Algunas reflexiones acerca de la teoría instintiva en las obras de

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Algunas reflexiones
acerca de la teoría instintiva
en las obras de Freud y de M. Klein
.•Rodolfo D'Alvia,
"*
Alfredo Maladesky y .•** Augusto PicolIo
Es nuestro propósito delimitar y discriminar el campo conceptual de la teoría instintiva en la obra de Freud y en la de Melanie Klein.
Tal como lo manifestamos en otros trabajos 4-5, trataremos de
demarcar lo más nítidamente posible los límites de cada uno de
dichos campos teóricos, evitando en consecuencia superposiciones
teóricas, confusiones terminológicas y distorsiones conceptuales que
t recuenternente
se producen cuando se realiza la lectura de una
teoría desde el campo de la otra.
Para ello nos guiaremos con las diferentes hipótesis de Fred sobre instintos que cotejaremos con los aportes de autores kleinianos.
Por lo tanto, trataremos de desarrollar los siguientes items en
nuestro trabajo:
l. Generalidades sobre instintos. Narcisismo. Autocrotismo.
2. Desarrollo cronológico en ambos autores.
3. Noción de conflicto, mecanismo defensivo y formación del
aparato psíquico.
4. Comparación, confrontación y discriminación
entre ambas
teorías.
" Dirección: Juncal 2431, 9~"C". (1425) Capital Federal, R. Argentina.
** Dirección: Las Heras 4051. P. B. 11, (1425) Capital Federal, R. Argentina.
**,', Dirección: Posadas 1325,8~"C", (1011) Capital Federal, R. Argentina.
Rodolio
D'AI,'ia,
Alfredo
Maladesk-.
Generalidades
y Augusto
Picol!o
sobre instintos
Según su origen etimológico, la palabra instinto significa lo no
apagado, lo no extinguido.
En Frcud, aparecen los términos l ustinct y Triebe, los cuales
fueron netamente diferenciados
en su significación. l nstinct es usado en el sentido de esquemas heredados de comportamiento,
propios
de la especie animal y que tienden generalmente
a un fin, cuyo desarrollo es poco susceptible
de ser perturbado.
Es decir, que se
t rata de fuerzas primarias
que tienen existencia de por sí, en organizaciones estructuradas
Iilogenéticamente.
En cambio, la plabra Triebe, introducida
en 1905 (Tres cnsavos ). es un concepto
fronterizo entre lo físico y lo mental, cuya
fuente es un proceso de excitación somática que se origina en un
órgano y que encuentra
una representación
en lo mental.
Esta fuente de cxci tación endosomática
es continua y es un
índice de exigencia a la acción que se le plantea a la mente a fin
de suprimir este estímulo orgánico (búsqueda
de descarga).
El término Trieb ha sido traducido
por los autores ingleses
principalmente
por la palabra Tnstinct y ocasionalmente
por los términos drive o urge.
El uso de la palabra "drivc" en el sentido de instinto no es considerado por Strachcy estrictamente
inglés, dado que su uso proviene de autores psicoanalíticos
familiarizados
con el idioma alemán.
Estos autores tradujeron
por "drive", debido a una semejanza
ligera y superficial con la palabra alemana "Triebe".
Al parecer, con el uso de la palabra Instinct, los autores ingleses enfatizarían
el sentido biológico y con las palabras drive o urge,
el sentido de empuje, esfuerzo o exigencia.
Los autores franceses y, últimamente,
el traductor de la edición
Arnorrortu de las obras completas de S. Freud, emplean la traducción
de Tricbe por pulsión, debido a que, como lo señalan Laplanche v
Pontalis. con este término se enfatizaría
el sentido de fuerza ()
exigencia.
En la introducción
a L05 instintos " SIIS destinos, Strachey señala que antes de Tres ensayos las pulsiones estaban presentes en la
obra de Freud como: excitaciones, representaciones
afectivas, mociones de deseos, estímulos endógenos y necesidad.
A partir de Tres ensayos, Freud estableció explícitamente
que la
palabra Libido era una expresión de la pulsión sexual y que este término ya era usado anteriormente
por la ciencia de la época.
Define aquí a la pulsión como 13 agencia representante
psíquica
de una fuente
int rasornát ica en continuo
fluir; sería el deslinde
de
Algunas
rcjlexiones
acerca de la teoría instintiva
[ ... ]
le anímico respecto a lo corporal.
Marca la diferencia entre inst intos
de conservación
e instintos sexuales. La correspondencia
sería instinto sexual- autoerótico;
instinto de conservación - objeto de la nccesidad.
C0l110 propone
posteriormente
en 1915 (/,0.'1 instintos y SlIS desI:I/OS),
Freud llama necesidad al estímulo pulsional y lo que cancela
esta necesidad:
satisfacción.
La cualidad de la pulsión está dada por la fuente somática v la
meta, siendo ésta la consecusión
de la satisfacción mediante la cancelación de la excitación.
Es sexual en tanto es búsqueda de placer, obtenido a t ravcs de
la descarga.
La satisfacción
sexual se separa de la función de conservación.
La sexualidad
infantil
se define
por:
1. Apuntalamiento
en una función corporal.
2. Au toerotisrno
(desconocim icnto de objeto).
3. Subordinación
de la meta a la zona erógcna
independientemente
de las otras.
parcial
de turno,
En relación con las pulsiones parciales,
Freud discrimina
las
pulsiones parciales sexuales ligadas a las zonas erógenas (autocrot isrno ) de otras pulsiones
parciales como las de ver-exhibir y de la
crueldad que envuelven a otras personas en calidad de objetos sexuales. Tienen cierta independencia
de las zonas crógenas
v sólo
más tarde entran en estrecha relación con la vida f.!enital. Aparecen
como aspiraciones
autónomas
de la actividad sexual crógena.
La moción cruel proviene de la pulsión de apoderamiento
v cmcr,!'feen la vida sexual en una época en que los genitales no han asumido
el papel que desempeñarán
después. Por lo tanto gobierna una fase
de la vida sexual que más adelante se describió como orpanización
prcgenital.
Entiende por pregenitales a las organizaciones
de 1" vida sexual
en que las zonas genitales no han alcanzado su papel hegemónico.
En la organización
a la act ividad nutricia,
oral, la actividad sexual se encuentra
no hay división
entre opuestos.
unida
La meta sexual es la satisfacción oral ~' concornitantcmcntc
1:1
incorporación
del objeto, la que más tarde adquiere calidad de identificación.
La pulsión sexual tiene un objeto en el pecho materno, marcando
esta actividad el futuro modelo de elección objeta! anaclítica.
La pulsión sexual es autoerótica
para luego de superado el período de latencia se restablece la relación originaria; de ahí que el
pecho pasa a ser el paradigma de todo vínculo de amor.
,.JO
Rodol]o
D'Alvia, Alfredo
Moladcskv
-" Al/gusto
Picollo
La segunda [ase de la organización pregenital es la sádico-anal;
aquí ya se produce la división entre los opuestos "activo" y "pasivo",
que no son "masculino" y "femenino".
La actividad es producida por la pulsión de apoderamiento
a
través de la musculatura
del cuerpo, habiendo polaridad sexual y
objeto ajeno al Yo. En la apoyatura funcional fisiológica, defecación,
hay, a partir de la pérdida de materias fecales, reconocimiento de
objetos externos al Yo. Y en relación con la polaridad sexual, empiezan a aparecer los pares pulsionales opuestos (ambivalencia) dirigidos hacia un mismo objeto (objeto sexual). Es el máximo acercamiento a lo que será en la pubertad el objeto de amor.
En la etapa fálica (agregada en 1923-24), hay cierto grado de
convergencia de las aspiraciones sexuales sobre un objeto, diferenciándose de la organización definitiva de la madurez por el conocimiento de un solo órgano genital, el masculino.
Se realiza en dos tiempos: el primero, entre los 2 y 5 años con
metas sexuales infantiles y donde no hay síntesis de los componentes
instintivos.
El segundo, en la pubertad, donde además de lo dicho, se mitiga
el fin sexual directo y aparece la corriente afectiva de las pulsiones
sexuales, dando lugar a la ternura.
Freud lIamó a esto, en 1915
(Los instintos y sus destinos),
inhibición de los instintos sexuales
respecto a su fin. Entre estos dos tiempos se inserta el período de
latencia.
En cuanto al objeto de la pulsión, es el que satisface a las pulsiones parciales pero además su elección es condicionada por la zona
erógena predominante.
El germen de la elección de objeto aparece
cuando termina la etapa anal. En la pubertad y a través de la integración de las pusiones pregenitales, se prepara el sujeto para la
relación genital con el "objeto de amor". Hacia este objeto coinciden las metas tiernas y sexuales. Se produce la diferenciación entre
los dos órganos sexuales y sus funciones, y el placer previo que ofrece la pulsión sexual infantil da lugar a un placer final nuevo, diferente y secundario a ése.
En relación con la sexualidad, Freud establece, en ... la etiología de las neurosis (1906), variaciones en cuanto al destino de la
libido.
La descarga insuficiente de ésta genera un cuadro de neurosis
actuales diferente de los cuadros de psiconeurosis en que la libido
reprimida forma parte de un conflicto psíquico que determina la
emergencia de síntomas.
En ... perturbaciones
psicogenas de la visión (1910), hay un
cambio en la nomenclatura de la teoría instintiva. Los instintos de
conservación pasan a ser los "instintos del Yo", agregándose a los
Algunas
rellexiones
acerca
de la t eoria
instintiva
[ ... ]
de conservación
los mecanismos
de represión con los que el Yo se
desprende de la amenaza erogenizada
de los órganos.
Aquí el Yo
es el asiento de los mecanismos
de defensa. Vuelve a establecerse
la dualidad conflictiva entre los instintos sexuales y los que están al
servicio de la conservación
del individuo, ahora llamados "instintos
del Yu".
En l ntroduccion al narcisismo (1914), la teoría instintiva sufre
un nuevo cambio. Desde el narcisismo, la diferencia entre instintos
del Yo e instintos sexuales se hace más laxa.
Aparece una nueva dicotomía instintual en función del fin y no
de la fuente: hacia el objeto - libido ob ictnl.
hacia el Yo - libido del Yo.
La libido del Yo encuentra su fuente, rcscrvorio de la libido y su
fin en el Yo mismo (sexualización del Yo ): Es una catexia original de
la lihido del Yo que más tarde se dirige a los objetos.
"Concebimos la idea de U/1G catexia libidinal original del Yo, 1/1/(/
parte de la cual es más tarde trasladada
a los objetos,
pero que persiste [undament alment e y está en relación C071 las cat exias ob ietales,
de I({ misma manera C07110 la ameba COI! SIIS pscttdopodios."
En el narcisismo hav un almacenamiento
de la libido en el Yo, es
decir que ocurre una unificación de tendencias parciales en el Yo
distirua del autoerotismo.
La unificación de la libido en el Yo sería el "nuevo acto psfqui
co ", y el Yo, el primer objeto de amor de pulsiones anárquicas
categorizado como una unidad psíquica.
Esta fase del narcisismo es intermedia entre el autoerotismo
(tendencias parciales que se satisfacen
en cada zona erógena anárquicamente)
y la relación objeta].
Dentro de los destinos de la libido, la vuelta sobre el Yo ele la
carga libidinal retirada del objeto sería lo que Frcud denominó narctsismo secundario.
Para Freud no hay objeto sexual del Yo hasta después de una
smtesis instintiva, es decir que no hay objeto sexual hasta que no
haya elección objeta\.
Para esto tendriamos
que diferenciar
el "ohjeto de la pulsión"
del "objeto de amor".
El objeto de la pulsión es un objeto pregenital que satisface en
forma parcial a la pulsión; en cambio, el objeto de amor es la relación total del Yo con objetos genitales en relación con un Yo que
tw sintetizado las pulsiones.
En Lo inconsciente
(1915) Freud define específicamente
su concepto mctapsicológico
de los fenómenos psíquicos v cxpl ica cómo
la pulsión no puede ser objeto de la consciencia ni tampoco el agente representante
representativo
por medio del cual se inscribe en el
Rodo/fo
DA!,'ú¡, A/frcdo\la{adcsh
." AI/gl/sto
Picol!o
inconsciente. sino sólo los derivados o retoños de ella sobre los que
actuará la represión.
Por lo tanto, el núcleo del inconsciente COI1sistc en agencias representantes
de la pulsión, que quieren descargar
su investidura en mociones de deseo, que conviven sin influirse entre
:--i, sin contradicción,
J' cuyas cargas sufren desplazamientos
~. CU\ldcnsacioncs características
del proceso primario.
A partir de la represión que actúa sobre la representación,
el
lactor cuantitativo
(afecto) sufre tres posibles destinos:
1. Persiste en su totalidad o en parte.
2. Es transformado
en angustia.
3. Es sofocado.
Mientras
que el otro componente,
la representación,
sufre
dos:
l. La represión .
.., El pasaje a la consciencia, que puede efectuarse en algunos
casos por el mecanismo definido por Freud como cooperación. Así sucede en el caso de ciertas fantasías preformadas
que pasan al sistema preconscientc.
En este modelo de aparato psíquico, Frcud se plantea el pasaje
de una representación
inconsciente a la consciencia.
El sistema prcconsciente
nace cuando la representación
de cosa (Inc.) es sohrcinvestida por el enlace con la representación
de palabra correspondiente, cumpliendo además sus otras funciones: inhibir la descaren.
ligar la carga v ésta, liberada de la representación,
actúa como contrainvestidura
de las nociones pulsionales inconscientes.
En Los instintos v SI/S destinos, diferencia explícitamente
el e 1.;tímulo de la pulsión. El estímulo proviene del ME, opera de un solo
.!!olpe y se puede evitar mediante la huida.
En cambio, la pulsión actúa como fuerza constante
(drancpresión, voltaje, esfuerzo constante que el sujeto no puede evitar),
proviene de estímulos del interior del organismo v es incoercible a
la acción de huida. Propone llamar "necesidad"
al estímulo pulsional y lo que cancela esta necesidad es la satisfacción, que se alcanza
mediante una modificación apropiada
de la fuente.
Una de las propiedades
de este aparato es la tendencia a conservarse libre de estímulos
(principio
de constancia).
Freud adjudica a la pulsión cuatro componentes
específicos:
Esiucrzo (Drang I: se entiende como la suma de fuerza () la medid"
de exigencia de trabajo que ella representa
para el aparato. Toda
pulsión es un fragmento de actividad.
Me/a (Ziel): es en todos los casos la satisfacción que sólo se alcanza
cancelando ese estado de est irnulación de la fuente.
Algunas reflexiones
acerca de la teoría instintiva
[ ... ]
Oh jeto (Objckt)
de la pulsión. Es aquello en o por lo cual (;sta
puede alcanzar su meta. Se la relaciona con la pulsión sólo a censecuencia de su actitud para posibilitar
la satisfacción.
No necesariamente es un objeto ajeno, puede ser también una parte lid propio
cuerpo.
Fuente (Ouelle ): es aquel proceso somanco, interior
a un órgano o
de una parte del cuerpo, cuyo estímulo es representado
en la "ida
anímica por la pulsión.
Se rcactualiza
la dualidad entre pulsioncs
voleas o de 'lutoconservación
y las pulsiones
sexuales, planteándose
nuevamente
el
contlicto entre sexualidad y el Yo.
Las pulsiones sexuales vuelven a ser caracterizadas
pero en fa t izando ahora nuevos destinos.
1] Trastorno
hacia lo contrario, que puede darse en dos niveles
distintos:
uno atañe al cambio de meta; es decir, cambio de meta
activa en pasiva. Y el otro, en cuanto al contenido,
mudanza
de
amor en odio.
2] Vuelta hacia la propia persona: esto tiene que ver con el ohjeto, manteniéndose
inalterable la meta. Masoquismo-sadismo
vuelto
hacia el propio Yo.
3] Represión.
4] Sublimación.
Los dos primeros destinos dependen de la organización
narcisista del Yo v llevan impreso el sello de esta rase. Corresponden
quizás a los intentos de defensa que en etapas más elevadas del desarrollo del Yo se ejecutan con otros medios.
En 1917, en Sobre la trasmutación
de los instintos v en especial
del erotismo anal, Freud agrega un nuevo destino de 1<1 pulsión
<1
Jos destinos anteriores.
Se trata de la trasmutación
o trasposición,
en especial del erotismo anal.
Ligado al instinto siempre hay un objeto v frente a las vicisitudes de este objeto nace un desarrollo
que llama "estadios
(kl
objeto" y postula ecuaciones simbólicas entre excrementos-niño-pene
v excremento-regalo-dinero.
La forma v la función del órgano determina la actividad o pasividad de la meta pulsional, Por otra parte, la mudanza de una
pulsión
en su contrario sólo es observada en un caso: t rasposición
del amor en odio.
El amor no es concebido como una pulsión
parcial sino como
expresión de una aspiración
sexual: ('01110 un todo. Así, se inst a la
el amor en la esfera del puro vínculo del Yo con el objeto, v es
pasible de t res posibilidades:
,f.t
Rodolfo
D'Alvia, Alfredo
Maladesk»
" Al/gusto
Pica/lo
amor-odio
amar y ser amado
amor-indiferencia
La vida anímica está gobernada por tres polaridades:
1] sujetovo-objeto-mundo
externo; 2] placer-displacer;
3] activo-pasivo.
Existe un Yo realidad inicial que distingue el afuera del adentro.
Más tarde un Yo-placer que admite el adentro como placentero (Yosujeto) y el afuera como displacen tero. Este afuera provee el objeto
vivido como hostil, génesis del futuro odio y por lo tanto más ant iguo que el amor.
Este odio puede incrementarse
por regresión a la etapa sádicoanal y llegar a agredir al objeto con el propósito de aniquilarlo.
Hay que diferenciar
el odio del sadismo y de la agresión. El
odio es un derivado directo de los instintos del Yo (esfuerzo del Yo
pa ra man tenerse y preservarse).
El Yo se ama a sí mismo y odia al mundo externo debido al
aflujo que éste hace de estímulos displacenteros.
El odio tiene dos acciones motrices:
1] huida del objeto odiado, y cuando
te en
2] agresión al objeto con intenciones
se intensifica
se convier-
de aniquilarlo.
La agresión es una de las acciones motrices del odio y forma
parte de los instintos del Yo. Esta se diferencia del sadismo en
que en este último se agrega el placer erótico (excitación sexual) porque se adiciona alodio
una regresión a la etapa sádico-anal del
desarrollo libidinal que le otorga el carácter erótico.
Esta regresión garantiza la continuidad
de un vínculo de amor
(preservación
del objeto libidinal ) .
En relación con la polaridad de la vida anímica placer-displacer,
en Más allá del principio de placer (1920) Freud jerarquiza
nuevamente el punto de vista económico: aumento de la excitación como
displacer y su disminución como placer.
Establece además una correspondencia
entre los instintos de
conservación
ligados al principio de realidad y los instintos sexuales regidos por el principio de placer.
Propone una nueva hipótesis: la compulsión a la repetición somete al principio de placer y aparece como más elemental, más
originaria y más pulsional que éste.
La compulsión
a la repetición genera displacer al Yo, al sacar
a la luz mociones pulsionales
de contenido displacentero
que se
hallaban
reprimidos.
Este displacer no contradice
el principio de
placer ya que es displacer para un sistema y placer para el otro.
Algunas
rcllexiones
acerca de la teoría instintiva
[ ... ]
-;·1.5
En el capítulo V relaciona el concepto de pulsión con el de
compulsión a la repetición. En el carácter universal de las pulsioncs, una pulsión sería un esfuerzo, inherente a lo orgánico vivo, de
reproducir un estado anterior que debió resignar bajo la influencia
de fuerzas perturbadoras
externas. Esto nos resulta extraño pues
nos hemos acostumbrado
a ver a la pulsión como aquello que impulsa al cambio y al desarrollo, y ahora nos vemos obligados a
reconocer en ella justamente lo contrario:
la expresión de la naturaleza conservadora de lo vivo.
Mantiene todavía la concepción del Yo como reservorio de la
libido; ésta si se dirige al objeto, será libido objetal, y si se dirige al
Yo, libido narcisista.
A partir de ahora se establece una nueva oposición instintiva.
Hasta ahora se daba entre las pulsiones sexuales por un ladu,
y las pulsiones yoicas por el otro; pero desde este momento la
oposición pulsiones libidinales-pulsiones
yoicas se ofrece no como
diferencia cualitativa sino como diferencia tópica, ya que ambas
se asimilan cualitativamente a las pulsiones de vida.
Freud sustituye aquel dualismo por el de pulsiones de vida-pulsienes de muerte, las cuales entran en conflicto entre sí desde el
origen.
El principio de placer conserva su validez; es una tendencia
que está al servicio de la función de mantener el aparato en un
estado de excitación en un nivel mínimo.
Las sensaciones de placer-displacer están presentes en el proceso primario igual que en el secundario. En cuanto a las pulsiones,
las de vida serán más revoltosas, complejizando y perturbando
la
tendencia conservadora del instinto de muerte; actuarían como un
retardo del destino final. Las pulsiones de muerte, a diferencia de
las de vida, realdzan su tarea en forma más inadvertida y silenciosa.
En resumen, hay una tendencia a restaurar un estado anterior
que el ser vivo abandonó como producto de la presión de fuerzas
perturbadoras
externas; la compulsión a la repetición asumiría la
función de retrotraer a un estado inorgánico sin tensiones, dominado por el principio de placer.
Eros sería
sión revoltosa
llo de la vida;
saparecer las
anterior.
el equivalente a la fuerza perturbadora
externa, pulinterna, es decir la tensión por proseguir el desarroen cambio, el instinto de muerte tendería a hacer detensiones creadas por Eros, regresando al estado
En El yo y el ello (1923), Freud aporta una nueva modelización
del aparato psíquico; allí se funda la teoría estructural
Ello- YoSuperyó y en referencia a 1a fuente pulsional; específicamente, en
f?ndo/fu
D'A/I'iu,
Alfred()
:\I(/I(/(/('s1.:y
y
AlIgllSIO
Picollo
lu que se refiere al reservorio de la libido, que en Introducción
al
narcisismo era el Yo, ahora pasa a ser el Ello.
En el capítulo IV, referente a las dos clases de pulsiones, mantiene la dualidad instintiva: instinto de vida-instinto
de muerte.
Define la ambivalencia
como una mezcla pulsional no consumada y además sustituye la oposición entre las dos clases de instintos
por la oposición
amor-odio. El odio es el afecto que marca el camino para la investigación
de la pulsión de muerte.
Cun relación a los componentes
sádicos de la pulsión sexual,
habría una fusión instintiva, y en el sadismo como perversión un
modelo de delusión instintiva.
En el interjuego
entre el modelo estructural,
la dualidad pulsiunal y las estructuras
psicopatológicas,
el Superyó colabora con el
Yu en inhibir y controlar las pulsiones, pero es la libido del Yo la
que lo preserva de la acción tanática del Superyó.
En la neurosis obsesiva el Superyó actúa como si el Yo fuera
ctcct ivamcnte responsable
de sus fantasías agresivas dando la apariencia de que, más que una regresión hacia etapas anteriores,
se
trata de una efectiva sustitución de amor por odio; el resultado es
autornart irio y martirización
del objeto.
El Supcryó se engendra en una identificación
que da lugar a
una descxualización
u una sublimación;
tras ella el componente
erótico nu tiene la fuerza para ligar la destrucción que se libera por
la dcsmezcla que ucurre en las pulsiones y de la cual el Superyó
extrae su dureza.
En el mismo capítulo Freud remarca que la angustia de muerte
nu puede justificarse
porque no tiene correlato inconsciente, ya que
hay una falta de representación
de la idea de muerte en el inconsciente.
Hay noucias de angustia de muerte sólo en dos casos: ante un
peligro real grave y en la melancolía. En esta última el Yo se resigna
a sí mismo porque se siente odiado y no amado por el Superyó.
Al final del capítulo Frcud nos habla de los destinos del instinto de muerte:
a]
b]
e]
d]
e1
Hacia afuera (ad-grcdo ): Agresión.
Fusionado con Eros.
Silencioso en el Ello reduciendo
tensiones.
Aumentando
la severidad del Superyó. (Melancolía,
yendo al Yo.)
Martirizando
al objeto.
destru-
En El problema econámico
del masoquismo
(1924), Freud se
refiere al instinto de muerte diciendo que una parte de él que no
ha sido dirigida al exterior permanece en el interior teniendo como
11(1.;11//(/\
!c!{('\ioll('.'\
objeto
(/CC/"CU
al propio
de la tcoria
inst
int ivu
Yo. Esto es lo que llama
[ ... ]
masoquismo
primario ()
por la excitación ero-
crógcno,
caracterizado,
desde la base biológica,
rica dada por el dolor.
Con relación a la clínica, señala dos tipos de masoquismo,
el
cmcnino y el moral; el primero de éstos se relaciona con el acto
sexual donde el sujeto busca un objeto amado que le imparta sulrimiento,
estableciéndose
como condición una regresión a la fase anal
í
sádica.
El moral está estructurado
en base a un intenso scnt imiento
de culpa inconsciente y necesidad de castigo. Importa el sufrimiento,
no importa cuál fuere éste.
Es un masoquismo del Yo, dado que éste busca en forma activa
el castigo por parte del Superyó.
Un cuarto masoquismo
es el secundario,
también provocado
por el instinto de muerte que no encuentra desahogo en la realidad
externa, volviéndose
contra la propia persona.
Con relación al sadismo, Freud afirma que la pulsión actuante
en el interior
del organismo, el sadismo primordial,
es idéntica al
masoquismo.
Recordamos aquí que en 1905 Freud ubicó al sadismo
corno componente del instinto sexual, en 1915, como componente del
instinto de autoconservación
y en 1920, como derivado del instinto
de muerte.
En el capítulo II C'Teoría de los instintos")
del Contpendio de!
psicoanálisis
(1938), se hace una nueva descripción
de la dualidad
instintiva y se enfatiza la antítesis entre los instintos de autoconscrvación
y los de conservación
de la especie (sexuales),
así como
amor yoico y amor objetal quedan comprendidos
dentro del Eros,
quien persigue el fin de establecer y conservar unidades cada vez
mayores, tendiendo a la unión,
El instinto de destrucción,
por el contrario, busca la disolución
de las conexiones destruyendo
así las cosas, reafirmando
lo dicho
en 1920,
Teoría kleiniunu
En algunas conclusiones
teóricas (sobre la vida emocional del
lactante), refiriéndose a la posición esquizoparanoidc,
Mclanic Klcin
conccptualiza
la angustia como el producto
de la acción interna
del instinto de muerte frente al Yo.
Dicho instinto, en la fantasía, a través de la acción del objeto
malo, produce el temor al aniquilamiento,
y ésta es la causa primera
de la angustia persecutoria.
Dice además que la causa primaria externa de angustia es la experiencia
de nacimiento.
748
Rodollo
D'Alvia,
Alfredo
Maladeskv
y Augusto
Picollo
En cuanto a las relaciones de objeto que se establecen desde
el nacimiento, se desarrollan
con un objeto parcial, el pecho de la
madre, hacia el cual están dirigidas las pulsiones polimorfas bajo
la primacía oral, libidinales y agresivas en una interacción de proporciones variables que corresponde
a la fusión de los instintos de
vida y muerte.
La fusión en equilibrio óptimo corresponde
a los períodos libres
de hambre y tensión. Se altera cuando por privaciones externas o
internas son reforzadas las pulsioncs agresivas (oral-sádicas).
Esto
provoca la voracidad, y su aumento fortalece la frustración,
que a
su vez incrementa
la pulsión
agresiva.
La proyección de esta voracidad y, por lo tanto, del instinto de
muerte, produce temor a la retaliación.
Por otro lado, la angustia persecutoria
está contrarrestada
por
el objeto bueno (pecho bueno), representante
del instinto de vida.
La capacidad de tolerar la tensión, angustia y frustración
depende del predominio
del Yo sobre las pulsiones agresivas y del
papel desempeñado
por el instinto de vida desde un principio, en
la fusión de los dos instintos.
La tendencia a la integración está supeditada al predominio del
instinto de vida sobre el instinto de muerte, actuando aquél como
rcaseguramicnto
contra la angustia.
En una segunda etapa del desarrollo, que Melanie Klein denominó posición depresiva infantil, va ganando terreno la integración
que se evidencia por una mayor capacidad de expresión de emociones y de comunicación. Se produce un desarrollo gradual del Yo; las
tendencias uretrales, anales y genitales cobran más fuerza, aunque
predominan
los deseos orales. Las fantasías se tornan más variadas,
ampliadas, diferenciadas
y elaboradas. Hay cambios en la naturaleza
de las defensas y en la calidad del objeto. Del pecho, objeto parcial,
se pasa a la madre, como objeto total. Aparece la discriminación
entre objeto externo y objeto interno y se va desarrollando
la síntesis entre partes disociadas del Yo.
En este período, el conflicto entre amor y odio se hace evidente,
aparece la ambivalencia
hacia un objeto total, acercamiento
de los
pares antitéticos
que ya no pueden permanecer
disociados como
antes.
El poder de las pulsiones destructivas
disminuye pero igual son
sentidas como pehgro para el objeto amado, ahora persona. La
angustia de perderlo aumenta la voracidad, que a su vez es vivida
como una amenaza para los objetos externos e internos.
El incremento de las pulsiones destructivas
genera inhibiciones
él nivel instintivo
con las consiguientes
inhibiciones en las relaciones
afectivas y eróticas.
Algunas
reilexiones
acerca de la teoría instintiva
[ ... ]
í49
En cuanto al cambio de la naturaleza de los mecanismos defensivos, aparecen las que Melanie Klein denominó "defensas maníacas", puestas al servicio de defender al Yo de las angustias
depresivas.
Aparece la disociación de persona como defensa frente a la angustia depresiva. Progresivamente
sobreviene una asimilación del
Superyó por el Yo y deseos de reparar al objeto dañado, por sentimientos de culpa. Asimismo se desarrolla un trabajo de duelo y al
mismo tiempo tentativas de sobreponerse a él.
La reparación deriva del instinto de vida, con fantasías
seos libidinales, y forma parte de todas las sublimaciones.
y de-
En la neurosis infantil, la organización y la integración
ligadas a los procesos de fusión y dcfusión
instintivas.
están
La posición depresiva implica el decreciente predominio de las
pulsiones destructivas
de los estadios primitivos. La evolución de
los procesos mentales y emocionales puede ser definida en términos
de éxito o fracaso de la lucha entre la agresión y la libido.
Esta lucha se renueva en cada crisis mental o física en donde
el Yo demuestra si es capaz de desarrollar
métodos adecuados de
manejo y modificación de las angustias persecutoria
y depresiva.
En última instancia, de discriminación y mantenimiento
a raya de
la agresión dirigida hacia los objetos amados.
En "Notas sobre algunos mecanismos
csquizoides",
Melanic
Klein enfatiza la acción del instinto de muerte sobre el Yo y cómo
éste produce mecanismos defensivos. Entre éstos se destaca la proyección de los impulsos destructivos hacia el exterior (deflexión ) y
sobre los objetos, lo que da lugar, como respuesta, a los temores
retaliativos,
Desde el comienzo, los impulsos destructivos
se expresan en
fantasías primarias de ataques sádico-orales, los que pronto se transforman en ataques sádico-anales y fálico-uretrales
contra el cuerpo
de la madre. Sobre la base de una primacía oral, hay confluencia
de deseos anales, uretrales, genitales, Iibidinales y agresivos. (Fase
perverso-polimorfa.)
En este artículo, sobre la base del mecanismo
de proyección, describe "el mecanismo de identificación proycctiva"
por medio del cual el, sujeto (niño), coloca aspectos de su Scll'
en el interior del objeto parcial (pecho), total (madre), lo que le
permite mantener un control sobre el objeto.
En "Naturaleza
y función de la fantasía",
Susan Isaacs nos
muestra cómo el instinto está siempre calificado como fantasía. Enfatiza que hay un solo momento en que el instinto es puro; es el
momento del nacimiento, en que se produce su def'lexión
hacia el
exterior.
Roilol]o
D'Alvia, Alfredo
Muladcsk»
v
Al/gII";[()
Picollo
En relación específica con los instintos, afirma que las Iantusías se: modifican
cuando se modifican los fines instintivos,
Dichas fantasías son definidas de tres maneras:
1] Expresión
mental del instinto. 2] Corolario mental del instinto. 3] Representante psíquico del instinto.
En utro momento, la palabra "Instinto" aparece comu tensión
instintiva,
que puede ser calmada en un primer momento con la
alucinación;
si la tensión aumenta, da lugar a la fantasía, cuya calidad está directamente
relacionada
cun el monto de la tensión
instintiva.
"Las primeras fantasías surgen de impulsos orgarucos y e:Sl~1I1
cnt rctejidus con sensaciones
corporales
y afectos. No se originan
en el conocimiento
articulado del ME; su fuente es siempre interna
ya que se encuentra
en los impulsos instintivos.
La fantasía es el
vínculo activo entre instintos y mecanismos
del Yo." Aparece el
instinto como concepto psicosomát ico límite y tiene un objetivo corporal dirigido hacia los objetos externos concretos y una represenrución
mental que: se: denomina fantasía.
En su artículo "Algunas funciones de introyección y proyección
en la temprana infancia", Paula Heimann señala que la coexistencia de los instintos de vida y de muerte da lugar a todas las tensiones internas, sentidas como dolor o displacer, a las que el Yo tiende
a proyectar como descarga. El Yo enfrenta los estímulos externos
tanto con agresión como con libido en proporciones
variables, según
las circunstancias.
Las funciones de introyección y proyección no son sólo defensas
frente a estímulos sino también son las raíces del Yo, los instrumentos de su formación misma. No se puede hablar de ausencia del Yo
sino de un Yo incipiente.
Es por la acción del juego proyectivo-introyectivo
por la que
se establecen los núcleos de formación de los objetos internos bue1l0S y malos,
representantes
cada uno de las tendencias inst intualcs
opuestas.
En la relaciún con dichos objetos, el niño sufre cambios de
fantasías de acuerdo con los cambios de lus fines instintivos v las
rases de organización
del Yo.
En "Envidia y gratitud", M. Klein atribuye una base innata al
odio, la voracidad
y las ansiedades
persecutorias
en relación con
el objeto primario (el pecho materno).
La envidia como expresión
de impulsos oral y anal-sádicos,
es también constitucional.
Las variaciones en la intensidad de estos factores constitucionales
están determinadas
por la preponderancia
de uno u otro en la fusión
de los instintos de vida y muerte. Hay una conexión entre la preponderancia
de lino u otro instinto y la fuerza o debilidad del Yo.
Al.~I/II(1S
J't'/lniol1(,s
accJ'co dc la t eoria iust int iva [ ...
1
';SI
El pecho es instintivamente
percibido como la fuente de alimento y por lo tanto, en un sentido mas profundo, como origen de
la vida misma.
Alude a la capacidad
del bebé para catcct izar suficientemente
el pecho y de esta manera convertirlo en el objeto amado, que luego,
integrado, llega a ser parte del Yo mismo.
El predominio
de los objetos persecutorios
refuerza los impulsos destructivos,
mientras que si el objeto bueno está bien establecido la identificación
con él fortalece la capacidad de amar, los impulsos constructivos
y la gratitud.
La envidia contribuye
a las dificultades
del infante en la l'St ructuración
de un objeto bueno. En muchos casos hace borrosa
la distinción entre lo bueno y lo malo, y da lugar a lo que Roscnl'cld
llama ansiedad confusional.
El impulso de reparación
y la necesidad
de ayudar al objeto
envidiado también son medios l1luy importantes
para contrarrestar
la envidia. En último término, esto implica contrarrestar
los impulsos destructivos
mediante
la movilización
de sentimientos
de
amor.
Asocia el comienzo precoz de la genitalidad
con la huida de b
oralidad, hecho que incrementa
la confusión entre las tendencias v
fantasías orales, anales y genitales.
Narcisismo
y uutoerol ismo
Los temas de narcisismo y autoerot ismo merecen un tratamiento especial, dada la diferencia conceptual entre Frcud y M. Klcin.
En Freud, el autoerotismo,
dentro de la evolución y desarrollo
libidina!, es descrito como la posibilidad
del niño de satisfacerse
en una parte del propio cuerpo.
La fuente y el fin de la pulsión se satisfacen en la zona crógcnu
de tu 1'110, siendo el objeto de natura leza CGIl tingcn te el que pcrm i t c
la satisfacción de la pulsión.
A partir de esto, ocurre "un nuevo acto psíquico" a través del
cual las pulsiones parciales confluyen en el Yo al que toman por
objeto. Desde este acto se constituye el narcisismo
como fase intermedia entre el autoerotismo
y el amor objctal. El autoerot ismo
queda descrito posteriormente
como un modo de satisfacción
libidínal,
En cambio, en la teoría kleiniana, según P. Heimann, el autoerotismo es definido como un modo relacional optativo con el objeto
interno del cual dispone el sujeto como una capacidad de recrear
una experiencia gratificante
con que satisfacerse
y así re-vincularse
posteriormente
con el objeto externo.
752
Rodolfo
D'Alvia,
Alfredo
Maladcsky
y Augusto
Picollo
El narcisismo, en cambio, es un mecanismo de defensa utilizado
por un Yo más evolucionado, ante la hostilidad del objeto externo.
Este mecanismo le permite el refugio en la relación con el objeto interno, huyendo del objeto externo hostil. El autoerotismo,
por el contrario, es la recreación interna del objeto bueno sin que
medie un mecanismo de defensa.
En esta segunda teoría se introduce el concepto de objeto externo e interno, presentes en relación con un Yo que actúa ya sea
ejecutando funciones o apelando a mecanismos defensivos.
En cambio, en Freud, frente a las pulsiones independientes
y
autoeróticas,
se ofrece el Yo como primer objeto unificador de las
pulsiones y a partir del cual se dirigirá la libido hacia otros objetos.
Noción
general
de conflicto, mecanismo defensivo
y formación del aparato psíquico
La nocion de conflicto desarrollada por Freud en su libro sobre
los sueños y en la Metapsicología, no parece ser tenida en cuenta
por Melanie Klein. (O de nuestra cscala.)
En cambio dicha autora sí puso el acento sobre otro modelo de
conflicto entre instintos de vida e instintos de muerte, que Frcud
describe en 1920.
Tratando de cotejar las hipótesis de Freud con los desarrollos
y aportes de autores klcinianos, lo principal parece ser detectar si
hayo no hipótesis discrepantes acerca de un mismo tema. En realidad esto es más complicado: los temas están aludidos mediante las
palabras o términos que la teoría y sus hipótesis emplean. Y aquí
surgen problemas. ¿Están o no las mismas utilizadas con igual sentido? ¿Cuándo ocurre que las hipótesis se contradicen? ¿Qué pasa
cuando un tema desaparece o es subvalorado?
En el trabajo anteriormente
citado, nos parece útil distinguir
las siguientes posibilidades en cuanto a si ambos autores mantienen
o modifican los usos de los términos o hipótesis:
En este trabajo nos parece útil distinguir las siguientes posibilidades en cuanto a si ambos autores mantienen o modifican los
usos de los términos o hipótesis:
1>
O] El término estudiado, o la acepción del término que se quiere
analizar, que figura en la primera teoría, desaparece por completo
en la segunda teoría.
Ello no implica forzosamente contradicción,
pero en algunos casos
puede indicar una divergencia ya que la desaparición del término
puede implicar un cierto desmerecimiento
de la importancia que
Algunas reflexiones
acerca de la teoria instintiva
da al tema la primera
instintos del Ello.)
teoría.
(Ej.:
[ ... ]
instintos
753
de autoconservación-
1] El término
es usado en las dos teorías, y la segunda presupone
los usos de la primera teoría. Pero esto sucede de manera superflua
advirtiéndose que en la segunda teoría no se da verdaderamente
importancia al tema, de modo que su presencia es en realidad algo
así como mera cortesía. En el fondo es una situación algo análoga
a la del caso O. (Ej.: EIIo.)
2] El término es usado en las dos teorías, y la segunda presupone
los usos de la primera teoría.
Pero ahora son admitidos con seriedad y empleados sistemáticamente. Sin embargo, no se hacen nuevos aportes ni se formulan nuevas
hipótesis. En este sentido, la segunda teoría coincide tal cual con
la primera. (Ej.: dualidad instintiva; psiquismo inconsciente.)
3] El término, una vez más, es usado en las dos teorías, y la segunda presupone los usos de la primera teoría. Pero se efectúan
nuevos aportes y se formulan nuevas hipótesis. Puede decirse que
la segunda teoría extiende la primera añadiendo nuevas contribuciones. (Ej.: mecanismos psíquicos; mecanismos de defensa; transferencia. )
4] El término es también usado en las dos teorías, y la segunda
presupone el sentido que su uso en la primera teoría le asignaba.
Pero ahora, los nuevos aportes, las nuevas hipótesis, constituyen una
franca discrepancia. Se trata de una franca divergencia, y éste sería
el primer momento en que el uso simultáneo de ambas teorías implicaría contradicción. (Ej.: instinto de vida y muerte.)
5] El término es usado en ambas teorías pero la segunda asigna
un sentido nuevo, o bien el término no aparece en la primera teoría
pero aparece de manera novedosa en la segunda.
Además, las hipótesis concernientes a este término en la segunda
teoría involucran discrepancia o divergencia con la vieja teoría.
En una palabra, se trata de un tema novedoso pero manejado en
contraposición con las creencias de la primera teoría. Igual que en
4], el uso simultáneo de ambas teorías engendraría contradicción.
(Ej.: fantasía; complejo de Edipo.)
6] El término es usado en ambas teorías pero la segunda asigna
un sentido nuevo, o bien el término no aparece en la primera teoría
pero aparece de manera novedosa en la segunda. Pero no hay discrepancia; se trata de un tópico nuevo, un nuevo aporte que extiende y amplía el conocimiento. De ningún modo el uso simultáneo
R(Jllo/fo
;-.).{
engendra ría dificul tadcs.
ti ficación proyectiva.)
D'A11'io,
(Ej.:
Alfledo
envidia;
Mal adcsk v .'
reparación;
Picollo
AI/gl/sto
posición;
idcn-
Importa
señalar
que el modelo
de conflicto
entre
instancias
(Ello-Yo-Superyó
) descrito
por Frcud es reconccptualizado
por Klcin
corno conflicto
entre objetos
internos
() externos
que adquieren
características
de instanc ias. es decir, serían instancias
objctalizadas.
Este
nivel de conflictu planteado
entre instancias
(objetos internos)
sería de
tipo dramático,
intrasubjctivo
e intcrsubjetivo.
A este conflicto
subyace utro que se desarrolla
entre los instintos
de vida y de muerte.
En relación
con esto es importante
señalar
la intervención
de
los mecanismos
defensivos
y de qué manera
actúan.
Para Freud el objetivo
esencial de la defensa es accionar
sobre la
pulsión
sexual,
mediante
la represión
v obteniendo
como t ransacción el síntoma
o en otros casos el sueño.
Todo el juego se da en el campo de las pulsioncs
libidinales
y
las conflictivas
que ellas acarrean.
El principal
peligro
para el Yo
lo constituye
el aumento
de la libido.
En cambio,
para Mclanic Klcin, a partir
de una noción diferente de conflicto,
los mecanismos
de defensa
actúan,
pero no será la
represión
el fundamental
sino otros de carácter
más primitivo
tales
como la disociación,
proyección.
negación,
etc.
Estos en el campo de las dos pulsioncs:
de vida v de muerte,
v
siempre
al servicio
de combatir
la acción
del instinto
de muerte
que amenaza
al Yo () :1 los objetos
buenos
intcrnalizados.
Instintos
y Formación
del
aparato
psíquico
desde l nt roduccion al narcisismo
hasta
observar
que dentro del juego de las pulsienes
parciales
autoeróticas
se hace necesario,
como expresamos
antes, "un nuevo acto psíquico",
es decir la constitución
del Yo como
objeto
unificador
y a la vez rcscrvorio
y emisor de la libido hacia
otros objetos.
Queda así establecido
el narcisismo
como mediación
entre autoerotisrno y amor objctal.
Pasando
por la temática
de las identificaciones
(Duelo v nielaneolia, Psicología de las masas ... ), resultado
de investiduras
libidinalcs que siguen al modelo de la incorporación
oral y de la proyección de ideales, todas ellas adscritas
al modo de las identificaciones
primarias,
llegamos
a 1923, cuando
el desarrollo
del aparato
psíquico se da como producto
de la conexión
del Ello (nuevo
reservorio
de la libido)
con los objetos
del medio externo.
Es la relación
mediatizada
por el aparato
perceptivo
consciente,
uno de cuyos productos fundamentales
es el Yo que se \'~1 desarrollando
como la capa
Haciendo
un
recorrido
FJ Yo y el Ello, podemos
Algwws
reflexiolles
acerca de la t eoria instintiva
[ ...
J
externa del Ello y que a la vez tendrá su prolongación en el interior
del Ello como el Yo inconsciente, sede de los mecanismos de defensa.
Por lo contrario, para Melanie Klein el Yo no debe ser creado,
como en Freud, sino que está desde el nacimiento, conccptualizado
como "Yo" incipiente y capacitado
de determinadas
funciones basicas tales como soportar cierto grado de angustia y desarrollar
mecanismos de defensa contra ésta.
La noción de estructuración
y desarrollo,
si bien alude al Yo,
en realidad se refiere a la noción de Self, que incluye la interacción
con los objetos internalizados.
Este Self-rnundo
interno, que contiene las relaciones
del Yosujeto con los objetos internos y externos, no se estructura
solamente sobre la base de la percepción, como en Frcud, sino de los
mecanismos proyectivos-introycctivos
cstructurantes. Como resultado
de estas proyecciones-introyccciones
predominantemente
instintivas.
la percepción se va adecuando
cada vez más realisticamcntc
tanto
al mundo externo como al mundo interno.
Ampliación
ele la nocion ele conflicto
en Frcud v en Klein
Un primer modelo de conflicto representado
por Frcud en sus
primeros escritos, anteriores a Psicoterapia de la histeria, ubica dicho conflicto entre un grupo de ideas (nódulo patógeno)
y un Yo
(grupo de ideas coherentes)
para el cual se hacían intolerables.
El trauma, en ese momento, era real y externo, no sexual, ante
el Yo inerme y sin capacidad de autonomía y defensa. En Psicoterapia de la histeria, el trauma pasa a tener contenido sexual, v el
conflicto se desarrolla
entre los instintos de conservación
(preservación del Yo) y los instintos sexuales (preservación
de la especie).
Además, para Freud, dicho trauma era todavía infantil, 1'e<11v externo.
Más tarde, cambia dicha característica
de trauma externo por
la noción de trauma interno originado por la fantasía desiderativa
encadenada
a la conflictiva edípica y a su resignificación
a part ir
de crisis vitales en la adolescencia.
La segunda noción de conflicto planteada
por Frcud a partir
del historial de Dora (1905), se desarrolla entre la libido y el Yo.
Este, en contacto con la realidad evolutiva, en consonancia con ésta,
mientras que la libido, más remisa a dicha realidad, busca satisfacerse con las representaciones
imaginarias
infantiles (introversión
de la libido). El Yo prohíbe estas satisfacciones
v a través
de b
756
Rodoljo
D'A11'ia, Alfredo
Maladcsk»
y Al/gusto
Picollo
represión
plantea el conflicto entre instintos
sexuales e instintos
del Yo.
En Introduccion
al narcisismo
(1914), la nocion de conflicto
sufre una ligera modificación.
Después del nuevo acto psíquico por
el cual se constituye el narcisismo, este Yo naciente se ofrece como
objeto a la libido en sustitución
de los objetos sexuales. A partir
de este momento, se pasa a hablar de libido objetal y libido del Yo.
Forman parte de este Yo la energía sexual y las defensas que
estaban exclusivamente
depositadas
en los instintos del Yo.
De 1915 a 1917, en el desarrollo de la metapsicología
freudiana,
la noción de conflicto permanece inmodificada
aunque la misma se
reactualiza
mediatizada
por la dinámica de la teoría topográfica:
CC., Prec. e Inc. Además cobran relevancia también en este ínterjuego las nociones de representación
de cosa y representación
de
palabra.
A partir de 1920 y en relación a la teoría estructural
de 1923,
uno de los aspectos del conflicto se desarrolla dentro de una nueva
oposición instintiva:
instintos de vida e instintos de muerte, dentro
del conflicto entre instancias.
El primero, ligado al anterior instinto sexual, que ahora aparece
más en su aspecto de integración, de unión, de complejización,
que
en su aspecto hedónico
pasado y relacionado
al principio placerdisplacer.
El instinto dc muerte aparece como silencioso con tendencia a
la disolución, eliminación
de tensiones y a la vuelta a un estado
anterior inanimado,
cuyas expresiones
psicopatológicas
son el masoquismo y el sentimiento
inconsciente
de culpa.
En Melanie Klein la noción de conflicto permanece
inalterada
a lo largo de toda su obra. Se trata de un conflicto entre instintos
de vida e instintos de muerte o sus representantes,
amor y odio,
dejando de lado las conceptualizaciones
que hace Freud sobre instintos de conservación,
instintos sexuales, libido del Yo y libido
objeta].
Hay también diferencias en el tratamiento
del odio, del sadismo,
destrucción y de la agresión.
La noción de conflicto tiene su punto de partida en la última
dualidad
instintiva
planteada
por Freud (instinto
de vida-instinto
de muerte).
Cobra relevancia la idea de fusión instintiva alterada
por el nacimiento que provoca la defusión con incremento del instinto de muerte significado como amenaza de destrucción para el Yo
'1 definido
por Klcin como ansiedad, que impulsa al Yo a proyectarlo sobre un objeto específico. También como consecuencia
de
esta defusión es proyectado el instinto de vida. La calidad instintiva
de lo proyectado
determina
la cualidad
del objeto (bueno-malo).
antes
Algunas
reflexiones
acerca de la teoría instintiva
[ ... ]
El objeto bueno es así el representante
del instinto de vida, ()
sea fuente de vida misma y paradigma de bondad y amor. Cuando
el objeto se totaliza en un estadio posterior, interviene también en
el amor el sentimiento
de cuidado y preocupación
por el objeto,
debido a la resolución de la ambivalencia
y la culpa.
En este sentido, es importante
señalar la cualidad que le adjudica al instinto de muerte no sólo como significación
sino también comu acción ruidosa dentro del psiquismo.
El amur y el udiu son las expresiones de cada instintu por separado, luego de la defusión y caracterizados
arribos como emociones básicas. De ninguna manera unu puede devenir en el ot ro, corno
lo describe Frcud en un momento de su teoría (t 924).
En relación con la agresión, Melaine Klein sostiene que ésta es
la exteriorización
del monto incrementado
del instinto de muerte
dentro del psiquismo, en forma directa. Cierto monto de instinto
de muerte queda dentro del psiquismo y es utilizado como defensa
frente a los objetos persecutorios
que amenazan la integridad.
No hay una neta diferenciación
mo, que también es una expresión
sobre un objeto.
entre este concepto y el sadisdirecta del inst intu de muerte
A lu largu de su obra, fue reconociendo
que las fantasías
mayor contenido
sádico corresponden
a las etapas primitivas
desarrollo, o sea los inicios de la posición esquizoparanoidc,
de
del
Sin embargo, atendiendo
a la calidad de las fantasías que aparecían en los pacientes, describe una etapa llamada de sadismo máximo que corresponde
a los momentos
iniciales del complejo
de
Edipo temprano.
En Freud, señalábamos
anteriormente
diferencias
entre udiu,
sadismo y agresión. El udio estaba directamente
vinculado a los
instintus del Yo, siendo la primera repulsa del Yo hacia los objetos
del mundu externo hostil, es decir que el Yo odia al mundo externo
como fuente de estímulos displacenteros,
y ejerce una acción mutriz
(huida) del objeto prodigador
de estímulos
y generador
de odio.
Si el odio se intensifica
se manifiesta
una agresión hacia el
objeto con intenciones
de aniquilarlo.
Cuando a la agresión se le
agrega el placer erótico (regresión a la etapa sádico-anal),
se configura el sadismo. En cuanto al sadismo, a partir de 1920 la porción
de instinto de muerte que no es dirigida al exterior (agresión)
permanece aumentando
la severidad del Supcryó (melancolía)
o teniendo como objeto al Yo en el masoquismo
erógeno y martirizando
al
objeto externo en la neurosis obsesiva.
Es importante
la diferencia existente en este sentido con la concepción kleiniana de "objeto odiado" como producto de lo idcnt if i-
;.'iS
Rodoljo
D'A/\'Í(/,
Alfredo
Maladcskv
y Augusto
Picollo
cado proycctivamcntc.
Es decir que el objeto, mediante la identificación proycctiva, es cualificado como bueno, malo, odiado, etc.
En Frcud, la cualificación
está dada por las variaciones
de la
cantidad ele energía en la unidad de tiempo, 10 que daría lugar a
las variaciones
de placer-displacer,
es decir es un concepto puramente económico.
En cambio, para Klein la cualificación depende directamente
de
la incidencia del instinto sobre el objeto. Es decir, el objeto se cualifica como bueno o como malo de acuerdo con que se provéete
sohre él el inst into de "ida o el instinto de muerte.
Confrontación
v discriminación
ele estas
('OllCCPCIOlll'S
teóricas
Se plantean así algunas discrepancias
entre Freud y Mclanic
Klcin. Frcud nunca abandona la teoría económica. En cuanto a car,~a, distingue intensidad,
ligadura, movimiento,
relación, sumación.
oposiciones v fuente de las cargas. Su aplicación es la idea de la
libido, tomada esta palabra en sentido económico de cantidad de
carga.
Mclanic Klein hace un uso selectivo de la teoría, no toma en
cuenta en sus escritos la primera teoría instintiva (instintos sexualesinstintos de conservación).
Sus desarrollos parten de la postulación
de Frcud de 1920, es decir- instintos de vida-instintos
de muerte.
Puede decirse que su forma de encarar esta teoría instintiva es
coincidiendo
con Freud en algunos casos v apartándose
en otros
con nuevas conccptualizaciones.
El instinto de vida en la obra Frcudiana
v antes de 1920 es tomado en una concepción hedónica.
Mclanic Klcin en cambio no 10 hace en dicha forma hcdónica
sino que 10 conccptualiza
enfatizando
su función de unión e intc!!ración, más cercano al modelo que Freud describiera
en 1920.
El manejo de los términos resulta en cierto sentido diferente,
En la teoría Ireudiana v de manera general se puede decir que
cuando la libido es t en un lugar del aparato psíquico e inviste un
objeto o idea, la conducta somática relacionada con este lugar, objeto o idea, se corresponde;
es decir hav una reacción
emocional
correspondiente.
Además existe una relación de correspondencia
entre cantidad
e intensidad
de carga con placer y displacer.
Klcin no toma tal cual esta teoría económica, o sea que conserva
10 estructural
pero no 10 económico en cuanto a cargas v contracargas v a la tcor ía hcdoníst ica de placer-displacer.
Habla de caná
Algunas
rcilexioncs
acerca de la t coria
;1751;111;,'(/
[ ...
]
t idadcs, aumentos y disminuciones
que pueden dar lugar a intcrprccomo conceptos económicos pero de distinta índole, El concepto
de cantidad no es abandonado
sinu utilizado en Iorrna diferente.
t arlos
Una interpretación
de la teoría cconómicu
en !\1. Klcin
Para esta autora desde el nacimiento hay una Iusion entre instintos de vida e instintos de muerte. Esto implica que ambos instintos, concebidos como sustancias ", se encuentran en un estado de equilibrio horneostático,
que es alterado
(dcf usion ) por L'I t raurna de
nacimiento, de lu cual resulta un incremento del instinto de I11ULTll'.
Este incremento, no neutralizado
por el instinto de vida, se hace
intolerable
para el Yo, debiendo entonces ser "deflcxionado"
hucia
un objeto que lo contenga.
Este predominio
de instinto de muerte en el sentido sustancial,
así corno en otros casos el predominio
de instinto de vida, condUlL'
a "estados"
tanto de muerte como de vida, rcspcct ivamcntc. Este
concepto se puede articular con la teoría de las posiciones (COIllO
estados) ya que sabemos que en la posición csquizoparano idc hav
predominio
del instinto de muerte, así como en la posición dcprcsiva hay un predominio
del instinto de vida.
Estos conceptos encierran la noción de "cant idad" de SU'it;\ncia
v sus respectivos
predominios.
Estas cantidades de sustancias tienen propósitos
desde su c\istcncia misma. Es decir, que se trata de cantidades "cualificadas"
con
propósitos
definidos. Así, el instinto de vida se propone la oruarnzación y la integración, mientras que el inst into de muerte, la destrucción o la desorganización.
Se trata de significaciones
en el sentido primario del aparato
dada por la calidad del instinto (sustancia).
Es decir, que hav expresiones
semióticas primigenias
con respecto al sipnificado de la
angustia.
Son los instintos en el sentido sustancial los que desde el nacimiento proveen de significación
(cualificación)
él los objetos,
Yo y a las ansiedades predominantes.
Es decir, que un objeto y el
mismo Yo serán "buenos"
o "malos",
Iibidinales
o t anát icos. de
acuerdo con la calidad instintiva con que sc hayan investido.
A la luz de estos conceptos, podemos establecer,
entonces, reglas de correspondencia
entre cantidades
de sustancias y sus consecuencias. A mayor cantidad de instinto de muerte corresponde
mayor ansiedad, y mayor desorden o desorganización
(entropía
positiva ).
,,1
*
Aclurarernos
mas
adelante
el concepto
de sust anciu.
Rodolfo
';(j(j
D'Alvia, Alfredo
Maladesk»
y Augusto
Picollo
Asimismo, a mayor cantidad de instinto de vida corresponde mayor orden, integración
(entropía negativa).
Es imposible una comparación
directa del uso de la palabra
instinto en ambas teorías sin discriminar
diversos rasgos semánticos de la misma.
Conviene distinguir tres aspectos diferentes en los que los autores no proceden de idéntica manera.
1] Tendencia, es decir en un sentido teleológico '.
2] Sustancia (corporización
del instinto en forma sustancial).
3 J Estado (configuración
en que el aparato psíquico está
locado).
co-
En cuanto al Ítem I J, para Freud, la tendencia es producir la
descarga que es el fin mismo de la carga. Aquí el instinto no actúa
con propósitos
tcleológicos
ya que la carga es algo implícito a él.
El instinto tiene como exigencia el uso de una energía, originada en una fuente que podríamos considerar
defectuosa y teniendo
como propósito el aparato mismo pasar de un estado a otro tomando como medio al objeto. La exigencia de trabajo es la energía que
el instinto moviliza para que se pase de un estado B a un estado A
(estado de desequilibrio
o de exceso de cargas homeostáticamente
hablando *'"), es decir de un estado inicial B, no apropiado,
a un
estado final de descarga A, apropiado, siendo el objeto y el monto de
esfuerzo realizado los medios necesarios para alcanzarlo.
Por lo tanto, estamos hablando de dos fines: el [in del instinto,
que es la obtención de placer a través de la descarga, y el [in del
aparato, que es el logro del equilibrio total de las cargas. Nos referimos al sentido teleológico de la palabra fin, es decir a la situación que se pretende llegar como meta y no al sentido de terminación
de algo.
En resumen, estamos frente a un modelo que permite hacer las
siguientes diferencias:
un instinto sería un sistema y al mismo tiempo la capacidad de llevar de un estado B inapropiado
a un estado
A apropiado. El instinto como tendencia teleológica
o como proceso
homeostático.
Teniendo en cuenta otra acepcion instintiva
podemos describir dos usos de la palabra instinto: a] El uso fuerte o instintos con
mayúscula,
referido a un sistema ordenador
del aparato psíquico
* Teleología:
*"
decimos
que hav UIl fenómeno
teleológico
cuando el sistema
tiene un propósito:
llegar a UIl determinado
estado del sistema y desarrollar
estrategias
para conseguirlo.
Honicostusis: el fenómeno homcostático
está determinado
por el funcionamiento del sistema:
no hav intencionalidad.
Hav sistemas
que tienen posición de equilibrio,
si se 10 aparta tienden a volver a su posición de equilibrio
en forma automática
(nutorrcgulación).
A/¡;/lIWS
rellexiones
acerca de la teoría instintíva
[ ... ]
que compromete
a todo el sistema; por ejemplo, instinto de vida, y
muerte, y bJ el uso débil o instintos con minúscula que en un sistema limitado que no abarca todo el aparato ni serían ordenadores
del mismo, tales como los instintos parciales.
En cuanto al ítem 2 (anteriormente
mencionado),
Freud utiliza
el término libido como sustancia
para el instinto sexual y no así
para el instinto de muerte.
Melanie Klein en cambio utiliza dos sustancias:
libido e instinto
de muerte.
Para Freud, el instinto de vida es primordialmente
sexual; en
cambio para Melanie Klein, el instinto de vida es primordialmente
organizador.
Para Freud, el instinto de muerte es más homcostát ico:
para Klcin el instinto de muerte es más teleológico.
Respecto del instinto de vida es mús teleológico que horncostút ico y en Melanie Klein es más homcostático
que teleológico.
Frcud usa poco la idea de sustancia
destructiva,
instinto de
muerte o des/rudo; en cambio, en Klein tiene más importancia
la
idea de instinto de muerte como sustancia desorganizativa.
En ambos autores hay coincidencia
en cuanto a la tendencia
a la desorganización
y hay estrategias
diferentes
contra la misma.
Para Freud, la desorganización
es algo así como la decadencia
termodinámica
del sistema. Para Melanie Klein, en cambio, se parece más a un acontecimiento
desgraciado,
como consecuencia
de
una acción, ataque, trauma, etc. En esta teoría la desorganización
tiene un papel de mayor envergadura
en cuanto a los mecanismos
de defensa y tácticas del aparato psíquico. Como dijimos antes se
le atribuye a la libido instinto de vida, más que un papel hcdoníst ico, un papel reordenador
y organizador
del aparato psíquico.
Así como para Freud en el instinto sexual hay mecanismos
de
descarga y alivio para la sobrecarga libidinal, para Klein hay mecanismos de descarga y alivio para la sobrecarga del instinto de muerte.
Para el instinto de vida, Freud acepta una sustancia, que también es aceptada por M. Klein.
El sentido de libido es el mismo en ambos, pero con distintas
hipótesis
(caso 4 de nuestro listado; el mismo término es usado
con tranca discrepancia).
En cuanto al instinto de muerte, Freud muy ocasionalmente
hace uso sustancial de "tánatos",
En cambio, Melanie Klein parte
de ese concepto. Lo acepta con mayor énfasis (también caso 4 de
nuestro listado); es decir, agrega las propiedades
dcsorganizat ivas
del instinto de muerte.
En Melanie Klein, las cargas siempre asumen
subjetivas que físicas o energéticas
(subjetivización).
intenciones
más
Ru¡{o/fu
/)'AI\'i(/,
Alfredo
Iyll¡{adcsky
y Augusto
Pil'o/Io
Hay una Iuncionalidad dramática expresada por la Iantasía. Para entender esta dramática
se hace preciso tener en cuenta que
en el Iondo subyacen factores instintuales
energéticos;
es un error
tornar la dramática
en forma aislada sin tener en cuenta los aspectus cuantitativos;
de hacerlo así sonaría a caricatura.
Frcud es partidario de que las cargas tienen un sello de origen,
del lugar de donde parten y hacia dónde están dirigidas; de esta
manera primaría una concepción hemeostática.
En cuantu a "estados"
de instinto de muerte, el parecido es
que los dos aceptarían
que a mayor instinto de muerte, mayor desorganización.
Parecería más el efecto del instinto de muerte que
el instinto de muerte mismu. Orden y desorden se usan de manera
distinta.
En Mclanic Klcin, el instinto de vida es energía que trae mas
urden; la irrupción de instinto de vida en el aparato es una irrupción de urden.
Orden significa que hay coherencia y que hay estructura.
El
instintu de vida es energía, orden, estructuración,
coherencia.
En cambio, nada de esto podemos decir en cuanto al instinto
de muerte, que es sumamente
desordenador.
Por otra parte, en Tres ensayos Fre~ld afirma que el organizador
del aparato es la genitalidad. En 1920, el organizador es el instinto
de vida. A partir de este momento, Freud parece adjudicarle
al instinto de vida mayores propiedades
tclcológicas
de organización
y
proporcionador
de entropía negativa.
La teleología, como organizativa, existe, pero en forma indirecta,
a través de la genitalidad.
En cambio, para Melanie Klein la organización corresponde
intrínsecamente
al instinto de vida.
HeSllmCII
Para
introducir
a la elucidación
del tema, se comienza
rastreando
los
de instinto
l'J1 ambos
autores.
destacando
el trabajo
el intento
de
e un! roruucion
:-¡ discriminación
entre ambas
teorías.
Basados en modelos
tcleológicos
y homeostáticos
y en conceptos a partir
de tendencia.
sustancia
y estado, los autores
marcan
las diferencias
en cuanto
al tratamiento
de los dos grandes
instintos
(sexuales-del
Yo; vida-muerte)
en
ambos autores.
A part ir de UJ1a interpretación
de la teoría
económica
en Klein y en
lrcud, se postulan
dos fines: el fin del instinto y el fin del aparato, que permite
11llL'lIr
que un instinto
sería un srxterna y al mismo tiempo la capacidad
de
llevar al aparato
psíquico
de un estado
inapropiado
a un estado
apropiado.
.ouccptos
Algunas
rcjlesioncs
tu:
acerca de la teoría instintiva
()Ul:..UJUl:..S REFL1:XIONS
L'INS'JINCT
OANS L1:'S TRAVAVX
[ ... ]
763
CUNCERNANT
LA THEORIJ
DE FREVO F.T DE H. KI,EIN
Dans le but de préciscr
le sujct,
I'auicur
cummence
par cnqucicr
ks
not ions d'instinct
chez les deux autcurs
el le t ravail
souliunc
I'css;¡i dL' L'OII'
rontcr ct de discrirnincr
les deux théories.
C'cst á partir
de modeles
téléologiqucs
el homcosuu iqucs ainsi
que de
not ions cornrne tendancc,
substancc
ct état, que son marquécs
ks dilkrl'IIL'l'S
quan: au t ruiterncnt
des dcux grands instincts
(scxucls du moi; vic-mort ) eho
ks dcux uutcurs.
Dcux linalités
sont postuléi-s.
partan:
d'une intcrprétat
ion de la t hcuric
ccouomiquo
chcz Klcin ct chez Frcud:
La finalité
de l'inst inct ct la linu l i t c
dl' l'apparcil.
ce qui pcrrnct de déduire
qu'un instinct
scrait tour ;\ la loi.s UII
,,\st':'I11L' ct la capacité
de condnire
l'apparci!
psychiquc
dun t'lat inapp ropriv
;\ un état approprié,
í
SUMI:' RHLH'TIONS
UN THF THEURY UF INSTlNCTS
IN FREUD'S ANO M. KLEIN'S
\VORKS
'lile conccpt 01 inst inct is traccd in Frcud and M. Klcin by wav of iut roduct ion to the clucidation
01' thc subject. The at.ternp- to contrast
t he thcorics
01 these t wo authors
and discriminare
between
thcm is cmphasized,
Bascd on tcleological
and homeostatic
modcls, as wcll .\S on conccpt-,
dcrived
írorn
thosc of tendency,
substance
and state,
the papcr's
aul horx
underlinc
t he dilfercnt trcatrnent
given by Freud and M. Klcin to t hc t wo
!lreat inst incts (sexual-Ego
instincts;
life-death
instincts).
Through
an interpretation
of Freud's and Klcin's econornic
t hcorics.
1 \1'0
.ums are postulated:
the instinct aim and the apparatus
aim.
l t is infcrrcd
that an instinct
may be " systcrn and at the sarnc time t hc
potencial
to tu 111 t he inadequate
state of t he psychical
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