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CONGRESO NACIONAL
CAMARA DE SENADORES
SESIONES ORDINARIAS DE 2008
ORDEN DEL DIA Nº 857
Impreso el día 29 de septiembre de 2008
SUMARIO
COMISION DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO
Dictamen en el proyecto de declaración del señor senador Menem,
expresando beneplácito por el aniversario del acuerdo con Chile sobre
los límites en el Monte Fitz Roy y el Cerro Daudet. (S-982/08).
DICTAMEN DE COMISION
Honorable Senado:
Vuestra Comisión de Relaciones Exteriores y Culto, ha considerado el
proyecto de declaración, del señor senador Menem, EXPRESANDO
BENEPLACITO POR 10° ANIVERSARIO DE LA SUSCRIPCION DEL
ACUERDO ENTRE ARGENTINA Y CHILE , RESPECTO A LOS
LIMITES EN EL MONTE FITZ ROY Y EL CERRO DAUDET ; y, por
las razones que dará el miembro informante os aconseja su
aprobación.
De acuerdo con las disposiciones pertinentes del Reglamento del H.
Senado, este dictamen pasa directamente al Orden del Día.
Sala de la Comisión, 25 de junio de 2008.
Carlos A. Reutemann – Rubén H. Giustiniani – Sonia M. Escudero –
Ada M. Maza. – Guillermo R. Jenefes – Horacio Lores – María C.
Perceval – Adolfo Rodríguez Saa.
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
1
Su beneplácito por el 10° aniversario de la suscripción del Acuerdo
entre la República Argentina y la República de Chile para precisar el
recorrido del límite desde el Monte Fitz Roy y el Cerro Daudet,
suscripto el 16 de diciembre de 1998 y que fuera ratificado por la Ley
25.110.
Carlos S. Menem.
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Se encuentran próximos a cumplirse 10 años del Acuerdo entre la
República Argentina y la República de Chile, que tuve el honor de
suscribir, por el que se puso fin a más de cien años de disputas
limítrofes entre dos países hermanos que comparten la tercera frontera
más extensa del mundo, con más de 5.000 kilómetros.
Después de que nuestros países adquirieron la independencia, en
1855 se firmó el Tratado de Amistad entre ambas naciones por el que
decidieron que sus territorios eran los que tenían al momento de la
independencia, aplicando el principio uti possidetis iure, según el cual
se estableció que los problemas de límites se iban a solucionar
amigablemente en el futuro.
En 1881 se suscribió un nuevo Tratado que sirvió para superar en
aquel momento una situación casi beligerante entre ambos países,
que se denominó "El Tratado de Límites Definitivos entre la Argentina
y Chile" y fue suscripto por Bernardo de Irigoyen y Echeverría. Si bien
el mismo fue importantísimo para avanzar en un proceso de paz, no
arregló los límites en forma definitiva. Con el curso del tiempo, se
comprobó que había servido para resolver sólo el 45,5 por ciento de
los límites del total de la frontera, quedando más del 50 por ciento sin
resolver.
Este Tratado de 1881 fue complementado en 1893 con un Protocolo
para superar las diferencias o los tropiezos con los que se
encontraban los peritos para hacer la demarcación en el momento de
colocar los hitos, porque había cuestiones que, indudablemente,
generaban diferencias entre ellos. Este Protocolo de 1893 señala
principios fundamentales, ratificando el Tratado de 1881, indicando
que todas las tierras y aguas que están al oriente de las más altas
cumbres que dividen aguas quedan para la República Argentina, y las
que se encuentran hacia el occidente, para la República de Chile. Y
establece un principio fundamental: que Chile no podrá pretender
punto alguno sobre el Atlántico y la Argentina no podrá pretender
punto alguno sobre el Pacífico. Estos son principios liminares que
después, a través del tiempo, se han seguido aplicando para las
decisiones en todos los temas.
Pero ya durante el siglo XX existieron picos de tensión en la relación
entre ambos países a partir de un laudo de la Corono Británica de
2
1977 que fue desconocido por la República Argentina que pidió su
anulación y motivó la intervención de Su Santidad Juan Pablo II.
Recordemos la trascendente intervención del cardenal Samoré que,
cuando ya se estaba al borde de la guerra, permitió alcanzar un
acuerdo por el que se resolvió la situación de las islas Picton, Lennox
y Nueva.
Fue necesaria la instauración definitiva de la democracia en ambos
países para que se diera un paso trascendente a partir de la firma del
Tratado de Paz y Amistad de 1984, que puso fin a ese diferendo en la
zona austral, pero dejaba pendiente muchos otros.
Es decir que a partir de 1855 quedó abierta una instancia que se
prolongó hasta los finales del siglo XX. Fueron necesarios cuatro
tratados de límites y cuatro laudos arbitrales para poder conformar
esta larga frontera entre la Argentina y Chile.
Por ello creo que el Acuerdo de 1998 no constituye un mero acuerdo
de límites, sino que significa la culminación de un proceso histórico de
desencuentros; un proceso en donde los problemas limítrofes se
constituyeron en fuente de recelos, de desconfianzas y de
resentimientos que casi llevaron a la guerra a nuestros países. De allí
que la importancia del Tratado no está dada por la extensión de la
zona a la que afecta sino por el hecho de haber puesto fin a más de un
siglo de disputas y con el cual se dio un paso decisivo en la
consolidación de las relaciones entre la Argentina y Chile.
Este acuerdo formó parte de una política de Estado y respondió al
principio y a la vocación pacifista de la República Argentina. Desde
1991 hemos puesto una bisagra a la relación con la República de
Chile iniciando una histórica integración física a partir de la apertura de
pasos fronterizos y una integración en lo económico y energético.
La aprobación de este acuerdo ha permitido dar pasos ciertos en el
sentido de aquellas palabras labradas en la placa, realizada con el
metal fundido de cañones, ubicada al pie del Cristo Redentor que dice:
"Se desplomarán estas montañas antes de que chilenos y argentinos
rompan la paz jurada al pie del Cristo Redentor."
Por las razones expuestas solicito a este Honorable Cuerpo la
aprobación del presente Proyecto de Declaración.
Carlos S. Menem.
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