Ponencia nº 1 - Comunidad de Madrid

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Jornada organizada por la Coordinadora de Equipos
de Orientación Psicopedagógica,
Consejería de Educación.- Comunidad de Madrid .Conferencia
Fecha: 16. XII. 2009,
Lugar: Auditorio del IES “Virgen de la Paloma”. Madrid
Ponente: Felipe Marín, Centro de Psicología Dinámica Th. Reik
Referencia: Servicio de Apoyo a Familias Adoptivas de la
Comunidad de Madrid
TEMA:
“ ASPECTOS PREVIOS A LA ESCOLARIZACIÓN DE LOS NIÑOS
ADOPTADOS: FORMAS DE VINCULACIÓN, EMOCIONES Y
APRENDIZAJES”
1. Los niños adoptados un emergente con dificultades en los colegios
españoles.
El gran número de niños adoptados en nuestro país desde que se firmó en noviembre 1995 el
protocolo de Adopciones Internacionales viene creando poco a poco en los directores de
colegios, en los profesores y en los responsables de la Consejería de Educación la toma de
conciencia de un problema inexistente en nuestros centros escolares anteriormente, al menos
bajo el concepto específico de “niños adoptados“. El hecho más parecido sería el de niños de
familias inmigrantes por proceder a veces de los mismos países que los adoptados pero cuya
características actuales, sociales, culturales y económicas son diferentes.
Anteriormente había una realidad semejante, con dificultades parecidas para llevar a cabo una
buena educación escolar. Siempre, en el Ministerio de educación o actualmente en la
estructura autonómica de Consejerías de Educación ha tenido este reto:
•
•
•
En niños nacidos en familias multiproblemáticas,
En niños procedentes de etnia gitana frecuentemente sin escolarizar,
En niños procedentes del medio rural español llegados a las ciudades grandes
En niños y niñas acogidos en instituciones públicas de otros tiempos como niños
atendidos en Auxilio Social, o más tarde niños de grandes internados y orfanatos de las
Diputaciones Provinciales, como en nuestra Comunidad eran bien conocidos el Colegio
de San Fernando para niños o la Ciudad Escolar Francisco Franco para niñas, y otros
muchos, y luego en la nueva situación política, las residencias más reducidas para
menores en que aquellos se fueron transformando.
En cada etapa, durante los treinta años últimos, nos hemos encontrado con niños procedentes
de familias desestructuradas, o privados de familia con dificultades para la integración escolar o
un adecuado aprendizaje. Nos planteábamos siempre que en el origen de aquellas dificultades
y casi siempre del retraso académico, había un problema psicosocial: niños con carencias
afectivas, niños sin familia, niños con problemas emociónales que tenían dificultades de
aprendizaje en lo centros escolares.
Había huérfanos de Renfe, de la Guardia Civil, del Ejército, pero aquellos no eran realmente
huérfanos, sino hijos de colectivos públicos que estaban en colegios como ayuda oficial a
aquellas familias por el fallecimiento del padre.
También existían en nuestros centro de menores niños y niñas que no eran del todo huérfanos,
pero en los que los vínculos familiares estaban rotos: hijos de prostitutas, hijos de madres
solteras, niños pobres sin recursos procedentes de múltiples situaciones, niños ocultos de
familias “bien”, a veces hijos de delitos de sangre, niños de hospicios etc. Decíamos finamente
“niños privados de ambiente familiar”.
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Eran niños en condiciones familiares y sociológicas muy parecidas a los niños que vienen hoy
a nuestros hogares procedentes de diferentes países poco desarrollados o en vía de desarrollo
y cuyas familias se han roto y a quienes se les ha retirado oficialmente la paternidad. Hablamos
por tanto de niños abandonados.
Dos aspectos han cambiado sustancialmente desde entonces en la nueva situación:
• que hay aceptación social de los niños de procedencia desconocida o de familias que
antes sufrían rechazo social, tanto de ámbito nacional como internacional,
• y que los padres o familias adoptivas españolas actuales pertenecen a estratos
sociales acomodados, ya que son de clases suficientes, medias y altas y de todas las
condiciones profesionales y culturales. Un dato significativo es que al menos son
económicamente suficientes, ya que de lo contrario no podrían obtener el certificado de
idoneidad para adoptar.
En efecto, son muchos profesionales titulados medios y superiores los que de hecho pueden
adoptar: ingenieros, abogados, psicólogos, médicos, pedagogos, maestros y profesores de
instituto o de universidad, o trabajadores especializados de cualquier ramo, o profesionales de
la industria, así como artistas, magistrados, políticos y todo tipo de funcionarios. etc.
Al menos han de tener una economía suficiente, un hábitat digno, una declaración de la renta
en orden, salud física, madurez psicológica y estabilidad emocional, deseo de ser padres y
hacer un proyecto adoptivo aceptable. De no ser así no recibirían la idoneidad para adoptar de
parte de la institución pública
También es diferente el nivel de exigencias de esta población de padres adoptivos. Las
exigencias de atención y control académica de muchos de estos padres no son las mismas
que las de otros padres en situaciones sociales precarias o procedentes de familias
multiproblemáticas en situación menos favorecida.
•
Ejemplo: Si en una unidad escolar de 22 ó 25 alumnos hay un alumno adoptado,
seguramente tendrá dificultades para seguir el ritmo de la clase, sus padres reivindican
a la dirección del colegio una atención especial para su hijo adoptado o urgirán a los
orientadores, pedagogos o psicólogos para que ayuden a su hijo. No es raro que
recurran además a la instancia pública, en este caso a la Consejería de Educación.
Esta exigencia va llegando a todos los profesionales de la salud física y psíquica y a
todos los orientadores, pedagogos y profesores que están en la enseñanza.
Quizás esos padres hacen lo que deben: exigir una atención escolar específica para
sus hijos con dificultades. Hasta ahí es lógico. Pero si esos mismos padres no son
adoptivos y su hijo está en ese esa misma aula, tal padre sería posiblemente el que
haga su protesta de que los profesores “pierdan algún tiempo de clase con alumnos
especiales o retrasados” y no lleven su programa de curso con el ritmo adecuado.
Dada la presencia creciente de niños adoptados que se van incorporando a las aulas esto ya
es un hecho en la mayoría de los centros escolares, unido al más amplio de hijos de familias
inmigrantes, pero cuyos padres posiblemente no están en condiciones de ser tan exigentes.
Aquí podríamos hacer alguna alusión a problemas de aceptación étnica o racial dada la
amplitud de razas y etnias de la población de niños adoptados. Hasta hace muy poco esta
situación se daba sólo en la enseñanza primaria, pero hoy día ya ha llegado con creces a la
enseñanza secundaria, a la formación profesional o a los casos de “adaptaciones curriculares”
y de “módulos.”
Con frecuencia los profesores tienen dificultad para tolerar la conducta disruptiva de un niño
que les revuelve la clase, que no obedece, que molesta o agrede a los demás, que no atiende
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nunca o se mueve sin parar (¿quizás niños con Trastorno de Hiperactividad y con Trastorno de
Déficit de Atención?).
Es posible que la mayoría de estos niños no sean niños adoptados, que son una minoría, pero
sí ocurre frecuentemente que casi todos los niños adoptados son así. Se ha llegado decir “que
todo niño adoptado era sinónimo de niño hiperactivo o con déficit de atención”. Esto es
frecuente, pero no es del todo cierto y debemos luchar contra ese tipo de asertos.
Observamos también que una población de niños con connotaciones parecidas, como los
hijos de inmigrantes, que proceden de los mismos países que muchos niños adoptados, no
presentan tan masivamente este comportamiento. Me refiero a algo tan importante como es la
vinculación afectiva y el sentido de pertenencia que tienen con sus padres los niños que no han
sido abandonados, aunque puedan vivir en situaciones de precariedad o de pobreza.
•
¿Será quizás porque en unos o en otros niños, aunque tenga rasgos y muchas
connotaciones iguales hay una historia diferente, un apego o una vinculación familiar
diferente?
Nuestra constatación es precisamente ésta. Sin duda será este el aspecto
diferencial más peculiar de los niños adoptados: el problema de establecer con sus
padres adoptivos un apego básico o un vínculo afectivo tan fuerte como el de los niños
no abandonados.
2.- Los niños adoptados proceden de situaciones emocionales muy duras
desde su abandono
Para compartir con todos vosotros las dificultades por las que pasa frecuentemente un niño que
ha sido adoptado y ha tenido que adaptarse a una nueva realidad familiar, cultural, educativa y
social expondré las dificultades por las que está pasando en cada momento el niño adoptado.
Más adelante veremos algunos casos de gravedad y frecuencia clínica desigual que nos harán
comprender los problemas previos a la escolarización, que es el tema que nos corresponde.
En efecto el núcleo estaría en los problemas de apego, de vinculación y de aprendizaje
en su nueva estructura familiar que lleva inherente el hecho adoptivo y junto a este el de
la no aceptación de tal hecho adoptivo por los niños adoptados que les crea un complejo
de niños diferentes, quizás con sentimientos y resentimientos de ser de segunda clase
por mucho que se trabaje psicológicamente con ellos.
Las situaciones consiguientes a la fractura ocurrida en su personalidad, tras el
abandono de su familia original, parecen imprimir carácter ya que tras aquel abandono
original irán apareciendo otras muchas formas o trastornos como:
•
dificultades para establecer apego o vinculación con su nueva familia, el trauma
del abandono aparecerá de forma constante a lo largo de su desarrollo,
•
desmotivación y falta de interés para casi todo y sobre todo para el estudio y
para cuanto exija esfuerzo o trabajo,
•
cierta torpeza mental, en algunos casos,
•
desconfianza profunda, problemas de seguridad básica en casi todos,
•
necesidad de no poder integrarse, para mantenerse en cierta “automarginación”
•
agresividad con los nuevos padres y profesores cuando se les exige algo o se
les ponen límites,
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•
dificultad básica para establecer un sentimiento de pertenencia,
•
tendencia fortísima a volver a sus orígenes de inanición y desorden, y donde no
tener nada y destruir lo que puedan heredar o conseguir es casi lo único que
saben o, mejor dicho, pueden hacer
•
( No hay que entender que el deseo de volver a sus orígenes sea volver a su país
de origen sino a la situación original traumática de abandono, de falta de
vinculación, de desapego, de motivación, de seguridad etc.)
•
quemar o fundir cuanto se les da o cae en sus manos, porque todo se les ha
dado, ya que ellos no tenían nada. Tienen gran dificultad para tener o aumentar
su propiedad, sin gastarlo, para guardar lo que van teniendo porque antes no
tuvieron (un cierto comportamiento de cigarra), por el contrario les encanta
apropiarse de lo que no es suyo, de cogérselo a otro, de robar,
•
necesidad compulsiva de mentir. Robar y mentir es terriblemente característico
de muchos, (¿quizás más de procedentes de ciertos países antes oficialmente
comunistas?).
•
Tendencia a destruir en vez de a construir o reparar (impulso tanático) (?)
Destruir en vez de conservar y cuidar para que no les pase lo que les pasó ahora
que pueden ¿ Hacer unos estudios que antes no hubieran podido hacer ?,
Conocer todos estos aspectos de la personalidad del niño adoptado es muy importante
para profesores que tienen que bregar diariamente con estos alumnos sin saber por otra
parte qué les pasa.
Algunos profesores se quejan, ajenos completamente a la problemática profunda de estos
alumnos, pensando que son niños inaguantables y maleducados. Puede parecerlo, y
frecuentemente son así, pero justamente al profesor se le exigen conocimientos mínimos de
pedagogía y de psicología que deben procurar adquirir y que, a veces, parecen faltarle.
Comprendemos la paciencia que se exige a estos profesores y las habilidades para que un
alumno o varios con los problemas que exponemos aquí no le hagan la vida imposible, pero
nosotros abogamos por la comprensión del más desprotegido que en nuestro caso siempre es
el menor.
Por eso es necesario que los profesores vayan mejorando poco a poco su forma de
trabajar con alumnos con estas características. Hay que comprender estas dificultades
añadidas. Los colegios y escuelas van ofreciendo progresivamente respuestas un poco
más adaptadas a estos casos, pero muchos padres solicitan una ayuda más
estructurada desde la institución pública (Consejería de Educación) de una manera más
estructurada que el dar media hora de clase de apoyo al final de las calases cuando ya
están cansados, cuando todos se van y cuando “se quedan aparte” .
Consideramos en este sentido un acierto el que la
Coordinadora de Centros de Orientación Psicopedagógica de la
Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid haya
organizado esta X Jornada con este tema específico, con
ponentes que trabajan esta área de Adopciones en la
Consejería de Familia y Servicios Sociales).
También respecto de los padres adoptivos sentimos muchas veces la necesidad
profesional de ser duro, en nuestro juicio, por su omnipotencia en los primeros
momentos de la adopción y por su cansancio posterior, por considerar a veces que las
dificultades de aprendizaje de su hijos o hija son porque no quiere estudiar.
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Pero quienes trabajamos en éste área sentimos igualmente que es de justicia la
comprensión y el apoyo para muchos de estos padres que se sienten impotentes e
incapaces de hacer frente a sus dificultades. No es infrecuente en este sentido que
algunos de ellos sientan la necesidad de acudir a nuestro Servicio de manera
responsable y ejemplar para buscar ayuda emocional y técnica.
Cada vez más los padres solicitan ayuda psicológica para
poder hacer frente a su situación de angustia cuando el caso
familiar o individual les desborda y piden ser atendidos
individualmente o en grupos de padres.
Otros, por muchas razones, buscan solución, internando a su
hijo o hija adoptivos en un colegio privado, aunque muchos lo
consideren teórica y prácticamente desaconsejable, por
parecerles una especie de “segundo abandono”.
(Nos gustaría poder desarrollar aquí que a veces es más sano
un buen colegio interno que una familia desestructurada o con
problemas que no sabe resolver)
3 .- Ilustraciones clínicas de aspectos psicológicos graves respecto de
niños adoptados que asisten a la escuela. Quiero exponer tres ejemplos
clínicos en los que se recogen aspectos que tienen que ver con nuestro
tema: “Aspectos previos a la escolarización de hijos adoptados: Formas de vinculación,
emociones y aprendizajes.”
1º. Un niño de diez años con encopresis diurna y enuresis diurna y nocturna (Jorge)
Jorge es un niño adoptado con cinco años. Cuando fue adoptado no controlaba bien los
esfínteres pero fue mejorando poco a poco. Jorge es despierto e inteligente, académicamente
va bien, aprueba todo y se siente valorado por ello, pero se siente raro y solitario.
Se junta con niños parecidos en algún aspecto, bien porque su familia esté rota o porque son
niños solitarios o que se relaciona mal con la mayoría de los niños del colegio, es decir busca
compañía con los que tienen problemas como él. Podemos decir que se siente querido por sus
padres adoptivos, pero éstos se han separado varios años después de ser adoptado tras
largos meses de violencia.
Nos llama la atención la enuresis, y sobre todo la encopresis a esa edad: regresión a etapas de
dos o tres años, agresividad muy reprimida y desorganización funcional. Los últimos años los
padres discuten por temas familiares y de resultas el niño empieza a hacerse caca durante el
día sin darse cuenta.
El niño empieza a disociarse, tiene miedo pavoroso, necesita proteger él mismo a cada padre
frente al otro para no perder a ninguno de los dos, se siente culpable, se mueve en gran
ambivalencia entre agradar y agredir.
•
Diálogo con Jorge:
a) ¿…Con mi padre?, ¿Pensará mi madre que no la quiero?
b) ¿…Con mi madre? ¿Creerá mi padre que no quiero estar con él?
c) El juez lo ha llamado a su despacho para hacerle preguntas y cuando tenga
doce años tiene que elegir entre quedarse con su madre o con su padre.
Entretanto está preocupado día y noche, consciente e inconscientemente.
Enuresis, encopresis, angustia, ocultación.
d) ¿…Me internarán en un centro? ¿Volveré a un orfanato? ¿Pierdo a mis padres?
e) Inseguridad, desconfianza, ¿proteger a ambos padres?
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2º. Un adolescente confuso en riesgo permanente (Benito)
Benito: trece años, despistado, una hermana menor, adoptado con cinco años, rasgos no muy
distintos a los españoles, roba y miente siempre que puede, hace pellas frecuentes sobre todo
a primera y última hora, padres con estudios superiores, ambos trabajan y tiene mucho tiempo
libre para hacer lo que quiere, mal comportamiento escolar, habla sin parar y no obedece a los
profesores, recibe notas de éstos a los a los padres y expulsiones de clase, los padres han
hecho varios intentos de internarlo en un centro de día.
Con el dinero robado a sus padres Benito se compra preservativos, tabaco y chinas, hay
agresividad con los amigos, hay botellón, amenazas veladas a los padres delante del
psicólogo:“si mi padre me toca, lo mato”, pierde el curso pero marcado y amenazado puede
sacarlo casi todo en septiembre, tiene amigos como él. A consulta siempre viene solo y desde
lejos y no falta. Normalmente viene a gusto. Tiene bastante libertad y puede traer amigos a
casa.
•
Los padres están indignados, se arrepienten de haberlo adoptado, se lo echan en
cara, el padre se autocrítica de perder el control a veces, no se ha hecho un buen
vínculo pero se siente protegido y atendido.
Le cambiaron la nacionalidad, la etnia, los apellidos y el nombre, pero no la piel ni la
historia de abandono, de violaciones y violencia y otras historias de orfanatos. Sabe
cosas de sus orígenes que no le gustan, quiere recomponer la figura de su madre
biológica que no le gusta porque era pobre, porque lo abandonó y porque era
alcohólica, pero sobre todo porque fue abandonado. Tiene problemas de autoestima
y de identificación. Su vínculo con la familia no es fuerte, es como si lo hubieran
acogido, pero pertenecer- pertenecer a su familia…¡ pues no¡
3º/ Un joven que establece buen vínculo con sus padres pero su fragilidad psíquica no
le permite desarrollarse adecuadamente (Alberto)
Alberto: Tenia 17 años. Fue adoptado con seis años, sufrió maltratos terribles en los primeros
años por sus padres biológicos, extremadamente pobres. Nació en la calle y con tres años
huyó lleno de quemaduras y señales hasta que alguien lo llevó a un orfanato.
Los padres adoptantes le respetaron su nombre para no desposeerlo de todo lo suyo. Él no
aceptaba su nombre, ni le gustaba su piel, no le gustaba nada suyo, tenía muchas limitaciones
fisiológicas, que cariñosamente sus padres y nuestros médicos fueron reparando. Sufrió
intervenciones quirúrgicas frecuentes de ojos, de oídos, de huesos.
•
Alberto era intuitivo y tenía gran interés en superarse, pero llevaba retraso académico
de varios años, dos repeticiones de curso, quizás deseos del director del colegio de
que se marchara.
•
Recibía refuerzos académicos al final de las clases, con muchas clases particulares
conseguía pequeños logros, se mostraba resistente a cambiar de colegio, él mismo
rechazaba a compañeros que le hacían bromas y no quería o no podía integrarse en
sus grupos de compañeros en el colegio, sufría angustia pavorosa de separación de
sus padres y gran rigidez.
•
Había hecho fuerte vinculación con sus padres pero tan viscosa que siempre temía
perderlos cuando se separaba de ellos.
Los padres, de nivel sencillo, muy afectivos y protectores, consiguieron establecer un
buen vínculo afectivo con el hijo. Eran felices desde que Alberto llegó a su casa. Cada
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intervención quirúrgica fue realizada con paciencia y amor. Los padres lo querían
incondicionalmente.
•
•
Había sentimiento de apego fuerte por ambos lados. Tenía gran deseo de
superarse en el colegio y a la vez miedo pavoroso al colegio.
Decidió quitarse la vida. Un brote psicótico, un descuido en la medicación y
miedo terrible al instituto ante el curso que estaba a punto de empezar….
•
Reflexión: Yo siempre pensé que él no tenía lugar en el mundo. La realidad le
desbordaba por todas partes a pesar del cariño de sus padres y de él a ellos.
Sus padres, su perro y su casa eran todo para él. Ningún otro lugar era su
sitio. Buscó un lugar de tranquilidad.(+)
•
El colegio primero y el Instituto luego le eran siempre adversos y los padres
piensan que tener que afrontar el nuevo curso era superior a sus fuerzas.
Tenía 17 años y medio. Murió también en la calle, donde había nacido, a la vez
que pedía ayuda mientras caía al vacío.
•
Todos los que lo hemos conocido lo queremos. Los padres llevan con infinito
dolor su pena mientras intentan elaborar su pérdida. Algunos profesores se
sienten responsables de no haber estado al tanto de tanta fragilidad y tanta
rigidez, también se sienten culpables.
4.- El binomio PADRES ADOPTIVOS - NIÑOS ADOPTADOS.
Entre los aspectos previos a la escolarización de los niños adoptados quiero señalar
algunos puntos o estructuras básicas necesarias para favorecer una buena
escolarización. Sin duda ninguna nos referimos al tipo de padres y de familias de los
padres adoptivos como tales.
•
UNA ESTRUCTURA FAMILIAR SEGURA. No hay un solo modelo de familia o de
padres, los tipos de familia son diversos. Encontramos en la consulta que familias que
presentan un perfil quasi-perfecto no logran una estructuración familiar adecuada,
mientras que sí se consigue, a veces, en una familia monoparental, que cada día más
claramente aparece como familia de riesgo.
Pero también ocurre que familias que son estables y ofrecen un perfil ideal de padres
se rompen tres o cuatro años después de adoptar y ofrecen a su hijo adoptado una
nueva situación de inseguridad y amenaza permanente.
Tampoco el bienestar familiar o un nivel económico y social o cultural alto ofrece
mejores condiciones que una familia con limitaciones o escasez.
•
ESTABILIDAD AFECTIVA Y SEGURIDAD BÁSICA: El ambiente de estabilidad o de
seguridad de la familia es fundamental. El amor y las exigencias no siempre se
imponen de la misma forma.
La única válida es la que se instaura por ósmosis, poco a poco, no por la mente o los
conceptos. Tras las primeras ternuras al niño adoptado pueden ir apareciendo formas
de rechazo sutiles que el niño percibe, que tienen que ver con su historia anterior de
abandono, con lo intolerante que se le hace a su nueva familia aguantar la torpeza o la
resistencia a cualquier cambio en su hijo adoptado.
El trauma vivido tiende a repetirse más tarde en etapas de latencia y de adolescencia.
Es cierto que la mayoría de los padres no tienen por qué saber esa profunda sabiduría,
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pero la mayoría se resisten a entrar en acción implicándose en como abordar la
situación con ayuda técnica y prefieren resolverlo con métodos inadecuados.
•
TOLERANCIA A LA FRUSTRACION DE LOS PADRES. Las fantasías y expectativas
de los padres sobre el desarrollo emocional y académico de los hijos es la mayoría de
las veces omnipotente.
Ellos piensan que van a ser capaces de sacar al
niño de sus carencias anteriores por severas que
sean, los van poner gordos y lustrosos, sanos
yeducados, incluso brillantes e inteligentes. Tendrán
carreras brillantes y sacarán adelante los negocios
familiares.
Frecuentemente hay decepción ante esas expectativas sobre sus éxitos como padres y
en sus capacidades para llevar a cabo un proyecto tan hermoso y difícil. No sólo no van
a ser capaces de conseguir una carrera universitaria por muy buenos y costosos
colegios que elijan para sus hijos.
Quizás no haya un Bachillerato ni un a Formación Profesional, y con resistencia
tendrán que irlo asumiendo. Se irá bajando el nivel a un módulo, o a una adaptación
curricular también de difícil consecución, y en su lugar aparecerá la inercia, la rebeldía,
la búsqueda de pandillas compensatorias.
Los padres no pueden entender que muchos de sus hijos van a buscar cuando sean
mayores situaciones de desestructuración, de falta de esfuerzo, de falta de pertenencia
a valores sociales, a orgullo de ser algo, a exigencias
Los padres sentirán irritación, decepción y arrepentimiento por no haber conseguido los
logros imaginados. Es más, necesitarán echar en cara a sus hijos la falta de
motivación, de esfuerzo, de energías, de voluntad para conseguir algún mediano logro.
Luego, posiblemente, vendrán situaciones de malestar o de violencia cuando se llega a
la mayoría de edad de los hijos.
Observamos a la vez en la clínica diaria que también los padres necesitan ayuda,
aunque frecuentemente no tienen conciencia de ello. Los que la tienen sí recurren,
algunos con todas sus fuerzas. A otros les es más llevadero resolverlo por la lógica de
los hechos consumados o una racionalización del tema.
•
PRESENCIA INCONDICIONAL DE LOS PADRES: Será necesaria mucha dedicación y
mucha presencia. Dedicación y presencia física y afectiva infinitas. La presencia y la
dedicación de los padres a los niños que llegan de otro mundo y de otros registros
emocionales es muy dispar.
Cuesta mucho establecer una vinculación adecuada. A veces hay que vivir con la idea
de quitárselos de encima sabiendo que esa esperanza es irreversible. Un hijo
adoptado, como todo hijo, no se devuelve jamás. Los padres tienen que demostrar que
siempre van a esta ahí, que no van a fallarle nunca. Inconscientemente los hijos van a
poner a prueba en todo momento a los padres ¡Y vaya si lo consiguen a veces!
•
RENUNCIAR A LA FANTASÍA DE OMNIPOTENCIA, situándose en un contexto de
realidad. Lógicamente todo padre adoptivo va con la ilusión y la certeza anticipada de
que el va a poder sacar adelante a su hijo adoptado como la espuma, de manera
parecida a como lo han conseguido en el aprendizaje del idioma, en la alimentación,
intervenciones quirúrgicas o médicas: un pié defectuoso, un ojo extrávico o vago, una
operación de oído.
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Todos estos éxitos tropezarán más tarde con que el hijo adoptado no sabe donde está,
no va expresar ninguna gratitud a sus padres por que no entiende de gratitudes,
encima va a cuestionar a los padres que no son sus padres, y que por qué lo
adoptaron. Y en momentos de mucho enfado les van a amenazar con que se van a
volver a su país cuando sean mayores y puedan para demostrarles así que su proyecto
adoptivo ha fracasado. (Cuestionarán su narcisismo).
•
OCUPARSE INTENSAMENTE DE LOS HIJOS, sin sobreprotegerlos ni abandonarlos a
su suerte. Apenas conocemos a padres que, pasada la primera etapa adoptiva de
maternaje o poco más, pidan reducción de jornada laboral para estar cerca del hijo
adoptado, por el contrario, ambos padres se incorporan al trabajo…
……y cuando los hijos ya son suficiente mayores para ir solos a
clase a veces desayunan solos, se quedan solos en casa, … y un
día empiezan a no ir al colegio y hacen novillos. Pero ahí
empiezan las pellas…, o a quedarse en la cama…., o no ir a
clase…., o los porros…. Y a aprender a no entregar las notas a los
padres…..
•
QUE LOS PADRES NO PRESENTEN MENSAJES CONTRADICTORIOS ENTRE SÍ,
NO SOLO VERBAL SINO FUNDAMENTALMENTE DE COMPORTAMIENTO. POR
SUPUESTO QUE NO CONTRADIGA UNO LO QUE EL OTRO YA HA ORDENADO.
Insistimos no sólo de palabra sino de gesto, de compromiso Es decir, no ofrecer dos
modelos, uno consentidor y otro de exigencia.
Ejemplo: Caso Martín y Lucía: una adopción sin duda mal hecha. (Exposición)
•
IR SIEMPRE CON EL EJEMPLO POR DELANTE. Los niños perciben la verdad o
falsedad del mensaje. Tienen que ver que los padres consiguen las cosas con
esfuerzo, con lucha, y que exigen lo que dan, con coherencia de mensajes prácticos.
•
MANTENER ANTE LOS HIJOS UNA ACTITUD CLARA Y RESPONSABLE . Hablar
claramente por qué ellos no pudieron tener hijos, y si los tenían por qué querían
incorporar a uno más en la familia. Qué hubo de la fertilidad-infertilidad de alguno de
los padres (cuando los chicos pueden entenderlo).
•
NO SOBREPROTEGERLOS, SINO IMPLICARLOS EN LA REALIDAD. Es tan
condenable el abandono como la sobreprotección, ambos están codificados en
Derecho como formas de maltrato.
5. Varias etapas o dimensiones en el encuentro adoptivo.
Cuando llegan a los ocho o nueve años empieza un largo proceso de adaptación
a la realidad, ayudándoles a que ellos construyan su realidad propia.
1. En su proceso identificatorio:
Hasta los ocho años más o menos no tiene problemas con ser adoptado. Los padres
dicen simplemente que “lo sabe desde siempre”, como si el saberlo lo resolviera todo.
Cuando se trabaja sobre ello se ve que no entiende lo que preguntamos, que es que no
aceptan, que no viven bien su adopción. Ya en los propios padres empieza está
primera dificultad.
Saber que es adoptado es mucho más profundo que conocer que nació en otro sitio, en
otra familia, que fue abandonado y que estuvo en un orfanato. Ningún niño acepta bien
ser adoptado aunque por otra parte sepa que es lo mejor que le haya podido pasar. Es
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una frontera física y sobretodo psíquica para cada uno de difícil acceso, y siempre con
consecuencias. Ejemplos:
1. En una conversación con una Agencia de Adopción que gestionaba la
adopción de niños de un país centroeuropeo, la responsable insistía en
que los niños de este país no eran nunca abandonados por su país de
origen y que mantenían la doble nacionalidad “nuestro país no abandona
a sus hijos”. Es una justificación de política.
Nuestra experiencia es la contraria, se trate de ese país o del nuestro o
de otro cualquiera el se siente expulsado de esa sociedad…
2, Algo semejante ocurría con alguien de otro país suramericano que
procuraban que los niños no perdieran el contacto con su país de origen
para no perder la relación con la cultura y las costumbres. Los
adoptados en ese país igualmente no quieren saber mucho de él
después. No olvidemos que hubo un abandono de la madre biológica y
por extensión simbólica, de la madre tierra y de la madre cultura.
Constatamos pues que los niños ya han experimentado que su país
los ha expulsado como lo ha hecho su familia o su madre. Ahora se
trata de que no fracase esa segunda madre adoptiva, la cultura
adoptiva, y por extensión la escuela adoptiva, que desde luego va a
ser sometida a prueba con todas sus resistencias.
Más aún, cuando el idioma original del niño es diferente al nuestro,
dejan muy pronto de interesarse por él: Los padres se han entusiasmado
con que mantengan el ruso, el chino, el polaco… y tiempo después se
han convencido “de que sus hijos no tienen interés por ese idioma y que
procuran abandonarlo porque lo que quieren es que no se sepa que es
ruso, o polaco.
Lo que él quiere es ser igual a los demás. Algo parecido ocurre con los
nombres propios, tanto si les le respeta el original como si se les da uno
nuevo, frecuentemente tampoco estarán contentos.
¿Quién soy yo?,
No me gusta como soy, me rechazan o me dicen un mote.
¿ por qué mis padres no son mis padres de verdad?
¿ por qué soy de otra tez que los demás niños?
¿ por qué yo no he estado en el vientre de mi madre?
¿ por qué no tengo un papá como los demás? ¿Por qué no te
casas, mamá? (caso monoparental)
2. En el rechazo a ser adoptado, que ya parecía asumido durante los años anteriores
va emergiendo como una condición molesta, que hay que ocultar o silenciar. No
conozco a ningún niño adoptado que esté contento con serlo, salvo a dos adultos de
cuarenta años cuyas circunstancias fueron muy especiales.
- Mamá ¿por qué tienes que decirle a todo el mundo que soy
adoptada?
- No quiero que mis amigas del colegio sepan que soy
adoptada
- No me gusta como soy, ni mi piel, ni que llamen “la rusa”…”el
búlgaro”
- No me gusta el nombre que tengo, ¿por qué no me pusisteis
uno normal…?
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- Mamá, me has utilizado… porque no tenías hijos… me has
adoptado.(14 años)
- Mamá, papá y tu sois más viejos que los padres de mis
compañeros…
- ¡Como no soy como los demás! ¿para qué voy a esforzarme
…?, si nunca voy a ser como los demás, ¿por qué se me
exige que sea como los demás..?
Estoy condenado de antemano a ser diferente, “soy
adoptado”, no me queréis igual que a vuestro hijo
biológico…!
3. Frustración en el colegio: Al principio pueden sentirse aceptados, quizás les
recuerda su orfanato con muchos niños. Pero pronto van a empezar a sentir que son
diferentes y que los demás se lo hacen saber constantemente sobretodo si hay peleas
entre ellos.
“Eh, tu, negro de m…vete a tu país, tu madre no es tu madre…
(Los niños suelen ser crueles con las diferencias y atacan al de
gafas, al gordo, al diferente. También al niño o a la niña
adoptada).
¿ cómo va a reaccionar en el Colegio?
1. se aísla, no juega con los demás, se le ve solo.
2. empieza a quedarse rezagado, no se le invita a los cumpleaños de los demás,
quizás no participa.
3. Ha aprendido a hablar bien, incluso a leer bien, en un primer nivel
4. …pero no entiende, no tiene lectura comprensiva,
5. ..no entiende el lenguaje simbólico
6. Empiezan los suspensos en el cole, (a lo mejor tiene que repetir 3º….)
7. Como soy diferente, como no entiendo, me mandan con lo retrasados, o a
diversidad
8. No valgo para hacer las cosas como los demás
(Los monólogos podrían ser indefinidos):
9. Soy diferente…me lo dicen todos y me lo reprochan mis padres…
10. Haga lo que haga …, esto no tiene solución ¡ No sé qué hacer!
11. Pues hago lo que sea para liberarme de este malestar… de esta inferioridad
12. Como no me sale nada bien, … todo lo hago mal,… pues actúo como sea
13.Ya no sé cómo actuar: haga lo que haga estará mal, en casa y en el cole lo
dicen sin parar, como estoy investido de ser torpe pues haré las cosas mal
14. Me mandan a refuerzo…; ¡tengo 17 años y estoy en 3º de la ESO!
4. Reacción agresiva, tanto en casa como en el colegio
•
Con 8, 10 o 12 años… ya empiezan a ser revoltosos.: El rubifen y el concerta se
reparte generosamente, los padres no aguantan en su casa a sus hijos pegados a la
tele, al ordenador o al ruido de Wii, o moviéndose por todas partes sin parar.
Difícilmente podemos hacer entender que el niño está así porque es un niño que está
casi siempre solo e hiper-estimulado con pantallas y botones de todas clases.
•
Con 14- 15- 16 no quieren estar en casa, no aguantan veinte minutos sentados delante
de un libro, quieren dinero o lo roban, quieren otros horarios, hacen pellas o falsifican
firmas, o no entregan las notas. Provocan castigos en el colegio y en casa.
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“La psicóloga del colegio me ha dicho que la niña tiene
problemas, no aprende, está sola y agrede con el lápiz a otras
niñas. Me dicen que la lleve al psicólogo”
•
Hacen llamadas de atención, provocan reproches constantes, provocan que se les
castigue con tal de llamar la atención. Rechazan las normas y los límites.
•
Como se les castiga con estudiar, el estudio siempre va a quedar vinculado a castigo
Le pregunto a un niño pequeño si pintar es un castigo, me dice que no,
que le gusta mucho.
Le pregunto si ir al colegio a las nueve de la mañana es un castigo y
dice que no, que le gusta ir al colegio, aunque a veces le gustaría
quedarse viendo la tele.
Le pregunto si leer cuentos y hacer un resumen es un castigo y me
dice que no, que le gusta pero que le da pereza y si ponen Bop
Esponja que sin darse cuenta se queda con Bop Esponja .
Le pregunto si estudiar es un castigo y dice que muchas veces sí, por
que se le castiga con estudiar y entonces estudiar es horroroso.
No tenemos duda de que lo básico se aprende en el hogar, en la familia, son los padres
los que tienen la responsabilidad de su educación de sus valores humanos, éticos y
morales. Son los padres los que enseñan honradez y buenos modales.
¿Por qué muchos hijos son refractarios a esta identificación en valores, en esfuerzo,
en motivación?. Ante la angustia que esta situación genera muchos padres
desplazan la culpa a los amigos o amigas de los hijos “porque la han tomado con
él” o a que en el colegio no hay control de nada y los profesores no se interesan por
ellos, “dan su clase como pueden y se largan”
6. Los niños adoptados tienen historias y vivencias en parte iguales y en
parte diferentes, pero en esta situación analógica hay un hecho real:
que todos son hijos abandonados.
A/ En efecto, todos los niños adoptados han sido abandonados:
•
Unos han sido abandonados nada más nacer en un hospital, o han nacido en la calle
(India) o son depositados en la calle, o en un hogar pobre o casa de acogida, o donde
ha habido violencia, a veces homicidio, o suicidio, o desempleo, alcohol, prostitución.
Las emociones de estos niños han sido violentas desde que nacieron, están en el
origen de la cadena de lo que no debe hacerse con un niño. Esta herencia debe ser
comprendida siempre por el profesor sepa o no la historia concreta de su alumno
adoptado.
•
Muchos sentimientos o comportamientos de los niños adoptados podrían intuirse
sabiendo la situación de que proceden: por ejemplo la cultura, la religión, si hubo o no
cierto arraigo familiar etc. A veces podemos conocer ciertos rasgos según sea el país
de procedencia. Aunque todos procedan del abandono observamos rasgos diferentes
según procedan de Colombia, México, Perú o Brasil, de la India o de China, de Etiopía,
de Ucrania y Rusia, o de Rumanía y Bulgaria.
•
A través de las ECAIS, o de foros de Internet no siempre muy fidedignos, las familias
hacen investigaciones para ver de donde vienen mejor los niños o a donde no deben
dirigirse de ninguna manera. Los intentos de asegurarse el éxito del hijo perfecto, ha
llevado a veces a la manipulación en la gestión cuando ello ha sido posible, llevando a
13
los padres adoptantes a situaciones de gran ambivalencia y sufrimiento hasta decidir el
país de procedencia de sus hijos.
•
Los padres conocen más o menos la tendencia de sus futuros hijos a la indolencia, la
falta de motivación, la frecuencia de hiperactividad y de déficit de atención de sus hijos
según su lugar de procedencia, así como su tendencia a mentir, a robar, a conductas
pacíficas o disruptivas.
•
Los profesores van poco a poco enterándose de la problemática de los niños
adoptados según les van llegando casos a sus aulas, pero antes no se han preparado
para abordar estas situaciones ni ninguna institución ha hecho nada en este sentido.
De ahí lo importante que puede ser esta Jornada como toma de conciencia dirigida a
orientadores y ojala que a través de ellos pueda llegar a los docentes.
•
Los padres de los niños adoptados frecuentemente nos expresan su protesta de que
los profesores de sus hijos pasan de ellos, sea o no cierto dadas sus limitaciones en el
aprendizaje.
•
No es infrecuente en este sentido que los psicólogos de los centros de postadopción
concertados por la Comunidad de Madrid vayamos teniendo contactos con diversos
colegios o profesores cuando algún caso lo requiere.
B/ La historia genética de cada niño es diferente:
1. Otro aspecto que los profesores tienen que conocer cuando se encuentran
ante escolares que han sido adoptados es que los padres de estos alumnos no
conocen aspectos que tengan que ver con su genética o con la historia de sus
primeras experiencias.
2. Hay un determinismo evidente. Un niño de tres o cuatro años no lleva sólo las
limitaciones o daños del abandono reciente sino que también arrastra una
cadena de enfermedades transmitidas, o a veces taras, por su genética.
3. Cuando se adopta a un niño esto no se sabe y los padres luchan
desesperadamente en sus informes para la idoneidad con una consabida frase
de “que el niño que van a adoptar sea lo más pequeño posible”.
4. Es cierto que muchos padres utilizan también esta vía de excusación para
justificar otros aspectos personales que fallan en la vinculación con su hijo o
hija adoptada. Recogido esto en una frase podría ser
¿quiénes habrán sido los padres de esta criatura para ser así, porque
evidentemente no puede ser hijo mío una persona así?
5. Los profesores también deben saber y comprender a los alumnos con estos
problemas y los padres angustiados por esta decepción. Frecuentemente los
padres hacen sus quejas de la poca preparación o atención que se dedica a sus
hijos con problemas de atención o de hiperactividad por parte de sus profesores.
6. En la adolescencia aparecerán sentimientos y conductas más graves y fuertes
que nadie pudo prever. Es importante para los profesores saber que ciertos
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padres tienen la fantasía de que cuando su hijo o hija cumpla 18 años se podrán
desprender de ellos al llegar a la mayoría de edad.
Por eso consideramos muy importante trasmitir a los docentes estas
experiencias, como nos piden a veces los padres, no para desanimarlos sino
para que comprendan mejor las limitaciones de ciertos alumnos adoptados y
la angustia de sus padres.
7. Los padres miran, seleccionan si pueden a su hijo o hija cuando hacen los
informes de idoneidad para la adopción para que sea lo más sana y guapa
posible. Lo que no saben es que los daños más graves no se instauran en el niño
solo cuando tienen seis o siete años, sino en los tres o cuatro primeros.
Lo que queremos indicar aquí es que precisamente los daños más profundos son
los que primero se incrustaron en el niño, sus primeras experiencias, es decir en
lo primeros tres o cuatro años del niño, aunque luego “no lo recuerden”.
•
La mayoría de las teorías psicológicas se apoyan en aquello que
estudiábamos en la carrera de las “huellas mnésicas”, o mejor dicho en las
experiencias traumáticas primeras, o lo que en teoría dinámica llamamos
codificaciones o engramas.
•
Esto desborda a la mayoría de los padres cuya principal preocupación es
que esté sano, que es casi el único aspecto que pueden ver y tocar,
descuidando lo más importante de la adopción que es ofrecerse a un niño
que no tiene padres para ayudarle a estructurar todos los aspectos de la
vida.
Ejemplo:
En una Conferencia reciente para padres adoptivos celebrada en nuestro
Centro Th. Reik, padres adoptivos de adolescentes, cansados y
decepcionados de su experiencia adoptiva, hacían referencia constante a
sus límites para continuar en su esfuerzo después de ocho o diez años de
convivencia.
Algunos de estos padres expresaban con sinceridad y con dolor la hartura
diaria de no saber qué hacer, a pesar del cariño que les tienen, y explicaban
al resto que estaban convencidos de que las limitaciones de sus hijos, los
retrasos o las conductas disruptivas de sus hijos, no se debían sólo al
hecho puntual del abandono biológico, sino que tenían que ver con algo más
lejano y hablaban de una historia de acumulaciones genéticas de la que los
hijos eran depositarios, algo así como de una cadena de herencias genéticoemocionales.
Concluían estos padres que durante diez o doce años han vivido y hecho
todo lo posible, con todo tipo de ayudas médicas,
psicológicas o
pedagógicas pero el resultado es que no saben qué más pueden hacer y
ahora tienen nuevos miedos cuando tienen 16 y 17 años ya y no saben que
va a pasar más adelante.
7. El amor es fundamental, y ha de ser constante, intenso, y a prueba de
los padres, pero queremos aportar nuestro convencimiento después de
muchos años de que el amor sólo no basta.
BRUNO BETHELHEIM acuñó hace ya años la frase “Con el amor no basta”, cuando se
refería al síndrome de hospitalismo de los niños tratados por él. Muchos de vosotros que ya
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llevéis 25 años en este trabajo de educadores, orientadores, psicólogos o psicopedagogos,
sabéis a lo que me refiero.
En aquellos años ochenta se hicieron buenos trabajos prácticos y de investigación
sobre estos temas de la familia, de los niños abandonados o internados en residencias
casi modernas frente a los antiguos hospicios. Autores como R. Spitz, el mismo B.
Bethelheim, J. Rof Carballo, J. Ajuriaguerra, J. Piaget, D. W. Winnicott, J. Bolwby eran
nuestras fuentes de formación.
Incluso a nivel práctico algunos nos permitimos visitar los Kibutz en Israel, entonces de moda y
luego desaparecidos como por ensalmo, que intentaban presentar formas nuevas que
sustituyeran a nuestras familias tradicionales. Nunca más después de aquello he oído hablar
de por qué los israelíes desistieron de aquella iniciativa que se vendía entonces a bombo y
platillo con el marchamo de una nueva patente educativa.
8. La adopción como familia injertada.
No creo que esta imagen no haya sido dicha antes por personas relevantes de la talla de
las referidas arriba que lo dijeron casi todo, pero a mi se me ha ocurrido siempre esta
imagen agrícola de un injerto para hablar de algo vivo y frecuentemente exitoso.
Si al tronco de un manzano o de un almendro borde se le injertan brotes nuevos de otro
manzano o almendro dulces, puede prender y dar muchas manzanas o almendras
dulces. A veces incluso aunque no sea injerto de manzano a manzano o de almendro a
almendro, sino de troncos y brotes de especies diferentes. Igual constatación se extrae
de experiencias con animales en las que una madre de una especie amamanta y acoge a
una cría de otra especie diferente.
Haciendo un largo recorrido, estamos ante el hecho de la Adopción nacional o
internacional, como forma de ofrecer familias en las que se puedan realizar estos
injertos.
Si recogemos de B. Betelheim “que con el amor no basta”, queremos afirmar que es
necesaria una estructura sólida, firme y exigente en la educación de los hijos en general, y
en nuestros niños adoptados en concreto, es decir hay que poner límites que, además de
contener la angustia de destrucción, estructure a las personas.
Esos límites van a contener en muchos la angustia de su desestructuración interna, en otros
que será un agarradero de seguridad para saber por donde andar, y para todos valdrá para
intentar conseguir unos objetivos más altos o menos, pero que ayuden a salir del caos, de la
desmotivación, de la falta de estímulos y de un chantaje emocional destructivo.
9. ¿Cómo aparecerá esto más tarde en la escolarización, en la adaptación
a la escuela y en el rendimiento académico?
Respuestas:
A/ Hemos creído siempre que con una buena vinculación afectiva, que con un apego
bien logrado, con amor por supuesto pero con firmeza, con límites.
•
•
Pero todos conocemos y creemos lo importante que es un buen profesor
o una buena profesora en la vida de un niño cuando su familia no es
suficiente para él y un profesor o profesora le ofrece dedicación,
exigencia y afecto.
También podríamos hablar de esta experiencia en chicos y chicas
adoptados que adoran a su profesora porque se dedica enteramente a él
frente a la falta de vinculación con sus padres.
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•
Estamos convencidos de que no vale una visión roussoniana de la
vida educativa de que “el hombre es bueno por naturaleza”, y que con
sólo ir creciendo va aprendiendo a situarse en la vida. Esto no es válido
ni para niños adoptados ni para hijos de familias convencionales.
•
Nos parece apropiada por el contrario una visión freudiana de la vida
en la que hay impulsos de vida que construyen y crean logros pero que
constantemente son amenazados con impulsos no menos intensos de
destrucción y de desorganización, de desmotivación y caos.
11. Conclusión. ¿ Qué aspectos previos se debe procurar instaurar en los
niños adoptados para construir en ellos una adecuada escolarización, un
adecuado aprendizaje, un comportamiento integrado en el colegio?
La tarea a simple vista no es fácil aquí hay que ser eminentemente prácticos. En la
práctica clínica quiero exponer brevemente que en nuestro centro trabajamos, en el
marco del Programa creado por El Instituto del menor y la Familia para las Familias
Adoptivas en un triple abordaje estructurado como
A/ Asesoramiento,
B/ Formación.
C/ Psicoterapia:
Madrid, 16 de Diciembre de 2009
Felipe Marín Navarro
Psicólogo Especialista en Psicología Clínica
Colegiado M-00896
Centro de Psicología Dinámica Th. Reik
Servicio de Apoyo a Familias Adoptivas
de la Comunidad de Madrid
C/ Blasco de Garay, 20-1º centro. 28015 Madrid
E-mail: [email protected]
Teléfonos: 91.5932434 y 91.5930805
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