La casa de los seres artificiales Menuda fauna

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Unidad
(1)
2º Ciclo
La casa de los
seres artificiales
Unidades didácticas para Primaria
del Museo Nacional de Artes Decorativas
Menuda fauna
Materias primas de origen animal
Catálogo de publicaciones del Ministerio: www.mecd.gob.es
Catálogo general de publicaciones oficiales: publicacionesoficiales.boe.es
Edición 2015
Coordinación de la edición: Departamento de Difusión y Comunicación
del Museo Nacional de Artes Decorativas (Sela del Pozo, Raquel Cacho y Alicia Vázquez).
Fotografía: Masú del Amo
Textos: Javier Alonso y Lucía Aragón (Candil de Garabato S. L.)
Diseño y maquetación: Lucía Aragón (Candil de Garabato S. L.)
02_Primer pliego
orte
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14 mm
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA
Y DEPORTE
Edita:
Edita:
© SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA
© SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA
Subdirección General
Subdirección General
de Documentación y Publicaciones
de Documentación y Publicaciones
© Juan Carlos Eguillor, VEGAP, Madrid, 2013.
© Chumy Chúmez, VEGAP, Madrid, 2013.
© Carmen
VEGAP,
Madrid, MNAD
2013. y sus autores
© De losLaffón,
textos
e imágenes:
© José Caballero, VEGAP, Madrid, 2013.
NIPO:030-13-131-5
030-15-008-9
NIPO:
ISBN: 978-84-8181-543-6
Depósito legal: M-21814-2013
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Unidad
(1)
2º Ciclo
La casa de los
seres artificiales
Unidades didácticas para Primaria
del Museo Nacional de Artes Decorativas
Bajo este título genérico se agrupan una serie de unidades
didácticas con las que trataremos de acercar los contenidos
del Museo Nacional de Artes Decorativas al público escolar.
Los objetos que habitan este y muchos museos del mundo,
son el resultado de una habilidad característica del ser humano:
la capacidad de crear objetos para hacer su vida más fácil,
cómoda y rodearse de cosas útiles, originales y hermosas,
que irán cambiando dependiendo de la moda.
Todos ellos son objetos inertes y artificiales.
Unidad
(1)
Menuda fauna
Materias primas de origen animal
Los habitantes de nuestro museo, aunque hoy son objetos inertes, han sido
fabricados, en su mayoría, a partir de materias primas que se encuentran
en de la naturaleza. En esta primera unidad hablaremos de las materias
primas procedentes de los animales.
Os invitamos a una visita por este universo.
Orientaciones metodológicas
Esta unidad didáctica y las siguientes (2 y 3) se vinculan directamente con las
asignaturas centradas en Ciencias Naturales en lo referente al conocimiento
de los seres vivos y su clasificación. Entre otras cosas, esta asignatura permite
a los niños distinguir entre seres vivos e inertes y dentro de los primeros, entre
animales y plantas; los rasgos que tienen en común y los que los diferencian.
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
(1)
La presente unidad se centra en el uso práctico que el ser humano ha dado a
los animales a lo largo de la historia, utilizando la naturaleza como fuente de
materias primas para construir objetos que mejoren y adornen su vida.
Este recurso didáctico introduce también vocabulario específico que enriquecerá el ya adquirido, permitiendo a los participantes conocer nuevas especies y
ver aspectos menos familiares de otras ya conocidas.
Objetivos
- Afianzar los conocimientos previos sobre los seres vivos y su clasificación.
- Comprender el uso que ha hecho el ser humano de la naturaleza como fuente
de materias primas.
- Conocer nuevas especies del reino animal y ver aspectos menos familiares de
otras ya conocidas.
- Reconocer y diferenciar fisicamente estos materiales.
- Ampliar el vocabulario específico relativo a estos materiales, así como a las
Artes Decorativas.
Sugerencia de actividad previa
Como trabajo previo a la visita proponemos la lectura en el aula del cuento
“Alejandro y el pájaro de fuego”. La historia de un niño y un pájaro con
preciosas plumas, su amistad y la increible aventura que vivieron juntos.
Tras la lectura se podría generar un debate que haga a los niños reflexionar
sobre el cuento:
- ¿A qué pájaro os recuerda el que sale en el cuento? - Un fénix
- ¿Para qué servían? - Para hacer los trajes de la danza del fuego.
- ¿Cuál era el don más valioso de este pájaro? - sus plumas/ el poder
de absorver el fuego / revivir a la naturaleza
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
(1)
- ¿Se os ocurre algún ejemplo de un animal que esté en peligro de extinción por una causa parecida a la del pájaro de fuego? - Ballenas, tortuga de carey, nutrias, focas, etc.
Durante mucho mucho tiempo el ser humano ha sobreexplotado la naturaleza
a su antojo, tomando todo lo que podía para su consumo. Muchos de los objetos que hay hoy en el museo estan realizados con materiales de especies que
hoy están protegidas. Aunque su belleza es innegable, hoy somos cada vez mas
conscientes de que es más importante conservar la diversidad de la naturaleza,
que decorar nuestras casas con ella. Especialmente cuando tenemos la capacidad de replicar el aspecto a través de otros materiales.
No obstante, seguimos viviendo de la naturaleza y hay muchos materiales que
conseguimos de animales sin que suponga un riesgo para su especie: el cuero,
la lana, la seda... y un montón más que descubriremos en el museo.
La visita al museo
- Para visitar el museo en grupo es necesario concertar una cita previamente a
través de la página web del museo.
- Por cuestiones de aforo los grupos deberán ser de un máximo de 15 personas.
Es imprescindible que cada grupo venga acompañado por un profesor o persona
responsable que guíe la actividad.
- Piensa qué unidad didáctica le interesa trabajar y indícalo en tu reserva. Así
evitaremos acumulaciones en las zonas en que esta se desarrolla.
- Los objetos destacados en esta unidad didáctica se limitan a la planta 2ª del
museo. En el plano encontrarás indicadas las salas en las que se localizan dichas
piezas, así como determinados espacios recomendados para pararse a la hora de
realizar explicaciones de transición que requieran un poco más de tiempo.
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
(1)
Plano de la Planta 2ª
2b
1b
1a
2a
4
3
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
(1)
Como introducción
El hombre: Un ser vivo muy especial
Antes de adentrarnos en este repertorio de materias primas de origen
animal, conviene recordar al alumno que en la naturaleza existe un ser vivo
que tiene unas habilidades únicas: el ser humano.
Es bípedo, nace, crece y se reproduce como todos los animales; pero,
entre sus capacidades está la de transformar el medio en el que vive
y utilizar sus recursos en la construccion de objetos (seres inertes
artificiales) que hacen su vida más fácil, cómoda o incluso más agradable
a través del arte.
Tiene además una gran curiosidad por conocer y entender su entorno, espacio
en el que encuentra muchas cosas que le llaman la atención y que tiende
a aprovechar, coleccionar o transformar.
El origen de los museos tiene mucho que ver con esta curiosidad por
la naturaleza, dado que todo comenzó con cuartos llenos de pequeños
tesoros, naturales y artificiales, reunidos para ser observados, estudiados
y mostrados; eran los Gabinetes de Curiosidades.
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
(1)
La naturaleza:
El supermercado más grande del mundo
El ser humano utiliza la naturaleza para obtener todo
lo que necesita: de ella se alimenta, obtiene energía
y también toma los materiales para construir sus creaciones.
En el Museo encontramos materiales muy variados
y abundantes ejemplos de estas transformaciones.
En este caso hablaremos de los animales, pero en las unidades
siguientes se hablará de las plantas y otros materiales derivados
de los seres inertes como rocas, arcilla o metales.
Para empezar recordaremos por encima
las características principales de los seres vivos:
Nacen, crecen, se relacionan, se reproducen
y mueren, pero además:
- Se alimentan de plantas o de otros animales.
- Pueden desplazarse de un lugar a otro.
- Tienen órganos de los sentidos que le sirven
para relacionarse con el mundo que les rodea
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
(1)
La piel y el cuero
La piel de muchos mamíferos (oveja, vaca, cabra), de ciertos reptiles (serpiente o cocodrilo) e incluso algunos de algunos peces (tiburón y raya) es un material flexible que se
puede limpiar de pelo y curtir para que dure mucho tiempo; el resultado se llama cuero.
Es uno de los materiales que duránte más tiempo ha utilizado el ser humano, aunque
ha aprendido mucho sobre cómo trabajarlo desde que empezó a vestirse con él en
las cavernas.
1a
Fragmentos de guadameci enmarcados
España, 1725-1775
Piel de carnero, curtida, labrada,
dorada y pintada
Cajas del Tesoro de Delfín
Francia, siglo XVII
Cuero labrado y dorado, cartón y madera
Depósito del Museo Nacional del Prado.
1b
Sillas portuguesas
Portugal, siglo XVII
Madera, piel de vaca labrada y latón
Podemos usar el cuero para vestirnos, darnos
cobijo o conservar líquidos, pero también para
hacer sillas, alfombras, platos o incluso forrar
una pared para dar calidez a una habitación y
decorarla (guadamecíes). Los cueros más finos se utilizaban para forrar libros y lujosas
cajas, como las que guardaban el Tesoro del
Delfín de Francia, conservado hoy en el Museo
del Prado.
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
(1)
Cuernos, colmillos y caparazones
Igual que los seres humanos tenemos uñas y dientes, algunos animales generan
partes duras de gran tamaño y un aspecto muy llamativo que se utilizaron para
crear copas, esculturas o decorar otros objetos.
Algunos de los materiales más destacados son:
- El marfil, que se obtiene de los colmillos del elefante, se puede tallar para
hacer esculturas, jarrones, cajas... Tiene un característico color blanco amarillento.
- Las conchas de algunos animales marinos, como las ostras o el nautilus,
al pulirlas dejan visible el nácar, descubriendo su llamativo brillo multicolor. También fueron muy utilizadas las perlas en joyería.
- Los cuernos de ciertos hervíboros como el rinoceronte.
- Los caparazones de algunas tortugas, como la tortuga de carey o la tortuga verde, se cazaban en el Caribe. Se cocían y modelaban para hacer planchas
con las que forraban cajas, joyeros y todo tipo de muebles. También se utilizaban
para hacer hacer peines, peinetas, pipas, etc...
Actualmente muchos de estos animales están protegidos, ya que fueron cazados
masivamente en el pasado.
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
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2a
Copa de las bacantes
Francia o Alemania, siglo XVII
Marfil y plata
Esta pieza tiene un pie realizado de un solo bloque de colmillo de elefante africano. El marfil es
un material muy frecuente en las artes decorativas, pero tenía un alto precio y era muy dificil de
conseguir y trabajar.
Copa de plata con nautilus
Nuremberg (Alemania) y Barbastro (Huesca), c.1600
Concha de nautilus y plata sobredorada
El nautilus, de la misma familia que los calamares, genera una concha de gran tamaño que le
sirve de casa. Es una especie nocturna que habita los océanos Índico y Pacífico. Sus conchas
montadas como copas con pie de plata, fueron
objetos muy populares en las colecciones europeas de los siglos XVI y XVII.
Copa de cuerno de rinoceronte
Cantón (China), cerca de 1650
Cuerno de rinoceronte tallado y plata sobredorada
Estas copas eran realizadas con cuerno de rinoceronte de Java, material al que se le suponían
cualidades curativas según las cuales era capaz
de anular los efectos de cualquier veneno. Talladas en China, se transportaban hasta México
donde se convertían en copas.
2b
Caja de tocador
Oaxaca, México, fines del siglo XVII
Madera cubierta con concha de tortuga, marfil, pan de oro y pintura al temple.
Escritorio
España, siglo XVII
Maderas finas, carey y hueso
El caparazón de tortuga tiene unas cualidades
similares al plástico actual: es translúcido y brillante y, además, flexible si se sumerge en agua
caliente por lo que se adapta muy bien a formas
curvas.
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
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Huesos
Los huesos de ciertos animales se utilizaban de una manera parecida al marfil, en
especial los de grandes herbívoros (como las vacas o los ciervos) más fáciles de
encontrar en Europa. Aunque las piezas que se extraían eran más pequeñas, esta
matería tenía también un color blanquecino que contrastaba con otros materiales
como la madera. Funcionaba muy bien incrustado y también se podía tallar. Era
además mucho más económico y fácil de conseguir que el el colmillo de elefante.
3
Escritorio/Papelera/Bargueño
España 1651-1700
Madera, carey y hueso
Escritorio/Papelera/Bargueño
España 1625-1675
Maderas diversas, hueso
El hueso se utilizaba en escritorios como este,
combinado con materiales de otros colores
como diversos tipos de madera o el carey. En
estos muebles era frecuente destacar la calle
central con una placa de mayor tamaño grabada a fuego.
A estos escritorios también se les llamaban
papeleras, ya que se utilizaban principalmente para guardar documentos, cartas, libros de
cuentas, etc. Muchos incorporan cajones secretos, para proteger los papeles más valiosos.
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
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Otros materiales
La piel, el hueso o las conchas son partes de animales que se pueden ver a simple
vista. Sin embargo, hay otras materias un poco más difíciles de descubrir y conseguir,
como es el caso de ciertos fluidos o secrecciones.
¿Qué es la seda? Pues no es otra cosa que la saliva de ciertas orugas, segregada para
crear un capullo en el que se harán adultas. En China descubrieron pronto la manera de
tejerlo para crear telas con unas cualidades sin igual: resistencia, brillo, textura y gran
capacidad de fijar los colores. Se convirtió en uno de los productos más secretos y deseados de la Historia. Con ella se fabricaban rasos, damascos y terciopelos para vestir a
nobles, reyes, obispos e incluso tapizar las paredes y los muebles de sus palacios.
Otros fluidos sorprendentes son los obtenidos del múrice, un tipo de caracola de mar
frecuente en el Mediterráneo, o la cochinilla, un insecto que crecía en los nopales
americanos. Ambos se utilizaron para hacer tintes de gran calidad y resistencia que,
por ser difíciles de conseguir, resultaban especialmente caros: el carmín y la púrpura.
Otros dos buenos ejemplos son: el pelo o lana de herbívoros como las ovejas, llamas
o alpacas que se puede utilizar para hacer tejidos; así como las plumas de ciertos animales que se utilizarón para ornamentar sombreros y abanicos.
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
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4
Casulla
España, s. XVI
Terciopelo de seda, hilos metálicos bordados.
La casulla es la vestidura exterior que utiliza
el sacerdote para la celebración de la misa.
Se realizaban con materiales ricos como este
terciopelo de seda roja, teñido con cochinilla
y bordado en los hilos de otros colores, oro y
plata.
Fragmento de tejido
Francia, s. XVIII
Damasco de seda
El damasco es una compleja manera de tejer el hilo
de seda en el que se aprecia muy bien el brillo especial de este material. El resultado es un tejido de
dos caras en el que, por el haz el motivo decorativo
presenta el aspecto más brillante, contra un fondo
mate mientras que en su reverso, esta disposición
se invierte.
Medias
Salamanca, s. XX
Lana tejida a punto de media
Par de medias de lana rojas sin punteras bordadas
por dos lados en colores, morado, amarillo, verde,
blanco y negro. Forman parte del traje regional salmantino.
Abanico
Europa, ca. 1850
Hueso tallado y pintado, seda, nácar
y plumas de pavo real
El empleo de plumas de ciertas aves es común en Asia, África y América a la hora de
crear objetos decorativos. En Europa el “arte
plumaria” cuenta con más ejemplos desde
el siglo XIX cuando se puso muy de moda en
prendas de vestir, sombreros y abanicos.
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
(1)
Alejandro
y el pájaro de fuego
Hace mucho tiempo, no sabemos cuánto, en un lugar a más de diez mil kilómetros de distancia, existió una ciudad situada a orillas de uno de los ríos más
grandes de la Tierra, rodeada de una profunda selva verde y tres pequeñas montañas. No era una ciudad grande, aunque tampoco demasiado pequeña. Sus
edificios eran bonitos y muchos, sobre todo los del centro, estaban construidos
de piedra que los Arquitectos extraían una de las tres montañas, la Montaña
Marrón. Nunca les faltaba el agua; otra de las tres montañas, la Montaña Azul,
tenía ricos manantiales que los habitantes habían conseguido conducir hasta la
ciudad, distribuyendo su agua entre las más de cien fuentes que habían construido.
Todos los habitantes respetaban mucho a la selva, por lo que sólo utilizaban lo
que era indispensable. Cada vez que era necesaria una nueva embarcación, los
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
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Constructores de Barcos se reunían para entrar en la selva y elegir un árbol
concreto que después cortaban poniendo especial cuidado en no dañar a otros
de alrededor. Aprovechando todas sus partes, obtenían brotes y semillas que
plantaban una vez habían terminado su trabajo. Para calentar las casas nunca
cortaban árboles vivos; los Leñadores se ocupaban de recoger ramas caídas y
secas que después repartían entre el resto de los habitantes de aquella ciudad.
En la tercera montaña, la Montaña de Fuego, sólo podían entrar los Cazadores. Era un lugar peligroso porque en su parte más alta había un gran agujero
del que salía humo y siempre hacía mucho calor. Los más ancianos aún podían
recordar cómo, cuando era niños, una gran explosión les hizo levantarse de su
cama. Al salir de sus casas vieron cómo la montaña escupía fuego y llenaba la
oscuridad de la noche con un asombroso resplandor rojo. Tras un tiempo, cuando las llamas habían dejado de iluminar las noches, las vacas volvían a dar leche
y las gallinas a poner huevos, los Exploradores se adentraron en la montaña.
Con ellos iba un niño llamado Vicente.
Bordeando la zona quemada, mientras ascendían, comenzaron a oír un sonido
que nunca antes habían escuchado. Era el canto cálido y melódico de un pájaro,
tan emocionante que todos los miembros de la expedición se detuvieron en silencio. Al momento Vicente sintió una fuerte emoción que le hizo sonreír, era una
felicidad indescriptible que el resto del grupo también pudo sentir.
—¡Es un milagro! ¡Un milagro! —decían algunos.
Vicente levantó la cabeza para descubrir que sobre ellos pasaban dos aves que
nunca antes había visto. Eran hermosas; tenían el cuello largo aunque no tanto
como el de un cisne; un color dorado que reflejaba la luz del sol y una larga cola
con un montón de plumas alargadas que iban desprendiendo pequeñas motas
de luz. En el momento en que aquellos destellos tocaban el suelo, un pequeño
brote vegetal empezaba a crecer. Era aquel pájaro el que cantaba mientras sembraba de nuevo toda la zona que el fuego de la montaña había destruido.
—Es el pájaro de fuego —gritó Vicente.
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
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Al mirar al cielo, todos pudieron ver a decenas de pájaros dorados sobrevolando
la zona quemada por el volcán, cantando aquella hermosa melodía mientras,
con sus destellos, devolvían la vida a las cenizas.
Pasaron los años y Vicente tuvo un hijo llamado Pedro. Era uno de los Cazadores, un hombre fuerte y ágil que conocía todos los secretos de la selva y de sus
animales. Para cuando Pedro tenía veinte años toda la ciudad conocía la leyenda
de los pájaros de fuego y una vez al año sus calles y sus plazas se llenaban de
alegría y de fiesta en honor a aquel evento. El acto central, la Danza del Pájaro
de Fuego, era muy popular.
Los encargados de realizar la danza, los Artistas, se vestían con un traje especial que contenía auténticas plumas de pájaros de fuego. Para obtenerlas, los
gobernantes de la ciudad convocaban a diez únicos Cazadores del Pájaro y les
daban un permiso especial para acceder a la montaña. Por cada pluma que obtenían, los Cazadores del Pájaro eran recompensados con una moneda de oro.
Fue entonces cuando empezaron los problemas. Una ley obligaba a recolectar
únicamente las plumas del pájaro de fuego que había por el suelo de la montaña. Cada pájaro de fuego soltaba sólo una pluma al año y para conseguir más
había que arrancárselas de su hermosa cola. Pero cada vez que esto sucedía, el
pájaro moría. Hacía más de diez años que nadie oía cantar a los pájaros; la gente
suponía que tenían miedo de los hombres y por eso ya no cantaban. La última
persona que escuchó el canto fue Leticia, la mujer de Pedro, nueve lunas antes
de que naciera su último hijo, Alejandro.
Alejandro era un niño menudo, de pelo largo y piel morena, lleno de curiosidad
sobre aquella leyenda. Se sentía orgulloso de que fuera su abuelo quien había
descubierto la existencia de aquellas aves milagrosas y de que su padre, Pedro,
fuese uno de los diez Cazadores del Pájaro. Movido por su tremenda curiosidad
y acostumbrado a acompañar con sigilo a su padre en sus expediciones por la
selva, Alejandro tomo la determinación de adentrarse en la montaña el mismo
día que los cazadores del pájaro tenían prevista su recolección anual. Sería el día
de su décimo cumpleaños.
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
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Cuando estuvo seguro de que su padre había salido de casa, Alejandro se puso
unos pantalones cortos, cogió su pequeña bolsa de cuero, una fruta y salió en
silencio. En la plaza, a la luz de las antorchas, el comité de ancianos esperaba a
los Cazadores del Pájaro; vestían ropajes llenos de colorido. Desde lejos, Alejandro pudo diferenciar a su abuelo Vicente; entonaba un triste canto mientras los
cazadores partían hacia su misión con semblante oscuro. Alejandro siguió a los
cazadores y aprovechó para deslizarse con sumo cuidado por una zona no vigilada de la parte inferior de la Montaña de Fuego. Su único objetivo era ver a uno de
aquellos pájaros, verlo con sus propios ojos, pero pasaba el tiempo y seguía sin
distinguir nada extraño. Tan sólo encontró un arbusto con algunos frutos rojos
del tamaño de ciruelas; cogió cuatro y los metió en su bolsa.
A unos metros detrás de él, unas ramas se movieron. Alejandro se tiro al suelo
arrastrándose con cuidado hasta quedar protegido por una planta de grandes
hojas. Asustado, vio pasar de cerca las piernas de uno de los cazadores. Con
ayuda de una cuerda, el cazador trepó por un árbol cercano y se quedó agazapado en una de sus grandes ramas. Al mirar al árbol, Alejandro pudo distinguir el
nido de un animal, justo antes de caer dormido.
Un extraño aleteo despertó a Alejandro. Con cierta dificultad pudo ver la silueta
de un ave con las alas desplegadas y su elegante cuello curvado para depositar
algo en aquel nido. Entonces, de entre las sombras, el cazador apareció deslizándose por una rama inferior y, tomando impulso, agarró al ave por una de sus
alas mientras esta gritaba con desesperación; cogiéndolo con fuerza, arrancó
las ocho plumas de su cola. El nido se precipitó al suelo del bosque pero las
ramas secas amortiguaron su caída. Alejandro no se lo pensó dos veces, corrió
hasta los pies del árbol para ver que del nido salían dos crías, del tamaño de una
gallina pequeña y color marrón claro, que le miraban sin emitir un solo ruido.
Metió a los dos pájaros en su bolsa sin apenas resistencia y corrió hacia la parte
baja de la Montaña de Fuego con dos simpáticas cabecitas de pájaro asomando
por los laterales de su bolsa.
Tuvo suerte en su salida; uno de los cazadores se había herido en un pie y pedía
ayuda a los guardianes del puesto más cercano. De nuevo aprovechó el despiste
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
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de los tres vigilantes y salió pitando por uno de los caminos que conducían a la
ciudad. Con el corazón saliéndole del pecho, pasó al lado de la ciudad y entró en
la selva. Al fin llegó a su destino, un rincón oculto de la espesura, no muy lejos de
su casa, al que solía acudir cuando quería estar solo. Una vez allá construyó una
gran jaula con ramas y hojas y depositó en ella a las dos criaturas. Por el camino, los pájaros habían comido uno de los frutos que Alejandro había encontrado
en el bosque y su tamaño había aumentado; ya no cabían en la bolsa. Dejándoles
los tres frutos que quedaban, cerró la jaula y volvió a la ciudad.
Al llegar a casa, su padre ya había regresado de la montaña sin haber conseguido ni una sola pluma de pájaro de fuego. De entre todos los cazadores que
habían peinado la montaña, tan sólo uno de ellos había encontrado ocho plumas.
Entonces Vicente apareció en la casa.
—No me lo digas Pedro; ya no quedan pájaros de fuego.
—¿Por qué dices eso padre? Miguel ha conseguido ocho, ocho plumas ni más ni
menos. Eso quiere decir que, al menos, quedan ocho pájaros.
—Tú sabes perfectamente que esas eran las ocho últimas plumas, la cola completa del último pájaro. Nunca se debió poner precio a sus plumas. Hemos exterminado a esos animales aún sabiendo que eran las criaturas más extraordinarias de la tierra.
Pedro sabía que desde el momento en que fue más difícil encontrar las plumas en
el suelo de la montaña y se puso precio por cada ejemplar, se había iniciado el exterminio. Las plumas de pájaros vivos llegaban a la ciudad mientras los bolsillos de
los cazadores se llenaban de monedas y en sus granjas abundaban los animales.
Alejandro había escuchado la conversación con la boca abierta. ¿Acaso aquellas
dos aves escondidas en la selva eran los dos últimos pájaros de fuego que existían? La cena de aquella noche fue triste en la casa de Alejandro; nadie hablaba
y todos se fueron pronto a la cama. Muy temprano, Alejandro volvió a salir de su
casa. Mientras comía una fruta y se dirigía a la selva, veía cómo muchos de sus
Menuda fauna. Materias primas de origen animal
Unidad
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vecinos hacían los preparativos para la gran fiesta. Cuando llegó al lugar donde
estaban los pájaros la sorpresa fue mayúscula: Al abrir la puerta de la jaula,
emergieron dos fabulosas aves doradas. Sus hermosos cuellos sostenían una
cabecita ovalada con grandes ojos de color miel y estaban coronadas por una
cresta de cuatro plumas naranjas. Sus colas lucían las ocho plumas y miraban
con atención a Alejandro. De repente, algo las asustó y al momento se escuchó
una terrible explosión. La Montaña de Fuego había explotado de nuevo.
Alejandro se apresuró hacia el pueblo mientras los dos pájaros le seguían por el
aire. En su casa, toda su familia estaba al lado de la entrada. Al parecer algunas
rocas en llamas habían llegado hasta la ciudad y estaban quemando los tejados
de ciertas casas. Entonces las dos aves entonaron su canto.
Desde el tejado de la casa de Alejandro, cantaban con tanta fuerza que los gritos
de las personas y el rugir de la montaña parecieron silenciarse. Toda la ciudad
asistió inmóvil a un nuevo milagro. Vicente y Alejandro, como guiados por una
fuerza invisible, caminaron despacio unos metros por la calle que daba a la Montaña de Fuego y en un momento el canto de las aves se silenció.
—¡Los pájaros vuelven! ¡Los pájaros vuelven!
Toda la ciudad gritó de júbilo y alegría; cientos de aves doradas salían de la boca
del volcán emitiendo su canto mientras sobrevolaban las zonas afectadas por
el incendio. Como por arte de magia, el fuego se apagaba a su paso y por todas
partes crecían pequeños brotes verdes, los mismos que Vicente había visto la
primera vez. El abuelo no pudo contener las lágrimas y Alejandro, riendo como
no lo había hecho nunca antes intentaba localizar a sus dos pájaros. Era imposible, pero daba igual; el pueblo había sido salvado.
En la fiesta de aquel año no hicieron falta los trajes con plumas de pájaro de fuego. Mientras los artistas interpretaban su danza, los visitantes más importantes
disfrutaban de la ceremonia desde los tejados de los edificios que rodeaban la
plaza. La danza de los pájaros de fuego estaba más completa que nunca mientras Leticia abrazaba con fuerza a su querido hijo Alejandro. El pequeño había
obrado el milagro.
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