Santa María, la Virgen, se celebra cada año el

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S
14 de agosto 2011 - Noveno domingo después de Pentecostés
S
14 de agosto 2011 - Noveno domingo después de Pentecostés
anta María, la Virgen, se celebra cada año el 15 de agosto. María,
la madre de Jesús, ha sido objeto de veneración en la iglesia desde
los tiempos apostólicos. Ella ha sido una constante dentro del arte, la
música y la literatura.
anta María, la Virgen, se celebra cada año el 15 de agosto. María,
la madre de Jesús, ha sido objeto de veneración en la iglesia desde
los tiempos apostólicos. Ella ha sido una constante dentro del arte, la
música y la literatura.
Los siguientes eventos de su vida están en el Nuevo Testamento: el
desposorio con José, la
anunciación del ángel de
que sería la madre del
Mesías, su visita a Isabel, la madre de Juan el
Bautista, el nacimiento
de Jesús, las visitas de
los pastores y los sabios,
la presentación de Jesús
en el templo, la huida
a Egipto, la visita a
Jerusalén cuando Jesús
tenía doce años de edad,
las bodas de Caná, una
ocasión en que María
y los hermanos de
Jesús pidieron hablar
con él mientras estaba
hablando con la gente,
la crucifixión, cuando
Jesús se la encomendó a
Detalle de Capilla Sixtina, “Madona y niño” de Rafael (1513)
Juan, y el encuentro con
los apóstoles en el aposento alto después de la Ascensión.
Los siguientes eventos de su vida están en el Nuevo Testamento: el
desposorio con José, la
anunciación del ángel de
que sería la madre del
Mesías, su visita a Isabel, la madre de Juan el
Bautista, el nacimiento
de Jesús, las visitas de
los pastores y los sabios,
la presentación de Jesús
en el templo, la huida
a Egipto, la visita a
Jerusalén cuando Jesús
tenía doce años de edad,
las bodas de Caná, una
ocasión en que María
y los hermanos de
Jesús pidieron hablar
con él mientras estaba
hablando con la gente,
la crucifixión, cuando
Jesús se la encomendó a
Detalle de Capilla Sixtina, “Madona y niño” de Rafael (1513)
Juan, y el encuentro con
los apóstoles en el aposento alto después de la Ascensión.
— De Un Diccionario Episcopal de la Iglesia: Una referencia de fácil utilización para los episcopales, Don S. Armentrout y Robert Boak Slocum, editores (Church Publishing Incorporated, 2000). Todos
los derechos reservados.
— De Un Diccionario Episcopal de la Iglesia: Una referencia de fácil utilización para los episcopales, Don S. Armentrout y Robert Boak Slocum, editores (Church Publishing Incorporated, 2000). Todos
los derechos reservados.
Copyright © 2011 The Episcopal Church
www.episcopalchurch.org
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Cántico de María (Magnificat) San Lucas 1:46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;
su Nombre es santo.
Su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación.
El hace proezas con su
brazo;
dispersa a los soberbios
de corazón.
Derriba del trono a los
poderosos,
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los
colma de bienes,
y a los ricos despide
vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,
Como lo había prometido
a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su
descendencia para siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo Nuestra Señora de Tindari, Italia, en torno al siglo 7
y al Espíritu Santo:
como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos.
Amén. (Libro de Oración Común, p. 84).
Cántico de María (Magnificat) San Lucas 1:46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;
su Nombre es santo.
Su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación.
El hace proezas con su
brazo;
dispersa a los soberbios
de corazón.
Derriba del trono a los
poderosos,
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los
colma de bienes,
y a los ricos despide
vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,
Como lo había prometido
a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su
descendencia para siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo Nuestra Señora de Tindari, Italia, en torno al siglo 7
y al Espíritu Santo:
como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos.
Amén. (Libro de Oración Común, p. 84).
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