1 Las Dras. Ana Lidia Sumcheski y Alicia Maria Peteira han presentado ponencias relacionadas con propuestas de modificación del Art. 34 Apartado 1, del Dto. 1001/82: la primera referida a la ampliación del plazo de permanencia para la Destinación Suspensiva de Depósito de Almacenamiento y la segunda estableciendo la distinción entre los regímenes del Depósito Provisorio de Importación y la Destinación Suspensiva de Depósito de Almacenamiento. A solicitud del Comité de Selección de Ponencias, se ha procedido a reformular la propuesta, unificándola y manteniendo en forma separada las fundamentaciones de ambas autoras. La propuesta de modificación unificada es la siguiente: Art. 34: “A los fines de lo previsto en el art. 291 del Código Aduanero: 1.- La mercadería podrá permanecer sometida a la destinación de depósito de almacenamiento por el plazo de tres (3) meses para la vía marítima o fluvial y de un (1) mes para la vía terrestre o aérea, a cuyo vencimiento se dispondrá la venta en la forma prevista en el art. 419 del Código. La permanencia de la mercadería en el depósito provisorio de importación no será tomada en consideración para el cómputo de los plazos a que se refiere esta norma”. A continuación se transcribe el desarrollo de cada una de las ponencias: Ponencia de la Dra. Sumcheski referida a la ampliación del plazo de permanencia para la destinación suspensiva de depósito de almacenamiento: I.- Introducción La destinación suspensiva de depósito de almacenamiento, denominada comúnmente copia de depósito, está regulada en la Sección III, Tít. II, Cap. Quinto, arts. 285 a 295 del Código Aduanero, reformado por la ley 25.986; y ha sido definida en el art. 286 como: “...aquella en virtud de la cual la mercadería importada puede quedar almacenada bajo control aduanero por un plazo determinado, para ser sometida a otra destinación autorizada”. No debe confundirse esta destinación con el régimen de depósito provisorio de 2 importación, regulado por los arts. 198 a 216, el cual en el curso operativo de ingreso de la mercadería constituye un paso previo a aquél. El Código Aduanero fue dictado tratando de mantener una estricta coherencia tanto en su articulado como en las disposiciones que lo integran. Así lo explica la Comisión Redactora en el texto introductorio de la Exposición de Motivos que acompañó al proyecto de la ley 22.4151. Esa armonía se ha visto quebrantada a través de la reducción extrema del plazo establecido a los fines previstos por el art. 291 del Código. También, en el apartado 1 del Capítulo Quinto, relativo específicamente al depósito de almacenamiento, la Exposición de Motivos expresa que: “El proyecto de código, habiendo receptado el instituto del «depósito provisorio de importación» (arts. 198 a 216), contempla la continuación de aquella situación provisoria a través de la destinación suspensiva de depósito de almacenamiento...”. De ello surge con innegable claridad que se trata de dos regimenes diferenciados y que el primero puede continuar al otro. Las sucesivas reducciones del período admitido para la estadía bajo esta modalidad han mellado su propia esencia, llegando al punto de hacerlo desaparecer como régimen autónomo. Ahora esta destinación únicamente resulta utilizable como un trámite previo para el reembarco o fraccionamiento de mercaderías, cuando el objeto principal no es precisamente estas prácticas sino el almacenamiento transitorio durante un plazo útil. II.- Fundamentos La mercadería importada que es sometida a la destinación suspensiva de depósito de almacenamiento puede quedar en un recinto fiscal, bajo el control aduanero, por un plazo determinado (art. 286 C.A.). Es precisamente en ese plazo —que debe ser fijado por el P.E.— donde descansa la funcionalidad del régimen. Sin embargo, cuando el término necesario para que funcione correctamente es muy reducido o inexistente, desaparece también toda 1 Introducción – Punto I: “El proyecto del Código aduanero se ha redactado en cumplimiento de la misión de elaborar un cuerpo de normas organizado, armónico y moderno que regule en forma sistemática la materia aduanera...” 3 posibilidad de hacer uso del beneficio que se ha pretendido brindar a los usuarios al incluirse esta destinación en el Código Aduanero. Sin perjuicio de ello, si posteriormente se pretendiera suprimir esta herramienta podría recurrirse a los mecanismos necesarios para su derogación, en lugar de tornarla impracticable por una vía indirecta: reducción del plazo más allá de lo razonable. La introducción de mercadería de importación a un depósito de almacenamiento, además de permitir el reembarco, la transferencia y el fraccionamiento, no está sujeta a la imposición de tributos (art. 289 C.A.). Es allí donde radica su principal ventaja que beneficia tanto a los importadores como a los exportadores. Por ello, con el objeto de reglamentar lo previsto en el art. 291 del Código Aduanero2, originalmente el art. 34 del Decreto Reglamentario 1001/823 había fijado plazos razonables para la permanencia de la mercadería que se hubiere destinado en forma suspensiva bajo el régimen de depósito de almacenamiento. Con el correr del tiempo, sucesivas normas fueron alterando esos plazos con diversos fundamentos (v.g. evitar la acumulación de cargas en los depósitos fiscales, necesidad de recaudación por parte del fisco, atención de reclamos provenientes de otras áreas, etc.), hasta llegar a la Res. Gral 1869/05, actualmente vigente, que lo redujo a su ínfima expresión al establecer: “Artículo 1º — Fijar en quince (15) días corridos, cualquiera sea la vía de arribo, la permanencia en la Destinación Suspensiva de Deposito de Almacenamiento y su eventual prorroga por idéntico plazo” aplicable al universo de las cargas generales. Esta resolución reestableció el plazo del Dto. 379/97, que había sido incrementado a cuarenta y cinco (45) días por la Res. Gral. 1132/01, en virtud de la delegación a favor de la AFIP establecida por el Dto. 1239/97. Ahora bien, conforme al art. 198 del C.A., la mercadería descargada del medio de transporte queda automáticamente sometida al régimen de depósito provisorio de 2 Código Aduanero, art. 291: “La reglamentación fijará los plazos durante los cuales la mercadería podrá permanecer sometida a la destinación de depósito de almacenamiento, a cuyo vencimiento se dispondrá su venta en la forma prevista en el art. 419”. 3 Decreto 1001/82, art. 34: “A los fines de los previsto en el art. 291 del Código Aduanero: 1.- La mercadería podrá permanecer sometida a destinación de depósito de almacenamiento por un plazo de tres (3) meses para la vía marítima o fluvial y un (1) mes para la vía terrestre o aérea, a cuyo vencimiento se dispondrá la venta en la forma prevista en el art. 419 del Código. La permanencia de la mercadería en depósito provisorio de importación será tomada en consideración para el cómputo de los plazos a que se refiere esta norma”. 4 importación hasta tanto se autorizare o se le asignare una destinación aduanera; y el art. 199 agrega que si no fuere destinada dentro de los plazos estipulados por el Código, la mercadería será objeto de un despacho de oficio. El plazo a que se refiere el art. 199 es de quince días hábiles, el cual surge de lo dispuesto en el art. 217. A fin de mantener la coherencia, armonía y funcionalidad de ambos regímenes — el depósito provisorio de importación y la destinación de depósito de almacenamiento— uno puede ser la “continuación” del otro, según lo expresado en la Exposición de Motivos antes citado. Sin embargo, en la actualidad el depósito provisorio de importación cuenta con un plazo de quince días hábiles (art. 217 CA) y la destinación suspensiva de depósito de almacenamiento de quince días corridos (Art. 34, ap. 1, del reglamento), ambos contados a partir del arribo del medio de transporte. Por consiguiente, resulta indispensable que el tiempo de estadía permitido para este último sea más extenso, pues de lo contrario es absorbido íntegramente por el primero, quedando vacío de contenido y sin objeto práctico alguno pese a haberse ideado con la firme intención de facilitar el comercio internacional y su desarrollo. Por otra parte, si bien es cierto que el propio art. 34, en el apartado 2º, prevé la posibilidad de una prórroga por un plazo igual al originario, en este caso de quince días corridos, debe considerarse que la prórroga constituye la excepción y no la regla, a cuyo fin se requiere la invocación de motivos “debidamente justificados”, no siendo la brevedad del término inicial una razón que de por sí amerite la concesión de una prórroga. El plazo de permanencia es un elemento esencial y de él depende el adecuado funcionamiento del sistema, cuya extensión debería ajustarse a pautas razonables que posibiliten su existencia. Adviértase que el art. 291 del C.A. dispone que al vencimiento del plazo establecido por el ap. 1 del art. 34, es decir 15 días corridos, y su eventual prórroga, se “dispondrá la venta en la forma prevista en el artículo 419”. Vale decir que a los 30 días corridos se estarían iniciando los actos tendientes a la disposición de la mercadería. El sistema operativo en trato, mientras funcionó en forma adecuada, era utilizado principalmente por los industriales argentinos para operar bajo la modalidad de 5 nacionalización fraccionada de materias primas. Esa actividad se llevaba a cabo conforme a las posibilidades financieras de cada empresa, evitando desembolsos prematuros al poder contar con los insumos según el ritmo de la labor fabril. Así, por lo general, las pequeñas y medianas empresas podían importar una respetable cantidad de mercaderías (Ej. un contenedor completo), logrando un precio más bajo. Luego se destinaban al amparo del régimen de depósito de almacenamiento para ir ingresando en forma parcializada tantas veces como fuera necesario, de modo tal que se abonaban los tributos a medida que iba disponiéndose de la mercadería. La finalidad que debe cumplir el régimen, cuya funcionalidad se intenta recuperar, es brindar financiación ante la falta de liquidez que padecen las empresas de bajos recursos, las cuales en nuestro país conforman la mayoría y producen en pequeñas porciones gran parte de la industria nacional. Pero si el plazo es de sólo quince días corridos y, además, se superpone en toda su extensión con el previsto para el régimen de depósito provisorio de importación, en modo alguno puede cumplir con el objetivo perseguido, tornándose en una herramienta inutilizable y carente de todo sentido práctico. Por ello, con buen criterio, inicialmente se había establecido el lapso de tres meses para los arribos por la vía acuática y de un mes para las vías aérea y terrestre. Cabe recordar que la utilización de este mecanismo operativo —a nivel internacional— ha sido recomendada por la Convención de Kyoto, cuyo Protocolo de Enmienda de 1999, Anexo Esp. D, Cap. 1, Norma 11, se refiere al plazo expresando que: “La aduana establecerá la duración máxima del almacenamiento en un depósito aduanero en función de las necesidades del comercio, y en el caso de mercancías no perecederas no será inferior a un año”. En cuanto al Código Aduanero Comunitario Europeo, éste sugiere en el art. 108 que no debería existir un límite, salvo para los casos excepcionales a establecerse por la autoridad aduanera y para ciertas mercaderías sometidas a políticas agrícolas. También Uruguay4 y Brasil5 permiten la estadía por el término de un año. 4 Cf. art. 21 del Decreto 216/06 dictado por el P.E. del Uruguay. Cf. art. 25 de la Instruçäo Normativa Nº 241/02 de la Secretaría Da Receita Federal de Brasil (Diario Oficial 08-11-02). 5 6 En ciertas ocasiones la brevedad del plazo se ha atribuido a la necesidad de atender ciertos planteos de las Zonas Francas6. Sin embargo, ellas no constituyen una alternativa para esta modalidad operativa, pues en algunos casos (Ej. Mercosur), la introducción de mercaderías a dichas áreas conlleva la pérdida de los beneficios preferenciales que otorgan los Acuerdos, pasando a recibir el trato de mercadería sometida al régimen general por el sólo hecho de ingresarlas a las mismas. Por otra parte, en el supuesto de ser utilizada en forma sustitutiva, la remisión de mercaderías, por ejemplo desde Buenos Aires a La Plata, implica las siguientes desventajas: incremento del costo generado por el traslado; necesidad de realizar movimientos adicionales de las cargas, los cuales de por sí son excesivamente onerosos, cuando la mercadería bien podría permanecer en el mismo lugar o puerto por donde ingresó. A ello se suma la inseguridad que azota a los transportes que conducen sus cargas desde un punto a otro. También, a la hora de fundamentar la reducción del plazo, se había esgrimido la necesidad de lograr mayor fluidez en el ingreso y su posterior introducción a plaza de las mercaderías. Tal vez ello habría sido de gran utilidad en los tiempos en que los depósitos eran públicos, pero actualmente prevalecen los depósitos privados que no se verían afectados en lo más mínimo y por cuyo servicio perciben la tasa respectiva. Además, en función de las disponibilidades de espacio que hoy poseen, tampoco se verían congestionados como antaño. Asimismo, en cuanto al control que debe ejercer el servicio aduanero, la declaración en detalle que se realiza con motivo de la destinación suspensiva de depósito de almacenamiento (arts. 234, 287 y 288 del C.A. reformado por la ley 25.986), y que se instrumenta a través del Sistema Informático María (SIM), ha mejorado sustancialmente la individualización y seguimiento de las cargas, evitando así las distorsiones que se producían en el pasado. Por consiguiente, hoy ya no existen motivos que justifiquen privar a los usuarios de una herramienta de vital importancia para el comercio internacional. 6 El planteo de la Zona Franca de la Plata obedeció a un cuestionamiento acerca de las jerarquías normativas, al señalar que no podía modificarse plazos instituidos por un decreto del PE a través de una resolución general. Así se expresa en los considerandos de la R.G. 1869/05, pero ello no implica que no puedan extenderse los plazos a través de un decreto del Poder Ejecutivo. 7 Ponencia de la Dra. Peteira referida a la diferenciación de los regímenes de depósito provisorio de importación de la destinación suspensiva de depósito de almacenamiento: I.- Introducción Nuestro régimen legal aduanero a partir de los antecedentes de las Ordenanzas de Aduana (Ley 810 del año 1876), la Ley de Aduana tao. 1941 – 1956 – 1962 y el Código Aduanero hoy vigente (Ley 22415) estableció plazos máximos dentro de los cuales deben ser destinadas las mercaderías de importación, bajo apercibimiento de ser declaradas en situación de rezago y en condiciones de ser subastadas públicamente. No me refiero al plazo de la permanencia de la mercadería en depósito, que en su origen alcanzaba los 2 años renovables por iguales períodos y que los avatares del tiempo han sometido a los vaivenes de la economía, el interés fiscal ó el abarrotamiento de los almacenes y que hoy es realmente exiguo, sino a la figura creada por el Código Aduanero a partir de su Art. 198, el depósito provisorio de importación. Como expresa la Exposición de Motivos, la Convención de Kyoto ha distinguido los dos regimenes por sus características diferentes (el depósito temporario de mercadería, en su Anexo A.2 y el relativo a los depósitos de aduana en su Anexo E.3). Nuestro régimen legal no los regulaba en forma diferenciada hasta la sanción del Código. II.- Desarrollo: La lectura de los arts. 198 a 216 conlleva a la conclusión del carácter exiguo y limitado de la permanencia de la mercadería en depósito, con escasas facultades en materia de disposición de la misma, comparándola con el contenido de los arts. 285 a 295 del mismo texto legal, que facultan al almacenamiento, reembarque, transferencia o fraccionamiento de la carga. No obstante, en oportunidad de dictarse el decreto 1001/82, reglamentario de la Ley 22415, se considera al depósito provisorio de importación como integrante inicial del plazo previsto para la destinación de depósito de almacenamiento. 8 Es posible que ello haya ocurrido porque en el texto original los tres meses concedidos para la vía marítima o el mes para la vía terrestre o aérea eran tanto más extensos que el término máximo de 15 días hábiles para destinar las mercaderías, de modo tal que no se generaba una colisión entre ambos sistemas. Pero he aquí que la cosa hoy ya no es así, porque la aplicación del texto vigente del Art. 34 del Dto. 1001/82, conforme con las últimas reformas ha derivado en que la destinación de depósito de almacenamiento cuenta con un plazo de 15 días corridos a contar de la fecha de ingreso del medio de transporte, en tanto el depósito provisorio de importación puede extenderse, por aplicación del artículo 1007 del Código, a un máximo de 15 días hábiles a contar de la fecha de dicho ingreso.El Código Aduanero en su Título II, regula las destinaciones de importación, sean estas definitivas o suspensivas. En el Capítulo Primero, entre las disposiciones generales aplicables a estas destinaciones, se establece en el artículo 217 el plazo para solicitar una destinación, que mencionara Sutra. Y he aquí, que por aplicación de la reglamentación vigente, en la práctica, la posibilidad de solicitar la “destinación suspensiva de depósito de almacenamiento” ha quedado limitada respecto de las demás destinaciones, a quince días corridos. Siguiendo con este razonamiento, si la mercadería puede permanecer sometida a la destinación de depósito de almacenamiento por un plazo menor al plazo establecido por ley para solicitar todas las destinaciones, nos encontramos frente al absurdo que, al solicitarse una destinación definitiva de importación para consumo el DIA quince hábil desde el ingreso del medio transportador, la partida ya se encontraría en situación de rezago. III.- Propuesta: A fin de preservar las diferencias que la Ley de fondo establece entre uno y otro sistema, se requiere reformular el Art. 34, punto 1. párrafos primero y segundo del decreto 1001/82 en su redacción actual (me remito a la trascripción efectuada en el encabezado de esta presentación). De esta manera, todas las mercaderías tendrían un plazo uniforme y máximo de quince días hábiles para ser destinadas, durante el cual quedarían sometidas al régimen de depósito provisorio de importación y, a partir de la solicitud de destinación suspensiva de depósito de almacenamiento, al plazo que se 9 establezca, vencido el cual caerían en situación de rezago. Las mercaderías que no fueran objeto de una destinación dentro del plazo del art. 217, serían susceptibles del despacho de oficio previsto en los arts. 417 a 428 del Código.