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Un territorio organizado por ciudades: ¿Por qué las
ciudades tienen unas formas tan diferentes?
Hay ocasiones en las que tenemos que acudir a un lugar de nuestra ciudad que no sabemos
donde se encuentra. Para orientarnos, le preguntamos a otras personas si saben cómo llegar
allí. Si esto no nos sirve, miramos un plano de la ciudad o buscamos en Internet un mapa que
señale en qué sitio se encuentra el punto al que queremos ir. Al hacerlo, estamos utilizando el
plano urbano.
Otra veces, cuando viajamos a una ciudad distinta de la que vivimos, buscamos en su plano
diferentes direcciones o lugares de interés que nos gustaría visitar. Miramos y remiramos el
plano hasta que encontramos el lugar al que nos gustaría ir. Entonces, imaginamos el trayecto
desde el punto en el que estamos o en el que vamos a estar cuando lleguemos a esa ciudad.
Nos movemos por el laberinto de calles, buscamos puntos de referencia y acabamos fijándonos
en el sitio al que queremos ir. Cuando hacemos eso, estamos interpretando un plano urbano.
En él podemos ver distintas formas. En ocasiones las avenidas son muy amplias, y las
manzanas de viviendas muy regulares. En otros casos, las calles son estrechas y laberínticas,
y el espacio aparece más amazacotado. Son las formas de la ciudad.
En este tema vamos a tratar esos asuntos. Cómo son los planos de las ciudades, en qué partes
se dividen, por qué las ciudades aparecen en unos lugares y no en otros, qué ventajas o
inconvenientes tienen unos y otros....
Quizás cuando acabemos su explicación, habrás aprendido a moverte mejor por una ciudad y a
comprender de qué forma simplificamos la complejidad del fenómeno urbano en una simple
hoja de papel o en la imagen del monitor que tienes ahora mismo delante.
Las ciudades presentan en numerosas ocasiones formas urbanas muy
complejas. Aquí tienes el ejemplo de Granada. Ortoimagen extraída de
Google Earth.
1. Saber interpretar un plano, es fundamental para
conocer una ciudad.
La mejor manera de moverse por una ciudad que no conocemos (e incluso cuando la
conocemos) es utilizar un plano de la misma. En una sola hoja, tenemos resumidas las
características principales de la ciudad que queremos conocer, sus calles, plazas, jardines,
monumentos, etc. En otras palabras, podemos decir que un plano urbano es una
representación esquemática de la superficie de una ciudad a una escala mucho más
reducida, o para ser exactos desde un punto de vista científico, a una escala mucho más
grande.
El plano no solo va a ayudarnos a conocer cómo es la ciudad y por dónde hemos de movernos.
También nos va a permitir conocer cuál es la morfología urbana de la misma, es decir, las
formas que posee. la evolución histórica de su crecimiento en diferentes etapas y muchas
otras cuestiones que iremos viendo a lo largo de este tema.
Plano urbano de Sevilla
Publicado por la oficina de turismo de la ciudad
1.1. ¿Qué es un plano urbano?
La mejor manera de moverse por una ciudad que no conocemos (e incluso cuando la conocemos)
es utilizar un plano de la misma. En una sola hoja, tenemos resumidas las características
principales de la ciudad que queremos conocer, sus calles, plazas, jardines, monumentos, etc. En
otras palabras, podemos decir que un plano urbano es una representación esquemática de la
superficie de una ciudad a una escala mucho más reducida, o para ser exactos desde un punto de
vista científico, a una escala mucho más grande.
El plano no solo va a ayudarnos a conocer cómo es la ciudad y por dónde hemos de movernos.
También nos va a permitir conocer cuál es la morfología urbana de la misma, es decir, las
formas que posee. la evolución histórica de su crecimiento en diferentes etapas y muchas
otras cuestiones que iremos viendo a lo largo de este tema.
Como punto de partida es necesario que aclaremos una cuestión. No es lo mismo un plano que
un mapa. La diferencia fundamental radica en la escala. En el plano siempre es mayor, o para
que lo entiendas de otra forma, en la hoja que se emplea, se representa una superficie
relativamente pequeña o reducida. El mapa tiene, por el contrario, una escala más pequeña, es
decir, permite representar una superficie mucho más extensa. En este tema, nosotros
hablaremos en general de planos urbanos, y no de mapas, como hicimos en las unidades en las
que explicamos el medio físico.
Plano urbano de Aroche, en la provincia de Huelva.
Publicado en la Web del Ayuntamiento de Aroche.
Los elementos del plano: viario, manzanas y espacios libres.
Todo plano es el resultado de la combinación de tres tipos de elementos:
El viario, es decir, las calles o las vías por las que se desplazan las personas, los
automóviles, etc. Puede adoptar nombres muy diversos en función de las características
que posee. Así hablamos de callejones, adarves, azucaques, barreduelas, avenidas,
bulevares, autovías, rondas, travesías, circunvalaciones, redes, etc.
Las manzanas, esto es, el espacio edificado. O si queremos definirlo de una forma
aún más simple, el espacio que queda rodeado por el viario y en el que se construyen
los edificios. Su superficie, la tipología que poseen o las formas de las mismas, son
indicadores muy importantes para saber en qué momento de la Historia urbana de una
ciudad aparecieron esos espacios residenciales.
Los espacios libres. Este es un término muy ambiguo y amplio en el que caben
muchos tipos de formas y de usos. Por oposición se definen como toda aquella parte del
plano que no queda englobada ni en el viario ni en el espacio edificado.
Existen tres tipos principales de espacios libres:
- Las plazas, o lugares de confluencia entre varias calles. Eran muy importantes en las
ciudades antiguas y medievales, aunque han dejado de tener esa misma importancia en
las actuales.
- Las zonas verdes o espacios ajardinados. Que surgen recientemente, ya que en
períodos anteriores no se destinaba apenas superficie a este tipo de elemento dentro del
espacio intramuros. Aparecen a partir del siglo XVIII y sobre todo desde el XIX.
- Los solares o espacios vacantes. Por ellos se entiende tanto las superficies sin
construir a consecuencia del derribo de una edificación existente anteriormente, como
aquellos espacios intersticiales que todavían no han sido urbanizados por el crecimiento
urbano.
Plaza del Ayuntamiento de Alcalá la Real en Jaén.
Publicado por Michelangelo-36 en Wikipedia bajo domino público y
con licencia Creative Commons.
La plaza, un lugar de reunión pública y del mercado.
Anteriormente hemos definido a la plaza como un espacio libre, pero en realidad es
mucho más que eso. Hoy día, las plazas son espacios de paseo y de encuentro, pero
eso ha quedado reservado al centro de las ciudades. En las nuevas barriadas o en las
zonas más modernas, las plazas no existen, o si existen, han quedado meramente como
lugares en los que confluye el tráfico rodado o desde los que se distribuye la
circulación de vehículos.
Pero no siempre fue así. En épocas anteriores las plazas eran el lugar fundamental de la
ciudad, el punto en el que se desarrollaba la vida humana y el centro neurálgico al
que acudía la población para llevar a cabo múltiples cuestiones.
Las plazas fueron siempre centro de la vida ciudadana. En ellas se leían pregones, se
proclamaban discursos, se ejecutaban reos, se celebraban corridas de toros (de ahí las
palabras plaza de toros) y era en ellas donde se ubicaba el mercado. Así, hoy día,
cuando las personas van a un mercado a comprar algo, todavía se mantiene en el
lenguaje cotidiano el uso de la palabra plaza. "Voy a la plaza a comprar" es una frase
que todavía se repite con cierta frecuencia entre las personas de más edad.
La plaza de la Corredera en Córdoba es un claro ejemplo de lo
que era este lugar como centro de la vida urbana en tiempos
pasados.
Publicado por mcohen chromiste en Flickr bajo licencia Creative
Commons.
Di si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas.
Los solares forman parte del espacio edificado.
Verdadero
Falso
El azucaque es uno de los nombre que se le da en ocasiones al viario.
Verdadero
Falso
Antiguamente los mercados se celebraban en las plazas de las ciudades
Verdadero
Falso
1.2. ¿Dónde surgen las ciudades?
Las ciudades pueden aparecer de dos formas, o bien de manera espontánea, es decir, sin que
haya una planificación previa, o bien de una forma premeditada, es decir, porque existe el
deseo de fundar una ciudad en un lugar determinado.
En este segundo caso, las consideraciones que se tienen en cuenta no están directamente
relacionadas con el emplazamiento concreto, sino más bien con su ubicación o posición.
Emplazamiento y ubicación son conceptos parecidos, pero no idénticos. El emplazamiento
es más concreto, la ubicación o la posición es un concepto más amplio. Así, cuando se crea una
ciudad nueva, la clave está en buscar un sitio desde el cual esta controle un determinado
territorio o sirva para cumplir unas determinadas funciones para las que ha sido construida.
Por el contrario, cuando una ciudad nace de forma no planificada, su éxito posterior suele
estar relacionado con la elección de un emplazamiento acertado y con unas vicisitudes
posteriores afortunadas que hacen que crezca y que atraiga a población.
En el emplazamiento juega una gran importancia el entorno físico en el que se integra. Así,
en ocasiones, las ciudades aparecen porque están cerca de un curso de agua, es decir, de un
río que las abastece para calmar la sed de sus habitantes y para otras necesidades. Otras
veces, las ciudades surgen en la costa, cerca del mar. En ese caso, su suerte está ligada a la
riqueza pesquera del litoral y, sobre todo, a la presencia de un buen fondeadero donde ubicar
su puerto. Este acaba convirtiéndose en la llave para desarrollar desde él un intenso comercio y
otras relaciones de todo tipo.
Hoy día hay numerosas ciudades españolas que han crecido al amparo de la función
portuaria. Barcelona, Bilbao, Valencia, el Ferrol, Cartagena, Vigo, Algeciras o Cádiz son
ejemplos de este tipo de ciudades que han basado su fortuna en la presencia de un gran puerto
comercial o con otra función.
Algeciras, debe buena parte de su riqueza a la existencia de un
magnífico puerto en la bahía que lleva su mismo nombre.
Publicado por user.falconaumanni en Wikipedia bajo licencia Creative
Commons y para domino público.
La topografía y los factores humanos también desempeñan un papel muy
importante.
La proximidad del agua es un elemento fundamental para que una ciudad aparezca y
tenga éxito posteriormente, pero no es el único.
El relieve también es un elemento muy importante. En la actualidad, las ciudades que
más crecen son habitualmente las que se ubican en un lugar llano y con una topografía
sin grandes accidentes. Pero antiguamente no era necesariamente así.
En determinados períodos de la Historia (la Edad de los Metales, la Edad Media, etc.),
la inseguridad era muy elevada debida a las guerras, los enfrentamientos con otras
poblaciones y los posibles ataques de enemigos. En esos momentos, la seguridad se
convirtió en el principal argumento a la hora del desarrollo de las ciudades, y para
garantizarla, muchos poblados y pueblos se erigieron en zonas elevadas que facilitaran
su defensa.
Hoy día podemos contemplar en muchos lugares la silueta de un castillo en lo alto de
un cerro, mientras que la población se desperdiga por la falda del mismo bajo el amparo
que da la fortaleza a los vecinos que bajo ella se cobijan.
En otras ocasiones, no era solo la topografía o el relieve el elemento determinante de
la aparición de una concentración humana. Los intercambios comerciales han jugado
siempre un papel decisivo en la Historia de los asentamientos, y todavía continúan
jugándolo. Ciudades como Jerez o como Sevilla deben buena parte de su Historia al
hecho de estar situadas en puntos estratégicos desde donde se ha desarrollado el
comercio.
Otras, como el caso de Córdoba, se han visto favorecidas por la existencia del vado de
un río o de un puente que permitiera pasar de una orilla a otra con mayor facilidad.
Finalmente las hay que encuentran su fortuna en su emplazamiento central. Es el
caso de la capital de España, Madrid, que fue elegida como tal por el rey Felipe II
gracias a que se encontraba en el centro geométrico de la península ibérica. De esa,
forma el rey podía controlar con mayor facilidad todos los reinos que se encontraban
bajo su dominio.
Córdoba es un ejemplo de ciudad que nace junto a un río y
buena parte de su posterior desarrollo está ligado a la
presencia de un gran puente que facilita las
comunicaciones.
Publicado por Shaorang en Wikipedia bajo licencia Creative
Commons y para dominio público.
Ciudades estratégicas
En ocasiones, la ubicación y el emplazamiento hacen que una ciudad se convierta en un
lugar estratégico para la defensa del territorio. Eso suele ocurrir en conjuntos que se
encuentran cerca de zonas fronterizas y que, en consecuencia, son fundamentales
para impedir invasiones o ataques desde el exterior.
En la península Ibérica el caso más conocido sin duda es el de Gibraltar. El Peñón ha
sido a lo largo de su Historia un lugar inexpugnable que siempre ha resultado
dificilísimo de conquistar. Los ingleses comprendieron perfectamente esta función y
desde que lo ocuparon a principios del siglo XVIII, se dedicaron a construir una enorme
red de túneles y de galerías subterráneas que lo hicieran todavía más inconquistable.
Durante la Segunda Guerra Mundial demostró su valor estratégico y se convirtió en la
llave del Mediterráneo para el Imperio Británico.
Pero algo parecido ha sucedido con las poblaciones próximas a la frontera con Portugal.
Badajoz, Tuy en Pontevedra o Ciudad Rodrigo en Salamanca, son otros ejemplos de
cómo las ciudades fronterizas han de estar protegidas por unas formidables
muralllas que consigan impedir la entrada de tropas enemigas en las mismas.
En los Pirineos, los ejemplos también son conocidos. El castillo de Figueras en Gerona
o la plaza fuerte de Fuenterrabia en Guipuzcoa son otros dos casos conocidos. Sin
embargo, en esta ocasión, la barrera prácticamente infranqueable del Pirineo aragonés,
es sin duda mejor para la defensa que cualquier otra fortificación que los seres humanos
hayan podido construir en toda su Historia.
La imagen aérea de Ciudad Rodrigo en Salamanca permite contemplar los
baluartes que defendían a la ciudad junto con sus murallas. Imagen extraída
de Google Earth
¿Cuál de estas causas es fundamental para que surja una ciudad?
Un subsuelo compuesto por materiales duros que permitan construir en ella edificios
sólidos.
La existencia previa en su territorio de una elevada población.
Que exista abundancia de agua en sus proximidades
Un territorio muy llano y sin grandes obstáculos de relieve.
1.3. Los tipos de planos
Lo más habitual es que cada ciudad responda en sus formas a los diferentes momentos de
evolución que ha ido experimentando a lo largo de su Historia. Pero eso no es obstáculo para
que, a grandes rasgos, sea posible distinguir dos grandes tipos de planos que son los
predominantes en la morfología urbana.
Estos planos son: el espontáneo, que generalmente da lugar a ciudades de tipo irregular, y
por otra parte, los que son producto de una planificación previa. Entre estos últimos caben
distinguir dos variantes, el ortogonal, que como luego veremos recibe una gran cantidad de
nombres distintos para identificarlo, y el radiocéntrico o circular, cuya denominación ya da una
idea clara de cuál será la forma resultante en ese tipo de ciudad.
Sin duda, el más antiguo de todos es el espontáneo o irregular, es decir, aquel que surgió de
forma libre en un punto determinado por la mera acumulación de viviendas y sin que existiera
un diseño previo para su realización.
El ortogonal o cuadriculado implica evidentemente un intento de organizar tanto la
estructura de la ciudad como su posterior crecimiento, siguiendo un modelo rectilíneo de
desarrollo. Aunque podamos pensar que es muy reciente, ya se empleó desde hace varios
miles de años en asentamientos del Próximo Oriente.
El radiocéntrico o circular es muy típico en conjuntos urbanos que surgen en lugares
elevados o que han ido creciendo de forma concéntrica en torno a un punto central del
conjunto urbano.
Como mencionábamos al principio, no es demasiado frecuente que una ciudad posea un solo
tipo de plano, sobre todo si es de grandes dimensiones. Lo más habitual es que a lo largo de su
crecimiento, haya ido mezclando alguno de esos tres tipos de planos hasta dar lugar al
denominado plano mixto.
Si construir un solo edificio es una tarea complicada, imáginate
lo que debe ser hacerlo con una ciudad. Esta escena de la
película "El manantial", muestra las dificultades de las que te
hablamos.
Publicada en You Tube por sunpc.
El viario es el principal elemento que estructura el plano urbano
Aunque no en todos los tipos de planos el viario o las calles es el elemento principal de
los mismos, a la hora de planificar una ciudad, el elemento fundamental que organiza su
crecimiento es sin duda su red viaria.
En las ciudades modernas el viario es la clave del hecho urbano. Por él se canalizan casi
todos los flujos de tráfico, y ese hecho, en un mundo dominado por el transporte y
los desplazamientos, resulta básico.
Sin embargo, el viario en las urbes antiguas no eran tan definitorio. Es más, se puede
decir que en muchas ocasiones, como por ejemplo ocurre en las ciudades islámicas, la
ciudad se estructura y se organiza a partir del espacio edificado, esto es, de las
manzanas.
Actualmente, por el contrario, la necesidad de desplazarnos hasta lugares muy alejados
de donde vivimos, implica la necesidad de darle una gran importancia a las arterias de
comunicación: avenidas, autovías, autopistas, rondas de circunvalación, etc. De esta
forma, cuando se construye un nuevo barrio o una nueva ciudad, lo primero que se crea
es el viario, y una vez que este está acabado, es en ese momento cuando comienzan a
elevarse los bloques de pisos, las casas o las infraestructuras propias de una urbe.
El paseo de la Castellana en Madrid fue concebido originalmente como
un gran bulevar que estructurara, en un gran eje norte sur, el
crecimiento de la ciudad madrileña.
Publicado por Zaqarbal en Wikipedia. Licencia Creative Commons para
dominio público.
Las zonas verdes.
Cuando pensamos en una "zona verde", inmediatamente se viene a la mente un
parque, un jardín o algo por el estilo. En casi todas las ciudades suele existir un
espacio mayor o menor dedicado a esta función.
Pero sin embargo, el concepto de zona verde en urbanismo no es tan sencillo ni tan
simple. Sin ninguna duda, los grandes parques urbanos, los pequeños jardines o incluso
los grandes parques periurbanos que son propios de la periferia de las grandes
ciudades, son en efecto, zonas verdes.
El concepto es, aunque no lo parezca, mucho más amplio. Por ejemplo, están
catalogadas como tales los conocidos estadios deportivos, en especial los campos de
fútbol. De ahí que muchos clubes tengan problemas cuando solicitan que se les
recalifique el terreno de juego para marcharse a otro estadio y permitir que en su
antiguo espacio se puedan construir viviendas.
Quizás menos conocido y más difícil de admitir para nuestra mentalidad, es el caso de
que los cementerios sean también considerados como zonas verdes. La mentalidad
propia de la mayor parte de España concibe los camposantos como lugares de tristeza y
de dolor a los que es preferible no ir.
Pero esta opinión no es compartida en otras muchas culturas, donde el espacio
reservado a los fallecidos se integra mucho mejor en la trama de la ciudad e incluso en
ocasiones, se considera a los mismos como lugares visitables para el turismo
cuando se ubican en ellos estatuas u obras de arte que merecen esta catalogación.
Obras de arte como esta del gran escultor Benlliure dedicada al
entierro del diestro Joselito el Gallo, son la prueba evidente de
que los cementerios no son tanto espacios inadecuados para su
visita, sino que deben ser considerados como zonas verdes o
lugares que en ocasiones son interesantes para visitar.
Publicado por Anual en Wikipedia bajo dominio público y con
licencia Creative Commons.
Lee las siguientes frases y rellena en ellas las palabras que faltan en los espacios en
blanco.
Existen dos grandes tipos de planos, los espontáneos o
y los
o diseñados, que se dividen a su vez en dos tipos, el radiocéntrico
o
y el
o cuadriculado. Los tres elementos que
configuran un plano son las
o espacio edificado, el
que
, en los
habitualmente se suele conocer como las calles y los
que se integran las zonas verdes, los solares y las plazas.
Enviar
Un plano urbano es una representación a escala de una ciudad. Está compuesto por tres
elementos: el espacio edificado, el viario o calles, y las zonas libres, por lo general plazas
y jardines. Existen tres tipos principales de planos: irregulares o espontáneos, ortogonales
o cuadriculados, y radioconcéntricos o circulares. Estos dos últimos corresponden a
ciudades que generalmente han sido previamente planificadas. El emplazamiento y la
ubicación de la urbe son determinantes en muchas ocasiones del tipo de plano resultante.
La Historia urbana también tiene una gran importancia.
2. No todos los planos urbanos son iguales.
En este apartado vamos a mostrar los distintos tipos de planos urbanos que podemos encontrar
en una ciudad. Lo normal es hallar más de un tipo de plano en una misma urbe.
Publicado en Flicrk bajo licencia CC por
Cuellar.
Relativity (Madrid)
2.1.El plano irregular o laberíntico.
El plano espontáneo o irregular corresponde a ciudades que crecen sin ningún tipo de
planificación. Esto era bastante frecuente en épocas anteriores como la Edad Media, aunque
hoy día esta tendencia ha comenzado a disminuir, pero no ha desaparecido totalmente.
Este tipo de plano recibe otros muchos nombres o sinónimos. Así se le denomina también plano
anárquico, caótico, sinuoso, etc. Todas estas denominaciones tienen un denominador común, la
falta de ordenación y de planificación de los conjuntos urbanos que crecen sin que exista una
normativa que regule tanto su fundación como su crecimiento.
Esto tiene como consecuencia la aparición de unas calles muy estrechas en las que la línea
recta es bastante poco frecuente. Y aunque en el pasado este hecho no tenía grandes
consecuencias, hoy día sí que supone un freno importante para el tráfico rodado de vehículos.
Este plano conlleva también que las ciudades que lo tienen dispongan de escasa
luminosidad. En efecto, la proximidad entre las edificaciones suele ser tal, que el Sol apenas
si ilumina unas horas durante el día las fachadas. Además de la escasa insolación, hay que
tener en cuenta que las viviendas no suelen estar muy ventiladas por esta cercanía entre unas
y otras.
Finalmente, otro grave problema que implica, sobre todo en épocas antiguas, es que los
incendios que estallaban se extendían con rapidez dado que las calles eran muy estrechas y
que los medios de lucha contra el fuego en el pasado eran muy ineficaces. Además de que
buena parte de las edificaciones estaban construidas con madera, lo que propiciaba su
combustión.
Las ciudades antiguas sufrían numerosos incendios
propiciados por su plano laberíntico.
En las imágenes extraídas de la película Quo Vadis,
publicadas en You Tube por Chichoperrito, se puede ver
una reconstrucción del mismo en el año 64 de nuestra
era.
Un tipo de ciudad mucho más humanizada.
Sin duda, los planos irregulares presentan muchos inconvenientes como antes
veíamos. Pero también tienen otros muchos aspectos positivos para las personas que
viven en lugares con ese tipo de plano.
Por ejemplo, las relaciones entre los habitantes son mucho más intensas, y eso está
favorecido por la propia estructura del plano. Estos planos obedecen a la inexistencia
de una normativa urbanística que los regule, lo que a su vez implica una mayor
libertad constructiva.
Las calles estrechas evitan (sobre todo en tiempos pasados cuando la tecnología
estaba muy atrasada) que el calor de los hogares se pierda en invierno, por lo que sonn
menos frías que otras con planos más abiertos. Mientras que en verano, por el contrario,
la proximidad entre las viviendas genera más sombra y por lo tanto la vida resulta
menos dura en aquellos lugares donde las temperaturas son muy elevadas.
Por otra parte se trata de una ciudad más reservada, menos abierta al viario y que
vive mucho más hacia el interior de las manzanas. Ello favorece más la privacidad, las
relaciones sociales y vecinales entre quienes habitan un mismo sector. Este hecho es
muy frecuente por ejemplo en las ciudades de origen islámico, que de hecho
adoptaron este plano precisamente por ser la forma en la que se loteaba el terreno
entre las distintas tribus o pueblos que habitaban en ellas. Esto sucedía cuando se
dividía el territorio entre los nuevos ocupantes o cuando se asentaban en la urbe
personas procedentes de otros lugares.
El barrio de la Villa en Priego de Córdoba es un excelente ejemplo de plano
laberíntico en una ciudad de origen islámico. Publicado en You Tube.
El plano irregular en la ciudad actual.
En las ciudades modernas, el plano irregular ya apenas si existe. La normativa y la
disciplina urbanística impiden que "cada uno pueda construir su casa donde quiera".
Pero esto tampoco es del todo verdad. En los suburbios y arrabales se instalan en
ocasiones personas que no pueden pagarse una casa con las mínimas condiciones de
habitabilidad, y eso conlleva la aparición de chabolismo y de barrios marginales
donde viven personas económicamente muy desfavorecidas.
El tipo de plano de esos sectores suele ser también caótico, dado que nadie regula su
construcción. Es cierto que esto cada vez ocurre menos frecuentemente, puesto que los
Ayuntamientos, que son los organismos encargados de hacer respetar las normas de
urbanismo, impiden o tratan de impedir que estos fenómenos se extiendan por su
municipio, aunque no siempre lo consiguen.
Por otra parte, en el extremo opuesto, podemos encontrarnos con urbanizaciones de
lujo que aplican una especie de plano irregular a su viario. En realidad no se trata
realmente de un plano espontáneo, ya que se ha diseñado previamente la creación del
conjunto. Pero para dar mayor intimidad o para evitar que el viario rectilíneo
favorezca un flujo excesivo de vehículos de fuera del sector, se suelen rodear estas
zonas de pequeñas calles que no siguen un trazado recto con el objetivo de evitar los
problemas derivados del aumento del tráfico rodado.
El open planning de los anglosajones, o la planificación abierta de determinados
sectores urbanos, es un ejemplo de esto. Muchas urbanizaciones destinadas a personas
con un elevado poder adquisitivo presentan este tipo de plano, aunque eso sí, solo cabe
tildarlo de irregular, nunca de espontáneo.
Algunas urbanizaciones de alto nivel presentan un plano desordenado o irregular de forma
premeditada, como sucede con esta situada al norte de Madrid. Imagen extraída de Google Earth.
Lee el siguiente párrafo sobre las ciudades islámicas:
Al Qattai significa en árabe "Los Lotes" y el nombre obedece al sistema que empleó Ibn
Tulún para repartir de nuevo el territorio, siguiendo la misma forma de división del
terreno que anteriormente se había hecho con Fustat dos siglos antes. En realidad, Al
Qattai no solo fue una nueva ampliación de lo ya existente, sino que además se planteó
su crecimiento de forma que englobara a todas las fundaciones anteriores que se habían
realizado en las proximidades y de esa forma le diera un sentido más unitario a la
ciudad.
Y en verdad que lo consiguió, pero a cambio de hacer todavía más irregular, más
laberíntico y más anárquico el plano urbano de la misma, que se convirtió en un
verdadero dédalo de callejuelas en las cuales prácticamente no existía la línea recta ni
ningún tipo de planificación racional del territorio que ocupaban.
(Tomado de "Breve Historia de las ciudades del mundo medieval". Autor: Ángel Luis
Vera. Editorial Nowtilus)
El texto anterior se refiere a la fundación de la antigua ciudad de El Cairo por el
gobernante egipcio Ibn Tulún, pero podría ser perfectamente aplicable a cualquier
ciudad española de origen musulmán.
Es muy posible que en la localidad donde vives, o relativamente cerca de ella, existan
ciudades que conozcas con plano irregular en todas o algunas de sus partes,
normalmente en la parte más antigua del centro. Describe cuáles son las características
de la ciudad islámica o medieval que se encuentre más cerca de la zona donde vives.
¿Cuáles son las más importantes desde el punto de vista de la morfología del plano y de
las formas que tienen el viario y las manzanas?
2.2. Los planos
cuadrícula.
regulares:
el
ortogonal
o
en
Ortogonal es una palabra de origen griego que quiere decir que los ángulos son rectos, de ahí
que a este tipo de plano se le llame también cuadriculado. Pero no es un nombre único, otros
sinónimos que se emplean para el mismo son los de ajedrezado (porque es semejante a un
tablero de ajedrez), en damero (por el mismo motivo en relación con el tablero del juego de
las damas) o también se le llama hipodámico, por razones más complejas que te
explicaremos en el apartado de curiosidad.
Se trata de un plano muy fácil de diseñar, porque para llevarlo a cabo basta con trazar líneas
rectas en sentido horizontal y vertical en el terreno en el que se vaya a construir. Esto hace que
el territorio se pueda dividir en partes más o menos iguales u homogéneas, por lo que también
tiene la ventaja de que no se le da más importancia a una parte de la ciudad que a otras.
También permite abaratar los costes en las infraestructuras, ya que estas se pueden repartir
equitativamente por el territorio, y de esta manera llegan con mayor facilidad a los habitantes
que viven en lugares con este tipo de plano.
A su vez, facilita la creación de plazas o de espacios vacíos, porque basta con dejar una
manzana sin construir, para que ya quede en él un lugar en el que se pueda ubicar la plaza o lo
que se desee hacer en el mismo.
En general, se trata de un plano que presenta una serie de ventajas sobre el resto, pero
también tiene sus inconvenientes, vamos a analizarlos en el siguiente apartado.
El barrio de Salamanca en Madrid es un buen
ejemplo de la creación de una parte de la ciudad
basándose en un plano ortogonal o reticular.
Imagen extraída de Google Earth.
Pero al igual que otros planos, la ortogonalidad también presenta una serie de
inconvenientes.
Los urbanistas opinan que uno de los principales problemas de este tipo de plano es lo
que ellos denominan la rigidez conceptual. Es decir, que no se adapta con facilidad a
cualquier tipo de de relieve o de topografía, pues solo es válido cuando se desarrolla
en zonas que son llanas o que no tienen apenas elevaciones.
Así, no es posible construir ciudades con este tipo de plano en lugares donde hay
montañas o pendientes considerables, ya que las calles no se pueden adaptar a las
diferentes curvas de nivel.
Tampoco es el mejor plano en cuanto a las comunicaciones. El problema es que al
haber tantas esquinas, fomenta la presencia de un número excesivo de cruces. Además
de que hay que realizar más recorrido entre distancias largas, pues por su morfología
característica, este plano prolonga excesivamente los trayectos entre lugares que estén
muy apartados.
Por último, cabe achacarle que genera una monotonía constructiva en el parcelario,
ya que las manzanas son más o menos iguales y eso suele propiciar una gran
homogeneidad en las mismas.
A pesar de todos estos inconvenientes, el plano ortogonal ha sido tradicionalmente
considerado como el ideal para muchas ciudades, y es que pese a todos estos
problemas, las ventajas que conlleva son también muy grandes como vimos
anteriormente.
El ensanche de Barcelona, es otra muestra clara del plano ortogonal en una
ciudad española. Imagen extraída de Google Earth.
El plano hipodámico y otros subtipos derivados de la ortogonalidad.
Hipódamos de Mileto fue un urbanista del siglo V antes de Cristo al que se le
considera inventor del plano ortogonal, de ahí que se le llame a este en ocasiones plano
hipodámico. Fue él quien lo diseño por primera vez al reconstruir la ciudad de Mileto,
que había sido destruída anteriormente por los persas durante las Guerras Médicas.
Pero este tipo de variante de la ortogonalidad no es la única que existe. Por el
contrario, el plano hipodámico u ortogonal presenta también una serie de variantes que
es conveniente conocer.
En algunos casos se la da el nombre de pueblo-calle, lo que es a su vez una derivación
de la palabra alemana strassendorf, de donde toma esa denominación. Se trata de
aquellos lugares, en general de poca extensión, que surgen a lo largo de una importante
vía de comunicación, pero que apenas si se extienden por el resto del territorio que los
rodea. Ese es el motivo por el que reciben ese nombre tan característico.
Otra modalidad mucho más conocida de plano ortogonal es la Ciudad Lineal. Se trata
de una propuesta muy original de un urbanista madrileño de finales del siglo XIX.
Arturo Soria, propuso en 1882 la construcción de una gran avenida (que en la
actualidad lleva su nombre, curiosamente) que sirviera para organizar el crecimiento de
la capital madrileña por su periferia.
Se trata de una de las grandes aportaciones de los urbanistas españoles a la Historia de
esta disciplina, y aunque la obra se inició y tuvo éxito, posteriores problemas
económicos impidieron que se pudiera culminar la idea de Arturo Soria. Debido a esto,
su diseño quedó incompleto y su operación urbanística acabó siendo englobada en la
trama urbana de Madrid cuando la ciudad continuó con su crecimiento.
Proyecto de la Ciudad Lineal de Arturo Soria en Madrid.
Publicado por pastranec en Wikipedia bajo licencia Creative Commons y para domino público.
¿Cuáles son las ventajas que presenta un plano ortogonal?
Hace que las distancias dentro de la ciudad no sean tan largas como sucede con
otros tipos de planos.
Impide que unas zonas de la ciudad ocupen un lugar jerárquico más importante
dentro de la misma.
Da lugar a una gran variedad de formas y de tipos distintos de manzanas
Es muy fácil crear plazas en él. Es suficiente con dejar sin construir una de las
manzanas.
Configura una ciudad mucho más humana y con mayores relaciones entre sus
vecinos.
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Di si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas.
El plano en damero es una variante del plano circular
Verdadero
Falso
La ciudad irregular es producto de una mayor libertad constructiva
Verdadero
Falso
En la ciudad radioconcéntrica el centro es el lugar privilegiado
Verdadero
Falso
El plano ortogonal es el más antiguo que existe.
Verdadero
Falso
Existen dos grandes tipos de planos, los espontáneos o irregulares y los diseñados o
regulares. Entre estos últimos cabe a su vez hacer una subdivisión entre los
radioconcéntricos o circulares y los ortogonales o cuadriculados. Cada uno de ellos
puede a su vez tener numerosas variedades, de la misma forma que todos ellos presentan
una serie de ventajas e inconvenientes en cuanto a las repercusiones que tienen sobre los
vecinos que en ellas habitan.
2.3. El plano radioconcéntrico o circular.
Hay ocasiones en las que las ciudades crecen en torno a un punto central en las mismas. Un
pequeño promontorio, un castillo o fortaleza, una iglesia, parroquia o catedral, o algún otro
lugar que sea lo suficientemente significativo como para que en torno a él, se desarrolle un
conjunto urbano.
Esto sucede particularmente en etapas históricas en las que la inseguridad se extiende, y la
única forma de evitar ataques o asaltos es buscar un lugar elevado desde el que ofrecer más
resistencia a los agresores y dificultarles a estos su objetivo.
Las ciudades que surgen así, ven crecer el caserío alrededor de ese punto. Si se extienden a lo
largo de una ladera, las calles se adaptan al máximo a las diferentes cotas altimétricas de las
curvas de nivel, y finalmente, acaban dando lugar a un plano que tiene una forma próxima a la
circularidad.
En otras ocasiones siguen ese mismo esquema evolutivo, pero ya no es la pendiente la que
hace que las calles se adapten a la circularidad propia de la ladera, sino que se extienden
avanzando por todas partes y ampliando el espacio edificado alrededor del núcleo original.
Esto queda plasmado de una manera muy significativa en los sucesivos recintos
amurallados que, en ocasiones, tienen que volver a erigir cuando el crecimiento desborda el
cinturón original y se hace preciso defender a los nuevos barrios que en principio, habían
quedado ubicados a extramuros.
Lucena, en la provincia de Córdoba, tiene un tìpico plano urbano adaptado a
una morfología tendente a la circularidad. Imagen extraída de Google Earth.
La excesiva primacia del centro.
La crítica más habitual que se le suele hacer al plano circular o radio concéntrico es
que le otorga demasiada importancia al centro de la ciudad. Esto sucede porque al tener
un carácter radial las vías de comunicación, fomenta el que estas arterías conduzcan a
la mayor parte del tráfico hacia el punto central del mismo, con lo que establece una
acusada jerarquización en los espacios urbanos.
Por el contrario, las zonas periféricas quedan en un segundo plano con una importancia
escasa, al encontrarse alejadas del lugar predominante del conjunto urbano.
La explicación a este hecho la tenemos en la propia génesis del plano circular. El
punto que articula a la ciudad es por regla general el lugar más antiguo de la misma. En
él suele ubicarse el edificio o los edificios más importantes, por ejemplo, un castillo, una
catedral o parroquia, un palacio, el Ayuntamiento, o cualquier otro elemento destacado
de la población.
De esta forma, el plano radiocéntrico organiza a la ciudad en función de la proximidad
o lejanía al punto central del cual parte. El plano ortogonal, por el contrario, es mucho
más homogéneo y equilibrado en este sentido.
El plano de Vitoria (Älava) es de tipo circular. En él se le otorga un
claro predominio al centro de la ciudad donde se concentran los
edificios más importantes de la misma. Imagen extraída de Google
Earth.
Las sucesivas ampliaciones de los recintos amurallados como huella de los
diferentes períodos de crecimiento.
Las ciudades surgen en torno a un punto determinado, crecen rodeando a ese punto, se
protegen cercándose con murallas y de esa forma, consolidan el perimetro urbano que
las rodea y las defiende de ataques exteriores.
Pero con el paso del tiempo, las ciudades pueden continuar aumentando su población.
Aparecen así los denominados arrabales extramuros que, como la palabra anterior
indica, no se hallan protegidos por muralla ni sistema defensivo alguno.
Se impone entonces volver a construir un segundo recinto que los englobe y los integre
dentro del conjunto. Si esto sucede varias veces en diferentes etapas, el plano final
resultante es el de un núcleo en el que se pueden apreciar distintas fases de
crecimiento. Estas corresponden normalmente con la creación de nuevos recintos
amurallados que engloban unos a otros en el interior de los mismos.
El hecho de que las murallas sean circulares no obedece solo a la génesis del plano
urbano. También es interesante recordar que la forma más barata de construir una
muralla es hacerla de forma circular, ya que se emplean menos materiales, y en
consecuencia, menos tiempo y menos trabajadores para poderla llevar a cabo, de ahí
que buena parte de los recientos amurallados posean esa morfología característica.
Aunque su morfología no es estrictamente circular, el plano de Palma de Mallorca
muestra las sucesivas fases de crecimiento de los recintos amurallados. Imagen
extraída de Google Earth.
3. Las zonas de la ciudad.
Anteriormente hemos estado viendo los diferentes tipos de planos que son más frecuentes en
las ciudades. Pero lo habitual no es que un conjunto urbano posea un tipo único y exclusivo de
plano. Por el contrario, lo más frecuente es que en una población se mezclen los planos y las
formas. Esto es así en función de las diferentes etapas históricas a lo largo de las cuales se
fueron desarrollando las ciudades. De ahí que, en las grandes urbes, sea posible distinguir a
grandes rasgos tres etapas principales de crecimiento: El centro histórico que corresponde a
la ciudad antigua, el ensanche o aportación urbanística característica de la industrialización, y
la expansión periférica, que es lo propio del último siglo de desarrollo urbano.
Plano urbano de Barcelona en el que se representa el proyecto de ensanche de la ciudad
ideado por Cerdá. En él se puede distinguir el centro histórico de la zona nueva proyectada.
3.1. El Centro Histórico o Casco Antiguo.
La primera de ellas, el denominado centro histórico, corresponde al crecimiento urbano anterior
al proceso de industrialización. Es decir, a la zona del plano que surge antes del siglo XIX
que es cuando la llegada de la industria a la ciudad, cambia por completo el panorama urbano
en aquellos casos en los que la industrialización tuvo suficiente importancia.
Esta zona se caracteriza por el plano irregular que anteriormente analizamos, y por tanto, por
una anarquía constructiva. En ella el viario suele ser muy desordenado y estrecho, sin que
las fachadas de los edificios estén alineadas. No hay zonas verdes en el interior. En la ciudad
antigua, dedicar un espacio a este área de recreo era un lujo que no se podía permitir. Si algún
espacio intramuros quedaba libre, este se empleaba para cultivar en él productos hortícolas
que pudieran alimentar a la población en caso de necesidad.
Por el contrario eran muy frecuentes las plazas y los espacios destinados a reuniones públicas.
Solían aparecer delante de las iglesias o de los edificios municipales, como los Ayuntamientos.
Eran los centros de reunión de los vecinos y los núcleos fundamentales de la vida ciudadana.
La mayor parte de las grandes ciudades españolas poseen centros históricos de mayor o menor
extensión, salvo las que son de reciente creación. En los pueblos, este tipo de morfología es la
única que casi ha existido hasta que recientemente, ha tenido lugar un crecimiento en las
denominadas ciudades de tipo medio.
El Barrio Gótico de Barcelona es un claro ejemplo del Centro Histórico de una ciudad. En
este caso su origen se remonta a época romana a pesar de su nombre medieval. Imagen
extraída de Google Earth.
Una ciudad más humana, pero también menos higiénica.
Desde que hace más de tres mil años aparecieran en nuestro país las primeras
ciudades, tal y como concebimos actualmente a semejante denominación, comenzaron
a gestarse en ellas una serie de relaciones humanas que eran sustancialmente
distintas a las actuales.
Se entienden por estas, no solo la relación entre sus vecinos y habitantes, sino también
una mejor adaptación al medio en el que se insertan y a las características naturales
de las zonas en las que se encuentran.
Anteriormente ya hicimos referencia a esta cuestión, pero en este caso lo que nos
interesa es su repercusión directa sobre el plano urbano. Así, hemos de considerar la
aparición y generalización de un fenómeno curioso y que hoy resulta extraño en el
urbanismo actual, los callejones sin salida.
En efecto, esos son consecuencia directa tanto de la mayor libertad constructiva en el
conjunto urbano, como del hecho de pertenecer a un tipo de ciudad mucho más íntima,
más privada. En ella, los propietarios de la misma se arrogaban el derecho a cerrar las
calles en las que vivían e incluso en ocasiones a ocupar espacios urbanos que eran de
carácter público, como era el propio viario.
Pero también este tipo de ciudad tenía sus repercusiones negativas. La escasa
preocupación por la higiene, unida a la escasez de infraestructuras que permitieran
eliminar los residuos que sus habitantes generaban, propiciaban un ambiente
escasamente sano en el que las epidemias provocaban terribles mortandades entre sus
vecinos.
Ratas, cerdos, animales de tiro, ... unidos a desperdicios y a aguas residuales que se
acumulaban en sus calles y plazas, hacen pensar que el aspecto que tenían aquellas
urbes era en muchos casos bastante lamentable y que la sanidad de las mismas era
una cuestión que dejaba mucho que desear desde nuestros parámetros actuales.
En este vídeo sobre la ciudad medieval puedes observar algunas
de sus características más representativas.
Publicado por Artehistoriacom en You Tube.
La permanencia del plano original y las transformaciones posteriores
El centro de las ciudades no siempre es el que originalmente tuvieron en época
medieval o el que existía antes del impacto de la industrialización. Existen dos motivos
que pueden transformar o repercutir sobre la trama urbana que los caracteríza. Por una
parte es posible encontrar en ocasiones la pervivencia de estructuras anteriores.
Esto sucede normalmente cuando la ciudad romana u otra anterior, ha tenido una
fuerte impronta y no ha sido modificada de forma significativa por el posterior
crecimiento de las edificaciones.
En España no son muchos los casos en los que la trama romana se conserva
claramente. La gran tradición urbana que históricamente ha existido en nuestro país ha
tenido como consecuencia el que culturas posteriores, sobre todo la islámica, hayan
llevado a cabo transformaciones importantes del urbanismo de la antigüedad por lo que
apenas si ha llegado a nuestros días el plano que originalmente tuvieron. Mérida, León,
Tarragona y algunas más, poseen todavía una fuerte herencia de la urbe romana y de su
plano.
Por el contrario, es mucho más habitual que en épocas relativamente recientes, sobre
todo el siglo XIX y durante buena parte del XX, los intentos de regularizar la trama
urbana hayan tenido como consecuencia la destrucción de lo que fue el plano original
de la misma. Uno de los casos más significativos es el de creación de la Gran Vía de
Colón en Granada, que destruyó sin miramientos buena parte de la trama urbana
islámica en un desafortunado intento de darle mayor transparencia al viario a finales del
siglo XIX y principios del XX.
La Gran Vía de Colón en Granada destruyó buena parte del viario
islámico que hasta hace poco más de un siglo conservaba casi
intacto la ciudad. Imagen extraída de Google Earth.
Lee las siguientes frases y escribe en los espacios en blanco las palabras que faltan.
El Centro Histórico corresponde al crecimiento de la ciudad antes de la época
es decir, a la ciudad anterior al siglo
. Se caracteriza por su
plano
y desordenado, lo que da lugar a la aparición de numerosos
. Se trataba de una ciudad muy
pero también escasamente
y en la que solían
aparecer de vez en cuando terribles
.
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3.2. El Ensanche urbano u orla pericentral.
La Revolución industrial modificó sustancialmente el crecimiento y el plano de las ciudades. Las
industrias se instalaron en las grandes urbes, y a ellas empezó a llegar un elevado número de
personas procedentes del campo que buscaban en las fábricas un trabajo mejor que el que
abandonaban. La consecuencia inmediata fue el crecimiento rápido de las ciudades que se
convirtieron en áreas con altas concentraciones industriales.
La industrialización repercutió de muchas maneras sobre el plano urbano, pero en el caso de
las zonas residenciales tuvo dos consecuencias fundamentales. Por una parte aparecieron los
barrios obreros, que en muchos casos eran zonas de chabolas en las que se hacinaba el
proletariado y que no reunían las más mínimas condiciones para vivir en ellas.
Por otra parte, surgió un nuevo tipo de ciudad, el ensanche urbano, que de una forma
planificada y racional, pretendía encauzar el nuevo crecimiento urbano por el exterior de la
zona amurallada. El ensanche, configurado por viviendas de elevada calidad destinadas a la
burguesía, sería el fenómeno más característico del urbanismo decimonónico. Las ciudades
más industrializadas como Madrid, Barcelona o Bilbao, pero también otras a menor escala,
construyeron ensanches que encauzaron el crecimiento demográfico, y en consecuencia el
urbano, por la periferia de la ciudad medieval.
El ensanche de Bilbao junto a la ría del Nervión es uno de los más característicos de las
ciudades españolas del siglo XIX y principios del XX. Imagen extraída de Google Earth.
El impacto del ferrocarril y el derribo de las murallas.
El crecimiento de las ciudades implicó un problema inmediato. Los antiguos recintos
amurallados impedían que el crecimiento pudiera ser fácil. Los lienzos de las murallas
coartaban el tráfico entre las diferentes partes de la ciudad y eran un obstáculo para el
desarrollo de las mismas, de ahí que a mediados del siglo XIX se decidiera su derribo.
El espacio que quedó vacio como consecuencia de su desaparición fue aprovechado para
ocuparlo en su lugar por algún tipo de vía de comunicación que comunicara a la antigua
periferia extramuros. Esto se llevó a cabo rodeando con los denominados cinturones
de ronda a la parte que había quedado vacante tras la desaparición de las murallas.
Por otra parte, y en total consonancia con el fenómeno de la industrialización, hizo su
aparición el ferrocarril. Era lógico, desde la mentalidad de la época, que las
estaciones donde paraban los trenes se encontraran lo más cerca posible de las
ciudades. De esta forma se favorecía el que los viajeros tuvieran que desplazarse el
menor recorrido posible desde sus lugares de residencia al apeadero donde podían
tomar el tren.
Surgieron así las estaciones aprovechando los espacios vacíos más próximos que
existían cerca de las ciudades. Pero ese hecho implicaba también que las vías férreas
debían acercarse al máximo posible a los lugares habitados. Y esto tuvo una gran
repercusión sobre la trama urbana posterior, ya que la presencia de las vías férreas
coartó y condicionó en numerosos casos la posterior evolución del crecimiento del plano
de la ciudad. Solo en décadas recientes ha sido posible enterrar estos dogales que se
ejercían sobre el crecimiento de la misma, o ubicarlos en el exterior construyendo
nuevas infraestructuras férreas que eliminen el paso de los ferrocarriles por el centro de
las actuales ciudades.
El soterramiento de las vías de ferrocarril en la estación de Córdoba es un claro
ejemplo de cómo ha sido necesario eliminar el obstáculo de las antiguas vías del tren,
que eran una herencia típica del urbanismo decimonónico. Imagen extraída de Google
Earth.
Los parques
industriales.
urbanos
y
otras
infraestructuras
propias
de
las
ciudades
No solo fue en las murallas, en el ensanche o en el ferrocarril donde dejó sentir su
impacto la industrialización. También hubo importantes transformaciones de la trama
urbana en otros sentidos que, aunque quizás no tan espectaculares como los
anteriores, por la influencia que tuvo sobre el urbanismo de esta época, fueron también
decisivos para el posterior devenir de las ciudades.
Así, es en este momento cuando aparecen los primeros grandes parques urbanos.
Estos se ubican junto a los centros históricos y no son otra cosa que la respuesta de los
Ayuntamientos a la demanda de la burguesía, que exigía un espacio de recreo cerca del
lugar donde habitaban.
Algo parecido sucedió con otras infraestructuras que aparecen en esta época y que,
aunque no tienen nada o casi nada que ver con la industrialización, dejaron también su
huella sobre el plano urbano. Es el caso de la erección de plazas de toros. Su
ubicación en el plano (salvo en los casos en los que posteriormente se han trasladado a
zonas de la periferia) es bien indicativa del crecimiento que hasta ese momento había
seguido la ciudad, ya que al aparecer a finales del XIX y principios del XX, su
emplazamiento hace referencia sobre cuales eran entonces, aproximadamente, los
límites de la ciudad.
Por el contrario, la política higienista que empieza a divulgarse desde hace algo más
de dos siglos, tiene como consecuencia la prohibición de los enterramientos en el
interior de las ciudades, y consecuentemente, la creación de los cementerios en
lugares alejados de las mismas. El cementerio indica pues en el plano hasta donde NO
llegaba la ciudad en ese momento. Sin embargo, en numerosos casos, el fuerte
crecimiento de las ciudades durante el siglo XX los ha acabado integrándolos como parte
del conjunto urbano de las mismas.
El parque del Retiro en Madrid es el típico jardín decimonónico que surge
al amparo del crecimiento urbano de las ciudades en la época de la
industrialización.
Publicado por Beatriz M. R. en Wikipedia bajo licencia Creative Commons
y para dominio público.
Lee el siguiente texto sobre las condiciones de vida en las ciudades durante la
Revolución Industrial. Su autor fue Federico Engels en 1845 y su titulo las
condiciones de vida del proletariado en Inglaterra, aunque podría ser perfectamente
identificable con la situación de las ciudades españolas durante el siglo XIX.
Por un informe parlamentario sabemos qué inmundicia reina en las
casas de los pobres, en Edimburgo; cosa naturalísima, por lo demás, en
tales circunstancias. Sobre los barrotes de las camas, las gallináceas
encuentran su refugio por la noche; perros y hasta caballos duermen
con los hombres en las mismas piezas, y una consecuencia natural es
la presencia, en estas habitaciones, de ejércitos de animales parásitos y
de una horrible suciedad y hedor. La forma en que está construida
Edimburgo favorece todo lo posible este horrible estado de cosas. La
ciudad vieja está edificada sobre los dos lados de una colina, sobre
cuya loma corre la calle alta (High street). De ésta se desparraman a
ambos lados, bajando de la colina, cantidad de sendas estrechas y
curvas, llamadas, por lo tortuosas, wynds, y ellas forman el barrio
proletario.
Las casas de las ciudades escocesas tienen, generalmente, cinco o seis
pisos
-como en París y contrariamente a las ciudades inglesas, donde, en lo
posible, cada uno tiene su casa aparte- y cada una está habitada por
un gran número de familias; la aglomeración de muchos individuos en
una pequeña superficie es, por esta causa, mayor. ‘Estas calles -dice un
diario inglés en un artículo sobre las condiciones sanitarias de los
trabajadores en las ciudades- son tan estrechas, que desde la ventana
de una casa se puede entrar en la casa de enfrente, y las casas son
altas como torres, de modo que la luz apenas puede penetrar en los
patios y las calles. En estos lugares de la ciudad no existen cloacas, ni
hay en las casas cañerías o retretes, y, por lo tanto, cada noche, todas
las inmundicias, los residuos y excrementos, de por lo menos 50.000
personas, son arrojados a los albañales, de modo que, a pesar del
barrido de las calles, se produce una capa de suciedad estancada y un
olor nauseabundo. Y con esto, no solamente se ofende la vista y el
olfato, sino que además está dañada, en alto grado, la salud de los
habitantes. ¿No es de maravillarse que en tales condiciones estén
completamente postergadas todas las normas de salud, la moral y aún
de la más elemental conveniencia? Por el contrario, todos los que
conocen de cerca las condiciones de los habitantes, pueden testimoniar
el alto grado alcanzado por la miseria, las enfermedades y la
inmoralidad. La sociedad ha caído, en estos lugares, en un estado de
miseria indescriptible, Las habitaciones de las clases más pobres son,
en general, muy sucias, y evidentemente no han sido nunca limpiadas;
constan, en la mayoría de los casos, de una sola pieza, que por la
pésima ventilación y a causa de las ventanas rotas e inadecuadas, es
fría, muchas veces húmeda y se encuentra en parte bajo tierra,
siempre mal amueblada y, por lo tanto, inhabitable. A menudo, un
montón de paja sirve de lecho a una familia entera; sobre él yacen
hombre y mujeres, viejos y jóvenes, en una promiscuidad repugnante.
El agua se obtiene sólo de pozos públicos, y la fatiga requerida para
bombearla justifica, naturalmente, todas las suciedades posibles.
¿Cómo describe el autor las características de la ciudad industrial en los barrios obreros?
¿Qué importancia pudo tener este hecho para el crecimiento urbano de las mismas durante
el período en el que se describe? ¿A qué tipo de plano correspondería el modelo que se
plantea en el texto?
3.3.La periferia urbana o la expansión exterior de las
ciudades
El siglo XX ha sido sin duda el momento de mayor crecimiento de toda la Historia de las
ciudades en España. Al amparo del éxodo rural, millones de personas se han trasladado desde
zonas rurales a otras urbanas, y una de las consecuencias ha sido un desarrollo enorme de los
prinicipales conjuntos urbanos de nuestro país.
Ese hecho ha tenido repercusiones importantes sobre el plano de la ciudad. Estas han
crecido de una forma un tanto descontrolada como respuesta a la llegada, en muy poco espacio
de tiempo, de una gran cantidad de personas que se han asentado en las mismas.
Ya vimos en su momento como este hecho repercutió sobre el plano. Pero además, las
infraestructuras de las áreas periféricas también han experimentado sustanciales
transformaciones a consecuencia de este gran crecimiento.
En concreto, el hecho más significativo es quizás la construcción de una importante red de
comunicaciones que ponga en contacto las diferentes zonas de la periferia. De esta forma
aparecen las grandes rondas de circunvalación por las zonas exteriores de las grandes
ciudades (Como ocurre en casos como Granada, Málaga o Sevilla), son las grandes autovías
que sirven para conectar las barriadas periféricas surgidas durante las últimas décadas, a la
vez que evitan el paso del tráfico por el centro de las grandes metrópolis.
Plano de la M-3O en Madrid. Fue la primera de las grandes
circunvalaciones urbanas que se crearon en España.
Publicado por faelomx en Wikipedia bajo licencia Creative
Commons para dominio público.
Las zonas residenciales
El crecimiento de la periferia se ha basado fundamentalmente en el aumento de las
áreas residenciales, con el objetivo de ofrecer viviendas con una cierta calidad a los
habitantes de las urbes. No obstante, existen grandes diferencias entre las mismas.
Por una parte, se encuentran las denominadas ciudades-dormitorio. En realidad,
estas no forman parte de la ciudad en sí, sino que son pequeños pueblos o
urbanizaciones de la periferia que, por su proximidad a los centros laborales y por
resultar más barato el suelo en ellas, atraen a numerosa población que se desplaza
diariamente desde sus lugares de residencia (donde duermen, realmente) hasta los
lugares donde trabajan, de ahí su nombre. Muchos municipios cercanos a las grandes
ciudades reciben esta denominación, pero de la misma manera, pueden llamarse así a
los grandes barrios periféricos donde vive gran parte de la población de las ciudades.
Por otra parte, este crecimiento periférico se caracteriza por la cada vez mayor
existencia de grandes urbanizaciones de lujo, cerradas prácticamente al resto de la
urbe, en la que sus habitantes viven mantiendo un escaso contacto físico con la misma.
Son las zonas en las que residen las personas de mayor poder adquisitivo y que buscan
lugares un tanto apartados de la gran ciudad, pero que reúnan internamente las
mejores condiciones posibles.
Entre unas y otras suelen existir las denominadas zonas rururbanas. Caracterizadas
por ser un espacio intermedio entre lo rural y lo urbano. Es decir, lugares en los que el
crecimiento todavía no ha conseguido urbanizar, pero que están perdiendo
progresivamente su característica rural para ir poco a poco convirtiéndose en espacios
cada vez más urbanos. Son muy frecuentes en las grandes ciudades que durante su
crecimiento, han ido englobando zonas que anteriormente tenían un carácter
exclusivamente rural.
Aunque el vídeo hace referencia a la ciudad de México D. F., lo
que en él se dice, sería perfectablemente aplicable a la mayor
parte de las ciudades dormitorio españolas.
Publicado por mxarq en You Tube.
La suburbanización y las zonas degradadas.
No siempre las zonas residenciales responden a los modelos anteriores. Más bien al
contrario. Lo que caracterízó el crecimiento de las ciudades españolas durante las
décadas intermedias del siglo XX fue más bien lo opuesto.
El éxodo rural atrajo a cientos de miles de personas hacia las grandes ciudades, y
estas se ubicaron en los lugares en los que pudieron o en los que se le dejaron.
Surgieron así enormes conjuntos de chabolas, suburbios, arrabales o villalatas, es la
denominada suburbanización. Término que hace referencia a aquellas zonas más
degradadas y con una peor calidad urbana.
Solían ser áreas en las que se hacinaba la mayor parte de los obreros de las grandes
industrias, pero con el paso del tiempo, sus características han ido cambiando. Los
suburbios han ido paulatinamente desapareciendo conforme se ha ido incrementando el
nivel de vida.
En estos sectores urbanos todavía perduran, sin embargo, los antiguos complejos
industriales que atrajeron a esta población, pero también estos han ido perdiendo
importancia en la ciudad actual. Hoy día ya no poseen unas características similares a
las de hace medio siglo o más, pues las intensas transformaciones en la industria han
hecho que las personas que en ellas trabajan tengan un nivel de cualificación y de
salarios considerablemente mayor que el de hace varias décadas.
Aún así, los humos, malos olores, peligro de incendio, actividades peligrosas, escapes
tóxicos y otros problemas derivados del hecho industrial, siguen estando presentes en
estas zonas que ocuparon en su momento las zonas más desfavorecidas de las
periferias urbanas.
Las zonas industriales, como esta en Duro (ASturias) han condicionado en buena medida el
desarrollo de las periferias urbanas de las ciudades más industrializadas.
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Desde un punto de vista evolutivo, las grandes ciudades españolas pueden dividirse en tres
momentos de crecimiento que a la vez han dado lugar a la aparición de tres tipos de
morfologías distintas. Estas corresponden al Centro Histórico, también denominado
Casco Antiguo, que es la parte de la ciudad anterior a la Revolución Industrial. En segundo
lugar la zona del Ensanche, también llamada orla pericentral, que corresponde a la ciudad
decimonónica de la industrialización. Finalmente la expansión periférica o área de
crecimiento exterior, que surge ya en el siglo XX con unas características distintas a la
ciudad de la industrialización.
Di a qué tipos de planos corresponden cada una de las imágenes que aquí aparecen:
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