N u ev o s e n fo q u e s Terapia génica: Buscando alternativas a las inyecciones de insulina Por James Shaw Tanto la diabetes tipo 1 como la tipo 2 aumentan enormemente el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca y son las principales causas de ceguera, amputación del pie y fallo renal. Hoy existen pruebas concluyentes de que estas complicaciones a largo plazo pueden prevenirse si mantenemos los niveles de glucosa en sangre lo más cerca Aunque la diabetes tipo 1, rápidamente fatal sin una sustitución de la insulina, se está haciendo más común, la mayoría de las personas con la afección tiene diabetes tipo 2, por lo que no necesita inyecciones de insulina para sobrevivir. Sin embargo, una pérdida inexorable de la capacidad de su propio organismo para segregar insulina durante un período de varios años conlleva un aumento de la necesidad de terapia de insulina también en estas personas. posible a la normalidad. Sin embargo, conseguir esto con inyecciones convencionales de insulina tiene como resultado un aumento del triple del número de ataques discapacitadores debidos a niveles bajos de glucosa (hipoglucemia). Por lo general, puede conseguirse un control lo suficientemente bueno mediante un considerable esfuerzo continuado por parte del individuo y una contribución intensiva por parte de los servicios sociales. En el rápidamente creciente campo de la terapia génica, se están generando y examinando nuevas ideas que proporcionan soluciones alternativas a las inyecciones de insulina. >> Abril 2002 Volumen 47 Número 1 30 Nuevos modos de administrar insulina Se han creado recientemente preparados de insulina por medio de la ingeniería genética que entran más rápidamente en la corriente sanguínea tras ser inyectados por vía subcutánea.También pueden ya obtenerse insulinas modificadas con el fin de proporcionar un reemplazo de insulina más estable durante las 24 horas. Sin embargo, la absorción de insulina por parte del organismo tras su inyección por vía subcutánea es intrínsecamente muy variable, y sigue siendo poco probable que se puedan conseguir los niveles basales constantes de insulina entre comidas y a lo largo de la noche que se observan entre quienes no tienen diabetes. De hecho, la inyección subcutánea de insulina ha sido descrita de modo memorable por Sir George Alberti como "la insulina equivocada en el lugar equivocado y en el momento equivocado". N u ev o s e n fo q u e s Las bombas que se llevan de modo externo o que se implantan quirúrgicamente pueden suministrar insulina a un ritmo constante con la posibilidad de aumentar el ritmo del suministro durante las comidas. Sin embargo, las bombas son caras de adquirir y de mantener, y en el presente tan sólo se usan de modo generalizado en los Estados Unidos y en algunas zonas prósperas de Europa. Transplantes Páncreas humano La insulina se produce y se segrega desde unos "islotes" de tejido del páncreas, una glándula situada tras la parte baja del estómago. El transplante de todo un páncreas obtenido post mortem de donantes humanos ofrece un verdadero potencial de cura para la Islotes procedentes de páncreas de donantes humanos o animales y células secretoras de insulina modificadas mediante ingeniería genética pueden inyectarse directamente en la vena porta, evitando así una operación quirúrgica. diabetes, al restaurar los niveles normales de insulina. Sin embargo, además de requerir una importante operación quirúrgica con sus posibles complicaciones, este procedimiento necesita un tratamiento de por vida con medicación tóxica inmunosupresora (medicamentos que impiden que el organismo luche contra sustancias extrañas) para evitar el rechazo del transplante. Además, el suministro de órganos es escaso. El transplante de páncreas, por lo tanto, se ha restringido principalmente a aquellos que también necesitan un transplante de riñón. Células de islotes de cerdos Células de islotes humanos Más recientemente, tras el aislamiento, purificación y transplante de los islotes secretores de insulina de páncreas humanos procedentes de donantes, un pequeño grupo de individuos con diabetes tipo 1 tratados en Edmonton, Canadá, ha podido abandonar las inyecciones de insulina y continuar con niveles normales de glucosa hasta durante dos años. Se evita la operación abierta mediante una inyección guiada por rayos X de células a través de la piel y el hígado y hasta la vena porta, que lleva la sangre desde el páncreas y Receptor Donante Vena porta Aislamiento de islotes Páncreas Jeringa Páncreas Células beta Islote de Langerhans aislado Islote del páncreas el intestino hacia el hígado (ver figura abajo). Se esperan con impaciencia los resultados a un plazo más largo, tanto en términos de independencia continuada de la insulina como de inocuidad de la nueva medicación inmunosupresora que se utiliza en este enfoque. Se necesitaron páncreas de al menos dos donantes para cada uno de los pacientes de Edmonton. La generalización de la aplicación tanto del transplante de páncreas como de islotes aislados, por lo tanto, se verá gravemente restringida por la limitada disponibilidad de tejidos de donantes. Células modificadas genéticamente para su transplante Islote en la vena porta 31 La utilización de tejido pancreático derivado de cerdos es complicada por la preocupación que causa el riesgo de contagio de infecciones virales porcinas que podrían ser más dañinas en humanos, junto con la agresiva respuesta inmune que se puede producir contra un tejido extraño procedente de otra especie. Este último problema ha llevado a intentar clonar cerdos modificados genéticamente que no contengan los genes responsables del rechazo. Ingeniería genética Células de roedores Una solución a la disponibilidad limitada de tejidos para el transplante sería la producción en laboratorio de células secretoras de insulina para su almacenamiento en bancos de tejidos previamente al transplante. En roedores, esto se ha conseguido con éxito por irradiación o mediante la ingeniería genética de las células beta, las células que producen normalmente insulina en los islotes. Se necesita modificarlas aún más para desactivar los genes responsables de la producción de insulina de roedor, reemplazándolos por otros que Abril 2002 Volumen 47 Número 1 N u ev o s e n fo q u e s El enfoque de células de islote producidas mediante ingeniería genética ♦ Modificación genética de células secretoras de insulina obtenidas de niños con síndrome de superproducción de insulina. ♦ Cultivo de células madre embrionarias con un conjunto específico de factores de crecimiento que hace que se conviertan en células secretoras de insulina. ♦ Cultivo de células madre de conductos del páncreas que tienen la capacidad de convertirse en células secretoras de insulina en las condiciones adecuadas. produzcan insulina humana.También es necesario realizar cambios para prevenir una secreción máxima de insulina ante niveles bajos de glucosa, algo que suele ocurrir con estas células y que de otro modo podría producir niveles peligrosamente bajos de glucosa tras el transplante. Células humanas La producción de células beta humanas en laboratorio había sido infructuosa hasta trabajos recientes sobre el tejido de un niño con una rara afección que consiste en segregar persistentemente altas cantidades de insulina que no se regula por los niveles de glucosa en sangre. Esta afección la causan unas mutaciones en el código genético de una proteína conocida como el receptor de sulfonilurea, que, junto con un canal que transporta potasio a través de la membrana exterior de la célula del islote, juega un importante papel en la regulación normal de la secreción de insulina. El reemplazo del gen del receptor de sulfonilurea anormal, de un gen que produce el canal de potasio y de otro gen que regula la producción de insulina (denominado PDX-1) ha dado como resultado una línea de células beta de islote que pueden cultivarse en laboratorio y que segregan insulina de modo normal como respuesta a las cambiantes concentraciones de glucosa. Aún quedan por realizarse estudios con esta línea de células beta en Abril 2002 Volumen 47 Número 1 animales con diabetes.También se necesita un mecanismo para detener la posterior proliferación de las células tras su implante antes de que pueda determinarse la viabilidad de este enfoque como terapia génica de la diabetes. Otros grupos están evaluando la posibilidad de inducir células madre procedentes de embriones a formar tejido de islotes. Las células madre son células inmaduras capaces de desarrollarse hasta convertirse en distintos tipos de células especializadas. Se han producido con éxito células beta mediante el cultivo de células madre de embriones de ratón en las condiciones apropiadas con un cóctel específico de factores de crecimiento. Estas células producen insulina y, para nuestra satisfacción, se ha demostrado que normalizan los niveles de glucosa en sangre tras ser implantadas en ratones con diabetes. Sin embargo, este trabajo aún se encuentra en etapa de formación y sigue existiendo la preocupación ética acerca de la utilización de tejido embrionario humano para la terapia génica. Se ha demostrado recientemente que las células de islotes tienen una capacidad mucho mayor de regeneración de la que se pensó anteriormente.Tienen un índice relativamente alto de recambio en 32 personas y animales sin diabetes, observándose retoños de nuevos islotes en los conductos de sectores del páncreas que intervienen en la secreción de jugos digestivos hacia el intestino. Esta capacidad se ha aprovechado en laboratorio para producir nuevos islotes a partir de tejido pancreático procedente de roedores, cerdos y humanos. Se espera que esto permita obtener un número mucho mayor de islotes procedentes de órganos de donantes, reduciendo así las limitaciones impuestas por la inadecuada disponibilidad de tejidos para el transplante. Prevenir el rechazo El rechazo de los transplantes tiene lugar cuando los leucocitos, que luchan contra las infecciones, detectan una proteína extraña en la superficie de las células.Todos los enfoques que requieren el transplante de tejidos extraños resultan complicados hoy día por la necesidad de inmunosupresión para toda la vida para paralizar a los leucocitos. Se esperaba que el rechazo inmunológico podría prevenirse sin medicación rodeando las células transplantadas con un material sintético que contuviese poros lo suficientemente grandes como para permitir la entrada de oxígeno y glucosa y la salida de insulina, pero lo suficientemente pequeños como para evitar el ataque de los anticuerpos, las proteínas que el N u ev o s e n fo q u e s cuerpo produce para protegerse a sí mismo de las sustancias extrañas. Se han utilizado varios polímeros para formar microcápsulas (que rodean a cada islote) o macrocápsulas (que encapsulan un grupo de células). Existe, sin embargo, una considerable tendencia a que estas cápsulas se rompan y a que los poros se vean bloqueados por las células que los rodean. Además, siguen saliendo de las cápsulas proteínas extrañas, provocando una respuesta inmunológica, mientras que unas moléculas más pequeñas conocidas como citoquinas aún pueden entrar y provocar el rechazo del tejido transplantado dentro de la cápsula. Al inyectar genes en un músculo, éste los absorbe y los activa. Esta fotografía muestra la sección transversal del músculo de una rata al que se le había inyectado siete días antes un gen para conseguir una proteína fluorescente. Ha absorbido el gen y lo ha activado para producir la proteína que puede detectarse mediante su fluorescencia. Un enfoque alternativo es el implante de un páncreas artificial, una estructura de plástico que contiene tejido de islotes pancreáticos conectado mediante tubos a los principales vasos sanguíneos, de modo que tiene su propio suministro de sangre. Esto se ha probado en perros, pero entre las complicaciones se encuentra el sangrado interno y la formación de coágulos peligrosos. Estos problemas han llevado a intentar la modificación de las células transplantadas mediante ingeniería genética para prevenir un ataque inmunológico. Entre estos enfoques "inmunoadaptadores" se encuentra la alteración de las proteínas producidas por las células transplantadas, de modo que resulten menos extrañas; la producción de citoquinas protectoras que contrarresten la respuesta inmunológica; y la expresión de factores que prevengan que las citoquinas anfitrionas ataquen al transplante. Estas técnicas aún se encuentran en una fase temprana de su desarrollo. Al igual que protegen las células transplantadas, podría ocurrir que también protejan a las propias células beta del individuo de un ataque inmunológico, evitando con esto la recurrencia de la diabetes tipo 1. Terapia génica mediante la utilización de las propias células Hay quienes creen que los enfoques que utilizan el transplante de tejido extraño seguirán siendo prohibitivamente caros, incluso si se puede evitar el rechazo del injerto y la recurrencia del proceso diabético inicial, que produce el fallo de las nuevas células beta secretoras de insulina. El transplante, por lo tanto, no parece ser una opción viable para la mayoría de las personas con diabetes tipo 1 de todo el mundo. Células musculares Mi grupo de científicos y otros han demostrado en roedores que músculos como los de la pierna pueden absorber y activar nuevos genes tras una simple inyección de ADN puro, la sustancia de la que están hechos los genes (ver foto). El músculo es fácilmente accesible a través de la piel, y tiene un buen suministro sanguíneo.Tras la inyección de genes humanos de insulina, modificados para ser procesados con normalidad en células como las musculares que no forman glándulas por naturaleza, se han observado niveles casi normales de insulina humana en circulación en ratas durante hasta cinco semanas. Los niveles de glucosa en sangre se han reducido de modo importante sin resultar peligrosamente bajos. Utilizando secuencias de ADN que se han desarrollado en bacterias para hacerlas resistentes al antibiótico tetraciclina, la cantidad de insulina que se produce y se segrega en los músculos puede controlarse y detenerse gracias a este medicamento inocuo. De modo similar, al utilizar secuencias de ADN que regulen la producción de genes de insulina como respuesta a los cambios de los niveles de glucosa, esperamos conseguir una secreción de insulina 33 Abril 2002 Volumen 47 Número 1 N u ev o s e n fo q u e s realmente adaptada a los niveles de glucosa a partir de las propias células musculares del individuo. Esta técnica ofrece la posibilidad de restaurar los niveles basales constantes de insulina durante períodos prolongados tras una sola inyección, evitando con ello el transplante y la inmunosupresión. El transplante no parece ser una opción viable para la mayoría de los que tienen diabetes tipo 1 de todo el mundo. Si, sin embargo, queremos imitar el pico en la secreción de insulina que se detecta normalmente durante las comidas, necesitaremos un sistema para segregar rápidamente la insulina almacenada en las células musculares. Con este fin, estamos desarrollando un sistema diseñado para que las células respondan a una sustancia ingerida por vía oral con las comidas. De este modo podrá restablecerse el suministro de insulina tanto basal como durante las comidas. éstos se han modificado para minimizar cualquier riesgo de infección viral generalizada. Células intestinales Existen muy pocos tipos de célula, aparte de las células beta del páncreas, en las que el nivel de una hormona segregada se controle mediante la glucosa. Las denominadas "células K" están presentes en la capa que recubre el intestino y producen otra hormona, el péptido inhibitorio gástrico (PIG), en respuesta a los crecientes niveles de glucosa tras una comida. En ratones modificados mediante ingeniería genética con un gen que combina el ADN utilizado para controlar los niveles de PIG con el ADN de un gen modificado de insulina humana, la secreción de insulina desde las células K tuvo como resultado niveles normales de glucosa, incluso tras la desactivación de las propias células beta del páncreas del animal. Sería necesario desarrollar un método apropiado para transferir con éxito estos genes a las células K en una persona con diabetes antes de que estos enfoques puedan ser considerados para su estudio clínico. Células hepáticas Se ha conseguido niveles de glucosa bien controlados en roedores diabéticos mediante la transferencia de un gen de insulina al hígado, modificado para que se active con el aumento del nivel de glucosa en sangre. En un estudio muy interesante, la modificación de células hepáticas para expresar el gen PDX-1, que regula la producción de insulina, dio como resultado que se comportasen como células beta, segregando insulina en respuesta a la glucosa de un modo casi normal. El éxito en la transferencia de genes al hígado ha necesitado, sin embargo, la inyección intravenosa de virus potencialmente tóxicos, aunque Abril 2002 Volumen 47 Número 1 Prudente optimismo En este artículo he resumido los enfoques de terapia génica de la diabetes que resultan más prometedores hoy día.Todos estos enfoques, sin embargo, necesitarán un mayor refinamiento y estudio antes de que pueda considerarse su ensayo en personas con diabetes. Sin embargo, si la promesa inicial de los estudios en animales puede traducirse en eficacia clínica, parece ser que la ingeniería genética tendrá un excitante papel en el futuro en el tratamiento de personas con diabetes. 34 James Shaw El Dr. James Shaw es Médico Especialista y Socio veterano de GlaxoWellcome en Diabetes en la Universidad de Newcastle, en el RU. Tiene un interés clínico en el transplante de todo el páncreas y de islotes aislados. Además, su grupo base de investigación científica está explorando la viabilidad de la terapia génica de la diabetes mediante el empleo de las propias células del receptor para reestablecer la secreción de insulina. Para saber más BONNER-WEIR S., TANEJA M., WEIR G.C., et al. (2000): "In vitro cultivation of human islets from expanded ductal tissue", Proc. Natl. Acad. Sci. USA, 97(14), pp. 7999-8004. FERBER S., HALKIN A., COHEN H., et al. (2000): "Pancreatic and duodenal homeobox gene 1 induces expression of insulin genes in liver and ameliorates streptozotocin-induced hyperglycemia", Nature Med., 6, pp. 568-572. MACFARLANE W.M., CHAPMAN J.C., SHEPHERD R.M., et al. (1999): "Engineering a glucoseresponsive human insulin-secreting cell line from islets of Langerhans isolated from a patient with persistent hyperinsulinemic hypoglycemia of infancy", J. Biol. Chem., 274, pp. 34059- 34066. SHAW J.A.M., DELDAY M.I., HART A.W., DOCHERTY K. (2002): "Secretion of bioactive human insulin following plasmidmediated gene transfer to nonneuroendocrine cell lines, primary cultures and rat skeletal muscle in vivo", J. Endocrinol., 172, pp. 653-672. SORIA B., SKOUDY A., MARTIN F. (2001): "From stem cells to beta cells: new strategies in cell therapy of diabetes mellitus", Diabetologia, 44(4), pp. 407-415.