críticas antifascistas con rasgos procedentes de esas
categorías.
La cultura giuridica nell´Italia del Novecento, Editori Laterza, Universale Laterza 788, RomaBari, 1999.
10
Particularmente, las consideraciones de FERRAJOLI sobre el marxismo
tuvieron que ver con el desprograma político de los nuevos comunistas
italianos y con el desprograma teórico de los marxistas ortodoxos; las
consideraciones desde el marxismo, por otra parte, fueron en él -a decir
verdad- algunos breves pronunciamientos de diverso tipo: algunas críticas a la
ideología católico-burguesa, a la democracia representativa, o con motivo de
ciertas ideas subyacentes a una reforma penal y carcelaria o del rol social y
político del juez.
La segunda gran circunstancia social y política que mayormente
determina el pensamiento y la praxis en el itinerario intelectual y político del
autor en estudio fue, como se sostuvo, el periodo de contestación del ´68 y post
´68 en Italia. A demostrarlo me dedico en el Capítulo II, “Garantismo y rol
político de Ferrajoli en la política italiana”.
El apartado 2.1, “El rol político desde Magistratura democratica y la
nuova sinistra”, me parece que por sí mismo soporta la subtesis anterior. A esa
ola de contestaciones en Italia corresponde un FERRAJOLI desempeñando
una función propiamente política: en primer término, su batalla por la legalidad
y la constitucionalidad, por la división de poderes y su no concentración en el
poder judicial italiano, primordialmente en los años sesenta y setenta; en suma,
por la reivindicación del derecho y los derechos en el tiempo que fue juez y a
su paso por la asociación de jueces aún existente: Magistratura democratica.7
En ese mismo apartado 2.1, y muy a la par del rol político desde el poder
judicial, está su participación político-partidista desde la nuova sinistra italiana.
La labor partidista del autor italiano, esto es, su paso por el Partito di unità
proletaria per il comunismo y Democrazia proletaria, es claro ejemplo de su
7
De este periodo resultarán de interés, dentro de un extenso número de escritos, como se
podrá apreciar, siempre de Luigi FERRAJOLI: Referendum sui reati politici di opinione, “Quale
giustizia”, nn. 5-6, settembre-dicembre, 1970, pp. 5-6; Orientamenti della magistratura in ordine
alla funzione politica del giudice interprete. Magistratura Democratica e l´esercizio alternativo
della funzione giudiziaria, “Quale giustizia”, nn. 17 y 18, settembre-dicembre, 1972, Bologna,
pp. 558-567; L´assetto instituzionale e il ruolo della magistratura nel sistema politico italiano,
“Quale giustizia”, nn. 21-22, maggio-agosto, 1973, pp. 502-515; Per una riforma democratica
dell´ordinamento giudiziario, “Problemi del socialismo”, n. 18, novembre-dicembre, 1973, pp.
801-818; Dal regolamento fascista Rocco al nuovo progetto di riforma carceraria, “Problemi del
socialismo”, nn. 21 y 22, maggio-agosto, 1974, pp. 420-439. Asimismo, Luigi FERRAJOLI,
Vincenzo ACCATTATIS y Salvatore SENESE, Per una Magistratura Democratica, “Problemi del
socialismo”, nn. 13 y 14, gennaio-aprile, 1973, pp. 149-182.
11
interés por participar en esos momentos de agitación social e impulso colectivo
de transformación.
En este apartado se encuentran sus participaciones en las discusiones
sobre el rumbo, los acontecimientos y las coyunturas de las organizaciones
políticas en las que participó; así como las ocasiones y las circunstancias en
que Luigi FERRAJOLI fue candidato en distintas elecciones por sus partidos
así como dirigente partidista.
Estrechamente relacionado con el contexto social y político del que se
viene hablando, se encuentra el periodo que representó el terrorismo y el
desmantelamiento del ya de por sí endeble Estado liberal mediante una
legislación excepcional y de emergencia creada para hacer frente a aquél.
Así, en el apartado 2.2, “I difficili anni ´70: leyes de emergencia y génesis
del garantismo”, me ocupo en revelar no sólo las características del fenómeno
conflictual sino, ante todo, las críticas jurídico-políticas y la pre-teorización
garantista del autor italiano en estudio.
En efecto, el garantismo “nació -en la cultura italiana de izquierda de la
segunda mitad de los años setenta- sobre el terreno del derecho penal, como
réplica teórica a la legislación y a la jurisdicción de la emergencia que en los
últimos veinte años redujeron de distintas maneras el ya débil sistema de las
garantías del correcto proceso”.8
Ciertamente, la ola de protestas de los grupos extraparlamentarios es
distinta del fenómeno terrorista en el periodo post ´68, pero temporalmente
comparten la escena y en algún sentido tienen relación, por lo cual en este
apartado, ocuparse de las leyes de emergencia y de la génesis del garantismo
en FERRAJOLI no es mas que afirmar la determinación de aquellas
circunstancias sociales y políticas en él.
Lo mismo aplica para la obra que -quizá- marca un hito para la cultura
jurídica y política, por lo menos italiana: Derecho y razón. Teoría del garantismo
penal.9 La propuesta teórica y filosófica que ofreció FERRAJOLI es una
8
Luigi FERRAJOLI, “Garantismo”, en Luciano VIOLANTE, Dizionario delle istituzioni e dei diritti
del cittadino, Editori Riuniti. Il caso italiano, Roma, 1996, pp. 129-131.
9
Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón3, op. cit.
12
respuesta a “la caída” de las garantías durante la emergencia que, me parece,
debe ser vista como un producto no sólo de un autor sino de una época.10
De este modo, el apartado 2.3 está dedicado a analizar en sede de
filosofía política esa obra, destacando los elementos más sobresalientes que
constituyen esa -ciertamente importante- estación intelectual en el itinerario de
nuestro autor.
Al término del Capítulo II se encuentra el apartado 2.4 dedicado a la
crítica de (la así llamada) mala política italiana. Aparentemente alejada en el
tiempo, se sostiene que tal crítica tiene una reminiscencia inevitablemente a
ese periodo de contestación y de participación política en nuestro autor post
´68.
Esto no significa, por supuesto, que el objeto de la crítica siga siendo el
mismo en esas distintas épocas. Significa que en FERRAJOLI, al momento de
emprender la crítica a la mala política italiana de los años ochenta en adelante
se hace presente en gran medida una comparación o remisión a lo que
constituía la buena política de aquél periodo post ´68.
Al parecer, la movilización social, la no delegación, la defensa de la
Constitución y de la legalidad republicana, la crítica al centro-izquierda por su
sumisión a la derecha y la crítica por la disgregación de la izquierda son en el
autor en estudio constantes de una política un día realizada y lamentablemente
no retornada.
Para FERRAJOLI, la democracia en Italia presencia una degeneración la
cual está ligada “a la pérdida de proyección y representatividad de los partidos
y a su creciente separación de la sociedad” así como “al desarrollo de una
ilegalidad estructural, manifestada en el crecimiento, dentro de la fachada legal
de las instituciones representativas, de un doble estado clandestino, dotado de
propios códigos y tributos, organizado en centros de poder ocultos y paralelos,
destinados a la apropiación de la cosa pública”, a todo lo cual hay que añadir
“un lento proceso de disolución de la legalidad constitucional”.11
10
Se recuerda precisamente que la Parte IV de esa obra, “Fenomenología. La falta de
efectividad de las garantías en el derecho penal italiano”, comprende tres capítulos: “10. El
subsistema penal ordinario”, “11. El subsistema penal de policía” y “12. El subsistema penal de
excepción”, los cuales son testimonio de la época a la que responde Derecho y razón.
11
Luigi FERRAJOLI, “Scienze giuridiche”, en Corrado STAJANO (coord.), La cultura italiana...
op. cit., p. 594.
13
En el apartado al que se hace referencia se encontrará: una crítica a la
“sed de iliberalismo” (la renuencia a salir de la emergencia) y al poder ejecutivo
en turno por su intrínseca vocación por la concentración del poder; polémicas
por proyectos de leyes -generalmente aprobados- iliberales o antisociales;
invitaciones a la movilización y expresiones de apoyo a efecto de contrarrestar
la mala política italiana así como la crítica a lo que denomina la “confusión de
intereses públicos y privados” con el arribo y permanencia en el poder de Silvio
BERLUSCONI y sus aliados.
La tercera circunstancia social y política que mayormente determina el
pensamiento y la praxis en el itinerario intelectual y político del autor en estudio
es, como se sostuvo, el presente desorden global. El Capítulo III,
“Constitucionalismo mundial y democracia constitucional”, está dedicado a
demostrar esa subtesis.
Este Capítulo nos presenta al FERRAJOLI contemporáneo y, quizá, al
más teórico, por lo menos así lo reflejaría, en un primer momento, Principia
iuris.
El apartado 3.1, “La crítica al presente desorden global”, en algún
sentido propedéutico de los tres siguientes, también sería prácticamente
suficiente para sustentar la correspondiente porción de la tesis sostenida en
esta investigación.
En efecto, aquí se encuentra otro importante y reciente ejercicio de
militancia por el derecho y los derechos en el autor italiano: la crítica al vacío de
poder político frente a los poderes (salvajes) económicos transnacionales, las
denuncias a las relativamente recientes guerras (en el Golfo Pérsico, en la ex
Yugoslavia y en Afganistán), el llamado de atención por la falta de democracia
en las instituciones internacionales y por la creciente desigualdad entre la
población mundial.12
En este apartado la constante, se revela con claridad, es la
preocupación de FERRAJOLI por la falta de instituciones de garantía para
limitar y vincular a nivel planetario a los poderes públicos y privados.13 Al
12
Una buena compilación de escritos de FERRAJOLI con estos intereses lo constituye:
Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas del pacifismo, Trotta, colección
Estructuras y Procesos. Serie Derecho, Madrid, 2004.
13
Es cierto que en FERRAJOLI no hay un acercamiento teórico o filosófico exclusivo en torno
al poder. Sin embargo, sí se contienen ciertas tesis en su obra suficientemente claras y
14
desorden global, o a ese vacío de poder -sostiene-, hay que anteponerle, en
consecuencia, la construcción de la esfera pública mundial, la cual proyecta
precisamente en Principia iuris.14
La estación que representa esta obra en el extenso itinerario de
FERRAJOLI es, como se dijo, el objeto de estudio en el resto de la tesis.
Principia iuris es la respuesta ferrajoliana al desafío que significa construir
sugerentes que, me parece, permiten generar un concepto y ser funcional en su propuesta
teórica y filosófica. Diría, incluso, que hay una tesis central sobre el poder: “... afirmo que lo que
es en sí mismo un mal es el poder, en la medida en que sea poder sin reglas, esto es, poder
que carece de los límites y los vínculos que el derecho, precisamente, le impone”. Luigi
FERRAJOLI, Garantismo. Una discusión sobre derecho y democracia, trad. Andrea Greppi,
Trotta, colección Estructuras y Procesos, Serie Derecho, Madrid, 2006, p. 37. Otra de sus tesis
relevante, como se podrá apreciar más adelante, es que la sociedad civil y el mercado no son
“el reino de las libertades y las autonomías”, es decir, no sólo “el Estado y la política serían el
lugar del poder” sino también aquellas. Luigi FERRAJOLI, “Contra los poderes salvajes del
mercado. A favor de un constitucionalismo de derecho privado”, contenido en Miguel
CARBONELL Sánchez (editor), Luigi Ferrajoli. Democracia y garantismo, VV.TT., Trotta,
colección Estructuras y Procesos, Serie Derecho, Madrid, 2008, p. 294. Ahora bien, una
tipología de las formas degeneradas de poder la ofrece el autor italiano en Garantismo e poteri
selvaggi, “Teoria politica”, n. 3, 1998, pp. 11-24, texto modificado del presentado como
ponencia en el Congreso “I poteri tra istituzioni e società civile”, llevado a cabo en Palermo,
Italia, los días 5 al 7 de junio de 1997, escrito donde destaca la existencia de los poderes
salvajes ilegales, los poderes salvajes extra-legales, los poderes salvajes privados y los
poderes salvajes públicos, a partir de los cuales hace las siguientes cuatro combinaciones (pp.
13 y ss.): Poderes privados ilegales, que serían la mafia, las organizaciones criminales, el
terrorismo, ya sea a nivel nacional que transnacional. Poderes públicos ilegales, aquellos
dentro del Estado como los servicios secretos, las logias masónicas, las élites armadas, los
grupos conformados por políticos-empresarios, todos los cuales se apoyan en la opacidad y
han creado “un verdadero infra-Estado o doble Estado clandestino y paralelo”. Poderes
públicos extra-legales, que se manifiestan en las relaciones interestatales (apunta quien esto
escribe, por ejemplo, la OTAN o la Organización Mundial del Comercio) pero también en los
ordenamientos internos, producto del desarrollo de los aparatos burocráticos que, en el marco
de la crisis del Estado social, proliferan sin “adecuados mecanismos de control y de
responsabilidad política y administrativa”. Finalmente los poderes privados extra-legales, que
serían todos aquellos macropoderes económicos que, en ausencia de límites y de controles
legales, tienden a desarrollarse con dinámica propia, arrollando las garantías de los derechos
de los trabajadores.
Sobre la noción de poder véase Frederick FREY W., Dimensioni del potere, “Rivista Italiana di
Scienza Politica”, n. 3, dicembre, 1972, pp. 443-481; Felix E. OPPENHEIM, Il concetto di potere
rivisitato, “Rivista Italiana di Scienza Politica”, n. 1, aprile, 1978, pp. 57-75; Steven LUKES, El
poder. Un enfoque radical, trad. Jorge Deike, Siglo XXI Editores, España, 1985; Hans KELSEN
Esencia y valor de la democracia, trad. Rafael Luengo Tapia y Luis Legaz Lacambra, Comares
S.L., colección Crítica del Derecho, Sección Arte del Derecho, Granada, 2002, pp. 106 y ss.
14
Hago mención que Principa iuris me ha generado una serie de inquietudes teóricas en
relación a temas económicos: a) ¿es posible una teoría económica con una impronta
semajante a esa obra? b) si la tesis que parece recorrer Principa iuris es que el derecho
controle y vincule la economía ¿en qué medida ésta lo puede estar? ¿qué tiene que responder
la teoría económica a una pretensión así de exigente de la política del derecho? c) ¿cómo se
puede concretar la propuesta ferrajoliana de limitación de los poderes privados en el rediseño
del orden económico internacional que se necesita hoy más que nunca? “No podemos de
hecho ignorar que las amenazas más graves a la democracia constitucional provienen hoy de
dos potentes ideologías de legitimación del poder: la idea de la omnipotencia de las mayorías
políticas y la idea de la libertad de mercado como nueva Grundnorm del actual orden
globalizado”. Luigi FERRAJOLI, Principa iuris3, vol. II, op. cit., p. 72.
15
aquel constitucionalismo mundial, desafío que -le parece al autor italiano“genera una específica responsabilidad civil e intelectual para la cultura jurídica
y politológica, que no puede seguir en la resignada y desencantada
contemplación de lo existente, como si el derecho y la política fueran
fenómenos naturales”.15
Ciertamente, aquella obra puede ser abordada desde distintos planos.
En el que se revisó fue el normativo, es decir, se buscó bosquejar el modelo
prescriptivo de convivencia en el que, me parece, viene abogando FERRAJOLI
y que constituye una respuesta a las presentes circunstancias sociales y
políticas mundiales.
En otros términos, en Principia iuris se atendió el “proyecto político”,
ciertamente unido a una operación conceptual, que se percibe en la “teoría
unitaria y completa” en la que “derecho y democracia son dos dimensiones”
complementarias.16 Se atendió al “modelo normativo de convivencia civil” que
bien podría llevar el subtítulo
<<Sobre
la justicia>>, como La República de
PLATÓN, que tiene como propósito “diseñar un complejo coherente de
instituciones jurídico-políticas a las cuales mirar idealmente para realizar la
justicia, o disminuir la injusticia, en las relaciones entre los seres humanos”.17
15
Luigi FERRAJOLI, “Derecho y dolor”, contenido en Miguel CARBONELL Sánchez (editor),
Luigi Ferrajoli\ op. cit., p. 131. Escrito también publicado -con ligeras modificaciones- como
Luigi FERRAJOLI, La crisi della sovranità e il ruolo della filosofia politica, contenido en Carlo
SINI, Gianluigi PALOMBELLA, Alessandro BATATTA, et al., Nuove frontiere del diritto. Dialoghi
su giustizia e verità, Edizioni Dedalo, Strumenti/Scenari 16, Bari, 2001, pp. 147-155.
16
Tecla MAZZARESE, L´indicibile legame della democrazia, “il Manifesto”, mercoledì 5
dicembre 2007, p. 12. La misma MAZZARESE, en otra sede, en mi parecer de forma muy
clara, ha ofrecido las distintas posturas de deslegitimación de los derechos o de la cultura de
los derechos que Principia iuris estaría contrarrestando -y en ese sentido, apunta, es falsa la
tesis de la falta de actualidad de tal obra. Esas tomas de partido por la deslegitimación de los
derechos o de la cultura de los derechos se han expresado, nos dice la autora: 1) en la
reinvención de su gramática en el dopoguerra fredda (por ejemplo: guerra <<humanitaria>>); 2)
en la denuncia de un pretendido imperialismo ético-cultural que rechaza un universalismo de
los derechos; 3) en la postura del minimalismo, es decir, la propuesta de iniciar una política
deflacionista de los derechos a fin de contener la crisis; 4) en la postura del escepticismo en
relación al derecho positivo, o sea, la posición de quien, convencido sostenedor de su
naturaleza moral, rechaza la relevancia de la positivación de los derechos y de los
procedimientos para su actuación y tutela jurídica y, 5) la posición de quien, más radical que las
posiciones precedentes, no se limita a problematizar las dificultades sino precisamente en
estas individualiza la razón última y definitiva del necesario fracaso de la edad de los derechos
y de sus principios, o sea los realistas que indican en las graves y reiteradas violaciones de los
derechos un efecto de las tantas declaraciones y convenciones. Tecla MAZZARESE, Principia
iuris: ottimismo metodologico e riaffermazione della cultura dei diritti, “Teoria Politica”, n. 2,
maggio-agosto 2008, pp. 86 y ss., texto reelaborado de su ponencia en Brescia, Italia, en el
seminario celebrado los días 6 y 7 de diciembre de 2007.
17
Ermanno VITALE, Principia iuris. Un´utopia realistica, “Critica marxista”, n. 1, gennaiofebbraio 2008, pp. 59. Como vamos a poder observar, su modelo jurídico-político contenido en
16
En suma, se revisó el libro que Rossana ROSSANDA reclama “para ser
actuado. Para el hacer político, arendtiano”.18
La estrategia expositiva para recrear ese modelo jurídico-político
contenido en Principia iuris, al que su autor llama “democracia constitucional”,
estuvo determinada por los grandes protagonistas de dicho modelo: los
derechos fundamentales.
A estos -se subrayó- confluyen todos los elementos de la construcción
ferrajoliana. La razón ha parecido evidente: lo artificial, esto es, las instituciones
se han precisamente instituido en beneficio y para tutela de los derechos
fundamentales, tanto a nivel nacional como internacional; además, en virtud de
que son fragmentos de soberanía, nos dice FERRAJOLI, es lo único que cabe
anteponer a los poderes, sean públicos o privados.19
Así, el apartado 3.2. versa sobre los derechos fundamentales como
criterios de legitimación del poder y de las instituciones y como contrapoderes
que vale ejercitar ante el abuso de aquel o el desvarío de aquellas.20
Principia iuris es un notable ejercicio de introducción, sistematización y justificación de más -y
reforzados- valores morales y políticos en el derecho. Como dice Giorgio CAMPANINI, Il limite
giuridico del potere, “Rivista Internazionale di filosofia del diritto”, anno XLIII-serie III, gennaiomarzo 1966, fascicolo I, p. 74, “... el progreso del derecho coincide largamente con la siempre
mayor penetración de valores morales en el ordenamiento jurídico”.
18
Rossana ROSSANDA, La passione del fare politico, “il Manifesto”, mercoledì 5 dicembre
2007, p. 12.
19
Para FERRAJOLI “el derecho y los derechos son la única técnica de limitación de
superpoderes que de otro modo serían absolutos, y de garantía de una convivencia pacífica
caracterizada por la igualdad y la protección de los intereses de todos”. Luigi FERRAJOLI, “La
“guerra infinita” y el orden internacional”, en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli.
Razones jurídicas\ op. cit., pp. 74 y 75.
20
Para una clarificación sobre los alcances de la filosofía política, véanse los cuatro sentidos
que Norberto BOBBIO apuntara sobre los modos en los cuales esta puede ser entendida.
Norberto BOBBIO, Considerazioni sulla filosofia politica, “Rivista Italiana di Scienza Politica”, n.
2, agosto, 1971, pp. 367-379, texto modificado de su clásica ponencia presentada en el
Congreso de Bari, llevado a cabo del 11 al 13 de mayo de 1971, y dedicado a discutir las
tareas y los problemas de la filosofía política en ocasión de la introducción de la enseñanza de
tal disciplina en las facultades de ciencia política en Italia. Aquí pues, sostenía los cuatro
significados de “filosofía política”: a) investigación de la mejor forma de gobierno o de la óptima
república (uptimo statu reipublicae); b) investigación o búsqueda del fundamento del Estado y
la consecuente justificación (o injustificación) de la obligación política; c) investigación o
determinación de la naturaleza de la política o mejor de la politicidad y consecuente distinción
entre política y moral y, d) análisis del lenguaje político y metodología de la ciencia política.
Idem, p. 367. Véase asimismo, recogiendo tales sentidos: Alessandro PASSERIN D´Entrevès,
en la entrada “filosofia della politica”, en Norberto BOBBIO, Nicola MATTEUCCI y Gianfranco
PASQUINO (dirs.), Dizionario di Politica, Unione Tipofrafico-Editrice Torinese, 2ª edición,
Torino, 1983, pp. 421-428. El análisis se puede hacer más complejo, pues b) comporta, a su
vez, cuatro dimensiones: i) abordar el fundamento de la relación política, las razones del
vínculo de dependencia que este comporta, en suma, de determinar el porqué del Estado, los
motivos que explican la obediencia que los hombres tienen o por los que rechazan al poder; ii)
percibir que el objeto de la investigación es la legitimación del Estado; iii) advertir que el recurso
17
Por supuesto, este apartado prestó especial atención a la exposición que
Luigi FERRAJOLI hace en Principia iuris sobre los derechos fundamentales y,
previamente, cuando ha sido necesario, a aquellos trabajos que eran un
adelanto de sus tesis sobre dicho tema.
El apartado 3.3, por su parte, versa sobre otro elemento importante del
modelo
jurídico-político
de
la
democracia
constitucional:
el
Estado
constitucional de derecho. La estrategia expositiva seguida fue atender
aquellos conceptos claves que permiten -por lo menos analíticamente- explicar
aquel, a saber, la validez y la vigencia, las antinomias y las lagunas, y las
garantías.
Se advertirá que el paradigma del Estado constitucional de derecho,
incluso los componentes recién referidos, están dispuestos en la propuesta
ferrajoliana también en función de los derechos fundamentales: el requisito de
la validez de los actos y de las normas y no meramente su vigencia; la
eliminación de las contradicciones y la superación de las lagunas en el orden
jurídico así como el establecimiento de técnicas de tutela -todos ellos, me
parece, pilares del Estado constitucional de derecho- son, en definitiva, en
beneficio de los derechos fundamentales.21
Finalmente, el apartado 3.4 atiende otro elemento fundamental del
modelo normativo propuesto por FERRAJOLI: la democracia. La estrategia
expositiva en este apartado está determinada por la exposición misma que ha
realizado el autor en estudio en su segundo volumen de Principia iuris.
Con todo el aparato conceptual hasta entonces ofrecido por su autor, en
tal volumen está en posibilidad de redimensionar aquélla. En efecto,
FERRAJOLI propone -y es lo que se ha explicitado- que distingamos en la
democracia dimensiones (la sustancial y la formal), formas (política y civil),
contenidos (liberales y sociales) y niveles (infra y supra nacionales).
a un determinado principio para justificar, exigir u objetar el respeto debido a quien detenta o a
quienes detentan el poder y, iv) apreciar que esa propuesta de legitimación indica en cuáles
condiciones el poder debe ajustarse para ser (o digno de ser) aceptado como válido. Idem, p.
422.
21
El Estado constitucional de derecho es la no omnipotencia del legislador y la no
omnipotencia de la política. Lo primero porque “las leyes que promulga no son válidas por ser
vigentes”, y lo segundo, porque ésta “debe ser interpretada como instrumento para la
realización del Derecho y, en particular, de los principios y derechos fundamentales” reflejados
en la Constitución. Luigi FERRAJOLI, Jueces y Política, “Derecho y libertades”, n. 7, 1999, p.
68.
18
La centralidad de los derechos fundamentales es tal en la propuesta
ferrajoliana que la democracia se declina -nos dice- en los tipos de derechos de
los que da cuenta: los políticos, los civiles, los liberales y los sociales. Con ello
parece cerrarse el círculo.
Al final se ofrecen las conclusiones del presente trabajo.
Expresaba en la introducción a mi tesis de maestría en derechos
humanos por la Universidad Iberoamericana, Subjetivismo y relativismo en
Hans Kelsen. Fundamentos filosóficos acordes con los derechos humanos, mi
admiración por la “profunda convicción por mantener una visión científica de la
realidad” de Hans KELSEN.
Expreso ahora mi admiración por la profunda convicción de Luigi
FERRAJOLI de acompañar a su vocación científica su militancia por el derecho
en sentido progresista y por los derechos.22
Personalmente, esta última es la dimensión que más se ha disfrutado
conocer y tratar en la presente investigación, de ahí que -ante desproporciones,
indebidas reiteraciones o excesivo tratamiento de unas estaciones en
detrimento de otras- espero que sus lectores sean, si no condescendientes, por
lo menos comprensivos.
Deseo por último agradecer a varias personas, integrantes de varias
instituciones, quienes hicieron posible de alguna forma el inicio y prosecución
de la investigación realizada 15 meses en Turín, Italia.
En primer término, al profesor Michelangelo BOVERO por sus
orientaciones sobre el itinerario mismo del autor estudiado, por su hospitalidad
y por ponerme en contacto con el profesor FERRAJOLI. A la Fondazione
22
Una dura lección de la historia, nos recuerda el mismo FERRAJOLI, es que ésta “nos ha
enseñado que las principales razones de todos los fracasos de las grandes esperanzas
suscitadas por las revoluciones del siglo pasado, si bien animadas por proyectos de
emancipación universal, fueron el total desprecio por el derecho y por los derechos y la ingenua
esperanza en un poder <<bueno>> sólo porque fue conquistado y ejercitado en nombre de los
oprimidos”. Luigi FERRAJOLI, Principia iuris3, vol. II, op. cit., p. 14. En otra sede, apunta el
autor italiano: “Obviamente, una buena legislación es solamente el primer paso -ni siquiera el
más importante o el más difícil- en el camino de una efectiva defensa de los derechos”. Luigi
FERRAJOLI, “Prefacio” a Emilio GARCÍA Méndez y Mary BELOFF (compiladores), Infancia, ley
y democracia en América Latina, Editorial Temis-Ediciones Depalma, Santa Fe de Bogotá,
1998, p. XIV, referencia que hace el autor en estudio a los derechos de los niños, aunque bien
cabe para todos los derechos. Y si no basta una buena legislación para una efectiva defensa
de los derechos entonces ¿qué se debe añadir? La respuesta la da el mismo autor: “...la
efectividad de los derechos de la persona no está nunca garantizada de una vez por todas
como graciosa concesión jurídica, sino que es siempre el efecto de cotidianas y a veces
costosas luchas”. Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón3, op. cit., p. 945. El énfasis es añadido.
19
Istituto Piemontese Antonio Gramsci Onlus, a través de su director, Sergio
SCAMUZZI, y al Centro Studi Piero Gobetti, a través de su Presidenta, Carla
GOBETTI,
por
las
invitaciones
a
investigar
que
hicieron
posible,
administrativamente, el ingreso para esos efectos a Italia. A la Residenza
Giordano Bruno, a través de su director, Davide FONTE, que contribuyó a ese
propósito.
Al amable personal de las bibliotecas “Francesco Ruffini”, “Giovanni
Tabacco”, “Giole Solari” y “Centrale della Facoltà di Economia”, todas de la
Università degli Studi di Torino.
En Milán, Italia, al personal de la Fondazione Giangiacomo Feltrinelli.
Asimismo, al profesor Luigi FERRAJOLI por la entrevista concedida en Roma,
Italia.
Pero sobre todo, agradezco especialmente al profesor José María
SAUCA Cano por su apoyo recibido desde mi arribo a la Universidad Carlos III
de Madrid y por ayudarme a concretar este trabajo de investigación con su
seguimiento, interés y profesionalismo.
Como es costumbre señalar, los contenidos y omisiones de la presente
tesis son responsabilidad de su autor.
20
Capítulo I
Formación y evolución en el
pensamiento político de Ferrajoli
... nada es tan contrario al bienestar y a la libertad
de los hombres como los grandes imperios.
Alexis de Tocqueville
1.1 FERRAJOLI, heredero de la cultura antifascista
1.1.1 La contraposición axiológica
B
ertrand RUSSELL sostenía que los filósofos tienen tanto efectos
como causas: “efectos de sus circunstancias sociales y de la
política e instituciones de su tiempo; causas (si ellos tienen fortuna) en las
creencias que han de modelar la política y las instituciones por mucho
tiempo”.23
Este es el caso del filósofo del derecho italiano Luigi FERRAJOLI, quien
no es ajeno a los efectos políticos y sociales de las épocas que le ha tocado
vivir, y quien está modelando la política y las instituciones en la profunda crisis
política y social de nuestros tiempos.
Mi idea inicial es que el autor florentino nacido en 1940 durante el
régimen fascista24 y en el año de incursión de Italia en la Segunda Guerra
Mundial, responde -entre otras influencias- a una cultura política y jurídica
italiana de negación de dicho régimen en el segundo dopoguerra.
Lo anterior no puede ser de otra forma, por una parte, si suscribimos
junto con Norberto BOBBIO una antítesis entre fascismo y democracia25 o con
23
Bertrand RUSSELL, History of Western Philosophy and its Connection with Political and
Social Circumstances from the Earliest Times to the Present Day, George Allen & Unwin Lyd,
London, 1946, p. 7.
24
Para una aproximación histórica al fascismo, véase, de entre una amplísima bibliografía
sobre el tema: Henri MASSOUL, La lección de Mussolini. Cómo muere una democracia. Cómo
nace una dictadura, trad. Rafael H. Elizalde, Ediciones Ercilla, colección Biblioteca Ercilla,
Santiago de Chile, 1936; Angelo TASCA, El nacimiento del fascismo, trads. Antonio Aponte e
Ignacio Romero de Solís, Ariel, España, 1969; Ernst NOLTE, El facismo. De Mussolini a Hitler,
trad. J. Ruiz, Plaza y Janes, Barcelona, 1974 (texto que da cuenta también de los restantes y
pequeños movimientos fascistas que se dieron en diversos países de 1933 a 1939) y Patrizia
DOGLIANI, L´Italia fascista 1922-1940, Sansón, colección Storie d´Italia Sansoni, Milano, 1999.
25
“Italia tenía un gobierno parlamentario, liberal y democrático. El fascismo le impone en pocos
años un gobierno antiparlamentario, antiliberal y antidemocrático”. Norberto BOBBIO, en “Il
regime fascista”, contenido en Michelangelo BOVERO (editor), Norberto Bobbio. Dal fascismo
alla democrazia. I regimi, le ideologie, le figure e le culture politiche, Baldini&Castoldi, Milano,
1997, p. 39.
21
Michelangelo BOVERO que la “ecuación entre democracia y antifascismo vale
universalmente”.26
Pero más allá de esta genérica -aunque no por ello insustancialantítesis o igualdad -como se quiera ver- que iría prefigurando el contenido de
tal cultura jurídica y política ¿qué ulterior significado tiene el fascismo, de modo
tal que se pueda ubicar con más precisión su negación, la cultura que se le
opuso, en la cual inscribimos a nuestro autor?
Evidentemente, aventurarse a la empresa de responder qué es el
fascismo, estableciendo un criterio de identificación del mismo, iría más allá de
los propósitos de este apartado. Por ello, prescindiendo de las discusiones
sobre su naturaleza,27
me
parece
que
acudir
más
bien
a
ciertas
“referencias directas” -aquello que el propio Benito MUSSOLINI perfiló en
diversos discursos y escritos como fascismo-28 puede ser un camino adecuado
y una fuente útil para los efectos argumentativos en estas líneas.
Para MUSSOLINI el fascismo era una concepción histórica “en la cual el
hombre no es sino en función del proceso espiritual al cual concurre, en el
grupo familiar y social, en la nación y en la historia en la que colaboran todas
26
Michelangelo BOVERO, Costituzione e democrazia, “Teoria politica”, n. 3, 1994, p. 19.
Acerca de la naturaleza del fascismo véase: Costanzo CASUCCI (coordinador), Il Fascismo.
Antologia di scritti critici, Il Mulino, Saggi 30, Bologna, 1961; Renzo De FELICE, Le
interpretazioni del fascismo, Laterza, Bari, 1965; Palmiro TOGLIATTI, Lecciones sobre el
fascismo, trad. David Huerta, Ediciones de Cultura Popular, México, 1977; la entrada “fascismo”
a cargo de Edda SACCOMANI en Norberto BOBBIO, Nicola MATTEUCCI y Gianfranco
PASQUINO (directores), Dizionario di 3 op. cit., pp. 394-403 y Nicos POULANTZAS, Fascismo
y dictadura. La tercera internacional frente al fascismo, trad. Aurelio Garzón del Camino, Siglo
XXI Editores, 18ª edición, México, 1988. En estas obras se observa que las diversas posturas
sobre la naturaleza del fascismo tienen que ver con el plano teórico de análisis que predomina
en el objeto de estudio. Así, por ejemplo, dentro de la visión leninista-stalinista será entendible
que para STALIN el fascismo era “una abierta dictadura terrorista de los elementos más
reaccionarios, más chovinistas y agresivos del capital financiero”. Pero tal explicación sería
insuficiente. “Con el sólo interés de clase el fascismo no se explica. Las escuadras de acción
no surgieron sólo por la ira ciega de los estamentos retrógrados patrocinadores. Facciosidad,
espíritu de aventura, gustos románticos, idealismo pequeño burgués, retórica nacionalista,
reacciones sentimentales por la guerra, inquieto deseo por lo nuevo, cualquier cosa que ello
fuera, sin estos motivos el fascismo no se habría dado”. Carlo ROSSELLI, Socialismo liberale,
Einaudi, Einaudi Tascabili. Saggi 451, Torino, 1997, p. 117.
28
Se suele sostener que en la historia del fascismo se distinguen tres etapas: la primera, de
1919 hasta la marcha sobre Roma del 28 de octubre de 1922; la segunda, desde la toma del
poder hasta la puesta en marcha de un régimen jurídico fascista a finales de 1925 y principios
de 1926 (mediante las leyes de 24 de diciembre de 1925, sobre las atribuciones y prerrogativas
del Jefe de Gobierno, y del 31 de enero de 1926, sobre la facultad del Poder Ejecutivo de emitir
normas jurídicas); y la tercera, desde el despliegue de toda la fuerza totalitaria de hecho y de
derecho derivadas de estos nuevos condicionamientos jurídicos hasta su caída en 1943.
27
22
las naciones”.29 Para el fascismo -decía el llamado duce- “todo está en el
Estado y nada humano ni espiritual existe y a fortiori nada tiene valor fuera del
Estado. En tal sentido el Fascismo es totalitario, y el Estado Fascista, síntesis y
unidad de todos los valores, interpreta, desarrolla y potencia toda la vida del
pueblo”.30 En suma, en el fascismo el individuo entra “en el engranaje del
Estado”.31
Este principio ha de concretarse sobre todo -continuaba MUSSOLINImediante la economía corporativa y un orden jurídico autoritario que suprime
las libertades fundamentales y el régimen democrático.32 A este régimen, claro
está, le es consustancial el imperialismo y el nacionalismo “pues sólo en el
terreno internacional se medirán las razas y las naciones”.33
Según MUSSOLINI, el fascismo “no cree en la posibilidad ni en la
utilidad de la paz perpetua. Rechaza el pacifismo, que oculta una renuncia a la
lucha y una cobardía ante el sacrificio. Sólo la guerra -continuaba- lleva al
máximo de tensión todas las energías humanas e imprime un sello de nobleza
a los pueblos que tienen la virtud de afrontarla”.34
29
Benito MUSSOLINI, El Fascismo, trad. Féliz Ruiz Campos, Editorial Milicia, Biblioteca de
Formación Doctrinaria No. 4, Buenos Aires, 1975, p. 11.
30
Idem, p. 12. Y añadía: “Ni individuos, ni grupos (partidos políticos, asociaciones, sindicatos,
clases) fuera del Estado”. Ibidem. “El principio esencial de la doctrina fascista es la concepción
del Estado, de su esencia, de su papel, de sus fines. Para el Fascismo, el Estado es el absoluto
ante el cual los individuos y los grupos no son más que el relativo. Individuos y grupos no son
concebibles más que en el Estado”. Idem, p. 23.
31
Benito MUSSOLINI, El Estado corporativo, trad. A. Dabini, Editorial Vallecchi Florencia, 2ª
edición, Florencia, 1938, p. 30, aserveración que hacía en su discurso del 14 de noviembre de
1933 en la Asamblea General del Consejo Nacional de Corporaciones en Roma. Por su parte,
La Carta del Trabajo, documento que afirmaba los principios esenciales del Estado fascista,
aprobada por el Gran Consejo del Fascismo el 21 de abril de 1927 es paradigmática sobre este
punto cuando afirma en su capítulo I: “La nación italiana es un organismo que tiene fines, vida,
medios de acción que por su potencia y duración son superiores a los de los individuos
aislados o agrupados que la componen”. Idem, p. 119.
32
“El Fascismo niega que el número, por el sólo hecho de ser número pueda gobernar, por
medio de una consulta periódica; afirma la desigualdad irremediable, fecunda y benéfica de los
hombres, que no pueden nivelarse, por un hecho mecánico y extrínseco como el sufragio
universal”. Benito MUSSOLINI, El Fascismo... op. cit., p. 19.
33
Benito MUSSOLINI, El Estado corporativo... op. cit., p. 72, aserveración que formulaba en su
discurso ante el Consejo Nacional de las Corporaciones en la Instalación de los Veintidós
Consejos de las Corporaciones el 10 de noviembre de 1934.
34
Benito MUSSOLINI, El Fascismo... op. cit., p. 17. Las “ideas fundamentales” de MUSSOLINI
eran recogidas -sostiene Enzo NIZZA en su entrada “fascismo” de la Enciclopedia
dell´antifascismo e della Resistenza, vol. II, La Pietra, Milano, 1968, p. 279- del libro de Adolfo
HITLER Mein Kampf, quien a su vez las había retomado “de la literatura ultranacionalista,
racista y post-hegeliana de la Alemania del inmediato dopoguerra (Alfred Rosenberg, Dietrich
Eckart, Stenart Chamberlain, etc.)” lo que “es una patética confirmación de la persistente
carencia de cualquier autonomía <<doctrinal>> en la mente del <<duce>>”. Obviamente, en el
texto mussoliniano faltó “la parte histórica y aquella de política exterior que ocupa mucho
23
Pues bien, la obra de FERRAJOLI lleva al extremo la antítesis entre
fascismo y democracia en todas y cada una de las dimensiones en las que,
como vimos que lo decía el dictador italiano, esa ideología aspira a expresarse
y a determinar la vida de sus súbditos.
Y esta antítesis, me parece, es debida en última instancia a la completa
incompatibilidad en el plano filosófico, si en algún sentido de éste se puede
hablar en el fascismo.
La única filosofía que se podría anteponer al voluntarismo fascistamussoliniano,35 y es la que hereda y guía el programa teórico de nuestro autor
en estudio, es el racionalismo. FERRAJOLI es heredero de la cultura
antifascista precisamente porque es heredero del racionalismo, de la
ilustración, de la modernidad.
Contrario a la tesis anti ilustrada de que el Estado es un fin y el ser
humano un medio -implícita en tesis que acabamos de observar como el
espacio en el libro de Hitler. Y sobre todo viene omitida toda la teoría racial” para no entrar en
conflicto con el dictado alemán, sostenía Enzo NIZZA. Sobre el marco doctrinal de la soberanía
-de absolutización externa y de parábola del Estado-nación- en que, me parece, surge el
fascismo, es sugerente el texto de Luigi FERRAJOLI, La sovranità nel mondo moderno, Editori
Laterza, Universale Laterza 776, Roma-Bari, 1997, pp. 34 y ss. Para ideas del propio
FERRAJOLI sobre la noción del estado-fin y del eticismo político en que inscribe las más
nefastas doctrinas del Estado, a saber, las idealistas en sus múltiples versiones (liberalnacionalistas, fascistas y estalinistas) véase el punto 1 del apartado 59 de Derecho y razón3,
op. cit., pp. 880 y ss. “Estas ideologías asumen el principio de legalidad no sólo como principio
jurídico interno sino también como principio axiológico externo, plasmando la legitimidad
política sobre la legalidad jurídica y confiriendo a las leyes valor, y no sólo validez o vigencia,
únicamente en base al valor asociado apriorísticamente a su forma o peor aún a su fuente
(soberano o asamblea, duce, partido, pueblo o similares). Además, suelen ir acompañadas o se
confunden con concepciones organicistas del estado, idealizado como personificación de toda
la sociedad y como síntesis de razón, de valores y de intereses sociales generales”. Idem, pp.
881-882.
35
HELLER sostenía: el fascismo fue “mussolinismo (que) a tenor de la situación del momento,
ya niega el Estado, y le endiosa, es socialismo o capitalismo, sindicalismo o centralismo,
catolicismo o paganismo. (Un) juego, cínicamente destructor (...) en que se entretiene la
naturaleza fuerte e impresionante de Mussolini (y representa) la situación momentánea de Italia
y le caracteriza como un ocaso espiritual e histórico y como una reacción política auténtica”.
Hermann HELLER, Europa y el fascismo, trad. Francisco J. Conde, Sucesores de Rivadeneyra,
Madrid, 1931, pp. 101-102. Recordemos que Hans KELSEN sostenía que la raíz común de la
fe política “es siempre la estructura psíquica”, es decir, la forma esencial del yo del político: “la
forma como este yo se experimenta a sí mismo en su relación con el tú o él”; “la actitud que el
sujeto adopta ante el problema del poder (...) depende esencialmente de la intensidad de su
voluntad de poder”. Por ello -añadía el autor de la Reine Rechtslehre- cuanto más fuerte es
ésta, “tanto menor es el aprecio que de la libertad se hace”. Así, donde la conciencia del propio
yo “se halla de tal modo exacerbada, el sujeto acaba indefectiblemente por identificarse con un
super-yo, con el yo ideal, que para él está representado por el dictador omnipotente”. Hans
KELSEN, Esencia y valor3, op. cit., pp. 106 y ss. Cabe recordar asimismo que en estos
pasajes KELSEN acudía a Arthur SCHOPENHAUER y a Sigmund FREUD. Véase de éste
último: “Psicología de las masas y análisis del <<yo>>” y “El malestar en la cultura”, en Obras
completas, Tomo III, trad. Luis López-Ballesteros y de Torres, Biblioteca Nueva, España, 1996.
24
Estado es el absoluto ante el cual los individuos y los grupos no son más que el
relativo o individuos y grupos no son concebibles más que en el Estadonuestro autor suscribe y antepone la segunda máxima kantiana: el hombre no
debe ser tratado por nadie como un simple medio, sino que debe ser tratado al
mismo tiempo como un fin.36
En contraposición al organicismo hegeliano expresado por MUSSOLINI,
como hemos visto, en enunciados como el Estado es un organismo que tiene
fines, vida, medios de acción que por su potencia y duración son superiores a
los de los individuos, en FERRAJOLI se antepone un producto de la
modernidad, a saber, la metáfora del contrato social: “el Estado, consistiendo
como cualquier otra institución en una entidad ficticia y artificial, es no sólo
constituido, en cuanto ordenamiento y persona jurídica al mismo tiempo, por un
acto institutivo, sino que es también siempre re-constituido” debido a la
actuación y efectividad de las normas cada vez producidas.37
Frente a la tesis iliberal de que el Estado, en cuanto síntesis y unidad de
todos los valores, interpreta, desarrolla y potencia toda la vida del pueblo, se
encuentra en el autor italiano en estudio una democracia liberal, cuyo primer
requisito es la inmunidad de las personas de constricciones o prescripciones
jurídicas de tipo ideológico o religioso38 o, en suma, la separación entre
derecho y moral en cuanto conquista de la modernidad.
El derecho y el estado -con arreglo a esta opción laica y liberal- no sólo no
poseen ni encarnan valores meramente en tanto tales, sino que tampoco
deben tener fines morales desvinculados del interés de las personas y
menos aún ser fines en sí mismos, justificándose sólo por el cometido de
36
Véase Imanuel KANT, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, trad. Manuel
GARCÍA
Morente,
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12471065999030384198735
/index.htm.
Consultada en fecha 27 de julio de 2010. No es grautito que esta suscripción de la segunda
máxima kantiana esté presente a tal grado en nuestro autor que constituye el postulado
número cinco en su teoría del derecho: “P5. Los sujetos tienen un estatus con motivo del cual
no son objetos”. Luigi FERRAJOLI, Principia iuris3, vol. I, op. cit., p. 181. Particularmente de
interés, en este sentido, era aún la ulterior desvalorización de las mujeres en el régimen
fascista. Sobre el papel de las mujeres en dicho régimen véase Maria Antonieta MACCIOCCHI
et al, Elementos para un análisis del fascismo (I), trads. Luci Mussbann y Joseph Dalmau, El
viejo topo, España, 1978, concretamente el capítulo de MACCIOCCHI “Las mujeres y el
recorrido del fascismo”. No olvide el lector tampoco, por ejemplo, que el reconocimiento del
derecho al voto de las mujeres italianas llegó sólo a la caída del régimen mediante decreto de
31 de enero de 1945.
37
Luigi FERRAJOLI, Principia iuris..., vol. II, op. cit., p. 159.
38
Idem, p. 309.
25
perseguir fines de utilidad concreta en favor de los ciudadanos y
principalmente de garantizar sus derechos y su seguridad.39
Y ante una cultura fascista por el imperialismo y el nacionalismo,
FERRAJOLI
propone
un
internacionalismo
fincado
en
la
democracia
internacional, en el pacifismo y en la garantía de los derechos, trayendo a
colación a “teóricos del pacifismo y del globalismo jurídico, desde Kant, Kelsen
y hasta Bobbio”, es decir, al pensamiento ilustrado.40
Si la anterior contraposición en el plano filosófico -que encuentra
concreción en el terreno de las ideas políticas- no fuera suficiente, hay que
señalar, ya en el plano de la cultura jurídica que heredó nuestro autor, que
frente a la negación del derecho que significó el fascismo, FERRAJOLI
propone, promueve, insiste, en la afirmación de los derechos y del derecho
mismo.41
39
Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., p. 222. El derecho “no reproduce ni tiene la
misión de reproducir los dictámenes de la moral o de cualquier otro sistema metajurídico divino, natural o racional- de valores ético-políticos, sino que es sólo el producto de
convenciones legales no predeterminadas ontológica ni tampoco axiológicamente. La misma
teoría, formulada en sentido inverso, expresa la autonomía de la moral respecto al derecho
positivo o a cualquier otro tipo de prescripciones heterónomas y su consiguiente concepción
individualista y relativista (...) Estas dos tesis constituyen una adquisición básica de la cultura
liberal. Y reflejan el proceso de secularización, culminado al inicio de la Edad Moderna, tanto
del derecho como de la moral, desvinculándose ambos en tanto que esferas distintas y
separadas de cualquier nexo con supuestas ontologías de valores”. Idem, pp. 218 y 219. En
sede filosófico-política es clara la antítesis entre fascismo y garantismo pues éste consiste, “por
una parte, en la negación de un valor intrínseco del derecho sólo por estar vigente y del poder
sólo por ser efectivo y en la prioridad axiológica respecto a ambos del punto de vista éticopolítico o externo, virtualmente orientado a su crítica y transformación; por otra, en la
concepción utilitarista e instrumentalista del estado, dirigido únicamente al fin de la satisfacción
de expectativas o derechos fundamentales”. Idem, p. 884.
40
Luigi FERRAJOLI, Principia iuris..., vol. II, op. cit., p. 495.
41
A diferencia de lo que sucede “con las experiencias contemporáneas totalitarias en Alemania
y en la Unión Soviética”, el régimen fascista concilió, “en la elaboración de los códigos, el
implante autoritario con la defensa del principio de legalidad”. “El fascismo no careció, en suma,
de su orgánico y ambicioso proyecto jurídico, traducido en una profunda reforma del Estado en
sentido autoritario”. Luigi FERRAJOLI, “Scienze giuridiche”, en Corrado STAJANO (coord.), La
cultura italiana... op. cit., p. 577. Piero CALAMANDREI era de la misma idea y señaló que el
régimen nazi, en cambio, sí fue una negación del derecho (si aún se podía hablar de éste); que
se trató “de una verdadera guerra declarada a cualquier legalidad para dar lugar al
desenfrenado arbitrio tiránico”. El régimen fascista, a diferencia de éste, fue “el régimen de la
legalidad adulterada, del engaño jurídico organizado por la autoridad”. Piero CALAMANDREI,
en “La crisi della legalità”, contenido en Norberto BOBBIO (coordinador), Piero Calamandrei.
Scriti e discorsi politici. Vol. I Storia di dodici anni, “La Nuova Italia” Editrice, Documenti di storia
italiana, Firenze, 1966, p. 78. “El fascismo se podría por ello definir, aunque pareciera una
contradictio in adiecto, el régimen del ilegalismo legal: del ilegalismo manovrato, o, si gusta más
una palabra ahora de moda, del ilegalismo pianificato.” Piero CALAMANDREI, en “La funzione
parlamentare sotto il fascismo”, contenido en idem, vol. II, p. 330.
26
Es en esta segunda clave de interpretación que se puede decir que
FERRAJOLI es heredero de la cultura antifascista.42
En un breve texto de hace poco más de quince años, Vita e opinioni di
Carlo Galante Garrone,43 nuestro autor sostenía que GARRONE retrataba una
Italia hoy lejana y olvidada -precisamente aquella antifascista- a la que le siguió
la batalla de la minoría en defensa de la Constitución y de la legalidad
republicana.
Es decir, si por motivos estrictamente generacionales no es posible
adscribir a nuestro autor en la Italia de la Resistencia, hay en definitiva una
línea de continuidad entre aquella generación y la de FERRAJOLI que se ha
expresado -y proyectado- no ya en una lucha por la Liberación sino en una
lucha por la actuación de los derechos, principios y valores contenidos en la
Carta Fundamental de 1948 de clara connotación antifascista.44
Mi idea, en consecuencia, es que quizá el rasgo característico en tal
línea de continuidad entre esas generaciones45 pudiera radicar en que la de
42
Múltiples son las referencias de FERRAJOLI al fascismo. Lejos de un análisis filológico de
todas y cada una, baste quedarnos con ésta que, me parece, sintetiza la tesis de este apartado
y quizá el espíritu de la presente obra: “El fascismo, de hecho, no fue el despotismo de una
minoría, sino la supresión de los derechos fundamentales y, en consecuencia, la negación de
toda constitución y de toda democracia...”. Luigi FERRAJOLI, Democrazia e costituzione,
“Ragion pratica”, n. 3, 1994, p. 235. También publicado, con el mismo título y ligeras
modificaciones, en Gustavo ZAGREBELSKY, Pier Paolo PORTINARO y Jörg LUTHER
(coordinadores), Il futuro della costituzione, Einaudi, Biblioteca Studio 39, Torino, 1996, pp.
315-335.
43
Luigi FERRAJOLI, Vita e opinioni di Carlo Galante Garrone, “Questione giustizia”, n. 1, 1993,
pp. 135-139, texto que tiene por fin ofrecer las impresiones que le generó a nuestro autor la
biografía publicada por Carlo GALANTE Garrone (Vita e opinioni di Alessandro Prefetti, Franco
Angeli, il punto, Milano, 1992) a sus 80 años. También publicado, con ligeras modificaciones,
en Luigi FERRAJOLI, Ricordi dalla prima Repubblica. L´Italia dalla Resistenza alla crisi di oggi
nella biografia di Carlo Galante Garrone, “il Manifesto”, martedì 4 maggio 1993, p. 12.
44
Esta segunda clave interpretativa -de afirmación del derecho por FERRAJOLI ante su
negación por parte de la Democracia cristiana (DC) mediante la no actuación de la Constitución
republicana- no es desproporcionada, tal cual tendremos oportunidad de recrearlo en los §§ 1.2
y 2.1. Como sostenía Lelio BASSO: hubo una línea de continuidad entre el Estado fascista y el
Estado post-fascista expresada en la continuidad de los aparatos, de las leyes, así como de la
posición jurídica de los particulares. Véase la entrevista de Lelio BASSO a, y contenida en:
“Nuova polizia e riforma dello Stato”, n. 4, aprile 1978, p. 16. Podemos decir que “(l)iberación,
participación, igual dignidad: los términos claves del empeño del Basso constituyente” según
apuntó Gianfranco PASQUINO en Lelio Basso, “Quaderni costituzionali”, n. 3, dicembre, 1987,
p. 509, fueron gradualmente negados por la DC desde el día siguiente a que la Asamblea
Constituyente cumpliera su misión. Esta línea de defensa de la Constitución y la legalidad
republicana -como se apreciará en el § 2.4- también es relevante en la era post DC.
45
Para un acercamiento al concepto de “generaciones” véase Alessandro CAVALLI,
Generazioni, “Parolechiave”, n. 16, aprile, 1998, pp. 17-33, particularmente el § 6. Lo studio
delle generazioni politiche y Gianfranco BETTIN Lattes, Sul concetto di generazione politica,
“Rivista Italiana di Scienza politica”, n. 1, aprile, 1999, 23-53. Para el caso concreto italiano en
el postfascismo véase el § 3. Il rapporto fra le generazioni del cap. 8 de Claudio PAVONE, Una
27
FERRAJOLI (y él sin excepción) también se ha alimentado -como lo predica
nuestro autor de esa generación precedente- de un interés irrenunciable por la
política46 y de la conciencia ante un falso derrotismo.47
Dimensiones del antifascismo en las que se insistía -vale recordarlodesde la caída del fascismo mismo. Piero CALAMANDREI en un discurso el 14
de octubre de 1945 en esa Florencia antifascista de nuestro autor, ante cerca
de 40 mil personas, advertía -a propósito de los peligros que corría la
Constituyente- una renuncia a la política y la adopción del derrotismo, esto es además de peligros externos- un peligro en el fuero interno de los ciudadanos:
el de “olvidar la política y despreciar a quien se ocupaba de ella”, lo que era -en
último término- herencia del fascismo.48
Así, estos dos elementos -además de que pudieran ser el <<spirito>> della
Resistenza, espíritu del que hablara Lelio BASSO ante la ausencia de un
“verdadero y propio pensamiento” sobre esta-49 me parece que serían, inicial y
adicionalmente, parte central de la cultura antifascista que hereda nuestro
autor.
Cultura que sólo ahora -en perspectiva, tras largos años de elaboración
y reelaboración teórico-doctrinal- pudiera decirse, se ha constituido en todo un
cuerpo de ideas y conceptos -evidentemente producto de un trabajo colectivo
guerra civile. Saggio storico sulla moralità nella Resistenza, Volume secondo, Bollati
Boringhieri, 511 Universale Bollati Boringhieri, Torino, 2006, pp. 551 y ss.
46
GARRONE y otras grandes figuras del antifacismo encontraron la política -dice FERRAJOLI“a través de opciones de vida radicales, totales, completas en años en los cuales no estaba
permitido moralmente abstenerse, desinteresarse de la política, donde era imposible evitar
elegir y participar. Fue esta opción originaria de vida que dio sentido a la política, haciendo todo
uno con el quehacer intelectual, civil, moral y cultural, vivido con pasión, intransigencia y laica
independencia”. Luigi FERRAJOLI, Vita e opinioni... op. cit., pp. 138-139.
47
Un ingenuo le decían a GARRONE sus adversarios. Pues bien, apuntaba FERRAJOLI en
1983: “Hoy que el <<mundo de astutos>> está hundido en un mar de fango, es esta <<ingenua>>
firmeza de los principios el valor político que andaría redescubierto y reactualizado, contra los
muchísimos realismos, tacticismo (tatticismi), oportunismos y transformismos”. Idem, p. 138.
48
Piero CALAMANDREI, en “Discorso per la Costituente”, contenido en Norberto BOBBIO
(coordinador), Piero Calamandrei. Scriti..., vol. I, op. cit., p. 170. “Quien duda, quien se aparta,
quien presta oído a los difusores de desconfianza, reabre la vía al fascismo: y concurre con su
estéril inercia a hacer caer el único puente hacia el futuro que quedó hoy en Italia”. Idem. 172.
“Y en los mejores, de frente a este reflujo, renace el disgusto: la desconfianza en la libertad, el
deseo de apartarse, de dejar la política a los pseudopolíticos. Este es el peligroso estado de
ánimo que cada uno de nosotros debe revertir y combatir, antes que en los otros, en sí mismo:
si yo me sorprendo dudando que los muertos fueron en vano, que los ideales por los cuales
murieron son ilusiones, doy con estas dudas mi contribución al renacimiento del fascismo”.
Piero CALAMANDREI, en “Desistenza”, contenido en idem, vol. I, p. 281.
49
Lelio BASSO, Il Principe senza scettro, Feltrinelli, Varia, Milano, 1998, p. 94.
28
en el que habría que ver a FERRAJOLI como un destacado participante o tal
vez como un notable sintetizador- que se anteponen al fascismo.
Sería la cultura de los derechos fundamentales, de la democracia, del
Estado constitucional de derecho, de la visión internacionalista y jurídica de los
problemas pero también de las soluciones,50 del no pesimismo, de la no
renuncia a la política, de la esperanza en el ser humano de ser mejor, del
combate intransigente al fascismo que aún existe,51 del redimensionamiento y
reapropiación de valores,52 de la lección del ‘mai più’ o ‘nunca más’ que dejó la
catástrofe53 o, en suma, de la cultura y apuesta por los principios de civilidad.
1.1.2 Los padres antifascistas
L
a línea de continuidad entre aquella generación antifascista de la
Resistencia y la de FERRAJOLI también se revela nítida cuando
atendemos a un bello escrito de nuestro autor de 1985: Un giudice illuminista,
Marco Ramat. 30 anni di impegno dalla parte del cittadino.54 Aquí, nuestro autor
en estudio, dedicando unas líneas in memoriam del “hermano mayor” RAMAT hijo de un participante en la resistencia como dirigente del Partido de Acción-55
nos da cuenta de tal conexión generacional al reconocer la enorme influencia
que ese hombre, crecido y formado “en el mundo culto, liberal e iluminista de la
Florencia antifascista”, ejerció en la formación civil de aquellos jóvenes que 50
“Ninguno de los problemas que tienen que ver con el futuro de la humanidad puede ser de
hecho resuelto, y ninguno de los valores de nuestro tiempo puede ser realizado, fuera de los
horizontes del derecho internacional: no sólo la paz, sino también la igualdad, la tutela de los
derechos de libertad y de sobrevivencia, la seguridad contra la criminalidad, la defensa del
medio ambiente en cuanto patrimonio de la humanidad incluída ahí las generaciones futuras”.
Luigi FERRAJOLI, La sovranità... op. cit., p. 49.
51
“(C)omo cultura y como modo de vida” el fascismo aún existe, y se puede constatar “a partir
del modo en que muchas personas hablan de los diferentes, los débiles y las mujeres” decía
BOBBIO. Véase Norberto BOBBIO y Maurizio VIROLI, Diálogo en torno a la República, trad.
Rosa Rius Gatell, Tusquets Editores, colección Criterios 8, España, 2002. p. 111.
52
“Ya que la democracia no sólo renació, en Italia y en Europa, de la derrota al nazi-fascismo,
sino que se redefinió y tomó nueva conciencia de sí precisamente a través de la negación del
fascismo y la afirmación, en las constituciones posteriores a la guerra, de los valores de la paz,
de los derechos humanos y de la separación de poderes que el fascismo había negado”. Luigi
FERRAJOLI, Principia iuris..., vol. II, op. cit., p. 50.
53
Al decir del mismo Luigi FERRAJOLI en su participación el miércoles 28 de enero de 2009 en
la Unione culturale Franco Antonicelli, en Turín, Italia, sobre “La democrazia costituzionale e i
suoi nemici”, discusión sostenida con Michelangelo BOVERO, Mario DOGLIANI y Alessandra
ALGOSTINO.
54
Luigi FERRAJOLI, Un giudice illuminista, Marco Ramat. 30 anni di impegno dalla parte del
cittadino, “il Manifesto”, mercoledì 11 dicembre 1985, p. 3.
55
Sobre el Partito d´Azione véase la entrada “Azione, Partito d´” a cargo de Emilio LUSSU,
contenida en la Enciclopedia dell´antifascismo3, vol. I, op. cit., pp. 202-210.
29
como FERRAJOLI lo señala, incluyéndose- se iniciaron en los años sesenta en
el trabajo de juez y no menos, antes, durante los años de estudio.56
O más aún, cuando atendemos a otras sentidas líneas, en este caso, en
memoria precisamente de Carlo GALANTE Garrone.57 FERRAJOLI es claro. Lo
llama “una de las figuras más puras de la generación de nuestros padres:
aquella de la lucha antifascista y de la Resistencia y, después, de las tantas
batallas de minoría” en defensa de la Constitución y la legalidad republicana.58
¿Y qué decir de la presencia en la obra de nuestro autor -aparentemente
muy a lo lejos- de un Piero CALAMANDREI? No es gratuito que FERRAJOLI
acuda, cuando ofrece sus tesis sobre democracia sustancial y social en
Principia iuris,59 a ese otro destacado florentino antifascista, liberal igualitario
(que juzgaban un ingenuo, como a su amigo Carlo GALANTE Garrone),60 quien
para muchos mejor supo expresar el espíritu de la Resistencia y quien tuvo la
56
Marco RAMAT -quien tenía dos almas, apuntaba nuestro autor, una individualista y otra
social- fue un referente en todos los sentidos para FERRAJOLI: “Para muchos de nosotros que
en aquellos años estudiábamos derecho, las batallas solitarias de Marco Ramat no tuvieron
sólo el valor de la denuncia y de la enseñanza: fueron sobre todo el testimonio que un modo de
hacer el juez diverso de aquél tradicional era posible, que las batallas institucionales pueden y
quizá deben combatirse sobre todo desde dentro”. Luigi FERRAJOLI, Un giudice illuminista...
op. cit., p. 3. Sobre el itinerario de RAMAT véase Franco IPPOLITO, A Marco Ramat, contenido
en Salvatore MANNUZZU y Fabrizio CLEMENTI (coordinadores), Crisi della giurisdizione e crisi
della politica. Studi in memoria di Marco Ramat, FrancoAngeli – Centro Studi e iniziative per la
riforma dello Stato, Milano, 1988, pp. 28-40.
57
Luigi FERRAJOLI, Ingenuo, intransigente, “il Manifesto”, sabato 21 giugno 1997, p. 4.
58
Ibidem.
59
Piero CALAMANDREI, en efecto, adelantó tesis sugerentes sobre la democracia sustancial y
social. Véase de él: “Costituente e questione sociale”, contenido en Norberto BOBBIO
(coordinador), Piero Calamandrei. Scriti..., vol. I, op. cit., pp. 141-157 y “L´avvenire dei diritti di
libertà”, idem, vol. II, pp. 368-403.
60
“Los colegas democristianos -decía CALAMANDREI- tienen plena razón de calificarme así.
<<Querido amigo -ellos me dicen- ¿crees entonces que, si la mayoría la tuvieran los
comunistas, estarían dispuestos a dejar entrar en el Corte constitucional la minoría
democristiana>>?” -a lo que respondía: “Si somos verdaderamente democráticos es necesario
tener el coraje de saber respetar la democracia también contra quienes se supone que podrían
violarla, pero que por ahora, en los hechos, han demostrado en Italia, no querer violarla”. Piero
CALAMANDREI, en “Si mette in pericolo la costituzionalità della Corte costituzionale”,
contenido en idem, vol. II, p. 299. Carlo GALANTE Garrone, recordaba así a su amigo: “No fue
mucho, desgraciadamente, el <<tiempo pasado>> con Piero Calamandrei: diez años. Pero
pienso que sea justo, por mi parte, <<permitirme>> de él recordar no solamente su ingenio, sino
también, y sobre todo, la profunda humanidad”. Carlo GALANTE Garrone, Vita e opinión... op.
cit., pp. 106-107.
30
fortuna de ser Constituyente61 así como el empeño cívico en denunciar la no
actuación de la Constitución.62
Sin dejar de mencionar, claro está, a quien “en Italia heredó, más y
mejor (que todos), algo del espíritu de Calamandrei”: Norberto BOBBIO.63 ¿Y
por qué sería esto así? Porque BOBBIO, el antifascista64 -“nuestro grande
Maestro”, como lo llamaría FERRAJOLI en líneas que escribía también en su
memoria- no obstante haber sido “un pensador pesimista”, “en su obra de
filósofo del derecho, como en la de filosofía de la política”, trazó, recorrió e
invitó a recorrer -sostiene quien esto escribe- el camino antitético del fascismo,
61
Para una (cuestionable) valoración de la participación de Piero CALAMANDREI en la
Asamblea Constituyente véase Marco CAMMELLI, Piero Calamandrei, “Quaderni costituzionali,
n. 3, dicembre 1987, pp. 529-556.
62
Para un acercamiento a las relaciones CALAMANDREI-Constitución véase “Piero
Calamandrei e la Costituzione” en Giuliano VASSALLI, Pierluigi MANTINI, et al, Piero
Calamandrei e la Costituzione, M&B Publishing, Milano, 1995, pp. 13-35.
63
Al decir de Alessandro GALANTE Garrone, en su introducción a Piero CALAMANDREI,
Uomini e città della resistenza. Discorsi, scritti ed epigrafi, Laterza, Tempi Nuovi 92, Roma-Bari
1977, p. XIX. Para la imagen que BOBBIO tenía de la figura de CALAMANDREI véase del
propio Norberto BOBBIO “Piero Calamandrei”, contenido en Italia civile. Ritratti e testimonianze,
Passigli Editore, Il filo rosso 6, Firenze, 1986, pp. 222-246. In fine -p. 245- apuntaba que el
florentino representó “la más alta conciencia de (la) reconstrucción moral” y que si no hubiese
tenido continuamente en frente, “como ejemplo y advertencia (su) la lucha por la justicia”, la
historia reciente le habría parecido más “escuálida y triste”; e incluso, que el futuro le parecería
más oscuro si no pudiese “recibir fuerza, incitación, confianza de sus escritos”. Para más
retratos sobre figuras antifascistas véase Alessandro GALANTE Garrone, Padre e figli, Albert
Meynier, Libertà e giustizia, Torino, 1986.
64
Norberto BOBBIO, si bien crecido “en un ambiente familiar simpatizante del régimen (el
padre, prestigioso médico, había cubierto incluso posiciones oficiales)” se ligó durante la
dictadura con “amigos que lo habían precedido en el rechazo del fascismo, como Leone
Ginzburg”, al grado de militar en el Partito d´Azione. Prieto ROSSI en su Introduzione a Pietro
ROSSI (coord.), Norberto Bobbio tra diritto e politica, Editori Laterza, Universale 857,
Roma-Bari, 2005, p. VIII. “BOBBIO -prosigue ROSSI- entró en contacto, poco después de los
años treinta, con el ambiente antifascista pisano (en particular con Guido Calogero y Aldo
Capitini). Más tarde, transferido a Padova, se adhirió en octubre de 1942 al Partido de Acción
clandestino, y fue cercano a Concetto Marchesi; en 1945-46, después, colaboró con muchos
artículos en el periódico del Partido de Acción <<Guistizia e Libertà>>, dirigido por Franco
Venturi”. Idem, pp. VIII y IX. Sobre BOBBIO, el fascismo y su opción por el antifascismo véase
el apartado 2. Il rapporto di Bobbio con il fascismo e la scelta per l´antifascismo e la Resistenza,
de Massimo L. SALVADORI, “Bobbio e la politica”, en idem, pp. 18 y ss. Y ver sobre todo, para
la “intención de profundizar el significado de la antítesis entre fascismo y democracia en el
pensamiento de Bobbio y de reconstruir el modelo interpretativo del cual tal antítesis representa
la estructura esencial”, Michelangelo BOVERO, “Fascismo e democrazia nel pensiero di
Norberto Bobbio”, que es la introducción al libro que edita, Norberto Bobbio. Dal fascismo alla
democrazia... op. cit., pp. 7-34. Sobre la figura de BOBBIO con referencias a su antifascismo
véase de Gregorio PECES-BARBA, “Introducción. La figura y el pensamiento de Norberto
Bobbio”, contenido en Norberto BOBBIO, Igualdad y libertad, trad. Pedro Aragón Rincón,
Paidós I.C.E.-U.A.B., Pensamiento Contemporáneo 24, Barcelona, 1993, pp. 9-49.
31
a saber: el que conduce entre “democracia y derecho, entre derecho y razón,
entre razón y paz, entre paz y derechos humanos”.65
“Son estos cuatro nexos” -escribe FERRAJOLI- “la enseñanza más
valiosa de Norberto Bobbio”.66 Son esos cuatro nexos, me parece que habría
que añadir, un valioso legado antifascista. El fascismo, en este sentido, habría
enseñado que hay un nexo indisoluble entre dictadura y negación del derecho,
entre negación del derecho y voluntarismo, entre voluntarismo y guerra, entre
guerra y negación de los derechos humanos.
Si es cierto que “sin derechos del hombre reconocidos y protegidos no
hay democracia” y “sin democracia no están las condiciones mínimas para la
solución pacífica de los conflictos”,67 es decir, que el nexo mínimo indisoluble
es entre derechos fundamentales, democracia y paz, resulta claro que la forma
extrema de la antítesis no puede ser más que fascismo: desprecio por la
persona, por la democracia y vocación por la guerra.68
Como bien lo representa BOVERO, a propósito de la contraposición
entre esos tres
<<ideales>>
bobbianos y las tres dimensiones de la
<<rozza
materia>>: “la aspiración a la paz se opone al reino de la violencia, el principio
universalista de los derechos del hombre se opone al mundo particularista de
las pasiones y de los intereses, la idea de la democracia como transparencia,
como
<<gobierno
público en público>>, se opone a la cortina ideológica de los
65
Luigi FERRAJOLI, La ragione ultima del diritto, “il Manifesto”, sabato 10 gennaio 2004, p. 5.
Norberto BOBBIO nos enseñó “que en la construcción de la democracia y de la paz no existen
alternativas al derecho; que en la construcción del derecho no existen alternativas a la razón (y)
que esta razón, en suma, es esencialmente la razón y <<il punto di vista degli oppressi>>”.
Ibidem.
66
Luigi FERRAJOLI, “Diritti e comportamenti”, en Corrado OCONE y Redazione di Reset,
Bobbio ad uso di amici e nemici, Marsilio, I libri di Reset, Venezia, 2003, p. 182, texto con
ligeras modificaciones respecto de Luigi FERRAJOLI, La ragione ultima... op. cit., y también
publicado como Ai pessimisti dico (con Bobbio): il diritto lo fanno gli uomini, “Reset”, n. 74,
novembre-dicembre 2002, pp. 94-95.
67
Norberto BOBBIO, L´età dei diritti. Dodici saggi sul tema dei diritti dell´uomo, Eunaudi, ET
Saggi 478, Torino, 1997, p. VII.
68
Para Michelangelo BOVERO este “triple ligamen necesario” se puede expresar así: “sin
derechos fundamentales universalmente reconocidos y protegidos, la democracia se reduce a
vacía apariencia, y la paz a una máscara engañosa del dominio del más fuerte, siempre
expuesto (y hoy más que nunca) a la rebelión incluso violenta, bárbara y brutal de quienes se
ven tratados como no personas; sin democracia, no están las condiciones mínimas para la
solución pacífica de los conflictos políticos y sociales, y los derechos permanecen a merced de
poderes arbitrarios y discrecionales; sin paz, es decir, en condiciones de amenaza de guerra o
en ésta, los derechos pueden ser suprimidos o abolidos, o aún más fácilmente violados, y la
democracia puede ser endurecida en formas autoritarias o desnaturalizada por pulsiones
demagógicas”. Michelangelo BOVERO, “La teoria generale della politica. Per la ricostruzione
del <<modello bobbiano>>”, en Pietro ROSSI (coord.), Norberto Bobbio... op. cit., p. 107.
32
engaños y a la opacidad del poder”.69 En suma, si una gran figura antifascista
sobresale en Italia, esta es la de BOBBIO. Si un gran maestro tuvo
FERRAJOLI, fue el antifascista Norberto BOBBIO.
Ahora bien, si el antifascismo del que se ha nutrido culturalmente
FERRAJOLI es el que ha presentado una dimensión liberal igualitaria, la
cercanía y convivencia con otra línea antifascista, como aquella que
representara Lelio BASSO, no niega tal tesis sino que la fortalece: las
coincidencias eran posibles porque esa vertiente “socialista marxista” sabía
percibir “la aspiración a la libertad”, como lo dijera Ermanno BARTELLINI,70 el
“más maduro y el más preparado”, decía precisamente BASSO, de los jóvenes
con los que empezó su actividad antifascista.71
Lelio BASSO fue desde muy joven un opositor al régimen,72 fundador del
Movimento per l´unità proletaria (MUP), organización que en 1943 concurrió a
la formación del Partito socialista d´unità proletaria (PSIUP), del cual también
fue dirigente.
Durante la Liberación, BASSO fue el jefe de la organización socialista en
Lombardía y después en la Alta Italia, dando una importante contribución a la
Resistencia contra el nazifascismo. Fue de los principales organizadores y
dirigentes de la insurrección milanés del 25 de abril de 1945.73
69
Michelangelo BOVERO, “<<Gli ideali e la rozza materia>>. Il dualismo politico di Norberto
Bobbio”, en Luigi FERRAJOLI y Paolo Di LUCIA (coordinadores), Diritto e democrazia nella
filosofia di Norberto Bobbio, Giappichelli editore, Torino, 1999, pp. 155-156. Si, como apunta
FERRAJOLI, está en curso “una involución neoabsolutista de nuestras democracias y
conjuntamente una regresión de las relaciones internacionales a una suerte de estado de
naturaleza planetario, en base a la ley del más fuerte” -Principia iuris..., vol. II, op. cit., p. 78-,
entonces vale la sugestiva comparación de Lelio BASSO, quien veía en el presente capitalismo
una forma de fascismo: “la tendencia inmanente del mundo capitalista de hoy es la tendencia
hacia la concentración universal del poder económico y político en poquísimas manos, hacia
una forma de fascismo univeral”. Lelio BASSO, Capitalismo monopolistico e strategia operaia,
“Problemi del socialismo”, nn. 7-8, luglio-agosto, p. 114. En nota a pie de página en ibidem,
BASSO citaba estas líneas de FOSSAERT, R., L´avenir du capitalisme, Paris, 1961, p. 114,
supongo, reconociendo el origen de tal idea: “La evolución de las estructuras económicas del
capitalismo hacia un estatalismo y un centralismo creciente parece la hipótesis más plausible
(...) y pude conducir a una fascistización de los sistemas políticos capitalistas”.
70
Ermanno BARTELLINI, La rivoluzione in atto e altri scritti, La Nuova Italia, Maestri e
compagni (Biblioteca di studi critici e morali) 32, Firenze, 1967, p. 236.
71
En su Premessa, p. VIII, de idem.
72
A los 24 años de edad, Lelio Basso participaba en la lucha antifascista, de modo que en
1927 entra en Giovane Italia, una organización clandestina de inspiración republicana. Al inicio
del siguiente año asume la dirección de la revista Pietre, nacida en ambientes estudiantiles
como instrumento de unión entre grupos antifascistas de diversas ciudades.
http://www.leliobasso.it/vita/lavita_1926_1940_testo.htm. Consulta ésta (y las siguientes)
realizada en julio de 2011.
73
http://www.leliobasso.it/vita/lavita_1940_1945_testo.htm
33
En 1946 BASSO fue electo diputado para la Constituyente por MilánPavia. En la Asamblea Constituyente tuvo un rol importantísimo dada su
formación jurídica.
En los años cincuenta denunció la no actuación de la Constitución.
Fueron años en que BASSO asumió, “en procesos que alimenta(ron) el debate
político, la defensa de los partisanos, de los obreros, de los campesinos, contra
la acción, frecuentemente antidemocrática, de los aparatos del Estado”.74
Lelio BASSO en los años setenta organizó seminarios conocidos como
“estudios marxistas” a los cuales concurrió FERRAJOLI. Ello sirvió, como podrá
imaginarse, para hacer más intensa la influencia del ex dirigente socialista
sobre el autor en estudio.
Otra figura antifascista de la vertiente socialista, que sabía percibir “la
aspiración a la libertad” y presente en nuestro autor, fue el sindicalista, militante
del Partito d´azione, constituyente y discípulo del comunista Giuseppe De
VITTORIO, Vittorio FOA, quizá con quien más estuvo ligado políticamente Luigi
FERRAJOLI.
El mismo FOA ha ofrecido pautas para confirmar esa convergencia
política e ideológica con nuestro autor.75 En efecto, el líder sindicalista sostenía
que la oposición al fascismo -despertada en él por el asesinato de Giacomo
MATTEOTTI- fue una “fe juvenil en la democracia (que) no la abandonó ni
siquiera en las fases de radicalismo y de jacobinismo”,76 que “aquella
democracia liberal, o formal, o burguesa o como le quieran llamar”, la criticó
“por sus desigualdades, por sus desequilibrios y sobre todo por habernos dado
el fascismo”, pero nunca la negó.77
Asimismo, añadía que el “sindicalismo revolucionario” le interesó “como
expresión de democracia directa durante la Resistencia y después (...) como
permanente exigencia de control”.78 En este sentido, la Resistencia me
74
http://www.leliobasso.it/vita/lavita_1949_1956_testo.htm
Véase Vittorio FOA, Il Caballo e la Torre. Riflessioni su una vita, Einaudi, Gli struzzi 422,
Torino, 1991. De Vittorio FOA véase asimismo su introducción a I lavoratori studenti.
Testimonianze raccolte a Torino, Einaudi, Torino, 1969, pp. 9-48, testimonios que tienen en
común -decía FOA- el interés de los entrevistados de tener cuatro horas de trabajo y cuatro
horas de estudio; su intervención en Paul GINSBORG (coord.), Le virtù della Repubblica, Il
Saggiatore, Milano, 1994 y su Prefazione a Ilvo DIAMANTI, Politica all´italiana. La parabola
delle riforme incompiute, Il Sole 24 ore, Le sfide Politica all´italiana, Milano, 2001, pp. IX-XVIII.
76
Vittorio FOA, Il Caballo e la Torre... op. cit., p. 23.
77
Idem, p. 24.
78
Idem, pp. 33 y 34.
75
34
enseñó -agregaba FOA- cosas que duraron: “La primera es aquella del
gobierno desde abajo (...) La segunda es aquella del carácter político de la
guerra de pueblo y, en consecuencia, también del carácter político de las
luchas obreras”.79 Por ello: “Antifascismo es, para mí, el deseo de intervenir
contra toda amenaza a la libertad. Antifascismo es pluralismo político y
pluralismo social, es decir, legitimación de las diferencias. Es la democracia
como participación y no sólo como garantía. Es el rechazo de cualquier
delegación global, la confianza en los estímulos que vienen desde abajo”.80
Son pues esas nociones de la política desde abajo y del antifascismo
como afirmación de la democracia las que, me parece, más resaltan en la
convergencia entre nuestro autor y Vittorio FOA, como tendremos oportunidad
de observarlo a lo largo de esta tesis.
Y sería el caso también de Umberto TERRACINI: comunista, Presidente
de la Constituyente,81 coordinador de los senadores de su partido, miembro entre otras- de la Associazione dei giuristi democratici, Presidente de la
Associazione nazionale dei perseguitati politici antifascisti, pero ante todo, un
hombre de una gran congruencia moral y a quien conoció nuestro autor a
finales de los años sesenta y con quien compartió batallas políticas.82
79
Idem, pp. 143 y 144.
Idem, p. 167. De igual forma apuntaba quien fuera condenado por el Tribunal especial con la
agravante de haber redactado algunos artículos económicos en los cuales criticaba el esquema
corporativista del fascismo -véase al respecto Giovanna MARIO, en la entrada “Vittorio Foa” de
la Enciclopedia dell´antifascismo...., vol. II, op. cit., p. 374- que por mucho tiempo aceptó “la
relación entre estructura y sobreestructura”, pero que nunca creyó haber aceptado “el
marxismo como un canon de interpretación global de la realidad”. Vittorio FOA, Il Caballo e la
Torre... op. cit., p. 34. Es más, sostenía: “No creo haber escrito nada de stalinista”. Idem, p.
204. “No fui nunca comunista y ninguno jamás me pidió serlo, quizá por mi impermeable
individualismo pequeño-burgués que resistió también a décadas de trabajo sindical”. Idem, p.
217.
81
Sobre el papel de TERRACINI -y de BASSO, entre otros- como constituyente, véase Chiara
GIORGI, La sinistra alla Costituente. Per una storia del dibattito istituzionale, Carocci editore,
Studi storici Carocci/7, Urbino, 2001.
82
Sobre el itinerario político de TERRACINI véase la entrada “Umberto Terracini” a cargo de
Clemente MAGLIETTA en Enciclopedia dell´antifascismo...., vol. VI, op. cit., pp. 51-56; Arturo
GISMONDI, Umberto Terracini. Intervista sul comunismo difficile, Laterza, Saggi tascabili
Laterza 52, Roma-Bari, 1978; Aldo AGOSTI, “La vita di Umberto Terracini è storia del
movimento comunista e dell´Italia”, en Istituto Gramsci di Alessandria, Umberto Terracini nella
storia contemporanea, Edizioni dell´orso, Alessandria, 1987, pp. 15-37 y Stefania COLETTA,
“La formazione di Terracini: la famiglia, i primi anni di lotte, l´Ordine Nuovo”, en Aldo AGOSTI
(coord.), La coerenza della ragione. Per una biografia politica di Umberto Terracini, Carocci,
Ricerche/35, Storia, Roma, 1998, pp. 17-59. Del propio TERRACINI véase asimismo:
Introduzione a Umberto TERRACINI, Pietro INGRAO, et al., La riforma dello Stato. Atti del
Convengo promosso dall´Istituto Gramsci Roma, 16-18 gennaio 1968, Edizioni Riuniti-Istituto
Gramsci, Roma, 1968, pp. 11-17; Introduzione a Giuseppe BETTIOL, Giovanni LEONE, et al,
Atti del convegno su la crisi della giustizia in Italia, Sansoni, Firenze, 1971, pp. XI-XVI;
80
35
La coincidencia de intereses y posturas políticas no es de sorprender
cuando se tiene en cuenta que el antifascista TERRACINI -quien, cabe decirlo,
estuvo de forma ininterrumpida en las cárceles fascistas desde el verano de
1926 hasta agosto de 1943- tuvo en el dopoguerra un especial interés por el
papel transformador del poder judicial;83 que en la constituyente luchó por los
derechos de tradición liberal y que incluso propuso -siendo la remisión a
Cesare BECCARIA inevitable- que las penas restrictivas de la libertad personal
no debían superar la duración de quince años, sin dejar de mencionar su
denuncia permanente a la no actuación de la Constitución.84
Tampoco sería de sorprender cuando se observa que TERRACINI tuvo
en todo momento una apertura hacia los sectores progresistas externos a su
partido, no alineándose ciegamente a las directivas de éste y sí en abierto
diálogo con aquellos;85 que mostró su aversión al stalinismo y tuvo fuertes
críticas al régimen soviético.86
Pero se reitera: la figura antifascista de TERRACINI es una inevitable
presencia en las generaciones antifascistas post régimen fascista -en las que
ubicamos a nuestro autor- ante todo por su enseñanza moral.87
Prefazione a Cesare PILLO, I comunisti e il Sindacato, Palazzi Editore, Saggistica 4, Milano,
1972, pp. VII-X y la Prefazione a Athos LISA, Memorie. Dall´ergastolo di Santo Stefano alla
Casa penale di Turi di Bari, Feltrinelli Editore, I fatti e le idee. Saggi e Biografie 258, Biblioteca
di Storia contemporanea, Milano, 1973, pp. 7-13.
83
En su Introduzione a Giuseppe BETTIOL, Giovanni LEONE, et al., Atti del convengo su la
crisi3 op. cit., p. XIII, apuntaba TERRACINI: “Es un hecho que la Magistratura, a la cual la
coyuntura histórica había propuesto en los primeros años de la Liberación una grandiosa tarea
que la habría hecho un artífice mayor de nuestra renovación nacional, prefirió retroceder y
permanecer pasiva, debido a la intrínseca dificultad o quizá peligrosidad de la empresa, debido
también por el connatural condicionamiento ideológico”.
84
Al respecto véase Francesco BARBAGALLO, “Terracini, comunista antistalinista, alla
Costituente e al Senato”, en Aldo AGOSTI (coord.), La coerenza della ragione... op. cit., pp.
133-142.
85
Sobre el particular véase Ugo SPAGNOLI, “Partecipazione popolare e società civile nel
pensiero e nell´opera di Umberto Terracini costituente e nel dibattito odierno”, en idem, pp. 143159. ¿Y cómo pudo sobrevivir políticamente TERRACINI a la hegemonía de su partido no
obstante su herejía? Una razón puede ser que de él su partido apreciaba su sensibilidad a los
problemas jurídicos. No obstante su expulsión en 1943, en el PCI eran concientes que se
necesitaban juristas preparados que tenían que confrontarse con los de otras fuerzas políticas
en la Constituyente. TERRACINI había demostrado ya su capacidad, entre otras, en su defensa
y la de sus compañeros en el <<processone>> de 1928. Idem, pp. 145 y 146.
86
Así hablaba TERRACINI de la URSS en 1978: “El régimen totalitario que rige en la Urss no
es el fruto de un proceso degenerativo de las instituciones democráticas nacidas de la
revolución, los soviet, sino de su aprisionamiento en una estructura estatal artificiosamente
construida a imagen y semejanza del partido, es decir, estrechamente centralizada”. En Arturo
GISMONDI, Umberto Terracini. Intervista sul... op. cit., p. 15.
87
De ahí la reivindicación de su figura cuando se defiende la Constitución italiana y el legado
antifascista: “... hablando y escribiendo de él podemos indicarles a las jóvenes generaciones el
ejemplo de una vida en la cual coherencia y libertad premiaron las enormes dificultades y los
36
Por último, valdría lo anteriormente señalado para otras figuras
antifascistas también del área comunista que FERRAJOLI ha conocido y con
las cuales ha compartido batallas políticas: el por muchos años director de
L´Unità, Pietro INGRAO y su discípula, la periodista y política, Rossana
ROSSANDA.
En efecto, de acuerdo a lo que cuenta el propio INGRAO88 es posible
observar no sólo en él una personalidad asimismo abierta a otras expresiones
de la izquierda sino una cierta sintonía política que ha permitido mantener, me
parece, ese diálogo entre un liberal igualitario, como es nuestro autor, con un
igualitario no iliberal, como lo es -o me parece que podría ser- Pietro INGRAO.
Para el maestro de ROSSANDA, el partido comunista durante el régimen
fascista se le presentó como el instrumento para conducir la batalla por la
libertad;89 posteriormente, su conocimiento sobre la URSS vino en los años
treintas, en gran parte por textos que no eran pro STALIN;90 tuvo una sana
relación con los liberalsocialistas que conoció en el ´40 - ´41: RAGGHIANTI,
CALOGERO, CAPITINI, BINNI, teniendo con el segundo una relación muy
intensa;91 después de la crisis del ´56 contó para su ulterior formación la fusión
que se dio en la Milán de los primeros años sesenta entre la batalla cultural de
FORTINI,
la
ambigüedad,
<<Ragionamenti>>,
no
obstante
interesante,
de
la
revista
la traducción de ADORNO de Minima moralità y la apertura a
la cultura de Frankfurt, la relación con toda una ala de los intelectuales
frenceses de izquierda, de SARTRE a MERLEAU-PONTY, la Casa de la
cultura, primero bajo la dirección de BANFI y después de ROSSANDA,92 en
suma, nada prosoviético, afirma quien esto escribe.
De igual forma, Pietro INGRAO siempre se ha considerado ajeno al
pensamiento de una política unitaria y a favor de la relación con el área
socialista, incluso tuvo amistad con BASSO y ha sentido la necesidad de una
sufrimientos vividos, y recordar que la primera firma a una bella Constitución que resiste, a
pesar de todo, es aquella de un hombre noble tal cual fue Umberto Terracini”. Ugo SPAGNOLI,
en “Partecipazione popolare e società civile nel pensiero e nell´opera di Umberto Terracini
costituente e nel dibattito odierno”, contenido en Aldo AGOSTI (coord.), La coerenza della
ragione... op. cit., p. 158.
88
Véase Pietro INGRAO, Le cose impossibili. Un´autobiografia raccontata e discussa con
Nicola Tranfaglia, Editori Riuniti, I Libelli, Roma, 1990.
89
Idem, pp. 16 y 17.
90
Idem, p. 21.
91
Idem, p. 24.
92
Idem, pp. 121 y 122.
37
izquierda plural y una
<<curiosidad>>
hacia los otros filones de la izquierda, por
lo que se define no un integralista sino “un hombre de
ha manifestado que no creía en el
<<modelo
<<frontera>>;
93
asimismo
chino>> y que de Cuba regresó -en
1961- desilusionado: “quedé sorprendido de la ausencia de cualquier forma de
democracia, aun en los niveles más simples”.94
En suma, hay que destacar que INGRAO es un hombre que piensa que
la libertad no puede ser sacrificada a la igualdad porque entonces también la
igualdad sería falsa, sería prisión.95
1.1.3 La lucha por el derecho
H
e apuntado que democracia, derecho, razón, paz y derechos
fundamentales son ideas-fuerza que están en la base de la cultura
antifascista que hereda FERRAJOLI. Mi insistencia ahora estaría en la tesis de
que las mismas no son un legado político y moral estático.96
Esos valores que constituyen la cultura antifascista que hereda nuestro
autor serían nada si no estuvieran acompañados por la convicción de que es
preciso luchar, y luchar siempre, permanentemente, por ellos. “El fascismo fue
en cierto sentido la autobiografía de una nación que renuncia a la lucha política,
que tiene el culto de la unanimidad, que huye de la herejía, que sueña el triunfo
de la facilidad, de la esperanza, del entusiasmo”.97
De ahí que podamos leer en nuestro autor líneas que recuerdan esa
lección:
... la experiencia enseña que ninguna garantía jurídica puede sostenerse
exclusivamente sobre las normas; que ningún derecho fundamental puede
sobrevivir concretamente sin el apoyo de la lucha por su realización por
parte de quien es su titular y de la solidaridad con ella de fuerzas políticas y
93
Idem, p. 133. BASSO, MORANDI, los varios grupos de <<morandini>> hasta PANZIERI, FOA
y Fernando SANTI -expresa INGRAO- los ha considerado un componente esencial de la batalla
de la izquierda. Idem, p. 146.
94
Idem, p. 140.
95
Idem, p. 213.
96
“... la Resistencia significó reivindicación de la igual dignidad humana de todos los hombres y
rechazo de todas las tiranías que tienden a transformar el hombre en cosa”. Piero
CALAMANDREI, Uomini e città... op. cit., p. 19. El fascismo fue -seguimos con
CALAMANDREI- la negación de la exigencia de Cesare BECCARIA: “No hay libertad siempre
que las leyes permitan que, en algunos eventos, el hombre cese de ser persona y devenga
cosa”. Es decir, el hombre regresó a ser una cosa desde la bestial ferocidad del escuadrismo
fascista: “no sólo objeto de explotación servil, como una bestia de carga, para los jefes que
financiaban las expediciones punitivas, sino objeto de burla sanguinaria y de torturante juego”.
Idem, p. 8.
97
Carlo ROSSELLI, Socialismo liberale... op. cit., p. 117.
38
sociales; que, en suma, un sistema jurídico, incluso técnicamente perfecto,
no puede por sí sólo garantizar nada.98
Y diría aún más. Esa lucha no sólo es externa -en el sentido de llevada a
cabo en las instituciones y en las plazas- sino también interna: en el fuero
interno de los hombres y mujeres de esa larga generación de antifascistas, ya
sea ejerciendo una resistencia moral en contra de los poderes, de cualquier
tipo, ya sea en contra de ese culto a la unanimidad o al triunfo fácil del que
hablara ROSSELLI.99
Se entenderá de este modo por qué si la Resistencia y, en general, el
antifascismo han dado fortaleza interna y constituye un patrimonio cultural y
político de esa larga generación, ha sido -y es aún- subvalorada en la
98
Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., p. 942. El último apartado de esta obra
intitulado Garantismo y transformación social, pp. 940-948, me parece que revela en gran
medida ese FERRAJOLI antifascista aquí propuesto: “Sólo a través de la lucha por los
derechos, que quiere decir su constante ejercicio y su defensa tenaz frente a todo posible
obstáculo, amenaza o violación puede garantizarse su posesión efectiva y la consiguiente
valorización de la persona. Un derecho no ejercitado o no defendido está en realidad destinado
a decaer y finalmente a sucumbir”. Idem, p. 944. “... aun cuando no llegue a la ruptura desde
fuera del derecho vigente”, prosigue el autor italiano, “toda lucha en defensa de los derechos
violados o insatisfechos es una lucha de resistencia; y siempre se sirve, como instrumentos de
acción y de comunicación social, de otros derechos fundamentales: de la libertad de opinión a
la libertad de asociación, de la libertad de reunión al derecho de huelga”. Idem, p. 945. “Puede
decirse, en efecto, que así como la identidad y el valor de un individuo como persona provienen
de sus derechos fundamentales y de la lucha por su realización, también un pueblo o un
movimiento adquieren identidad y valor de sujetos colectivos en cuanto luchan por la afirmación
de derechos fundamentales”. Idem, p. 946. El FERRAJOLI heredero de la cultura antifascista,
me parece, también se revela al final de Principia iuris, vol II: “La política está perdiendo las
dimensiones del tiempo: ya sea la memoria del pasado, o sea del <<nunca más>> de la cual
nacieron las constituciones y las cartas del secondo dopoguerra, ya sea la prospectiva y la
proyección del futuro no inmediato”. Luigi FERRAJOLI, Principia iuris..., vol. II, op. cit., p. 605.
“Es de hecho cierto que no obstante las pasadas caídas y fracasos es siempre posible un curso
diverso de la historia; y que este curso diverso dependerá, como siempre, del rol que estén en
grado de desempeñar la política y el derecho”. Idem, p. 608.
99
Una hipótesis que se propone -ciertamente que no se desarrolla- es que parte de la
connotación de esa lucha interna estaría dada por la experiencia de muchos antifascistas entre ellos FOA, TERRACINI y BASSO- de años de cárcel durante el régimen fascista.
Considérese que el primero estuvo 9 años en prisión sin interrupción, de los 24 a los 33 años
de edad; el segundo casi 20 años y el tercero 3 años. “Tarea del recluso era entonces la de
resistir, en lo físico y en lo moral, organizando la vida carcelaria y haciendo funcionar toda
especie de intereses culturales y sociales”. Clemente MAGLIETTA, en la entrada “Terracini,
Umberto” de la Enciclopedia dell´antifascismo..., vol. VI, op cit., y Apéndice, p. 53. “Fue la
prisión -apuntaba TERRACINI- un largo paréntesis del cual ninguno de nosotros salió igual a
como entró”. Umberto TERRACINI, en Arturo GISMONDI, Umberto Terracini. Intervista sul...
op. cit., p. 61. Otro rasgo de la connotación de la lucha interna, quizá, tendría su conexión con
cierta mentalidad que exigió la guerra de Liberación misma, particularmente para los
comunistas. Véase sobre el particular, por ejemplo, Luigi LONGO, Sulla via dell´insurrezione
nazionale, Editori Riuniti, Biblioteca del movimento operaio italiano. Studi memorie documenti,
Roma, 1971.
39
confrontación política así como culturalmente controvertida100 o francamente
combatida101 por la derecha italiana.
En este sentido, una última consideración en torno a la Resistencia y al
antifascismo,102 evidentemente, en relación con nuestro autor. La cultura
antifascista en el sentido anotado supra que hereda FERRAJOLI, me parece,
está presente a lo largo de su itinerario intelectual y político pero no se propone
como la única clave de lectura. Es decir, hay antifascismo -en diverso grado- en
las distintas épocas del itinerario de nuestro autor que propongo recorrer pero
no exclusivamente.
Si tuviese que decir cuál es el rasgo característico del antifascismo,
presente en el largo itinerario intelectual y político de FERRAJOLI, diría en
resumidas cuentas que es su afirmación por los principios de civilidad.103
100
En esta línea estaría Claudio PAVONE, Una guerra civile... op. cit., obra polémica no sólo
porque distingue analíticamente la Resistencia como una lucha “patriótica, civil y de clase” sino
por la información -y la forma de presentarla- que ofrece.
101
“Los gobiernos centristas obstaculizaron con cualquier medio las iniciativas decididas (de
cine sobre la Resistencia); muchos proyectos permanecieron en el cajón; la Resistencia viene
considerada como un peligro exorcizado que era mejor dejar en el rincón de las cosas a
olvidar”. Antonio BERTINI, en la entrada “Cinema e Resistenza”, contenida en la Enciclopedia
dell´antifascismo..., vol. I, op. cit., p. 561.
102
Piero CALAMANDREI expresaba, en torno al legado de la Resistencia, que esta: “...no
terminó ahí: fue un punto de llegada, pero también un punto de partida; fue el fruto de aquello
que pocos precursores habían sembrado durante un veinteno, pero también fue una más vasta
cosecha para el futuro”. Piero CALAMANDREI, “Restaurazione clandestina”, contenido en
Norberto BOBBIO (coordinador), Piero Calamandrei. Sciti..., vol. I, op. cit., p. 357. Ahora bien,
establecer con qué intensidad y en qué momentos de la historia del segundo dopoguerra se ha
hecho uso de ese patrimonio moral conllevaría, ciertamente, una discusión que no es ésta la
sede referir. Está la tesis de que el único desarrollo de los valores de ésta, o mejor, de la
izquierda de la resistencia, fue aquél de los años 1968-69 en el movimiento de los estudiantes
y en las luchas de la clase obrera. Vittorio FOA, 25 aprile 1945 – 25 aprile 1975. Trent´anni di
resistenza o la resistenza dopo trent´anni? Cinque risposte, “il Manifesto”, venerdì 25 aprile
1975, p. 3. Otra tesis era la de Rossana ROSSANDA -apuntada hace poco más de tres
décadas- de que “la herencia profunda y no desperdiciada de la resistencia fue la apertura de
una dialéctica social que no se ha cerrado desde entonces”. Rossana ROSSANDA, idem, p. 4.
“Si debiera reflexionar -apuntaba en los setenta ROSSANDA- sobre estos treinta años, me
parece que comenzaría aquí: destruyendo todas las categorías resistenciales, como premisas,
condiciones, momentos históricamente definidos y cerrados”. Ibidem. Otra postura sería la de
Paul GINSBORG, quien ubica “en los primeros años 60´s y al inicio de los años 70´s” los dos
momentos claves para la historia de la República en que los combatientes de la Resistencia le
dieron “a los italianos nueva fe en sí mismos, logrando construir una durable tradición
antifascista”. Paul GINSBORG, Storia d´Italia dal dopoguerra a oggi. Società e politica 19431988, Einaudi, Torino, 1989, p. 91.
103
Un capítulo en la historia de la incivilidad tendría como gran protagonista a MUSSOLINI.
CALAMANDREI contaba que una vez escuchó desde una radio de una casa -quizá en la
primavera de 1939- “aquella oratoria convulsa” del “habitual funesto charlatán iracundo”, y nos
revelaba cómo se había quedado con una sola frase de MUSSOLINI: <<...deberíamos hacer
tabla rasa de todo aquello que se llama la vida civil...>>. Piero CALAMANDREI, en “L´Italia ha
ancora qualcosa da dire”, contenido en Norberto BOBBIO (coordinador), Piero Calamandrei.
Sciti..., vol. I, op. cit., pp. 56-72, que es el discurso que pronunciara en la toma de posesión
como rector en la Universidad de Florencia el 15 de septiembre de 1944. Y la promesa fue
40
La línea que cruzaría la presente obra -en este tenor de ideas- podría
ser esta precisamente: un testimonio en la creencia y lucha por la civilidad
frente a los apologetas y -en algunos casos- ejecutores de la incivilidad.104
Y entre esos principios de civilidad, me parece, en FERRAJOLI están
sobre todo los derechos fundamentales, acompañados por el Estado
constitucional de derecho y la democracia; inevitablemente redimensionados
tras la dura experiencia del nazifascismo.
Al día siguiente de aquél evento histórico que fue la derrota del
nazifascismo, se descubre de hecho que el consenso popular del cual
también los sistemas totalitarios gozaron no garantiza para nada la calidad
de la democracia contra la degeneración del poder político. Y es así
descubierto el valor de la constitución en cuanto conjunto de meta-reglas
impuestas a los titulares de los poderes públicos, aun de mayoría, y por ella
vinculados a la recíproca separación y al respeto de los derechos
fundamentales (...) Se trata de una transformación radical de paradigma del
derecho moderno: una suerte de segunda revolución que cambia al mismo
tiempo la naturaleza del derecho, la naturaleza de la política y la naturaleza
de la democracia.105
mantenida -proseguía CALAMANDREI. “Esta fue la pena más torturante; pensar que las
naciones civiles de todo el mundo, entre las cuales la nación italiana sabe tener su puesto,
hayan podido creer que en verdad la Italia del derecho romano y de los glosadores, la Italia de
San Francisco y de Dante, la Italia del Renacimiento, la Italia de Vico, de Alfieri, de Foscolo y
de Carducci hubiese podido renegar de improviso, por decreto de un dictador, de estas
grandes ideas de justicia y de libertad civil, esta tradición de humanidad y de piedad que es la
nota más constante y más profunda de nuestro carácter; que la Italia de Beccaria hubiese
podido llegar a ser un país de ejecutores y de torturadores, la Italia de Mazzini un país de
nacionalistas opresores de la libertad, la Italia de Manzoni un país de nefastos racistas”. Idem,
p. 67. BOBBIO, en otra sede, lo decía bien -haciendo referencia a los comunistas que
despreciaban la civilidad burguesa- en 1952: “La política de la <<tabula rasa>> es la política de
los bárbaros”. Norberto BOBBIO, “Dialogo tra un liberale e un comunista”, en Politica e cultura,
Giulio Einaudi editore, Einaudi Reprints 3, Torino, 1974, p. 70.
104
Bajo estas coordenadas es como se da una de las mayores polémicas en la historia de la
Resistencia. El asesinato del gran intelectual italiano Giovanni GENTILE el 15 de abril de 1944
en Florencia, a manos de un comando GAP (Gruppi d´azione patriottica), generalmente
compuesto de comunistas resistentes fue, para algunos, regalarle un triunfo a los
verdaderamente inciviles. Para los fascistas fue la confirmación de que la incivilidad estaba en
el otro bando. Sobre este tema Vittorio FOA refiere, en polémica con nuestro autor: “Yo veía en
Gentile un combatiente y no un símbolo y en consecuencia aprobaba la posición de los
compañeros. En años recientes, interrogado por amigos, confirmé aquél juicio creando estupor,
sobre todo de mi querido amigo Luigi Ferrajoli con quien hay tanta coincidencia de puntos de
vista. También ahora no pienso que ser un filósofo, incluso un gran filósofo, constituya una
atenuante”. Vittorio FOA, Il Caballo e la Torre... op. cit. p. 157.
105
Luigi FERRAJOLI, Giurisdizione e democrazia, “Democrazia e diritto”, n. 1, gennaio-marzo
1997, p. 286.
41
1.2 Una caracterización de la Italia del segundo dopoguerra
1.2.1 Política y Derecho
E
n la ubicación de Luigi FERRAJOLI en el tiempo y en el espacio se
hace necesario caracterizar la Italia del segundo dopoguerra. Como
se adelantó en el apartado precedente, en la Italia post fascista se dio una
pronunciada divergencia entre el ideal de nuevo país que se quería y la
realidad política que el nuevo régimen imponía.
Evidentemente, el autor en estudio no sólo es históricamente ubicado en
ese contexto de lucha por afirmar los nuevos derechos, principios y valores
consagrados en la Constitución de 1948 (contra la franca decisión de la
Democracia cristiana -DC en adelante- por retardarlos),106 sino que -se insiste,
y es gran parte del camino emprendido en la presente tesis- de hecho ha
formado parte -teórica y política- en ese esfuerzo por lograr una mayor
afirmación del derecho y los derechos en la Italia republicana.107
Esa divergencia entre mundo ideal y mundo real en lo político tuvo
resonancia, por supuesto, en los ámbitos económico y social. De ahí que, en la
revisión que se emprende a continuación sobre el conflicto presentado por
106
Cabe advertir que hay una extensa literatura -proporcional al debate desarrollado- sobre la
continuidad/no continuidad, y hasta qué punto, del régimen fascista al postfascista. Para
Franco De FELICE, La questione della nazione repubblicana, Laterza, Percorsi 2, Roma-Bari,
1999, p. 25, se trató de un “encuentro entre el cambio de la forma de organización política de
las masas siguiente a la caída del fascismo (...), y la permanencia de una estructura económica
que tiene en el capitalismo monopolista de Estado el dato dominante”. Me parece que,
ciertamente, hubo avances democráticos (a partir de 1956 se comenzó a dar lo que llamaron el
disgelo costituzionale con el nacimiento de la Corte constitucional) pero estos fueron lentos, no
queridos por la DC, y que la historia del segundo dopoguerra bien puede ser leída como la
historia de esa lucha por la actuación de la Constitución de 1948. En este sentido, retomo la
clave de lectura ofrecida por Paul GINSBORG ofrecida en Storia d´Italia3 op. cit. Para
comentarios a ésta véase Massimo PACI y Raffaele ROMANELLI, Discutono su <<Resenti
volumi di storia dell´Italia repubblicana>>, “Stato e mercato”, n. 40, aprile, 1994, pp. 105-125.
107
No me detengo -pues no es el objetivo de este apartado, ni de la presente tesis en generala formular una hipótesis rigurosa del grado de condicionamiento histórico del fascismo, de los
sucesos bélicos ni de los años de la reconstrucción en la formación de nuestro autor, aún
cuando es cierto que tal realidad histórica sería sugerente para recrear los primeros años de
formación de FERRAJOLI, a los cuales, es verdad, llegan los ecos del derrumbe de las
estatuas y los símbolos fascistas, del grito del pueblo contra sus jefes y el Duce, de la exigencia
de que a los jerarcas todavía vivos se les confisquen los bienes y se les someta a procesos
ejemplares; años en que hay escasez de víveres, de aterradores choques entre partigiani
contra neosquadristi (se calcula que los primeros llegaban a 100 mil combatientes); en que
Italia, en suma, se parece “a un Estado feudal donde hay diversidad de centros de poder”.
Caracterización que hace Simona COLARIZI, La seconda guerra mondiale e la Repubblica, en
Giuseppe GALASSO (director), Storia d´Italia, vol. XXIII, Unione Tipografico-Editrice Torinese,
Torino, 1984, p. 264.
42
anteponer determinado derecho y no otro, así como determinados derechos y
no otros, deba destacarse la incidencia en esos ámbitos.
Esa realidad histórico-social es necesario conocerla a fin advertir su
fundamental importancia en el pensamiento filosófico-político de nuestro autor:
gobierno de las leyes, no de los hombres; limitación de los poderes, con
independencia de su “presentación formal”; escepticismo en el gobierno
intrínsecamente bueno, por citar algunos ejemplos, fueron enseñanzas que la
misma experiencia imponía.
Hay que iniciar, ciertamente, de la situación que vivía Italia tras la
Liberación: un escenario sumamente complejo en lo político, económico y
social. Más de 20 años de dictadura fascista dejó un vacío político, una
economía en ruinas y una sociedad desgarrada. El fascismo destruyó el cuerpo
de la nación y quizá, a juzgar por tantos episodios, también su alma, como
apuntara Norberto BOBBIO.108
Considérese que desde noviembre de 1926 MUSSOLINI privó de
representación a todos los partidos políticos en el Parlamento, de modo que la
cultura política no era, como es claro, la de una democracia representativa.
Giuseppe MAMMARELLA nos recuerda que se requería nuevamente una
confianza en la democracia: “fue necesario ganar la confianza de los
trabajadores en el sistema democrático, educarlos en él y entrenarlos en las
técnicas de la lucha política en una sociedad democrática”.109
En realidad, el estado de cosas a la caída del régimen fascista, si bien
por muchísimos deseada, era tal que al día siguiente del 28 de abril de 1945 día en que fue fusilado MUSSOLINI-110 no se habían ido todos los viejos
108
Norberto BOBBIO, “Fascismo e antifascismo”, en Michelangelo BOVERO (editor), Norberto
Bobbio. Dal fascismo alla democrazia... op. cit., p. 118. “Rebelión, desorden y anarquía reínan
en un tejido social profundamente lacerado en sus puntos de referencia más esenciales, en el
cual la sensación de la precariedad de la existencia después de años de guerra, de hambre, de
muertes, de sufrimiento, incide sobre el comportamiento también psicológico de la masa”.
Simona COLARIZI, La seconda guerra mondiale... op. cit., p. 330.
109
Giuseppe MAMMARELLA, Italy after fascism. A political history 1943-1965, University of
Notre Dame Press, Indiana, 1965, p. 35
110
Se toma esta fecha como emblemática si bien es cierto que en la historia italiana es
relevante el 25 de julio de 1943, cuando fue destituido y arrestado MUSSOLINI y, más aún, el
25 de abril de 1945, cuando la insurrección armada proclamada por el Comité de Liberación
Nacional de la Alta Italia (CLNAI) tomó el control de casi todas las ciudades del norte del país,
es decir, se dio la Liberación. Una recreación histórica de todos esos sucesos se encuentra en
Giorgio CANDELORO, Storia dell´Italia moderna. La seconda guerra mondiale. Il crollo del
fascismo. La Resistenza, Feltrinelli, Saggi Universale Economica Feltrinelli 805, 6ª edizione,
Milano, 2002.
43
actores políticos del régimen derrocado ni terminaban de establecerse los
nuevos reconstructores de la Italia liberada. Es decir, se requería reconstruir
una sociedad a la par que se seguía desmantelando otra.
A fin de reconstruirla fue necesario un compromiso de la clase política
antifascista. La formación del Comité de Liberación Nacional (CLN),111 todavía
en el periodo bélico, fue un primer signo importante en Italia para lograr la
convergencia requerida y alcanzar acuerdos políticos que permitieran primero
luchar por -y luego restaurar la- democracia.112
Ahora bien, este cometido no estuvo exento de grandes dificultades
debido a las diversas posiciones político-ideológicas de las cuales partían los
partidos políticos que conformaron el CLN,113 sin omitir, por supuesto, que el
factor de mayor complicación lo representó la lucha por el poder mismo. Los
años de 1945 a 1947 se caracterizan por esta especial lucha.114
A estas divergencias ideológicas y franca lucha política dentro de ese
bienio habría que agregar la variable de la coyuntura externa: el interés del
Vaticano para impedir el crecimiento del socialismo y comunismo en Italia, para
lo cual apoyó a la DC,115 no menos que el apoyo claro y abierto de los Estados
Unidos al mismo partido y, claro está, por las mismas razones.116
111
Al Comité lo integraron, de izquierda a derecha, los siguientes partidos: Partido Comunista
Italiano (PCI); Partido Socialista Italiano (PSI); Partido de Acción (PdA); Partido Laborista
Democrático (PLD); Partido Democracia Cristiana (DC) y Partido Liberal Italiano (PLI). Con
excepción del PdA, todos los partidos existían antes del periodo fascista. Sobre el CLN véase
la entrada “Comitato di liberazione nazionale” a cargo de Guido QUAZZA, contenida en la
Enciclopedia dell´antifascismo..., vol. I, op. cit., pp. 600-605.
112
Tal colaboración arrojó como resultado los gobiernos de Ferruccio PARRI en junio de 1945;
el primero de Alcide De GASPERI en diciembre de 1945; el segundo de De GASPERI en julio
de 1946 y el tercero de De GASPERI, que fue el último de la unidad antifascista, en febrero de
1947.
113
Piénsese -como también lo dice MAMMARELLA- que las posiciones políticas iban de un
extremo a otro, como la del PLI, las cuales eran profundamente conservadoras y el cual “fue
abiertamente opuesto a cambios radicales en la sociedad” o aquellas posturas del PdA, que
tenía un programa de vanguardia: “adopción de una forma republicana de gobierno, creación
de autonomías regionales, leyes antimonopolistas, nacionalización de la energía eléctrica,
creación de consejos de fábrica, impuestos progresivos, de reforma agraria, educación popular,
eliminación de los privilegios de la Iglesia (...) y desarrollo del sur”. Giuseppe MAMMARELLA,
Italy after fascism... op. cit., pp. 41 y ss.
114
La historia política de Italia de la posguerra “es la historia de la lucha entre estas dos fuerzas
(comunista y democratacristiana), con sus aliados y las sucesivas alianzas”. Idem, p. vi. Tras el
rompimiento de la DC con el PCI y el PSI en la primavera de 1947, izquierda y centro-derecha
llegan seriamente enfrentados a las elecciones del 18 de abril de 1948.
115
De 1943 a 1945 los partidos políticos no se ocupan de la relación con la Iglesia católica.
Sergio LARICCIA atribuye esto a que “en aquél periodo los dirigentes del partido comunista
italiano fueron favorables a una política de real respeto en las relaciones de la institución
(Iglesia) y de las organizaciones (partido y sindicato) con funciones de representación de los
católicos”. Sin embargo -agrega LARICCIA- en vista de las elecciones administrativas previstas
44
Igualmente, complicaba el escenario italiano el avance de la Guerra
Fría,
117
la premura de financiamiento externo, con el ulterior debate de si la
reconstrucción debía ser dirigida por el Estado o por la iniciativa privada.
De igual forma, habría que anotar como un elemento adicional que
inquietaba la lucha política entre los partidos políticos la existencia aún de
partisanos, de italianos todavía armados, que a los ojos de la DC tenían
“vocación subversiva (e) intenciones revolucionarias”.118
Ahora bien, en relación a los partidos políticos y de cara a las primeras
elecciones tras el periodo fascista, se puede decir que el secreto del éxito de la
DC estaba en su disponibilidad, los socialistas se presentaban con una
presencia un poco descolorida quienes, junto con los liberales, llevaban la
responsabilidad de no haber impedido el fascismo, mientras los comunistas se
presentaban como la novedad.119
Así, en 1946 varios partidos realizaron sus congresos. Mientras la DC
afina posiciones en Roma para la competencia política, los partidos de
izquierda profundizan sus propios desencuentros. El PSI hace frente a sus
enfrentamientos internos; el PdA se dirige a su última crisis -que da como
resultado la salida de Ferruccio PARRI y Ugo La MALFA120 y el PCI confirma
inicialmente para los últimos meses de 1945 y después pasadas a los inicios de 1946, y de las
elecciones para la Asamblea constituyente se da la movilización de las fuerzas católicas a favor
de la Democracia cristiana. Sergio LARICCIA, La politica ecclesiastica italiana nel secondo
dopoguerra, “Politica del diritto”, n. 1, febbraio 1976, p. 39.
116
En este último caso, fue relevante lo que se dio en los primeros meses de 1948, es decir,
durante las elecciones que por primera vez en muchos años Italia volvía a tener, cuando EEUU
“entró a la campaña”: concedió ayudas por 176 millones de dólares (entró plenamente en
funciones el Plan Marshall en Italia), el embajador norteamericano en Roma, James DUNN, se
aseguraba que hubiera promoción de tales ayudas, se hacía que cada barco que llevaba
comida, medicina, etc. llegara a distintos puertos como Civitavecchia, Bari, Genova, Napoli,
haciéndose cada vez más político el implícito apoyo a la DC. Paul GINSBORG, Storia d´Italia...
op. cit., p. 152.
117
Una visión de cómo se iba entretejiendo la política interior de los aliados -y que no es más
que la historia definitiva de la hegemonía de EEUU y la derrota de los ingleses- la ofrece: Ennio
DI NOLFO, Gli alleati e la questione istituzionale in Italia: 1941-1946, “Quaderni costituzionali”,
n. 2, agosto, 1997, pp. 211-245.
118
Simona COLARIZI, La seconda guerra mondiale... op. cit., p. 490. Situación que vivió su
climax el 14 de julio de 1948, fecha en que Palmiro TOGLIATTI, líder del PCI, sufrió un
atentado por parte de un fanático y en el cual resultó seriamente herido; hecho, se temió, que
fuera tomado por sus partidarios como pretexto para el levantamiento armado. Y es que había
130 “brigadas garibaldianas del trabajo”, con 500 hombres cada una, que desde antes de las
elecciones del 18 de abril de ese año, se temía que hicieran una revuelta.
119
Vittorio FOA, Questo Novecento, Einaudi, Gli struzzi 479, Torino, 1996, pp. 175 y ss.
120
Fundamental, en efecto, sobre el Partido de Acción: Giovanni De LUNA, Storia del Partito
d´azione. La rivoluzione democratica (1942/1947), Feltrinelli, I fatti e le idee. Saggi e Biografie
481 Storia, Milano, 1982. Para una panorámica sobre la corta vida del partido a la luz de sus
45
su objetivo de mantener una alianza con los católicos y socialistas para lograr
las “reformas estructurales”.
La DC, por supuesto, había sabido jugar su carta de la continuidad: “la
mejor aliada (...) para cementar en torno de sí aquellos consensos moderados
y conservadores”.121
Es bajo este escenario que se llega al referéndum del 2 de junio de 1946
donde gana la opción por la República ante la opción de regresar a la
Monarquía.122 Al mismo tiempo nacía la Asamblea Constituyente123 encargada
-valga la redundancia- de elaborar un nuevo Pacto Fundamental.124
Los resultados de las elecciones para la Asamblea Constituyente fueron
los siguientes:125
corrientes véase Giovanni BELARDELLI, Il partito degli intransigenti, “Il Mulino”, n. 346, marzoaprile, 1993, pp. 239-249.
121
Simona COLARIZI, La seconda guerra mondiale... op. cit., p. 470.
122
“El 1º de junio de 1946, el día precedente al referéndum, el mismo papa Pio XII se dirige al
pueblo italiano; sin señalar explícitamente a la monarquía o a la república, hizo un llamado a
los votantes para que escogieran entre materialismo y cristianismo, entre los sostenedores y
los enemigos de la civilidad cristiana”. Norman KOGAN, L´Italia del dopoguerra. Storia politica
dal 1945 al 1966, 2ª edizione, Editori Laterza, Universale Laterza 86, Bari, 1970, p. 50, libro que
reciente, cabe decirlo, ser escrito por un norteamericano.
El elenco de anticomunismo en este periodo, por supuesto, podría continuar. Ya el 13 de julio
de 1949 fue publicado un decreto papal que prohibía a los católicos inscribirse al PCI, escribir,
leer, publicar o distribuir literatura comunista. Donald SASSOON, L´Italia contemporánea. I
partiti le politiche la società dal 1945 a oggi, Editori Riuniti, Biblioteca di storia 122, Roma, 1988,
p. 201. En abril de 1959 la Santa Sede recordó a los católicos que estaba prohibido votar por
los partidos marxistas y afirmó que estaba igualmente prohibido votar por los partidos que
podían quizá llamarse cristianos pero que en realidad colaboraban con los comunistas. Idem, p.
203.
123
“La discusión sobre la forma de gobierno, primero en subcomisión y después en la Comisión
plenaria, fue quizá la más rica de todo el trabajo asambleario”. “Fue mucho más tormentosa, en
cambio, la discusión relativa a la formación del gobierno y -sobre todo- a las relaciones de este
con las Cámaras”. Giuliano AMATO y Fernanda BRUNO, La forma di governo italiana. Dalle
idee dei partiti all´Assemblea costituente, “Quaderni costituzionali”, n. 1, aprile, 1981, pp. 64 y
ss. Para una idea de las dificultades técnicas y políticas véase “Come nasce la nuova
costituzione” de Piero CALAMANDREI contenido en Giuliano VASSALLI, Pierluigi MANTINI, et
al, Piero Calamandrei e la3, op. cit., pp. 119-125, tomado de “Il Ponte”, gennaio 1947. Para
una idea sobre la complejidad de un acercamiento historiográfico de la experiencia
Constituyente -a partir de una extensa bibliografía- en razón de la permanente divergencia de
coordenadas (fractura o continuidad, división o compromesso), véase Paolo RIDOLA,
L´esperienza costituente come problema storiografico: bilancio di un cinquantennio, “Quaderni
costituzionali”, n. 2, agosto, 1998, pp. 241-269.
124
La Constitución Republicana fue una obra colectiva, en la que participaron todas las fuerzas
políticas, lo que obligó a un gran esfuerzo por lograr consensos, mismos que no permanecieron
una vez logrado este pacto fundador. Los trabajos dieron fruto el 22 de diciembre de 1947,
cuando el texto definitivo fue aprobado con 457 votos favorables y 62 en contra. La
Constitución entró en vigor el 1 de enero de 1948. Para un breve recuento de los trabajos de la
Constituyente véase el capítulo tercero de Lelio BASSO, Il Principe senza... op. cit., pp. 131161.
125
Tomado de Giuseppe MAMMARELLA, Italy after fascism... op. cit., p. 116.
46
Partido
Democracia Cristiana
PSI
PCI
Unión Democrática Nacional
Uomo Qualunque
Partido Republicano Italiano
Bloque Libertad
PdA
Otras listas
Votos
%
8,080,644 35.1
4,758,129 20.7
4,356,686 18.9
1,560,638 6.8
1,211,956 5.3
1,003,007 4.4
637,328 2.8
334,748 1.5
1,025,130 2.7
Asientos
ganados
207
115
104
41
30
23
16
7
12
Por su parte, los resultados de las elecciones del 18 abril de 1948, las
primeras después de la conformación de la Constituyente, fueron los
siguientes:126
Partido
Votos
%
Asientos
Asientos
en
en
Diputados Senadores
8,137,047 31.0
183
72
Frente de Gente Democrática para la
Libertad, la Paz y el Trabajo (socialistas
y comunistas)
Unidad socialista (Socialdemócratas)
1,858,346 7.1
Partido Republicano
652,477 2.5
Democracia Cristiana
12,712,562 48.4
Bloque
Nacional
(PLI
y
Uomo 1,004,889 3.8
Qualunque
Partido Monárquico
729,174 2.8
Movimiento Social italiano
526,670 2.0
Otros partidos
598,985
-
33
9
304
19
8
3
131
7
14
6
-
3
9
Como se puede apreciar, la DC obtuvo la mayoría absoluta de Diputados
y la mayoría relativa de Senadores. Bajo tal mayoría ese partido comenzó a
“construir” la Nueva Italia. Es en un escenario de distinto partido pero no de
distinta estructura jurídica -y aquí el punto crucial- en que se comenzaría a dar
en Italia la “construcción” de las nuevas instituciones. Iniciaría aquí la omisión o
el retraso de las reformas e instituciones por las que se había luchado en
contra del fascismo.
En otros términos, la DC tenía a su disposición una amplia estructura
institucional heredada del régimen totalitario, la cual le fue difícil abstenerse de
126
Tomado de idem, p. 194.
47
utilizar al momento de echar a andar las “nuevas” relaciones políticas y sociales
de un régimen capitalista.127
Con una legislación fascista en muchos campos aún operante y con un
aparato estatal que el fracaso de la depuración dejó casi intacto en sus
cuadros de la época dictatorial, la DC está en grado de gobernar el país sin
comprometer el cuadro institucional, conservando la fisonomía de partido
democrático, eje de un equilibrio parlamentario y de un orden social y
político, contrapuesto a los extremismos de derecha y de izquierda.128
Se entenderá así que la storia del decennio -la década de los cincuentafuera para algunos la storia delle attività della Democrazia cristiana. “Los años
50´s fueron en realidad el periodo crucial en el cual la Democracia cristiana
puso las bases del propio sistema de poder en el Estado, conquistando con ello
y otros medios un nuevo consenso en la sociedad italiana”.129
Como lo dicen Romano CANOSA y Federico PIETRO:130 la historia de
ese decenio es, en el plano político-jurídico, la historia, frecuentemente
coronada de éxitos, de la actividad de la Democracia cristiana131 y de sus
127
Sin afán de ahondar en las razones del (mal) predominio de la Democracia cristiana -de ese
obstruccionismo de la mayoría, como lo llamara Piero CALAMANDREI- pues iría más allá de
los propósitos de este apartado, es oportuno apuntar que se desarrolló una discusión en
relación al grave error de la izquierda por no haber aprovechado el impulso postbélico para
luchar por el poder. Como se sostenía en el editorial de Problemi del socialismo de septiembre
de 1963, el problema es que se había sacrificado el hoy por el mañana, que no hubo
preocupación por el nuevo régimen que se debía edificar. “Problemi del socialismo”, Editoriale:
Vent´anni dopo, n. 9, settembre, 1963, p. 995. Esto es, el problema -y aquí sí hablaba
explícitamente BASSO- fue que los partidos de izquierda, tras la caída del régimen fascista,
pospusieron el tema del programa, reenviaron el problema institucional a la Constituyente y las
reformas sociales a después de esta, lo que significó en la práctica la pérdida de tres años, es
decir, cuando cayó la presión de las masas y se reestableció el viejo equilibrio económicosocial. Lelio BASSO, Vent´anni perduti?, “Problemi del socialismo”, nn. 11-12, novembredicembre 1963, p. 1298. De ahí que el líder socialista abogara por “un serio programa de
reforma de estructura, entonces aún posible, para ponerse como fundamento de (la)
participación gubernativa”. Idem., p. 1299.
128
Simona COLARIZI, La seconda guerra mondiale... op. cit., p. 530.
129
Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., p. 193. Para el autor inglés, el Estado que
rápidamente construye la DC fue: a) el de un Estado fuertemente concentrado, b) con una
excesiva y minuciosa reglamentación de la actividad administrativa que condujo a demoler el
principio de certeza jurídica y a una lentitud e ineficiencia, c) con una administración pública
que llega a ser rápidamente terreno de la cultura del clientelismo, d) que crea <<burocrazie
parallele>>”. Idem, 193 y ss.
130
Romano CANOSA y FEDERICO Pietro, La Magistratura in Italia dal 1945 a oggi, Il Mulino,
colección Universale Paperbacks El Mulino 16, Bologna, 1974, p. 165.
131
Para una breve revisión de la centralidad de este partido en el sistema político italiano hasta
finales de los años ochenta véase la entrada “La Democrazia cristiana” a cargo de Pietro
SCOPPOLA en Gianfranco PASQUINO (coord.), La politica italiana. Dizionario critico 1945-95,
Laterza, Storia e società, Roma-Bari, 1995, pp. 213-233.
48
pequeños aliados por retardar la actuación de algunas instituciones
fundamentales de la Constitución.132
O como lo detallaría más aún Lelio BASSO:133 ninguna seria disposición
se emitió para abolir la legislación y las instituciones fascistas -salvo la
declaración de desintegración del partido fascista y de algunas instituciones
inescindiblemente ligadas a él- como tampoco hubo un rompimiento con la
clase política fascista y la alta burocracia: hubo solamente procedimientos
individuales que, a la larga, sólo arrojaron la condena de mandos bajos y la
decisión de anular todos esos procedimientos,134 de manera que “los fascistas
volvieron arrogantemente a ocupar los puestos más importantes de la jerarquía
burocrática” con renovada solidaridad entre ellos y ejercitando la venganza en
contra de los antifascistas.
El mismo BASSO continuaba apuntando que no obstante que los
constituyentes
se
fijaron
plazos
para
que
se
prosiguiera
con
el
desmantelamiento de las instituciones fascistas, ninguno se cumplió y más bien
se hizo todo lo posible para retardarlos: ni en el tema de elecciones de los
Consejos regionales y de los órganos legislativos de las administraciones
provinciales, ni el relativo al reordenamiento del Tribunal Supremo Militar, ni el
que hacía a la adecuación de las leyes de autonomía locales y de la
competencia legislativa atribuida a las Regiones, entre otros temas. Incluso 132
MAMMARELLA, por su parte, sostiene que el periodo de 1953-1958 “fue en el nivel de
actividad gubernamental y parlamentaria un periodo de inmovilismo. En el nivel de los partidos
políticos fue, por otro lado, un periodo de gradual evolución. Pero en la esfera económica los
años siguientes a 1953 fueron el inicio de los más importantes resultados”. Giuseppe
MAMMARELLA, Italy after fascism... op. cit., p. 263. De ahí que el periodo 1948-1953, en sede
política, fuese llamado el quinquenio del <<centrismo stabile>> mientras el de 1954-1959 como
el quinquenio del <<centrismo instabile>>. Para una panorámica de la primera legislatura
republicana véase Ettore ROTELLI, La prima legislatura repubblicana e il ruolo del Parlamento,
“Quaderni costituzionali”, n. 1, aprile, 1981, pp. 87-114.
133
Véanse especialmente los capítulo V y VI, “Continuità delle leggi fasciste” e “Il sovvertimento
dello Stato”, respectivamente, en Lelio BASSO, Il Principe senza... op. cit., pp. 201-297, donde
el dirigente socialista sentenciaba: “De hecho, si se prescinde de los aspectos exteriores del
golpe de Estado (la imposición rápida y el despliegue de las fuerzas, el ruido de los tambores...)
y se va a la esencia (esto es, a la usurpación desde lo alto de poderes populares, al
abatimiento de las instituciones democráticas, a la sustitución en otras palabras de un
ordenamiento más autoritario que uno democrático, ilegalmente operada) vemos que esta
sustancia existe y constituye el verdadero contenido político de la operación realizada en estos
años en contra de la Constitución. Que después, el resultado se haya obtenido más con el no
hacer que con el hacer, más con el no actuar la Constitución que con el destruir las cosas ya
actuadas, con el no crear institucions y organismos antes que con el disolverlos y anularlos, no
me parece que altere el significado jurídico-político del hecho”. Idem, pp. 296-297.
134
“Paradojas de la vida”: en junio de 1946 Palmiro TOGLIATTI (PCI), entonces Ministro de
Gracia y Justicia, promulgó una amnistía que señaló el fin de la depuración. Paul GINSBORG,
Storia d´Italia... op. cit., p. 121.
49
seguía afirmando BASSO- a 10 años de la entrada en vigor de la Constitución
ciertos pilares fundamentales de ésta estaban aún pendientes, como el
referéndum, el ordenamiento regional y las autonomías locales y, sumamente
relevante, la independencia de la Magistratura.135
Un ejemplo quizá todavía más significativo: la Corte Constitucional no
entró en funciones hasta 1956 y fue un logro, un verdadero logro, que los
juicios de constitucionalidad pudieran ser, también, sobre leyes y actos
emanados antes del 1 de enero de 1948, es decir, había quienes sostenían que
la Corte no conociera, no pudiera pronunciarse, sobre el viejo ordenamiento.136
Pero no todo fue felicidad a partir de la entrada en función de tal Órgano.
Se presentaba el problema de la ejecución de las sentencias. “El resultado fue
que un cierto número de decisiones de la Corte fueron ignoradas por los
funcionarios políticos y administrativos; Enrico De Nincola (Presidente de la
Corte) dimitió en protesta cuando un ministro rechazó atender las decisiones de
la Corte”.137
El esquema de retraso, ha apuntado Paul GINSBORG, fue inaugurado
por la DC en la materia agrícola, cuando la presión de los grupos de ese sector
la llevó “a adoptar por primera vez aquella que sería una de sus prácticas más
persistentes y censurables: la aprobación de medidas
<<temporales>>
y la
promesa de una <<real>> reforma”138 que nunca llegó.
135
Un ejemplo, entre muchos, de lo que sucedía ahí nos lo ofrece Norman KOGAN, L´Italia del
dopoguerra... op. cit., p. 147: hasta 1964 una mujer no podía acceder a la magistratura.
136
Para una prácticamente exhaustiva revisión de la no actuación de la Constitución a 1955
véase la clásica obra de Piero CALAMANDREI, La Costituzione e le leggi per attuarla, Giuffrè
Editori - Consiglio Nazionale Forense, I discorsi dell´avvocatura, Milano, 2000. Relevantes eran,
por supuesto, las consideraciones de orden político también contenidas ahí: “La ala derecha de
la democracia cristiana, aquella que se apoya de la fuerza de los barones terratenientes y de
los grandes industriales y que para defender los privilegios de la riqueza está lista a resucitar el
fascismo, sabe que el verdadero peligro para los privilegios no está en el remoto peligro
comunista, sino está en la presencia de una Constitución democrática que si fuera lealmente
actuada, llevaría en breve, en forma pacífica, a la gradual reducción de sus privilegios. Idem,
pp. 110-111. Para el itinerario de la obstrucción de la mayoría en lo que hacía a la creación y
funcionamiento de la Corte costitucional, también de interés, véase de Piero CALAMANDREI,
“L´ostruzionismo di maggioranza” en Norberto BOBBIO (coordinador), Piero Calamandrei.
Scriti3, vol. I, op. cit., pp. 546-595 y “Ostili i Dc alla Corte costituzionale”, Idem, pp. 440- 447.
Sobre medidas restrictivas de libertades civiles para hacer frente al descontento por tal
obstruccionismo véase de él mismo “Costituzione e leggi di polizia”, Idem, pp. 403-411 y
“Mantener fede alla Costituzione”, Idem, vol. II, pp. 234-253, discurso en la Cámara de
diputados sobre el mismo tema.
137
Norman KOGAN, L´Italia del dopoguerra... op. cit., p. 147.
138
Paul GINSBORG, Storia d´Italia dal dopoguerra... op. cit., p. 174. Si bien hubo leyes de 1950
que se referían a la reforma agraria sólo tocaron “un aspecto de ésta”, aquél de la “distribución
50
En este orden de ideas se entenderá que el predominio del Ejecutivo en
este periodo es exorbitante. Ténganse en cuenta los datos que ofrece Ettore
ROTELLI: en la primera legislatura las iniciativas de leyes del Parlamento
representaron apenas el 11.3% y, de 2,287 proyectos presentados por el
Ejecutivo durante ese periodo, le fueron aprobados el 89.8%. El Parlamento en
la primera legislatura, en suma, existió, y es del simple hecho de tal existencia
que derivó un rol, generalmente ignorado: la legitimación del régimen vigente
como régimen democrático.139
Pero toda esta situación de retraso en la actuación de la Constitución no
podía dejar de ser a su vez que un retraso del Estado democrático en varias
vertientes. Una de ellas era la cultura política que vivía Italia, incapaz de
erradicar por completo, o ya digamos considerablemente, la cultura
neofascista. A principios de los años cincuenta había grupos de extrema
derecha que, por decirlo así, no perdonaban a la DC no haber realizado su
tarea principal: combatir a toda costa y sin tregua al comunismo.140
Sin omitir que, igualmente, había grupos armados de extrema derecha
que seguían operando, haciendo oídos sordos el nuevo régimen o actuando
con retardo no obstante la Ley SCELBA contra el neofascismo. Eran los casos
de la Armata Italiana della Libertà, grupo antimarxista preparado para intervenir
ante un levantamiento de partidarios de la izquierda, constituída de
exguerrilleros de fe monárquica y que tuvo de 80 a 120 mil adherentes, además
del Esercito clandestino antimarxista, las Fiamme verdi y el Movimento
de la tierra” (idem, p. 184), pero faltaron políticas públicas y apego al principio de legalidad que
impidiera el clientelismo en el sector, entre otras cosas.
139
Ettore ROTELLI, La prima legislatura republicana... op. cit., pp. 96 y ss.
140
La presencia y actuación de tales grupos fue uno de los varios escenarios de adversidad
que ciertamente tuvo la DC en esos años. De hecho, si bien ésta iba estableciendo su dominio
político, no estuvo exenta de dificultades, complicaciones y problemas durante ese proceso.
Además de ciertos fracasos electorales a principios de los cincuenta, la DC aumentó su
impopularidad en los primeros meses de 1947 debido a que el Tratado de paz establecía que
Italia perdía sus colonias, “incluídas aquellas precedentes a la primera guerra mundial y debía
pagar reparaciones por un total de 360 millones de dólares a Rusia, Grecia, Yugoslavia,
Albania y Etiopía”. Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., p. 146. En el partido “hubo
tensiones y conflictos constantes, por lo menos en tres niveles: ideológicos, de representación
de intereses y de organización interna”. Idem, p. 205. Así pues, sería un error “presentar la
estrategia de la Democracia cristiana como si fuera en algún modo sistemática. El partido era
demasiado fragmentado para que ello pudiera tener lugar, y algunas de sus creaciones se
desarrollaron rápido (...) en monstruos casi incontrolables”. Idem, p. 210.
51
Resistenza Patrioti (MRP), ciertamente de menores proporciones estos
últimos.141
Otra vertiente del retraso del Estado democrático se daba en el déficit de
democracia interna en la propia DC. “La cooptación de una parte de la red de
las asociaciones colaterales y de los sindicatos católicos por parte de la DC se
reflej(ó) sobre la estructura del partido, que asum(ió) la fisonomía de una gran
constelación de pequeños y grandes cuerpos de poder rotando cada uno en
torno a una personalidad democristiana y al estrecho grupo de amigos”.142
Así, la hegemonía de la DC debe entenderse como la hegemonía de los
intereses que la circundaban: “la Secretaría del partido era en el mejor de los
casos sólo uno entre los tantos concurrentes al control del partido”.143
Aunado a lo anterior -y aparentemente paradójico con la siguiente
vertiente- el retraso en el Estado democrático en el segundo dopoguerra
también se dio por el predominio de los partidos políticos en la vida institucional
del país, del mayor peso ejercido por los vértices de los partidos en la agenda
política, en suma, por la partitocrazia, lo que no significa -como habrá
oportunidad de destacarse- la ausencia de la sociedad civil italiana en ciertos
periodos del dopoguerra.144
Pero ante todo, el retraso en la actuación de la Constitución fue el
retraso de la democracia incluso en su sentido formal, más elemental.
141
Simona COLARIZI, La seconda guerra mondiale... op. cit., pp. 606 y ss. El neofascismo
tomó forma también en el Movimento sociale italiano (MSI), compuesto sobre todo de jóvenes
cuya ideología fue la práctica de la violencia y el nacionalismo y que operó fuertemente en el
norte de Italia cuya función en esas zonas, como en los orígenes del fascismo, era la de
guardias blancas, de “escuadras antihuelgas”. Idem, p. 616.
142
Idem, p. 685. En este sentido, es viable la tesis de que la DC, en algún momento, se
distanció de la hegemonía de la Iglesia católica. Entre 1954 y 1958 “se minó la influencia del
clero en el país”. La razón de esto parece ser “el proceso de secularización del gobierno y del
partido, transformando la ideología católica que la animaba en ideología del poder sólidamente
conquistada”. Idem, p. 692. Para BASSO la situación era otra: la DC fue un partido obediente a
la Iglesia, que no defendía los derechos del Estado y de la sociedad civil contra la pretensión
teocrática de aquella. Lelio BASSO, Socialisti e laicità, “Problemi del socialismo”, n. 3, marzo
1958, Milano, p. 170.
143
Norman KOGAN, L´Italia del dopoguerra... op. cit., p. 131.
144
Para una recreación del papel preponderante de los partidos políticos en el sistema político
italiano desde 1948 -quizá menos en el decenio 1958-1968- véase Gianfranco PASQUINO,
Partiti, società civile, istituzioni e il caso italiano, “Stato e mercato”, n. 8, agosto, 1983, pp. 169205. Asimismo -aunque carente de sistematicidad por no tener un origen unitario- véase Pietro
SCOPPOLA, La repubblica dei partiti. Profilo storico della democracia in Italia (1945-1990), Il
Mulino, Bolonia, 1992, para quien el protagonismo de los partidos italianos “es el fruto de un
proceso largo y por muchos aspectos subterráneo que emerge con fuerza en el segundo
dopoguerra” (idem, p. 61) y quien se remonta al trabajo de la Constituyente, la cual reflejó la
prevalencia de los partidos, de “los políticos” sobre los juristas”. Idem, p. 189.
52
Considere el lector que la DC -fundada en 1942- desde que gana las
elecciones en 1948 no deja la Presidencia del Consejo de Ministros sino hasta
1981; mientras que el Partido Comunista Italiano, el mayor partido de oposición
-fundado en 1921 en Livorno, ilegal de 1926 a 1945- si bien participa en el
gobierno de 1944 a 1947, sólo lo hacen participar por primera vez hasta 1978
en una mayoría de gobierno en Italia.145
Se da así el “bipartidismo” en el sistema político italiano que encuentra
su
<<imperfección>>
no tanto en la existencia de una pluralidad de partidos de
centro y de derecha sino sobre todo en el alejamiento de un presupuesto
fundamental de cualquier modelo de democracia partidista de otros países de
occidente, esto es, la alternancia entre los dos polos de mayor peso
electoral.146
Ahora bien, es cierto que en la década de los sesenta socialdemócratas,
socialistas y republicanos entraron a formar parte del gobierno: los socialistas
en diciembre de 1963 con el primero de los tres gobiernos de Aldo MORO, y
antes de ellos, los socialdemócratas y los republicanos en marzo de 1962 con
Amintore FANFANI. Pero ello no significó el arribo de una mejor democracia,
como tampoco el avance institucional y la aprobación de las reformas que se
requerían. Peor aún, ni siquiera a la salida del gobierno o rompimiento con la
DC de estos partidos Italia veía las reformas políticas o de impacto económico
que necesitaba.
145
Considere el lector que si bien la televisión italiana “entró en función en 1954 por iniciativa
del estado, que controlaba las transmisiones radiofónicas y televisivas a través de una
sociedad del Iri (...) la Rai (se limitaba a difundir) noticias y comentarios en forma favorable al
partido en el poder, o sea a la Dc. Ni los aliados menores del partido de mayoría, ni los partidos
de oposición habían tenido la posibilidad de expresarse a través de la Rai-Tv aunque habían
protestado por años sin resultados; finalmente en 1960, en los meses precedentes a las
elecciones administrativas, fue introducido en programa televisivo <<Tribuna politica>>. En esta
transmisión los secretarios generales de todos los partidos tenían la posibilidad de tener
públicamente una conferencia de prensa”; obviamente, era una mínima apertura. Norman
KOGAN, L´Italia del dopoguerra... op. cit., p. 213.
146
Simona COLARIZI, La seconda guerra mondiale... op. cit., p. 659. En las elecciones
políticas para elegir nueva Cámara de Diputados en el segundo dopoguerra se dan los
siguientes resultados entre DC y PCI: en 1953 la DC 40.1% y el PCI 22.7%; en 1958, la DC
42.4% y el PCI repite con 22.7%; el 28 de abril de 1963 la DC tiene 38.3% y el PCI 25.3%; en
mayo de 1968 la DC 39.1% y el PCI 26.9%; en el mismo mes pero de 1972 la DC 38.7% y el
PCI 27.2%; el 20 de junio de 1976, elecciones en las que se pensaba que ganaría el PCI, la DC
38.7% y el PCI 34.4%; en 1979, la DC 38.3% y el PCI 30.4%; y en el periodo en el que la DC
había perdido la Presidencia del Consejo, ésta obtiene en 1983 32.9% y el PCI 29.9%, en
1987, en el mismo orden, 34.3% frente a 26.6%. Datos tomados de Paul GINSBORG, Storia
d´Italia... op. cit. Parte de las consecuncias de esa no actuación de la Constitución y, por
consiguiente, del Estado democrático se dará en el ámbito de los derechos fundamentales.
53
Los tres gobiernos de Aldo MORO fueron representativos de esta
situación. En el primero, en el que dimitió después de una disputa
parlamentaria sobre la educación privada en junio de 1964 (debido a que el
ministro de la Instrucción Pública, Luigi GUI, insertó en su presupuesto, a las
espaldas del ministro socialista del Presupuesto GIOLITTI, un fondo para la
financiación de las escuelas secundarias confesionales), los seis meses de
gobierno “fueron caracterizados por la política del reenvío”. El segundo
gobierno MORO, que se forma en agosto de 1964 y dura hasta febrero de
1966, “realizó poco” pues “continuó en perseguir la política de los
<<dos
tiempos>> (primero la estabilidad, después las reformas) con el consenso” pero
no pudo ni con lo uno ni con lo otro. Y en el tercer gobierno MORO,
inmediatamente seguido al segundo y que duró hasta junio de 1968, la principal
característica “aún una vez más, fue el inmovilismo, para el cual había menos
excusas que en el pasado”.147
En suma, después del fracaso del gobierno de centro-izquierda, “la Dc
estaba desde el punto de vista ideológico aún más dividida que antes, y no más
en posibilidad de elaborar una estrategia compleja. Sus funciones se limitaron
siempre más a mantener el sistema existente y, en particular, el propio rol
dominante en la sociedad italiana”.148
Se arribaba a 1968 con reformas siempre queridas pero nunca logradas
en su totalidad (planificación urbanística, de la escuela media, programación,
etc.) pues de los tres modelos en prospectiva “-aquél correctivo, aquél
estructural y aquél minimalista- era este último el que había triunfado”.149 No se
entró a la reforma fiscal ni a la burocrática, ni se introdujo el sistema sanitario
nacional ni se dio la reforma de los pactos agrarios, todo lo cual se buscaba y
de lo cual se hablaba con insistencia desde el inicio de la década de los
sesenta.
147
Véase idem, pp. 373 y ss. “... las tres diversas ediciones de los gobiernos Moro-Nenni
(1963-68) mostraron una congénita y creciente carencia de fuerza y direcciones estratégicas
adecuadas a los enunciados de los programas”. Enzo SANTARELLI, Storia critica della
Repubblica. L´Italia dal 1945 al 1994, Feltrinelli, Universale Economica Feltrinelli 1374, Terza
edizione, Milano, 1997, p. 133.
148
Donald SASSOON, L´Italia contemporanea... op. cit., p. 310. El PCI, por su parte, a mitad de
los años sesenta “parecía haber perdido toda capacidad de iniciativa. Togliatti había muerto
en agosto de 1964” (...) Cuando murió “un dirigente comunista reconocido por su humor,
Giancarlo Pajetta dijo <<Se cerró una fase y no se ha abierto ninguna otra>>”. Vittorio FOA,
Questo Novecento... op. cit., p. 282.
149
Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., p. 380.
54
La reforma del Estado “estaba en realidad en contraste estridente con el
modo de gobernar democristiano”:150 de corrupción, parálisis administrativa y
clientelismo.151
1.2.2 Economía y sociedad
E
n la presente caracterización de la Italia del segundo dopoguerra hasta ahora centrada en la dimensión política- es preciso detenerse
brevemente en ese año, 1968, y referir lo que también acaecía en los ámbitos
económico y social: a partir de entonces, me parece, es cuando comienza a
presentarse una interesante confluencia entre todos esos órdenes decisiva
para seguir ubicando el contexto de nuestro autor.
En las consideraciones de orden económico hay ciertamente que
remontarse de nuevo a la caída del régimen fascista. En principio, cabe decir
que si el escenario político italiano en el segundo dopoguerra fue complicado como ya se venía apuntando-, no menos lo fue el panorama económico en el
lapso inmediato a la caída del régimen: el enorme desempleo, que para 1946
era de dos millones de personas; la destrucción y deterioro de la
infraestructura, sobre todo de casas y comunicaciones;152 las divergencias en
materia económica entre los actores políticos,153 la enorme brecha entre el
150
Idem, p. 392. Para una referencia a un periodo posterior (1974-1984), véase Giorgio GALLI,
Il decenio Moro-Berlinguer. Una rilettura attuale, Baldini Castoldi Dalai, I Saggi 299, Milano,
2006.
151
Un área donde se dio un uso clientelista de una política pública según SASSOON fue el de
las pensiones: “Entre 1970 y 1975 el gasto público por todas las pensiones se triplicó y llegó a
un total de más del 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)”. Donald SASSOON, L´Italia
contemporanea... op. cit., p. 91.
152
“Mas de 2,000.000 de habitaciones fueron destruidas y 1,800.000 fueron seriamente
dañadas, correspondiendo aproximadamente al diez por ciento de las casas antes de la guerra
(...). Setenta por cierto de las instalaciones de puertos se convirtieron en inservibles así como
40 por ciento de las escuelas, hospitales y vías férreas”. Giuseppe MAMMARELLA, Italy after
fascism... op. cit., p. 121.
153
“La izquierda suplía una falta de preparación económica con una serie de dogmas
recabados de los economistas soviéticos de la época sobre el estrangulamiento del capital
productivo por parte del capital financiero y sobre la inminencia de una nueva gran crisis
mundial”. Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., p. 122. Particularmente, para los
comunistas los tres problemas de la agenda nacional (la reconstrucción, la forma institucional y
la Constitución) eran -ha apuntado MAMMARELLA- “esencialmente problemas instrumentales”,
lo importante era la sustitución de clases. “Para los liberales y otras fuerzas conservadoras, la
solución de estos problemas fue un fin en sí mismo. Sus objetivos fueron la reconstrucción del
Estado y la economía (...) Los Accionistas -por su parte, prosigue el mismo autor- consideraron
que la reconstrucción de una sociedad democrática y progresista, estaba condicionada por una
regeneración moral fundamental de toda la gente de todas las clases. La Resistencia, la cual
los había redimido de la culpa del fascismo, representó el punto inicial para un renacimiento
nacional. Los Demócratas Cristianos por su parte favorecieron una gradual modificación de la
55
norte y centro con el sur de Italia,154 entre otras adversidades, hacían
complicado o francamente desolador el panorama.
Sin embargo, Italia relativamente pronto comenzaría a superar ese negro
escenario. Italia viviría en los cincuenta il decennio del
<<miracolo>>
económico,
decenio decisivo a su vez para la DC en cuanto que, por el lado económico, iba
entregando buenos resultados pero, por el lado político, iba desplegando su
dominio.
Es cierto que hay controversia sobre las razones del crecimiento
económico en esa década. Si bien no es esta la sede para entrar a tal
discusión basta tener presente que para algunos este se debió a un
compromesso entre los diversos actores políticos y económicos que hizo que el
país creciera bien al menos hasta 1958 (luego faltarían las reformas de
segunda generación que le hicieran seguir creciendo, reformas económicas
pospuestas ante la mayor presencia de la agenda política).
Para otros, aquel no tuvo como paternidad ni al sector público ni a la
iniciativa privada sino que más bien se debió a “ciertas condiciones
preconstituidas” del capitalismo italiano o a factores externos: “el Plan Marshall,
la coyuntura económica internacional, la política de liberación de los cambios,
la asociación económica europea, el excepcional progreso en la tecnología”,155
entre otras condiciones.156
estructura económica e institucional de la sociedad italiana. Justicia social y una más igual
distribución del ingreso fueron los objetivos en una sociedad fundada en los valores cristianos”.
Giuseppe MAMMARELLA, Italy after fascism... op. cit., pp. 88 y 89. Asimismo, sobre el
particular, véase Vittorio FOA, La ricostruzione capitalista nel secondo dopoguerra, “Rivista di
storia contemporanea”, n. 4, settembre-dicembre 1973, pp. 433-455.
154
Giuseppe MAMMARELLA, Italy after fascism... op. cit., p. 225, refiere, entre algunos
ejemplos, los siguientes: consumo de energía eléctrica per cápita en kwh: sur: 153.1, norte y
centro: 683.1; consumo de alimento per cápita en kg (Italia = 13.4): sur: 7.6, norte y centro: 17.1
(estos dos rubros con información a 1951); analfabetos por cada 100 habitantes mayores de 6
años de edad (1948): sur: 24.3, norte y centro: 5.7.
155
Pietro ARMANI, Congiuntura e sviluppo dell´economia italiana dopo il decennio del
<<miracolo>>, “Il Mulino”, n. 135, gennaio, 1964, pp. 15 y ss. Para Vittorio VALLI, Politica
economica, vol. 1, 2ª edición, Carocci editore, Università/73 Economia, Roma, 2000, p. 233, las
condiciones particularmente favorables del rápido desarrollo económico en el periodo 19501963 fueron: a) la alta disposición de fuerza laboral desocupada y subocupada, b) los bajos
niveles de salarios de partida, c) la posibilidad de adquirir o imitar la tecnología exterior
avanzada, d) la posibilidad de aprovechar ampliamente las economías de escala, e) el apoyo a
la balanza de pagos asegurado de la introducción de remesas de los emigrados y por el
turismo y, f) el costo declinante, en términos de precios relativos, de algunas materias primas
esenciales, como el petróleo.
156
GINSBORG señala que al final de la guerra “tres cuartos de los capitales a invertir y dos
tercios de la capacidad industrial del mundo estaban concentrados en los Estados Unidos” de
forma que “si la economía americana no hubiese encontrado socios comerciales y salidas
56
Como sea, lo cierto es que durante los cincuenta el crecimiento
económico fue indiscutido: gracias sobre todo a las industrias siderúrgica,
química, petroquímica y automovilística del norte de Italia. Como es indiscutido
que la “fisiología del <<modelo de desarrollo>> de la economía italiana puede ser
descrita sólo relativamente en el periodo 1953-1962”.157
Pero si este periodo de desarrollo económico fue importante para Italia,
llevándola a sufrir cambios sociales158 y aportando las precondiciones para la
contestación política de los años sucesivos, no menos relevantes -por su
conflictividad- fueron los siguientes años en esos ámbitos. “En los años
sucesivos (1963-1970) la expansión (económica) llegará a ser
<<difícil>>.
(Después) tendremos primero una acentuación de la inestabilidad (1973-1974)
con el inicio de un proceso inflacionario sin precedentes; luego la recesión
(mitad de 1974-1975)”.159
Así, en un contexto de expansión económica difícil, el escenario se hizo
aún más explosivo porque el camino de la alta tecnología “no fue nunca
tomado en seria consideración” quedando uno sólo: “la intención de anular los
derechos adquiridos por la clase trabajadora en 1969-70, reorganizando el
sistema productivo a fin de mantener la producción de las mercancías
suficientes para sus propios productos, tenía el riesgo de regresar a la situación de la Gran
Depresión”. Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., p. 102. Por otra parte, hay quien apunta
que los beneficios notables para la economía provinieron de dos <<industrias>>: “el turismo y la
exportación de mano de obra, fenómenos característicos más de un país subdesarrollado que
de un país avanzado industrial y moderno”. Donald SASSOON, L´Italia contemporanea... op.
cit., pp. 58 y 59.
157
Gianfranco POLILLO, Sul <<modelo di sviluppo>> dell´economia italiana, “Critica marxista”,
n. 5, settembre-ottobre, 1975, p. 54.
158
Para esta etapa (1958-1963), de éxodo del campo y de transformaciones sociales véase el
capítulo VII, de Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., pp. 283-343.
159
Gianfranco POLILLO, Sul <<modelo di sviluppo>>... op. cit., p. 54. Es decir, a los dos
primeros periodos -de la reconstrucción (1945-1949) y del rápido desarrollo económico (19501963)- prosiguieron, siguiendo a Vittorio VALLI, dos periodos más: de la reestructuración, del
conflicto social y de la decentralización productiva (1964-1973) y de la post-crisis energética:
inestabilidad económica y ralentamiento del desarrollo en un contexto de creciente
internacionalización de las economías y crisis de las acciones de los Estados en lo individual
(1973-1992). Vittorio VALLI, Politica economica..., vol. 1,... op. cit., p. 231. Sobre la economía
italiana en el secondo dopoguerra véase asimismo Valerio CASTRONOVO, L´economia italiana
dal secondo dopoguerra a oggi, “Rivista di storia contemporanea”, nn. 2 y 3, aprile-settembre
1992, pp. 297-326. Especialmente de interés resulta el ensayo introductivo “Compromesso
senza riforme nel capitalismo italiano” de Fabrizio BARCA en el libro que coordina, Storia del
capitalismo italiano dall dopoguerra a oggi, Donzelli Editore, Progetti Donzelli, Roma, 1997, pp.
3-115. Ello porque su clave de lectura es la de “una interacción estrecha entre los planos de la
economía y de la política”, como bien lo dice el propio autor en Giuseppe BERTA, Michele
SALVATI y Fabrizio BARCA, Discutono su <<Storia del capitalismo italiano>> a cura di Fabrizio
Barca, “Stato e mercato”, n. 52, aprile, 1988, p. 159.
57
tradicionales, resistiendo al mismo tiempo a la competencia del Tercer
Mundo”.160
En efecto, las dificultades económicas fueron enormes. En 1974 el costo
del petróleo importado en Italia crece en alrededor de 220% y, si bien hubo
capacidad de reacción de los sindicatos, lo cierto es que la tasa de inflación,
que de 1970 a 1972 había oscilado en torno al 5%, se duplicó en 1973,
pasando al 10.4% sufriendo una nueva duplicación en 1974 al llegar a 19.4%.
Por todo el decenio permanece sobre niveles muy elevados, superiores a
aquellos de los otros países industrializados. En 1978 sufrió una brusca
disminución, del 18.1% del año precedente al 12.4%, pero en 1979 aumentó de
nuevo, para llegar en 1980 al punto máximo, con 21.1%.161
No obstante lo anterior y la dura crisis es preciso señalar que en la
década de los setenta hubo crecimiento del bienestar pero este no
correspondió al incremento del Producto Interno Bruto. De 1970 a 1979 éste
creció, en promedio, en 3.3% al año, mientras en el decenio precedente había
crecido en 5.8%. Pero el aumento del bienestar fue pagado en parte con el
endeudamiento público. En 1980 la deuda pública había aumentado al 65% del
Producto Interno Bruto (en 1970 representaba sólo el 34%).162
160
Donald SASSOON, L´Italia contemporanea... op. cit., p. 112. ¿Y cómo sobrevivir, a su vez, a
esa competencia, sobre todo de los mercados asiáticos? “La respuesta fue la producción
descentralizada. La producción es transferida de las grandes plantas industriales a una serie de
pequeños negocios e industrias artesanales. La ocupación en este sector toma varias formas:
trabajo a domicilio, subocupación, trabajo para jóvenes e incluso infantil, trabajo precario y de
medio tiempo y también trabajo carcelario”, en suma, la creación de una “producción
descentralizada” y de una “economía <<sumergida>> o <<negra>>”. Ibidem. Esta opción
“permitió a Italia una tasa de crecimiento que, si bien inferior a aquella del <<milagro
económico>>, era más alta de la tasa de crecimiento de gran parte de los países avanzados
miembros de la OCDE. En 1980 el Producto Interno Bruto aumentó al 4 por ciento, contra el –
0.2 por ciento en EE.UU., el 1.4 por ciento en Francia, el –1.4 por ciento en el Reino Unido, el
1.9 por ciento en la Alemania occidental (...). Ello dependió en gran parte del hecho que entre
1973 y 1979 los sectores de la economía en expansión fueron, con la excepción de la industria
química, sectores en los cuales había una fuerte presencia de <<lavoro nero>>, como los
sectores de la peletería, del calzado, del vestido y de los muebles”. Idem. p. 113.
161
Aurelio LEPRE, Storia dei partiti in Italia. L´Italia dal 1942 al 1994, Il Mulino, Biblioteca
storica, Bologna, 1993, p. 260.
162
Idem, p. 261. El déficit público a la fecha permanece como una de las debilidades de la
economía italiana. Otras serían el inadecuado sistema formativo a nivel superior, la escasa
capacidad científica y tecnológica del sistema productivo, la fuerte dependencia energética
(cerca del 85% de importación energética en 1999), la escasa dotación de infraestructura, la
elevada corrupción y el retraso económico del sur del país. Vittorio VALLI, L´Europa e
l´economia mondiale. Trasformazioni e prospettive, Carocci editore, Università/418 Economia,
Roma, 2002, pp. 161 y ss.
58
En suma, los años setenta son años de crisis económica, de alta
inflación y desempleo,163 con una generación joven crecida en una sociedad
relativamente de bienestar, más estudiada, con una considerable población
obrera, en un contexto de sistema político cerrado. Esto y más será relevante
para comprender la gran carga de conflictividad social de esa década en la que
se inserta nuestro autor en estudio.
Evidentemente, el ámbito político y económico hasta ahora referido tuvo
sus resonancias en la vida cotidiana y más inmediata de los italianos
provocando una serie de fenómenos164 y reacciones, entre otros, por supuesto,
en el Establishment de la Iglesia católica.
Ésta
se
vio
obligada,
frente
a los vertiginosos cambios en las
costumbres que producía la modernización, a individualizar en el espectro
geopolítico
a un enemigo que existía en Oriente “mientras el enemigo que
existía en Occidente no era individualizado tanto en un lugar (...) sino en un
tiempo: el tiempo de la modernidad”.165
Asimismo, el milagro económico tuvo una crucial consecuencia: Italia
vivió un gran éxodo del sur al norte. “En total, entre 1955 y 1971, 9 140 000
163
“El Banco de Italia, tomando las indicaciones del Fmi, inició en aquél periodo (de los
setenta) una rígida política deflacionista y restringió el crédito, provocando así una grave
recesión. Gran cantidad de fábricas debieron cerrar (o al menos intentaron hacerlo), la
producción se detuvo, la desocupación aumentó...” Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., p.
476.
164
Una nueva realidad que se presentaba en los años sesenta era el gran consumo que surge
como “divinidad suprema” que “lo transforma en una señal de reconocimiento”. Silvano
LANARO, Storia dell´Italia Republicana. Dalla fine della guerra agli anni novanta, Marsilio, 2ª
edizione, Venecia, 1992, p. 258. Sobre las transformaciones sociales de esta época véase el
bien escrito apartado I, “I prezzi della modernità”, de idem, pp. 223-306.
165
Aurelio LEPRE, Storia dei partiti in Italia... op. cit., p. 149. Para el autor, dos de los
principales factores de transformación de la sociedad fueron el automóvil y la televisión. Esta
última, cabe destacar, era un “eficaz instrumento de agregación familiar” al grado que PIO XII
“en su mensaje dirigido el primero de enero de 1954 a los sacerdotes católicos, se alegró
viendo que, a diferencia del cine y de los espectáculos deportivos, que tendían a distanciar de
la casa a los miembros de la familia, aquella ofrecía <<a la familia entera la posibilidad de tomar
parte conjuntamente de un honesto pasatiempo, lejos de los peligros de compañías y de
lugares perjudiciales>>”, si bien tenía temor que a través de la televisión se pudiera introducir
<<la atmósfera de materialismo, de fatuidad y de hedonismo que tanto se respiraba en muchas
salas cinematográficas>>. Idem, pp. 168-9. Es cierto que en la caracterización social de la Italia
del secondo dopoguerra el papel de la Iglesia católica merecería un tratamiento aparte.
Considere el lector que ésta ha tenido un canal privilegiado para influir en la formación de los
italianos: el de la impartición de educación religiosa obligatoria en escuelas estatales, y que si
la labor de adoctrinamiento en esa etapa de la vida no logró sus cometidos, tiene de nuevo la
oportunidad de promover la fe en Cristo y de los valores cristianos al final de la vida de estos,
esta vez mediante una extensa red de hospitales y asilos para ancianos que gestionan diversas
órdenes religiosas.
59
italianos se ven envueltos en migración interregional”.166 Esta población
inmigrada -y en general Italia- pasó por un proceso de adaptación muy
rápido167 y en un primer momento se dudaba de la capacidad del Estado de
controlar en todas sus dimensiones los fenómenos que se producían en las
grandes ciudades de acogida: falta de vivienda, de servicios, de disminución de
accidentes de trabajo, de crecimiento de la criminalidad, de cobertura en salud.
Obviamente, se dio un proceso de integración de los inmigrantes en los
grandes centros urbanos y se pudo ir haciendo frente, en cierto grado, a tales
retos: cede la obsesión por los espacios grandes, se accede a la instrucción
que es de más fácil acceso en la ciudad, la cuestión femenina toma signos de
masa, el mundo de la información y del espectáculo incide en la vida de los
ciudadanos, al final del 1953, el 50% de los italianos estaba convencido que su
modo de vida y sus gustos se modificaron profundamente, y que esto lo
atribuían a la influencia de los Estados Unidos.168
Sin embargo, y como lo apuntara GINSBORG, si por una parte “el boom
favorecía un mayor individualismo, por el otro era la causa del encuentro de los
jóvenes del sur con los obreros del norte y con la tradición de la Resistencia”.169
1.2.3 Las condiciones propicias para la conflictividad
M
e parece que es al final de la década de los sesenta cuando se
entretejen con mayor complejidad las historias de la política, la
economía y lo social de modo que a principios de la década de los sesenta se
vislumbraban las condiciones para que Italia, tiempo después, comenzara a
vivir -sobre todo en el norte- un periodo de conflictividad social, de
166
Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., p. 295.
“De los años 60´s en adelante, el cambio cultural en Italia fue más rápido que en cualquier
otro país occidental, en parte por el punto de partida retardado, pero fundamentalmente por la
sobreposición de procesos de urbanización y secularización que se dieron en este periodo”.
Sydney TARROW, “Aspetti della crisi italiana: note introduttive”, en Luigi GRAZIANO y Sydney
TARROW (coordinadores), La crisi italiana. Volume primo Formazione del regime repubblicano
e società civile, Piccola Biblioteca Einaudi, Scienze umane 357, Torino, 1979, p. 15.
168
Simona COLARIZI, La seconda guerra mondiale... op. cit., p. 707. Para algunos, hubo una
deliberada difusión del american way of life, entre otros medios, a través de la inmensa
proyección de películas (en los primeros años después de la Liberación tres cuartos de
películas que se veían en Italia eran importadas de Norteamérica), difusión del modelo que -es
viable sostener- reforzaba a su vez las resistencias de un sector de la sociedad italiana
antinorteamericano.
169
Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., p. 343.
167
60
reivindicaciones políticas y económicas del que varios autores ubican, como
punto de arranque, 1968.
De este año “en adelante la inercia de los vértices fue sustituida por la
actividad de la base”, de ahí que “el movimiento de protesta italiano fue el más
profundo y el más duradero en Europa. Se difundió en las fábricas y a toda la
sociedad”.170 Los estudiantes italianos “se dieron a la tarea de
<<andar
hacia el
pueblo>> para realizar un profundo cambio social”.171 La Fiat è la nostra
università decían algunos estudiantes.172
Ya en la primavera de 1971 Rossana ROSSANDA apuntaba173 cómo tras ciertos aparentes momentos de calma- eran ocupadas de nuevo las
facultades, reiniciado el régimen de asambleas, retomadas formas avanzadas,
“aunque también duras, de lucha interna y encuentros con la policía”, todo lo
cual seguía y respondía al movimiento de fábrica reprimido.
Igualmente digno de destacarse fue el particular signo distintivo de ese
movimiento. Para GINSBORG -y no sólo para él- el movimiento de los
estudiantes en Italia fue distinto y decisivo en estos años.174 Distinto porque era
colectivista pero también libertario. “Ninguna autoridad central debía controlar
las acciones individuales, cada individuo debía ser dejado libre lo más posible
para determinar las propias opciones y los propios comportamientos”. Los
estudiantes del 68 eran pues, “en senso lato marxistas pero la suya era una
lectura libertaria e iconoclasta del materialismo histórico”.175 “(N)o se trata tout
court de lucha de clases, se trata sin embargo de lucha que hace crecer la
conciencia de clase”.176
170
Idem, p. 404.
Idem, p. 419. Un buen estudio sobre las luchas obreras en esos años se encuentra en
Alessandro PIZZORNO (coordinador), Lotte operaie e sindacato: il ciclo 1968-1972 in Italia, Il
Mulino, Studi e richerche XXXVI, Bologna, 1978.
172
Guido QUAZZA, “Fascismo e antifascismo dal Sessantotto ad oggi”, en Fascismo e
antifascismo nell´Italia repubblicana, Guido QUAZZA (coordinador), Stampatori, Torino, 1976,
p. 176.
173
Rossana ROSSANDA, Riparte il movimento. Quali piattaforme e quali obbiettivi? “il
Manifesto”, sabato 22 maggio 1971, p. 3.
174
Ciertamente, algunos grupos de presión venían haciendo su tarea desde muchos años
atrás, como el de las mujeres organizadas, quienes venían colaborando en la transformación
del país desde la Resistencia. Véase Giulietta ASCOLI, L´UDI tra emancipazione e liberazione
(1943-1964), “Problemi del socialismo”, n. 4, otobre-dicembre 1976, Milano, pp. 109-159.
175
Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., pp. 414 y ss.
176
Guido QUAZZA, Sessantotto, scuola e politica, “Rivista di storia contemporanea”, n. 2,
aprile-giugno 1977, p. 236, quien es de la idea que el 68 italiano -en algún sentido- comenzó
desde enero-febrero de 1966 con la ocupación de la facultad de sociología en Trento.
171
61
Conforme se declaraba en la 4ª Asamblea de los gruppi spontanei di
impegno politico-culturale per una nuova sinistra, llevada a cabo en Rimini del 1
al 4 de noviembre de ese 1968, lo que se buscaba era:
... una sociedad socialista de tipo diferente de aquellas hasta ahora
históricamente realizadas: una sociedad socialista en la cual estén
presentes, pero en forma no individualista, las libertades que se reclaman
en la revolución francesa y el sucesivo Estado burgués de derecho; en la
cual se realicen las formas de participación, de control y de autogestión que
no aparecen hasta hoy realizadas.177
El punto es que Italia vive grandes momentos de movilización social a
partir de ese año. En el otoño de 1969, alrededor de un millón y medio de
obreros son llamados a huelga y se presencia el llamado
<<autunno
caldo>>
(otoño caliente).
Pero la contestación del ´68-´69 preocupó al sistema y llevó, como
reacción, a la acción subversiva de la derecha, es
decir, al terrorismo
neofascista -inaugurado con el atentado de Piazza Fontana, en Milán, el 12 de
diciembre de 1969 y que provocó la muerte de 17 personas y 88 heridosiniciándose así “la estrategia de la provocación y de la tensión”; situación
agravada con el golpe de Estado en Chile, en 1973, dado que llevaba a temer,
con cierto margen de certeza, que en Italia se diera el “peligro de un golpe de
derecha”, ya “configurado en julio de 1964, en el curso de la crisis seguida a la
caída del primer gobierno Moro”.178
Si se mira a los años inmediatamente sucesivos a la contestación se
observa que “la clase dirigente italiana no logró dar una respuesta reformadora
a la altura de los problemas existentes y de aquellos revelados por la rebelión
de los estudiantes y por la movilización obrera que le siguió”: acaso hubo una
medida demagógica para los primeros con la liberalización de los accesos y de
los planes de estudios en las universidades. Para los segundos, se dio la
177
ASSEMBLEA DEI GRUPPI SPONTANEI DI IMPEGNO POLITICO CULTURALE PER UNA
NUOVA SINISTRA, I gruppi spontanei e il ruolo politico della contestazione, Feltrinelli, Milano,
1969, p. 17.
178
Giorgio NAPOLITANO, Pericolo di destra e svolta democratica. Considerazioni sulla crisi
italiana dopo il <<golpe>> cileno, “Critica marxista”, n. 5, settembre-ottobre 1973, pp. 5 y ss. De
la tragedia en Piazza Fontana, cabe destacar, fue acusado el anarquista Pietro VALPREDA
quien pasaría 3 años en prisión en espera de sentencia y quien sólo en 1985 fuera finalmente
absuelto de toda acusación. El caso VALPREDA, es decir, su injusticia y arbitrariedad, movilizó
la atención y provocó el reclamo, en su momento, de los sectores progresistas de Italia y el
propio FERRAJOLI lo ha señalado como digno ejemplo de vigilancia y contrainformación en
contra del poder. Luigi FERRAJOLI, Ordine pubblico e democrazia autoritaria, “Unità
Proletaria”, n. 1, luglio, 1977, p. 17.
62
aprobación del Statuto dei lavoratori pero operó “en un contexto económico y
social atrasado, en ausencia de un
compenentes del sistema”.
<<pacto
social>> efectivo entre los
179
En suma, la historia de la Italia del secondo dopoguerra, es decir, de las
más de tres décadas de predominio democristiano, bien puede ser leída como
la de un régimen político sin fuerza ni capacidad de desarrollarse hacia formas
más maduras de democracia liberal.180
El punto es que en la primera mitad de la década de los setenta el
diagnóstico que ofrecía Luigi FERRAJOLI -si bien es cierto que en sede
política-181 seguía siendo, como quince años atrás, muy cercano al de Lelio
BASSO, con la diferencia que a esas alturas la crisis de las instituciones de
poder no tenía precedentes.
Esta crisis -apuntaba nuestro autor- había iniciado a finales de los años
sesenta cuando el desarrollo de las luchas obreras y estudiantiles llevó al poder
“a actuar con la represión antipopular violenta, poniendo al descubierto en toda
179
Nicola TRANFAGLIA, “Percorsi del terrorismo. Il ´68, <<i gruppi>> e la crisi degli anni
settanta”, en Diego NOVELLI y Nicola TRANFAGLIA, Vite sospese. Le generazioni del
terrorismo. Le storie di diciotto giovanni che hanno partecipato alla lotta armata negli anni ´70,
Garzanti, Milano, 1988, p. 23. Una visión un cuanto optimista de la conflictividad de los últimos
años de la década de los sesenta y principios de los setenta la ofrece TARROW y
STEFANIZZI, para quienes los movimientos u olas de protestas en Italia en esos años
permitieron la apertura del sistema político a la conclusión de tal ciclo. Sidney TARROW y
Sonia STEFANIZZI, Protesta e regolazione sociale in Italia: stato e società nel ciclo 1965-1974,
“Stato e mercato”, n. 25, aprile, 1989, pp. 11-47. Los autores realizan una extensa revisión de
20.000 artículos publicados en el Corriere della Sera para tal periodo. Para interesantes y
sugerentes observaciones al trabajo de TARROW -ciertamente el más amplio análisis hasta
entonces desarrollado sobre el ciclo de protestas de los años 67-75 en Italia- véase Alberto
MELUCI y Charles TILLY, Discutono su <<Democrazia e disordine>> di Sidney Tarrow, “Stato e
mercato”, n. 30, dicembre, 1990, pp. 407-414.
180
Piero CRAVERI, La Repubblica dal 1958 al 1992, en Giuseppe GALASSO (dir.), Storia
d´Italia, vol. XXIV, op. cit., p. 6. Ahora bien, es cierto que las interpretaciones de las
modalidades han sido varias, entre ellas la del <<bipartidismo imperfecto>> de Giorgio GALLI,
del <<pluripartidismo polarizado>> de Giovanni SARTORI, o la de un <<pluripartidismo
centrípeto>> como el de Paolo FARNETI. Esta última posición no negaría necesariamente la de
SARTORI, como apuntaba Norberto BOBBIO en la presentación a Paolo FARNETI, Il sistema
dei partiti in Italia 1946-1979, trad. Walter Coralluzzo, il Mulino, Bologna, 1983, pp. 7-16, si se
tiene en cuenta que <<pluripartidismo centrípeto>> era una tesis sugerida más bien por el
compromiso histórico.
181
Luigi FERRAJOLI, Crisi delle istituzioni e nuova opposizione, “Unità Proletaria. Quindicinale
del Partito di Unità Proletaria”, n. 14, lunedì 22 luglio 1974, pp. 4-5, que corresponde a su
intervención en el Congreso de tal Partido llevado a cabo del 19 al 21 de julio de 1974 en el
Palazzo dei Congressi de Florencia. “Ninguna reforma institucional de relieve fue hecha desde
1948 a la fecha, ni siquiera por el centro-izquierda, que tuvo la extraordinaria capacidad de
proponerse y de sobrevivir a sí misma como fórmula de gobierno reformista sin lograr hacer no
sólo las prometidas reformas de estructura sino ni siquiera las reformas de sobreestructura”.
Así, es como las leyes “más importantes” -el código penal, el código civil, los códigos de
procedimientos, el ordenamiento judicial, el ordenamiento carcelario, las leyes de seguridad
pública- seguían siendo las fascistas. Idem, p. 4.
63
su brutalidad la sustancia autoritaria y fascista el ordenamiento”. Pero ya para
1974 se había llegado a una espiral, a “un proceso de ulterior involución
autoritaria de las instituciones que profundizó aún más la contradicción entre
principios y praxis del poder y sobre todo la distinción entre instituciones
legales y País real”.
Esta espiral de involución -agregaba FERRAJOLI- se había dado a
través de un “proceso subterráneo y despreciable” que se expresaba en dos
direcciones: en una modificación de la estructura del poder político y en una
crisis de la legalidad y adopción de la ilegalidad como praxis ordinaria en la
gestión del poder. Lo primero, porque el Parlamento desde años atrás no
legislaba y no controlaba:
Sobre todo en estos últimos cinco años -apuntaba el autor italiano- se
limitó a ejercitar funciones de micro-legislación, correspondiente a
instancias y a peticiones sectoriales y corporativas, donde la función
legislativa verdadera y propiamente es ya sistemáticamente ejercitada por el
gobierno mediante decretos-leyes; cuanto a las funciones de control, estas a
este punto se atrofiaron por el sistemático desarrollo extraparlamentario de
las crisis de gobierno y por el carácter poco más que ritual de las
interrogaciones y de las relativas respuestas.182
Pero la modificación de la estructura del poder político también se daba
con motivo o a favor de un ejecutivo “políticamente incontrolable que gobierna y
actúa por cuerpos separados dotados siempre de mayor autonomía”:
E la policía, el ejército, los servicios de información, los carabinieri,
que gestionan la política interna y del órden público; la Banca de Italia
que dicta las leyes a la mayoría gubernamental en política económica.
::
El resultado de esta destrucción corporativa del poder en centros
burocráticos y en cuerpos separados es una especie de feudalización de
las instituciones y su total desconexión con la soberanía popular. Estas
instituciones están ya totalmente incontroladas; no tienen más nada que ver
con el País real...183
En el segundo caso, esto es la crisis de la legalidad y la adopción de la
ilegalidad como praxis ordinaria en la gestión del poder como otra vertiente de
182
Ibidem. Énfasis en el original. El autor italiano en estudio asimismo apuntaba como factor de
reforzamiento del poder ejecutivo extraparlamentario los ataques de éste al poder judicial y
refería el caso del proyecto BIANCO (más 56) de una revisión del artículo 104 de la
Constitución a fin de suprimir la independencia del poder judicial en el contexto de las
investigaciones de los jueces de Génova contra ministros y petroleras. (Cabe apuntar que a
inicios de 1974 se desató un escándalo político cuando a denuncia de un privado algunos
jueces de Génova descubrieron financiamiento que se venía dando a los partidos de gobierno
por parte de empresas petroleras. Tales “apoyos” venían presentados como ayudas para el
desarrollo democrático. No hubo ningún condenado).
183
Ibidem. Énfasis en el original.
64
la involución de las instituciones, FERRAJOLI veía -además de la corrupción a
nivel parlamentario ya referido- las violaciones sistemáticas a los derechos
civiles y la represión judicial del disenso político y de la luchas obreras de 1969
en adelante, donde el caso VALPREDA -el anarquista acusado de la tragedia
en Piazza Fontana, en Milán- era el más ejemplificativo.184
De este modo, en la presente caracterización de la Italia del segundo
dopoguerra, si la situación de retraso en la actuación de la Constitución iba
aparejada con el retraso del Estado democrático, la negación de los derechos
fundamentales era una inevitable consecuencia en el régimen democristiano.185
184
Es relevante destacar que en ese oscuro diagnóstico de crisis en la Italia del segundo
dopoguerra, FERRAJOLI invariablemente presentaba propuestas a fin de superarla. Una de
ellas era por ejemplo mediante una ponencia en el congreso Rappresentanza legitimazione
minoranze. L´esperienza storica tedesca in un contesto comparativo celebrado en Roma los
días 8 y 10 de noviembre de 1984 y organizado entre la Fondazione Lelio e Lesli Basso-Issoco
y la Friedrich Ebert: Si hay un medio para desbloquear nuestro sistema parlamentario “es el de
favorecer la formación de nuevas y más articuladas minorías, capaces de poner en crisis el
monopolio político de los partidos existentes y de romper las lógicas de alineación ya
endurecidas. Y esto requiere precisamente (entre otras cosas) la adopción de un sistema
proporcional puro, que no es -se reitera- el italiano”... “el principal fin de una reforma electoral
dirigida a revitalizar las instituciones parlamentarias debería ser el de incrementar y no de
reducir las posibilidades de acceso al Parlamento de nuevas fuerzas, mutables y heterogéneas,
no necesariamente copiadas a imagen de los partidos y quizá representadas, gracias a un
sistema puramente proporcional, también por diputados sólos que expresen a nivel nacional las
orientaciones, los temas e intereses sectoriales, o periféricos y contingentes (los pensionados,
los desempleados, los ecologistas, los antinucleares, los pacifistas, las feministas y similares).
Sólo así se reconducirían para poner en movimiento espontáneamente los procesos sociales
de agregación y de expresión de la representación, y se reactivaría la fisiología del sistema
parlamentario en la formación y en el cambio de las mayorías además de la responsabilización
política del gobierno hacia el Parlamento y del Parlamento hacia los electores”. Luigi
FERRAJOLI, “Sistemi elettorali, formazione della maggioranza e garanzie delle minoranze” en
Rappresentanza legitimazione minoranze. L´esperienza storica tedesca in un contesto
comparativo, FrancoAngeli, Quaderni della Fondazione Lelio Basso-Issoco 5, Milano, 1986, pp.
138 y ss.
185
Por referir sólo algunos ejemplos. En 1971 se descubrió que durante los años cincuenta la
FIAT había hecho miles de expedientes sobre sus propios trabajadores con la ayuda de la
policía, de los carabinieri y de los servicios secretos italianos. La información recabada servía
para despedir, extorsionar y amenazar a los obreros. Fue puesto en evidencia un deliberado
intento de debilitar la CGIL, el sindicato no gubernamental, y de reforzar la CISL, el sindicato
católico. Donald SASSOON, L´Italia contemporanea... op. cit., p. 191. Asimismo, las
“actividades de las sectas evangélicas protestantes, en particular de la Iglesia de Cristo, -en los
años cincuenta- eran perseguidas por la policía, que cerraba sus salas de reunión con los más
diversos pretextos y les hacían, en general, difícil la vida”. Norman KOGAN, L´Italia del
dopoguerra... op. cit., p. 115. O bien y sobre todo en los años setenta, cualquier empleado de
ventanilla de cualquier oficina postal tenía la facultad de “parar y secuestrar un telegrama que,
a su exclusivo juicio (contuviera) frases injuriosas o valoraciones políticamente lesivas de las
autoridades constituídas”, sin descontar que existía la Escopost, es decir, una policía postal
“que por años abrió sobres, paquetes y también cartas privadas que, por el sólo hecho de venir
de países escandinavos, eran sospechosos de contener publicaciones o fotos obsenas”. Eran
ejemplos que sometía Pasquale BALSAMO (coord.), Umberto Terracini. Come nacque la
Costituzione, Editori Riuniti, Primo piano, Roma, 1979, p. 74, a juicio de su entrevistado
TERRACINI, quien respondía en 1978 que el problema estaba en los reglamentos que
65
1.3 FERRAJOLI y la formación analítica y positivista del derecho
1.3.1 El contexto de formación
L
a formación académica a la que se vincula Luigi FERRAJOLI desde
muy temprano es la filosofía analítica italiana del derecho y el
positivismo lógico. Estas orientaciones de la filosofía se comenzaron a cultivar
en Italia en el segundo dopoguerra y en su decisiva gestación tiene que ver la
cultura que vivía el país tras la tragedia bélica: la cultura italiana “se mueve
entre la crítica al pasado y la búsqueda de nuevas ideas y de nuevos
instrumentos de investigación”.186
Es claro cómo nuevamente aquí FERRAJOLI es hijo de su época y
recibe los efectos de sus circunstancias sociales.
El nuevo instrumental de análisis que se deseaba en esa época, en
contraste con la cultura mística y de fe ciega, sólo podría ofrecerlo -además de
la aproximación analítica- el positivismo lógico.
Como sostuviera con contundencia Uberto SCARPELLI cuando refutaba
una tesis de Karl MANNHEIM:187 “el espíritu de análisis y de rigor, el deseo de
claridad, la fría razón, la actitud empírica, la disposición a la investigación
común y al recíproco control” -características que para SCARPELLI compartía
la metodología behaviorista- es una mentalidad opuesta “de aquella fascista,
que es ciega, pasional, manipulable, mística, violenta, inclinada al acto de fe
antes que al sereno razonar”.188
Pero anteponer, lograr, recrear, el quehacer académico en sede de
filosofía analítica189 y de positivismo lógico en esa Italia salida del fascismo,
reproducían aún normas y actuaciones de las autoridades públicas inspiradas en los códigos
fascistas.
186
Enrico PATTARO, Il positivismo giuridico italiano dalla rinascita alla crisi, “Politica del diritto”,
n. 5, ottobre, 1972, p. 821.
187
Para quien los regímenes políticos de tipo fascista, en la acción política, seguían y aplicaban
esencialmente los principios del behaviorismo.
188
Uberto SCARPELLI, Behaviorism, positivismo logico e fascismo, “Il Mulino”, n. 30, aprile,
1954, pp. 253-254.
189
Cabe señalar que nuestro autor en estudio entiende por “filosofía analítica”, en el sentido
más extenso, la filosofía que designa “ya sea la concepción de la reflexión filosófica como
análisis del lenguaje y en particular, por lo que hace a la filosofía del derecho, de los lenguajes
jurídicos (del derecho y sobre el derecho), ya sea las aproximaciones metodológicas propias
del empirismo lógico y de la filosofía de la ciencia”. Luigi FERRAJOLI, “Filosofia analitica del
diritto e dimensione pragmatica della scienza giuridica”, en Letizia GIANFORMAGGI y Mario
JORI (coordinadores), Scritti per Uberto Scarpelli, Giuffrè Editore, Milano, 1997, p. 354.
66
cabe decirlo, no fue espontáneo ni su escuela se consolidó en breve tiempo.
Todavía en 1953, considérese, el mismo SCARPELLI decía que el idealismo
dominaba “en una variedad de prospectivas y formulaciones, más o menos
cercanas a las enseñanzas de los maestros Croce y Gentile”,190 o bien, y a
manera de ejemplo, que el propio SCARPELLI, quien se convertiría en un pilar
fundamental en la escuela analítica del derecho italiana -junto con Norberto
BOBBIO-191 hizo su incursión en algún momento en el existencialismo.192
Y ante todo, no fue tarea fácil porque había quienes tenían bastante
desprecio por la enseñanza del empirismo, a quienes Norberto BOBBIO, con
atino, les preguntaba en 1955 qué cosa querían sustituir entonces a la
experiencia: “¿la revelación, la iluminación interior, el conocimiento oculto, la
magia?”193
SCARPELLI, por su parte, señalaba al menos dos significados importantes de “analítico” en el
ámbito de la cultura jurídica: i) la tendencia a mirar dentro de la máquina del derecho y de la
cultura jurídica para reconocer las piezas, desmontarlas y removerlas, para diseñar los modelos
y determinar las relaciones, ocupándose así más y mejor de la estructura interna del derecho
que de su función social, más del derecho como sistema de sub sistemas hechos de normas y
de instituciones que del derecho como subsistema del sistema social y, ii) el que se refiere al
método de análisis del lenguaje. Uberto SCARPELLI, “La critica analitica a Kelsen”, en Carlo
ROEHRSSEN (coordinador), Hans Kelsen nella cultura filosofico-giuridica del Novecento,
Istituto della Enciclopedia Italiana fondata da G. Treccani, Firenze, 1983, p. 69. Asimismo,
SCARPELLI apuntaba: “El mérito principal de la filosofía analítica es aquél de no conformarse
con la vaguedad y lo genérico, también subjetivo, sino de querer ver claro. Treinta años antes
apuntaba sobre las bondades del análisis del lenguaje: sirve al diligente examen de la
clarificación de los problemas antes de intentar soluciones, al severo control de los
razonamientos, a la precisa determinación del significado de las proposiciones que se enuncian
como soluciones. Se tiende a eliminar, cuanto más es posible, las palabras ambiguas, la
posibilidad de error y de malentendidos, provocados por definiciones imprecisas, de aserciones
no verificadas, de discusiones sobre cuestiones no suficientemente determinadas. Uberto
SCARPELLI, Filosofia analitica e giurisprudenza, Nuvoletti, Milano, 1953, p. 12. Para una
aproximación sobre la complejidad de determinar lo que es la filosofía analítica véase Mauro
BARBERIS, Di cosa parliamo, quando parliamo di filosofia analitica? en Letizia
GIANFORMAGGIO y Mario JORI (coordinadores), Scritti per Uberto... op. cit., pp. 51-83.
190
Uberto SCARPELLI, Filosofia analitica e... op. cit., p. 10.
191
Para un estudio de su obra véase Alfonso RUIZ-MIGUEL, Filosofía y derecho en Norberto
Bobbio, Centro de Estudios Constitucionales, colección El Derecho y la Justicia, Madrid, 1983;
Andrea GREPPI, Teoría e ideología en el pensamiento de Norberto Bobbio, Marcial Pons y
Universidad Carlos III de Madrid, Madrid, 1998 y Elisabetta DI CASTRO, Razón y política. La
obra de Norberto Bobbio, Fontamara y Universidad Nacional Autónoma de México, Fontamara
214, México, 1998. Para apreciar la influencia de su obra en iberoamérica véase Alberto
FILIPPI y Celso LAFER, El pensamiento de Bobbio en la cultura iberoamericana, trad. del
idioma portugués del trabajo de Celso Lafer: Ada Solari, FCE, colección Filosofía, México,
2006.
192
Véase Uberto SCARPELLI, Esistenzialismo e marxismo. Saggio sulla Giustizia, Taylor
Torino, collezione di filosofia N. 6, Torino, 1949.
193
Norberto BOBBIO, “Cultura vecchia e politica nuova”, en Politica e cultura... op. cit., p. 207.
Lo que se requería, proseguía con claridad BOBBIO, era “enseñar al filósofo a considerarse
socráticamente un artesano que ayuda a los otros artesanos a comprender mejor su tarea, a un
mayor rigor en el estudio de los hechos y a reservarse en la formulación de tesis generales, a
trabajar más como labora aquél que produce cosas útiles y asemejarse menos a jugadores de
67
Visto desde otra óptica, el contexto para consolidar la escuela analítica y
positivista no era el más favorable si se atiende también al contexto político. “Si
tras la liberación el nuevo iluminismo propugnaba -e ideológicamente
representaba- una sociedad democrática progresista”,194 es evidente que éste
desentonaba con el régimen de la Democracia cristiana que quería todo menos
“una sociedad democrática progresista”.195
Pero es el mismo FERRAJOLI quien nos da cuenta de esa experiencia
de formación y lo que conllevó que ésta fuera bajo la guía y el programa de
BOBBIO. Abusando quizá un poco en la cita vale leer lo siguiente:
La filosofía analítica italiana del derecho nace y crece (...) en torno a
Bobbio, en los años 50 y 60 y se hizo conocer en Italia y en Europa
esencialmente como <<la scuola di Bobbio>>. Nos reuníamos todos los años
un grupo de quince-veinte, en el Istituto di filosofia del diritto di Torino, en
aquello que llamábamos <<i seminari di San Giuseppe>> porque se llevaban
a cabo el 19 de marzo.
Era el estilo de pensamiento enseñado por Bobbio que formaba (...) el rasgo
común de nuestra pequeña comunidad ius-analítica junto a un segundo e
igualmente importante factor: el programa, indicado por Bobbio como tarea
de la filosofía jurídica, de la reflexión sobre el método de la ciencia jurídica,
del análisis clarificador de aquel particular universo lingüístico que es el
derecho positivo, de la crítica de las antinomias y de las lagunas del derecho
sobre la base del derecho mismo y de las premisas incorporadas en sus
principios constitucionales del control racional, en fin, de las operaciones
metalingüísticas sobre él realizado por los juristas y los operadores jurídicos,
sean ellos legisladores, jueces o administradores.196
Y aquí es preciso destacar la labor docente que desempeñaron Norberto
BOBBIO197 y Uberto SCARPELLI no sólo para la formación analítica y
un juego abstruso y reservado, que interesa, como todos los juegos, sobre todo a quienes
participan en él”. Ibidem.
194
Alfonso RUIZ Miguel, “El Positivismo Jurídico, entre Teoría, la Ideología y la Sociología”,
contenido en Política, Historia y Derecho en Norberto Bobbio, Fontamara, Biblioteca de Ética,
Filosofía del Derecho y Política 34, 2ª edición, México, 2000, p. 78.
195
“No puede olvidarse a este respecto -nos recuerda RUIZ Miguel- que la mayoría de los
hombres de la escuela, y Bobbio a la cabeza, participaban de una ideología que iba del
liberalismo progresista al socialismo democrático, poco dada a transacciones con el partido en
el gobierno”. En nota a pie de página, en ibidem.
196
Luigi FERRAJOLI, Il diritto della ragione, “il Manifesto”, giovedì 29 maggio 1997, p. 21, texto
base de la laudatio y publicado el día que concedía la Universidad de Camerino a Norberto
BOBBIO la laurea honoris causa. Para la versión íntegra y en castellano véase Luigi
FERRAJOLI, Razón, derecho y democracia en el pensamiento de Norberto Bobbio, “Jueces
para la democracia”, n. 30, 1997, pp. 79-83.
197
Para una revisión en sede de teoría del derecho sobre la escuela de BOBBIO véase Uberto
SCARPELLI (editor), La teoria generale del diritto. Problemi e tendenze attuali. Studi dedicati a
Norberto Bobbio, Edizioni di Comunità, Bliblioteca di scienze umane. Diritto e cultura moderna
26, Milano, 1983. Asimismo: Annalisa ZACCARIA, La scuola di Bobbio, “Rivista Internazionale
di Filosofia del diritto”, anno LXI 1984, IV serie, Milano, pp. 337-350; María Ángeles BARRÈRE
Unzueta, La escuela de Bobbio. Reglas y normas en la filosofía jurídica italiana de inspiración
analítica, Tecnos, Madrid, 1990. En sede de filosofía del derecho véase Mario G. LOSANO, Un
68
positivista del derecho en nuestro autor sino para un gran número de
estudiosos.198
El propio FERRAJOLI ha apuntado que esa guía intelectual se dio en
dos dimensiones: en el uso teórico que Bobbio les enseñó “a hacer de las
categorías clásicas de la filosofía política -como
<<igualdad>>, <<autoridad>>
<<libertad>>,
<<poder>>,
y similares- utilizables, por su probada claridad,
como pedazos de teoría jurídica y política en la impostación de los problemas
teóricos de hoy; y la enseñanza de Uberto Scarpelli, por la dimensión
pragmática de la teoría y de la filosofía del derecho que (les invitó) a no ignorar,
sino a explicitar y a asumir como su banco de prueba”.199
En un inicio, en términos generales y en sede de teoría del derecho, la
división del trabajo entre los maestros de nuestro autor -se podría decirconsistió en que, mientras “Bobbio integró la visión kelseniana, también ésta
minoritaria, con la invitación a traducir la filosofía jurídica en metodología y a
concentrar la atención en el lenguaje del derecho y de la ciencia jurídica
(SCARPELLI, por su parte), fue el primero en recoger aquella invitación y a
recorrer el camino, acudiendo sobre todo a las corrientes neopositivistas de la
filosofía británica”.200
secolo di filosofia del diritto a Torino: 1872-1972, “Teoria politica”, nn. 2 y 3, 1999, pp. 471-517,
particularmente el § 4, p. 489 y ss. Para una recreación de su figura docente véase Luigi
BONANATE, Norberto Bobbio e l´Università di Torino, “Teoria política”, n. 1, 2004, pp. 5-8 y
Michelangelo BOVERO, Norberto Bobbio professore, “Teoria politica”, n. 1, 2004, pp. 9-14.
198
Y aun más: BOBBIO “fue de los pocos filósofos que desprovincializó la cultura italiana
poniéndola en contacto con la fenomenología, el existencialismo y el pensamiento liberaldemocrático de Hans Kelsen” desde muy temprano -los años treinta- sostenía FERRAJOLI en
1992 cuando, con motivo de la publicación en la revista “Panorama” de una carta de su
maestro dirigida a MUSSOLINI de junio de 1935, salía en su defensa. Véase Luigi FERRAJOLI,
Norberto Bobbio la storia è un´altra, “il Manifesto”, martedì 16 giugno 1992, p. 11. Publicación
aquella que era -apuntaba nuestro autor- “un acto tanto mezquino como deformante sobre el
plano histórico” pues BOBBIO lo hizo como “acto de defensa” para evitar la cárcel y “ni siquiera
ofreció un apoyo público al régimen”.
199
Luigi FERRAJOLI, Per Letizia Gianformaggio, “Ragion pratica”, n. 24, 2005, p. 6, texto que
corresponde a una intervención de FERRAJOLI intitulada “Ricordo di Letizia Gianformaggio”
leída en Catania el 23 de septiembre de 2004, en la apertura del “XXIV Congreso Nacional de
la Sociedad Italiana de Filosofía Jurídica y Política”. Algunas ideas contenidas en tales textos
también aparecían en Luigi FERRAJOLI, Lo stile di Letizia Gianformaggio, “il Manifesto”,
giovedì 2 settembre 2004, p. 13. En efecto, SCARPELLI decía cosas como estas: “No se debe
buscar hacer de los jóvenes, positivistas; sino darles el ejemplo de la seriedad del trabajo de
los nuevos positivistas y de su antiretórica, y darles un óptimo ejemplo de madurez moral antes
aun que científica, de generoso empeño iluminista”. Uberto SCARPELLI, Behaviorism,
positivismo3 op. cit., p. 262.
200
Vincenzo FERRARI, Ricordo di Uberto Scarpelli, “Notizie di POLITEIA”, n. 73, 2004, p. 53.
Sobre el positivismo analítico de SCARPELLI y el valor de su legado o una aproximación a
elementos centrales o esclarecedores de su obra véase Claudio LUZZATI, Il positivismo
analitico di Scarpelli, en idem, pp. 64-76 y Michele TARUFFO, Note sparse su Scarpelli e i
69
Particularmente de SCARPELLI, hay que decir que fue él -más que
BOBBIO- quien, con su tesis de que las elecciones normativas y de
ordenamiento son cuestiones ético-políticas y no científicas, estimuló en
nuestro autor el sentido proyectivo del derecho. “La eficacia de las normas y de
los ordenamientos, según Scarpelli, no constituye un fundamento neutral o
científico de la descripción jurídica, porque ella misma es ya fruto de una
elección ético-política, de una serie de elecciones concordantes adoptadas por
un número suficiente de miembros de una sociedad”.201
Evidentemente, no es este el lugar para indagar el grado de
acercamiento y alejamiento, con sus respectivas tensiones, entre la producción
intelecutal de los entrañables maestros de FERRAJOLI con su obra.202
giuristi, en idem, pp. 111-114, respectivamente. Una referencia, con motivo del prefacio
realizado a la republicación de uno de los primeros libros de Norberto BOBBIO, L´analogia nella
logica del diritto, “que documenta los intereses ya del joven Bobbio por la lógica, el análisis del
lenguaje y el razonamiento jurídico”, se encuentra en Luigi FERRAJOLI, “Prefazione” a Paolo
Di LUCIA (coord.), L´analogia nella logica del diritto di Norberto Bobbio, Giuffrè Editore, collana
di studi del Dipartimento di Scienze Giuridiche e Politiche 1, Milano, 2006, pp. XI-XXI.
201
Mario JORI, en nota a pie de página de “Ferrajoli sobre los derechos”, contenido en Antonio
de CABO y Gerardo PISARELLO (editores), Los fundamentos de los derechos fundamentales,
VV.TT., Trotta, colección Estructuras y Procesos. Serie Derecho, 2ª edición, Madrid, 2005, p.
114. Sobre el “complejo principio de la separeción entre derecho y moral, corolario a su vez del
no cognitivismo ético (en) que se basa la filosofía política, laica y liberal, de Uberto Scarpelli y
que informó su empeño al mismo tiempo intelectual, moral y político” véase Luigi FERRAJOLI,
Etica e meta-etica laica nel pensiero di Scarpelli, “Notizie di Politeia. Rivista di etica e scelte
pubbliche”, n. 73, 2004, pp. 137-147.
202
No obstante todos los paralelismos, preocupaciones y derroteros que comparten BOBBIO y
FERRAJOLI en temas particulares, lo cierto es que en el objetivo general sí se separan. La
obra del primero, como sostiene Andrea GREPPI, “por su carácter realista y anti-utópico, no ha
perseguido tanto la formulación de valores políticos, ni la fundamentación moral (racional o
histórica) de instituciones e ideologías, ni ha consistido en la platónica búsqueda del verdadero
sentido de los valores políticos y jurídicos o de la mejor ordenación de la sociedad”. Andrea
GREPPI, Teoría e ideología... op. cit., p. 193. Mientras que en FERRAJOLI, en algún sentido, sí
hay tales pretensiones. Para una breve y concreta incursión-discusión entre ambos autores
véase del mismo Andrea GREPPI, Democrazia Liberale e/o costituzionale: continuità o
discontinuità, “Teoria politica”, n. 3, 2004, pp. 145-152.
Un estudio de la influencia de BOBBIO en FERRAJOLI -de gran proporción- tendría que acudir,
me parece, a las tres dimensiones de la obra de su maestro que el propio FERRAJOLI aborda
como §§ 3, 4 y 5 en Luigi FERRAJOLI, L´itinerario di Norberto Bobbio: dalla teoria generale del
diritto alla teoria della democrazia, “Teoria politica”, n. 3, 2004, pp. 127-143, consistentes en la
“defensa del positivismo jurídico y de la distinción entre derecho y justicia”, en la “propuesta
bobbiana de una refundación epistemológica de la ciencia jurídica” y en el “debate abierto por
Bobbio sobre el marxismo”, respectivamente; dimensiones de la obra de su maestro a las
cuales bien podríamos aplicarles como clave de lectura el constituir éstas un legado teórico y
político: lo primero, porque “la separación implicaba también la afirmación de valores políticos
democráticos y liberales”; lo segundo, porque le dio margen a FERRAJOLI para una
“teorización de los diferentes métodos de formación de los conceptos y de las aserciones de la
teoría del derecho y de la dogmática jurídica”; y lo tercero, porque en tal debate, que abrió
“oficialmente, en Italia, la crisis del marxismo político”, se contuvo “la mayor contribución y la
más importante enseñanza de Norberto Bobbio a la cultura jurídica y filosófica”: que la
democracia “es un conjunto de reglas -las reglas del juego, precisamente- y estas reglas son
70
El punto central es advertir que nuestro autor en estudio -como lo
muestra en su máxima expresión Principia iuris- desde muy temprano aprendió
a hacer uso tanto de ese potente instrumental lógico-analítico como de las
categorías clásicas de la filosofía política sin desvalorizar, más bien todo lo
contrario, el sentido cívico de la teoría y de la filosofía del derecho.203
1.3.2 La producción intelectual en sede analítica y positivista
H
ay que apuntar que ya desde 1963 -a los 22 años de edadFERRAJOLI daba muestras de sus habilidades analíticas y de
dominio del positivismo lógico cuando publicaba en la “Rivista Internazionale di
Filosofia del diritto” Sulla possibilità di una teoria del diritto como scienza
rigurosa,204 si bien es cierto que en éste como los inmediatos trabajos aún no
hacía uso de las categorías de la filosofía política.
La primera producción intelectual de nuestro autor fue eminentemente
en sede de teoría del derecho.
Como bien lo indica el título de ese trabajo de hace más de cuatro
décadas, FERRAJOLI en tres capítulos, una vez que delineaba “algunos
reglas jurídicas: no cualquier regla, sino las reglas constitucionales que aseguran el poder de la
mayoría pero también el límite al poder de la mayoría”. Idem, pp. 132 y ss.
203
Ese proceder analítico, cuidadoso del lenguaje, cuando se hace uso de conceptos en la
teoría del derecho y ciertamente con una carga valorativa, no podía omitirlo FERRAJOLI en su
itinerario si el objetivo es llegar a buen puerto. Y es que, como lo apuntara recientemente
nuestro autor: “Las palabras que designan los valores y los significados en los cuales ellos
vienen usados tienen un rol performativo no sólo de nuestras concepciones, sino también de
nuestras prácticas políticas (de ahí que) sobre cuestiones como el derecho y los derechos, la
igualdad y las diferencias, el universalismo y el multiculturalismo, la violencia y la guerra,
debemos siempre definir exactamente qué cosa entendemos con las palabras que usamos”.
Luigi FERRAJOLI, Universalismo e multiculturalismo, “Parolechiave”, n. 37, giugno, 2007, pp.
44 y 45. Para “un mapa de las heterogéneas investigaciones sobre las relaciones entre
derecho y lenguaje” véase Paolo Di LUCIA, Introduzione. Tre opposizioni per lo studio dei
rapporti tra diritto e linguaggio en Uberto SCARPELLI y Paolo Di LUCIA (coordinadores), Il
linguaggio del diritto, Edizioni Universitarie di Lettere Economia Diritto, Esedra collana di letture,
Milano, 1994, pp. 9-23, colección de escritos dedicados al tema que contiene los clásicos de
Uberto SCARPELLI, Scienza del diritto e analisi del linguaggio (publicado en la “Rivista del
diritto commerciale”, n. 46, 1948, pp. 212-216) y de Norberto BOBBIO -que señala el acto de
nacimiento de la filosofía jurídica analítica italiana, como bien lo dice el mismo FERRAJOLIScienza del diritto e analisi del linguaggio (publicado en la “Rivista trimestrale di diritto e
procedura civile”, n. 4, 1950, pp. 342-367), trabajo éste y los que siguieron de SCARPELLI que
inauguraron una nueva época, orientando la filosofía del derecho, contra los tradicionales
tratamientos metafísico-iusnaturalistas o idealista-históricos, a una relación más cercana de tipo
crítico y matacientífico, con la ciencia del derecho. Luigi FERRAJOLI, “Filosofia analitica del
diritto e dimensione pragmatica della scienza giuridica”, contenido en Letizia
GIANFORMAGGIO y Mario JORI (coordinadores), Scritti per Uberto... op. cit., p. 355.
204
Luigi FERRAJOLI, Sulla possibilità di una teoria del diritto como scienza rigurosa, “Rivista
Internazionale di Filosofia del diritto”, fascicolo III, maggio-giugno, 1963, pp. 320-363.
71
principios elementales de
<<ciencia
<<teoría
de la ciencia>> y abordaba “el problema de la
jurídica>>”, ejemplificaba la posibilidad de desarrollar una teoría del
derecho como ciencia rigurosa.205
Ahora bien, sin afán de confrontar esta precoz producción206 con su
ulterior obra -y más bien continuando en sede histórica- es oportuno subrayar
que ese trabajo da cuenta de la existencia en nuestro autor de un programa
teórico tempranamente trazado207 y con relación al cual, precisamente en
términos de la gran empresa intelectual primigeniamente propuesta y
permanentemente perseguida,208 habría que acercarse, quien así lo desee, a
Principia iuris.
De esta manera, se entenderá que dos años después, en 1965,
FERRAJOLI presentara asimismo una aproximación, es decir, un ejercicio un
cuanto elaborado, de formación y sistematización de algunos conceptos
fundamentales de teoría del derecho y del desarrollo del sistema teórico que
205
Idem, nota a pie de página n. 2, pp. 322 y 323.
FERRAJOLI -quien acudía para la fijación de sus premisas lógico-positivistas a Bertrand
RUSSELL, Charles MORRIS, Ludwing WITTGENSTEIN, Carl Gustav HEMPEL, Rudolf
CARNAP, entre otros- se distanciaba ya en este trabajo de KELSEN y del propio BOBBIO. Así,
por ejemplo, del primero le insatisfacía la centralidad de la amenaza de una sanción en la
definición del derecho (p. 332); que la teoría del derecho sea una teoría del derecho positivo (p.
336); la identificación del derecho con el Estado (pp. 349 y 355) o bien la concepción del
derecho como técnica (p. 351). De BOBBIO, por ejemplo, no aceptaba el adjetivo formal para
calificar la teoría o ciencia del derecho (p. 341); rechazaba “los tres posibles puntos de vista
desde los cuales observar el fenómeno jurídico”: como institución, como norma y como relación
jurídica (p. 348) o bien no suscribía la tesis de la relación derecho/poder como la doble cara de
una misma moneda (p. 350).
207
Acaso valdría la pena destacar que en Sulla possibilità di una teoria del diritto como scienza
rigurosa se contienen ya los trazos más generales que llegan hasta Principia iuris y que tienen
que ver, ante todo, con lo que podríamos llamar la apuesta en el método axiomatizado como
constante en tal programa teórico. Esto porque ya prevalece la idea que “un discurso científico
puede venir entendido como un sistema teórico axiomatizado” (p. 332) -con la advertencia de
que la teoría del derecho “es una teoría empírica, no una lógica o una matemática” (p. 338)-;
que el proceder deductivo, no exclusivo de éstas, es común “a todas las teorías empíricas” (p.
339) de las cuales el derecho forma parte; porque la exposición acudía ya a “términos
privilegiados” e “hipótesis primitiva o fundamental” (p. 346) así como porque la teoría “no es
otra que el sistema no interpretado” de las relaciones formales necesarias entre universo
jurídico (derecho) y términos jurídicos (norma, relación, acto jurídico, etc.) de modo que la
“explicación e ilustración de tales relaciones constituyen la interpretación de la teoría” (p. 347),
todo lo cual es, en un nivel más elaborado o reelaborado, contenido en Principia iuris.
208
Es cierto que en Sulla possibilità di una teoria del diritto como scienza rigurosa FERRAJOLI
definía el derecho como “la organización de un agregado humano en sociedad, mediante la
regulación de las relaciones entre sus miembros” (p. 345); establecía una “estrecha
correlatividad del derecho y la sociedad” (p. 349) y sostenía como condición necesaria y
suficiente de la juridicidad de una norma la eficacia de la misma, no siendo “en cambio
esenciales a la norma otros caracteres que como tales son frecuentemente considerados”, tesis
todas ellas que no se mantienen en Principia iuris; sin embargo, esta situación no obsta para
sostener que la aproximación epistemológica permanece. Hubo pues maduración y cambio de
algunos contenidos pero no de la forma posible de presentar estos.
206
72
constituiría -decía- un modelo, aunque fuera elemental, de teoría del derecho
axiomatizada. Se trata del Saggio di una teoria formalizzata del diritto, también
publicado en la “Rivista Internazionale di Filosofia del diritto”.209
En este ensayo -donde se apoya directamente en Alfred TARSKI
(Introduction to Logic and to Methodology of Deductive Science) y trabaja ya
con treinta y un términos definidos (que denomina segni predicativi), tres
términos primitivos (norma, acto y efecto) y con dos postulados-210 FERRAJOLI
continuaba su discusión con KELSEN211 y, puesto en perspectiva, ofrecía un
serio intento de dar cuenta de la ciencia jurídica a partir de un sistema
semántico, constituido de la dogmática, y de un sistema axiomático, constituido
de la teoría del derecho.
Toda vez que no es objeto del presente apartado el estudio en estas
últimas sedes -de dogmática y de teoría del derecho-, bastaría con destacar,
por ejemplo, que FERRAJOLI, de los treinta y un términos definidos o segni
predicativi que ofrecía en su Saggio, veinte vuelven a aparecer en Principia
iuris pero ninguno de estos vuelven a ser definidos de la misma forma.212
Es decir, a lo largo de cuatro décadas hay una constante revisión y
discusión de sus propias ideas de forma que, en lo que podríamos denominar
el núcleo duro de su teoría -y entre éste los términos definidos- hay una
209
Luigi FERRAJOLI, Saggio di una teoria formalizzata del diritto, “Rivista Internazionale di
Filosofia del diritto”, fascicolo I, gennaio-marzo, 1965, pp. 55-105.
210
Postulado 1: cada acto, dada una norma que lo prevé, produce un efecto; o: para cada acto
se da una norma que dispone que él produzca un efecto; o: para cada acto se da una norma
que para él predispone un efecto. (p. 61). Postulado 2: todas las normas son actos (actos
normativos); pero no viceversa. (p. 62).
211
No comparte su tesis de que el tiempo -así como el espacio, la materia y las personas- sea
elemento circunscrito a la “esfera de validez” de la norma, prefiriendo hablar de “esfera de
eficacia” (temporal, espacial y personal). Esto porque la validez es una cualidad del precepto
que no puede variar ni ser medida en el tiempo y en el espacio o de otras formas; la eficacia,
en cambio, es una propiedad medible y especificable dado que ella tiene que ver con los
efectos que el acto produce (pp. 89-90); asimismo, rechazaba la hipostatización de la norma
fundamental como presupuesto de la Constitución al grado de sostener FERRAJOLI en ese
entonces: “La validez de la Constitución -si es correcto fijarse esta cuestión- es dada por
descontada, así como su eficacia, una vez reconocida su efectividad: o, en consecuencia, la
efectividad del ordenamiento que bajo ella rige”. (p. 100).
212
Se trata, hechas algunas omisiones de cambios de adjetivos a sustantivos, de los siguientes
términos: atto, accertamento, atto formale, atto informale, consuetudine, effetto, efficace,
effettiva, forma, grado sopraordinato, relazione di grado, imperativo, invalido, legge, norma,
negozio, ordinamento, precetto, atto strumentale, valido.
73
modificación, reformulación, mejoramiento y explicitación que, como es
evidente, hacen de su teoría del derecho una teoría más comprensiva.213
Se entenderá así, de igual modo, que FERRAJOLI volviera a publicar en
1966 y 1967 en la misma revista -dirigida, entre otros, por Norberto BOBBIOInterpretazione dottrinale e interpretazione operativa214 y Linguaggio assertivo e
linguaggio precetivo,215 respectivamente, que bien pueden ser vistos de igual
forma como parte del cumplimiento de ese itinerario científico autoimpuesto.
Ello porque, por lo que hace el primero, si bien pretendía “proponer un
modelo teórico elemental de los aspectos lingüísticos del fenómeno jurídico con
el único fin de aprovechar tales instrumentos del análisis del lenguaje en la
teoría de la interpretación jurídica”,216 es evidente que esos aspectos
lingüísticos del fenómeno jurídico tenían que corresponder o ser congruentes,
me parece, con el transfondo o las premisas establecidas para construir una
teoría axiomatizada del derecho.
Así,
no
es
extraño
encontrar
en
Interpretazione
dottrinale
e
interpretazione operativa -donde se insiste en la relevante distinción entre
lenguaje observacional-interpretativo para la dogmática jurídica y lenguaje
teórico convencional para la teoría del derecho- que “las normas de un
ordenamiento jurídico dado son configurables (...) como las reglas sintácticas,
213
En efecto, en Principia iuris nos encontramos con 16 postulados, los cuales “equivalen, por
así decir, a definiciones implícitas de los (16) términos primitivos” (Luigi FERRAJOLI, Principia
iuris... vol. I, op. cit., p. 91), y con un total de 274 términos definidos.
214
Luigi FERRAJOLI, Interpretazione dottrinale e interpretazione operativa, “Rivista
Internazionale di Filosofia del diritto”, fascicolo I, gennaio-marzo, 1966, pp. 290-304. Se trataba,
en realidad, de su ponencia presentada en el Congreso nacional de filosofía del derecho
celebrado en Roma, del 31 de octubre al 4 de noviembre de 1965.
215
Luigi FERRAJOLI, Linguaggio assertivo e linguaggio precettivo, “Rivista Internazionale di
Filosofia del diritto”, fascicolo III, luglio-settembre, 1967, pp. 514-545. Se trata de su trabajo
presentado en un Congreso celebrado en Turín el 19 de marzo de 1967.
216
En la nota a pie de página n. 17 de Luigi FERRAJOLI, Interpretazione dottrinale... op. cit., p.
297. FERRAJOLI volverá, una y otra vez, siempre afinando sus consideraciones sobre el uso
riguroso de los conceptos en la labor de los científicos del derecho y de los operadores
jurídicos. Véase, por ejemplo, Luigi FERRAJOLI, La formazione e l´uso dei concetti nella
scienza giuridica e nell´applicazione della legge, “Materiali per una storia della cultura giuridica”,
n. 2, dicembre, 1985, pp. 401-422, donde es posible apreciar ya un rol relevante del postulado
epistemológico del positivismo jurídico -el principio de legalidad- cuyo análisis “forma en
consecuencia un capítulo central de la reflexión epistemológica sobre los discursos (de los
juristas y de los jueces) sobre el derecho” (idem, p. 407), esto es, nuestro autor se mueve ya
también en el discurso del verificacionismo popperiano. Para objeciones sobre la epistemología
rigurosa suscrita por FERRAJOLI véase la réplica de Danilo ZOLO en idem, pp. 450-454.
74
semánticas y pragmáticas del lenguaje en el cual se expresan las experiencias
jurídicas por ellas previstas”.217
Y no es extraño encontrar esta “salida”, la de una concepción
tridimensional del lenguaje que le ofrecía Charles MORRIS (Foundations of the
Theory of Signs), en cuanto que, precisamente, la pretensión es dirigirse a las
formas y las estructuras del derecho; es decir, en virtud de que este
acercamiento da luces: en las relaciones formales entre los signos de ese
lenguaje que es el derecho (sintáctica); las relaciones de designación y
denotación de los signos con los objetos que le son aplicables (semántica), y
las relaciones de los signos con sus intérpretes (pragmática).218
Por lo que hace a Linguaggio assertivo e linguaggio precetivo,219 de igual
forma puede verse como parte del inicial y paulatino cumplimiento del itinerario
científico autoimpuesto por FERRAJOLI en razón de que en él profundiza en
los criterios pragmáticos y semánticos220 de la distinción entre tales lenguajes,
todo lo cual, en suma, no es más que un estricto control neopositivista de
clarificación del tipo de discurso que requiere una teoría del derecho; esto es,
un ejercicio imprescindible en sede metateórica.
217
Luigi FERRAJOLI, Interpretazione dottrinale... op. cit., p. 295. “Y en consecuencia, mientras
la interpretación doctrinal, en cuanto análisis del lenguaje normativo, consiste en la explicación
de las reglas según las cuales es caracterizado, en sus tres dimensiones, el lenguaje de la
experiencia jurídica, recíprocamente la interpretación operativa, en cuanto análisis del lenguaje
de la experiencia, consiste en la individuación de las dimensiones sintácticas, semánticas y
pragmáticas de la concreta experiencia a la luz de las reglas que le son a ella relativas”. Ibidem.
218
Riccardo GUASTINI señala cómo la idea-tesis de BOBBIO lanzada en 1950 en Scienza del
diritto e analisi del linguaggio consistente en que el derecho “es representado sencillamente
como el lenguague (o el discurso) prescriptivo del <<legislador>>” -transfondo decisivo para
nuestro autor, me parece, porque con él se pasa a categorías del lenguaje- fue notable por dos
razones: porque en los años cuarenta y cincuenta, la mejor teoría jurídica europea continental
estaba representada por la kelseniana <<doctrina pura del derecho>> y porque fue una feliz
conciliación de dos teorías aparentemente antitéticas: el normativismo à la KELSEN y el
realismo escandinavo pues representa el derecho al mismo tiempo como hecho y como norma.
Riccardo GUASTINI, “La teoria generale del diritto”, en Pietro ROSSI, Norberto Bobbio... op.
cit., pp. 63 y 64.
219
A modo orientativo, baste decir que FERRAJOLI ofrecía en este artículo un criterio de
distinción entre <<acertivo>> y <<preceptivo>> que prescindiera del elemento de la <<función>>,
informativa o directiva, mismo que encontraba en “otro y no menos importante aspecto del
estado pragmático del discurso: aquél de la diversa <<respuesta>> que las proposiciones
asertivas y las proposiciones preceptivas son ideóneas para suscitar en sus destinatarios”. Así,
“Es asertiva una proposición que permite como respuesta o un juicio teorético de verdad o un
juicio teorético de falsedad”. “Es preceptiva una proposición cuya respuesta a) no es un juicio
teorético de verdad o de falsedad y b) es un comportamiento, cualificado de ejecución o de no
ejecución según que la respuesta sea positiva, es decir, de aceptación, o negativa, es decir, de
rechazo”. Luigi FERRAJOLI, Linguaggio assertivo... op. cit., pp. 518-519. Pero FERRAJOLI,
vale decir, establecida esta dimensión pragmática, pasaba a las complicaciones en sede
semántica y sintáctica que dicho criterio representaba.
220
Esboza sólo algunas consideraciones sobre el criterio sintáctico que atendería después.
75
Ahora bien, la producción intelectual de FERRAJOLI en sede
neopositivista tiene un punto relevante en 1970 con la publicación de su Teoria
assiomatizzata del diritto. Parte generale.221 Lo que considero importante
destacar de esta obra, sin embargo, no es cómo prosigue la construcción
axiomatizada de su teoría del derecho sino aspectos diversos: a) la crítica que
hacía, a manera de introducción, a la ciencia jurídica tradicional, b) su visión de
lo que es aquella y, c) algunos, muy particulares, pronunciamientos que hacía
de temas específicos; todo lo cual, me parece, indica con claridad su
continuidad no sólo metodológica sino de sus convicciones sobre el papel, civil
y político, de la ciencia del derecho.
La crítica a la ciencia jurídica tradicional -que no tiene desperdicioconsistía en que ésta no satisface “ninguno de los requisitos que comúnmente
se requieren a una disciplina científica”, para empezar, por la “falta de un
método científico”, por la multiplicidad de “términos, que son empleados o
fueron empleados en los sentidos más equívocos y diversos”, de modo que
221
Luigi FERRAJOLI, Teoria assiomatizzata del diritto. Parte generale, Giuffrè Editore, Milano,
1970. Para algunas críticas a la obra véase Jerzy WRÓBLEWSKI, Axiomatization of legal
theory, “Rivista Internazionale di Filosofia del diritto”, IV serie, 1972, pp. 380-389. Luigi
FERRAJOLI, Risposta all´articulo “Axiomatization of legal theory” di Jerzy Wróblewski, “Rivista
Internazionale di filosofia del diritto”, IV serie, 1973, pp. 148-151, distingue tres críticas en ese
escrito de WRÓBLEWSKI: a) “que una teoría del derecho desarrollada con el auxilio del
método axiomático es no sólo más rigurosa sino también <<más simple>>” que las teorías del
derecho construidas con el método tradicional; b) el carácter <<demasiado restringido>> del
objeto asignado a la teoría del derecho, la cual resultaría reducida “a una teoría de la
dogmática de un ordenamiento jurídico particular tal cual es el italiano” y, c) el carácter
deductivo de la tesis sobre la “libertad” y sobre la “propiedad”, y la construcción de estos
conceptos, en la cual se estaría evidenciando la expresión de “personales inclinaciones
políticas”. (p. 148). FERRAJOLI sostenía, respecto de la primera crítica, que estaba de acuerdo
“si con simplicidad se entiende la facilidad de construcción y de aprehensión del cálculo” (p.
148); en relación a la segunda crítica afirmaba que si había establecido una unión entre teoría
del derecho y dogmática jurídica era porque la primera, en cuanto teoría empírica, “debe
siempre tener un específico campo observacional, que es precisamente constituido de un tipo
de ordenamiento jurídico, históricamente determinado”. En razón de que la teoría de derecho
“no se ocupa de los específicos contenidos normativos, sino de la estructura formal del
ordenamiento jurídico en examen, ella vale para todos los ordenamientos que tienen las
mismas características formales del ordenamiento o de los ordenamientos jurídicos” (p. 150); y
por último, en relación a la tercera crítica respondía que no le parecía justificada, para lo cual
desarrollaría con detalle en la parte especial de la teoría las definiciones y teoremas relativos a
conceptos de “poder”, de “derecho subjetivo” y de “libertad” y que, en todo caso, una vez
asumidas las premisas no se podía disentir “de la crítica al concepto tradicional de derecho
subjetivo que, derivando de la reunión de un mismo género dos figuras entre sí diversas y
opuestas como son la propiedad privada y la libertad, tiene precisamente el efecto mistificatorio
de acreditar la primera mediante el valor generalmente asociado a la segunda, o de
desacreditar la segunda mediante el disvalor fácilmente asociable a la primera”. (p. 151). Véase
asimismo, para algunas observaciones, Georges KALINOWSKI, Recensione a <<Teoria
assiomatizzata del diritto>>, “Archives de Philosophie du Droit”, n. 16, Le droit investi par la
politique, 1971, pp. 489-494.
76
“cada jurista tiene un vocabulario personal, y dedica la mayor parte de su obra
a individualizar las diferencias con el de los otros”. Lejos de abandonar viejos
términos y viejas tesis, se van aumentando, como van aumentando los libros,
“con el único resultado de aumentar la confusión y de alimentar el desacuerdo
en el seno de esta sufrida disciplina”.222
Pero el problema más grave no era “la falta de acuerdo”, que
compromete la cientificidad de las disciplinas jurídicas, sino “la función misma y
el valor político mismo del derecho”. Y aquí el diagnóstico que no puede dejar
de leerse en su particular contexto:
... la incertidumbre de los resultados de la ciencia jurídica se traduce en la
incertidumbre de los resultados de su apliación jurisdiccional: lo que quiere
decir arbitrio y desorden, es decir, el fracaso de las instancias
fundamentales que el derecho, institucionalmente, debería perseguir. En
segundo lugar la ciencia jurídica, con el progresivo complicarse de su
aparato conceptual, favorece un siempre más profundo alejamiento del
derecho de la sociedad en la cual opera: el derecho es siempre más el
objeto de una ciencia esotérica, manejada con dificultad por pocos iniciados,
y siempre más sustraída al control democrático de la comunidad civil de la
cual debería ser expresión y en cuya cultura debería fundarse.223
La ciencia del derecho, en ese sentido, apuntaba FERRAJOLI, se había
limitado a realizar exégesis de un sistema y de un lenguaje normativo
“dogmáticamente asumido como datos naturales”, sin revelar “las aporías
lógicas y semánticas”; con ese proceder, lo más grave -nuevamente- era su
apoyo a los valores políticos que la informan, “y que el jurista no sólo descuida
explicitar y discutir, sino que así se cuida de esconder bajo el esoterismo de
sus construcciones doctrinarias”.224
<<Pureza>>
jurídico bajo el mal entendido principio de
metodológica y legalismo
<<legalidad>>
son los “pretextos
morales” -decía FERRAJOLI- “de la desidia crítica de la ciencia jurídica y de la
función conservadora que desarrolla a favor del derecho positivo”.225
La conclusión sobre el particular, en consecuencia, no podía esperar:
Considero que hoy la función civil y política del jurista sea sobre todo
promover, a través de la clarificación y la simplificación de su lenguaje, una
reformulación crítica y metodologicamente fundada del entero aparato
conceptual de su ciencia.226
222
Luigi FERRAJOLI, Teoria assiomatizzata... op. cit., pp. 1-3.
Idem, p. 3.
224
Idem, p. 4.
225
Ibidem.
226
Idem, p. 5.
223
77
Por su parte, la visión que ofrecía el autor en estudio sobre las bondades
de la teoría axiomatizada del derecho, es fácil intuirlo, consistían en ser ésta un
“instrumento de análisis lógico y de crítica ideológica de la dogmática jurídica
tradicional, y con ella del derecho positivo vigente”.227
En este tenor de cosas, de las dos críticas que es posible hacer a una
teoría axiomatizada del derecho -por errores formales en el cálculo deductivo y
por las opciones que rigen a la estipulación de sus postulados y de sus
definiciones- es ésta última la que, siendo inevitable, sostenía FERRAJOLI,
lleva a reconocer que en la construcción de la teoría hay “posiciones
ideológicas y políticas: en consecuencia, no elecciones verdaderas o falsas,
sino elecciones más o menos adecuadas respecto a la capacidad empírica y
pragmática del entero discurso que ellas son idóneas para generar”.228
Una de esas opiciones asumida es la avaloratividad pero en el sentido
de la “taxativa y consciente limitación de las opciones únicamente en los
momentos iniciales de la construcción teórica”; esto es, ciertamente hay
avaloratividad de la teoría “en las finalidades perseguidas (...) pero no puede no
ser en ningún modo valorativa en cuanto procede a la función y a la
justificación de tales asunciones”229
227
Idem, p. 6.
Idem. pp. 7 y 8.
229
Idem, p. 8. La teoría axiomatizada de 1970 -ha sostenido FERRAJOLI- no era <<una “teoría
pura” -es decir formal y avalorativa- en el sentido de Kelsen>> como tampoco lo es la contenida
en Principia iuris. Luigi FERRAJOLI, “Note critiche ed autocritiche intorno alla discussione su
Diritto e ragione”, en Letizia GIANFORMAGGIO (coord.), Le ragioni del garantismo. Discutendo
con Luigi Ferrajoli, Giappichelli, Torino, 1993, p. 461. La razón que ofrece nuestro autor sobre
el carácter normativo de la teoría en ese mismo escrito -aunque lo hace en diversas sedes- es
que dicho carácter es impuesto de dos notas “intrínsecas del derecho que hacemos objeto de
teoría”: su carácter <<positivo>> y de su sujeción al derecho. “La primera de estas dos
características reenvía a una concepción del positivismo jurídico que (...) se basa sobre la
separación entre derecho y moral y entre derecho y naturaleza”. “Decir que el derecho moderno
es <<positivo>> quiere decir por tanto no sólo que es <<hecho>> o <<puesto>> por los hombres,
sino que es como los hombres lo quieren y antes aún lo piensan; y que, en consecuencia, el
objeto de nuestra teoría -diversamente del objeto de las otras teorías empíricas- no es un
objeto natural, sino un objeto artificial, producido a su vez de (otras) teorías. La segunda
característica reenvía a una concepción del constitucionalismo jurídico como sistema de reglas
sobre el <<deber ser>> del derecho positivo. Y consiste en la positivación de las elecciones
mismas con las que viene programado el derecho, así como de los valores ético-políticos con
los cuales se sostiene que deben ser informadas... (En consecuencia) la teoría del derecho
propia del estado constitucional de derecho, o sea la teoría del garantismo, reflejando esta
doble artificialidad del derecho positivo -de su ser y de su deber ser- es entonces al mismo
tiempo descriptiva (del derecho como es, en los diversos niveles del ordenamiento) y normativa
(del derecho como debe ser, sea del punto de vista interno o jurídico de las normas sobre su
producción, sea de aquél externo o meta-jurídico de los valores sobre los cuales se inspiran”.
Idem, pp. 461 y 462. Para un estudio sobre el positivismo en el Estado constitucional de
nuestro autor véase Marisa IGLESIAS Vila, “El positivismo en el Estado constitucional. Algunos
228
78
Nuevamente, si no hay avaloratividad de la teoría axiomatizada del
derecho en la fundación y la justificación de las asunciones, otra consideración
se impone: la avaloratividad, tout court, es una idea “mistificatoria como
aquella, con la cual frecuentemente se emparenta, de la llamada neutralidad o
apoliticidad del derecho”. Estas ideas espurias, por llamarlas así, no han
servido mas que para la “defensa del derecho positivo vigente” y, no menos,
para el condicionamiento -apuntaba FERRAJOLI- “de la investigación a un fin
de naturaleza no científica sino política”.230
De ahí entonces el papel relevante de la teoría axiomatizada del
derecho, que se pone como independiente de los valores políticos que forman
el sistema jurídico teorizado.
Esta independencia la pone en grado no solamente de explicar aquellos
valores, sino también de revelar las antinomias: ante todo aquella que se
manifiesta en la convivencia entre los principios de igualdad y de libertad en
que se inspiran, a nivel de sus constituciones, los ordenamientos jurídicos
contemporáneos, y las fundamentales estructuras desigualitarias e iliberales
del derecho moderno, ayudadas por categorías conceptuales heredadas por
el derecho de una sociedad esclavista como era la romana.231
Pues bien, una de esas categorías conceptuales criticada por
FERRAJOLI en el cuerpo de su Teoria assiomatizzata -y aquí el último orden
de consideraciones- es la del derecho de propiedad y de crédito, el cual, como
lo ha mantenido a lo largo de los años, es un derecho-poder y no una libertad.
“El primero es una situación de la cual gozan exclusivamente y singularmente
comentarios en torno al constitucionalismo de Ferrajoli”, contenido en Miguel CARBONELL y
Pedro SALAZAR (editores), Garantismo. Estudios sobre el pensamiento jurídico de Luigi
Ferrajoli, Trotta-Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM, colección Estructuras y Procesos,
Serie Derecho, Madrid, 2005, pp. 77-104. En términos más sucintos: “... la teoría que propongo,
como por otra parte (creo) toda teoría del derecho, es normativa en dos sentidos: en el sentido
de que sus postulados y definiciones son convencionales, estipuladas libremente si bien en
función de su capacidad explicativa y de su alcance empírico con relación a las modernas
democracias constitucionales; y, en el sentido, de que las tesis de la teoría, al igual que las de
la lógica deóntica y las del mismo principio de no-contradicción, son normativas respecto del
derecho positivo en el que se dan, aunque teóricamente no deberían darse, tanto antinomias
como lagunas”. Luigi FERRAJOLI, “Los derechos fundamentales en la teoría del derecho”,
contenido en contenido en Antonio de CABO y Gerardo PISARELLO (editores), Los
fundamentos3, op. cit., p. 153.
230
Luigi FERRAJOLI, Teoria assiomatizzata... op. cit., pp. 9 y 10.
231
Idem, p. 10. “Y es esto, quizá el resultado práctico más importante” -concluía FERRAJOLI
en esa parte de su introducción a la Teoria assiomatizzata del diritto. Parte generale- “del
empleo del método axiomático en la ciencia del derecho: aquel de llamar al jurista a la
responsabilidad social de su trabajo, haciéndolo consciente de la convención de sus
asunciones y de sus inevitables implicaciones ideológicas, y solicitándole en consecuencia, el
empeño no sólo científico, sino también civil y político, en su fundación argumentada,
coherente y controlada”. Ibidem.
79
el sujeto que es titular; la segunda es un valor del cual gozan igualmente todos
los sujetos del ordenamiento”.232
La distinción no es gratuita. “La configuración de la libertad como
derecho, es decir, la reunión en un único género de la libertad y de la propiedad
privada, es quizá la más grave mistificación perpetrada por la ciencia jurídica
moderna”.233 A lo largo de los siglos, esta mistificación ha logrado un “valor
moral y político (para el)
<<derecho
de propiedad>>”.234 Así, el poder privado se
ha hecho pasar “como situación de libertad o de autonomía”, con lo que se ha
ofrecido
“el
fundamento
<<desigualdad>>”
ideológico
de
todo
régimen
de
sustancial
-pero no sólo para el liberismo, diría quien esto escribe-, sino
que también esa confusión ha servido para “desacreditar las libertades,
criticándolas insensatamente como pseudolibertades que se desarrollan en
función económica y capitalista”, con lo que se ha ofrecido “el fundamento
ideológico de todo régimen de sustancial
<<iliberalidad>>”,
235
léase comunismo
en su vertiente leninista-stalinista.
De este modo, me parece claro cómo Teoria assiomatizzata del diritto.
Parte generale, de 1970, no sólo no puede prescindir y dejar de ser leída en
referencia al tiempo en que fue escrita, sino que el mismo FERRAJOLI, una
vez más, revela a través de ésta su permanente convicción liberal igualitaria
que lo ha caracterizado en todo su itinerario.
Donde la igualdad es comprometida por la posesión exclusiva y
privilegiada de títulos privados, la libertad deviene un valor puramente
formal (...); donde la libertad es comprometida por un poder público opresivo
y totalitario, la igualdad deviene inconsistente, viniendo a faltar los
parámetros sobre la cual esta pueda ser medida.236
232
Idem, p. 100.
Ibidem.
234
Ibidem.
235
Idem, p. 102. Se llega así a dos opuestas concepciones del derecho y del Estado. “Por un
lado, la afirmación de la libertad, en cuanto comporta la afirmación del poder privado, inspira la
concepción garantista del Estado como instrumento de tutela de la propiedad junto a la libertad,
y postula la exigencia de la no-intervención estatal no sólo en las relaciones civiles, políticas y
culturales que se desarrollan entre los ciudadanos, sino también en las relaciones de fuerza y
de poder que interesan su sobrevivencia económica y material. Por otro lado, por
contraposición, la negación del poder privado, en cuanto comporta la negación de la libertad,
inspira la concepción totalitaria del Estado como instrumento de represión de la libertad junto a
la propiedad, y postula la exigencia de la intervención estatal no sólo en las relaciones
económicas entre los ciudadanos, sino en cualquier manifestación de su vida civil, política y
cultural”. Idem, pp. 102 y 103.
236
Idem, p. 104.
233
80
En el largo itinerario intelectual de FERRAJOLI, hay que señalar,
particularmente en lo que hace a su teoría axiomatizada del derecho, el autor
italiano iba ofreciendo adelantos de la misma en diversos trabajos. Por ejemplo,
en La semantica della teoria del diritto, de 1983, y en La formazione e l´uso dei
concetti nella scienza giuridica e nell´applicazione della legge, de 1985,
proporcionaba sucintantamente -y refería- el método de la misma.237
Un adelanto en el cual valga detenerse, aunque sea sumariamente, es
su escrito -indicativo precisamente de algunas tesis que ya figuran en Principia
iuris-“Expectativas y garantías. Primeras tesis de una teoría axiomatizada del
derecho”.238 Lo relevante es destacar cómo a estas alturas de la construcción
de la teoría aparecen conceptos que no figuraban antes y que tienen una
centralidad indiscutida ahora para ésta, tales como “expectativa” y “garantía”.
En efecto, “expectativa” es una “noción basilar para el análisis de la
fenomenología del Derecho; la cual podrá ser vista enteramente en términos de
expectativas, o sea de figuras deónticas pasivas, al igual que en términos de
facultades, de obligaciones y de prohibiciones, o sea de figuras deónticas
activas”.239 Las “garantías”, por su parte, “representan las figuras centrales de
la teoría” en cuanto que son “técnicas y condiciones que aseguran” la
efectividad de aquellas.240
237
Véase Luigi FERRAJOLI, “La semantica della teoria del diritto”, contenido en Uberto
SCARPELLI (editor), La teoria generale del diritto... op. cit., pp. 81-130 y Luigi FERRAJOLI, La
formazione e l´uso dei concetti nella scienza giuridica e nell´applicazione della legge, contenido
en “Materiali per... op. cit., pp.401-422, reimpresos como “La semántica en la teoría del
derecho”, en Luigi FERRAJOLI, Epistemología Jurídica y Garantismo, VV.TT., Fontamara,
colección Biblioteca de Ética, Filosofía del Derecho y Política, México, 1999, pp. 17-74 y “La
formación y el uso de los conceptos en la ciencia jurídica en la aplicación de la ley”, en idem,
pp. 75-108.
238
Véase Luigi FERRAJOLI, Expectativas y garantías. Primeras tesis de una teoría
axiomatizada del Derecho, “Doxa”, n. 20, 1997, pp. 235-278, también publicado como
“Aspettative e garanzie. Prime tesi di una teoria assiomatizzata del diritto”, en Luigi LOMBARDI
Vallauri (editor), Adriática Editrice, Bari, 1999, pp. 907-950. Para las siguientes referencias sigo
la versión castellana.
239
Luigi FERRAJOLI, Expectativas y garantías... op. cit., p. 240. “Toda la vida de relación,
desde sus formas más simples a las más complejas, es por lo demás interpretable en términos
de relaciones deónticas entre expectativas positivas o negativas y obligaciones o prohibiciones
correspondientes (...) En todos los casos, las expectativas y los deberes correspondientes,
sobre todo si tienen carácter universal (omnium) y/o absoluto (erga omnes), vale para
fundamentar -tanto en el Derecho como en la moral y en los demás sistemas normativos- la
reciprocidad de las relaciones deónticas”. Idem, p. 247.
240
Idem, p. 249. “Defino pues las garantías” -apunta FERRAJOLI a continuación- “sobre la
base de las relaciones deónticas identificables entre expectativas y modalidades en el interior
de cualquier sistema normativo. Entenderé en efecto con esta expresión las modalidades
imperativas de cuya obediencia depende la satisfacción o la no violación de las expectativas
que son su argumento”. Idem, p. 250.
81
Es decir, que una expectativa implica siempre como garantía la
obligación por parte de otro sujeto de satisfacerla o la prohibición de no violarla
significa “que las garantías realizan, a nivel teórico, la completitud deóntica del
sistema”.241 Cuestión ésta de no menor importancia: el derecho ha de
completar el sistema, sobre todo cuando las lagunas tienen que ver con
derechos fundamentales; se revela así -sostiene FERRAJOLI- “el papel
garantista del Derecho positivo en relación con aquellas expectativas
universales
(omnium)
fundamentales>>”.
que
en
su
momento
llamaré
<<derechos
242
Es precisamente en esa clave -de una multiplicidad y riqueza de
conceptos, ideas y nociones que aparecen en Principia iuris- como habría que
acercarse y ver esa obra. No es esta la sede para articular una reconstrucción
de tal universo de discurso. Lo significativo, me parece, es señalar cómo esta
obra ofrece una serie de conceptos y nociones útiles para una realidad política
y social sumamente distinta a aquella que está en la base de la Teoría Pura del
Derecho de KELSEN.243
En Principia iuris -construida con 16 postulados,244 que equivalen, por
así decir, según FERRAJOLI, a definiciones implícitas de los términos
241
Idem, p. 251.
Idem, p. 252. Para otro adelanto de la teoría axiomatizada del derecho, ahora referente al
tema de las garantías, véase Luigi FERRAJOLI, Garanzie, “Parolechiave”, n. 19, aprile, 1999,
pp. 15-32. Para estudios sobre el tema de las expectativas en nuestro autor véase Bernardo
BOLAÑOS, “La estructura de las expectativas jurídicas”, contenido en Miguel CARBONELL y
Pedro SALAZAR (editores), Garantismo. Estudios sobre... op. cit., pp. 293-318 y Juan Antonio
CRUZ Parcero, “Expectativas, derechos y garantías. La teoría de los derechos de Luigi
Ferrajoli”, contenido en idem, pp. 319-338.
243
Véase Hans KELSEN, Teoría Pura del Derecho, trad. Roberto J. Vernengo, Porrúa, 13ª
Edición, México, 2003. Del mismo autor, sobre el argumento: Teoría General del Derecho y del
Estado, trad. Eduardo García Maynez, colección Textos Universitarios, UNAM, 2ª edición,
México, 1958; La Teoría Pura del Derecho. Introducción a la problemática científica del
derecho, trad. Luis Legaz y Lacambra, Editora Nacional, 2ª edición, México, 1976;
Contribuciones a la Teoría Pura del Derecho, VV.TT., Fontamara, colección “Biblioteca de
Ética, Filosofía del Derecho y Política”, 4ª edición, México, 1999; ¿Qué es la Teoría Pura del
Derecho?, trad. Ernesto Garzón Valdés, Fontamara, colección “Biblioteca de Ética, Filosofía del
Derecho y Política”, 7ª edición, México, 1999 y Teoría General del Estado, trad. Luis Legaz
Lacambra, Ediciones Coyoacán, colección “Derecho y Sociedad” 3, México, 2004.
244
P1 De aquello de lo cual no es permitida la comisión es permitida la omisión. P2 Cada
comportamiento supone la existencia de una modalidad deóntica de la cual es argumento. P3
Si de alguna cosa existe la aspectativa de la comisión, entonces existe también una
correspondiente modalidad en fuerza de la cual es permitida la omisión, y viceversa. P4 Para
cada comportamiento, para cada modalidad, para cada aspectativa y para cada interés existe
alguno que es sujeto. P5 Los sujetos tienen un estatus, en fuerza del cual no son objetos. P6
Modalidad, aspectativa, estatus y regla suponen la existencia de cualquier cosa de la cual son
significados prescriptivos. P7 Las reglas o son ellas mismas modalidad o aspectativas positivas
o aspectativas negativas o estatus, o bien predisponen modalidad o aspectativas positivas o
242
82
primitivos,245 y compuesta de 274 términos definidos-, en efecto, aparecen
dentro de la teoría del derecho términos definidos, por citar algunos ejemplos,
como “ciudadanía”, “razón social”, “validez sustancial”, “poder”, una serie de
distinciones entre derechos, “lagunas”, “derechos fundamentales”, “límites
fundamentales”, “deberes fundamentales”, “bienes comunes”, “bienes sociales”,
“igualdad”, “esfera pública”, “esfera privada”, “paz”, “derechos vitales” y una
serie también de adjetivos de “democracia” que, si bien están en el plano
precisamente de teoría del derecho, son decisivos y demasiado útiles para
elaborar un discurso crítico-político en el segundo volumen, discurso propicio
para criticar el presente desorden global.
Considérense también, por ejemplo, las distinciones entre efectividad (e
inefectividad) primaria y secundaria, que son otros términos definidos de la
teoría, los cuales, expresaba FERRAJOLI en 2003, le “parecen bastante útiles
para comprender la presente crisis de la democracia constitucional, que es una
crisis de la efectividad, ya sea primaria que secundaria, de su entera estructura
normativa, para comenzar por los varios tipos de derechos fundamentales en
los cuales pueden ser declinadas las diversas dimensiones -política, civil,
liberal y social- de la democracia”.246
De hecho, la proyección de esas dimensiones de la democracia en el
segundo volumen de Principia iuris que realiza el autor en estudio es un
aspectativas negativas o estatus. P8 Las modalidades, las aspectativas y los estatus que
tienen por argumento una clase de sujetos o de comportamientos son reglas. P9 Un estatus
supone siempre la existencia de su argumento. P10 Cada causa es un comportamiento que, si
no es constituyente, es previsto por una regla que a su vez tiene una causa y que dispone o
predispone la modalidad y aquello de lo que es causa. P11 Las modalidades y las aspectativas
de una causa, donde no sean constituyentes, suponen a su vez una causa y, donde no sean
ellas mismas reglas, son previstas por reglas que suponen a su vez una causa. P12 Si alguno
está en grado de ser sujeto de un comportamiento consistente en una causa, entonces no es a
su vez producido por una causa y está dotado de un estatus a su vez regulado por una causa.
P13 Aquello de lo cual una cosa es causa, o regla, o bien modalidad o aspectativa no
constituyente no es jamás constituyente. P14 “Constituyente” no puede ser ni una aspectativa
positiva, ni una aspectativa negativa, ni una modalidad de cuyo argumento no sea permitida la
comisión o la omisión. P15 Dada una causa o una modalidad o una aspectativa o un estatus,
su comprobación es siempre, simultáneamente, comprobación de su argumento y P16 El
empleo de la fuerza es permitido sólo si es disciplinado por reglas producidas por una causa.
Luigi FERRAJOLI, Principio iuris... vol. I, op. cit., pp. 91-93.
245
Términos primitivos: permiso, comportamiento, modalidad, aspectativa, interés, estatus,
sujeto, objeto, significado (prescriptivo), regla, conjunto, causa, constituyente, comprobación,
fuerza y democrático.
246
Luigi FERRAJOLI, “Effettività primaria ed effettività secondaria. Prospettive per un
costituzionalismo globale”, contenido en Alfonso CATANIA (coord.), en Dimensioni
dell´efettività. Tra teoria generale e politica del diritto (Salerno 2-4 ottobre 2003), Giuffrè editori,
Quaderni della Rassegna Parlamentare, Milano, 2005, p. 139, que corresponde a su ponencia
en el Congreso homónimo al libro.
83
ejercicio no escindible de la red de conceptos que provee la teoría del
derecho. Si es verdad -sostiene FERRAJOLI- que la democracia reside en la
garantía de los respectivos tipos de derechos fundamentales establecidos en la
constitución:
... su efectividad depende del impedimento o de la solución de las
antinomias y de las lagunas generadas, a causa del carácter nomodinámico
del derecho positivo, de la presencia de normas que violan los derechos de
libertad y de la ausencia de normas que satisfacen los derechos sociales.
Estas antinomias y estas lagunas son evidentemente un factor de
ilegitimidad del derecho vigente respecto a sí mismo, o sea, a los principios
y a los derechos en ellos constitucionalizados cuales parámetros de validez
sustancial.247
En suma, Principia iuris es, ciertamente, una teoría del derecho, pero
también es, en su conjunto, una propuesta de una diversa cultura jurídica y
política que pretende fortalecer la democracia frente a su actual crisis. Es ésta
la clave de lectura que aquí se desea destacar y en la que, en los últimos tres
apartados, nos moveremos.248
1.4 Las consideraciones sobre y desde el marxismo
1.4.1 Consideraciones preliminares
E
n el presente apartado me dedico a recrear las opiniones y posturas
políticas de nuestro autor en estudio sobre el desprograma teórico,
político y diría cultural del marxismo ortodoxo así como a revisar su paso, en
cuanto “marxista muy hereje”,249 es decir, sui generis o demasiado
heterodoxo,250 por la hegemonía cultural marxista en los años setenta.251
247
Luigi FERRAJOLI, Principio iuris... vol. I, op. cit., p. 119. El énfasis es de quien esto escribe.
“Hacemos todos parte del universo que indagamos y en el cual operamos, y contribuimos
todos a construirlo con nuestras teorías y con nuestras interpretaciones y operaciones, las
cuales tienen siempre, en relación al derecho, un rol no sólo explicativo sino también
preformativo. Ya que el derecho es esencialmente un universo simbólico, es decir, un mundo
artificial de signos y de significados: es como nosotros lo pensamos, lo proyectamos, lo
defendemos, lo transformamos. Por como es y por como será, llevamos cada uno una pequeña
parte de responsabilidad”. Luigi FERRAJOLI, Per un costituzionalismo di diritto privato, “Rivista
critica di diritto privato”, n. 1, marzo, 2004, pp. 23 y 24.
249
La expresión fue utilizada por el profesor Michelangelo BOVERO en entrevista sostenida
con quien esto escribe el día 02 de abril de 2008.
250
En una conversación sostenida con el profesor FERRAJOLI el día 22 de mayo de 2008 me
refería que, aquello que no le perdonaban en aquel entonces los marxistas ortodoxos era: a) su
creencia en el derecho y, b) su creencia en el mercado. Ahora bien, hay que decir -de inicioque en el FERRAJOLI de los años setenta hubo un núcleo duro de liberalismo que hacía
imposible adscribirlo, tout court, a una cultura socialista y/o marxista. De este modo, no sería
metodológicamente afortunado querer acudir a los años en que nuestro autor incursionó en la
248
84
De inicio, hay que advertir que el marxismo suscrito por FERRAJOLI era
uno de entre varios marxismos que afloraron en esos años252 y que su
marxismo libertario -provocador por definición en ese contexto- generaba gran
rechazo entre la familia de marxismos.253
Igualmente, hay que partir de la premisa -auque no es esta la sede para
profundizar en ello- de que destacados fundamentos filosóficos del marxismo
hegemonía marxista a fin de intentar proyectar cuánto marxismo habría aún en su obra sino
que la operación correcta tendría que ser la de ver cuánto de liberalismo hubo y cómo
permaneció éste a su paso por dicha hegemonía. Sobre este punto, reconozco las útiles y
sugerentes orientaciones del profesor Michelangelo BOVERO en la entrevista sostenida con él
el día 02 de abril de 2008.
251
La expresión se toma de Michelangelo BOVERO, Perché rileggere Marx oggi, “Teoria
politica”, n. 2, 1993, p. 10. Sobre el mismo argumento véase Manuel ATIENZA, Luis SALAZAR
Carrión y Arnaldo CÓRDOVA, ¿Por qué leer a Marx hoy?, Fontamara-IFE-ITAM, Lecturas
contemporáneas de los clásicos, México, 2009, textos que corresponden a sus participaciones
en la mesa redonda homónima llevada a cabo en el Instituto Técnológico Autónomo de México,
Ciudad de México, el 26 de octubre de 2007, con la presencia de Luigi FERRAJOLI y
Michelangelo BOVERO. Asimismo, de interés sobre el particular véase de Manuel ATIENZA y
Juan RUIZ Manero, su “Presentación: ¿Qué queda del marxismo para la cultura jurídica?”, en
Marxismo y Filosofía del Derecho, Fontamara, Bliblioteca de Ética, Filosofía del Derecho y
Política 23, 2ª edición, México, 1998.
252
“Que haya tantos marxismos” -decía BOBBIO- “no es, que quede claro, un escándalo. Más
bien es un signo de vitalidad, como fue un signo de vitalidad del cristianismo la multiplicación,
en el tiempo de la Reforma, de las sectas. También el <<neo>> es un buen signo: desconfío de
los sistemas filosóficos que no renacen bajo aquel signo”. Norberto BOBBIO, Quale
socialismo? Discussione di un´alternativa, Einaudi, Nuovo Politecnico 84, Torino, 1976, p. 23.
Tampoco debería sorprender que algunos marxistas de los años setenta en Italia entraran en
contacto, entre otros, con la obra de Niklas LUHMANN y que ésta tuviera un éxito también en la
izquierda, el cual se debió -ha apuntado FERRAJOLI- por señalar el carácter auto-referencial y,
en consecuencia, sustancialmente antidemocrático del Estado. Luigi FERRAJOLI, Federalismo
e ideologie sistemiche, “Radici storiche e prospettive del federalismo”, Pisano, Cagliari, 1989, p.
164. Al respecto véase Simona ANDRINI, Luhmann in Italia. Resegna bibliografica dei principali
interventi italiani, “Rivista Internazionale di Filosofia del diritto”, IV serie, 1980, pp. 496-507, para
quien Democrazia autoritaria e capitalismo maturo de nuestro autor y Danilo ZOLO, Feltrinelli,
opuscoli marxisti 27, Milano, 1978, representa un acercamiento interesante de uso de las
categorías luhmianas para afrontar el tema de la crisis de legitimidad italiana. Ahora bien, vale
precisar que FERRAJOLI ha dejado claro su rechazo a la forma que ha adquirido la teoría
sistémica: a costo de “simplificar excesivamente la <<complejidad>>” de esta “su núcleo
consiste en la transposición en las ciencias sociales de una imagen biológica”, lo que le parece
cargado de implícita ideología: porque los organismos están subordinados al todo, por la
asunción sistema político/ambiente social donde el primero es hipotizado como sujeto activo
que debe autoconservarse a costa del segundo y por la constante ambiguidad -lo que juzga el
aspecto más chocante- al pasar continuamente de tesis descriptivas a tesis valorativas. Luigi
FERRAJOLI, Federalismo e ideologie... op. cit., pp. 163 y ss.
253
“... mientras se puede legítimamente hablar de un marxismo de la I y a mayor razón de la II
Internacional”, -sostenía BOBBIO- “no tendría algún sentido hablar de un marxismo de los años
cincuenta o sesenta o setenta” dada su proliferación, la cual era debida a varias razones:
algunas eran de naturaleza meramente filológica, dado el descubrimiento de los escritos
juveniles de MARX, que dividieron los intérpretes entre quienes los tenían mucho en cuenta,
como la Escuela de Budapest, y quienes los repudiaban, como ALTHUSSER y su escuela;
otras eran de naturaleza más genuinamente filosófica y tenían que ver con la alianza con las
filosofías emergentes: el existencialismo, la fenomenología y el estructuralismo; otras más, eran
de naturaleza política pues se distinguía un marxismo occidental de un marxismo soviético o
chino o yugoslavo, y se comenzaba a hablar, por primera vez, de <<neomarxismo>> en relación
a los problemas del Tercer Mundo. Norberto BOBBIO, Quale socialismo?... op. cit., pp. 22-23.
85
son y han sido congruentes con la obra de FERRAJOLI254 y que algunos
aspectos del pensamiento político de MARX se ajustan perfectamente con el
del autor en estudio: aquellos que le parecían a BOBBIO los de su “máxima
atención”, a saber, el realismo político del autor de El Capital, “que priva al
estado de sus atributos divinos y lo considera como organización de la fuerza,
del máximo de fuerza disponible y ejercitable en un determinado grupo social” y
su concepción del Estado, que lo lleva “hasta las extremas consecuencias”:
“lejos de ser la superación del estado de naturaleza, es en un cierto sentido la
perpetuación, en cuanto es, como el estado de naturaleza, el lugar de un
antagonismo permanente e insoluble”.255
1.4.2 Las consideraciones sobre el marxismo
E
n lo que hace al desprograma teórico del marxismo ortodoxo
criticado por FERRAJOLI, una primera idea que guiaba tal crítica,
me parece, es que aquél había dejado de ofrecer instrumentos analíticos para
estudiar una realidad sumamente distinta a la estudiada por MARX y
ENGELS.256
De hecho, ésta sería la tesis que -en el ámbito de la cuestión criminalsubyace en Marxismo e questione criminale.257 Para FERRAJOLI y ZOLO la
254
Y es que, como lo dijera también BOBBIO, el marxismo “retoma y alarga el movimiento del
Iluminismo: la planificación de la sociedad y la natural y lógica consecuencia de aquella misma
orgullosa conciencia del propio poder, de aquella ilimitada liberación de los prejuicios religiosos
y populares, de aquella ambiciosa confianza en la ciencia, que había conducido a la
reglamentación de la naturaleza”. Norberto BOBBIO, en “Invito al colloquio”, contenido en
Politica e cultura... op. cit., p. 26.
255
Norberto BOBBIO, Quale socialismo?... op. cit., pp. 39 y 40.
256
Como bien dice Danilo ZOLO: los años setenta son años en los que algunos sostenían que
sin un vasto repensamiento metodológico del marxismo, sería poco probable “que el cuadro del
análisis político del marxismo teórico” superara los límites de una tradición que parecía
reducirlo sustancialmente a una crítica filosófica del liberalismo ochentesco, incapaz de “ofrecer
instrumentos adecuados para una investigación científica” en una época caracterizada por el
capitalismo de Estado y del carácter multinacional de las empresas económicas y financieras
neo-capitalistas. Danilo ZOLO, La teoria comunista dell´estinzione dello Stato, De Donato,
Ideologia e società, Bari, 1974, p. 69. Para algunos, las premisas de la “ciencia política
marxista” eran erradas desde el momento que se hizo en el marxismo una simplificación
economicista en su primer periodo y una reducción político-pragmática en el segundo. Umberto
CERRONI, Problemas de la transición al socialismo, en su apartado “¿Existe una ciencia
política marxista? Una respuesta y dos apostillas”, trad. Silvia Furio, Grijalbo, España, 1979, pp.
84 y ss. CERRONI apuntaba también: el programa teórico es errado debido a la “tendencia que
(...) pretende hacer prevalecer la conducta política del movimiento como teoría científica y que,
por ello, considera perjudicial, inútil o, incluso, imposible una distinción entre política, cultura y
ciencia sólo porque hay que reaccionar -justamente- a la condición separada a la que se han
visto reducidas por la tradición”. Ibidem.
86
tesis era categórica: el análisis marxista de la sociedad burguesa ofrece
elementos teóricos necesarios pero no suficientes para una explicación
científica de la criminalidad moderna.258
Pretender fundar una teoría de la criminalidad omitiendo las razones que
ofrecían a continuación para apuntalar su tesis259 -añadían- llevaba ante todo a
un doble riesgo: a un economicismo criminológico (es decir, a asumir
mecánicamente la relación entre modo de producción y fenómeno criminal, con
la consecuente reducción economicista del amplio y complejo tema de las
motivaciones culturales de la criminalidad y de las razones políticas de la
represión penal) y a un holismo criminológico (esto es, a adoptar una óptica de
la integración y del consenso social).
A la base de uno y del otro -sostenían FERRAJOLI y ZOLO- hay una
hipostización dogmática del marximo como <<filosofía>> o <<ciencia
general>> en sí concluída, con exclusión, de un lado, de toda aportación
teórica de las ciencias sociales empíricas de tradición no marxista y, por
otro, de toda aportación práctica, en la fase de transición, de los
260
instrumentos garantistas elaborados por el derecho moderno.
257
Luigi FERRAJOLI y Danilo ZOLO, Marxismo e questione criminale, “La questione criminale”,
n. 1, gennaio-aprile, 1977, pp. 97-133.
258
Ésta era en realidad la respuesta a dos conjuntos de problemáticas que habían integrado
tales autores, a partir de varias que había ofrecido la revista “La questione criminale”, a fin de
realizar un debate en sus páginas entre los marxistas ortodoxos e integrantes de la nueva
izquierda. Las preguntas reformuladas eran: a) “¿se podían encontrar en la producción de
MARX y en la reflexión marxista sucesiva los elementos de una doctrina “materialista” de la
desviación y del control social, capaces de explicar estos fenómenos en términos en los que se
manifiestan en la sociedad capitalista avanzada?” y, b) ¿se pueden encontrar, y sobre la base
de cuáles hipótesis teóricas, indicaciones estratégicas de política criminal en la prospectiva de
la transición al socialismo? Idem, p. 97. En 1975, en el editorial de presentación de “La
questione criminale” se apuntaba que ésta tenía la pretensión de unirse al esfuerzo garantista,
mediante una crítica de la política criminal existente, y a la búsqueda de una alternativa de
aproximación criminalista, la cual -se reconocía- estaría dada desde categorías marxistas.
Presentazione, “La questione criminale. Rivista di ricerca e dibattito su devianza e controllo
sociale”, n. 1, gennaio-aprile, 1975, pp. 3-6. Más razones que se aducían para dar vida a una
revista como “La questione criminale” -y su relación o incidencia con la clase obrera- se
encuentra en: Per una politica criminale del movimento operaio (interventi di: Franco Bricola,
Mario Sbriccoli, Guido Neppi Modona, Tulio Seppilli, Pietro Ingrao), “La questione criminale.
Rivista di ricerca e dibattito su devianza e controllo sociale”, n. 3, settembre-dicembre, 1975,
pp. 485-514, que constituye un debate del 11 de diciembre de 1975 con motivo de la
presentación de la revista en Bolonia.
259
Las razones eran las siguientes: a) una teoría “global” de la criminalidad requiere que el
análisis marxista de la economía capitalista se complemente con teoría sociológica empírica y
analíticamente explicativa de factores “superestructurales”: de orden psicológicos, sociológicos,
políticos y culturales, b) es infecundo tratar de construir una teoría materialista de la
criminalidad filológicamente centrada en tesis clásicas del marxismo y, c) no tienen valor
científico los elementos de filosofía política “presentes en Engels y en Lenin pero no en Marx”
relativos a reducir la definición del Estado como aparato represivo de clase ni los teoremas
conexos de la extinción del Estado en la sociedad comunista. Luigi FERRAJOLI y Danilo
ZOLO, Marxismo e questione... op. cit., pp. 97 y ss.
260
Idem, p. 99.
87
Pero los puntos de interés, es decir, aquello sobre lo que es preciso
llamar la atención, me parece, lo representan, por un lado, las observaciones
que hacían FERRAJOLI y ZOLO sobre las razones políticas de la represión
penal que quedaban fuera del análisis del marxismo ortodoxo y, por otro lado,
el alejamiento de LENIN y GRAMSCI en cuanto proveedores teóricos de esa
óptica de la integración y del consenso social en el contexto de una hipótesis
criminológica de extinsión del derecho penal.
Para ir directamente al primer punto hay que decir que FERRAJOLI y
ZOLO sostenían que el sistema penal se presentaba en ese entonces
completamente mutado de naturaleza: no más la directa represión constrictiva,
sino un enorme aparato ideológico cuya función es la cotidiana celebración de
valores de la legalidad y la emisión de juicio de culpabilidad que no tienen otro
efecto que la simple estigmatización social de los desviados, a través del
proceso, la condena y la inscripción de esta en el casillero judiciario.261
Desde este periodo, me parece, hay en FERRAJOLI no sólo una
conciencia de la complejidad de los fenómenos actuales, de la que el marxismo
ortodoxo no podía ya dar cuenta, sino ante todo, de la existencia de esos
mecanismos o instituciones que, originalmente creados para la tutela de los
derechos fundamentales, acaban por ser sus principales verdugos si no se les
limita y somete al derecho.
Bajo el segundo punto, FERRAJOLI y ZOLO rechazaban la idea de
LENIN (contenida en Estado y revolución) de una “sociedad comunista como
sociedad consensual y pacificada, en la cual los controles jurídicos e
261
Idem, pp. 104 y ss. El sistema penal “... ha llegado a ser una máquina clasificatoria que
produce esencialmente incriminaciones, certificados penales y status jurídico-sociales
(condenado, reincidente, delincuente habitual, sujeto peligroso, etc.)”. “Más relevantes de la
entera, arcaica estructura penal-carcelaria, pueden considerarse el uso ideológicamente
terrorista y estigmatizante de la denuncia penal, de la incriminación y del proceso no seguidos
de alguna sanción efectiva y frecuentemente ni siquiera de condena definitiva; las medidas
potestativas de policía (...), los aparatos viejos y nuevos de clasificación pública o clandestina
de los ciudadanos (...); las técnicas de espionaje utilizadas por las nuevas agencias públicas y
privadas de control social...”. “Toda esta estructura de producción del consenso y de
estigmatización político-corporativa de los disidentes parece perfilarse como un sistema
diferenciado de control social más eficaz que las tradicionales formas de penalización
carcelaria...” Ibidem.
88
institucionales dejarán el lugar a la autodisciplina social y al espontáneo
conformarse de todos los ciudadanos a los nuevos modelos dominantes”.262
En el caso de Antonio GRAMSCI (Notas sobre Maquiavelo, sobre la
política y sobre el Estado moderno), rechazaban su sociedad
<<ética>>
<<regulada>>,
<<moderno
su idea de la
<<hegemonía>>,
del partido como
o
Príncipe>>, el tipo de poder que se ejercitaría (represivo, de consenso de masa)
en la sociedad socialista, su concepción del derecho (ético-pedagógica) y, en
suma, su aversión a la libertad desde el momento que la represión penal
“asumiría en el mejor de los casos la valencia paternalista y pedagógica
(teológica) que en los regímenes autoritarios, de la teocracia medieval a los
modernos totalitarismos, ha tenido generalmente”.263
He aquí una segunda vertiente del completo alejamiento de FERRAJOLI
del marxismo ortodoxo: el rechazo puntual de las ideas gramscianas y
leninistas.
En el autor en estudio había -hay- la clara conciencia de un discurso
“teórico-político” con contenidos de pensamiento único, de totalitarismo o
autoritarismo,264 o, en definitiva, de absoluta incompatibilidad en el sustrato
filosófico, no sólo con “el genio de la revolución en el eslabón más fuerte”,265
262
Idem, p. 107. Cuyo logro -añadían y no como menor peligro- correspondería a la dictadura
del proletariado.
263
Idem, p. 111.
264
Vale recordar lo que apuntara GERMINO: si bien es cierto que el GRAMSCI de carne y
hueso “no fue un totalitario en el sentido policiaco-estatal, lo fue en el sentido espiritual, y su
obra no ofrece elementos para resistir a la tiranía”. Dante GERMINO, Antonio Gramsci and the
Totalitarianism of “Hegemony”, “Rivista Internazionale di Filosofia del diritto”, IV serie, 1977, p.
643. Concuerdo con lo sostenido por este autor. No obstante no haber sido un totalitario en la
práctica y que su biografía o itinerario de vida personal revelan a un hombre valioso, civilmente
comprometido, es claro que en puntos decisivos el trasfondo del pensamiento gramsciano no
es compatible con la democracia y los derechos humanos. Para una aproximación a la vida de
GRAMSCI véase: Giuseppe FIORI, Vida de Antonio Gramsci, trad. Jordi Solé-Tura, Ediciones
Península, colección historia, ciencia, sociedad 28, 2ª edición, Barcelona, 1976.
265
El calificativo -de Umberto CERRONI- es para Antonio GRAMSCI, en su obra Problemas de
la transición al socialismo, trad. Silvia Furio, Grijalbo, España, 1979. Me parece esto así, no
obstante que, en términos muy generales, pudiera haber ciertas coincidencias en la obra
ferrajoliana y gramsciana: la no preponderancia del economicismo (en GRAMSCI quizá un
franco antieconomicismo), la relevancia que podría jugar en sus propuestas la praxis, sus
mutuas convicciones en la necesidad de una “reforma intelectual y moral” o bien el esfuerzo -en
algún sentido- por no desvincular (en GRAMSCI quizá un franco intento por conectar)
infraestructura y superestructura. Para una revisión de la propuesta de GRAMSCI véase Maria
Antonieta MACCIOCCHI, Gramsci y la revolución de occidente, trad. Siglo XXI Editores,
colección Biblioteca del Pensamiento Socialista, México, 1975 y el clásico de Christine BUCIGLUCKSMANN, Gramsci y el Estado (Hacia una teoría materialista de la filosofía), trad. Juan
Carlos Garavaglia, Siglo XXI Editores, colección Biblioteca del Pensamiento Socialista, 8ª
edición, México, 1988.
89
sino también con LENIN y LUKÁCS, ciertamente éste “un creyente y un
místico”.266
De aquí -vale subrayar- que no encuentro ninguna línea de pensamiento
de esos líderes y teóricos revolucionarios que llegue a FERRAJOLI, más bien
de contraposición.
En efecto, el autor en estudio no perdía la oportunidad de advertir, por
ejemplo, que en los años setenta había un intento por recuperar a GRAMSCI
pues su obra era útil para justificar el entonces estado de cosas.267
La fuerte campaña ideológica de relanzamiento y de reinterpretación del
pensamiento de Gramsci no ha obedecido todos estos años, en las
intenciones del grupo dirigente comunista, solamente a la exigencia de
procurar cualquier fundamento teórico a la reciente conversión democrática
y “pluralista” del PCI, después de veintena de años de “ambiguedad” de la
política togliattiana. El pensamiento de Gramsci, por la prospectiva nacionalpopular de su historicismo, por su fragilidad analítica, por la sistemática
subvaloración idealista de la dimensión estructural y económica y, sobre
todo, por sus vistosas connotaciones de moralismo, de organicismo y de
pedagogismo estatalista, representa un terreno ideal para un encuentro
ideológico con los católicos.268
Una tercera idea que guiaba ese distanciamiento del desprograma
teórico, no menos importante, es que el marxismo escolástico era refractario a
la crítica del poder. Concretamente, apuntaba FERRAJOLI -nuevamente con
Danilo ZOLO-269 que aquello que faltó en la tradición marxista fue: 1) “una
reflexión del poder” desde el punto de vista externo (ex parte populi y no
solamente ex parte principis); 2) un objetivo centrado (resolvía “el análisis del
poder en el problema de la conquista revolucionaria del poder”); 3) garantías, la
aceptación del derecho (no venía tratada “la función del derecho como posible
instrumento técnico de garantía de la libertad y de limitación del poder”)270 y, 4)
266
El calificativo ahora es de Giuseppe BEDESCHI, Lukács filosofo del socialismo reale, “Il
Mulino”, n. 303, gennaio-febbraio, 1986, pp. 134-145.
267
Para una incursión a la incidencia de la obra gramsciana en Italia en sede apologética véase
Manlio di LALLA, Antonio Gramsci nella realtà italiana, “Il Mulino”, n. 174, aprile, 1967, pp. 365373.
268
Luigi FERRAJOLI y Danilo ZOLO, “Il <<caso italiano>>”, contenido en Democrazia
autoritaria... op. cit., pp. 10 y 11.
269
Idem, pp. 19 y ss.
270
“Esta tradición, desgraciadamente, no tuvo familiaridad con el derecho: los únicos valores
que logra percibir son los de la fuerza o, por mucho, del disciplinado consenso. Y sus
contribuciones a una teoría del derecho (en particular del derecho penal) son menos que cero.
Al derecho en general esta tradición siempre pidió mucho (la realización de la igualdad
material, o quizá, la <<educación>> de las masas) o no pidió nada (ni las garantías ni la
igualdad formal): es decir pidió lo que el derecho no puede (o no debe) dar, y no pidió lo que el
90
una formulación acertada del problema (se ponía “el problema exactamente
inverso respecto” a la tradición liberal y garantista: “cómo unificar y
homogeneizar la sociedad a través del poder, cómo suprimir cada forma de
disenso y de resistencia política al poder revolucionario (...), cómo eliminar a
través de la obra educativa, formativa, premiativa y punitiva del Estado
socialista cada tipo de desviación y de criminalidad”).271
Hoy en día esta opinión negativa del marxismo -en el plano teórico
jurídico- la mantiene nuestro autor y la recuerda en una entrevista del año
2004:
... debemos reconocer que la contribución teórica del marxismo al derecho
ha sido poco más que nula. No sólo eso. Esta carencia teórica ha terminado
por avalar -a la sombra de fórmulas vacías como la idea del derecho como
superestructura, la dictadura del proletariado y la predicción de la extinción
del Estado- la devaluación, o peor, el desprecio por el derecho que han
representado, creo, una de las razones principales del fracaso histórico de
aquella esperanza del siglo que fue el comunismo. Aquella devaluación y
aquel desprecio han atacado el legado más precioso de la tradición liberal:
el principio de legalidad, es decir, la idea del derecho y de los derechos
como conjunto de reglas, de límites y controles sobre el poder político,
sustituida por la confianza en un poder tenido por bueno por ser
272
<<revolucionario>>.
derecho puede (y debe) dar”. Luigi FERRAJOLI, L´infausto abbecedario della scolastica
terzinternazionalista, “il Manifesto”, martedì 24 luglio 1979, p. 3.
271
“Hay en suma en el marxismo escolástico una inidoneidad científica para analizar
críticamente la fenomenología del poder político a causa de su concepción optimista y moralista
del poder”... “El drama del stalinismo y del colectivismo tecnoburocrático poststalinista se
presenta, bajo este perfil, como una severa confutación histórica de este optimismo
revolucionario que se conjuga entre la utopía apolítica e industrialista de Saint-Simon con el
jacobinismo de Blanqui”. Así, la tesis central que parecía ofrecerse en la segunda parte de “Il
<<caso italiano>>” era -proseguía FERRAJOLI y ZOLO- que el “compromesso storico” (la
alineación del PCI a la DC) se colocaba en esta “línea de perfecta continuidad teórica respecto
a aquella tradición dogmática” del marxismo, con la única diferencia que “la prospectiva
organicista y totalizante de un poder <<positivo>>” no venía reenviada a la sociedad socialista
sino que se ubicaba “en el cuadro de una economía tardocapitalista y de una democracia
consensual y corporativa”, como la italiana. Luigi FERRAJOLI y Danilo ZOLO, “Il <<caso
italiano>>” contenido en Democrazia autoritaria... op. cit., p. 21. STAME escribía en 1978 que el
marxismo tenía como punto débil la incapacidad de pensar en términos nuevos la relación entre
la composición de las clases, la estratificación social y la estructura del poder. Hay una
carencia -decía- en el análisis de los problemas de la “transición”, en una incapacidad
sustancial de pensar adecuadamente el problema del “cambio de las formas” del dominio
político en la sociedad capitalista avanzada. En su concepto, STAME apuntaba que el
garantismo proveía de nuevos elementos para el análisis porque este había logrado un estudio
adecuado de las tendencias internas de la sociedad y porque había sabido dar testimonio de
los hechos más significativos verificados en el sistema político (italiano). Federico STAME, Uno
spettro si aggira nella sinistra: il garantismo, en “Critica del diritto. Stato e conflito di classe”,
numero 15, settembre-dicembre 1978, pp. 9-16.
272
Luigi FERRAJOLI, “Entrevista a Luigi Ferrajoli”, realizada por Alfonso GARCÍA Figueroa y
contenida en Miguel CARBONELL y Pedro SALAZAR (editores), Garantismo. Estudios sobre...
op. cit., p. 521. También publicada en la revista “Derechos y garantias”, no. 1, 2005.
91
Ahora bien, sobre el desprograma político del marxismo cabe decir que
una primera crítica ferrajoliana en el tiempo de su estadía en la hegemonía
marxista fue dirigida al Partido Comunista Italiano en su periodo de izquierda
partidista reformista, en razón precisamente de su desprograma político, por no
cumplir su función de oposición,273 por insertarse en el llamado arco
costituzionale, por suscribir il compromesso storico.274
En Ordine pubblico e democrazia autoritaria, FERRAJOLI ofrecía
argumentos en contra no sólo de la concentración del poder que el compromiso
histórico significaba para la DC, sino del despropósitito de esa izquierda en
colaborar en tal concentración.275 El acuerdo programático alcanzado por tal
273
El Partido Comunista Italiano ingresa en el gobierno, primero, con el III gabinete
ANDREOTTI -el llamado governo della non sfiducia- el 31 de julio de 1976 y, después, con el IV
gabinete ANDREOTTI -el llamado governo di solidarietà nazionale- que obtiene el voto el 16 de
marzo de 1978 de la DC, PSI, PRI, PSDI y PCI en los albores del secuetro de Aldo MORO. “Si
todos ellos están en la coalición ¿quiénes permanecen en la oposición?” le preguntaba
Bertrand RUSSELL a su interlocutor cuando hablaban de una gran coalición formada en el
gobierno israelí en los años 50´s. Véase Mordecai ROSHWALD, Encounters with Bertrand
Russell, “Russell: the Journal of the Bertrand Russell Archives”, vol. 6, n. 2, Winter, 1986-1987,
p. 151.
274
“Compromiso histórico” designa dos cosas según Sergio FABBRINI -véase la entrada “Il
compromesso storico” en Gianfranco PASQUINO (coord.), La politica italiana. Dizionario... op.
cit., pp. 391-403-: 1) por un lado, significa la propuesta político-estratégica de Enrico
BERLINGUER, entonces Secretario del PCI, formulada en 1973 a la luz de los hechos chilenos
del golpe de Estado y aparecida en “Rinacita” (véase Imperialismo e coesistenza alla luce dei
fatti cileni, n. 38, settembre 28, 1973, pp. 3-4; Via democratica e violenza reazionaria, n. 39,
ottobre 5, 1973, pp. 3-4 y Alleanze sociali e schieramenti politici, n. 40, ottobre 12, 1973, pp. 35), en la que justificaba una incorporación y colaboración de la izquierda en el gobierno
democristiano porque: a) “la división interna del pueblo constituye una hipoteca negativa para
cualquier experimento gubernativo de tipo innovador o reformador que se quiera”, b) la
democracia italiana no podrá nunca ser gobernada por las fuerzas de la izquierda por sí solas”
y, c) “la tarea de las fuerzas de la izquierda es la de promover un vasto sistema de alianzas
sociales” y, 2) por otro lado, significa la experiencia histórica o realización de la anterior
propuesta y que se dio en algún grado en 1976 y sobre todo en 1978.
FERRAJOLI comparte la tesis de los efectos nefastos del golpe de Estado de PINOCHET para
las democracias occidentales, incluso para la italiana. Véase Luigi FERRAJOLI, E invece fu
strage terrorista, “il Manifesto”, giovedì 12 novembre 1998, p. 5: Ese golpe de Estado “Fue la
afirmación del terrorismo como práctica política, dirigida a hipotecar la vida democrática, en
América Latina y en Europa” que ofreció justificación a la línea del compromiso histórico de
BERLINGUER “en la Italia de la estrategia de la tensión y de los atentados, como única
posibilidad para la izquierda (...) de acceder al gobierno del país”.
275
Luigi FERRAJOLI, Ordine pubblico e democrazia... op. cit., pp. 17-22. Consideraciones de
nuestro autor en el mismo sentido se encuentran en su intervención en el debate Ordine
pubblico e crisi politico-economica, celebrado en Bolonia, Italia, el 3 de junio de 1977, publicada
en “La questione criminale”, n. 2, maggio-agosto, 1977, pp. 215-220, así como en los §§ 1 y 2
de “Il <<caso italiano>>” contenido en Luigi FERRAJOLI y Danilo ZOLO, Democrazia
autoritaria... op. cit., pp. 9-18, texto este último donde contextualizaba el compromesso storico:
Italia era el país occidental “mayormente dependiente de las estrategias económicas y políticas
del capitalismo internacional”, “objeto de atentos y preocupados análisis”, subordinado “a la
hegemonía político-militar de los Estados Unidos y la República federal alemana”, que
“hospeda en su territorio, en cantidad abundante, estructuras militares extranjeras”, “sede de la
casa madre de importantes filiales de la máxima corporation financiera e ideológico-represiva
92
partido, entre otros, con el PCI, estaba centrado en el tema del orden, del
control y de la disciplina social y no en cambios sustanciales que beneficiaran a
la sociedad italiana.276
Las críticas más severas que iban dirigidas a la izquierda parlamentaria
más representativa se debían a que ésta, desgraciadamente, había caído en la
celada de la Democracia cristiana respecto del adversario a vencer:
No es más el capitalismo, ni la DC, y ni siquiera los fascistas; no son más
los golpistas anidados al interno del aparato estatal. El enemigo se hizo
oscuro, <<irracional>>. Llegó a ser <<enemigo de todos>>, que atenta contra
el bien común de la vida civil, que no tiene más connotación de clase: es la
criminalidad, es la violencia subversiva y desesperada, es el <<autónomo>>,
el nappista, el bragadista rojo. Un enemigo externo y común, que induce a
dejar las divergencias políticas y las diferencias de clase, que reclama
277
gobiernos fuertes, unitarios, de emergencia y de salud pública.
En segundo lugar -sostenía FERRAJOLI- el PCI olvidaba, o simulaba no
tener presente, aquella conciencia democrática y antifascista del país que era
capaz de vigilar, contrainformar, madurar formas de control social y de
suplencia popular y, más bien, se dedicaba a llamar a las masas a movilizarse
y manifestarse contra una violencia abstracta y una criminalidad genérica.278
Para FERRAJOLI, el resultado de esta dolosa confusión del sector más
representativo de la izquierda partidista era que, en el clima social de entonces,
lo único que podía desarrollarse, sobre el terreno institucional, era una
involución autoritaria sin precedentes en los últimos 30 años.
Y llegaba así el autor en estudio no sólo a mencionar medidas de
excepción ya aprobadas y las que recientemente habían sido propuestas por la
DC, sino a señalar todas aquellas contrarreformas que quedaban en el olvido,
que opera sobre el planeta: la Iglesia católica romana”, donde “el más prestigioso y potente
partido comunista occidental (...) desarrolla un rol de defensa intransigente de las instituciones
representativas y del <<orden democrático>>” y, donde “los procesos de integración y de control
de las clases y de los estamentos subalternos requieren un máximo de potenciación de los
mecanismos de legitimación política e ideológica del sistema estatal capitalista”. Idem, pp. 9 y
10. De ahí que, para FERRAJOLI y ZOLO, la defensa “autoritaria del <<Estado democrático>> y
la intolerancia política (eran) las dos caras de la nueva democracia consensual y represiva que
caracteriza(ba) el tardo capitalismo italiano”. Idem, p. 18.
276
“... no tiene por objeto, como cualquiera habría podido engañarse, un proyecto de
transformación de la sociedad, o un cualquier programa reformador aunque fuera veleidoso
como fue en el tiempo del nacimiento del centro-izquierda, sino un plan orgánico y lleno de
contrarreformas: una laceración profunda de la legalidad constitucional justificada por la
emergencia, una crisis radical del estado de derecho. Lo que en los años pasados la DC no fue
capaz de imponer por la fuerza y con la provocación a los partidos de la izquierda, viene hoy
obtenido con su consenso”. Luigi FERRAJOLI, Ordine pubblico e democrazia... op. cit., p. 18.
277
Idem, p. 17.
278
Idem, pp. 17 y 18.
93
gracias a su sabotaje. Y nuevamente, lo peor era el cómo: con el apoyo de la
izquierda.
En tercer lugar, FERRAJOLI recriminaba al PCI que acudiera al discurso
del orden porque ello tenía el sabor de una burla amarga, porque era un
discurso grave en un partido obrero, pero ante todo, porque era una caída
política y cultural hacia indiferentes valores de la ideología burguesa: ese
discurso introducía en grandes masas una desorientación y un atraso cultural,
un contagio ideológico hacia los valores reaccionarios del Estado fuerte, del
Orden, de la sacralidad de las instituciones.279
Y si lo anterior fuera poco, FERRAJOLI veía en este cuadro de orgía de
stalinismo de derecha y quizá aún más de izquierda, todavía un peligro más y
de proporciones desastrosas, a saber, la violación de los derechos de la
minoría: “cualquiera que exprese dudas sobre la
<<democraticidad>>
de este
Estado y sobre la legitimidad de las medidas dirigidas a defenderlo, corre el
riesgo de ser tachado como cómplice del enemigo subversivo”; se da la
“estigmatización y la tendencial criminalización del disenso y de las luchas
sociales no guiadas desde lo alto”; el nuevo Estado “puede ser a buen derecho
intolerante en sus relaciones con una ínfima minoría, marcar cada forma de
desviación y de disenso como rechazo
<<confuso>>
o
<<irracional>>
de un bien
social universalmente aceptado”.280
En cuarto y último lugar, FERRAJOLI criticaba al PCI que delegara su rol
precisamente de partido en cuanto portador de intereses de clase y acentuara
el carácter delegado y pasivo de la democracia, lo que equivalía a una total
abstracción de la representación política, una más acentuada autonomización y
despolitización. Sin omitir que la homogeneización de los partidos producía una
279
Idem, p. 19. Y continuaba FERRAJOLI: tal desorientación y contagio en sede ideológica
“hacen retrasar la democracia”, “desarma la conciencia crítica de las masas”, crea “la ilusión
que una restricción de la libertad sea un precio necesario a pagar a la emergencia, al interés y
a la seguridad general, al Estado puesto en peligro”; todo ello es la idea “indiferente y fascista,
de una unidad nacional a oponer a un enemigo en defensa de un reencontrado interés general
que tiene sede en el Estado”. Ibidem.
280
Idem, p. 20. Es cierto que en estas críticas a la izquierda comunista hay un núcleo duro de
liberalismo frente al compromiso histórico más que consideraciones sobre el marxismo. Como
apuntara Marcello FLORES, Sul neo-garantismo, “Ombre Rosse”, nn. 27-28, febbraio 1979, p.
154, que corresponde a su recensión a Democracia autoritaria e capitalismo maturo, el mérito
mayor de tal libro estaba en “haber hecho más transparentes las propuestas de defensa de la
libertad y de los espacios de democracia que van bajo el nombre de neogarantismo que, con
óptica y contenidos diversos, parece llegar a ser uno de los motivos dominantes de la polémica
contra el compromiso histórico”.
94
separación creciente entre cuadro político y cuadro social, dejando sin
representación y sin protección política una vasta área de clase obrera.281
Hay que decir, sin embargo, que quizá donde más ha dejado claro
FERRAJOLI cuál era la alterantiva, el camino de una genuina oposición del
movimiento obrero, lo constituye su ponencia, parte in fine, en un congreso
organizado por el Grupo parlamentario del Partido Radical en Roma en
1978.282 Ante la interrupción en su ponencia y la pregunta que le hacían de cuál
era precisamente la alternativa, respondía:
Son al menos cien años que hablamos de ella. La alternativa es el
contrapoder social, aquel que se mide sobre el terreno de los conflictos
sociales, como relación de fuerza real y no simbólico entre las clases.
::
Pero no quiero hacer una polémica sobre la estrategia del partido
comunista. Me limito solamente a registrar su menor peso hoy respecto al
pasado, y a imputarle la ilusión que el poder sea fundamentalmente <<poder
político>>, <<gobierno>> de vértice y de avanguardia, y que en consecuencia
el acceso al poder político estatal pudiese bien valer la neutralización del
contrapoder social. Es la vieja concepción burguesa del poder, heredada
también por la tradición leninista. Ciertamente es una concepción ilusoria
sobre la cual se consumaron siempre los más graves fracasos históricos del
movimiento obrero.283
La alternativa que ofrecía en consecuencia FERRAJOLI frente al
desprograma político del PCI, me parece que era una constante y permanente
lucha por los derechos desde abajo. Ante una nueva interpelación para saber
cuál era esa alternativa, nuestro autor sostenía:
Lo dije ya: una sola, fácil de decirse -lo reconozco- pero difícil de practicar.
Es redescubrir y realizar la <<autonomía de lo social>>; redescubrir el valor
de las luchas antiinstitucionales como luchas de masas contra las clausuras
autoritarias del sistema político; redescubrir la función del conflicto de clase
como instrumento efectivo de construcción y de valorización de los agentes
284
sociales anticapitalistas.
281
Idem, p. 21. Para una también implacable crítica al PCI véase Federico STAME, Le
seduzioni della democrazia autoritaria (replica a <<Rinascita>>), “Quaderni piacentini”, n. 64,
luglio 1977, pp. 3-12; crítica en el contexto del compromiso histórico y desde las premisas de la
nueva izquierda, que iba desde aspectos político-coyunturales -la inamovilidad del PCI a favor
del referéndum sobre el aborto, la no promoción de reformas ante la legislación aún fascista, su
transacción con la DC para establecer medidas antigarantistas de orden público, etc.- hasta
aspectos teóricos: por ejemplo, que el PCI suscribía la teoría de los comunistas de la relación
democracia-autoridad de hace cincuenta años y no distinguía entre neo-capitalismo, en cuanto
tendencias institucionales de los Estados de capitalismo avanzado, y tardo-capitalismo, es
decir, del proceso de modificación de las funciones del Estado.
282
Luigi FERRAJOLI, “Parlamento illusorio e Parlamento reale” en Il Parlamento nella
Costituzione e nella realtà. Atti, regolamenti e prassi della Camera nella VII legislatura, Giuffrè,
Milano, 1979, pp. 440 y ss.
283
Idem, pp. 440 y 441.
284
Idem, p. 442.
95
Ahora bien, una segunda “víctima” de la crítica ferrajolina que adolecía
de un programa político o, mejor dicho, que había hecho de éste uno no
precisamente marxista sino eminentemente violento, voluntarista, fueron las
Brigadas Rojas.285
Para FERRAJOLI286 las Brigadas Rojas se inscribían en el modelo
político-jacobino de la violencia política que, en esencia, es “un modelo
normativo de la violencia -apuntaba- que se connota conjuntamente como
racional y ético: racional por la estrecha funcionalidad estratégica del
instrumento violencia al fin histórico revolucionario; ético por el valor histórico y
moral asignado al fin perseguido”.287
Modelo, evidentemente, no sólo adscribible a ese grupo terrorista sino
también -aducía- suscrito por gran parte de la tradición política comunista de
marca bolchevique y tercerinternacionalista, en la cual confluyen dos
principales ingredientes:
El primero -apuntaba FERRAJOLI- es el voluntarismo político de marca
jacobina y leninista, es decir, la concepción militarista y disciplinar de la
lucha revolucionaria y la conexa exaltación del rol del partido como
vanguardia externa, intelectual colectivo, logos, línea, razón progresiva a la
cual es encargada la gestión forzosa del proceso histórico revolucionario. El
segundo ingrediente es la interpretación del marxismo como filosofía de la
historia, y sobre esta base la concepción de la historia como despliegue y
verificación del pensamiento, el instrumentalismo ético-finalista ex ante y el
285
Algunas consideraciones sobre la relación entre la tradición teórica del movimiento obrero y
la violencia política se encuentran en Giovanna CAVALLARI, Rivoluzione, violenza,
conflittualità. Alcune ipotesi sul terrorismo, “Democrazia e diritto”, n. 1, gennaio-marzo 1982, pp.
103-121.
286
Luigi FERRAJOLI, Intervención en el debate Terrorismo e stato della crisi, celebrado en
Bolonia, 7 de octubre de 1978, publicada en “La questione criminale”, n. 1, gennaio-aprile,
1979, pp. 55-72. Para efectos de contextualizar, cabe decir que esta participación tenía por
objeto en nuestro autor distingir dos modelos analíticos de la violencia política; obviamente, en
el marco de los esfuerzos teóricos que se hacían en Italia en ese entonces por dilucidar la
naturaleza de la violencia de las Brigadas Rojas. El primer modelo, que llamaba políticojacobino, lo caracterizaba con dos elementos: “la concepción y la propuesta de la violencia
como <<instrumento>> y, en consecuencia, el carácter táctico y racional de la acción violenta
con el objetivo de un fin revolucionario último no violento (por ejemplo la construcción del
socialismo); y por el otro, la atribución a una vanguardia más o menos elitaria de la
organización y del ejercicio de la violencia”. El segundo modelo de la violencia política, que
llamaba político-activista, lo caracterizaba por “la concepción y la propuesta de la violencia
como experiencia en sí revolucionaria y, en consecuencia, la apología de la violencia como
acción individual o de pequeño grupo no delegada y no delegable”. Idem, p. 58. El texto
también fue publicado como Luigi FERRAJOLI, Fanatismo etico ed estetico del terrorismo,
“Quotidiano dei lavoratori”, martedì 15 maggio 1979, pp. 8 y 9.
287
Luigi FERRAJOLI, Intervención en el debate Terrorismo e stato... op. cit., p. 59.
96
justificacionismo ético-histórico ex post de la acción política. El éxito
concreto de los dos es la filosofía política del stalinismo.288
Puestas así las cosas, es decir, inscritas las Brigadas Rojas en este
modelo racional y ético de la violencia política, que no es mas que el
fundamento de la política moderna y que tiene matrices genuinamente
burguesas -apuntaba infra FERRAJOLI- es posible, en consecuencia, destacar
dos aspectos: la absoluta incompatibilidad de esa filosofía política -donde el
único criterio de legitimación del poder es el correspondiente fin o valor
abstracto- con la filosofía política suscrita por nuestro autor, donde el criterio de
tal legitimación son los derechos fundamentales.
En segundo lugar, y nunca está por demás reiterarlo, es claro el
completo deslinde político e ideológico de FERRAJOLI con las Brigadas Rojas
por la razón contundente de estar éstas en la línea stalinista.289 Abusando
quizá de la cita, el juicio de FERRAJOLI sobre éstas era contundente:
Los terroristas de las Brigadas Rojas no son locos delirantes o
depravados morales como ama demonizarlos la prensa bien pensante. Al
contrario, ellos personifican en forma extrema la fría racionalidad y el
rigorismo ético del modelo político arriba ilustrado. Son los actuales
descendientes de Stalin, los parientes cercanos de los dictadores
camboyanos, y pueden dignamente figurar en el álbum de familia del
movimiento stalinista de los últimos sesenta años que es sólo una parte del
más grande álbum de familia de la historia política burguesa. Su fanatismo,
su dureza intransigente, su insensibilidad, son el fanatismo y la dureza de
288
Idem, pp. 59-60. Este primer modelo de la violencia instrumental de tipo
revolucionario -agregaba FERRAJOLI- está en un continuum con “la violencia institucional del
Estado: ambas calcan el mismo modelo ético-político (...) de Hobbes a Kelsen (y) está a la
base de la legitimidad del Estado moderno como concentración monopolista de la fuerza y de
la violencia justificada por el fin de la máxima utilidad para todos (Así, el Estado moderno) se
erigió en Fin y en Valor. Y el fin (o valor) tiene múltiples variantes: Patria, Nación, Clase,
Partido, Revolución, Socialismo. Ideas -todas- que sustituyeron los viejos dogmas de la ética
católica pero que desenvuelven, en cuanto abstractas, el mismo rol de legitimación del poder y
de educación de las masas a la disciplina y al sacrificio”. Idem, pp. 62-63.
289
Para un análisis, a partir de la categoría izquierda-derecha, de los críticos marxistas del
stalinismo -KAUTSKY, HILFERDING, BAUER, TROCKIJ y SERGE- véase Massimo L.
SALVADORI, La critica marxista allo stalinismo en Eric HOBSBAWM, Georges HAUPT, et al.
(coordinadores), Storia del marxismo. Volume terzo. Il marxismo nell´età della Terza
Internazionale. II Dalla crisi del´29 al XX Congresso, Giulio Einaudi editore, Torino, 1981, pp.
80-128. Asimismo, de interés, véase de Robert McNEAL, Le istituzioni della Russia di Stalin,
idem, trad. Enrico BASAGLIA, pp. 41-68, donde se ocupa del partido comunista, el
ordenamiento social, el sistema de policía y el culto a STALIN, siendo el primero la pieza
articuladora para la concentración del poder en tal régimen. De particular interés resulta, sobre
la crítica al stalinismo, el escrito de BOBBIO, “Ancora dello stalinismo: alcune questioni di
teoria”, en Nuovi Argomenti, nn. 21-22, julio-octubre de 1956, pp. 1-30, republicado en Norberto
BOBBIO, Ni con Marx ni contra Marx, trads. Lia Cabbib Levi e Isidro Rosas Alvarado, Fondo de
Cultura Económica, Sección de Obras de Política y Derecho, México, 1999, pp. 61-90, donde
apuntaba con claridad el filósofo turinés: “Ahora que nos dimos cuenta de que también en el
Estado proletario los funcionarios pecan, y pecan realmente, es de esperarse que la lección,
que era justamente la lección de los liberales, se reconsidere y se aplique al caso”. Idem, p. 88.
97
los <<verdaderos revolucionarios>> exaltados por Nečaev y por Stalin, se
alimentan de la misma racionalidad, de la misma certeza de su destino
histórico, de la misma tensión moral; y aun antes, son el fanatismo y la
dureza del Estado burgués. Su horizonte téorico es el viejo horizonte
bolchevique, pero es antes que nada aquel autoritario del Estado y de la
política moderna.290
1.4.3 Las consideraciones desde el marxismo
P
or otra parte, cabe ahora referir las consideraciones no ya sobre
sino desde el marxismo que hiciera FERRAJOLI. Una primera
“víctima” no podía dejar de ser la ideología católica-burguesa. En 1974 el autor
italiano se ocupaba de analizar y criticar un nuevo proyecto de reforma
carcelaria291 del cual, si bien reconocía que había innovaciones apreciables,
rechazaba la ideología de la reeducación genuinamente de tipo autoritario y
paternalista, el espíritu jesuita que lo inspiraba o, en otros términos, el modelo
católico-burgués que subyacía, donde -decía el autor en estudio- “el detenido
es concebido como objeto y no como sujeto de su propia reeducación y de su
propia reincersión social; como sujeto pasivo para resocializar o, en caso de
resistencia, como sujeto irrecuperable objeto de represión”.292
290
Luigi FERRAJOLI, Intervención en el debate Terrorismo e stato... op. cit., p. 63. En términos
muy parecidos, ocho meses atrás, Federico STAME apuntaba que la causa de la violencia del
terrorismo rojo era, según él, “el dominio histórico, en la izquierda, de la concepción jacobina y
bolchevique de la acción política; que lleva a la desvalorización radical de la democracia
política, a un juicio de su completa funcionalidad con la sociedad burguesa y en consecuencia
a la conjunción de la posibilidad de la relación entre violencia y acción política de modo
estable”. Federico STAME, La democrazia non è un mezo, è un fine, “il Manifesto”, giovedì 19
gennaio 1978, p. 3.
291
Luigi FERRAJOLI, Dal regolamento fascista Rocco3 op. cit., pp. 420-439. FERRAJOLI
ofrecía el contexto: en diciembre de 1973 el Senado había aprobado una propuesta de reforma
del ordenamiento penitenciario presentada por el Gobierno italiano (al momento de escribir
nuestro autor, en 1974, se desconocía qué futuro tendría en la Cámara de Diputados). El
ordenamiento entonces vigente en la materia era el reglamento carcelario emanado el 18 de
junio de 1931 del Ministro de la Justicia, Alfredo ROCCO, es decir, disposiciones fascistas.
Igualmente, estaba vigente un reglamento para disciplinar las actividades de los agentes
carcelarios -de contenidos militares- que, salvo poquísimas innovaciones, provenía de 1937.
Por cuestión de espacio, baste decir que, en efecto, por los ejemplos que ofrecía FERRAJOLI,
ambos reglamentos eran sumamente iliberales. El texto también fue publicado, con ligeras
modificaciones, como: Luigi FERRAJOLI, Falsa logica di una falsa riforma carceraria, “Unità
Proletaria. Quindicinale del Partito di Unità Proletaria”, n. 7, lunedì 15 aprile 1974, p. 6.
292
Luigi FERRAJOLI, Dal regolamento fascista Rocco... op. cit., p. 430. Ejemplos de ese
espíritu jesuita eran, para FERRAJOLI, que al recluso no se le hacía participar en las
comisiones que elaborarían “los reglamentos internos y las modalidades de tratamiento”; que
las recompensas eran “el precio del conformismo, del servilismo y de la delación”; que el
trabajo no venía remunerado al igual que el trabajo en libertad “sino en la medida de 2/3 de las
tarifas sindicales”; que no eran permitidos los sindicatos en la cárcel; que se conservaba
“inalterado todo el viejo aparato represivo y todos los (...) ingredientes y mecanismos de
coerción violenta para los refractarios del <<tratamiento>>” y, en extremo inaceptable -añadíavenía dejado inalterado “todo el sistema de las medidas de seguridad de detención: la colonia
98
Frente al modelo de reclusión católico-burgués, de imposición autoritaria
de los modelos de comportamiento propios de la cultura dominante y de
sometimiento de (la) conciencia por el carácter de
<<desviación>>
de (la)
personalidad, FERRAJOLI oponía una toma de conciencia política por parte del
recluso, de las matrices sociales del delito, de su condición de excluido y una
conquista de su capacidad de autodeterminación.293
Otra ocasión en que FERRAJOLI arremetía contra la ideología católicoburguesa era en 1975 cuando se ocupaba de la cuestión del aborto en un
número de Quale giustiza dedicado al tema.294
La tesis que sustentaba en tal escrito era que la ideología burguesa de la
tutela de la vida es una falsa e hipócrita idea de la familia, de la vida, de la
persona humana y de los hijos, sustentada en principios cristiano-burgueses,
abstractos, tesis que era fuertemente respaldada con la insistencia de las
condiciones materiales presentes en el fenómeno del aborto:
agrícola, la casa del trabajo, la casa para el cuidado y la custodia, los hospitales psiquiátricos
judiciales”; los dos primeros claras muestras “de trabajo forzado”. Idem. pp. 430 y ss.
293
Idem, p. 429. En la parte final de su escrito, el autor italiano sostenía que “en la reforma
carcelaria, como en el resto de todas las reformas institucionales” el camino era el “de la
actuación cabal (...) de los principios de libertad, de igualdad y de democracia que se
encuentran en la Constitución republicana”: a) “... sólo a través de la efectiva actuación de (las
libertades civiles y políticas) es que puede realizarse la <<reeducación del condenado>>” pues
el único derecho constitucional “que la reclusión priva al detenido es la libertad personal”; b) el
segundo objetivo de la reforma debería ser “... la potenciación de las relaciones comunitarias
entre los reclusos como insustituible factor de crecimiento ideológico y de emancipación política
y cultural de la colectividad carcelaria” y, c) “... el control por parte del pueblo sobre la
institución carcelaria, y por ello la tendencial superación, en honor al principio de la
soberanidad popular, de la separación entre cárcel y sociedad”. Idem, pp. 436 y ss.
294
Luigi FERRAJOLI, Aborto e ideologia borghese della tutela della vita, “Quale giustizia”, nn.
34-35, luglio-ottobre 1975, pp. 553-556. La cuestión del aborto abordada en tales números de
la revista se inscribía en una ola de acciones desarrolladas en esos años por los sectores
progresistas de Italia encaminadas a realizar un referéndum abrogativo de la penalización del
aborto. Téngase en cuenta que poco tiempo antes -el 12 de mayo de 1974- se había
concretado un favorable referéndum sobre el divorcio. Del aborto -en términos estrictamente
liberales- también se ocupa nuestro autor, entre otras, en Il problema morale e il ruolo della
legge, “Critica marxista” n. 3, maggio-giugno 1995, pp. 41-47, así como en su Intervención en el
encuentro realizado en Camerino los días 4 y 5 de mayo de 2001 con el título “La questione
dell´embrione. Il problema morale e il ruolo del diritto”, contenido en Guido BISCONTINI y Lucia
RUGGERI, (coords.), La tutela dell´embrione, Edizioni Scientifiche Italiane, Napoli, 2002, pp.
12-32; textos que son el desarrollo o perfeccionamiento de uno más antiguo: Luigi FERRAJOLI,
Aborto, morale e diritto penale, “Quotidiano dei lavoratori, venerdì 8 maggio 1981, pp. 16-19,
que corresponde -con algunas ligeras modificaciones- a su ponencia presentada el 6 de abril
de 1976 en el seminario organizado por el Istituto di Filosofia del diritto dell´Università di Pavia
con el tema “Il problema dei rapporti fra diritto, politica e morale con riguardo alla questione
dell´aborto; un´analisi meta-etica”, que a su vez fue publicado -con el mismo título- en “Prassi e
teoria”, n. 3, 1976, pp. 397-418. Una crítica reciente de FERRAJOLI a la propuesta de Giuliano
FERRARA de hacer una moratoria sobre el aborto después de aquella sobre la pena de muerte
se encuentra en la entrevista concedida a Romina VELCHI, Immorale e fanatico paragonare
l´aborto alla pena di morte, “Liberazione”, martedì 08 gennaio 2008, p. 4.
99
La realidad material que se esconde dentro del principio de la ilegalidad
del aborto y del derecho al nacimiento del concebido es el aborto de clase y
de masa, del cual pagan el costo miles de mujeres de bajo o medio estrato
socio-económico, a quienes les es imposible acceder al aborto de lujo, en el
exterior o en clínicas equipadas, reservadas a una minoría de señoras ricas;
y es, aun, la causa del sobre cupo en los orfanatos, de la enorme masa de
niños abandonados o semi abandonados, del incremento demográfico de
las clases pobres, y con ello, del ejército proletario de reserva disponible a
bajo costo en el mercado del trabajo.295
Otra ocasión más, donde FERRAJOLI hacía cuentas con la ideología
cristiano-burguesa, es cuando formulaba su modelo analítico, de contenido
ético y racional, de la violencia política ya referido supra.296 Y es que para
FERRAJOLI, la génesis de ese modelo -y en general de la política modernaproducto del capitalismo, obedece a dos tradiciones: la primera, el realismo
político y el voluntarismo pragmatista de MACHIAVELLO en adelante297 y, la
segunda, la ética burguesa del sacrificio en sus dos variantes, a saber, la ética
cristiano-idealista y la utilitarista y calculatoria. Es decir, el diferimiento del
placer inmediato en virtud de la realización de fines colectivos históricos o
metahistóricos, dogma de la fe cristiana, sería para nuestro autor, una de las
tantas piezas ideológicas que estarían a la base no sólo de la violencia política
sino de la política moderna misma.298
Una segunda “víctima” de nuestro autor desde consideraciones
marxistas lo fue la democracia representativa. Su más conciso y sugerente
diagnóstico de ésta se encuentra en Esiste una democrazia rappresentativa?299
295
Luigi FERRAJOLI, Aborto e ideologia borghese... op. cit., p. 554. De ahí que, la batalla
“ideológica y política” que “involucra y une en uno sólo los temas de la familia, de la condición
de la mujer y de la relación Estado-ciudadano” es una batalla dirigida a hacer valer las buenas
razones de la realidad que aquel principio cristiano burgués enmascara. (Ibidem) Y añadía
FERRAJOLI: El aborto “es una triste y dolorosa violencia que la mujer padece sobre su cuerpo.
La única tarea que un país civilizado puede asumir no es la de reprimirlo penalmente y de
dramatizarlo más de lo que ya de por sí lo está; sino en primer lugar, de remover las causas de
la violencia y de ignorancia que están en el origen, y en segundo lugar, cuando se presenta, de
proporcionar asistencia médica adecuada”. Idem, p. 555.
296
Luigi FERRAJOLI, Intervención en el debate Terrorismo e stato... op. cit., pp. 60-61.
297
Para una definición de “realismo político” y una reflexión sobre las relaciones entre éste y la
modernidad véase Pier Paolo PORTINARO, Il ritorno del realismo politico in un secolo sensa
giustizia, “Teoria politica”, nn. 2 y 3, 1999, pp. 49-69.
298
“La conjunción de estas dos tradiciones” -realismo político y voluntarismo pragmático junto
con la ética cristiano-idealista y el utilitarismo- “dieron origen a la política moderna como técnica
de mediación y al mismo tiempo de separación entre fines y medios: los primeros relegados en
el mundo futuro de los <<valores>>, los segundos subordinados ideológicamente a los primeros
pero por ello mismo de por sí insusceptibles de valoración y de control moral”. Luigi
FERRAJOLI, Intervención en el debate Terrorismo e stato... op. cit., p. 61.
299
Contenido en Luigi FERRAJOLI y Danilo ZOLO, Democrazia autoritaria... op. cit., pp. 25-66,
escrito exclusivo de nuestro autor, con ligeras modificaciones respecto del originalmente
100
en el cual la argumentación iba desarrollada en tres vertientes que fortalecían,
como es evidente, su respuesta negativa.
La trivialización del sistema representativo y del Estado de derecho
resulta, en principio, de dos niveles de impotencia y de dos correlativos niveles
de autonomía: a) la “impotencia de la soberanía popular e integración o
subsunción del
<<pueblo>>
en la representación política, siempre más
autonomizada y abstraída de su base social”, b) la “impotencia (ya sea relativa)
de la representación política respecto al aparato burocrático del Estado, a su
vez autonomizado de las sedes institucionales de tipo político-representativo y
de los vínculos de tipo legal” y, en tercer lugar, c) del hecho de que el Estado
está “investid(o) en la sociedad actual de funciones de planificación y de
regulación interna de la valorización capitalista, y aun más subordinad(o) que
en el pasado a las exigencias generales de conservación y de desarrollo del
capital complesivo”.300
Ciertamente, estas tres dimensiones por las cuales para el autor en
estudio la democracia representativa no era más que una etiqueta que ocultaba
una realidad -la de un nuevo Estado de tipo tendencialmente absoluto y
despótico- no eran más que expresión de la no limitación y vinculación de los
poderes al derecho.
publicado con el mismo título en “Unità Proletaria”, n. 2, marzo, 1978, y el cual tenía por fin
“oponer a la pregunta de Bobbio (¿Cuáles alternativas a la democracia representativa?, una de
las dos con las que el maestro de FERRAJOLI abría un largo debate en 1975 y desarrollado en
las revistas “Rinascita” y “Mondoperario”) otra pregunta, que tiene el sentido de una
provocación de signo contrario: ¿existe, hoy, una democracia representativa? y junto a ello,
¿hasta qué punto, hoy, se puede aún hablar, a propósito del Estado contemporáneo, de
<<Estado de derecho>>?” Luigi FERRAJOLI, “Esiste una democrazia rappresentativa?” en Luigi
FERRAJOLI y Danilo ZOLO, Democrazia autoritaria... op. cit., p. 26. La tesis de FERRAJOLI al
respecto era categórica: “... no existe hoy, en los Estados de capitalismo maduro, un sistema
de democracia representativa en el cual sean creíblemente descriptivas la palabra
<<democracia>> y la palabra <<representativa>>. Ni existe, o siempre hay menos, un Estado de
derecho. Las etiquetas <<democracia política>>, <<Estado representativo>>, <<Estado de
derecho>>, en su significado burgués, son títulos de nobleza inmerecidamente reivindicados por
el Estado capitalista contemporáneo. Y si es verdad que <<un modelo que pueda decirse
“democrático y liberal” no existe>>, no existe ni siquiera un modelo que puede decirse
democrático y capitalista. Siempre más la apariencia democrática, representativa y de derecho
del Estado contemporáneo enmascara la realidad de un nuevo Estado de tipo tendencialmente
absoluto y despótico. Más aún: democracia representativa y Estado de derecho parecen
siempre más incompatibles, en su significado clásico, con el desarrollo del capitalismo y del rol
por este asignado al Estado. Y aparecen, en consecuencia, en sus formas originarias,
históricamente irrecuperables”. Idem, p. 60.
300
Idem, p. 49. El énfasis es de quien esto escribe.
101
Así, en el caso concreto, explicitar las razones por las cuales se negaba
que existiera una democracia representativa,301 me parece, en el fondo, no era
otra
cosa
en
ese
FERRAJOLI
de
1978
que
evidenciar
cómo
el
despotenciamiento de la democracia llevaba aparejada una autonomización del
poder, y ésta no era más que una desvalorización del derecho.
Otra consideración desde el marxismo en esos años era el del
condicionamiento ideológico y cultural del juez. FERRAJOLI sostenía en 1972
que el principal peligro para la independencia del juez estaba identificado con
gravitar en el área del poder y de los innumerables condicionamientos
ideológicos y culturales sobre los cuales está expuesto en el ambiente burgués
en el cual vive.302
En ese sentido, la jurisprudencia alternativa del derecho -de la que se
hará referencia infra- “no (podía) ser improvisada sobre la base de
elaboraciones puramente intelectualistas y doctrinarias, sino que (requería) una
maduración política del jurista que puede completarse sólo a través de una
radical transformación de sus modelos de comportamiento y de sus hábitos
301
A manera ejemplificativa -pues FERRAJOLI era prolífico al respecto- sería oportuno
destacar: Respecto a: a) la impotencia del pueblo y la correlativa autonomía del político, esta se
daba porque el sufragio universal había cambiado el objeto de la representación, no más la de
una determinada clase social, sino de todo el pueblo, de modo que llegó a extenderse, hasta
identificarse con la entera sociedad, la base social y política del Estado burgués; por otro lado,
se daba porque el nacimiento de los partidos de masa habían provocado, entre otras cosas, la
subsunción de la base social en el aparato político y la delegación permanente de la política a
grupos dirigentes tendencialmente inamovibles y destinados profesionalmente al ejercicio del
poder (p. 32). Asimismo, a la aspiración del centrismo (p. 33), al carácter oligopolítico que
tiende a asumir el mercado electoral, el carácter meramente consensual de la democracia y el
carácter integralista y/o integracionistico donde ningún contendiente pone seriamente en
discusión las relgas del juego y menos aún el juego mismo (p. 34 y ss). Respecto a: b) la
impotencia de la representación política frente a los aparatos burocráticos, FERRAJOLI aducía
que esta se daba, entre otras razones, por la flexibilidad y movilidad burocrática, relatividad
organizativa a los controles, distanciamiento entre imágenes legales y estructuras reales de los
aparatos, procedimientos de intervención extralegal y formados de criterios impuestos de
instancias coyunturales, opacidad. Respcto a: c) el sometimiento del Estado al capital, vale
decir que FERRAJOLI recogía sobre todo las consideraciones de OFFE relativas a la
naturaleza de clase del Estado contemporáneo, estructural y funcionalmente determinado,
donde la política sólo cumple el papel permitido por el sistema capitalista; marco teórico que le
permitía aplicar categorías para explicar el tema que, me parece, era en ese entonces de su
gran interés: la degeneración autoritaria del Estado. De Claus OFFE véase su clásico Lo Stato
nel capitalismo maturo, trads. Reinhard Schmidt y Danilo Zolo, Etas Libri, Milano, 1977. Para
una crítica de las posturas offeanas véase Elías DÍAZ, Deslegitimación del derecho y del
Estado en la sociedad capitalista actual (Consideraciones a propósito de la obra de Claus Offe),
“Anuario de Derechos Humanos”, n. 2, año 1983. También publicado en Uberto SCARPELLI y
Vincenzo TOMEO (coordinadores), Società norme e valori. Studi in onore di Renato Treves,
Giuffrè Editore, Milano, 1984, 107-138.
302
Luigi FERRAJOLI, Orientamenti della magistratura3 op. cit., p. 559.
102
mentales
y
culturales”;
transformación
que
sólo
podía
venir
de su
303
“(e)mancipación política” y de su “vinculación con lo externo”.
Otra consideración desde el marxismo lo era una propuesta de reforma
penal y carcelaria. FERRAJOLI -junto con ZOLO- se ocupaba en la pars
construens de Marxismo e questione criminale304 de formular tres indicaciones
teóricas y metodológicas fundamentales, recabadas del conjunto de la reflexión
marxista, sobre la cuestión criminal.
El primer aspecto que intentaban rescatar era la matriz estructural y el
carácter históricamente determinado de la moderna marginalidad social y de
los fenómenos de desviación por ésta producidos; el segundo aspecto en el
que insistían era un cambio de paradigma: pasar de la responsabilidad y
culpabilidad de la persona y marginación social en la condena a la
responsabilización colectiva y a la socialización en la condena y, por último, el
tercer punto era tener presente las matrices
<<antisociales>>
de la moderna
desviación criminal, frente a las cuales hacía valer -y es preciso subrayar,
mantiene en sus mismos términos en Principia iuris-305 la clásica sentencia de
MARX y ENGELS en La Sagrada Familia: Se l´uomo è plasmato dalle
circostanze, è necesario plasmare umanamente le circostanze.
1.4.4 Excurso: la influencia de Lelio BASSO
E
n el presente apartado no se puede dejar de señalar, para finalizar,
una decisiva influencia en Luigi FERRAJOLI que le sirvió para
mantener un marxismo sui generis: la de Lelio BASSO.306
Es el mismo FERRAJOLI quien da luces sobre esta particular influencia
del hombre que no tenía miedo a la utopía:307
303
Idem, p. 565-566.
Luigi FERRAJOLI y Danilo ZOLO, Marxismo e questione... op. cit., pp. 111 y ss.
305
Lugi FERRAJOLI, Principia iuris\., vol. II. op. cit., p. 377, en relación con la nota a pie de
página 143 contenida en p. 462. Vale decir que el llamado a <<destruir>> lo que MARX nombró
en La Sagrada Familia <<los antisociales lugares de nacimiento del delito>> es la única
referencia que nuestro autor hace de MARX en Principia iuris (la reitera, cuando trata del
problema del terrorismo internacional, en la página 526 de idem).
306
“La referencia directa a Marx y a Rosa Luxemburgo, la relación desde siempre crítica con
las tradiciones de la segunda y de la tercera internacional, lo hicieron un anticipador, una
referencia para la generación que se presentó en el último decenio a la lucha social y política,
para quien se empeñó en el análisis de las tranformaciones del capitalismo maduro, de las
nuevas formas de involución de los sistemas de poder y conjuntamente de reproposición del
conflicto”. Mario TELÒ, Un anno fa moriva Lelio Basso. Non fu un profeta disarmato ma un
leader del movimento operaio. La sua bataglia tra il ´45 il ´49 per aprire una via originale e
ancora attuale all´unità delle sinistre, “il Manifesto”, domenica 16 dicembre 1979, p. 3.
304
103
... sobre el plano político, la prospectiva socialista era mayormente
prevaleciente en el horizonte de (Magistratura democratica). Pero esta
prospectiva no asumió la forma de un rechazo de la legalidad -à la Lenin- o
de una instrumentalización táctica y oportunista -à la Luckacs. Al contrario,
se alimentó bastante de la lectura de Lelio Basso, quien veía en la legalidad
un terreno para la lucha de clases. El marxismo, en otras palabras, generó
sobre todo un punto de vista externo al derecho, influenciando así más las
posturas políticas del grupo que la cultura y la práctica jurisdiccional.308
Pero ¿cuál fue esa lectura distinta de Lelio BASSO que le permitió ver
en la legalidad un terreno para la lucha de clases que influyó en toda una
generación de jóvenes, entre ellos FERRAJOLI? El propio BASSO diría que fue
una lectura distinta del propio MARX en los siguientes términos.309
Ésta, en primer lugar, tenía que ver -apuntaba el dirigente socialista- con
que el autor de El Capital había concebido la revolución proletaria y el
nacimiento del socialismo en modo “análogo” a aquél de la burguesía, esto es,
la nueva sociedad se formaba en el seno de la vieja y no por un suceso
concreto determinante.
En segundo lugar -sostenía en base a su distinta lectura- sólo a través
de la lucha generalizada de la clase obrera se formaba la conciencia de clase y
ésta adquiría madurez y dimensión política.
En tercer término, sobre el uso de la violencia como momento necesario
para la toma del poder por parte del proletariado, BASSO veía que para el
MARX joven,310 es cierto, no hubo otro camino que apareciera como posible
307
La expresión es de Enzo COLLOTTI, Lelio Basso: la tensione ideale, l´elaborazione teorica,
l´impegno politico, “Problemi del socialismo”, n. 12, ottobre-dicembre 1978, p. 12. Para un breve
cuadro del BASSO demócrata véase Andrea MARGHERI, Lelio Basso: la democrazia come via
al socialismo, “Critica marxista”, n. 3, maggio-giugno, 1989, pp.131-147.
308
Luigi FERRAJOLI, “Per una storia delle idee di Magistratura Democratica”, en Nello ROSSI,
Livio PEPINO, et al., Giudici e democrazia. La magistratura progressista nel mutamento
istituzionale, FrancoAngeli, Milano, 1994, pp. 62. Ahí mismo, FERRAJOLI apunta que fue en la
crítica -de confección marxista- al derecho y al Estado (reconoce que no hay una teoría
marxista del derecho y del Estado) de donde Magistratura democratica se apoyó para realizar:
a) la crítica de la falsa igualdad, b) la crítica de la neutralidad y de la autonomía del derecho
como tal y la conciencia de su condicionamiento por las relaciones sociales y económicas y, c)
la crítica de la ideología, es decir, del falso universalismo del derecho burgués.
309
Lelio BASSO, L´utilizzazione della legalità nella fase di transizione al socialismo, “Problemi
del socialismo”, nn. 5 y 6, settembre-dicembre 1971, pp. 818-862; texto que corresponde a una
ponencia del dirigente socialista italiano presentada en el “Simposium sobre la transición al
socialismo y la experiencia chilena” que se llevó a cabo en Santiago de Chile los días 17 al 23
de octubre de 1971. Como era evidente, a esta lectura -la de la compatibilidad del marxismo
con la legalidad- le seguía una particular lectura del Estado y la sociedad. Al respecto véase
Lelio BASSO, Società e Stato nella dottrina di Marx, “Problemi del socialismo”, nn. 13 y 14,
gennaio-aprile, 1973, pp. 115-148.
310
El estudio de las obras juveniles de MARX fue decisiva para Lelio BASSO y sus discípulos.
Entre finales de los años sesenta y principios de los setenta se da una larga literatura sobre
104
pero que esta visión ya no fue compartida por el MARX maduro, quien
distinguió, según las condiciones de cada país, dónde la violencia sería
necesaria y dónde no, de modo que este segundo MARX no concebía la
conquista violenta del poder por parte del proletariado como un momento
insustituible de la transición al socialismo.
Así, BASSO apuntaba que, en el cuadro de la concepción capitalista de
la sociedad -donde hay una contradicción entre el carácter social de las fuerzas
productivas y las relaciones de producción basadas sobre la apropiación
privada- el agente revolucionario no era el proletariado tomado en sí mismo,
“sino el conjunto de las fuerzas productivas, esto es, la clase obrera en primer
lugar pero en conexión con el desarrollo de los instrumentos de producción, de
la ciencia, de las formas de organización, etc.”311
Así pues, cuando BASSO afirmaba que el derecho es un instrumento de
poder312 y sostenía que aquél no es un producto exclusivo de la clase
burguesa, como los marxistas ortodoxos lo sostenían, sino “el resultado de un
choque de fuerzas y del compromiso que consiguen, continuamente mutable
según el compás de la lucha”,313 es claro que esas ideas no fueron ajenas a
una generación de jóvenes -sobre todo de juristas- a la cual siempre se dirigió
con especial interés y en la cual hay que insertar a FERRAJOLI.314
aquella. Véase el capítulo primero de Danilo ZOLO, La teoria comunista dell´estinzione... op.
cit., y la bibligrafía referida en la nota 1 por lo que hace a las primeras ideas sobre el derecho y
el Estado de MARX.
311
Lelio BASSO, L´utilizzazione della legalità... op. cit., p. 826. “Para asegurar el mejor éxito a
este proceso revolucionario, es necesario tener en cuenta el carácter de <<totalidad>> que
tienen estos procesos, que no pueden en consecuencia ser afrontados separadamente. Se
trata de hacer avanzar conjuntamente todos los aspectos de la vida social que deberá animar
la sociedad futura, y ello quiere decir, como se ha dicho, las estructuras y la conciencia de los
hombres, las instituciones y la cultura, las relaciones de poder y los valores éticos, etc.” Idem,
p. 831.
312
El proceso revolucionario -decía BASSO, si bien es cierto en un contexto de partido políticoentra en su fase concreta cuando “una consciente voluntad política, armada de instrumentos de
poder en el país, lleve consigo una política coherente de transformación de la sociedad,
cristalizando todas las transformaciones en torno a principios organizativos de inspiración
socialista”. Lelio BASSO, Note introduttive a una discussione sul programma, “Problemi del
socialismo”, n. 2, febbraio 1963, p. 165.
313
Lelio BASSO, L´utilizzazione della legalità... op. cit., p. 839.
314
En 1965 Democrazia e diritto publicaba una intervención de Lelio BASSO en un Congreso
celebrado en Milán sobre los problemas del poder judicial. En tal intervención cerraba
expresando su optimismo de ganar la batalla contra la vieja generación de magistrados con la
nuova generazione formada dopo il fascismo. Ahí mismo, BASSO decía que la independencia
de la Magistratura no era un fin sino la garantía del ciudadano contra las arbitrariedades del
Ejecutivo y que los administradores de la justicia no debían atrincherarse en el formalismo y en
el tecnicismo sino estar acordes con los nuevos tiempos. Estas ideas -y más- fueron poco
tiempo después contenidos programáticos de Magistratura democratica. Lelio BASSO, Per un
105
Asimismo,
Lelio
BASSO
decía
en
1958
que la conquista del
poder -evidentemente hablaba a los socialistas- no podía ser un hecho
instantáneo, a menos que se quiera prescindir de la vía pacífica, pero si se
concebía como un proceso en continuo desarrollo, si se concebían las
instituciones como expresión de la relación real de fuerzas en continuo cambio
y en consecuencia de un equilibrio continuamente inestable, sería posible
imaginar que la clase ascendente pudiera conquistar una siempre creciente
porción de poder por vía pacífica, sin que ninguna nueva conquista debiera
apoyarse en un recurso a la violencia.315
De esta forma, si se aceptaban las tesis consistentes en que el derecho
es un instrumento de poder y que la adquisición de este es un proceso en
continuo desarrollo, había que aceptar las respectivas implicaciones.
La de mayor relevancia, me parece, es que para BASSO -y así lo
aprenderían sus jóvenes discípulos juristas- había que hacer uso de todas y
cada una de las instituciones o del conjunto del sistema institucional. Por
ejemplo, en 1965 BASSO sostenía, con motivo de un debate en torno a la
regulación jurídica de los partidos políticos reproducido en Problemi del
socialismo, que ese tema era muy importante también para los socialistas,
quienes cometían un grave error si continuaban desinteresándose, como lo
venían haciendo, de problemas constitucionales bajo la convicción de que era
ocuparse de derecho constitucional burgués, de hacer obra reformista.316
Lelio BASSO también era de la idea, como FERRAJOLI, que era difícil
concebir una izquierda meramente política, de ahí que una batalla democrática
tenía que afrontar de raíz el problema de las relaciones entre poder público y
poder privado pues querer asaltar las viejas instituciones representativas sin
tener presente dichas relaciones sería una batalla más bien en retroceso.317
effetivo rinnovamento dell´Amministrazione della giustizia, “Democrazia e diritto. Rivista critica
di diritto e giurisprudenza”, n. 1, 1965, pp. 78-82.
315
Lelio BASSO, Marxismo e democrazia, “Problemi del socialismo”, n. 1, gennaio 1958, p. 23.
316
Lelio BASSO, Sulla funzione costituzionale dei partiti politici, “Problemi del socialismo”, n. 5,
maggio 1965, p. 541. Ahí mismo, sostenía: “una democracia es más rica si se articula en una
vasta gama de <<poderes competitivos>> o <<contrapoderes>>”. Idem., p. 545.
317
Lelio BASSO, Neocapitalismo e “socialisti moderni”, “Problemi del socialismo”, n. 9, luglioagosto 1966, 532 y ss.
106
El diagnóstico pues de BASSO era que no había una estrategia de lucha
eficaz contra el neocapitalismo,318 ante todo, porque el movimiento obrero
occidental -muy en sintonía con posturas de FERRAJOLI- continuaba
combatiendo con las armas tradicionales a un adversario profundamente
cambiado.319
No puedo evitar la tentación de pronunciarme, al concluir este apartado,
que entre aquello que permanece en FERRAJOLI de su periodo dentro de la
hegemonía cultural marxista es ese cierto aire en su análisis crítico y conflictual
de la sociedad, ciertamente ahora aplicado a la sociedad moderna.
Igualmente, y no menos importante, permanece en nuestro autor su
visión del punto de vista externo, el cual me parece un núcleo duro de
moralidad, de valores que -como lo dice ZOLO de la original position y del veil
of ignorance de RAWLS- también sería una fictio argumentativa, una metáfora
que expresa “una opción del todo subjetiva a favor de una particular ética
sustantiva, la kantiana”.320
318
Para un diagnóstico que también hacía el dirigente socialista en revisión sobre el
neocapitalismo véase Lelio BASSO, Dal riformismo alla lotta per il potere, “Problemi del
socialismo”, n. 31, nuova serie, giugno 1968, p. 599- 606, donde señalaba que son dos los
aspectos centrales en la naturaleza del neocapitalismo en los países capitalistas avanzados: la
“posibilidad de continuos mejoramientos de las condiciones materiales de vida y la
concentración creciente de poder hasta la destrucción progresiva de la personalidad”. Idem, p.
601.
319
Igualmente, señalaba -con claro parecido a posturas de nuestro autor- que los verdaderos
socialistas modernos tenían que: i) “evitar la ilusión tecnocrática que se puede ejercitar un
poder en sentido socialista mediante el uso de simples instrumentos técnicos en las manos de
un aparato estatal neutral” y, ii) “sustraerse a la ilusión parlamentarista, a la ilusión vale decir,
de que el parlamento sea la institución que efectivamente define el poder decisional en la
sociedad del capitalismo organizado”. Lelio BASSO, Neocapitalismo e... op. cit., p. 547. Un
interés mutuamente compartido entre BASSO y FERRAJOLI lo es también la relación entre
igualdad y libertad (el primero hablaba de relación entre socialismo y libertad). De ahí que un
cometido de “Problemi del socialismo” -lo expresaba el propio BASSO en el editorial del primer
número de la revista que dirigió- era precisamente esa relación. Véase “Problemi del
socialismo”, n. 1, gennaio, 1958, p. 5.
320
Salvatore VECA y Danilo ZOLO, Discutono su <<Una teoria della giustizia>> di John Rawls,
“Stato e mercato”, n. 10, aprile, 1984, pp. 141-144. De ahí que FERRAJOLI sostenga, por
ejemplo, que la solidaridad -otro valor más- “hace parte del punto de vista externo del derecho,
y es la que genera y anima así las reivindicaciones de los derechos como su defensa y la lucha
por su efectiva actuación”. Luigi FERRAJOLI, Vittorio FOA y Salvatore SENESE, I diritti
dell´uomo e l´idea di uguaglianza. Tavola rotonda a cura di Pino Ferraris, “Problemi del
socialismo”, n. 5, maggio-agosto, 1990, p. 116. El punto de vista externo también lo generó otro
maestro de FERRAJOLI: BOBBIO. “Estoy convencido que si no hubiésemos aprendido del
marxismo a ver la historia desde el punto de vista de los oprimidos, ganando una nueva
inmensa prospectiva sobre el mundo humano, no nos habríamos salvado. O habríamos
buscado ayuda en la isla de la interioridad o nos habríamos puesto al servicio de los viejos
patrones. Pero entre quienes se han salvado, sólo algunos pusieron a salvo una pequeña
maleta donde, antes de arrojarse al mar, habrían puesto, para custiodarlos, los frutos más
sanos de la tradición intelectual europea, la inquietud de la búsqueda, la duda, la voluntad del
107
En el caso de FERRAJOLI, aplica para los años que se han revisado, lo
que decía en palabras precisas BOBBIO, precisamente en los años setenta:
“Una de mis máximas preferidas es que hoy no se pueda ser buen marxista si
se es solamente marxista”.321 Hoy habría que agregar: ni se puede ser buen
liberal, y también vale para FERRAJOLI, sin haber pasado por el marxismo.
diálogo, el espírituo crítico, la medida en el juicio, el escrúpulo filológico, el sentido de la
complejidad de las cosas”. Norberto BOBBIO, “Libertà e potere”, en Politica e cultura... op. cit.,
p. 281.
321
Norberto BOBBIO, Quale socialismo?... op. cit., p. 28.
108
Capítulo II
Garantismo y rol político de
Ferrajoli en la política italiana
En las sociedades democráticas la imaginación de los hombres
se estrecha cuando se ocupan de ellos mismos; pero se
extiende indefinidamente cuando se ocupan del Estado.
Alexis de Tocqueville
2.1 El rol político desde Magistratura democratica y la nuova sinistra
2.1.1 El contexto del ´68 y post ´68 en Italia
Q
uizá no hay mejor y más interesante ocasión para observar la
incidencia de las circunstancias sociales y políticas en nuestro
autor que durante su estadía en Magistratura democratica y su participación
desde la nuova sinistra italiana, es decir, en ese contexto dopo el ´68 en que
aquella y un conglomerado de minorías políticas extraparlamentarias, de
distintas tendencias, revolucionaron la vida política y social en Italia.322
La idea que se sostiene es que en Luigi FERRAJOLI el largo periodo de
contestación, de lucha y de movilización social vivido en Italia del ´68 en
adelante, constituye otro conjunto de circunstancias sociales y políticas con
efectos en su pensamiento y acción política.323
322
Desde inicios de los años setenta, a la izquierda del PCI exitió un “microcosmo de fuerzas
políticas” en las que dominaba la idea de un crecimiento “de las luchas y de los movimientos de
masa”. En el ´72 son sólo dos las organizaciones que tienen “<<fuerza>> nacional: Manifesto y
Lotta continua”. Ya para el periodo previo a las elecciones del ´75 estos grupos estaban en el
“<<redimensionamiento de la utopía>>”, en la intención de “salir del minoritarismo (sobre todo
por parte del Pdup [Partito di Unità Proletaria])”. Ritanna ARMENI y Rina GAGLIARDI, Un
milione di voti di cui si parla dal ´68. Una storia di camere sciolte, di un grande movimento e di
piccoli partiti. Scrita, naturalmente, col senno di poi, “il manifesto”, venerdì 20 aprile 1979, p. 3.
Sobre Manifesto y Lotta Continua en ese contexto véase Francesco CIAFALONI, Sul Manifesto
ed altro, “Quaderni piacentini”, n. 42, novembre 1970, pp. 54-70.
323
Lo anterior no significa que la cultura antifascista y la Resistencia no guarden relación con el
periodo de la contestación del ´68. Si bien para algunos jóvenes de este movimiento aquella
había sido traicionada y la veían con reservas, otros más encontraron en la Resistencia
inevitablemente el patrimonio cultural al cual acudir. Tuvieron presente, me parece, aquella que
para CALAMANDREI era la gran herencia ideal que la Resistencia, aún cuando sus heroísmos
fueran tranfigurados por la leyenda, dejaría al pueblo italiano como fuerza política viva en el
tiempo de paz: “el sentido de la democracia; el sentido del gobierno del pueblo: del pueblo que
quiere gobernarse por sí mismo, que quiere asumir la responsabilidad de gobernarse, que
quiere expulsar todos los tiranos, todos los jefes, todos los privilegiados, todos los
explotadores, e identificar finalmente, en una República fundada sobre el trabajo, pueblo y
Estado”. Piero CALAMANDREI, Uomini e città... op. cit., pp. 18 y 19, correspondiente a su
discurso del 28 de febrero de 1954 en el Teatro Lírico de Milán con la presencia de Ferruccio
PARRI.
109
El punto de partida es así sin duda 1968, la época en que diversos
grupos, en diversos países, “destruyeron los códigos hasta entonces
establecidos, desafiaron, rechazaron, cambiaron una serie de distinciones con
las cuales la percepción común organizaba el mundo circundante”.324
Como lo ha apuntado el mismo FERRAJOLI: el ´68 fue “un momento
importante de la historia italiana” que significó “un profundo cambio en la vida
civil y política” debido a “la politización y la maduración democrática de vastos
sectores de nivel medio, la emancipación política en sentido progresivo de los
cuadros técnicos e intelectuales, tradicionalmente compactos en su pasivo
servicio a la cultura y a los intereses dominantes”.325
En el caso de Italia el periodo que va del otoño de ese año al otoño de
1969 fue crucial, sobre todo, porque fue en él cuando “se forman todas las
principales organizaciones de la nueva izquierda que en la década sucesiva
(salvo alguna variación) determinan la fisonomía del <<área revolucionaria>>”.326
Ciertamente, la referencia a la nuova sinistra italiana podría ser extensa
y apartarnos de nuestros objetivos. Tan sólo en relación a su génesis, habría
que distinguir entre el ámbito externo e interno, y en ambos caso, siempre
remitirse a eventos mediatos e inmediatos.
En el primer caso, habría que remontarse a los años cincuenta, al
proceso de desestalinización y sus efectos en Italia,327 al rechazo o
324
Claus OFFE, Sessanta: dieci anni che sconvolsero il mondo, “Reset”, n. 49, 1998, p. 10.
Luigi FERRAJOLI, “La questione universitaria” en La questione universitaria. Le ragioni della
crisi. I nodi della riforma, Liguori Editore y Università degli Studi di Camerino, i problemi del
Università 2 Testi e documenti, Napoli, 1977, p. 205. Primero, decenas de miles de estudiantes
se movilizaron “para contestar las estructuras universitarias y más en general la organización
académica de la cultura; y no sólo las estructuras jurídicas de la universidad, sino también los
contenidos de la enseñanza universitaria, los métodos de formación de la cultura y de los
intelectuales, los instrumentos y los canales de formación del saber, la calidad y la naturaleza
misma del conocimiento transmitido”. Y añadía más adelante nuestro autor: “Los magistrados
democráticos se formaron en aquellos años”. Ibidem.
326
Luigi BOBBIO, Storia di Lotta Continua, Feltrinelli, Presenze, Milano, 1988, p. 15. “Si la clase
obrera es más fuerte que hace algunos años -escribía acertadamente STAME en 1970- si está
más unida y, por de más, si el sindicato y el PCI (...) han adqurido poder de representación en
una medida que años atrás parecía inconseguible, ello es debido en gran parte a un cambio de
clima político institucional al cual contribuyeron en medida relevante los movimientos extraparlamentarios”. Federico STAME, Revisionismo e lotte operaie, “Quaderni piacentini”, n. 40,
aprile 1970, p. 3.
327
“La noche del 17 de febrero (de 1956), un día después del inicio en Moscú del XX Congreso
del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética), a Palmiro Togliatti le es entregado un
paquete que contiene el <<reporte secreto>> de Nikita Chruščëv: un elenco impresionante de
crímenes en la historia de la URSS y una contundente petición para proceder contra Stalin y su
leyenda”. A su regreso a Italia, TOGLIATTI “dispone, según su estilo, una información soft (...)
Cuando después, el 4 de junio, el New York Times publica íntegramente el texto del <<reporte
325
110
cuestionamiento al régimen soviético por los hechos en Hungría de 1956, o
bien a los gérmenes de la contestación y los grandes temas utópicos agitados
por Rudi DUTSCHKE que desde Berlín Oriental se extendieron a la Alemania
Federal primero, a Italia y a Francia después.328
En el ámbito interno, habría que considerar la premisa que los profundos
cambios económicos no sólo exigieron la actualización del análisis en el seno
del movimiento obrero sino que abrieron o acentuaron “un proceso de
diversificación estratégica” que fue “destinado a incidir profundamente en las
formaciones políticas de los jóvenes militantes a lo largo de todo el decenio”.329
De ahí la labor de un Gianni BOSIO, un socialista intelectual, no por
nada cercano a las posiciones de Lelio BASSO, quien para algunos sembró
“gérmenes críticos destinados a nacer en la primavera del ´68”.330
El marxismo de BOSIO fue “antiestatal y antiburocrático; él critica la
burocracia y la política cultural de los partidos italianos de izquierda y llama al
reexamen de todo el fundamento estratégico del movimiento: partir de abajo
para Bosio no significa hacer populismo sino al contrario encontrar las raíces
de una acción autónoma de clase”.331
secreto>>, retomado por los periódicos italianos pero no por L´Unità, parece evidente que no
puede más negar, fingir o esquivar”. Era evidente pues que caería la figura mítica de STALIN y
que el PCI sufriría consecuencias. Silvano LANARO, Storia dell´Italia Republicana... op. cit., pp.
391 y 392.
328
“De hecho, el análisis desarrollado por Rudi Dutschke y por los estudiantes antiautoritarios
berlineses en torno a la naturaleza instrínsecamente represiva de las sociedades tardocapitalistas, a los instrumentos de manipulación y control del <<Sistema>>, a la
despersonalización y funcionalización de los individuos, ofreció a los estudiantes de Nanterre,
París, Turín y Roma los instrumentos teóricos que permitieron el paso de las reivindicaciones
sectoriales al disenso y la maduración de la contestación global”. Gianni STATERA, Storia di
una utopia. Ascesa e declino dei movimenti studenteschi europei, Rizzoli Editore, Milano, 1973,
p. 106. Sin embargo -agrega STATERA- el “dutschkismo”, tanto en Italia como en Francia
encontró un hábil vulgarizador con Cohn-Bendit, perdiendo “organicidad, coherencia y
generalidad (pero) ganando en eficacia y accesibilidad”, lo que no significa que el
“dutschkismo” hubiese perdido “su fuerza utópica”. Ibidem.
329
Giuseppe VACCA, Politica e teoria nel marxismo italiano 1959-1969. Antologia critica, De
Donato, Ideologia e società, 2ª edición, Bari, 1972, pp. 12 y 13.
330
Stefano MERLI, L´altra storia. Bosio, Montaldi e le origini della nuova sinistra, Feltrinelli,
Opuscoli marxisti, Milano, 1977, pp. 16 y ss. Mientras la búsqueda de un área revolucionaria
para BOSIO es mediada por la “democracia de base”, de la “otra cultura” y de una mezcla de
ideología política pre-leninista, para Danilo MONTALDI lo era por la búsqueda “de base” y de
un leninismo de izquierda autónomamente reinterpretado y reestructurado”. Idem, p. 28. Sobre
la figura de Gianni BOSIO véase también Stefano MERLI, Una generazione tra stalinismo e
contestazione. Gianni Bosio, “Giovane critica”, n. 30, primavera 1972, pp. 45-51.
331
Carlo VALLAURI, I gruppi extraparlamentari di sinistra. Genesi e organizzazione, Editore
Bulzoni, Roma, 1976, pp. 17 y 18. El autor señala entre los “factores ideológicamente
relevantes no tanto para la formación del movimiento estudiantil sino para la sucesiva
elaboración cultural de los grupos más cualificados” -además de las temáticas de BARAN y
SWEEZY sobre los conflictos históricos mundiales, la <<dialéctica negativa>> de la escuela de
111
Y mención aparte tendría que hacerse de Raniero PANZIERI, otro
intelectual
de
tradición socialista y quien fundara los Quaderni rossi. Ello
porque -siguiendo a Nicola BADALONI-332 a partir de su análisis marxista sobre
el neocapitalismo el tema de la totalidad del capital caracterizaría algunas de
las posiciones más notables de la izquierda marxista extraparlamentaria: al
movimiento obrero, bajo ese análisis, le correspondía ser protagonista y ejercer
un poder y control en cuanto instrumento de un proyecto.333
Y más aún -siguiendo a Sandro STUDER-: el mayor mérito de PANZIERI
fue “haber intuido la existencia de una fuerte minoría de militantes, sobre todo
jóvenes, no dispuestos a seguir por más tiempo una política de corto plazo y,
en consecuencia, fuertemente impulsados por la exigencia de reconquistar un
punto de vista teórico menos dependiente de las ciencias del capital”.334
Frankfurt en sus componentes ADORNO-HORKHEIMER, la verificación de las experiencias de
Louis ALTHUSSER, con los estudios sobre MARX y de Maurice GODELIER, alumno de Lévi
STRAUSS, la influencia de André GORZY y de Serge MALLET- a la revista de Lelio BASSO,
“Problemi del socialismo”, en cuanto que atendió a nuevas prospectivas de éste así como
“Giovane critica” de Pio BALDELLI. Idem, pp. 44 y 45.
332
Nicola BADALONI, Il marxismo italiano degli anni sessanta, Editori Riuniti – Istituto Gramsci,
Argomenti, Roma, 1971, pp. 51 y ss.
333
Cabe destacar -siguiendo aún a BADALONI- que Mario TRONTI dirigió la crítica a los
“Quaderni rossi” desde “Classe operaia” en el sentido de que aquellos cultivaban “la ilusión
<<que bastase conocer el capital para entender la clase obrera>>; el objeto de análisis debía ser
en cambio esta última, por lo que retomaba ideas gramscianas tales como la de hegemonía y
bloque. Según BADALONI, Federico STAME proseguiría también la discusión en esos años
sesenta desde “Classe e Stato” aseverando que el “coherente desarrollo del análisis no podía
mas que llevar a la conclusión de buscar fuera del sistema globalizado las fuerzas de
contradicción”, de forma que una revalorización de los elementos ideales y la elección de la
guerrilla constituirían un compartimento prático subversivo. Ibidem. Sobre la función de estas y
más revistas -donde se deja fuera “Problemi del socialismo”- en la génesis de la nuova sinistra
en Italia véase el apartado 11 “Italia. Le reviste de nuova sinistra tra opposizione intelettuale e
ricerca teorica” de Massimo TEODORI, Storia delle nuove sinistre in Europa (1956-1976), Il
Mulino, Universale Paperbacks il Mulino 41, Bologna, 1976. Más “por fragmentos significativos
que por análisis sistémicos” tales revistas “ampliaron los propios horizontes de intervención a
una serie de temas que, considerados hoy en retrospectiva, constituían el corpus de intereses
de la nueva izquierda”: la nuova sinistra americana, es decir, el movimiento de liberación de los
negros en el sur y los movimientos de acción social en EEUU; la guerra de Vietnam, criticando
tanto a estos últimos como a la URSS; la revolución cultural china; los problemas del Tercer
Mundo, el movimiento del ´68, etc. Idem, p. 209. Ahora bien, estas revistas “no fueron en
ningún modo laboratorios de los movimientos sucesivos sino sobre todo testimonio de una
exigencia de rechazo de la integración que aún era percibida, vivida y practicada por
restringidas minorías”. Idem, p. 214.
334
Sandro STUDER, “L´ultima fase dell´esperienza politica di Raniero Panzieri: uso militante
della metodologia Dellavolpiana”, en Liliana VITALE y Claudio PAVONE (coordinadores),
Contro l´autonomia della politica, Rosenberg & Sellier, Quaderni di fabbrica estato 6-7, Torino,
1978, pp. 227-228. “Otro objetivo no menos importante, en parte logrado, fue crear una
componente <<autónoma>>, pero <<interna>> en todos los sentidos, al movimiento obrero”.
Ibidem. Sobre la figura y labor política de PANZIERI véase asimismo Cesare PIANCIOLA,
Attualità di Panzieri, “Ombre Rosse”, n. 5, marzo 1974, pp. 93-100 y la nota biográfica de Dario
LANZARDO en la antología a su cargo: Raniero Panzieri. La ripresa del marxismo-leninismo in
Italia, Sapere Edizioni, Milano, 1975, pp. 7-24.
112
Una referencia a la nuova sinistra italiana también remite al debate sobre
su línea estratégica. Ya desde el ´68 se afirmaba que la línea política y
estructura organizativa que tuviera no correspondería “a la estructura
tradicional del partido” por no corresponder “a las exigencias y a la prospectiva
revolucionaria” que se tenían, y que más bien serían “el resultado de la lucha y
de la búsqueda de muchos individuos y de muchos grupos (en toda Europa,
porque la cosa -tenía- dimensiones europeas)”.335
La nuova sinistra -a diferencia de la vieja, del PCI, de la que pretendía
diferenciarse y alejarse, se decía en ese entonces- “debe seguir una línea de
desarrollo según la cual no se intente obtener el poder sino distribuirlo y
controlarlo a través de la posibilidad de una continua iniciativa desde abajo, es
decir, de la reivindicación de los Derechos civiles, en todo momento”.336
Así, con independencia de los factores externos e internos de su génesis
y del debate que desde su inicio la caracterizó, lo relevante es contextualizar y
decir que el periodo de contestación significó una ola de movimientos, de muy
diveros ámbitos, que -como se dijo- revolucionaron la vida política y social de
Italia.
En 1970, por ejemplo y sin afán de ser exhaustivos, se fundó el
Movimento dei giornalisti democratici que reivindicó, entre otras cuestiones, la
autonomía profesional y el derecho a una información completa. Relevante fue
también el papel de las radios alternativas que llegaron en 1976 a constituir la
Federazione radio emittenti democratiche (FRED) que, entre otros objetivos, se
oponía a la posibilidad de oligopolio en el sector.
Igualmente, se dieron movimientos urbanos por la lucha de la casa en
varias ciudades,337 de detenidos,338 de homosexuales, de feministas.
335
Edoarda MASI, La <<nuova sinistra>> e il problema dell´organizzazione, “Quaderni
piacentini”, n. 35, luglio 1968, pp. 66-72.
336
ASSEMBLEA DEI GRUPPI SPONTANEI DI IMPEGNO POLITICO CULTURALE PER UNA
NUOVA SINISTRA, I gruppi spontanei... op. cit., p. 51. De acuerdo a Francesco BOTTACCIOLI,
Romano LUPERINI y Luigi VINCI, La eterna questione. La crisi del PCI vista da sinistra
(1976/1981), Cooperativa editoriale ottanta, quotidiano dei lavoratori attualità politica 3, Roma,
1981, en su introducción “La nuova sinistra e la <<svolta>>, pp. 39 y 40, la discusión sobre la
línea estratégica de la nuova sinistra estuvo determinada por “dos opuestas respuestas de
fondo a un mismo problema: la relación preletariado-reformismo”. Mientras Autonomia operaia
venía negando tal relación, el grupo de MAGRI y otros afirmaban tal identidad.
337
Sobre el particular véase Andreina DAOLIO, Le lotte per la casa in Italia. Milano, Torino,
Roma, Napoli, Feltrinelli, I nuovi testi 57, 2ª edición, Milano, 1976, quien es de la opinión que
los mismos fueron una “<<práctica social>> de extrema novedad e interés” pero no lograron
modificar la estructura del sistema. Idem, p. 24.
113
A partir de 1974, es decir, tras el golpe de Estado en Chile y debido
sobre todo al fuerte trabajo de Lotta Continua -una de las grandes
organizaciones políticas de las que se hace referencia infra- de igual forma se
intensificó otro movimiento, a saber, el movimiento de los soldados.339
De igual manera, existió un Movimento dei poliziotti democratici que
demandaba, entre otras cosas, un sindicato.340 Otras organizaciones de
profesionales que ponían también en cuestión el sistema político desde su
posición social fueron Psichiatria democratica,341 Medicina democratica,342
Cinema democratico343 y Farnesina democratica.344
338
“Si hoy (en 1974) la atención pública nacional se dirigió al problema de la cárcel, y si este
problema llegó a ser un problema político que no puede ser más escondido, se debe solamente
a las revueltas de los detenidos que en estos últimos años se dieron en todas las cárceles
italianas. Los detenidos comprendieron perfectamente que la sobrevivencia del actual régimen
penitenciario está estrechamente ligada a la ignorancia de los problemas de la cárcel por parte
de la opinión pública y a la separación radical entre cárcel y sociedad”. Luigi FERRAJOLI, Falsa
logica di una falsa... op. cit., p. 6. Para los años 1968 y 1969 véase Marina GRAZIOSI, Le
rivolte dei detenuti nel biennio ´68-´69, “Parolechiave”, n. 18, dicembre, 1998, pp. 159-188.
339
El movimiento de los soldados era visto como una prolongación del movimiento de los
estudiantes: era en estos de donde se alimentaba aquél a través de la leva. De hecho, entre el
´74 y el ´75 “no hay asamblea (de tal organización extraparlamentaria) de cualquier nivel en la
cual no tom(ara) la palabra un soldado, con uniforme, pero con el rostro cubierto para evitar
alguna represalia”. Luigi BOBBIO, Storia di... op. cit. p. 134. Si bien es cierto -vale decir- que las
represalias venían después: cuando algún soldado no podía contenerse ante sus superiores y
era encarcelado tan sólo por autodenominarse un “soldado democrático”. Paul GINSBORG, por
otra parte, refiere que en “noviembre de 1975 tuvo lugar en Roma la primera asamblea nacional
del movimiento de los soldados, con 220 delegados en nombre de 133 cuartéles”. Paul
GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., en nota a pie de página 9, p. 487.
340
Los grupos progresistas en la Italia de principios de los años setenta veían en la no
afirmación del derecho de asociación para los policías italianos el mejor caldo de cultivo para el
ejercicio arbitrario del poder ejecutivo. El sindicato de la policía fue una realidad. La crónica de
la 1ª Asamblea Nacional Electiva del Sindicato de Trabajadores de la Policía se puede ver en:
Nuova Polizia e riforma dello Stato, anno II, gennaio 1978, pp. 6-11, asimismo véase Sandro
MEDICI, È nato il sindacato dei poliziotti. Gli anni di lotte per costruirlo hanno trasformato e
politicizzato 52,000 “servitori dello Stato”, “il Manifesto”, martedì 13 dicembre 1977, p. 3. En
1980 nace, por su parte, el Sindacato Italiano Unitario Lavoratori Polizia. Cabe destacar que el
Movimento dei poliziotti democratici también demandó capacitación, prestaciones sociales,
desmilitarización del cuerpo policial y, en el clima de terrorismo y criminal de esos años, la
reducción del número de policías muertos en el ejercicio de sus funciones. A mediados de 1978
se decía que eran 101 policías muertos y 8,000 heridos en menos de 5 años. De hecho, desde
el inicio del año 1979 al 9 de diciembre de ese mismo año sumaban 44 los policías muertos.
Los policías democráticos señalaban, en suma, que estaban pagando un precio muy alto en
ese clima de violencia y de criminalidad desatada por la que atravesaba Italia que veremos en
el apartado siguiente.
341
En la conferencia de prensa para dar a conocer el grupo -en la cual estuvo como
representante de Magistratura democratica Vincenzo ACCATTATIS- Gian Franco MINGUZZI,
integrante y uno de los dirigentes de Psichiatria democratica, sostenía que el nombre no era
“una mera coincidencia” con aquella pues había un “paralelismo entre el rol de los operadores
psiquiatricos y aquellos de la jurisdicción” referente a la marginación, “cuyos desenlaces van en
paralelo: en manicomio-cárcel, cura-reclusión”. Véase la nota no suscrita: Milano. 300 operatori
psichiatrici danno vita a <<Psichiatria democratica>>. Primo obiettivo la lotta all´esclusione.
Impegno di realizzare un reale schieramento di classe sul tema della emarginazion del
deviante, “il Manifesto”, domenica 14 ottobre 1973, p. 3.
114
El único sector intelectual -ha apuntado FERRAJOLI insistentementeque “pasó incólume a través de la contestación estudiantil y obrera y a través
de las profundas sacudidas políticas y culturales de (esos) años” fue “la
corporación de los docentes universitarios”.345 Ello debido a que no hubo un
intento de “revisar críticamente la vieja función de la cultura y de los
intelectuales”. Aquellos se basaron en un modelo de cultura organizado “sobre
todo a través de estructuras y mecanismos de tipo autoritario y disciplinar”, ya
sea en el ámbito de “la didáctica y de la relación entre docente y estudiantes”,
ya sea “al interior de las estructuras académicas”.346
Cabe señar brevemente que en el año en que esto escribía FERRAJOLI,
esto es, 1977, se daría una reintensificación del movimiento de contestación,
pero a diferencia de nueve años atrás -cuando en su origen era de estudiantes
y obreros-, era también de subempleados y desocupados.347 A diferencia del
342
La cual tenía entre su objeto atender los problemas de la salud de la mujer, de la
distribución de fármacos, la promoción de la salud, las condiciones insalubres de algunas
fábricas, entre otros. Véase la nota de Maurizio MATTEUZZI, Bologna. Rifiuto della delega,
lotta al mercato della salute, centralità della fabbrica, lavoro nel territorio. Questa vuol essere
Medicina democratica, “il Manifesto”, martedì 18 maggio 1976, p. 3.
343
Cinema democratico tendía, entre otras cosas, “a estimular la sindicalización de los
trabajadores del cine, a promover debates y revisar viejas o nuevas políticas, al interior de las
organizaciones sindicales más que actuar como organismo de información, de contra
información” así como a impulsar una “nueva ley” para la industria cinematográfica dado que la
ley n. 1213 no había servido. Según la carta de aclaración suscrita por varios integrantes
<<Cinema democratico>>: le nostre posizioni, e quello che proponiamo, “Quotidiano dei
lavoratori”, mercoledì 1 giugnio 1977, p. 7.
344
Organización de jóvenes diplomáticos que nacía de la necesidad de dar <<una salida
ideológica y política al crecimiento de un movimiento de opinión democrática en el ámbito de la
elaboración y de la realización de la política exterior Italiana>>, según su comité promotor. “La
Vanguardia
Española”,
sábado
16
de
diciembre
de
1972,
p.
21.
http://hemeroteca.lavanguardia.es/preview /1972/12/16/pagina-21/33610289/pdf.html. Consulta
realizada el 18 de junio de 2009.
345
Luigi FERRAJOLI, “La questione universitaria”, en La questione universitaria... op. cit., p.
206.
346
Idem, pp. 208 y ss. De ahí entonces -proponía nuestro autor- la necesidad de afirmar, “como
fundamento de cualquier reforma universitaria, el principio de la total igualdad jurídica de todas
las figuras de docentes” pues “no es posible una jerarquía entre intelectuales, ni una carrera de
intelectuales o de profesores; porque cualquier relacion de dominio y de sujeción entre
docentes significa el servicio del intelectual subalterno en las relaciones con el superior, y por
ello la mortificación de su pensamiento, de su cultura, de su producción científica”. Idem, pp.
209 y 210.
347
El movimiento del ´77 llegaba con estas certezas: 1) “no existía en ninguna parte estados en
los cuales el proletariado y las masas populares tengan efectivamente el poder”; 2) no hay
ninguna razón para alinearse a priori, en el contexto internacional, por este o aquél estado
sobre la base de la opinión que tal estado tiene de sí mismo. “La única alineación posible es
aquella a lado de los derechos de autodeterminación de los pueblos oprimidos y por su
liberación, por la defensa de los derechos democráticos de las masas contra la guerra”; 3) “la
conquista del Estado puede ser insuficiente, si quien asume el poder es un partido que se dice
<<proletario>> que gestiona el Estado y los medios de producción” igual que los no proletarios.
115
´68, “que fue sobre todo un movimiento de contestación ideológica y política”,
los impulsos del ´77 tenían “una base material mucho más dramática: la crisis
económica, la falta de salidas profesionales para los jóvenes, la desocupación
intelectual creciente”.348
2.1.2 El rol político desde Magistratura democratica
S
i en una organización hay que detenerse, no sólo porque en ella
participaría nuestro autor en estudio sino porque fue relevante para
y en ese contexto de contestación, es precisamente Magistratura democratica
(Md); es decir, en la asociación de administradores de justicia fundada el 4 de
julio de 1964, en Bolonia, Italia, la única gran ciudad gobernada por la izquierda
de forma ininterrumpida desde el segundo dopoguerra.349
Como bien lo reconoce el propio FERRAJOLI, Md -en la cual confluyeron
las ideologías liberal, marxista, católica y laico radical- “ejerció una influencia
profunda sobre toda la institución judicial, contribuyendo de manera decisiva a
cambiar el carácter y el rol del sistema político” italiano.350
En principio, hay que decir que la cultura jurídica a la cual llegó a
oponerse fue aquella a la que Giuseppe BORRÉ, en coincidencia con nuestro
autor, describió como fuertemente dominada por el formalismo jurídico.351 Era
Piero BERNOCCHI, Enrico COMPAGNONI, et al., movimento settantasette. storia di una lotta,
Rosenberg & Sellier, Quaderni di fabbrica e stato 11, Torino, 1979, p. 29.
348
Luigi FERRAJOLI, “La questione universitaria”, en La questione universitaria... op. cit., p.
206.
349
Luigi FERRAJOLI fue juez de 1967 a 1975 y miembro de Magistratura democratica. Sin
duda, un “instrumento de documentación, investigación y crítica” que sirve ahora de valioso
testimonio para conocer sobre la vida interna de esta organización -sus discusiones y
preocupaciones, sus radicalismos e ideales- lo constituye “Quale giustizia” -términos esos que
usaba en su Editorial, n. 1, gennaio-febbraio, 1970, Bologna, pp. 1 y 2-, una de las dos revistas
que editó Md; la otra fue aquella homónima a la organización también en aquellos años.
350
Luigi FERRAJOLI, “Per una storia delle idee di Magistratura Democratica”, en Nello ROSSI,
Livio PEPINO, et al., Giudici e democrazia3 op. cit., 1994, p. 55. Este texto, que corresponde a
una ponencia de nuestro autor en el Congreso “Giudici i democrazia” de noviembre de 1992 en
Frascati, Italia, organizado por Md y dedicado a reflexionar sobre el papel desempeñado por
esta asociación en la vida institucional de Italia, constituye no sólo una excelente referencia
para conocer la historia de la misma desde el punto de vista de FERRAJOLI sino también una
oportunidad para apreciar la visión de nuestro autor sobre el contexto político, social y cultural
de los años de los que se ocupa. Sobre Md véase también: Perfecto ANDRÉS Ibáñez,
“Introducción a <<Magistratura Democratica>>, en Política y justicia en el estado capitalista,
Editorial Fontanella, Libro de confrontación. Filosofía 11, Barcelona, 1978, pp. 7-25, así como
Salvatore SENESE, “La institución judicial en Italia de la Segunda Posguerra hasta hoy”,
contenido en idem, particularmente pp. 71 y ss.
351
Giuseppe BORRÉ, “Le scelte de Magistratura Democratica”, en Nello ROSSI, Livio PEPINO,
et al., Giudici e democrazia... op. cit., p. 42. En efecto, para aquellos años el ordenamiento era
considerado autoreferencial, perfecto, capaz de autocomplementación (...). La ley ordinaria era
116
el paradigma civilista, dominante hasta los años sesenta, que proveía “los
postulados de la deontología del jurista y de su ideología de estamento: la
neutralidad y la apoliticidad del derecho; la completitud y la coherencia del
ordenamiento; el carácter técnico-avalorativo de la interpretación, ya fuera
doctrinaria o judicial. Y lo mismo vale decir del paradigma estadocéntrico del
derecho público y de aquél formalista del derecho penal”.352
Esta vieja cultura, no obstante, entró en crisis en los años sesenta
debido a factores tanto externos como internos. Los primeros tenían que ver apuntaba nuestro autor- por una reforma del centro-izquierda y, en su conjunto,
por el reforzamiento de la izquierda y de su renovación cultural, fuera de los
viejos esquemas marxistas-leninistas y gramscianos.353 Los segundos, es
decir, los factores internos, lo constituyeron ante todo la formación de una
nueva generación de juristas en casi todas las disciplinas.354
Pero si la magistratura italiana fue determinada o influenciada por los
estudios jurídicos de estos autores en los años sesenta -escribe aún
FERRAOLI- también particularmente lo fue por los estudios de filosofía jurídico
analítica del lenguaje de Norberto BOBBIO, Uberto SCARPELLI y Giovanni
TARELLO.355
advertida como único y definitivo término de referencia. Y la interpretación de la ley era
representada como operación meramente de reconocimiento, investigación del único
significado extraíble del texto normativo. Ibidem.
352
Luigi FERRAJOLI, “Scienze giuridiche”, en Corrado STAJANO (coord.), La cultura italiana...
op. cit., p. 574. “Si bien derrotada en la Constituyente, la vieja cultura jurídica tomó revancha en
los años sucesivos. Ésta no estaba de hecho preparada para semejantes innovaciones, que
desde el principio tardará en comprender, y a las cuales resistirá después con tenacidad. Aún
por muchos años -hecha excepción de Costantino Mortati, Vezio Crisafulli y Piero Calamandrei,
quienes reivindicaron el carácter inmediatamente vinculante de los principios de la Carta
(Fundamental) y se empeñaron en una batalla por su actuación en todos los sectores del
derecho- la iuspublicista dominante continuó por ello a ser fiel a la vieja doctrina del Estadopersona en cuanto figura abstracta e hipotizada, repropuesta por Romano y por Orlando en sus
manuales repetidamente editados en el dopoguerra”. Idem, p. 584.
353
En esta renovación inscribe la aportación de los “Quaderni Rossi” de Raniero PANZIERI, el
análisis sobre el neocapitalismo, la reflexión de Lelio BASSO, la herencia del “Manifesto”, la
crítica al stalinismo y de los socialismos reales, así como el interés por el joven MARX. Pero no
sólo gracias a la traducción del marxismo y de los marxistas sino también -continúa apuntandodel existencialismo, de la fenomenología, de la filosofía analítica, de la filosofía de la ciencia, de
la lógica, sin omitir la antropología, el psicoanálisis y la sociología. Luigi FERRAJOLI, “Per una
storia delle idee di Magistratura Democratica”, en Nello ROSSI, Livio PEPINO, et al., Giudici e
democrazia... op. cit., p. 58.
354
Stefano RODOTÀ, Francesco GALGANO y Pietro BARCELLONA en los estudios civilistas;
Sabino CASSESE en los administrativos; Franco BRICOLA, Franco CORDERO y Andrea
PROTOPISANI en los penalistas y procesales, y Gino GIUGNI, Giorgio GHEZZI y Tiziano
TREU en el derecho laboral. Ibidem.
355
Precisamente son los años en que son traducidos HART, ROSS y OLIVECREONA y
estudiado el realismo escandinavo y americano; en que se presta una atención nueva a la
117
Pero más allá de la cultura jurídica a la cual llegó a oponerse Md,
relevante es reiterar que en la “radicalización política de las posiciones” de ésta
fue decisivo el impulso libertario e igualitario “del movimiento de maduración
política desarrollado” en Italia “en los años ’68-´69”, esto porque la llevó a una
unión con el movimiento de clase: no fueron los magistrados democráticos
quienes deliberadamente decidieron “unirse con lo externo, sino que fue lo
externo que penetró en la magistratura, poniendo en crisis los viejos equilibrios
ideológicos, la solidaridad corporativa, la credibilidad de frente al pueblo”.356
Ahora bien ¿cuál fue el rol político de FERRAJOLI durante esta
experiencia? Me parece que una primera respuesta -y quizá aparentemente
sencilla- podría ser que el rol fue aquél que él mismo le asigna al juez, a saber,
no el de un órgano del estado-aparato sino el de, en su caso, un contrapoder
respecto de los otros poderes del Estado.357
He sostenido en el § 1.1, como una clave interpretativa de la cultura
antifascista que heredó nuestro autor, su permanente afirmación del derecho y
los derechos y en el § 1.2 como clave interpretativa de la Italia del segundo
dopoguerra la continuidad jurídica e institucional en el régimen posfascista, es
decir, el retraso en la actuación de la Constitución.
Mi idea es que el rol político de FERRAJOLI a su paso por Md puede ser
visto como la correspondiente toma de posición en la afirmación del derecho y
de los derechos que las circunstancias sociales y políticas exigían a la cultura
liberal igualitaria en aquellos años en Italia. De este modo, hacer explícito su
empeño civil y político en este periodo es, en las próximas líneas, evidenciar el
transfondo y los contenidos en que se dio esa afirmación del derecho y los
derechos.
Así, hay que anotar inicialmente que el mismo FERRAJOLI ha propuesto
como hipótesis de discusión sobre la formación cultural de Md (reconoce que
dimensión de la efectividad del derecho y viene sobre todo evidenciada y analizada la
dimensión pragmática del lenguaje jurídico, las motivaciones que inevitablemente intervienen
en la interpretación, los juicios de valor presentes en el trabajo del juez y del jurista y en que
nace la sociología del derecho, la cual dirige inmediatamente su atención a la magistratura, a
su ideología de clase y a los juicios de valor sostenidos y ocultos en la jurisprudencia. Idem, p.
59.
356
Luigi FERRAJOLI, en su intervención (réplica) en el congreso sobre el uso alternativo del
derecho, contenida en Pietro BARCELLONA (coordinador), L´uso alternativo del diritto. vol II
Ortodoxia giuridica e pratica politica, Editori Laterza, Biblioteca di cultura moderna 740, RomaBari, 1973, pp. 292 y 293.
357
Luigi FERRAJOLI, Giurisdizione e... op. cit., p. 293.
118
quizá refleja excesivamente su personal experiencia al interior de ese grupo),
que la cultura marxista y la cultura liberal encontraron múltiples puntos de
convergencia y que, en lo fundamental, estos se recrearon, por excelencia, en
la forma en la cual los magistrados progresistas observaban la Constitución.
Desde el punto de vista interno se destacaron los derechos en ella
garantizados. Desde el punto de vista externo, sobresalían los sujetos
débiles.358 Entre ambos, y como mediador, estaba el juez -quien ya apuntaba
nuestro autor- habría de jugar un rol de transformación del orden jurídico
existente.359
Todos los elementos de la vieja doctrina liberal del Estado de derecho y
de la división de los poderes fueron por así decir, en esta adopción del
primado del punto de vista externo, extremados y radicalizados. Así resultó
una fuerte dimensión axiológica de la jurisdicción, que permitió fundar una
nueva deontología profesional en el magistrado. En base a ella la figura
jurídica del juez fue repensada como órgano no más del Estado sino de la
sociedad, tutor y garante de los derechos de los ciudadanos contra los
poderes también de la mayoría, no sólo públicos sino también privados; y
unido a la soberanía popular a través de dos caminos: la garantía de los
derechos fundamentales, formalmente enunciados en la Constitución (...) y
la crítica popular de las actuaciones ilegítimamente realizadas, a través de
la crítica al interior y por parte de los mismos jueces democráticos, como
instrumento de control y de responsabilización de la jurisdicción.360
358
FERRAJOLI también sostiene que un elemento que hizo cambiar la cultura jurídica a la cual
se enfrentó Magistratura democratica fue su permanente apertura al exterior, la cual incluso le
dio una particular identidad al grupo. El autor italiano, como sus entonces compañeros,
reconocen el significado central que tuvo el hecho de que los jueces entraran en “contacto
directo con los ciudadanos de carne y hueso, llevándolos a hablar y a escucharlos en
asambleas públicas, en las casas del pueblo, en las fábricas y en las calles” Luigi FERRAJOLI,
“Per una storia delle idee di Magistratura Democratica”, en Nello ROSSI, Livio PEPINO, et al.,
Giudici e democrazia... op. cit., p. 68.
359
Respecto de esta convergencia de pensamiento marxista y pensamiento liberal al seno de
Md señalaba FERRAJOLI: en el plano práctico “el resultado de su encuentro fue una opción
política anti-formalista contenida, sobre el plano profesional, del constante anclaje iuspositivista
de la sujeción de la ley, de su vinculación a la Constitución”. En el plano teórico se produjo una
“extraordinaria y original convergencia que se expresa en tres aspectos de la cultura y
propuesta de Md, basados todos en una lectura de la Constitución llena de significados
nuevos...”. Idem, pp. 62-63. Estos tres elementos, resumidamente, son: a) El carácter
inevitablemente valorativo de la interpretación y la primacía de la Constitución -y de sus valores
de igualdad y de emancipación- en la jerarquía de las fuentes; b) La fuerte atención a la
efectividad del derecho y a las relaciones sociales por él sostenidas y, c) El descubrimiento del
llamado “punto de vista externo” al ordenamiento, es decir, del punto de vista de la sociedad y
en particular de sus sujetos más débiles. Idem, pp. 63-64. “No se comprendería la contestación
de los jueces que se desarrolló en aquellos años” -apuntaba FERRAJOLI en otra sede- “si no
se tuviese en cuenta aquél doble horizonte axiológico” que se alimentaba “de las culturas
igualitarias y libertarias expresadas por los movimientos de masa en el periodo del sesenta y
ocho”. Luigi FERRAJOLi, “Precarietà dei valori di riferimento ed emergenza”, en Crisi della
giurisdizione e crisi della politica. Studi in memoria di Marco Ramat, Salvatore MANNUZZU y
Fabrizio CLEMENTI (coordinadores), FrancoAngeli, Centro Studi e iniziative per la riforma dello
Stato, Milano, 1988, p. 172.
360
Luigi FERRAJOLI, “Per una storia delle idee di Magistratura Democratica”, en Nello ROSSI,
Livio PEPINO, et al., Giudici e democrazia... op. cit., pp. 66. En palabras más concisas: “No se
119
De este modo, si marxismo/igualitarismo y liberalismo fue el trasfondo
desde el cual nuestro autor afirmó el derecho y los derechos a su paso por
Magistratura democratica ¿cómo fue dándose esta doble presencia en nuestro
autor?
Creo
que
lejos
de
poner
a
discutir
este
encuentro
entre
marxismo/igualitarismo y liberalismo es preciso, tan sólo, evidenciar los
contenidos en los cuales estas corrientes tuvieron expresión en FERRAJOLI y
su círculo.
Los contenidos marxistas, por una gran parte, giraban en torno a la
concepción alternativista del derecho,361 movimiento explicable, evidentemente,
por aquél reforzamiento de la izquierda y de su renovación cultural, por la
formación de una nueva generación de juristas y de renovación de los estudios
jurídicos a mitad de la década de los años sesenta, como apuntáramos supra,
acudiendo a nuestro autor.
Ese cambio de ideología de la magistratura italiana se evidenció -como
sostuviera el propio FERRAJOLI- en por lo menos dos aspectos que atendió la
jurisprudencia alternativa: en i) el plano de la teoría de la interpretación y, ii) el
plano de la teoría de las fuentes. En efecto, a partir de ese entonces se echó
abajo el mito de la certeza y, por otra parte, se dio el reconocimiento del
comprendería la respuesta de los jueces que se desarrolló en aquellos años si no se tuviese en
cuenta aquél doble horizonte axiológico: el jurídico-interno de los derechos fundamentales
enunciados en la Constitución del ´48, y el político-externo de los sujetos débiles y de la
prospectiva de transformación que aquellos derechos reclamaban y legitimaban”. Ibidem. En la
entrevista con nuestro autor (01-04-09) sostuvo que, de hecho, “no se entendería la
especificidad de la izquierda italiana, incluso el PCI -no obstante la tradición
tercerinternacionalista, leninista, no obstante la ambigüidad, por ejemplo de TOGLIATTI- si no
se hubiese dado (...) la refundación de la democracia a través de la Constitución (en ese
periodo por parte de los magistrados democráticos, así como) la experiencia de lucha
antifascista”. En Italia -proseguió FERRAJOLI en la entrevista- “se realizó una feliz
convergencia en aquella época entre -digamos- un progreso interno de la cultura jurídica y
también profesional de los magistrados con una cultura política de izquierda que no era
simplemente marxista sino era también constitucional, liberaldemocrática, socialdemócrata, con la ambigüidad que siempre las ha caracterizado, sobre todo al PCI- pero estas
ambigüidades eran hechas de una pluralidad”: juristas como Lelio BASSO, Vittorio FOA,
Umberto TERRACINI -que militaba al interior del PCI-, pero también otros, “tenían una gran
sensibilidad -incluidos los inscritos en el PCI- una sensibilidad constitucional que nos influyó
mucho, en suma existía una sustancial sintonía”.
361
SOUZA sostiene que, si bien no es posible determinar con exactitud el momento en el cual
nace el movimiento del uso alternativo del derecho debido a que es el resultado de un denso y
entramado contexto conflictivo, “las líneas divisorias del movimiento se sitúan en torno a los
años 1968-1969 y que éste se adensa a lo largo de todo el primer quinquenio de los años
setenta”. María de Lourdes SOUZA, El uso alternativo del derecho. Génesis y evolución en
Italia, España y Brasil, Universidad Nacional de Colombia e Instituto Latinoamericano de
Servicios Legales Alternativos, colección Teoría y Justicia, Colombia, 2001, p. 48.
120
carácter inmediatamente normativo de la Constitución que venía a demoler el
dogma de la coherencia y de la completitud del ordenamiento.362
Si bien no es esta la sede para recrear el condicionamiento teórico que
dio lugar a las tesis alternativistas del derecho,363 ni insistir en su origen,
sentido y alcance,364 o la revaloración teórica que implicó para algunos,365
como tampoco en su decline,366 sí es necesario quedarnos con aquella “fuerte
dimensión axiológica de la jurisdicción” que proveyó precisamente la cultura
marxista al seno de Md y diera contenidos al programa alternativista.
362
Luigi FERRAJOLI, “Per una storia delle idee di Magistratura Democratica”, en Nello ROSSI,
Livio PEPINO, et al., Giudici e democrazia... op. cit., pp. 59-60. Sin dejar de mencionar que ya
desde “la introducción en 1956 de la Corte constitucional y la atribución de todos los jueces de
poder denunciar la inconstitucionalidad de las leyes (se) había generado una transformación
también institucional del rol del juez y su relación con la ley. El principio esencial de la
jurisdicción -la sujeción del juez a la ley- resultaba alterado y complicado.” Ibidem.
363
LÓPEZ Calera, en la introducción al libro que recoge los trabajos presentados en el
seminario organizado en 1977 en la Universidad de Granada sobre “Uso alternativo de
derecho”, apunta que los partidarios del mismo, conscientes del contexto de agotamiento del
modelo de ciencia positiva en cuanto “forma de servir al mantenimiento del status quo” y
conscientes de la crisis de “los modelos de ciencia jurídica y del mismo derecho” no pudieron,
por una parte, ser ajenos a los trabajos de MARX y ENGELS, “quienes pusieron de relieve,
aunque fuera de modo muy general, que la ciencia jurídica burguesa no era tan científica como
se pretendía”, como tampoco, por otra parte, eludir las conclusiones kelsenianas de que “una
metodología estrictamente científica no era posible de aplicar al problema de la justicia y la
aplicación del derecho”. Por lo cual, les fue preciso denunciar la pretensión de cientificidad en
la interpretación y aplicación del derecho de la cultura jurídica burguesa y sostener un uso
alternativo del derecho “que fren(ara) esa pretendida objetividad científica”. Nicolás María
LÓPEZ Calera, et al, Sobre el uso alternativo del Derecho, Fernando Torres Editor, colección
Interdisciplinar (2), Valencia, 1978, pp. 13 y ss.
364
Al respecto, véase Perfecto Andrés IBÁÑEZ, en idem, pp. 67-72, quien en ese mismo
seminario de Granada apuntaba en su trabajo intitulado “Uso alternativo del derecho y práctica
judicial” que, en definitiva, la sede de la más influyente difusora de los planteamientos y
actitudes alternativas fue Magistratura democratica; que, en efecto, fue el artículo 3° de la
Constitución italiana la que sirvió como base para la actuación de los partidarios del uso
alternativo del derecho: el compromiso del juez con la sociedad se da “utilizando algunas
fundamentales libertades republicanas en defensa de los valores de libertad e igualdad
proclamados por la Constitución” y, en relación al alcance, que el uso alternativo del derecho
tiene directas implicaciones con la práctica judicial al poner de relieve: a) el auténtico sentido de
la inserción de la magistratura en el marco político-institucional y, b) la propia significación de la
función judicial en su práctica concreta.
365
Al decir del mismo LÓPEZ Calera esta sería: a) redescubre el carácter dialéctico de la
realidad social y la consecuente interdependencia dialéctica de las distintas realidades sociales
particulares;
b) replantea el mismo concepto del derecho hasta entonces vigente en el occidente europeo; c)
exige atención a las relaciones existentes entre estructura económica y superestructura jurídica
y; d) replantea algunas consecuencias implícitas en dos notas características del derecho: su
generalidad y su ambigüedad. Idem, pp. 20-28.
366
El declive del movimiento alternativista está dado, sobre todo, por el declive del marxismo
mismo y el fracaso de la experiencia de los regímenes que en su nombre gobernaron. Sobre la
crisis del marxismo véase Göran THERBORN, Il dibattito sulla crisi del marxismo come
fenomeno storico, “Problemi del socialismo”, n. 21, maggio-agosto, 1981, pp. 51-56; Iring
FETSCHER, Tesi sulla crisi del marxismo, “Problemi del socialismo”, n. 21, maggio-agosto,
1981, pp. 43-50 y, en general, tanto el referido n. 21 como el n. 23, gennaio-aprile, 1982 de tal
revista dedicado al tema La crisi del marxismo come problema del marxismo.
121
En principio, porque como lo apuntara el propio FERRAJOLI, en la base
de dicho programa estaba la conciencia que la justicia burguesa es una “justicia
de clase” por la sustancial desigualdad del lugar social en la cual opera y
consiente. Se trataba de una igualdad formal, abstracta -no aceptable para los
magistrados democráticos-, que suponía un principio y fundamento de la
democracia política burguesa.367
De ahí -añadía FERRAJOLI- que la jurisprudencia alternativa se hubiese
desarrollado caracterizándose bajo dos diversos aspectos: a) de contenidos: “la
jurisprudencia alternativa se interesa en la promoción de propuestas jurídicas
en las cuales se afirma la preeminencia de los intereses funcionales a la
emancipación de las clases oprimidas, a las cuales la Constitución ofrece
específica tutela de sus intereses” y, b) de método: “la jurisprudencia alternativa
postula el tendencial rechazo de los procedimientos abstractos que
caracterizan el modelo tradicional de aplicación de la ley representado en la
<<subsunción>>”.
368
Pero a su vez ¿cómo se concretizaban esos contenidos y método en la
propuesta alternativista? Individualizando -se respondía FERRAJOLI- los
intereses de la clase obrera, de las clases subalternas, lo que a su vez requería
una participación, una inserción en estas batallas políticas: “es sólo viviéndolas
personalmente que pueden ser interpretados los intereses, los valores
alternativos. De aquí la necesidad de tener el ojo puesto en las dinámicas
sociales viviéndolas en primera persona”.369
Como se hace evidente, el papel del juez era entonces clave para la
promoción de ciertos derechos y el rechazo a la aplicación de cierto derecho,
es decir, en la superación de la justicia de clase. El rol decisivo del juez
consistía en principio, o sea, sin necesidad de ulterior justificación, en un papel
político en cuanto que la función jurisdiccional por sí misma es política.
367
Luigi FERRAJOLI, Orientamenti della magistratura3 op. cit., p. 563. En el mismo sentido
veáse Luigi FERRAJOLI, “Magistratura democratica e l´esercizio alternativo della funzione
giudiziaria”, en Pietro BARCELLONA (coordinador), L´uso alternativo del diritto. I. Scienza
giuridica e analisi marxista, Biblioteca di cultura moderna 470, Editori Laterza, Roma-Bari, 1973,
pp. 105-122.
368
Luigi FERRAJOLI, Orientamenti della magistratura... op. cit., pp. 563-4. “En tal modo, el
procedimiento de subsunción de la realidad al derecho produce la mistificante deformación de
la primera sobre la base de los esquemas formales que ofrece el segundo”. Ibidem.
369
Luigi FERRAJOLI, en su intervención en el Congreso Giustizia e potere, celebrado el 29 y
30 de septiembre y el 1, 2 y 3 de octubre de 1971, publicada en “Democrazia e diritto”, n. 4,
ottobre-dicembre 1971, p. 461.
122
(No) nos ilusionamos de que el desencuentro en acto en la
magistratura -apuntaba FERRAJOLI en 1972- sea un desencuentro
doctrinario entre opuestas orientaciones técnico-jurídicas que pueda ser
superado con la simple persuasión de nuestros adversarios sobre la mayor
legitimidad o racionalidad de nuestras opciones judiciales. El desencuentro
es político y de poder, y no se resuelve con la lógica jurídica.370
FERRAJOLI -precisamente en Orientamenti della magistratura in ordine
alla funzione politica del giudice interprete. Magistratura Democratica e
l´esercizio alternativo della funzione giudiziaria que venimos revisandoapuntaba de forma clara y concisa que el verdadero contraste entonces no
radicaba entre quienes mantenían que la función jurisdiccional debía ser
política y quienes mantenían que debía ser apolítica, sino entre quienes
sostenían que dicha función es, porque no puede no ser, política y quienes
sostienían que debe ser apolítica.371 En este sentido -seguía anotando nuestro
autor- la supuesta apoliticidad de la actividad jurisdiccional se basa en un mito
ilustrado superado: la concepción del juez como “buoche de la loi” y de la
jurisdicción como “técnica de la fiel aplicación de la ley”.372
Este mito del que hacía referencia FERRAJOLI, en su concepto, era de
suyo una posición política: a) ser o declararse un juez apolítico no significa
estar afuera o sobre la política, sino adherirse pasivamente a los valores
políticos e ideológicos dominantes y, b) frente a la intensificación de las
tensiones sociales y a la creciente inestabilidad del orden constituido (de esos
años setenta), las fuerzas conservadoras -apuntaba FERRAJOLI- apelan
370
Luigi FERRAJOLI, en su intervención (réplica) en el congreso sobre el uso alternativo del
derecho, contenida en Pietro BARCELLONA (coordinador), L´uso alternativo del diritto. vol II\
op. cit., p. 290.
371
Luigi FERRAJOLI, Orientamenti della magistratura... op. cit., pp. 558 y ss. Vale decir que se
trata de un escrito que retoma y desarrolla las tesis propuestas de Vincenzo ACCATTATIS, el
propio FERRAJOLI y Salvatore SENESE en el Congreso de “Magistratura Democratica” que se
llevó a cabo en diciembre de 1971.
372
Idem, p. 559. Y continuaba FERRAJOLI en este escrito de 1972: “Los presupuestos teóricos
que están en la base de esta concepción son los dogmas iuspositivastas del rigor, la
completitud y la coherencia del orden jurídico positivo”. Ibidem. Ante la frecuente objeción de
cómo justificar sobre el plano jurídico tal opción política FERRAJOLI respondía que era una
pregunta que, le parecía, revelaba “un vicio mental del jurista”: “Es la frecuente inversión
idealista entre realidad y juridicidad, en razón de la cual no es la política a ser entendida como
criterio de comprensión y de valoración metajurídica sino es el derecho a ser considerado como
criterio de comprensión y de valoración metapolítica: la concepción panjurídica, en suma, que
eleva el derecho a punto de referencia exclusivo, apriorístico y ahistórico de cualquier
valoración de lo real y hace de la política, por contraposición, el lugar y el momento de lo
contingente, de lo arbitrario, de la pura irracionalidad emocional”. Luigi FERRAJOLI, en su
intervención (réplica) en el congreso sobre el uso alternativo del derecho, contenida en Pietro
BARCELLONA (coordinador), L´uso alternativo del diritto. vol II\ op. cit., p. 291.
123
siempre más abiertamente a la magistratura como el más sólido baluarte del
orden y de la legalidad incitándole las vocaciones panjudiciales y represivas.373
Ahora bien, en esta estación muy particular que se hace en el itinerario
es necesario también destacar los pronunciamientos que hacía nuestro autor
no sólo a sus colegas alineados con la Democracia cristiana sino también con
motivo de aquellas acciones u omisiones de integrantes de Md cercanos al PCI
o de miembros, sin más, de éste en contraste con las posiciones de ésta.
Evidentemente, éstos estaban condicionados por las circunstancias políticas
entonces imperantes.
Una polémica contra un exponente del PCI fue la sostenida con el
senador Ugo SPAGNOLI, quien había declarado que el llamado a una
manifestación de Magistratura democratica para el 30 de julio de 1977 en
Roma en contra de las medidas de orden público estaba basado sobre
<<suposiciones>>,
basarse
<<sobre
sobre
<<informaciones
no acordes con la verdad>>, de no
datos objetivos>>, de responder a
<<tentaciones
agitatorias>>,
374
de <<repetir afirmaciones dogmáticas>>.
El autor italiano era muy concreto: “Sí, es verdad: estamos obligados a
basarnos sobre información que llega de los periódicos, sobre declaraciones
reticentes, sobre los borradores de acuerdos que afortunadamente logramos
obtener, sobre las fugas de noticias. Es verdad, Md, todos nosotros, estamos
obligados a hacer suposiciones”.375
De ahí entonces que el PCI haría
373
De ahí que señalara que, aquello que los jueces supuestamente apolíticos “no pod(ían)
perdonar a los jueces de Magistratura democratica no (era) tanto sus sentencias <<valerosas>>
o <<progresistas>> como tampoco la contra política sobre la cual se inspira(ba) su propuesta
judicial, sino sobre todo el hecho de que así se romp(ía) l´omertà (complicidad) di casta
haciendo política abiertamente, y destapando aquel velo de la apoliticidad que permitió hasta
(ese entonces) a la magistratura hacer subrepticia y pacíficamente política”. Luigi FERRAJOLI,
Orientamenti della magistratura... op. cit., p. 561. Como apuntaba GINSBORG, la magistratura
a que se opuso Md “proclamaba vigorosamente la propia naturaleza <<apolítica>>, pero sus
juicios reflejaban un continuo anticominismo y la falta de comprensión para la clase trabajadora
organizada”. Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., p. 199. Un buen ejemplo de esto último
lo ofrecían Fernando CIAMPI, Giorgio FERRARI, et al., Potere giurisdizionale e potere
economico, “Quale giustizia”, n. 2, marzo-aprile, 1970, pp. 90 y ss., quienes, en el marco de
una investigación sobre el tema de las relaciones entre el poder jurisdiccional y el poder
económico, señalaban que los patrones no eran castigados penalmente (no obstante el artículo
437 del código penal), por omisiones de cuidado ante accidentes laborales, con lo cual optaban
por mantener las condiciones irregulares que provocaban los respectivos accidentes: les era
más rentable cubrir los daños por alguno que tomar todas las medidas de seguridad y ajustarse
a las reglas precisamente sobre protección de los trabajadores.
374
Luigi FERRAJOLI, La polemica del Pci contro MD: falsa coscienza di chi nasconde al paese
cosa sta tratando sulla sua pelle, “Quotidiano dei lavoratori”, giovedì 30 giugno 1977, p. 2.
375
Ibidem.
124
bien -proseguía FERRAJOLI- en informar y publicar los textos de los acuerdos
logrados con la DC sobre las medidas de orden público, especialmente tres
gravísimas, según la misma Md: el fermo di polizia, el interrogatorio del
arrestado o del detenido por parte de la policía sin la asistencia del defensor y
las interceptaciones telefónicas y los controles audiovisuales. “Si estas son
<<suposiciones>>
o informaciones infundadas, que lo demuestre el Pci de
manera documentada, informando exactamente a la
opinión pública,
publicando los textos normativos acordados”, mientras no lo hiciera, continuaría
siendo deber, antes que derecho, continuar a informar de aquello que se
lograra conocer de las negociaciones oscuras, concluía FERRAJOLI.
Otro pronunciamiento se daba en el marco de III Congreso nacional de
Md en 1977 en Rimini, cuando la minoría de procomunistas pretendía cambiar
la línea estratégica de esa asociación de magistrados y, en suma, acercarla o
hacerla una extensión del partido.
La postura de FERRAJOLI era contundente: “Es claro que una posición
de este género equivaldría a subordinar la función judicial a aquellas que son
las instancias políticas dominantes, y a ubicarla en el tradicional rol de apoyo
de la represión social”.376 Pues bien, en ese entonces el intento de los
magistrados del área de influencia del PCI fue infructuoso pues esa minoría
perdió la votación y se reafirmó la “no organicidad de Md” al cuadro político
mayoritario entonces existente.377
Y aunque a veces era cordial la referencia a algunos juristas del área
comunista, muchas veces el discurso se hacía más duro. Sobre todo cuando
estos se alineaban con la DC en materia de orden público en esos años
setenta. En estos casos FERRAJOLI sostenía que la falta de oposición de la
376
Luigi FERRAJOLI, A fianco delle lotte sociali: Magistratura Democratica ha scelto,
“Quotidiano dei lavoratori”, mercoledì 4 maggio 1977, p. 7.
377
Véase sobre el particular Maurizio MATTEUZZI, Una maggioranza di 209 voti contro 134 alla
mozione che vuole un rapporto con i nuovi movimenti di lotta, “il Manifesto”, martedì 26 aprile
1977, p. 3. En la nota se decía que los procomunistas señalaban a los magistrados de centroizquierda de ser frustrados, elitarios y autonomistas. FERRAJOLI apuntaba al final de A fianco
delle lotte sociali que en el Congreso de Rimini no hubo ganadores ni vencidos. Véase
asimismo La mozione approvata, suscrita por Elena PACIOTTI y Salvatore SENESE, “il
Manifesto”, mercoledì 27 aprile 1977, p. 3, donde se observa con claridad que el diagnóstico
que hacían de la crisis político-institucional italiana estaba muy acorde con las ideas contenidas
en Democrazia autoritaria e capitalismo maturo op. cit. y que se reiteraba que el papel de Md
era a nivel jurisdiccional y cultural así como político. Para un reportaje de lo sucedido en el
Congreso nacional de Md de Florencia de 1974, donde se dio otro intento de los procomunistas
por cambiar la línea estratégica de la asociación, véase la nota no suscrita en “Unità proletaria”,
Vittoria della sinistra al Congresso di Magistratura Democratica, lunedì 2 aprile 1974, p. 5.
125
izquierda reformista, “la ausencia de alguna batalla política e ideal entorno a los
temas de la criminalidad, del orden público, de la libertad”, no eran sólo una
concesión en el terreno político sino, más grave, en el terreno “ideológico y
cultural al frente burgués”.378
Duro fue el discurso también contra ciertos juristas italianos en ese 1977
a propósito de lo sostenido y solicitado por Antonio BALDASSARRE, a saber,
que la Corte di Cassazione y la Corte Costituzionale
<<reflexionar(an)
seriamente sobre la regularidad y sobre la admisibilidad de la casi totalidad de
(unos) referéndums solicitados>> por el Partido Radical:
(Los juristas de izquierda) no pretenden evidentemente desmentir su
antigua vocación de consejeros del Príncipe y de servidores del Estado. Hoy
que el príncipe es el Pci, y es un príncipe siempre más adentro al área de
gobierno, se manifiesta más aún para ellos la ocasión feliz de realizar la
antigua vocación de manera aún más descubierta y desenfrenada
nutriéndola de una nueva, y hasta hoy inédita, legitimidad moral y política: el
rol que a ellos se les ofrece de intelectuales <<orgánicos>>.379
Concluido este paréntesis, se debe decir ahora que la cultura liberal se
reflejó en FERRAJOLI, a su paso por Md, y como es lógico, en su permanente
crítica y pretensión de limitación del poder, ya fuera al interno del poder judicial
o externo a este.
Un primer buen ejemplo de ello lo provee el tema de las entonces aún
vigentes leyes penales (y no sólo penales) heredadas del régimen fascista. Y
es que, como se ha sostenido en el § 1.2, no hubo ninguna real transformación
de las fundamentales estructuras normativas del Estado: “Nuestras leyes más
importantes -decía en 1973 nuestro autor- el código penal, el código civil, los
378
Luigi FERRAJOLI, Magistratura Democratica e ordine pubblico, “Quotidiano dei lavoratori”,
mercoledì 29 giugno 1977, pp. 1 y 8.
379
Luigi FERRAJOLI, A vuoto il tentativo di affossare i referendum. La Corte di Cassazione
dichiara <<ammissibili>> le richieste dei referendum abrogativi, “Quotidiano dei lavoratori”,
mercoledì 7 dicembre 1977, p. 7. Evidentemente, nuestro autor ofrecía argumentos en contra
de las tesis de BALDASSARRE quien no ofrecía “ningún argumento jurídico”, a menos que se
quisiera considerar tal “la larga perorata ideológica” sobre la “excepcionalidad y
extraordinariedad del referéndum sobre el <<peligro>> que este podría presentar para la unidad
y la existencia del ordenamiento constitucional o bien que aquel incidía en una “función que no
le compete de <<formación, si bien en sentido negativo, de dirección política>>”, ante lo cual
FERRAJOLI decía que “su tesis sobre los límites constitucionales del referéndum” debía
extenderse a “la entera función legislativa ejercitada por el parlamento”. Idem, p. 1. Cuando el
PCI entró a la discusión de los temas objeto del referéndum -normas fascistas del código
ROCCO sobre delitos de opinión, los códigos militares, los tribunales militares, las leyes sobre
los manicomios, el financiamiento público a los partidos políticos, los mecanismos lentos de la
Comisión Investigadora, el concordato fascista y la ley Real- el autor italiano destacó la
novedad y preguntaba a los comunistas cuál sería el sentido de la invitación al voto de su
partido. Véase Luigi FERRAJOLI, Ma la costituzione è un´elastico? Il Pci e i suoi attachi
all´istituto dei referendum, “Quotidiano dei lavoratori”, lunedì 12 dicembre 1977, p. 2.
126
códigos de procedimientos, el ordenamiento judicial, el ordenamiento
carcelario, las leyes de seguridad pública, son todas leyes que llevan (aún) la
firma de Mussolini”.380
Es así como nuestro autor participó en la promoción del referéndum
abrogativo de los delitos de opinión. En 1970 formuló su respaldo a la
propuesta para tal referéndum lanzada por Md,381 adhesión que se contiene
como un editorial intitulado Referendum sui reati politici di opinione en “Quale
giustizia” el mismo año en que aparecía esta revista.382
De acuerdo al informe de proyecto para dicho referéndum,383 aprobado
en el referido Congreso de Nápoles en el cual fue relator FERRAJOLI y en lo
que constituiría una especie de exposición de motivos, se apreciaba una tenaz
crítica a los poderes legislativo y ejecutivo.
380
Luigi FERRAJOLI, “L´involuzione autoritaria della Magistratura italiana” en Luigi
FERRAJOLI, Fortunato AVANZATI, et al., Antifascismo como lotta di classe, La nuova sinistra
Edizioni Savelli, Quaderni di Unità Proletaria 2, Roma, 1974, p. 111-112, que corresponde a su
intervención en el Congreso Per un nuovo antifascismo militante – L´involuzione neoautoritaria
oggi in Italia, llevado a cabo en Florencia los días 9 y 10 de junio de 1973, organizado por el
quincenal del Pdup Unità Proletaria. En el caso particular de las normas penales, estas “no
fueron de hecho olvidadas, sino sólo apartadas; y representan -proseguía FERRAJOLI en su
ponencia- como advertía Piero Calamandrei al final de los años ´50, minas destinadas en el
ordenamiento a explotar cada vez que el desencuentro político en el país toma límites de no
tolerabilidad. Descrubimos así amargamente que Mussolini continúa gobernándonos con sus
leyes a distancia de treinta años de su caída”.
381
Propuesta que se generó en el Congreso de la Asociación Nacional de Magistrados,
celebrado el 24 y 25 de octubre de 1970 en Nápoles, Italia, y que tuvo su punto de concreción
al año siguiente cuando, junto con magistrados, diversos representantes de varios partidos y de
la asociación de juristas democráticos se dieron cita en la Corte di cassazione en Roma para
hacer entrega de la petición formal. Véase la nota no suscrita I magistrati democratici chiedono
un referendum sui reati di opinioni e le leggi fasciste. Conferenza stampa a Roma, “il
Manifesto”, venerdì 30 aprile 1971, p. 3.
382
En esta adhesión -donde nuestro autor llamaba la atención sobre la necesidad de una
política militante- particularmente se ocupaba de respaldar la realización de tal referéndum con
motivo de la vigencia en el ordenamiento penal de los delitos políticos de opinión (residuos del
régimen fascista). En su concepto, un referéndum de ese tipo (que -decía- tendría un
significado no técnico-jurídico sino político porque saldría de las discusiones académicas, de
los congresos y de las comisiones parlamentarias, en la cual estaba desde 20 años atrás, para
convertirse en una batalla popular que exigía la responsabilidad de todas las fuerzas políticas),
tenía que ser también impulsado por los magistrados democráticos quienes -continuaba
apuntando- se habían alejado ya de la función tradicional: aquella consistente en mantener la
separación que, por tradición secular, fue creada entre derecho y política, entre instituciones
jurídicas y sociedad civil. Luigi FERRAJOLI, Referendum sui reati3 op. cit., pp. 5-6. Un informe
del ante-proyecto de referéndum también se contiene en Luigi FERRAJOLI, Un referendum
abrogativo dei <<reati di opinione>>, “Democrazia e diritto”, n. 3, luglio-settembre 1970, pp. 319324. Cabe señalar, no obstante, que tal referéndum fue infructuoso: hubo “resistencia y
hostilidad” del PSI; el PCI de plano se alejó, entre otros factores. Para una síntesis de este
ejercicio democrático -y de los resultados y contexto histórico de los referéndums en Italia
desde aquel del 2 de julio de 1946- véase Augusto BARBERA y Andrea MORRONE, La
Repubblica dei referendum, Il Mulino, contemporanea/centroquarentadue, Bologna, 2003, pp.
32 y 33.
383
Véase “Quale giustizia”, nn. 5-6, settembre-dicembre, 1970, Bologna, pp. 212 y ss.
127
Los jueces denunciaban el proceder simulador del gobierno: se disponía
a aprobar una pseudoreforma que no contenía una reforma sustancial pues
reproducía fielmente el sistema de valores propio del pasado régimen, que
mantenía inmutable la estructura represiva del actual código.
De este modo, es preciso destacar que FERRAJOLI señalaba ya en
1972384 la imposibilidad deóntica de tomar como válida un norma infra
constitucional cuando está en clara contravención a los principios de ésta. La
remanente legislación fascista que perduró fue, en suma, una experiencia
jurídico-política relevante en nuestro autor en virtud de que, nos decía en dicho
año, no se podía ser fiel al mismo tiempo, a los códices de Mussolini y a la
Constitución, a los principios de intimidación clasista que informaban el viejo
orden fascista y los programas emancipatorios enunciados e impuestos en la
Constitución republicana.
Para FERRAJOLI es claro que la vigencia de normas en el Código penal
provenientes del fascismo, permitían a la clase dominante, a la clase política
gobernante tras la liberación, conservar y defender su hegemonía social,
afirmar cierto derecho y no otro, ciertos derechos y no otros.385
Por otra parte, la permanente crítica de FERRAJOLI al poder y su
intención de limitarlo la podemos observar cuando, en 1973, participaba con un
ensayo en la sección Ricerca, también en “Quale giustizia”, intitulado L´assetto
instituzionale e il ruolo della magistratura nel sistema politico italiano.386
El punto abordado aquí era contundente: la concentración del poder en
la magistratura, en la cual denunciaba la vigencia del ordenamiento judicial
fascista emanado en 1941. La independencia del magistrado resultaba
fuertemente comprometida por la más o menos consciente tendencia a prevenir
los eventuales juicios negativos de los magistrados superiores toda vez que
384
Luig FERRAJOLI, Orientamenti della magistratura... op. cit., p. 560.
Las normas sobre las que se pedía el referéndum abrogativo eran 33 artículos o partes de
artículos del Código Penal así como la Ley 2.2.1939, n. 374 – Consegna obligatoria di
esemplari degli stampati o delle publicazioni y la Ley 20.6.1952, n. 645 – Norme di attuazione
della XII disposizione transitoria e finale (comma primo) della Constituzione. 4. Apologia del
fascismo. 5. Manifestazione fasciste. 8. Manifestazione cautelari en materia di stampa. La
extensa lista demuestra en suma cómo, en efecto, había toda una estructura institucional
dejada por el fascismo que servía a la clase gobernante del dopoguerra para mantener y
ejercitar el poder.
386
Luigi FERRAJOLI, L´assetto instituzionale3 op. cit., pp. 502-515, el cual corresponde a su
ponencia en el Congreso “Justicia y Política” promovido por la Université des Sciences
Juridiques, Politiques et Sociales de Strasbourg, Institut d´Etudes Politiques, los días 6-8 de
abril de 1973 sobre el tema “Magistratura y sistema político nacional”.
385
128
había una estrecha oligarquía constituida de magistrados de casación que comprendiendo menos del 16% de los integrantes del orden judicialintervenían con un peso enormemente desproporcionado en todos los órganos
relativos a las promociones.387
Pero si el filtro de la promoción y de la asignación de trabajo
fallaba -añadía FERRAJOLI- había un ulterior mecanismo de emergencia: la
substracción del proceso al magistrado, o la substracción del magistrado a la
función que estaba atendiendo. Asimismo -continuaba explicitando-, estos
instrumentos para la concentración del poder judicial eran coronados por el
poder disciplinario del ministro de gracia y justicia y del procurador general de
la casación frente a todos los magistrados de la República, en virtud de que la
respectiva ley no indicaba hipótesis definidas y taxativas de ilícitos
disciplinarios pero sí preveía sanciones.388
387
“Precisamente, los magistrados de casación” -proseguía FERRAJOLI- “tienen el monopolio
de todos los encargos directivos más importantes: presidente, procurador general y presidente
de sección de la Corte de casación, presidentes y procuradores generales de la Corte de
apelación, presidentes de tribunales y procuradores de la república en las sedes más
importantes (Turín, Milán, Génova, Trieste, Venecia, Bolonia, Florencia, Roma, Nápoles, Bari,
Palermo, Catania)”. El autor italiano apuntaba otros ejemplos, pero el punto que destacaba es
que, “cuando se trata(ba) de procesos de relevancia política”, los jefes, en cuanto pueden
incluso repartir el trabajo, lo asignaban a determinados magistrados que garantizaban
resolverlos “de conformidad con las inclinaciones políticas del jefe”. Idem, p. 504.
388
Las sanciones iban de la amonestación a la destitución, para cualquier magistrado que
faltara a sus deberes o tuviera en sus encargos o fuera de ellos una no mejor precisada
conducta que lo haciera no merecedor de la confianza y de las consideraciones de las que
debía gozar, o que comprometiera el prestigio del orden judicial. Cabe señalar que la actividad
de los magistrados democráticos fue objeto de represión. Luigi FERRAJOLI no fue la
excepción. “Quale giustizia” nos da cuenta de dos procedimientos iniciados a nuestro autor. El
primero se trató del presentado en 1972, cuando fue acusado “de haber dañado el prestigio del
orden por haberse <<públicamente adherido a una declaración del partido radical italiano el 12
ó 13 de septiembre de 1972, intitulada Dichiarazione di disobbedienza e di non collaborazione
civile per el riconoscimento del diritto all´obiezione di conscienza e per la liberazione di Pietro
Valpreda>>”. El segundo data de 1974, cuando fue requerido -para pronunciarse sobre hechos
que constituirían acciones disciplinarias- en el siguiente tenor: “Ha faltado a sus deberes y
tenido un comportamiento tal que compromete el prestigio del Orden Judicial por haber, el 22
de abril de 1974, en la Sala de la Cámara del Trabajo -a iniciativa de la Sección local del
Partido de Unidad Proletaria- afirmado textualmente: <<El sistema actual está hecho para
castigar a la gente pobre porque tenemos una justicia que les afecta a ellos y no a los
potentados, una policía al servicio de éstos porque es ella la que ejercita la mayoría de las
acciones penales y así se ha visto en los caso de Valpreda y Feltrinelli>>, asimismo, <<en el
ámbito de la magistratura tenemos marginación, terrorismo y procedimientos disciplinarios
contra aquellos jueces que tienen casos que arden>>”. Véase el editorial intitulado Repressione
in magistratura de “Quale giustizia”, n. 20, marzo-aprile, 1973, p. 224 y ss., así como “Quale
giustizia”, nn. 38-39, marzo-giugno, 1977, pp. 329 y ss., respectivamente para tales casos. La
defensa de FERRAJOLI, en ambos, fue un cuanto particular. En relación a la supuesta
adhesión a la Declaración de 1972, sostuvo, en términos generales, que al inicio de septiembre
de 1972 fue requerido por teléfono desde Roma para adherirse a la misma y que, por esa
misma vía, le fue expuesto el contenido genérico del texto, mismo que solicitó que se le enviara
por correo y que la versión final de la Declaración llegó tarde, una vez que ya había sido
129
En este mismo ensayo-ponencia, FERRAJOLI argumentaba que esta
concentración del poder en el poder judicial se daba también por
condicionamientos externos a, e internos o ideológicos de, la magistratura. En
el primer caso, se trataba de una independencia formal al Ejecutivo (si bien el
establecimiento del principio de la independencia en la Constitución de 1948 y
la instauración en 1958 del Consejo superior de la magistratura fueron un
mérito, no eran suficientes, apuntaba) y a la soberanía popular, lo que
producía, en realidad, -añadía- un cuerpo separado del Estado, independiente,
incensurable e irresponsable. A lo que habría que agregar el control del
Gobierno sobre la policía y los carabinieri (no obstante que el artículo 109
constitucional establecía que “la autoridad judicial dispone directamente de la
policía judicial”) y el hecho de que no se cumplía lo dispuesto en el artículo 112
constitucional, a saber, que “el ministerio público tiene la obligación de ejercitar
la acción penal”, pues en los hechos son los cuerpos de policía quienes tienen
el poder de la acción e iniciativa penal.389
En el segundo caso, es decir, en lo que hace a los condicionamientos
ideológicos que sustentaban una concentración del poder en el poder judicial,
se debían -apuntaba nuestro autor- a la cultura de supuesta imparcialidad,
objetividad y apoliticidad introducida en la magistratura. Cultura dolosamente
introducida y promovida a fin de consolidar la fractura entre aparato judicial y
sociedad civil y la natural atracción del primero en la órbita del poder. En
relación a la naturaleza de este quebrantamiento o divergencia ideológica, vale
la pena reproducir lo que sostenía el autor en estudio:
Mientras la política es vista en los hechos como el lugar de la facción, de la
pasión, del subjetivismo, del encuentro entre intereses particulares y contingentes
de clase, el derecho y su aplicación son en cambio concebidos como el momento
publicada. Así, desconocía las palabras utilizadas en la Declaración pero que, en todo caso, su
adhesión al caso VALPREDA fue provocada por su reprobación, de ciudadano y de
magistrado, de las violaciones procesales que lo caracterizaban, de las cuales daba ejemplos.
En el segundo caso, también en términos generales, el autor italiano se defendía sosteniendo
que reconocía haber estado el 22 de abril de 1974 en un evento en la Cámara del Trabajo de
Montepulciano, que tenía por fin discutir lo referente al referéndum abrogativo de la ley del
divorcio pero que negaba haber pronunciado tales palabras, ya que no era el tema del evento y
porque no se reconocía utilizando ese lenguaje “vago e impropio”. Idem, pp. 330.
389
“Significa, en consecuencia, que el verdadero administrador de la política judicial penal del
país es el Gobierno, o si se quiere el ministro del interior o los comandantes generales de la
fuerza de policía. Son estos órganos los que deciden cómo o cuándo y dónde iniciar o
desistirse de investigaciones o indagaciones, efectuar redadas o grandes operaciones de
“beneficio social”, intervenir en los conflictos sociales y en las dinámicas de la lucha política”.
Luigi FERRAJOLI, L´assetto instituzionale... op. cit., p. 508.
130
de la pura racionalidad, de la neutralidad objetiva y super partes, lugar
geométrico del bien común y de la tutela imparcial de los intereses de todos. El
soporte cultural de esta concepción del derecho es la configuración idealista del
moderno Estado burgués como “sustancia ética”, síntesis orgánica y totalizante
de los conflictos políticos y de clases que dividen el cuerpo social y, es por esto
que aquel es introducido y propuesto como el portador “apolítico” de los intereses
“públicos” y “generales”. De aquí se sigue que mientras las clases económicas
dominantes y las fuerzas políticas que detentan el control del Estado forman
parte para el jurista de aquél reflejo de racionalidad, de neutralidad y de
apoliticidad que el poder y el derecho difunden en torno de sí, las clases
oprimidas y las fuerzas políticas de oposición, en apego a las ideologías de las
que son portadoras, son vistas, así, como fuerzas y como ideologías “políticas”,
facciosas, subversivas del bien común, potencialmente delincuenciales.390
Ahora bien, cabe precisar -a fin de no tener una idea genérica y con ello
probablemente errada sobre el choque de fuerzas entre magistrados
progresistas y poder ejecutivo-, que ya en 1974 el propio FERRAJOLI
criticaba391 que se hablara de una contraposición o de un conflicto entre la
magistratura y la clase política tout court, sin distinguir que ese conflicto era
sólo entre partes o grupos de esas instituciones.392 Este punto -decía- era
necesario e importante distinguirlo y precisarlo a fin de comprender de quién
provenía el ataque a la magistratura y sobre todo contra quién este ataque
estaba dirigido.
De ahí que la independencia de la magistratura -apuntaba FERRAJOLI
en esa misma intervención en Senigallia- no estuvo nunca discutida en Italia
390
Idem, p. 510. A esto se sumaba todavía un factor ideológico más: la configuración de la
justicia como “servicio técnico” sostenido por una “ciencia del derecho” a su vez apolítica y
neutral, y del juez como puro “técnico”, especialista y sacerdote de una justicia que debe
tenerse alejada de las tensiones políticas y de los conflictos de intereses que se agitan en la
sociedad. Ibidem. Cabe señalar que FERRAJOLI, en lo que hacía a la problemática señalada
supra en el poder judicial, no sólo se quedaba en el nivel crítico sino también pasaba al
propositivo. Para un elenco de propuestas véase Luigi FERRAJOLI, Per una riforma
democrática3 op. cit., pp. 801-818, donde distinguía -y desarrollaba- tres “direcciones según
las cuales debe ser orientada una reforma democrática del ordenamiento judicial”: a) “la
desburocratización del aparato judicial y del status de magistrado, es decir la terminación de
todos los centros de poder y de todos los vínculos jerárquicos que limitan la independencia del
juez individual”; b) “la personalización de todas las funciones judiciales y el máximo
potenciamiento de las posibilidades y de los instrumentos de participación y de control popular
sobre la administración de la justicia” y, c) “la supresión de todos los ligámenes funcionales,
antes que nada el de la subordinación orgánica al Ejecutivo de la policía judiciaria”. Idem, p.
806.
391
Véase su intervención en el Congreso Il giudice, l´ordine democratico e la legalità
repubblicana, Senigallia, 7, 8, 9 giugno 1974, publicado en “Giustizia e Costituzione”, nn. 5-6,
1974, pp. 139-141, en la sección “Il dibattito”.
392
“... no existe una clase política indiferenciada; existe una clase política diferenciada en
partidos, portadores de intereses diversos y contrapuestos; no existe una magistratura
indiferenciada, existe una magistratura que refleja en su interior las divisiones, las corrientes
ideológicas que se confrontan en el país...” Idem, p. 140.
131
siempre y cuando fuera una independencia concurrente con el poder; siempre y
cuando no lo disturbara.
El punto pues es que FERRAJOLI observaba en tal intervención que la
realidad política italiana había, en parte, cambiado: el rol político asumido por
ese sector crítico de la magistratura había terminado con el modelo ideológico
de la independencia que servía para acreditar como neutral, como imparcial,
las intervenciones de represión y de control social de años atrás, y esa genuina
independencia comenzaba a expresar su real valor constitucional, su real
función de contra poder y de control sobre el poder ejecutivo, de ahí que añadía el entonces pretor en Prato- la independencia no incomodaba en cuanto
principio sino aquel tipo de independencia que se manifiesta en sentido
contrario al poder.393
No obstante que hasta ahora he recreado cómo la cultura marxista y la
cultura liberal tuvieron expresión en nuestro autor a su paso por Md, y
sostenido que desde este doble trasfondo hay que ver su rol político en su
estadía en tal organización, me parece que aún podría permanecer la pregunta
de cuál fue en definitiva dicho rol.
La idea que se sostiene es que la respuesta podría también encontrarse
en dos conjuntos de palabras claves que, en mi opinión, articulan de principio a
fin Per una Magistratura Democratica, éstas son: separación y privatización por
una parte y, por la otra, imparcialidad y neutralidad.394
393
Ibidem, p. 140. En esta misma intervención FERRAJOLI finalizaba apuntando que la única
defensa de la independencia de la magistratura se realiza reivindicando, como magistrados, la
responsabilidad democrática que el ejercicio de la función judicial comporta, “a través de la
democratización de la estructura judicial”. Idem, p. 141. Para una propuesta de explicación a
partir de categorías politológicas y una visión favorable del papel de la magistratura en el
sistema político italiano véase Maria Rosaria FERRARESE, L´istituzione difficile. La
Magistratura tra professione e sistema politico, Edizioni Scientifiche Italiane, Scienze Politiche
6, Napoli, 1984.
394
Luigi FERRAJOLI, Vincenzo ACCATTATIS y Salvatore SENESE, Per una Magistratura3
op. cit., pp. 151 y ss. Una crítica a algunas de las tesis ahí contenidas -y que venían
proponiendo estos autores desde el congreso de Md llevado a cabo en Roma, del 3 al 5 de
diciembre de 1971, en su ponencia Per una strategia politica di Magistratura democratica y
retomadas en lo individual por nuestro autor en su ponencia “Magistratura democratica e
l´esercizio alternativo della funzione giudiziaria”, contenida en Pietro BARCELLONA
(coordinador), L´uso alternativo del diritto. Vol I... op. cit., pp. 105-122- las realizaba Giovanni
TARELLO, Orientamenti della magistratura e della dotrina sulla funzione politica del giuristainterprete en idem, parte in fine. A tales críticas FERRAJOLI respondería -véase su réplica en
idem, vol II, pp. 293 y 294- que su crítico había hecho una “apresurada exégesis de fragmentos
de tesis extrapoladas” del documento y protestaba contra “el uso terrorista hecho por Tarello de
las palabras <<grupúsculo>>, <<aventurismo>> y similares: un uso que es hoy dirigido para
marginar de hecho de la confrontación política, cualquier posición que no sea elaborada en las
132
En efecto, en este ensayo de 1973, FERRAJOLI y compañeros
sostenían, siguiendo a Umberto CERRONI,395 que en el Estado político
representativo -cuyo sustento ideológico lo ubicaban en la filosofía hegeliana
del Estado como Estado ético y en el positivismo jurídico- hay un proceso de
separación (atomización, relegación) así como de privatización de las personas
(“relegación de sus relaciones económico-sociales en el campo de lo
puramente <<privado>>”).
Igualmente, sostenían que bajo esta prospectiva adquiría un particular
significado también el carácter clasista de algunos fundamentales valores del
Estado de derecho, como la imparcialidad y la neutralidad del derecho y del
Estado.
Pues bien, la tesis que se sostiene es que FERRAJOLI y compañía
invertían
las
cosas.
Frente
al
“modelo
ideal-positivista
del
Estado
representativo” que separa y privatiza al individuo, ellos proponían una
agrupación y comunidad, nociones precisamente centrales en el nivel
organizativo del cual Magistratura democratica formaría parte en un movimiento
democrático más amplio; y frente a los valores de clase que modelan al Estado
y el derecho anteponían, evidentemente, una toma de posición, una elección
para los administradores de justicia quienes, igualmente, tendrían un rol dentro
de ese movimiento democrático.
Así pues, pasando a la pars construens,396 FERRAJOLI, ACCATTATIS y
SENESE, sostenían -por lo que hacía al nivel organizativo- que una visión
alternativa de la sociedad requería la afirmación de la exigencia que todos,
individuos y grupos, participaran activamente en la elaboración política;397 por
sedes institucionales de los partidos, y que reproduce desde la izquierda la ideología de la
separación: por un lado los profesionales de la política, del otro los profesionales de la técnica”.
Y añadía FERRAJOLI en plan provocativo: “Lamento tener que recordar a Tarello, eminente
exponente de la cultura académica de izquierda, que después de la crisis interna de casi todos
los roles técnicos, de los magistrados a los profesores de escuela media, de los arquitectos y
hasta de los médicos, existe hoy un sólo rol, el académico, que superó serenamente la
contestación estudiantil, las profundas transformaciones de estructura de las universidades (...)
salvando siempre la propia omertà di casta y no conociendo alguna <<crisis>> de los propios
equilibrios internos de poder <<en términos de contraposición política>>.
395
Umberto CERRONI, Introduzione a STUCKA, PASUKANIS, VYSINSKIJ, STROGOVIC,
Teorie sovietiche del diritto, Milano, 1964, p. XLIX; según nota a pie de página 2 en ibidem.
396
Véase en idem, pp. 164 y ss., dentro de la parte II, intitulada “Il programma politico”, los §§
1. “Il programma della giurisprudenza alternativa” y 2. “Le condizioni di sviluppo di una
giurisprudenza alternativa”.
397
“Donde estos componentes de base se multiplicaran (el movimiento de los magistrados
democráticos, aquél de los médicos democrático, de los profesores, de los arquitectos, de los
133
lo que hacía a la tarea particular del juez, afirmaban que tal toma de posición y
elección no era arbitraria sino en favor de las clases subalternas ya operada
por la Constitución republicana.
Entre ambos niveles, uno macro y el otro micro, me parece que el rol
político de Luigi FERRAJOLI a su paso por Md sería entendible a partir de
ambos. Así como para Md -iban concluyendo los referidos autores- su posición
frente a las demás fuerzas de izquierda debía ser “la presencia política crítica a
todos los niveles” y “el abatimiento de este recinto (en el que se encontraba el
juez era) innegablemente también una contribución a la madurez de la
conciencia de clase”; así, de igual forma, puede decirse de nuestro autor en lo
particular (y ahí su rol político en la magistratura): no sólo sentido de
agrupación y comunidad a fin de hacer política que limite a los poderes y toma
de posición, elección, a favor de los más débiles, sino presencia política crítica
a todos los niveles y conciencia de su particular misión, de su función a cumplir.
2.1.3 El rol político desde la nuova sinistra
P
ara
hacer
referencia
a
la
participación
político-partidista
propiamente dicha de nuestro autor desde la nuova sinistra italiana
hay que retomar las consideraciones que se hacían sobre esta, interrumpidas
por la referencia a Md y el rol político de nuestro autor desde esta organización.
Con tal motivo -se recuerda- se señaló la existencia de una ola de
movimientos de profesionistas que fueron partícipes en la contestación del ´68
y post ´68 pero no se llegó a hacer una verdadera y propia referencia a los
grupos extraparlamentarios que se formaron posteriormente y que, en algunos
casos, devinieron en parlamentarios.398
Hay que tener presente, para efectos de las consideraciones que siguen
y siempre a fin de contextualizar, que la nueva izquierda aprendió -tras la
investigadores, y más), poniéndose a lado de los consejos de barrio, de los consejos de fábrica,
etc. sería quizá posible llegar a una real politización de las masas populares unida a su
creciente adquisición de poder o cuando menos de participación y de control sobre su
ejercicio”. Idem, p. 174.
398
Me parece que hay un problema con el análisis de estos grupos: la falta de investigaciones
científicas y más bien la abundancia de cronología y de debate coyuntural. Me parece,
asimismo, que los intentos más elaborados incluso no distinguen planos, englobando aspectos
sociales, dimensiones políticas muy particulares del sistema político italiano -que requerirían
quizá un discurso aparte-, así como aspectos ideológicos conexos al terrorismo de los años
setenta, es decir en algunos casos revelandose fobias o filiaciones políticas al abordar el objeto
de estudio.
134
experiencia del ´68- que no se podía caer en la ingenuidad de despreciar el
partido, de darle un desahogo institucional a los deseos de transformación
política y social. La cuestión, me parece, sobre todo de 1974 en adelante, llegó
así a ser qué partido.399
La organización extraparlamentaria que quizá más “vivió intensamente
las diversas fases típicas de la nueva izquierda, la de la imaginación y la del
extremismo, la del movimiento y después la de las instituciones”400 fue Lotta
Continua (LC).401
La formación de LC se da en el periodo de mayo y junio de 1969 “al
momento de la gran agitación obrera en la Fiat Mirafiori, donde la expresión
<<Lotta
continua>> aparece como título de los volantes (...) y el 1 de noviembre
de 1969, fecha de la salida del periódico que configura, si bien embrionalmente,
el proyecto de una organización nacional”.402
El líder prácticamente indiscutido de LC fue Adriano SOFRI, quien era un
profesor en Massa, Italia, un joven que tenía “carisma y cultura (...) y sobre
todo que entendió antes que todos el valor de las luchas estudiantiles y del
sesenta y ocho: que en Pisa realizó con anticipación, en febrero de 1967”, con
70 jóvenes, una ocupación de “la sede central del ateneo, la Sapienza”.403
De igual modo, hay que señalar la existencia de Autonomia Operaia
(AO), la cual estuvo activa entre 1973 y 1979 y estuvo formada por dos almas
perfectamente distinguibles: por un lado la obrera de confección marxista-
399
Gran parte de la historia, encuentros y desencuentros durante la segunda mitad de los años
setenta en -y entre- esas organizaciones, bien podría leerse -y quizá se semplifique
demasiado- como el permanente debate entre la concepción de un partido-instrumento o un
partido-sujeto.
400
Vittorio FOA, Il Caballo e la Torre... op. cit., p. 306. Para algunos dirigentes de LC -Adriano
SOFRI y Luigi BOBBIO entre ellos- esta organización fue la expresión más fiel u original del
´68.
401
Sobre Lotta Continua véase, además de Luigi BOBBIO, Storia di... op. cit., Salvatore
LICCIARDELLO, “Sull´esperienza di <<Lotta Continua>>” en Carlo VALLAURI (coord.), I partiti
tra declino e riforma, Bulzoni Editore, vol., III, Roma, 1986, pp. 1349-1360.
402
Luigi BOBBIO, Storia di..., op. cit., p. 15.
403
Rina GIGLIARDI, L´inizio, “Lotta Continua”, especial de “il Manifesto”, venerdì 7 febbraio
1997, p. III. Para una antología de escritos sobre y de Adriano SOFRI en sus inicios políticos
véase Roberto MASSARI (coord.), Adriano Sofri, il ´68 e il Potere operaio pisano, Massari
editore, Storia e memoria 5, Bolsena, 1998. De Adriano SOFRI y otros dirigentes de LC me
ocupo en el apartado siguiente en virtud de que sufrió -junto con otros integrantes de esta
organización- la represión del Estado autoritario. Baste por ahora con señalar que Adriano
SOFRI, Ovidio BOMPRESSI y Giorgio PIETROSTEFANI fueron acusados (16 años de
ocurridos los hechos), procesados y condenados por el homicidio en Milán, el 17 de mayo de
1972, del comisario Luigi CALABRESI. Nuestro autor en estudio criticó severamente ese
proceso injusto como veremos.
135
leninista, por otro lado una estudiantil, más anárquica y libertaria. Algunos
líderes del '68 fueron considerados las mentes pensantes de AO. Entre ellos el
romano Oreste SCALZONE, Franco PIPERNO, profesor en la Universidad de
Calabria, Toni NEGRI de la Universitad de Padova y Franco BERARDI,
periodísta en la Radio Alice de Bolonia.404
Otro grupo era el Partito di Unità Proletaria (PDUP), el cual nació de la
unión del Nuevo PSIUP de inspiración socialista y de la Sinistra MPL
(Movimento politico dei lavoratori, de inspiración cristiana progresista) en
Livorno el 2 y 3 de diciembre de 1972. Líderes del primero eran Vittorio FOA y
Silvano MINIATI, del segundo eran Giovanni RUSSO y Domenico JERVOLINO.
Asimismo, el mapa de estos grupos reporta también la existencia de il
Manifesto, grupo que tuvo su origen en la revista mensual homónima en la que
confluía un grupo del PCI y que había sido marginado de los roles dirigentes
así como distanciado de los vértices del partido, con motivo de la divergencia
de visiones sobre los sucesos internacionales en la segunda mitad de los años
50´s y con el ´68.
Los integrantes de dicho grupo -que acabaron siendo expulsados- eran,
entre otros, Aldo NATOLI, líder romano del PCI; Luigi PINTOR, director de
L´Unità; Lucio MAGRI, intelectual, Rossana ROSSANDA, y la dirigente
feminista Luciana CASTELLINA. En suma, un sector intelectual del PCI que
acabaría convergiendo con las posiciones de Pietro INGRAO, quien no
obstante votó -reconocería posteriormente que fue un error- por tal
expulsión.405
Ahora bien, cabe subrayar que el Pdup y el Manifesto se unificaron. En
asamblea realizada en Florencia el 24 y 25 de noviembre de 1973, en el
palazzo dei Congressi, se aprobó por unanimidad la moción conclusiva que
presentaba el proceso de unificación Pdup-Manifesto. Para septiembre del año
siguiente, las dos organizaciones ya estaban en campaña de emisión de
credenciales para sus afiliados a fin de formar parte de ese nuevo partido de
404
http://it.wikipedia.org/wiki/Autonomia_Operaia. Consulta realizada el 19 de junio de 2009.
Sobre il Manifesto y su paso al Pdup véase Manuela CERIMONIALE, “Dal <<Manifesto>> al
P. D. U. P. Le componenti marxiste e gli apporti di provenienza catolica”, en Carlo VALLAURI
(coord.), I partiti italiani tra... vol. III, op. cit., pp. 1413-1443.
405
136
izquierda, sumamente minoritario, pero con mucha vitalidad,406 que terminaría
por llamarse Partito di unità proletaria per il comunismo (Pdup per il
comunismo).407 Luigi FERRAJOLI se inscribió y participó en tal partido.
Se trató de un periodo relativamente breve de empeño político, directo,
digamos, en la vida de partido.
::
Sobre todo del ´75 al ´78 me empeñé primordialmente en una batalla
garantista, ya fuera para afirmar el garantismo en la cultura de la izquierda,
que era una cultura marxista, leninista, que prácticamente se caracterizaba
por el desprecio por el derecho y, en consecuencia, en las antípodas de mis
posiciones (...), ya fuera -digamos- en la crítica de la legislación de
406
Un partido que tenía el mérito de “crecer obstinadamente a la izquierda del más grande
partido comunista de la Europa capitalista” -apuntaba Rossana ROSSANDA en Il nostro
congresso, “il Manifesto”, mercoledì 4 febbraio 1976, p. 1- por lo que su 1er. Congreso en
Bolonia (jueves 29 de enero al domingo 01 de febrero de 1976), a año y medio de su
nacimiento, era considerado como “un gran momento para la izquierda, y no sólo la italiana”.
Pero el valor político no era sólo ese. Lo era ante todo -lo decía la misma ROSSANDA en tal
Congreso, según el reportaje, no suscrito, que se hacía de este: Bologna. Il Pdup si confronta
con la crisi di sistema, con se stesso e con la sinistra, “il Manifesto”, venerdì 30 gennaio 1976,
p. 4.-, quizá por la connotación ya seguramente adquirida en el Pdup en ese tiempo consistente
“en esta pena: ser por naturaleza, historia y composición el cuerpo político que primero en la
izquierda recibe la urgencia, la novedad, y también el trabajo (...) de la especificidad de la
revolución italiana”, esto es en ser el primer partido político que caía en la cuenta -y se da a la
tarea de completar, desde la izquierda- la revolución democrática aún pendiente. Para una
breve reconstrucción del debate en el mismo -en el que se impuso la línea de ROSSANDA y
MAGRI pro PCI frente a la de FOA, más dura respecto a ese partido- véase Luciano ZANI,
Pdup a congresso, “Praxis. Una rivista politica per una nuova sinistra”, n. 1, marzo 1976, pp. 710.
407
El mismo tenía una fuerte línea antifascista que expresaban con mayor nitidez cuando se
intensificaban o se daban hechos graves de violencia neofascista. Véase La nostra linea
antifascista, “il Manifesto”, venerdì 18 aprile 1975, p. 1. En abril de 1975 el partido lanzaba el
primer número de su revista Unità Proletaria, hecho sintomático de las diferencias al interior del
partido pues esta tenía como propósito ser un instrumento que desahogara el intenso debate
sobre la línea estratégica del partido, por mucho que eufemísticamente se dijera -por algunosque aquel era debido, como lo demostraba su reciente congreso en Ariccia, a la “seriedad que
(querían) darle a la costrucción del partido” y al programa de acción. Daniele PROTTI, La
nuova rivista del nostro partito, “il Manifesto”, mercoledì 2 aprile 1975, p. 2. Sobre su vida
interna entre las elecciones de 1975 y 1976 véase Giovanna ZINCONE, I partiti tra due elezioni.
La stagione dei congressi, Editrice Bdl di A. Guerrini & C. Centro di ricerca e documentazione
Luigi Einaudi, Torino, 1977. Evidentemente, el Pdup per il comunismo tuvo serias dificultades
de convivencia entre sus grupos que se hacían explícitas, sobre todo, en sus congresos. En
éstos las discusiones sobre la línea estratégica eran intensas y mantuvo al partido en
constantes crisis. Sin afán de recrear tales discusiones y crisis vale recordar cómo ROSSANDA
apuntaba a finales de ese 1976 -cuando dimitía a su cargo, junto con más integrantes del
Comité central, entre ellos Lucio MAGRI, Secretario general- que el Pdup per il comunismo no
había sido “concebido como un puro reactivo de las convulsiones de la vieja y nueva izquierda,
asilo de los grupos emergentes, recolección de protestatarios” sino que habían nacido “de la
izquierda comunista, de la izquierda socialista, del disenso católico y del 1968 para romper con
la deriva reformista”. Rossana ROSSANDA, Pdup. A ciascuno la sua responsabilità. Questa è
la mia, “il Manifesto”, sabato 4 dicembre 1976, p. 1. “El problema está” -apuntaba poco más de
dos meses después- “en la dificultad de una parte de nuestro partido y de la nueva izquierda de
liberarse de la red frontista y maximalista que la envuelve...”; es decir la esfera política venía
“siempre reducida a las competencias electorales; y aquella social al terreno en el cual sólo
importa que surga una protesta para dirigirla”. Rossana ROSSANDA, Pdup. Il punto vero del
dissenso è la natura del partito, “il Manifesto”, martedì 15 febbraio 1977, p. 2.
137
emergencia, en la jurisdicción de emergencia, que precisamente en aquellos
años, los años del terrorismo, era producida en Italia.408
Quizá una ocasión en que se observa con gran nitidez esa batalla
garantista y la fiebre de contestación en nuestro autor -todavía siendo juez- lo
ofrece su participación en 1974 en un Congreso en Florencia sobre la defensa
a la salud.409 Esto por dos razones: a) por el análisis del artículo 9 del Statuto
dei lavoratori, del cual mostraba “el enorme valor como instrumento de defensa
de la salud en la fábrica” y, en consecuencia, del cual invitaba a hacer uso y, b)
por el diagnóstico que hacía del movimiento obrero y sindical a propósito de su
observación de “la falta casi total de utilización” de tal norma.410
408
Así refería nuestro autor su participación político-partidista en la entrevista que le hizo quien
esto escribe el 01 de abril de 2009. “... creo haber contribuido a la afirmación (al menos en una
parte de la izquierda) de la cultura garantista, del valor del derecho como instrumento de
limitación del poder”. Fue un periodo en que el autor en estudio participó en muchos foros y
debates. La sección “Appuntamenti politici” de il Manifesto podría servir de ayuda para
reconstruir, en algún grado, la agenda de nuestro autor que era, ciertamente, garantista. Por
ejemplo -y tan sólo para referir algunos casos al cierre de ese periodo de empeño político
directo- el sábado 15 de abril de 1978, p. 6, se invitaba a la asamblea abierta <<La repressione
nel processo costitutivo degli stati uniti d´Europa>> en Roma, en el Liceo Orazio, con la
participación también de SARACENI de Magistratura democratica y BASCETTA del Manifesto.
El viernes 2 de febrero de 1979, p. 4, se invitaba a un debate el día 20 de ese mes -con lo que
se ponía fin a una exposición en la librería Vecchia Talpa- sobre los derechos civiles y las
libertades democráticas en la República Federal Alemana, con la participación, además, de
Peter KAMMENEN y Aldo NATOLI. El viernes 6 de abril de 1979, p. 6, se invitaba para el día
siguiente, en la sede del grupo parlamentario de Democrazia proletaria, a un debate sobre <<Il
processo a Salvatore Senese. Spazi, limiti e prospettive del diritto di difesa in Italia>> donde
participaban, además, el senador Agostino VIVIANI, SINISCALCHI, RODOTÀ y CERMINARA.
El miércoles 23 de mayo del mismo año, p. 6, la cita era en Nápoles para el debate <<Ad un
anno dalla morte di Moro: stato, democrazia, terrorismo>>, en el cual participaban también,
entre otros, Angiolina ARRU, Nino ASSANTE, Elena COCIA. Por la noche, en Roma, la cita era
para el debate sobre <<Stato repressivo democratico, sinistra dopo le elezioni>>, donde
participaban también Alberto BENZONI y Enzo D´ARCANGELO.
409
Véase Luigi FERRAJOLI, “Difesa della salute in fabbrica e articolo 9 dello Statuto dei
lavoratori”, en La salute in fabbrica vol. 1, Per una linea alternativa di gestione della salute nei
posti di lavoro e nei quartieri, Savelli Editore, Quaderni di Unità proletaria. Cultura politica 126,
Roma, 1974, pp. 76-85, congreso celebrado los días 10 y 11 de noviembre del año de
referencia. Sobre tal norma laboral véase también, a la distancia de treinta años, Luigi
FERRAJOLI, Lo Statuto dei lavoratori: un mutamento di paradigma in senso pubblicistico del
rapporto di lavoro, en “Quaderni rassegna sindacale”, n. 2, aprile-giugno 2001, pp. 117-123.
410
Brevemente, habría que decir que el artículo es del tenor siguiente: “Los trabajodres,
mediante sus representaciones, tienen derecho de controlar la aplicación de las normas para la
prevención de los accidentes y de las enfermedades y de promover la investigación, la
elaboración y la actuación de todas las medidas idóneas para tutelar su salud y su integridad
física”. En esencia, FERRAJOLI destacaba que esta norma: i) es de gran alcance al conferir
directamente a los trabajadores el control sobre las condiciones del ambiente de trabajo y la
intervención directa para su modificación, por lo que era mejor que “las equivocadas
comisiones mixtas o comités paritarios de los años ´60”; ii) que tiene una amplísima extensión
del objeto del poder de intervención del trabajor y, iii) en él se contiene una “concreta
accionabilidad del derecho a la salud, es decir a su concreta tutelabilidad judicial”. Luigi
FERRAJOLI, “Difesa della salute in fabbrica e articolo 9 dello Statuto dei lavoratori”, en La
salute in fabbrica vol. 13, op. cit., pp. 76 y ss.
138
¿Por qué la inercia del movimiento obrero de no usar una norma como
ésta como instrumento de lucha? FERRAJOLI respondía411 que un primer
problema era la falta “de una estructura organizativa adecuada para tal fin; es
decir la inexistencia de una articulación orgánica y operativa entre movimiento
obrero y técnicos-médicos alternativos”; el segundo problema era “la inercia
obrera en materia de utilización de los instrumentos de autotutela de la salud”,
no sólo del artículo 9 sino de todo el Statuto dei lavoratori.
Esta inercia no tiene justificación política. La conquista de una ley por
parte del movimiento obrero no es nunca una conquista definitiva: los
patrones intentan siempre neutralizarla recuperando a niviel de aplicación
práctica todo lo que fue obligado a ceder a nivel legislativo.
::
Si se quiere defender una ley es preciso usarla, es decir ejercitar y hacer
valer diariamente los derechos que ella asigna y utilizar al máximo grado los
instrumentos legales que ella dispone a su tutela.412
Otro buen ejemplo de esa batalla garantista podría ser también la
propuesta que presentaba -cuando el Pdup per il comunismo estaba naciendoa fin de que en sus estatutos se estableciera la no reelegibilidad de los
dirigentes, ello mediante la introducción en estos de una norma del tipo:
<<ninguno
puede ser electo más de dos (o tres) veces consecutivas en el
comité directivo nacional y en los comités directivos provinciales>>.413
Lo que argumentaba FERRAJOLI es que, si bien era:
ilusorio, idealista, pensar resolver el problema del poder y de la
democracia al interior del partido con simples iniciativas normativas y
estatutarias (...) más aún ilusoria e idealista, y sustancialmente evasiva, es
la idea, frecuentemente recurrente en los partidos obreros, que tal problema
pueda ser exorcizado y quizá resuelto con acudir subjetivamente y
411
Idem, pp. 80 y ss.
Idem, p. 82. Ante las posibles réplicas o habituales tesis de anti o a-garantistas de
desconfianza en el derecho, FERRAJOLI era contundente al afirmar que los patrones saben
bien moverse en este terreno, saben usar, y bien, “los medios legales que les son favorables;
no desvirtúan la legalidad, sino que hacen uso de aquello que son capaces según sus propios
intereses: basta pensar -proseguía- en todas las denuncias penales de los patrones”, por lo
que los obreros no debían simplificar que el derecho es prevalentemente un derecho burgués y
más bien usarlo. Y ante un fracaso judicial, siempre posible, no lo debían considerar un fracaso
político: “al contrario, precisamente en la medida en que sea injusto, puede llegar a ser una
ocasión de denuncia al exterior de la falsa neutralidad del juez y de la naturaleza clasista y
parcial de la justicia, y puede alimentar, si es convenientemente puesto a la crítica pública y al
debate político, un saludable factor de crisis y de laceración al interior de la magistratura”. Idem,
pp. 83 y 84.
413
Luigi FERRAJOLI, “Gruppi dirigenti e corpo sociale del partito: una proposta di definizione
statutaria”, en Discussione sul partito in un partito in costruzione. Partito di Unità Proletaria per il
Comunismo. Seminario della Federazione fiorentina, Alfari Editore, Roma, 1975, p. 96,
correspondiente a su intervención en tal seminario destinado a la formación de cuadros y
llevado a cabo los días 15 y 16 de marzo de 1975 en Florencia.
412
139
voluntaristamente a la conciencia revolucionaria, a la revolución cultural
interna que debe ser completada por todo militante, a la tensión ideal y
política que debe animar el partido en cada instancia de vértice y de base.414
Una propuesta de este tipo -proseguía- tenía, en su parecer, las siguientes
ventajas: cambiar a los dirigentes de forma fisiológica y no traumática,
desdramatizar el momento electoral de cambio, concentrar más libertad,
autenticidad y politización al debate interno sobre la línea del partido, provocar
una mayor circulación al interior del partido entre grupo dirigente y cuerpo
social, disminuir la separación entre vértices y base y de la subalternidad de
esta
última,
incentivar
la
formación
de
nuevos
cuadros
dirigentes,
redimensionar el poder y los cargos al interior del partido y provocar que
hubiese un “baño de base” en el que los exdirigentes, si están dotados de
efectiva capacidad y autoridad, desarrollarían “un función no menos relevante
de guía, de control y de dirección política a nivel de base”.415
En este contexto de batallas por el derecho y los derechos nuestro autor
suscribía un desplegado en el cual los suscritos ofrecían su respaldo a la
coalición que había formado el Pdup per il comunismo para las elecciones
regionales del 15 de junio de 1975 bajo la denominación Democrazia proletaria
(Dp), desplegado en el que se afirmaba que la alternativa al poder de la
Democrazia cristiana requería “profundos procesos de renovación y de
refundación de la izquierda” y que “el patrimonio de valores expresado por las
luchas sociales y sindicales que caracterizaron los sucesos (de Italia) desde
414
Idem, p. 95. Interesante, en la parte inicial, es su diagnóstico sobre los partidos con motivo
de esa “separación entre vértices y base”: ésta es “el signo y el producto de un vicio de origen
en el modelo teórico-organizativo de los partidos obreros tradicionales”, que consiste en el
hecho que estos se han venido “construyendo y estructurando, históricamente, según el
modelo del Estado político burgués representativo, del cual ha reproducido en la sustancia las
mismas connotaciones que eran criticadas por Marx: los mecanismos de delegación; la
separación entre esfera política y esfera civil, es decir entre aparato político-burocrático cual
sede exclusiva de la gestión política y cuerpo social militante del partido; la expropiación
política de la base social del partido por parte de sus órganos de representación, al cual la
política es permanentemente delegada; la consecuente transformación de los dirigentes en
funcionarios estables, tendencialmente de por vida, especialistas y profesionistas del poder”.
Idem, pp. 93 y 94.
415
Idem, pp. 96 y 97. Había un par de posibles contra-argumentos que atendía FERRAJOLI: la
necesidad de continuidad en los órganos de dirección y la necesidad de la existencia de
funcionarios. Al primero respondía que esta no se comprometía “con una renovación parcial de
los órganos dirigentes” y, al segundo, que se debe, en esencia, “poder llegar a ser funcionario
en cuanto electo dirigente, pero no dirigente en cuanto funcionario”. Idem, pp. 97 y 98.
140
1968 en adelante” no debía diluirse sino más bien debía “ser enriquecido y
profundizado”.416
Ahora bien, un punto en el cual llegó a haber controversia en el Pdup per
il comunismo fue la participación o no de tal organización para las elecciones
políticas adelantadas que pudiera haber en 1976 (y que de hecho se dieron el
20 de junio de ese año). Nuestro autor -quien fue candidato por Florencia,
Pistoia, según consta en las listas-417 fijaría su postura al respecto.418
La tesis de nuestor autor y compañeros, trabajadores de la casa editorial
La Nuova Italia de Florencia, en Elezioni: lotta di campanile o lotta sociale? era
a favor de participar en las posibles elecciones. Sus tesis las ofrecían en gran
parte rechazando la tesis contraria, la cual se basaba -les parecía- en dos
órdenes de razones: a) de prudencia política, es decir en el temor de un
fracaso y del desánimo que resultaría y, b) en razones menos contingentes:
que un posible éxito electoral y la consecuente participación parlamentaria
representaría “una inútil y comprometida
<<división>>
que iría en perjuicio de
más válidos y <<alternativos>> niveles de lucha”.
416
Véase Appello per la alternativa al sistema di potere dc e a sostegno delle liste di
proletaria>> referido en Elezioni. Giornalisti, docenti, operatori culturali e
dell´informazione in sostegno alle nostre liste, “il Manifesto”, venerdì 13 giugno 1975, pp. 1 y 2.
En las 10 regiones en que participó Pdup-Dp (es decir, en Emilia Romagna, Toscana, Marche y
Calabria el Pdup participó sólo y en Lombardia, Veneto, Lazio, Umbría, Molinese, Campania
Palermo lo hizo junto con Avanguardia operaia conformando la alianza Democrazia proletaria),
obtuvo el 1.84 %, esto es 417,725 votos y 8 seggi. En su agenda de campaña el Pdup-Dp
destacó la crisis económica, las medidas de orden público, la condición de la mujer y la relación
instituciones-Democracia cristiana.
417
La lista por Firenze, Pistoia, estaba compuesta así: 1. Silvano MINIATI –Segretaria
nazionale Pdup; 2. Claudio BADIALI –obrero textil; 3. Giuliano BIAGINI –obrero; 4. Daniela
BORGHESI –enseñante; 5. Vicenzo BUGLIANI –enseñante; 6. Gianfranco CIABATTI –
impresor; 7. Claudio DEGLI INNOCENTI –emplado de oficina; 8. Luigi FERRAIOLI –
magistrado; 9. Carlo FIORENTINI –enseñante; 10. Giovanni GIUNTOLI –obrero Breda; 11.
Francesco LIDESTRI –obrero; 12. Nicola MANCA –estudinate; 13. Daniele PROTTI –periodista;
14. Franco SENESI –obrero; 15. Vicenzo Roberto SIMONI –enseñante; 16. Pierlorenzo
TASSELLI –investigador, consejero comunal de Florencia. Tomado de “il Manifesto”, Col voto di
oggi deve finire il regime dc. Per questo sulla scheda per la camera troverete questo simbolo e
queste liste, domenica 20 giugno 1976, p. 3. También publicada en “Quotidiano dei lavoratori”,
Con queste liste di candidati, DP afronta la battaglia elettorale, domencia/lunedì 20/21 maggio
1976, p. 6, la cual presentaba a FERRAJOLI como ex magistrado. La lista obtuvo 13,109 votos
(1.2 %). Democrazia proletaria obtuvo en total 555,980 votos (1.5 %), lo que le permitió meter
seis diputados. Cabe señalar que en tales elecciones fueron unidos Avanguardia Operaia, Lotta
Continua y Pdup per il comunismo. Para Dario CASTIGLIONE, Un tentativo di analisi politica
del voto del 20 giugno, “Praxis. Una rivista politica per una nuova sinistra”, n. 5, luglio 1976, pp.
4 y 5, en tales elecciones hubo un voto interclasista y un voto d´ordine, es decir de eliminación
de aquello que es superfluo como reacción vital ante la crisis”.
418
Luigi FERRAJOLI, Vittorio ROSSI y Sebastiano TIMPANARO, Elezioni: lotta di campanile o
lotta sociale? “il Manifesto”, domenica 5 gennaio 1975, p. 4.
<<Democrazia
141
Pues bien, en relación al primer aspecto, FERRAJOLI y compañeros
contrargumentaban en principio -una vez analizados ciertos resultados en las
elecciones administrativas en Siena, Trento y Bolzano de las elecciones de
1975- que en ninguno de esos lugares el partido perdió votos y que más bien
ganó posiciones. De hecho -decían- si se hubieran presentado en todos los
municipios donde hubo elecciones hubieran tenido “algún fracaso” pero era
improbable que hubiera sido en todos.
Además, les parecía que el Pdup per il comunismo no podía decidir una
participación
<<caso
por caso>>, ser un oportunista del
<<seggio
facile>>, más
bien se debía ser una fuerza política que diera “confianza de continuidad y de
coherente presencia en la lucha política y, sobre todo, confianza de las propias
fuerzas y de las propias razones”: “nuestro electorado nos vota por nuestro
proyecto político general y quiere en consecuencia saberse presente a nivel
nacional”. Además:
\ reiteraríamos aquello que fue el más grave límite de las luchas del ´68´69: la falta de un canal político no reformista y de vértice. Es más: las
mismas luchas sindicales y sociales resultarían debilitadas, sin considerar
ninguna buena intención, por un ragalo de votos al Pci, que equivaldría a la
peor forma de entrismo: l´<<entrismo senza entrare>>.419
Asimismo, frente a la indicación de Rossana ROSSANDA de que las
elecciones anticipadas, de haberlas, serían desarrolladas en un clima
dramático <<da crociata>>, nuestro autor y compañeros de partido sostenían que
no les parecía previsible “un enfrentamiento frontal del tipo hipotizado”: ni el
PCI en su línea de compromiso quería violencia ni “las fuerzas más inteligentes
y de largas miras del capitalismo italiano”. Esto porque la crisis requería la
“estabilización social” que exigía el capitalismo.
Finalmente, FERRAJOLI y compañía decían que, de decidirse participar
en las elecciones se requerían tres condiciones: a) que la decisión fuera
producto de “al menos la mayoría más amplia”, b) que se les hiciera frente con
el ánimo de tener éxito pero preparados para un eventual fracaso sin que ello
419
Ibidem. Añadían los florentinos que, de participar, desenmascararían a la Dc “como
expresión política del capitalismo” no obstante sus alianzas de izquierda; insistirían “sobre el
voto como expresión de una política, no como medio para obtener un cierto número de
<<posti>> en las instituciones”; buscarían “el contacto con (los) electores cerca de las
elecciones con el fin de transformar cuanto más fuera posible (sus) votantes en (sus) militantes
y de solicitarles, también a quienes en lo inmediato no (estaban en el) partido, una contribución
activa de crítica, de control, de participación al desarrollo de (su) línea política”. Ibidem.
142
afectara la vida interna y, de interés, c) que no se presentaran listas donde
hubiera personas que “ni ligeramente han tenido la duda sobre la infalibilidad
de
Stalin,
ni
con
ambiguos
grupillos
aventureros
(ambigui
gruppetti
avventuristici)”.420
Pues bien, hay que decir que el Pdup per il comunismo, pasadas esas
elecciones, se disolvió. Era difícil la convergencia. Como bien lo apuntara
Vittorio FOA -siempre refiriendo lo que a su juicio era la opinión de los del
Manifesto respecto al resto- “(n)osotros los del Pdup éramos para ellos los
<<pobres
socialistas>>”, los de Avanguardia operaia “eran los parientes pobres”,
los de Lotta Continua “eran los extraterrestres llegados quien sabe de dónde
con un lenguaje incomprensible o, en fin, personas no frecuentables por
personas de bien”.421
Así las cosas, nuestro autor migraría y acudiría a la conformación de
Democrazia proletaria (Dp).422 Como miembro de la familia de los grupos
políticos con proveniencia aún del ´68, Dp rechazaba una burocratización por lo
que en su congreso constitutivo decidió no tener un Comité Central, ni
Secretario General, “sino sólo una dirección nacional, bastante amplia para
disminuir
<<cualquier
postura
individualista
y
cualquier
liderismo>>”.423
FERRAJOLI fue miembro de la dirección nacional de Democrazia proletaria.
Este nuevo partido -se decía- se presentaba como el único proyecto que
tendía a recoger “las fuerzas de la izquierda real en movimiento en una
420
Ibidem.
Vittorio FOA, Il Caballo e la Torre... op. cit., p. 302. “Cuando, a principios de 1977, los del
Manifesto se separaron de nosotros” -proseguía FOA- “los del Pdup, no escondieron su alivio
por la recuperación de su pureza después de una fase de contaminación socialista. En su
primera reunión después de la ruptura, Ciccio Indovina abría su discurso así: <<Compañeros
comunistas>>; fue aplaudido por mucho tiempo”. Ibidem.
422
“La corriente de minoría del PdUP per il comunismo hace oficial la salida del partido con la
elaboración del Estatuto provisional (Roma, 20 de diciembre de 1977) que ratifica la
constitución del partido Democrazia Proletaria, en cuanto grupo político organizado, nacido de
la unificación entre la mayoría de Avanguardia Operaia, la Lega dei comunisti y parte del Partito
di Unità Proletaria (la corriente Miniati-Foa).” Manuela CERIMONIALE, “Democrazia proletaria”,
en Carlo VALLAURI (coord.), I partiti italiani tra..., vol. III, op. cit., p. 1445. Véase este texto para
una brevísima referencia al itinerario del partido.
423
Luciano ZANI, Il congresso costitutivo del partito di Dp, “Praxis. Una rivista politica per una
nuova sinistra”, n. 27, maggio 1978, pp. 5. El congreso se llevaba a cabo en los días del
secuestro de Aldo MORO que producía, en Roma, una “tensión política” la cual -decía ZANI“influyó en modo particular sobre la pesantez del clima”.
421
143
instancia unitaria, y no como terreno de experimentación o como hecho privado
de esta o aquella organización”.424
La participación de nuestro autor en Democrazia proletaria comprendió
la colaboración para elaborar el Estatuto del partido, un ordenamiento interno
“muy democrático, fundado sobre una serie de garantías, de separaciones, de
no reelección, de incompatibilidad y también de mecanismos de democracia
directa” que, a la distancia del tiempo, reconoce el autor italiano, fue una
intención infructuosa: “este Estatuto fue primero votado y luego reformado. En
suma, a lo último terminó por no ser nunca aplicado”.425
La participación también se dio con motivo de las elecciones
adelantadas de 1979 promoviendo la alianza que -insistiendo en dejar atrás el
minoritarismo y desde el legado liberal igualitario del 68´- encabezaba su
partido, en esta ocasión bajo la denominación Nuova sinistra unita (Nsu).426 Era
en una entrevista de mayo de ese año donde nuestro autor nos daba cuenta de
los propósitos y del contexto a que hacía frente entonces Nsu.427
El reto -no meramente coyuntural sino de fondo- era presentarse y lograr
una vinculación entre política y sociedad, ir al problema que determinaba parece claro ya a estas alturas- la agenda política de la nueva izquierda: la
autonomía de la política. Por ello, para aminorar lo más posible esta -“que es
una
característica
específica
de
la
democracia
representativa”
decía
FERRAJOLI en la entrevista- Nsu había establecido mecanismo de control y de
424
Luca CAFIERO, en la entrevista A proposito di Democrazia Proletaria e di altre questioni,
realizada por Gabriella EMILIANI, en “Praxis. Una rivista politica per una nuova sinistra”, nn. 910, novembre-dicembre 1976, p. 13.
425
Así lo sostuvo en la entrevista que le realizó quien esto escribe el 01 de abril de 2009.
426
Según Nsu, los “sectores sociales y políticos que se adhirieron”, además de ciudadanos
interesados en la política, intelectuales democráticos y sindicalistas, eran “fuerzas y
experiencias políticas de toda el área de la nueva izquierda; en particular: Democrazia
proletaria, “numerosos compañeros provenientes del área de Lotta continua”; compañeros
provenientes de Magistratura democratica, Medicina democratica y Pschiatria democratica;
“compañeros ligados a la experiencia de los Cristiani per il socialismo; “sectores importantes de
la oposición obrera y de aquella sindical, del movimiento antinuclear, del movimiento de lucha
por la casa y de aquel de los desocupados organizados. Todos ellos -se decía en el inserto de
“il Manifesto”, giovedì 24 maggio 1979, p. 3, que acompañaba la entrevista referida infra- tenían
10 años de luchas “que cambiaron el modo de pensar, de organizarse y de vivir de millones de
personas”. Y añadía: “El rechazo de la delegación, la concepción de la lucha política y social
como hecho colectivo, de masa, la idea que es posible y necesario un socialismo diverso a
aquel inaceptable experimentado en los países del Este” eran no sólo contenidos puestos en
práctica por tales movimientos sino “parte del patrimonio cultural y político de la nueva
izquierda”.
427
Véase la entrevista a “il Manifesto” (junto con Luigi SARACENI), Nsu secondo Nsu. Nuova
sinistra unita, non è un nome un po´troppo ambizioso? Rispondono Ferrajoli e Saraceni, “il
Manifesto”, giovedì 24 maggio 1979, p. 3.
144
unión con el ciudadano, como la obligación de realizar “asambleas periódicas
en las cuales los diputados rendi(rían) cuenta de su quehacer y recoger(rían)
las indicaciones formuladas a nivel de base”. Sabedores de ser una minoría, no
tenían una propuesta de gobierno sino la idea clara de ejercer, en su momento,
“un rol de oposición y de defensa contra los previsibles ataques a los
movimientos de clase y a sus conquistas” que provendrían del
<<arco
costituzionale>>, por ello -añadía nuestro autor entrevistado- proyectaban una
“larga fase de oposición” pues esta, “cuando radica en las luchas sociales, es
también <<poder>>”. Así:
Lo importante es que continúen existiendo y se desarrollen las
oposiciones sociales y los movimientos de lucha respecto a los cuales la
representación parlamentaria es una proyección institucional de indiscutible
utilidad pero a la cual sería, ciertamente, ridículo confiar el futuro de la
428
oposición de clase en nuestro país.
FERRAJOLI y SARACENI sostenían, frente a la pregunta de por qué los
electores debían elegir Nsu y no Pdup o al Partido Radical, que el Pdup no
expresaba, en su concepto, “una real y consecuente oposición a la estrategia
del compromiso histórico (entonces) rebautizado política de unidad nacional, y
de los daños políticos e institucionales de los cuales esa estrategia (era)
responsable”. Sobre el Partido Radical, por su parte, los entrevistados
expresaban
temor
por
su
“carácter
esencialmente
propagandista”:
precisamente “por el hecho de no tener ningún referente de clase, y de ser más
bien explícita y programáticamente interclasista”, corría el riesgo de
“personalizar la más actual y extrema versión de la
politico>>”.
<<autonomia
del
429
Pues bien, Nsu tuvo una severísima derrota electoral ese 3 de junio de
1979: 293,443 votos (0.8%), ningún diputado. No obtuvo pues la votación
mínima ni siquiera para sobrevivir como partido. Luigi FERRAJOLI fue
candidato por Roma. Los votos logrados fueron 32,815 (1.0 %); lista de las más
428
Ibidem.
Ibidem. “... la política -toda resuelta en el cielo de las instituciones y dirigida a un control a
como dé lugar institucional- no cubre más, o cubre mucho menos desde hace un tiempo, el
complejo de las actividades colectivas de los subalternos. También por ello Nsu no podía nacer
sólo de quien está al interior de organismos centralizados (...); debía en cambio representar
también a quien se organizó en otros modos, dar voz también a aquella organización difusa
que vive en los consejos de fábrica pero también en las formas unidas de los comités de lucha,
de las radios democráticas, de los colectivos feministas”. Romano LUPERINI y Franco RUSSO,
Nsu: chi siamo, che cosa diciamo, che cosa vogliamo, per le elezioni e dopo, “il Manifesto”,
giovedì 24 maggio 1979, p. 3.
429
145
votadas del partido. Por el sistema electoral, si su organización partidista
hubiese obtenido el mínimo de votación requerida, “por poquísimos votos
habría llegado al Parlamento”.430
Dentro de las razones que se apuntaban en su momento de la derrota
electoral estaba aquella que señalaba Pietro MARCENARO:431 el movimiento
obrero era incapaz cada vez más de hablar a toda la sociedad, por lo que se
debían repensar algunas ideas fuerza y reconocer la diversidad presente entre
los trabajadores. Para otros,432 el punto se centraba en la
<<ambiciosa
propuesta>> “de reunificación de lo social y de lo político que pasaba sobre lo
electoral el problema de la organización” dejando al mismo tiempo subsistente
la sospecha hacia el
<<partidismo>>.
El Partido Radical, en cambio, que fue el
que acaparó los votos de la nueva izquierda en esa elección de 1979, sin más afirmaba PAVONE- criticó la representación, si así se podía decir,
“exasperando precisamente el carácter representativo y
<<separado>>
de la
política. Frente al disgusto de los electores porque el diputado recibe línea de
su partido la respuesta de los radicales fue: “el diputado debe obedecer sólo a
su conciencia y honrar así el Parlamento”.
Algunos militantes señalaban433 como factor de la derrota una
“responsabilidad del grupo dirigente” porque no mostró la voluntad política de
“salir de la confusión y de la indefinición para iniciar a experimentar opciones
precisas y coherentes” y se quejaban de una falta de debate, de modo que
quienes “no hicieron parte del restringido grupo dirigente” contaron siempre
menos y “no tuvieron reales posibilidades de contribuir en la elaboración de la
línea del partido”. Los
compañeros
que
elaboraron
la concepción del
partido-instrumento -proseguían los inconformes- no se dieron cuenta, o
intentaron esconder, que acentuando el momento de la ruptura “no hicieron
430
Así lo refería en la entrevista que le realizó quien esto escribe el 01 de abril de 2009.
Según la nota periodística suscrita por Stefano BONILLI, C´era una volta Nsu? Prima
assemblea di Nsu dopo il 3 giugno. I molti perchè di una sconfitta, “il Manifesto”, domenica 24
giugno 1979, p. 2.
432
Por ejemplo Claudio PAVONE, Compagni di Nsu vi siete chiesti perchè i radicali hanno
vinto?, “il Manifesto”, giovedì 5 luglio 1979, p. 4.
433
Giovanni FILIZZOLA y Fernando ROSA Vito, Il Congresso di Dp, un´occasione per far
chiarezza, “Praxis. Una rivista politica per una nuova sinistra”, n. 41, ottobre 1979, pp. 5-6. A
pregunta expresa (en la multireferida entrevista de abril de 2009 hecha a FERRAJOLI) sobre
qué pasó, a la distancia de 30 años, respondió -en esencia- que el Partido Radical no ganó:
metió “tres, cuatro diputados, no más” y que habría que considerar que Nsu “para la opinión
pública era una pequeña formación; parecía -como siempre- más numerosa de aquello que era
porque quienes votaban por Sinistra Unita eran sólo los militantes, las personas involucradas”.
431
146
otra cosa que reconfirmar la sola continuidad, respecto a la fallida experiencia
del filón espontáneo, desde siempre presente en todo el movimiento obrero”.
Se terminó por caracterizar toda la lista en negativo, “como una lista de
protesta”.
Pero la política en su vertiente electoral no terminaría ahí. Vendrían las
elecciones europeas de ese mismo año en las que Dp logró un
europarlamentario:
Mario
CAPANNA.
FERRAJOLI
fue
candidato
nuevamente.434 Y al año siguiente vendrían de nuevo elecciones regionales en
las que Dp sí logró posiciones en las principales ciudades. Nuestro autor sería
nuevamente candidato por la circoscrizione di Roma.435
Democrazia proletaria optaría asimismo en aquél periodo por movilizarse
y seguir en la lucha por los derechos. Una buena plataforma la ofrecía la
promoción de referéndums abrogativos. FERRAJOLI participaría activamente
en su promoción y defensa.436
Una clara muestra de ello se presentaba437 cuando la Corte
Constitucional tenía que definir la admisibilidad de dos referendums en materia
laboral cuya decisión sería dada a conocer el 10 de febrero de 1982. El autor
italiano en estudio, después de revisar algunos precedentes de inadmisibilidad,
sostenía que “cualquier interpretación extensiva que se qui(siera) adoptar de
los referidos límites”, ya fueran explícitos -tratarse de leyes tributarias y de
presupuesto, de amnistía y de indulto o de autorización para ratificar tratados
internacionales- o implícitos, como los que había establecido la Corte en tales
precedentes, lo cierto es que los referendums propuestos no entraban en esas
hipótesis.438
434
Conforme al “Quotidiano dei lavoratori”, Questi i candidati al Parlamento europeo, mercoledí
6 giugno 1979, p. 5, la lista por la 3ª circunscripción Italia central (Toscana-Umbria-MarcheLazio) era conformada así: PINELLA Agostino, LUPERINI Romano, BOTTACCIOLI Francesco,
BAGARINI Fabio, CAMBIALI Luigi Cesare, FERRAJOLI Luigi, FRUTTINI Marcello, GORLA
Massimo, MINIATI Silvano, MINNUCCI Pier Francesco, PAVONE Claudio, PERSANTI Felice,
PIRAS Bernardino, ROSSI Dante y VENTURA Giuliano.
435
La lista, según el “Quotidiano dei lavoratori”, Le liste regionali di Democrazia Proletaria, 22
maggio 1980, p. 16, era compuesta por 45 personas; FERRAJOLI estaba ubicado en la
posición 16 y presentado como docente universitario.
436
Véase por ejemplo Luigi FERRAJOLI, Tre precisazioni, “Quotidiano dei lavoratori
settimanale”, n. 18, 19 dicembre 1980, p. 18.
437
Luigi FERRAJOLI, L´ammissibilità costituzionale dei 2 referendum promossi da D.P.,
“Quotidiano dei lavoratori”, venerdí 15 gennaio 1982, pp. 12 y 13.
438
Un referéndum tenía que ver con una “simple cuestión: si debe ser abrogada o conservada
la lesión de la garantía de la escala móvil operada, cuanto al cómputo del pago de liquidación,
por la ley n. 91 del ´77”. El otro tenía que ver con la “extensión del Estatuto de los trabajadores
147
De igual modo, Dp en ese periodo tomaría banderas de temas propios
de la nueva izquierda, como la cuestión energética-ambiental, cuya estrategia
coyuntural daría lugar a que nuestro autor reprobara una iniciativa del Comité
Directivo de su partido. Era la ocasión en que este había decidido apoyar una
denuncia del Comitato torinese per il controllo delle scelte energetiche en
contra del presidente del ENEL, la empresa eléctrica italiana, Francesco
CORBELLINI, e incluso hacerse parte civil en el proceso abierto por
<<noticias
falsas (o exageradas o tendenciosas) aptas para turbar el orden público>>
cuando el funcionario declaró que
<<los
riesgos de radiación son infinitamente
inferiores a aquellos que se corren llevando en el pulso un reloj fosforescente o
volando más cercano al sol en un jet de una aerolínea>>.439
FERRAJOLI era tajante sobre el particular: expresaba su “estupor y (su)
más neta reprobación por esta iniciativa”. No sólo por la inviabilidad jurídica
expresada por la no configuración de un delito y más bien de una “estúpida
falsedad” sino también porque “sólo una concepción fascista del rol de la
prensa y del debate público puede aceptar que una opinión, aun absurda y
errada, pueda
<<molestar
el orden público>>: como si el orden público reposara
a través de la supresión de los tres límites identificados por las tres partes de nuestra pregunta:
el monopolio reservado a las centrales sindicales de la legitimación para actuar ex artículo 28
contra las actividades antisindicales del dotador de trabajo, la exclusión de los trabajadores de
las pequeñas empresas y de los dependientes estatales de la plena aplicación del Estatuto”.
Por lo que hacía al primero, FERRAJOLI destacaba que la Corte no podría razonablemente
argumentar que el referéndum se relacionaba con uno de los 5 tipos de leyes que impiden
constitucionalmente el referéndum abrogativo. Ni siquiera relacionarlo con las leyes tributarias
pues “las normas que regulan la pensión por vejez, y que fueron alteradas por la ley del ´77
que se pretende abrogar, son normas de derecho privado, y precisamente de derecho laboral,
no por casualidad contenidas en el código civil”. Además, si se quería argumentar que en un
sentido extenso tal ley era tributaria o quizá de presupuesto “porque disciplina relaciones
económicas a las cuales el Estado está como sea interesado y en las cuales está
indirectamente involucrado”, entonces “deberían considerarse sustraídas al referéndum
abrogativo todas las leyes en materia genéricamente económica”. Ahora bien, el autor italiano
revisaba las consideraciones de la Avvocatura dello Stato que pidió que el segundo referéndum
fuera declarado inadminisible por dos razones: i) por la <<evidente heterogeneidad>> de la
solicitud que consistiría de <<tres preguntas las cuales no se prestan a una exclusiva opción
referendaria>> y, ii) por el hecho que el referéndum sobre el Estatuto incidiría sobre partes
limitadas del texto normativo en discusión y sería como tal innovativo. En relación al primer
punto sostenía que “las tres cuestiones son a tal punto coherentes y conexas que pueden ser
sintetizadas en una sola pregunta: aquella sobre la generalización o no del Estatuto a todos los
trabajadores”; en relación a la segunda cuestión apuntaba que “es un lugar común de la teoría
del derecho que cualquier abrogación es siempre innovativa y nunca simplemente negativa”.
Ibidem.
439
Luigi FERRAJOLI, Il codice Rocco, e noi, “Quotidiano dei lavoratori settimanale”, n. 1, 9
gennaio 1981, p. 2.
148
sobre
<<verdades
desorden”.
oficiales>> o
<<de
Estado>> y el debate libre sea un factor de
440
FERRAJOLI y compañeros demoproletarios asimismo seguían criticando
al PCI, como sucedió cuando una delegación de este se reunió con “<<el
presidente etíope, compañero Menghistu Haile Mariam>>, a quien fue
expresada la solidaridad de los comunistas italianos”.441
Ninguna patente de socialismo o de progresismo puede ser ofrecida a un
régimen que practica constantemente la tortura, que impide a las masas
etíopes expresarse libremente, que reprime con sangre toda forma de
oposición y de disenso y que responde con una despiadada guerra a las
reivindicaciones nacionales de los Eritreos.
La izquierda y las fuerzas democráticas italianas -finalizaban los suscritosno pueden en algún modo corresponsabilizarse de las opciones y de los
crímenes cometidos por la dictadura de Menghistu.442
De esta época y en este contexto también habría que ver su
participación en un seminario en Managua, Nicaragua, en el proceso de
construcción institucional tras el triunfo de la Revolución. Su planteamiento
garantista, de lucha por el derecho y los derechos, era claro: en el tema de los
derechos humanos “el problema fundamental no es el de su formal y a veces
solemne enunciación, sino el de su garantía concreta”.443
440
Ibidem. El tema evidentemente tenía que ver pues con la línea estratégica del partido pues
uno de los militantes justificaba la propuesta como un episodio de lucha política dirigido a hacer
del proceso contra CORBELLINI un momento de resonancia en la opinión pública de las
posiciones antinuclares. FERRAJOLI preguntaba: “¿De verdad pensamos que una pequeña
minoría como somos pueda imponer sus propias razones -y la propia verdad- en vez de con el
debate de masa, obteniendo la consagración como <<verdad jurídica>>? Sobre todo, aunque en
el proceso nos dieran la razón ¿de verdad queremos que en el debate político la <<verdad>>
pueda ser impuesta ex autoritate a través de un pronunciamiento de condena penal?” Ibidem.
441
Véase el pequeño desplegado suscrito por Luigi FERRAJOLI, 40 compañeros más, 1
periodico y 3 revistas, Appello, “Quotidiano dei lavoratori settimanale”, venerdì 30 gennaio
1981, p. 25.
442
Ibidem.
443
Luigi FERRAJOLI, “¿A quiénes debe servir la justicia revolucionaria?”, en La justicia en la
Revolución. Memoria del Seminario jurídico Silvio Mayorga. Corte Suprema de Justicia (de
Nicaragua), Editorial Popular de los Trabajadores, México, 1981, p. 185. De ahí que el autor
italiano no sólo mostrara dos “mistificaciones ideológicas de la doctrina y de la práctica
burguesa de los derechos humanos” -la centrada en el concepto mismo de “derechos
humanos” y “la idea de que la enunciación de un derecho equivale a su garantía, es decir, a su
tutela práctica y efectiva”- sino que insistiera en crear garantías para los derechos liberales y
sociales. Pero estas, agregaba, no serían suficientes: “Naturalmente, las garantías de estos
derechos son, sobre todo, políticas: consisten en la fuerza de (su) Revolución contra los
ataques internos e internacionales y, en segundo lugar, en el grado de participación
democrática y de control popular sobre las nuevas instituciones, frente al riesgo, siempre
presente en las revoluciones, de su alejamiento de las masas y de la involución burocrática”.
Idem, p. 188. Un testimonio sobre esa participación en el seminario la ofrecería Luigi
FERRAJOLI en Nandaime, un episodio isolato in una rivoluzione che ha soppresso ergastolo e
pena di morte. Una testimonianza, “il Manifesto”, giovedì 16 luglio 1981, p. 5, con motivo de la
discusión que tenía con Pino CIMÒ, quien venía sosteniendo en il Manifesto que la Nicaragua
149
Difícil sería precisar de forma documentada la participación de nuestro
autor en Dp desde esta época y hasta, en su caso, la disolución del partido el 9
de junio de 1991 en Riccione, provincia de Rimini, en su último (el VIII)
Congreso. Pareciera que aquella se fue diluyendo.
2.2 I difficili anni ´70: leyes de emergencia y génesis del garantismo
2.2.1 El terrorismo y la violencia política
que veía en los hechos, tras el triunfo de la revolución sandinista, era una de limitación de las
libertades y concentración del poder; es decir -diría quien esto escribe- que por enésima
ocasión una revolución había fracasado. “No se comprendió, y quizá no se quiere comprender,
-respondía FERRAJOLI- los aspectos específicos de esta revolución, que no tiene precedentes
en toda la tradición jacobina de las revoluciones occidentales”: no se reprodujo la violencia del
viejo régimen, abolió la pena de muerte, condenó a penas leves a los más feroces torturadores
somozistas, asumió como programa prioritario la garantía de los derechos humanos de todos.
Evidentemente, -continuaba- “no intento decir que la revolución nicaragüense no corra, como
todas las revoluciones, peligros de burocratización y de involución autoritaria”, sobre todo decía- por el contexto de dictaduras latinoamericas y la presión militar de Honduras y EEUU
como por la intención de estrangulamiento económico. Ibidem. Parte de las consideraciones
ahí contenidas también se encuentran en Luigi FERRAJOLI, Nicargua crocevia delle rivoluzioni
possibili, “Quotidiano dei lavoratori settimanale”, venerdì 17 luglio 1981, pp. 11 y 12. Cabe decir
que seis años después volvía a ocuparse del tema -véase Luigi FERRAJOLI, Spunti per una
analisis critica della costituzione nicaraguense, “Questione giustizia”, n. 4, 1987, pp. 919-928-,
texto que es reproducción de su ponencia presentada en la jornada de estudio realizada en la
Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Messina del 6 de abril de 1987 e intitulado
“La nuova costituzione del Nicaragua. Spunti per una riflessione sull´attuale problematica
istituzionale”- con motivo de la promulgación de la Constitución de Nicaragua, reiterando un
conocimiento e interés por el desarrollo de la revolución de ese “pequeño país (que) dio al
mundo una lección de civilidad, realizando un gran debate desde las bases sobre los grandes
principios de libertad y de democracia en su Carta Fundamental”. El texto, ciertamente, está
preponderantemente en sede jurídica: expresaba su encomio por las reformas en materia penal
y de las instituciones carcelarias -basadas en el valor de la persona- y que fue de las primeras
reformas del gobierno revolucionario, el cual introdujo cinco regímenes carcelarios (cerrado,
laboral, semiabierto, abierto y de convivencia familiar) en los cuales -continuaba FERRAJOLIse aseguran una serie de derechos y está basado en la reeducación y en la reinserción social.
La reforma carcelaria se basa asimismo en la humanización de la pena y el respeto de la
persona humana: “tanto más que los contenidos de la actividad reeducativa en el nuevo
sistema nicaragüense son esencialmente el trabajo libre, la alfabetización, la instrucción
profesional y la actividad cultural autogestionada”. Idem, p. 922. Igualmente, expresaba su
beneplácito por los mecanismos de accionabilidad de los derechos (el recurso de exhibición
personal, el recurso de amparo y por la acción popular de inconstitucionalidad). Sin embargo,
advertía defectos, como la ausencia del principio de no reelección del Presidente y el régimen
de suspensión de derechos durante el estado de emergencia. Este texto también fue publicado,
con ligeras modificaciones, como Luigi FERRAJOLI, Garantismo in stato d´assedio. La nuova
costituzione del Nicaragua ovvero le difficoltà del diritto di fronte all´invasione, “La talpa giovedì”
de “il Manifesto”, giovedì 29 gennaio 1987, p. IV. Finalmente, es de señalarse que la izquierda
extraparlamentaria en Italia prestó considerable atención a “los eventos institucionales de
Nicaragua” y que, de hecho, Daniel ORTEGA supo corresponder a esa atención haciendo
visitas a la península. No es gratuito que el 28 de enero de 1988 en il Manifesto, p. 1, la
Associazione amicizia solidarietà Italia-Nicaragua, Lega Inter. per i diritti dei Popoli, Acra, Cocis,
Cric, Crocevia, Cospe, Cosv, Gvc, Mlal, Molsv, Rete y Terranova daban la bienvenida al
Presidente ORTEGA o que el 6 de mayo del año siguiente, en las páginas del mismo periódico,
se daba cuenta del fin de otra de sus giras caracterizada con llenos y cálidos recibimientos en
las sedes donde se presentó.
150
H
e apuntado en el § 1.2 que la historia de Italia en el segundo
dopoguerra fue la historia de la afirmación del derecho y de la
política de la Democracia cristiana. Para los años setenta, la clausura del
sistema llevó a su máxima tensión las relaciones sociales y políticas.444
Como bien preguntaba Rossana ROSSANDA en 1974: “¿no estamos
pasando de la liberación de una dialéctica política, que fue el fin logrado de la
resistencia, a un proceso inverso de relativa clausura de la dialéctica
política?”445
El punto es que el terrorismo -de la extrema izquierda pero también de la
extrema derecha- y la violencia política no pudieron esperar: llegaron a ser “un
efecto perverso de la crisis social producida por el sistema político”.446
Evidentemente, sería complejo -y me desviaría de mi propósito- intentar
recoger la discusión sobre los factores que incidieron en la aparición e
intensificación del terrorismo de extrema izquierda y de la violencia política, es
decir, de los fenómenos que a efectos del presente trabajo interesa referir.
Determinado por las circunstancias sociales y políticas, nuestro autor en
estudio no estuvo exento de pronunciarse sobre el fenómeno del terrorismo.
444
Recuérdese no sólo el prolongado gobierno de centro-derecha (la Democracia cristiana
pierde el control del Ejecutivo hasta 1981, cuando se formó el gobierno del republicano
Giovanni SPADOLINI y que en ese año se constituyó el pentapartito, una amplia coalición
encabezada por SPADOLINI que comprendió la DC, el PSI, el PRI, el PSDI y extendida
posteriormente al PLI), sino también considérese que ya desde principios de los años setenta
se hablaba con insistencia del compromiso histórico, es decir, de la atracción del PCI a la órbita
de poder de la Dc.
445
Rossana ROSSANDA, La Resistenza e la crisi di questo stato, “il Manifesto”, giovedì 25
aprile 1974, p. 1. La periodista y política italiana ahí mismo señalaba que la división del estado
se había inaugurado, “quizá desde cuando, en el verano de 1960, Italia llegó de verdad al límite
de un cambio de eje estratégico, con aquella que Togliatti llamó <<restaurazione della
democrazia>>” que fue en realidad un encubrimiento de los comunistas por el que se introdujo
“una diversa relacion entre oposición y gobierno”.
446
Era la convicción -si bien es cierto que no explicitaban entre terrorismo rojo y terrorismo
negro- de quienes suscribían un desplegado del que daba cuenta “il Manifesto” en la nota
AUTONOMIA. Due appelli perché siano rese subito note le <<prove>> a carico di Toni Negri e
degli altri en su edición del sabato 14 aprile 1979, p. 2. Sobre el terrorismo de derecha véase
Rosario MINA, “Il terrorismo di destra” en Donatella Della PORTA (coordinador), Terrorismo in
Italia, Il Mulino – Istituto di studi e ricerche <<Carlo Cattaneo>>, Bologna, 1984, pp. 21-72, quien
nos dice que en gran parte de la década de los setenta las organizaciones más activas fueron
Ordine nuovo y Avanguardia nazionale, que de 1969 a 1975 se dan en Italia 4,384 actos de
violencia contra personas y cosas, de los cuales el 83% es declaradamente obra de la derecha
subversiva, y que en esos años ésta realiza 63 homicidios. Para los años de 1977 en adelante,
los grupos más activos, señala MINA, eran tres: Nuclei armati rivoluzionari, Terza posizione y el
Movimento revoluzionario popolare, al primero de los cuales, de 1978 a 1980 se le atribuyen 8
homicidios y más de 100 atentados. Asimismo, véase Franco FERRARESI, “La destra
eversiva”, en idem, pp. 227-289.
151
Distinguió, por ejemplo, la aparición en distintos tiempos del terrorismo y de la
violencia política de izquierda respecto de la fascista:
Es un hecho que el terrorismo de izquierda hace su aparición en Italia en
1974, con el secuestro del juez Sossi. Antes de ello conocíamos el
terrorismo fascista y la estrategia de la tensión de marca estatal y golpista.
Existía, es verdad, como connotación fisiológica y de masa del conflicto
social, una ilegalidad política difusa (...) pero precisamente este ilegalismo
de masa impidió, en aquellos años, el desarrollo de la lucha armada.
Precisamente, la presencia de un conflicto obrero caracterizado por un
elevado nivel de conciencia de clase, y conjuntamente la actualidad de una
prospectiva política de alternativa, de lucha y de liberación colectiva,
representaron por mucho tiempo la razón principal del menor nivel de
criminalidad ya sea política que común en (Italia).447
Asimismo, nuestro autor en estudio, vale decir, rechazó y ha rechazado
invariablemente “la tesis sociológica de la continuidad política y de la
homogeneidad ideológica entre terrorismo y desorden de plaza”.448 En todo
momento, ha aprovechado para rechazar la confusión entre movimiento del ´68
y la consecuente actividad política de los grupos extraparlamentarios con el
nacimiento del terrorismo rojo.
Sin dejar de mencionar que ofreció una interpretación de las causas del
terrorismo y revisó aquellas que le parecían hasta entonces formuladas.449 En
447
Luigi FERRAJOLI, “Critica della violenza come critica della politica”, en Luigi MANCONI
(coordinador), La violenza e la politica, Savelli, Roma, 1979, pp. 45 y 46.
448
Luigi FERRAJOLI, Manuale di procedura penale, o le inchieste sul terrorismo dopo
Calogero. L´onore perduto della città di Bergamo, “il Manifesto”, martedì 1 dicembre 1981, p. 5.
Un claro sostenedor de la tesis contraria es Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit. p. 488:
“(n)o hay duda que la difusa justificación de una violencia <<proletaria>> y <<revolucionaria>>,
presente en la acción colectiva de estos años, representó un terreno fértil para el florecimiento
del terrorismo”. En algún sentido similar: Gianfranco PASQUINO, “Sistema politico bloccato e
insorgenza del terrorismo: ipotesi e prime verifique”, en Gianfranco PASQUINO (coord.), La
prova delle arme, Il Mulino – Istituto di studi e ricerche <<Carlo Cattaneo>>, Ricerche e studi sul
terrorismo e la violenza politica, Bologna, 1984, pp. 175-220, quien -aún peor para el análisisconsidera como un todo en el tiempo a Lotta Continua y Autonomia operaia y analiza frases
aisladas de documentos de tales organizaciones; Donatella Della PORTA, Il terrorismo di
sinistra, Il Mulino – Istituto di studi e ricerche <<Carlo Cattaneo>>, Ricerche e studi sul
terrorismo e la violenza politica, Bologna, 1990, pp. 55 y 56, quien sostiene que es condición
necesaria para explicar el fenómeno terrorista analizar la evolución de otras formas de acción
colectiva pues aquél fue una “adaptación, internamente diferenciada, del sector de los
movimientos sociales a las diversas etapas de los ciclos de protesta en relación a la estructura
de las oportunidades presentes”; tesis ésta -de la explicación de la acción violenta de los
grupos como evolución en la forma de protesta- que reitera en Movimenti collettivi e sistema
politico in Italia 1960-1995, Laterza, Libri del Tempo Laterza 254, Roma-Bari, 1996, pp. 52 y
ss.; y Sydney TARROW, “Violenza e istituzionalizzazione dopo il ciclo di protesta”, en
Raimondo CATANZARO (coord.), Ideologie, movimenti, terrorismi, Società editrice il Mulino,
Istituto di Studi e Ricerche <<Carlo Cattaneo>>, Ricerche e studi dell´Istituto Carlo Cattaneo,
Bolonia, 1990, p. 64, para quien -también generalizando y extrapolando circunstancias en el
tiempo- el terrorismo “se desarrolló de un sector del movimiento de masa durante su decline”.
449
Luigi FERRAJOLI, La violenza armata: ovvero la stabilizzazione del sistema politico e la
destabilizzazione della sinistra, “Quotidiano dei lavoratori. Suplemento al n. 11”, 29 maggio
152
La violenza armata su tesis consistía en que el terrorismo era “un fenómeno
complejo” y un “fenómeno heterogéneo” por lo cual los diversos modelos de
interpretación -sociológico, politológico, político e ideológico- eran válidamente
utilizables, de ahí que una integración era una necesidad metodológica
primaria.
Para FERRAJOLI, las cuestiones eran así dos: a) cómo de la crisis del
sistema político se originaba el terrorismo o cómo se daba éste en cuanto
efecto o subproducto del sistema político y, b) cómo el terrorismo influía sobre
la crisis, es decir, cómo eran los efectos del terrorismo sobre el sistema político.
Sobre la primera cuestión, apuntaba que “el terrorismo se configuraba
más como efecto de la clausura política del ´68 que como su prolongación
degenerada” y que nacía, ciertamente, de la crisis política de la izquierda:
En la crisis ideal y política de la izquierda seguida a años de ilusión y de
certezas doctrinarias (...) no es difícil entender cómo la violencia armada
llega a ser para alguno un fetiche, un sustituto de identidad, de lucha y de
1980, pp. 4 y 5. En este texto, que corresponde a su ponencia en el Congreso “La sinistra tra
terrorismo e restaurazione” celebrado en Milán los días 10 y 11 de mayo de 1980, FERRAJOLI
distinguía “al menos cuatro diversas hipótesis interpretativas”: a) una sociológica, “que
conecta el desarrollo del terrorismo a los cambios hacia la mitad de los años setenta en la
composición de clase, en particular en la composición de la clase obrera, y/o a los fenómenos
de marginación y de disgregación social de los sectores desocupados y subocupados”; b) una
politológica, “que une el terrorismo, como rotura irracional y salvaje de las reglas del juego, a
la crisis del sistema político y en particular de la izquierda: precisamente al proceso de
homogeneidad del sistema de partidos, a la pérdida de identidad política e ideal de los partidos
de la izquierda, a la disminución de su capacidad de defender y de canalizar intereses
anticapitalistas y de proveer a ellos creíbles referencias políticas, a las consecuentes
frustraciones de las exigencias de transformación del sistema, y a la inesperada configuración
de éste como <<sistema bloqueado>>”; c) una política, “que define el terrorismo esencialmente
como un sujeto político, caracterizado y motivado por un proyecto y un diseño o voluntad
política y proveedor de identidad y relativa unidad organizativa y quizá de unión internacional”,
ya sea como sujeto revolucionario o como sujeto con el esquema de la tensión o de la
provocación destinado a golpear la democracia y el movimiento obrero y, d) una ideológica o
cultural, “que pone el acento sobre todo sobre las matrices ideológicas de la violencia
terrorista, sobre los modelos y sus motivaciones doctrinarias y político-culturales, sobre las
ascendencias de ésta en la tradición teórica e ideológica del movimiento obrero (populistas,
anarquistas, stalinistas, etc.)”. Norberto BOBBIO, por otra parte, llegó a sostener que era
necesario en el análisis ver también las razones de “carácter existencial” y que había “una
relación directa entre la corrupción y el terrorismo” pues, tras referir algunos recientes casos de
corrupción, decía: estos “suscitan en mí, que soy suave, moderado, reformista, en mí que creo
en la política de los pequeños pasos, un violento impulso de rebelión”. Stefano BONILLI,
TERRORISMO. Intervista a Norberto Bobbio. “L´Italia è profondamente corrota e questo dà
esca alla violenza”, “il Manifesto”, mercoledì 23 aprile 1980, p. 2. Guido QUAZZA -en sintonía
con la relevancia del plano psicológico- era de la idea que el terrorismo rojo correspondía, por
una parte, a una convicción política-psicológica de matriz marxista-leninista de jóvenes que
querían vivir la clandestinidad como “nuevos gappistas” y, por otra, estaba el filón de la nueva
izquierda en la que se había dado “la caída vertical de las esperanzas revolucionarias”. Stefano
BONILLI, A Torino si è spezzata la lunga linea rossa sangue. Una conversazione con Guido
Quazza sulle origini del terrorismo. <<Due sono i filoni -dice- quello stalinista e quello della
nuova sinistra>>, “il Manifesto”, domenica 27 aprile 1980, p. 6.
153
estrategia faltante, un penoso y caricatural juego de imitación y puesta
escena de los mitos revolucionarios caídos; una remoción de
incertidumbre, de la desorientación y de la angustia, y al mismo tiempo
instrumento de autoafirmación y de autoidentificación a través de
negación de lo real. <<Sparo dunque sono>>, <<uccido ergo sum>>.450
en
la
un
la
En relación a la segunda cuestión, los efectos del terrorismo sobre el
sistema político, estos eran: i) la “desestabilización de la vieja izquierda, y en
particular sobre el PCI, obligado a asumir el terrorismo como terreno primario y
casi exclusivo de lucha política”; ii) en la nuova sinistra, que ésta era puesta
“bajo sospecha y culpabilizada”; iii) en los movimientos de masa, que éstos
eran
“ralentizados,
expropiados,
neutralizados,
privados
de
espacios
autónomos de expresión y de lucha”; iv) que el terrorismo se presentaba como
factor “insustituíble de legitimación política, interviniendo como la principal
unión de las grandes mayorías, de la unidad nacional, de la solidaridad entre
Estado y sociedad civil”; v) asimismo, como “factor de consenso, o por lo
menos de neutralización del disenso, haciendo emerger como necesidad
primaria la petición de orden y de seguridad” y finalmente, vi) el terrorismo
había influido sobre el sistema político mediante la “rigidez autoritaria de las
instituciones y (el) deslizamiento de la política en general a la política del orden
público”.451
Sobre el terrorismo también hay que señalar -quizá aunque parezca
evidente- que la posición de FERRAJOLI fue siempre de absoluto rechazo y
crítica. Lo que se debía entender y rechazar hasta el final -apuntaba-452 “es
precisamente la subjetividad degenerada” del terrorismo: aunque fueran
capaces de hacer la revolución -decía- “su revolución no nos interesa; porque
sería una revolución solamente
<<suya>>,
sanguinaria y feroz, con la marca del
terror y de la muerte”.
Ahora bien, con independencia de las causas sobre el terrorismo rojo y
negro y las interpretaciones de aquél tuot court, lo cierto es que entre 1969 y
450
Luigi FERRAJOLI, La violenza armata: ovvero la stabilizzazione... op. cit., p. 5. El análisis
era ciertamente más amplio e implicaba a la vieja y a la nueva izquierda. Las ilusiones
reformistas del PCI habían sido arrolladas por “la aventura del compromiso histórico y por la
congelación del PCI en un rol subalterno y de apoyo a la DC” mientras que las ilusiones
revolucionarias de la nuova sinistra habían sido “archivadas”, destrozadas por “operaciones
transformistas, fugas electoralistas, mareas políticas e ideales”. Ibidem.
451
Ibidem.
452
Luigi FERRAJOLI, Una follia contro il movimento di classe, “Quotidiano dei lavoratori”,
domenica/lunedì 17/18 dicembre 1978, p. 3.
154
1980 por ambos terrorismos murieron 362 personas de las cuales el 40 % eran
jóvenes entre los 14 y 28 años de edad.453
Considérese además -a fin de tener una idea del terrorismo de extrema
izquierda- que en los años setenta llegaron a existir más de 20 organizaciones
armadas, muchas de las cuales proliferaron en el periódo post 77 y fueron
genéricamente definidas como
<<movimiento
armado>>. Tan sólo en 1979, “de
745 atentados reivindicados, 254 fueron realizados por 12 grupos de
izquierda”.454
Están, ciertamente, las hipótesis455 de que algunas de esas 20
formaciones fueron “siglas de cubierta de las organizaciones mayores,
utilizadas por un lado para hacer más difícil las investigaciones, dirigiéndolas
sobre falsas pistas; o por otro lado, para experimentar la capacidad de nuevos
reclutados”, o bien que las mismas podrían haber sido “una especie de brazo
armado de grupos más extremistas de Autonomía”, como en el caso de
<<Proletari
comunisti organizzati>> del Veneto, sin descontar la hipótesis del
efecto imitación.
Los más destacados protagonistas del terrorismo rojo, después de Prima
456
Linea,
fueron las Brigadas Rojas (BR).457 En sus integrantes se llevó al
453
Datos que ofrece Ugo PECCHILI en la Prefazione a Mauro GALLENI (coord.), Rapporto sul
terrorismo. Le stragi, gli agguati, i sequestri, le sigle 1969-1980, Rizzoli Editore, Saggi Rizzoli,
Milano, 1981, p. 5.
454
Paolo FELTRIN, Il terrorismo di sinistra in Italia (1970 – 1980), Libreria Alfani Editrice,
Firenze, 1986, p. 47.
455
Idem, p. 45.
456
Prima Linea fue una convergencia de, al parecer, algunos brigadistas rojos disidentes,
“exmiembros de los servicios del orden de Lotta Continua, las Squadre armate di
combattimento, las Brigate combattenti, las Squadre armate proletarie, más un número
impreciso de autónomos de Turín, Milán, Bolonia así como algún nappista y algún delincuente
común”. Idem, p. 43.
457
Las Brigadas Rojas fueron fundadas en 1969 y derrocadas a fines de los años 80´s. En 20
años de lucha armada las víctimas de (su) terrorismo fueron 128; los terroristas muertos fueron
68. Para reseñas de las actividades de las Brigadas Rojas véase: Lucia ANNUNZIATA y
Maurizio MATTEUZZI, Brigate Rosse (I) Chi sono le Br? Un´inchiesta nel nord, “il Manifesto”,
venerdì 14 aprile 1978, p. 3, y de ellos mismos siempre en tal periodico: Brigate Rosse (2) Il
´68, il ´69. Da Trento a Milano. Dalle letture terzomondiste alla lotta armata nella metropoli,
sabato 15 aprile 1978, p. 3; Brigate Rosse (3) Dal ´72 la clandestinità. Dal ´74 (Sossi) l´uscita
dalla fabbrica e “l´attacco al cuore dello Stato”. Iniziano gli assassinii, domenica 16 aprile 1978,
p. 3; Brigate Rosse (4) Infiltrazioni, servizi segreti, contatti stranieri, tecniche, cervelli. A
colloquio con alcuni giudici che hanno indagato sulle Br. “Il rischio è che tutti lavoriamo per
loro”, martedì 18 aprile 1978, p. 3; Brigate Rosse (5) L´area dell´autonomia, il movimento
del´77, il riflusso della nuova sinistra, il quadro veterocomunista del Pci. Qual è il retroterra
politico delle Br?, giovedì 20 aprile 1978, p. 3 y Brigate Rosse (6) In fabbrica quelli che fanno
paura non sono i simpatizzanti Br (che sono pochi) ma quelli che “non condannano” e che
“restano neutrali”, venerdì 21 aprile 1978, p. 3. Asimismo, y también desde su conformación
pero hasta el año 1980, véase Cesare VANZELLA, Una marcia lugubre, “Nuova Polizia e
155
extremo de tensión el viejo mito, presente en esos años en un amplio sector de
jóvenes, no ya de abrir el sistema sino de sustituirlo por la vía de las armas.
El punto fue que lejos de derrocarlo, o ya digamos siquiera provocar una
ligera y favorable transformación, lo fortalecieron, lo cerraron aún más. Las
Brigadas Rojas hicieron mostrar una dimensión todavía más iliberal del régimen
de la Democracia cristiana. Como bien dijera Alberto FRANCESCHINI fundador, junto con Renato CURCIO y otros, de éstas: ellos mismos, los
brigadistas, partieron a la conquista de un nuevo mundo, pero no se dieron
cuenta que, en realidad, ayudaban a apuntalar lo viejo.458
2.2.2 Las medidas de orden público y las leyes de excepción
A
estas alturas, es posible plantearse dos preguntas: ¿cómo fue ese
proceso de fortificación del régimen de la Democracia cristiana? Y
sobre todo ¿cuál fue la respuesta a dicho proceso de fortalecimiento y
degeneración autoritaria del Estado? Responder a lo primero es -en cierta
forma- contextualizar: referir las medidas de orden público y la búsqueda de
unanimidad del régimen autoritario en aquellos años.459 Responder a lo
riforma dello Stato”, n. 1, gennaio 1980, pp. 16-18, y siempre de él en la misma revista: 19741976: I´attacco allo Stato, n. 2, febbraio 1980, pp. 12-13, así como I segnori della guerra, n. 3,
marzo 1980, pp. 28-29. Para una idea más general sobre las BR véase Gian Carlo CASELLI y
Donatella Della PORTA, “La storia delle Brigate rosse: strutture organizzative e strategie
d´azione” en Donatella Della PORTA (coordinador), Terrorismo in Italia... op. cit., pp. 153-221;
Carlos PRIETO del Campo (editor), Brigadas Rojas. Entrevista con Carla Mosca y Rossana
Rossanda, trad. Carlos Prieto del Campo, AKAL, colección Cuestiones de antagonismo 14,
Madrid, 2002 y Giovanni FASANELLA y Alberto FRANCESCHINI, Che cosa sono le BR. Le
radici, la nascita, la storia, il presente, BUR Futuropassato, Milano, 2004.
458
Idem, p. 3.
459
Nuestro autor ubicaba en 1989 tres etapas a través de las cuales se construyó el “derecho
especial y de excepción” en Italia, “distintas por sus contenidos y los destinatarios de las leyes
promulgadas, por sus efectos sobre las estructuras” del sistema punitivo, “por las culturas
jurídicas y por los mensajes políticos de los cuales han sido expresión y vehículo”: a) aquella
que va de 1974 a 1978, en la cual “las leyes excepcionales no tienen nada que ver con el
terrorismo ni, en general, con la delincuencia organizada”; en ella, la ley Bartolomei de 14 de
octubre de 1974 y la ley Reale de 22 de mayo de 1975 -que fueron leyes ciertamente en
contraste con el estado de derecho- no incidían “de manera directa y significativa sobre el tejido
de las garantías propias del subsistema penal ordinario” sino que fueron promulgadas “para
hacer frente, según el eslogan de la campaña política que acompañó a su promulgación, al
genérico fenómeno de la <<delincuencia desbordante>>; en tal fase, sobre todo en el bienio
1977-78, se dieron leyes cuyas innovaciones introducidas “no hicieron más que extender o
reforzar los poderes de policía, cancelando las minireformas que los habían limitado en los
años inmediatamente precedentes y volviendo a desarrollar la vieja tradición policial del estado
italiano; b) aquella que va de finales de 1979 y que no cierra en el tiempo nuestro autor, en la
que se da una “legislación antiterrorista y un derecho político de excepción propiamente dichos”
y en la cual “es la magistratura, y no ya la policía, la que asume por entero el peso de la lucha
contra el terrorismo” con lo que se perturbaron “todas las garantías clásicas” y, c) aquella que
se inauguraría en 1981 y que tampoco cierra en el tiempo FERRAJOLI, con leyes de
156
segundo es, sin más, hablar de la génesis del garantismo en cuanto que este
tiene como contexto de surgimiento esa involución autoritaria del Estado
italiano que signficó la emergencia.460
Pues bien, nuestro autor dio puntual seguimiento a las medidas de orden
público y leyes de excepión de la Democracia cristiana y sus aliados.461 Para
finales de 1977 ofrecía un mapa, posiblemente el más completo, de tales
medidas y modificaciones (las que en ese año se habían dado y las que
estaban por aprobarse). En 1977: ordine pubblico e legislazione eccezionale,
FERRAJOLI apuntaba en cinco secciones los retrocesos legislativos o
infralegislativos que, a manera ejemplificativa y no exhaustiva ofrece quien esto
escribe.462
“diferenciación y subjetivización penal por tipos de autor, de imputado o de detenido, y por
tanto, (de) generalización de la especialidad mediante el desarrollo de varios derechos penales
especiales y diferenciados”, con “el crecimiento de la discrecionalidad en las fases ante y post
iudicium según módulos transaccionales idóneos para conferir la máxima flexibilidad tanto al
rito como a la pena”. Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., pp. 818-820.
460
Para el lector no conocedor de la realidad particular de Italia se puede decir que la
emergencia fue el periodo (preponderantemente en los años setenta) en el cual: a) hubo actos
terroristas, b) hubo la percepción de peligro a las instituciones y a los gobernantes por parte de
éstos últimos, c) se dio una involución policial del Estado y, d) se dio una disminución de las
libertades fundamentales para hacer frente a aquél peligro. La emergencia tuvo el triple efecto
de: a) paralización “de las reformas al código penal” como “actuación de los valores y de los
principios de la Constitución”; b) perversión “sobre el plano de la cultura jurídica” y, c)
repercusión “en la expansión progresiva de la lógica de la emergencia que es la lógica de la
sublimación autoritaria”. Tullio PADOVANI, Il sistema represivo nella stagione dell´emergenza,
“Problemi del socialismo”, nn. 27 y 28, maggio-dicembre, 1983, p. 188. Ese contexto muy
particular de surgimiento del garantismo se afirma como decisivo para la configuración de su
teoría, tal como se ha formulado por el autor en estudio, teoría que se revisará en el apartado
siguiente de esta tesis.
461
Para una sistematización del debate de la izquierda no partidista sobre las leyes de
emergencia para esos años -a partir de las revistas La quiestione criminale, Democrazia e
diritto, Politica del diritto, Quale giustizia, Critica del diritto y Quaderni piacentini- véase
Stanislao RINALDI, Ordine pubblico e criminalità nel dibattito della sinistra giuridica (19741976), “Dei delitti e delle pene”, n. 1, gennaio-aprile, 1987, pp. 61-119 y de él mismo Politica di
ordine pubblico, violenza politica e garantismo nel dibattito della sinistra giuridica (1977-1980),
“Dei delitti e delle pene”, n. 3, settembre-dicembre, 1987, pp. 513-591. Otra sistematización, a
partir de una extensa bibliografía, también la realiza Vittorio GREVI, “Sistema penale e leggi
dell´emergenza: la risposta legislativa al terrorismo”, en Gianfrando PASQUINO (coord.), La
prova delle arme\ op. cit., pp. 17-74, con el inconveniente de no ser crítico en las medidas de
“pentimento”.
462
Luigi FERRAJOLI, 1977: ordine pubblico e legislazione eccezionale, “La questione criminale.
Rivista di ricerca e dibattito su devianza e controllo sociale”, n. 3, settembre-dicembre 1977, pp.
361-404, también publicado como Leggi eccezionali 1977, “Quotidiano dei lavoratori”,
domenica/lunedì 25 y 26 settembre 1977, p. 3. Véase asimismo, siempre de nuestro autor: Un
incredibile arsenale di misure di polizia approvate piano piano dal parlamento, “Quotidiano dei
lavoratori”, domenica/lunedì 3/4 luglio 1977, p. 3, que se refiere en gran parte a las medidas de
orden público publicado en “La questione criminale” referido supra; Ordine pubblico e analisi
delle controriforme governative, “Quotidiano dei lavoratori”, martedì 5 luglio 1977, p. 3, donde
apuntaba que las reformas tendían también a privilegiar, en detrimento de la magistratura, a la
policía en cuanto órgano represivo, reforzando sus poderes de autónoma intervención y
157
En el tema carcelario sostenía -con razón- que: se había instituido una
militarización de la seguridad en las cárceles vía decreto ministerial; se había
nombrado a un oficial general que era, en los hechos, un coordinador de los
servicios
de
seguridad
internos
y
externos,
un
super-director,
un
superintendente con plenos poderes; el uso de las armas sería generalizado en
todos los institutos penitenciarios y ello había sido adoptado no por vía legal
sino mediante un simple reglamento, mediante un acto potestativo del Ministro;
asimismo apuntaba nuestro autor que se habían creado cárceles especiales las
cuales eran ilegítimas: no se había dado ninguna ley para instituirlas, eran
creadas de hecho y éstas significaban la introducción de un doble régimen de
detención penal dado que, a la pena ordinaria se podía añadir la segunda pena
-remitir a alguien a una cárcel especial- según criterios enteramente extraños al
principio de legalidad de la pena; además, se había limitado el uso del teléfono
en las cárceles.
En el caso de las medidas excepcionales que se referían al proceso
penal, FERRAJOLI apuntaba: se había dado un golpe al régimen de la nulidad
en el proceso;463 sería posible ya, gracias a aquéllas, dirigir al imputado
acusaciones fundadas sobre medios de pruebas recolectados sin su
conocimiento y sin alguna garantía de defensa; igualmente, se establecía en el
famoso proyecto de ley Bonifacio-Cossiga n. 1798 que hubiera una facultad del
Ministerio y de la policía para requerir información sobre contenidos de
actuaciones procesales, en clara violación al secreto instructorio; además, se
reduciendo los poderes de los jueces en lo individual mediante órganos judiciales colegiados,
que en materia de organización de los servicios de la policía la DC no cambió nada y que “ni
siquiera las izquierdas insistieron seriamente en una verdadera reforma de la policía basada
sobre la descentralización de los aparatos”, asimismo que en materia de servicios secretos,
toda su gestión permanecía encargada, intacta, al poder ejecutivo: no obstante que un artículo
preveía la constitución de un <<comité parlamentario>> nada cambiaba si -como era previsto- el
Presidente del Consejo podía continuar oponiendo a éste y al entero parlamento así como a la
magistratura, el secreto político y militar del cual él permanecía el único y exclusivo garante; y
Le nuove misure liberticide, “Quotidiano dei lavoratori”, martedì 6 settembre 1977, p. 3, donde
se ocupaba de dos nuevas leyes exepcionales, sobre el delito de casco (reato di casco, por el
cual se sancionaba a quien lo utililizara al conducir motocicleta en cuanto que cubría su
identidad) y en materia de garantías procesales.
463
“... en base a (un) increíble artículo, un ciudadano podrá ser vencido en juicio sin que ni él ni
menos su defensor hayan sido ni siquiera avisados ni del inicio del proceso ni de los
innumerables actos instructorios realizados sin su intervención; y si él no se apura para la
apertura del juicio oral (dibattimento), quizá porque es irreparable o rebelde, y pedir la
anulación de la instrucción o de este o de aquél acto instructorio, cualquier vicio aun vistoso de
la instrucción deberá considerarse superado, jamás sucedido”. Luigi FERRAJOLI, 1977: ordine
pubblico... op. cit., p. 373.
158
habían añadido nuevas hipótesis de términos máximos de encarcelación
preventiva;
se
habían ratificado
dos
convenciones
con
implicaciones
desafortunadas: con la primera, firmada en Nueva York el 14 de diciembre de
1973, dada la indeterminación de muchas de las figuras de delitos previstas,
sería posible la persecución política más odiosa y arbitraria y, con la segunda,
la
<<Convención
europea para la represión del terrorismo>> adoptada en
Estrasburgo el 10 de noviembre de 1976, se mellaba el derecho de asilo a los
extranjeros y, más aún, de la tutela jurídica de los ciudadanos italianos de
frente a pedimentos de Estados extranjeros que pudieran ser originadas por
motivos políticos o con propósitos de venganza o de persecución.
En otro orden de aspectos, nuestro autor también criticaba en 1977:
ordine pubblico e legislazione eccezionale la intención de adoptar medidas
restrictivas de la libertad que asumiría la policía en el caso de mera sospecha
(arresto o fermo di polizia); el interrogatorio que se realizaría por aquélla sin la
presencia del defensor; las intercepciones telefónicas por parte de la policía
con autorización verbal de la autoridad judicial, la intención de crear nuevos
tipos penales, entre otras medidas que, al momento de escribir FERRAJOLI en
ese entonces, todavía no eran aprobadas mediante las reformas legales
respectivas pero que poco tiempo después se concretaron.
Por último, nuestro autor también denunciaba, entre otras cosas, la
pretensión de sustituir ciertas penas de libertad por penas patrimoniales, cuyo
efecto sería que pagar una multa constituiría un lujo que no todos podrían
permitirse464 así como, y de una sintomática peculiaridad, criticaba diversas
propuestas de reforma de la Democracia cristiana, del PSDI y del PCI de -en
términos generales- hacer más difícil el ejercicio democrático del referéndum
(verbigracia: aumentar el número de ciudadanos solicitantes, la imposibilidad
de pedirlo sobre una ley sino hasta que hubieran pasado tres años de su
entrada en vigor), pretendiendo con ello transformarlo de un instrumento de
control popular directo sobre el Parlamento a un instrumento completamente
controlado por los grupos parlamentarios.
464
“Ni el grande ni el rico deben satisfacer por precio los atentados contra el flaco y el pobre; de
otra manera las riquezas que bajo la tutela de las leyes son el premio de la industria, se
vuelven alimento de la tiranía”. Cesare BECCARIA, Tratado de los delitos y de las penas, s/t,
Porrúa, 17ª edición, México, 2008, p. 54.
159
Ahora bien, FERRAJOLI en 1978 también daría puntual seguimiento al
tema de la ley Real, el símbolo por excelencia entonces de medidas
antigarantista,465 cuando, por ejemplo, de los ocho referéndums requeridos por
los radicales en 1977 y referidos en el apartado anterior -entre los que se
encontraba precisamente la pretensión de abrogar la ley Real- la Corte
Constitucional rechazó cuatro: el del Código penal fascista, el del concordato
fascista de MUSSOLINI, el del Código penal militar de paz y el de los tribunales
militares.
FERRAJOLI criticó duramente esa declaración de inadmisibilidad466
porque el artíulo 75 constitucional es claro: “No es admitido el referéndum para
las leyes tributarias y del presupuesto, de amnistía e indulto, de autorización
para ratificar tratados internacionales”. Así, si bien es cierto -proseguía nuestro
autor- que podía haber dudas sobre el referéndum sobre el concordato,
también lo era que la ley n. 810 de 1929, no se trataba de una ley de
autorización a la ratificación sino una ley de ejecución de un tratado. Pero ante
todo, quizá lo que había que destacar es que la Corte constitucional -decía
nuestro autor- había descubierto que “el código fascista Rocco y los dos
códigos militares son leyes sobre el presupuesto; o que son leyes tributarias; o
quizá leyes de amnistía o de indulto, o leyes de ratificación de tratados
internacionales”.
Fuera de ironía, FERRAJOLI destacaba que se debía tomar nota:
Del hecho que esta Corte constitucional no es más un órgano judicial sino
es un órgano político, portavoz del gobierno y del arco constitucional. Que
su razón es la razón de Estado y no la razón jurídica. Que su ley no es la
Constitución sino sólo los dictados del gobierno y de su grandísima mayoría.
Que ayer la razón de Estado inspiró un pequeño golpe constitucional.467
Era así que de las cuatro solicitudes de referéndum que escaparon a la
demolición de la Corte constitucional -sobre el financiamiento a los partidos
políticos, sobre la Comisión investigadora, sobre la ley Real y sobre la ley en
465
La legge Reale, cuyo principal redactor fue el entonces Ministro de la Justicia, Oronzo
REALE, del Partido Republicano Italiano, disponía entre otras cosas: a) la facultad de las
fuerzas del orden para emplear las armas en cualquier situación que exigiera la necesidad
operativa, incluidos los casos de orden público; b) extendía las hipótesis de custodia
preventiva, aún en ausencia de delitos flagrantes y, c) normaba el uso del casco y de otros
elementos potencialmente aptos para hacer irreconocibles a los ciudadanos.
466
Luigi FERRAJOLI, Reso <<costituzionale>> anche il giudice Rocco, “Quotidiano dei
lavoratori”, venerdì 20 gennaio 1978, p. 1.
467
Ibidem.
160
materia de manicomios- el autor en estudio le daría seguimiento al tercero.
Denunciaba el gran engaño que estaba por hacerse468 por la gran coalición de
gobierno presentando una ley que versaba sobre la materia del referéndum a
fin de que se actualizara la causal de improcedencia (precisamente si se da
una ley sobre la cuestión refrendaria éste no procede). FERRAJOLI mostraba
algunos contenidos del proyecto de la nueva ley (la Real-bis), que eran incluso
de empeoramiento, y destacaba cómo el PCI exigía -para su participación en la
farsa- que se presentaran otras tantas leyes para impedir los otros referéndums
en cuestión y cómo tal partido protestaba en aspectos marginales, a saber: que
se cuidaran los modos a fin de revestir de democrático y con un mínimo de
credibilidad el fraude así como asegurar su eficacia.469
El seguimiento pues a las medidas de orden público en este periodo era
puntual, no obstante -y sobre todo- durante la coyuntura que presentaba el
secuestro de Aldo MORO, entonces presidente de la Democracia cristiana, a
manos de las BR, sucedido el 16 de marzo de 1978, y hasta su asesinato por
éstas el 9 de mayo inmediato siguiente.470
Así, durante el secuestro MORO es que, en silencio, se proseguía con la
aprobación de la ley-fraude a fin de abrogar la ley Real, impedir con ello el
referido referéndum e introducir algunos sustanciales retrocesos en materia de
orden público con la Reale-bis. Esta venía, apuntaba FERRAJOLI,471 “sustraída
también al debate público en pleno, para ser redirigida a la clausura de una
comisión”. De este modo, “el obstruccionismo de nuestros Gorla y Pinto y de
los radicales” venía ya “estigmatizado violentamente, por los nuevos
468
Luigi FERRAJOLI, Legge Reale: il grande imbroglio, “Quotidiano dei lavoratori”, martedì 7
marzo 1978, pp. 1 y 8.
469
Tocaba, concluía FERRAJOLI, “a todas las fuerzas democráticas movilizarse, con la lucha y
la información de masa, para que el fraude sea desvelado y no sea completado”. Idem, p. 8.
470
En este sentido: Luigi FERRAJOLI, Le leggi liberticide non sono più <<eccezionali>>,
“Quotidiano dei lavoratori”, domenica/lunedì 26/27 marzo 1978, pp. 1 y 8, donde se ocupaba de
dos iniciativas en materia de orden público aprobadas por el gobierno en el espacio de una
semana: el diseño de ley aprobado el 15 de marzo y acordado por los cinco partidos de la
mayoría, y el decreto-ley n. 59 del 21 de marzo emanado después del secuestro de Aldo
MORO y donde criticaba la propaganda gubernamental que sostenía que todas esas medidas
no eran <<excepcionales>>. Esas nuevas medidas de emergencia las calificaría FERRAJOLI
como “nuevo y gravoso ataque (...) a la garantía constitucional de la libertad” en la breve
opinión recogida en: Il mondo giuridico esamina il Decreto Legge del 21 marzo. Inutile,
pericoloso, contraddittorio, “Nuova Polizia e riforma dello Stato”, n. 4, aprile 1978, p. 23.
471
Luigi FERRAJOLI, Lo stato di diritto procede a colpi di mano, “Quotidiano dei lavoratori”,
venerdì 28 aprile 1978, p. 1.
161
sostenedores de la democracia plebiscitaria y totalitaria, como
<<descrédito
de
instituciones>> si no es que como un atentado a su funcionamiento”.
Con esos procedimientos en lo oscuro y animadversión a la oposición:
El único adversario que (el Estado) de hecho favorece y alimenta es
precisamente aquél que declara combatir y contra el cual las leyes
liberticidas son ridículamente ineficaces: el terrorismo, que es hoy la
principal y quizá la única fuente de legitimación del nuevo Estado integralista
autoritario.472
Pero la
<<legge
Reale>> se mantenía, por lo que su combate tampoco se
detuvo, sobre todo si iba a ser materia de referéndum y no arrivaba una nueva
ley que lo impidiera. Por ello FERRAJOLI pedía “votar -según razón y según
conciencia- por el <<Si>> abrogativo”.473
Evidentemente, la defensa de la
<<legge
Reale>> tampoco se detenía, la
cual había sido dejada -destacaba FERRAJOLI-474 al PCI por ser éste, había
descubierto la DC, su mejor propagandista.
En esta difícil empresa de propaganda en apoyo de una ley que es ya el
símbolo de la política y de los fracasos de la Dc en materia de orden
público, el Pci está dando prueba de extraordinaria vocación al sacrificio. Lo
que, de hecho, es más triste no es tanto el espectáculo de incoherencia que
está dando respecto al voto contrario de hace tres años y más en general a
sus tradiciones democráticas, sino sobre todo la miseria de sus
argumentaciones.475
472
Ibidem.
Véase el desplegado Personalità della cultura e del sindacato per il SI. Importante iniziativa
democratica per l´abrogazione della Legge Reale, “Quotidiano dei lavoratori”, martedì 30
maggio 1978, p. 1. En las razones que ofrecían los abajo firmantes, vale decir, estaba la
ineficacia de esa ley contra el terrorismo que no había obstaculizado el desarrollo de la
violencia sino más bien acrecentado la prepotencia policial y los encuentros. “... el terrorismo no
se combate exigiendo un estado de policía, sino afrontando las razones de la marginación y de
la explotación, desarrollando la democracia y rehabilitando en la conciencia de las masas,
contra la tentación de la rebelión armada, una creíble prospectiva de lucha y de liberalización
colectiva”. Ibidem.
474
Luigi FERRAJOLI, Il Pci e la Reale, “Quotidiano dei lavoratori”, mercoledì 31 maggio 1978,
p. 1.
475
Ibidem. Los argumentos de los comunistas eran de tres tipos: a) el <<vacío legislativo>> que
vendría dejado por la supresión de la legge Reale; a lo que FERRAJOLI respondía que todo se
podía decir de las leyes de emergencia y fascistas excepto que ellas estaban vacías “y no
llenas de autoritarismo: de normas antigarantistas y vejatorias de las libertades civiles, de
espacios en blanco para los arbitrios de policía”; una variante de dicho argumento era el
<<vacío antifascista>>, como si -sostenía- la legge Reale hubiese agregado algo a la ley
SCELBA del ´52 que permaneció letra muerta. El segundo argumento era que la legge Reale
estaba por ser suprimida por una mejor y que sólo el irresponsable bloqueo de los radicales y
demás no permitió la abrogación por la vía parlamentaria. FERRAJOLI replicaba que era falso y
que, en todo caso, ello sería contradictorio “¿Qué sentido tiene pedir a los electores confirmar
una ley que se declara querer abolir después de pocas semanas?”. Por último, estaba el
argumento de la <<división del país>>, la <<espiral catastrofista>>, el <<colapso>>, el <<fin de la
República>>, a lo que respondía que se trataba de una vieja idea: que cualquier batalla política
e ideal que no se desarrollara “en las débiles instancias parlamentarias o de las secretarías de
los partidos es destinada a degenerar con firmeza”.
473
162
Ahora bien, es preciso detenerse en la tragedia de Aldo MORO. En un
desplegado476 FERRAJOLI y un extenso número de suscritos, entre ellos
Vittorio FOA y Danilo ZOLO, ofrecían su visión del suceso (éste representaba
“el más grave episodio de una estrategia del terror”) y observaban una
intención de “consolidar las bases de consenso de la nueva desmedida
coalición de gobierno, de quitar legitimidad al disenso político y a la oposición
de clase, de neutralizar la vigilancia democrática y el espíritu crítico”. Pero ante
todo fijaban su postura: reivindicaban “el deber de no delegar a los aparatos del
Estado comprometidos con la estrategia de la tensión la defensa de la libertad
y de la democracia”.477
El caso MORO, como es de imaginarse, dividió a los actores políticos y a
la sociedad por lo que hacía a una posible negociación con los brigadistas a fin
de lograr su liberación. Los democristianos “se dividieron entre ellos, los
socialistas (cautamente favorables a un acuerdo) se dividieron con los
comunistas (francamente contrarios), se divide también lo que quedaba de la
izquierda extraparlamentaria”.478
Buen ejemplo de esto último era la declaración publicada por
FERRAJOLI y unos pocos, muy pocos, compañeros más de la nuova sinistra
en la que se dirigían “con firmeza a las Brigadas Rojas para que salvaran la
vida de Aldo Moro.479
FERRAJOLI, en lo particular, se expresaría por la posibilidad jurídica de
una liberación de los 13 brigadistas que pedía la organización armada a cambio
476
Véase <<Rivendichiamo la legittimità di opporci e dissentire>>, “Quotidiano dei lavoratori”,
domenica/lunedì 2/3 aprile 1978, pp. 1 y 8.
477
Interesante era la forma en que concluían el desplegado: en los cateos que realizaba, “la
policía no encontró algo mejor que secuestrar tres máquinas de escribir Ibm del mismo tipo
usado por las Br para escribir sus mensajes. Estas tres máquinas Ibm, fueron <<culpables>> de
encontrarse en la casa de compañeros, donde fueron dejadas comunicaciones judiciales con
las cuales se hipotiza la acusación de concurso y secuestro de persona y homicido múltiple.
Obviamente no hay ningún indicio que pueda sostener esta hipótesis, pero todo sirve cuando
se deben crear <<monstruos>> en la izquierda”. Idem, p. 8
478
Vittorio FOA, Questo Novecento... op. cit., p. 342.
479
Perchè la morte di Moro sarebbe un colpo contro la classe operaia. Una dichiarazione di
alcuni firmatari dell´appello, “Quotidiano dei lavoratori”, mercoledì 19 aprile 1978, p. 1. El resto
de suscritos eran: Michele COIRO, Lino Del FRA, Vittorio FOA, Elio GIOVANNINI, Dacia
MARAINI, Pio MARCONI, Franco MARRONE, Aldo NATOLI, Ugo PIRRO, Luigi SARCENI,
Franco FORTINI, Franco MISIANI y Ninetta ZANDEGIACOMI. En la breve carta insistían en la
defensa del derecho a la vida de MORO, en la convicción que su asesinato “aceleraría el
cambio autoritario ya en proceso; provocaría una rápida barbarie de toda la sociedad, un
reimpulso represivo y sanguinario”.
163
de la liberación de MORO.480 Así lo permitía el artículo 54 del Código penal: la
liberación de los 13 detenidos, que en condiciones normales constituiría el
delito de proveer la evasión, en el (entonces) estado de necesidad
representado por el
<<peligro
actual no voluntariamente causado ni de otra
forma evitable de un daño grave>>, constituye un acto lícito y en consecuencia
jurídicamente posible sin lesión alguna de la legalidad, argüía nuestro autor.
Pero no sólo. La negociación era jurídicamente obligatoria por parte del
Estado. El artículo 219 del Código de procedimientos penales, proseguía el
autor italiano, lo establecía: “<<La policía judicial>> [y en consecuencia los
órganos de la cual esta depende]
<<debe
también por propia iniciativa impedir
que los delitos>> [en la especie el secuestro de persona]
<<traigan
consigo
consecuencias ulteriores>> [el asesinato del rehén]”. Así pues:
Dentro el gigantesco eslogan <<Estado que no negocia>> no hay ni
humanidad ni legalidad. Hay sólo rigidez deshumana de los pálidos
consejeros de la razón de estado, que desde el inicio irrazonable e
irresponsablemente dramatizaron la cuestión, para refundar simbólicamente
el prestigio de la institución sobre la ley de la fuerza y de la pura
violencia.481
Y la razón de Estado se impuso. Como se dijo, Aldo MORO fue
asesinado por los secuestradores brigadistas el 9 de mayo de 1978. Su muerte
reforzaba la exigencia de consenso al Estado fuerte. Riccardo GUASTINI
ofrecía una breve pero ilustrativa exposición del escenario que se presentaba
en ese periodo.482 En primer término, estaba la superación cada vez más
creciente de los límites jurídicos y políticos en las acciones del Estado,
representada por las virtualmente aprobadas (en el momento que escribía)
leyes de emergencia y excepción. En segundo lugar, el advenimiento de una
nueva fase de unanimidad en el seno de las instituciones, provocadas por la
solidaridad que había recibido el Gobierno -de la que ningún otro había
480
Luigi FERRAJOLI, Il dovere di trattare, “Quotidiano dei lavoratori”, mercoledì 3 maggio 1978,
p. 1.
481
Ibidem.
482
Riccardo GUASTINI, Materiali di analisi sulla trasformazione autoritaria dello Stato, en
“Critica del diritto”, n. 12, settembre-dicembre 1977, pp. 3-8. Se entiende que la edición iba
retrasada y que aparece con fecha anterior a eventos a los que hacía referencia. Para una
recreación de algunas opiniones sobre el clima político y social -que omite las del círculo de
nuestro autor- véase Marica TOLOMELLI, Terrorismo e società. Il pubblico dibattito in Italia e in
Germania negli anni settenta, Il Mulino, XX Secolo Collana di Storiografia e Storia del pensiero
politico, Bologna, 2006.
164
gozado- por el secuestro de Aldo MORO;483 unanimidad que se daba continuaba
GUASTINI-
en
todos
los
órganos
del
Estado:
la
Corte
constitucional, el Parlamento, el Gobierno, los partidos, la radio y la televisión
pública, sin dejar de advertir el intento de acrecentar en el pueblo ese consenso
hacia el Estado, buscando transformar cada ciudadano en un delator o en un
policía:
en
suma,
en
un
funcionario
del Estado. Los mass-media se
empeñaron -sentenciaba GUASTINI- en un esfuerzo sin precedentes para
hacer interiorizar a todos nosotros los valores de la conservación política.
Y en tercer término, el silenciamiento de la oposición parlamentaria,
dado que era mal vista la discusión en una situación difícil y delicada por la que
pasaba el Estado: La discusión no es más la función soberana del Parlamento
sino en cambio una maniobra para implantar la democracia representativa.484
Ahora bien, para el próximo año, esto es 1979, la situación política y
social no era menos tensa que en los años precedentes. FERRAJOLI
denunciaba,485 por ejemplo, que en pleno inicio de la campaña electoral se
daba la represión y disolución de una asamblea en la Facultad de Economía,
en Roma (que por milagro no pasó a desgracia), con el “argumento” que
<<la
483
Lo cierto es que -como se dijera en un Editorial de “La questione criminale”- la tragedia que
significó el secuestro y ejecución de Aldo MORO intensificó la vocación del aparato estatal por
pretender que los ciudadanos se hicieran uno y lo mismo con el Estado. Tras el suceso hubo
un esfuerzo notable del poder político por crear una nueva relación religiosa entre autoridad e
individuos: “el sacrificio de este hombre por los superiores intereses del Estado se completó (...)
en modo solemne y ritual”. Se dio, en suma, un intento considerable de la Democracia cristiana
de manipular al pueblo llamándolo a la unidad y al sacrificio. “La questione criminale”, Editorial,
n. 1, gennaio-aprile, 1978, pp. 3-9.
484
Un cuadro de las corrientes que se aprestaban a interpretar esta situación particular en la
que se encotraba Italia la ofrecía Danilo ZOLO, quien sostenía que una primera interpretación
teórica era la proveniente de la cultura marxista ortodoxa, para la cual el ilegalismo político y el
terrorismo era una crisis irreversible de la hegemonía burguesa, de su Estado y de su derecho.
Para una segunda interpretación, dentro de la cual ubicaba a Federico MANCINI, lo que
sucedía en Italia era más bien una exageración: un catastrofismo de la Nueva izquierda, de
fantasmas ideológicos que no tenían ningún respaldo en la realidad; así, por ejemplo, en Italia
no se había introducido el concepto schmitiano de “enemigo público” como sí se había hecho
en esos años en Alemania. En el tercer modelo -donde ubicaba a FERRAJOLI a la par que a
Federico STAME y Alberto MELUCCI, y que Danilo ZOLO denominaba como el propuesto por
la Nueva izquierda italiana, no referido al marxismo-leninismo ortodoxo o neo-ortodoxo- la
situación política y social por la que atravesaba Italia era entendida como una crisis estructural
del Estado asistencial presente en todos los países de capitalismo avanzado. Véase Danilo
ZOLO, Legislazione represiva, terrorismo e capitalismo maturo. Tre modelli di interpretazione
del “caso italiano”, en “Critica del diritto”, n. 13, gennaio-aprile 1978, pp. 7-17, escrito que
corresponde a su ponencia en el Congreso internacional Legislazione eccezionale e ordine
pubblico: crisi dello Stato di diritto nei Paesi di capitalismo avanzato”, organizado por la
Facultad de Derecho de la Universidad de Camerino los días 11-13 de mayo de 1978.
485
Luigi FERRAJOLI, Provvedimenti assurdi che spingono alla latitanza, “Quotidiano dei
lavoratori”, venerdì 11 maggio 1979, p. 2.
165
manifestación no fue autorizada>>, lo que representaba -decía- “una motivación
ridícula dado que, si bien el artículo 17 de la Constitución prevé el preaviso a
las autoridades y la posibilidad de la autorización y de la prohibición sólo para
las reuniones
<<en
lugar público>>, lo cierto es que también afirma que
<<para
las reuniones también en lugar abierto al público [escuelas, universidad, etc.]
no es requerido el preaviso>>”. Por ello eran relevantes esta pregunta y esta
aseveración:
Nos preguntamos, después de los hechos de ayer y después de la
prohibición de la manifestación del 12 de mayo, si existe aún en nuestro
país, la libertad de reunión para la oposición. Esta libertad es hoy el principal
freno contra la clandestinidad y el terrorismo: significa la posibilidad de
hacer política de forma pública, de organizarse a la luz del sol. Cada
restricción es un regalo al <<partido armado>> con el cual el poder parece
ser simplemente aliado.486
En Provvedimenti assurdi FERRAJOLI aprovechaba para denunciar más
hechos “menores pero no menos graves” que se venían dando, como el arresto
el 20 de abril anterior de 12 compañeros suyos por asociación subversiva tan
sólo porque a uno de ellos fue
<<encontrada>>
una pistola (aunque había dudas
de ello) en su casa.
En 1979 también hacía una breve revisión de nuevas medidas penales,
procesales y de policía recién aprobadas que significaban un “salto cualitativo”,
a saber: la militarización del control penal, la disolución del principio de estricta
legalidad mediante nuevas figuras de delitos de sospecha e indeterminados; la
degradación inquisitoria del proceso penal y la extensión de los poderes de
policía.487
486
Ibidem.
Luigi FERRAJOLI, Uno per uno i frantumi dello Stato di diritto, “il Manifesto”, giovedì 20
dicembre 1979, pp. 1 y 2. En el mismo sentido véase Luigi FERRAJOLI, Le nuove misure
segnano un salto di qualità: l´estensione ormai senza limiti dei poteri di polizia, “Quotidiano dei
lavoratori settimanale”, 23 gennaio 1980, p. 4. Con motivo de estas recientes medidas de
excepción adoptadas -cadena perpetua para terroristas que asesinaran magistrados o fuerzas
del orden, mayores facilidades para la interceptación telefónica, detenciones por sospecha de
actos preparatorios de delitos de terrorismo, entre otras-, nuestro autor reiteraba -veáse su
breve opinión contenida en Reazioni, commenti, giudizi. Misure del Governo, “Nuova Polizia e
riforma dello Stato”, n. 1, gennaio 1980, p. 15- que, en efecto, “la crisis de las garantías de
libertad introducidas en nuestro País en la segunda mitad de los años setenta da un salto
cualitativo (...) y dan la señal de la solución autoritaria sobre las cenizas de nuestro Estado de
derecho”. Para una revisión de tales reformas asimismo véase Domenico PULITANÒ, Le
misure del governo per l´ordine pubblico, “Democrazia e diritto”, n. 1, gennaio-febbraio 1980,
pp. 19-29, quien las consideraba la “declaración de un ordenamiento ideal de firmeza, de una
general solidaridad contra la subversión, de una inmediata tranquilización del <<sentido común
de la población angustiada>>”.
487
166
En Uno per uno i frantumi dello Stato di diritto se detenía en la
“innovación más grande introducida en el sistema penal”: la introducción de un
amplio abanico de
<<delitos
de sospecha>> dado que la
<<asociación
con
finalidad de terrorismo o de rebelión del orden democrático>> era deducida de
un elemento subjetivo y no de elementos objetivos; la
<<asistencia>>
prestada a
los terroristas (o sospechosos de ser tales) era indeterminada y con ello
golpearía a simpatizantes o sospechosos; y la retención de documentos, entre
otros, con lo cual dejaba de existir la diferencia esencial entre la legislación
excepcional alemana y la italiana: allá la trivialización del principio de estricta
legalidad venía dada -apuntaba FERRAJOLI- a través del vaciamiento de la
legalidad penal operada con la creación dentro del derecho penal común de un
específico derecho penal político; en Italia mediante la atribución a las fuerzas
de policía de una serie compacta de poderes instructorios y de medidas
restrictivas de la libertad personal, es decir, a través de la edificación de un
autónomo derecho penal y procesal preventivo de policía.
De marca también alemana -proseguía nuestro autor- era la institución
del así llamado
<<testimone
della corona>>, o sea cuando al imputado se le
aligeraba la pena no sólo por haberse disociado sino porque ayudara a los
investigadores en la recolección de las pruebas, “por ejemplo autoacusándose
o denunciando o testimoniando contra los concurrentes”. Sin dejar de omitir
que con tales reformas se permitirían los cateos domiciliarios a edificios -o
bloques de edificios- aprobados por un poder policial que a diferencia de
Alemania venían previstas sólo por mandato judicial.488
488
Un apreciable y extenso balance -teórico y práctico- ofrecido por Luigi FERRAJOLI sobre las
medidas de excepción, de algunos conceptos que se le anteponían y de principios que
violaban, también se puede encontrar en Cesare DONATI (coord.), Dizionario critico del diritto,
Savelli Editori, collana Diritto e capitale 5, Milano, 1980, donde nuestro autor se ocupaba de
definir las voces: misure cautelari di polizia, misure di prevenzione, misure di pubblica sicureza,
misure di sicureza, pena (principi teorici), pena (profili reali), processo penale (principi teorici),
processo penale (profili reali), reato (principi teorici), reato (profili reali), sanzione y sospetto
(reati di). En síntesis, FERRAJOLI clasificaba las cuatro primeras como “medidas de defensa
social” [cuyos elementos eran esencialmente “su función no retributiva (de un hecho
antijurídico), sino preventiva o por mucho cautelar” y “su naturaleza prevalentemente
potestativa, que de hecho las sostrae casi integralmente de todas las garantías establecidas en
materia penal y procesal”. Idem, p. 228] que a su vez distinguía de las penas, por lo cual
también se ocupaba de los principios teóricos -del delito y del proceso penal- que tales medidas
vulneraban.
167
2.2.3 Otras críticas a otras involuciones autoritarias
E
s necesario destacar que FERRAJOLI en ese 1979 atendería a la
involución autoritaria que se daba también fuera de Italia. Una
ocasión que se presentaba para ello era en el caso de Petra KRAUSE,
ciudadana italiana y alemana, pretendida por Suiza para su reencarcelación o
más aún, para su extradición a Alemania.
El análisis que hacía nuestro autor de su situación jurídica era muy
claro.489 Había un acuerdo, una nota entre el Departamento federal de policía y
de justicia de Berna y la Embajada italiana en Suiza para la entregar a Petra
KRAUSE a la Corte de Zurich para enfrentar un proceso todavía pendiente “por
delitos de explosión y otros”. Pues bien, la ejecución de un acuerdo así violaría
la Constitución italiana que prohibe la extradición por “delitos políticos”, cuya
naturaleza de políticos estaban incluso reconocida en la acusación suiza;
violaría el Código de procedimientos penales italiano que establece que la
extradición de un imputado no puede ser concedida por el ministro de la justicia
sin una preventiva sentencia de extradición que, dada la razón anterior, no
podía que ser negativa; violaría la Convención europea de extradición que sin
más excluye ésta por delitos políticos, sin omitir, apuntaba FERRAJOLI, que la
entrega de hecho de KRAUSE a Suiza “equivaldría a un secuestro de
persona”.490
Había más limitantes jurídicas para la extradición:491 Suiza no había
formulado una verdadera y propia solicitud de extradición pues sólo existía la
nota referida, además los “delitos de explosión” y, sobre todo, los “otros”, no se
sabía en qué consistían. Asimismo, el autor italiano aprovechaba -y aquí la
revisión de las experiencias autoritarias en Europa- para destacar que Suiza
tenía el lugar número uno de duración máxima de encarcelación preventiva: en
Italia hasta ocho años, Suiza sin límite de tiempo; a KRAUSE, en 28 meses de
489
Luigi FERRAJOLI, Contro l´estradizione di Petra Krause. L´illegittimità costituzionale del suo
eventuale trasferimento in Svizzera e le manovre delle autorità tedesche, “Quotidiano dei
lavoratori”, giovedì 4 gennaio 1979, p. 4.
490
Los caminos que tenía el ministro Francesco Paolo BONIFACIO, apuntaba FERRAJOLI,
eran: i) dimitir, ii) denunciar la ilegitimidad del acuerdo respecto de la Constitución pero también
de la Convención europea de extradición y, iii) pedir a Suiza que mande a Italia, para que se
desarrolle en la península, el proceso pendiente en aquél país. Si no se había hecho nada de
esto es porque se quería pasar a Petra por una cárcel suiza para reenviala a Alemania dado
que “una extradición directa de Italia a Alemania sería jurídicamente imposible”. Ibidem.
491
Luigi FERRAJOLI, La campagna di mobilitazione in difesa di Petra Krause, “Quotidiano dei
lavoratori”, sabato 6 gennaio 1979, p. 7.
168
cárcel no le habían empezado su juicio (en Italia después de 3 meses habría
podido exigir su excarcelación); ella y muchos otros detenidos estaban en
aislamiento total; todo esto hacía a las cárceles suizas estar en contradicción
con dos principios constitucionales en materia de ejecución penal en Italia: que
las penas no pueden consistir en tratamientos contrarios al sentido de
humanidad y que la ley establece los límites máximos de la encarcelación
preventiva, apuntaba FERRAJOLI.
Pero si las leyes y régimen carcelario de Suiza sorprendían por su
antigarantismo, no menos Alemania occidental, Irlanda del Norte y Gran
Bretaña. En el primer caso, nuestro autor ofrecía una buena muestra de la
involución autoriataria:492 en el país vecino desapareció de hecho la figura del
defensor de confianza (di fiducia), a lo que había que agregar la creación de la
figura delictiva de “apoyo” a asociación terrorista, por lo que “cualquier incisiva
defensa” de un abogado tenía el riesgo de “ser incriminada”; se instauró “el
control de un juez sobre toda la correspondencia del detenido por actividad
terrorista”, incluída aquella con su defensor, de ahí la violación al principio del
secreto profesional entre defensor e imputado, sin descontar que “cateos,
secuestro de materiales defensivos, procedimientos penales y disciplinarios y
vejaciones de cualquier género” habían llegado a ser “administración ordinaria
de los abogados y de los detenidos”; se estableció que el gobierno de un Land
o el ministro federal de la justicia podían determinar “en cualquier momento el
<<bloqueo
total de las comunicaciones>> del detenido con el mundo externo”;
asimismo se estableció -en clara violación al principio de defensa- que el juicio
pudiera desarrollarse en ausencia del imputado;493 se había prohibido la
defensa colectiva, es decir, la posibilidad de que un mismo abogado defendiera
varios imputados en un mismo proceso, impidiendo con ello la organización de
492
Luigi FERRAJOLI, Rft: una democrazia integralista (2). Un´analisi sull´involuzione autoritaria
della Germania socialdemocratica, “Quotidiano dei lavoratori”, giovedì 11 gennaio 1979, p. 15.
Para un bosquejo “de las causas fundamentales de la configuración autoritaria de la gestión del
poder” para el caso de la Alemania Federal véase Elmar ALTVATER, Jürgen HOFFMANN y
Willi SEMMLER, Germania federale: la formazione autoritaria di una democrazia parlamentare,
“Problemi del socialismo”, aprile-settembre 1978, Milano, pp. 49-73.
493
Las hipótesis de aplicación, según la ley, apuntaba FERRAJOLI, eran: a) si el imputado
dolosa y de forma culpable se hubiese puesto en una situación tal para excluir su capacidad al
proceso; b) si el imputado por comportamiento irregular fue alejado de la sala y reenviado a la
celda; 3) si el juez ordenaba que el imputado, durante un testimonio, era alejado de la sala por
el temor que un coimputado o un testigo no dijera la verdad al testimoniar en presencia de
aquél imputado.
169
la defensa y propiciando que éstas no fueran coordinadas; de igual forma se
habían extendido los espacios del arbitrio policial (cateos también en edificios
completos, retenes, detenciones de policía); además un proyecto de ley de
policía atribuía a ésta “el poder de
<<constreñir
a hacer, tolerar u omitir
cualquier cosa>> a través del uso de medios coercitivos indeterminados” y, “de
frente a un peligro actual para la vida o la integridad personal, el poder de
<<disparar
mirando a dañar órganos vitales>>”. Por último, eran de destacarse
las medidas penitenciarias aprobadas desde 1976 en Alemania occidental que
consentían “tratamientos especiales a adoptarse o como
disciplinarias>> o más genéricamente como
<<medidas
<<sanciones
precautorias>>: en
particular la celda de aislamiento” que no era mas que “un refinado sistema de
tortura psíquica basado sobre la llamada privación sensorial”, que podía durar
tiempo indeterminado, siendo el detenido vigilado en la noche con luces
permanentes, privado de la referencia horaria y permitiéndose el uso de las
armas
<<cuando
las otras medidas de coacción directa se demostraron
inútiles>> y <<el fin que se persigue no puede ser logrado>>.
Por lo que hacía a Irlanda del Norte, FERRAJOLI destacaba494 la variada
existencia de figuras de “detención de policía”, una de las cuales podía durar
hasta 72 horas tan sólo por sospecha de ser terrorista; la detención militar
(fermo militare) por 4 horas; la posibilidad para los agentes de policía y para las
fuerzas armadas de
<<entrar
en edificios o en otros lugares si lo consider(aban)
necesario para la salvaguardia de la seguridad y del orden público>>; cerrar
calles al tráfico:
aviones>>;
Interior-
<<detener,
<<tomar
<<de
inspeccionar y catear vehículos, embarcaciones y
posesión>> -previa autorización o por cuenta del ministro del
terrenos y otros bienes>>, adoptar medidas de protección de
edificios; secuestrar, destruir o remover bienes; realizar
<<otros
actos>> lesivos
de derechos públicos subjetivos. Y aún de mayor alcance, la ley de 1973 que
establecía todas estas medidas, también contemplaba “para los delitos de
terrorismo procesos con Cortes sin jurado”, es decir, con “comisarios
gubernamentales y tribunales de apelación nominados directamente por el
ministro”, juicios -si se les podía llamar así- que se desarrollaban “sin ninguna
de las tradicionales garantías de defensa”: eran en privado, la asistencia de un
494
Luigi FERRAJOLI, Irlanda del Nord: la giustizia è quella dei tribunali militari, “Quotidiano dei
lavoratori”, sabato 13 gennaio 1979, p. 15.
170
defensor no era necesaria sino sólo posible y eventual, el comisario
gubernamental podía excluír al defensor y al imputado de alguna audiencia si
consideraba que su presencia era contraria a los intereses de la seguridad
pública y eran admisibles como medios de pruebas aquellos no admitidos
frente a los tribunales normales, entre otras increíbles cuestiones.
Finalmente, en el caso de Gran Bretaña, FERRAJOLI apuntaba495 que la
ley de emergencia de 1974 había sido sustituída y agravada por una segunda
ley de 1976 que era sumamente autoritaria: porque castigaba “como delito de
<<asociación
<<apoye>>
prohibida>> no sólo la pertenencia a la asociación, sino a quien la
o participa en reuniones dirigidas a apoyarla”. Pero más grave aún,
se castigaba hasta con 5 años a quien tuviera información útil para prevenir
actos de terrorismo, para asegurar el arresto, entre otros aspectos, por omisión
de denuncia: “La sospecha, en Inglaterra como en Alemania, penetra así en el
tejido de la entera vida civil como principio inherente a todas las relaciones
privadas”.
De igual modo, la civilísima Inglaterra era -después de Irlanda del Norteel país europeo en el cual había sido introducida la más extensa detención de
policía (fermo di polizia). Igualmente grave era que ésta podía arrestar sin
mandato de autoridad judicial a quien fuera sospechoso de pertenecer o de
<<apoyar>>
una asociación prohibida, y también a quien simplemente <<en lugar
público endosa(ba) un tipo de vestimenta o (tenía) consigo un objeto tal que
induciera a la razonable sospecha de pertenencia o de apoyo a una asociación
prohibida>>. Por último, la ley de 1976 permitía que el Secretario de Estado
llegara a ser una autoridad con verdaderos poderes judiciales toda vez que,
entre otras cosas, podía “disponer, en caso de sospecha, el arresto, la
interrogación, la detención y la modalidad de alejamiento” a quien se
encontrara en llegada o en partida de Gran Bretaña o de Irlanda del Norte y
podía atribuir a funcionarios gubernamentales el poder de arrestar y de
interrogar a quien pudiera ser expulsado, de catear, y de secuestrar objetos.
495
Luigi FERRAJOLI, Gran Bretagna: autoritarismo in bombetta e ombrello, “Quotidiano dei
lavoratori”, sabato 13 gennaio 1979, p. 15.
171
2.2.4 La génesis del garantismo
C
omo era evidente, todas las medidas de excepción y leyes de
emergencia referidas y oportunamente denunciadas por nuestro
autor tuvieron resonancia al interior del Poder Judicial, el cual presenció una
declinación notable en los parámetros de legalidad. El mismo FERRAJOLI
reiteraba en los años noventa que l´emergenza despertó -en ese entonces- la
cerrazón corporativa y la vocación conservadora de todo el orden judicial;
rehabilitó las inclinaciones sustancialistas y autoritarias de la jurisdicción penal;
realimentó la concepción del imputado como enemigo y del procedimiento
judicial como lucha, así como la idea de la eficiencia, en la primacía de los
resultados sobre los medios para conseguirlos.496
L´emergenza extremó la “capacidad de imaginación”, por llamarla así, de
quienes concibieron y conocieron de los proceso <<7 aprile>> y conexos,497 el de
SOFRI, PIETROSTEFANI y BOMPRESSI, el de la ciudad de Bergamo498 y
muchos más, con la honrosa excepción del juez Giovanni PALOMBARINI,
como lo reconocería el mismo FERRAJOLI.
Como es de imaginarse, las injusticias en esos procesos -con
repercusiones a lo largo de la década de los ochenta e incluso de los noventalas combatió nuestro autor con su implacable e incansable pluma desde las
páginas de periódicos y revistas (sobre todo desde il Manifesto) con escritos
aparecidos algunos de ellos en momentos decisivos de los mismos,
especialmente del <<7 aprile>>.
496
Luigi FERRAJOLI, “Per una storia delle idee di Magistratura Democratica”, en Nello ROSSI,
Livio PEPINO, et al., Giudici e democrazia3 op. cit., p. 70.
497
El 7 de abril de 1979 se realizaron arrestos en Padova de profesores universitarios,
escritores, poetas, periodístas, entre otros. Las órdenes de detención “se fundaban” en la
pretensión de que tales personas fueran o hubieran estado ligadas a las Brigadas Rojas. El
más destacado de entre los detenidos era Antonio NEGRI, docente de ciencia política en la
Universidad de Padova y en la Sorbona de París. Del proceso <<7 aprile>> me ocupo infra. Para
una versión periodística de dicho proceso véase Giorgio BOCCA, Il caso 7 aprile. Toni Negri e
la grande inquisizione, Feltrinelli, Attualità, Milano, 1980.
498
El 26 de marzo de 1976 en Bérgamo, Italia, durante una marcha sindical -en el marco de
una huelga general- que se dirigía hacia la prefectura y que era encabezada por una
delegación que quería hablar con el Prefecto, dentro de la cual estaba Edo RONCHI, de
improviso se dio un encuentro entre parte de los manifestantes y la policía incluso con bombas
molotov y gases lacrimógenos. El 10 de abril de 1981 Edo RONCHI fue arrestado en Roma con
orden de captura del juez instructor de Bérgamo bajo la imputación de concurso en violencia a
la fuerza pública así como de fabricación, portación y disposición de botellas incendiarias. Luigi
FERRAJOLI, “Lotte operaie e terrorismo: facciamo una sola inchiesta”. L´arresto di Edo Ronchi,
“Quotidiano dei lavoratori settimanale”, n. 15, venerdì 17 aprile 1981, p. 4.
172
La génesis del garantismo, se puede decir, equivale en gran parte o casi
se identifica con la crítica a esos desafortunados procesos.499
No por casualidad en 1979, en las páginas de il Manifesto, comenzaba
una extensa discusión sobre el garantismo -que iniciaba Rossana ROSSANDA
con su rechazo a éste-500 a partir de la mesa redonda en la que habían
participado seis juristas, entre ellos Luigi FERRAJOLI, a invitación de tal
periódico para analizar el proceso 7 aprile.501
El autor italiano en estudio respondía a ROSSANDA una semana
después con preguntas provocativas, aclarando el tema, evidenciando los
planos teórico-político e ideológico, formulando una crítica y destacando las
implicaciones a dicha crítica.502
En principio, le preguntaba -en efecto provocando- si compartía los
principios de civilidad jurídica como el principio de estricta legalidad en materia
penal, la presunción de inocencia, la carga de la prueba o si los rechazaba.
“¿... prefiere que la lucha al terrorismo nos haga regresar al medievo?
¿Sostiene que estos principios deban ser salvaguardados en cualquier
499
Me parece que sería válido remitirse más atrás, a la etapa en la cual fue juez nuestro autor,
y observar ahí una crítica y un seguimiento a casos concretos de procesos iliberales que
constituirían un “antecedente” remoto en la génesis del garantismo, como en Luigi FERRAJOLI,
“L´involuzione autoritaria della Magistratura italiana” en Luigi FERRAJOLI, Fortunato
AVANZATI, et al., Antifascismo como lotta... op. cit., pp. 112 y ss., donde refería el caso de
Ernesto TOLIN, de 1969, encarcelado por un delito de opinión, cuando a partir de piazza
Fontana, “con los grandes procesos políticos” se inició la “involución autoritaria de la institución
judicial que se expresó en un creciente desprecio de la ilegalidad republicana”, y el caso de
Giangiacomo FELTRINELLI y todas las medidas represivas que “servían a claros fines
políticos: alimentar en la opinión pública aquel alarmismo y aquella caza al subversivo y al
peligroso rojo que debía favorecer, como favoreció, el giro hacia la derecha de la vida política
del país”.
500
Rossana ROSSANDA, Perchè non sono <<garantista>>, “il Manifesto”, martedì 17 luglio
1979, p. 2. La política y periodista de izquierda rechazaba el garantismo -decía- por su “límite
formal y en consecuencia injusto”, por su “incapacidad política”, su “pobreza”.
501
Véase la intervención en la Tavola rotonda <<Una discussione tra giuristi (Ferrajoli, Galasso,
Misiani, Pulitanò, Rodotà, Saraceni); è un processo politico di tipo nuovo. Le prove non
esistono, ma non servono neppure, perchè l´accusa si basa sulle figure degli imputati>>, “il
Manifesto”, domenica 15 luglio 1979, pp. 3 y 4. Aquí sostenía nuestro autor -entre otras cosasque el proceso 7 aprile sí era un proceso político; que los imputados debían “demostrar lo
infundado de la sospecha rehaciendo la historia de su(s) vida(s)” y que serían castigados con
una “cadena perpetua, con una carga de estigmatización política, pública” porque “decir que
uno es jefe de las Br significa” decir “que ha hecho todo aquello que han hecho las Br en Italia”,
lo que no era poca cosa.
502
Luigi FERRAJOLI, L´infausto abecedario3 op. cit., p. 3. El debate lo intitulaba “il Manifesto”:
Terrorismo. Come si defende la democrazia nella democrazia? La questione delle libertà
individuali e dello stato sotto la duplice tendenza a una ripresa autoritaria e al ritorno al
formalismo del diritto. Apriamo un dibattito. Por el interés que representa, es oportuno
reproducir lo más exhaustivamente posible la réplica de FERRAJOLI a ROSSANDA.
173
sociedad, capitalista o de transición o socialista, en la cual se continúe
celebrando procesos, o los considera reliquias burguesas?”
Aclarando el tema, FERRAJOLI refería que ROSSANDA había
recordado “escolásticamente
<<abstracto>>
<<el
abc>> del marxismo: el carácter
<<igual>>
y
del derecho burgués, sus bases individualistas, su formalismo no
neutral, su función de garantía” -lo que esto no era más que “un banal y
cansado abc”- pero que los temas del
<<derecho
igual>>, del principio de
igualdad y de legalidad penal no habían sido objeto de discusión de la mesa.
“Se hablaba, más simplemente, de las garantías de la
<<libertad
personal>>
contra las encarcelaciones arbitrarias”.
Y aquí entraba el autor en estudio al terreno teórico-político:
Rossanda muestra una concepción extraordinariamente optimista del
poder; supone que el poder, una vez suprimidas o debilitadas las garantías
(...) pueda dirigirse a sí mismo. Es verdad. Las garantías jurídicas tienen un
<<límite de miedo>>: que está en el hecho de que ellas, si no son sostenidas
o hechas valer por un adecuado contrapoder, tienden a ser constantemente
atropelladas y anuladas por su valencia <<anti poder>>, lo que sería poco
responsable desde un punto de vista de clase (de las clases carentes de
poder institucional) desvalorar.503
Pues bien, el punto es que FERRAJOLI formulaba su crítica a la
tradición política que revelaba ROSSANDA con su participación porque tal
tradición no había tenido “familiaridad con el derecho: los únicos valores que
logra percibir son los de la fuerza o, por mucho, del consenso disciplinado”.
Así -terminaba el autor- la intervención de ROSSANDA reflejaba
problemas reales -que no eran mas que retos para el garantismo en esa fase
de génesis- como “el del rol de las garantías institucionales y de los límites
jurídicos en la defensa del poder estatal”.
Al debate continuaba Toni NEGRI, abogando por el garantismo pues
“hoy -decía desde la cárcel- batirse en términos garantistas es válido y
503
Ibidem. En relación a la puesta en evidencia del plano ideológico, frente al dicho de
ROSSANDA <<Yo, garantista sobre el terreno procesal, no lo soy sobre el político>>,
FERRAJOLI sostenía, entre otras cosas, que no era claro “el significado de esta disociación
entre derecho y política: como (olvidando) que cualquier modelo de proceso no develara
siempre, y no reflejara, un modelo de Estado y una práctica de poder y de cultura política”. Y
añadía: tal “profesión de anti-garantismo teórico y político es de cualquier forma una
reivindicación de continuidad con la tradición comunista de este siglo (...) en neta contradicción
-es necesario decirlo- con las contribuciones dadas por Rossanda (...) a la crítica de los
<<socialismos reales>>”. Ibidem.
174
revolucionario”;504 Giancarlo PELLEGRINI, miembro de Md, quien con un
transfondo aún alternativista del derecho, insistía en la defensa de los derechos
de libertad y en el papel relevante en ello de la asociación a la que
pertenecía;505 Oreste SCALZONE -también desde la cárcel- quien suscribía las
argumentaciones de FERRAJOLI, y no por tratarse de un “interés simplemente
<<táctico>>”
506
sino por todos los principios de civilidad que se respetan en el
garantismo, pues “aún cuando uno fuese un
<<combatiente
comunista>> (...), no
puede ser mantenido en la cárcel sin pruebas específicas en contra de él”;507
en algún sentido Lucio CASTELLANO, Libero MAESANO y Paolo VIRNO,
yendo más allá de las tesis de Rossana ROSSANDA;508 Salvatore SENESE,
quien anteponía a Rosa LUXEMBURGO frente a las consideraciones de
ROSSANDA y señalaba que el garantismo no podía ser sólo cuestión de leyes
y de procedimientos, sino que debía ser también movilización democrática y
presencia de las masas en grado de exigirlo y de imponerlo a través de un
control social sobre los aparatos;509 Federico STAME, a quien le parecía que la
discusión -a esas alturas- se había transformado en “un verdadero y propio
punto de discriminación al interior de la izquierda”, y para quien el garantismo reiterando el pesimismo antropológico en el ejercicio del poder- no era mas que
“el complejo de técnicas institucionales que el antagonismo social requiere y se
debe dar en el cuadro de una sociedad altamente compleja”510 y Gianni
GIANNOLI, a quien le parecía que el garantismo tenía el riesgo “de no bastar y
no defender más”, si bien reconocía su simpatía por los dos puntos fuertes del
504
Antonio NEGRI, Filosofia e politica del diritto da Rebibbia. Un intervento su garantismo,
costituzione formale e materiale, democrazia e comunismo. Un rapporto che si è spezzato,
quello tra diritti individuali e capitale, “il Manifesto”, giovedì 2 agosto 1979, p. 3.
505
Giancarlo PELLEGRINO, Il garantismo non è né una prassi processuale, né una teoria
istituzionale. Ma un modo (tradizionale) di intendere il rapporto tra diritto e politica, “il
Manifesto”, domenica 5 agosto 1979, p. 4.
506
Oreste SCALZONE, Perchè non sono innocentista, “il Manifesto”, mercoledì 8 agosto 1979,
p. 4.
507
Oreste SCALZONE, Per un neogarantismo intransigente e radicale, “il Manifesto”, giovedì 9
agosto 1979, p. 4.
508
Lucio CASTELLANO, Libero MAESANO y Paolo VIRNO, Non nuove leggi, ma l´abolizione
delle vecchie. L´orizzonte del movimento è l´estinzione di ogni norma, “il Manifesto”, mercoledì
8 agosto 1979, p. 4.
509
Salvatore SENESE, <<Il garantismo, oggi, può servire a una vera critica del diritto, capace di
individuare il nucleo di razionalità e universalità>>. Riprende il dibattito avviato dal <<manifesto>>
con un intervento del segretario di <<Magistratura democratica>>, “il Manifesto”, martedì 25
settembre 1979, p. 3.
510
Federico STAME, Perchè non esiste un uso <<strumentale>> del garantismo, “il Manifesto”,
giovedì 11 ottobre 1979, p. 3.
175
“núcleo del razonamiento de los neo-garantistas”: la transformación autoritaria
de los Estados modernos y la crítica del <<socialismo real>>.511
Pues bien, antes de entrar en los casos concretos, es decir, a las críticas
de nuestro autor a los procesos antigarantistas en lo particular, me parece
oportuno destacar que hubo en FERRAJOLI un propósito político explícito de
denuncia y de erosión del poder -poniendo en evidencia su abuso- así como el
mérito de un empeño civil y político: el seguimiento de los procesos exigió un
extenuante trabajo, de lectura de autos y sentencias o de asistencia a las
audiencias; sin descontar que tales textos echaban luces a los interesados en
defender y defenderse en dichos procesos, en sede jurídica, de dónde estaban
las “trampas” procesales o la degradación o, en suma, negación de los
principios de civilidad.
Me parece además que de la revisión de tales textos se aprecia un
cometido político implícito, a saber, defender a aquella generación italiana
sesentaochentesca -no defendida, sino incluso combatida, por el PCI-512 que
vivió
en
el
clima
transformación”,
513
de
“movilización,
euforia
colectiva,
voluntad
de
políticamente afín a nuestro autor, y que tuvo como
respuesta a su vocación contestaria -por parte del poder- el estatus de
enemiga.
511
Gianni GIANNOLI, Un <<garantismo>> che non garantisce, “il Manifesto”, venerdì 2
novembre 1979, p. 3. Sobre la génesis del garantismo asimismo véase Romano CANOSA, Il
garantismo oggi, “Quaderni piacentini”, nn. 72 y 73, ottobre, 1979, pp. 35-51, quien abogaba
por un garantismo de derechos de libertad y de derechos sociales [en el mismo sentido, pero
fuera de ese contexto, Alberto GIANQUINTO, Libertà e costituzione o del garantismo attivo,
“Democrazia e diritto”, n. 4 (ottobre 1994) y n. 1 (marzo 1995), pp. 165-184], de particular
pertinencia, suscribiendo también un liberal-socialismo, Domenico PULITANÒ, Sui garantismi.
Per una reimpostazione del dibattito, “Democrazia e diritto”, n. 5, settembre-ottobre 1980, pp.
677-701 y Riccardo GUASTINI, Che cos´è il garantismo, en “Critica del diritto”, nn. 16-17,
gennaio-giugno 1980, Torino, pp. 63-66, quien apuntaba que “garantismo” es el nombre de una
ideología política por la que se entiende un conjunto de enunciados -propios del lenguaje
valorativo y normativo- tendentes a delinear una serie de valores o fines a perseguir y, con ello,
los medios para realizarlos.
512
El PCI “fue la única fuerza que (...) apoyó orgánicamente la investigación de Calogero y de
la magistratura romana”. Federico STAME, Crisi, diritto, politica, “Quaderni piacentini”, nn. 72 y
73, ottobre 1979, p. 10.
513
Caracterización que hace Luigi FERRAJOLI del ´68 italiano cuando hacía la comparación
con el clima que vivía Nicaragua tras su revolución de finales de los años setenta, si
bien es cierto -apuntaba- que con la diferencia de haber sido ésta una “revolución completada
al precio de decenas de miles de muertos para la liberación de una de las dictaduras más
feroces del mundo”. Luigi FERRAJOLI, Nandaime, un episodio isolato... op. cit., p. 5.
176
2.2.4.1 El proceso de Bérgamo
l proceso de Bérgamo para FERRAJOLI514 correspondía a un
E
(también) caso clínico, más todavía en la parte de Edo RONCHI.
Como se recordará, este dirigente político en la nuova sinistra era acusado de
violencia a la fuerza pública y fabricación y posesión de botellas incendiarias
después de 5 años de sucedidos los hechos. La serie de problemas que se
presentaban en el caso RONCHI las plasmaba FERRAJOLI 7 días después de
su arresto. En principio, un linchamiento de la prensa antigarantista que daba
así la noticia:
<<Otro
paso adelante en la investigación sobre el terrorismo.
Cinco arrestados en Bérgamo, detenido también “Edo”, jefe de DP>> y
<<Terrorismo:
cuatro arrestos en Bérgamo y uno en Roma. Este último es
Edoardo Ronchi del ejecutivo nacional de DP>>. Se trataba más que de una
lucha al terrorismo, de una lógica política a la que respondía un
comportamiento de la prensa consistente en la “irresponsable ligereza o quizá
la premeditada voluntad difamatoria de fuerzas interesadas en intrumentalizar
el terrorismo”: aquella de homologar la violencia con “comportamientos sociales
que hacen parte de la tradición del movimiento obrero y echar sombras de
sospecha sobre militantes y sobre grupos políticos de izquierda no aún
alineados en la defensa del estado de cosas existente”.515
Pero en el plano jurídico el punto fino era que el juez instructor había
girado la orden para caputar a Edo RONCHI cuando ello era facultativo. Se
podía emitir -como lo estableció la Corte constitucional en una sentencia de
514
Luigi FERRAJOLI, “Lotte operaie e terrorismo: facciamo una sola3 op. cit., p. 4.
“El <<Corriere della Sera>>, el <<Giorno>>, el <<Tempo>>, el <<Giornale>>, el <<Eco di
Bergamo>> no han perdido la ocasión para confirmar aquella que ya es su costumbre y quizá
su consciente línea de agresión a la presunción constitucional de inocencia de los imputados:
la amplificación de las acusaciones, su agravamiento, y en este caso además la asociación
entre hechos terroristas y las imputaciones por delitos cometidos en ocasión de
manifestaciones públicas. Desde años, estos periódicos se hicieron megáfonos de la acusación
pública y portadores de una cultura y de una práctica del linchamiento, echando en toda
ocasión sensacionales polvaderas dirigidas solamente a tirar lodo sobre los imputados y a
sembrar alarma y sospecha en la opinión pública”. Ibidem. Consideraciones sobre los <<mass
media>> y la magistratura en referencia a esos procesos antigarantistas se encuentran en Luigi
FERRAJOLI, “Emergenza terroristica e cadute della cultura garantista. È possibile tornare
indietro?”, en La
Magistratura di fronte al terrorismo e all´eversione di sinistra,
MAGISTRATURA DEMOCRATICA (coord.), FrancoAngeli, Quaderni di “Questione Giustizia”,
Milano, 1982, pp. 128-133, que corresponde a su ponencia en el congreso homónimo al libro
celebrado en Roma el 21 de mayo de 1982 y donde denunciaba -a propósito del proceso 7
aprile y el de Bérgamo- que “la relación con los mass media se deterioró a tal grado que, ya en
muchos casos no (era) la prensa la que controla(ba) la actuación de los jueces, sino el juez
que, al contrario, maneja(ba) la prensa a través de la difusión de noticias, a través de
relaciones privilegiadas con los periodistas”. Idem, p. 132.
515
177
1970- solamente “en presencia del peligro de fuga o de contaminación de las
pruebas”. En el caso de RONCHI no existían tales posibilidades y, peor aún, se
había motivado aquella con la absurda idea de su oportunidad
<<en
consideración de la gravedad de los hechos, de la personalidad de los
imputados y de las exigencias procesales>>.
A los tres meses de la detención de Edo RONCHI y de permanecer en
prisión, FERRAJOLI volvía al tema.516 No sólo para recordar que la orden de
captura era facultativa, a menos que hubiera peligros de fuga o de
contaminación de las pruebas, lo que no sucedía en el caso concreto, sino
ahora para criticar la requisitoria de sólo 23 renglones y en la cual destacaban,
como elementos probatorios, los señalamientos sobre todo de un coimputado
arrepentido (pentito): Sergio MARTINELLI, las cuales por mucho “pueden ser
consideradas -subrayaba nuestro autor- indicios, que deben ser confirmados
por otros objetos y verificaciones (por lo que) estamos en presencia de una
solicitud de reenvío a juicio no sostenida por ningún elemento de prueba”.
Peor aún, el juez no aceptó -no obstante las muchas solicitudes- las
audiencias para testimonios a favor de RONCHI: “¿cómo en tres meses ni los
ministerios públicos ni el juez tuvieron la necesidad de interrogarlos? ¿Quizá
porque temían que su
<<pentito>>
fuese por ellos desmentido y tuviera el riesgo
así de pasar por un calumniador?”517
Nuestro autor insistía después en el proceso a Edo RONCHI518 por su
naturaleza clínica de patología judicial en la cual se cruzaban “casi todos los
elementos de innovación y al mismo tiempo de degeneración del proceso
penal”: por el carácter -el más alarmante- de “investigación historiográfica
compleja sobre asuntos entre ellos completamente heterogéneos”, en efecto,
145 hipótesis de delito y 136 imputados, metiendo junto los hechos y las
personas más dispares; por tratarse, según las palabras del propio juez
516
Luigi FERRAJOLI, Una assurda violazione del diritto di difesa, “Quotidiano dei lavoratori
settimanale”, n. 27, venerdì 10 luglio 1981, p. 24.
517
Los <<imputados arrepentidos>>, eran los acusados de terrorismo a quienes se les ofrecía
que cooperaran en el proceso -generalmente dirigiendo acusaciones contra excompañeros- a
cambio de beneficios (frecuentemente no cumplidos). Esta “innovación” procesal italiana
mereció una ley y no menos críticas de nuestro autor, entre otras razones, porque venía a
distorsionar el carácter triádico del proceso. En todos los procesos antigarantistas que nuestro
autor criticó, las acusaciones de los pentiti llegaron a ser determinantes.
518
Luigi FERRAJOLI, L´inquisizione a Bergamo, “Quotidiano dei lavoratori”, vernerdì 27
novembre 1981, pp. 3 y 5. El escrito también se encuentra como Luigi FERRAJOLI, Manuale di
procedura penale, o le inchieste sul terrorismo3 op. cit., p. 5.
178
instructor, de “un
<<processo
di pentiti>>: donde
<<las
confesiones y las
coimputaciones superan cuantitativa y cualitativamente cualquier otra fuente>>”;
por la declaración del juez en el sentido de que “<<sin duda se puede afirmar
con franqueza que todas las declaraciones verificables>> hechas por el principal
de los arrepentidos, Sergio Martinelli,
<<fueron
confirmadas>>”, lo que era falso,
apuntaba nuestro autor, recordando que no dejaron ofrecer testigos de
descargo, a lo que el referido juez aducía que ello era innecesario toda vez que
MARTELLINI “<<adquirió en el curso de la instrucción un crédito de
atendibilidad francamente demasiado elevado para ser puesto en discusión>>”.
Igualmente grave era la encarcelación preventiva para los fines de
inquisición pues Edo RONCHI tenía ya más de 8 meses en la cárcel, señalando
el juez que aquélla se justificaba -como se dijo- por “<<la gravedad de los
hechos, la personalidad del imputado, su comportamiento procesal>>”.
¿Qué código de procedimientos consultaron estos magistrados? ¿De qué
compilaciones de jurisprudencia, de cuáles tratados de derecho procesal
obtuvieron los referidos criterios -el comportamiento procesal, la actitud que
se tuvo en la instrucción, la necesidad de asegurar al juicio oral la presencia
del imputado, que como es claro tiene el derecho además de negar y de
mentir también de permanecer rebelde- para <<dosificar>> la libertad de los
ciudadanos? Esta cultura inquisitoria parece bastante formada en el
Tractatus de maleficiis de Alberto da Gandino.519
Todavía el último día de ese 1981, FERRAJOLI daba la lucha por los
derechos de RONCHI.520 Ello sucedía cuando reclamaba a Giancarlo PAJETTA
su lectura poco atenta de los procesos penales sobre (supuesto) terrorismo y
mostraba el caso de Edo RONCHI como claro ejemplo de un proceso
antigarantista dolosamente pasado como uno de aquellos. FERRAJOLI le
recordaba que el dirigente de Democrazia proletaria había sido arrestado ocho
meses atrás bajo la acusación de un pentito de haber lanzado una botella
molotov en el curso de una manifestación en el lejano marzo de 1976. Contra
tal acusación -que no tenía nada que ver con el terrorismo- RONCHI se había
declarado inocente ofreciendo decenas de testimonios a su favor pero los
jueces instructores rechazaron escucharlos -hacía recordar FERRAJOLI“justificando esta absurda omisión con sus deberes o con el hecho -y eran
palabras contenidas en autos- que el pentito
519
520
<<adquirió
en el curso de la
Luigi FERRAJOLI, L´inquisizione a Bergamo... op. cit., p. 5. Énfasis en el original.
Luigi FERRAJOLI, Processi di terrorismo, “La Repubblica”, giovedì 31 dicembre 1981, p. 6.
179
instructoria un crédito de atendibilidad francamente demasiado elevado como
para poder ponerlo en discusión>>”. A RONCHI, asimismo, se le había negado
la libertad provisional -cuando sí se había dado en casos similares- con el
argumento que él había “tenido
<<un
comportamiento procesal rígido negando
toda acusación y proclamándose inocente>>”. Así, FERRAJOLI preguntaba a
PAJETTA si esto tenía que ver con los elementales principios de civilidad
jurídica y si las leyes sobre los arrepentidos tenían algo que ver con el
terrorismo o si no eran más bien la causa de que las cárceles estuvieran llenas
de inocentes.
2.2.4.2 El caso 7 aprile
E
n el caso del quizá más destacado proceso antigarantista, el
<<7
aprile>> y conexos, nuestro autor dio señales de movilización
inmediatamente después de que se daban las detenciones. Suscribía, junto
con 60 personalidades más -entre ellas Vittorio FOA, Claudio PAVONE,
Federico STAME y Danilo ZOLO-, un desplegado a fin de solicitar,
“precisamente (por) la excepcional gravedad de la acusación” (ser los
imputados jefes de las BR) que fueran exibidas, si las había, las pruebas.521
Los abajo firmantes sostenían que, si bien no querían entrar al mérito del
proceso, expresarían dos certezas: a) que las pruebas no podían ser “en
ningún caso recabadas de los escritos y de las posiciones políticas que hasta
(entonces habían expresado) públicamente los imputados”, no sólo en atención
a su derecho de libertad de pensamiento sino porque la producción teóricopolítica de ellos, aún siendo duramente criticable, era “totalmente ajena y hasta
incompatible con los modelos políticos manifestados y practicados por las Br”;
b) que rechazaban tajantemente “la unificación, operada por las imputaciones,
bajo idéntica inspiración y dirección política, si no es que personal, de toda la
compleja y heterogenea terminología de la violencia política de (esos) años, por
el terrorismo brigadista al terrorismo difuso hasta la violencia endémica
expresada por algunos grupos de la autonomia operaia. En particular -añadíanno era atendible la calificación en bloque de esta última formación (...) como
521
Desplegado que sintetizaba “il Manifesto” en la nota AUTONOMIA. Due appelli perché siano
rese súbito3 op. cit., p. 2.
180
una única
<<asociación
subversiva>> creada por unos muy pocos jefes y ligada
a las Br”.
Igualmente, de forma inmediata participaría en mesas redondas y
congresos donde se analizaba el proceso
<<7
aprile>>, sin faltar uno en la
Universidad de Padova los días 22 y 23 de junio de ese 1979, esto es en la
Facultad de Ciencias Políticas donde enseñaba -cabe recordar- Toni NEGRI.
Entre los aspectos abordados ahí, FERRAJOLI trataba de mostrar522 el
“esquema acusatorio” que contenía “tres innovaciones, entre ellas homogéneas
y funcionales: 1) “un nuevo método de individuación selectiva de los imputados,
fundado no ya sobre la verificación de los delitos sino directamente sobre la
identificación de los reos según el modelo penal precisamente de los
ordenamientos totalitarios (...);523 2) un específico método de construcción de
las acusaciones, que se expresa con la imputación no ya de delitos
consistentes en hechos precisos y determinados, sino de figuras de delito
considerablemente indeterminadas y genéricas (...);524 3) un específico método
de formación de las pruebas, es decir, la inquisición o la presunción de
culpabilidad y la modificación de la carga de la prueba sobre la defensa”.525 Así,
se entendía por qué:
In atrocissimis leviores coniecturace sufficiunt et licet iudici iuria trasgredi,
dice el aforismo medieval: en los delitos más atroces son suficientes
también los indicios y las conjeturas más leves y es lícito al juez transgredir
el derecho. De frente a la atrocidad del terrorismo no se va por lo sutil: si no
es posible identificar a los culpables a través de las pruebas es suficiente,
522
Luigi FERRAJOLI, Crisi del principio di stretta legalità e vanificazione dei diritti della difesa. Il
7 aprile segnala una trasformazione del processo e una caduta delle garanzie, “Quotidiano dei
lavoratori settimanale”, 01 maggio 1980, pp. 12 y 13. El congreso llevaba el título
“Legittimazione, conflitti sociali, produzione intelettuale” y su ponencia era publicada un año
después en el “Quotidiano dei lavoratori settimanale” pues, decía éste, “el análisis teóricopolítico del proceso” conservaba “plana validez y actualidad”.
523
“El criterio de identificación de los imputados, se dijo, no es la individuación del reo a través
de la prueba de los delitos, sino de los delitos a través de la preventiva selección de los reos”.
Idem, 13.
524
“Las figuras de delito que permiten apoyar la hipótesis acusatoria del complot son los delitos
de asociación; asociación subversiva, banda armada, insurrección armada contra el Estado...
Se trata de delitos por así decir <<en blanco>>”. Ibidem.
525
“... es en cambio el acusado que debe probar su inocencia. Y probar la inocencia es una
prueba diabólica, sobre todo cuando no hay hechos precisos de los cuales defenderse o los
hechos son proyectados según el esquema de la petición de principio... Tomemos el ejemplo
de la acusación de asociación subversiva dirigida a Alisa Del Re (pero lo mismo se podría decir
para aquella dirigida a Ivo Galimberti y Sandro Serafín y los otros imputados de Padova)...
¿Cómo se puede negar la <<contigüidad física con los operadores de la violencia>> en la
Facultad de Ciencias Políticas si se fue docente en aquella facultad? ¿O (cómo se puede)
negar el ligamen ideológico con Negri si la imputada fue su asistente?”. Ibidem.
181
para la opinión pública, individualizar a los chivos expiatorios o como sea a
los genéricos sospechosos.526
En su ponencia FERRAJOLI insistía527 asimismo en la novedad del caso
concreto: mientras en los tiempos de VALPREDA el proceso se basaba aún en
pruebas, manipuladas pero al fin pruebas, donde el mecanismo formal era
respetado, ahora -decía nuestro autor- había un nuevo modelo: político, sin
más; y terminaba señalando que era preciso tener clara una cosa:
correspondía a ellos -a la sociedad, al mundo académico- la libertad de juzgar
políticamente y libremente a NEGRI y sus compañeros por su responsabilidad
cultural, es decir, por lo que escribían.528
En ese contexto, poco después y tras nuevas detenciones -aquellas del
6 de junio de 1979 en contra de un grupo de imputados
<<menores>>,
los
redactores de la revista Metrópoli Lucio CASTELLANO, Paolo VIRNO, Libero
MAESANO y Lanfranco PACE- FERRAJOLI iba entrando en materia con
severas críticas a las primeras actuaciones preliminares.529
526
Ibidem.
Del congreso daba cuenta Ida FARÈ, Un nuevo metodo giuridico, il reato di sospetto. Nella
facoltà di Negri un convegno di giuristi sul processo 7 aprile. Non validità delle prove ma la
gravità delle accuse, “il Manifesto”, sabato 23 giugno 1979, p. 2.
528
Toni NEGRI, es cierto, venía escribiendo y proponiendo una acción revolucionaria en
escritos donde Il dominio e il sabotaggio. Sul metodo marxista della trasformazione sociale,
Feltrinelli, Opuscoli marxisti, Milano, 1978, debía ser considerado -decía- “como un quinto
capítulo”. Los anteriores eran: Crisi dello Stato-piano. Comunismo e organizzazione
rivoluzionaria, Feltrinelli, Milano, 1974; “Partito operaio contro il lavoro” en S. BOLOGNA, P.
CARPIGNANO y A. NEGRI, Crisi e organizzazione operaia, Milano, 1974; Proletari e Stato,
Feltrinelli, Milano, 1976 y “Autovalorizzazione operaia e ipotesi di partito” en La forma Stato,
Feltrinelli, Milano, 1977. En el primero en mención -o último de su serie- hacía aseveraciones y
exclamaciones como estas: “A nosotros la violencia se presenta siempre como síntesis: de
forma y de contenido (...) como fuerza productiva y como fuerza anti institucional” (p. 67).
“¡Basta con la hipocrecía burguesa y reformista contra la violencia!” (p. 69). “El método de la
transformación social no puede ser más que aquél de la dictadura proletaria. Entendida en
términos propios: como lucha por la extinción del Estado, para la sustitución entera del modo
capitalista de producción a través de la autovalorización proletaria y su proceso colectivo” (p.
44). Ante tales “propuestas”, por llamarlas así, habría que quedarse con las palabras de
BOBBIO: “cómo pueda creer seriamente que el problema del buen gobierno pueda ser resuelto
cambiando los detentadores del poder y dejando intactas, o más aún, empeorando las
estructuras de poder un estudioso que no nació ayer, como Negri, es para mi un misterio”.
Norberto BOBBIO, Quale socialismo?... op. cit., p. XII.
529
Luigi FERRAJOLI, L´ombra di Vysinskij sul nostro sistema processuale, “il Manifesto”,
martedì 10 luglio 1979, p. 4. La acusación -apuntaba nuestro autor- no era, como hubiese sido
lógico suponer, por delitos de opinión sino por “<<constitución de una asociación subversiva>>
articulada <<en más bandas armadas>> y dirigida <<a la insurrección armada contra los poderes
del Estado, a la promoción de la guerra civil, a la subversión de la sociedad y a la destrucción
del Estado>>, a través de la <<desestabilización de las instituciones y de la economía
nacional>> así como un denso programa de acciones criminales.
527
182
Lo grave en estas nuevas detenciones era -sostenía FERRAJOLI- que a
diferencia de los acusados del 7 aprile, a estos imputados ni siquiera se les
decía cuál era la banda armada o la asociación subversiva constituida o a cuál
de estas eran de algún modo afiliados; frente al delito imputado no era posible
defenderse (“es como si un infortunado viniera acusado no ya de haber robado
tal cosa a tal persona, en tal lugar, en tal día y en tales circunstancias, sino
genéricamente de ser un ladrón”); había vaguedad de los
<<suficientes
de culpabilidad>>: “la antigua militancia en Potere operaio, el
indicios
<<contenido
de las
revistas Metropoli y Pre-print, el hecho de que en estas colaboraban o pudieran
haber colaborado personas imputadas de actos de terrorismo”.530
Asimismo, sobre aspectos particulares que se iban generando en el
proceso 7 aprile, señalaba el “silencio de la cultura jurídica sobre una cuestión
central: la legitimidad de la extradición por los delitos” imputados a Franco
PIPERNO y Lanfranco PACE.531 Tras un análisis de la normatividad aplicable el artículo 3 de la convención de 1870 y el artículo 5 de la ley francesa del
10/3/1927 sobre la extradición- se requería, como condición necesaria, que
ésta no fuera con motivo de un delito que tuviera
<<carácter
político>>. Para el
caso de Italia, la Constitución y leyes disponían lo mismo, por lo cual, cualquier
cosa que se pensara de PIPERNO y PACE, imputados en el proceso 7 aprile,
lo cierto es que nadie podía negar que los delitos atribuídos, si hubiesen sido
cometidos -sostenía FERRAJOLI- lo habrían sido por <<motivos políticos>>.532
Relevante es señalar que el autor en estudio también aprovecharía
desde los primeros momentos para destacar las omisiones políticas, y a veces
dolosas, con que se conducía la izquierda parlamentaria en relación a este
proceso. Es el caso que se presentó cuando, con motivo de la orden de
530
“En Alemania federal estos genéricos elementos de sospecha habrían por mucho llevado a
la acusación por el mal afamado delito de <<apoyo a asociación terrorista>> con el cual desde el
76´ en adelante vienen golpeados los genéricos simpatizantes” pero en Italia se había ido
mucho más lejos, preseguía el autor en estudio. Ibidem.
531
Luigi FERRAJOLI, Della illegittimità dell´estradizione per <<delitti politici>>, “il Manifesto”,
venerdì 28 settembre 1979, p. 4. FERRAJOLI se ocuparía más de PIPERNO cuando éste se
convirtió en colaborador en el proceso 7 aprile y fue decisivo para mantener las acusaciones a
los imputados, como se verá infra. Parte de aquél texto también sería publicado en Luigi
FERRAJOLI, Quando un reato è <<politico>>, “Nuova opposizione”, settembre-ottobre 1979, p.
6.
532
Como sería su costumbre, FERRAJOLI aprovecharía para recordar y pedir que fuera
ratificada la convención europea de Strasburgo del 10 de noviembre de 1976 que establecía -y
era el punto más importante, decía- la categoría de los delitos políticos como presupuesto para
la no extradición.
183
desencarcelación para Antonio NEGRI por falta de pruebas en el asunto
MORO (si bien permanecería encarceldo por la imputación de otros delitos)
hacía ver533 a Guido Neppi MODONA su pésima predicción y el sinsentido de
su perseverancia en que la competencia romana permaneciera en razón de
que los delitos de banda armada y de insurrección contra los poderes del
Estado -ramificados en toda Italia- tenían su desembocadura final en Roma.
Nuestro autor garantista -siguiendo el Código penal- le hacía ver que
caída la acusación a NEGRI del asesinato de MORO no se entendía por cuál
motivo el proceso no debía ser restituido a su sede natural, es decir, a Padua.
Pero, como se decía, el verdadero interlocutor en Il 7 aprile tra Galluci e
Calogero era el PCI. FERRAJOLI recordaba a su cúpula que ese particular
modelo de proceso había fallado así como “también el balance sobre la
posición mantenida sobre todo ese asunto (pues) a ese modelo de proceso
proveyó por todo un año aval político y apoyo de opinión”, y es que “...el Pci se
dedicó a (una) campaña de sospecha contra el área política y social de la
Autonomía y a las hipótesis fantásticajudiciales sobre complots históricos
ordenados por un grupo de profesores y de intelectuales”.
Por ello, terminaba FERRAJOLI en Il 7 aprile tra Galluci e Calogero,
debían sacarse tres banales enseñanzas: a) “que un partido político,
especialmente si es de izquierda, no debería más -por prudencia, pero también
por corrección civil hacia los imputados- empeñarse directamente en avalar,
desde posiciones de culpa, el mérito de un proceso penal”, b) “si lo hizo,
perseverar en el error es en lo absoluto diabólico” y, c) “que las famosas
<<garantías>>
(son) también un sistema de principios y de procedimiento en
tutela de la determinación de la verdad”. Por todo ello -remataba- se debía abrir
en la izquierda una “profunda reflexión crítica y autocrítica” si aún se quería que
sobreviviese “una izquierda digna de este nombre”.
Sobre un asunto conexo al 7 aprile, el autor italiano en estudio se
ocuparía más adelante cuando -con motivo de nuevas órdenes de captura del
juez GALLUCI por el delito de insurrección armada contra los poderes del
Estado, obsequiadas a 28 imputados de tres diversos procesos (del delito
533
Luigi FERRAJOLI, Il 7 aprile tra Galluci e Calogero, “il Manifesto”, domenica 27 aprile 1980,
p. 6.
184
MORO, de la instrucción del 7 aprile y la instrucción conocida como del 21 de
diciembre)-, participaba en una mesa redonda organizada por il Manifesto.534
Ahí refería nuestro autor, entre otras cosas, que los jueces, al realizar la
imputación del delito de insurrección lo habían hecho extendiéndola a los jefes
de las Brigadas Rojas, como si se hubiesen dado cuenta de lo absurdo de
haberlo hecho en contra de NEGRI y no de los jefes de aquellas, con lo que se
conseguía que se mantuviera “sobre el plano formal el nexo entre Autonomía y
Br, que se había diluido bajo otros aspectos”, además que con tal imputación
por insurrección -tramposamente- se podían alargar muchísimo los términos de
la encarcelación preventiva (hasta cinco años y medio porque era un delito que
conllevaba la cadena perpetua, de modo que, por ejemplo -proseguía
FERRAJOLI- se podía tener en la cárcel a personas como Ferrari BRAVO,
imputado sólo de delitos asociativos, y mantener la competencia en Roma).
Pues bien, FERRAJOLI hacía un ligero balance a dos años de las
detenciones y pedía que se abriera “un debate honesto y sereno” de la praxis y
principios instaurados en tal proceso.535 Al año siguiente, criticaba fuertemente
a los medios de comunicación que se habían dedicado durante esos tres años
a linchar a los imputados y comentaba, con motivo de que el 7 de junio de 1982
se abriría en Roma el proceso, que los hechos concretos sobre los que se
debía discutir eran tentativas de daños, dos robos, tres encubrimientos, cinco
robos con violencia de los cuales tres fueron tentativos y el homicidio, en el
curso de uno de estos, del brigadier Andrea LOMBARDINI y no de terrorismo,
acusación ésta última que era ridícula.536
Pero es en Il teorema Calogero: frane e puntelli nella requisitoria
Ciampani537 donde FERRAJOLI ofreció un didáctico recuento de los absurdos,
534
Véase su intervención en la Tavola rotonda <<7 aprile 1979 – 18 giugno 1980. L´insurrezione
secondo Galluci, dieci anni di storia riletti dal codice penale. Ne discutono Giuseppe Branca,
Luigi Ferrajoli, Bruno Leuzzi Siniscalchi, Franco Misiani, Stefano Rodotà>>, “il Manifesto”,
venerdì 18 luglio 1980, p. 3.
535
Luigi FERRAJOLI, Due anni di inchiesta su Autonomia operaia. Reato numero uno,
l´ideologia, “il Manifesto”, martedì 7 aprile 1981, p. 8.
536
Luigi FERRAJOLI, Innocenti, innocentisti e imputati per caso, en “il manifesto speciale Lo
strappo del 7 aprile”, p. 2, contenido en “il Manifesto”, giovedì 8 aprile 1982.
537
Luigi FERRAJOLI, Il teorema Calogero: frane e puntelli nella requisitoria Ciampani, en
“Critica del diritto”, nn. 23-24, ottobre 1981- marzo 1982, pp. 51-62. Nuestro autor presentó
oportunamente este texto en tres partes en il Manifesto: <<7 aprile>>, da teorema a girandola. E
resta solo il carcere preventivo, venerdì 6 marzo 1981, p. 8; Il valzer delle accuse in base al
<<codice Fioroni>> e alla <<teoria dell´O>> dove la O è un´associazione sovversiva di 52 dirigenti
e 21 partecipanti, sabato 7 marzo 1981, pp. 2 y 3, e Insurrezione armata, svoltasi in Roma e in
185
falacias y violaciones procesales538 en las investigaciones y acusaciones del
asunto que nos ocupa -que constituían, decía, una degeneración muy profunda
de la vida civil y política de Italia- dirigidas contra esos jóvenes, presuntos
responsables de ilícitos y de pertenecer a organizaciones “armadas” ligadas o
que, se decía, servían de fachada de las Brigadas Rojas.539
A fin de darse una idea, baste apuntar que en Il teorema Calogero,
FERRAJOLI destacaba y demostraba, entre otras cosas, que: a) se había
inventado una nueva fórmula de definición de la acusación: “el presente
mandamiento sustituye los precedentes”; b) los investigadores (inquirenti) no
disponían de ninguna prueba ni de ningún indicio, no digamos fundado sino con
posibilidad de ser traído a colación, y más bien tenían sólo ricas y sugestivas
hipótesis políticas; c) se llamaba a declarar a procesos diversos, como en el
caso de Oreste SCALZONE; d) la imputación de los delitos de asociación era
irracional: una bien extraña banda o asociación en la cual los dirigentes son
más del doble que los participantes: 52 dirigentes y 21 participantes, decía
FERRAJOLI; e) se daban interpretaciones antigarantistas o franca y
dolosamente tergiversadas, como en el caso de la distinción entre “concurso de
normas” y “concurso formal de delitos”;540 f) se caía en peticiones de principio,
como en el caso de la “existencia” de las armas, pues se argumentaba en la
altra località, dal 1971 in poi attraverso convegni, libri, riviste, fruti de francobolli e tentate
rapine, domenica 8 marzo 1981, pp. 2 y 3.
538
Una descripción de las violaciones procesales a los detenidos del caso <<7 aprile>> también
se contiene en AMNESTY INTERNATIONAL, Processo <<7 aprile>> - Italia. Motivi di
preoccupazione di Amnesty International riguardo a un processo equo entro un termine
ragionevole, “Dei delitti e delle pene”, n. 2, maggio-agosto, 1987, pp. 379-398. Sobre tal
proceso véase además Romano CANOSA y Amadeo SANTOSUOSSO, Il proceso politico in
Italia; Vincenzo ACCATTATIS, Processo 7 aprile: un processo politico y Antonio BEBERÉ, Un
processo nello scacchiere della democrazia autoritaria, todos ellos contenidos en “Critica del
diritto”, nn. 23-24, ottobre 1981 – marzo, 1982.
539
Potere Operaio (PO), grupo de izquierda obrero de finales de los años sesenta y principios
de los años setenta, en 1972-1973 sufrió una escisión que se denominó Autonomia operaia
(AO), de ideología marxista, extraparlamentaria y que se oponía al PCI. AO propugnaba la
lucha al Estado, las instituciones sociales y económicas existentes a través de la ilegalidad de
masa y de desobediencia civil pero ni PO ni AO eran consideradas ilegales, y aunque por lo
menos la primera tuvo ciertos contactos con las BR, estos fueron muy a principios de los años
setenta, cuando las BR no llegaban a ser lo que después se conviertieron. Una valiosa
reconstrucción del itinerario de Potere Operaio la ofrece Aldo GRANDI, en Le generazione degli
anni perduti. Storie di Potere Operaio, Einaudi, Gli struzzi 564, Torino, 2003.
540
En este caso, decía nuestro autor, “la asociación subversiva deviene en una especie de
corolario de la banda armada con la ventaja para los acusadores, entre otras, de poder ser
“deducida” sin necesidad de una específica motivación; así como la banda armada es una
especie de corolario de la insurrección armada. Y todos estos delitos pueden así, en esta
nueva lógica de relaciones entre normas, ser atribuidos acumulativamente a los mismos
imputados”. Luigi FERRAJOLI, Il teorema Calogero: frane e puntelli... op. cit., 57.
186
acusación en el sentido de que, si era una banda armada, subversiva e
insurreccional, no podía carecer de ellas; g) en el caso de Luciano FERRARI, el
único elemento indiciario fue el hecho de haber sido redactor de “Rosso” y de
“Autonomia” y haber apuntado sobre un cuaderno esquemas para un artículo
en estas revistas; h) en los casos de Alberto MAGNAGHI y Mario DALMAVIVA
los únicos elementos para acusarlos eran haber participado en una reunión en
la cual se discutió el uso de bombas molotov para una manifestación en Milán y
haber sido destinatarios de una carta de Oreste SCALZONE quien los invitaba
a una reunión; i) en el caso de Giovanni TRANCHIDA su delito era haber sido
director
responsable
de
la
revista
“Rosso”;
j)
asimismo
-observaba
FERRAJOLI- la investigación reconocía que las armas eran quizá pocas pero
que los imputados las habían suplido “jugando con la arma de la propaganda y
de la instigación” a través de reuniones y congresos o con una poderosa
actividad editorial y “con la publicación de numerosos periódicos” y; k) para
Silvana MARELLI, GALLI y MONFERDIN la motivación era completamente
inexistente.541
Al año siguiente, esto es en 1983, FERRAJOLI insistía incesantemente
en el caso
<<7
aprile>>. Lo hacía en febrero542 cuando destacaba las
complicaciones, contradicciones e ilegalidades que conllevaba que NEGRI y
algunos otros más hicieran frente a un proceso en Roma y otro en Milán, lo que
suponía para el profesor universitario el don de la ubicuidad, de por sí “ya
supuesto en la acusación que lo pinta como
<<auténtico
motor de la trama
541
La anterior revisión del <<teorema Calogero>> y de la conclusión del procurador general
CIAMPANI también se encuentra -con ligeras modifiaciones- en Luigi FERRAJOLI, Crolla il
castello delle accuse, “Quotidiano dei lavoratori settimanale”, venerdì 6 febbraio 1981, p. 14,
donde recordaba que, por lo que hacía a la segunda, los delitos ahí imputados no tenían nada
que ver con el terrorismo sanguinario desarrollado los últimos años en Italia pues los hechos
contenidos en la requisitoria no eran sucesivos a 1975 y que varios imputados sólo eran
acusados de delitos casi todos patrimoniales cometidos, en la mayor parte, entre 1972 y 1975,
por lo que no se podía hablar en ellos de terrorismo. No sobra reiterar -no obstante que ya se
advirtió supra- que si bien podemos apreciar un indeclinable apoyo de FERRAJOLI a los
jóvenes del caso <<7 aprile>> que padecieron esos procesos antigarantistas y, como veremos
infra, a los miembros del núcleo histórico de las Brigadas Rojas sólo en pequeña medida, esto
es por violaciones a sus derechos: tal solidaridad -en ambos casos- venía dada ante todo por
razones jurídicas. En el primero, por la constatación sobre todo de que eran objeto no de juicios
legales sino de procesos concebidos como teoremas políticos, mediante la cultura y práctica de
la sospecha, de la lógica del amigo/enemigo en la actividad jurisdiccional. En el segundo caso,
los pocos pronunciamientos fueron netamente en sede jurídica y, en definitiva, cabe subrayar,
no es posible observar en nuestro autor, ni en su círculo, pretensiones o indicios de
justificaciones políticas de la vía armada-revolucionaria.
542
Luigi FERRAJOLI, Un processo uno e trino, “il Manifesto”, venerdì 4 febbraio 1983, pp. 1 y 2.
187
subversiva>>”. Asimismo, esa exigencia de hacer frente a dos procesos
requería que nuevamente un juicio se reenvira al otro, con lo que se le impidiría
a los imputados defenderse, de ahí que lo más razonable, -exigía FERRAJOLIera que la acusación de Milán fuera unida a la romana como pedía la defensa.
Pero sobre todo lo hacía en las páginas de il Manifesto los días 23 y 24
de febrero de ese 1983, en las vísperas de que se abriera el juicio oral en el
proceso,543
donde
reclamaba
nuestro
autor,
entre
otras
cosas:
el
desmembramiento del proceso entre Padova y Roma porque violaba
simultáneamente las normas sobre la competencia territorial y aquellas sobre la
conexión; que se trataba de conectar todo cuanto era posible conectar ya fuera
en el tiempo que en el espacio y en realidad se acababa desconectando
situaciones procesales conexas y en muchos casos absolutamente idénticas;
que dos tercios de los imputados fueron acusados solamente de delitos de
asociación pero ninguno fue interrogado sobre la naturaleza de los vínculos
asociativos; asimismo reprochaba la lógica inquisitoria; que en un proceso
masivo se penalizara a los imputados “menores”, es decir, aquellos que no
eran tratados como casos individuales; la naturaleza de proceso político, dentro
de lo cual -y sobre todo- estaba la falta de terciedad e imparcialidad de los
jueces
(recordemos
la
excepción
de
PALOMBARINI),
la
lógica
del
amigo/enemigo y el excesivo apoyo político externo prestado por la prensa de
la televisión y de los partidos.544
Evidentemente, entre todas estas críticas, el autor en estudio reiteraba
su especial atención contra la naturaleza deductiva de la investigación:
Esta filosofía fantástico-policiaca de la historia no conoce ni lagunas ni
incertezas en cuanto procede por deducción lógica: si hubo contrastes entre
Br y Autonomía, declara y después reitera Calogero, estos fueron
<<aparentes>> y <<preordenados>> a fin de ocultar la unicidad del diseño
criminoso; si los hechos que apoyan la tesis acusatoria fallan, ello es signo
de la eficiencia de la trama clandestina que es capaz de no dejar huella de
sí; si no existen ni pruebas ni indicios de una asociación o de un superpartido armado organizado de los imputados, ello depende del hecho que tal
543
Luigi FERRAJOLI, La preistoria del teorema Calogero, “il Manifesto”, mercoledì 23 febbraio
1983, pp. 7 y 8; Qualche buona ragione, idem, p. 7 y Teste a carico: A quanto sentii dire
ripetute volte..., “il Manifesto”, giovedì 24 febbraio 1983, pp. 7 y 8; el primero y el último en
curso de publicación en ese entonces en “Dei delitti e delle pene” como aparece en la nota
siguiente, y que es el texto utilizado.
544
Luigi FERRAJOLI, Il caso <<7 aprile>> lineamenti di un processo inquisitorio, “Dei delitti e
delle pene”, n. 1, gennaio-aprile, 1983, pp. 167-205.
188
partido era el <<partido invisible>> o <<partido informal>> recreado en los
escritos de Negri, quien era precisamente el jefe supremo.545
Igualmente, toda vez que FERRAJOLI atendía el desahogo de las
audiencias, escribía sobre lo que estas iban revelando, como en marzo del año
del cual nos ocupamos,546 cuando sostenía que estaba apareciendo el peine de
los aspectos más graves de la instrucción: la ausencia de contradicción
(contradittorio) revelada por la falta de interrogatorio a muchos de los
imputados, la falta de referencia a hechos y la manipulación de las
imputaciones.
Asimismo, lo hacía en junio547 y julio548 con motivo de nuevas órdenes
de aprehensión giradas en Padua en las vísperas de las elecciones italianas
del 26 de junio y en las cuales Antonio NEGRI era candidato a diputado por el
Partido Radical. En efecto, FERRAJOLI denunciaba549 estas nuevas órdenes
de aprehensión de CALOGERO como “el último y el más grave de todos los
actos de invasión y de usurpación de las competencias que conformaban el
proceso
<<7
de aprile>>”,550 entre otras razones, porque CALOGERO
continuaba otras investigaciones en secreto sin comunicarlas a los imputados,
muchos de los cuales estaban detenidos y porque las 85 páginas de las
545
Idem, pp. 182-183. Especial referencia también hacía FERRAJOLI sobre el caso de Antonio
NEGRI en: Denegata giustizia, “il Manifesto”, domenica 5 giugno 1983, pp. 1 y 3, cuando
reclamaba que la “misma Corte (que) concedió a los imputados <<arrepentidos>> durante el
proceso Moro días y semanas para reconstruir, sin ser interrumpidos, su historia”, a NEGRI le
negaba -en clara violación al Código penal- su derecho de refutar acusaciones o formular
alegatos; en Il circolo vizioso di Neppi Modona, “il Manifesto”, martedì 14 giugno 1983, pp. 1 y
3, ocasión en la cual acusaba a MODONA -tras una serie de propuestas de éste aparecidas en
La Repubblica consistentes en olvidarse o dejar en el caso NEGRI el delito de insurrección
armada y concentrarse en los “delitos específicos”- de “haberse tomado la tarea de consolar la
mala conciencia de cuantos -prensa y partidos- alimentaron por (esos) años la operación <<7
aprile>>”.
546
Luigi FERRAJOLI, 7 aprile, prima fase, “il Manifesto”, domenica 20 marzo 1983, pp. 1 y 2.
547
Luigi FERRAJOLI, Smania di persecuzione, “il Manifesto”, venerdì 24 giugno 1983, p. 1.
548
Luigi FERRAJOLI, Il corollario Calogero (I), “il Manifesto”, martedì 5 luglio 1983, pp. 1 y 3 e Il
corollario Calogero. Quando la giustizia è questione di <<lessico>>, “il Manifesto”, mercoledì 6
luglio 1983, p. 5, textos que reproduciría en “Dei delitti e delle pene” y ahí seguidos conforme a
la nota siguiente.
549
Luigi FERRAJOLI, Il processo penale diffuso (Ancora sul caso <<7 aprile>>), “Dei delitti e
delle pene”, n. 2, maggio-luglio, 1983, pp. 381-387. En esta ocasión, con motivo de 41 órdenes
de aprehensión en aquél tiempo emitidas por Pietro CALOGERO, lo que nuestro autor llamaba
un nuevo <<7 de aprile>>. A estas alturas -reconocía- el proceso era una masa revuelta difusa
en el espacio y en el tiempo, lo primero -en el espacio- porque de la división ya señalada entre
Roma y Padua que se había hecho, había seguido una triplicación con la investigación en
Milán sobre la revista “Rosso”, después cuadruplicado con unos requerimientos desde Perugia
y ahora -decía- con la megainvestigación en Padua, donde había 22 imputaciones gravísimas,
cada una por delitos castigados hasta con 15 ó 20 años, entre otras lamentables situaciones.
550
Idem, pp. 382 y ss.
189
solicitudes de órdenes de aprehensión no contenían sino en una mínima parte
<<nuevos>>
hechos, y ni siquiera en el fondo
<<nuevas>>
hipótesis de delito, sino
sólo nuevas deducciones o corolarios del teorema original.
A finales de ese año de 1983, FERRAJOLI se ocupaba del proceso en
contra de la Unità Comuniste Combattenti,551 es decir, de una sentencia emitida
en el proceso romano contra una de las tantas organizaciones envueltas en el
proceso
<<7
aprile>>, sentencia que constataba -apuntaba nuestro autor- que la
cultura inquisidora y persecutoria estaba penetrando también en la fase del
juicio, imponiéndose en los magistrados y no sólo en los ministerios públicos.552
En dicha sentencia, en la misma sintonía de falacias, absurdos y
violaciones procesales referidas supra de Il teorema Calogero: a) se contenía
una argumentación pobre, deficiente, donde la parte de la motivación contenía
frases, por ejemplo, como: “Leoni Andrea (...) es con Caminiti Lanfranco el
exponente mayor de la ciencia de la violencia” o “... la universidad de Roma
como la de Milán y la calabrés son centros de cultura de la violencia”, b) se
sostenía, “contra el buen sentido y la jurisprudencia más difundida, que entre el
delito de asociación subversiva y aquel de banda armada no había concurso de
normas sino concurso de delitos; c) se determinaba que todos los imputados
eran promotores u organizadores o jefes de la banda-asociación, salvo tres que
eran considerados simplemente participantes, con lo que -insistía FERRAJOLIno quedaba explicado cómo todos eran dirigentes y ninguno dirigido, ni siquiera
con “el argumento” del juez consistente en que era una banda con estructura
“democrática”; d) había una aplicación indiscriminada de las normas sobre la
participación moral, absurda multiplicación de la responsabilidad que no era
sustentada con consideraciones de hecho sino, como de costumbre, deducida
de la naturaleza misma del delito de organización de banda armada; e) se daba
la arbitraria aplicación o desaplicación de la ley sobre los arrepentidos, como
por ejemplo cuando se decía que antes del proceso y del arresto el arrepentido
debió colaborar pero en la ley no existía indicación alguna de una tal condición
551
Luigi FERRAJOLI, L´immagine del nemico sul banco degli imputati. Che c´è di allarmante
nella sentenza contro le Ucc, “il Manifesto”, mercoledì 9 novembre 1983, p. 8, texto que fue
presentado como ponencia en un seminario organizado por la Fondazione Basso, la
Associazione giuristi democratici y el Centro di documentazione sulla legislazione d´emergenza
en Roma el lunes 7 de noviembre de 1983 y también reproducido en “Dei delitti e delle pene”.
Véase la nota siguiente.
552
Luigi FERRAJOLI, L´imputato come nemico: un topos della giurisdizione dell´emergenza,
“Dei delitti e delle pene”, n. 3, settembre-dicembre, 1983, pp. 581-593.
190
<<preprocesal>>
y donde a los imputados se les creía cuando acusaban o se
autoacusaban pero no cuando se defendían, negaban o minimizaban las cosas
y, f) el caso seguramente “más absurdo y más emblemático” -apuntaba
FERRAJOLI- era aquél de Andrea LEONI, quien no era acusado de haber
cometido personalmente algún delito específico pero era condenado a 30 años
de reclusión, por ser el
<<padre>>
de la lucha armada en Italia, sin ninguna
prueba o, en todo caso, el principal elemento indiciario era una declaración de
Ina PECCHINA, hecha el 25 de julio de 1979, u otros elementos como: haber
cambiado de residencia a Milán,
nacional>>, haber llevado cursos
increíbles “pruebas”.
<<centro
<<de
de impulso del levantamiento
la cultura de la violencia>>, entre otras
553
Finalmente, del proceso
<<7
aprile>> en ese 1983 se ocupaba554 en el
mismo día en que se decidía en la Corte d´assise di Roma si se concedía el
arresto domiciliario a los imputados en vez de continuar con la encarcelación
preventiva, en la cual -insistía FERRAJOLI- no había razón para persistir pues
no había ninguna exigencia instructoria ni peligro de fuga.555
Este seguimiento puntual de las fases del procedimiento del caso
aprile>> también se daba al término de la fase del juicio oral,
556
<<7
ya en 1984,
cuando después de cuatro años de espera -dos de ellos transcurridos sin
razón- para hablar de la super banda, la Corte simplemente había eludido el
punto. FERRAJOLI decía que esta indiferencia se explicaba con las palabras
del propio Antonio MARINI, títular del ministerio público, pronunciadas un día
en audiencia: “<<El interrogatorio de los imputados no es fuente de verdad>>”;
además, esa indiferencia se explicaba porque sólo importaba la declaración de
los arrepentidos, como Carlo FIORONI, el más destacado, y de Carlo
553
Para un caso concreto del proceso romano en contra de las formazioni comuniste
combattenti -el de Roberto VITELLI, disociado duramente penalizado- y donde nuestro autor se
ocupaba de llamar la atención de las trampas que había en el cumplimiento de las tres
condiciones para configurar las atenuantes que daban lugar a su vez a los beneficios -una de
las cuales era que se exigía que los imputados “rindan plena confesión de todos los delitos
cometidos”- véase Luigi FERRAJOLI, Il reato di dissociazione. La controversia sulle attenuanti.
Il caso di Roberto Vitelli, “La talpa giovedì” de “il Manifesto”, giovedì 21 giugno 1984, p. 2.
554
Luigi FERRAJOLI, Al Foro italico si decidono gli arresti domiciliari, “il Manifesto”, mercoledì
16 novembre 1983, p. 4.
555
Sobre los supuestos únicos -si hay peligro de fuga o de contaminación de las pruebas- para
el mandato de captura (el resto era con fines de espectacularidad en los medios de
comunicación) insistía ya nuestro autor desde antes. Véase Luigi FERRAJOLI, Capri espiatori e
cattiva coscienza, “La Repubblica”, mercoledì 10 marzo 1982, p. 6.
556
Luigi FERRAJOLI, Tredici mesi in aula, “La talpa giovedì” de “il Manifesto”, giovedì 12 aprile
1984, pp. 1 y 4.
191
CASIRATI, el segundo más importante de los arrepentidos, en libertad aquél
gracias a la ley en la materia que permitía esos premios, no obstante una
primera condena a treinta años por el asesinato de Carlo SARONIO.
Ante todo, la atención iba prestada en los momentos no menos decisivos
del proceso, como era al término del llevado a cabo en Padua cuando se daba
la solicitud de las condenas por el ministerio público,557 que reflejaba -decía
nuestro autor- no sólo una perseverancia en el error sino algo peor, a saber, la
conversión del error en una hipótesis nueva, que imprimía al proceso una
función política explícita: no tanto golpear al supuesto terrorismo y tanto menos
a su cerebro (cadena perpétua más 30 años para Antonio NEGRI y 7 siglos
aproximadamente de reclusión para los otros imputados), más bien avalar
cinco años de caza de brujas y conjuntamente afirmar sobre el terrorismo la
veleidad,
los
excesos,
los
errores,
las
ilegalidades
postsesentaochesco, que nunca hasta hoy
habíamos
del
extremismo
pensado como
criminal.558
557
Luigi FERRAJOLI, La banda immaginaria, “il Manifesto”, martedì 17 aprile 1984, pp. 1 y 2.
Por lo que se refería a Padua, los imputados del proceso <<7 aprile>> tuvieron la fortuna de
que su asunto llegara a manos del juez Giovanni PALOMBARINI. Para una sucinta pero
sustancial muestra de los correctos razonamientos contenidos en la sentencia de
PALOMBARINI véase Luigi FERRAJOLI, Come si sbriciola un teorema, “il Manifesto”,
domenica 13 maggio 1984, pp. 1 y 3, donde nuestro autor apuntaba que aquellos se centraban
en lo siguiente: a) que la Organización no existía (de 61 imputados por la Procura padovana,
sólo 5 fueron enviados a juicio por delitos de banda en cuanto dirigentes o participantes de los
Collettivi Politici Veneti, otros 9 por atentados cometidos en el ´79, 27 absueltos plenamente, 20
sacados del proceso por incompetencia territorial no encontrándose vínculos con el teorema
CALOGERO); b) en la desarticulación de lo que CALOGERO quizo siempre articular y, c) en
echar abajo el concurso de delitos. FERRAJOLI aprovechaba, tras esta sentencia, para
subrayar que se tenían que caer en consecuencia las acusaciones en Roma, o por lo menos
reenviarlas a Venecia, que era la única sede competente para juzgar, así como que los jueces
que en apelación estaban resolviendo el asunto de la Unità comuniste combattenti en Roma
debían reflexionar sobre la definición de banda armada, el concurso de los miembros en los
delitos específicos a esta atribuidos y en el uso de los testimonios de los arrepentidos. En este
tenor hay que leer los desplegados firmados por nuestro autor y 124 personalidades más,
véase Non affondiamo nell´emergenza, “il Manifesto”, mercoledì 23 maggio 1984, p. 1- donde
se expresaban, a las vísperas de la resolución del proceso <<7 aprile>> en Roma, en el sentido
de que precisamente porque consideraban “la crítica de la opinión pública la forma esencial del
control democrático sobre la magistratura”, consideraban su “deber decir públicamente que (...)
juzgar(ían) en cambio técnicamente inaceptable y políticamente peligroso la insistencia en una
hipótesis acusatoria generalizante no confirmada por el juicio oral (dibattimento)”. Así como el
desplegado firmado por nuestro autor y 17 personalidades más -véase Voltiamo per sempre la
pagina degli anni dell´emergenza, “il Manifesto”, martedì 26 giugno 1984, p. 1 (fecha en que en
información contenida supra se daba cuenta de la muerte de Michel FOUCAULT en París)- en
el que se expresaban, a las vísperas de la sentencia que estaba por emitir la Corte en el
proceso a la Unità comuniste combattenti en Roma, en el sentido no sólo de que la misma
fallara en base “a la consistencia real de los hechos y de las responsabilidades personales
juzgadas” sino como oportunidad para “superar definitivamente la página oscura de los <<años
de plomo>>”.
558
192
O bien, como era con motivo de la sentencia del proceso desarrollado en
559
Roma
-desafortunadamente no resuelto con los razonamientos válidos ni con
los hechos verdaderos a los que se acudió y en los que se basó
PALOMBARINI en el proceso con sede en Padua-, sentencia que ameritaría
por parte de nuestro autor una severa crítica y denuncia560 (al grado de llevar al
extremo la postura de que era preferible la acusación del delito fascista de
<<propaganda
subversiva>>) y que ponía en términos de cuatro mensajes que
daba el poder con esa sentencia: el primero, que el Palacio no se desmentía; el
segundo, que la entera generación sesentaochentesca era homologable al
terrorismo; el tercero, que no había ninguna clemencia para la disociación
realizada desde la cárcel; y el cuarto, que el
<<extremismo
ideológico>> está
como sea conectado indisolublemente con la criminalidad <<sanguinaria>>.561
En suma, como bien lo apuntara el propio FERRAJOL, a esas alturas
era claro que esta:
... aberración jurídica en expansión -el proceso <<7 de aprile>>- (era) el fruto
perverso de aquellos agujeros negros en el tejido de (la) democracia que fueron
producidos por las leyes y la praxis de la emergencia y que se llama(ban) captura
obligatoria, prohibición de la libertad provisional, poder ilimitado de una parte del
proceso de detener otra parte, prácticas inquisitorias, atendibilidad indiscutida e
incontrolada de los arrepentidos, órdenes de aprehensión sustitutivas y
reiteradas,
instrucciones
concurrentes
y permanentemente
abiertas,
encarcelación preventiva de décadas e ilimitadamente renovables.562
559
Sentencia emitida el día 12 de junio de 1984 y de la cual daba cuenta Stefano MENICHINI
en la nota periodística que firmaba: Sentenza fascista sul 7 aprile. 55 condannati a secoli di
galera sulla parola di un omicida prozzolato. Il teorema è compiuto, en “il Manifesto” al día
siguiente en primera plana, precisamente debajo de la nota de ocho columnas del día: “El
extraordinario espectáculo” de los funerales que tenían lugar ese día 13 de junio, en Roma, de
Enrico BERLINGUER, “que vieron cerca de un millón de personas desfilar por las calles” y que
“significó” -diría GINSBORG- “la última ocasión en la cual el PCI ocupó el centro de la escena
nacional”. Paul GINSBORG, Storia d´Italia... op. cit., 569.
560
Luigi FERRAJOLI, Ragion di Palazzo, “il Manifesto”, venerdì 15 giugno 1984, pp. 1 y 8.
561
Y remataba nuestro autor: “El suceso 7 de abril, por los compromisos del entero sistema
político -prensa, gobierno, partidos, jueces y servicios secretos- es a este punto un escándalo
político. Y como todos los escándalos políticos tiene que ser cubierto y tapado. Ésta, en Italia,
es la única razón de Estado”. Idem, p. 8.
562
Luigi FERRAJOLI, Il processo penale diffuso (Ancora sul caso... op. cit., p. 387. A fin de
insistir en la recreación del clima iliberal de la Italia de aquellos años, considere el lector que en
1980 hubo una recolección de firmas para introducir la pena de muerte en la legislación. El
mero hecho de que hubiera un discurso sobre la pena de muerte en el país significaba un
ulterior agravamiento de la crisis, como lo apuntaba el editorial de “La questione criminale”, nn.
2-3, maggio-dicembre, 1980, pp. 175-178. O bien, atiéndase al hecho de que en ese mismo
año se intentaba introducir en Italia una credencial de identificación no falsificable como
corolario de las medidas para hacer frente a la violencia terrorista y la criminalidad, lo que
suponía objeciones e interrogantes. Al respecto véase Stefano RODOTÀ, Un cervello troppo
“curioso”. Banca dei dati, “Nuova Polizia e riforma dello Stato”, nn. 7-8, luglio-agosto 1980, p.
39.
193
Esos agujeros negros en el tejido de la democracia italiana, es claro, no
se detentrían de un día a otro en su voraz consumo no de materia sino de
dignidad, valores, de derechos y del derecho, como quedó constatado con
varios hechos y situaciones; uno de ellos, verdaderamente revelador de la sed
de iliberalismo de esos años, fue el permiso para la reencarcelación de Antonio
NEGRI votado por la Cámara cuando éste era ya diputado en funciones por
Padua, asunto del que se ocupó con gran empeño civil y político nuestro autor
también desde il Manifesto.
Primero aclarando la imposibilidad jurídica y política de semejante
despropósito,563 no sin una previa dosis de ironía, a saber, que se venía
descubriendo entre los partidos políticos una improvisada aversión a la
institución misma de la inmunidad parlamentaria que por treinta y cinco años
protegió tranquilamente ladrones de Estado, mafiosos y afiliados a la logia
masónica P2. NEGRI -decía nuestro autor- no era comparable con el caso
frecuente del parlamentario electo y después sorprendido, con sorpresa sobre
todo de sus electores, por robo o corrupción.
Lo hacía además el día en que la Junta de la Cámara iniciaba a valorar
la solicitud de reencarcelación,564 igualmente no sin cierta dosis de ironía (claro
está que hacia los persecutores y no hacia NEGRI, quien vivió -como es
entendible tras largos años en cárcel- estos hechos con abatimiento
563
Luigi FERRAJOLI, Davvero possono riarrestare Negri?, “il Manifesto”, sabato 23 luglio 1983,
pp. 1 y 2. En términos jurídicos asentaba que no existían motivos plausibles para reencarcelar
a NEGRI pues no había peligro de fuga ni exigencias instructorias. Pero nada despreciables
eran sus argumentos políticos: a) sería una decisión enteramente política y eso la haría por sí
misma alarmante; b) desvalorizaría la función de garantía del parlamentario disidente o diverso
contra las persecuciones del poder Ejecutivo y del Judicial, c) el nuevo parlamento reiteraría su
adhesión a la legislación de emergencia y en particular a la encarcelación preventiva
ultradecenal y, d) sería una afrenta contra sus electores, quienes precisamente se pronunciaron
con su elección, contra el derecho penal de excepción y sobre todo contra la indecencia de la
encarcelación preventiva sin fin.
564
Luigi FERRAJOLI, La banda armata hegelo-dialettica, “il Manifesto”, giovedì 01 settembre
1983, pp. 1 y 3, escrito donde decía que el Parlamento se debía responder si las dos
acusaciones, la de Roma y la de Padua, eran compatibles y que el Órgano legislativo debía
pedir explicación al procurador general Franz SESTI sobre las fuentes de la acusación por los
nuevos delitos sobre los que los imputados no habían podido comparecer. FERRAJOLI
concluía tal texto de forma fuerte: si el Parlamento tuviese respeto de sí mismo, solicitaría una
investigación sobre esa <<otra cosa>> en que se había covertido el <<proceso penal>> y
rechazaría el re-arresto preventivo; si no lo hicera, si no quisiera ver el fumus persecutionis,
sería “porque los persecutores verdaderos, y no de hoy, se sientan sobre las bancas del
Parlamento”. Para la consulta de la Domanda di autorizzazione a procedere in giudizio e di
autorizzazione
alla
cattura
del
deputato
Negri
Antonio,
véase
http://legislature.camera.it/_dati/leg09/lavori/stampati/pdf/004_001001.pdf, consultada en fecha
18.05.2009.
194
emocional), toda vez que la solicitud de CALOGERO sostenía en su motivación
que NEGRI se había en todos esos años “dedicado a la realización de la
dialéctica y de la síntesis hegeliana entre lucha de masas y lucha armada,
entre Autonomía y Brigadas Rojas, en la prospectiva de la guerra civil de larga
duración”.
FERRAJOLI apuntaba que no estaba claro si las Brigadas Rojas eran la
<<tesis>>
y la Autonomía la
<<antítesis>>
o viceversa pero que, para
CALOGERO, tras cuatro años de nuevas indagaciones sobre los escritos
negrianos, el verdadero descubrimiento era que NEGRI y su banda eran la
<<síntesis
superior>> y que el parlamento debía indagar sobre estos misterios de
la dialéctica. Y todavía remataba nuestro autor preguntando: “¿De verdad en
nuestro país una persona en particular puede ser llamada a responder de todos
los
<<hechos
de revuelta urbana>> sucedidos en media Italia
<<entre
1976 y
1978>> como práctica de todo el movimiento del 77? ¿Y por qué no también de
todo el movimiento del 68?”.
Igualmente, escribía sobre el asunto NEGRI previo a la sesión de la
Cámara para votar la solicitud de reencarcelación, ya fuera para subrayar “los
principios fundamentales de civilidad” que estaban en juego565 (si el voto
llegaba a ser materia de
<<conciencia>>,
quería decir que en el ordenamiento
italiano habría hecho su ingreso, “en su máxima instancia, la figura del
enemigo” cuando, evidentemente, en “una democracia, sobre todo de derecho,
la figura del enemigo no existe”), ya fuera para ofrecer su análisis sobre la
naturaleza del debate a desarrollarse en la Cámara,566 particularmente
mediante el análisis del informe de la mayoría de la Junta para la autorización
leída al Parlamento que en algunas partes tenía todas las características de
una sentencia de condena.
Pero sobre todo, FERRAJOLI no dejaba de ocuparse del hecho
consumado y las prospectivas que se abrían.567 En resumidas cuentas,
reprochaba a los partidos de izquierda no haber dado la batalla a fondo
defendiendo a NEGRI; al Partido Radical, el que lo abanderó para ser diputado
565
Luigi FERRAJOLI, Arrestatelo, è antipatico, “il Manifesto”, mercoledì 14 settembre 1983, pp.
1 y 3.
566
Luigi FERRAJOLI, Requisitoria senza requisiti, “il Manifesto”, venerdì 16 settembre 1983, pp.
1 y 4.
567
Luigi FERRAJOLI, Dopo il caso Negri, “il Manifesto”, venerdì 23 settembre 1983, pp. 1 y 2.
195
por Padua, FERRAJOLI reprochaba -particularmente- la inmoralidad de
haberse abstenido en esa votación de procedencia de encarcelación. Sobre las
prospectivas del caso NEGRI, decía el autor en estudio que éste “tuvo como
sea el mérito de mover al gobierno y al parlamento sobre la vía de la
superación de la legislación de emergencia”.
Otra situación que reveló la espiral de ilegalidad en el marco del
<<7
aprile>> fue el asunto, no pasado por alto por FERRAJOLI, del otorgamiento de
un pasaporte -primero falso y luego válido- a Carlo FIORONI, el arrepentido
decisivo en dicho proceso y cuyas acusaciones nunca pudieron ser puestas en
confrontación con la de los imputados por esa situación, prácticamente, de
evasión asistida.568
En efecto, FIORONI estaba en Francia trabajando en una escuela,
trabajo que logró gracias a la recomendación de la autoridad italiana, ello
sabido gracias a una entrevista en 1987 ofrecida por el propio arrepentido que
reactivara el escándalo político -lo que haría a nuestro autor formular
nuevamente consideraciones al respecto-569 e hiciera comparecer en la
Cámara al ministro del interior Oscar Luigi SCALFARO para dar cuenta del
asunto.570
568
Luigi FERRAJOLI, Da Piazza Fontana al 7 aprile. Il solito commercio di servizi e passaporti,
“il Manifesto”, domenica 11 marzo 1984, pp. 1 y 4, escrito en el cual nuestro autor reprochaba,
con motivo de la entonces reciente declaración del Jefe del SISDE (Servizio per l'informazione
e la sicurezza democratica), Emanuele De FRANCESCO, a un Comité parlamentario de control
de los servicios secretos, que se le haya concedido ayuda en la obtención de un pasaporte a
Carlo FIORONI, “el primer arrepentido en nuestra historia”, a fin de evadir el careo con los
imputados del <<7 aprile>>: “Es difícil pensar que la cosa haya sucedido por iniciativa de algún
empleado de los servicios a nivel ventanilla”. Nuestro autor ahí mismo también analizaba en
sede jurídica la implicación de tal omisión y exigía deslindar responsabilidades. Asimismo,
sobre el particular, véase Luigi FERRAJOLI, Il diritto è una circolare di ministero. L´evasione di
stato di Fioroni, “il Manifesto”, venerdì 1 giugno 1984, p. 8, donde además señalaba nuestro
autor que Giovanni SPADOLINI tenía que explicar qué interés lo indujo a violar la ley cuando,
conforme a las directivas impartidas en la materia por la Presidencia del Consejo de los
ministros, al decir del entonces subsecretario del interior CORDER, se le dio el pasaporte falso
a FIORONI.
569
Con lo que se hacía más extensa la serie de violaciones cometidas por funcionarios públicos
toda vez que se habían omitido las indagaciones ordenadas por la Corte de Roma, o peor aún,
si FIORONI dijo la verdad en tal entrevista (en el sentido de que había quienes sí sabían de su
paradero), entonces se daba el ocultamiento a la Corte de su identidad y ubicación;
asimismo -apuntaba FERRAJOLI- era claro que quienes tramaron para tenerlo lejos sabían de
lo decisivo de la confrontación dado que con ella el teorema CALOGERO no hubiera resistido.
Luigi FERRAJOLI, Imbrogli, “il Manifesto”, sabato 10 gennaio 1987, pp. 1 y 2.
570
SCALFARO no explicaría nada en tal comparecencia, decía nuestro autor, y a quien al día
siguiente le haría una demoledora crítica -véase Luigi FERRAJOLI, Scalfaro non lo sa, “il
Manifesto”, mercoledì 21 gennaio 1987, pp. 1 y 12. Ante el porqué el gobierno cometió un delito
dando un pasaporte falso, SCALFARO respondió que a fin de evitar una posible venganza
sobre FIORONI de sus acusados. FERRAJOLI preguntaba porqué ese privilegio no se dio a
196
2.2.5 La emergencia continúa: el caso de Lotta Continua
H
e apuntado que otro proceso judicial que ocupó la atención de
nuestro autor en estudio fue el que se llevó a cabo en contra de los
líderes de Lotta Continua, Adriano SOFRI y Giorgio PIETROSTEFANI, con
motivo de la imputación como homicidas intelectuales del comisario Luigi
CALABRESI y materialmente atribuido a Ovidio BOMPRESSI en el lejano
1972.
La atención dada por nuestro autor se dio desde el momento mismo de
la incriminación571 que sentía “como absurda (...) dieciséis años después del
delito” y por la cual expresaba el temor de que pudiera “repetirse aunque sea
en parte el guión 7 aprile”, si bien es cierto -señalaba- que existían diferencias
importantes. El punto aquí era que FERRAJOLI, ante la acusación de homicidio
dirigida a SOFRI y compañía, pedía que se revelaran a la defensa las pruebas
y que si éstas eran insuficientes, éstos fueran después de la interrogación,
inmediatamente desencarcelados.
Lo hacía, asimismo, en 1990 cuando había sido emitida la condena -en
primer grado- en contra de ellos, sobre todo por la falta a los principios que
rigen la prueba.572
De igual modo, un día antes del inicio del proceso frente a las Sezioni
unite della Cassazione,573 cuando reiteraba que el problema estaba en el tema
de las pruebas y apuntaba que las acusaciones del arrepentido Leonardo
otros arrepentidos: PECI, SANDALO, SAVASTA, VISCARDI. Ante la preguna de cuál fue el
sustento legal para emitir un pasaporte falso, el gobierno “invocó como excusante el <<estado
de necesidad>> previsto en el código penal”. FERRAJOLI decía que ello lo debía establecer un
juez constitucional. Además, nuestro autor preguntaba cómo era creíble que FIORONI haya
sido abandonado después de tantas atenciones, cómo pudo perderse de vista no obstante que
las autoridades consulares le consiguieron un trabajo en Francia, por qué no creerle a
FIORONI cuando decía que “quien debía saber, sabía” sobre su ubicación y por qué si
SCALFARO decía que en en esto mentía FIORONI, por qué entonces seguir creyendo a un
arrepentido mentiroso; por sólo citar algunos ejemplos.
571
Luigi FERRAJOLI, Rapidità, trasparenza, “il Manifesto”, martedì 2 agosto 1988, p. 5.
572
Luigi FERRAJOLI, Condanna inspiegabile, “il Manifesto”, mercoledì 30 maggio 1990, p. 11.
Para una versión detallada de algunos aspectos del asunto véase Adriano SOFRI, Memoria,
Sellerio editore, La memoria 214, Palermo, 1990, que corresponde a la memoria que él
depositaba a la Terza Corte d´Assise di Milano inmediatamente antes que se retirara para
pronunciar su veredicto la mañana del 27 de abril de 1990.
573
Luigi FERRAJOLI, Presunto colpevole. Domani il processo Sofri in Cassazione. Un banco di
prova per la giustizia, “il Manifesto”, martedì 20 ottobre 1992, p. 11.
197
MARINO no se sostenían, por lo que la Cassazione no debía permitir una
sentencia sustancialista ni avalarla.574
En relación a las pruebas, habría que anotar que, en efecto, éstas se
basaban únicamente en acusaciones contradictorias de MARINO, quien se dijo
el conductor del automóvil en el que huyó el asesino material del comisario
Luigi CALABRESI, Ovidio BOMPRESSI. Sin embargo, erró en identificar las
características del vehículo (que fue destruido al poco tiempo, todavía durante
el proceso), e increíblemente nunca tuvo conocimiento que el día en que
supuestamente se planeó el homicidio -según de forma improvisada al término
de un mitin de Lotta Continua- llovía y mucho, a lo que después se limitó a
decir que no recordaba tal lluvia, por sólo citar un par de ejemplos.575
En 1997 nuestro autor volvía al tema, ya cuando el asunto se había
resuelto en Cassazione de forma desfavorable, es decir, de manera definitiva576
para pedir que se mantuviera viva de entonces en adelante la conciencia de la
injusticia realizada, no sólo por los inocentes, sino por los principios de cuya
defensa depende la credibilidad de la justicia.577
Asimismo, a finales de ese 1997 se ocupaba del asunto SOFRI y
compañía con motivo de un mensaje en las Cámaras del entonces presidente
de la República SCALFARO en el cual se dijo indispuesto a conceder la gracia
a los condenados.578
574
La memoria para los jueces de las Sezioni Unite della Cassazione se encuentra publicada
en Adriano SOFRI, Il futuro anteriore. Come si scrivono le sentenze, Millelire/Stampa
Alternativa, Libro Bianco, Roma, 1992.
575
Un recuento del caso SOFRI y compañía también lo ofrece -en su estilo- Dario FO, Marino
libero! Marino è innocente! a cargo de Franca RAME, Einaudi Tascabili, Stile libero 516, Torino,
1998.
576
Luigi FERRAJOLI, Come reagire all´ingiustizia del processo Sofri. Irreparabile? “il
Manifesto”, domenica 26 gennaio 1997, p. 3.
577
En 1998 FERRAJOLI reiteraba su crítica a tal sentencia definitiva sosteniendo que el
proceso exibía “de manera ejemplar, en todas sus numerosas fases” el modelo de la
epistemología autoreflexiva, esto es la lógica inquisitoria del prejuicio que resiste cualquier
desmentido “por su carácter de axioma apriorísticamete verdadero e inconfutable”. Luigi
FERRAJOLI, Un caso clinico di patologia giudiziaria, “Ragion pratica”, n. 10, 1998, pp. 227 y ss.
El autor, evidentemente, se dedicaba a analizar en lo particular los “vicios jurídicos de la
condena”.
578
Luigi FERRAJOLI, Il caso Scalfaro, “il Manifesto”, giovedì 30 ottobre 1997, p. 4. Según
Oscar Luigi SCALFARO, en razón de que la sentencia era reciente y una valoración opuesta a
la de los magistrados sería un “ulterior grado y juicio que no existe en el ordenamiento” y
provocaría “un evidente peligro de conflicto, de hecho, entre poderes” Para nuestro autor esto
equivalía a concebir la gracia “sólo para quien se proclama culpable (...) que no puede ser
concedida, en otras palabras, a quien se declara inocente”. Pero más aún, FERRAJOLI
apuntaba que SCALFARO sabía de las “sombras” del proceso y, de ahí -le parecía- la
responsabilidad que tenía de una elección: “las declaraciones contradictorias de un sólo
198
Al año siguiente, en 1998, volvía al tema en virtud de las prospectivas
que abrían los elementos nuevos de prueba descubiertos por el abogado
Alessandro GAMBERINI, dos de los cuales le parecían a nuestro autor “por sí
mismos decisivos para reabrir el proceso”:579 a) las revelaciones de Luciano
GNAPPI, quien contó haber reconocido al asesino de CALABRESI en una
fotografía mostrada dos días después del hecho por dos policías -en la cual de
hecho no aparecía Ovidio BOMPRESSI- y, b) el testimonio de Roberto TORRE,
quien dijo que vio a este en un bar de Massa, 3 horas después del delito,
cuando éste fue en Milán y la propia sentencia reconocía que en ese tiempo no
se puede cubrir esa distancia.
El punto es que FERRAJOLI criticaba que la sentencia haya dedicado al
testimonio de GNAPPI pocas páginas sosteniendo que era “un indicio y no una
prueba” y pedía a los jueces una “leal aplicación de la ley”.
Lealtad a la ley que no se daría sino todo lo contrario. En efecto, nuestro
autor, con motivo de la sentencia de la Corte d´appello di Milano que rechazó la
instancia de revisión del proceso, sostenía que no había leído una resolución
tan “incongruente, antes que injusta”.580 Y eran dos los puntos en que se
detenía: el supuesto argumento de que no se cumplía el requisito de novedad,
ante el cual detallaba de nueva cuenta los precedentes incisos a) y b), pero
ante todo -y ciertamente digno de preocupación- “la tesis decididamente
revolucionaria en tema de teoría de la prueba” -según la cual, para los jueces“<<se tiene superveniencia o descubrimiento de pruebas nuevas cuando lo sean
de emergencias probatorias concernientes a hechos nuevos>>”. Es decir apuntaba FERRAJOLI- “según los jueces milaneses, la prueba no es el hecho
probatorio sino el hecho a probar”.
En el plano político preguntaba cómo había sido posible llegar a un
pronunciamiento así que, para negar justicia, debió violar la lógica y el derecho,
para lo que encontraba como respuestas “una vez más la fuerza del pre-juicio”
arrepentido no confirmadas como pide el código de <<otros elementos de prueba>>, su
adquisición después de 17 días de contactos secretos con los carabinieri, la destrucción
después del inicio del proceso de todos los cuerpos del delito, las anticipaciones de juicio y las
presiones sobre los jurados por parte del presidente de la Corte que pronunció la última
condena”.
579
Luigi FERRAJOLI, Ci sarà pure un giudice, a Milano..., “il Manifesto”, domenica 15 febbraio
1998, p. 10.
580
Luigi FERRAJOLI, Fuor di logica, e di diritto, “il Manifesto”, domenica 22 marzo 1998, p. 14.
199
así como “el reflejo de defensa corporativa que animó a los jueces milaneses”
para mantener los tantos errores anteriores de sus colegas.581
Casi un año después se ocupaba de nuevo del asunto, esta vez por la
resolución de la Corte d´appello di Brescia que había desechado el recurso de
SOFRI y compañía con el cual pretendían obtener la revisión de su proceso. En
esta ocasión FERRAJOLI reprochaba que los jueces hubieran valorado las
nuevas pruebas cuando lo que tenían que haber hecho era únicamente admitir
el nuevo juicio en aplicación de los criterios establecidos por la Cassazione.
“Ellos en cambio destinaron 100 páginas de motivación para argumentar lo
<<infundado>>
en el mérito de las nuevas pruebas que sólo sobre la base de un
proceso público en juicio oral con la defensa podía ser valorado y decidido”.582
Finalmente, se pronunció sobre este asunto con motivo de la “enésima
injusticia” cometida en contra de SOFRI, PIETROSTEFANI y BOMPRESSI con
la sentencia recaída a la impugnación de la resolución inmediata precedente.583
Además del recuento de los puntos clave del asunto, que había que
repetirlos -decía- “hasta el fastidio”, nuestro autor hacía al final un llamado a la
magistratura, en cuanto que tal sentencia ofendía “el sentido común del
derecho y la credibilidad de (la) justicia”, por lo que había que retomar la crítica
de las sentencias.584
2.2.6 Algunas anotaciones finales
C
abe hacer mención que la sed de iliberalismo también se reveló -y
FERRAJOLI salió al paso-585 cuando en 1989 se abría el proceso
en Rebibbia contra 279 miembros de las Brigadas Rojas, en cuya orden de
581
FERRAJOLI expresaba al final que no debía ser excluido un intento de reparar ese
clamoroso error judicial, para lo cual veía la gracia de oficio y la propuesta de ley SALVATO
que contemplaba la liberación de los condenados no considerados peligrosos a veinte años de
los hechos por los cuales hubiesen sido juzgados.
582
Luigi FERRAJOLI, Negata giustizia, “il Manifesto”, martedì 2 marzo 1999, p. 3.
583
Luigi FERRAJOLI, Presunzione di colpevolezza, “il Manifesto”, mercoledì 26 gennaio 2000,
pp. 2 y 3.
584
“Recuerdo que un tiempo la crítica de las sentencias formó una práctica y una costumbre en
los jueces progresistas, dirigida a responsabilizar a la magistratura, a acrecentar la
transparencia, a romper la solidaridad corporativa, a redefinir la deontología profesional sobre
el respeto de las garantías. Desde entonces mucho tiempo pasó, y siempre más, en estos
últimos años, los magistrados intervinieron públicamente sobre el mérito de los procesos, pero
casi siempre, en defensa de sus colegas ¿No sería un signo de equilibrio y de salud
institucional que volvieran a valorar las sentencias también desde el punto de vista de los
ciudadanos?” Ibidem.
585
Luigi FERRAJOLI, Due insurrezioni già viste, “il Manifesto”, mercoledì 1 marzo 1989, pp. 1 y
14.
200
reenvío a juicio por insurrección armada (3,000 hojas) se hablaba de dos
insurrecciones: la primera, increíblemente, hecha por 12 dirigentes de las
Brigadas
<<en
concurso>> con los imputados del
<<7
aprile>>, para lo cual se
copiaban imputaciones literalmente de aquellas de 1981 contra NEGRI.
La segunda, aquella veintenal y paralela, de las Brigadas Rojas. El punto
de interés aquí es que FERRAJOLI abogaba por el debido proceso de esos
imputados brigadistas: el delito de insurrección -recordando a Francesco
CARRARA- se da si hay peligro concreto de que las instituciones sean
abatidas, sin embargo, “ninguno en Italia, ni ahora ni antes -decía nuestro
autor- lo pensó seriamente”. Por ello, las tergiversiones de la naturaleza de la
imputación y del juicio, no tenían nada que ver con la jurisdicción; de ahí que se
violaba el artículo 90 del Código de procedimientos y el principio ne bis in idem.
Los brigadistas no podían ser juzgados por insurrección armada. “Si los
hechos enunciados en el cap. XXII de la determinación fueron ya juzgados en
otros procesos, ellos no pueden serlo nuevamente sólo para decir que en su
conjunto no integran solamente homicidios, lesiones, robos, y quizá banda y
asociación subversiva, sino también <<insurrección armada>>”.586
Vista la génesis del garantismo, considero oportuno pasar a la rigurosa
propuesta que FERRAJOLI opuso a la barbarie de las leyes y de la praxis de la
emergencia y la excepción que, ciertamente, es posible leer en más de una
dimensión. Como bien decía FERRAJOLI al final de Dopo il caso Negri,
cambiar las leyes no bastaría sino que se necesitaría refundar en la práctica y
en la conciencia una cultura democrática que los años oscuros del terrorismo y
de la emergencia disolvieron.
586
El tiempo le daría la razón a FERRAJOLI. El sábado 14 de octubre de 1989 il Manifesto, p.
9, daba cuenta que 253 brigadistas imputados y procesados eran absueltos por lo que hacía a
la acusación de insurrección armada y guerra civil. Cabe decir, por otra parte, que el año
anterior FERRAJOLI suscribía una carta junto con Salvatore MANNUZZU y Giovanni
PALOMBARINI, -véase Lettera aperta a Vassalli, “il Manifesto”, mercoledì 13 luglio 1988, p. 1en un asunto nuevamente relacionado con ex brigadistas. Era el caso de la crítica a la
sentencia de la V sección penal de la Corte di cassazione en la cual se calificó como <<tentata
violenza privata>> un caso más bien típico e inequívoco de tortura a los brigadistas rojos
Antonio SAVASTA, Emilia LIBERA, Francella e Cesare Di LEONARDI, quienes en 1982
secuestraron al general norteamericano James DOZIER. FERRAJOLI y compañía sostenían
que tal sentencia era “una vergüenza para el país” y llamaban al entonces ministro de la justicia
Giuliano VASSALLI -quien, recordaban, había sido torturado por los nazis en el famoso recinto
de via Tasso en Roma- a que el Parlamento ratificara dos convenciones contra la tortura, se
suprimiera el artículo 225 bis del Código de procesos penales que permitía el interrogatorio de
policía sin presencia del defensor y la introducción en la ley penal de un específico delito de
tortura.
201
Considerese, por ejemplo, que el proceso
mediados de 1987.
587
<<7
aprile>> concluyó hasta
FERRAJOLI, entre otras cosas, aprovechó en esa
ocasión para recordar a los magistrados emergentistas el rol “de pésimos e
invasores maestros de la inquisición: para que (con tal sentencia definitiva),
cuando menos reflexionar(an) sobre los daños culturales producidos, en la
magistratura y fuera de ella, del viento de irracionalismo oscurantista que
hicieron pasar, irresponsablemente, sobre instituciones judiciales y sobre el
sentimiento público del derecho y de la justicia”.588
Derecho y razón, como se pretenderá destacar a continuación, es una
respuesta a ese “viento de irracionalismo oscurantista”.
2.3 La propuesta garantista
2.3.1 Consideraciones preliminares
R
ecurriendo al simil de los agujeros negros que FERRAJOLI
utilizaba para connotar los efectos que las leyes y la praxis de la
emergencia produjeron en la democracia italiana,589 tratar sobre la propuesta
intelectual y normativa del Derecho que generó nuestro autor y antepuso a tal
ordenamiento y prácticas iliberales, igualmente puede convertirse en un
agujero negro que termine por absorbernos en este itinerario intelectual y
político del autor italiano.
Como es sabido, el garantismo no es un mero conjunto de
consideraciones teóricas y filosóficas que se generaron y se desarrollaron con
motivo de una experiencia histórica iliberal muy particular.590 El garantismo -
587
Véase il Manifesto, 9 giugno 1987, “Assolta l´Autonomia”, p. 2.
Luigi FERRAJOLI, Il fallimento dell´inquisizione, “il Manifesto”, mercoledì 10 giugno 1987,
pp. 1 y 3.
589
Luigi FERRAJOLI, Il processo penale diffuso (Ancora sul caso... op. cit., p. 387.
590
El garantismo fue la respuesta a una doble crisis jurisdiccional y política. Jurisdiccional,
porque “despertó la clausura corporativa y las vocaciones conservadoras del rol judicial (...),
restableció las nunca agradables inclinaciones sustancialistas y autoritarias de la jurisdicción
penal, ofreció alimento a la concepción del imputado como enemigo y del juicio como lucha, no
menos que a la idea eficientista del primado del resultado sobre los medios para conseguirlo”.
Política, “y particularmente de la izquierda”, porque tal cambio de prospectiva “no podía no
provocar una desnaturalización y al final una derrota de la izquierda, cuyos referentes
axiológicos eran precisamente, en los precedentes treinta años, no ya la pura defensa del
estado sino al contrario el punto de vista interno de los principios emancipatorios de la
constitución y aquél externo de los sujetos individuales y colectivos titulares de los derechos
fundamentales insatisfechos”. Luigi FERRAJOLI, “Precarietà dei valori di riferimento ed
588
202
como lo muestra la obra que por antonomasia lo teoriza, Derecho y razón-,591
es un universo de ideas y paradigmas de gran utilidad para observar y
prescribir sobre el fenómeno punitivo.592
A esta complejidad, impuesta por la riqueza temática, habría que
agregar la dificultad para elegir la aproximación desde la cual dar cuenta de la
génesis de Derecho y razón dado que existe una serie de trabajos de
FERRAJOLI que iban señalando el camino de construcción de la teoría del
garantismo penal.593
emergenza”, en Salvatore MANNUZZU y, Fabrizio CLEMENTI (coordinadores), Crisi della
giurisdizione e crisi della politica3 op. cit., p. 173.
591
Sobre Derecho y razón. Teoría del garantismo penal véase: Salvatore SENESE, A proposito
di “Diritto e Ragione” di Luigi Ferrajoli, “Questione giustizia”, n. 3, 1990, pp. 767-788; Uberto
SCARPELLI, Giudice e imputato3 op. cit.; Francesco D´AGOSTINO, Ferrajoli, Luigi: Diritto e
ragione, (en la sección “Schedario”) de “Rivista Internazionale di Filosofia del diritto”, anno
LXVII 1990, IV serie, pp. 164-166, escrito en el cual el autor cuestiona la no confrontación de la
racionalidad iluminista y liberal con “la dialéctica del iluminismo” ni con las conclusiones de la
Escuela de Frankfurt (Adorno y Horkheimer); Claudio LUZZATI, La figura del giurista e il
garantismo penale. Riflessioni a proposito di un recente libro di Luigi Ferrajoli, “Sociologia del
diritto”, n. 2, 1991, pp. 177-189; Michelangelo BOVERO, La filosofia politica di Ferrajoli, “Iride:
filosofia e discussione pubblica, n. 6, nuova serie, gennaio-giugno, 1991, pp. 209-214; Pietro
COSTA, Dall´”analitica” alla “politica” del diritto penale: un modello teorico per una ricerca
multidisciplinare, Idem., pp. 214-219 y Eugenio LECALDANO, Metaetica, utilitarismo e teoria
del garantismo penale, Idem., pp. 219-226, estos tres últimos textos en la sección Libri in
discussione de dicha revista. Pero sobre todo, véase Letizia GIANFORMAGGIO (coord.), Le
ragioni del garantismo3 op. cit., y Miguel CARBONELL Sánchez y Pedro SALAZAR (editores),
Garantismo. Estudios sobre... op. cit.
592
Para una utilización del marco conceptual del garantismo penal de FERRAJOLI a una
realidad concreta veáse Miguel SARRE, Derechos humanos y autoritarismo en México,
perspectiva desde el pensamiento de Ferrajoli, “Revista del Senado de la República”, n. 8, julioseptiembre, 1999, pp. 87-103.
593
Es el caso de las voces misure cautelari di polizia, misure di prevenzione, misure di pubblica
sicureza, misure di sicureza, pena (principi teorici), pena (profili reali), processo penale (principi
teorici), processo penale (profili reali), reato (principi teorici), reato (profili reali), sanzione y
sospetto (reati di) que aportaría nuestro autor en Cesare DONATI (coord.), Dizionario critico...
op. cit., las cuales darían lugar en gran medida a la parte IV, “Fenomenología. La falta de
efectividad de las garantías en el derecho penal italiano” de Derecho y razón, véanse pp. 703 y
ss., siempre de la edición seguida. De igual forma, es el caso de Luigi FERRAJOLI, Emergenza
penale e crisi della giurisdizione, “Dei delitti e delle pene”, n. 2, maggio-agosto, 1984, pp. 271292, donde nuestro autor no sólo señalaba las “tres perversiones sustanciales” producidas por
la emergencia (en la legislación un derecho penal del reo y no del delito, en la jurisdicción la
predilección en el proceso de métodos fuertes de tipo inquisitorio y en la pena, entre otras
cosas, haber perdido sus características del modelo liberal), sino las dos fases que detectaba
de la emergencia (de 1974 a 1978, en la cual todavía las leyes de excepción no tenían nada
que ver con el terrorismo ni en general con la criminalidad organizada y eran leyes que todavía
no incidían directa y significativamente en el conjunto de las garantías propias del derecho y del
proceso penal ordinario y la fase que iba de finales de 1979 al momento que escribía -1984- en
la cual nació un derecho penal político de excepción en sentido propio), asimismo ofrecía dos
elementos estructurales de los procesos <<7 aprile>> (un gigantismo procesal y una perversión
entre cárcel preventiva y colaboración premiada), todo lo cual serviría de base para el capítulo
12, “El subsistema penal de excepción” en Derecho y razón, véanse pp. 807-848. Es el caso
también de Luigi FERRAJOLI, Il diritto penale minimo, “Dei delitti e delle pene”, n. 3, settembredicembre, 1985, pp. 493-524, ensayo en el cual FERRAJOLI -fiel a su metodología de abordar
los aspectos semánticos, pragmáticos y sintácticos- se ocupaba en esencia de analizar las
203
O bien, considérese la complejidad que representaría dar cuenta no sólo
de una reconstrucción conceptual previa a esa obra sino de trabajos que
revisarían y reiterarían tesis contenidas en Derecho y razón.594
Sin dejar de considerar, ciertamente, temas en particular que, si bien no
tienen una dimensión política explícita, sí son relevantes por sus implicaciones
en esa sede, de ahí que son piezas importantes de un sistema más amplio,
metodológicamente necesarias, para intentar advertir qué modelo de derecho
se propone construir o en cuál culturalmente insiste.595
doctrinas de justificación del derecho penal y ofrecía un modelo normativo de justificación de
las penas, dentro del cual “los derechos fundamentales son precisamente los parámetros que
definen los ámbitos y los límites en cuanto bienes que no está justificado ofender ni con los
delitos ni con las puniciones”, todo lo cual daría pie a los capítulos 5 y 6, “Sí y por qué castigar,
prohibir y juzgar. Las ideologías penales” y “El fin y los límites del derecho penal. Un utilitarismo
penal reformado”, respectivamente, en Derecho y Razón; véanse pp. 247-349. O bien, es el
caso de Luigi FERRAJOLI, La separazione tra diritto e morale, “Problemi del socialismo”, n. 5,
maggio-agosto, 1985, pp. 136-160, trabajo que tenía por objetivos “distinguir los múltiples
significados” asociables a la doctrina de la separación entre derecho y moral en su vertiente de
no existencia de conexión necesaria entre aquél y ésta así como mostrar cómo esta doctrina
entró en crisis en el siglo XIX “con la consolidación del Estado liberal y la paralela conversión
conservadora de la cultura jurídica liberal”, ideas que formarían parte del capítulo 4, “Los
fundamentos del derecho penal” en Derecho y razón; véanse pp. 213 y ss.
594
A manera enunciativa y no exhaustiva: Luigi FERRAJOLI, Ergastolo e diritti fondamentali,
“Dei delitti e delle pene”, n. 2, maggio-agosto, 1992, pp. 79-87, texto que corresponde a su
participación en el Congreso promovido por la Asociación “Antigone” y patrocinada por la
Presidenza della Camera dei Deputati, llevado a cabo en Roma el 20 de febrero de 1992 y
donde nuestro autor no sólo ofrecía razones filosófico-políticas y jurídicas para la abrogación de
la cadena perpetua en Italia sino que llamaba a la formación de un Comitato per l´abolizione
dell´ergastolo; Luigi FERRAJOLI, La pena in una società democratica, “Questione giustizia”, nn.
3-4, 1996, pp. 527-538, texto que corresponde a una ponencia introductiva en el Congreso “Il
vaso di pandora. Carcere e pena dopo le riforme”, organizado en Roma los días 16-18 de mayo
de 1996 por la Asociación “Antigone” que reproducía tal revista y en el cual el autor italiano,
entre otras cosas, insistía que es posible privar la reclusión carcelaria de su rol de pena
principal y paradigmática y, si no abolirla, por lo menos reducir drásticamente la duración y
transformarla en sanción excepcional, limitada a las ofensas más graves de derechos
fundamentales, como la vida y la integridad de la persona. Y es que, afirmaba: “La cárcel es
(...) una institución al mismo tiempo iliberal, desigual, atípica, al menos en parte extra-legal y
extra-judicial, lesiva de la dignidad de la persona, penosa e inútilmente aflictiva”. Idem, p. 534.
Igualmente y en términos generales Luigi FERRAJOLI, Sul ruolo civile e politico della Scienza
penale nello Stato costituzionale di diritto, “Questione giustizia”, n. 4, 1997, pp. 661-669, lectio
doctoralis en ocasión del doctorado honoris causa concedido por la Universidad de Buenos
Aires el 5 de septiembre de 1997 en Buenos Aires, Argentina, en el cual señalaba que la
revolución que significa el cambio de paradigma del derecho -que representa quizá la más
grande conquista jurídica del siglo XX- cambia la estructura del derecho, el rol de la ciencia
jurídica y de la jurisdicción, la naturaleza de la política y la cualidad misma de la democracia.
Idem, p. 665. Asimismo, Luigi FERRAJOLI, Garantismo e diritto penale, “Dei delitti e delle
pene”, n. 3, settembre-dicembre, 1998, pp. 107-123.
595
Como sería Luigi FERRAJOLI, L´etica della giurisdizione penale (contributi per una
definizione della deontologia dei magistrati), “Questione giustizia”, n. 3, 1999, pp. 483-500,
donde nuestro autor sostiene que la ética del juicio penal y la moral profesional de los jueces y
de los ministerios públicos descienden enteramente de las tesis: i) una cosa es el derecho y
otra es la moral y, ii) el derecho no debe coincidir con la moral -una meta-ética y la otra ética-,
esto es que tales tesis de la separación laica entre derecho y moral están a la base del
garantismo como respeto de la persona en aquella práctica de poder que es la jurisdicción.
204
En consecuencia, intentar abordar Derecho y razón en todas sus
dimensiones sería una empresa de gran calado, de ahí entonces la necesidad
de autofijarse una sola dimensión, o de lo contrario se acabaría extraviado en
un universo paralelo.
Así, me parece pertinente que aquello a lo que se atienda en el presente
apartado sobre la teoría del garantismo propuesta por el autor en estudio sea
evidenciar -y quizá sigue siendo amplio el objeto- qué derecho propone o qué
derecho afirma, es decir, en cuál derecho se inscribe culturalmente.596
De este modo, el análisis del derecho que se afirma en la teoría del
garantismo penal se hace, por decirlo así, en sede interna: se han buscado los
elementos de la teoría que, en suma, contituyen o acompañan a la estricta
legalidad en cuanto institución o concepto neurálgico para resistir al poder
punitivo.597
Idem, p. 485. Sería también el caso de la suscripción de FERRAJOLI de la epistemología
popperiana en la teoría del garantismo penal. Para un severo cuestionamiento de la pretensión
de querer fundar sobre la epistemología popperiana una filosofía política véase Danilo ZOLO,
La <<società aperta>> e i suoi amici. Neoliberalismo ed epistemologia popperiana in Italia,
“Critica marxista”, n. 3, maggio-giugno, 1982, pp. 131-147.
596
“Desde el punto de vista de la política del derecho, el teórico del garantismo (FERRAJOLI)
no puede dejar de injertarse en la gran tradición del pensamiento ilustrado y liberal que en el
campo del derecho penal va de Beccaria a Francesco Carrara”. Norberto BOBBIO, en el
Prólogo a Derecho y razón... op. cit., p. 18. Habría que considerar de igual forma, en la
reivindicación cultural, que la obra se inscribe -en lo que toca a escuela de teoría del derechoen el “positivismo jurídico, aun cuando corregido y menos intransigente pero de hecho más
consecuente (y) en cuanto al método, o simplemente respecto al modo de proceder en la
argumentación”, la inclusión se hace en la filosofía analítica. Idem, p. 17. En cuanto a la
concepción política del Estado y de las instituciones políticas, uno de los “enemigos mortales”
de FERRAJOLI “es el estado ético de Hegel y, más en general, toda concepción organicista de
la sociedad”. Idem, p. 18. Para algunas refencias al “padre del garantismo y del liberalismo
penal”, pero sólo a propósito de la presentación en un libro sobre BECCARIA, véase Luigi
FERRAJOLI, Introduzione a Raffaele SBARDELLA, Beccaria dei delitti e delle pene con note,
La Città del Sole, Il pensiero e la storia 112, Napoli, 2005.
597
La noción de estricta legalidad es más central de lo que pudiera estimarse en la propuesta
teórica y filosófica-política de FERRAJOLI: “... el primer instrumento de delimitación y deterioro
de los poderes y de las consiguientes desigualdades es la estricta legalidad, es decir, la
predeterminación de los actos que representan el legítimo ejercicio de cada poder, así como de
sus presupuestos, sus formas y sus efectos. Naturalmente, ningún poder puede ser puramente
jurídico, es decir, enteramente predeterminado por la ley y totalmente carente de
discrecionalidad (...) De ahí, en todo caso, que sea una garantía esencial que un poder, cuando
por sus funciones sociales no pueda ser suprimido, sea al menos lo más limitado posible por la
ley”. Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., p. 934. No por caso GUASTINI señala que
“el corazón del modelo garantista es una teoría de la discrecionalidad judicial y, al mismo
tiempo, de los modos para reducirla al mínimo”. Riccardo GUASTINI, “I fondamenti teorici e
filosofici del garantismo”, en Letizia GIANFORMAGGIO (coord.), Le ragioni del garantismo... op.
cit., p. 53. El mismo GUASTINI escribía en 1977, en términos bastante clarificadores, sobre
esta misma idea aunque no sólo refiriéndose al poder judicial: “El modo más obvio de limitar el
poder político es hacer uso de las técnicas constitucionales de la tradición liberal, ciegamente
despreciadas por la izquierda. Comúnmente, se distinguen las normas jurídicas en dos clases
fundamentales: normas que atribuyen permisos (o poderes); normas que imponen obligaciones
205
En efecto, el principio de estricta legalidad se afirma “como una técnica
legislativa específica dirigida a excluir, por arbitrarias y discriminatorias, las
convenciones penales referidas no a hechos sino directamente a personas y,
por tanto, con carácter
<<constitutivo>>
antes que
<<regulativo>>
de lo que es
punible”.598 Evidentemente -no sobra decirlo- la defensa del modelo garantista
refleja siempre
<<una
opción política>>: la limitación del arbitrio punitivo y la
tutela de la libertad de los ciudadanos. Aunque extensa la cita, vale leer:
Un modelo de proceso indica siempre un modelo de civilidad. Revela y
refleja como en un espejo la imagen real de un sistema político
proyectándola en el modo de construir las acusaciones y de identificar a los
imputados.
Un proceso garantista, que parte de la presunción de inocencia del
imputado, que permite a éste defenderse sobre la base de la objeción de
hechos precisos y así de asumir la defensa como momento de búsqueda de
la verdad sobre un plano no diverso sino en su caso privilegiado respecto a
la acusación, es un tipo de proceso que indica un sistema político fundado
sobre la razón y el derecho, sobre el respeto de la persona, de su verdad
así como de su libertad. Al contrario, un proceso inquisitorio, fundado sobre
la presunción de culpabilidad, sobre la hipótesis originaria de oscuros
complots o complicidad remite a un sistema de poder que sospecha de la
sociedad y de los ciudadanos”.599
Ahora bien, la militancia por el modelo garantista, y más precisamente,
la opción por la estricta legalidad -y no por la mera legalidad-, no es escindible
o prohibiciones. Acogiendo esta clasificación, se puede decir que se limita al Estado
concediendo a sus órganos pocos permisos e imponiéndoles muchas obligaciones”. Riccardo
GUASTINI, Materiali di analisi sulla trasformazione autoritaria dello Stato, en “Critica del
diritto\ op. cit., p. 7. GUASTINI abundaba -en otro momento- señalando dos elementos
necesarios más para limitar al poder: “El Estado es más débil: a) cuanto más le es negado el
consenso popular, cuanto más el poder debe convivir con un basto disenso de masa y, b)
cuanto más división haya entre sus diversos órganos, ya sea división institucional (...) ya sea
división política, contraste, divergencia...”. Riccardo GUASTINI, Nuova borghesia, nuevo
regime. Il leviatano in Italia, en “Critica del diritto”, n. 13, gennaio-aprile, 1978, p. 100.
598
Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., p. 35. En otro pasaje sostiene FERRAJOLI:
“\ cuanto más absoluto -es decir, no acompañado por vínculos de contenido- es el principio de
legalidad y cuanto menos vinculantes en los contenidos son para el legislador los criterios de
legitimación interna de las leyes, tanto menos vinculante es la ley con respecto al juez y tanto
más amplio y legítimo es el reenvío a criterios de legitimación externa en el momento del juicio”.
Idem, p. 217.
599
Luigi FERRAJOLI, Crisi del principio di stretta legalità... op. cit., p. 13. “En el tratamiento
penal se manifiesta -en estado puro y de la manera más directa y conflictiva- la relación entre
estado y ciudadano, entre poder público y libertad privada, entre defensa social y derechos
individuales. El problema de la legitimación o justificación del derecho penal,
consiguientemente, plantea en su raíz la cuestión misma de la legitimidad del estado”. Luigi
FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., p. 210. Por ello -ha apuntado en otra oportunidad
nuestro autor- si el sistema penal incide sobre la libertad de los ciudadanos entonces “no es
tolerable que se lo deje cotidianamente expuesto a los estados de ánimo contingentes de las
mayorías de gobierno y al sobrevenir de siempre nuevas emergencias”. Luigi FERRAJOLI, Per
una politica della legalità. In margine a un libro di Claudio Luzzati. “Notizie di Politeia”, n. 84,
2006, pp. 93-94.
206
de otra opción, a saber, una epistemología verificacionista, contrapuesta a una
epistemología antigarantista.600
El tipo de
<<verdad
jurídica>> que persigue el modelo garantista y su
adversario, el modelo antigarantista, son completamente diversos. Este último
modelo aspira a la verdad sustancial o material, una
<<verdad
absoluta y
omnicomprensiva en orden a las personas investigadas>>, sin límites,
alcanzable con cualquier medio más allá de rígidas reglas procedimentales. El
primero, en cambio, persigue una verdad formal o procedimental, lograda con
la sujeción a reglas precisas y relativas únicamente a los hechos y
circunstancias perfilados como penalmente relevantes.601
Sin embargo -y aquí comienzan las complicaciones-, FERRAJOLI es
consciente de que no es posible una justicia penal completamente con verdad,
ni siquiera un
<<perfecto
cognoscitivismo judicial>>. De ahí entonces la
necesidad de descender a niveles filosóficos, particularmente, epistemológicos.
Ante semejante problema -para decirlo en breve- FERRAJOLI acude a la
distinción entre verdad fáctica o de hecho y verdad jurídica o de derecho y
sostiene que es posible deducir una caracterización semántica adecuada de
estos dos conceptos,
<<dentro
de un modelo ideal de jurisdicción penal
rígidamente cognoscitivo (a partir) de la definición de “verdad” elaborada por
Alfred TARSKI, que es también una estipulación general de las condiciones de
600
La caracterización que de esta última hace nuestro autor es en términos de una concepción
ontológica o sustancialista -en vez de formalista y convencionalista- de la desviación penal
relevante, en la que el objeto de conocimiento y de tratamiento penal es sobre todo la
desviación criminal en cuanto en sí misma inmoral o antisocial -incluso sobre la persona del
delincuente- y de decisionista en el plano procesal: por su carácter no cogniscitivo sino
potestativo del juicio y de la irrogación de la pena. En el decisionismo procesal el juez llega a
configurase como <<confesor, psicoanalista o terapeuta social>> y el juicio penal -al igual que el
ético y el estétito- <<degenera en juicio “sin verdad”: no motivado por juicios de hecho>>, no
verificables ni refutables, no basado en procedimientos cognitivos, no realizado mediante reglas
del juego. Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., pp. 41 y ss.
601
Idem, pp. 44 y 45. “La definición de la noción de <<verdad formal>> o <<procesal>> y el
análisis de las condiciones en las que una tesis jurisdiccional es (o no es) <<verificable>> y
<<verificada>> forman, pues, el primer capítulo de una teoría analítica del derecho y del proceso
penal y, a la vez, los principales parámetros de un sistema penal garantista. Sin una adecuada
teoría de la verdad, de la verificabilidad y de la verificación procesal, toda la construcción
ilustrada del derecho penal que aquí he llamado <<cognoscitiva>> o <<garantista>> termina
apoyada en la arena; y terminan descalificadas, en cuanto puramente ideológicas, las
funciones civiles y políticas asociadas a ella”... “El concepto de verdad procesal es, en suma,
fundamental además de para la elaboración de una teoría del proceso, también por los usos
que de él se hacen en la práctica judicial”. Idem, pp. 46 y 47. Sobre el argumento véase
asimismo Luigi FERRAJOLI, “Prólogo” a Nicolás GUZMÁN, La verdad en el proceso penal. Una
contribución a la epistemología jurídica”, Editores del Puerto, La verdad en el proceso penal,
Buenos Aires, 2006, pp. I-IX.
207
uso del término “verdadero”>>. Conforme a esa solución
<<una
proposición
jurisdiccional se llamará (procesal o formalmente) verdadera si, y sólo si, es
verdadera tanto fáctica como jurídicamente en el sentido así definido>>.602
Evidentemente, el autor italiano también es consciente de los límites de
la verdad procesal incluso a partir de la vía tarskiana, ello por el carácter
<<irreductiblemente
probabilístico de la verdad fáctica>>,
opinable de la verdad jurídica de las tesis judiciales>>,
<<no
<<inevitablemente
impersonal de ese
investigador particular legalmente cualificado que es el juez>> y debido a
<<las
condiciones necesarias para la “convalidación”>> judicial de las verdades
adquiridas en el proceso” (<<no es sólo la verdad la que condiciona la validez
sino que también es la validez la que condiciona la verdad en el proceso>>).603
Pero de ello no se debe seguir -sostiene nuestro autor- un irracionalismo
o un escepticismo, más bien la tarea principal de la epistemología penal
<<es
garantista
la de elucidar las condiciones que permiten restringir lo más
posible estos márgenes y, por tanto, basar el juicio (en decisiones) sobre la
verdad procesal en lugar de (en decisiones) sobre valores de otro tipo>>. Esos
cuatro límites a la certeza y a la objetividad de la verdad procesal son
reducibles
<<con
sistemas apropiados de reglas y de garantías, además de con
un conocimiento adecuado por parte de los jueces de la lógica del juicio>>.604
De ahí entonces la necesidad de la propuesta y formalización de
garantías
<<dentro
de un sistema de principios>> denominado “cognoscitivo” o
“garantista”, es decir, del sistema penal garantista (SG), que exprese
proposiciones prescriptivas, implicaciones deónticas, normativas o de deber ser
-con cierto forzamiento lingüístico reconoce FERRAJOLI- que en conjunto
forman un modelo a su vez deóntico (o varios según se modifique) que supone
602
Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., pp. 48 y ss. “En el derecho penal, la única
justificación aceptable de las decisiones es la representada por la verdad de sus presupuestos
jurídicos y fácticos, entendida la <<verdad>> precisamente en el sentido de
<<correspondencia>> lo más aproximada posible de la motivación con las normas aplicadas y
los hechos juzgados. Sólo si se refieren a la verdad como correspondencia, los criterios de la
coherencia y de la aceptabilidad justificada pueden en realidad impedir la prevaricación punitiva
contra el particular de intereses o voluntades más o menos generales y vincular el juicio a la
estricta legalidad, o sea, a los hechos empíricos previamente denotados por la ley como
punibles”. Idem, p. 68.
603
Idem, pp. 50-62.
604
Idem, p. 62. Para una compendiosa referencia a la epistemología en el juicio penal véase
Luigi FERRAJOLI, “Il giudizio penale”, en Salvatore NICOSIA (coord.), Il giudizio, Filosofia,
teologia, diritto, estetica, Carocci, Ricerche/79, Filosofia, Roma, 2000, pp. 189-204.
208
<<una
opción ético-política a favor de los valores normativamente tutelados por
ellos>>.605
Estos
principios
-vale
decir-
enuncian
una
condición
para
la
responsabilidad penal pero ello no significa que su conjunto es un sistema
logrado: es posible todavía introducir más principios que fortalezcan ese
modelo garantista. El sistema SG contiene, en el plano téorico y normativo,
condiciones necesarias pero no suficientes según las cuales la pena debe tener
lugar.
El sistema de estricta legalidad o SG que propone nuestro autor en
estudio es el siguiente:
Axioma
Expresión escolástica
Traducción
A1
Nulla poena sine crimine.
No hay pena sin delito.
A2
Nullum crimen sine lege.
No hay delito sin ley.
A3
Nulla lex (poenalis) sine necessitate.
No hay ley sin necesidad.
A4
Nulla necessitas sine iniuria.
No hay necesidad sin ofensa.
A5
Nulla iniuria sine actione.
No hay ofensa sin acción.
A6
Nulla actio sine culpa.
No hay acción sin culpabilidad.
A7
Nulla culpa sine iudicio.
No hay culpabilidad sin juicio.
A8
Nullum iudicium sine accusatione.
No hay juicio sin acusación.
A9
Nulla accasatio sine probatione.
No hay acusación sin prueba.
A10
Nulla probatio sine defensione.
No hay prueba sin defensa.606
Como se puede apreciar, los principios A1, A2 y A3 expresan las
garantías relativas a la pena y responden a las preguntas
<<cuándo
y cómo
castigar>>; los principios A4, A5 y A6 expresan las garantías relativas al delito y
responden a las preguntas
<<cuándo
y cómo prohibir>>; finalmente, los
principios A7, A8, A9 y A10 expresan las garantías relativas al proceso y
responden a las preguntas <<cuándo y cómo juzgar>>.
605
Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., pp. 91 y ss.
Se recuerda la crítica de ZOLO a este modelo garantista, el cual califica “mucho más un
programa de política del derecho -una <<ideología jurídica>>, que personalmente comparto sin
ninguna reserva (apunta y)- no un sistema de relaciones lógicas y de vínculos procesales que
pueda ser aplicado con seguros éxitos garantistas a la producción, a la interpretación y a la
administración del derecho. Su posible contribución a la reducción de la discrecionalidad
punitiva y, en consecuencia, a la defensa de la libertad está, más que en su rigor axiomático,
en su alta capacidad de persuasión ideológica y en su sugerencia moral”. Danilo ZOLO,
“Ragione, diritto e morale nella teoria del garantismo”, en Letizia GIANFORMAGGIO (coord.),
Le ragioni del garantismo... op. cit., p. 448.
606
209
Es así cómo el derecho que afirma FERRAJOLI en su propuesta téorica
y axiológica basada en la razón, me parece, se construye a partir de la
explicitación y confrontación con las doctrinas, teorías e ideas adversarias de
ese modelo y que se contraponen a tales principios.
Previo a revisar grosso modo tal análisis y discusión es preciso destacar
que aquél principio
<<que
caracteriza específicamente el sistema cognitivo SG
es el principio de estricta legalidad enunciado por el axioma A3, por las tesis
T28-T34 y compendiadamente, por la tesis T58>>607 y que dicho principio se
distingue
<<del
principio de mera o lata legalidad expresado por el axima A2 y
de manera más completa en la tesis T6, por su distinta forma lógica>>.608
Asimismo, que este modelo de respondabilidad penal no es sólo un modelo
epistemológico de racionalidad del juicio
<<sino
también un modelo regulativo
de justicia formal. Y en la medida en que tales principios están incorporados en
el ordenamiento positivo bajo forma de principios constitucionales o en todo
caso legales, es también un modelo normativo de legitimidad jurídica o de
validez>>.609
De igual forma, es preciso subrayar que FERRAJOLI, también en sede
epistemológica, elucida
<<la
extensión del poder judicial y de sus distintas
dimensiones -en materia de interpretación, prueba, comprensión equitativa y
valoración dispositiva- con referencia>> al sistema SG.610
Es decir, el poder de denotación o de verificación jurídica, el poder de
comprobación probatoria o de verificación fáctica, el poder de connotación o de
discernimiento equitativo y el poder de disposición o de valoración éticopolítica, en cuanto <<dimensiones del poder del juez>>, no son irrelevantes en la
607
T58. Nulla lex poenalis sine necessitate, sine iniuria, sine actione, sine culpa, sine iudicio,
sine accusatione, sine probatione et sine defensione. Véanse sobre el particular Derecho y
razón... op. cit., pp. 94 y ss.
608
T67. Nulla poena vel nullum crimine sine lege.
609
Idem, p. 97. “Cuantos más valores se incorporen a los niveles normativos superiores en
forma de vinculaciones o imperativos negativos, tanto menos quedan expuestos los niveles
inferiores -el legislativo respecto al constitucional, el jurisdiccional respecto al legislativo- a
elecciones contingentes de justicia sustancial guiadas de hecho por el arbitrio potestativo: las
leyes, en pocas palabras, son tanto más vinculantes cuanto más vinculadas estén”. Idem, p.
363.
610
En efecto, se dijo supra que el concepto de verdad procesal es fundamental además de
para la elaboración de una teoría del proceso, también por los usos que de él se hacen en la
práctica judicial. “La investigación judicial no es una búsqueda puramente intelectual, sino el
presupuesto de decisiones sobre las libertades de los ciudadanos en las que el poder, en
ausencia de límites normativos, tiende indefectiblemente a prevalecer sobre el saber”. Idem, p.
154.
210
<<opción
política>> que se recrea en la limitación del arbitrio punitivo y la tutela
de la libertad de los ciudadanos.611
Por su relevancia, de los dos primeros poderes -que están en sede
eminentemente epistemológica- hay que destacar lo siguiente. Sobre el poder
de denotación o de verificación jurídica, la tesis de nuestro autor en estudio es
que éste se controla si se parte de que
<<una
tesis judicial es verificable y
refutable si y sólo si los términos empleados en ella están provistos de
extensión determinada; es decir, ya que la extensión está determinada por la
intensión, si y sólo si sus intenciones están definidas de manera clara y
precisa>>.612
El poder de comprobación probatoria o de verificación fáctica, por su
parte, es posible controlarlo también acudiendo a
<<un
principio meta-procesal
de estricta jurisdiccionalidad, que equivale a una (serie de) regla(s)
semántica(s) de formación del lenguaje jurisdiccional dirigida a asegurar la
determinabilidad de las denotaciones fácticas>> que tendrían en común que
tanto las tesis de verificabilidad y de refutabilidad que en el proceso enuncian
los hechos y las pruebas
<<sean
exactamente individualizadas mediante
descripciones precisas y sin el uso de palabras vagas o valorativas>>.613
Ahora bien, FERRAJOLI es consciente aquí del
<<problema
de la
identificación de las condiciones probatorias que justifican la convicción>>, es
decir, de la definición
<<del
concepto de “prueba adecuada” o, si se quiere,
“convincente”>>. La solución a la que acude614 -con <<adaptaciones oportunas>><<es
el ofrecido por el modelo nomológico-deductivo de la explicación causal
611
Sobre connotación o discernimiento equitativo en sede penal véase Luigi FERRAJOLI,
“Legalità ed equità nel giudizio penale: una caratterizzazione semantica”, contenido en Studi in
Memoria di Giovanni Tarello, vol. II Saggi Teorici-Giuridici, Giuffrè Editore, Collana di
monografie 65, Milano, 1990, pp. 205-233.
612
Derecho y razón... op. cit., p. 120. Por ello, “la garantía primera y fundamental de un sistema
cognoscitivo, puede ser caracterizado ahora como una regla semántica metalegal de formación
de la lengua legal que prescribe al legislador penal: a) que los términos usados por la ley para
designar las figuras de delito sean dotados de extensión determinada, por donde sea posible
su uso como predicados <<verdaderos de los>> hechos empíricos por ellos denotados; b) que
con tal fin sea connotada su intensión con palabras no vagas ni valorativas, sino lo más claras y
precisas posibles; c) que, en fin, sean excluidas de la lengua legal las antinomias semánticas o
cuando menos que sean predispuestas normas para su solución”. Idem, p. 121.
613
De hecho, el uso de palabras equívocas y de juicios de valor en la descripción de los hechos
imputados y en la realización de las pruebas “representa más bien una técnica de vaciamiento
de las garantías penales y procesales por parte de los jueces no menos difundida que la
adoptada análogamente por el legislador en la formulación de las leyes”. Idem, p. 125.
614
Véase idem, pp. 141 y ss.
211
elaborado por Karl R. Popper y con mayor difusión por Carl G. Hempel y P.
Oppenheim>>.615
Conforme a tales tesis de filosofía de la ciencia y epistemológicas, si
bien no se puede demostrar la verdad, se puede
falsedad de una hipótesis explicativa>>;
<<no
<<sin
embargo apoyar la
disponemos de un método de
descubrimiento o de verificación, sino sólo de un método de confirmación y de
refutación>>. En el ámbito de la inducción judicial, tampoco
<<estamos
en
condiciones de demostrar la verdad de una hipótesis acusatoria. Podemos sin
embargo confirmarla o invalidarla>>.616
Pero ¿cuál es el grado de probabilidad que permite considerar adecuada
o convincentemente probada una hipótesis acusatoria? Los criterios de
probabilidad subjetiva son los siguientes:
i) La hipótesis acusatoria debe ser ante todo confirmada por una
pluralidad de pruebas o datos probatorios.
ii) Debe haber contradictorio, esto es, la posibilidad de la refutación o
de la contraprueba.
iii) La hipótesis acusatoria debe prevalecer sobre todas las posibles
hipótesis en conflicto con ella.617
La tesis de FERRAJOLI, en consecuencia, es que estas tres garantías,
<<junto
al presupuesto semántico de la estricta legalidad o verificabilidad de las
hipótesis acusatorias, aseguran la estricta jurisdiccionalidad del proceso
penal>>.618
Más allá de esta metodología, no es posible demostrar la verdad de una
hipótesis acusatoria. El modelo garantista no provee la justicia sustancial
<<sino
615
De C. G. HEMPEL, FERRAJOLI se apoya en The Function of General Laws in History;
Reason and Covering Laws in Historial Explanation. De Karl, R. POPPER, sobre el modelo
nomológico-inferencial de la explicación causal y sobre sus aplicaciones a la historia, se apoya
de La lógica de la investigación científica; La pobreza del historicismo; Conocimiento objetivo.
De C. G. HEMPEL y P. OPPENHEIM, en Studies in the Logic of Explanation. Para críticas al
garantismo que acude a la epistemología verificacionista véase Vittorio VILLI, “Garantismo e
verificazionismo, validità e vigore”, en Letizia GIANFORMAGGIO (coord.), Le ragioni del
garantismo... op. cit., pp. 172 y ss.
616
Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., pp. 142 y 143.
617
Idem, pp. 150 y ss.
618
Idem, p. 151. “... la carga de la prueba en apoyo de la acusación resulta integrada por la
carga de la contraprueba o refutación de las hipótesis en competencia; el derecho de defensa o
refutación está a su vez integrado por el poder de planteamiento de contra-hipótesis
compatibles con el conjunto de los datos disponibles y capaces de suministrar explicaciones
alternativas; y la motivación del juez resulta una justificación adecuada de la condena sólo si,
además de apoyar la hipótesis acusatoria con una pluralidad de confirmaciones no
contradichas por ninguna contraprueba, también está en condiciones de desmentir con
adecuadas contrapruebas todas las contrahipótesis planteadas y planteables”. Idem, p. 152.
212
sólo la justicia formal, esto es, una técnica de definición legal y un método de
comprobación judicial de la desviación punible>>.619
2.3.2 Las garantías relativas a la pena
F
ERRAJOLI se ocupa primeramente de
<<las
distintas doctrinas
filosóficas acerca de la justificación del derecho penal>>, las cuales
es posible reconducirlas a los
<<dos
filones antitéticos del pensamiento
penalista>>: el convencionalista y empirista así como el sustancialista u
ontológico.
El primero, que también denomina el autor italiano de
mínimo>>,
<<tiene
<<derecho
penal
sus antecedentes en Pufendorf, en Thomasius y en muchos
aspectos hasta en Hobbes, y su máxima expresión en los ilustrados del XVIII y
en la escuela clásica italiana>> del siglo XIX. El segundo, que denomina de
<<derecho
penal máximo>>, hundió
premoderno>> y reapareció
<<con
<<sus
raíces en el oscurantismo penal
la reacción anti-ilustrada que se desarrolló en
620
la segunda mitad del XIX>>.
Esos
<<dos
filones antitéticos del pensamiento penalista>>, cuando se
han dedicado a justificar el derecho penal, han tenido a su vez un adversario:
las llamadas doctrinas abolicionistas, es decir, aquellas que
<<no
reconocen
justificación alguna al derecho penal y propugnan su eliminación, bien porque
impugnan de raíz su fundamento ético-político, bien porque consideran que las
ventajas proporcionadas por él son inferiores al coste de la triple constricción
que produce: la limitación de la libertad de acción para los cumplidores, el
sometimiento a juicio de todos aquellos de quienes se sospecha que son
incumplidores y el castigo de cuantos se juzgue que lo son>>.621
La tesis de FERRAJOLI es contundente al respecto. Las distintas
versiones -radicales y holistas- del abolicionismo tienen un doble efecto, a
saber:
De entrada, los modelos de sociedad que persiguen son los escasamente
atractivos de una sociedad salvaje carente de cualquier orden y
619
Idem, p. 169. Por ello, el garantismo penal es ante todo <<un modelo cognoscitivo de
identificación de la desviación punible basado en una epistemología convencionalista y
refutacionista (o falsacionista) hecha posible por los principios de estricta legalidad y de estricta
jurisdiccionalidad>>. Ibidem.
620
Idem, pp. 212 y 213.
621
Idem, pp. 247 y 248.
213
abandonada a la ley natural del más fuerte o, alternativamente, de una
sociedad disciplinaria, pacificada y totalizante, en la que los conflictos son
controlados y resueltos o, peor aún, prevenidos, mediante mecanismos
ético-pedagógicos de interiorización del orden, o de tratamiento médico, o
de panoptismo social e incluso policial.
::
(Además), eluden todas las cuestiones más específicas de la justificación y
de la deslegitimación del derecho penal -de la cantidad y calidad de las
penas, de la cantidad y calidad de las prohibiciones, de las técnicas de
comprobación procesal-, menospreciando cualquier enfoque garantista,
confundiendo en un rechazo único modelos penales autoritarios y modelos
penales liberales, y no ofreciendo por consiguiente contribución alguna a la
solución de los difíciles problemas relativos a la limitación y al control del
poder punitivo.622
Por su parte, las doctrinas justificacionistas tampoco satisfacen a
nuestro autor en estudio. Las teorías absolutas -una de las dos grandes
categorías que constituye las doctrinas justificacionistas-, que son todas las
doctrinas retribucionistas: porque
<<conciben
la pena como fin en sí mismo, es
decir, como “castigo”, “compensación”, “reacción”, “reparación” o “retribución”
del delito, justificada por su valor axiológico intrínseco; por consiguiente no un
medio, y menos aún un coste, sino un deber ser metajurídico que tiene en sí
mismo su fundamento>>. Las teorías relativas -la segunda de las dos grandes
categorías que constituye las doctrinas justificacionistas-, que son todas las
doctrinas utilitaristas: porque
<<consideran
y justifican la pena sólo como un
medio para la realización del fin utilitario de la prevención de futuros
delitos>>,623 con las limitaciones y problemas que infra se referirá.
Las primeras -que se fundan en la máxima de que es justo “devolver mal
por mal” e intentan justificarse mirando al pasado- tienen el inconveniente de
tener a la base
<<la
oscura pero enraizada creencia en la existencia de algún
nexo necesario entre culpa y castigo>>.624 Pero peor aún, las doctrinas
retribucionistas:
... resultan idóneas para justificar modelos autoritarios de derecho penal
máximo, en la medida en que casan o bien con concepciones jurídico622
Idem, p. 251.
Idem, pp. 253 y ss.
624
“Se trata, en efecto” -prosigue FERRAJOLI- “de una supervivencia de antiguas creencias
mágicas que derivan de una confusión entre derecho y naturaleza: la idea de la pena como
restauración, remedio o reafirmación del orden natural violado; las religiosas del talión o de la
purificación del delito a través del castigo; o las no menos irracionales de la negación del
derecho por parte del ilícito y de la simétrica reparación de éste a través del derecho”. Idem, p.
254. Sobre el argumento véase el documentado trabajo de Hans KELSEN, Sociedad y
Naturaleza. Una investigación sociológica, trad. Jaime Perriaux, Depalma, Buenos Aires, 1945.
623
214
sustancialistas del delito y de la verdad judicial, o bien con concepciones
ético-formalistas del delito y del poder punitivo y prohibitivo.625
Las segundas, es decir, las utilitaristas, que tienen la concepción de la
pena como medio y que miran al futuro -de suyo necesario pero no suficiente
para fundamentar en el plano teórico sistemas garantistas- tienen distintas
manifestaciones criticables. El utilitarismo ex parte principis es una versión
autoritaria porque en sede realista aduce
bien, en sede idealista
<<a
<<a
la utilidad de los gobernantes>>, o
la utilidad del estado entendido como sujeto político
autónomo y situado por encima de la sociedad>>. Así, estas doctrinas
<<al
estar
informadas por la máxima de que “el fin justifica los medios”, resultan por
principio antitéticas del modelo del estado de derecho como sistema de poder
disciplinado y limitado>> y
<<son
idóneas para justificar sistemas de derecho
penal ilimitado, de carácter sustancialista e inquisitivo, especialmente en lo
referente a los delitos políticos que estorban de cualquier modo a los intereses
políticos del estado o al ejercicio del poder de gobierno>>.626
El utilitarismo ex parte populi, por su parte, si bien es <<el que caracteriza
a la filosofía penal de origen contractualista e ilustrado>> y tiene como
referencia
<<el
bienestar o la utilidad no ya de los gobernantes sino de los
gobernados>>, tiene sin embargo ambivalencias: se ajusta
<<el
fin a la máxima
utilidad posible que quepa asegurar a la mayoría formada por los no
desviados>>, o bien, se ajusta el fin <<al mínimo sufrimiento necesario que haya
que infligir a la minoría formada por los desviados>>. Es claro -apunta
FERRAJOLI- que la primera versión
<<refiere
el fin (sólo) a los intereses de la
seguridad social, distintos de los de aquellos a los que se inflige la pena, y por
tanto hace imposible la ponderación entre costes y beneficios>>.627
Así, atendiendo a la esfera de los destinatarios de la prevención -que
puede ser especial o general según se refiera sólo a la persona del delincuente
625
Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., pp. 257 y 258.
Idem, pp. 260 y ss.
627
Idem, pp. 261. “Si el fin es únicamente la máxima seguridad social alcanzable contra la
repetición de futuros delitos, servirá para legitimar de un modo apriorístico los máximos medios,
las penas más severas incluida la pena de muerte, los procedimientos más antigarantistas
incluida la tortura y las medidas de policía más autoritarias e invasivas: desde el punto de vista
lógico, el utilitarismo, entendido en este sentido, no es de ningún modo una garantía frente a la
arbitrariedad del poder”. Ibidem. Evidentemente, el autor italiano en estudio opta por la
segunda versión por ser <<una doctrina de los límites del derecho penal, al que puede justificar
sólo si su intervención se limita al mínimo necesario>>; pero ello exige un utilitarismo penal
reformado, como se verá infra.
626
215
o a la generalidad de los asociados- o a la naturaleza de las prestaciones
de la pena -que pueden ser positivas o negativas-, FERRAJOLI se ve obligado
a revisar y a criticar a mayor detalle los
<<cuatro
grupos de doctrinas relativas o
utilitaristas>>.
Por una parte, están las doctrinas de la prevención especial positiva o de
la corrección, que atribuyen a la pena la función positiva de corregir al reo, es
decir, se trata de las doctrinas pedagógicas de la enmienda: la poena
medicinalis en la tradición católica y en la idealista,
derecho romano>>, que
<<informa
<<no
ignorada por el
en la época medieval todo el derecho penal
canónico>> y que está, entre otros, en la base del proyecto penal de Tomás
MORO
<<que
en los umbrales de la Edad Moderna elabora, en clave
realistamente utópica, la primera concepción de la privación de la libertad
personal como pena orientada a la reeducación, a tal efecto indeterminada en
cuanto a su duración, conmutable por la pena de muerte cuando el reo se
revele irrecuperable y al mismo tiempo utilizable como medida de prevención y
de orden público>>.628
Por otra parte, están las doctrinas de la prevención especial negativa o
de la incapacitación, que le asignan a la pena la función negativa de eliminar o
de un modo u otro neutralizar al reo y son las doctrinas positivistas de la
defensa social
<<que
persiguen la prevención especial de los delitos asignando
a las penas y a más específicas medidas de seguridad el doble fin de curar al
condenado en la presuposición de que es un individuo enfermo y/o de
segregarlo y neutralizarlo en la presuposición de que también es peligroso>>.629
Pues bien, FERRAJOLI es tajante ante todas estas ideas antiliberales
del delito como patología y de la pena como tratamiento:
Se sigue de ello que estas doctrinas, al suponer una concepción del poder
punitivo como “bien” metajurídico -el estado pedagogo, tutor o terapeuta- y
simétricamente del delito como “mal” moral o “enfermedad” natural o social,
son las más antiliberales y antigarantistas que históricamente hayan sido
628
Idem, p. 265.
Idem, p. 266. Se trata -apunta FERRAJOLI- de una <<desafortunda mezcla de las ideas de
Lombroso acerca del “delincuente nato” o “natural” y la desigualdad natural de los hombres, y
de las de Spencer acerca de la socidad como “organismo social” y las de Darwin sobre la
selección y la lucha por la existencia, que, aplicadas a semejante “organismo”, le legitimarían
para defenderse de las agresiones externas e internas mediante prácticas de saneamiento y de
profilaxis social>>. Idem, p. 267.
629
216
concebidas, y justifican modelos
tendencialmente ilimitado.630
de
derecho
Estas doctrinas, vale la pena subrayarlo, son
penal
<<las
máximo
y
predilectas de todos
los sistemas políticos totalitarios, en los que han justificado modelos y prácticas
penales ilimitadamente represivos, paternalistas, persuasivos, de aculturación
forzada y de manipulación violenta de la personalidad del condenado>>.631
Adicionalmente, están las doctrinas de la prevención general positiva o
de la integración, que le asignan a la pena la función positiva de reforzar la
fidelidad de los asociados al orden constituido así como de la promoción del
conformismo de las conductas. Aquí se encuentran
<<las
doctrinas que
conciben genéricamente el derecho penal como un instrumento insustituible de
“orientación moral” y de “educación colectiva”, hasta la reciente doctrina de
Gunther Jakobs>>, quien <<justifica la pena como factor de cohesión del sistema
político-social merced a su capacidad de restaurar la confianza colectiva,
sobresaltada por las transgresiones, en la estabilidad del ordenamiento y por
consiguiente
de
renovar
la
fidelidad
de
los
ciudadanos
hacia
las
instituciones>>.632
Finalmente, las doctrinas de la prevención general negativa o de la
intimidación, que le asignan a la pena la función de disuadir a los ciudadanos
mediante el ejemplo o la amenaza de la pena y que <<tienen el mérito de ser las
únicas que no confunden programáticamente el derecho con la moral o la
naturaleza>> o
<<por
lo menos de ser en sus propósitos ideológicamente
neutrales>>, tienen asimismo problemas pues resultan
<<idóneas
para
633
fundamentar modelos de derecho penal máximo>>.
En su primera subversión -la intimidación ejercida sobre la generalidad
de los asociados por medio del ejemplo ofrecido por la imposición de la pena
llevada a cabo con la condena- es, sin más, una disuasión
<<que
puede
630
Idem, p. 270. Estas ideologías son además -continúa FERRAJOLI- “incompatibles con ese
valor elemental de civilización que es el respeto de la persona humana”, contradicen el valor de
la igualdad “al suponer una concepción del delincuente como ser anormal e inferior” y, en la
medida en que es realizable, “el fin de la corrección coactiva de la persona es por consiguiente
una finalidad moralmente inaceptable como justificación externa de la pena, violando el primer
derecho de cada hombre que es la libertad de ser él mismo y de seguir siendo como es”. Idem,
p. 272.
631
Idem, p. 273.
632
Idem, p. 275.
633
Idem, p. 276.
217
desembocar en castigos discrecionales y desiguales, dependiendo de la alarma
social o de las conveniencias políticas>>. En su segunda subversión -la
intimidación dirigida también a la generalidad, pero por medio de la amenaza
de la pena contenida en la ley-
<<tiene
el límite de la trivialidad>> y no justifica
las prohibiciones mismas.634
Conforme a todo lo anterior, FERRAJOLI señala la necesidad de un
utilitarismo penal reformado. No es suficiente
<<el
ajuste del fin utilitario de la
pena al exclusivo parámetro beccariano y benthamiano de la “máxima felicidad
devidida entre el mayor número”>>. Es necesario
<<recurrir
a un segundo
parámetro de utilidad: además del máximo bienestar posible de los no
desviados, también el mínimo malestar necesario de los desviados>>.635
La tesis central de FERRAJOLI, la idea basilar sobre la cual me parece
que se construye todo el andamiaje del garantismo penal, en consecuencia, es
que
<<la
pena no sirve sólo para prevenir los injustos delitos, sino también los
castigos injustos>>, esto es, que la pena
<<no
tutela sólo a la persona ofendida
por el delito, sino también al delincuente frente a las reacciones informales,
públicas o privadas>>.636
El fin del derecho penal es para FERRAJOLI, en suma:
... la protección del débil contra el más fuerte: del débil ofendido o
amenazado por el delito, así como del débil ofendido o amenazado por la
venganza; contra el más fuerte, que en el delito es el delincuente y en la
venganza es la parte ofendida o los sujetos públicos o privados solidarios
con él.637
634
Idem, pp. 276 y 277.
Idem, pp. 331 y 332.
636
Idem, p. 332. Con precedencia apunta el autor italiano: “Hay sin embargo otro tipo de fin al
que cabe ajustar el principio de la pena mínima, y es la prevención no ya de los delitos, sino de
otro tipo de mal antitético al delito que suele ser olvidado tanto por las doctrinas
justificacionistas como por las abolicionistas. Este otro mal es la mayor reacción -informal,
salvaje, espontánea, arbitraria, punitiva pero no penal- que a falta de penas podría provenir de
la parte ofendida o de fuerzas sociales o institucionales solidarias con ella. Es el impedir este
mal, del que sería víctima el reo o incluso personas ligadas a él, lo que representa, me parece,
el segundo y fundamental fin justificador del derecho penal”. Ibidem.
637
Idem, p. 335. De esta forma un sistema penal está justificado “sólo si la suma de las
violencias -delitos, venganzas y castigos arbitrarios- que está en condiciones de prevenir es
superior a la de las violencias constituidas por los delitos no prevenidos y por las penas
establecidas para éstos. Naturalmente -reconoce FERRAJOLI- un cálculo de este tipo es
imposible. Puede decirse sin embargo que la pena está justificada como mal menor -lo que es
tanto como decir sólo si es menor, o sea, menos aflictivo y menos arbitrario- respecto a otras
reacciones no jurídicas que es lícito suponer que se producirían en su ausencia; y que, más en
general, el monopolio estatal de la potestad punitiva está tanto más justificado cuanto más
bajos sean los costes del derecho penal respecto a los costes de la anarquía punitiva”. Idem, p.
336. Para críticas a semajante tesis véase David NELKEN, “Le gistificazioni della pena ed i
635
218
En alternativa a este derecho penal FERRAJOLI encuentra -en
hipótesis-
<<cuatro
sistemas
posibles
de
control
social,
no
todos
necesariamente incompatibles entre sí>> contra los cuales evidentemente
manifiesta su desacuerdo: a) los sistemas de control social-salvaje, que en
esencia se identifican históricamente con aquellos donde impera
individual y parental>>
<<con
<<la
venganza
el campo libre para la ley del más fuerte>>; b) los
sistemas de control estatal-salvaje,
<<en
los que la pena se impone mediante
procedimientos potestativos presididos por la arbitrariedad o por los intereses
contingentes del que amenaza con ella, sin garantías que tutelen al
condenado>>; c) los sistemas de control social-disciplinario, que se basan sobre
todo en
<<comunidades
fuertemente moralizantes e ideologizadas, sujetas a la
acción de rígidos conformismos que operan en forma de autocensura>> y d) los
sistemas de control estatal-disciplinario,
<<que
se caracterizan por el desarrollo
de las funciones preventivas de seguridad pública mediante técnicas de
vigilancia total>>.638
Para al autor garantista en estudio, es este último sistema de control
<<el
más alarmante, por su capacidad de convivir insidiosamente incluso con las
modernas democracias>>.
Es desde luego posible eliminar o reducir al máximo los delitos mediante
una limitación preventiva de la libertad de todos: con los tanques en las
calles y con los policías a la espalda de los ciudadanos, pero también -más
moderna y discretamente- con micrófonos, cámaras de televisión en
viviendas y lugares de trabajo, interceptaciones telefónicas y todo el
conjunto de técnicas informáticas y telemáticas de control a distancia que
hacen posible un Panopticon social mucho más capilar y penetrante que el
carcelario que concibió Bentham e idóneo para desempeñar funciones no
sólo de prevención de los delitos sino también de gobierno político de la
sociedad.639
Pero para Luigi FERRAJOLI un sistema político se justifica no sólo si su
sistema penal, en contraposición a los cuatro sistemas posibles recién
referidos,
<<minimiza
la violencia arbitraria en la sociedad>> alcanzando tal fin
mediante la satisfacción de las garantías penales y procesales del derecho
penal mínimo, sino que se justifica también si es capaz
<<de
tolerar
diritti dell´imputato”, en Letizia GIANFORMAGGIO (coord.), Le ragioni del garantismo... op. cit.,
pp. 279 y ss.
638
Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., p. 338.
639
Idem, p. 339.
219
sencillamente la desviación como signo y producto de tensiones y disfunciones
sociales no resueltas, y por otro lado de prevenirla, sin medios punitivos o
autoritarios, haciendo desaparecer sus causas materiales>>.640
2.3.3 Las garantías relativas al delito
H
asta aquí FERRAJOLI se ha ocupado de la legitimación penal, en
el si y por qué castigar, prohibir y juzgar. En adelante es preciso
ocuparse de su revisión del cuándo y cómo castigar, prohibir y juzgar.
En este análisis identifica
<<a)
<<modelos
diversos de justicia referidos>> a:
las condiciones de justificación de la imposición en concreto de las penas,
así como de la naturaleza y medida de las penas impuestas; b) los intereses
que justifican o no justifican la tutela penal mediante la prohibición como delitos
de unos comportamientos y no de otros y; c) las razones que justifican o no
justifican la procedibilidad judicial y, por otro lado, los diferentes modelos de
juez y de juicio>>.641
En relación a las condiciones de justificación de la imposición en
concreto de las penas, esto es del cuándo castigar, hay que volver al inicio del
presente apartado y decir que la respuesta, la tesis de nuestro autor, es
precisamente dada por el principio de estricta legalidad. Ésta, en cuanto
<<metanorma
que condiciona la validez de las leyes vigentes a la taxatividad de
sus contenidos y a la decidibilidad de la verdad jurídica de sus aplicaciones>>,
es una garantía referida exclusivamente al derecho penal. En efecto:
... sólo la ley penal, en la medida en que incide en la libertad personal de
los ciudadanos, está obligada a vincular a sí misma no sólo las formas, sino
640
Idem, p. 443. “En una perspectiva semejante” -detalla inmediatamente su tesis- “desde
luego es posible la abolición de esa pena específica -inútilmente aflictiva e incluso criminógenaque es la reclusión carcelaria. Y, más en general, es deseable la reducción cuantitativa de la
intervención penal paralelamente a la superación de los que Marx llamaba <<los focos
antisociales donde nacen los crímenes>>: con la instauración de garantías jurídico-sociales de
vida y supervivencia idóneas para eliminar las raíces estructurales de la desviación por razones
de subsistencia; con la eliminación de los fenómenos de disgregación y de marginación social
de los que se nutren las subculturas criminales; con el desarrollo de la democracia y de la
transparencia de los poderes públicos y privados, cuyo carácter oculto e incontrolado está en el
origen de gran parte de la actual criminalidad económica y administrativa”. Ibidem. La
referencia a MARX es a La Sagrada Familia, véase Federico ENGELS y Carlos MARX, La
Sagrada Familia y otros escritos filosóficos de la primera época, trad. Wenceslao ROCES,
Editorial Grijalbo, México, 1984.
641
Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., p. 353.
220
también, a través de la verdad jurídica exigida a las motivaciones judiciales,
la sustancia o los contenidos de los actos que la aplican.642
Ahora bien, en lo que hace a la la naturaleza y medida de las penas
impuestas, el derecho penal por el que aboga FERRAJOLI se enfrenta contra
una
<<ilusión
sustancialista>>:
<<la
idea iusnaturalista de que la pena deba
igualar al delito y consistir por tanto en un mal de la misma naturaleza e
intensidad>>.643 Por el contrario, la pena
<<debe
ser “necesaria” y “la mínima de
las posibles” respecto al fin de la prevención de nuevos delitos>>, sin dejar de
considerar que
<<el
valor de la persona humana impone una limitación
fundamental a la calidad y a la cantidad de la pena>>.644 Es en este sentido que
se puede advertir:
Principio de necesidad y dignidad de la persona son así los dos criterios
complementarios (...) sobre los que podemos basar, frente a las recurrentes
sugestiones de las ideologías retribucionistas y de la defensa social, un
nuevo programa de minimización de las penas.645
Se entiende así que el autor en estudio reitere su convicción en un
programa de minimización del derecho penal que suprima la pena de muerte, la
cadena perpetua, que provea la reducción de las penas privativas de libertad
642
Idem, p. 379. Los contenidos que quedan vinculados son las garantías <<penales (o
sustanciales) de la materialidad de la acción, la lesividad del resultado y la culpabilidad, y las
procesales (o instrumentales) de la presunción de inocencia, la carga de la prueba y el derecho
de defensa>>, a falta de las cuales <<no puede quedar satisfecho>> el principio de estricta
legalidad. Idem, p. 380. A este principio -añade nuestro autor- le es inherente la garantía de la
prohibición de la analogía. Dos buenos ejemplos de <<negaciones del principio y la admisión de
la analogía in malam partem (y que) han formado los rasgos comunes y distintivos de las
experiencias penales totalitarias>> las provee FERRAJOLI de excelente manera. Uno es, en la
Alemania nazi, la norma de una ley del 28 de junio de 1935 que enunciaba: “Será castigado
quien cometa un hecho que la ley declare punible o que sea merecedor de castigo según el
concepto fundamental de una ley penal y según el sano sentimiento del pueblo. Si contra el
hecho no encuentra inmediata aplicación ninguna ley penal, el hecho se castigará sobre la
base de aquella ley penal cuyo concepto fundamental mejor se le adapte”. El otro ejemplo es el
código de la República rusa de 1922 que decía: es delito toda “acción u omisión socialmente
peligrosa, que amenace las bases del ordenamiento soviético y el orden jurídico establecido
por el régimen de los obreros y campesinos para el período de transición hacia la realización
del comunismo”; mientras en otro artículo ese Código señalaba que “en caso de ausencia en el
código penal de normas específicas para cada uno de los delitos, las penas o las medidas de
defensa social se ajustarán a los artículos del código penal que contemplen delitos análogos
por su importancia y calidad”. Idem, p. 384.
643
Idem, p. 388.
644
Idem, pp. 394 y 395.
645
Idem, p. 396. Por ello, estos dos criterios sirven para vincular la calidad de la pena a tres
rasgos modernos: <<el de la igualdad, el de la legalidad y el del carácter sólo privativo de la
pena. De ello se sigue, en primer lugar, la ilegitimidad de cualquier forma de diferenciación en
la ejecución penal; en segundo lugar, la inadmisibilidad de cualquier forma de flexibilidad o de
incertidumbre en la duración de la pena; y, en tercer lugar, lo intolerable de cualquier actividad
pedagógica o correctiva en la expiación de la pena>>. Ibidem y p. 397.
221
hasta su progresiva superación,
<<la
transformación en derechos de todos los
beneficios del tratamiento concedidos hoy como premios>> y, sobre todo,
<<la
previsión de las actuales medidas alternativas como penas directamente
irrogables por la condena: por ejemplo, la libertad vigilada, los arrestos
domiciliarios o la semilibertad, que se podrían imponer como penas exclusivas
para los delitos más leves, y como penas accesorias, tras un breve período de
pena privativa de libertad, para los delitos más graves>>.646
De ahí también que FERRAJOLI abogue porque a corto plazo la duración
máxima de la pena privativa de la libertad, con independencia del delito
cometido, sea
<<a
10 años y acaso, a medio plazo, a un tiempo todavía menor;
y que una norma constitucional debería sancionar un límite máximo>> también
de 10 años.647
En lo que hace a los intereses que justifican o no justifican la tutela penal
mediante la prohibición como delitos de unos comportamientos y no de otros,
se destacan
<<cuatro
criterios para una política penal orientada a la tutela
máxima de bienes con el mínimo necesario de prohibiciones y castigos>>.
a) Las prohibiciones quedan justificadas <<sólo cuando se dirigen a impedir
ataques concretos a bienes fundamentales de tipo individual o social y, en todo
caso, externos al derecho mismo, entendiendo por ataque no sólo el daño
causado, sino también (...) el peligro que se ha corrido>>; b) ningún bien justifica
una protección penal
priva la pena>>; c)
<<si
<<las
su valor no es mayor que el de los bienes de que
prohibiciones no sólo deben estar “dirigidas” a la tutela
646
Idem, pp. 409 y 410. Y es que la cárcel es <<una institución al mismo tiempo antiliberal,
desigual, atípica, extra-legal y extra-judicial al menos en parte, lesiva para la dignidad de las
personas, penosa e inútilmente aflictiva>>. Idem, p. 413.
647
Idem, p. 414. Además, la reducción de las penas legales en lugar de su sustitución
discrecional durante la ejecución permitiría <<salvaguardar todos los elementos garantistas de
la pena: su predeterminación legal, su determinación judicial, su certeza, su igualdad, su
proporcionalidad a la gravedad del delito, la inmunidad de las conciencias frente a los modos y
los tiempos de su ejecución>>. Idem, p. 416. Sobre estas propuestas véase Luigi FERRAJOLI,
“Quattro proposte di riforma delle pene”, en Giuseppe BORRÈ y Giovanni PALOMBARINI
(editores), Il sistema sanzionatorio penale e le alternative di tutela, FrancoAngeli, Quaderni di
<<Questione giustizia>>, Milano, 1998, pp. 37-50, texto que corresponde a su ponencia
presentada en el Congreso internacional homónimo al libro, llevado a cabo en Venecia el 8 y 9
de mayo de 1992, organizado por el Istituto italiano per gli studi filosofici, el Goethe-Istitut di
Milano, la Fondazione Istituto Gramsci Veneto y Magistratura democratica. Sobre propuestas
en la materia véase asimismo del autor en estudio, “Uguaglianza penale e garantismo”, en
Amedeo COTTINO y Claudio SARZOTTI (coord.), Diritto, uguaglianza e giustizia penale. Atti
del Convengo Internazionale di Torino, 21-22 aprile 1995, L´Harmattan Italia, Diritto, Devianza e
Società, Torino, 1995, pp. 39-48; “Efficacia e garanzie nell´azione penale”, en Federico
SPANTIGATI (coord.), Sulle trasformazioni dei concetti giuridici per effetto del pluralismo,
Edizioni Scientifiche Italiane, Napoli, 1998, pp. 107-113.
222
de bienes jurídicos, deben ser “idóneas”>> y, d) <<una política penal de tutela de
bienes tiene justificación y fiabilidad sólo cuando es subsidiaria de una política
extra-penal de protección de los mismos bienes>>.648
Finalmente, en relación a las razones que justifican o no justifican la
procedibilidad judicial y, por otro lado, de los diferentes modelos de juez y de
juicio -en razón de estrategias expositivas- hay que ocuparse de esta temática
más adelante. Mientras tanto, es preciso señalar que nuestro autor, toda vez
que descarta
<<la
posibilidad de llegar a criterios positivos y absolutos de
justificación externa y de legitimación interna de los contenidos de la
prohibición>>, propone cuatro condiciones necesarias pero no suficientes para
tal legitimidad, que no son
<<más
que las garantías penales o sustanciales
expresadas por los axiomas A4, A5 y A6>> del sistema de garantías SG ya
recordado:
<<el
principio de lesividad, el de materialidad y el de responsabilidad
personal, que, respectivamente, definen los tres elementos constitutivos del
delito: el resultado, la acción y la culpabilidad>>.649
El primer principio <<constituye el fundamento axiológico del primero de los
tres elementos sustanciales o constitutivos del delito: la naturaleza lesiva del
resultado, esto es, de los efectos que produce>>.650 El principio de materialidad
de la acción -que <<es el corazón del garantismo penal, y que da valor político y
consistencia lógica y jurídica a gran parte de las demás garantías>>-,651 por su
parte, impide que algún daño, por grave que sea, pueda
<<estimarse
penalmente relevante sino como efecto de una acción>>, por ello, los delitos,
<<como
presupuesto de la pena, no pueden consistir en actitudes o estados de
ánimo interiores, y ni siquiera genéricamente en hechos, sino que deben
concretarse en acciones humanas -materiales, físicas o externas, es decir,
empíricamente observables- describibles exactamente, en cuanto tales, por la
ley penal>>.652
Finalmente, el principio de responsabilidad personal, en cuanto
<<tercera
condición sustancial requerida por el modelo penal garantista como justificación
del “cuándo” y del “qué” prohibir>>, exige que <<ningún hecho o comportamiento
648
Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., pp. 472 y ss.
Idem, p. 463.
650
Idem, p. 466.
651
Idem, p. 484.
652
Idem, p. 480.
649
223
humano (sea) valorado como acción si no es fruto de una decisión>>; por lo que
<<no
puede ser castigado, y ni siquiera prohibido, si no es intencional, esto es,
realizado con conciencia y voluntad por una persona capaz de comprender y
de querer>>.653
2.3.4 Las garantías relativas al proceso
E
l modelo garantista de derecho penal por el que aboga Luigi
FERRAJOLI, como se dijo, incluye -y es su componente final- las
garantías procesales expresadas por los principios que responden al “cuándo”
y al “cómo juzgar”:
<<la
presunción de inociencia hasta prueba en contrario, la
separación entre acusación y juez, la carga de la prueba y el derecho del
acusado a la defensa>>.654
La presunción de inociencia hasta prueba en contrario, expresado por el
axioma A7 nulla culpa sine iudicio, destaca nuestro autor, no sólo es una
garantía de libertad y de verdad,
<<sino
también una garantía de seguridad o si
se quiere de defensa social: de esa “seguridad” específica ofrecida por el
estado de derecho y que se expresa en la confianza de los ciudadanos en la
justicia; y de esa específica “defensa” que se ofrece a éstos frente al arbitrio
punitivo>>.655 En razón de ello es que el autor italiano considera ilegítima e
inadmisible
<<la
prisión provisional del imputado antes de la condena>>.656 Y es
que excluida la función de conservación de las pruebas, <<la prolongación de la
detención no puede tener otro efecto (por no decir otro fin) que el de situar al
imputado en una condición de sujeción, obstaculizarle la defensa, obligarle
653
Idem, p. 487. El desprecio por el principio de culpabilidad junto con el de materialidad
genera un cuadro explosivo en el sistema garantista: “Al negarse, junto a la libertad de querer,
toda relevancia a la intención del agente y a la imputabilidad de la acción, el estado debe
comportarse frente a un delito y a los daños individuales y sociales que ocasiona como frente a
cualquier catástrofe natural: preparar medidas de defensa -de prevención y/o de neutralización
y/o de corrección- prescindiendo de valorar los movimientos interiores del sujeto y con la única
base, eminentemente subjetiva y discrecional, de una diagnosis sobre su personalidad
desviada y de una prognosis sobre el peligro objetivo que representa”. Idem, p. 495.
654
Idem, p. 537.
655
Idem, p. 549.
656
Idem, p. 551. “Yo pienso, por el contrario, que la misma admisión en principio de la prisión
ante iudicium, sea cual fuera el fin que se le asocie, choca de raíz con el principio de
jurisdiccionalidad, que no consiste en poder ser detenidos únicamente por orden de un juez,
sino en poder serlo sólo sobre la base de un juicio”. Idem, p. 555.
224
eventualmente a la confesión y acaso permitir que otros sujetos -la acusación,
el actor civil u otros interesados- manipulen las prueba (sic)>>.657
Por su parte, la separación entre acusación y juez
<<es
el más importante
de todos los elementos constitutivos del modelo teórico acusatorio, como
presupuesto estructural y lógico de todos los demás>>.658
Ello porque tanto
<<el
juez como sujeto tercero separado de la acusación>>
-tal cual lo requiere el axioma A8 nullum iudicium sine accusatione-,
<<el
actor
como parte de acusación sobre el que pesa la carga de la verificación>> -según
el axioma A9 nulla accasatio sine probatione- y <<el reo como parte de defensa
que tiene el derecho a la refutación>> -según el axioma A10 nulla probatio sine
defensione-, constituyen el método acusatorio que suscribe nuestro autor y que
no es mas que
<<la
transposición jurídica de la epistemología falsacionista
delineada>> supra.659
En cuanto hace a la carga de la prueba, es evidente que este principio es
necesario en cuanto que en el modelo acusatorio la verdad perseguida
<<se
adquiere, como en cualquier investigación empírica, a través del procedimiento
por ensayo y error>>.660 Asimismo, es claro que al estar la inocencia asistida
657
Idem, pp. 557 y 558.
Idem, p. 567.
659
Idem, p. 605. “Y las tres garantías A8-A10 que lo componen, puesto que equivalen a las
condiciones epistemológicas de fiabilidad del juicio (...) pueden ser consideradas al mismo
tiempo como garantías de una verdad controlada por las partes en causa y de la libertad del
inocente frente al error y al arbitrio”. Ibidem. Por ello -y recordemos las tristes historias del
apartado precedente- <<el esquema triádico y la epistemología falsacionista, propias del
garantismo procesal acusatorio, excluyen cualquier colaboración del imputado con la acusación
que sea el fruto de sugerencias o negociaciones, tanto más si se hubieran desarrollado en la
sombra>>. Idem, pp. 608 y 609. Ahora bien, FERRAJOLI sostiene que junto a estas tres
garantías -que designan actividades cognoscitivas-, <<hay que añadir otras cuatro>> todavía no
enunciadas <<de segundo nivel o secundarias: la publicidad, que permite el control interno y
externo de toda la actividad procesal; la oralidad, que comporta la inmediación y la
concentración de la instrucción probatoria; la legalidad de los procedimientos, que exige que
todas las actividades judiciales se desarrollen, bajo la pena de nulidad, según un rito
legalmente preestablecido; la motivación, que para cerrar el sistema documenta y garantiza su
carácter cognoscitivo, es decir, la fundamentación o falta de fundamentación de las hipótesis
acusatorias formuladas a la luz de las pruebas y contrapuebas>>. Idem, p. 606. <<Se trata de
garantías que cabe calificar de segundo grado, es decir, de garantías de garantías: sólo si la
instrucción probatoria se desarrolla en público y, por consiguiente, de forma oral y concentrada,
si además es conforme al rito previsto con ese objeto y si, en fin, la decisión está vinculada a
dar cuenta de todos los eventos procesales, así como de las pruebas y contrapruebas que la
motivan, es posible, en efecto, tener una relativa certeza de que han sido satisfechas las
garantías primarias, más intrínsecamente epistemológicas, de la formulación de la acusación,
la carga de la prueba y el contradictorio con la defensa>>. Idem, p. 616.
660
Idem, p. 610.
658
225
por el postulado de su presunción hasta prueba en contrario, la prueba
contraria <<debe aportarla quien niega aquella formulando la acusación>>.661
El derecho del acusado a la defensa, por otro lado, en cuanto garantía que
activa
<<todas
<<presupuesto
las posibles refutaciones y contrapuebas>>, exige como
epistemológico de la defensa>> <<la taxatividad y materialidad del
tipo penal>>662 así como
<<la
perfecta igualdad de las partes: en primer lugar,
que la defensa esté dotada de la misma capacidad y de los mismos poderes
que la acusación; en segundo lugar, que se admita su papel contradictor en
todo momento y grado del procedimiento y en relación con cualquier acto
probatorio, de los experimentos judiciales y las pericias al interrogatorio del
imputado, desde los reconocimientos hasta las declaraciones testificales y los
careos>>.663
Hasta aquí la propuesta teórica y axiológica que antepuso FERRAJOLI
a la caída de las libertades en los años setenta en Italia. No obstante las
posibles virtudes de este modelo, hay que destacar a manera conclusiva, que
el autor en estudio ha señalado que hay momentos en que el garantismo no
basta, es decir, no es suficiente con afirmar ese derecho y esos derechos.
Cuando viene a menos la lealtad institucional de los poderes
públicos -cuando el Estado se criminaliza y destruye sus propias reglas,
cuando la ilegalidad y la corrupción llegan a ser estructurales, cuando la
policía dispara sistemáticamente contra los ciudadanos- el derecho no
basta. Para esto es necesaria la garantía política de la legalidad de los
poderes públicos y la lucha por la legalidad contra sus vocaciones
absolutistas. Pero ni siquiera la garantía política se basa en sí misma.
Contra las tentaciones subversivas y la natural tendencia a la ilegalidad de
los poderes públicos hay una sola defensa: la garantía social de la
vigilancia, de la movilización y del control popular.664
Es de esa vigilancia, movilización y control popular de la que a
continuación me ocupo, ciertamente, en otra etapa del itinerario político del
autor italiano en estudio.
2.4 La crítica a la mala política italiana
2.4.1 La renuencia a salir de la emergencia
661
Idem, p. 611.
Idem, p. 613.
663
Idem, p. 614.
664
Luigi FERRAJOLI, Garantismo e diritto penale... op. cit., pp. 121-122.
662
226
L
os años ochenta en Italia son años que se caracterizan por una
profunda crisis institucional no superada por el sólo paso de los
difíciles años setenta.665 Conforme lo vislumbraba Sidney TARROW, el caso
italiano era “el de una crisis al menos multiforme, y casi seguramente también
de largo periodo”.666
Italia parecía caracterizarse en aquellos años para algunos por la
debilidad de sus instituciones derivada de razones históricas y de opciones
constitucionales, por su subordinación al control partidista y porque las
instituciones estaban expuestas a las fuerza de algunos grupos de interés.667
Los primeros años de dicha década son significativos: se da la creación
del Pentapartito,668 con todo lo que ello de suyo sugería,669 más adelante el
“maxiproceso”,670 y están presentes las secuelas de la emergencia, es decir, el
665
Para una revisión de la situación italiana en estos años, a partir de tres perspectivas -de la
crisis de la representación, de la crisis de la decisión y de la crisis fiscal del Estado- que
trataban de explicar aquella desde una dimensión de crisis de gobernabilidad véase Gianfranco
PASQUINO, Teoria e prassi dell´<<ingobernabilità>> nella Commissione per le Riforme
Istituzionali, “Stato e mercato”, n. 15, dicembre 1985, pp. 365-396. Para una perspectiva
evolutiva más completa véase Gianfranco PASQUINO, Interpretazioni del sistema politico
italiano, “Rivista Italiana di Scienza Politica”, n. 3, dicembre, 1974, pp. 689-712.
666
Sydney TARROW, “Aspetti della crisi italiana: note introduttive”, en Luigi GRAZIANO y
Sydney TARROW (coordinadores), La crisi italiana3 op. cit., p. 4. TARROW sostenía la idea
de una crisis multiforme y quizá de largo periodo porque veía que “la crisis italiana se alejó
definitivamente del ámbito de la movilización de las masas y de los mecanismos del mercado
económico para entrar en el mundo de la política”. Idem, p. 5.
667
Gianfranco PASQUINO, Rappresentanza degli interessi, attività di lobby e processi
decisionali: il caso italiano di istituzioni permeabili, “Stato e mercato”, n. 2, dicembre 1987, pp.
405 y ss.
668
Coalición gobernante entre el Partido Liberal Italiano (Pli), la DC, el Partido Republicano
Italiano (Pri), el Partido socialista demócratico italiano (Psdi) y el Partido socialista italiano (Psi)
que se constituye por primera vez en junio de 1981 y concluye en abril de 1991. En sus diez
años de vida se forman los siguientes siete gobiernos: dos presididos por el republicano
Giovanni SPADOLINI (jul. 81-ago. 82 y ago. 82-dic. 82) -con el primero se pone fin,
recordemos, a los más de treinta años de gobiernos encabezdos por la Democracia cristiana-;
dos presididos por el socialista Bettino CRAXI (ago. 83-ago.86 y ago. 86-abril 87) y tres por los
democristianos Giovanni GORIA (jul. 87-abril 88), Ciriaco De MITA (abril 88-ago. 89) y Giulio
ANDREOTTI (ago. 89-abril 91). Sobre el particular véase la entrada “Il Pentapartito” a cargo de
Gianfranco PASQUINO en la obra que él mismo coordina La politica italiana. Dizionario3 op.
cit., pp. 355-363.
669
El hecho de que el así llamado CAF (CRAXI, ANDREOTI y FORLANI) hayan sido
incriminados en Mani Pulite -el escándalo de corrupción que determinara en gran medida la
agenda política de la década siguiente- “indica el epílogo de una coalición fundada sobre la
mezcla de la política y los negocios, cuyo cemento fue exclusivamente el poder y el dinero”.
Gianfranco PASQUINO en la voz “Il Pentapartito”, idem, p. 363.
670
Es el proceso judicial abierto en junio de 1983 contra la camorra cutoliana donde hubo la
captura de 900 personas, proceso que fue duramente criticado, entre otras razones, porque se
interpretaba como un mensaje del Estado a fin de que (todos) le tuvieran miedo y por los
peligros de impartir justicia temerariamente por “intentos” o “hipótesis” hasta lograr un
continuum judicial, como se hizo en los procesos por terrorismo. Al respecto véase Marco
RAMAT, Il “maxiproceso”, “Questione giustizia, n. 2, 1985, pp. 259-275.
227
intenso debate sobre la necesidad, para algunos, de salir de ésta y, para otros,
la imposibilidad cultural de superarla, con la complicación añadida de comenzar
a hablar de una nueva emergencia.671 Sintomático también es que se dan los
primeros ataques a la Constitución y contra la magistratura progresista672 y
nace en 1980 el canal 5 de BERLUSCONI.
Evidentemente, en el marco de esta crisis institucional italiana
FERRAJOLI no sólo dedicaría gran atención a diversas dimensiones de la
misma, sino que participaría directamente con señalamientos críticos concretos
y propuestas a fin de superarla, siempre, como veremos infra, con por lo menos
las dos constantes que guían la presente tesis: la lucha por el derecho y por los
derechos.673
El combate persistente a la mala política italiana que se recrea en el
presente apartado parte precisamente de los años ochenta.674
671
En efecto, a la par se hablaba de la nuova emergenza: la lucha contra la mafia, camorra,
´ndrangheta o criminalità organizzata y la necesidad de no repetir la experiencia de la
emergencia. Al respecto veáse: Marco BOATO, Una strategia per uscire dall´emergenza,
“Nuova Polizia e riforma dello Stato”, n. 6, giugno 1984, pp. 14-15.
672
Quizá, particularmente, por parte de los secretarios generales de los partidos de la mayoría
de gobierno hacia los jueces de Milán que llevaban el asunto de la P2, es decir, de la logia
masónica incrustrada en las instituciones italianas. Luigi FERRAJOLI, Mafie politiche e giudici
scomodi, “Quotidiano dei lavoratori settimanale”, n. 29, venerdì 24 luglio 1981, p. 6, sostenía
que tales ataques eran tan “clara y miserablemente instrumentales” que no valía la pena ni
siquiera rechazarlos con “argumentos de la razón” sino más bien destacar “los objetivos de
largo y breve periodo” del pentapartito: a) “la reforma del orden judicial dirigida a limitar la
independencia de los jueces y en particular de llevar al ministerio público a la dependencia del
ejecutivo”, b) levantar humo en torno a las investigaciones de los jueces de Milán que pusiera
“en primer plano la <<cuestión de los jueces>> respecto a la <<cuestión de los imputados>>” y,
c) intimidar, sin más, “a los jueces, y no sólo los de Milán”. Objetivos todos ellos -casi finalizaba
FERRAJOLI- reconducidos a uno: “la defensa de un sistema político incapaz no digamos de
alternativa sino de un cambio interno, y a tal punto amalgamado de corrupción como para ser
obligado a remodelarse y remodelar instituciones, leyes, praxis, costumbres y cultura jurídica y
política”.
673
Gran parte de esa labor la desplegaría desde las páginas de “il Manifesto”, periódico
fundado en 1971 y en el cual colabora desde 1975 y hasta la fecha. En 1983 -véase Luigi
FERRAJOLI, La sentenza di un azzeccagarbugli, “il Manifesto”, martedì 5 aprile 1983, pp. 1 y 8el autor italiano hacía una defensa del periódico mismo. Subrayaba las prácticas leguleyas de
un juez en un juicio que tenía ese “periódico antigubernamental” por el pago de un crédito a
favor del Ente Nazionale Cellulosa e Carta; tema en el que el “verdadero escándalo” -apuntaba
nuestro autor- era “el comportamiento del gobierno”, particularmente de Amintore FANFANI,
pues la Presidencia del Consejo se había convertido en parte, constituida en juicio,
suplantando al Ente cellulosa.
674
Otra constante en esa crítica a la mala política italiana lo era a la izquierda, la cual para los
años ochenta, decía nuestro autor, había sido permeada también por la concepción de la
política “como pura técnica -técnica de gobierno, técnica de agregación y tal vez de
manipulación de los consensos independientemente de los fines perseguidos, técnica de
maniobra dentro de las alianzas y las alineaciones, técnica del intercambio político y de la
mediación social-” a la cual se había añadido “una suerte de aceptación resignada de lo
existente, de ideología realista y profundamente fatalista”. Luigi FERRAJOLI, “Precarietà dei
228
Una primera dimensión de esta lucha de FERRAJOLI por el derecho y
los derechos se dio en contra de la simulación o franca renuencia por salir de la
emergencia. De esa salida -o post-emergencia o post-terrorismo- se empezó a
hablar a finales de 1983 y principios de 1984.675
En lo particular, se comenzó a debatir en ese periodo sobre la necesidad
de una reforma de la justicia penal y de la cuestión penitenciaria, sin que ello
signifique que antes no se hubiesen dado algunos intentos en estas
materias.676
Pues bien, FERRAJOLI se ocupaba de la salida de la emergencia desde
varias perspectivas. Una de estas era la crítica de las falsas posturas o dolosas
propuestas para salir de la misma, como la que representaba el proyecto de ley
a favor de los imputados arrepentidos aprobado por el Senado el 28 de enero
de 1982 (en discusión en la Cámara de diputados cuando el autor en estudio
analizaba dicho proyecto), en cuanto que tenía problemas de eficacia y estaba
en contraste con el sistema de garantías.677
valori di riferimento ed emergenza”, en Crisi della giurisdizione e crisi della politica3 op. cit., p.
175.
675
No obstante que las Brigadas Rojas todavía actuaban en 1985, como lo demustra el hecho
de que en ese año, en Roma, asesinaron al profesor Ezio TARANTELLI.
676
El 14 de marzo de 1980 se presentó en la Cámara de Diputados una propuesta de ley por
parte de los legisladores comunistas y socialistas así como de la Sinistra indipendente y del
Pdup en materia de orden público. Tenía la virtud de suprimir la detención de policía y la
previsión de la impunidad para los disociados. Sin embargo, la propuesta reproducía
integralmente el decreto COSSIGA, es decir, contemplaba una serie de medidas
antigarantistas. El aspecto más grave que se mantenía -y que FERRAJOLI lamentaba que los
diputados de la izquierda no hayan buscado suprimir, no por dolo sino por desconocer su
dimensión- era el delito de <<asociación con finalidad>> de terrorismo o de supresión del orden
constitucional. El problema -insistía el autor italiano- es que en una figura así el elemento
subjetivo y psicológico -la finalidad- era suficiente para integrar un delito gravísimo, castigado
con la pena de 7 a 15 años. “Se trata de un cambio en la historia ciertamente no gloriosa de
nuestro derecho penal, que significa una disolución radical del principio de estricta legalidad y
consecuentemente del modelo tradicional de proceso penal”. Luigi FERRAJOLI, Sospettato, si
alzi! La sinistra parlamentare ha un sospetto: meglio trasformarlo in reato, “Quotidiano dei
lavoratori settimanale”, n. 6, 26 aprile 1980, p. 5.
677
Véase Luigi FERRAJOLI, Pentimento attivo dell´imputato e inquisizione penale, “Quotidiano
dei lavoratori”, vernerdì 5 maggio 1982, pp. 8 y 9. Sobre la eficacia apuntaba que en la
utilización de los pentiti no había forma de evitar el riesgo de una espiral de calumnias. En
cuanto al contenido antigarantista era prolijo: i) el debilitamiento del principio de estricta
legalidad y, ii) la pesante involución en sentido inquisitorio del proceso penal. Lo primero, ante
todo, por la destrucción del clásico principio de proporcionalidad de la pena a la gravedad del
delito y al grado de culpabilidad y de responsabilidad. En efecto, con ese proyecto de ley se
preveía “la graduación de medidas penales y de premios inversamente proporcionales al grado
de responsabilidad de los imputados”: los beneficios mayores irían para los pentiti
<<eccezionali>>, seguirán los pentiti sólo <<rilevanti>> o <<decisivi>> que podrán beneficiarse de
menores premios, los pentiti que sean sólo <<pienamente confessi>> beneficiados con la
reducción de pena en la medida de un tercio, por último, los impenitenti, destinados únicamente
a sufrir los rigores de la legislación antiterrorista, para comenzar con el aumento de pena en la
229
Era el caso también de otra falsa postura para salir de la emergencia
como la del entonces ministro de la justicia Fermo Mino MARTINAZZOLI,678
quien se manifestaba en el sentido de que, de haber una reforma en sentido
garantista, lo nuevo no debía incidir sobre las situaciones procesales que en
ese entonces había.
Evidentemente, nuestro autor respondía que era difícil decir si el ministro
de la justicia ignoraba los principios elementales del proceso penal y procesal o
había querido, en cambio, dar una absurda señal de reacción dado que
era
claro -prosguía FERRAJOLI- que tal postura no sólo era contraria a lo
establecido por la Corte constitucional sino absurdo por pretender desconocer
el principio de la aplicación de la norma más favorable al reo, fuera esta
sustancial o procesal.
Era el caso asimismo de la propuesta gubernamental en tema de prisión
preventiva la cual -decía nuestro autor-679 reiteraba y prorrogaba en los hechos
la emergencia por dos razones: porque la reducción de 10 años 8 meses a 8
años de la duración máxima de custodia preventiva no se aplicaba a los
procedimientos en curso y porque la extensión de la facultad del juez de
conceder la libertad provisoria no valía para los delitos agravados con finalidad
de terrorismo o de subversión por lo que, en realidad, con lo primero, ninguno
de los entonces imputados se beneficiaría y, con lo segundo, la prisión
preventiva continuaba siendo el eje del sistema, la verdadera pena.680
medida de la mitad. Todas estas hipótesis “no sólo son extrañas al hecho-delito y conexas a la
actitud del imputado en la relación procesal, sino son por de más totalmente indeterminadas y
genéricas”. Lo segundo, esto es el sentido inquisitorio, porque tanto el premio por la confesión
y los beneficios acordados para el imputado por el mérito acusatorio, “rompen desde la raíz el
modelo triádico del proceso penal”.
678
Luigi FERRAJOLI, Martinazzoli e Rocco, “il Manifesto”, giovedì 29 settembre 1983, p. 1.
679
Luigi FERRAJOLI, Emergenza continua, “il Manifesto”, martedì 11 ottobre 1983, p. 1 y 2.
680
FERRAJOLI era severo contra tal propuesta gubernamental en la materia (sin dejar de
formular, claro está, una propuesta que hacía descansar en el arresto domiciliario,
escasamente experimentado en Italia, según decía). Apuntaba que la exposición de motivos
sostenía que de no ser así tal propuesta, el riesgo sería que salieran de prisión imputados de
graves delitos en razón de <<indiscriminadas excarcelaciones>>, a lo cual respondía que esta
era “la nueva máxima jurídica de la Italia de los años ochenta: <<Mejor muchos inocentes en
cárcel que cualquier culpable en libertad>>”; con esto se explicaba que “los detenidos sin
proceso y sin condena llegar(a)n a ser tres cuartos del total de la población carcelaria” y que
la mitad resultaba al final absuelta. Ciertamente -reconocía FERRAJOLI- existía ya “el
fenómeno de la criminalidad organizada, clandestina y feroz” pero ello no legitimaba “la
degradación de los procesos en operaciones de órden público”, basando su argumento en la
experiencia de los EEUU: “si bien la justicia americana no brilla en garantismo”, dada la
existencia del gansterismo, las mafias, los grupos de poder clandestinos, el pandillerismo, y
230
Igualmente, en la tarea de señalar a quienes se resistían a salir de la
emergencia, FERRAJOLI formuló críticas a los periodistas y jueces que
atacaban una nueva ley sobre la reducción de la duración de la detención
preventiva,681 así como al Ejecutivo por haber presentado un proyecto de ley
que prorrogaba 9 meses la entrada en vigor de dicha ley (aprobada ya y que
reducía la carcelación sin juicio de 10 años a 6 años), por lo que apuntaba que
el Parlamento tendría la palabra y que, si bien las perspectivas no eran buenas,
esperaba que el debate parlamentario señalara “un momento alto de discusión
sobre opciones políticas y valores civiles de fondo”.682
Igualmente, criticó a un sector de la sociedad no acorde con la gracia
concedida a Fiora Pirri ARDIZZONE -involucrada en el proceso MORO como
esposa de PIPERNO y después condenada por concurso moral en un intento
de sabotaje a la Universidad de Cosenza-, sector de la sociedad para el cual la
pena, acostumbrado a la cultura de la emergencia, había llegado ya a ser
esencialmente vendetta legale.683
En este contexto de crítica a las falsas posturas o dolosas propuestas
por salir de la emergencia, nuestro autor arremetería contra proyectos de ley
para regular el tema de los arrepentidos684 o bien en contra de leyes ya
aprobadas en tal materia, como aquella que calificaría la peor ley de la
más, no por ello los procesos son larguísimos y, en cambio, los jueces han continuado a hacer
su trabajo.
681
Luigi FERRAJOLI, Thomas Hobbes, garantista estremista, “il Manifesto”, sabato 1 settembre
1984, pp. 1 y 3. Particularmente, hacía referencia nuestro autor a “Gianfranco MIGLIO,
Leonetto AMADEI, el ministro SCALFARO, los magistrados emergentistas y (...) tantos corifeos
del Estado democrático” a quienes les parecerían escandalosos ciertos pasajes garantistas de
HOBBES. Alarma injustificada pues tal ley no neutralizó, sino sólo hizo una fisura en “el
instrumento que en (esos) años fue llamado <<justicia penal>>”.
682
Luigi FERRAJOLI, Detenuti in attesa di rinvio, “il Manifesto”, sabato 1 dicembre 1984, pp. 1 y
2.
683
Luigi FERRAJOLI, L´etica della vendetta, “il Manifesto”, mercoledì 12 giugno 1985, pp. 1 y
12. El tono en este escrito de nuestro autor era también duro: la cultura política de Italia ha sido
siempre “una concepción teológica y sacral (...) del poder y de las instituciones”. Apuntaba que
no era un país indulgente o liberal y que eso, antes que nada, era por la cultura de la
emergencia.
684
Luigi FERRAJOLI, Ravvedimento processuale e inquisizione penale, “Questione giustizia”,
n. 2, 1982, pp. 209-225, donde nuestro autor valoraba un proyecto de ley en la materia “a punto
de la aprobación definitiva” y llamaba la atención, en esencia, sobre “su eficacia respecto al fin
de incentivar la colaboración” con la instancia acusatoria y sobre la conformidad al “sistema de
garantías sobre el cual se funda el correcto proceso” de tradición liberal (p. 209), siendo éste
último el aspecto más grave -apuntaba el autor- porque transformaba aquél en uno inquisitorio:
“... la dialéctica triangular del proceso (...) se transforma en soliloquio acusatorio del juez
inquirente en el cual todas las partes, incluída la defensa, convergen unánimemente en el
común objetivo de formar la acusación”. (p. 219).
231
emergencia, en razón de su contenido y del tratamiento moral y jurídicamente
reprobable de aquellos.685
La cultura de la emergencia parecía “radicada a tal punto en (el)
estamento político que lo hacía a tal punto literalmente incapaz de concebir
leyes penales de signo no emergentistas”.686
Evidentemente, FERRAJOLI no dejaba de señalar las bondades de las
propuestas -o intentos institucionales más justos- que pretendían poner fin a la
penosa situación de los imputados arrepentidos y, en general, de los presos
políticos.687 En este sentido, mención especial merece y le merecía una
propuesta de ley presentada por diputados de varios partidos políticos para la
concesión de un indulto a finales de los ochenta y que nuestro autor juzgaría el
“primer, efectivo paso sobre el camino de una clausura de la estación de la
emergencia”.688
685
Luigi FERRAJOLI, La peggiore legge dell´emergenza, “il Manifesto”, giovedì 23 aprile 1987,
pp. 1 y 12, texto también reproducido como: Luigi FERRAJOLI, La legge sulla dissociazione: un
nuovo prodotto della cultura dell´emergenza, “Questione giustizia”, n. 2, 1987, pp. 268-277,
texto seguido en el presente trabajo. En dicho escrito, vale decir, nuestro autor formulaba una
crítica a la ley n. 34 del 18 de febrero de 1987 que se ocupaba precisamente de “medidas a
favor de quien se disocia del terrorismo”, calificándola quizá como la peor de entre todas las
leyes sobre la emergencia, tanto por lo inútil como estúpidamente lesiva de las garantías
penales y procesales. Y ofrecía razones: a) porque requería de la renuncia ideológica siendo
inaceptable para quienes no confundían un tribunal con un confesionario ni ponían en venta o
mercantilizaban sus propias ideas y la propia conciencia. Esta Ley contradecía, en suma, la
libertad interior de la persona; b) porque al requerir la “admisión de la actividad efectivamente
desarrollada” parecía exigir una plena confesión, en contra del principio de que el imputado no
puede ser constreñido a confesar contra sí mismo y, c) porque desorientaba a todos aquellos
que se declararon inocentes: si acogían la Ley estaba el riesgo de que eso fuera interpretado
como una confesión de los delitos. Evidentemente, FERRAJOLI también denunciaba la cultura
jurídica y la política del derecho penal de la cual era expresión esa Ley.
686
Luigi FERRAJOLI, Né abiura né confessione, “il Manifesto”, venerdì 24 aprile 1987, pp. 1 y
12, escrito donde reiteraba oposiciones a tal ley y señalaba la violación de principios
constitucionales: a) el carácter no formal ni tanto menos disponible de las situaciones penales;
b) la intangibilidad del derecho de defensa y el principio de inderogabilidad de la tutela del
inocente y, c) la inmunidad de las conciencias.
687
Véase Luigi FERRAJOLI, La dissociazione entra in Parlamento, “La talpa giovedì” de “il
Manifesto”, giovedì 21 aprile 1983, pp. 1 y 4, donde vertía comentarios favorables -salvo
algunos artículos en lo particular- a una propuesta de ley sobre la disociación del terrorismo
toda vez que la misma no tenía el “carácter premial y menos aún especial” de la ley sobre los
pentiti, además de que disponía la calidad de <<disociado>> “sobre la base de circunstancias lo
más posiblemente objetivas”. Cabe señalar que ya desde finales de 1982 el primer proyecto de
ley sobre disociación fue presentado por 48 diputados de izquierda, mismo que recogía las
aspiraciones contenidas en un documento firmado por 51 detenidos de Rebibbia -entre ellos,
imputados del <<7 aprile>>-, acto este último que señaló el inicio del movimiento para la
disociación.
688
Luigi FERRAJOLI, Un indulto contro l´emergenza, “il Manifesto”, mercoledì 5 luglio 1989, pp.
1 y 7. Dicha propuesta contemplaba -siguiendo al autor en estudio- la reducción de la condena
perpetua a 21 años de reclusión y de otras penas privativas de la libertad a la mitad;
presupuestos de aplicación objetivos; la reducción al menos en parte de la disparidad de
tratamiento, dado que emparejaría, en la sustancia, las penas por delitos de terrorismo y
232
Sin omitir, además, la atención que le merecían ciertos procesos o la
emisión de sentencias en esos años que, lamentablemente, iban dando
señales de una incompleta, lenta, titubeante salida de la emergencia, como en
el caso de Saverio FERRARI.689
Otra dimensión desde la que participaba nuestro autor en el debate de la
post-emergencia era -y no podía dejar de ser así- desde una perspectiva
analítica, aclarando los términos del tema y los problemas (o incluso
señalando, sugiriendo, el camino a seguir).
Es el caso, por lo que hace a lo primero, de la ocasión690 en que -en el
debate que reconocía fue abierto por Rossana ROSSANDA- observaba riesgos
de divergencia por -en parte- equívocos en palabras como amnistía,
disociación y solución política, siendo la primera la que tenía los equívocos
mayores pues, por ejemplo, del “articuladísimo proyecto de ley elaborado por el
grupo de juristas milaneses que lanzó la idea de la amnistía” y que la
cabildeaba en ese entonces con mayor fuerza, FERRAJOLI advertía no sólo
que tal proyecto era reducido (sólo para algunos delitos) y carente de criterios
objetivos (vgr. para algunos delitos se requería la identificación discrecional de
atenuantes por parte del juez) sino que, por lo que hacía a los muchísimos
inocentes, de aceptar estos una amnistía, “el precio sería la renuncia, después
aquellas previstas por los correspondientes delitos comunes; así como contribuiría a la
rehabilitación de la estricta legalidad penal; en negativo, no contemplaba amnistía para delitos
asociativos: asociación subversiva, banda armada, insurrección armada contra los poderes del
Estado pues hubiera disminuido su viabilidad.
689
Luigi FERRAJOLI, Tempi storici e tempi giuridici, “il Manifesto”, domenica 29/lunedì 30
settembre 1985, pp. 1 y 3, donde se pronunciaba en contra del proceso “injusto y parcial” con
motivo del asesinato del joven Sergio RAMELLI en marzo de 1975 y del asalto, un año
después, al bar de Largo Porto di Classe -hechos a los que FERRAJOLI no restaba gravedad y
que se le adjudicaban, por lo menos el segundo, a Saverio FERRARI- en cuanto que éste no
fue interrogado y el juez violó el secreto instructorio haciendo declaraciones en la prensa.
Sobre este asunto también tendría una polémica con Miriam MAFA -véase Luigi FERRAJOLI,
Morale, politica, diritto, “il Manifesto”, giovedì 3 ottobre 1985, pp. 1 y 12- toda vez que, en su
opinión, ella confundía esos distintos planos en un escrito aparecido en La Repubblica cuatro
días antes ocupándose del asunto FERRARI: porque compartía “la concepción moralista y
vengativa del derecho penal” y no la “idea racionalista y utilitaria” del derecho y de la pena, con
lo cual asumía ese proceso como una “necesidad política y moral” y no -como proponía
FERRAJOLI- “sólo como una dura necesidad jurídica ligada a la abstracción de los tiempos
jurídicos”. El autor italiano regresaría al tema -véase Luigi FERRAJOLI, Processo a mezzo
stampa, “il Manifesto”, mercoledì 13 novembre 1985, pp. 1 y 12- para criticar que el juez
instructor de Milán, Guido SALVINI, haya ido más allá de lo imaginado no sólo dando una
conferencia de prensa junto con la policía sino después dando una entrevista “para comunicar
a la opinión pública su seguridad sobre la culpabilidad de sus imputados”, por lo que -decía
FERRAJOLI- ese juez joven, formado en la cultura de la emergencia, era un juez-acusador y un
acusador-juez al mismo tiempo.
690
Véase Luigi FERRAJOLI, La notte in cui tutti gli imputati sono grigi. L´amnistia riparerebbe i
guasti dell´emergenza?, “il Manifesto”, venerdí 2 dicembre 1983, p. 7.
233
de tantos años de prisión, a su batalla de estos años, no sólo por la libertad
sino también por la verdad, no por tener clemencia sino por obtener justicia y
reparación al menos moral y política”.
De ahí que, en suma, nuestro autor llamara la atención sobre los riesgos
de caer en falsas propuestas, “sembrando ilusiones entre los detenidos con
propuestas propagandistas” y abogara por ser cuidadosos frente a las palabras
utilizadas en éstas pues “la cosa más inútil sería si el pequeño frente garantista
formado en los años de la emergencia si dividiera por cuestión de palabras”.
En el caso del camino a seguir que sugería FERRAJOLI para salir de la
emergencia, sus consideraciones iban desde la idea de que el parlamento
atendiera a las prácticas policíacas y judiciales (más que realizar estudios
sobre el sistema jurídico pues no es -decía- una institución de investigaciones),
para lo cual ofrecía una revisión de un caso de escuela como el proceso
Rosso-Tobagi, donde hubo -apuntaba nuestro autor- interrogatorios sin
abogado, torturas, separación de procesos conexos, encarcelación preventiva
ultradecenal, etc.691
Adicionalmente, sus consideraciones para salir de la emergencia las
compartía con otros -importantísimos y decisivos- interlocutores, como
Magistratura democrática.
A ésta se dirigía692 el día en que se iniciaba su V congreso, a celebrarse
en Giovinazzo (cerca de Bari), con el título
<<Crisi
politico-istituzionale e
indipendenza della magistratura>>. Un segundo orden de problemas que tal
organización debía tratar en ese congreso -después de aquellos relativos al
ataque que padecía la magistratura proveniente de los partidos políticos de
gobierno tras el escándalo de la P2- era “la pesada involución sufrida en (esos)
años por la función judicial sobre todo penal”.693
691
Luigi FERRAJOLI, Promemoria per una inchiesta sulla giustizia, “il Manifesto”, venerdì 23
dicembre 1983, pp. 1 y 2.
692
Luigi FERRAJOLI, Un problema per MD: recuperare tensione unitaria e collettiva per
continuare ad essere un polo di razionalità nella sinistra, “Quotidiano dei lavoratori”, venerdì 6
novembre 1981, p. 7.
693
Cabe destacar que la crítica a Magistratura democratica era en esa ocasión severa: en su
crisis contribuyó “el verticalismo del grupo dirigente” que frente a la minoría opuso “una gran
indiferecia”, incapaz de “encontrar un rol propio y una identidad y estrategia política propia”,
incapaz de la “superación de la tendencia miope y sectaria” y que, como en tantas formaciones
de la izquierda, siempre se “divide con el compañero más vecino sin lograr ver a los
adversarios”. Ibidem.
234
Asimismo, se dirigía a tal organización de magistrados de cara a su
inminente VI Congreso, a realizarse en Sorrento, Campania, cuando
proponía694 cuatro aspectos que no podían eludirse en la discusión del tema de
la emergencia: el desmantelamiento, evidentemente, de las leyes de
emergencia; la revisión del impacto de la cultura de la emergencia en el
proceso; la reflexión de que la gran criminalidad económica y mafiosa no se
combatía con el derecho penal de la emergencia y, la independencia de la
magistratura.
Sus consideraciones también iban en el sentido de apoyar toda
iniciativa -como la impulsada por Democrazia Proletaria en el marco del 40
aniversario de la Liberación- que diera cualquier señal encaminada a la salida
de la emergencia, como una ley de amnistía,695 la cual no era incompatible apuntaba FERRAJOLI- con la ley sobre disociación y que el sólo hecho de que
se hablara de amnistía también para “los delitos más graves como los hechos
de sangre, terrorismo, asociativos o relativos a las armas” era positivo.
Por otra parte, aunque todavía relacionado con las secuelas de la
emergencia, estaba un tema del que se ocuparía con gran empeño: el de la
situación de las cárceles italianas, reflejo de -y perfectamente enmarcable enesa crisis institucional de Italia, de deterioro de las instituciones. Una de las
ocasiones en que se pronunciaba al respecto era aquella que se presentaba
con motivo de la huelga de hambre que sostenían tres jóvenes detenidos en la
cárcel de San Vittore -Giovanni VALENTINO, Ciro PAPARO y Roberto PIRONIde la que solicitaba la reflexión y la responsabilidad de todos en una
participación con el título Carcere e diritti fondamentali696 y donde advertía que
la cárcel era en Italia no una pena:
694
Luigi FERRAJOLI, Magistrati a congresso, “il Manifesto”, domenica 22 gennaio 1984, pp. 1 y
3.
695
Véase la declaración de FERRAJOLI a Alberto FERRIGOLO, Amnistia che ne dice? Ramat,
Palombarini, Bocca, Cacciari, Boato, Ferrajoli, Onorato, “il Manifesto”, sabato 6 luglio 1985, p.
3.
696
Luigi FERRAJOLI, Carcere e diritti fondamentali, “Questione giustizia”, n. 2, 1982, pp. 351359. El contexto y los aspectos del caso concreto los ofrecía el propio FERRAJOLI. El primero
se refería a una incursión reciente en la cárcel de San Vittore, por parte de agentes de
custodia, que había tenido por fin acabar con una serie de reivindicaciones democráticas de los
prisioneros y que dejó en “seis horas de golpiza, decenas de heridos (y) 137 transferidos”, por
lo que la huelga de hambre de esos tres jóvenes era una “respuesta desesperada a la
terminación de las esperanzas de democratización”. Idem, pp. 151 y ss. Los aspectos del caso
concreto consistían en que la salud de los huelguistas, por lo prolongado de su manifestación que tenía “el sentido autodestructivo y suicida (...) que es el rechazo de vivir en una sociedad
235
... sino prevalentemente carcelación preventiva sin proceso; no más simplemente
privación de la libertad, como el principio de legalidad y taxatividad de las penas
quisieran, sino miles de aflicciones más, y vale decir la inmersión del recluso en
una sociedad salvaje, dejada al libre juego de las relaciones de fuerza y de poder
y al desarrollo de una criminalidad carcelaria incontrolada que se ejercita sobre
los más débiles y los más indefensos (...). Tan sólo este año -continuaba
FERRAJOLI- fueron consumados en las cárceles italianas 29 asesinatos. Tan
sólo en S. Vittore se han suicidado en un año 11 detenidos, otros 6 fueron
asesinados y otros 43 fueron heridos. Las cárceles, ahora, han llegado a ser un
absurdo institucional. Aquí tenemos una comunidad destinada al control total del
Estado, pero en su interior no rige control y regla alguna sino la ley del más
fuerte; una institución pública reservada a la custodia de los ciudadanos que no
logra garantizar los derechos civiles fundamentales para comenzar el derecho a
la vida; una sociedad artificial (...) sin reglas y sin derecho, donde revive el homo
homini lupus...697
Igualmente, de un tema carcelario se ocupaba con motivo de la
sentencia emitida en el asunto de Giuliano NARIA,698 un joven condenado a 17
y medio años de prisión por una no probada participación en una revuelta en la
supercárcel de Trani, Italia. En efecto, apuntaba FERRAJOLI que aquello que
hacía injusta la condena era lo increíble de la “prueba”, misma que estaba
constituída por el dicho de un agente de custodia secuestrado en tal revuelta
quien dijo, en un primer momento, haber reconocido a NARIA -si bien era cierto
que encapuchado- por la voz y, luego, en audiencia, haber cambiado su
declaración diciendo que lo reconocía a rostro descubierto: “no se condena a
sentida enteramente como enemiga”- hacía que se actualizara en ellos la libertad provisional y
fueran atendidos en un centro clínico no carcelario. La negación de la libertad provisional,
evidentemente, era planteada en virtud de que las graves condiciones de salud se las habían
generado a sí mismos los tres huelguistas-prisioneros. FERRAJOLI combatía tal consideración:
“La ley no sólo no distingue, sino que ni siquiera permite distinguir entre estado de enfermedad
espontáneo y estado de enfermedad provocado por el detenido”. Y frente al argumento del
ministerio público de que no procedía la libertad provisional porque era posible “formular un
juicio de peligrosidad” sobre los tres jóvenes, toda vez que no aceptaban rendir declaración ni
colaborar con la justicia, nuestro autor apuntaba que no era pertinente ni la conclusión ni la
premisa, esto es: no es pertinente ni “el juicio de peligrosidad, en cuanto la concesión de la
libertad provisional por graves condiciones de salud es prevista por la ley sin excepción” ni “la
idea que la falta de confesión pueda ser tomada como un signo de peligrosidad”. Idem, pp. 154
y ss. Así pues, el autor italiano pasaba -en base a S. E. TOULMIN y R. M. HARE- al terreno de
la filosofía moral, de la contraposición de los “principios o valores morales y políticos diversos:
de un lado el valor de la vida humana y de la dignidad de la persona, del otro el valor de la
firmeza represiva del Estado” que el caso concreto representaba. Idem, pp. 156 y ss.
Evidentemente, se pronunciaba por el primero. Este tema de la cárcel de San Vittore también
hizo participar a nuestro autor en un debate -organizado por Magistratura democratica en Milán,
el lunes 23 de noviembre de 1981- junto con Giuseppe BORRÈ, Gaetano LAPICHINO,
Domenico PULLITANÒ y Armido RIZZI.
697
Idem, pp. 358-359.
698
Luigi FERRAJOLI, Giuliano Naria, ingustizia e crudeltà, “il Manifesto”, sabato 19 gennaio
1985, pp. 1 y 2.
236
una persona a 17 años y medio de reclusión sobre la base de un testimonio
confuso y contradictorio”, concluía nuestro autor.
El punto, también, es que para el autor en estudio esta sentencia
además de ser “persecutoria, ejemplar, demostrativa”, era injusta porque se
había negado el arresto domiciliario no obstante la delicada salud de NARIA,
un terrorista arrepentido, lo que era en suma muestra de que la emergencia no
había acabado.
Finalmente, en esta sección de la crítica a la mala política es oportuno
mencionar la ocasión en la cual FERRAJOLI arremetía contra una decisión de
la mayoría del Consejo Superior de la Magistratura -con la oposición de
Magistratura
democratica
y
de
algunos
exponentes
de
Magistratura
indipendente- de otorgar un elogio formal a los jueces Severino SANTIAPICHI y
Antonio ABATE (éste último lo rechazó) por el modo en el cual el primero dirigió
el juicio oral y el segundo motivó la
<<sentencia
histórica>> del proceso de
primer grado por el asesinato de Aldo MORO.699
No tanto porque el elogio como la sanción “cuando tienen por objeto los
juicios de un juez, minan de hecho la independencia” sino porque el primero “la
lesiona de manera aún más profunda: porque de frente a una sanción un juez
puede mostrar indiferencia y continuar sobre su camino, mientras frente a un
elogio debe mostrar reconocimiento y dudar de su camino”. El elogio de las
sentencias “es el aspecto distintivo de la organización burocrática. Indica la
estructura jerárquica de la institución que lo emite y el carácter de dependencia
entre superior que elogia y el inferior elogiado”.700
El problema era, además, que el elogio fue dado por el mérito de una
sentencia de primer grado “en un proceso aún en curso” en el cual los jueces
elogiados emitieron 32 condenas perpetuas, de las cuales cayeron 10 en
apelación, y penas de 20 a 30 años de reclusión que también fueron reducidas
en apelación a menos de 10 años, por lo que el elogio a aquella sonaba a
699
Luigi FERRAJOLI, Il giudice encomiato. Il Csm loda e rimpiange il primo processo Moro, “il
Manifesto”, venerdì 17 maggio 1985, p. 7.
700
Ibidem. En forma irónica añadía que suponía que después de ese precedente, el Consejo
sería invadido de sentencias más o menos históricas o de excepción, de primer grado y de
appello, quizá entre ellas diversas y contrastantes, enviadas por jueces “a la búsqueda de
elogios. Deberá dividirse (el Consejo) sobre aquello que es encomiable y aquello que no lo es”.
237
aprobación frente a la sentencia de segundo grado y, como se quisiera ver, era
una interferencia “en el mérito de un proceso en curso”.701
2.4.2 La vocación por la concentración del poder
L
os años ochenta -y siguientes- no sólo fueron crítica de nuestro
autor a la sed de iliberalismo expresada en la renuencia a salir de la
emergencia y que, en suma, alimentaba la crisis institucional; fue también
crítica al poder por su intrínseca vocación por la concentración del poder; de
polémica con motivo de proyectos de leyes o leyes iliberales o antisociales, y
de movilización y apoyo para contrarrestar la mala política italiana.
En suma, fueron años de lucha por el derecho y los derechos, de
denuncia y de propuestas, frente a esas tantas dimensiones -a veces
analíticamente no distinguibles- de la mala política italiana. Pero vayamos por
partes.
La vocación por la concentración del poder en estos años tuvo entre sus
protagonistas a Francesco COSSIGA, entonces Presidente de la República.702
Su disposición iliberal, evidentemente, no podía no entrar en conflicto con la
magistratura progresista, con la variable independiente, y nuestro autor
ocuparse de la misma.
En 1986 el autor en estudio se dedicaba a señalar,703 por un lado, que
COSSIGA, con el beneplácito de los partidos y de la mayor parte de los
analistas políticos, había ganado un encuentro contra el Consiglio Superiore
della Magistratura con una modificación del reglamento interno.
701
Además de recordar que la iniciativa venía de un grupo denominado <<Impegno
costituzionale>> que en el lejano 1969 dio vida a una escisión de Magistratura democratica
porque ésta había criticado públicamente el proceder de un juez, con lo que se “gritó y
denunció la interferencia”. Sobre el mérito del elogio FERRAJOLI sostenía aún más: tanto las
sentencias como el proceso fueron objeto, de muchas partes, de innumerables críticas “por la
falta de profundidad de los aspectos más oscuros e inquietantes del suceso juzgado”, de ahí
que el elogio a sentencias como ese (medidas en kilos, zibaldoni storico-politico-sociologicogiuridici donde se pierde la motivación de hecho y de derecho de las responsabilidades
personales de los imputados en lo individual; donde se da la individuación sustancialista de las
culpas, la amplificación y colectivización de las responsabilidades, etc.), constituía en realidad
un elogio “de este modelo de jurisdicción y en consecuencia un acto político. Y envuelve, en el
descrédito intrínseco del modelo, al órgano representativo de la magistratura que
eventualmente ha querido avalarlo”. Ibidem.
702
Francesco COSSIGA, de la Democracia cristiana, para efectos del periódo de referencia fue
Presidente de la República Italiana de 1985 a 1992.
703
Luigi FERRAJOLI, Finisce uno scontro non limpido. Ma Cossiga aveva torto, “il Manifesto”,
venerdì 10 gennaio 1986, p. 3.
238
Esa modifiación reglamentaria había consistido en suprimir el debate y la
discusión antes de la elección del vicepresidente de ese órgano. COSSIGA
argumentó para justificar el cambio que el Consejo Superior de la Magistratura
tenía que ser sólo un
<<seggio
eletorale>> y que el debate lesionaba el secreto
del voto. Ante ello, nuestro autor hacía reducciones al absurdo y criticaba la
forma en que COSSIGA se había dirigido al Consejo: no como presidente de tal
órgano sino como Jefe del Estado.
Asimismo, en 1990 FERRAJOLI analizaba y criticaba704 que el
Parlamento hubiese modificado la ley electoral para la renovación del Consejo
Superior de la Magistratura (con lo cual las minorías ya no iban a ser
representadas),705 en contravención al principio de que las reglas del juego no
se cambian mientras éste se está jugando y como reacción o revancha apuntaría quien esto escribe- del Presidente de la República, Francesco
COSSIGA, porque aquél había deliberado no promover presidente di sezione di
Cassazione al juez VELLA en virtud de estar inscrito en la masonería,
prefiriendo a otro juez.
Prescindiendo de las argumentaciones técnicas -de facultades legales y
de implicaciones constitucionales- de tal decisión, es de llamar la atención que
FERRAJOLI criticaba nuevamente el método por el cual el Presidente de la
República había intervenido. Si bien éste es también presidente del Consejo
Superior de la Magistratura -apuntaba nuestro autor- lo cierto es que había
remitido un escrito al Vicepresidente de dicho órgano colegiado -a fin de que lo
hiciera del conocimiento del resto de sus integrantes- evitado exponer sus
opiniones en el seno del Consejo, evitando ir en persona a sostener su punto
de vista con los medios de la discusión, de la persuasión y del voto. Prefirió la
vía epistolar excluyendo la confrontación y así interviniendo no ya con
autoridad al interior como presidente del órgano, sino autoritariamente desde el
exterior como Jefe del Estado.
FERRAJOLI asimismo, cerraba ese breve escrito advirtiendo de las
reformas institucionales que se proyectaban, cercanas a intereses de partidos y
704
Luigi FERRAJOLI, Un nuovo conflitto tra Presidente della Repubblica e Consiglio Superiore
della Magistratura, “Questione giustizia”, n. 1, 1990, pp. 1-7, texto que corresponde en esencia
al publicado por nuestro autor en estudio como Cossiga, un messaggio inutile e inopportuno, en
“il Manifesto”, martedì 27 marzo 1990, p. 2.
705
Véase la nota de il Manifesto, giovedì 30 marzo 1990, “Sbarramento elettorale per il Csm”, p.
9.
239
a la lógica de la alineación y dirigidas a la verticalización y a la concentración
de poderes.706
Igualmente, FERRAJOLI se ocupaba de COSSIGA y sus excesos
cuando707 éste llamó -carente de motivación y fundamentación- a sus
conciudadanos procuradores generales sicilianos a rendirle cuenta de las
investigaciones contra la mafia, lo que “se desarrolló fuera de cualquier regla
constitucional, que -apuntaba FERRAJOLI- ninguna emergencia puede
justificar, sobre la independencia del orden judicial” y que, en todo caso, en el
mejor de los supuestos, correspondía al Consejo Superior de la Magistratura
requerir pero no a su Presidente.
Lo grave en este caso, no era sólo la habitual “concepción del todo
personal del rol presidencial y de sus relaciones con el orden judicial”, sino la
novedad del caso concreto, a saber, que COSSIGA “interviniera directamente
sobre magistrados en lo individual”, como si fuera “una especie de jefe
jerárquico de la magistratura” y que “ninguna voz, al interior del sistema
político, lo cuestionara”.
Escenario inadmisible por el poco respeto a la separación de
poderes -subrayaba nuestro autor- cuyo presupuesto era “el pleno consenso
del sistema de los partidos y de la gran prensa, acompañado del bajísimo
sentido de las reglas, del tácito acuerdo sobre una autoreforma del sistema
político orientada a la verticalización y concentración de los poderes, de la
general actitud y protección por los gestos demagógicos y espectaculares, a
cualquier precio”.
706
Es de mencionarse que en Luigi FERRAJOLI, Giudici e massoneria, per una volta che il
Csm ha fatto il suo dovere..., “il Manifesto”, giovedì 5 aprile 1990, p. 2, el autor en estudio
polemizaba con Tiziana MAIOLO, quien cinco días antes en el mismo periodico había
defendido la propuesta del juez masón aduciendo que no es condición necesaria serlo para ser
mal juez. FERRAJOLI apuntaba: “No hay duda: se puede ser pésimo juez también con la
propia cabeza y no sólo con la cabeza de otros” y que no veía porqué “no se deba considerar
también la explícita y formal sumisión de un juez a un grupo de poder cementado por la
promesa de favores recíprocos”. Frente a la pustura de MAIOLO -en sintonía con la de
COSSIGA- consistente en que el Consejo Superior de la Magistratura no es un parlamento que
pueda imponer una prohibición (como la de pertenecer a la masonería) no prevista en la ley,
FERRAJOLI respondía o reiteraba que aquello en discusión no eran prohibiciones “sino
únicamente los criterios en base a los cuales ejercitar la competencia administrativa, otorgada
al Consejo por el artículo 105 de la Constitución, referente a la promoción y a la asignación de
cargos directivos a magistrados”, competencia que ambos recordaban que había sido
ejercitada malísimo: con los casos de jueces no promovidos o pospuestos a otros por haber
escrito en la misma revista de Toni NEGRI, o por haber participado en asambleas contra los
procesos de la emergencia, o por las críticas públicas dirigidas a sus colegas.
707
Luigi FERRAJOLI, Magistratura a rapporto?, “il Manifesto”, venerdì 25 maggio 1990, p. 2.
240
Cabe destacar que esa injerencia de COSSIGA en el poder judicial
generó adeptos -además de los fieles vasallos- y, con ello, mayores conflictos
internos en la institución judicial entre antiinjerencistas y proinjerencistas. Así,
por ejemplo, a mitad de 1990 Elena PACIOTTI, integrante del Consejo Superior
de la Magistratura, dimitía del cargo como protesta (por el mal funcionamiento
del órgano), hecho que le merecía a nuestro autor el motivo para solidarizarse
mediante un desplegado708 y reiterar su preocupación por la entonces
deslegitimación “en acto del órgano de autogobierno de la magistratura”.
Pero los cuestionamientos a COSSIGA quizá más severos se dieron con
motivo del asunto Gladio.709 Como en la ocasión en que FERRAJOLI aclaraba
en sede jurídica la posibilidad de que -como fue solicitado- el entonces
708
Véase el desplegado firmado por FERRAJOLI y 20 personalidades más intitulado Un
appello di solidarietà a Elena Paciotti, en “il Manifesto”, venerdì 15 giugno 1990, p. 5.
709
“<<Gladio>> fue una organización secreta, armada, compuesta de militares y civiles
(reclutados con critierios políticamente orientados), con el objeto de una guerra <<no ortodoxa>>
y de <<contenimiento de la subversión interna>>, instituida en actuación de acuerdos secretos,
desconocidos para el Parlamento y parcialmente también al Gobierno” en clara contravención
del artículo 18 de la Constitución italiana. Magistratura democratica, “Le mozioni congressuali”.
I. Mozione generale, en Livio PEPINO y Nello ROSSI (editores), Democrazia in crisi e senso
della giurisdizione, Francoangeli, Milano, 1993, p. 434. Para una primera y severísima crítica a
tal poder oculto que hiciera nuestro autor véase Luigi FERRAJOLI, Gladio inammissibile per la
Costituzione, “il Manifesto”, martedì 6 novembre 1990, p. 1. En esta participación periodística,
conforme a su proceder, analizaba en el plano jurídico el problema y se pronunciaba en el
político. Dentro del primero, señalaba la clara contravención al artículo 18 constitucional (“Están
prohibidas las asociaciones secretas y aquellas que persigan, aún indirectamente, fines
políticos mediante organizaciones de carácter militar”.) pues Gladio era secreta y militar.
Además, era insostenible el argumento gubernamental en el sentido de que tenía un
fundamento (no revelable) en acuerdos con la OTAN pues, apuntaba FERRAJOLI, no están
permitidos los acuerdos que tengan cláusulas secretas y la defensa del país, según la
Constitución, compete a las fuerzas armadas, además que las actividades de los servicios
secretos también están sometidas a la ley. Sin omitir que su carácter criminal se daba desde el
momento que su finalidad era “impedir la conquista del poder” al PCI por lo que, en cuanto
banda armada, “atentaba a la Constitución y conspiraba contra las instituciones democráticas,
contra la soberanía popular y contra los derechos fundamentales de los ciudadanos”. En la
vertiente política, FERRAJOLI exigía que se investigara inmediatamente sobre las
responsabilidades de “quienes lo toleraron, avalaron, autorizaron y utilizaron” y que se diera
cuenta sobre “los misterios de la república y sobre los innumerables delitos” en el pasado de
terrorismo de derecha, sin omitir la gravedad de que poderes ocultos y armados hayan
intervenido en la política: porque “la democracia se hace una ficción, la soberanía popular y las
libres elecciones en un engaño, los derechos fundamentales en derechos condicionados e
hipotecados”. Sobre el asunto Gladio véase también Luigi FERRAJOLI, L´affare Gladio. Per
una storia dei poteri invisibili in Italia, “Passato e Presente. Rivista di storia contemporanea”, n.
25, gennaio-aprile, 1991, pp. 9-14. Para interesantes -aunque breves- consideraciones sobre la
crisis de la democracia italiana de los años setenta como debida a la falta de transparencia e
información véase Luigi FERRAJOLI, Segreto e informazione nello Stato contemporaneo,
“Democrazia e diritto”, n. 4, ottobre-dicembre 1974, pp. 721. Ahí apuntaba que se debía saber
lo que hacían y no hacían los servicios secretos, la policía, los carabinieri, la magistratura no
sólo como “una concreta condición para que (la) democracia no sea una pura ilusión, sino
(como) único modo para prevenir y para neutralizar tentaciones golpistas y subversivas”. “Pero
saber no basta -añadía FERRAJOLI- “es necesario estudiar y proponer concretas e inmediatas
medidas de reforma en materia de secreto”. Idem, 726.
241
Presidente de la República ofreciera su testimonio al juez veneciano Felice
CASSON sobre tal asunto que, vale decir, devino en poco tiempo en escándalo
político.710
En Il primo cittadino FERRAJOLI sostenía que, contrario a lo afirmado en
los ambientes democristianos y gubernamentales que calificaban tal solicitud
de
testimonio
como
<<provocación>>, <<ruptura
<<anomalía
procesal>>,
<<iniciativa
inaudita>>,
irresponsable>> del orden constitucional, había claro
fundamento legal para la misma en el nuevo Código de procedimientos penales
que disponía precisamente la forma en que el testimonio del Presidente de la
República se daba. Además, no tenían razón quienes acudiendo al artículo 90
de la Constitución decían que el Presidente, en cuanto no responsable de los
actos en cumplimiento del ejercicio de sus funciones, sería inimputable por el
delito de falso testimonio, a lo que FERRAJOLI respondía que erraban pues se
trataría de un delito común pues ese testimonio no sería un acto en el ejercicio
de sus funciones presidenciales, y que, en definitiva, también lo que quedaba
claro era la intención de sustraer a COSSIGA a las reglas del Estado de
derecho.
Sustracción que no le costaba mucho trabajo o a la cual, con gusto, se
dedicaba con empeño: se rehusaba a dar testimonio al juez CASSON, no
obstante que la citación era con fundamento en el mismo Código de
procedimientos penales que él promulgó “con amplias facultades mentales” o
decidiendo y disponiendo la cancelación, ilegal, del orden del día del Consejo
Superior de la Magistratura cuando éste se disponía a tratar, sobre la
valoración solicitada por Magistratura democratica, de las críticas dirigidas al
juez CASSON por el ministro de la justicia.711
Pues bien, nuestro autor cerraba el año de 1990 con el asunto Gladio
expresando su beneplácito por la formulación de imputaciones -ciertamente a
710
Luigi FERRAJOLI, Il primo cittadino, “il Manifesto”, sabato 10 novembre 1990, p. 1.
Luigi FERRAJOLI, I sassolini di Cossiga, “il Manifesto”, mercoledì 28 novembre 1990, pp. 1
y 6. Ante tal situación nuestro autor recordaba una sentencia de la Corte constitucional (la 168
de 1983) que razonó en el sentido de la absoluta autonomía del Consejo en la formación del
orden del día de sus propias sesiones. Así, FERRAJOLI remataba que una cosa era opinar y
otra querer imponer un orden del día y que había otra razón más para impedir semejante
despropósito, a saber, que sería absurdo que le fuese reconocido al Presidente de la República
el poder de paralizar la operación de un órgano constitucional como el Consejo Superior de la
Magistratura.
711
242
desconocidos- que
<<cospirazione
la Procura della repubblica
politica mediante associazione>>.
di Roma
hacía
por
712
El año siguiente no sería menos tenso. El 19 de noviembre de 1991
Francesco COSSIGA -quien había proseguido su intromisión y enfrentamiento
con el Consejo Superior de la Magistratura durante todo ese tiempoamenazaba en televisión con disolver ese órgano y de intervenir incluso con los
carabinieri, es decir, con la policía-militar.
Semejante muestra de voluntad absolutista no sería pasada por alto por
nuestro autor713 quien inmediatamente lo criticó y se pronunció, haciéndole un
breve recuento de sus recientes ilegalidades como el rechazo de promulgar la
ley que prorrogaba la Commissione stragi y también un decreto de prórroga del
procedimiento con el cual se desarrollaban las investigaciones sobre los
misterios de la República; todo lo cual -opinaba FERRAJOLI- era una ruptura
del Estado de derecho y hacía a COSSIGA comportarse “como un soberano
absoluto, sin que ninguno (tuviera) la fuerza o la voluntad de detenerlo”, cuando
ese ninguno significaba el gobierno, parlamento, partidos de mayoría y
oposición.714
Siempre en 1991, FERRAJOLI diagnosticaba la entonces situación
italiana. Oportunidad de criticar seriamente la actuación de Francesco
COSSIGA y destacar la labor de Magistratura democratica sobre el particular
712
Luigi FERRAJOLI, Cospirazione politica, i soliti ignoti, “il Manifesto”, giovedì 27 dicembre
1990, pp. 1 y 2. Al decir de nuestro autor en estudio se trataba de un avance con algunas
notables consecuencias: a) para la Procura sí existían suficientes indicios de que Gladio fue un
organismo ilegal y criminal, no importaba que hubiera imputados desconocidos; b) era
necesario indagar sobre las responsabilidades de los vértices políticos que en los años
pasados habían dirigido los servicios secretos, “para comenzar por Andreotti y Cossiga” y, c)
sí había delitos configurados -conspiración política mediante asociación y atentado a la
constitución- este último delito de peligro abstracto que, reconocía FERRAJOLI, fue criticado
por su abuso años atrás pero que, en el caso concreto, sí se configuraba pues se trató de un
“peligro concretísimo”, por lo que había que investigar los eventos y atentados terroristas
impunes, el financiamiento de la CIA, etc.
713
Luigi FERRAJOLI, Il diritto e la forza, “il Manifesto”, giovedì 21 novembre 1991, p. 1.
714
No era el caso del sector progresista de la magistratura. El martes 3 de diciembre de ese
1991, de hecho, hubo una “huelga” de magistrados. 6,800, en ejercicio de su derecho a la
“resistencia constitucional”, detuvieron sus labores por un día. Il Manifesto, p. 1, sintetizaba el
acontecimiento e intitulaba la nota principal de ese mismo día con estas palabras: Non c´è
giustizia. Esta protesta de los magistrados fue objeto de solidaridad expresada en un
desplegado suscrito por nuestro autor e infinidad de personalidades -véase Mobilitazione
nazionale per la democrazia, “il Manifesto”, 31 diciembre 1991, p. 7, primeramente publicado el
día 2 de diciembre de 1991 en el mismo periódico- en el cual invitaban a la ciudadanía a una
manifestación en Roma para el día 18 de enero de 1992 y donde señalaban que se había
“agravado en (ese) periodo el proceso de degradación del sistema institucional”.
243
se le presentaba en un congreso de ésta en el que participó.715 Concretamente,
nuestro autor reiteraba que la crisis que se vivía era una crisis de fundamentos:
“una pérdida de sentido y de función normativa de los valores que están a la
base de nuestra democracia”; señalaba que en pocos meses, entre los tres
graves fenómenos de infidelidad a la Constitución italiana que se habían
presentado (uno era el asunto Gladio y otro la participación en la guerra de Irak
en contravención de aquélla) estaba la actuación del propio COSSIGA, quien apuntaba- “se mueve abiertamente, declaradamente, fuera y contra la
Constitución, en el intento de deslegitimarla y de preconstituir de hecho aquella
reforma en sentido presidencial caracterizada por una radical centralización de
los poderes”.716
2.4.3 Proyectos y leyes antisociales e iliberales
O
tra dimensión de la crítica a la mala política italiana, como se
sostuvo, fue la atención a proyectos de leyes antisociales o
iliberales generalmente aprobadas. Veamos. En 1988, FERRAJOLI formulaba
tres órdenes de críticas a una “ley antihuelga” recientemente aprobada en
comisiones por el Senado italiano relativas a: 1) una total indeterminación de la
esfera de aplicación de dicha ley, 2) la total indeterminación de los límites
impuestos al derecho de huelga debido al triple reenvío en blanco que, en
detrimento de la reserva constitucional de ley, se hacía a favor de la potestad
de un representante del gobierno, de los reglamentos empresariales sólo
eventualmente concordados con los sindicatos y de los llamados códigos de
<<auto-regulamentación>>
sindical-científico-gubernativa y, 3) la lesión de la
libertad de organizaciones sindicales de tipo no formal (libres y espontáneas de
715
Luigi FERRAJOLI, Crisi dei valori costituzionali e garantismo, en Livio PEPINO y Nello
ROSSI (editores), Democrazia in crisi3 op. cit., pp. 372 - 375. (Participación en el IX Congreso
nacional de Magistratura democratica celebrado en Alghero, los días 11 al 14 de abril de 1991).
716
Idem, p. 373. Como en los años setenta, FERRAJOLI criticaba ahí las omisiones de la
izquierda parlamentaria porque manifestaba una “cierta subalternidad” y porque el debate a su
interior estaba “a tal punto confuso” que hacía “indescifrable las líneas de un proyecto de
reforma alternativo a los proyectos prevalentes de claro signo autoritario”, de forma que la
hacía “participar en cualquier caso en el juego”. Ibidem. FERRAJOLI cerraba con un buen
gesto hacia los anfitriones: “esta situación valoriza hoy más que nunca el rol de un grupo como
Magistratura democratica”.
244
auto-organización) y de la titularidad del derecho de huelga para los
trabajadores individuales.717
En ese mismo 1988, expresaba su negativa a la intención de suprimir o
reducir el uso del voto secreto en el parlamento italiano, “el último frágil
baluarte que aún separa -apuntaba- el sistema de los partidos del sistema de
las instituciones”, en razón de que no eliminaría los intereses ni las fuerzas de
presión sobre el parlamento.718
Al año siguiente, esto es en 1989, FERRAJOLI polemizaba con Stefano
RODOTÀ con motivo de una propuesta de ley, la BASSANINI-GRAMAGLIA,
sobre la violencia contra la mujer.719
En ese mismo 1989 -si bien es cierto que no en polémica contra alguna
ley- en un breve escrito aparecido en “Questione giustizia”,720 FERRAJOLI
proseguía con un tema al cual le venía prestando atención721 relativo a la
pretensión del Procuratore generale di Torino de sustraer al juez natural el
717
Luigi FERRAJOLI, L´amministrativizzazione della disciplina del diritto di sciopero, “Lavoro
80. Rivista di diritto del lavoro pubblico e privato”, n. 7, 1989, pp. 95-100, correspondiente al
texto de su ponencia presentada en el Congreso “Lo sciopero nei servizi pubblici tra diritto al
conflitto e regole”, realizado en Roma el 8 de julio de 1988 y organizado por Magistratura
democratica, Sinistra Indipendente del Senato y el Circolo Culturale Montesacro. También siempre en el mismo número de “Lavoro 80” y de nuestro autor- véase La legge contro la
Costituzione, pp. 137-140, así como Le deformazioni di Giugni, pp. 144-147, textos aparecidos
asimismo en el periódico “il Manifesto” los días 21 y 28 de junio de 1988, respectivamente; el
primero coincidente en lo esencial con su ponencia y el segundo una respuesta al senador
Gino GIUGNI, defensor de la ley, quien calificaba a FERRAJOLI de “paladino di tutte le forme di
spontaneismo operaio” en Lo sciopero como ideologia, idem, p. 142, a lo que nuestro autor le
respondía que no creía que aquello que los dividía fueran las ideologías políticas sino “la
concepción de los derechos constitucionales del ciudadano: si éstos van a ser entendidos
como derechos <<fundamentales>> o si deben ceder a la primacía de los aparatos; si resisten
<<derechos>>, por lo que las leyes deben garantizar espacios ciertos e indisponibles si bien
delimitados en su ejercicio, o si en cambio llegan a ser situaciones plegables a placer y quizá
transferibles a la burocracia sindical o para-pública”. Luigi FERRAJOLI, Le deformazioni... op.
cit., p. 147.
718
Luigi FERRAJOLI, I padroni del parlamento. Il voto palese esalta il potere occulto delle
segreterie dei partiti, “il Manifesto”, martedì 27 settembre 1988, p. 7.
719
Luigi FERRAJOLI, Soluzione, non mediazione, “il Manifesto”, martedì 14 febbraio 1989, pp.
1 y 12. El punto central era que nuestro autor apoyaba tal propuesta de ley porque ofrecía una
solución posible, si bien parcial e imperfecta, en lo que hacía al mecanismo planteado en el
dilema querella o perseguimiento de oficio: la posibilidad de la parte ofendida de oponerse al
procedimiento de oficio, en los únicos casos en que este fuera promovido por denuncia de un
tercero. RODOTÀ (il Manifesto, sabato 11 febbraio 1989, pp. 1 y 12), en términos generales
había sostenido que se llevaba a una “judialización sin fin y sin sentido” en la que la mujer
estaría más expuesta a presiones. FERRAJOLI era de la opinión que en tal caso el juez debía
hacer la interpretación auténtica, preguntando a la mujer si confirmaba o no su voluntad de
oponerse al <<slalom>>.
720
Luigi FERRAJOLI, Processo Fiat e “legittima suspicione”: il popolo disturba la giustizia?,
“Questione giustizia”, n. 3, 1989, pp. 731-733.
721
Luigi FERRAJOLI, Ma il popolo disturba la giustizia?, “il Manifesto”, giovedì 12 ottobre 1989,
pp. 1 y 2, texto, en esencia, que recorresponde a Processo Fiat e “legittima suspicione”, op. cit.
245
proceso contra dirigentes de la FIAT por legítimos temores de desórdenes,
idóneos para turbar la seguridad pública y la serenidad y armonía del juicio.
El punto es que nuestro autor no sólo denunciaba la intervención política
en la administración de la justicia y destacaba que la maniobra era dirigida, en
realidad, a esquivar a un juez incómodo sino que -fiel a su estilo- resaltaba las
debilidades de los “argumentos” de la contraparte, en primer lugar los del
Procuratore, quien subestimaba los límites de la FIAT: si quería impedir a toda
costa “los desórdenes”, habría que impedir que el proceso se llevara no sólo en
Turín sino en Italia. Y también -fiel a su estilo- apuntaba los valores en juego:
Esta idea del pueblo como masa sobre excitada y como <<plaza>>, lugar de
desórdenes y de pasiones políticas irracionales y privadas de objetividad, a
tener lejos de las sedes de la justicia por ser incapaces de un juicio fundado,
no sólo es antidemocrática. Contrasta también con la idea misma de la
independencia y de la responsabilidad de la magistratura (pues ésta)
proviene de la máxima publicidad y de la libre crítica de los ciudadanos, en
cualquier forma y en por cualquier medio.722
Siempre en 1989, el autor italiano se ocupaba de una reforma realizada
al Código de procedimientos penales,723 particularmente de dos instituciones: el
giudizio abbreviato y la applicazione della pena su richiesta delle parti.
Sostenía, entre otras cosas, que con esas reformas se había hecho un
vaciamiento del principio de legalidad de la pena y apuntaba los peligros que
corría el imputado ante el ministerio público pues este tendría un poder
desmedido, decisivo para la suerte del proceso y para la aplicación de la pena
pero carente de cualquier carácter
<jurisdiccional>,
lo que despertaba las
aspiraciones del Poder Ejecutivo a ponerlo bajo su control.
Asimismo, señalaba que los resultados de las reformas minaban los
fundamentos de la función garantista de la jurisdicción penal y, con ello, su
722
Luigi FERRAJOLI, Processo Fiat3 op. cit., pp. 732-733. Norberto BOBBIO, en relación al
tema, sostenía: “... si yo fuese uno de los dirigentes de la Fiat imputados, sería el primero en
querer que el proceso se desarrolle en Turín para no dar lugar a sospechas que no se me
pueda juzgar en mi ciudad por una presunta hostilidad de los ciudadanos”. En entrevista a “il
Manifesto”, martedì 10 ottobre 1989, p. 7, intitulada Torino, città aperta. Vale dicir que el tiempo
le dio la razón a FERRAJOLI. Dos días después a su escrito aparecido en il Manifesto, éste
daba cuenta (p. 1) que se había rechazado la solicitud del juez de juzgar en otra sede: La Fiat
si può giudicare. Il tribunale respinge la ricusazione. El processo a Guarniello.
723
Luigi FERRAJOLI, Patteggiamenti e crisi della giurisdizione, “Questione giustizia”, n. 2,
1989, pp. 371-383. De tal reforma se ocupaba el mismo día que entraba en vigor: véase Luigi
FERRAJOLI, Nuovo codice e vecchi arnesi, “il Manifesto”, martedì 24 ottobre 1989, pp. 1 y 7,
texto en esencia correspondiente al publicado en “Questione giustizia”. Sobre el nuevo código
de procedimientos penales asimimo véase Luigi FERRAJOLI, Antinomie di una riforma, “Micro
Mega. Le ragioni della sinistra”, n. 4, 1989, pp. 23-33.
246
específica fuente
de legitimación ético-política.
De ahí
que
siguiera
manteniendo su idea de una radical reforma del Código penal con la
despenalización de conductas y una reducción de las penas, pero eso suponía
-reconocía- una opción política de la cual no existían señales en la cultura
penalista.
En sede también liberal se ocupaba de la propuesta gubernamental de
ley sobre la droga que penalizaba a los toxicodependientes,724 de la cual no era
posible -apuntaba FERRAJOLI- concebir una peor, más vejatoria y dañosa. Y
es que, en efecto, siguiendo a nuestro autor, había penas atípicas -la
suspensión de cédulas profesionales y del pasaporte o la prohibición de
alejarse del lugar de residencia-, como penas severísimas -8 a 20 años de
prisión para quien tuviese cierta cantidad de droga en posesión.
El autor en estudio argumentaba en el sentido de que estas penas iban
en contra del “postulado fundamental de la tradición jurídica liberal: la no
punición de los actos contra uno mismo” y en contra de “otro clásico principio
del estado de derecho: aquél según el cual se puede ser penalizado por
aquello que se hace y no ya por aquello que se es”. Sin omitir -añadía- que
tales penas faltaban al principio utilitario, esto es aquél de que no se justifica la
pena si no es que previene futura violencia, de ahí -apuntaba- una cierta
analogía con la punición del aborto: no prevenía y ni siquiera reduciría la
cantidad sino sólo llevaría a la clandestinidad y a impedir el contacto con la
asistencia sanitaria.725
724
Luigi FERRAJOLI, Lo Stato del non diritto. Perché la legge sulle droghe è illiberale. Oggi la
manifestazione a Roma, “il Manifesto”, sabato 18 novembre 1989, p. 5.
725
Un desarrollo de tales críticas y ampliación de consideraciones se encuentra en Luigi
FERRAJOLI, La legge sulla droga: l´irrazionalità e l´arbitrio, Edizioni Stampa Alternativa, Roma,
1990. En efecto, ahí -además de criticar con más detalle las penas atípicas y excesivas- hacía
referencia también al mecanismo punitivo y a la concepción de un proceso pedagógico e
intermitente, concebido como instrumento de coacción al tratamiento terapéutico. En relación a
lo primero, porque el proyecto de ley RUSSO JERVOLINO violaba la reserva de jurisdicción en
materia de sanciones restrictivas de la libertad personal y la estricta legalidad de las penas y de
los delitos. En cuanto a la reserva de la jurisdicción, porque la detención por una cantidad de
droga inferior a la dosis media diaria era configurado como un delito y como una falta
administrativa, según las veces que fuera realizado. El punto es que el juez no podría verificar
que las precedentes infracciones hubiesen sido verdaderamente cometidas. “Es de hecho
evidente que este complicado mecanismo reduce al juez a un pasa papeles de la
administración, último eslabón de una cadena burocrática, llamado a avalar en blanco el arbitrio
administrativo” (p. 17). En cuanto a la violación de la estricta legalidad, por la total
incertidumbre del límite que separa el ilícito administrativo así como la total incerteza de las
penas previstas pues el juez puede arbitrariamente reducirlas, de la mitad a dos tercios, para
quien colaborase en la acusación. En relación a lo segundo, es decir, a la concepción de un
proceso pedagógico, porque el proyecto de ley prevee “un instituto inédito”: “la suspensión del
247
Otra propuesta de ley severamente criticada por FERRAJOLI fue la
presentada con el fin de impedir el referéndum fijado para el 3 de junio de 1990
que versaba sobre los despidos laborales arbitrarios en pequeñas empresas
-en cuanto que modificaba tramposamente el objeto de la cuestión
referendaria- referéndum promovido por Democrazia proletaria.726
Más allá de la evaluación técnico-jurídica que hacía, con resultado
desfavorable, de esa propuesta de ley, lo de interés en esta ocasión era
netamente el plano político, es decir, la transmisión del mensaje al interlocutor
que buscaba tener FERRAJOLI: el PCI y los sindicatos.
En
efecto,
de
éstos
señalaba
que
lo
sorprendente
era
su
comportamiento retraído, ausente, ante el referéndum, sólo explicable por los
horizontes del
<<nuovismo>>
o
<<comunismo>>
de los comunistas italianos. Les
recordaba que estaba dejándose pasar una oportunidad preciosa dado que los
“únicos argumentos en discusión, difícilmente contestables por los adversarios
(eran esa) vez la igualdad, los derechos, las garantías; por lo que ese
referéndum -añadía- era:
... la ocasión para una gran batalla sobre los valores elementales que, más allá
de las siglas y de los símbolos, forman la identidad de una fuerza de izquierda: la
igualdad de los ciudadanos frente a la ley; la limitación de un poder absoluto,
incompatible con el estado de derecho, como es aquél del despido arbitrario e
inmotivado (...); la dignidad del trabajador, que no es un objeto o una mercancía
de la cual el empresario pueda disponer a su placer, sino una persona; el valor,
en suma, y el respeto por el trabajo que (...) representa el fundamento de nuestra
República.727
Más adelante, en 1992, FERRAJOLI participaba en una “discusión”
delicada: la respuesta que tenía que dar el Gobierno y el Parlamento frente al
asesinato del juez Paolo BORSELLINO y cinco de sus escoltas en Palermo por
parte de la mafia.728
El autor en estudio, en principio, criticaba la única respuesta que había
dado el Gobierno ante ese hecho: solicitar al Parlamento “la inmediata
procedimiento” y la “revocación del diferimiento” para el toxicodependiente encontrado en
posesión de droga en cantidad no superior a aquella media diaria, según el grado de
disponibilidad a sujetarse al tratamiento terapéutico. En La legge sulla droga: l´irrazionalità e
l´arbitrio FERRAJOLI asimismo formulaba más consideraciones de diverso orden y,
brevemente, refería puntos que no se deben subvalorar en el tema de la liberación y de
legalización de las drogas.
726
Luigi FERRAJOLI, Una legge anti-referendum, “il Manifesto”, martedì 10 aprile 1990, pp. 1 y
2.
727
Idem, p. 2.
728
Luigi FERRAJOLI, Sette cose da fare, “il Manifesto”, martedì 21 luglio 1992, pp. 1 y 5.
248
conversión en ley del decreto Martelli”, cuyo contenido no le parecía a
FERRAJOLI dado que no estaba destinado a combatir la mafia y más bien
contenía medidas antigarantistas, entre otras, en materia de pruebas.
Así, FERRAJOLI sostenía que se debían hacer siete cosas: 1) la
drástica despenalización a fin de aminorar la carga de trabajo de los
magistrados y las fuerzas del orden y poder concentrar las energías en la
criminalidad mafiosa; 2) la despenalización de la toxicodependencia y
legalización de la droga; 3) reforzar las oficinas judiciales y de policía con
recursos humanos y materiales; 4) reforma de las circunscripciones judiciales;
5) la institución de un registro patrimonial de los servidores públicos; 6) regular
a los prestadores de servicios (appalti) y, 7) la introducción de medidas
capaces de transparentar los flujos financieros y el control sobre procesos de
información de capitales mafiosos.
Casi por último, hay que mencionar que a finales de los noventa se dio la
discusión en el Senado de una propuesta de ley destinada a introducir en la
Constitución el principio de contradicción (contraddittorio) en la formación de la
prueba, propuesta que quería poner fin al “viejo y tormentoso caso del famoso
art. 513 del Código de procedimientos penales” tantas veces llevado a la Corte
Constitucional. El punto en el que se encontraba este tema cuando escribía
nuestro autor -decía- era el de “la restauración del viejo método inquisitorio del
Código Rocco, sin ni siquiera el
<<garantismo
inquisitorio>> del cual este había
sido disminuido con las mini reformas de los años setenta”. Así, se pronunciaba
porque el proceso italiano se informara “de los principios del contraddittorio, de
la oralidad y de la publicidad en la formación de las pruebas” y no por un
proceso inquisitorio.729
Por otra parte, FERRAJOLI también se ocupó en criticar fuertemente la
ley BOSSI-FINI del 30 de julio de 2002, n. 189, intitulada “Modifica alla
normativa in materia di immigrazione e di asilo”. Con esa ley -clara muestra de
una política de inmigración de la derecha italiana gobernante- se cerraron
prácticamente los ingresos a ese país, se hizo más provisoria y precaria la
estancia de los inmigrantes, se establecieron procedimientos sumarios de
expulsión, se duplicó la duración de la detención administrativa en los <<centros
729
Luigi FERRAJOLI, Il banco di prova del 513, “il Manifesto”, mercoledì 27 gennaio 1999, p.
28.
249
de permanencia temporal>>, se construyó un derecho penal especial para los
inmigrantes en manos de la policía y sustancialmente sustraído a controles
jurisdiccionales, entre otras cosas.730
Por último, mención especial merece la crítica al proyecto de ley sobre el
testamento biológico aprobado en Comisiones y entonces ya en votación en el
Senado italiano que, en realidad, excluye tal testamento, afirmaba el autor en
estudio.731 Ese proyecto, con una norma absurda y con dedicatoria por el caso
de Eluana ENGLARO, estaba en contra del artículo 32 constitucional que
establece que a los tratamientos de mérito ninguno puede ser obligado. De
hecho, tales tratamientos violan -agregaba FERRAJOLI- el artículo 13 de la
Constitución según el cual
<<la
libertad personal es inviolable>>, es decir, violan
el habeas corpus y la inmunidad de tortura.
Asimismo, y quizá el aspecto más insidioso de inconstitucionalidad es “la
falta de un efectivo valor prescriptivo de las mismas
<<declaraciones
anticipadas de tratamiento>>” pues estas, según el proyecto, tendrían “el
carácter de indicaciones solamente orientativas” donde
tomarlas en cosideración>> si están
<<orientadas
<<el
médico no puede
a provocar la muerte del
paciente>>. Finalmente, otro aspecto de inconstitucionalidad del proyecto es la
lesión al principio de igualdad establecido en el artículo 3 de la Constitución.
Esto porque el texto excluye de hecho a quienes están en coma irreversible
que puedan dejar dicho el no querer ser expuestos a inútiles tratamientos.
2.4.4 La movilización
desplegados
L
mediante
la
suscripción
y promoción de
uigi FERRAJOLI ha suscrito y promovido distintos desplegados o
adhesiones.732 Además de aquellos referidos en diversos apartados,
730
Luigi FERRAJOLI, “Libertà di circolazione e di soggiorno. Per chi?”, en Michelangelo
BOVERO (coord.), Quale libertà. Dizionario minimo contro i falsi liberali, Editori Laterza,
Sagittari Laterza 137, Roma-Bari, 2004, pp. 182 y ss. Esa ley, agregaba el autor italiano, es
una ley racista: porque configura al “inmigrante como <<cosa>>”, “refleja, y sobre todo alimenta,
el estereotipo del inmigrante-delincuente construido por la derecha y la prensa a ella ligada” y
refleja la “radical asimetría entre <<nosotros>> y <<ellos>>”. “Es inútil decir que estas políticas,
para comenzar por la ley aquí ilustrada, pueden agravar y dramatizar todos los problemas que
se imagina resolver: aumentando el número de los clandestinos, orillando a los inmigrantes a la
ilegalidad y dándolos al control de las mafias, acentuando desigualdades y exclusiones y, con
ello, el odio y la rebelión del resto del mundo contra Occidente”. Idem, pp. 185 y ss.
731
Luigi FERRAJOLI, I sovrani del corpo, “il Manifesto”, giovedì 26 marzo 2009, pp. 1 y 12.
732
No hay que omitir mencionar que nuestro autor le ha dado asimismo seguimiento a diversos
referendums (incluso criticó en alguna ocasión un llamado a no participar en un referéndum -
250
habría que atender los siguientes, que bien pueden leerse -en el contexto de la
crítica a la mala política italiana que ha realizado- como claro ejemplo de la
lucha por el derecho y los derechos.
En 1987 nuestro autor firmaba un desplegado destinado a llamar a los
ciudadanos a votar en contra de un referéndum que tenía por objetivo “la
abrogación de la actual normatividad que limita la responsabilidad civil de los
magistrados según criterios comunes a múltiples ordenamientos liberal
democráticos”.733
Los intelectuales abajo firmantes sostenían que las reparaciones de un
daño debían ser siempre reparadas por el Estado, fuera o no culpa del juez y
que ésta, en todo caso, debía siempre ser sancionada, en forma respetuosa a
la autonomía de la magistratura, a través de acciones disciplinarias.
Advertían del riesgo de no perseguir la responsabilidad del juez sino su
conformidad a los intereses de los más fuertes y de los más carentes de
escrúpulos.734
Asimismo, en 1989, nuestro autor se dedicaba a apoyar la propuesta
referendaria de Democrazia proletaria para la extensión, en el estatuto de los
trabajadores, de sus derechos.735 Particularmente, abogaba por el derecho a
véase Luigi FERRAJOLI, Pubblici ufficiali astensionisti, “il Manifesto”, venerdì 10 maggio 1983,
p. 2- donde reprobaba que Giuliano AMATO, subsecretario del entonces presidente Bettino
CRAXI, hubiera defendido a su jefe mediante insultos dirigidos a Mario CAPANNA cuando este
lo denunció por haber violado el artículo 51 de la Ley Institutiva del Referéndum que prohibe el
llamado a la abstención por parte de quien tiene poderes públicos, como CRAXI lo había
hecho).
733
Reproducido en “Questione giustizia”, n. 3, 1987, pp. 734-735 e intitulado <No> al
referendum sulla giustizia (apello di 31 intellettuali pubblicato sui quotidiani del 4 ottobre 1987).
734
En el mismo sentido, pero más detenidamente, véase Luigi FERRAJOLI, Un referendum di
schieramento, “il Manifesto”, martedì 6 ottobre 1987, pp. 1 y 10, escrito donde formulaba tres
vertientes de aclaraciones sobre ese referéndum a celebrarse el 8 de noviembre de 1987: a) el
mismo nada tenía que ver con la crisis de la justicia y de las garantías en Italia (de hecho era
una respuesta equivocada a ésta), b) de las tres formas de responsabilidad de los magistrados
-penal, disciplinaria y civil por daños- esta última era la más inapropiada porque la relación
entre daño civil y culpa es pertinente a los negocios y no a la justicia y, c) la responsabilidad
patrimonial por culpa grave no está prevista en la mayoría de países civilizados, para empezar
por Inglaterra, “donde desde el caso Floyd and Barker de 1608 fue excluída”. Así, remataba
FERRAJOLI: “Es difícil no pensar que se quiera un voto (a favor de la responsabilidad
patrimonial de los magistrados) que ahora deslegitime, para después disciplinar, esta variante
independiente del sistema de partidos que en el bien o en el mal es hoy la magistratura”. Sobre
los resultados de tal referéndum -que tuvo varios aspectos consultados y que en el tema de la
responsabilidad patrimonial en comento no se obtuvo la votación deseada- pero ahora en
relación a aspectos que se referían a los ministros véase Luigi FERRAJOLI, Inquirente: la
cosiddetta abrogazione, “il Manifesto”, domenica 29/lunedì 30 novembre 1987, pp. 1 y 2, donde
criticaba que los ministros seguirían gozando de una total inmunidad penal.
735
Luigi FERRAJOLI, Lavoro, diritti fuori moda, “il Manifesto”, martedì 13 giugno 1989, pp. 1 y
15.
251
conservar el trabajo contra los despidos injustificados, el cual estaba
reconocido sólo a los trabajadores de las grandes y medianas empresas, ello
con el
<<argumento>>
de que las pequeñas necesitaban mayor flexibilidad en la
relación de trabajo dada su mayor debilidad económica. FERRAJOLI iba al
punto: “Siempre he pensado que este límite es contrario a la constitución
porque es lesivo del principio de igualdad”.
El punto, además, es que el autor señalaba que las empresas hacían
trampa para que no se les considera grandes o medianas y que, en la realidad,
eran más de seis millones los trabajadores desprotegidos, por lo que había una
división “entre áreas tuteladas y sindicalizadas y áreas no tuteladas y no
sindicalizadas”. De ahí que calificara ese poder de despido como poder puro y
sujeción pura, cuanto más odioso cuanto más personal y directa es la relación
de trabajo; en suma, incompatible con la naturaleza del Estado de derecho. Lo
que no se podía permitir y por lo que había que apoyar tal referéndum, por
cierto -decía nuestro autor- ocho años antes ya intentado y que fracasó por la
irregular redacción que provocó su no admisión por la Corte constitucional.
A finales de ese mismo año de 1989, FERRAJOLI se ocupaba también
de rechazar la propuesta de ley gubernamental sobre las drogas -que
penalizaba a los toxicodependientes y ya recordada supra- mediante un
desplegado firmado por infinidad de personalidades,736 proporcional a los
despropósitos de aquélla. En ese llamado se sostenía que la misma era
reprobable: moralmente, porque penalizaba a los más débiles en la cadena del
gran tráfico criminal; jurídicamente, porque destinaba a las oficinas de policía y
judiciales, sin ninguna garantía, la
<<recuperación>>
de los toxicodependientes
y, socialmente, porque hacía aún más clandestina la condición de los
consumidores llevándolos a evitar cualquier relación con las estructuras
sanitarias o comunitarias que podrían ayudarlos.737
736
Véase el Appello per una manifestazione nazionale contro la proposta di legge del governo
sulla droga e per la solidarietà ai tossicodipendenti, “il Manifesto”, giovedì 16 novembre 1989, p.
11.
737
Cabe destacar que en tal desplegado -republicado el día siguiente- se llamaba a una
manifestación el 18 de noviembre de 1989 en Roma -tres días antes del inicio de la discusión
de la propuesta gubernamental en el Senado- y que tal propuesta de ley fue aprobada y luego
impugnada ante la Corte constitucional. Asimismo, y como era previsible, la referida ley
comenzó a tener fatales consecuencias: il Manifesto, sabato 27 luglio 1991, p. 1 y 8, daba
cuenta de un suicidio, en la cárcel, de un joven de 17 años arrestado por posesión de
marihuana para consumo propio y de los funerales, un día antes, de otro de 18 años, por la
misma razón, por sólo citar dos casos de entre tantos indicentes. Fue hasta enero de 1993 que
252
En materia de derechos sociales, FERRAJOLI se ocupaba también de
apoyar -junto con un extenso número de personalidades- la scala mobile (el
sistema por el cual los pagos varían en relación al costo de la vida), cualquiera
que fuera la solución técnica que se quisiera encontrar, a través de la
suscripción de otro desplegado.738
Igualmente, se sumó a la petición de derogar un artículo de un decreto el Decreto CONSO- que preveía la expulsión sin posibilidad de recurso de los
detenidos extracomunitarios, entre otras medidas antigarantistas para estos.739
Asimismo, se sumó al llamado que un grupo de personalidades hacía a
la Corte Constitucional para que ésta rechazara -con motivo de una sentencia
que estaba por emitir indicando al Parlamento “los límites que (la) ley no debe
violar”- la concesión de financiamiento público a las escuelas privadas.740
De igual modo, FERRAJOLI se ocupaba detenidamente en el año 2000
de criticar diez de los veinte referendums propuestos por el Partido Radical
que, contrario a su tradición progresista de los años setenta en la lucha por los
derechos civiles, se dedicaba ahora a la supresión de los derechos sociales.741
Aquellos eran, entre otros: la abrogación del derecho a la reinstalación en el
puesto de trabajo en caso de despido sin causa justificada; la eliminación de
todos los límites y las garantías impuestas a los contratos de trabajo a tiempo
determinado, a tiempo parcial y a domicilio; la supresión de cualquier
regulación y control sobre la colocación al trabajo a favor de la libre mediación
el gobierno emitió un nuevo decreto en el cual triplicó la cantidad de droga a considerar delito
por posesión y consumo. “il Manifesto”, Droga non è reato. Niente galera per chi consuma. Ora
il governo si pente, 13 gennaio 1993, pp. 1 y 4.
738
Véase Garantire la scala mobile per ricostruire la contrattazione, “il Manifesto”, martedì 4
febbraio 1992, p. 16. Días después, en otro orden de ideas, FERRAJOLI suscribía otro
desplegado -Per le garanzie costituzionali eleggere Senese alla camera dei deputati, “il
Manifesto”, martedì 24 marzo 1992, p. 9- en el cual, junto con 31 personalidades más,
expresaba su apoyo a Salvatore SENESE para ser electo parlamentario y con su candidatura
“impedir la corrupción, la criminalidad, el mal gobierno, el autoritarismo, la demagogia y tantos
males que -decían- dañan al País”.
739
La giustizia non ha colore. Appello ai presidenti della Camera e del Senato, “il Manifesto”,
mercoledì 5 maggio 1993, p. 12. A propósito de una ley sobre la inmigración -pero ahora del
ministro AMATO y el ministro FERRARO- nuestro autor también se manifestaba, junto con una
gran cantidad de docentes y personalidades, en el Appello sui temi della <<Sicurezza>>, “Studi
sulla questione criminale. Nuova serie di Dei delitti e delle pene”, n. 2, 2007, pp. 113-117.
740
Desplegado firmado por nuestro autor y Antonio CERVATI, Giuseppe COTTURRI, Gianni
FERRARA, Domenico GALLO, Filippo GENTILONI, Pietro INGRAO, Alessandro PACE,
Valentino PARLATO, Luigi PINTOR, Guiseppe Ugo RESCIGNO, Rossana ROSSANDA, Alba
SASSO, Paulo Silos LABINI y Domenico STARNONE, Per la scuola pubblica, “il Manifesto”,
martedì 10 febbraio 1998, p. 17.
741
Luigi FERRAJOLI, Dieci attentati alla Costituzione, “il Manifesto”, domenica 9 gennaio 2000,
p. 4.
253
privada; la trivialización de los derechos a la salud y a la previsión a través de
la supresión, a favor del sistema asegurativo privado, de la operatividad ex lege
tanto del servicio sanitario nacional como de la aseguración en el Istituto
Nazionale Assicurazione contro gli Infortuni sul Lavoro contra los accidentes del
trabajo y las enfermedades en el ejercicio de las profesiones; la supresión del
financiamiento público a los institutos de patronato sindical destinados a la
defensa gratuita de los derechos de quien no puede permitirse pagar costosos
honorarios de abogados.
Así, FERRAJOLI sostenía que con las propuestas en los referendums
sobre el trabajo, más aquellos contra los derechos a la salud y a la previsión,
se entendía “cómo el objetivo de toda la iniciativa referendaria (era) la
anulación de un siglo de luchas y de conquistas civiles y la regresión al anarcocapitalismo” del siglo XVIII.742
En ese mismo año 2000, el autor en estudio firmaba otro desplegado,
junto con varios juristas, a fin de pronunciarse en el sentido de que los artículos
17 y 21 de la Constitución italiana llevaban a excluir con certeza que pudiera
ser impedido u obstaculizado en Roma el desfile internacional del
<<Orgullo
743
Gay>>.
Otro desplegado que suscribiera nuestro autor -fuerte en el tono, como
las circunstancias lo ameritaban- era aquél suscrito con 91 docentes
universitarios más con motivo de los hechos sucedidos entre el viernes 20 y
sábado 21 de julio de 2001 en Génova, Italia, y relativos a la represión de la
manifestación de los alternativistas globales.744
742
Idem, p. 5. El autor en estudio también cuestionaba jurídicamente la posibilidad de
admisibilidad, por parte de la Corte constitucional, de estos referendums, entre otras razones,
porque estos “tienen un valor de ley ordinaria y no pueden entonces derogar a la Constitución
ni menos aún deformar sus principios o destruir el complejo orden constitucional”. Ibidem.
743
De título Leggi di libertà, “il Manifesto”, mercoledì 31 maggio 2000, p. 2. El problema era -y
así lo decían los juristas firmantes- que exponentes de primer plano del mundo Vaticano habían
hecho sentir su voz contraria al desarrollo en Roma de la manifestación -la cual turbaría la
sacralidad del año de Jubileo y ofendería los valores católicos- y que a tales voces se habían
unido otras del mundo de la política. En tal desplegado, los abajo firmantes aprovechaban,
incluso, para abogar por el reconocimiento de algunos derechos a las parejas de convivencia.
744
Véase I rischi per la democrazia. Un appello di docenti universitari italiani e stranieri dopo le
drammatiche giornate di Genova, “il Manifesto”, sabato 28 luglio 2001, p. 6. De particular
preocupación era para los abajo firmantes que el cuartel de policía de Bolzaneto se transformó
en un lugar de torturas y que el Centro Stampa del Genova Social Forum y la scuola S. Pertini,
uno de los lugares destinados para alojar a los manifestantes, hayan sido devastados y
atacados por la policía con el pretexto de buscar materiales peligrosos. “Aquello que sucedió
en Génova el 20 y el 21 de julio” -terminaban diciendo los docentes universitarios- “es la
intención de cancelar las libertades de manifestación y de expresión garantizadas por nuestra
254
2.4.5 Tangentopoli
E
n la crítica de FERRAJOLI a la mala política italiana, un apartado
relevante lo ocupa ese suceso jurídico-político conocido como
Tangentopoli que no sólo marcó los años noventa sino que ha marcado la
historia reciente de Italia. Quizá no es para menos: se trató de la “develación”
del más grande y asombroso sistema de corrupción de un país occidental.745
El asombro y la indignación por la magnitud de la corrupción evidenciada
en el sistema político italiano fue proporcional a los “ríos de tinta” de reflexión y
denuncia que se produjeron: “la investigación de la Procura de Milán tuvo
efectos brutales sobre todo por sus dimensiones”.746
Una amplísima literatura se comenzó a desarrollar en torno a la
dimensión institucional o sistémica de la corrupción así como sobre la
naturaleza del político corrupto,747 es decir, de ese sujeto “capaz de armar
redes de relaciones, ligámenes fuertes de lealtad, de producir mutuos favores,
de establecer en consecuencia obligaciones recíprocas (y que) teme poco a los
Constitución a fin de bloquear cualquier intención de oposición a las opciones económicas,
sociales y políticas de este gobierno. Denunciamos por consiguiente el riesgo que tales hechos
sean el prólogo de una estrategia de intimidación y de criminalización del disenso”.
745
El 17 de febrero de 1992 fue arrestado Mario CHIESA con 7 millones de liras provenientes
de una “tangente” (el producto de una corrupción). A partir de ahí se destapó una red de
corrupción de gran envergadura que minó las instituciones y marcó la vida institucional de Italia.
En la investigación con sede en Milán (que se llamó “Mani pulite”) son involucrados, después
de dos años, 1500 personas, entre ellos ochenta parlamentarios, tres ex Presidentes del
Consejo de Ministros, varios ex Ministros o Ministros en funciones, todos los últimos
Secretarios de los partidos en el gobierno, ex sindicalistas de las grandes ciudades, etc. Al
respecto, véase Pier Luigi ZANCHETTA, Tangentopoli: tra prospettive politiche e soluzioni
giudiziarie, “Questione giustizia”, nn. 2 y 3, 1994, pp. 479-496. Para una “fotografía” de la
situación política italiana de ese año -pasando por los tres Poderes- véase Mario G. LOSANO,
Ragguaglio a un amico forestiero sulle cose d´Italia nell´anno non precisamente di grazia 1992,
“Teoria politica”, n. 1, 1993, pp. 57-76.
746
Edmondo BERSELLI, Sopravivere a Tangentopoli, “Il Mulino”, n. 343, settembre-ottobre,
1992, p. 811. A un año de Tangentopoli, “il Manifesto”, mercoledì 17 febbraio 1993, pp. II y III
ofrecía un Speciale dentro del cual se enumeraban ciudades, personajes e investigaciones que
no dejaba de ser sorprendente por su dimensión, al grado que lo intitulaba Pagine gialle
(páginas amarillas) di Tangentopoli. Cabe recordar que ya en la primera mitad de los años 70´s
se había presentado un fuerte escándalo de corrupción en Italia cuando la empresa
aeronáutica americana Lockheed fue acusada de haber corrompido responsables políticos de
los Ministros de la Defensa de Holanda, Alemania, Suecia, Turquía, Japón e Italia para
favorecer la adquisición de sus aviones Hércules. En Italia fueron involucrados los ministros
Luigi GUI (DC) -después absuelto- y Mario TANASSI (PSDI), después condenado. Dentro de
los sospechosos estaba el entonces Presidente de la República Giovanni LEONE quien se vio
obligado a dimitir. De interés, por su visión adelantada al tema -como a muchos otros
referentes a la crisis de la democracia- véase Piero CALAMANDREI, “Patologia della
corruzione parlamentare”, en Norberto BOBBIO (coordinador), Piero Calamandrei. Scriti... vol. I,
op. cit., pp. 322- 344.
747
Al respecto véase Donatella della PORTA, Corruzione e carriere politiche: immagini dei
<<politici d´ affari>>, “Stato e mercato”, n. 34, aprile, 1992, pp. 35-61; de él mismo: La logica
della corruzione in Italia, “Il Mulino”, n. 337, settembre-ottobre, 1991, pp. 902-915.
255
riesgos inherentes a tal condición”:748 teme más a ser descubierto -por la
exhibición ante la opinión pública- que a ser castigado penalmente.
No obstante lo mucho que se escribió y lo mucho que se asombró el
pueblo italiano, quedaba siempre en este la sospecha de que los casos que
salían a la luz pública podrían ser tan sólo una parte del universo de los actos
de corrupción.749
Tangentopoli -que modificó el formato, la mecánica y la lógica del juego
intrapartidista-750 profundizó la crisis institucional en el país,751 patentizó la
necesidad de formular hipótesis para superarla752 y generó el espacio para el
protagonismo de “nuevos” actores que salieron a escena -en las elecciones de
1992 y 1994- precisamente con el propósito de salvar al país.
Fue el caso de Fuerza Italia, la Liga del Norte y el Movimiento Social
Italiano (MSI), después llamado Alianza Nacional,753 aliados entre sí.
748
Alessandro PIZZORNO, Lo scambio occulto, “Stato e mercato”, n. 34, aprile, 1992, p. 9.
Pero la corrupción -añade PIZZORNO- no sólo es operada por los partidos políticos:
“Organizaciones privadas, publicitarias, de <<relaciones públicas>>, especialistas en medios y
similares, pueden ser en la misma media y más eficaces” -por las funciones desempeñadas“que los partidos”. Idem, p. 12.
749
Es la tesis de Franco CAZZOLA, Il denaro e la politica. Tra finanziamenti legali e
<<tangentopoli>>, “Problemi del socialismo”, nn. 7 y 8, gennaio-giugno, 1991, pp. 243-263,
quien sostiene que se requieren al menos cuatro momentos para que “el <<caso>> lleg(e) a ser
público”: Sólo cuando el delito es cometido y viene descubierto, denunciado a la magistratura,
da vida a un proceso penal y es reproducido por la prensa. Idem, p. 246. El autor -quien analiza
y cuantifica casos de presunta corrupción publicados en La Stampa, La Repubblica y l´Unitàencuentra, de enero de 1976 al 30 de septiembre de 1992, 826 casos en Italia.
750
Silvano BELLIGNI, Il “biennio grigio”: fenomenologia di una crisi di fine secolo (1992-1994),
“Teoria politica”, n. 3, 1994, p. 35. Para una revisión de este periodo -entre las elecciones
anticipadas del 5 y 6 de abril de 1992 y aquellas también anticipadas del 27 y 28 de marzo de
1994- conocido como biennio grigio, véase también Alfio MASTROPAOLO, Eziologia di una
crisi di fine millennio. Come è stata costruita la crisi italiana, “Teoria politica”, nn. 2 y 3, anno
XV, 1999, pp. 247-280.
751
Para una documentada revisión de las diferentes hipótesis que pretendían dar cuenta de la
crisis política italiana de inicios de los años noventa véase Jean-Louis BRIQUET, Mobilitazioni
politiche e congiuntura critica. Ipotesi per l´analisi della crisi política in Italia, “Teoria politica”, n.
1, anno XII, 1996, pp. 15-30. De interés, también véase Ernesto GALLI della Logia, Le radici
storiche di una crisi, “Il Mulino”, n. 352, marzo-aprile, 1994, pp. 227-236, para quien el tipo de
clase política en Italia -más similar a la nomenklatura soviética que a la de una democracia
occidental-, la partitocrazia y la no alternancia en el gobierno por muchos años estarían como
condicionantes de la crisis de los años noventa.
752
Mediante una reforma electoral decía Michele SALVATI, La crisi politica 1992/1994: come
uscirne? “Stato e mercato”, n. 42, dicembre, 1994, pp. 365-389. Véase asimismo los
comentarios a SALVATI -y la formulación de distintas hipótesis- en: Idem, pp. 391-412 de
Marco CAMMELLI, I problemi delle riforme amministrative; Massimo PACI, Alternanza di
governo e dislocazione degli interessi; Gianfranco PASQUINO, Restaurazione nella
transizione? y Carlo TRIGILIA, Le basi sociali della crisi politica.
753
Sobre la transición de ese partido véase Marialba PILEGGI, Alleanza nazionale: verso una
<<destra europea>>, “Critica marxista”, n. 1, gennaio-febbraio 2001, pp. 15-21.
256
En efecto, en la situación de crisis y de vaciamiento político-institucional
seguido a Tangentopoli, la sociedad italiana se dividió entre el desconcierto por
la conducta de la vieja clase política y la esperanza de poderla cancelar y
superar; quedó lista para remover todo lo negativo y desear lo nuevo, un
cambio radical de sujetos y de personajes de la política.754
En este entorno hay que adscribir entonces, por lo menos inicialmente,
los fenómenos Silvio BERLUSCONI y el éxito de la Liga del Norte, de los que
me ocupo infra, no sin recrear previamente lo que Tangentopoli significaba,
presuponía e iba implicando para nuestro autor en estudio.
El juicio sobre su naturaleza755 atendía en nuestro autor a considerar
Tangentopoli
desde
el garantismo, es decir, desde las técnicas jurídicas
propicias -apuntaba- para asegurar la efectividad al derecho, como el sistema
de las reglas que definen el Estado de derecho y la democracia.
(Tangentopoli era en realidad) un doble Estado (que) contradecía todos
los principios de la democracia política y del estado de derecho: del principio
de legalidad al de publicidad, el de la representatividad y el del control
popular sobre el funcionamiento del poder. (Y esto era así pues) bajo la
fachada de las instituciones creció un infra-estado clandestino, dotado de
propios códigos y propias reglas, organizado en centros de poderes ocultos
e invisibles, destinado a la apropiación privada de la cosa pública.756
Evidentemente,
además
del
análisis
sobre
la
naturaleza
de
Tangentopoli, nuestro autor también se ocupó de sucesos con motivo de éste,
754
Sara GENTILE, Carisma o personalizzazione del potere: Berlusconi e il carisma
“mediatizzato”, “Teoria politica”, n. 1, 1997, p. 133.
755
Véase Luigi FERRAJOLI, Tangentopoli, ovvero il nome dello Stato italiano in mezzo secolo
di storia republicana. Il valore dell´inchiesta e i rischi di caduta delle garanzie, “Il cerchio
quadrato. Settimanale di ricerca politica” n. 3 de “il Manifesto”, domenica 31 ottobre 1993, p. 3.
Extracto de su ponencia introductiva al Congreso sobre “Tangentopoli, stato di diritto e stato
sociale” organizado por la Associazione giuristi democratici, y llevado a cabo en Roma, Italia, el
28 de octubre de 1993. Para FERRAJOLI, Tangentopoli no debía considerarse como un
suceso judicial sino como la crisis institucional más profunda atravesada por Italia desde la
Liberación pues para él era el nombre del Estado y del capitalismo italiano construidos en
medio siglo de historia republicana; el nombre del no-Estado de derecho y del Estado social
pervertido en el cual habían hasta entonces vivido. Por ello se tenía, en suma, que hablar del
sistema político, económico y, en consecuencia, del futuro de la democracia italiana.
756
Ibidem. Ante esta crisis de la legalidad, se dio, vale mencionar, una extraordinaria
centralidad de la función judicial. El autor en estudio apuntaba, de entre las varias posibles, dos
razones para esa centralidad: a) porque el sistema patológico de la ilegalidad llegó a ser “tanto
insostenible sobre el plano económico como incompatible, en el plano institucional, con ese
específico recurso de la democracia italiana representada, quizá más que en otro país, por la
independencia de la magistratura y en particular del Ministerio Público” y, b) por las
dimensiones de las investigaciones de Tangentopoli. Luigi FERRAJOLI, “La giustizia penale
nella crisi del sistema politico”, contenido en Edmondo BRUTI Liberati, Adolfo CERETTI y
Alberto GIASANTI (coord.), Governo dei giudici. La magistratura tra diritto e politica, Feltrinelli,
Campi del sapere, Milano, 1996, pp. 65 y 66.
257
es decir, en los momentos en que se realizaban las investigaciones (y después,
o sea en el dopo Tangentopoli). Una ocasión en que se pronunciaba,
ciertamente difícil y compleja, fue aquella en que la atmósfera política estaba
agitada en virtud de las declaraciones acusatorias hacia quienes encabezaban
las investigaciones, dejadas en una cárta póstuma por Gabriele CAGLIARI.757
FERRAJOLI iba al punto en esta ocasión:758 ponía en discusión no los
méritos históricos adquiridos por los jueces con sus investigaciones sobre la
corrupción sino las pésimas normas sobre la encarcelación preventiva -en ese
entonces
lamentablemente
defendidas
por
la
Associazione
nazionale
magistrati- junto con los espacios desconcertantes de discrecionalidad que
estas permitían a quienes realizaban las investigaciones.759
Los jueces, con la discrecionalidad de la encarcelación preventiva, no
podían argumentar que se limitaban a “aplicar la ley” pues eso sería “una
hipocresía” -remataba FERRAJOLI- prescribiendo la abolición de aquélla en
cuanto poder ilimitado y dejando como sus presupuestos los únicos motivos “ya
de por sí amplísimos de los peligros de fuga y de alteración de las pruebas”.760
757
Gabriele CAGLIARI, quien había sido presidente del ENI (Ente Nazionale Idrocarburi) e
implicado en las investigaciones, sostuvo que se suicidaba no por miedo o depresión sino por
rebeldía ante la Procura. Al momento de su suicidio en la cárcel, il Manifesto -mercoledì 21
luglio 1993, p. 2- sumaba nueve suicidios de imputados o involucrados en Tangentopoli. Por la
relativa importancia política del suicida, este periódico sostenía que su muerte era
pesantissima. Las declaraciones con motivo de ésta y hechas por legisladores de la Liga del
Norte, cabe destacarlo, produjeron cierto revuelo en la clase política (Francesco SPERONI,
diputado de la Liga: “Es un hecho natural, tenía su edad. Mucha gente muere y mucha gente
muere también en prisión”. Gianfranco MIGLIO, senador de la Liga: “Ninguna piedad, sirve la
limpieza. El suicidio me lo esperaba”) así como estériles polémicas, en opinión esto último de
FERRAJOLI, pues se generaban a partir de las acusaciones del propio CAGLIARI en contra del
sistema judicial cuando lo fundamental era que estas generaran autocrítica en el parlamento, el
gobierno y la magistratura.
758
Luigi FERRAJOLI, Il difetto è nella legge, “il Manifesto”, sabato 24 luglio 1993, pp. 1 y 7.
759
Máxime que ya en 1982 -proseguía nuestro autor en estudio- hubo una ley que luego (en
1989) fue transformada en el artículo 274, inciso c) del nuevo Código de procedimientos en
base al cual la custodia cautelar podía ser ordenada no solamente cuando hubiera peligro de
fuga o de daño a las pruebas sino también cuando se supusiera el peligro de que el imputado
cometiera futuros delitos, punto inadmisible por contradecir la presunción de inocencia y
destinar la acusación pública a funciones de defensa social y de policía, estableciendo el juicio
de peligrosidad como un juicio pronóstico por su naturaleza arbitrario. Era “esta
discrecionalidad” -decía FERRAJOLI- la que permitía “a los jueces distorsionar de hecho la
encarcelación preventiva para lograr el fin ilegítimo de obtener la confesión y la colaboración de
los imputados”, como en el caso de CAGLIARI. Advertencias de deseos de “una justicia
sumaria y sustancialista” las formulaba Edmondo BRUTI Liberati, Tangenti e ruolo della
magistratura, “Democrazia e diritto”, n. 3, luglio-settembre 1992, pp. 222 y ss.
760
FERRAJOLI, de hecho, aprovechaba para recordar una serie de residuos de la emergencia
aún vigentes que toda la cultura jurídica, para empezar la de los magistrados, debían
esforzarse por suprimir del sistema procesal.
258
Así, llamaba la atención sobre la “ocasión de reforma quizá irrepetible”
para informar de garantismo la legislación -no sólo porque eran los mismos
hombres
políticos
que
aprobaron
en
su
tiempo
esas
instituciones
antigarantistas quienes entonces las padecían sino como fuente de legitimación
de la jurisdicción:
Los magistrados de Tangentopoli -concluía FERRAJOLI- tuvieron el
mérito histórico de haber rehabilitado en nuestro país el valor de la legalidad
(pero) precisamente por esto es terriblemente miope la actual defensa por
parte de la magistratura de aquellas leyes penales y procesales que violan
las garantías del imputado y debilitan la credibilidad de la jurisdicción.761
Pero esas relativamente tenues críticas y advertencias a la magistratura
en lo general, se convertían, poco más de dos años después, en fuertes y
contundentes señalamientos.762 En el XI Congreso nacional de Magistratura
democratica, celebrado en Nápoles, entre el 29 de febrero y el 3 de marzo de
1996,763 FERRAJOLI vertía tales señalamientos -incluso a tal asociación en lo
particular y no sólo a la magistratura italiana en general- al encontrar en ella
una profunda separación entre el horizonte axiológico y la realidad o práctica
judicial.
Por una parte -que tenía que ver con la relación entre política y
legalidad- porque, en opinión de nuestro autor, la magistratura le parecía haber
perdido ya el sentido de los propios límites: “también el poder judicial se
extralimitó de sus límites adquiriendo poderes demasiado intensos y
761
Luigi FERRAJOLI, Il difetto è... op. cit., p. 7. Nuestro autor en estudio reiteraba ampliamente
estas críticas en Luigi FERRAJOLI, Tangentopoli, ovvero il nome... op. cit., p. 3.
762
Cabe mencionar que para algunos críticos, entre los muchos excesos de la magistratura
durante Tangentopoli, estuvo el protagonismo en los medios de comunicación en detrimento de
las investigaciones. Una crítica así la refería Carlo GUARNIERI, Mani pulite: le radici e le
conseguenze, “Il Mulino”, n. 400, marzo-aprile, 2002, p. 223. Para un pronunciamiento de
nuestro autor sobre los jueces estrella véase la breve entrevista a M. José DÍAZ de Tuesta, Los
jueces deberían resistir al encanto de la prensa, “El País”, viernes 02 de mayo de 1997, p. 26,
donde reconoce que “la espectacularización de la justicia es un factor distorsionante que puede
lesionar los derechos de los ciudadanos” pero que “no se puede atribuir a los jueces toda la
responsabilidad”: la prensa y la opinión pública juegan su parte. “La prensa tendría que evitar
hacer de la noticia una forma de penalización anticipada para los imputados. Una buena
información debería explicar que la apertura de un proceso no es una condena y estimular la
duda en vez de ofrecer cómodas certezas”. Para otra entrevista de nuestro autor en estudio a
“El País” véase la concedida a B. DE LA CUADRA, El judicial es el único poder que frena la
corrupción generalizada, “El País”, martes 27 de noviembre de 1990, p. 28.
763
Luigi FERRAJOLI, “Magistratura e politica. Ruoli e confini”, en Vittorio BORRACCETTI,
Carlo Di CASOLA, et al (coordinadores), Compiti della politica doveri della giurisdizione,
FrancoAngeli, Quaderni di <<Questione Giustizia>>, Milano, 1998, pp. 165-172.
259
demasiado extensos respecto al modelo garantista”;764 en segundo lugar -que
tenía que ver con la pérdida del punto de vista externo- porque este “se opacó
en la cultura y en la práctica de Magistratura democrática”.765
De ahí que FERRAJOLI llamara a la magistratura italiana a no ser
antigarantista. Ésta:
... no podrá defender creíblemente su propia independencia y los poderes
que le pertenecen si no sabrá ella, en principio, rechazar los poderes
impropiamente conferidos, primero por el legislador de la emergencia y,
después, consolidados en la praxis por ella misma desarrollada. No podrá
defender la división de poderes si esta división se verá por ella misma
quebrantada en perjuicio de la administración pública y si no son
restaurados los principios de economía, de taxatividad y de ofensividad de
los tipos penales; que, al contrario, harán crecer en el actual vaciamiento y
deslegitimación de la política, la ilusión de un super-poder judicial en
cualquier caso bueno.766
Ésos llamados que hacía FERRAJOLI a no ser antigarantistas, cabe
subrayar, no sólo eran en el contexto de Tangentopoli y exclusivamente a la
764
“... demasiado intensos a causa de la deformación inquisitoria del proceso penal y del
exceso de poder a cargo del ministerio público (...), demasiado extensos por las indebidas
interferencias y extralimitación en la actividad de la administración pública”. Y nuestro autor
ponía, a manera ejemplificativa, el caso de la “pubblica accusa del reato di <<abuso d´ufficio>>”,
que en los años noventa, de los procedimientos penales abiertos contra administradores
locales por esos delitos “elásticos e indeterminados”, tenían éxito de condena inferiores al 3 por
mil (85 sobre un total de 34,539 procedimientos), invasión del poder judicial que, en último de
los casos, “se resuelve en una total incertidumbre del derecho, en una parálisis de la
administración pública y en una general confusión de roles y responsablidad”. Idem, p. 168.
765
En esencia, el autor italiano cuestionaba a su auditorio, respecto de una ley -la 332 del 8 de
agosto de 1995-: “si no fue un error (...) tomar posición en contra de (la misma que) reducía
ligeramente los poderes definiendo más exactamente los presupuestos de la carcelación
preventiva, limitándo sólo a los delitos de mafia la captura automática, prohibiendo al ministerio
público interrogar al imputado antes del juez y suprimiendo el poder de arresto por
desconfianza o falsa información a la <<pubblica accusa o alla polizia>>”; en suma, preguntaba
a su auditorio “si no fue una responsabilidad no leve” no apoyar esas reformas garantistas por
mínimas que fuesen. Idem, p. 171. De ese periodo es también su opinión sobre la ley GOZZINI
que tenía el propósito de mitigar las condiciones de las cárceles “y bajo este aspecto (fue)
acogida por la cultura garantista y anticarcelaria con el máximo favor”. Sin embargo, esta ley y
los beneficios que contenía “no produjeron una efectiva excarcelación. Uno de los signos de la
crisis de nuestro sistema penal es aquél de haber considerado el derecho penal sustancial
como una especie de mundo natural intocable, por lo que se prefirió intervenir sobre el proceso
penal”. En entrevista a Giuseppe D´AGATA, Troppo carcere, troppe pene, “Liberazione”,
venerdì 24 maggio 1996, p. 12.
766
Luigi FERRAJOLI, “Magistratura e politica. Ruoli e confini”, en Vittorio BORRACCETTI,
Carlo Di CASOLA, et al. (coordinadores), Compiti della politica... op. cit., p. 169. Los duros
cuestionamientos a la magistratura los reiteraba a finales de ese año en una entrevista: “... está
en acto, desde hace algún tiempo, una involución cultural de la mayoría de los jueces que se
manifiesta en la intolerancia por la crítica de sus resoluciones; en la defensa corporativa de
toda la legislación existente y de la praxis antigarantista por ella alimentada; en la tentación de
muchos ministerios públicos de proponerse como un poder bueno y salvador, en antítesis a
todos los otros poderes del Estado”. Entrevista a Ida DOMINIJANNI, Autogol. Perché la
magistratura rischia di aiutare chi vuole delegittimarla e minacciarne l´autonomia, “il Manifesto”,
sabato 26 ottobre 1996, p. 11.
260
magistratura sino en todo momento que así lo ameritara y a más operadores
jurídicos, como a los ministerios públicos.
Una crítica al ministerio público se dio en la ocasión del así llamado -por
FERRAJOLLI- espectáculo indecente, esto es, por la transmisión en los
telenoticieros de un interrogatorio a Gabriella ALLETTO en el proceso del
asesinato de Marta RUSSO.767
En efecto, de acuerdo a determinadas transcripciones que hacía nuestro
autor de tal interrogatorio -ciertamente intimidatorio y acusatorio- se
pronunciaba en el sentido de que era un espectáculo indecente de la procura
de Roma que emitía una luz amenazante sobre tal proceso, desacreditando
todo el trabajo acusatorio, por tratarse de métodos ilícitos que ameritaban un
procedimiento disciplinario a fin de sancionarlos.768
O bien, en la ocasión que la procura de Milán negó proceder, ante una
denuncia contra el golpista chileno Augusto PINOCHET, por delito de genocidio
toda vez que, según esta, los hechos denunciados no constituían tal delito y
porque le faltaba jurisdicción.769
767
Luigi FERRAJOLI, Spettacolo indecente, “il Manifesto”, mercoledì 16 settembre 1998, p. 2.
Marta RUSSO era una estudiante italiana de derecho, muerta accidentalmente por un disparo
de pistola en la Universidad La Sapienza di Roma, el 9 de mayo de 1997. El asunto -el hecho,
la investigación y el proceso- tuvo una gran cobertura en los medios de comunicación.
768
El autor en estudio volvía al tema cuatro días después -véase Luigi FERRAJOLI, Il vero
scandalo, “il Manifesto”, domenica 20 settembre 1998, p. 2- para llamar la atención sobre “la
autodefensa de los dos ministerios públicos, a la cual (se) sumó el procurador de la república
de Roma y una parte de la prensa”; para quienes ese proceder -intimidatorio y acusatorio- era
el modo ordinario y normal de recabar pruebas -no importando a ellos, apuntaba FERRAJOLIque el interrogatorio no contara con un defensor ni que se haya violado el secreto instructorio
con la presencia de un extraño, un policía pariente de la interrogada-, y esto último fuera para
el procurador sólo formas <<atípicas>> de la normal actividad de investigación. Así pues, el
autor subrayaba que en el caso específico lo alarmante no era ese “carácter circular,
autoreflexivo e infalsificable de la lógica inquisitoria” sino que fuera “conscientemente profesado
y oficialmente compartido por los órganos encargados de formular la acusación pública y que
encontrara complaciente apoyo de una parte de la prensa”. Asimismo, volvía al tema días
después -véase Luigi FERRAJOLI, Garanzie di verità, “il Manifesto”, mercoledì 30 settembre
1998, p. 2- para señalar que era absurdo que el interrogatorio video-grabado, justamente
considerado por la Corte como ilícito, no pudiera ser adquirido como prueba a petición de la
defensa en cuanto “relevante a los fines de la valoración de la credibilidad de un testigo”; es
decir, FERRAJOLI se preguntaba si también debía ser inutilizable también para la defensa, a lo
cual respondía negativamente, no sin dejar de reiterar sus críticas, por otra parte, a los
ministerios públicos encargados del caso.
769
Luigi FERRAJOLI, E invece fu strage3 op. cit., p. 5. El mismo FERRAJOLI contextualizaba:
se trataba de una denuncia a la procura de Milán de tantas que se estaban presentando en
Italia -en Carrara, La Spezia, Prato y Roma- en el marco de la acción judicial del juez español
Baltasar GARZÓN para arrestar y procesar al dictador chileno Augusto PINOCHET por la
tortura y muerte de ciudadanos españoles durante su mandato y por crímenes contra la
humanidad. Como era evidente, nuestro autor se expresaba en desacuerdo del “engaño tan
absurdo e insostenible” de la procura.
261
De nueva cuenta, en el seno de un Congreso nacional de Magistratura
democratica, el celebrado a finales de 2000 en Venecia, FERRAJOLI era
severamente crítico no sólo con los magistrados democráticos sino con la
integridad de la magistratura. Sostenía que esta, “volvió a ser vista como una
corporación cerrada, constituida como hace treinta o cuarenta años por una
ideología de clase, impermeable a la crítica, insensible al valor de las garantías
y de los principios del debido proceso”.770
Esto se debía no sólo a la “campaña de denigración dirigida desde años
por la derecha, con los potentísimos medios que dispone”, sino -siendo
autocríticos- a la crisis de las tres fuentes de legitimación de la jurisdicción
penal: al conjunto de las garantías penales y procesales, de la imparcialidad del
juicio y al rol del juez como garante de los derechos fundamentales, que
FERRAJOLI más adelante resumía así:
Pero los magistrados, en vez de ser los primeros en oponerse al desastre
de las garantías penales y procesales -referente a la certeza y taxatividad
de las figuras del delito, de la centralidad del juicio oral, de la contradicción y
de la paridad entre acusación y defensa- no sólo obstaculizaron en estos
años cada impulso de reforma garantista, para comenzar por la reforma al
proceso, sino que alargaron en sede de interpretación las tipos penales,
acrecentando la incertidumbre del derecho y conjuntamente los espacios de
discrecionalidad y de arbitrio del poder judicial. Contra estos abusos, ningún
freno fue opuesto desde el interior de la magistratura. Se desarrolló, al
contrario, una solidaridad corporativa que desde hace tiempo parece ya unir
el cuerpo judicial, incluída Magistratura democrática que parece haber
olvidado el rol civil de la crítica de las resoluciones injustas que fueron, entre
otros, los motivos que inspiraron la fundación.771
Por último, regresando propiamente a Tangentopoli, FERRAJOLI
expresaba su rechazo a que a los imputados se les concediera una amnistía,
más aún rechazaba que se confundieran las cosas poniendo juntos el tema de
los delitos por terrorismo y los de corrupción.772 Su argumentación iba en el
sentido de enfatizar las razones justificadas y urgentes de un indulto (reducción
de la pena) para los primeros como de inaceptable para los segundos.
770
Luigi FERRAJOLI, “I pericoli del corporativismo giudiziario”, en Livio PEPINO (coordinador),
Diritto, giurisdizione, democrazia. Per una tutela effettiva dei diritti. Atti del XII Congresso
nazionale di Magistratura democratica, FrancoAngeli, Milano, 2002, pp. 244-249.
771
Idem, pp. 247 y 248. Evidentemente, el autor en estudio formulaba propuestas en el sentido
de revertir las respectivas dimensiones de la crisis de la jurisdicción penal que, por razón de
espacio, agrupo en: una firme reivindicación del garantismo en cuanto fuente de legitimación, el
reforzamiento de las garantías penales y la recuperación del punto de vista externo.
772
Luigi FERRAJOLI, Indulto per chi, “il Manifesto”, martedì 8 luglio 1997, p. 4.
262
Esto porque -como ya se había intentado años atrás para los delitos
políticos- se trataría de “reestablecer, pasada la emergencia, la igualdad de los
ciudadanos frente a la ley”; pero en cambio, no hubo ninguna ley de
emergencia para los delitos de Tangentopoli, ni siquiera se acudió “a aquella
figura de delito asociativo del cual fue hecho sistemático uso y abuso en los
procesos de terrorismo”, de ahí que una clemencia así tendría el carácter no
anti-emergencial sino excepcional. Por otra parte, el terrorismo era -proseguía
FERRAJOLI- una página “ya cerrada definitivamente desde hace años” pero la
corrupción es en cambio una práctica aún viva y actual”,773 por lo que
preguntaba nuestro autor si una iniciativa semejante, en esa lógica, cabría para
los delitos de mafia.
Adicionalmente, en el plano político el autor en estudio destacaba que
mientras el terrorismo fue un fenómeno anti-sistema, “la corrupción en las
formas generalizadas y estructurales reveladas en estos años, es una
dimensión del sistema”, por lo que una decisión así equivaldría de hecho “a su
legitimación, o como sea, a una suerte de auto-absolución del sistema político y
a un acto de clemencia hacia sí mismo”.774
2.4.6 La Liga del Norte
in detenerme en el itinerario de la Liga del Norte,775 uno de los
S
protagonistas en el vacío que dejó la crisis institucional dopo
773
En los mismos términos se expresaba en la entrevista concedida a Ida DOMINIJANNI,
Rifare il codice, “il Manifesto”, martedì 10 dicembre 1996, p. 5: la amnistía sólo “se justifica
cuando un fenómeno concluyó: y en Italia la corrupción continúa”.
774
Luigi FERRAJOLI, Indulto per chi\ op. cit., p. 4.
775
La Liga del Norte fue constituida formalmente el 4 de diciembre de 1989 con la confluencia
de las ligas de la Lombardía, del Veneto, del Piemonte, de la Liguria, de la Emilia Romagna y
de la Toscana. En ese momento se habló por primera vez de la Padania como “comunidad
multiregional de la misma cultura”. Después de un “rompimiento” con BERLUSCONI dentro de
su primer gobierno, la Liga, es decir, Umberto BOSSI, opta por la radicalización: “viene
abandonado el federalismo y adoptado el independentismo”. Este cambio fue premiado por los
electores en las elecciones locales de 1996 al grado de llegar a ser el primer partido en las
regiones del norte de Italia: desde entonces se ha mantenido con una fuerza electoral
considerable. Tomado de: Roberto BIORCIO, La Lega Nord e la transizione italiana, “Rivista
Italiana di Scienza Politica”, n. 1, aprile, 1999, pp. 55-87. Para una breve aproximación a la
historia de la Liga, véase el § 2 “Breve storia della Lega” en la entrada “La Lega”, a cargo de
Luca RICOLFI, en Gianfranco PASQUINO (coord.), La politica italiana. Dizionario3 op. cit., pp.
261-271; Donato BENDICENTI, La Lega senza secessione, “Il Mulino”, n. 427, settembreottobre, 2006, pp. 924-931. Para una idea de los componentes de la protesta de la Liga y el
proceso que le permitió el paso a una nueva forma de identificación-pertenencia colectiva
véase Roberto BIORCIO, Il populismo regionalista della Lega nord, “Democrazia e diritto”, n. 2,
aprile-giugno 1992, pp. 239-256.
263
Tangentopoli, baste con señalar que ésta es otro claro ejemplo de la mala
política italiana que, evidentemente, ha criticado nuestro autor. Y es que La
Liga -hay coincidencia entre los analistas- es la política del falso nacionalismo,
del populismo, de la xenofobia, del discurso excluyente, de la fuerza corrosiva
de la ideología776 y, sobre todo, también del personalismo: La Lega è BOSSI.
Como todo miembro de una gran familia, Liga y BERLUSCONI tienen
similitudes. Para ambos, la vida pública “se divide rigurosa y netamente entre
quien está a favor y quien está en contra, sin márgenes para quien está en
medio. En otras palabras, no existe una zona franca, el desencuentro político
viene en todos los campos y las instituciones llegan a ser parte del juego”.777
La Liga es también a pleno título la expresión de una moderna cultura de
derecha: hace suyo el principio de un moderno interclasismo y teoriza el
rechazo neto de la sociedad multiracial y multicultural, acude a un separatismo
de los pueblos (los que están bien, alejados de aquellos pobres y
subdesarrollados), tiene una línea de neo-liberismo y acude a la <<democracia>>
de mercado.778
Pues bien, FERRAJOLI se ocupó especialmente de La Liga del Norte
cuando su entonces ideólogo, Gianfranco MIGLIO, en las vísperas de las
elecciones de 1994, sintetizó un sentir de la inminente nueva mayoría: reformar
la Constitución de 1948 sólo por la mayoría.779
776
Riccardo TERZI, La forza corrosiva dell´ideologia nordista, “Democrazia e diritto”, I trimestre,
ottobre 2001, pp. 47-51.
777
Marco FOLLINI, Teoria, prassi e ideologia del berlusconismo, “Il Mulino”, n. 424, marzoaprile, 2006, p. 261.
778
Vittorio MOIOLI, Il <<programma>> della Lega, “Critica marxista”, n. 2, marzo-aprile, 1992,
pp. 14-19.
779
Deviniendo clásica su declaración en el periódico “Independente”, aparecida el 25 de marzo
de ese año: “Es equivocado decir que una constitución debe ser querida por todo el pueblo.
Una constitución es un pacto que los vencedores imponen a los vencidos. Hay camino para
cambiarla, está dentro de esta constitución, dentro del artículo 138 que habla precisamente de
modificaciones constitucionales. Basta la mitad más uno de los votos del Parlamento. ¿Cuál es
mi sueño? Liga y Fuerza Italia reciben la mitad más uno. La mitad de los italianos hacen la
constitución también para la otra mitad. Después se trata de poner el orden en las plazas”.
Cabe subrayar que tiempo atrás MIGLIO venía formulando una serie de propuestas para
“reconstruir la república” -véase Gianfranco MIGLIO, Come cambiare. Le mie riforme, Arnoldo
Mondadori Editore, Milano, 1992- sobre las cuales vale destacar el sentido de su intransigencia
en dos casos: cuando hablaba del PCI y de la Magistratura italiana. Del primero decía, con
todas sus letras, que fue “un nemico potentissimo” (p. 8); de la segunda que es una “<<armata
Brancaleone>>” (p. 81), es decir -en un tono irónico-despreciativo- un grupo de ineptos que no
logran concluir nada de bueno no obstante sus declarados propósitos, expresión que entró en
el lenguaje común italiano a partir de la película homónima L´armata Brancaleone, dir. Mario
MONICELLI, 1966, guión de Agenore INCROCCI y Mario MONICELLI, comedia, 120 min.,
Italia, italiano y latín, color.
264
Nuestro autor no podía dejar pasar semejante provocación. No se puede
desmontar la Constitución de 1948 pues ésta se basa en el espíritu antifascista.
Volvemos al inicio: rechazar la “propuesta” de MIGLIO equivale, en suma, a
proseguir la Resistencia.780
En Democrazia e costituzione781 nuestro autor dedicaba varias líneas a
tal resistenza costituzionale,782 centrando su argumentación en un análisis
jurídico del artículo 138 de la Constitución italiana y, sobre todo, de índole
político: la idea de
<<constitución>>
y la naturaleza de la democracia son
inescindibles; también el poder de la mayoría está sometido a reglas y a límites
puestos para la garantía de los derechos fundamentales de todos; lo que
llamamos constitución consiste precisamente en este sistema de reglas,
sustanciales y formales, que tienen los titulares del poder como propios
destinatarios; las constituciones son pactos que deben comportar sobre todo el
acuerdo entre las fuerzas políticas contrapuestas y extremas. Si son el conjunto
de las reglas del juego del que garantizan su correcto desenvolvimiento, no
pueden no ser establecidas por todos los jugadores.783
780
Quizá pocas líneas recogen tanto el sentido de legado que representa la Constitución
italiana como aquellas ya clásicas que expresara Piero CALAMANDREI a un grupo de
universitarios en Milán en enero de 1955 -véase Discorso sulla Costituzione, contenido en
Giuliano VASSALLI, Pierluigi MANTINI, et al, Piero Calamandrei e la3 op. cit., pp. 155-158que, aunque extensas, es preciso reproducir: <<Cuando leo en el art. 2 “la exigencia de deberes
inderogables de solidaridad política, económica y social”, o cuando leo en el art. 11 “Italia
repudia la guerra como instrumento de ofensa a la libertad de otros pueblos” (...) digo: pero
esto es Mazzini, esta es la voz de Mazzini; o cuando leo en el art. 8 “todas las confesiones
religiosas son igualmente libres frente a la ley”, pero esto es Cavour; o cuando leo en el art. 5
“la República una e indivisible reconoce y promueve las autonomías locales”, pero esto es
Cattaneo; o cuando en el art. 52 leo, a propósito de las fuerzas armadas, “el ordenamiento de
las fuerzas armadas se apega al espírituo democrático de la República”, ejército del pueblo,
pero esto es Garibaldi; y cuando leo en el art. 27 “no es permitida la pena de muerte”, pero
esto, oh estudiantes milaneses, es Beccaria. Grandes voces lejanas, grandes nombres lejanos.
<<Pero hay también humildes nombres, voces recientes. ¡Cuanta sangre y cuanto dolor para
llegar a esta Constitución! Dentro de cada artículo de esta Constitución, oh jóvenes, deben ver
jóvenes como ustedes, caídos combatiendo, ajusticiados, ahorcados, torturados, muertos de
hambre en los campos de concentración, muertos en Rusia, muertos en África, muertos por las
calles de Milán, por las calles de Florencia, que dieron la vida para que la libertad y la justicia
pudieran ser escritas en este papel.
<<Así, cuando dije que éste es un documento muerto, no, no es un documento muerto, esto es
un testamento, un testamento de cientos de miles de muertos>>.
781
Luigi FERRAJOLI, Democrazia e costituzione, “Ragion pratica”, n. 3, 1994, pp. 231 y ss.
782
La expresión comenzó a usarse al interior de Magistratura democratica en el Congreso de
Rimini (1986) y más explícita y puntualmente en el de Palermo (1988), como <<línea política>> a
sostener frente a los intentos del Poder Ejecutivo, en esos años, de desmantelamiento de la
Constitución en detrimento del Poder Judicial.
783
En general, FERRAJOLI indicaba -Democrazia e costituzione... op. cit., pp. 241-244,
referente al § 4. “La crisi del costituzionalismo e le sue radici”- como causantes de la crisis del
constitucionalismo en Italia, en primer lugar, un largo proceso de descalificación de la
265
A las pretensiones e insistencias de la Liga por una asamblea
constituyente FERRAJOLI reiteraba784 su “disenso a (tal) hipótesis” por tener
un “carácter ilegítimo”, no sólo porque la Constitución italiana “no prevé su
reescritura”, sino porque estaría destinada a “fundar una nueva legitimación de
los poderes públicos (...) por definición ilegítimos y subversivos”.
Más aún, una asamblea constituyente o el proceso de cambio
constitucional -proseguía en su intervención en el debate Svilupare la
democrazia, riformare la costituzione. La sinistra italiana nella transizione- era
una idea “incongruente con los análisis de la crisis política e institucional” de
Italia, es decir, viciada de una serie de non sequitur.
En primer lugar, porque el nexo entre la crisis y el orden constitucional
debía ser demostrado, debería ser la conclusión y no la premisa; en segundo
lugar, porque se atribuía a la Constitución una crisis que era esencialmente
política (entre la que estaba -apuntaba FERRAJOLI- “el fracaso de la izquierda,
revelada precozmente incapaz, de frente a la caída de las viejas fuerzas de
gobierno, de proponerse como alternativa creíble”); en tercer término, porque
quienes desde la izquirda hablaban del proceso constituyente no indicaban
“ninguna reforma específica
<<necesaria>>”;
en suma, bajo tales condiciones la
reforma terminaría “por ser únicamente aquello indicado por la derecha, que a
diferencia de la izquierda tiene las ideas clarísimas de qué cambiar”: una
democracia parlamentaria por una democracia presidencialista; la reducción de
la independencia del ministerio público y la reforma al Consejo superior de la
magistratura, todo lo cual no era mas que el proyecto de
<<gran
reforma>> que
Bettino CRAXI quince años atrás había iniciado y, por supuesto, un “insensato
debate sobre la cuestión institucional”.785
Constitución misma, quizá iniciado con la ilegal participación italiana en la guerra del Golfo en
1991 y, en segundo lugar, a Tangentopolis, que había provocado una profunda deslegitimación
del Estado y de la esfera pública, sin descontar que, al mismo tiempo, jugaban como factores
negativos el secesionismo y federalismo fiscal de la Liga y el conflicto por ella activado entre el
Norte rico y el Sur pobre.
784
En su intervención en el debate Svilupare la democrazia, riformare la costituzione. La
sinistra italiana nella transizione, llevado a cabo el 9 y 10 de noviembre de 1995, y publicada en
“Democrazia e diritto”, nn. 3 y 4, luglio-dicembre 1995, pp. 527-530.
785
“Son quince años -proseguía FERRAJOLI- que la izquierda no habla de otra cosa que de
reformas institucionales. Una vez, cuando se hablaba de reformas, se aludía a las reformas
sociales, en tema de escuela, de sanidad, de trabajo, de previsión, de ambiente y similares.
Hoy el único reformismo de nuestras fuerzas políticas es aquél dirigido a poner en cuestión la
constitución, que es seguramente la norma más avanzada de nuestro ordenamiento. Y esto no
se explica solamente por la distracción, se explica desafortunadamente con la ilusión -ayer en
266
Al año siguiente, FERRAJOLI refería786 que los líderes políticos seguían
jugando con el futuro de la democracia a dos niveles: por una parte,
preparando el terreno con “la agitación demagógica del slogan presidencialista”
y, por la otra, deslizando “la fórmula <<semi-presidenzialismo francese, correto>>
en conformidad” con la tradición parlamentaria italiana.
A
uno
y
otro se oponía
-se ha opuesto-
FERRAJOLI.787 Al
primero -siguiendo a Hans KELSEN y en contraposicón a Carl SCHMITT, “el
prisionero de la fascinación irracional del mito de la violencia”, como lo llamara
Hermann HELLER788- por su desacuerdo en que la elección directa de un jefe
por parte del pueblo equivaldría a la máxima expresión de la soberanía popular.
Lo segundo, porque -decía- “no creo que existan buenos modelos de
democracia presidencial”. La copia de los países sudamericanos de EEUU “se
reveló insoportable” y el modelo francés es “una especie de monstruo que sólo
la larga tradición democrática de la Francia republicana y la calidad de sus
presidentes impidieron hasta ahora la degeneración”.789
Pero estos intentos de reforma en sentido semipresidencialistas durante
los años noventa -vale decir- avanzaron a tal grado de formarse una
el viejo Pci, hoy en el Pds- de esquivar la propia crisis de representatividad y de colmar el
propio vacío de proyección política y reformista, además de con la vieja tendencia de llegar a
pactos como sea con los adversarios, con los principios”. Idem, p. 530.
786
Luigi FERRAJOLI, Democrazia, “il Manifesto”, martedì 13 febbraio 1996, p. 9.
787
En general, los sectores progresistas en Italia, como lo mostraba el desplegado firmado por
un extensísimo número de personalidades -entre ellas nuestro autor-, Per la democrazia
costituzionale, “il Manifesto”, martedì 2 aprile 1996, pp. 2 y 3, promovido por la Associazione
Italiana Giuristi democratici y <<Pace e diritto>> en el cual, además, se hacían propuestas de
reforma. Para una breve referencia a dicha propuesta véase Luigi FERRAJOLI, Cento giuristi
per un´alternativa al presidenzialismo, “L´Unità”, martedì 09 aprile 1996, p. 2 donde calificaba
tales propuestas de reforma -reducción de número de parlamentarios, la <<sfiducia costrutiva>>,
mayor rigidez de la Constitución, entre otras- como nada revolucionario pero sí “suficiente para
restituir funcionalidad y credibilidad a nuestra democracia parlamentaria”.
788
Hermann HELLER, Democrazia politica ed omogeneità sociale, trad. Pascuale Pasquino,
“Quaderni piacentini”, n. 10, 1983, p. 144.
789
Luigi FERRAJOLI, Democrazia... op. cit., p. 9 FERRAJOLI apuntaba que la propuesta de los
políticos italianos era en realidad un <<presidenzialismo doppio>> o <<bi-presidenzialismo>> o
<<iper-presidenzialismo>> por tratarse de un sistema bi-céfalo pues habría “al vértice un
presidente de la república con enormes poderes (...) y conjuntamente un primer ministro (pero
con) el resultado, verificado como fue visto bajo la presidencia de Mitterrand, que un sistema
semejante es destinado a entrar en crisis en caso de contraste entre los dos presidentes”; para
lo cual daba ejemplos específicos de concentración de poderes en perjuicio del parlamento, no
sin ofrecer al final sus propias propuestas: proponer, conforme al modelo alemán, las reformas
necesarias para hacer más eficiente mediante la composición unicameral, la reducción del
número de parlamentarios, la introducción de la moción de confianza (sfiducia costruttiva), el
aumento de los contrapesos y de las garantías para las minorías, antes que nada aquella
consistente en elevar el quorum requerido para proceder a la revisión de la constitución.
Ibidem.
267
Commissione bicamerale a cuyos trabajos y proyectos le daba seguimiento
nuestro autor. En observaciones que ofrecía a mediados de 1997790 apuntaba
que, si bien en materia de justicia había avances -inicialmente de pésima
regulación y en ese momento quizá menos criticables-, persistía esa dosis de
presidencialismo, esto es, se apostaba al
<<premierato
forte>>, lo cual era
inadmisible, siendo preciso mantener, en cambio, la defensa del parlamento,
del Estado social y del principio de igualdad en cuanto objetivos aún posibles
de una batalla por la democracia constitucional.791
Cabe destacar que FERRAJOLI criticaría792 que el centro-izquierda, tras
su victoria electoral de 1996, también hablara “de presidencialismo y de
reescritura integral de la Constitución”, llegando por presiones de la Liga a una
opción “a favor del llamado
<<semipresidencialismo
francés>>” que, en su
opinión, equivalía -recordemos- “a un doble presidencialismo”, del cual hacía
dos consideraciones: a) una reforma así debía ser “impedida por exorbitante
respecto a los poderes de la Comisión bicameral” que la estudiaba y, b)
detectaba dos falacias: i) el nexo entre federalismo y presidencialismo y, ii) el
nexo entre presidencialismo y eficiencia. En síntesis, apuntaba que había en
Italia una preferencia por el presidencialismo porque éste “fue por mucho
tiempo preparado por una campaña ideológica que por años alimentó, en el
sentido común, la descalificación del parlamento, el deseo de simplificación y el
deseo del hombre fuerte”.793
790
Luigi FERRAJOLI, Presidente e parlamento, “il Manifesto”, martedì 17 giugno 1997, p. 5.
Sobre el tema de la reforma constitucional volvía -véase Luigi FERRAJOLI, La nuova
bilancia delle garanzie, “Speciale Riforma della Costituzione” de “il Manifesto”, domenica 23
novembre 1997, pp. IX-XI- a fin de expresar algunos comentarios positivos por la introducción
de numerosas garantías penales y procesales y por la riserva di codice, entre otros, pero sin
dejar de críticar la propuesta de división del Consejo Superior de la Magistratura en dos
secciones, “una para los jueces y la otra para los ministerios públicos”, lo que era “una
innovación querida por la derecha y de los populares” presentada como el corolario de la
separación de roles entre estos pero criticable por el efecto que traería: “reforzar con el
autogobierno de los ministerios públicos sus temidas tendencias corporativas”; asimismo,
criticaba la vaguedad e incertidumbres de normas sobre poderes y competencias de los
órganos constitucionales y sobre procedimiento de formación de leyes, entre otras.
792
Véase Luigi FERRAJOLI, Garantismo e poteri3 op. cit., pp. 20-23.
793
Para algunas consideraciones que en torno al declive del Parlamento se hacían en Italia en
los años sesenta véase Federico COEN, Umberto CERRONI, y Giampiero ORSELLO, Declino
del Parlamento e organizzazione di nuovi centri di potere, “Democrazia e diritto”, n. 1, gennaiomarzo 1963, pp. 5-36, donde, para el primero, tal declive es “el efecto de factores no
contingentes, sino permanentes y operantes en el fondo de la sociedad contemporánea”. Idem,
p. 10.
791
268
2.4.7 El berlusconismo
C
omo es sabido, Silvio BERLUSCONI, el magnate de la televisión y
de otros sectores empresariales, bajo una muy definida estrategia,
a fin de participar en las elecciones políticas tras Tangentopoli, creó los clubes
Forza Italia -así como un movimiento político del mismo nombre- que fueron la
estructura embrional de su partido Fuerza Italia.794 La participación en tales
clubes atendía “el modelo berlusconiano del ciudadano protagonista de la
sociedad civil que decide dedicarse directamente en la política en un momento
de crisis del sistema de partidos tradicionales”.795
En la primera ocasión que gana BERLUSCONI796 tenía, por una parte,
“el consenso de los moderados presentándose como heredero de una de las
funciones históricas de la Democracia cristiana -la barrera contra el
comunismo; del otro lado se proponía como alternativa respecto a la lógica del
<<teatrino
della politica>> y a un sector político incapaz de escuchar y de hablar
a la gente común”.797
Fue relevante que desde el inicio, política y empresa, estaban de algún
modo “fusionadas”: Forza Italia fue “emanación de la Fininvest” -entonces red
televisiva de BERLUSCONI y ahora llamada Mediaset- “fruto de un preciso
nivel empresarial perseguido de lo alto y con fría determinación y eficacia,
copiando el esquema de la empresa madre de la cual constitu(ía), en un cierto
794
Para una referencia -si bien sintética- de los actores, mecanismos y objetivos de los clubes y
del movimiento, y entre ellos como articulador la Associazione nazionale dei club Forza Italia
(ANTI) véase la entrada “Forza Italia” a cargo de Marco MARAFFI en Gianfranco PASQUINO
(coord.), La politica italiana. Dizionario... op. cit., pp. 247-259.
795
Roberto BIORCIO, Le complicate scelte di Forza Italia, “Il Mulino”, n. 370, marzo-aprile,
1997, p. 264. Sin embargo -y nada trivial, más bien de esperarse- BERLUSCONI no era ajeno
al conocimiento del funcionamiento de la mala política: fincó su carrera empresarial en
determinadas relaciones precisamente políticas, como la sostenida con el socialista Bettino
CRAXI. De ellos sabemos dos cosas: “la relación privada” y “la común paranoia ante PCI”.
Giuseppe FIORI, Il venditore. Storia di Silvio Berlusconi e della Fininvest, Garzanti, memorie
documenti biografie, 3ª edición, Italia, 1995, p. 120.
796
Silvio BERLUSCONI gana por primer vez las elecciones el 27 de marzo de 1994 con la
coalición Polo delle Libertà en la cual estaba Forza Italia. La segunda ocasión vence el 13 de
mayo de 2001 con su mismo partido y desde la coalición Casa delle Libertà. La tercera el 13 y
14 de abril de 2008 bajo su Partito della Libertà y desde la coalición Popolo della Libertà. Con
la desaparición de los viejos partidos de masa y su primera victoria, se sostuvo casi
unánimamente que se inauguró en los años noventa la Segunda República en Italia. Opinión
contraria se encuentra en Gaspare NEVOLA, Una democrazia in ristrutturazione, “Il Mulino”, n.
358, marzo-aprile, 1995, pp. 214-226, para quien se necesitaba un cambio de la Constitución o
modificación decisiva en la misma para hablar del nacimiento de otra República. Idem, p. 216.
797
Roberto BIORCIO, Forza Italia, partito di riferimento, “Il Mulino”, n. 396, luglio-agosto, 2001,
p. 627.
269
sentido,
una
prolongación
electoral
y
parlamentaria”.798
De
ahí
las
denominaciones que su partido recibió de partito virtuale o partito aziendale,
por referir sólo algunas.
Por ello en Forza Italia, no había filosofía política sino “un estilo de vida y
una opción de valores extrapolíticos (la competencia, el comercio, el consumo
vistoso, el optimismo) que el leader encarna ejemplarmente”.799
El problema en todo esto es que, inmediatamente, se controvirtió el
conflicto de intereses. Si BERLUSCONI “hubiese vendido tenis, cerámica o
refrigeradores las polémicas sobre el conflicto de intereses habrían perdido una
buena parte de su fuerza. Pero la entrada en política, en un rol de primer plano,
del propietario de tres redes con cobertura nacional, con fuertes intereses
también en diversos sectores”800 obligaba por lógica elemental a preguntarse si
el caso concreto de BERLUSCONI era uno precisamente de conflicto de
intereses, es decir, cuando acceden a cargos de gobierno quienes tienen
significativos intereses económicos y profesionales y es razonable presumir
que en esos cargos vendrán llamados a decidir de materias a las cuales tienen
como ciudadanos precisos intereses en juego.801
FERRAJOLI lo refería así: “la mezcolanza oculta de intereses que ha
dado lugar a Tangentopoli se ha transformado ahora en una mezcolanza
manifiesta e institucionalizada”.802
El problema aún mayor es que BERLUSCONI lejos de transparentar y,
en definitiva, someterse y vincularse al derecho no obstante esa doble casaca de empresario y político- hizo y ha hecho todo lo contrario. Se ha refugiado en
la opacidad, la ilegalidad, el mayoriteo, la trivialidad y, ante todo, la negación y
desprecio por la Constitución, como se referirá a continuación.
798
Silvano BELLIGNI, Il “biennio grigio”: fenomenologia3 op. cit., p. 36. Para una idea del uso
que de la televisión se hizo en la batalla político-electoral entre 1993-1994, véase Mario G.
LOSANO, La politica nell´era multimediale: verso il peronismo mediatico? “Teoria politica”, n. 3,
1995, pp. 3-14.
799
Silvano BELLIGNI, Il “biennio grigio”: fenomenologia... op. cit., p. 37.
800
Giacomo SANI, C´è un leader in video: la forza della telepolitica, “Il Mulino”, n. 361,
settembre-ottobre, 1995, p. 879.
801
Sería el concepto de “conflicto de intereses” de Gianfranco PASQUINO, Tra privati interessi
e pubblici doveri, “Il Mulino”, n. 394, marzo-aprile, 2001, p. 281.
802
Luigi FERRAJOLI, “El Estado constitucional de derecho hoy: el modelo y su divergencia de
la realidad”, contenido en Perfecto ANDRÉS Ibáñez (editor), Corrupción y Estado de derecho.
El papel de la jurisdicción, Trotta, colección Estructuras y Procesos. Serie Derecho, Madrid,
1996, p. 18.
270
De este modo, la historia de su trayectoria en la mala política ha sido, en
alguna medida, la historia, claro está, no sólo del quehacer público de un
iliberal sino del constante enfrentamiento con los sectores progresistas
italianos803 quienes han criticado, evidenciado o combatido ese conflicto de
intereses. Nuestro autor, vale decirlo, entre ellos.
Como no es materia del presente apartado reproducir todo el itinerario
de tales enfrentamientos en la Italia contemporánea, bastaría con apuntar previo a recoger las críticas a la mala política que ha realizado nuestro autor en
este tema particular- que éstos, me parece, han tenido como transfondo -por lo
que hace a BERLUSCONI- una sui generis “filosofía política” en él.804
En primer lugar, y acudiendo a la acertada expresión que apuntara
Michele TARUFFO, ésta se basaría en la personificación del derecho: si bien el
Presidente del Consejo de Ministros “por banales injusticias de la historia no
pudo decir l´Etat c´est Moi, tiende al menos a decir le Droit c´est Moi”.805
En segundo lugar, y que tendría que ver con su noción de legitimidad, en
BERLUSCONI las elecciones no serían un ejercicio de la voluntad popular sino
ante todo meras expresiones de consenso o, incluso, certificaciones de
inocencia. En efecto, su círculo ha sostenido que los ciudadanos lo han
elegido, sabedores de los procesos judiciales abiertos en su contra, por lo que
las elecciones -cierto que sólo insinuando la conclusión- serían una especie de
certificazione de inocencia.
En este sentido, BERLUSCONI es y ha sido visto por los sectores
progresistas que lo han criticado como “un privado que busca soluciones a los
propios problemas privados tratando de transformarlos en públicos”; la
reedición “de la tradicional supremacía de la política sobre la norma ordinaria,
de la lógica absolutista de la excepción”; la utilización de “la legitimidad como
arma contra la legalidad”.806
803
Particular ataque, evidentemente, ha dirigido BERLUSCONI a la magistratura, a la que ha
llegado a llamar “cáncer de la democracia”. Una breve referencia de tales ataques se contienen
en: Giovanni PALOMBARINI, La variabile indipendente. Quale giustizia negli anni duemila,
Edizioni Dedalo, Strumenti/Scenari 64, Bari, 2006.
804
Todo autoritario necesita una ideología que justifique su relación con las masas y
BERLUSCONI no podía ser la excepción. En este caso, y en resumidas cuentas, esta se
basaría en sus respectivos criterios de fuente de la legalidad y la legitimidad.
805
Michele TARUFFO, Berlusconi teorico del diritto, della giustizia, e d´altro, “Il Mulino”, n. 379,
settembre-ottobre, 1998, pp. 901-912.
806
Carlo GALLI, Dopo Tangentopoli: legalità vs. normalità, “Il Mulino”, n. 407, maggio-giugno,
2003, p. 461.
271
Nuestro autor no ha estado ausente -como se decía- en esta severa
crítica a la mala política italiana en su capítulo Berlusconi. Particular referencia
la hacía el mismo día de las elecciones de marzo de 1994807 cuando advertía
de las deformaciones que se podían producir con su triunfo, el de la derecha: a)
la alteración de las formas de la representación y, b) la relegación de los
derechos sociales en los cuales reside el programa político inscrito en la
Constitución de 1948.
En relación al primer punto, esto es, a las formas de la representación y
la confusión de intereses, nuestro autor sostenía que de BERLUSCONI no
ponía en cuestión sus programas demagógicos, su alianza con los fascistas, su
relación con P2,808 su fortuna cual máximo producto del capitalismo asistido y
del mercado trucado bajo el viejo régimen:
El punto es que, quien quiera que fuera Berlusconi -aún el más honesto y
progresista de los hombres- una tal concentración de fuerza económica y de
medios de información directamente destinada en una competencia
electoral y, en prospectiva, en un rol de gobierno sería inaceptable: no sólo
por la distorsión de las relaciones políticas, sino sobre todo por la clamorosa
confusión de intereses destinada a producirse entre público y privado, entre
poder político y poder económico.809
Una vez que había sido electo BERLUSCONI en ese marzo de 1994
pero antes de formar el gobierno, FERRAJOLI volvía al tema;810 esta vez para
participar en un debate sobre la (im)posibilidad de encargar la guía del
gobierno a otra persona.
La tesis de nuestro autor en estudio era -decía- “la cosa más simple y
obvia”: que el Presidente de la República no diera a Berlusconi el encargo de
formar el gobierno sino que designara a otra persona, obviamente de la nueva
807
Luigi FERRAJOLI, L´oblio del patto. L´impresa-governo contro ogni regola dalla parte dei
forti, “Il cerchio quadrato”, n. 22, suplemento de “il Manifesto”, domenica 27 marzo 1994, pp. III
y IV.
808
Es decir, y se recuerda, con la logia masónica <<Propaganda 2>> de Licio GELLI. Sobre el
contexto y dinámica compleja del sistema político-institucional en que surge P2 véase Stefano
RODOTÀ, La vicenda della P2. Occupazione del potere e partito occulto, “Democrazia e diritto”,
n. 1, gennaio-febbraio 1983, pp. 5-18.
809
Luigi FERRAJOLI, L´oblio del patto... op. cit., p. III. Del segundo punto -la relegación de los
derechos sociales- en esencia apuntaba que se venía presentando en Italia un proceso de
“demolición continua” de la Constitución y que ese era “el aspecto alarmante de la propuesta
de la derecha y del consenso que esta(ba) recogiendo”. Idem, p. IV.
810
Luigi FERRAJOLI, Berlusconi scenda subito dal Quirinale, “Il cerquio quadrato” n. 24,
suplemento de “il Manifesto”, domenica 17 aprile 1994, p. III.
272
mayoría. Los argumentos de FERRAJOLI811 se centraban en acudir a los
principios generales del derecho a efecto de demostrar la existencia de “límites
a los derechos políticos de los ciudadanos”. Tales principios eran, desde el
deber constitucional de
obligación de
<<ejercitar
<<imparcialidad>>
de la administración pública, la
las funciones en interés exclusivo de la nación>>, el
principio de igualdad, hasta lo establecido expresamente por la ley -a los
parlamentarios y quienes ejercen cargos públicos- de abstención y -a los
jueces- la recusación. Sin omitir, apuntaba nuestro autor en estudio, que el
Presidente Luigi SCALFARO tenía el deber, o por lo menos el poder
discrecional, en cuanto garante de los equilibrios institucionales y de los
principios de corrección constitucional, de designar un presidente del Consejo
distinto a BERLUSCONI, naturalmente de la misma coalición.
Igualmente, nuestro autor proseguía su crítica en el escrito ya recordado
Democrazia
e
costituzione,812 donde incluso inscribía el fenómeno
BERLUSCONI -junto con el retorno de los fascistas (el MSI) al gobierno y el
deterioro de la forma de la representación política con el arribo del voto liguista
y fascista- en un nuevo caso italiano.
Ahí, un poco ya en perspectiva, tras la elección y la formación del
gobierno de BERLUSCONI, FERRAJOLI adelantaba algunas tesis sobre las
implicaciones en la economía y en el derecho que se daban con el triunfo de
Forza Italia.
Coincidente con un sin número de críticos apuntaba que esta, además
de haber cambiado las formas y los sujetos de la comunicación política, de la
representación y de la democracia, había añadido a la ciencia política dos
nuevas categorías: la de “partido-negocio” y la de “empresa-gobierno”.
La más grande concentración existente de medios televisivos y de
información -proseguía FERRAJOLI- se movilizó en la campaña electoral a
favor ni siquiera de una formación partidista o de un bloque de intereses,
sino directamente de su propietario: construyendo en pocas semanas una
fuerza política en sus oficinas publicitarias, lanzándola al mercado con las
811
FERRAJOLI ofrecía una argumentación dirigida, en realidad, a oponerse a los argumentos que recreaba- de sus interlocutores, quienes escribían en l´Unità del 13 de abril de ese 1994
(Filippo CAVAZZUTI: <<No se puede suprimir el derecho de ser presidente del Consejo>>;
Giacinto MELITELLO: Se debe <<evitar>> <<la inaceptable conclusión de que haga, de un
empresario, un ciudadano sin derecho a ser electo>> o, quizá, la idea <<que quien es rico no
puede gobernar>>; o bien un argumento generalmente compartido por la derecha: que el
electorado ha de hecho legitimado la mezcla entre intereses públicos e intereses privados del
cavaliere Berlusconi dándole la mayoría a su alianza). Ibidem.
812
Luigi FERRAJOLI, Democrazia e costituzione... op. cit., pp. 227-244.
273
mismas técnicas con que se lanza un producto comercial y confiriendo en
consecuencia a la comunicación política y a la captación del consenso las
formas de marketing y de la publicidad, en un régimen por de más de casi
monopolio. Se completó así el proceso de espectacularización y de
mercantilización de la política iniciado en Italia en los años ochenta.813
Pero no sólo se había dado una profunda deformación de la democracia
que equivalía a la caída de la mediación política y el ascenso al poder
directamente de un partido-empresa sino que se habían olvidado, en esa
confusión de intereses, disposiciones jurídicas y principios generales del
derecho: desde normas del derecho civil y penal que no admiten conflicto de
intereses, hasta normas constitucionales que expresan la incompatibilidad
entre funciones públicas y considerables intereses privados.
Así, con el arribo del partido-negocio se había quebrantado en Italia insistía FERRJOLI- el principio de la separación entre esfera pública y esfera
privada “que hace parte, por así decir, del constitucionalismo profundo de cada
democracia”.814
FERRAJOLI, de igual modo, criticaba severamente a BERLUSCONI y a
su nueva mayoría cuando éstos, ya en el poder -seguimos durante su primer
gobierno-, presentaron una denuncia en contra de Francesco Saverio
BORELLI, entonces procuratore della repubblica di Milano y uno de los
magistrados a cargo de Mani pulite -denuncia de la cual, vale decir, echaron
marcha atrás- por <<atentado contra los órganos constitucionales>> y con motivo
de una entrevista que había ofrecido.815
813
Idem, p. 228. Para FERRAJOLI, el éxito de la telepolítica también se debía al “vacío político
producido en el área de gobierno después del terremoto <<Tangentopoli>>”, a la “debilidad de la
izquierda y su sometimiento” al adversario, las ganas de “renovación y la general aversión
hacia los viejos partidos”, “la prospectiva de relegitimación ofrecida al viejo electorado de
centro”. Idem, pp. 228-229.
814
Idem, p. 230. “... quiero decir, de hecho, una clamorosa reproducción de la confusión
premoderna entre público y privado, con la consecuente deformación ya sea del Estado que del
mercado.” (...) “... es prueba (de ello) el hecho que la mayoría se movió rápidamente en las
instituciones sin algún sentido de límite: transportando en la esfera de la política la aspiración
monopolística propia del mundo de los negocios e interpretando el principio de mayoría como
dominio absoluto, según la lógica de la sociedad por acciones”. Idem, pp. 230-231.
815
Luigi FERRAJOLI, Politica spazzatura, “il Manifesto”, domenica 9 ottobre 1994, p. 2. Cabe
destacar -para el lector poco conocedor de la realidad italiana- que BORELLI, en el marco de
Tangentopoli, investigaba Telepiù, empresa televisiva de BERLUSCONI así como empresas
“fantasmas” de éste en el extranjero. Había pues resistencias de BERLUSCONI a las
investigaciones. No obstante, il Manifesto, mercoledì 14 dicembre 1994, daba cuenta que el
Presidente del Consejo había sido interrogado por BORELLI, Piercamilo DAVIGO y Gherardo
COLOMBO por casi 8 horas y que las investigaciones, de hecho, concernían al entero imperio
Fininvest.
274
El autor italiano en estudio fue especialmente riguroso en esa ocasión
pues observaba que, con una tal aberrante interpretación de ese delito, aun
cuando fuera infortunada la entrevista, se daba “una concepción totalitaria del
poder de gobierno que no por caso fue la base del entero sistema de los delitos
contra la personalidad del Estado edificado por el aún vigente código fascista”;
asimismo que era un “retorno a la originaria voluntad del legislador” de “los
nostálgicos del fascismo”, de “los cuidadores de los intereses privados del
presidente Berlusconi e inventores, primero, de la televisión-inmundicia y,
ahora, de la política-inmundicia”.816
De frente al segundo mandato de BERLUSCONI, nuestro autor se
ocuparía en discutir con Rossana ROSSANDA y Pietro INGRAO la invitación
de ellos a la abstención que hicieran en una Lettera agli astensionisti. En su
intervención, el autor en estudio les decía que, si bien compartía “enteramente
los argumentos” de la Carta -ante todo por la desilusión de la experiencia de
gobierno de centro-izquierda-, proponía que se pensara qué sería de la salud,
de la escuela pública, los inmigrantes y un largo etcétera si la derecha se
instalaba en el poder. La respuesta era obvia. Basta haber escuchado a
Berlusconi y a Bossi para saber lo que seguiría: la proyectada reforma de la
Constitución,
que
dijeron
inspirada
en
la
<<ideología
soviética>>,
el
desmantelamiento de la esfera pública, la mercantilización de los derechos
sociales, entre otros; pero más dañino aún sería “el consenso de la mayoría del
país (que) sería el síntoma de una enfermedad alarmante y destinada a
agravarse, de las formas mismas de la democracia representativa”.817
Y como era de esperarse, ya en el poder BERLUSCONI, nuestro autor
comezó a criticar severamente los excesos. Particular mención habría que
hacer de las ocasiones que se presentaban con motivo del asunto SmeAriosto818 en el cual, y como es casi costumbre en el autor en estudio, lo hacía
a la par de la defensa de la magistratura.
816
Luigi FERRAJOLI, Politica spazzatura... op. cit., p. 2.
Luigi FERRAJOLI, L´astensione è un lusso che non ci si può permettere. Questa destra non
ha alcun senso del limite. E se vincesse... “il Manifesto”, domenica 22 aprile 2001, p. 18.
818
La Sme era el conglomerado que reunía todas las actividades alimetarias del Istituto per la
Ricostruzione Industriale (Iri) cuyo titular era Romano PRODI cuando se puso en proceso de
privatización y quien firmó un “pre-contrato” con Carlo DeBENEDETTI para tales propósitos.
Bettino CRAXI se opuso a ese “pre-contrato” y ganó la propuesta BERLUSCONI, BARILLA y
FERRERO. DeBENEDETTI recurió pero en 1986 el Tribunal de Roma, presidido por el juez
Filippo VERDE, declaró inválido el precontrato. En mayo de 1998 Stefania ARIOSTO, ex novia
817
275
Es así como en enero de 2002 señalaba en un desplegado suscrito que
las interferencias del poder político sobre los procesos penales en curso en
Milán contra importantes hombres públicos -entre ellos el presidente del
Consejo-
proseguían
y
se
intensificaban.
Primero,
la
amenaza
de
BERLUSCONI de sancionar a los jueces por haber “desatendido” una
sentencia de la Corte constitucional (en opinión de los abajo firmantes bien
interpretada por tales jueces); después, la “infamante acusación de ejercitar las
funciones jurisdiccionales
<<para
fines de lucha política>>”; posteriormente, con
una disposición administrativa que negaba la prórroga para el ejercicio de las
funciones a uno de los intregrantes del tribunal transferido a otra oficina, sin
descontar, por último, la acusación a los jueces, tanto por parte de la defensa
como de exponentes de la mayoría, de haber efectuado un
<<golpe
judicial>> o
de haberse puesto <<fuera del sistema>>.819
Cuando se emitió una sentencia en tal asunto, en la cual se condenó al
ex Ministro de la defensa Cesare PREVITI, ésta no le gustó en lo absoluto a
BERLUSCONI, por lo que de nueva cuenta atacó fuertemente a la
magistratura; hecho que ameritó un nuevo desplegado por parte de los
profesores universitarios de derecho, entre ellos FERRAJOLI.820
del entonces abogado de BERLUSCONI, Vittorio DOTTI, declaró a la procura di Milano que
algunas sentencias -entre ellas la del asunto Sme- fueron compradas. El 9 de marzo de 2000
comenzó un proceso contra Silvio BERLUSCONI, Cesare PREVITI y Filippo VERDE. Tomado
de Il Manifesto, “Il caso Sme”, venerdí 4 gennaio 2002, p. 5.
819
Véase el desplegado Giustizia, l´arbitrio del guardasigilli, “il Manifesto”, venerdì 11 gennaio
2002, p. 18. Cabe señalar que cerca de un mes antes, FERRAJOLI suscribía otro desplegado
junto con diversos profesores universitarios de derecho -véase Se il senato fa ingiustizia..., “il
Manifesto”, mercoledì 12 dicembre 2001, p. 18- para manifestarse en contra de las críticas
emitidas por el Senado -léase mayoría berlusconiana- hacia algunos actos judiciales relativos a
los referidos procesos penales entonces en curso, “calificándolos como errados en el mérito,
subversivos del correcto ejercicio de las funciones jurisdiccionales y lesivos de las prerrogativas
del legislador”. El autor en estudio y compañía juzgaban estas “violentas críticas” como “un acto
grave de intimidación” porque contenían un juicio de mérito sobre actos jurisdiccionales aún
posibles de impugnar y consideraban que tal moción se inscribía en un “cuadro general de
violento ataque político contra la magistratura italiana acompañado de iniciativas caracterizadas
de un conflicto de intereses que contaminan -decían- la vida política del País”.
820
Véase el desplegado Un´inaudita minaccia alle garanzie costituzionali, “il Manifesto”, giovedì
8 maggio 2003, p. 2. BERLUSCONI sostuvo que tal condena a PREVITI “<<no hace más que
confirmar>> la <<persecución política>>”, “persecución que sería ordenada por <<magistrados
politizados>> que quisieran <<seleccionar, con una lógica golpista, el gobierno que prefieren>>”.
A lo cual los abajo firmantes sostenían que jamás “escucharon de un Presidente del Consejo
(...) palabras de tal desprecio por las elementales reglas que presiden” el orden constitucional.
Estamos de frente a declaraciones -apuntaban- “premonitorias de un sistema donde las
sentencias <<justas>> son solamente aquellas que agradan a quien tiene el gobierno”.
276
Era en este contexto que nuestro autor hacía un cuadro general de la
justicia que presentaba a ocho meses del segundo gobierno BERLUSCONI.821
La clave interpretativa eran los principios inspiradores de la política de justicia
que veía: tolerancia cero en tema de orden público y de pequeña
criminalidad822 y máximas garantías de impunidad para los delitos económicos
y financieros, para comenzar de aquellos imputados al presidente del
Consejo.823 “Ni siquiera Alfredo Rocco y los juristas fascistas” -sostenía
FERRAJOLI- “pensaron que corrupción y fraudes fueran delitos menos graves
que el robo o la rapiña”.
El diagnóstico era pues contundente. “Es esta una concentración
neoabsolutista de los poderes que está minando desde la raíz nuestra
democracia constitucional. El principal vehículo de esta mutación es la
descalificación de la legalidad a través no sólo del ocultamiento y la
cancelación, sino sin más, de la reivindicación y la ostentación de la práctica de
la ilegalidad”. Y aquí -añadía FERRAJOLI- parte de la responsabilidad recae
sobre las fuerzas del centro-izquierda que no han hecho valer las
incompatibilidades entre intereses privados e intereses públicos. “Está así
desarrollándose, como un círculo vicioso, una crisis degenerativa de nuestra
democracia; de la cual, si bien es fácil diagnosticar las formas y las causas, es
difícil, sin una renovación cultural y moral de la sociedad italiana, prever su
superación”.824
En ese mismo año 2002 nuestro autor criticaba la mala política
nuevamente en un caso concreto de descalificación de la legalidad por parte de
ministros y exponentes de la mayoría berlusconiana, incluso algunos dirigentes
821
Luigi FERRAJOLI, I due piatti della bilancia, “il Manifesto”, sabato 23 febbraio 2002, p. 12.
FERRAJOLI se ocupaba de los hechos en Génova, Italia, es decir, de la represión a los
manifestantes en el verano de 2001, la persecución de los inmigrantes extracomunitarios, del
decreto ley n. 374 del 18 de octubre de 2001 en tema de terrorismo internacional, el cual
juzgaba de propagandístico pues “las viejas normas eran más que suficientes para castigar
cualquier atentado o asociación terrorista”.
823
En esta vertiente FERRAJOLI era más severo. Apuntaba que se había dado la aprobación
de tres leyes -retorno de capitales del extranjero, balance en falso y de rogatorias- que
equivalían en lo concreto a respectivos regalos al mundo de la economía ilegal, aprobadas
entre septiembre y noviembre de 2001 cuando la opinión pública estaba desatenta por los
atentados de las Torres Gemelas y la guerra en Afganistán; asimismo, mencionaba la
“intención del gobierno de sabotear la construcción de un espacio judicial europeo referente a
los delitos de corrupción”, sin omitir la serie de ataques a la magistratura.
824
Luigi FERRAJOLI, I due piatti della3 op. cit., p. 12.
822
277
del centro-izquierda.825 Fue la ocasión en que unos magistrados napolitanos
habían investigado “hechos gravísimos”: la violación de derechos a 83
ciudadanos, “muchos de los cuales llevados a la fuerza, arbitrariamente, al
cuartel de policía Raniero desde los hospitales en los cuales se encontraban
atendiéndose por lesiones sufridas en el curso de la manifestación” del Global
Forum el 17 de marzo de 2001 en Nápoles.
Pues bien, el punto era que tal mayoría berlusconiana se dedicó a
ofender a los magistrados que, con motivo de tales investigaciones, habían
emitido medidas cautelares contra ocho policías señalados como respondables
de esos hechos. FERRAJOLI veía con ello que la derecha reivindicaba “el no
juzgamiento y la impunidad de las fuerzas de policía”.826
A este tema, pero a fin de criticar la orden del Tribunal de reexamen que
concedía la liberación de los ocho policías incriminados, volvía nuestro autor
días después.827 Esto porque la motivación que había ofrecido aquél le parecía
asombrosa. En principio, en razón de que el Tribunal había acudido a un
artículo no vigente -al 4 de la ley 152 de 1975-; en segundo lugar, porque
suponiendo que tal artículo estuviera vigente -sostenía FERRAJOLI-, lo único
que podía haber hecho la policía era la búsqueda, “el examen <<sobre el lugar>>
de las personas que se encontraban en los hospitales” pero no más: “Que se
pueda en cambio
<<encuadrar>>
en la figura del
<<examen
sobre el lugar>> la
paliza en el cuartel de policía de las 83 personas, llevadas a la fuerza desde las
salas de primeros auxilios (...) es a tal punto absurdo que pueda superar
cualquier acrobacia interpretativa”.828
Ahí mismo nuestro autor insistía en el particular significado que revestía
la reivindicación de la ilegalidad por parte de la mayoría. Lo más grave no eran
los abusos de la policía, “que como sea pasan en todos los países, sino su
legitimación política: el hecho que ellos, más que ser escondidos o negados
825
Luigi FERRAJOLI, Habeas corpus, “il Manifesto”, mercoledì 1 maggio 2002, p. 1.
Para un análisis de la fenomenología de la violencia legal, particularmente de aquellas
prácticas que “contradicen el paradigma de la violencia legítima en el Estado de derecho”,
véase Luigi FERRAJOLI, La legalità violenta, “Democrazia e diritto”, n. 3, maggio-giugno 1989,
pp. 153-169, donde se ocupa, además de la actividad de policía y de orden público, del “campo
penal y de los ámbitos de vida subordinados a roles de poder públicos y privados instituidos o
reconocidos por la ley pero de ella desvinculados”.
827
Luigi FERRAJOLI, Libertà personale, “il Manifesto”, domenica 26 maggio 2002, pp. 1 y 18.
828
Idem, p. 1.
826
278
hayan sido reivindicados como lícitos o se haya hecho en cambio escándalo
sobre el proceso dirigido a sancionar la ilicitud”.829
Cabe señalar que con motivo de estas malas experiencias que
significaba la represión y tortura a los manifestantes de Génova y Nápoles en el
año 2001, FERRAJOLI proponía830 que en el Código penal italiano se
introdujera el delito de tortura; iniciativa que debían promover -apuntaba- las
fuerzas de oposición si no querían compartir la responsabilidad del gobierno y
la cual sería la respuesta más pertinente a la vergonzosa indulgencia que gran
parte de la prensa y todas las fuerzas de gobierno manifestaron.
Pero
no
sólo
por
razones
políticas
sino también había que
hacerlo -proseguía- por razones jurídicas: lo imponía normas constitucionales e
internacionales, de las cuales hacía una breve revisión, por lo que, en caso de
no colmarse tal laguna, se podían dar los supuestos para llevar a funcionarios
italianos a la Corte penal internacional en el futuro.
Ahora bien, regresando al tema de las implicaciones de la confusión de
intereses berlusconianos, nuestro autor en estudio se pronunciaba al respecto
con motivo de la propuesta de ley CIRAMI en materia penal, es decir una de
tantas leyes ad personam -como la propuesta ANEDDA, la propuesta Nitto
PALMA,
la
PITELLI-
para
resolver
las
controversias
judiciales
de
BERLUSCONI.831
En el caso concreto, tal propuesta se inscribía en el ya habitual
argumento de hacer todo lo que les parecía por la sola razón de haber ganado
las elecciones. Pero más allá de esa “trivialización de la representación
política”, FERRAJOLI veía en la confusión de intereses del Presidente del
829
Idem, p. 18. Y añadía: “... no fue sólo el gobierno, sino también, abiertamente, el coro de las
televisiones y de la prensa gubernamental que defendió la operación de policía. En una
transmisión de Porta a porta Bruno Vespa preguntaba si eran <<normales>> esos
procedimientos. <<Normalísimos>>, respondieron los entrevistados, confortados por el silencio
de los enviados de oposición. La percepción como <<normales>> de las violaciones del habeas
corpus fue así sugerida a millones de tele espectadores. Es de este modo que los derechos se
desvanecen en el sentido común y en el espíritu público antes que en las leyes o en las
sentencias”. Ibidem.
830
Luigi FERRAJOLI, Nome in codice: tortura, “Nel mare di Genova. Supplemento al numero
odierno del il Manifesto”, “il Manifesto”, giovedì 18 luglio 2002, p. 9.
831
Luigi FERRAJOLI, Democrazia privata, “il Manifesto”, sabato 14 settembre 2002, pp. 1 y 4.
La ley CIRAMI es una ley para reenviar un proceso a otro juez de otra sede judicial por
supuestos riesgos (legittimo sospetto) que, a decir verdad, ofrecen a BERLSCONI la posibilidad
de sustraerse de jueces incómodos. Otra familia de leyes ad personam son las aprobadas en
junio de 2003 por el Senado y la Cámara (norma scudo) con la cual se dio la inmunidad a los
cinco más altos cargos de la República. Algunas de estas reformas han sido declaradas
inconstitucionales.
279
Consejo de Ministros una degeneración aún mayor de la política respecto a
Tangentopoli: ahí “la política era corrupta, comprada y subordinada a los
intereses económicos privados, pero siempre distinta y separada de estos”.832
Es así como poco tiempo después, FERRAJOLI apuntaba en su
participación en el XIV Congreso de Magistratura democratica desarrollado en
Roma, los días 23 al 26 de enero de 2003, que proseguían las “alteraciones del
estatus constitucional” en el gobierno de BERLUSCONI, quien estaba
maduranto los tiempos para reformas iliberales.833
La primera alteración era la promoción “en el sentido común, aún antes
que en las reformas propuestas, (de) un modelo de democracia plebiscitaria
basado sobre la omnipotencia de la mayoría tanto más, gracias al proyecto
presidencialista, sobre la configuración del jefe de la mayoría como
representante del pueblo entero” -ideología populista que calificaba como el
peligro más grave para el futuro de la democracia por encima de la propuesta
de reforma proyectada- y, en segundo lugar, la alteración que proseguía era el
conflicto de intereses “que minan al fundamento y los presupuestos mismos de
la democracia política”: “... la representación es <política> si y sólo si -reiteraba
el autor en estudio- es representación de los intereses públicos y generales -de
la <nación>, como dice el artículo 67 de la Constitución- mientras que cesa de
serlo si degrada la representación a los intereses privados y personales del
líder o si de estos intereses es en todo caso orientada y condicionada”.834
En Democrazia plebiscitaria e giurisdizione, asimismo, sostienenía que
las palabras “libertad”, “democracia” y “liberal-democracia” habían sufrido un
vaciamiento en el léxico político a esas alturas. En el lenguaje del Polo delle
Libertà, “liberalismo” equivalía en los hechos “a la ausencia de reglas y de
límites al mercado, o sea a los poderes económicos”; mientras que
“democracia” quería decir “omnipotencia de los poderes políticos de mayoría e
832
Idem, p. 4. FERRAJOLI reiteraba: “Ninguno podrá de hecho frenar la deriva institucional
actual si no se cambia antes que nada, gracias a una batalla cultural larga y difícil, el sentido
común, hoy deformado, en torno a las ideas de democracia, de representación política, de
legalidad y de esfera pública”. Ibidem.
833
Luigi FERRAJOLI, Democrazia plebiscitaria e giurisdizione, “Questione giustizia”, n. 2, 2003,
pp. 332-339.
834
Idem, p. 335.
280
intolerancia por los vínculos constitucionales y por los controles ligados al
pluralismo político e institucional y a la separación de poderes”.835
Hacía referencia, de igual forma, al ataque a la libertad de información
que se estaba dando en tres vías: a) por la concentración quasi-monopolista de
la información televisiva, de gran parte de la prensa y de una parte relevante de
la industria editorial y cinematográfica; b) agravada por la ley GASPARRI [ley
de reforma integral del sistema de radio y televisión], último capítulo del Corpus
iuris ad personam y, c) por la confusión ideológica entre libertad de información
y propiedad de los medios de información, y con ello, la configuración de la
propiedad, que en realidad es un poder, como indistinguible con la libertad de
expresión.836
FERRAJOLI presentó la crítica quizá más concisa a la confusión de
intereses en Il berlusconismo e l´appropriazione della sfera pubblica. Un nuovo
caso italiano.837 Mientras que un análisis al modelo ideológico populista de la
democracia berlusconiana lo presentó de manera muy claro, quizá, en
Rappresentanza politica e organicismo para-democratico.838
835
Idem, p. 334.
Idem, p. 335. De ahí que FERRAJOLI abogara por: a) impedir la concentración oligopólica
de los medios, b) garantizar los derechos de los periodístas a través de un Estatuto y, c) el
reconocimiento del carácter objetivamente público de la prensa y de la televisión mediante un
adecuado financiamiento y la creación de infraestructura de carácter público. Idem, p. 336 y ss.
Asimismo, FERRAJOLI se ocupaba de tres ataques a la libertad como inmunidad en ese
periodo del gobierno BERLUSCONI: a) por una acentuación de la represión penal y de la
encarcelación cautelar en contra de los más débiles: tóxico dependientes, inmigrantes y
sectores marginales (y en el plano internacional, dado el proyecto americano -respaldado por
BERLUSCONI- de “exportar con las armas la democracia”, de restricción de la libertad y de la
democracia con la Patriot Act de EEUU y la Crime and Terrorism Act de Inglaterra y los
detenidos en Guantánamo); b) en la vertiente de la inmunidad a los maltratos y tortura, cuya
“página negra en la historia de la República” fue la agresión de la policía, la violencia y la
tortura que le siguieron con motivo de las manifestaciones en Nápoles en marzo de 2001 y
después en Génova. Los objetivos de esta operación -apuntaba FERRAJOLI- fueron la
difamación y la criminalización del entero movimiento no-global, presentándolo como
vandalismo o peor como para-terrorista; en segundo lugar una provocación abierta al Estado
de derecho y a la democracia y, c) la inmunidad del cuerpo de la mujer y el tema de la
procreación asistida. En efecto, el autor en estudio criticaba una reciente ley en la materia que
violaba los más fundamentales principios del ordenamiento: la libertad de la mujer en el sentido
de libertad de opción de vida y de la inmunidad de su cuerpo a intervenciones coercitivas; su
dignidad y la igualdad, dado que discriminaba a la mujer sola, soltera, respeto a las casadas y
preveía la inscripción en un “registro nacional” no sólo “de los embriones formados” sino
también “de los nacidos a continuación de la aplicación de la técnica” y por último, porque
violaba el derecho a la salud así como la laicidad del ordenamiento.
837
Luigi FERRAJOLI, Il berlusconismo e l´appropriazione della sfera pubblica. Un nuovo caso
italiano, “Democrazia e diritto”, n. 1, gennaio-marzo 2003, pp. 21-34.
838
Luigi FERRAJOLI, Rappresentanza politica e organicismo para-democratico, “Democrazia e
diritto”, n. 3, 2003, pp. 57-62. Ciertamente, tal ideología “de la representación como expresión
directa y orgánica de la soberanía popular” no fue inventada por BERLUSCONI sino que
836
281
En el primero, donde sostenía que más que de “conflicto de intereses”
tenía que hablarse de una clara supremacía de los intereses privados sobre los
públicos, mantenía como tesis central que aquellos no eran una “contingente
subordinación” sino “un fenómeno patológico, una especie de infección
institucional que ataca los fundamentos, en cuanto cuestión constitucional, los
presupuestos mismos de la democracia y del estado de derecho”.839 Esto,
porque esa confusión entre esferas y de poderes atenta “a la forma del estado
y no simplemente a la forma de gobierno”. “Por esto puede hablarse, a
propósito de este fenómeno, de una regresión premoderna y preliberal al
estado patrimonial”.840
Se remitía, para efectos explicativos, a Tangentopoli, o sea a “la crisis de
autoridad y representatividad de la política producida por el descubrimiento de
su relación oculta y de recíproco condicionamento con el mundo de la
economía”.841 Vale en consecuencia leer lo siguiente:
... si Tangentopoli fue el beso mortal entre poderes políticos y poderes
económicos, que corrompió a unos y a los otros, el dopo Tangentopoli se
manifestó en el primado y en la autonomía de los segundos que, venidos a
menos los primeros, descendieron directamente en campo -en el campo de
la política- encargándose directamente. Es de esta forma que la aspiración a
la falta de límites de la empresa, confortada por la opción liberista por una
especie de absolutismo de los poderes económicos, se conjugó con la
pretensión de un neoabsolutismo político: en el momento en el cual un
poder económico conquistó el poder político, este descubrió la democracia,
o sea la omnipotencia de la mayoría que es su misma omnipotencia. A este
punto, con aparente paradoja, la <<política>>, hasta entonces despreciada,
llegó a ser sacra e intocable.842
Por su parte, en Rappresentanza politica e organicismo parademocratico nuestro autor en estudio aclaraba el modelo ideológico populista
de la democracia berlusconiana:
Según esta ideología -favorita, más que del sistema mayoritario, de la
verticalización y personalización de la política- las decisiones de la mayoría
del gobierno, y más que nada de la mayoría, reflejarían la voluntad de la
mayoría de los electores, o sea del pueblo entero. El jefe de la mayoría, en
cuanto legitimado por las elecciones, y por ello de la voluntad popular, se
“refleja un lugar común largamente presente y fuertemente radicado en la filosofía política y en
el imaginario colectivo, ya sea de derecha que de izquierda”. Idem, p. 58.
839
Luigi FERRAJOLI, Il berlusconismo e l´appropriazione... op. cit., p. 21.
840
Idem, p. 23.
841
Idem, p. 25.
842
Idem, pp. 25 y 26.
282
identificaría por ello con el representante orgánico del pueblo, o de la
nación: en breve con la máxima expresión de la democracia.843
En esta concepción organicista, donde “el presidencialismo fue
propuesto y justificado como antídoto y contrapeso al federalismo”, que tiene
como verdaderos padres “los iuspublicistas alemanes e italianos de fines del
ochocientos y principios del novecientos”, cuyo “padre más ilustre y reconocido
fue ciertamente Carl Schmitt”,844 es una reformulación, “en términos parademocráticos, de una antigua tentación en la historia del pensamiento político:
la idea del gobierno de los hombres mejores, contrapuesta al gobierno de las
leyes, y criticada ya por Platón” en La República: “Una idea viejísima, que sin
falta se repropone en los momentos de crisis y que siempre representa un
peligro para la democracia, estando al origen de todas las demagogias
populistas y autoritarias”.845
Así, en Rappresentanza politica e organicismo para-democratico, de
forma casi lapidaria FERRAJOLI sostenía que si hay un aspecto típico del
fascismo, que siempre es un peligro escondido en la cultura política italiana,
este es:
... la idea de una relación orgánica y sacralizante entre estado y sociedad,
entre gobierno y gobernado, entre representante y representado, o peor
entre el jefe y el pueblo entero. Y en un país como el nuestro, que parió el
fascismo, un peligro semejante no debería ser jamás subvalorado.846
Pero tal ideología populista berlusconiana de la democracia y organicista
de la representación no se vió reflejada en meras expresiones o esbozada en
meras reflexiones de integrantes de esa mayoría. BERLUSCONI -junto con sus
aliados- intentó durante su segundo gobierno diseñar un orden constitucional a
843
Luigi FERRAJOLI, Rappresentanza politica e... op. cit., p. 58.
Idem, p. 58-59.
845
Idem, p. 60. “Es sobre esta idea organicista de la representación que se basa la
autosacralización del estamento político, cotidianamente celebrada por Berlusconi y por sus
portavoces, pero expresión, más en general, de una tentación irresistible: ayer de los partidos,
que cuando menos podían orgulleserse en Italia de alguna base social, hoy por las máquinas
electorales que están sustituyéndoles. Y es sobre ella que se basa la legitimación apriorística
del estamento de gobierno y de su jefe, cualquier cosa que hagan o que hicieran. Cuantas
veces -proseguía FERRAJOLI- leímos y escuchamos, en los periódicos y en televisión, exaltar
la <<soberanía>> del parlamento y por ello de su mayoría, rechazar las críticas porque
<<ganamos las elecciones>>, contraponer la legitimidad de los electores a la ilegitimidad de la
jurisdicción, defender la indisponibilidad de la mayoría a la confrontación política y a la
concertación sindical, así como oponer la imposibilidad de juzgar las acciones de gobierno por
parte de la <<plaza>>, que en la ocurrencia viene degradada el pueblo en disenso”. Idem, pp.
60-61.
846
Idem, p. 61.
844
283
su medida en un “cuadro de crisis”, de tipo política y cultural, en que maduró
dicho intento.847
Pues bien, a principios de 2005 había comenzado -como lo apuntaba el
autor en estudio- “silenciosamente en el Senado la discusión sobre el proyecto
gubernamental de revisión constitucional ya aprobado en la Cámara en una
primera lectura en el octubre pasado” que era, “por sus dimensiones y por la
perturbación proyectada”, una nueva Constitución: “estamos asistiendo a la
aprobación, a golpes de mayoría, de un texto que altera el entero orden
institucional”.848
El autor italiano explicaba en La Carta stravolta que el punto más grave
era precisamente “la demolición del principo de representación política”, esto
porque era invertida la relación de confianza entre Parlamento y Gobierno: no
sería más el Primer Ministro, legitimado por el voto popular, quien debería tener
la confianza de aquél, sino sería éste quien debería tener la confianza del
Gobierno, el cual podría disolverlo en razón de un poder dado no más al
Presidente de la República sino a su <<exclusiva responsabilidad>>.
Asimismo, FERRAJOLI demostraba cómo la moción de desconfianza
era modificada a tal grado que “sólo los parlamentarios de la mayoría tendrían
un poder de iniciativa política y de responsabilización del ejecutivo, mientras los
parlamentarios de la minoría no contarían nada”.
Como tal reforma constitucional fue aprobada por el Senado el día
miércoles 23 de marzo de 2005, FERRAJOLI se movilizaría -en términos de
emergencia democrática, tal cual invitaba a hacerlo en La Carta stravolta- para
(y en) el referéndum que le recayó.
847
Expresada en “la regresión moral y civil de una gran parte de la sociedad italiana que se
manifiesta en el ataque al antifascismo, en el revisionismo historiográfico y en la rehabilitación
de los republicanillos de Salò, en la demolición de la tradición comunista y socialista, en la
descalificación del Estado social, en la rehabilitación de la guerra como instrumento de
gobierno del mundo y de solución de los problemas internacionales, todo con la marca de una
especie de fundamentalismo liberista y occidentalista”. Por ello, la reforma equivale -sostenía
nuestro autor- “a la desconstitucionalización de nuestro sistema político, o a la
constitucionalización de todos los aspectos de la crisis arriba indicados”. Luigi FERRAJOLI, Il
processo decostituente, “Critica marxista”, n. 6, novembre-dicembre 2005, p. 11. Este texto
reproducía, con algunas modificaciones, su ponencia presentada el 7 de junio de 2005 en el
Congreso “La Costituzione ferita”, promovido en Roma por la Camera di consultazione della
sinistra.
848
Luigi FERRAJOLI, La Carta stravolta, “il Manifesto”, giovedì 24 febbraio 2005, pp. 1 y 11.
Nueve días antes Silvio BERLUSCONI, ahí mismo en el Senado italiano, había declarado:
“sono orgoglioso di aver riportato la democrazia in Iraq”.
284
A finales de ese año, no sólo reiteraba la dimensión y la gravedad de la
reforma y ofrecía de nuevo su análisis, en sede jurídica, sobre la concentración
del poder al que arribaría el Presidente del Consejo de Ministros, sino que
ilustraba “la increíble complicación de la función legislativa”, mediante una
segunda tergiversación, por lo que ésta estaba destinada a la parálisis.849
Con las cuatro nuevas fuentes que se proponían era “difícil entender proseguía FERRAJOLI- si nos encontramos de frente a una prueba de
insensatez institucional o bien a un consciente sabotaje de la función
legislativa, destinado a dejar espacio ilimitado a la emisión de decretos de
urgencia del gobierno”.850
Así, era de imaginarse “el caos institucional” que provocaría una tal
división de las competencias, por lo que se había ideado “una Comisión y un
Comité representativos, una de 60 y la otra de 8 parlamentarios -de hecho dos
nuevas Cámaras- competentes la primera para proponer un
<<texto
unificado>>
en caso de desacuerdo entre Cámara y Senado en las leyes de competencia
conjunta, la otra para decidir sobre cuál de las cuatro fuentes (era) llamada a
decidir”. El problema que veía FERRAJOLI es que no había sido establecido
qué cosa pasaría si el texto elaborado por la Comisión no fuese aprobado o si
no fuera logrado el acuerdo al interno del Comité, como tampoco previsto qué
cosa pasaría en caso de conflictos destinados a ser resueltos en sedes
diversas.
Ahora bien, el aspecto político en Quella legge sulla Carta è da
cancellare se centraba sobre el tema del referéndum que recaería a la reforma
constitucional en comento. FERRAJOLI apuntaba que a fin de ganarse, debía
llegar a ser “una gran batalla civil de refundación de la democracia
constitucional, no contaminada de propuestas de compromiso del tipo
esta reforma>> sino de otras, de nuevas propuestas de
<<no
<<actualización>>”,
a
para
lo que se debían dar a su vez dos cosas: a) que el referéndum viniera
promovido por un “frente de fuerzas más grande de aquél requerido por el art.
138 de la Constitución y ya representativo de la mayoría de los electores” y, b)
849
Luigi FERRAJOLI, Quella legge sulla Carta è da cancellare, “il Manifesto”, martedì 20
dicembre 2005, p. 13. El artículo 70 constitucional <<La función legislativa es ejercitada
colectivamente por las dos Cámaras>> venía sustituido “por un larguísimo artículo que parec(ía)
el fruto de una mente enferma”.
850
Ibidem.
285
que el referéndum se desarrollara bajo la bandera de la emergencia
democrática, además de constitucional, y deviniera “una ocasión para una
reflexión crítica y autocrítica sobre la gravedad de la puesta en juego, sobre los
daños producidos desde hace un decenio de desgaste constitucional y sobre el
nexo indisoluble que liga constitución y democracia”:
Bajo este aspecto la campaña para las elecciones políticas y la
referendaria podrán apoyarse una a la otra, teniendo un tema central
común: la derrota cultural, además de política, del proyecto berlusconiano y
de la conciencia de la democracia que está a sus espaldas y,
conjuntamente, la refundación, en el espíritu público, del carácter
antifascista y garantista de la Constitución republicana y de su valor
normativo de programa político y social, aún en gran parte por actuar, y de
fundamento y asiento de nuestra democracia.851
Pero tales llamados de FERRAJOLI -vale decir- no tendrían eco en la
izquierda, como lo revelaría el desplegado, firmado junto con treinta y tres
juristas más en vísperas de las elecciones del 9 y 10 de abril de ese 2006,852
en el cual manifestaban su preocupación por el “silencio sobre la Constitución
que cayó como un sudario en la campaña electoral”.
Si bien la reforma no estaba en vigor gracias a “800 mil ciudadanos, la
mayoría de las Regiones y la oposición parlamentaria” que habían pedido el
referéndum, una victoria electoral del centro derecha podía repercutir en tal
referéndum constitucional y hacer que entrara en vigor la nueva Constitución.
Por ello, sentían “el deber de informar a los ciudadanos de este peligro, a fin de
que ninguno se (sintiera) traicionado y ninguno (pudiera) decir mañana: por qué
no nos advirtieron”.
En el mismo tenor se expresaba cuando faltaban 8 días para el
referéndum y el centro izquierda parecía “no haber aún iniciado la campaña
electoral para el No”.853 La televisión -no sólo la de BERLUSCONI, apuntaba
nuestro autor- se limitaba a ilustrar los contenidos del referéndum “explicando
que se iría a votar simplemente sobre la disminución del número de
parlamentarios y sobre una más racional y para todos ventajosa diferenciación
851
Idem, p. 13. En el mismo sentido de las anteriores consideraciones véase Luigi FERRAJOLI,
“Processo decostituente”, contenido en Domenico GALLO y Franco Ippolito (coords.), Salviamo
la Costituzione, Chimienti Editore, Societas, Taranto, 2005, pp. 93-110.
852
Luigi FERRAJOLI, Prima che sia troppo tardi, “il Manifesto”, venerdì 7 aprile 2006, p. 10.
853
Luigi FERRAJOLI, Lo Stato di diritto messo in soffitta... “il Manifesto”, sabato 17 giugno
2006, p. 12.
286
de competencias entre cámara y senado y entre estado y regiones”, pero no
era así o sólo eso.
En Lo Stato di diritto messo in soffitta... FERRAJOLI formulaba no sólo
su permanente oposición a la “personalización y verticalización del sistema
político” y los problemas que se generarían con la modificación al sistema de
fuentes sino que advertía que, si ganaban los Sí, habría “20 sistemas
sanitarios, 20 sistemas escolares y 20 sistemas de policía diversos, con los
relativos aparátos burocráticos”, es decir, criticaba la así llamada devolution,
con la lesión de la igualdad en tales derechos de los ciudadanos en perjuicio de
quienes habitan en las regiones más pobres.
En el plano político el autor en estudio apuntaba que era “difícil entender
si los dirigentes dell´Unione se da(ban) cuenta de la capacidad del daño
proyectado por una victoria del Sí”.
Por ello, dos cosas al menos debían entonces ser claras a nuestros
representantes, decía: a) que una eventual victoria del Sí difícilmente induciría
a la derecha a poner de nuevo en cuestión su reforma y, b) que la victoría del
No era esencial también para la sobrevivencia del actual gobierno ya de centro
izquierda (el de Romano PRODI), el cual resultaría duramente deslegitimado
desde el momento en que entrara en vigor la Constitución de BERLUSCONI,
FINI, BOSSI y CALDEROLI.
En este orden de ideas, habría que inscribir la participación e
intervención de Luigi FERRAJOLI en un mitin en Perugia el martes 20 de junio
para promover el No en el referéndum del 25 y 26 de ese mes854 así como la
suscripción de otro desplegado más en el cual, junto con 28 personalidades entre ellas Giacomo MARRAMAO, Mario DOGLIANI, Tamar PITCH y Danilo
ZOLO- expresaba cuatro razones para el No.855
854
Según el anuncio aparecido en “il Manifesto”, domenica 18 giugno 2006, p. 18; mitin que
promovían Emergency, Libera Perugia, Micropolis, Segno Critico y UDU en Piazza della
Repubblica a las 16:30 hrs.
855
Bonificare la democrazia. Quattro ragioni per un NO, “il Manifesto”, sabato 24 giugno 2006,
p. 4. Primera, porque la reforma era “técnicamente descoordinada y mal escrita”; segunda,
porque era una reforma “equivocada políticamente” pues por tratarse de normas fundamentales
no debían ser “impuestas por una parte a la otra”; tercera, porque reproponía la “preminencia
personal del jefe del ejecutivo que Italia conoció en el tiempo del fascismo y que los
constituyentes habían querido alejar para siempre. Esta reforma en consecuencia -proseguían
los abajo firmantes- (es) la revancha sobre la tradición y sobre las fuerzas antifascistas que
escribieron la Carta del ´48, por parte de los epígonos del fascismo, que permanecen
disimulados bajo clasificación diversa” y cuarta, porque la reforma era “democráticamente
287
Por otra parte, y casi para terminar, hay que destacar que durante el
breve gobierno de Romano PRODI la crítica a la mala política italiana no cesó
en nuestro autor. En ese breve lapso se adhería a un desplegado856 en el cual,
con motivo de las recientes declaraciones del entonces ministro Giuliano
AMATO en el sentido de que “la <<receta>> de Giuliani (tolerancia cero) no (era)
ni de derecha ni de izquierda”, los abajo firmantes, además de ofrecer un
brevísimo diagnóstico sobre la seguridad y el orden en la Italia reciente, le
respondían que, al parecer, quienes (entonces) gobernaban jugaban con la
inseguridad y el miedo y que tras esa “propuesta”, los electores siempre
escogerían el original, es decir, las medidas de seguridad y de orden público de
la derecha.
Semanas después, FERRAJOLI criticaba -ciertamente sin mencionar
nombres y sin particularizarlo a Italia- que se estaba “acentuando la vocación
represiva de la política penal”, cuyo mensaje era doble: a) “aquel clasista, en
sintonía con los intereses de la criminalidad del poder, para la cual la
criminalidad (...) es solamente aquella de la calle; no en consecuencia las
riesgosa” pues predisponía “una amenazante concentración del poder en las manos del jefe del
ejecutivo”. Cabe destacar -para el lector no conocedor de la historia política reciente de Italiaque el referéndum fue ganado por 61.7% de No. Sin embargo, vértices del Partito democratico
(oposición a BERLUSCONI) expresaron su apoyo a la propuesta berlusconiana. Su entonces
vicesecretario, Dario FRANCESCHINI, en una entrevista publicada en la Repubblica en fecha 2
de enero de 2008 reformulaba y explicitaba lo ya dicho por su secretario, Walter VELTRONI, a
saber: “la necesidad de un <<salto cultural>> en la política y en la cultura constitucional, por
parte de las fuerzas democráticas, dirigida a la realización, también en (Italia), de un modelo
presidencial o de premierato forte”. La declaración de FRANCESCHINI mereció un appello véase Il salto nel buio oltre la Costituzione, “il Manifesto”, sabato 19 gennaio 2008, p. 2, entre
cuyos primeros nueve firmantes estaba Michelangelo BOVERO- en el cual se sostenía que tal
postura debía ser rechazada: a) porque revelaba la intención de fondo: “el cambio con
graduación bipartisan de la Constitución, no obstante la formidable confirmación” que había
recibido ésta en el referéndum, b) porque tal opción los llevaría “fuera del camino de una
moderna democracia constitucional parlamentaria” y, c) por ser el “enésimo intento de
sancionar en un texto normativo la tendencial transformación de la democracia parlamentaria
en una especie de autocracia electiva”. De ahí que consideraban “necesario y vigente retomar
en el país, en los lugares de trabajo y en las escuelas la nunca concluida batalla, civil y política,
por la defensa y la plena actuación de la (...) Constitución republicana y antifascista”.
La crítica al Partito democratico -y no sólo- también la formulaba Rossana ROSSANDA en
términos, me parece, precisos -véase Un monarca, per favore, “il Manifesto”, lunedì 10 marzo
2008, pp. 1 y 2- cuando señalaba que “la democracia <<modernizzata>> que tienen en la
cabeza” políticos como BERLUSCONI, SARKOZY, PUTIN y VELTRONI es la de “un sólo líder,
al máximo dos por vía de la alternancia, que se confronten en largas competencias de imagen”
y con vocación por la delegación -las antípodas pues del dopo ´68, cuando “cada uno sentía
que podía y debía hablar (en las asambleas), expresarse, asumir las responsabilidades,
participar en una decisión rechazando delegarla a otros, porque todo mandato representativo
llevaba en sí el parásito de la jerarquía y de la burocratización”. Para ellos el slogan es:
“simplifiquemos. Un parlamento es muy complicado en una sociedad dividida.
Simplifiquémoslo”.
856
Paccheto sicurezza, l´originale e la fotocopia, “il Manifesto”, mercoledì 10 ottobre 2007, p. 2.
288
infracciones de los potentes” sino sólo los pequeños robos “cometidos por
inmigrantes, desocupados, sujetos marginados, identificados aún hoy como las
únicas <<clases peligrosas>>” y, b) el cambio en el sentido común del significado
mismo de la palabra
<<seguridad
social>>, “es decir, garantía de los derechos
sociales”: “Es el viejo mecanismo del chivo expiatorio, que permite descargar
sobre el pequeño delincuente los miedos, las frustraciones y las tensiones
sociales no resueltas”. Produciendose de esta forma “una ampliación del rol
penal y militar del Estado, correlativa a la reducción máxima de su rol social”.857
Todavía dentro del gobierno PRODI, el autor italiano en estudio suscribía
otro desplegado -junto con 34 personalidades más- a fin de fijar sus posturas
en torno a la cuestión salarial que en esos momentos, decían, estaba
afortunadamente “al centro del debate público”.858
Los abajo firmantes, para decirlo en breve, se expresaban a favor de
“reducir la carga fiscal sobre el trabajo dependiente y sobre las pensiones” y
advertían que la cuestión salarial estaba unida, por elección de “una parte
considerable de las empresas”, a la especulación financiera más que a las
inversiones en investigación e innovación. Por ello pedían a la izquierda en su
totalidad -no sin antes dirigirse al gobierno y a los sindicatos- estar “a la altura
de las propias tareas y objetivos”, particularmente concretar “nuevos
mecanismos que garanti(zaran) la recuperación del poder adquisitivo
erosionado por la inflación”.
De cara al tercer gobierno BERLUSCONI, es decir, durante la campaña
para las elecciones de abril de 2008 en que resultó nuevamente triunfador el
magnate de los medios de comunicación, FERRAJOLI se movilizaba
promoviendo y afirmando la Constitución misma.859
857
Luigi FERRAJOLI, Al posto della sicurezza sociale il buon vecchio capro espiatorio, “il
Manifesto”, domenica 18 novembre 2007, p. 2.
858
Mettiamo al centro la questione salariale, “il Manifesto”, sabato 12 gennaio 2008, p. 2. Aquí
mismo, los abajo firmantes ofrecían datos duros: Sólo Portugal se coloca debajo de Italia en
cuanto a nivel de salarios; en los últimos 25 años “la cuota de riqueza atribuída a las ganancias
por trabajo ha disminuido en más de 15 puntos del Producto Interno Bruto mientras la cuota
atribuida a las utilidades ha pasado dramáticamente del 2 al 16%. Aunado a esta “retribución
del todo inadecuada”, había que añadir la inflación.
859
Es el caso de su participación en la mesa redonda “Constituzione e riforme istituzionali:
quale democrazia?” en el encuentro público “Attuare la Costituzione difendere la democrazia”,
organizado por el Comitato per la difesa della Costituzione – Firenze, el día 28 de marzo de
2008 en Florencia.
289
Ya durante el tercer gobierno BERLUSCONI, el autor italiano en estudio
ha dedicado su atención860 a la creciente “estigmatización penal” que por
primera vez en la historia de Italia “no sólo reprime a los individuos aislados
sobre la base de los delitos por ellos cometidos sino enteras clases de
personas sobre la base de su identidad étnica”, todo ello a partir de un miedo
“en gran parte construido por el sistema político y de los medios” masivos de
comunicación pues el espacio dedicado por los telenoticieros a la nota roja se
ha incrementado -del 10,4% en 2003 al 23.7% en 2007, con un incremento de
233.4% en el bienio 2006-2007, es decir, dentro de tiempos electorales, según
el Centro d´ascolto del Partito Radicale- no obstante que las estadísticas sobre
diversos delitos, como los homicidios, las violencias sexuales, los robos, etc.
han disminuido.
Las medidas de la derecha -proseguía FERRAJOLI- de justicia penal y
orden público, tales como el delito de inmigración clandestina o el de
prostitución, son “populismo penal” pues no son practicables en cuanto que
significarían llevar a la cárcel de un sólo golpe a 700 mil inmigrantes
clandestinos y a decenas de miles de prostitutas y sus clientes, lo que no sólo
“confirma el carácter demagógico” sino “el valor simbólico”, de ahí que la
<<tolerancia
cero>>, apuntaba el entrevistado, no es más que “una expresión
absurda que manifiesta una utopía reaccionaria”:
La eliminación de los delitos, es decir, su reducción a cero, es imposible
sin una involución totalitaria del sistema político. La <<tolerencia cero>>
podría ser quizá conseguida sólo en una sociedad panóptica de tipo
policiaco, que suprimiera preventivamente las libertades de todos, poniendo
un policía a las espaldas de cada ciudadano y los carros armados en las
calles.861
2.4.7.1 Errores y responsabilidades de la izquierda
860
Véase la entrevista a Roberto CICCARELLI, In nome della paura. Intervista con il filosofo
Luigi Ferrajoli, “il Manifesto”, martedì 21 ottobre 2008, p. 13.
861
Ibidem. Así, insistir en la <<tolerencia cero>> es inistir en “una encarcelación de masa de la
pobreza, generada por una degeneración clasista de la justicia penal totalmente desconectada
por los cambios de la fenomenología criminal, alimentada por una ideología de la exclusión que
criminaliza los pobres, los marginados, los diferentes como los extranjeros, el islámico, el
clandestino, con la marca de una antropología racista de la desigualdad”. Pero el aspecto más
grave de esas leyes, “más aún que la violación de los principios garantistas, es el veneno
racista que inyectan en el sentido común. Estas leyes no se limitan a favorecer el racismo
difuso en la sociedad, sino que ellas mismas son leyes racistas”. Ibidem.
290
E
s preciso referir la crítica más concisa que FERRAJOLI hacía a la
izquierda
-y
seguramente
vigente-
por
sus
errores
y
responsabilidades frente al fenómeno BERLUSCONI, es decir, por su
corresponsabilidad en la crisis de la democracia y del Estado de derecho en
Italia.862
Aquella era en tres órdenes. El primero, por su “subalternidad cultural y
política a la ideología de la derecha” que se ha expresado “en la aceptación de
la opción liberista y antiestatalista”, o sea en el ataque “al estado social y a la
esfera pública”, “dejándose homologar y por ello envolver en la crisis de la
política de la cual la derecha, como era inevitable, recogió todos los frutos”. Así,
no obstante que “son precisamente las batallas de principio aquellas que más
cuentan para acreditar la autoridad de una fuerza política”, la izquierda no ha
dado “ninguna batalla de principios”, a diferencia de BERLUSCONI y sus
aliados, quienes “sus agresiones a la legalidad republicana y a los derechos
sociales” las han presentado como batallas de principios, ya fueran
<<liberales>>,
<<democráticas>>
o
<<anticomunistas>>.
Sin descontar que la
izquierda en los años de gobierno se ha distinguido “por una sustancial
ausencia de iniciativa reformadora si
no es que por el
inicio de
contrarreformas”.
En segundo lugar, la izquierda ha renunciado -proseguía FERRAJOLI- a
una base social y optado por una “política compromisoria y subalterna a las
provocaciones de derecha”. De aquí su pérdida precisamente de base social y
el rechazo de las antiguas relaciones con la sociedad, “en vista de su
tranformación en un vago partido de opinión dedicado a las apariciones
televisivas”: “Se ilusionaron mucho de poder vencer o, como fuera, de poder
competir sobre el plano del encuentro televisivo con Berlusconi, que es el jefe
de la televisión, más que un profesionista de la publicidad y de las televentas”.
Por último, la izquierda ha tenido como factor de derrota su “incapacidad
de coalición”, a diferencia de BERLUSCONI, quien ha logrado unir a la
derecha, con lo cual han “subvalorado la gravedad del fenómeno”. Ahí otra
muestra de la subalternidad, decía el autor en estudio: “la absurda búsqueda
de un líder unificante de la entera oposición a Berlusconi”, lo que es imposible:
862
Luigi FERRAJOLI, Il berlusconismo e l´appropriazione... op. cit., pp. 29 y ss.
291
lo que se requiere es “una coalición electoral”, un programa político basado
sobre “acuerdos y compromisos” mínimos de “las diversas culturas en campo”,
un líder no que represente a todos sino que “concilie las diversas propuestas y
estrategias” tendente a “la defensa de la democracia”.
Todo esto ha valido de nuevo en los tiempos más recientes, cuando
Luigi FERRAJOLI y su círculo de pensamiento político cercano han promovido
la unidad de la izquierda para las elecciones europeas de 2009.863
La pretensión no era menor. El desplegado firmado era para pedir una
lista única de la izquierda dado que la democracia italiana -se sostenía- estaba
en peligro.864 “Miedo, racismo, odio por los diversos, desprecio por los débiles,
en suma, son los venenos cotidianamente inyectados en la sociedad por las
políticas y por la propaganda del gobierno cuales fuentes inagotables de
consenso”.
Pero el problema volvió a ser el mismo. El llamado a la unidad de la
izquierda hecho por FERRAJOLI y compañía no interesó a ésta ni en lo general
ni menos aún en sus particularidades, como la consistente en que las
candidaturas fuesen ocupadas por personas distintas a los vértices de los
partidos a fin de ensayar en las elecciones al Parlamento europeo un regla de
salud institucional, a saber, la incompatibilidad entre cargos de partido y cargos
institucionales así como la consistente en rescatar quizá el 10 % del electorado
en Italia que no se reconoce en el Partito democratico.
El problema es que las fuerzas de izquierda sólo “son capaces de
dividirse y de pelear por cuestiones que nada tienen que ver con la emergencia
en acto”: el racismo y la pérdida y falta de empleo.
Es difícil explicar esta vocación de la izquierda a la división y al
autolesionismo político. Hay ciertamente, en su base, el distanciamiento de
la sociedad por los grupos dirigentes de los partidos. Pero hay sobre todo un
863
El diagnóstico y propuesta para abrir la discusión presentada para la convergencia unitaria
de todas las fuerzas de izquierda con propuestas comunes y de cara a tal compromiso electoral
se puede observar en Luigi FERRAJOLI, et al., Ritorno al futuro. Appunto per prendere di
nuovo la parola, “il Manifesto”, domenica, 01 febbraio 2009, p. 20, donde evidentemente no
estaba fuera la crisis económica mundial y los retos que ésta representa para Italia.
864
Elezioni Europee. Per una lista unica della sinistra, “il Manifesto”, sabato 21 febbraio 2009,
pp. 1 y 5, suscrito por Michelangelo BOVERO, Danilo ZOLO, Rossana ROSSANDA, entre
otros. En peligro, aducían los abajo firmantes, como lo demuestran los hechos siguientes: la ley
sobre la seguridad que golpea a los extranjeros, la propuesta de un federalismo que divide a
Italia entre regiones ricas y pobres, el intento de la rotura de la unidad sindical, el intento
también de obstaculizar, por parte del Presidente del Consejo, la iniciativa de Europa en
materia ambiental y el desencuentro institucional abierto por aquél contra el Presidente de la
República por el caso de Eluana ENGLARO.
292
virus antiguo y hoy del todo indiscutido: la falta de respeto y la incapacidad
de convivir entre personas con ideas aún mínimamente diversas; la
intolerancia por el pluralismo de las opiniones, para compartir los mismos
valores; la aspiración autoritaria y sectaria, más o menos conciente, a un
pensamiento único que todos deberían compartir.865
Sobre este tema en particular, habría que quedarse con las palabras de
Paul GINSBORG al término del encuentro en Florencia, Italia, el día 7 de marzo
de 2009, evento que inició Luigi FERRAJOLI haciendo un análisis de la crisis
de la democracia italiana que hacía más que nunca necesaria tal unidad de la
izquierda. Las palabras del autor inglés, adoptado por Florencia, fueron:
“Esperamos que antes o después la larga lista de desastres se detenga”.866
Así
pues,
el
reto
de la izquierda italiana frente a la crisis de la
democracia -recientemente unida con la crisis económica y social- y de la cual
el fenómeno BERLUSCONI ha constituido un ulterior agravamiento, no es
menor:
... el berlusconismo alarma y debería aún alarmar la cultura política
democrática también fuera de nuestras fronteras: un nuevo caso italiano,
como fue el fascismo, en grado de contagiar y de anticipar involuciones
análogas también en otros países.867
Es precisamente en el marco de esos peligros que corren las
democracias, en el contexto de un desorden global, que hay que revisar la
propuesta
ferrajoliana
de
una
democracia
constitucional
y
de
un
constitucionalismo mundial.
865
Luigi FERRAJOLI, Una cosa di sinistra, “il Manifesto”, giovedì 26 febbraio 2009, pp. 1 y 5.
Matteo BARTOCCI, Divisi a Sinistra, processo ai partiti. Caduto l´ultimo appello per una lista
unitaria. Delusione a Firenze. Si pensa al dopo europee, “il Manifesto”, domenica 08 marzo
2009, p. 6.
867
Luigi FERRAJOLI, Il berlusconismo e l´appropriazione... op. cit., p. 34. “El berlusconismo no
es un fenómeno aislado. Es sólo la forma extrema y grotesca de una crisis general de la
democracia política y de su relación con la economía, que en casi todos los países del
occidente se está manifestando, más o menos abiertamente, en múltiples aspectos de la
fenomenología berlusconiana: en la relación siempre más estrecha y perversa entre dinero y
política -dinero para hacer política, política para hacer dinero; en el desarrollo exponencial de la
corrupción de la esfera pública; en el vaciamiento videocrático de la representación y de sus
sedes institucionales; en la crisis de los partidos de masa y en la personalización y
verticalización de la política; en el primado del mercado y en las muchas formas de
privatización de la esfera pública; en la abdicación de la política, por opción ideológica o por
corrupción o por miope conveniencia, al rol de dirección y de control sobre la economía; en el
rol de gobierno, en fin, tomado por las grandes empresas multinacionales, en grado de
condicionar sus inversiones, sobre todo en los países más pobres... Ibidem.
866
293
Capítulo III
Constitucionalismo mundial y
democracia constitucional
... de todas las obras del hombre, la que más dura
es la que se refiere a sus despojos y sus miserias.
Alexis de Tocqueville
3.1 La crítica al presente desorden global
3.1.1 Consideraciones preliminares
H
emos visto en el capítulo II cómo el autor en estudio, durante un
largo recorrido, ha dirigido su interés a temas y problemas de la
realidad política y social de Italia.
El empeño cívico de Luigi FERRAJOLI, sin embargo, no se ha
circunscrito a su país, y las preocupaciones filosófico-políticas no sólo se han
generado y fortalecido al ocuparse de los distintos “casos italianos”: también lo
han sido por una experiencia internacional, sobre todo con los pueblos
oprimidos, los más débiles, a lo largo de su itinerario.
Mi impresión es que esta visión global de temas y problemas se
acrecienta a principios de la década de los noventa -en ello mucho tendría que
ver el arribo a una nueva era tras el fracaso de los llamados socialismos realesse hace más marcada a finales de la misma -lo que no significa que antes no
hubiera esa ocupación y preocupación por la realidad política externa- y se
consolida en esta primera del nuevo siglo y milenio.868
868
Muestra de ello podría ser que en il Manifesto nuestro autor, en esos años, comenzara a
ocuparse de temas con una dimensión internacional que antes no figuraban, o por lo menos,
no en esa medida. Como en el caso de Augusto PINOCHET, cuando la Procura de Milán negó
proceder penalmente contra el dictador chileno -véase Luigi FERRAJOLI, E invece fu strage3
op. cit.; el de Abdullah OCALAN, cuando éste se encontraba en Italia en su peregrinación para
evitar ser sometido a juicio en Turquía y nuestro autor aclaraba en sede jurídica lo que
procedía (no menos que pronunciándose políticamente): término del procedimiento de asilo,
prohibición de extradición a Turquía, prohibición de expulsión en razón de la ley del 20.2.1998,
obligación de someterlo a juicio frente a una corte internacional o, en su caso, a un tribunal
italiano con las garantías del debido proceso; véase Luigi FERRAJOLI, Sostiene il diritto.
Perché Abdullah Ocalan non può essere estradato né espulso, “il Manifesto”, mercoledì 2
dicembre 1998, p. 3; su artículo dedicado a defender la Carta de los derechos fundamentales
de Niza -véase Luigi FERRAJOLI, A che serve quella Carta, “il Manifesto”, domenica 10
dicembre 2000, p. 18, donde se ocupaba en rebatir críticas de la izquierda: i) de mérito: que era
una Carta atrasada que reflejaría, por lo menos en derechos sociales, las políticas y las
ideologías liberistas y, ii) de método: que era un documento caído de lo alto, sin ninguna
294
La idea que guía este capítulo es que el presente desorden mundial
constituye otro conjunto de circunstancias sociales y políticas -el tercero, junto
participación del <<pueblo europeo>>. En relación a lo primero, nuestro autor aceptaba que en
comparación a la Constitución italiana aquella tiene serias omisiones, no obstante “está en ella
un art. 53 que establece que <<ninguna disposición de la presente Carta debe ser interpretada
como limitativa o lesiva de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales
reconocidas>>”, por lo que dependería de ellos mismos “el sentido y la portada normativa que
(las interpretaciones) asumirían en la práctica jurídica y en el imaginario colectivo”. Además,
“esta Carta es bajo muchos aspectos más avanzada que muchas constituciones nacionales ya
sea en tema de derechos de libertad que en tema de derechos sociales” y ponía ejemplos algunos ad hoc a la política italiana- entre los cuales estaban “la prohibición incondicionada de
la pena de muerte y de la tortura” que habría servido para “impedir a Italia y a Grecia las
vergonzosas incertezas sobre la concesión de asilo a Ocalan mismo”, o bien “el derecho <<a la
tutela contra cualquier despido injustificado>>: que de nuevo hubiese sido suficiente, si hubiera
sido previsto en nuestra Constitución o si esta Carta hubiese estado entonces en vigor, para
hacer inadmisible el reciente referéndum de los radicales sobre el estatuto de los trabajadores”.
En cuanto a lo segundo, es decir, a la cuestión de método, FERRAJOLI apuntaba que “todas
las constituciones, también aquellas nacidas de revoluciones del pueblo (...) fueron siempre el
fruto de élites jurídico-políticas, y que habría sido imposibles, duele decirlo, si hubieran debido
reflejar cada vez la voluntad de las mayorías populares”. Sobre el mismo argumento, véase
Luigi FERRAJOLI, “De la Carta de derechos a la formación de una esfera pública europea”,
contenido en Miguel CARBONELL y Pedro SALAZAR (editores), La constitucionalización de
Europa, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2004, pp. 75-90. Y, en alguna
medida, también reflejaría su atención a asuntos de índole internacional cuando se ocupaba
del asunto de Silvia BARALDINI -véase Luigi FERRAJOLI, Detenuta fuori legge, “il Manifesto”,
sabato 3 marzo 2001, pp. 1 y 18-, es decir, de una italiana condenada a 43 años de cárcel en
EEUU -pero cumpliendo su condena ya en Italia- por la participación en delitos no de sangre y
donde, en esencia, nuestro autor criticaba la aplicación de un Acuerdo entre su país y aquél
sobre las modalidades de ejecución de las penas, entre otras razones, porque nunca había
sido ratificado por las Cámaras. Cabe decir que el tiempo le daría la razón a FERRAJOLI. El
domingo 22 de abril de ese 2001 il Manifesto, a primera plana daba cuenta, con la nota “Mezza
libera”, del arresto domiciliario concedido a Silvia BARALDINI y es que, entre las razones que
argüía el autor en estudio para la liberación de BARALDINI, estaba su derecho a la salud.
Igualmente, prestaría antención a las secuelas de los atentados del 11 de septiembre en
EEUU, especialmente cuando expresaba su preocupación de que la respuesta a estos fuera la
guerra y no una acción de policía frente a actos delictuosos -váse Luigi FERRAJOLI, Guerra o
terrorismo? Il peso delle parole, “il Manifesto”, martedì 18 settembre 2001, pp. 1 y 9, donde
apuntaba: “... parece que está prevaleciendo la voluntad o, en todo caso, la aspectativa de la
guerra, destinada inevitablemente a golpear víctimas inocentes, a provocar una espiral
indetenible de otros actos de terrorismo, a desencadenar ulteriores odios, violencia y
fanatismo”. Idem, p. 9- así como, a una semana de iniciado el bombardeo en Afghanistán,
cuando reiteraba lo errado de la estrategia y destacaba el nuevo tipo de pacifismo, expresando,
abierta y claramente, esa visión global que, como se ha dicho, en este último tiempo lo ha
caracterizado. Véase Luigi FERRAJOLI, Pacifismo 2001, “il Manifesto”, domenica 14 ottobre
2001, pp. 1 y 9. “Es esta falta de una esfera pública internacional, idónea a suplir las
insuficiencias de los Estados nacionales en el presente mundo globalizado, la gran laguna
dramáticamente revelada de las tragedias de este mes (...) Más allá de las etiquetas y de los
eslogan, en efecto, los verdaderos antiglobalistas son precisamente los G8, es decir, los
potentes de la tierra que hasta hoy defendieron un orden del mundo fundado sobre la
globalización de los mercados pero no de los derechos y sobre la clausura de la fortaleza
Occidente a los desamparados del resto del mundo. Mientras los verdaderos globalistas
parecen ser precisamente los movimientos así considerados <<anti-G>>, unidos por la
reivindicación de una esfera pública internacional (...) La cosa más urgente es, entonces, que
también la política de los Grandes de la tierra descubra finalmente que el mundo está unido no
sólo por el mercado global sino también por el carácter global e indivisible de la seguridad y de
la paz, así como de la democracia y de los derechos. Idem, p. 9.
295
con la cultura antifascista que hereda y la experiencia de la contestación del
´68 y post ´68 en Italia- que tienen un efecto decisivo en el filósofo italiano en
estudio.
Quizá una de las primeras ocasiones en que se puede observar de
manera más nítida esto se encuentra al final de su ponencia presentada en la
sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) sobre La conquista
dell´America e il diritto internazionale, en ocasión del V centenario de la
invasión-conquista, donde aboga por una “prospectiva alternativa, que no es
otra cosa que la prospectiva del derecho internacional” capaz de hacer frente a
la crisis de época que vivimos y frente a la cual -así lo cree- la cultura jurídica
tiene la tarea de indicar “las formas y los caminos de su superación”: que pasa
por “la superación de la forma misma del estado nacional y, en consecuencia,
por la refundación de la Onu no más sobre la soberanía de los estados sino
sobre las autonomías de los pueblos que la componen”.869
En esta faceta del autor italiano, mostrar la ausencia de garantías de
derecho internacional para proteger los derechos humanos internacionalmente
reconocidos, equivale “a reconocer la ilegitimidad -jurídica, antes que política y
moral- del orden internacional: por ausencia así de sus garantías primarias y de
sus garantías secundarias”.870
Una premisa que hay que tener presente además para comprender el
constitucionalismo mundial de FERRAJOLI, es decir, lo que antepone al actual
869
Lugi FERRAJOLI, L´America, la conquista, il diritto. L´idea di sovranità nel mondo moderno,
“Meridiana. Rivista di storia e scienze sociali”, n. 15, 1992, pp. 45 y ss. La sesión del Tribunal
se llevó a cabo en Padua-Venecia del 5 al 9 de octubre de 1992. Véase el resto de la ponencia
para una caracterización del paradigma de legitimación de la invasión y genocidio-etnocidio.
Junto a la crisis de la soberanía está la de la ciudadanía; ambos conceptos que se revelan cada uno en su acepción tradicional- como obsoletos, incompatibles con el derecho. La crisis
de la primera se inicia “en el momento mismo en el cual entra en relación con el derecho, dado
que del derecho es la negación”. La idea de ciudadanía, por su parte, es ya insostenible porque
“contradice el universalismo” de los derechos fundamentales. Luigi FERRAJOLI, Sovranità e
cittadinanza: due categorie oggi in crisi, “Rassegna parlamentare”, n. 2, aprile-giugno 1998, p.
404. Para una lectura sobre la ciudadanía en sede histórica y su correspondiente tensión
derechos
fundamentales-etnocentrismo
véase
Salvatore
SENESE,
Cittadinanza,
etnocentrismo, diritti fondamentali, “Problemi del socialismo”, n. 1, gennaio-aprile, 1989, pp.
174-186.
870
Luigi FERRAJOLI, “I diritti fondamentali nella sociologia giuridica e nella teoria del diritto”, en
Vincenzo FERRARI, Paola RONFANI y Silvia STABILE, Conflitti e diritti nella società
trasnazionale, FrancoAngeli, Milano, 2001, p. 311, correspondiente a su ponencia en el
Congresso internazionale di Sociologia del diritto en Courmayeur-Mont Blanc los días 10 al 12
de septiembre de 1998, organizado por el Centro nazionale di prevenzione e difesa sociale
(Cnpds), la revista “Sociologia del diritto” y de la Sezione di sociologia del diritto
dell´Associazione italiana di sociologia.
296
desorden glogal, es su convicción de que el principal problema del futuro es “la
crisis ya irreversible de la soberanía de los Estados-nación, o sea, del
monopolio estatal de la producción jurídica, generada por un proceso de
integración económica y política no acompañado (...) de la construcción de una
esfera pública internacional a la altura de los nuevos poderes y de las nuevas
relaciones extra- y sobre-estatales”.871
El autor en estudio “(e)n resúmen -se pregunta- ¿cuál es el futuro de la
democracia política y del Estado de derecho desde la perspectiva de la actual
crisis de su premisa, es decir, del Estado nacional como ordenamiento original,
unitario, autosuficiente e independiente?”872
La pregunta no es irrelevante: “(Dado que a) la crisis de los Estados, y
por ello del papel de las esferas públicas nacionales, no ha correspondido la
construcción de una esfera pública a la altura de los procesos de globalización
en acto”,873 la consecuencia hoy es un vacío de derecho llenado por la ley del
más fuerte cuya expresión han sido las guerras y la violación masiva de los
derechos fundamentales.874
871
Luigi FERRAJOLI, Per un costituzionalismo di diritto3 op. cit., p. 19. La crisis del Estado
nación se inscribe para el autor en estudio en una época de incierta transición caracterizada
por dos elementos: i) los procesos de globalización de la economía, las finanzas y las
comunicaciones, así como de agregación política regional de grandes áreas transnacionales y,
ii) los procesos de desagregación impulsados por instancias de autonomía política y fundados
en reivindicaciones localistas y comunitarias nacionalistas, étnicas o religiosas, entendidas
como factores de identidad nacional. Luigi FERRAJOLI, “Hipótesis para una democracia
cosmopolita”, contenido en Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas3 op. cit., p. 91.
872
Luigi FERRAJOLI, “Democracia, Estado de derecho y jurisdicción en la crisis del Estado
nacional”, contenido en Miguel CARBONELL, J. Jesús OROZCO Henríquez y Rodolfo
VÁZQUEZ (coords.), Jurisdicción y argumentación en el Estado constitucional de derecho,
Universidad Nacional Autónoma de México, Serie Estado de Derecho y Función Judicial,
México, 2005, p. 112, texto que corresponde a su conferencia impartida en el Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación de México el día 22 de mayo de 2003 en el Seminario
“Estado de derecho y función judicial”.
873
Luigi FERRAJOLI, “Por una esfera pública del mundo”, contenido en Miguel CARBONELL
Sánchez (editor), Luigi Ferrajoli\ op. cit., p. 344. Se entenderá así cómo el autor en estudio, en
el año 2000, en relación al papel de la OTAN y las movilizaciones en Italia contra ésta con
motivo del bombardeo contra la ex Yugoslavia sostuviera: “El eslogan <<Fuera Italia de la
OTAN, fuera la OTAN de Italia>>, efectivamente, no es realista. El problema no es si Italia debe
o no salir de la OTAN (cosa que, como sea, no sucederá nunca). El problema, hoy, es el futuro
del orden mundial. La prospectiva es el rol que Europa debería desempeñar para frenar la
deriva y conducir a la OTAN a sus funciones institucionales (de <<defensa>>), funciones que
después de la caída del muro de Berlín y la disgregación del bloque <<enemigo>> debieron
haberse agotado”. Luigi FERRAJOLI, Intervención en la Tavola rotonda <<L´influenza della
NATO sulla politica interna italiana. Partecipano: Falco Accame, Giuseppe De Lutiis, Luigi
Ferrajoli, Luigi Cortesi (coordinatore)>>, “Giano”, n. 35, maggio-agosto 2000, p. 132.
874
Otro de los “efecto perversos de la globalización es sin duda el desarrollo, con dimensiones
que no tienen precedente, de una criminalidad internacional, a su vez global”. Luigi
FERRAJOLI, “Criminalidad y globalización”, contenido en Miguel CARBONELL Sánchez,
297
Por ello, ante la persistente violación de los valores de la paz y de los
derechos humanos -consagrados en la Declaración universal de los derechos
del hombre de 1948, que inauguraría una nueva época- la pregunta ahora
significativa que se plantea FERRAJOLI es qué puede y debe hacer la
comunidad internacional. La respuesta es “tanto simple sobre el plano teórico
cuanto de difícil actuación sobre el plano práctico. El imperativo de la paz y los
derechos humanos son inefectivos porque no fueron acompañados por un
adecuado sistema de garantías de derecho internacional”.875
La preeminencia de lo privado sobre lo público en el actual proceso de
globalización es otra premisa, hay que destacarlo, en la crisis del Estadonación.876 La conclusión, así, no puede ser otra: la crisis del Estado consiste
esencialmente “en la incapacidad de realizar la función originaria de ser el lugar
de unificación política de la sociedad civil; de ser un Estado puramente político
(de mantener la separación, o más exactamente, el aislamiento de lo
económico respecto de la política).877
En este orden de ideas, si para FERRAJOLI el Estado-nación se
encuentra en crisis tanto por arriba como por abajo878 y es ahora demasiado
Garantismo penal, Universidad Nacional Autónoma de México, Colección Lecturas Jurídicas,
Serie Estudios Jurídicos, Número 34, México, 2006, p. 69.
875
Luigi FERRAJOLI, “La Dichiarazione Universale del 1948 e la prospettiva di un
costituzionalismo mondiale”, en Pier Cesare BORI, Giuseppe GILIBERTI y Gustavo GOZZI
(coord.), La Dichiarazione Universale dei Diritti dell´Uomo cinquanttanni dopo, Club, Sezione di
Scienze Storiche 8, Bologna, 2000, p. 32.
876
Como bien dice FARIA, el gran desafío es dar cuenta de la “ruptura entre la soberanía
formal del Estado y su autonomía de decisión sustantiva, así como de la consiguiente
recomposición del sistema de poder provocada por el fenómeno de la globalización”. José
Eduardo FARIA, El derecho en la economía globalizada, trad. Carlos Lema Añón, Trotta,
colección “Estructuras y Procesos”. Serie “Derecho”, Madrid, 2001, p. 22. Para una serie de
ensayos sobre los problemas del Estado-nación a la luz del proceso de globalización véase
Juan Carlos MONEDERO (editor), Cansancio del Leviatán. Problemas políticos en la
mundialización, Trotta, colección Estructuras y Procesos. Serie Ciencias Sociales, Madrid,
2003.
877
Pietro BARCELLONA, Stato e mercato. Fra monopolio e democrazia, De Donato, colección
Riforma e potere 10, Bari, 1976, p. 46. Para un diagnóstico sobre la crisis del Estado que
apuntara BOBBIO, véase Norberto BOBBIO, Nuovi problemi, “Giustizia e Costituzione”, nn. 1-2,
1973, pp. 51-54, escrito con motivo del 25 aniversario de la Constitución italiana que publicara
en dicha revista, apuntaba ya esa antítesis entre “el Estado como cosa de los ciudadanos
contra el Estado de los funcionarios, el Estado como asociación voluntaria contra el Estado
como vehículo con un número mínimo de conductores, el Estado pluralizado contra el Estado
monolítico”. Idem, p. 53.
878
Por arriba, debido a la múltiple transferencia a sedes supraestatales, como la UE, la OTAN,
la ONU, entre otras, “de gran parte de las funciones que habían motivado su nacimiento y
desarrollo en el pasado”. Por abajo, debido a “los impulsos centrífugos y de los procesos de
desagregación violenta”, como los de la ex Yugoslavia, Somalia y Ruanda, que revelaron “de
manera dramática el carácter artificial de los Estados (...), la artificialidad de sus límites
territoriales, su insostenible pretensión de subsumir en su interior, de manera forzosa, pueblos
298
grande para las cosas pequeñas y demasiado pequeño para las cosas
grandes,879 es evidente que para sustraerlo de la crisis se exige un nuevo
orden que no puede ser más que mundial. Ese nuevo orden, a su vez, no
puede ser más que por la vía jurídica en cuanto que la crisis del Estado-nación
es también crisis de Estado de derecho, de la democracia e, incluso, del
Estado social.880
3.1.2 Las participaciones en el Tribunal Permanente de los Pueblos
S
i de condenar el presente desorden global se trata, habría que
atender a sus participaciones en el tribunal pensado y querido por
Lelio BASSO,881 el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP).882
En efecto, nuestro autor ha participado en este tribunal de opinión,
órgano de la Fondazione Internazionale Lelio e Lisli Basso Issoco, formando
parte como uno de los miembros del jurado en seis ocasiones de forma directa
y una de forma indirecta.883
y naciones, negando sus diferencias y sus identidades comunes, y por tanto, su incapacidad,
además de su carácter de obstáculo, para desarrollar las dos principales funciones que
cumplieron en el pasado: la unificación nacional y la pacificación interna”. Luigi FERRAJOLI,
“Hipótesis para una democracia cosmopolita”, contenido en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi
Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., pp. 91 y 92.
879
Demasiado grande “para llevar adelante gran parte de las funciones administrativas que
requieren formas de autonomía puestas a los viejos modelos centralistas”. Y demasiado
pequeño “respecto de las funciones de gobierno y de tutela exigidas por las cada vez más
estrechas interdepedencias que hoy condicionan, de manera irreversible, la vida de todos los
pueblos”. Ibidem.
880
Para un diagnóstico y una serie de propuestas sobre la crisis del Estado social en nuestro
autor véase Luigi FERRAJOLI, Stato sociale e Stato di diritto, “Politica del diritto”, numero 1,
marzo 1982, pp. 41-54, correspondiente a su participación, en 1981, en un Congreso celebrado
en Turín, organizado por la Fondazione Basso, para tratar los problemas del Walfare State.
881
Roberto LIVI, Anche i popoli oppressi hanno il loro tribunale. Insediato a Bologna il Tribunale
permanente dei popoli pensato e voluto da Lelio Basso. Si occuperà (per ora) di otto <<casi>>,
“il Manifesto”, martedì 26 giugno 1979, p. 6.
882
El TPP tiene su antecedente en los Tribunales Russell, esto es, en aquellos que se
originaron a convocatoria de Bertrand RUSSELL cuando decidió constituir un organismo que
examinara y juzgara los crímenes americanos en Vietnam. A una reunión preparatoria, en
noviembre de 1966 en Londres, Inglaterra, invitó a diversas personalidades -entre ellas Lelio
BASSO. La primera sesión del Tribunal fue en Estocolmo, Suecia, del 2 al 10 de mayo de 1967
y su presidente fue Jean-Paul SARTRE. La segunda sesión fue en Roskilde, al sur de
Copenhagen, Dinamarca, del 20 de noviembre al 01 de diciembre del mismo año. El TPP es,
estatutariamente, un órgano de la Fundazione Internazionale Lelio e Lisli Basso Issoco, que a
lo largo de este trabajo será referido como Fundación Basso.
883
Esta última, se trata de la ocasión en que recibió -junto con Salvatore SENESE- testimonios
en Paraguay y Brasil (del 22 al 24 de junio y el 29 de ese mes, en 1990, respectivamente) para
la sesión del TPP que tuvo verificativo en 1991 en Bogotá, Colombia, del 22 al 25 de abril de
1991 y que se intituló L'impunità per i crimini di lesa umanità in America Latina. En esta sesión
actuaron como jurado: François HOUTART (Presidente), Victoria ABELLAN Honrubia, Richard
BAUMLIN, Giulio GIRARDI, Fabiola LETELIER, Sergio MÉNDEZ Arceo, Ward MOREHAUSE,
299
Estas participaciones, reveladoras de su activismo jurídico y empeño
cívico internacional, obedecen a su convencimiento del papel crítico de este
tipo de tribunales, precisamente por su naturaleza de opinión, de denuncia “no
sólo de los crímenes contra la humanidad, sino también (de) su impunidad” así
como por su “función de crítica y de estímulo, evidenciando y denunciando (los
límites normativos de un Tribunal oficial) y solicitando su intervención en todas
las ocasiones que permanezca inactivo”.884
En su primera participación -correspondiente a la sesión Amazzonia
Brasiliana, celebrada en París, Francia, del 12 al 16 de octubre de 1990-885
sobresale claramente la dimensión global y desregulada de los intereses
privados a denunciar, en este caso el daño ecológico y el modelo de desarrollo
económico que ha imperado en Brasil (y no sólo en esa nación sudamericana).
En tal sesión, se sostenía que las estrategias de crecimiento económico
de Brasil -antes y durante el decenio de los ochenta- han tenido como único
imperativo la acumulación, donde el medio ambiente no ha sido sino un factor
de producción, concibiendo la Amazonia como un espacio abierto a la
explotación indebida del suelo y del subsuelo brasileño.
Wilma NÚÑEZ, Adolfo PÉREZ Esquivel y John QUIGLEY. Véase tal sentencia en
http://www.internazionaleleliobasso.it/dtml/tribunale_permanente/sentenze/16_impunitamlatit.pd
f. (La presente consulta, como las de las restantes sentencias, se realizó en julio de 2007). Si
bien las respectivas resoluciones que emite el TPP son documentos suscritos por varias
personalidades, en cuanto también suscritas en el caso concreto por nuestro autor, es que son
dignas de una revisión en el presente apartado. Los cargos que tiene FERRAJOLI en la
Fundación Basso es el de integrante del Consiglio dei garanti y es uno de los dos Condirettori
scientifici.
884
Luigi FERRAJOLI, en “Tribunal Penal Internacional y Constitucionalismo Global”, contenido
en Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas3 op. cit., p. 122. La “efectividad de un derecho no
depende solamente de los procedimientos formales de averiguación y de sanción de sus
violaciones, sino sobre todo del sentido común que se va formando en torno al mismo en la
práctica social y del valor normativo que se le atribuye en la comunicación política”. Ibidem.
“Los tribunales de opinión no desempeñan por tanto sólo un papel supletorio de los oficiales,
denunciando su ausencia. También operan como un elemento de movilización en la lucha por
los derechos en la medida en que sirven para fundamentar la percepción del carácter criminal
de sus violaciones. En ese sentido, ofrecen un cauce al punto de vista externo de las víctimas,
a su lucha por los derechos y, al mismo tiempo, a la formación de una opinión pública
internacional”. Idem, p. 123. Para algunas consideraciones sobre la evolución de la conciencia
y el movimiento a favor de los derechos de los pueblos véase Salvatore SENESE, Movimento
per la pace e diritto dei popoli, “Democrazia e diritto”, nn. 1 y 2, gennaio-aprile 1984, pp. 123151.
885
Participaron junto con FERRAJOLI: François RIGAUX (Presidente), Victoria ABELLÁN
Honrubia, Elma ALTVATER, Dalmo DE ABREU Dallari, Richard FALK, Erwin KRAUTLER,
Raniero LA VALLE, Frieda MEISSNER Blau, Salvatore SENESE y Philippe TEXIER. Véase la
sentencia
en:
http://www.internazionaleleliobasso.it/dtml/tribunale_permanente/sentenze/15_amazzonit.pdf,
en adelante sólo “Sentencia Amazzonia Brasiliana”.
300
A ello habría que añadir que se acumuló una enorme deuda que
representó
un
obstáculo
para
el
crecimiento
económico
del
país
sudamericano, lo que hizo que Brasil exportara más recursos naturales y
humanos de la Amazonia para pagar esa deuda o incluso financiar esa misma
explotación.886
Este fue el modo de justificar un proceso que no es un proceso de
desarrollo sino de destrucción. Por ello, sostenía FERRAJOLI y el resto de los
miembros del Tribunal:
Cuando se habla de desarrollo económico de la Amazonia las preguntas
esenciales que deben hacerse son: desarrollo de qué, desarrollo de
887
quiénes, desarrollo para qué y desarrollo con quiénes.
Para el TPP era evidente entonces que las graves y reiteradas
violaciones a los derechos humanos de los que se dio cuenta en su sesión eran
consecuencia necesaria de la política seguida del resguardo de la Amazonia
por parte del gobierno brasileño.
La segunda ocasión en la cual participó nuestro autor como miembro del
jurado fue la sesión La conquista dell´America e il diritto internazionale,
celebrada en Padova, y en Venezia, del 5 al 8 de octubre de 1992 y referida
supra.888
Para los juzgadores, la conquista de América -que “no es sólo un evento
histórico particular (sino que) abre una nueva era que no está aún concluida”886
Sentencia Amazzonia Brasiliana, pp. 13 y 14.
Sentencia Amazzonia Brasiliana, p. 14. “Es de hecho el mercado internacional, dominado
por los países ricos, y sus economías altamente industrializadas, que determinan las
obligaciones a las cuales el Gobierno brasileño no sabe sustraerse. Son estos países, en
particular los siete países más ricos del mundo, los que establecen los términos de un cambio
desigual en beneficio de sus productos, e indican como única posibilidad de desarrollo
económico un modelo de industrialización forzada, devoradora de energía, que crea
necesidades de consumo siempre mayores, y que se funda sobre una producción
cuantitativamente ilimitada”. Idem, p. 19. “Los países capitalistas avanzados y los países
subdesarrollados no son dos mundos separados; son la cumbre y el fondo de un mismo
mundo”. Paul M. SWEEZY, El Capitalismo Moderno y otros ensayos, trads. Gerardo Dávila y
Manlio Tirado, Nuestro tiempo, México, 1973, p. 30. “Producto de la expansión del capitalismo
comercial europeo durante el siglo XVI, América Latina surgió para atender las demandas de
Europa, insertándose así en el mundo del mercado mundial capitalista”. Theotônio DOS
SANTOS, La teoría de la dependencia. Balance y perspectivas, trad. Mónica Bruckmann
Maynetto, Plaza y Janés, colección “Temas de debate”, México, 2002, p. 30.
888
Participaron junto con nuestro autor: François RIGAUX (Presidente), Perfecto ANDRÉS
Ibáñez, Madjid BENCHIKH, Suzy CASTOR, Monique CHEMILLIER-GENDREAU, Dalmo DE
ABREU Dallari, José ECHEVERRÍA, Richard FALK, Eduardo GALEANO, Giulio GIRARDI,
François HOUTART, Raniero LA VALLE, Fabiola LETELIER, Antonio PAPISCA, Salvatore
SENESE y Eduardo UMAÑA Mendoza. Véase la resolución en:
http://www.internazionaleleliobasso.it/dtml/tribunale_permanente/sentenze/17_conqamerit.pdf,
en adelante “Sentencia La conquista dell´America”.
887
301
889
dio paso a dos fenómenos contemporáneos: la nueva actitud frente a la
naturaleza -a partir del siglo XVI inicia una explotación intensa y desmedida del
medio ambiente- y el surgimiento del homo oeconomicus.890
Era en ese contexto que las personalidades del jurado pasaban revista a
los cinco siglos de intercambio mercantil y a las instituciones jurídicas que lo
sustentan, subrayando la naturaleza desventajosa de ese intercambio entre
norte y sur, así como el vacío de derecho en beneficio de la expansión de la
producción y de dicho intercambio desventajoso. Por ello -apuntaban-, el
término “desarrollo” es correcto si define el desarrollo del mercado y no el de
los pueblos.891
Tres años más tarde, FERRAJOLI participaba como jurado, por tercera
ocasión, en la vigésimo segunda sesión del TPP. Fue aquella sobre Il diritto
d´asilo in Europa, celebrada en Berlín, Alemania, del 8 al 12 de diciembre de
1994.892
Como es evidente, la ausencia de una esfera pública mundial que
revierta las nefastas y estructurales causas de la emigración también se hacía
presente en esta resolución. Además de las razones políticas y sociales del
exilio, están las condiciones económicas insuficientes por no decir catastróficas
en que viven los emigrantes. En el caso de África -apuntaba el jurado- se
advierten aún las consecuencias de la esclavitud, de la colonización y de la
reconversión de la agricultura del autoconsumo por la de exportación. Así, la
actual caótica situación de vastas regiones del continente es la expresión de
una larga historia de colonización.893
Para el caso de los países de Europa oriental, las causas económicas
del éxodo se entrelazan estrechamente con las de naturaleza política: el
proceso de reconversión a la economía de mercado y a la democracia
parlamentaria sin previsiones o controles económicos: por ejemplo, la
transferencia de insuficiente capital del oeste al este o la fuga de cerebros de la
889
Sentencia La conquista dell´America, p. 2.
Idem, p. 5.
891
Idem, p. 14.
892
Participaron junto a nuestro autor: François RIGAUX (Presidente), Madjid BENCHIKH, Vera
M. CHIRWA, Liz FEKETE, Felicia LANGER, Freda MEISSNER-BLAU, Asís NESI, Giuliano
PONTARA y Günter WALLRAFF. La sentencia está tomada de:
http://www.internazionaleleliobasso.it/dtml/tribunale_permanente/sentenze/22_dirittoasiloit.pdf,
en adelante “Sentencia Il diritto d´asilo”.
893
Sentencia Il diritto d´asilo, pp. 3 y 4.
890
302
Europa oriental a la occidental, de dolorosas consecuencias en un futuro para
la transición a la economía de mercado.894
Las personalidades destacaban, evidentemente, las violaciones a las
leyes y tratados internacionales por parte de Europa y denunciaban que la
práctica europea “del derecho de asilo está siempre más en línea con los
intereses estratégicos de política exterior y económica de la Europa misma”.895
Al año siguiente, FERRAJOLI participaría en la segunda sesión Sui
crimini contro l´umanità nella ex Jugoslavia, celebrada en Barcelona, España,
del 7 al 11 de diciembre de 1995.896
En una muy documentada sesión -contemporánea al proceso llevado a
cabo en el Tribunal Internacional de la ONU sobre la ex Yugoslavia- el TPP
expresaba su indignación porque esa guerra “fue la primera guerra europea
después de 1945” y porque “por primera vez después del holocausto se repetía
en Europa el horror de un genocidio”.897
En la misma, señalaban como obligaciones violadas y atribuciones de
responsabilidad -no sólo a Serbia-898 el principio de no intervención en los
asuntos sujetos a jurisdicción interna de otros Estados, el principio de
prohibición del uso de la fuerza, el principio de igualdad de derechos y de libre
determinación de los pueblos, las obligaciones derivadas de las decisiones del
894
Idem, p. 4.
Idem, p. 8. Por ello, traicionar estas leyes “significaría una regresión al chauvinismo social, a
la idea de una lucha de todos contra todos y al principio de la sobrevivencia del más fuerte.
Una regresión a las tradiciones nefastas y bien notadas en Europa del racismo, del fascismo,
del colonialismo y del imperialismo”. Idem, p. 9. En otra sede, nuestro autor y varias
personalidades, asociadas a ONG´s o sindicatos, pedían respeto y reconocimiento de derechos
a los inmigrantes en Italia -véase el desplegado Dovere d´asilo e diritti di cittadinanza, “il
Manifesto”, giovedì 19 luglio 2001, p. 18. “(A) los parlamentarios democráticos (pedimos)
empeñarse a visitar las cárceles, los centros de expulsión y los varios lugares de detención
provisional de los arrestados. Denunciamos y rechazamos la tendencia a aplicar la ley 40/98 en
clave siempre más anti-inmigrante. Pedimos que la emisión y la gestión de las renovaciones de
los permisos de residencia sean dados a una autoridad independiente que asegure
transparencia e imparcialidad y que sean eliminadas las varias condiciones vejatorias
actualmente en vigor (...) Pedimos en suma a todos los demócratas movilizarse por el derecho
de voto de los inmigrantes a las elecciones administrativas”. Ibidem. En otro desplegado -véase
Una giornata di civiltà per il diritto al futuro, “il Manifesto”, domenica 30 dicembre 2001, p. 1,
relanzaban “la idea de una movilización de conciencia” por la misma causa que culminara el
“19 de enero en una grande manifestación civil y solidaria en Roma”.
896
Participaron también: Ernesto GARZON Valdés (Presidente), Victoria ABELLÁN, Perfecto
ANDRÉS Ibáñez, Fateh S. AZZAM, Madjid BENCHICK, Freda MEISSNER-BLAU, Antoni
PIGRAU y Giuliano PONTARA. Véase la sentencia, que en adelante se referirá como
“Sentencia Sui crimini contro l´umanità”, en: http://www.internazionaleleliobasso.
it/dtml/tribunale_permanente/sentenze /25_yugoslit2.pdf.
897
Sentencia Sui crimini contro l´umanità, p. 5.
898
Idem, pp. 11-14.
895
303
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, las normas que prohibien el
genocidio, las normas relativas al derecho humanitario, los crímenes contra la
humanidad y violaciones graves, de masa y sistemáticas, de los derechos
fundamentales.
Por su parte, a algunos Estados miembros de las Naciones Unidas se
les reprochaba haber violado su obligación de respetar el embargo de venta de
armas así como el comercial y financiero contra la República Federal
Yugoslava, particularmente los Estados vecinos, a los miembros permanentes
del Consejo de Seguridad por haber renunciado a la responsabilidad
institucional de mantener la paz y la seguridad internacional y a los Estados
miembros de la Unión Europea, por haber agravado la situación en los
Balcanes al reconocer a Croacia y a Eslovenia.899
No menor era el reclamo en sede política y moral a los organismos
internacionales y a Alemania, Francia y Gran Bretaña por su incapacidad no
obstante tener instrumentos políticos y diplomáticos a su alcance, así como a
Rusia, por obstaculizar los proyectos de acuerdo cuando no le atribuían un rol
central y a los Estados Unidos que se limitaron a ser observadores del
genocidio, de los crímines y actos ilícitos, cuando en otras partes sí actuaron
rápidamente.900
La quinta ocasión en que participó Luigi FERRAJOLI fue la trigésima
primera sesión, Il diritto internazionale e le nuove guerre, celebrada en Roma,
Italia, del 14 al 16 de diciembre de 2002.901
Dicha
sesión
responsabilidades
no
tuvo
individuales
por
por
objeto
específicos
determinar
crímenes
específicas
de
derecho
internacional sino “analizar la crisis en acto de las relaciones internacionales y
del derecho internacional, sus causas políticas, los peligros que producen para
899
Idem, p. 14.
Idem, p. 15.
901
Participaron también como jurado: Estela BARNES de Carlotto, Adolfo PÉREZ Esquivel,
Ernesto GARZÓN Valdés, Freda MEISSNER-BLAU, François RIGAUX, Dalmo ABREU Dallari,
Suheir AZZOUNI, Luciana CASTELLINA, Franco HIPÓLITO, Raniero LA VALLE, Salvatore
SENESE, Leah TSEMEL, Perfecto ANDRÉS Ibáñez, Richard FALK y Leo SPITZER. Véase la
sentencia, que en adelante se referirá como “Sentencia Il diritto internazionale”, en: http://www.
internazionaleleliobasso.it/dtml/tribunale_permanente/sentenze/31_Sentdir.pdf.
900
304
el orden mundial, las posibles respuestas racionales que pueden formularse en
prospectiva”.902
El TPP aseveraba que eran esos tiempos en los que “se desarrolló, en el
sentido común, un proceso de normalización de la guerra en cuanto
instrumento de solución de los problemas y de los conflictos internacionales”. 903
Las guerras del Golfo de 1991, en el Kosovo y en Afganistán, así como la
inminente en Irak, lo constataban. Con ellas se ha querido -sostenía
FERRAJOLI y demás integrantes del Tribunal- “construir un nuevo orden
internacional, diverso y opuesto a aquél diseñado por la Carta de la Onu y
modelado sobre la exclusiva medida de (los) intereses” de los países ricos y
potentes.904
Una guerra en Irak sería -proseguían tales personalidades-, la muestra
más clara de esa voluntad de instaurar un nuevo orden internacional.
Ya que no es creíble que el terrorismo, que no fue derrotado en la guerra
en Afganistán pueda serlo por la guerra en Irak y menos que nunca por una
guerra infinita, que tendría el efecto de ayudarlo y de reforzarlo.
Ya que la guerra sería más que nunca gasolina sobre el fuego de las crisis
en acto y de las ya muchas razones de odio crecidas en estos años contra
Occidente.905
La sexta ocasión que participó FERRAJOLI fue en la sesión inmediata
siguiente, la trigésima segunda, intitulada Les violations des droits de l’homme
en Algerie (1992-2004), celebrada en París, Francia, del 5 al 8 de noviembre de
2004.906
Los integrantes del Tribunal señalaban que Argelia obtuvo su
independencia el 5 de julio de 1962 y que, tras ésta, inició un desarrollo
industrial y de infraestructura pública, pero no así en lo político.
902
Sentencia Il diritto internazionale, p. 6. “En apoyo de este regreso de la guerra sobre la
escena mundial, fue retomada y actualizada, por los gobiernos occidentales, la antigua doctrina
cristiano-medieval de la <<guera justa>>”. Ibidem.
903
Idem, p. 9.
904
Idem, p. 15.
905
Idem, p. 17. “Desde una prospectiva general la guerra en Irak no representa sólo una
abstracta amenaza -se decía en esa sesión de diciembre de 2002- sino un evento real, ya en
curso desde hace tiempo. Es así por el embargo que dramáticamente redujo las aspectativas
de vida en aquella región, y es lo mismo por el tratamiento de los medios. La formación del
consenso necesario a la acción pasa principalmente a través de ellos”. Idem, pp. 18 y 19.
906
Participaron también como jurado: Salvatore SENESE (Presidente), Sihem BENSEDRINE,
Burhan GHALIOUN, Franco IPPOLITO, Luis MOITA, Ignazio Juan PATRONE, Werner RUF,
Philippe
TEXIER
y
Gianni
TOGNONI.
Véase
la
sentencia
en:
http://www.internazionaleleliobasso.it/wp-content/uploads/2004/11/Violazioni-dirittiAlgeria_FR.pdf. En adelante “Sentencia Les violations des droits”.
305
Para los años noventa, la situación social y política era insostenible al
grado que en 1997, Kofi ANNAN, Secretario General de la ONU y Mary
ROBINSON, Alta Comisionada de los derechos humanos de Naciones Unidas,
llamaron la atención al gobierno argelino sobre la masacre de ese mismo año
pero “las políticas de los Estados miembros de la Unión Europea y los Estados
Unidos fueron determinadas por los interéses estratégicos, del petróleo y del
gas, articuladas sobre una razón de Estado a corto plazo”.907
FERRAJOLI y sus compañeros jueces condenaban, además, los
tribunales de excepción que existían en Argelia, cuyo principal instrumento de
instauración era el decreto legislativo número 92-03 del 30 de septiembre de
1992 <<relativo a la lucha contra la subversión y el terrorismo>>.
Asimismo, en esa sesión daban cuenta de las estructuras de la
represión, las cuales eran estrechas y estaban a cargo principalmente de los
siguientes militares: Mohamed LAMARI, Mohamed MÉDIÈNE (conocido como
Toufik), Smaïl LAMARI (conocido como Smaïn), Larbi BELKHEIER y Khaled
NEZZAR, éste último sin funciones oficiales en ese entonces pero influyente
aún.
Los
juzgadores,
por
supuesto,
condenaban
las
masacres
que
comenzaron en 1994, las cuales se hicieron de “proporciones inimaginables en
el año 1996”,908 sin dejar de condenar las múltiples torturas, discriminaciones y
violaciones a las mujeres y los más de “7,000 casos de desapariciones
forzadas
(\)
internacionales”.
documentadas
por
las
organizaciones
nacionales
e
909
Luigi FERRAJOLI y los demás miembros del jurado concluían en la
sentencia de mérito: a) que se requería poner fin al carácter institucional de las
violaciones de los derechos humanos, expresando un jamais plus; b) que
exigían medidas para favorecer un verdadero proceso de democratización en
Argelia, poniendo fin a la impunidad, sometiendo los poderes militares al poder
político, al respeto a la ley y de los derechos fundamentales de los ciudadanos
del pueblo argelino; c) que exigían poner fin al estado de urgencia y abrogar las
leyes excepcionales en contradicción con los derechos fundamentales, así
907
“Sentencia Les violations des droits”, p. 16.
Idem, p. 28.
909
Idem, p. 33.
908
306
como el Código de la familia y, d) llamaban a la Unión Europea a imponer a
Argelia el respeto de los derechos fundamentales.
3.1.3 La política de las armas
L
a crítica al presente desorden global, hay que destacar, ha tomado
un especial carácter con la denuncia permanente y contundente a lo
que nuestro autor ha denominado política de las armas. Tras el fin de la guerra
fría ha habido una imprevisión e incapacidad de gobierno para evitar la guerra;
omisión y carencia que se han suplido con dicha política, como lo demuestra la
década de las guerras: la del Golfo de 1991; la de Kosovo en 1999; la de
Afganistán en 2001; y, por último, la guerra contra Irak de 2003.910
Puntualmente nuestro autor ha denunciado la contradicción de éstas con
el derecho mismo.
En el caso de la Primera Guerra del Golfo Pérsico, criticó911 fuertemente
que haya sido legitimada como justa y conforme al derecho por los gobiernos
occidentales, por la gran prensa, por voces autorizadas de la cultura y que el
910
Luigi FERRAJOLI, en “La <<guerra infinita>> y el orden internacional. A propósito de la
invasión de Irak”, contenido en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones
jurídicas... op. cit., p. 66. “Por otra parte, la inefectividad es la característica más frustrante del
derecho internacional por lo que se refiere a la criminalidad internacional de los estados;
guerras, incursiones, invasiones, experimentación de armas peligrosas, amenazas nucleares,
etc., ven del todo impotentes a los organismos internacionales que trabajan por la paz y
desmienten sistemáticamente las convenciones internacionales, para empezar las relativas a
los derechos fundamentales”. Luigi FERRAJOLI, Derecho y razón... op. cit., p. 937.
911
Sigo la versión de Luigi FERRAJOLI, “Guerra, legitimidad y legalidad. A propósito de la
primera guerra del Golfo”, contenida en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones
jurídicas... op. cit., p. 27 y ss., texto publicado por nuestro autor -con ligeras modificacionescomo Guerra o diritto, “il Manifesto”, sabato 9 marzo 1991, p. 12. Cabe destacar que el autor
italiano también firmó un desplegado junto con un extenso número de personalidades para
rechazar esta guerra -Appello di giuristi contro la guerra, le ragioni del diritto, “La talpa giovedì”
de “il Manifesto”, giovedì 21 febbraio 1991, p. 4 (appello reproducido “para el placer de Cossiga
y Martelli”, entonces ministros, seis días después en el mismo periódico, quienes lo criticaron
así como a sus firmantes). En concreto, el controvertido desplegado sostenía cinco puntos: 1)
las acciones en el Golfo Pérsico eran jurídicamente infundadas; 2) en realidad no estaba
interviniendo la ONU, 3) no podía ser fundamento la resolución 678, 4) se criticaba la
participación de Italia en la guerra y, 5) se invitaba a más personas a suscribirlo, a expresar su
adhesión a los valores pacifistas de la Constitución italiana y de la Carta de la ONU, a exigir al
gobierno italiano que requiriera una sesión del Consejo de seguridad para ordenar el cese
inmediato del fuego y que Italia se retirara de la guerra. Asimismo, habría que recordar que,
con motivo de la postura de Norberto BOBBIO justificando esta guerra bajo dos presupuestos:
a) que fuera de legítima defensa y, b) se resolviera rápidamente como una operación de
policía, nuestro autor participaría en el debate generado por esa guerra -véase Luigi
FERRAJOLI, Ora che hanno rinunciato alle regole como si farà a ripristinarle? Riflessioni
sull´Onu tradita, “L´Unità”, venerdì 25 gennaio 1991, p. 2- acudiendo, en esencia, a la Carta de
la ONU: “Ninguno subvalora el costo de la impunidad de una agresión a un país soberano
como Kuwait. Pero la Onu que hace la guerra o que autoriza la guerra traiciona su razón de ser
y niega su norma fundamental”.
307
gobierno italiano la haya llamado una “operación de policía”, toda vez que éstas
se limitan al uso de la fuerza estrictamente necesario no ya para vencer sino
únicamente para reestablecer la legalidad violada; en cambio la guerra es un
uso de la fuerza desmesurado e incontrolado, dirigido al aniquilamiento del
adversario.
Pero la mayor gravedad no la constituyó -apuntaba FERRAJOLI- esa
especie de alineación de los “sectores pensantes” de occidente, sino su nueva
naturaleza, ya no fundada en la idea de la guerra justa del derecho natural,912
donde había verdaderas luchas de ejércitos de profesionales que se retaban en
campo abierto bajo el mando de sus reyes y generales, sino llevadas a cabo
con misiles y bombardeos sobre las ciudades.913
Los problemas que se derivan de esta nueva forma de hacer la guerra,
inaugurada en la Primera Guerra del Golfo Pérsico, son: a) que al golpear a la
población civil, se convierte en una sanción a inocentes, “en contraste con el
elemental principio de la responsabilidad personal y de la exclusión de
responsabilidad por hechos ajenos” y, b) que llega a ser “desmesurada e
incontrolable, sujeta inevitablemente a escalation hasta la destrucción del
adversario, y como tal, desproporcionada a cualquier violación”.914
Era así que nuestro autor, junto con Salvatore SENESE, ofrecería en
ese 1991 cuatro propuestas para la paz:915 a) un control internacional sobre la
producción y sobre el comercio de las armas; b) nuevas reglas en materia de
cooperación para el desarrollo; c) un reforzamiento de la jurisdicción
internacional y, d) una demcratización de los órganos de la ONU.
912
Para un itinerario de los paradigmas o diversos tipos de relación paz-razón véase Massimo
MORI, La pace e la ragione, “Teoria politica”, II, 1986, n. 2, Milano, pp. 71-93.
913
Luigi FERRAJOLI, “Guerra, legitimidad y legalidad. A propósito de la primera guerra del
Golfo”, contenida en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit.,
p. 30.
914
Idem, p. 31. De esta guerra también se ocupaba Luigi FERRAJOLI, en Guerra “giusta”,
guerra illecita, “Giano”, n. 32, maggio-agosto 1999, pp. 57-68, texto que corresponde a su
ponencia presentada en la Sala del Cenacolo, en Roma, el 29 de octubre de 1991. Para otra
severa crítica a esta guerra, en el plano moral y jurídico, véase Letizia GIANFORMAGGIO, La
guerra como negazione del diritto, “Democrazia e diritto”, n. 1, gennaio-marzo 1992, pp. 271298. Sobre la paz y la democracia en la obra de esta autora véase Luigi FERRAJOLI, Pace e
democrazia nel pensiero di Letizia Gianformaggio, “Ragion pratica”, n. 27, dicembre 2006, pp.
445-457.
915
Luigi FERRAJOLI y Salvatore SENESE, Quattro proposte per la pace, “Democrazia e
diritto”, n. 1, gennaio-marzo 1992, pp. 243-257, texto que corresponde a la ponencia
presentada en el Congreso L´Onu tra la guerra e la pace, organizado por la Fundación
Internacional Lelio Basso los días 15 y 16 de abril de 1991 en Roma, Italia.
308
Fue el caso también de la guerra de los Balcanes, la cual criticó
severamente desde tres planos: jurídico, moral y político.916 Lo primero, porque
con esa suerte de golpe de Estado internacional dirigido a sustituir a la ONU
por la OTAN se violó la Carta de la primera que no sólo prohibe la guerra sino
que prescribe además los “medios pacíficos” dirigidos “a conseguir la
composición y la solución de las controversias internacionales”; se violó el
Tratado que instituyó a ésta última, “que en su preámbulo asume como fines de
la Alianza los mismos enunciados por la Carta de la ONU y configura la Alianza
como exclusivamente defensiva”; en tercer lugar, porque se violó el Estatuto
del Tribunal Penal para los crímenes contra la humanidad -aprobado en Roma
el 17 de julio de 1998- “que en su artículo 5 prevé entre los delitos de
competencia de aquél, la agresión, es decir, cualquier guerra no defensiva”;
porque se violó la Constitución italiana cuyo artículo 11 está en sintonía con la
Carta de la ONU y porque el artículo 78 establece que
<<las
Cámaras deciden
la declaración del estado de guerra y confieren al gobierno los poderes
necesarios>>, lo que no se hizo. Por último, y era lo violación más vergonzosa,
sostenía FERRAJOLI, porque la guerra “humanitaria” de la OTAN se desarrolló
mediante crímenes de guerra, “para cuyo conocimiento son competentes el
Tribunal Penal para los delitos de la ex Yugoslavia y (las) propias jurisdicciones
nacionales”, violando principios del derecho internacional consuetudianrio, la
Convención de la Haya de 1907 y diversas Convenciones de Ginebra, sin omitir
que en tal guerra la OTAN “hizo uso de armas prohibidas por la Convención de
Ginebra de 1980”.
La crítica en sede moral residía, a su vez, en destacar la rotura del nexo
entre medios y fines: en los efectos provocados por la guerra “por los derechos”
(es decir, con el pretexto de su defensa) y frontalmente opuestos a los fines
declarados. La agresión de la OTAN “multiplicó por diez los estragos en las
916
Luigi FERRAJOLI, Una derrota del derecho, la moral y la política, “Jueces para la
democracia”, n. 36, 1999, pp. 93-98. Asimismo, sobre esta guerra véase Luigi FERRAJOLI, Tra
le tante vittime c´è il diritto internazionale, “il Manifesto”, martedì 13 aprile 1999, p. 9 y Luigi
FERRAJOLI, Un colpo di stato internazionale, “Guerra al diritto. Il Manifesto inserto speciale” de
“il Manifesto”, sabato 12 giugno 1999, pp. I y IV. Para severas críticas a -y la constatación de
serias preocupaciones derivadas de la violación de derechos humanos en- esta guerra véase
también Michelangelo BOVERO, L´intransigenza nell´età dei diritti, “Teoria politica”, nn. 2 y 3,
1999, pp. 297-311, quien se pronuncia en contra de la “guerra por los derechos” pues este
concepto es “autocontradictorio”, Idem., p. 309, y Marco REVELLI, L´ultima guerra del secolo,
“Teoria politica”, nn. 2 y 3, 1999, pp. 357-370.
309
poblaciones kosovares y las expulsiones masivas por obra de las tropas
terroristas de Milosevic” sin que los gobiernos de la Alianza “se hubiesen
preocupado siquiera de preparar algún plan de acogida”. Y remataba el autor
italiano: “En general, y tanto más en política, la única ética que cuenta es la de
la responsabilidad y no la de las intenciones, la de los efectos provocados y no
la de los fines perseguidos”.917
Por último, la crítica en sede política residía en señalar que la guerra alejó
la posibilidad de una superación del conflicto étnico entre serbios y albaneses,
destruyó tanto el objeto como a los sujetos de ese derecho a la
autodeterminación, produjo el efecto inmediato de reforzar el poder de
MILOSEVIC y el consenso de la opinión pública serbia en torno a él, significó
un fracaso en lo que se refiere al futuro de las relaciones entre Occidente y
Oriente, siendo que “esta pérdida de credibilidad de Occidente y de nuestros
valores de democracia es la más grave derrota de los países de la OTAN en
esta posguerra y la auténtica victoria regalada por ellos a Milosevic”.918
El autor italiano en estudio, como es evidente, con motivo de esta guerra
también
suscribiría
desplegados
bombardeo -decía uno-,
919
que,
si
bien
no
evitaron
un
sólo
contribuyeron a la formación del sentido común y
del imaginario colectivo en torno a la ilegitimidad de la guerra y sobre los
efectos perversos y enormes peligros derivados de ella. Aquí, denunciaban no
sólo los bombardeos sino que formulaban la petición al Gobierno italiano de
que asumiera una posición autónoma y responsable para obtener el cese de
tales bombardeos y la restitución a la ONU de las iniciativas para lograr una
paz justa en la ex Yugoslavia.
Señalaban los abajo firmantes que la ingerencia humanitaria podía ser
justificada si hacía cesar las violaciones de derechos humanos y las
persecuciones, pero que si, al contrario, agravaba la situación (directamente o
917
Luigi FERRAJOLI, Una derrota del derecho... op. cit., p. 96.
Idem, p. 98. “Occidente siempre ha justificado sus guerras -sus cruzadas, sus conquistas y
sus colonizaciones- en nombre de sus propios valores: primero como misiones de
evangelización y después como misiones de civilización. Pero esta vez la contradicción es
incomparablemente más llamativa, dado que el nuevo fundamentalismo apela precisamente a
los derechos, que por su misma naturaleza excluyen la guerra y remiten a la mediación jurídica,
generando el riesgo de que puedan resultar así descalificados como el último engaño de
Occidente”. Idem, p. 96.
919
Giuristi contro la guerra, “Questione giustizia”, n. 3, 1999, pp. 391-392, desplegado difundido
en abril de 1999 que tuvo entre sus firmantes -además de FERRAJOLI- a GALANTE Garrone,
U. SPAGNOLI, L. PEPINO, V. BORRACCETTI, M. DOGLIANI, entre otros.
918
310
indirectamente, a causa de la reacción de una de las partes) no había principio
que la legitimara. Asimismo, recordaban al gobierno italiano que la Constitución
“rechaza la guerra como instrumento de ofensa a la libertad de los otros
pueblos y como medio de resolución de las controversias internacionales” y
sostenían que la participación de Italia en la guerra “no fue deliberada en el
Parlamento, como ordena el artículo 78 de la Constitución”.
Cabe recordar que, con motivo de esta guerra y las declaraciones de
Norberto BOBBIO en una entrevista en L´Unità, Luigi FERRAJOLI y Danilo
ZOLO publicarían una carta abierta en el mismo periódico a fin de que el
maestro los ayudara a comprender mejor su punto de vista plasmado en
aquella.920
Los dos puntos en particular que les era difícil reconocer como
pertenecientes a su enseñanza de filósofo del derecho y de la política eran: a)
el reconocimiento a los Estados Unidos (por haberlos salvado de la esclavitud
del fascismo o del comunismo) que induciría a pensar que la razón está aún
otra vez de su parte; b) la tesis de la filosofía de la historia -con base en
HEGEL- según la cual una potencia inevitablemente ejercita una hegemonía
cultural, política y militar en el mundo sin dejarle de reconocer una
<<justificación
ética>>.
Pues bien, FERRAJOLI y ZOLO sostenían sustancialmente, frente a lo
primero, que la cultura liberal y democrática de Estados Unidos e Inglaterra:
\ no debería hecernos olvidar la tragedia de Hiroshima y Nagasaki, la
derrota de los Estados Unidos en la insensata guerra en Vietnam, la ayuda
ofrecida a las dictaduras latinoamericanas, el entusiasmo de los
norteamericanos por la pena de muerte, la enorme difusión en los Estados
Unidos de la criminalidad y de la violencia privada, las numerosas
violaciones de los derechos humanos documentadas por Amistía
Internacional, para comenzar por la discriminación racial, y finalmente el
rechazo de los Estados Unidos a la institucionalización del Tribunal penal
internacional.921
En relación a la idea del
<<derecho
absoluto>> del más fuerte de HEGEL,
los autores en comento le decían a BOBBIO que ésta es el exacto opuesto de
la idea iluminista y contractualista “que siempre has defendido”; que ese
derecho es el exacto opuesto -proseguían- “de aquél proyecto de orden
920
Luigi FERRAJOLI y Danilo ZOLO, Caro Bobbio, una crociata è giusta perché americana?,
“L´Unità”, martedì 27 aprile 1999, pp. 1 y 8. La entrevista a Norberto BOBBIO -realizada por
Giancarlo BOSETTI- era publicada el día 15 de ese mes.
921
Idem, p. 8.
311
internacional basado sobre el derecho” de KANT y KELSEN que “tu has
propuesto” y que, en el caso concreto, se omitía el Terzo assente -que es el
Consejo de Seguridad- que está “al centro de tu proyecto”.922
Por otra parte, a un año de la guerra de la OTAN contra la ex
Yugoslavia, el autor florentino refería923 que todas las “más catastróficas
previsiones de entonces se verificaron puntualmente”, y aún peor, “Rusia
pronto replicó en Chechenia la fórmula OTAN de la guerra aérea, abatiendo
completamente Grozny y provocando decenas de miles de muertos sin suscitar
ninguna reacción, ni siquiera de indignación, por parte de la diplomacia y de la
opinión pública occidental”.924
Por su parte, el ataque a Afganistán por la Alianza del Norte también
mereció fuertes críticas de nuestro autor925 en virtud de que fue una respuesta
inapropiada a la agresión terrorista a Manhattan y al Pentágono, la cual no fue
ni un conflicto entre Estados ni la existencia de ejércitos regulares
enfrentándose. Por ello, lo que se requería era una investigación y cooperación
internacional para desmantelar la red del terrorismo y no bombardear un país.
Es decir, hubo insensatez e irresponsabilidad en la respuesta de la guerra
desde el punto de vista de la lucha contra el terrorismo. Se debió medir el valor
simbólico y la diversa eficacia de las respuestas frente a la violencia toda vez
que el ataque a Afganistán reforzó al terrorismo -en vez de erradicarlo- al
elevarlo a la categoría de Estado beligerante, transformando a BIN LADEN en
un
jefe
político;
provocando
miles
de
víctimas
civiles;
restringiendo
922
“Tu referencia a Hegel nos sorprende también -proseguían los discípulos de BOBBIOporque tú fuíste en estos decenios un maestro de filosofía analítica y empírica que siempre
puso en guardia contra las filosofías de la historia”. Ibidem.
923
Luigi FERRAJOLI, Guerra e diritto nell età della globalizzazione, “Critica marxista”, n. 2,
marzo – aprile 2000, pp. 14-24, texto que corresponde, en su integridad, a su intervención en
“Quale pace. Il Kosovo un anno dopo” en el seminario organizado por la Associazione per il
rinnovamento della sinistra llevado a cabo en Roma el 24 de marzo de 2000.
924
Idem, pp. 15-16. “China, India, Pakistán y Ucrania en estos meses anunciaron sus proyectos
de rearme, exhibiendo los títulos de su participación al círculo no poco estrecho de los Estados
nucleares. El espectro de nuevas guerras globales, generadas por la nueva anarquía
internacional, vuelve a ser inminente sobre nuestro futuro”. Ibidem.
925
Véase Luigi FERRAJOLI, en “Guerra, terrorismo y derecho. Sobre el ataque a Afganistán”,
contenido en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., pp. 51 y
ss. La centralidad de los derechos del hombre de carne y hueso la afirmaba FERRAJOLI, junto
con diversas personalidades, en un deplegado suscrito y publicado a un mes de iniciada la
guerra en Afganistán. “No hay dios, no hay política, no hay proyecto de emancipación sin
respeto y piedad por el hombre”. Il no del diritto, “il Manifesto”, sabato 10 novembre 2001, p. 18.
312
masivamente libertades fundamentales;926 determinando el aumento del
secreto y de la irresponsabilidad en decisiones adoptadas por círculos muy
restringidos; acrecentando el anti-americanismo, particularmente en los países
islámicos; contribuyendo a desestabilizar todo el Oriente Medio y, en suma,
desencadenando odios y fanatismos.927
Con esta errónea actuación ganó el terrorismo, apunbaba FERRAJOLI:
puesto que éste se propone a sí mismo como una forma de guerra y así quiere
ser reconocido en el plano simbólico.928 Y ganó también porque hizo crecer el
miedo de los ciudadanos de Occidente de manera progresiva, miedo que
resulta contrario a las exigencias de estabilidad, certeza y confianza en el
futuro que son propias del mercado y, por ello, a la racionalidad capitalista
misma.929
Asimismo, nuestro autor denunció -como ya se adelantó supra- la
invasión a Irak del año 2003. En las vísperas de ésta, junto con Danilo ZOLO y
Domenico GALLO, destacaba cómo se completó “la inercia y la impotencia de
las instituciones internacionales que debían operar por la paz, sobre todo las
Naciones Unidas” y cómo Italia de hecho había sido “corresponsable de una
larga parte de (los) ilícitos internacionales, participando sistemáticamente, con
las propias estructuras militares, las propias armas y las propias bases, a las
agresiones decididas por las potencias occidentales en clara violación de la
Constitución repúblicana”.930
926
Sobre la Patriot Act y su renovación véase Jean-Claude PAYE, Il Patriot Act
Reauthorization: uno stato di emergenza permanente, “Democrazia e diritto”, n. 6, novembredicembre, 2006, pp. 181-194.
927
Luigi FERRAJOLI, en “Guerra, terrorismo y derecho. Sobre el ataque a Afganistán”,
contenido en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 55.
928
Idem, p. 56. El error de hacer la guerra al terrorismo equivale, nos dice FERRAJOLI, “a una
perspectiva de regresión al bellum omnium, es decir, a la guerra infinita propia del estado
precivil y salvaje; cuando en el ciclo de la violencia no se había introducido aún la intervención
asimétrica del derecho...” Idem, p. 59.
929
Idem, p. 57.
930
Luigi FERRAJOLI, Domenico GALLO y Danilo ZOLO, L´Italia ripudia la guerra, “Critica
marxista”, n. 1, gennaio-febbraio 2003, pp. 13 y 14. Y no sólo BERLUSCONI sino también el
centro-izquierda -proseguían los autores- han violado el artículo 11 constitucional (“Italia
repudia la guerra como instrumento de ofensa a la libertad de los otros pueblos y como medio
de resolución de las controversias internacionales”). Massimo D´ALEMA declaró que la
izquierda debe liberarse de cualquier arcaico <<tabú pacifista>> y Pierferdinando CASINI que
ese artículo no tiene más el significado original, que los tiempos cambian, que los principios
constitucionales se interpretan de modo flexible. Ante semejante barbarie, los autores -en
consecuencia- proponían una serie de garantías -una ley de cinco artículos- para hacer
operante el artículo 11 y denominada “Norme di attuazione del ripudio della guerra sancito
dall´art. 11 della Costituzione”.
313
A diferencia de las anteriores guerras, esta intervención supuso algo
más
que
una
contingente
aunque
fundamentales de la Carta de la ONU
931
notoria violación de
las
normas
con el fin de disolverla o marginarla y
refundar el orden internacional sobre la base del dominio norteamericano y de
la relegitimación de la guerra como instrumento de gobierno del mundo y de
solución de los problemas y las controversias internacionales.932
Nuestro autor observó que para esta intervención, “la administración
norteamericana y sus satélites” hablaron de la crisis o fin de la ONU cuando su
Consejo de Seguridad no aprobaba la guerra. “Se trata de una tesis peculiar.
Como no se puede negar que la guerra ha sido ilícita, se intenta negar el
derecho, decretando su superación de facto por el sólo hecho de haber sido
violado y descalificando, al mismo tiempo, a las instituciones internacionales
que no han consentido su vulneración”.933
Sin embargo, cabe subrayar, fue precisamente ese intento de
desvalorización de la ONU y de rehabilitación de la guerra -apuntaba
FERRAJOLI- lo que condujo a un hecho extraordinario e inesperado: la
renovada conciencia de la opinión pública mundial de la irreductible antinomia
existente entre guerra y derecho. La invasión a Irak en 2003 reveló un
pacifismo jurídico,934 es decir,
un movimiento935 global, heterogéneo,
poderosamente unido que: i) comparte los mismos valores: la paz, los derechos
931
Como son la prohibición de la “amenaza o del uso de la fuerza” en las relaciones entre
Estados (art. 2.4); la obligación de “resolver con medios pacíficos las controversias
internacionales” (preámbulo y art. 2.3); del monopolio jurídico del uso de la fuerza contra las
amenazas a la paz otorgado al Consejo de Seguridad (capítulo VII). Luigi FERRAJOLI, en “La
<<guerra infinita>> y el orden internacional. A propósito de la invasión de Irak”, contenido en
Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 66. Además,
faltaba el presupuesto de amenaza a la paz previsto en el artículo 39 (los inspectores enviados
por el Consejo de Seguridad no hallaron en Irak armas de destrucción masiva, lo cual, por sí
sólo, era insuficiente para justificar una agresión “preventiva”) como tampoco existían pruebas
de posibles conexiones entre el régimen iraquí y el terrorismo de Osama BIN LADEN. Idem, p.
67.
932
Idem, p. 66.
933
Idem, p. 67.
934
Idem, p. 68. Para una toma de partido por el pacifismo jurídico véase la clásica obra de
Norberto BOBBIO, Il problema della guerra e le vie della pace, Il Mulino, Saggi 274, 4ª edición,
Bologna, 1997. Para un esbozo de las ventajas que traen consigo las prácticas de los
movimientos pacifistas -de prevención, detención de la guerra y construcción de la paz- véase
Giulio MARCON y Mario PIANTA, La dinamica del pacifismo, “Parolechiave”, nn. 20 y 21, 1999,
pp. 303-330.
935
Para un acercamiento a la noción de “movimiento” véase Stefania RAVAZZI, Il movimento
dei movimenti: azione collettiva fra teoria e realtà, “Teoria politica”, n. 2, 2002, pp. 27-66, para
quien el núcleo de la cuestión de los movimientos new global “no es otro que una crítica
profunda a nuestra democracia”. Idem, p. 53.
314
humanos y la legalidad internacional, o sea que defiende el papel de la ONU y
del derecho internacional;936 ii) enuncia la ilicitud y la absoluta ausencia de
justificaciones creíbles de las intervenciones armadas, esto es que rechaza la
guerra y, iii) suscribe el uso legítimo y centralizado de la fuerza como medida
alternativa de la guerra, en cuanto que es un uso regulado por el derecho en
garantía de la indemnidad de las poblaciones civiles y no de fines o intereses
de parte.937
Así, ya desde la primera guerra del Golfo Pérsico nuestro autor italiano
apuntaba de ésta lo que se podría predicar de las restantes, a saber, que estas
guerras contemporáneas son:
Una regresión al estado salvaje o de naturaleza del homo homini lupus.
Con la diferencia de que la sociedad salvaje de los Estados no es una
sociedad de lobos naturales, sino una sociedad de lobos artificiales, es
decir, de esos hombres artificiales, como los llamó Hobbes, que son los
Estados, creados por los hombres para tutela de sus derechos y que hoy
amenazan con escapar a su control y resolverse contra sus creadores como
máquinas artificiales capaces de destruirlas.938
Asimismo -podemos generalizar para todas estas guerras- que las
mismas, expresión de una globalidad desregulada, del imperio de la ley del
más fuerte militarmente, han evidenciado para FERRAJOLI que el valor de la
vida humana “es incomparablemente distinto según se trate de
de
<<ellos>>”;
939
<<nosotros>>
o
han provocado millares de víctimas inocentes, devastado
países con sus economías en ruinas y, sobre todo, han agravado gran parte de
los problemas que las propias guerras habían pretendido resolver.940
De igual forma, han desarrollado -en la política estadounidense y en una
parte relevante de la clase política occidental- un proceso de normalización de
936
FERRAJOLI afirmaba que sólo ese movimiento global “puede salvar la credibilidad al menos
de una parte de Occidente” al impedir que éste acabe siendo identificado con la guerra en vez
de con la paz y la democracia, invocando al choque de civilizaciones y las guerras religiosas a
las que guiaría la política norteamericana. Luigi FERRAJOLI, en “La <<guerra infinita>> y el
orden internacional. A propósito de la invasión de Irak”, contenido en Gerardo PISARELLO
(editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., pp. 75 y 76.
937
En suma, no todo le salió bien a los EE.UU. En la invasión a Irak en el año 2003 estuvo
aislado y no logró su objetivo de obtener la relegitimación de la guerra como instrumento de
gobierno del mundo; apoyo que no obtuvo ni con chantajes, presiones e intentos de corrupción.
Idem, p. 69.
938
Luigi FERRAJOLI, en “Guerra, legitimidad y legalidad. A propósito de la primera guerra del
Golfo”, contenido en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit.,
p. 31.
939
Luigi FERRAJOLI, “Guerra, terrorismo y derecho. Sobre el ataque a Afganistán”, contenido
en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op cit., p. 54.
940
Idem, pp. 58 y 59.
315
la guerra, en abierto contraste con la Carta de la ONU941 y ubicado a los
Estados Unidos de Norteamérica como los máximos exponentes de esa política
de las armas,942 sin omitir, claro está, que el supuesto combate al terrorismo
internacional ha provocado la drástica caída de las libertades.943
La administración de Georg W. BUSH -sostenía FERRAJOLI- tuvo un
proyecto basado en una escalada de guerra y de terror impulsada bajo el
designio de la desestabilización permanente y de un imperialismo declarado de
forma abierta.944
Finalmente, en cuanto hace a las políticas de las armas, hay que decir
que para Luigi FERRAJOLI la prolongación de este escenario de militarización
y de vacío institucional, es decir, de imperialismo estadounidense, tendría
efectos devastadores:945 i) se provocaría un crecimiento exponencial de la
inestabilidad política en los países ocupados, de la amenaza terrorista, de la
carrera por el rearme y, en consecuencia, de la inseguridad de todos, incluidos
los EEUU; ii) se produciría un aumento en todo el mundo del odio hacia
Occidente y un colapso de sus llamados “valores”, cuyo trasfondo racista
quedaría en evidencia y, iii) se generaría una crisis de la democracia dentro de
los países que apoyaran el proyecto estadounidense.
3.1.4 El capitalismo voraz
941
Luigi FERRAJOLI, en “La <<guerra infinita>> y el orden internacional. A propósito de la
invasión de Irak”, contenido en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones
jurídicas... op. cit., p. 66.
942
Lelio BASSO sostenía hace poco más de cuatro décadas: “... lo que caracteriza al
imperialismo de los Estados Unidos es esta voluntad de dominio universal, esta voluntad de
erigirse en dueños del mundo para imponer a todos los pueblos las reglas de vida que
convienen a los imperialistas americanos.” -y proseguía- “... sobre el plano de la política
internacional los americanos tienen el mismo desprecio por el derecho y el mismo culto a la
fuerza que tenían los nazis; ellos se permiten cada acto arbitrario contra los países que no
tienen la fuerza de oponerse. Este culto de la fuerza, este arbitrio que se impone es siempre
cubierto bajo el manto hipócrita de una mística democrática, que sería la misión del pueblo
americano y que engaña probablemente a una grandísima parte de estos pueblos”. Lelio
BASSO, Relazione di Lelio Basso sull´agressione americana nel Vietnam, “Problemi del
socialismo”, n. 12, ottobre-dicembre 1978, Milano, pp. 194 y 195, que era ciertamente una
republicación en la misma revista de dicha intervención.
943
Para una severa crítica sobre el particular véase Luigi FERRAJOLI, Il <<diritto penale del
nemico>> e la dissoluzione del diritto penale, “Questione giustizia”, n. 4, 2006, pp. 797-812.
944
Luigi FERRAJOLI, en “La <<guerra infinita>> y el orden internacional. A propósito de la
invasión de Irak”, contenido en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones
jurídicas... op. cit., p. 70.
945
Idem, pp. 70 y 71.
316
El presente desorden global no sólo se caracteriza para nuestro autor
por la política de las armas. También le es consustancial una creciente
desigualdad y pobreza mundial. En ausencia de una esfera pública mundial, la
consecuencia más notoria de la globalización ha sido un crecimiento
exponencial de la desigualdad.946
Los dos grandes problemas de nuestro tiempo inevitables al enunciar el
problema de los derechos del hombre -palabras aún penosamente vigentes de
Norberto BOBBIO-, son “los problemas de la guerra y de la miseria, del
absurdo contraste entre el exceso de potencia que creó las condiciones para
una guerra exterminadora y el exceso de impotencia que condena grandes
masas humanas al hambre”.947
En esta desigualdad mundial y pobreza mundial juega su gran parte la
no limitación y vinculación al derecho de las empresas transnacionales. En el
mundo globalizado, apunta nuestro autor italiano, los países dependen cada
vez más “de decisiones externas adoptadas en sedes políticas supranacionales
o por poderes económicos globales”.948
946
Luigi FERRAJOLI, en “¿Es posible una democracia sin Estado?”, contenido en Gerardo
PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 145. Para la versión en
italiano véase Luigi FERRAJOLI, Democrazia senza stato?, en Silvano LABRIOLA (coord.),
Ripensare lo Stato. Atti del Congresso di Studio, Napoli 22-23 marzo 2002, Giuffrè editore,
Quaderni della Rassegna Parlamentare, Milano, 2003, pp. 199-213.
947
Norberto BOBBIO, L´età dei diritti... op. cit., p. 43. “Si alguien me pregunta -decía BOBBIO
en otra sede- cuáles son, en mi precer, los problemas fundamentales de nuestra época, no
dudaría en responder: los derechos humanos y el derecho a la paz (...) Son fundamentales en
el sentido de que nuestra propia supervivencia depende de la solución del problema de la paz,
y el auténtico progreso civil, de la solución del problema de los derechos humanos”. Norberto
BOBBIO, “Los derechos humanos y la paz”, contenido en El tercero ausente, trad. Pepa
Linares, Cátedra, Teorema, Madrid, 1997, p. 127. Sobre el derecho a la paz véase Luigi
FERRAJOLI, “El derecho a la paz como norma constitutiva del derecho internacional”,
contenido en Miguel CARBONELL Sánchez (editor), Luigi Ferrajoli\ op. cit., pp. 363-370.
948
Luigi FERRAJOLI, en “¿Es posible una democracia sin Estado?”, contenido en Gerardo
PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 137. Parece aquí haber un
debate interesante. Paul R. KRUGMAN y Maurice OBSTFELD, en Economía Internacional.
Teoría y Política, VV.TT., Pearson Addison Wesley, 5ª edición, Madrid, 2001, capítulos 10 y 21
sostienen, en base a la experiencia de las high performance Asian economies, que “el punto de
vista pesimista de que el mercado mundial está en contra de los nuevos entrantes, impidiendo
a los países pobres convertirse en ricos, ha mostrado ser espectacularmente erróneo” y para
ello dan una supuesta razón: “nunca, en la historia de la humanidad, tanta gente ha visto crecer
tan rápidamente sus niveles de vida” como en esos países asiáticos. Idem, p. 279. Lo que
parecen desprender KRUGMAN y OBSTFELD es que todos pueden aspirar a ser ricos si
mantienen elevadas tasas de ahorro e inversión; niveles educativos que mejoren la fuerza
laboral y un alto grado de apertura y de integración con los mercados mundiales, como lo
hicieron tales países asiáticos. Idem, p. 722.
317
Las empresas multinacionales, de creciente poder económico,949 afectan
considerablemente la vida de los ciudadanos, sobre todo del Tercer Mundo. No
sólo por “la red normativa” producida por el mercado que regula diversas
materias a su conveniencia, sino porque ha llegado el momento en que son las
empresas las que obligan a competir a los Estados, “exigiéndoles, como
condición para sus inversiones, menos impuestos, menos garantías jurídicas
para los trabajadores, menos gastos sociales, y menos límites, en general a
sus intereses”.950 En el desorden global, podría decirse, no hay ya Estados en
el capitalismo sino Estados capitalistas.951
Aún peor, porque ante la ausencia de límites y vínculos lo único que
importa es la ganancia: tan sólo los intereses de la industria farmacéutica apunta FERRAJOLI- cobran la vida de 17 millones de personas cada año,
víctimas de enfermedades infecciosas y del mercado, es decir, porque los
medicamentos se comercializan a precios demasiado altos o simplemente
porque ya no se producen toda vez que tienen que ver con enfermedades
erradicadas o desaparecidas en occidente.952
Problemas todos estos, manifestaciones del actual desorden global, que
serían superables a través de distintas medidas, entre ellas la estrategia
precisamente del desarme general. La promoción del desarrollo económico de
los países pobres es posible si los Estados redujeran a la mitad la producción
de armas, con lo cual el dinero ahorrado sería suficiente para extinguir en dos
949
Apunta HEILBRONER que ya en 1985, según el Centro para las Corporaciones
Transnacionales de las Naciones Unidas, las ventas de las 350 corporaciones transnacionales
más grandes sumaron un tercio de los productos internos brutos combinados de todos los
países industriales y sobrepasaron el producto interno bruto agregado de todos los países en
desarrollo, incluyendo China. Es decir -en sus palabras- “una economía mundial dentro de una
economía mundial”. Robert HEILBRONER, Capitalismo en el siglo XXI, trad. Eloy Pineda,
Nueva Imagen, México, 1997, p. 91.
950
Luigi FERRAJOLI, en “¿Es posible una democracia sin Estado?”, contenido en Gerardo
PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., pp. 140 y 141. BOVERO habla
de erosión y sustitución tanto del modelo jurídico prefigurado en la Declaración Universal de los
Derechos del Hombre como del modelo político esbozado en las aspiraciones del
cosmopolitismo democrático; ello, en razón de la prevalencia de las <<formas jurídicas soft,
“miti”, “fluide”>> y de la instauración -en recíproca osmosis- de oligarquías opacas e híbridas,
formales e informales, a nivel planetario y de kakistocracia plutocrático-demagógica a niveles
locales. Michelangelo BOVERO, Sette globalizzazioni? “Teoria politica”, n. 3, 2002, p. 69.
951
Todavía BASSO hacía referencia al Estado en el capitalismo: “el Estado se convirtió cada
vez más en un elemento esencial en el funcionamiento del capitalismo”. Lelio BASSO,
Introduzione, “Problemi del socialismo”, nn. 10 y 11, 1978, aprile-settembre, p. 7.
952
Luigi FERRAJOLI, en “¿Es posible una democracia sin Estado?”, contenido en Gerardo
PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 145. Información que
obtiene nuestro autor de TOGNONI, G., I farmaci essenziali come indicatori di diritto, “Giornale
italiano di farmacia clinica” 12/2, 1998, pp. 116-122.
318
años toda la deuda externa de los países del Tercer Mundo en cuanto que el
gasto mundial en armamentos es de cerca de un billón de dólares al año y esta
cifra es equivalente a la totalidad de la deuda de esos países.953
Ahora bien, es preciso destacar que en la crítica al presente desorden
global se destacan permanente por lo menos tres planos: el jurídico, el político
y el económico. Una premisa de la que parte nuestro autor en su discurso es la
del predominio actual de la economía, del mercado,954 sobre la política y el
derecho. El homo oeconomicus ha rebasado, por mucho, al zón politikón.955
Nos encontramos con una modificación degenerativa del Estado
moderno: de su pretensión original de impulsar la actividad económica, pasó a
ser dominado por esta. Estamos pues -en palabras muchas veces repetidas del
propio FERRAJOLI- ante un neoabsolutismo. La creciente globalización de la
economía, el presente desorden global, ha traído consigo:
... una anomia general y una involución de tipo neobsolutista de las
grandes potencias y de los grandes poderes económicos transnacionales.
Un neoabsolutismo regresivo que se manifiesta en una ausencia de reglas
abiertamente asumidas por el actual anarco-capitalismo globalizado como
una suerte de nueva Grundnorm del nuevo orden económico y político
internacional.956
953
Luigi FERRAJOLI, en “¿Gobierno mundial o democracia internacional?, contenido en Luigi
Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 87. FERRAJOLI se ha pronunciado asimismo por
ampliar los actuales presupuestos del derecho de asilo, en su concepto restrictivos persecuciones políticas, raciales o religiosas- que reflejan una fase paleoliberal del
constitucionalismo. El derecho de asilo debe también extenderse a los refugiados económicos.
Luigi FERRAJOLI, en “Hipótesis para una democracia cosmopolita”, contenido en Gerardo
PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., pp. 110-111. La desmemoria
en torno a las migraciones es de tal grado que se olvida que entre 1846 y 1875 más de nueve
millones de personas abandonaron Europa, la mayoría de ellas en dirección a Estados Unidos,
y que la economía del Nuevo Mundo se benefició inconmensurablemente con el éxodo
proveniente del Viejo. Eric HOBSBAWM, La era del capital 1848-1875, trads. A. García Fluixá y
Carlo A. Caranci, Crítica, colección Libros de Historia, España, 2003, pp. 202 y ss. Si no
hubiera sido por la migración de esos millones de personas, en un alto grado se habrían
convertido en población urbana en sus propios países o, más probablemente en Europa
occidental en donde se habrían sumado al creciente descontento. Alan WOLFE, Los límites de
la legitimidad. Contradicciones políticas del capitalismo contemporáneo, trad. Teresita Eugenia
Carbó Pérez, Siglo XXI Editores, colección Sociología y Política, 3ª edición, México, 1997, p.
115.
954
Para “una pluralidad de prospectivas” -lugar, idelogía, paradigma de acción social e
institución- “desde las cuales es posible indagar el mercado” véase Maria Rosaria
FERRARESE, Immagini del mercato, “Stato e mercato”, n. 35, agosto, 1992, pp. 291-323.
Acerca de la ideología del mercado véase Pierluigi CHIASSONI, Mercato, “Ragion pratica”, n.
7, 1997, pp. 139-153.
955
Para un acercamiento a esta temática véase José Eduardo FARIA, El derecho en la
economía3 op. cit.
956
Luigi FERRAJOLI, en “Guerra, terrorismo y derecho. Sobre el ataque a Afganistán”,
contenido en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 60.
Parece ser que la estrecha relación entre poderes públicos y privados es connatural al
capitalismo. Ugo PIPITONE destaca que la economía se acerca por primera vez al poder,
319
En este sentido, el desorden global es entendido por nuestro autor -o de
hecho corresponde- con la globalización en su conjunto y esta, a su vez, leída
en el plano jurídico, como un vacío de derecho público producido por la
ausencia de límites, reglas y controles,957 frente a la fuerza tanto de los
Estados militarmente más fuertes como de los grandes poderes económicos
privados.958
El dominio de la economía sobre el derecho y la política, en el presente
contexto de globalización, ha traído así, en síntesis: 1) la crisis del Estadonación, 2) la crisis de la democracia,959 3) la violación superlativa de los
derechos fundamentales y, 4) el desprecio de la cultura de su salvaguardia.960
“entretejiendo con éste una relación cada vez más estrecha de cooperación y complicidad”,
desde el siglo XVI. La razón de tal acercamiento fue debido a una mutua conveniencia:
“Comerciantes, financieros y banqueros necesitan el favor de los reyes para garantizar la
seguridad de sus negocios, para salvar los obstáculos del particularismo urbano-gremial, para
conseguir contratos importantes con los ejércitos y con cortes que convierten lujos y
extravagancias en símbolos de potencia. Por otro lado el poder necesita dinero y más dinero
para financiar gastos opulentos y militares cuya cuantía crece proporcionalmente con la
amplitud de miras, con la ambición o el cosmopolitismo de reyes, príncipes, duques, marqueses
y demás. Aventuras comerciales o imperiales, guerras locales o alianzas que se hacen y
deshacen son ocasiones para la multiplicación de riquezas descomunales”. Ugo PIPITONE, La
salida del atraso: un estudio histórico comparativo, Fondo de Cultura Económica, colección
Economía, serie Economía Comparada, México, 1995, pp. 44 y ss. Podría decirse que un
segundo oleaje de acercamiento o convergencia entre el capital y el poder político se da en lo
que WOLFE denomina el Estado de armonía (1890-1914). Alan WOLFE, Los límites de la
legitimidad... op. cit., pp. 79 y ss.
957
Para algunas referencias -de entre la extensísima literatura sobre la globalización- el lector
puede ver Marco REVELLI, La globalizzazione. Definizioni e conseguenze, “Teoria politica”, n.
3, 2002, pp. 45-62.
958
Luigi FERRAJOLI, “Guerra, terrorismo y derecho. Sobre el ataque a Afganistán”, contenido
en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 60. En el mismo
sentido véase Luigi FERRAJOLI, Principia iuris... vol. II, op. cit., § 13.15. “La crisi odierna della
democrazia costituzionale. Le lacune di garanzie e la crisi del principio di legalità”, pp. 77 y ss.
“... la globalización consiste” -apunta en otra sede nuestro autor- “en la ausencia de reglas y
límites jurídicos a los grandes poderes transnacionales, políticos y económicos, cuya
manifestación más terrible es la guerra”. Luigi FERRAJOLI, “La <<guerra infinita>> y el orden
internacional. A propósito de la invasión de Irak”, contenido en Gerardo PISARELLO (editor),
Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 72. En la globalización “el destino de cualquier
país, con la única excepción de los Estados Unidos, depende cada vez menos de las
decisiones internas adoptadas por sus gobernantes, sobre todo si se trata de países pobres, y
cada vez más de decisiones externas, adoptadas en sedes o por poderes políticos o
económicos de carácter supra o extra estatal.” Ibidem. Sobre el destino de instituciones como
el contrato, las constituciones y la jurisdicción en la era de la globalización véase el ensayo de
Maria Rosaria FERRARESE, Le istituzioni giuridiche della globalizzazione, “Ragion pratica”, n.
16, 2001, pp. 15-24.
959
Para un ensayo sobre la crisis de la democracia como crisis moral véase Charles S. MAIER,
Crisi morali della democrazia, “Parolechiave”, n. 5, 1994, pp. 93-110.
960
La carencia de democracia en instituciones internacionales, las guerras o el problema de
una ausencia de paz mundial, la desigualdad, la pobreza mundial así como la actuación
incontrolada de las empresas transnacionales, la vía libre a la devastación del ambiente, el
cierre de fronteras a masas de hambrientos, entre otros, no serían más que expresión de las
320
Como consecuencia de esas crisis se ha arrivado a una incertidumbre
de la transición en curso. Una incertidumbre sobre si se realizará el sueño
kantiano “de una sociedad y de un derecho cosmopolita garante de la paz y de
los derechos humanos” o si se llegará a una regresión premoderna, a una
sociedad internacional y a comunidades infraestatales desreguladas y salvajes,
en conflicto entre sí.961
Es más, a la creciente globalización de la economía, las finanzas y las
comunicaciones se ha opuesto, paradójicamente, una regresión en la
construcción de una esfera pública internacional.962 Por ésta, Luigi FERRAJOLI
entiende “el conjunto de instituciones y funciones destinadas a la tutela de
intereses generales como la paz, la seguridad y los derechos fundamentales,
que constituyen el espacio y el presupuesto tanto de la política como de la
democracia”.963
En este orden de ideas, los problemas que conlleva el prodominio de la
economía sobre la política y el derecho sólo pueden ser resueltos dentro del
horizonte internacional, no sólo por el carácter global de sus dimensiones sino
por su naturaleza artificial y heterodeterminadas y no puramente naturales,
confiadas a la capacidad de sustento del individuo o incluso de su comunidad
política.964
Así, el resultado de la incierta transición o actual desorden global
depende por completo -sostiene nuestro autor- de la política y del derecho, ya
que la construcción de una democracia cosmopolita depende de esa artificial
reason que es la razón jurídica y política.965
crisis del Estado-nación y de la democracia. De todos estos problemas de los que se ocupa
nuestro autor, son la violencia y las guerras civiles junto con la intolerable desigualdad entre
países ricos y pobres los problemas que representan “el gran desafío lanzado a la democracia
del siglo XXI”. Luigi FERRAJOLI, en “Hipótesis para una democracia cosmopolita”, contenido
en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 104. Una
referencia actualizada de todos esos temas y problemas del desorden global se encuentra en
los apartados 16.4 – 16.13 de Principia iuris... vol. II, op. cit., pp. 498-547.
961
Luigi FERRAJOLI, en “Hipótesis para una democracia cosmopolita”, contenido en Gerardo
PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 92.
962
Luigi FERRAJOLI, en “Guerra, terrorismo y derecho. Sobre el ataque a Afganistán”,
contenido en Gerardo PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 60.
963
Luigi FERRAJOLI, en “¿Es posible una democracia sin Estado?” contenido en Gerardo
PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p 141.
964
Luigi FERRAJOLI, en “Hipótesis para una democracia cosmopolita”, contenido en Gerardo
PISARELLO (editor), Luigi Ferrajoli. Razones jurídicas... op. cit., p. 92.
965
Idem, pp. 93 y 94.
321
Pero me parece que no sólo de la política y del derecho. En no menor
parte el resultado de la incierta transición depende de la economía misma.
Ciertamente, nada hay de natural en la desigualdad y pobreza mundial. Son
producto de opciones políticas y morales en el marco del capitalismo tardío.966
Evidentemente, no es esta la sede para argumentar en torno a la
deslegitimación moral del capitalismo967 desde una impronta ferrajoliana, esto
es, a partir de las tesis, sugerencias y consideraciones políticas y jurídicas en la
966
Es idea de quien esto escribe que una aproximación al capitalismo tardío -lejos de ofrecer
un criterio riguroso sobre éste, con condiciones necesarias y suficientes- haría referencia a una
élite capitalista mundial que actualmente -prescindiendo de la recesión mundial en curso- se
encuentra en un ciclo de alta tasa de ganancia debido a una onda expansiva de acumulación
generada por la revolución tecnológica y de telecomunicaciones de finales del siglo XX, así
como por la masificación del consumo y de los servicios, que ha permitido, quizá como nunca
en la historia del capitalismo, que alguna otra élite haya tenido oportunidad de elevar su
respectiva tasa de ganancia en el menor tiempo posible. Esto ha traído como consecuencia
una sobreacumulación de capital y, ante todo, la razonabilidad de predicar una deslegitimación
moral de esa forma de organización en virtud de que, pudiendo ser dirigido parte del excedente
a regiones del mundo en pobreza extrema, con necesidades apremiantes, donde el único
destino es morir de hambre o de enfermedades curables, dicha élite sólo busca lo que Paul
SWEEZY -valga la referencia a un autor no de moda- precisó como la tarea central
precisamente del capitalismo tardío: crear condiciones favorables a la más rápida acumulación
de capital y remover los obstáculos que impidan el proceso, tareas a las cuales, en último
término, todas las otras funciones están subordinadas. Paul M. SWEEZY, El Capitalismo
Moderno... op. cit., pp. 17 y 18. Cabe pues en esta tesis adoptar por el término “capitalismo” un
sentido amplio -como <<formación social>> o <<relación social general>>- y no restringido -como
<<un obrar económico>>, <<modo de producción en sentido estrecho>> o <<subsistema
económico>>-. Estas distinciones son mencionadas por Gian Enrico RUSCONI en la entrada
“capitalismo” que ofrece en Norberto BOBBIO, Nicola MATTEUCCI y Gianfranco PASQUINO
(directores), Dizionario di... op. cit., pp. 137. Ernest MANDEL ubica el punto de partida del
capitalismo tardío en la Segunda Guerra Mundial, cuando se generó un aumento significativo
en la tasa de plusvalía. Dicha acumulación le permitió al capital superar la declinación a largo
plazo de la tasa de ganancia que venía presentando. Con la guerra, y la posterior economía
armamentista, se logró acelerar la acumulación de capital y se estuvo en la posibilidad de
aprovechar los descubrimientos tecnológicos, desencadenando así una tercera revolución
tecnológica. Ernest MANDEL, El capitalismo tardío, trad. Manuel Aguilar Mora con la
colaboración de Carlos Maroto, Ediciones Era, colección “El hombre y su tiempo”, México,
1972, pp. 539 y ss.
967
Eric HOBSBAWM señalaba que el término “capitalismo” entra en el vocabulario económico y
político en la década de 1860, tiempos en los cuales se consolidó la creencia de la sociedad en
que el desarrollo económico “radicaba en la empresa privada competitiva y en el éxito de
comprarlo todo en el mercado más barato (incluida la mano de obra) para venderlo luego en el
más caro”. Eric HOBSBAWM, La era del capital3 op. cit., p. 13. Sin embargo, hay controversia
al respecto. Fernand BRAUDEL en La dinámica del capitalismo, trad. Rafael Tusón Calatayud,
Fondo de Cultura Económica, colección Breviarios, México, 1986, p. 53, sostiene que el
término aparece hasta principios del siglo XX con la edición, en 1902, del libro de Werner
SOMBART, Der moderne Kapitalismus. Por su parte, Robert L. HEILBRONER, en Capitalismo
en el siglo... op. cit., p. 59, refiere que la palabra no pasó a formar parte del lenguaje cotidiano
hasta muy avanzado el siglo XIX y que tal vez apareció por primera vez en la obra de Arnold
TOYNBEE, The Industrial Revolution in England.
322
obra de nuestro autor,968 menos aún de aquella de su entonces círculo de
pensamiento.969
Pero sí es oportuno subrayar que en la construcción de una esfera
pública mundial, de un constitucionalismo mundial que haga frente al presente
desorden global, me parece, es necesario revisar el papel de la economía y,
previo a ello, de la teoría económica misma.
Se requiere, considero, una revisión y sistematización -rigurosa- de la
teoría económica, pasándola por una secularización a la que todavía no
termina de arribar. Pero, sobre todo, se requiere hacer una proyección en
sentido normativo de la ciencia económica. Proseguir con una de las cinco
transgresiones de Albert O. HIRSCHMAN, a saber, reinsertar la moral en la
explicación económica.970
Y es que la matriz de la cual surge el discurso económico -y en la que
permanece aún- es la gran corriente de pensamiento del iusnaturalismo; es la
idea de que el mundo natural fue plasmado según un orden querido por Dios y
968
Por ejemplo, FERRAJOLI sostiene que gracias a los enormes progresos tecnológicos y a los
crecientes desarrollos de la riqueza y de la producción ha llegado a ser posible lo que en el
pasado era imposible (y por ello moral y políticamente debido): reducir o compensar las
desigualdades de <<oportunidad>> dependientes de lo que John RAWLS llamó la <<lotería
natural>>. Luigi FERRAJOLI, Principia iuris... vol. II, op. cit., p. 393.
969
Para un estudio clásico en sede neomarxista sobre el capitalismo que denomino tardío
véase Claus OFFE, Lo Stato nel capitalismo3 op. cit. Para un estudio y algunas críticas a esta
obra véase Elías DÍAZ, Deslegitimación del derecho y del Estado3 op. cit. En esa misma sede
y en relación a la problemática de tipo político que trae consigo el capitalismo tardío en las
relaciones Estado–sociedad civil véase la obra de Federico STAME, para quien la contradicción
más relevante que afecta los sistemas políticos en la sociedad de capitalismo avanzado es
creada por la exigencia de control social y funciones de dominio. Esto es, dicha sociedad, por
una parte, no puede remover las formas representativas y participativas y, por otra, no puede
prescindir del control social. Federico STAME, I processi di socializzazione nello Stato moderno
e la funzione politica e sociale del rapporto di autorità, “Problemi del socialismo”, anno XIX
aprile-settembre 1978, Milano, p. 38. “(Esta) progresiva transformación del aparato estatal de
promotor de desarrollo a instrumento de control se manifiesta, así, en la sociedad tardocapitalista como crisis de la democracia política o cambio sustancial de su función”. Federico
STAME, Teoria dello Stato e controllo sociale, “La questione criminale”, anno V, n. 2, maggioagosto Bologna, 1979, p. 193. Fuera ya del círculo de pensamiento de nuestro autor, y en
relación a las contradicciones entre el orden político y el orden económico, particularmente para
un diagnóstico, véase Alan WOLFE, Los límites de la legitimidad... op. cit., pp. 271 y ss., quien
considera que el padecimiento por excelencia del capitalismo tardío se expresa en una tensión
inherente entre la necesidad de acumulación y la de legitimación (en el marco de sociedades
dominadas por la frustración, el bloqueo, la opacidad política, el agotamiento, el
endurecimiento, la mistificación y una confusión y falta de dirección generales), y donde, en
suma, el hecho político más llamativo es la ausencia de política. Para un estudio en sede
sociológica véase el clásico de Jürgen HABERMAS, Problemas de legitimación en el
capitalismo tardío, trad. José Luis Etcheverry, Amorrortu editores, colección Biblioteca de
filosofía, antropología y religión, Buenos Aires, 1989.
970
Para una lectura de su obra como transgresiones véase Gian Cella PRIMO, Carlo DONOLO
y Massimo EGIDI, Discutendo su “L´economia politica como scienza morale e sociale” di Albert
Hirschman, “Stato e mercato”, n. 23, agosto, 1988, pp. 269-290.
323
a partir de ahí se construye la metáfora del mercado.971 “La economía
convencional -o neoclásica- analiza sobre todo los precios (es pues,
fundamentalmente
<<crematística>>)
y tiene una concepción metafísica de la
realidad económica que funciona como un perpetuum mobile lubricado por el
dinero”.972
Por su parte, el capitalismo no puede reclamar libertades naturales o
continuar atado a un liberalismo como en el naciente capitalismo, cuando se
sostenía -en nombre de la libertad económica- que “el Estado no debía
entrometerse en el libre juego del mercado, que por ciertos aspectos aparecía
como un estado de naturaleza o mejor como una completa libertad”.973
Pero si los fundamentos de la economía no estuvieran en gran parte en
un estadio metafísico-naturalista, por lo menos sí lo están irremediablemente
en uno determinista. “En economía, más que en las otras ciencias sociales y
políticas, la doctrina del efecto perverso está estrechamente ligada a un
principio basilar de la disciplina: la idea de un mercado autorregulado”.974
Y si no determinista, por lo menos con una gran dosis dogmática. Como
bien lo revela Amartya SEN cuando hace alusión al nivel de intercambio que
destacara SMITH y que se ha convertido en dogma para muchos
economistas:975 pues bien, ni el intercambio, ni ese tipo de intercambio, es la
única dimensión en la economía. El apunte de SMITH se refiere: “a) solamente
al intercambio (no a la producción o la distribución) y, b) solamente al aspecto
motivacional
del
comportamentales)”.
intercambio
(no
a
sus
aspectos
organizativos
y
976
971
Lapo BERTI, Il mercato in una prospettiva post-liberale, “Parolechiave”, n. 28, dicembre,
2002, p. 36.
972
Joan MARTINEZ Alier y Jordi ROCA Jusment, Economía Ecológica y Política Ambiental,
FCE, México, 2003, p. 13.
973
Nicola MATTEUCCI, en la voz “Liberalismo”, contenida en Norberto BOBBIO, Nicola
MATTEUCCI y Gianfranco PASQUINO (directores), Dizionario di... op. cit., p. 598.
974
Albert O. HIRSCHMAN, Riforme pericolose. La mitologia dell´effetto perverso, “Il Mulino”, n.
334, marzo-aprile, 1991, pp. 201. Y añadía HIRSCHMAN: “En la medida en la cual esta idea
domina la escena, cualquier política pública dirigida a modificar los efectos del mercado (...)
será vista automáticamente como una interferencia nociva en los procesos benéficamente
autoequilibrantes”. Idem, p. 202.
975
Se recuerda aquello que decía Adam SMITH: no es ciertamente de la benevolencia del
carnicero y otros que esperamos nuestra comida sino del hecho que ellos están al cuidado de
sus propios intereses, es decir, que no nos movemos por la humanidad sino por el egoísmo.
976
Amartya, K. SEN, Codici morali e succeso economico, “Il Mulino”, n. 352, marzo-aprile,
1994, p. 197.
324
Se necesita, en suma, romper esta convivencia entre determinado
capitalismo (distorsionado) y cierta democracia (formal) que “se afirmó
históricamente -afirma Claus OFFE- en relación a dos principios de mediación:
a) los partidos políticos de masa y la competencia partidista y, b) el Estado
asistencial keynesiano”.977
Pero consideraciones de este último tenor deben aguardar; y mejor se
debe pasar a la propuesta de nuestro autor para revertir, o intentar contener, el
presente desorden global: la democracia constitucional.
3.2 Los derechos fundamentales como criterios de legitimación del poder
y como contrapoderes
3.2.1 La centralidad de los derechos fundamentales en su modelo de la
democracia constitucional
E
n los siguientes tres apartados me propongo articular aquellos
elementos que aportaría la dimensión política al modelo jurídico-
político de Luigi FERRAJOLI, modelo que ha propuesto, con motivo de su más
reciente estación, y que ha denominado democracia constitucional.978
La democracia constitucional -“punto de llegada que desarrolla con
brillantez y rigor en Principia iuris”-,979 vale decir, comprende una dimensión
descriptiva o jurídico-positiva y una dimensión prescriptiva o axiológica.980
977
Claus OFFE, Democrazia partitica e stato assistenziale, “Stato e mercato”, n. 3, dicembre,
1981, pp. 485. Bajo el primer aspecto, destaca el vaciamiento ideológico, la pérdida de la
participación de base y la erosión de una identidad colectiva. Bajo el segundo, OFFE apuntaba
que con la economía keynesiana el desarrollo capitalista ciertamente dejó de ser un juego de
suma cero pero, aún así, el Estado asistencial no está en grado de resolver todos los
problemas”. Idem, pp. 489 y ss.
978
Por la naturaleza de la presente investigación -que se ha propusto reconstruir un itinerario
intelectual y político y no analizar y discutir aspectos particulares del pensamiento teórico o
filosófico de FERRAJOLI- las siguientes líneas sólo se refieren a elementos concretos de la
democracia constitucional: los derechos fundamentales, el Estado constitucional de derecho y
la democracia. Por otra parte, se destaca que BOVERO ha señalado que, si bien no sabría
decir con seguridad quién fue el primero en acuñar esa fórmula lingüística exitosa, cree que fue
el autor en estudio. Michelangelo BOVERO, “Prefacio. Nuevas reflexiones sobre democracia
constitucional”, en Pedro SALAZAR Ugarte, La democracia constitucional. Una radiografía
teórica, Fondo de Cultura Económica e Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM, colección
Política y Derecho, México, 2006, p. 13. Véase esta obra para “una radiografía teórica del
modelo que busca identificar los principales elementos que componen el constitucionalismo
democrático, su génesis y características y, sobre todo, algunas de las tensiones que
inevitablemente existen entre algunos de estos compenentes”. Idem, p. 48. Una visión
escéptica sobre la viabilidad de la democracia constitucional la ofrece el mismo autor, véase
Pedro SALAZAR Ugarte, La democrazia costituzionale: una proposta (globalmente) praticabile?
“Teoria politica”, nn. 2 y 3, 2003, pp. 109-121.
325
Un esfuerzo analítico por delimitar tales planos, en la más reciente
producción del autor en estudio, escaparía al objetivo impuesto en estas líneas.
El problema sería complejo: varias voces, de hecho, lo acusan de pasar del
plano descriptivo al prescriptivo en su teoría en demérito de ésta.981
En sede metodológica, se sostiene que es perfectamente posible -y es lo
que se intenta a continuación- bosquejar un modelo político, una filosofía
política en el sentido de investigación del fundamento de legitimación del poder,
el Estado o las instituciones, sin caer en serios problemas, en cuanto que la
sede interna (jurídica) provee elementos para esa construcción externa
(política).
Lo anterior no puede dejar de ser así si consideramos -c
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