Algunas reflexiones acerca de la teoría instintiva en las obras de Freud y de M. Klein .•Rodolfo D'Alvia, "* Alfredo Maladesky y .•** Augusto PicolIo Es nuestro propósito delimitar y discriminar el campo conceptual de la teoría instintiva en la obra de Freud y en la de Melanie Klein. Tal como lo manifestamos en otros trabajos 4-5, trataremos de demarcar lo más nítidamente posible los límites de cada uno de dichos campos teóricos, evitando en consecuencia superposiciones teóricas, confusiones terminológicas y distorsiones conceptuales que t recuenternente se producen cuando se realiza la lectura de una teoría desde el campo de la otra. Para ello nos guiaremos con las diferentes hipótesis de Fred sobre instintos que cotejaremos con los aportes de autores kleinianos. Por lo tanto, trataremos de desarrollar los siguientes items en nuestro trabajo: l. Generalidades sobre instintos. Narcisismo. Autocrotismo. 2. Desarrollo cronológico en ambos autores. 3. Noción de conflicto, mecanismo defensivo y formación del aparato psíquico. 4. Comparación, confrontación y discriminación entre ambas teorías. " Dirección: Juncal 2431, 9~"C". (1425) Capital Federal, R. Argentina. ** Dirección: Las Heras 4051. P. B. 11, (1425) Capital Federal, R. Argentina. **,', Dirección: Posadas 1325,8~"C", (1011) Capital Federal, R. Argentina. Rodolio D'AI,'ia, Alfredo Maladesk-. Generalidades y Augusto Picol!o sobre instintos Según su origen etimológico, la palabra instinto significa lo no apagado, lo no extinguido. En Frcud, aparecen los términos l ustinct y Triebe, los cuales fueron netamente diferenciados en su significación. l nstinct es usado en el sentido de esquemas heredados de comportamiento, propios de la especie animal y que tienden generalmente a un fin, cuyo desarrollo es poco susceptible de ser perturbado. Es decir, que se t rata de fuerzas primarias que tienen existencia de por sí, en organizaciones estructuradas Iilogenéticamente. En cambio, la plabra Triebe, introducida en 1905 (Tres cnsavos ). es un concepto fronterizo entre lo físico y lo mental, cuya fuente es un proceso de excitación somática que se origina en un órgano y que encuentra una representación en lo mental. Esta fuente de cxci tación endosomática es continua y es un índice de exigencia a la acción que se le plantea a la mente a fin de suprimir este estímulo orgánico (búsqueda de descarga). El término Trieb ha sido traducido por los autores ingleses principalmente por la palabra Tnstinct y ocasionalmente por los términos drive o urge. El uso de la palabra "drivc" en el sentido de instinto no es considerado por Strachcy estrictamente inglés, dado que su uso proviene de autores psicoanalíticos familiarizados con el idioma alemán. Estos autores tradujeron por "drive", debido a una semejanza ligera y superficial con la palabra alemana "Triebe". Al parecer, con el uso de la palabra Instinct, los autores ingleses enfatizarían el sentido biológico y con las palabras drive o urge, el sentido de empuje, esfuerzo o exigencia. Los autores franceses y, últimamente, el traductor de la edición Arnorrortu de las obras completas de S. Freud, emplean la traducción de Tricbe por pulsión, debido a que, como lo señalan Laplanche v Pontalis. con este término se enfatizaría el sentido de fuerza () exigencia. En la introducción a L05 instintos " SIIS destinos, Strachey señala que antes de Tres ensayos las pulsiones estaban presentes en la obra de Freud como: excitaciones, representaciones afectivas, mociones de deseos, estímulos endógenos y necesidad. A partir de Tres ensayos, Freud estableció explícitamente que la palabra Libido era una expresión de la pulsión sexual y que este término ya era usado anteriormente por la ciencia de la época. Define aquí a la pulsión como 13 agencia representante psíquica de una fuente int rasornát ica en continuo fluir; sería el deslinde de Algunas rcjlexiones acerca de la teoría instintiva [ ... ] le anímico respecto a lo corporal. Marca la diferencia entre inst intos de conservación e instintos sexuales. La correspondencia sería instinto sexual- autoerótico; instinto de conservación - objeto de la nccesidad. C0l110 propone posteriormente en 1915 (/,0.'1 instintos y SlIS desI:I/OS), Freud llama necesidad al estímulo pulsional y lo que cancela esta necesidad: satisfacción. La cualidad de la pulsión está dada por la fuente somática v la meta, siendo ésta la consecusión de la satisfacción mediante la cancelación de la excitación. Es sexual en tanto es búsqueda de placer, obtenido a t ravcs de la descarga. La satisfacción sexual se separa de la función de conservación. La sexualidad infantil se define por: 1. Apuntalamiento en una función corporal. 2. Au toerotisrno (desconocim icnto de objeto). 3. Subordinación de la meta a la zona erógcna independientemente de las otras. parcial de turno, En relación con las pulsiones parciales, Freud discrimina las pulsiones parciales sexuales ligadas a las zonas erógenas (autocrot isrno ) de otras pulsiones parciales como las de ver-exhibir y de la crueldad que envuelven a otras personas en calidad de objetos sexuales. Tienen cierta independencia de las zonas crógenas v sólo más tarde entran en estrecha relación con la vida f.!enital. Aparecen como aspiraciones autónomas de la actividad sexual crógena. La moción cruel proviene de la pulsión de apoderamiento v cmcr,!'feen la vida sexual en una época en que los genitales no han asumido el papel que desempeñarán después. Por lo tanto gobierna una fase de la vida sexual que más adelante se describió como orpanización prcgenital. Entiende por pregenitales a las organizaciones de 1" vida sexual en que las zonas genitales no han alcanzado su papel hegemónico. En la organización a la act ividad nutricia, oral, la actividad sexual se encuentra no hay división entre opuestos. unida La meta sexual es la satisfacción oral ~' concornitantcmcntc 1:1 incorporación del objeto, la que más tarde adquiere calidad de identificación. La pulsión sexual tiene un objeto en el pecho materno, marcando esta actividad el futuro modelo de elección objeta! anaclítica. La pulsión sexual es autoerótica para luego de superado el período de latencia se restablece la relación originaria; de ahí que el pecho pasa a ser el paradigma de todo vínculo de amor. ,.JO Rodol]o D'Alvia, Alfredo Moladcskv -" Al/gusto Picollo La segunda [ase de la organización pregenital es la sádico-anal; aquí ya se produce la división entre los opuestos "activo" y "pasivo", que no son "masculino" y "femenino". La actividad es producida por la pulsión de apoderamiento a través de la musculatura del cuerpo, habiendo polaridad sexual y objeto ajeno al Yo. En la apoyatura funcional fisiológica, defecación, hay, a partir de la pérdida de materias fecales, reconocimiento de objetos externos al Yo. Y en relación con la polaridad sexual, empiezan a aparecer los pares pulsionales opuestos (ambivalencia) dirigidos hacia un mismo objeto (objeto sexual). Es el máximo acercamiento a lo que será en la pubertad el objeto de amor. En la etapa fálica (agregada en 1923-24), hay cierto grado de convergencia de las aspiraciones sexuales sobre un objeto, diferenciándose de la organización definitiva de la madurez por el conocimiento de un solo órgano genital, el masculino. Se realiza en dos tiempos: el primero, entre los 2 y 5 años con metas sexuales infantiles y donde no hay síntesis de los componentes instintivos. El segundo, en la pubertad, donde además de lo dicho, se mitiga el fin sexual directo y aparece la corriente afectiva de las pulsiones sexuales, dando lugar a la ternura. Freud lIamó a esto, en 1915 (Los instintos y sus destinos), inhibición de los instintos sexuales respecto a su fin. Entre estos dos tiempos se inserta el período de latencia. En cuanto al objeto de la pulsión, es el que satisface a las pulsiones parciales pero además su elección es condicionada por la zona erógena predominante. El germen de la elección de objeto aparece cuando termina la etapa anal. En la pubertad y a través de la integración de las pusiones pregenitales, se prepara el sujeto para la relación genital con el "objeto de amor". Hacia este objeto coinciden las metas tiernas y sexuales. Se produce la diferenciación entre los dos órganos sexuales y sus funciones, y el placer previo que ofrece la pulsión sexual infantil da lugar a un placer final nuevo, diferente y secundario a ése. En relación con la sexualidad, Freud establece, en ... la etiología de las neurosis (1906), variaciones en cuanto al destino de la libido. La descarga insuficiente de ésta genera un cuadro de neurosis actuales diferente de los cuadros de psiconeurosis en que la libido reprimida forma parte de un conflicto psíquico que determina la emergencia de síntomas. En ... perturbaciones psicogenas de la visión (1910), hay un cambio en la nomenclatura de la teoría instintiva. Los instintos de conservación pasan a ser los "instintos del Yo", agregándose a los Algunas rellexiones acerca de la t eoria instintiva [ ... ] de conservación los mecanismos de represión con los que el Yo se desprende de la amenaza erogenizada de los órganos. Aquí el Yo es el asiento de los mecanismos de defensa. Vuelve a establecerse la dualidad conflictiva entre los instintos sexuales y los que están al servicio de la conservación del individuo, ahora llamados "instintos del Yu". En l ntroduccion al narcisismo (1914), la teoría instintiva sufre un nuevo cambio. Desde el narcisismo, la diferencia entre instintos del Yo e instintos sexuales se hace más laxa. Aparece una nueva dicotomía instintual en función del fin y no de la fuente: hacia el objeto - libido ob ictnl. hacia el Yo - libido del Yo. La libido del Yo encuentra su fuente, rcscrvorio de la libido y su fin en el Yo mismo (sexualización del Yo ): Es una catexia original de la lihido del Yo que más tarde se dirige a los objetos. "Concebimos la idea de U/1G catexia libidinal original del Yo, 1/1/(/ parte de la cual es más tarde trasladada a los objetos, pero que persiste [undament alment e y está en relación C071 las cat exias ob ietales, de I({ misma manera C07110 la ameba COI! SIIS pscttdopodios." En el narcisismo hav un almacenamiento de la libido en el Yo, es decir que ocurre una unificación de tendencias parciales en el Yo distirua del autoerotismo. La unificación de la libido en el Yo sería el "nuevo acto psfqui co ", y el Yo, el primer objeto de amor de pulsiones anárquicas categorizado como una unidad psíquica. Esta fase del narcisismo es intermedia entre el autoerotismo (tendencias parciales que se satisfacen en cada zona erógena anárquicamente) y la relación objeta]. Dentro de los destinos de la libido, la vuelta sobre el Yo ele la carga libidinal retirada del objeto sería lo que Frcud denominó narctsismo secundario. Para Freud no hay objeto sexual del Yo hasta después de una smtesis instintiva, es decir que no hay objeto sexual hasta que no haya elección objeta\. Para esto tendriamos que diferenciar el "ohjeto de la pulsión" del "objeto de amor". El objeto de la pulsión es un objeto pregenital que satisface en forma parcial a la pulsión; en cambio, el objeto de amor es la relación total del Yo con objetos genitales en relación con un Yo que tw sintetizado las pulsiones. En Lo inconsciente (1915) Freud define específicamente su concepto mctapsicológico de los fenómenos psíquicos v cxpl ica cómo la pulsión no puede ser objeto de la consciencia ni tampoco el agente representante representativo por medio del cual se inscribe en el Rodo/fo DA!,'ú¡, A/frcdo\la{adcsh ." AI/gl/sto Picol!o inconsciente. sino sólo los derivados o retoños de ella sobre los que actuará la represión. Por lo tanto, el núcleo del inconsciente COI1sistc en agencias representantes de la pulsión, que quieren descargar su investidura en mociones de deseo, que conviven sin influirse entre :--i, sin contradicción, J' cuyas cargas sufren desplazamientos ~. CU\ldcnsacioncs características del proceso primario. A partir de la represión que actúa sobre la representación, el lactor cuantitativo (afecto) sufre tres posibles destinos: 1. Persiste en su totalidad o en parte. 2. Es transformado en angustia. 3. Es sofocado. Mientras que el otro componente, la representación, sufre dos: l. La represión . .., El pasaje a la consciencia, que puede efectuarse en algunos casos por el mecanismo definido por Freud como cooperación. Así sucede en el caso de ciertas fantasías preformadas que pasan al sistema preconscientc. En este modelo de aparato psíquico, Frcud se plantea el pasaje de una representación inconsciente a la consciencia. El sistema prcconsciente nace cuando la representación de cosa (Inc.) es sohrcinvestida por el enlace con la representación de palabra correspondiente, cumpliendo además sus otras funciones: inhibir la descaren. ligar la carga v ésta, liberada de la representación, actúa como contrainvestidura de las nociones pulsionales inconscientes. En Los instintos v SI/S destinos, diferencia explícitamente el e 1.;tímulo de la pulsión. El estímulo proviene del ME, opera de un solo .!!olpe y se puede evitar mediante la huida. En cambio, la pulsión actúa como fuerza constante (drancpresión, voltaje, esfuerzo constante que el sujeto no puede evitar), proviene de estímulos del interior del organismo v es incoercible a la acción de huida. Propone llamar "necesidad" al estímulo pulsional y lo que cancela esta necesidad es la satisfacción, que se alcanza mediante una modificación apropiada de la fuente. Una de las propiedades de este aparato es la tendencia a conservarse libre de estímulos (principio de constancia). Freud adjudica a la pulsión cuatro componentes específicos: Esiucrzo (Drang I: se entiende como la suma de fuerza () la medid" de exigencia de trabajo que ella representa para el aparato. Toda pulsión es un fragmento de actividad. Me/a (Ziel): es en todos los casos la satisfacción que sólo se alcanza cancelando ese estado de est irnulación de la fuente. Algunas reflexiones acerca de la teoría instintiva [ ... ] Oh jeto (Objckt) de la pulsión. Es aquello en o por lo cual (;sta puede alcanzar su meta. Se la relaciona con la pulsión sólo a censecuencia de su actitud para posibilitar la satisfacción. No necesariamente es un objeto ajeno, puede ser también una parte lid propio cuerpo. Fuente (Ouelle ): es aquel proceso somanco, interior a un órgano o de una parte del cuerpo, cuyo estímulo es representado en la "ida anímica por la pulsión. Se rcactualiza la dualidad entre pulsioncs voleas o de 'lutoconservación y las pulsiones sexuales, planteándose nuevamente el contlicto entre sexualidad y el Yo. Las pulsiones sexuales vuelven a ser caracterizadas pero en fa t izando ahora nuevos destinos. 1] Trastorno hacia lo contrario, que puede darse en dos niveles distintos: uno atañe al cambio de meta; es decir, cambio de meta activa en pasiva. Y el otro, en cuanto al contenido, mudanza de amor en odio. 2] Vuelta hacia la propia persona: esto tiene que ver con el ohjeto, manteniéndose inalterable la meta. Masoquismo-sadismo vuelto hacia el propio Yo. 3] Represión. 4] Sublimación. Los dos primeros destinos dependen de la organización narcisista del Yo v llevan impreso el sello de esta rase. Corresponden quizás a los intentos de defensa que en etapas más elevadas del desarrollo del Yo se ejecutan con otros medios. En 1917, en Sobre la trasmutación de los instintos v en especial del erotismo anal, Freud agrega un nuevo destino de 1<1 pulsión <1 Jos destinos anteriores. Se trata de la trasmutación o trasposición, en especial del erotismo anal. Ligado al instinto siempre hay un objeto v frente a las vicisitudes de este objeto nace un desarrollo que llama "estadios (kl objeto" y postula ecuaciones simbólicas entre excrementos-niño-pene v excremento-regalo-dinero. La forma v la función del órgano determina la actividad o pasividad de la meta pulsional, Por otra parte, la mudanza de una pulsión en su contrario sólo es observada en un caso: t rasposición del amor en odio. El amor no es concebido como una pulsión parcial sino como expresión de una aspiración sexual: ('01110 un todo. Así, se inst a la el amor en la esfera del puro vínculo del Yo con el objeto, v es pasible de t res posibilidades: ,f.t Rodolfo D'Alvia, Alfredo Maladesk» " Al/gusto Pica/lo amor-odio amar y ser amado amor-indiferencia La vida anímica está gobernada por tres polaridades: 1] sujetovo-objeto-mundo externo; 2] placer-displacer; 3] activo-pasivo. Existe un Yo realidad inicial que distingue el afuera del adentro. Más tarde un Yo-placer que admite el adentro como placentero (Yosujeto) y el afuera como displacen tero. Este afuera provee el objeto vivido como hostil, génesis del futuro odio y por lo tanto más ant iguo que el amor. Este odio puede incrementarse por regresión a la etapa sádicoanal y llegar a agredir al objeto con el propósito de aniquilarlo. Hay que diferenciar el odio del sadismo y de la agresión. El odio es un derivado directo de los instintos del Yo (esfuerzo del Yo pa ra man tenerse y preservarse). El Yo se ama a sí mismo y odia al mundo externo debido al aflujo que éste hace de estímulos displacenteros. El odio tiene dos acciones motrices: 1] huida del objeto odiado, y cuando te en 2] agresión al objeto con intenciones se intensifica se convier- de aniquilarlo. La agresión es una de las acciones motrices del odio y forma parte de los instintos del Yo. Esta se diferencia del sadismo en que en este último se agrega el placer erótico (excitación sexual) porque se adiciona alodio una regresión a la etapa sádico-anal del desarrollo libidinal que le otorga el carácter erótico. Esta regresión garantiza la continuidad de un vínculo de amor (preservación del objeto libidinal ) . En relación con la polaridad de la vida anímica placer-displacer, en Más allá del principio de placer (1920) Freud jerarquiza nuevamente el punto de vista económico: aumento de la excitación como displacer y su disminución como placer. Establece además una correspondencia entre los instintos de conservación ligados al principio de realidad y los instintos sexuales regidos por el principio de placer. Propone una nueva hipótesis: la compulsión a la repetición somete al principio de placer y aparece como más elemental, más originaria y más pulsional que éste. La compulsión a la repetición genera displacer al Yo, al sacar a la luz mociones pulsionales de contenido displacentero que se hallaban reprimidos. Este displacer no contradice el principio de placer ya que es displacer para un sistema y placer para el otro. Algunas rcllexiones acerca de la teoría instintiva [ ... ] -;·1.5 En el capítulo V relaciona el concepto de pulsión con el de compulsión a la repetición. En el carácter universal de las pulsioncs, una pulsión sería un esfuerzo, inherente a lo orgánico vivo, de reproducir un estado anterior que debió resignar bajo la influencia de fuerzas perturbadoras externas. Esto nos resulta extraño pues nos hemos acostumbrado a ver a la pulsión como aquello que impulsa al cambio y al desarrollo, y ahora nos vemos obligados a reconocer en ella justamente lo contrario: la expresión de la naturaleza conservadora de lo vivo. Mantiene todavía la concepción del Yo como reservorio de la libido; ésta si se dirige al objeto, será libido objetal, y si se dirige al Yo, libido narcisista. A partir de ahora se establece una nueva oposición instintiva. Hasta ahora se daba entre las pulsiones sexuales por un ladu, y las pulsiones yoicas por el otro; pero desde este momento la oposición pulsiones libidinales-pulsiones yoicas se ofrece no como diferencia cualitativa sino como diferencia tópica, ya que ambas se asimilan cualitativamente a las pulsiones de vida. Freud sustituye aquel dualismo por el de pulsiones de vida-pulsienes de muerte, las cuales entran en conflicto entre sí desde el origen. El principio de placer conserva su validez; es una tendencia que está al servicio de la función de mantener el aparato en un estado de excitación en un nivel mínimo. Las sensaciones de placer-displacer están presentes en el proceso primario igual que en el secundario. En cuanto a las pulsiones, las de vida serán más revoltosas, complejizando y perturbando la tendencia conservadora del instinto de muerte; actuarían como un retardo del destino final. Las pulsiones de muerte, a diferencia de las de vida, realdzan su tarea en forma más inadvertida y silenciosa. En resumen, hay una tendencia a restaurar un estado anterior que el ser vivo abandonó como producto de la presión de fuerzas perturbadoras externas; la compulsión a la repetición asumiría la función de retrotraer a un estado inorgánico sin tensiones, dominado por el principio de placer. Eros sería sión revoltosa llo de la vida; saparecer las anterior. el equivalente a la fuerza perturbadora externa, pulinterna, es decir la tensión por proseguir el desarroen cambio, el instinto de muerte tendería a hacer detensiones creadas por Eros, regresando al estado En El yo y el ello (1923), Freud aporta una nueva modelización del aparato psíquico; allí se funda la teoría estructural Ello- YoSuperyó y en referencia a 1a fuente pulsional; específicamente, en f?ndo/fu D'A/I'iu, Alfred() :\I(/I(/(/('s1.:y y AlIgllSIO Picollo lu que se refiere al reservorio de la libido, que en Introducción al narcisismo era el Yo, ahora pasa a ser el Ello. En el capítulo IV, referente a las dos clases de pulsiones, mantiene la dualidad instintiva: instinto de vida-instinto de muerte. Define la ambivalencia como una mezcla pulsional no consumada y además sustituye la oposición entre las dos clases de instintos por la oposición amor-odio. El odio es el afecto que marca el camino para la investigación de la pulsión de muerte. Cun relación a los componentes sádicos de la pulsión sexual, habría una fusión instintiva, y en el sadismo como perversión un modelo de delusión instintiva. En el interjuego entre el modelo estructural, la dualidad pulsiunal y las estructuras psicopatológicas, el Superyó colabora con el Yu en inhibir y controlar las pulsiones, pero es la libido del Yo la que lo preserva de la acción tanática del Superyó. En la neurosis obsesiva el Superyó actúa como si el Yo fuera ctcct ivamcnte responsable de sus fantasías agresivas dando la apariencia de que, más que una regresión hacia etapas anteriores, se trata de una efectiva sustitución de amor por odio; el resultado es autornart irio y martirización del objeto. El Supcryó se engendra en una identificación que da lugar a una descxualización u una sublimación; tras ella el componente erótico nu tiene la fuerza para ligar la destrucción que se libera por la dcsmezcla que ucurre en las pulsiones y de la cual el Superyó extrae su dureza. En el mismo capítulo Freud remarca que la angustia de muerte nu puede justificarse porque no tiene correlato inconsciente, ya que hay una falta de representación de la idea de muerte en el inconsciente. Hay noucias de angustia de muerte sólo en dos casos: ante un peligro real grave y en la melancolía. En esta última el Yo se resigna a sí mismo porque se siente odiado y no amado por el Superyó. Al final del capítulo Frcud nos habla de los destinos del instinto de muerte: a] b] e] d] e1 Hacia afuera (ad-grcdo ): Agresión. Fusionado con Eros. Silencioso en el Ello reduciendo tensiones. Aumentando la severidad del Superyó. (Melancolía, yendo al Yo.) Martirizando al objeto. destru- En El problema econámico del masoquismo (1924), Freud se refiere al instinto de muerte diciendo que una parte de él que no ha sido dirigida al exterior permanece en el interior teniendo como 11(1.;11//(/\ !c!{('\ioll('.'\ objeto (/CC/"CU al propio de la tcoria inst int ivu Yo. Esto es lo que llama [ ... ] masoquismo primario () por la excitación ero- crógcno, caracterizado, desde la base biológica, rica dada por el dolor. Con relación a la clínica, señala dos tipos de masoquismo, el cmcnino y el moral; el primero de éstos se relaciona con el acto sexual donde el sujeto busca un objeto amado que le imparta sulrimiento, estableciéndose como condición una regresión a la fase anal í sádica. El moral está estructurado en base a un intenso scnt imiento de culpa inconsciente y necesidad de castigo. Importa el sufrimiento, no importa cuál fuere éste. Es un masoquismo del Yo, dado que éste busca en forma activa el castigo por parte del Superyó. Un cuarto masoquismo es el secundario, también provocado por el instinto de muerte que no encuentra desahogo en la realidad externa, volviéndose contra la propia persona. Con relación al sadismo, Freud afirma que la pulsión actuante en el interior del organismo, el sadismo primordial, es idéntica al masoquismo. Recordamos aquí que en 1905 Freud ubicó al sadismo corno componente del instinto sexual, en 1915, como componente del instinto de autoconservación y en 1920, como derivado del instinto de muerte. En el capítulo II C'Teoría de los instintos") del Contpendio de! psicoanálisis (1938), se hace una nueva descripción de la dualidad instintiva y se enfatiza la antítesis entre los instintos de autoconscrvación y los de conservación de la especie (sexuales), así como amor yoico y amor objetal quedan comprendidos dentro del Eros, quien persigue el fin de establecer y conservar unidades cada vez mayores, tendiendo a la unión, El instinto de destrucción, por el contrario, busca la disolución de las conexiones destruyendo así las cosas, reafirmando lo dicho en 1920, Teoría kleiniunu En algunas conclusiones teóricas (sobre la vida emocional del lactante), refiriéndose a la posición esquizoparanoidc, Mclanic Klcin conccptualiza la angustia como el producto de la acción interna del instinto de muerte frente al Yo. Dicho instinto, en la fantasía, a través de la acción del objeto malo, produce el temor al aniquilamiento, y ésta es la causa primera de la angustia persecutoria. Dice además que la causa primaria externa de angustia es la experiencia de nacimiento. 748 Rodollo D'Alvia, Alfredo Maladeskv y Augusto Picollo En cuanto a las relaciones de objeto que se establecen desde el nacimiento, se desarrollan con un objeto parcial, el pecho de la madre, hacia el cual están dirigidas las pulsiones polimorfas bajo la primacía oral, libidinales y agresivas en una interacción de proporciones variables que corresponde a la fusión de los instintos de vida y muerte. La fusión en equilibrio óptimo corresponde a los períodos libres de hambre y tensión. Se altera cuando por privaciones externas o internas son reforzadas las pulsioncs agresivas (oral-sádicas). Esto provoca la voracidad, y su aumento fortalece la frustración, que a su vez incrementa la pulsión agresiva. La proyección de esta voracidad y, por lo tanto, del instinto de muerte, produce temor a la retaliación. Por otro lado, la angustia persecutoria está contrarrestada por el objeto bueno (pecho bueno), representante del instinto de vida. La capacidad de tolerar la tensión, angustia y frustración depende del predominio del Yo sobre las pulsiones agresivas y del papel desempeñado por el instinto de vida desde un principio, en la fusión de los dos instintos. La tendencia a la integración está supeditada al predominio del instinto de vida sobre el instinto de muerte, actuando aquél como rcaseguramicnto contra la angustia. En una segunda etapa del desarrollo, que Melanie Klein denominó posición depresiva infantil, va ganando terreno la integración que se evidencia por una mayor capacidad de expresión de emociones y de comunicación. Se produce un desarrollo gradual del Yo; las tendencias uretrales, anales y genitales cobran más fuerza, aunque predominan los deseos orales. Las fantasías se tornan más variadas, ampliadas, diferenciadas y elaboradas. Hay cambios en la naturaleza de las defensas y en la calidad del objeto. Del pecho, objeto parcial, se pasa a la madre, como objeto total. Aparece la discriminación entre objeto externo y objeto interno y se va desarrollando la síntesis entre partes disociadas del Yo. En este período, el conflicto entre amor y odio se hace evidente, aparece la ambivalencia hacia un objeto total, acercamiento de los pares antitéticos que ya no pueden permanecer disociados como antes. El poder de las pulsiones destructivas disminuye pero igual son sentidas como pehgro para el objeto amado, ahora persona. La angustia de perderlo aumenta la voracidad, que a su vez es vivida como una amenaza para los objetos externos e internos. El incremento de las pulsiones destructivas genera inhibiciones él nivel instintivo con las consiguientes inhibiciones en las relaciones afectivas y eróticas. Algunas reilexiones acerca de la teoría instintiva [ ... ] í49 En cuanto al cambio de la naturaleza de los mecanismos defensivos, aparecen las que Melanie Klein denominó "defensas maníacas", puestas al servicio de defender al Yo de las angustias depresivas. Aparece la disociación de persona como defensa frente a la angustia depresiva. Progresivamente sobreviene una asimilación del Superyó por el Yo y deseos de reparar al objeto dañado, por sentimientos de culpa. Asimismo se desarrolla un trabajo de duelo y al mismo tiempo tentativas de sobreponerse a él. La reparación deriva del instinto de vida, con fantasías seos libidinales, y forma parte de todas las sublimaciones. y de- En la neurosis infantil, la organización y la integración ligadas a los procesos de fusión y dcfusión instintivas. están La posición depresiva implica el decreciente predominio de las pulsiones destructivas de los estadios primitivos. La evolución de los procesos mentales y emocionales puede ser definida en términos de éxito o fracaso de la lucha entre la agresión y la libido. Esta lucha se renueva en cada crisis mental o física en donde el Yo demuestra si es capaz de desarrollar métodos adecuados de manejo y modificación de las angustias persecutoria y depresiva. En última instancia, de discriminación y mantenimiento a raya de la agresión dirigida hacia los objetos amados. En "Notas sobre algunos mecanismos csquizoides", Melanic Klein enfatiza la acción del instinto de muerte sobre el Yo y cómo éste produce mecanismos defensivos. Entre éstos se destaca la proyección de los impulsos destructivos hacia el exterior (deflexión ) y sobre los objetos, lo que da lugar, como respuesta, a los temores retaliativos, Desde el comienzo, los impulsos destructivos se expresan en fantasías primarias de ataques sádico-orales, los que pronto se transforman en ataques sádico-anales y fálico-uretrales contra el cuerpo de la madre. Sobre la base de una primacía oral, hay confluencia de deseos anales, uretrales, genitales, Iibidinales y agresivos. (Fase perverso-polimorfa.) En este artículo, sobre la base del mecanismo de proyección, describe "el mecanismo de identificación proycctiva" por medio del cual el, sujeto (niño), coloca aspectos de su Scll' en el interior del objeto parcial (pecho), total (madre), lo que le permite mantener un control sobre el objeto. En "Naturaleza y función de la fantasía", Susan Isaacs nos muestra cómo el instinto está siempre calificado como fantasía. Enfatiza que hay un solo momento en que el instinto es puro; es el momento del nacimiento, en que se produce su def'lexión hacia el exterior. Roilol]o D'Alvia, Alfredo Muladcsk» v Al/gII";[() Picollo En relación específica con los instintos, afirma que las Iantusías se: modifican cuando se modifican los fines instintivos, Dichas fantasías son definidas de tres maneras: 1] Expresión mental del instinto. 2] Corolario mental del instinto. 3] Representante psíquico del instinto. En utro momento, la palabra "Instinto" aparece comu tensión instintiva, que puede ser calmada en un primer momento con la alucinación; si la tensión aumenta, da lugar a la fantasía, cuya calidad está directamente relacionada cun el monto de la tensión instintiva. "Las primeras fantasías surgen de impulsos orgarucos y e:Sl~1I1 cnt rctejidus con sensaciones corporales y afectos. No se originan en el conocimiento articulado del ME; su fuente es siempre interna ya que se encuentra en los impulsos instintivos. La fantasía es el vínculo activo entre instintos y mecanismos del Yo." Aparece el instinto como concepto psicosomát ico límite y tiene un objetivo corporal dirigido hacia los objetos externos concretos y una represenrución mental que: se: denomina fantasía. En su artículo "Algunas funciones de introyección y proyección en la temprana infancia", Paula Heimann señala que la coexistencia de los instintos de vida y de muerte da lugar a todas las tensiones internas, sentidas como dolor o displacer, a las que el Yo tiende a proyectar como descarga. El Yo enfrenta los estímulos externos tanto con agresión como con libido en proporciones variables, según las circunstancias. Las funciones de introyección y proyección no son sólo defensas frente a estímulos sino también son las raíces del Yo, los instrumentos de su formación misma. No se puede hablar de ausencia del Yo sino de un Yo incipiente. Es por la acción del juego proyectivo-introyectivo por la que se establecen los núcleos de formación de los objetos internos bue1l0S y malos, representantes cada uno de las tendencias inst intualcs opuestas. En la relaciún con dichos objetos, el niño sufre cambios de fantasías de acuerdo con los cambios de lus fines instintivos v las rases de organización del Yo. En "Envidia y gratitud", M. Klein atribuye una base innata al odio, la voracidad y las ansiedades persecutorias en relación con el objeto primario (el pecho materno). La envidia como expresión de impulsos oral y anal-sádicos, es también constitucional. Las variaciones en la intensidad de estos factores constitucionales están determinadas por la preponderancia de uno u otro en la fusión de los instintos de vida y muerte. Hay una conexión entre la preponderancia de lino u otro instinto y la fuerza o debilidad del Yo. Al.~I/II(1S J't'/lniol1(,s accJ'co dc la t eoria iust int iva [ ... 1 ';SI El pecho es instintivamente percibido como la fuente de alimento y por lo tanto, en un sentido mas profundo, como origen de la vida misma. Alude a la capacidad del bebé para catcct izar suficientemente el pecho y de esta manera convertirlo en el objeto amado, que luego, integrado, llega a ser parte del Yo mismo. El predominio de los objetos persecutorios refuerza los impulsos destructivos, mientras que si el objeto bueno está bien establecido la identificación con él fortalece la capacidad de amar, los impulsos constructivos y la gratitud. La envidia contribuye a las dificultades del infante en la l'St ructuración de un objeto bueno. En muchos casos hace borrosa la distinción entre lo bueno y lo malo, y da lugar a lo que Roscnl'cld llama ansiedad confusional. El impulso de reparación y la necesidad de ayudar al objeto envidiado también son medios l1luy importantes para contrarrestar la envidia. En último término, esto implica contrarrestar los impulsos destructivos mediante la movilización de sentimientos de amor. Asocia el comienzo precoz de la genitalidad con la huida de b oralidad, hecho que incrementa la confusión entre las tendencias v fantasías orales, anales y genitales. Narcisismo y uutoerol ismo Los temas de narcisismo y autoerot ismo merecen un tratamiento especial, dada la diferencia conceptual entre Frcud y M. Klcin. En Freud, el autoerotismo, dentro de la evolución y desarrollo libidina!, es descrito como la posibilidad del niño de satisfacerse en una parte del propio cuerpo. La fuente y el fin de la pulsión se satisfacen en la zona crógcnu de tu 1'110, siendo el objeto de natura leza CGIl tingcn te el que pcrm i t c la satisfacción de la pulsión. A partir de esto, ocurre "un nuevo acto psíquico" a través del cual las pulsiones parciales confluyen en el Yo al que toman por objeto. Desde este acto se constituye el narcisismo como fase intermedia entre el autoerotismo y el amor objctal. El autoerot ismo queda descrito posteriormente como un modo de satisfacción libidínal, En cambio, en la teoría kleiniana, según P. Heimann, el autoerotismo es definido como un modo relacional optativo con el objeto interno del cual dispone el sujeto como una capacidad de recrear una experiencia gratificante con que satisfacerse y así re-vincularse posteriormente con el objeto externo. 752 Rodolfo D'Alvia, Alfredo Maladcsky y Augusto Picollo El narcisismo, en cambio, es un mecanismo de defensa utilizado por un Yo más evolucionado, ante la hostilidad del objeto externo. Este mecanismo le permite el refugio en la relación con el objeto interno, huyendo del objeto externo hostil. El autoerotismo, por el contrario, es la recreación interna del objeto bueno sin que medie un mecanismo de defensa. En esta segunda teoría se introduce el concepto de objeto externo e interno, presentes en relación con un Yo que actúa ya sea ejecutando funciones o apelando a mecanismos defensivos. En cambio, en Freud, frente a las pulsiones independientes y autoeróticas, se ofrece el Yo como primer objeto unificador de las pulsiones y a partir del cual se dirigirá la libido hacia otros objetos. Noción general de conflicto, mecanismo defensivo y formación del aparato psíquico La nocion de conflicto desarrollada por Freud en su libro sobre los sueños y en la Metapsicología, no parece ser tenida en cuenta por Melanie Klein. (O de nuestra cscala.) En cambio dicha autora sí puso el acento sobre otro modelo de conflicto entre instintos de vida e instintos de muerte, que Frcud describe en 1920. Tratando de cotejar las hipótesis de Freud con los desarrollos y aportes de autores klcinianos, lo principal parece ser detectar si hayo no hipótesis discrepantes acerca de un mismo tema. En realidad esto es más complicado: los temas están aludidos mediante las palabras o términos que la teoría y sus hipótesis emplean. Y aquí surgen problemas. ¿Están o no las mismas utilizadas con igual sentido? ¿Cuándo ocurre que las hipótesis se contradicen? ¿Qué pasa cuando un tema desaparece o es subvalorado? En el trabajo anteriormente citado, nos parece útil distinguir las siguientes posibilidades en cuanto a si ambos autores mantienen o modifican los usos de los términos o hipótesis: En este trabajo nos parece útil distinguir las siguientes posibilidades en cuanto a si ambos autores mantienen o modifican los usos de los términos o hipótesis: 1> O] El término estudiado, o la acepción del término que se quiere analizar, que figura en la primera teoría, desaparece por completo en la segunda teoría. Ello no implica forzosamente contradicción, pero en algunos casos puede indicar una divergencia ya que la desaparición del término puede implicar un cierto desmerecimiento de la importancia que Algunas reflexiones acerca de la teoria instintiva da al tema la primera instintos del Ello.) teoría. (Ej.: [ ... ] instintos 753 de autoconservación- 1] El término es usado en las dos teorías, y la segunda presupone los usos de la primera teoría. Pero esto sucede de manera superflua advirtiéndose que en la segunda teoría no se da verdaderamente importancia al tema, de modo que su presencia es en realidad algo así como mera cortesía. En el fondo es una situación algo análoga a la del caso O. (Ej.: EIIo.) 2] El término es usado en las dos teorías, y la segunda presupone los usos de la primera teoría. Pero ahora son admitidos con seriedad y empleados sistemáticamente. Sin embargo, no se hacen nuevos aportes ni se formulan nuevas hipótesis. En este sentido, la segunda teoría coincide tal cual con la primera. (Ej.: dualidad instintiva; psiquismo inconsciente.) 3] El término, una vez más, es usado en las dos teorías, y la segunda presupone los usos de la primera teoría. Pero se efectúan nuevos aportes y se formulan nuevas hipótesis. Puede decirse que la segunda teoría extiende la primera añadiendo nuevas contribuciones. (Ej.: mecanismos psíquicos; mecanismos de defensa; transferencia. ) 4] El término es también usado en las dos teorías, y la segunda presupone el sentido que su uso en la primera teoría le asignaba. Pero ahora, los nuevos aportes, las nuevas hipótesis, constituyen una franca discrepancia. Se trata de una franca divergencia, y éste sería el primer momento en que el uso simultáneo de ambas teorías implicaría contradicción. (Ej.: instinto de vida y muerte.) 5] El término es usado en ambas teorías pero la segunda asigna un sentido nuevo, o bien el término no aparece en la primera teoría pero aparece de manera novedosa en la segunda. Además, las hipótesis concernientes a este término en la segunda teoría involucran discrepancia o divergencia con la vieja teoría. En una palabra, se trata de un tema novedoso pero manejado en contraposición con las creencias de la primera teoría. Igual que en 4], el uso simultáneo de ambas teorías engendraría contradicción. (Ej.: fantasía; complejo de Edipo.) 6] El término es usado en ambas teorías pero la segunda asigna un sentido nuevo, o bien el término no aparece en la primera teoría pero aparece de manera novedosa en la segunda. Pero no hay discrepancia; se trata de un tópico nuevo, un nuevo aporte que extiende y amplía el conocimiento. De ningún modo el uso simultáneo R(Jllo/fo ;-.).{ engendra ría dificul tadcs. ti ficación proyectiva.) D'A11'io, (Ej.: Alfledo envidia; Mal adcsk v .' reparación; Picollo AI/gl/sto posición; idcn- Importa señalar que el modelo de conflicto entre instancias (Ello-Yo-Superyó ) descrito por Frcud es reconccptualizado por Klcin corno conflicto entre objetos internos () externos que adquieren características de instanc ias. es decir, serían instancias objctalizadas. Este nivel de conflictu planteado entre instancias (objetos internos) sería de tipo dramático, intrasubjctivo e intcrsubjetivo. A este conflicto subyace utro que se desarrolla entre los instintos de vida y de muerte. En relación con esto es importante señalar la intervención de los mecanismos defensivos y de qué manera actúan. Para Freud el objetivo esencial de la defensa es accionar sobre la pulsión sexual, mediante la represión v obteniendo como t ransacción el síntoma o en otros casos el sueño. Todo el juego se da en el campo de las pulsioncs libidinales y las conflictivas que ellas acarrean. El principal peligro para el Yo lo constituye el aumento de la libido. En cambio, para Mclanic Klcin, a partir de una noción diferente de conflicto, los mecanismos de defensa actúan, pero no será la represión el fundamental sino otros de carácter más primitivo tales como la disociación, proyección. negación, etc. Estos en el campo de las dos pulsioncs: de vida v de muerte, v siempre al servicio de combatir la acción del instinto de muerte que amenaza al Yo () :1 los objetos buenos intcrnalizados. Instintos y Formación del aparato psíquico desde l nt roduccion al narcisismo hasta observar que dentro del juego de las pulsienes parciales autoeróticas se hace necesario, como expresamos antes, "un nuevo acto psíquico", es decir la constitución del Yo como objeto unificador y a la vez rcscrvorio y emisor de la libido hacia otros objetos. Queda así establecido el narcisismo como mediación entre autoerotisrno y amor objctal. Pasando por la temática de las identificaciones (Duelo v nielaneolia, Psicología de las masas ... ), resultado de investiduras libidinalcs que siguen al modelo de la incorporación oral y de la proyección de ideales, todas ellas adscritas al modo de las identificaciones primarias, llegamos a 1923, cuando el desarrollo del aparato psíquico se da como producto de la conexión del Ello (nuevo reservorio de la libido) con los objetos del medio externo. Es la relación mediatizada por el aparato perceptivo consciente, uno de cuyos productos fundamentales es el Yo que se \'~1 desarrollando como la capa Haciendo un recorrido FJ Yo y el Ello, podemos Algwws reflexiolles acerca de la t eoria instintiva [ ... J externa del Ello y que a la vez tendrá su prolongación en el interior del Ello como el Yo inconsciente, sede de los mecanismos de defensa. Por lo contrario, para Melanie Klein el Yo no debe ser creado, como en Freud, sino que está desde el nacimiento, conccptualizado como "Yo" incipiente y capacitado de determinadas funciones basicas tales como soportar cierto grado de angustia y desarrollar mecanismos de defensa contra ésta. La noción de estructuración y desarrollo, si bien alude al Yo, en realidad se refiere a la noción de Self, que incluye la interacción con los objetos internalizados. Este Self-rnundo interno, que contiene las relaciones del Yosujeto con los objetos internos y externos, no se estructura solamente sobre la base de la percepción, como en Frcud, sino de los mecanismos proyectivos-introycctivos cstructurantes. Como resultado de estas proyecciones-introyccciones predominantemente instintivas. la percepción se va adecuando cada vez más realisticamcntc tanto al mundo externo como al mundo interno. Ampliación ele la nocion ele conflicto en Frcud v en Klein Un primer modelo de conflicto representado por Frcud en sus primeros escritos, anteriores a Psicoterapia de la histeria, ubica dicho conflicto entre un grupo de ideas (nódulo patógeno) y un Yo (grupo de ideas coherentes) para el cual se hacían intolerables. El trauma, en ese momento, era real y externo, no sexual, ante el Yo inerme y sin capacidad de autonomía y defensa. En Psicoterapia de la histeria, el trauma pasa a tener contenido sexual, v el conflicto se desarrolla entre los instintos de conservación (preservación del Yo) y los instintos sexuales (preservación de la especie). Además, para Freud, dicho trauma era todavía infantil, 1'e<11v externo. Más tarde, cambia dicha característica de trauma externo por la noción de trauma interno originado por la fantasía desiderativa encadenada a la conflictiva edípica y a su resignificación a part ir de crisis vitales en la adolescencia. La segunda noción de conflicto planteada por Frcud a partir del historial de Dora (1905), se desarrolla entre la libido y el Yo. Este, en contacto con la realidad evolutiva, en consonancia con ésta, mientras que la libido, más remisa a dicha realidad, busca satisfacerse con las representaciones imaginarias infantiles (introversión de la libido). El Yo prohíbe estas satisfacciones v a través de b 756 Rodoljo D'A11'ia, Alfredo Maladcsk» y Al/gusto Picollo represión plantea el conflicto entre instintos sexuales e instintos del Yo. En Introduccion al narcisismo (1914), la nocion de conflicto sufre una ligera modificación. Después del nuevo acto psíquico por el cual se constituye el narcisismo, este Yo naciente se ofrece como objeto a la libido en sustitución de los objetos sexuales. A partir de este momento, se pasa a hablar de libido objetal y libido del Yo. Forman parte de este Yo la energía sexual y las defensas que estaban exclusivamente depositadas en los instintos del Yo. De 1915 a 1917, en el desarrollo de la metapsicología freudiana, la noción de conflicto permanece inmodificada aunque la misma se reactualiza mediatizada por la dinámica de la teoría topográfica: CC., Prec. e Inc. Además cobran relevancia también en este ínterjuego las nociones de representación de cosa y representación de palabra. A partir de 1920 y en relación a la teoría estructural de 1923, uno de los aspectos del conflicto se desarrolla dentro de una nueva oposición instintiva: instintos de vida e instintos de muerte, dentro del conflicto entre instancias. El primero, ligado al anterior instinto sexual, que ahora aparece más en su aspecto de integración, de unión, de complejización, que en su aspecto hedónico pasado y relacionado al principio placerdisplacer. El instinto dc muerte aparece como silencioso con tendencia a la disolución, eliminación de tensiones y a la vuelta a un estado anterior inanimado, cuyas expresiones psicopatológicas son el masoquismo y el sentimiento inconsciente de culpa. En Melanie Klein la noción de conflicto permanece inalterada a lo largo de toda su obra. Se trata de un conflicto entre instintos de vida e instintos de muerte o sus representantes, amor y odio, dejando de lado las conceptualizaciones que hace Freud sobre instintos de conservación, instintos sexuales, libido del Yo y libido objeta]. Hay también diferencias en el tratamiento del odio, del sadismo, destrucción y de la agresión. La noción de conflicto tiene su punto de partida en la última dualidad instintiva planteada por Freud (instinto de vida-instinto de muerte). Cobra relevancia la idea de fusión instintiva alterada por el nacimiento que provoca la defusión con incremento del instinto de muerte significado como amenaza de destrucción para el Yo '1 definido por Klcin como ansiedad, que impulsa al Yo a proyectarlo sobre un objeto específico. También como consecuencia de esta defusión es proyectado el instinto de vida. La calidad instintiva de lo proyectado determina la cualidad del objeto (bueno-malo). antes Algunas reflexiones acerca de la teoría instintiva [ ... ] El objeto bueno es así el representante del instinto de vida, () sea fuente de vida misma y paradigma de bondad y amor. Cuando el objeto se totaliza en un estadio posterior, interviene también en el amor el sentimiento de cuidado y preocupación por el objeto, debido a la resolución de la ambivalencia y la culpa. En este sentido, es importante señalar la cualidad que le adjudica al instinto de muerte no sólo como significación sino también comu acción ruidosa dentro del psiquismo. El amur y el udiu son las expresiones de cada instintu por separado, luego de la defusión y caracterizados arribos como emociones básicas. De ninguna manera unu puede devenir en el ot ro, corno lo describe Frcud en un momento de su teoría (t 924). En relación con la agresión, Melaine Klein sostiene que ésta es la exteriorización del monto incrementado del instinto de muerte dentro del psiquismo, en forma directa. Cierto monto de instinto de muerte queda dentro del psiquismo y es utilizado como defensa frente a los objetos persecutorios que amenazan la integridad. No hay una neta diferenciación mo, que también es una expresión sobre un objeto. entre este concepto y el sadisdirecta del inst intu de muerte A lu largu de su obra, fue reconociendo que las fantasías mayor contenido sádico corresponden a las etapas primitivas desarrollo, o sea los inicios de la posición esquizoparanoidc, de del Sin embargo, atendiendo a la calidad de las fantasías que aparecían en los pacientes, describe una etapa llamada de sadismo máximo que corresponde a los momentos iniciales del complejo de Edipo temprano. En Freud, señalábamos anteriormente diferencias entre udiu, sadismo y agresión. El udio estaba directamente vinculado a los instintus del Yo, siendo la primera repulsa del Yo hacia los objetos del mundu externo hostil, es decir que el Yo odia al mundo externo como fuente de estímulos displacenteros, y ejerce una acción mutriz (huida) del objeto prodigador de estímulos y generador de odio. Si el odio se intensifica se manifiesta una agresión hacia el objeto con intenciones de aniquilarlo. Cuando a la agresión se le agrega el placer erótico (regresión a la etapa sádico-anal), se configura el sadismo. En cuanto al sadismo, a partir de 1920 la porción de instinto de muerte que no es dirigida al exterior (agresión) permanece aumentando la severidad del Supcryó (melancolía) o teniendo como objeto al Yo en el masoquismo erógeno y martirizando al objeto externo en la neurosis obsesiva. Es importante la diferencia existente en este sentido con la concepción kleiniana de "objeto odiado" como producto de lo idcnt if i- ;.'iS Rodoljo D'A/\'Í(/, Alfredo Maladcskv y Augusto Picollo cado proycctivamcntc. Es decir que el objeto, mediante la identificación proycctiva, es cualificado como bueno, malo, odiado, etc. En Frcud, la cualificación está dada por las variaciones de la cantidad ele energía en la unidad de tiempo, 10 que daría lugar a las variaciones de placer-displacer, es decir es un concepto puramente económico. En cambio, para Klein la cualificación depende directamente de la incidencia del instinto sobre el objeto. Es decir, el objeto se cualifica como bueno o como malo de acuerdo con que se provéete sohre él el inst into de "ida o el instinto de muerte. Confrontación v discriminación ele estas ('OllCCPCIOlll'S teóricas Se plantean así algunas discrepancias entre Freud y Mclanic Klcin. Frcud nunca abandona la teoría económica. En cuanto a car,~a, distingue intensidad, ligadura, movimiento, relación, sumación. oposiciones v fuente de las cargas. Su aplicación es la idea de la libido, tomada esta palabra en sentido económico de cantidad de carga. Mclanic Klein hace un uso selectivo de la teoría, no toma en cuenta en sus escritos la primera teoría instintiva (instintos sexualesinstintos de conservación). Sus desarrollos parten de la postulación de Frcud de 1920, es decir- instintos de vida-instintos de muerte. Puede decirse que su forma de encarar esta teoría instintiva es coincidiendo con Freud en algunos casos v apartándose en otros con nuevas conccptualizaciones. El instinto de vida en la obra Frcudiana v antes de 1920 es tomado en una concepción hedónica. Mclanic Klcin en cambio no 10 hace en dicha forma hcdónica sino que 10 conccptualiza enfatizando su función de unión e intc!!ración, más cercano al modelo que Freud describiera en 1920. El manejo de los términos resulta en cierto sentido diferente, En la teoría Ireudiana v de manera general se puede decir que cuando la libido es t en un lugar del aparato psíquico e inviste un objeto o idea, la conducta somática relacionada con este lugar, objeto o idea, se corresponde; es decir hav una reacción emocional correspondiente. Además existe una relación de correspondencia entre cantidad e intensidad de carga con placer y displacer. Klcin no toma tal cual esta teoría económica, o sea que conserva 10 estructural pero no 10 económico en cuanto a cargas v contracargas v a la tcor ía hcdoníst ica de placer-displacer. Habla de caná Algunas rcilexioncs acerca de la t coria ;1751;111;,'(/ [ ... ] t idadcs, aumentos y disminuciones que pueden dar lugar a intcrprccomo conceptos económicos pero de distinta índole, El concepto de cantidad no es abandonado sinu utilizado en Iorrna diferente. t arlos Una interpretación de la teoría cconómicu en !\1. Klcin Para esta autora desde el nacimiento hay una Iusion entre instintos de vida e instintos de muerte. Esto implica que ambos instintos, concebidos como sustancias ", se encuentran en un estado de equilibrio horneostático, que es alterado (dcf usion ) por L'I t raurna de nacimiento, de lu cual resulta un incremento del instinto de I11ULTll'. Este incremento, no neutralizado por el instinto de vida, se hace intolerable para el Yo, debiendo entonces ser "deflcxionado" hucia un objeto que lo contenga. Este predominio de instinto de muerte en el sentido sustancial, así corno en otros casos el predominio de instinto de vida, condUlL' a "estados" tanto de muerte como de vida, rcspcct ivamcntc. Este concepto se puede articular con la teoría de las posiciones (COIllO estados) ya que sabemos que en la posición csquizoparano idc hav predominio del instinto de muerte, así como en la posición dcprcsiva hay un predominio del instinto de vida. Estos conceptos encierran la noción de "cant idad" de SU'it;\ncia v sus respectivos predominios. Estas cantidades de sustancias tienen propósitos desde su c\istcncia misma. Es decir, que se trata de cantidades "cualificadas" con propósitos definidos. Así, el instinto de vida se propone la oruarnzación y la integración, mientras que el inst into de muerte, la destrucción o la desorganización. Se trata de significaciones en el sentido primario del aparato dada por la calidad del instinto (sustancia). Es decir, que hav expresiones semióticas primigenias con respecto al sipnificado de la angustia. Son los instintos en el sentido sustancial los que desde el nacimiento proveen de significación (cualificación) él los objetos, Yo y a las ansiedades predominantes. Es decir, que un objeto y el mismo Yo serán "buenos" o "malos", Iibidinales o t anát icos. de acuerdo con la calidad instintiva con que sc hayan investido. A la luz de estos conceptos, podemos establecer, entonces, reglas de correspondencia entre cantidades de sustancias y sus consecuencias. A mayor cantidad de instinto de muerte corresponde mayor ansiedad, y mayor desorden o desorganización (entropía positiva ). ,,1 * Aclurarernos mas adelante el concepto de sust anciu. Rodolfo ';(j(j D'Alvia, Alfredo Maladesk» y Augusto Picollo Asimismo, a mayor cantidad de instinto de vida corresponde mayor orden, integración (entropía negativa). Es imposible una comparación directa del uso de la palabra instinto en ambas teorías sin discriminar diversos rasgos semánticos de la misma. Conviene distinguir tres aspectos diferentes en los que los autores no proceden de idéntica manera. 1] Tendencia, es decir en un sentido teleológico '. 2] Sustancia (corporización del instinto en forma sustancial). 3 J Estado (configuración en que el aparato psíquico está locado). co- En cuanto al Ítem I J, para Freud, la tendencia es producir la descarga que es el fin mismo de la carga. Aquí el instinto no actúa con propósitos tcleológicos ya que la carga es algo implícito a él. El instinto tiene como exigencia el uso de una energía, originada en una fuente que podríamos considerar defectuosa y teniendo como propósito el aparato mismo pasar de un estado a otro tomando como medio al objeto. La exigencia de trabajo es la energía que el instinto moviliza para que se pase de un estado B a un estado A (estado de desequilibrio o de exceso de cargas homeostáticamente hablando *'"), es decir de un estado inicial B, no apropiado, a un estado final de descarga A, apropiado, siendo el objeto y el monto de esfuerzo realizado los medios necesarios para alcanzarlo. Por lo tanto, estamos hablando de dos fines: el [in del instinto, que es la obtención de placer a través de la descarga, y el [in del aparato, que es el logro del equilibrio total de las cargas. Nos referimos al sentido teleológico de la palabra fin, es decir a la situación que se pretende llegar como meta y no al sentido de terminación de algo. En resumen, estamos frente a un modelo que permite hacer las siguientes diferencias: un instinto sería un sistema y al mismo tiempo la capacidad de llevar de un estado B inapropiado a un estado A apropiado. El instinto como tendencia teleológica o como proceso homeostático. Teniendo en cuenta otra acepcion instintiva podemos describir dos usos de la palabra instinto: a] El uso fuerte o instintos con mayúscula, referido a un sistema ordenador del aparato psíquico * Teleología: *" decimos que hav UIl fenómeno teleológico cuando el sistema tiene un propósito: llegar a UIl determinado estado del sistema y desarrollar estrategias para conseguirlo. Honicostusis: el fenómeno homcostático está determinado por el funcionamiento del sistema: no hav intencionalidad. Hav sistemas que tienen posición de equilibrio, si se 10 aparta tienden a volver a su posición de equilibrio en forma automática (nutorrcgulación). A/¡;/lIWS rellexiones acerca de la teoría instintíva [ ... ] que compromete a todo el sistema; por ejemplo, instinto de vida, y muerte, y bJ el uso débil o instintos con minúscula que en un sistema limitado que no abarca todo el aparato ni serían ordenadores del mismo, tales como los instintos parciales. En cuanto al ítem 2 (anteriormente mencionado), Freud utiliza el término libido como sustancia para el instinto sexual y no así para el instinto de muerte. Melanie Klein en cambio utiliza dos sustancias: libido e instinto de muerte. Para Freud, el instinto de vida es primordialmente sexual; en cambio para Melanie Klein, el instinto de vida es primordialmente organizador. Para Freud, el instinto de muerte es más homcostát ico: para Klcin el instinto de muerte es más teleológico. Respecto del instinto de vida es mús teleológico que horncostút ico y en Melanie Klein es más homcostático que teleológico. Frcud usa poco la idea de sustancia destructiva, instinto de muerte o des/rudo; en cambio, en Klein tiene más importancia la idea de instinto de muerte como sustancia desorganizativa. En ambos autores hay coincidencia en cuanto a la tendencia a la desorganización y hay estrategias diferentes contra la misma. Para Freud, la desorganización es algo así como la decadencia termodinámica del sistema. Para Melanie Klein, en cambio, se parece más a un acontecimiento desgraciado, como consecuencia de una acción, ataque, trauma, etc. En esta teoría la desorganización tiene un papel de mayor envergadura en cuanto a los mecanismos de defensa y tácticas del aparato psíquico. Como dijimos antes se le atribuye a la libido instinto de vida, más que un papel hcdoníst ico, un papel reordenador y organizador del aparato psíquico. Así como para Freud en el instinto sexual hay mecanismos de descarga y alivio para la sobrecarga libidinal, para Klein hay mecanismos de descarga y alivio para la sobrecarga del instinto de muerte. Para el instinto de vida, Freud acepta una sustancia, que también es aceptada por M. Klein. El sentido de libido es el mismo en ambos, pero con distintas hipótesis (caso 4 de nuestro listado; el mismo término es usado con tranca discrepancia). En cuanto al instinto de muerte, Freud muy ocasionalmente hace uso sustancial de "tánatos", En cambio, Melanie Klein parte de ese concepto. Lo acepta con mayor énfasis (también caso 4 de nuestro listado); es decir, agrega las propiedades dcsorganizat ivas del instinto de muerte. En Melanie Klein, las cargas siempre asumen subjetivas que físicas o energéticas (subjetivización). intenciones más Ru¡{o/fu /)'AI\'i(/, Alfredo Iyll¡{adcsky y Augusto Pil'o/Io Hay una Iuncionalidad dramática expresada por la Iantasía. Para entender esta dramática se hace preciso tener en cuenta que en el Iondo subyacen factores instintuales energéticos; es un error tornar la dramática en forma aislada sin tener en cuenta los aspectus cuantitativos; de hacerlo así sonaría a caricatura. Frcud es partidario de que las cargas tienen un sello de origen, del lugar de donde parten y hacia dónde están dirigidas; de esta manera primaría una concepción hemeostática. En cuantu a "estados" de instinto de muerte, el parecido es que los dos aceptarían que a mayor instinto de muerte, mayor desorganización. Parecería más el efecto del instinto de muerte que el instinto de muerte mismu. Orden y desorden se usan de manera distinta. En Mclanic Klcin, el instinto de vida es energía que trae mas urden; la irrupción de instinto de vida en el aparato es una irrupción de urden. Orden significa que hay coherencia y que hay estructura. El instintu de vida es energía, orden, estructuración, coherencia. En cambio, nada de esto podemos decir en cuanto al instinto de muerte, que es sumamente desordenador. Por otra parte, en Tres ensayos Fre~ld afirma que el organizador del aparato es la genitalidad. En 1920, el organizador es el instinto de vida. A partir de este momento, Freud parece adjudicarle al instinto de vida mayores propiedades tclcológicas de organización y proporcionador de entropía negativa. La teleología, como organizativa, existe, pero en forma indirecta, a través de la genitalidad. En cambio, para Melanie Klein la organización corresponde intrínsecamente al instinto de vida. HeSllmCII Para introducir a la elucidación del tema, se comienza rastreando los de instinto l'J1 ambos autores. destacando el trabajo el intento de e un! roruucion :-¡ discriminación entre ambas teorías. Basados en modelos tcleológicos y homeostáticos y en conceptos a partir de tendencia. sustancia y estado, los autores marcan las diferencias en cuanto al tratamiento de los dos grandes instintos (sexuales-del Yo; vida-muerte) en ambos autores. A part ir de UJ1a interpretación de la teoría económica en Klein y en lrcud, se postulan dos fines: el fin del instinto y el fin del aparato, que permite 11llL'lIr que un instinto sería un srxterna y al mismo tiempo la capacidad de llevar al aparato psíquico de un estado inapropiado a un estado apropiado. .ouccptos Algunas rcjlesioncs tu: acerca de la teoría instintiva ()Ul:..UJUl:..S REFL1:XIONS L'INS'JINCT OANS L1:'S TRAVAVX [ ... ] 763 CUNCERNANT LA THEORIJ DE FREVO F.T DE H. KI,EIN Dans le but de préciscr le sujct, I'auicur cummence par cnqucicr ks not ions d'instinct chez les deux autcurs el le t ravail souliunc I'css;¡i dL' L'OII' rontcr ct de discrirnincr les deux théories. C'cst á partir de modeles téléologiqucs el homcosuu iqucs ainsi que de not ions cornrne tendancc, substancc ct état, que son marquécs ks dilkrl'IIL'l'S quan: au t ruiterncnt des dcux grands instincts (scxucls du moi; vic-mort ) eho ks dcux uutcurs. Dcux linalités sont postuléi-s. partan: d'une intcrprétat ion de la t hcuric ccouomiquo chcz Klcin ct chez Frcud: La finalité de l'inst inct ct la linu l i t c dl' l'apparcil. ce qui pcrrnct de déduire qu'un instinct scrait tour ;\ la loi.s UII ,,\st':'I11L' ct la capacité de condnire l'apparci! psychiquc dun t'lat inapp ropriv ;\ un état approprié, í SUMI:' RHLH'TIONS UN THF THEURY UF INSTlNCTS IN FREUD'S ANO M. KLEIN'S \VORKS 'lile conccpt 01 inst inct is traccd in Frcud and M. Klcin by wav of iut roduct ion to the clucidation 01' thc subject. The at.ternp- to contrast t he thcorics 01 these t wo authors and discriminare between thcm is cmphasized, Bascd on tcleological and homeostatic modcls, as wcll .\S on conccpt-, dcrived írorn thosc of tendency, substance and state, the papcr's aul horx underlinc t he dilfercnt trcatrnent given by Freud and M. Klcin to t hc t wo !lreat inst incts (sexual-Ego instincts; life-death instincts). Through an interpretation of Freud's and Klcin's econornic t hcorics. 1 \1'0 .ums are postulated: the instinct aim and the apparatus aim. l t is infcrrcd that an instinct may be " systcrn and at the sarnc time t hc potencial to tu 111 t he inadequate state of t he psychical apparatus into au auequare one. W. y col., Aport acioues a! concepto tic objeto ('/1 nsi coanúlisí», Amorrurtu, Buenos Aires, 1982. ') Barangcr. W" Posición y objeto en la obra .lc M. Klcm, Kargicrnan. BU':Il()s Aires, 1971 3. Hianchedi, E. T. de y col., "La metapstcología k!einiana y sus puntos de vista", Primeras Jornadas Argentinas de Epistemología del Psicoanálisis, ADEP, Buenos Aires, noviembre de \981. 4. D'Alvia, R.; Maladesky, A.; Picollo, A., "El concepto de fantasía en las t córías de Freud y de Klein", REV. DE PSICOANÁLISIS, XXXVII, 1, 1980. :'l. --,"Estudio temático comparativo entre S. Freud y M. Klein", Revista ele la Asoc. Escuela Areennna de Psicoterapia para Graduados, octubre 1978. 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IlJ16/1917 -Introducción al psicoanálisis. 1':J17- Sobre la trasmutación de los instintos y especialmente del erotismo anal, 19ItJ-Peg,1I1 a un niño. 1Y2ll- Mús allá del principio de placer I'JLI - PSIcología de las masas y anális is del \'0. IlJLJ - 1::1 vo v el ello. 1924 - 1::1 problema económico del masoquismo. 1lJ25 - Inhibición, síntoma y angustia. 1'J29 - Malestar en la cultura. IlJj~ - Compendio del psicoanálisis. Hcimann, P., "Algunas funciones de introyección y proyección en la temprana infancia" (1943), en Desarrollos 1'71 psicoanálisis, Hormé, Buenos Aires, 1l/62. -," Notas sobre la teoría de los instintos de vida y muerte". l saacs, S., "Naturaleza y función de la fantasía", en Desarrollos (:'11 psicol/lIáIISIS, edición citada. K IcIl1, M., "Una contribución a la psicogénesis de los estados depresivos" ( IlJ34), en COI1I ribuctones al psicoanáltsis, Horrné, Buenos Aires, 1964. 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