REG. SENT. 255. JDO. 17

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REG. SENT. 255. JDO. 17
En la ciudad de La Plata, a los 23 días del mes de noviembre de dos mil cuatro,
reunidos en Acuerdo Ordinario los Señores Jueces de la Sala Primera de la
Cámara Segunda de Apelación, Doctores GUALBERTO LUCAS SOSA y
CARLOS SAUL MARROCO, para dictar sentencia en los autos caratulados: "F.
E. E. C/L. A. E. M. S/ALIMENTOS" (causa: 93.489), se procedió a practicar el
sorteo que prescriben los artículos 168 de la Constitución de la Provincia, 263 y
266 del Código Procesal, resultando del mismo que debía votar en primer
término el doctor MARROCO.
LA SALA RESOLVIO PLANTEAR LAS SIGUIENTES CUESTIONES:
1ra. ¿Resulta ajustada a derecho la apelada resolución dictada a fs. 298
y vta.?.
2a. ¿ Qué pronunciamiento corresponde dictar?
VOTACION
A LA PRIMERA CUESTION PLANTEADA EL DOCTOR MARROCO DIJO:
M. C. L., por medio de apoderada se alza contra la resolución de fs. 298
y vta. que hizo lugar al incidente de cesación de cuota alimentaria promovido por
su padre, E. M. L. A..
Los agravios (fs. 306/307 vta.) llegan con la réplica de fs. 309/310 vta..
Se trata en la especie del reclamo alimentario al padre por parte del hijo
que ha alcanzado la mayoría de edad.
Sabido es que la obligación alimentaria a cargo de los padres con
respecto a los hijos menores cesa de pleno derecho sin necesidad de
declaración judicial desde la fecha en que los hijos alcanzan la mayoría de edad
(art. 306 inc. 3º, Código Civil; esta Sala causa 93820 RSD-218-1).
Sin embargo la cuota alimentaria establecida durante la minoridad podrá
mantenerse tras la mayoría de edad -o emancipación- si se demostrare que al
hijo -ahora mayor- no le es posible proveerse al propio sustento y la atención de
sus necesidades básicas, quedando la cuota entonces limitada a lo que resulte
idispensable para ello .
En tal caso, la cuota no cesará ipso iure, y se mantendrá en tanto no se
modifique mediante un incidente a tal efecto (art. 367 inc. 1º del Código Civil;
Bossert, Gustavo A. "Régimen jurídico de los alimentos", pto. 257, pág. 230).
Es que si dentro de nuestro sistema legal, cualquiera de los cónyuges
separados o divorciados, haya o no declaración de culpabilidad, puede reclamar
del otro a título excepcional, alimentos de toda necesidad (art. 209 del Código
Civil) y también se encuentran habilitados para reclamarlos los parientes (art.
370 del Código Civil) con mayor razón puede hacerlo el hijo mayor que es
quizás quien encarna el más trascendente e indisoluble vínculo familiar.
No por nada se ha dicho que a diferencia de la obligación alimentaria
entre parientes, el derecho de los hijos a recibir alimentos de sus padres
constituye una consecuencia derivada de los indelegables deberes primarios
que impone la patria potestad, que sin desplazamiento de las normas generales
sobre la materia (arts. 374 a 376, del Código Civil), ha merecido específica
regulación sustancial (arts. 265 a 272 del Código citado; esta Sala, causa A43.552, reg. sent. l49/95; 93.362, reg. sent. 45/00).
En la especie, quien reclama la prestación alimentaria para sí tiene hoy
24 años, vive con su madre junto al esposo de ésta y la hija de ambos de 5 años
de edad. El departamento que ocupa junto a los nombrados, ubicado en la
ciudad de Mar del Plata, es de escasas dimensiones y cubre mínimamente las
necesidades del grupo conviviente, de limitadas posibilidades económicas (ver
informe fs. 177/178 vta.).
La historia clínica obrante a fs. 182 e informe médico-clínico de fs. 187
dan cuenta de las dolencias físicas alegadas por M. C. L. y de la consecuente
necesidad de atención profesional y provisión de medicamentos diferenciados.
Quedan igualmente acreditados los padecimientos y trastornos de orden
psicológico que requieren asistencia profesional prolongada. Esa es la mayor
dificultad que se le presenta a M. C. para dejar atrás una historia difícil de
superar, armarse nuevamente, avanzar en sus estudios y alcanzar una salida
laboral digna.
No se advierte atisbo alguno de desinterés, desgano o indolencia en su
discontinuidad como estudiante universitaria. Si rescato su posibilidad de
progreso, y su convicción de que luchando se puede mejorar, todo ello
indisolublemente vinculado a un proceso terapéutico.
Resulta por demás ilustrativo para el caso las palabras de la psicóloga
actuante cuando señala que M. C. se encuentra desvastada en su rendimiento
personal a todo nivel (ver informe fs. 226/228), no obrando en autos elemento
de juicio objetivo alguno que permita desmerecer dicho informe técnico. Por el
contrario, frente a la severa impugnación desarrollada a fs. 234/235, la
profesional brindó sólidos argumentos de refuerzo en sufragio de su primera
conclusión (ver fs. 242/245 vta.).
No puedo dejar de señalar que por razones ajenas a su voluntad y a una
edad demasiado temprana, M. C. se vio expuesta a los avatares de un proceso
judicial largo, difícil, particularmente doloroso para cualquier infante, generado
por la conflictiva relación matrimonial de sus padres, corresponsables de su
estado actual. Remarco la noción de responsabilidad y no de culpa. Ahora ella
necesita algo más que recordarle simplemente que llegó a la mayoría de edad y
debe hacerse cargo de sí misma, pues no sólo razones de índole legal la
habilitan a solicitar la ayuda mínima que necesita, sino fundamentalmente de
orden moral.
Que frente a las acreditadas dificultades físicas y psicológicas, que
gravitan decididamente de forma negativa y a modo de círculo vicioso para
avanzar en sus estudios y ubicarse también en el mercado laboral, considero
viable la procedencia del reclamo alimentario formulado, estimando prudente y
razonable a la vez fijarlo en el 50 % del total de los haberes que el Sr. E. M. L.
A. percibe como jubilado de la Caja de Retiros y Jubilaciones y Pensiones de la
Policía, otrora asignada íntegramente a la prestación alimentaria, excluídos
exclusivamente los aportes de ley (arts. 370 del Código Civil; 34 inc. 4º, 163 inc.
5 y 6, 242, 246, 260, 384, 647 del Código Procesal).
Consecuentemente, con el alcance indicado, voto POR LA NEGATIVA.
A la misma primera cuestión, el Sr. Juez Dr. Sosa, dijo que:
Por coincidir con las motivaciones desarrolladas en el voto que antecede
adhiere al mismo (art. 266, C. Procesal) y, en consecuencia, vota también por la
NEGATIVA.
A la segunda cuestión planteada el Sr. Juez Dr. Marroco dijo:
En atención el acuerdo logrado corresponde, y así lo propongo, revocar
la apelada resolución de fs. 298 y vta. y hacer lugar al reclamo alimentario en
favor de M. C. L. y a cargo de su padre E. M. L. A., fijándolo en el 50 % del total
de los haberes que este último percibe como jubilado de la Caja de Retiros y
Jubilaciones y Pensiones de la Policía, excluídos exclusivamente los aportes de
ley. Postulo que las costas de ambas instancias sean impuestas al alimentante
en atención a la naturaleza asistencial de la cuestión tratada y la forma en que
la misma se resuelve (arts. 68, 69, 274 del Código Procesal).
ASI LO VOTO.
A la misma segunda cuestión, el Sr. Juez Dr. Sosa dijo: que coincidiendo
con la solución propuesta en el voto que antecede, también se expide en el
mismo sentido.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente:
SENTENCIA
POR ELLO, y demás fundamentos expuestos, se revoca la apelada
resolución de fs. 298 y vta. y se hace lugar al reclamo alimentario en favor de M.
C. L. y a cargo de su padre E. M. L. A., que se fija en el 50 % del total de los
haberes que este último percibe como jubilado de la Caja de Retiros y
Jubilaciones y Pensiones de la Policía, excluídos exclusivamente los aportes de
ley. Costas de ambas instancias al alimentante. REG. NOT y DEV.
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