Renta atribuida desafía la inversión extranjera en Chile

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LATERCERA Domingo 15 de junio de 2014
COLUMNA
Por Jorge
Awad Mehech
Renta atribuida desafía la
inversión extranjera en Chile
dencia del inversionista extranjero. Esto, ya
sea porque la renta aún no ha sido distribuida al inversionista extranjero, o bien porque
el impuesto pagado por concepto de dividendos corresponde a una renta que le ha
sido atribuida en un ejercicio distinto al del
pago efectivo del dividendo. Por lo tanto, dicho impuesto sólo podría constituir, en el
mejor de los casos, un costo o un gasto para
dicho inversionista, encareciéndose con ello
artificialmente cualquier proyecto de inversión en Chile, ya que la tributación efectiva
sería significativamente mayor.
Este inconveniente se presentaría no sólo
con países con los cuales Chile mantiene vigente un convenio para evitar la doble imposición, sino que también con aquellos que
otorgan a sus residentes un crédito unilateral por impuestos pagados en el extranjero,
como es el caso de Estados Unidos.
Por otro lado, y considerando también el
10% de retención -que deberán efectuar todas las sociedades anónimas abiertas y todas
las sociedades que tengan al menos entre sus
accionistas o socios a un accionista extranjero o a una persona jurídica-, Chile podría
infringir los convenios para evitar la doble
tributación que se encuentran vigentes, ya
que el artículo 10 de los tratados establece
que no se pueden gravar los dividendos que
no se hayan distribuido o pagado, por lo que
dicha retención no podría ser efectuada por
la respectiva sociedad sin infringir flagrantemente dicha disposición.
Otro problema se presentará si en el año de
la atribución de la renta el accionista extranjero es distinto de quien detente dicha condición en la época del pago efectivo del dividendo proveniente de la utilidad atribuida;
esto es, cuando haya habido una venta o
enajenación de la inversión que el accionista
mantenía en Chile. En este caso, el accionista extranjero al cual se le atribuyó una renta
podría no haber recibido todo o parte de los
dividendos correspondientes a las utilidades
acumuladas que tiene la sociedad chilena.
Sin embargo, dada la atribución de rentas al
inversionista y la retención del 10%, dichos
dividendos ya habrían soportado toda la
carga tributaria a las rentas del capital en
Chile. En este supuesto, el país de residencia
del respectivo inversionista extranjero no
podría reconocer crédito por la tributación
ocurrida en Chile, ya que los dividendos no
se habrían distribuido efectivamente.
Cuando el dividendo se distribuya al nuevo inversionista extranjero (comprador),
éste tampoco podrá reconocer el impuesto
chileno como crédito, pues el propio proyecto de ley señala que dicha distribución
está liberada de tributación en el país, atendida la tributación que operó sobre base devengada. Además, el comprador no soportó
efectivamente la carga tributaria, puesto
que los impuestos fueron pagados en el ejercicio en que se atribuyeron las rentas (cuando el comprador aún no era accionista). Sin
perjuicio de lo anterior, el comprador estaría igualmente obligado a pagar el impuesto
que corresponda en su país de residencia
por los dividendos que perciba.
Es de esperar que los temas antes planteados sean discutidos exhaustivamente y resueltos técnicamente en el Congreso Nacional, considerando que, ante la menor duda
de que los Estados extranjeros no reconozcan los impuestos atribuidos en Chile como
crédito contra los impuestos en el país de
residencia del correspondiente inversionista extranjero, podría ponerse en serio riesgo la actual y futura materialización de inversión extranjera en nuestro país, circunstancia que resulta clave para cumplir con
las metas de recaudación propuesta por el
Ejecutivo en el proyecto de ley sobre reforma tributaria.
* Presidente Asociación de Bancos
FOTO: ANDRES PEREZ
A
demás del evidente cuestionamiento constitucional y de los problemas
operativos de implementación que podrían generarse cuando el sistema de
renta atribuida del proyecto de ley de reforma tributaria entre en régimen, Chile podría afectar los convenios de
doble tributación vigentes y, también, generar otros problemas de doble imposición
para los inversionistas extranjeros.
Hoy, Chile mantiene vigente 25 convenios
para evitar la doble imposición. A través de
ellos, siguiendo el modelo de la Ocde, dependiendo del tipo de renta de que se trate y
considerando el principio de la residencia y
la potestad tributaria, los países han acordado eliminar o mitigar la doble tributación internacional, no gravando, o bien gravando
con una tasa menor, las rentas obtenidas por
un residente de un Estado contratante en el
otro país parte del convenio respectivo. En
dichos convenios, además, el Estado contratante donde reside el inversionista acuerda
eliminar o mitigar esa doble tributación, reconociéndole como crédito en contra de sus
propios impuestos, el impuesto a la renta pagado en el otro Estado contratante. A mayor
abundamiento, son muchos los Estados que,
si bien no han suscrito convenios de doble
imposición con Chile, cuentan con normas
internas que unilateralmente buscan mitigar
los efectos nocivos que presenta la doble tributación internacional, incluido Chile.
El primer problema que presenta el sistema de “renta atribuida” es que al obligar a
una sociedad operativa en Chile a pagar el
25% del impuesto de primera categoría y
una retención del 10%, que es declarada y
pagada por la sociedad fuente a cuenta del
inversionista extranjero, expone a que dichos impuestos pagados en Chile no sean
reconocidos como crédito en el país de resi-
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