FUnciones deL secretario en La práctica de La tasación de costas

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Funciones del Secretario
en la práctica de la tasación de costas
La práctica de la tasación de costas viene atribuida por la Ley al Secretario del
tribunal que haya conocido del proceso o recurso, de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 243.1, quien en la realización de dicha labor debe sujetarse a las disposiciones contenidas en el Título VII del Libro I de la LEC epigrafiado «De la tasación
de costas», lo que supone que debe dar estricto y cabal cumplimiento a las normas
contenidas en los artículos 241 a 246 y muy en especial la que se recoge en el artículo
243, puntos 2 y 3 cuyo tenor literal es el siguiente:
«2. No se incluirán en la tasación los derechos correspondientes a escritos y actuaciones que sean inútiles, superfluas o no autorizadas por la ley, ni las partidas de las
minutas que no se expresen detalladamente o que se refieran a honorarios que no se
hayan devengado en el pleito.
El Secretario Judicial reducirá el importe de los honorarios de los abogados y
demás profesionales que no estén sujetos a tarifa o arancel, cuando los reclamados
excedan del límite a que se refiere el apartado 3 del artículo 394 y no se hubiese
declarado la temeridad del litigante condenado en costas.
3. Tampoco se incluirán las costas de actuaciones o incidentes en que hubiese sido
condenada expresamente la parte favorecida por el pronunciamiento sobre costas en
el asunto principal».
Puede afirmarse que el primer párrafo de este precepto debe ser integrado con el
resto de las disposiciones procesales, ya que no basta el propio artículo por sí solo
para su aplicación, sino que es preciso el análisis conjunto de las actuaciones practicadas en un concreto procedimiento junto con las normas reguladoras del mismo.
Así, tenemos que es menester determinar qué se entiende por escritos y actuaciones
«inútiles, superfluas o no autorizadas por la ley», partidas de las minutas expresadas
«detalladamente» y honorarios «no devengados en el pleito» en relación a un procedimiento concreto y a sus normas reguladoras.
El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española1 define
«inútil», por contraposición con su antónimo, como «no útil» siendo útil todo aquello «que trae o produce provecho, comodidad, fruto o interés. Que puede servir o
aprovechar en alguna línea». Y por «superfluo» lo que es «no necesario, que está de
1
Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española, Espasa-Calpe, 21.ª ed.
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la tasación de costas en el orden jurisdiccional civil
más». Tales definiciones son perfectamente aplicables al ámbito jurídico a la hora de
concretar si una determinada partida correspondiente a un escrito o actuación debe
incluirse en una tasación de costas.
Por su parte, escritos o actuaciones no autorizados por la ley son aquellos que, aún
pudiéndose haber efectivamente realizado en el pleito, no están consentidos por las
disposiciones legales que lo regulan, cual sucede por ejemplo en el supuesto de que
previsto por el legislador que un acto se desarrolle oralmente, se aporte nota comprensiva de los extremos más relevantes a destacar en el acto oral y, con posterioridad, se
pretenda la inclusión de la partida «redacción de nota aportada en el acto de la vista», dicha nota aun cuando hubiera sido aceptada por el tribunal es una actuación no
autorizada por la ley, ya que no existe previsión legal para su aportación, pues lo que
en la ley se prevé es precisamente que la vista se desarrolle oralmente, expresando el
Letrado actuante de viva voz los extremos pertinentes en defensa de los intereses de
su cliente, ello sin perjuicio de lo que resulte en orden a la documentación del acto, a
través de acta extensa o sucinta2, extendida por el Secretario. Por ello en la aplicación
de este extremo del precepto debe el Secretario Judicial a la hora de practicar tasación
de costas poner en práctica la total normativa procesal reguladora del cauce por el que
se ha tramitado un litigio.
Así, se puede concluir que la labor desempeñada por el Secretario Judicial, como
funcionario competente para practicar la tasación de costas por imperativo del artículo 243 de la LEC, es una tarea de valoración, calificación y decisión, ajena al —por
algunos— defendido automatismo, lo que ha llevado a considerar que se trata de una
función netamente jurisdiccional en tanto que decisoria de la pretensión de inclusión
de las distintas partidas deducida por la parte que solicita su práctica. En este sentido,
Vázquez Sotelo3 afirma que «las funciones que se atribuyen al Secretario en la
tasación de costas son funciones netamente judiciales ya que el Secretario califica las
partidas que se le presentan, las aprueba y las rechaza y en definitiva fija y cuantifica
el importe de una condena establecida en una sentencia y este acuerdo del Secretario
Judicial que se plasma en la tasación de costas sólo puede ser revisado por el Juez si
alguna de las partes impugna por excesivas o indebidas las partidas incluidas en ella
o la cuantía en que han sido incluidas».
No empece a la anterior conclusión la circunstancia de que la tasación pueda ser
revisada por el Juez en los supuestos en que las partes impugnen expresamente la mis2
El artículo 246 de la Ley de Enjuiciamiento Civil dispone que «[…] cuando se trate de actuaciones que, conforme a esta Ley, hayan de registrarse en soporte apto para la grabación y reproducción, el acta se limitará a consignar, junto con los datos relativos al tiempo y al lugar, las peticiones
y propuestas de las partes y las resoluciones que adopte el tribunal, así como las circunstancias e
incidencias que no pudieran constar en aquel soporte», estableciéndose en el artículo 147 que «las
actuaciones orales en vistas y comparecencias se registrarán en soporte apto para la grabación y
reproducción del sonido y de la imagen».
3 Vázquez Sotelo, José Luis, «La intervención del Secretario Judicial en el proceso», en Primeras Jornadas sobre la Fe pública judicial, celebradas en Sitges del 21 al 23 de marzo de 1985,
que fueron organizadas conjuntamente por la Delegación Territorial del Ilustre Colegio Nacional
de Secretarios Judiciales y el Departament de Justicia de la Generalitat de Catalunya, Delegació
Territorial de l’Il.lustre Col.legi Nacional de Secretaris Judicials. Barcelona 1985. En dicho trabajo
el autor señala que el Secretario «desde hace más de un siglo, desde la vigencia de la Ley de Enjuiciamiento Civil, viene actuando en primer grado sin que se hayan producido problemas […]».
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ma por considerar alguna de las partidas en ella incluidas como indebidas o excesivas,
pues el Juez no puede actuar de oficio para tal fin, pudiendo sólo revisar los extremos
sometidos a impugnación en virtud del principio de congruencia.
En este mismo orden de ideas cabe señalar que solicitada la práctica de tasación
de costas, sólo al Secretario compete decidir qué conceptos integrarán aquélla y para
el caso de que no procediera la inclusión de concepto alguno deberá practicar la
tasación por importe igual a cero euros4, siendo una irregularidad de carácter formal
acordar mediante diligencia de ordenación no haber lugar a la práctica de la tasación
de las costas al no proceder la inclusión en la misma de partida alguna. Supuesto
este último en el que en modo alguno cabe dictar providencia resolviendo en el sentido antes expresado, pues en tal caso podría hablarse de una invasión por parte del
Órgano Judicial en las facultades legalmente atribuidas al Secretario. Resulta muy
ilustrativo a este respecto el Auto número 252/94, de 17 de octubre, dictado por la
Audiencia Provincial de Valencia, Sección 8.ª cuyos fundamentos segundo y tercero
son del siguiente tenor: «Segundo.—El presupuesto legal para que se lleve a cabo la
tasación de las costas causadas en un proceso es que exista una condena en costas,
como se desprende del artículo 421 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Es así que en
el procedimiento de que dimana esta apelación se dictó sentencia con fecha 21 de
enero de 1993 en la que, entre otras cosas, se condenó a los demandados al pago de
las costas causadas, luego la parte beneficiada por esa condena puede solicitar, y el
juzgado debe acordar, la práctica de la tasación de las costas ocasionadas en el juicio.
La tasación de costas se ha de practicar por el Secretario del Juzgado (art. 422 de la
Ley Procesal Civil) y no puede el Juzgado impedirla porque tenga un determinado
criterio, acertado o no, sobre la inclusión de los derechos del Procurador en las costas
de un juicio verbal, pues con ello invadiría una función que compete al Secretario.
Tercero.—El Secretario del Juzgado deberá practicar la tasación de costas y, según
su criterio, incluirá o no en ella los derechos del Procurador. Si no los incluye, la parte
interesada podrá impugnar la tasación, impugnación que será resuelta por el Juzgado
como estime adecuado. Si los incluye y se da vista de la tasación a la parte condenada
al pago y ésta no la impugna, el Juzgado la aprobará. Si la parte condenada al pago
no está conforme con la tasación se tramitará la correspondiente impugnación por el
procedimiento pertinente y el Juzgado resolverá en definitiva. Pero, como se ha dicho,
lo que no se puede es cortar de raíz la práctica de una diligencia que corresponde
al Secretario del Juzgado porque se tenga un criterio contrario a la inclusión de las
costas reclamadas. Por la misma razón no puede ahora la Sala pronunciarse sobre la
inclusión de gastos y derechos de que se trata, lo que solamente podrá hacer si se practica la tasación de costas por el Secretario, se dicta por el Juzgado resolución sobre la
aprobación o modificación de la misma y se recurre en apelación dicha resolución».
Queda claro, por tanto, que si existe pronunciamiento de condena en costas y se solicita la práctica de tasación por el legitimado para ello tan sólo cabe dictar resolución
4
Sólo mediante esta vía se abre la posibilidad de defensa a la parte que solicita la práctica de la
tasación de costas y la inclusión en ella de determinadas partidas correspondientes a los gastos que
ha soportado el beneficiario de la condena en costas durante el desarrollo del litigio de que se trate,
puesto que a tenor de lo dispuesto en el artículo 246, punto 3, de la LEC podrá la parte favorecida
por la condena en costas impugnar la tasación por no haberse incluido en ella los gastos que justifica y reclama, cuestión que será resuelta por el tribunal previa la tramitación del correspondiente
incidente de impugnación.
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la tasación de costas en el orden jurisdiccional civil
acordando su realización por el Secretario, sin perjuicio de las facultades que a éste
legalmente asisten para decidir pormenorizadamente sobre las partidas pretendidas
por el solicitante.
No obstante lo anterior, resulta harto frecuente encontrarnos en el día a día con
manifestaciones, normalmente vertidas por los letrados de la parte que ha sido desfavorecida por la exclusión de alguna partida, que niegan que el Secretario ostente la
facultad decisoria en la elaboración de la tasación con la exigua argumentación de que
es obligación del Secretario incluir todo aquello que los profesionales recogen en sus
minutas —sobre todo cuando se trata de la de Letrado—, quedando a salvo el derecho
que asiste a la parte condenada al pago de las costas para impugnar la tasación. Dicha
afirmación choca frontalmente con los preceptos reguladores de la tasación de costas
que exigen la verificación por el Secretario en el momento de realizar la tasación, y no
en vía de impugnación por el tribunal, de las actuaciones realizadas, la valoración de
si los escritos y actuaciones son inútiles, superfluas o no autorizados por la ley, o si las
minutas se expresan detalladamente o si se refieren a honorarios no devengados en el
pleito. Ahora bien si el Secretario incluye o excluye, por error en la valoración, alguna
partida cuya exclusión o inclusión a juicio de la parte procediera, previa impugnación
en tiempo y forma, deberá el tribunal valorar si se ha dado cumplimiento en la práctica de la tasación a lo dispuesto en el artículo 243.2 y 3 de la Ley de ritos. La voluntad
del Legislador a la hora de regular la práctica de la tasación de costas ha sido la de dar
intervención activa al Secretario Judicial para que controle y decida sobre qué partidas
pueden y deben repercutirse al condenado en costas con estricta sujeción al principio
de legalidad, pues de lo contrario habría creado un incidente similar al previsto en el
artículo 712 consistente en dar un traslado a la parte condenada de la pretensión del
beneficiado por la condena a fin de que ésta pudiere efectuar las manifestaciones que
a su derecho convinieran, tras lo cual se dictaría resolución por el tribunal fijando el
importe de las costas.
En definitiva corresponde al Secretario Judicial intentar evitar los posibles «abusos» que pretenda el beneficiado por la condena en costas a la hora de repercutir los
gastos conceptuados como costas procesales a la parte que deba afrontar el pago de
las mismas en virtud de imposición por disposición legal o por resolución judicial. Se
trata a mi modo de ver del ejercicio objetivo de una labor tuitiva para con las partes,
pues con respecto al beneficiado por el pronunciamiento debe velar el Secretario por
el resarcimiento conforme a derecho y en relación al condenado, por la repercusión
tan sólo de cuanto proceda con arreglo a la ley.
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