La forma más poderosa y segura de vivir

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GOSHO PARA DIALOGAR
La forma
más poderosa
y segura de vivir
“En ‘Siempre estoy aquí predicando la Ley’, ‘Siempre
estoy aquí’, se refiere al lugar donde viven los
devotos del Sutra del loto. ‘Aquí’ es el mundo saha”.
Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente.
Gosho Zenshu, pag. 756
n el capítulo 16º “Duración de la
vida” del Sutra del loto, se dice:
“Doy la apariencia de entrar en el
nirvana, como medio hábil”. Tal
como señala el Buda, esto es sólo
un medio hábil. Pero lo cierto es
que, por su sabiduría y su amor
compasivo, eternamente sigue trabajando para guiar a todas las personas hacia la felicidad.
E
Así pues, la profunda solidez y la
estabilidad de la vida de un buda
deriva de su actividad incesante
para salvar a las personas, así como
un trompo adquiere estabilidad
cuando gira a máxima velocidad. El
estado de vida de la Budeidad, colmado de amor compasivo y de sabiduría, es de absoluta serenidad.
El verdadero nirvana no consiste en la
extinción física y espiritual, sino en el
perfeccionamiento de la sabiduría. La
expresión “perfecta sabiduría” habla
de una sabiduría sin límites, que obra
en conjunto con el amor compasivo.
Especificamente, se manifiesta en
las actividades permanentes que
lleva a cabo un buda para conducir al
pueblo hacia la iluminación. Este fragmento del Sutra habla de los “poderes trascendentales” del Buda. En
sentido esencial, estos son una función del “amor compasivo que es al
mismo tiempo sabiduría”, del cual
está dotada su vida eterna.
Desde el punto de vista del budismo
de Nichiren Daishonin, esta sabiduría
perfecta es un atributo original de
nuestra propia vida. Noso-tros estamos eternamente dotados de las
tres propiedades iluminadas del
Buda1. Los que han olvidado esta
identidad primordial se encuentran,
para decirlo con las palabras del
sutra, presos de la confusión.
En verdad, un buda siempre está
velando por las personas, bien
cerca de ellas. “Siempre está allí,
1) Tres propiedades iluminadas del Buda: Las propiedades de la Ley, de la sabiduría y de la acción. La propiedad
de la Ley es la verdad de la vida del Buda; la propiedad de
la sabiduría comprende la sabiduría de percibir la verdad,
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predicando la Ley, pero deliberadamente no se hace ver”. Por eso,
Shakyamuni dice hacer que las personas no puedan verlo, aun cuando
él esté a su lado.
¿Por qué llega un buda a tales extremos? Precisamente porque es
necesario, para que las personas
tomen conciencia de su auténtica
identidad y para que puedan valerse
por sí mismos.
Esto es comparable a unos padres
que desaparecerían de vez en cuando del entorno inmediato de sus
hijos para generar progresivamente
su autonomía. Cuando reaparecen,
infunden la seguridad y la confianza
de que, aun cuando alguien no sea
visible inmediatamente, sigue estando allí y, sin falta, reaparecerá. A
medida que el sujeto consolida esta
conciencia, desarrolla el poder de la
confianza en sí mismo. Saber que
hay alguien en quien podemos depositar toda nuestra confianza sin reservas, estar seguros de que alguien sin
falta comprenderá nuestros esfuerzos, aunque nadie más les preste
atención, infunde una tremenda tranquilidad interior y una confianza
inamovible, pero, además, genera un
enorme aliento y, más que ninguna
otra cosa, es causa de fortaleza.
mientras que la propiedad de la acción se refiere a las acciones misericordiosas que emprende el Buda para salvar
a las personas y el cuerpo que manifiesta la vida del Buda
en este mundo con ese propósito.
La forma más poderosa y segura de vivir
Para eso, las palabrás cálidas de
aliento sincero son fundamentales.
Nichiren Daishonin nos dice: “Cuando uno es generosamente alabado
por los demás, se siente capaz de
soportar las peores adversidades.
Tal es el valor que nos brindan las
palabras de elogio”. (El verdadero
aspecto de todos los fenómenos.
LEDND, pag. 406)
Nuestra relación con el Buda no se
limita a esta única existencia. El
“padre” que siempre está velando
por las personas es el Buda eterno
revelado en el capítulo “Duración de
la vida”.
Pero las personas “confundidas” no
consiguen ver al Buda que existe en
su propio corazón. Por este motivo,
Nichiren Daishonin inscribió la vida
del Buda –su propia identidad- en
una forma física y creó el Gohonzon. Este Gohonzon, como objeto
de la práctica, funciona como un
espejo para que podamos ver el
Gohonzon que existe dentro de nosotros mismos.
En el gosho “Sobre la Torre de los
tesoros”, Nichiren Daishonin escribe: “Por tal razón, Abutsu-bo es la
Torre de los Tesoros, y la Torre de
los Tesoros es Abutsu-bo.(...) Usted,
Abutsu-bo, es El Que Así Llega, originariamente iluminado y dotado de
los tres cuerpos. Debe entonar
Nam-myoho-rengue-kyo con esta
convicción: entonces, donde usted
entone el daimoku será el sitio de
emplazamiento de la Torre de los
Tesoros.” (LEDND, pag. 317-318)
Cuando oramos respetuosamente
al Gohonzon, manifestamos la vida
del Gohonzon en nosotros mismos.
Iluminado por el espejo del Gohonzon, el estado de Budeidad que hay
en nosotros espontáneamente aflora a la superficie.
monio esencial. Ahora que hemos
ingresado en el Ultimo Día de la Ley,
predicar la Ley significa (recitar)
Nam-myoho-rengue-kyo”.
El Gohonzon, que corporifica el
alma vital del Daishonin, es la esencia de la vida del Buda. Aunque éste
se halle siempre en el mundo, a través de la forma física del Gohonzon,
si las personas no tienen fe, éste
será, para ellas, un simple papel
impreso o una talla sobre madera.
Pero, en realidad, es la corporificación de la misma vida del Buda.
El Buda de la alegría ilimitada (es
decir, el Buda del amor compasivo y
de la sabiduría, que libremente recibe y emplea el beneficio de la Ley
mística) se manifiesta en la vida de
nosotros, los que recitamos daimoku frente al Gohonzon. En otras
palabras, el Daishonin nos enseña
que, al basarnos en la fe, podemos
tomar contacto con la sabiduría del
Buda y manifestar en nuestra vida
el beneficio del Buda.
El Buda siempre está presente, allí
donde haya una persona de acción
que supera las dificultades en base
a la fe y avanza correctamente en la
vida.
Con respeto a la frase “predicando la
Ley”, las Enseñanzas transmitidas
oralmente agregan: “Predicar la Ley”
es el sonido de las palabras de todos
los seres vivientes, que difunden la
Ley a través de la sabiduría libremente recibida y empleada, que son
parte de su capacidad y de su patri-
Cuando adquirimos la total convicción de que, sin falta, podremos
superar todos los sufrimientos
mediante la fe en el Gohonzon,
nuestra vida comienza a irradiar la
luz de la esperanza ilimitada, y sentimos irrumpir una fuente de fortaleza extraordinaria. Esta es la forma
más poderosa y más segura de
vivir.
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