pues él, pone de manifiesto la unidad de intereses que ya

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pues él, pone de manifiesto la unidad de intereses
que ya en lo antiguo ligaba á los pueblos del
Campo; enseña que la rixdidad entre Tarragona
y los demás pueblos vecinos suyos data ya de
muclios siglos, y mueslra, por último, que el
puerto de Salou, ha sido, como todavía es, aún
que no pueda iitilizarse, el puerto natural de los
pueblos en el Campo tarracoiienre situados. El
hecho éste es como sigue:
E n t r e los pocos catalanes que coocurrieroi~d
las c:ortes que Fernando el Grtdlico convocó en
Vitoria, el 24 de Dicieinbre de 1183, por estimar
la generalidad de aquellos que no podía11traspasar
los limites del Principado, figuraba el arzobispo
de Tarragona D . Pedro de Urrea, qiiicn trajo de
alli la confirmaciijn real de un privilegio concedid o por Pedro IV el Ccienzonioso, en virtud del
cual privilegio. sc facultaba á los ciudadanos de
Tarragoiiz y habitantes de su Campo, para poder utilizar perpétnaniente el puerto de dicha
ciudad y construir una descarga. Con el fin de a r bitrar recursos con que subvenir á los gastos que
las obras reportitseii, el Consejo municipal de
T;irragoria. ;icord<i, con fecha 3 de Diciembre de
1489, crear un impuesto sobre la carne y el pan;
pero no bastándole esto iii el dinero que s e tom6
A préstamo, el h'luiiicipio alcanzó un nuevo privilegio,por el cual quedabaautorizado para extender
á los pueblos del Campo el gravamen que pesaba
sobre la carne, e l p a n y algún otro articulo. Protestó enérgicamente la ~ C o m n n a nde tales disposiciones, y eiitabló un ruidoso pleito que fué fallado en contra de las pretensiones de la ciudad,
la cual, queriendo hacer pagar caro á los pueblos
del Campo su atrevimie~ito.puso trabas a l movimiento de productos agrícolas C. industriales dc
dichos pueblos por el niuclle de Tarragona. Los
pueblos de la <cComunawno s e amilanaron, sino
qiie procuraroii vencer aquellas trabas que la
ciudad les ponía, y al efecto, habilitaron la playa
d e Salou para su comercio maritimo; pero el
Municipio de la ciiidud, acudió contra semejante
pretencii>ii bajo el pretexto de que dicha playa
no estaba sehalada como punto de embarque, alcanzando del rey, en poco más de dos años, tres
provisiones, dc las cuales, la primera prohibía el
trafico mercaiitil por Salou, la segunda confirmaba la aiitcrior', y la tercera imponía severas
penas d los infractores de aquellos mandatos. Y
esto di6 lugar ii que se prepararan los pueblos
dcl Canipo y en su nombre la ~Cornunan,á defender sus derechos, :< cuyo fin, el dia primero de
Mayo dc 1509, congrcgdronse en la Selva del
Campo los sindir:os y procuradores de R e n ~ ,
S e l r a , Riudoms, Aiforja, Montroig, Riudecañas,
Viñols, Codoiiy y de toda la baronia de Escor-
nalbou, y nombrar011 á Bernardo Carnicer de
Reus, ii Bernardo V e r g ~ t ~ i y ode
l la Selsa y :i
Damiiin Macip de Riiidoms, procuradores generales, para que defendieran el derecho de los
pueblos del Campo á la carga y descarga e n
Salou.
P a r a mi, 1, por las razoties untes dichas, este
es el hecho que tiene mayor interés de cuantos
se consigna11 en los Iiermosos escritos del Boletin
Avqucldgico, pero como hay otros que también
merecen ser conocidos, yo recomiendo d mis lectores que lean aqiiellos articulas y que los mediten, para que vean lo que fuimos y lo que somos
los habitantes del Campo de Tarragona. Y si algúii diario hay, como me consta que baby:<, pues
<Lo Somatent. proniete hacerlo, que reproduzca :iquellos escritos y los que :i ellos segnir:<n, reciba desde ahora mi pláceme, pues es.toy persuadido de que hará una buena obra.
O. Rovellat y Pt>ot.
L A PESCA D E L C E R D O
(c<,xci.l;sl¿~s)
?Ucómo es posiüle pescar eti el mar un cerdo,
si no es animal acuatico, ni siquiera anfihio? preguntarfin algunos. A estos podcmos decirles, por
más que esté en contra la opinión vulgar y m & s
generalizad:^, que el cerdo es amante de la limpieza y del agua, pareciendo s e halla en sus delicias riéndose libre, y teniendo pr6xima una corriente de agua cristalina en que pueda introdiicirse. D e aqui puede inferirse c u i n engañados
van loshombres en muchos de sus prejuicios, al
obrar guiados por lo que oyeron,, no por lo que
hayan observado por si mismos.
Mas, no s e trata aquí de probar si el cerdo es
animal ni& 6 menos limpio; esta seria mas bien
cuesti6n para tratada en una conferericia sobre
higiene. Ahora no es ocasión de hablar mas que
de la pescn del cerdo, como otro de los números
que entran en el repertorio de los festejos, ofrecidos fi la espcctación de los coricurrentes :i las
férias y baños de la atractiva y hospitalaria población de Alicante.
E n efecto, siendo tan larga la temporada en que
hay que sostener latente el agradable esparcimiento de los bariistas, trataron los geniales y hu-.
moristicos hijos de la región levniitina,de ampliar
el programa con un nuevo y llamativo espect:iculo, que atrayera la atenci5n por su especialidad
y rareza; y recordando á este propósito las aptitudes natatorias del cerdo, incluyeron entre los
números de los juegos marítimos, el que concedía como premio un cerdo cebado, a l nadador
que cogiéndolo en el mar lo aportase :i tierra.
Revista del CcnLvo de Lectura
Con tal propósito s e introduce en el mar un
cerdo, al que antes se h a enjabonado bien de cabeza á piés, y eii tal disposición se le suelta, facultando á los nadadores aspirantes al premio,
p a r a que s e echen al a g u a en persecucióii de la
codiciada presa.
E s de ver el espectzículo que ofrecen los esfiierzos de tantos ágiles nadadores, que confiados en
s u agilidad y ligeraza, no llegaron á sospechai:
ni en sueños, podiesen verse burlados por el pesado y sabroso cuadrúpedo, en cuya persecucióii
se kmzaron. h1;cs es el caso. que cuando el nadador llega ;t alcarizar y cree en sil poder la codiciada presa, se escurre ésta de sus manos, hundiéndose su sorprendido perseguidor y recibiendo
inesperado chapiizón que d i lugar .i la rechifla
con que le obsequian los espectadores, a l verle
burlado.
E s t a suerte se repite á veces con dos ó más,
que á un mismo tiempo pusieron mano sobre la
escurridiza presa, siendo eiitonces m á s notables
los cbapuzones, dando lugar á mayor chacota.
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Con estas alternativas va siguiendo el juego, que
se haria intermiiiable, si empezando zí sentir dccaer sus fuerzas los iiadadores, y convencidos de
la inutilidad de s u ciiipeño, sino trataban de iitilizar cii la lucha facultades de que carece y no
puede por ello utilizar s u perseguido adversario,
eli cl que y a se advierten ligeras muestras de
fatiga, no s c pusieran de acuerdo tres ó m i s de
aquellos en el modo de obrar colectivamente, y
atacando los iiadadores en distintas direcciones á
la codiciada presa, cuando esta s e escurre de uno
de sus perseguidores, tropieza con otro de ellos,
y se d i el caso de que varios de los pescadores
tienen cogido por la cabeza, piernas y cola al
esciirredizo cerdo, e n cuyo caso, puede decirsees
suyo el disputado premio. y queda finida la suert e ó tipico juego de l a pesca del cerdo, que ofrecemos ;i la curiosidad de nuestros apreciables
lectores.
Bernardo Torno$a.
Reus y Septiembre de 1901.
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MELOD~A
(A t.,\ ~ ~ Y 0 l l l i\Ir\l<Íh
. r ~ DEI. C.\II.XEX
C.\l'l,l?\li.h)
con aleties y sauces,
\- eiitonau los ruiseñores
melodias inefables,
que repiten dulces ecos
perdiéndose por el valle
cuando La apacible noclie
tiende sus negros cenrlalec:
es niña el Monte Carmelo.
(Puedes ser mis bella, Cármen?
iOli! que dure eternamente
la espresibn de tu semblante,
tu esbeltez, tu dulce acento,
tus gracias inconiparabies
para gloria de este mun~lo
i. para ilusión del arte,
<fueen este valle de abrojos
~ i oal,uii~larimuclio los ingelcs.
;Ay Cirmen, si yo pudiera
espresai. lo que tú vales,
lo que te envidian las flores,
lo que te ensalzan las aves! ...
Al verte tan pitra y bella
igiloro si eres un ángel,
unsi flor del paraíso
i> la estrella de la tarde,
rlue es la estrella más hermosa
y la de luz más suave.
Si eres bella, ú no eres bella
lo dicc tu nombre, Carmen,
que i l significa poesía,
rergeles orientales,
y el nionte más precioso,
niás poblado de arrayanes,
donde se enredan las rosas
C
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S
Crónica Científica
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Franeiseo Oiias y Elias.'
IZeus, 1901.
m
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LAGRAVEDAD
COMO F U E R Z A U T I L I Z A B L E
Recuerdo haberpublicado en esa mism;i secci6n de la Revisto del Centiio de Ueetura y
con el titulo de .<Lo útil en l a Naturalezas, una
crónica e n la cual pregonaba y o que nada hay en
el mundo que no preste sus utilidades y que no
contribuya ú la perfecta harmonía del Univcrso.
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Decía también eritonces, que si algun;rs cosas
nos pareciaii i n ú t i l ~ sy hasta dañinas, depende
no de que lo sean realmente, sino mejor, de que
no las hemos estudiado suficieiitemente para poder sacar de ellas el debido provecho, y, p a r a d e mostrzir cstns ~ifirmacionesmias, os citaba atgunos Iicclios. Hoy quiero volver sobre el mismo
tema, pero valifndome para mi dcmostracibn, de
las ll;imadas fuerzas naturales, como son las corrictites de agua y de aire, y m á s que nada dc la
fuerza dc la gravedad.
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